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de la Candelaria
Memoria histórica y fomento turístico
ALCALDÍA MAYOR DE BOGOTÁ
Supervisora
Lissette Maritza Ramírez Jaramillo
Diseño y Diagramación
Giovanny Cruz Rodríguez
Calles Patrimoniales
Presidente de la JAL
Juan Carlos Mahecha Robayo
2017
CONTENIDO
PAG.
1. AGRADECIMIENTOS 3
2. PRESENTACIÓN 3
3. INTRODUCCIÓN 4
4. EL PATRIMONIO CULTURAL DE LAS CALLES DE LA CANDELARIA 5
5. LA CANDELARIA PREHISPÁNICA. La infraestructura Muisca 6
6. LA FUNDACIÓN DE BOGOTÁ. De Bacatá a Santafé. 8
7. LAS HISTORIAS EN LAS CALLES DE LA COLONIA 10
8. LA INDEPENDENCIA DE COLOMBIA Y LAS CALLES DE LA CANDELARIA 14
9. CANDELARIA REPUBLICANA. La transformación de las calles. 16
10. LA PLAZA MAYOR Y SU HISTORIA HASTA LA PLAZA DE BOLIVAR 18
11. DEL RÍO VICACHÁ AL EJE AMBIENTAL. 21
12. DEL RÍO SAN MANZANARES A LA AVENIDA JOSE ASUNCIÓN SILVA 23
13. LA CALLE REAL. El eje transversal de la historia de Bogotá. 24
14. LA VIOLENCIA POLÍTICA EN LAS CALLES DE LA CANDELARIA 26
El Bogotazo
La toma y retoma del Palacio de Justicia
15. LA TRADICIÓN RELIGIOSA EN LAS CALLES PATRIMONIALES 29
16. REFERENCIAS 30
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Memoria histórica y fomento turístico
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1. AGRADECIMIENTOS
El resultado final de esta cartilla no hubiese sido posible sin la
valiosa colaboración de los siguientes habitantes de la
localidad, quienes a través de su testimonio, sus recuerdos y
tradiciones, mantienen viva la memoria histórica y cultural de
La Candelaria.
Aida Amaya de Gómez Denis Amanda Villamil Gómez Luz Marina Piraquive Mercedes Garzón
Aida Saray Piraquive León Diana Patricia Puerta Bernal María A. Pulgarín Miriam Rocio Serna Sánchez
Amanda Ramírez Castro Doris Guevara María de La Cruz Bernal Nelly Corzo Martínez
Ana Oliva Salamanca Rincón Eduardo Pinzón Pulido María del Pilar Jiménez Moreno Omaira Piraquive León
Ana Tulia Gutiérrez Elizabeth Contreras María Nelly Pardo Patrullero Andrés Pesca
Carlos A. Contreras Puentes Elizabeth Tibambre María Pedreros Rebeca de La Parra Córdoba
Carlos Enrique Rugge B. Fabiola Ríos María Teresa Sotaquirá Ayala Rosalba Carmona
Carlos O. Guerrero Germán Alirio Córdoba Marta Nidia Rodríguez García Rosaura Moreno Tovar
Carol Dayana Reyes Ruge Harold Díaz Ceballos Mary Alfonso Villalobos Trinidad Cortés Padilla
Carol Pinzón Palomino José Celiano Reina Melanio Bartolo Monzón Alcira Consuelo Garnica
Cecilia Cartagena C. Luz Elena Ríos Mercedes Díaz
2. PRESENTACIÓN
Este documento es la síntesis de una rigurosa investigación histórica, social y bibliográfica sobre las
calles patrimoniales de la Localidad de La Candelaria enclaustrada en el centro económico, político y
social de la ciudad de Bogotá, D.C.
Si bien es cierto que existen diferentes investigaciones de tipo histórico y académico sobre esta
Localidad, en especial sobre sus iglesias y construcciones coloniales y republicanas, todas ellas se
caracterizan por ser grandes compendios de información con un lenguaje científico social, a veces
complejo, que requieren de una gran cantidad de tiempo para su conocimiento y análisis.
Es por eso que a través de esta cartilla transformamos ese lenguaje académico y científico en un
lenguaje común y simple al que cualquier ciudadano, nacional o extranjero, tenga fácil acceso y a
través de su lectura pueda revivir, cronológica y temáticamente, las historias más relevantes de La
Candelaria, pero esta vez desde sus calles. Esas que son mencionadas en los relatos más
apasionantes durante más de 500 años de poblamiento de la ciudad de Bogotá, D.C. Esas calles por
las que transitaron los primeros indígenas, desde las que se construyeron familias y tradiciones
durante la colonia y la República, en las que se gestó el grito de la independencia y que hoy hacen
parte del desarrollo integral de la ciudad y el país.
Esta investigación se realizó en el marco del Contrato 084 de 2017 celebrado entre la Alcaldía Local
de La Candelaria y la Fundación AFFIC, el cual tiene por objeto “La realización de un reconocimiento
histórico de las calles patrimoniales con el fin de preservar la memoria cultural y fomentar el turismo
en la localidad
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3. INTRODUCCIÓN
“Donde mejor se aprecia la memoria tangible de la ciudad es en
sus calles. Es el patrimonio que más perdura en el tiempo, y si
hay cambios, reflejan la intención de voluntades y épocas que
buscan mejoramientos puntuales sin modificar el todo”
(Gómez, L. et Al, 2006)
En el Centro Histórico de Bogotá la arquitectura revela estilos coloniales que se mezclan con detalles Imagen 1. Callejón del Embudo. Carrera
2ª entre calles 12B y 12C (Barrio
republicanos como resultado de un proceso y no de un golpe de transformación. La arquitectura Concordia). Tiene este nombre porque
colonial sencilla en su concepción fue seguida de la republicana, ávida de suntuosidad y complejidad las aceras de esta calle forman un
ángulo agudo que se encuentra en la
en la que las fachadas hablaban del poder económico de sus propietarios; también con la República, calle 14 (De la Rosa, M, 1938)
el poder público se hace más vistoso e imponente. (Saldarriaga Roa, 1994) (Ibid, 1999)
(Montenegro, 1989) (Torres MC. et Al 2008)
Mientras las estrechas calles coloniales reflejan lo que fue una menor necesidad espacial y los
balcones de madera rompían la privacidad de los límites del hogar, en las modificaciones republicanas
se percibe que la modernidad llega con afán de proyectarse con amplitud hacia el resto del mundo
(Erigaie, 2015), pero conservando la privacidad de lo individual. Así aunque los balcones coloniales
se reemplazan por gabinetes con vista privada, aparecen amplias y largas vías por las que se mueven
nuevos medios de transporte masivo como el tranvía. Servicios públicos más sofisticados como la
telefonía, tubería y alcantarillados también contribuyeron a cambiar el paisaje y estilo de vida colonial,
como la importancia de las pilas de aguas y las aguadoras. Por otra parte, las velas de cebo,
lámparas y faroles de petróleo fueron reemplazados por la electricidad dando lugar lentamente a la
vida urbana que conocemos actualmente (Delgadillo, 2008) (Zambrano et Al, 2007) (Mejía, 2000)
(Saldarriaga, 1999)
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6 Memoria histórica y fomento turístico
Aunque cada 6 de Agosto se conmemora la fundación de Bogotá, esta fecha realmente no es la oficial,
pues de acuerdo a diferentes estudios históricos se estableció que solo hasta el 27 de abril de 1539
se realizó la fundación jurídica, cuando se cumplieron todos los requisitos exigidos por la corona
Española (Archivo de Bogotá).
Entonces, se le dio el nombre de Santafé y se designaron los sitios para la plaza mayor (hoy Plaza de
Bolívar) entre las carreras 7.ª y 8.ª con calles 10.ª y 11.ª, la iglesia principal (que sigue existiendo
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Memoria histórica y fomento turístico
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actualmente), la casa de gobierno (sobre la que hoy se erige el edificio del congreso de la República), Imagen 5. Plaza del Chorro de Quevedo.
Carrera 2ª- Calle 12B (Barrio
la prisión, los solares para los primeros vecinos, el nombramiento de alcaldes y entrega de las Concordia). Esta plazuela de ambiente
bohemio, rodeada de restaurantes y que
correspondientes varas en señal de autoridad y jerarquía, la elección de regidores, la constitución del es muy recorrida por turistas y
Cabildo y la demarcación de calles y cuadras, según cuenta nuestra escritora bogotana Soledad estudiantes, fue el primer asentamiento
indígena y posteriormente español. En
Acosta de Samper, en su libro La mujer española en Santafé de Bogotá (1890). 1832, el padre Agustino Quevedo
compró la plazuela e instaló una fuente
pública de agua, razón por la cual se le
Por otra parte, hasta el 27 de Julio de 1540, Santafé fue reconocida oficialmente como ciudad; 10 comenzó a llamar la Plazuela del Chorro
de Quevedo. El chorro permaneció allí
años más tarde se estableció como sede del gobierno de la Real Audiencia y de la Silla Arzobispal con hasta 1896, cuando un muro se
jurisdicción en el Nuevo Reino de Granada, potestades que le dieron rango de ciudad capital en donde derrumbó y destruyó la fuente y casa
vecinas. Años más tarde en 1969, la
se centralizarían poderes administrativos, judiciales, políticos y eclesiásticos para un vasto territorio plazoleta fue reconstruida teniendo
(León Soler, 2008). Para 1560 las antiguas tierras muiscas ya no eran las mismas, pues en lugar de como guía fotografías y maquetas de la
antigua plazuela. La capilla que hoy se
Zipas y Usaques ahora estaba La Real Audiencia (Gamboa Mendoza, 2008 y 2010). Con el tiempo, el erige allí (San Miguel del Príncipe) data
de ese año, pero fue construida con un
lugar de la fundación se llamaría Pueblo Viejo y se convertiría en zona de vivienda indígena (Vargas, estilo colonial evocando la capilla del
2007). Humilladero.
La antigua Santafé, actualmente “La Candelaria”, fue organizada bajo el esquema colonial
hispanoamericano que reglamentaba una estructura a base de cuadrícula de calles y manzanas en
cuyo centro debía existir una plaza mayor. Las calles tendrían una dirección oriente-occidente y las
carreras tendrían una dirección sur-norte. A pesar de la existencia de estos parámetros, no se
encuentra una ciudad colonial igual debido a que el sistema debía adaptarse a las circunstancias
geográficas y a las herencias culturales de cada región. De hecho, frente a otras plazas mayores de
Hispanoamérica, Santafé presentaba una particularidad que era estar trazada sobre un terreno
inclinado de oriente a occidente, al ubicarse al pie de los cerros orientales. Igualmente, la rodeaba
una amplia sabana verde y dos ríos -el Vicachá (San Francisco) y Manzanares (San Agustín)-, que la Plano 2. Plano de Bogotá en 1539. La
ciudad estaba confinada dentro de los
cercaban y enriquecían hidrológicamente (Saldarriaga Roa, et Al, 1994) (Vargas, 2007), (Vargas ríos San Francisco y San Agustín hoy
Avenida Jiménez (eje ambiental) y calle
Lesmes, 1990) Sexta. Fuente: IEU
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10 Memoria histórica y fomento turístico
Algunos de los nombres de estas calles de La Candelaria fueron elegidos arbitrariamente en 1774
cuando el Virrey Manuel Guirior ordenó dividir la villa de Santafé en cuatro cuartos y ochos barrios
(La Catedral, El Palacio, El Príncipe, San Jorge, Las Nieves oriental y occidental, San Victorino y Santa
Bárbara); adicionalmente ordenó nombrar calles para completar el sistema. Más tarde, entre 1846
Imagen 6. Croquis de la Ciudad de Santa y 1849 también se nombraron varias calles dejando referencias de nombres santos o lugares como
Fé de Bogotá y sus inmediaciones
(1797), autor: Carlos Francisco Cabrer por ejemplo: Calle de Santa Isabel (Carrera 4ª entre calles 6D y 7ª), Calle de Venera o del Caquetá
(acuarela sobre tela, 122 x 156 cm, (Carrera 3ª entre calles 11 y 12), Calle de Santa Librada (Carrera 3ª entre calles 9ª y 10ª) y Calle del
Archivo General Militar del Ministerio de
Defensa, Madrid, España). Fuente: Llano de Belén (Carrera 3ª entre calles 6B y 6D), entre otras. Sin embargo, muchos de los nombres
Biblioteca Nacional. de las calles coloniales de la Candelaria son tan especiales porque
la comunidad misma los creó durante la época de la colonia como
solución a la necesidad de tener una referencia para un punto
geográfico. Entre estas, Calle de San Bruno (Carrera 2ª entre calles
10ª y 12), por su cercanía a la quebrada del mismo nombre, Calle
del Rincón (Carrera 4ª entre calles 6B y 6D) por ser en la época la
última calle de Santafé, ubicada en el Barrio Belén, Calle de La
Palma (Carrera 4ª entre calles 7ª y 9ª), Calle del Dividivi de Santa
Bárbara (Carrera 5ª entre calles 6B y 6D), pues en una casa de
esta había una planta de esta especie, y la Calle de Las Culebras
(Carrera 5ª entre calles 7ª y 8ª), pues por su cercanía al Río San
Agustín y al puente del Carmen, era común la presencia de estos
reptiles (De La Rosa, 1938).
También conocida como la Calle de San Juan Guarín. En este lugar se ubicaron los primeros talleres
de joyas de la ciudad, cuando el Virrey Sámano otorgó los primeros permisos para trabajar el arte de
la orfebrería y la platería (De La Rosa, 1938). La tradición orfebre que data desde la colonia, aún se
encuentra vigente en el sitio y hoy cuenta con más de 250 tiendas de joyería.
Comenzando un recorrido a lo largo de la Calle 11 desde la Carrera 1ª hasta la Carrera 7ª, se pueden
encontrar en primer lugar la Calle del Espinito (Calle 11 entre Carreras 1ª y 2ª), la cual debe su
nombre a que la Quebrada Los Espinos pasaba por la parte oriental de la manzana y desembocaba
en la Quebrada San Bruno. Luego se observa la Calle del Chorro de Egipto (Calle 11 entre Carreras
2ª y 3ª); cuyo nombre se inspiró en la presencia de una fuente pública conocida como “Chorro de
Egipto”. Entre las Carreras 3ª y 4ª se encuentra la Calle de La Candelaria (También conocida como
Calle Alta de La Candelaria). Su nombre se origina por la iglesia de Nuestra Señora de La Candelaria,
la cual le dio finalmente el nombre al centro histórico. Su construcción se inició en el año 1686 y fue
finalizada en 1703, posteriormente fue restaurada entre 2003 y 2005 (De la Rosa, 1938).
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12 Memoria histórica y fomento turístico
En esta misma calle se encuentra un restaurante conocido como “La puerta falsa”, que tiene su
Imagen 9. Calle de La Enseñanza a
principios de la década del 4º del Siglo origen en el año 1816. Se hizo popular por las golosinas típicas bogotanas con las que congregaba
XX. Se observa el Palacio de Justicia que a los habitantes santafereños, incluyendo a Manuelita Sáenz. Actualmente atrae a turistas y
fue destruido el 9 de Abril de 1.948.
Autor: Gumersindo Cuellar Gutiérrez. bogotanos que buscan saborear el patrimonio gastronómico bogotano. Su nombre hace referencia a
Fuente: Biblioteca Luis Angel Arango la arquitectura religiosa que tiene puertas laterales llamadas falsas. En la época de su creación, la
puerta falsa de la catedral quedaba exactamente al frente y las personas acordaban encontrarse
frente a la puerta falsa de la catedral (IDPC).
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Memoria histórica y fomento turístico
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La Calle 10
Esta calle era muy prestigiosa a finales del siglo XIX, tanto que las
primeras grandes obras de alcantarillado que comenzaron en el
año 1872 se realizaron a lo largo de la actual calle 10ª. Contribuía
a su importancia el hecho de que allí vivían “Los cuervos”, José
Eusebio quien el padre de Rufino José, el creador del diccionario de
construcción y régimen de la lengua castellana, costeado por medio
de la producción que llevaba a cabo de cerveza artesanal. Con las
ganancias de la cervecería Cuervo era financiado el Hospital San
Juan de Dios (Zambrano Pantoja, 2007), (Niño Murcia, 2014) (La
Rotta S, 2010). Actualmente la Calle 10 cruza el Barrio Egipto
(hasta la Carrera 3ª) y hasta la Carrera 10ª hace parte del Barrio
Centro Administrativo.
Entre Carreras 6ª y 5ª está La Calle del Coliseo. Su nombre se le dio gracias al primer teatro de la
ciudad llamado “El Coliseo” construido entre 1792 y 1793 por don Tomás Ramírez, primer soldado
del ejército virreinal y luego próspero comerciante (Mujica, 1994), Este escenario se ubicó en el
mismo lugar donde hoy se erige el actual Teatro Colón construido entre 1885 y 1895 por el arquitecto
italiano Pietro Cantini. También se encuentra el Palacio de San Carlos construido en el siglo XVI y
actual sede del Ministerio de Relaciones Exteriores. Fue usado como residencia presidencial durante
el siglo XIX y por ello habitado entre otros por Simón Bolívar. En 1774 fue la sede de la Real Biblioteca
y tenía una división que era un cuartel militar (Saldarriaga Roa, 1994). Más hacia el oriente, entre
Carreras 5ª y 4ª, encontramos la Calle de La Esperanza. De acuerdo a De La Rosa (1938), se cuenta
que en ese lugar vivió el General Antonio Ricaurte, prócer de la independencia, que constantemente
se marchaba a la guerra y dejaba a su amada, Juana Martínez, llena de angustia y con la esperanza Imagen 11. La Calle 10ª sentido
occidente – oriente en el año 1895.
de volverlo a ver. Ahora se encuentra allí el Museo Militar, como memoria a todos aquellos militares Fuente: Archivo de Bogotá
que fueron decisivos en la independencia del país.
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14 Memoria histórica y fomento turístico
Al seguir al oriente por la calle 10 encontramos una pendiente característica de las calles de la
Candelaria por encontrarse en la falda de la montaña. Por ello, entre Carreras 4ª y 3ª encontramos la
Calle de La Fatiga, pues su nombre reflejaba la experiencia físicamente agotadora de los santafereños
al caminar desde la Plaza Mayor hacia el oriente. Sin embargo, la fatiga se calmaba un poco en la
siguiente calle, la de la Toma del Agua, entre Carreras 3ª y 2ª, que hace alusión a una fuente de agua
ubicada en el lugar y que muy seguramente estuvo relacionada con el acueducto de Villanueva
(Mendoza y Mejía, 2014). Finalmente, entre Carreras 2ª y 1ª está la Calle del Calvario. Cuyo nombre
posiblemente se deba al resultado del empinado trayecto desde la plaza mayor. Se sabe que en esta
calle, en una de las esquinas occidentales sobre la carrera 2, se ubica la casa donde fue aprisionada
la heroína de la revolución comunera, Policarpa Salavarrieta en Noviembre de 1817. Asimismo, se le
conoció como calle de Bolivia durante 1849 y 1876 (De La Rosa, 1938).
Todo este episodio, planeado un día antes en el Observatorio Astronómico dirigido por el Sabio Imagen 13. Calle de Santa Clara (Carrera
8ª entre Calles 8ª y 10ª). A la izquierda
Francisco José de Caldas, y ubicado en la Calle de Santa Clara (Carrera 8ª entre calles 8ª y 10ª), se observa el observatorio astronómico
buscaba incitar una revuelta al prever que Llorente no querría prestar un objeto a un criollo para donde se gestó el plan que finalmente
llevó a la independencia. A la derecha, la
atender al comisario Antonio Villavicencio, nacido en Quito. Como español, Llorente simbolizaría la Iglesia (hoy Museo) de Santa Clara, la
cual le dio el nombre a la calle.
tensión y antipatía de la colonia española y por lo tanto, una excusa para promover los ideales
independentistas (Zambrano Pantoja, 2007).
Aunque no se tiene certeza si efectivamente González Llorente se negó a prestarlo, lo cierto es que
se aprovechó el lugar y la ocasión para buscar la atención y exacerbar los ánimos de los criollos que
se encontraba principalmente en la plaza mayor y sobre la Calle Real.
De esta forma, la revolución que inició la independencia se vivió principalmente en las calles de La
Candelaria, pues cientos de mujeres y hombres criollos cansados del yugo español se dejaron llevar
por la revuelta planeada, conllevando a la detención del virrey Antonio José Amar y Borbón, al arresto Imagen 14. Calle de Los Amigos.
de su esposa, la Virreina María Francisca Villanova en el Convento de la Enseñanza y posteriormente (Carrera 5ª con Calle 10). A la izquierda
se observa la Casa de la Independencia,
en la cárcel del Divorcio, así como la posterior deportación de los dos a España. hoy sede del Museo de Bogotá
Para firmar el Acta de Independencia, los miembros del Cabildo se reunieron el 21 de Julio de 1810
en la Casa Consistorial, ubicada en el sector occidental de la Plaza Mayor. Sin embargo, previo a ello
se dirigieron a la actualmente conocida como Casa de la Independencia, construida en 1637 y
ubicada en la Calle de Los Amigos (Carrera 5ª con calle 10). Allí visitaron a Luis Rubio Ricaurte para
pedir su apoyo a la firma del Acta. Dicha visita debió despertar muchos comentarios y se tomó como
una visita de gran importancia, por lo que es probable que el nombre de la Calle se derivara de
aquella reunión. (Zambrano Pantoja, 2007) (Fundación Erigaie, 2011).
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16 Memoria histórica y fomento turístico
La huida del pasado colonial venía con el afán de transformar ese modesto paisaje construyendo
edificios grandes, lujosos y con espacios en el primer piso para los establecimientos comerciales que
también significaban mejoras económicas y progreso, que era el acercamiento a ser una metrópolis
(Delgadillo, 2008). Asimismo la apertura económica a mediados del siglo XIX conllevó al surgimiento
de actividades comerciales y financieras que estimularon nuevas percepciones estéticas y
Imagen 15. Calles de Santo Tomás de necesidades. La llegada de nuevos materiales disponibles de construcción no solo causó cambios en
Villanueva (Carrera 8ª entre calles 6Cy la apariencia de las calles de la Candelaria y sus edificaciones, sino que también aumentó la
6B) y al fondo Calle de San Dimas de
Santa Bárbara (Carrera 8ª entre calles 6 diferenciación social al hacer más evidente el origen, los costos y la calidad de los recursos usados
B y 6A) (Barrio Santa Bárbara)
en las construcciones (Ibid, 2008).
Cruzando la Avenida José Asunción Silva (Calle 7ª) se sigue el recorrido hacia el norte a través de la
Calle de la Giralda (entre calles 7ª y 8ª). Se le dio este nombre por el puente de madera que se Imagen 17. Calle de La Giralda (Carrera
8ª entre calles 7ª y 8ª). Vista sur –
construyó sobre el Río San Agustín y que conectaba la carrera 8ª entre esta calle y la de Santo Tomás norte. A la izquierda se encuentra el
de Villanueva. En esta calle se ubicaban edificaciones importantes como el cuartel del batallón de Palacio de Nariño
artillería y la base militar de los conspiradores del 25 de Septiembre de 1828, la cual se encontraba
en las nomenclaturas 7-65 a 7-75. Ésta también fue la prisión del General Padilla y más tarde allí se
reunía el Congreso de la Nueva Granada (De La Rosa, 1938). Actualmente se encuentran el Claustro
de San Agustín al costado occidental (con estilo colonial y donde actualmente funciona el Sistema de
Patrimonio y Museos de la Universidad Nacional de Colombia) y el Palacio de Nariño (construido en
1908 y actual lugar de residencia del presidente de la República) al oriental. Sigue la Calle de Santa
Clara (Imagen 10) en donde se observan el Observatorio Astronómico, la iglesia museo de Santa
Clara, el Palacio de Echeverry (actual sede del Ministerio de Cultura) y la casa de los Comuneros, la
más antigua del lugar. Imagen 18. Calle de Santa Clara.
Costado norte. Se observa el contraste
entre las construcciones coloniales que
hoy se mantienen y el Capitolio Nacional
de estilo republicano.
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18 Memoria histórica y fomento turístico
Imagen 19. Plaza mayor de Bogotá, También, en la colonia, los españoles ubicaban un poste en el centro de la plaza para hacer los
1846. Acuarela de Edward Mark.
Biblioteca Luis Ángel Arango. Banco de castigos públicos, pero en 1538 el poste se reemplazó por una pila para abastecer de agua la
la República. Fuente: León Soler, 2008. comunidad, la cual fue reemplazada por una grande y adornada con una estatua de San Juan Bautista
niño, llamado popularmente el Mono de la Pila. Más tarde, en 1846 con motivo del primer centenario
del nacimiento del Libertador la pila fue remplazada por una estatua de Simón Bolívar, adoptando la
plaza este nombre (Vargas, 2007).
Adicionalmente, la proximidad a la Plaza Mayor era un rasgo de estratificación social, era un símbolo
del poder soberano, el lugar donde se reunía la autoridad divina y terrenal, por lo que se consideraba
el punto de mayor prestigio en la urbe (Saldarriaga Roa, 1994). En la plaza y sus alrededores
también se brindaban fiestas con chicha y turmequé que solían angustiar a los gobernantes desde la
colonia hasta inicios del siglo XX (Vargas, 2007) (León Soler, 2008).
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En 1861 fue suspendida la plaza de mercado y las corridas de toros, desde entonces teniendo varias
transformaciones siendo muy importante la de 1961, al dar lugar a su apariencia actual (Zambrano
Pantoja, 2007). Actualmente aquí confluyen las grandes manifestaciones políticas y sociales que ha
tenido Colombia y se considera el punto neurálgico del país y un lugar turístico por excelencia.
El río Vicachá fue renombrado por los españoles como Río San Francisco. Este abasteció de manera
considerable la capital desde el siglo XVI, cuando fue canalizado, hasta finales del siglo XIX. El río
bajaba con fuerza hacia la ciudad siguiendo el curso de lo que hoy es la avenida Jiménez de Quesada
hasta la actual carrera 10ª. Tenía numerosos puentes, los que hoy están bajo el suelo.
El principal de los puentes de este río fue el Puente San Francisco que estuvo sobre lo que hoy es la
carrera séptima. Este cumplió funciones de aduana y de peaje, y a su alrededor ocurría comercio que
estimulaba la renovación de estilo del relevante puente.
Siglos más tarde, en 1930, el río se tapó con el objetivo de facilitar la movilidad y parar la
construcción de puentes, que además estaba relacionado a la exposición de ríos contaminados que
eran foco de enfermedades infecciosas (Garzón Vargas et Al., 2014). Como consecuencia el río quedó
sepultado durante muchos años hasta que en el año 2000, Rogelio Salmona y Louis Kopec diseñaron
el proyecto del Eje Ambiental para contribuir en el rescate del Centro histórico dejando a la vista la
corriente del emblemático Río San Francisco (IDPC). Durante las obras se descubrió accidentalmente
el puente de Las Aguas o de Boyacá en la actual Calle 19 con Carrera 3ª. Este puente puede verse a
Imagen 23. Ampliación de la Avenida
través del enrejado a lado occidental del eje ambiental, adyacente a la iglesia de las Aguas. Jiménez en la década del 40 del siglo XX.
Fuente: Archivo de Bogotá
Imagen 22. Puente San Francisco en 1895. Fuente: Archivo de Bogotá. Hoy es el
cruce del eje ambiental con la Carrera 7ª.
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22 Memoria histórica y fomento turístico
Luego de la canalización del río, este se convirtió en una calle y sus aguas, así como sus puentes
fueron dejados bajo el suelo. Hoy, esa calle es la Avenida José Asunción Silva. Esta es llamada así en
honor del Poeta Bogotano precursor del modernismo que vivió y se suicidó en La Candelaria,
específicamente en su casa ubicada en la Calle de Borja (Calle 12C entre Carreras 3ª y 4ª) Barrio
Concordia. Actualmente la casa republicana es un espacio cultural (Casa de Poesía Silva) abierto al
público.
Debido a la importancia de esta calle se construyeron importantes sitios allí, como la Catedral
Primada, el convento de Santo Domingo (demolido a principios del siglo XX como consecuencia de los
daños sufridos durante el terremoto Las iglesias de Santa Bárbara, San Francisco, La Tercera, La
Veracruz, Las Nieves, San Agustín y San Diego. Adicionalmente, solía ser la primera calle en ostentar
servicios novedosos, como en el año 1822, cuando contaba con el privilegio de tener seis faroles
(Zambrano Pantoja, 2007). Entre 1884 y mediados del siglo XX transitaba allí el tranvía de la ciudad,
que era halado por mulas y comunicaba a Bogotá con Chapinero (al norte). También era testigo del
desfile del Corpus Christi y de las marchas fúnebres de los personajes más destacados de la
sociedad. En los años veinte del siglo XX era la ruta del Carnaval Estudiantil con desfile de carrozas
y muerto llorado “Don Pericles Carnaval” (Bohórquez et Al, 2016) y en 1948 fue el escenario del
caos y asesinato del líder político del partido Liberal Jorge Eliécer Gaitán en la avenida Jiménez, hecho
que se conoce históricamente como El Bogotazo.
Desde el 6 de Enero de 2015 se optó por la peatonalización de la séptima con el objetivo de resucitar
el perdido “septimazo”, como se le llamaba al tradicional recorrido que daban los bogotanos por la
carrera séptima durante los años cuarenta del siglo XX.
A la carrera 7ª llegaban los bogotanos atraídos por los buenos almacenes, los bancos y el Teatro Imagen 29. Algunas fotografías de la
actual Carrera Séptima. 1. Iglesia de
Colombia. Actualmente, por este tramo peatonal pueden observarse las construcciones coloniales y Santa Bárbara. 2. 1ª y 2ª Calle del
Comercio. 3. Tercera calle del comercio
republicanas, así como las de mediados del siglo XX, en donde se encuentran actividades públicas, 4. Intersección de la Carrera Séptima
gastronómicas, artistas callejeros (músicos, pintores, estatuas humanas) y numerosos sitios icónicos con Avenida Jiménez (eje ambiental). Se
ven los rieles del tranvía que fueron
de la ciudad. descubiertos en el año 2015 como
parte de la memoria histórica de la Calle
Real y esta primera e importante clase
de transporte público.
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26 Memoria histórica y fomento turístico
El Bogotazo
Desde el siglo XIX, los dos principales caudillos de la independencia, Simón Bolívar y Francisco de
Paula Santander tuvieron grandes diferencias ideológicas, principalmente frente al sistema de
organización estatal. El primero promovía un sistema centralista (los poderes concentrados en
Bogotá y desde ahí gobernar al resto del país), mientras que el segundo buscaba una división del
Estado en federaciones que gobernaran autónomamente en cada región. Estas diferencias políticas
conllevaron a la creación de los dos principales partidos colombianos; el conservador con los ideales
de Bolívar y los liberales con un apoyo a las ideas de Santander.
Durante la primera mitad del siglo XX, los dos partidos tenían polarizado el país no solo a nivel
político, sino ideológico. En 1948 estaba en el poder un presidente conservador, Laureano Ospina
Pérez., pero un dirigente liberal de nombre Jorge Eliecer Gaitán, abogado, defensor de la reforma
agraria, de las poblaciones más vulnerables de la época, exalcalde de Bogotá y exministro de
educación y de trabajo, era el candidato con mayor opción a ganar las elecciones para la presidencia
en el año 1950.
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Memoria histórica y fomento turístico
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La oficina de Jorge Eliecer Gaitán se encontraba en el edificio Agustín Nieto, en la Carrera 7ª con calle
14 (Calle del Puente San Francisco), por lo que diariamente este caudillo se desplazaba por la zona
de La Candelaria, en especial por la Calle Real, la Carrera 8ª, la Avenida Jiménez y la plaza de Bolívar. Imagen 30. Algunas fotografías del
El 9 de Abril de 1948 a la 1:05 P.M., Gaitán salió de su oficina con destino al Hotel Continental ubicado Bogotazo. 1. Destrucción por incendio
de las edificaciones de la Carrera 7ª
en la Avenida Jiménez con carrera 4ª. En la entrada del edificio lo esperaba un hombre llamado Juan entre calles 11 y 12. 2. El tranvía
característico de la Bogotá de finales del
Roa Sierra, quien disparó sobre el caudillo en tres oportunidades hiriéndolo de muerte. Mientras que siglo XIX y principios del XX fue objeto de
Gaitán era llevado a la Clínica Central en la Calle 12 entre carreras 5ª y 6ª (Calle de Paula, también vandalismo y se destruyeron todos sus
carros. Posteriormente las vías fueron
conocida como Cuartillo de Queso), donde finalmente murió, el asesino fue perseguido por la gente dejadas bajo el asfalto. 3. El cuerpo de
que se dio cuenta del crimen. Roa fue capturado por un policía que lo ingresó a una droguería que se Juan Roa es arrastrado por la Carrera 7ª
en sentido del Palacio de Nariño. 4. La
ubicaba sobre la Carrera 7ª, pero la multitud ingresó allí, lo golpeó y lo asesinó. El cuerpo de Roa fue destrucción también se vivió en la
Avenida Jiménez. Fuente: Archivo de
arrastrado por toda la Carrera 7ª hasta el Palacio de Nariño, donde dejaron su cadáver. Bogotá
Calles Patrimoniales
de la Candelaria
28 Memoria histórica y fomento turístico
La multitud seguidora de Gaitán, incluyendo algunos policías y militares inició una revuelta en contra
del gobierno conservador, lo que conllevó al inicio de saqueos y finalmente a la destrucción de gran
parte del centro histórico de Bogotá, incluyendo edificios, el tranvía y locales de la zona,
especialmente los que se encontraban en la Calle de Florián (Carrera 8ª entre calles 11 y 12), con
ventas principalmente de textiles y la Calle San Miguel (Calle 11 entre carreras 8ª y 9ª) donde se
encontraban y se encuentran hoy, varias tiendas de venta de sombreros, parte esencial del atuendo
bogotano desde la misma colonia.
Estos hechos, que se desarrollaron a lo largo de tres días, son conocidos en la historia como El
Bogotazo y tuvieron como consecuencia inmediata no solo la muerte de más de 300 personas, sino
a nivel político, la creación de los primeros grupos guerrilleros y el posterior desarrollo del conflicto
armado colombiano. También tuvo una consecuencia en la economía y la arquitectura del centro
histórico de la ciudad, pues al destruir gran parte de este, se construyeron nuevas edificaciones que
son las que se pueden observar actualmente.
Durante dos días, las calles del centro histórico de Bogotá fueron un escenario de guerra que
estremeció las bases de la democracia nacional.
Ello ocasionó casi un centenar de víctimas mortales y en su momento 14 desaparecidos, sobre los
cuales existen testimonios y videos de los medios de comunicación que mostraban que efectivamente
salieron del palacio, pero que de manera inexplicable fueron
encontrados sin vida luego de un gran incendio que consumió el
edificio entre la noche del 6 y la mañana del 7 de Noviembre.
Actualmente, durante la semana santa, las iglesias de La Candelaria tienen una gran cantidad de
visitantes de toda la ciudad, así como de turistas. La tradición católica indica que se deben visitar siete
(7) iglesias durante esta conmemoración religiosa y por eso las calles de la localidad se ven
inundadas por creyentes durante el jueves, pero principalmente el viernes santo.
Una de las fiestas religiosas con más tradición y que se ha conservado en La Candelaria durante más
de 100 años, es la fiesta de los reyes magos que se desarrolla el 6 de Enero en la Iglesia de Nuestra
Señora de Egipto (Carrera 1 Este #10-58 – se puede acceder caminando a través de la Calle 10ª-). Imagen 33. Fiesta de los reyes magos
Habitantes y visitantes se toman las calles alrededor de la iglesia y disfrutan de la ceremonia religiosa, en la iglesia del Barrio Egipto. Imágenes
de wordpress y El Espectador.
acompañada de una obra teatral que conmemora la llegada de los reyes magos a Belén para visitar
al niño Jesús.
Así mismo, las calles se inundan de ventas de comida típica, en especial de la chicha, una de las
bebidas ancestrales muiscas (a base de maíz fermentado) que ha prevalecido en la localidad y que
hoy, gracias a la tradición oral de las mujeres del Barrio Egipto, se sigue manteniendo similar a la
chicha que se producía antes de 1538 y durante toda la época de la colonia y la independencia. La
fiesta de reyes del Barrio Egipto fue declarada patrimonio cultural de Bogotá.
Calles Patrimoniales
de la Candelaria
30 Memoria histórica y fomento turístico
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Calles Patrimoniales
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Autores
Claudia Delgado Aguacia, MSc.
Jenny Paola Becerra Castro, MA.
Juan Pablo Roberto Barbosa, BA.
Santiago Reina Camacho, BA.
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