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Introducción

Frente a la falta de opciones viables solemos ignorar que si quiera existe un


problema. La EFT es una opción viable para tantos de los problemas que nos
aquejan como individuos y como especie. Sin embargo, considero que no se conoce
tanto sobre ella, su eficacia, el cómo funciona y el porqué es tan importante.

Capítulo 1, -Bases-

"Los sentimientos maladaptativos centrales de las personas están principalmente


relacionados con tres emociones básicas y mayores: miedo-ansiedad, vergüenza y
tristeza (Greenberg, 2015; Timulak, 2015). También están relacionados con tres
visiones básicas del yo: (a) sentirse frágil e inseguro, y ver el yo como incapaz de
mantenerse unido sin apoyo—un sentido del yo de un 'yo débil'; (b) sentimientos de
inutilidad y una visión del yo como un fracaso—un sentido del yo de un 'yo malo'; o
(c) un sentimiento de abandono solitario—un sentido del yo de un 'yo triste'"
(Greenberg, L. S. (2015).

Para superar la vulnerabilidad central que causa tanto miedo, tristeza y


vergüenza primaria desadaptativa, las personas deben primero reconocer esa
sensibilidad. Después, es esencial que determinen la lesión emocional que
fundamentó su percepción negativa de sí mismos. Posteriormente, es necesario
abordar y remediar la vulnerabilidad fundamental para empezar a desarrollar una
percepción más robusta y firme de si mismo".

En una terapia centrada en el cambio emocional, el objetivo es cambiar


emociones desadaptativas. También podríamos decir que se trata de superar
bloqueos emocionales que en lugar de facilitar nuestra supervivencia, nos limitan y
la dificultan. En terapia estas emociones, desadaptativas, se activan en el presente,
y pueden ser transformadas por la activación de emociones más empoderadoras y
adaptativas.

Podemos imaginar fácilmente lo difícil y limitante que puede ser para un


adulto y su entorno el sentir miedo a que su pareja lo abandone. Cuando esto ocurre
es normal que se active el esquema emocional del miedo con sus tendencias a la
acción correspondientes como lo son el huir. Sin embargo , por ejemplo, en una
situación de ruptura vincular se considera adaptativo por ejemplo la activación de la
emoción del dolor. Esto es así porque al estar activo el esquema emocional del dolor
con su tendencia a la acción correspondiente, buscar soledad para procesar la
pérdida con libertad para llorar se puede aliviar el dolor. También suele generar de
manera adaptativa el querer buscar a una persona cercana segura que pueda
brindarnos consuelo. Además permitir el dolor profundo mediante el llanto genera
una experiencia que nos informa de manera vívida que efectivamente hubo una
pérdida facilitando el entrar en proceso de duelo con resignación saludable y cierto
alivio emocional.

Algo que tienen en común estos procesos es que:

Imagen 1

Nota: Stencil sobre los bloqueos emocionales


Las TFE o terapias focalizadas en la emoción se basan en principios de cómo
funciona la memoria humana. Uno de ellos es el proceso de la re-consolidación de la
memoria. El proceso de re-consolidación de la memoria es un fenómeno en el cual
los recuerdos, una vez recuperados, se vuelven lábiles y susceptibles a
modificaciones antes de ser almacenados nuevamente en el cerebro. Este proceso
se divide en varias etapas:

1. Recuperación de la Memoria: Inicialmente, un recuerdo específico es activado


o recuperado, lo que lo hace temporalmente inestable.
2. Destabilización: Después de la activación, el recuerdo entra en un estado lábil
o inestable. Durante este período, el recuerdo puede ser alterado.
3. Reconsolidación: Es la etapa en la que el recuerdo modificado se vuelve a
almacenar en el cerebro. Este proceso implica la síntesis de proteínas y otras
actividades celulares y moleculares.
4. Restauración de la Memoria: Finalmente, el recuerdo se reestablece en la
memoria a largo plazo, posiblemente con algunas modificaciones si ha sido
alterado durante la fase de reconsolidación.

Este proceso de reconsolidación es crucial porque permite la actualización y


modificación de los recuerdos basándose en experiencias nuevas o información
adicional.

Imagen 2
Nota: La obra se llama ’’ Neurons that fire together ,wire together’’ Hebb Principle. Artista: De la fuente en AI 2024

A su vez este proceso está basado en el principio de Hebb, comúnmente


resumido como "lo que se dispara juntos, se conecta juntos", es una regla
fundamental en neurociencia y psicología para entender cómo se forman las
conexiones entre las neuronas en el cerebro. Propuesto por Donald Hebb en 1949, el
principio sugiere que las conexiones sinápticas entre dos neuronas se fortalecen
cuando las neuronas se activan simultáneamente. Esto significa que si una neurona
A se activa al mismo tiempo que la neurona B, la fuerza de la conexión sináptica
entre ellas aumentará. Este mecanismo es crucial para procesos como el
aprendizaje y la memoria, ya que permite que los patrones de actividad neuronal se
refuercen y se hagan más eficientes con la repetición.

¿Cómo ayudamos los terapeutas a los clientes a acceder a emociones más


empoderadoras?

Un grupo de brillantes psicólogos descubrieron que movilizar la necesidad


insatisfecha en la emoción es una de las formas más efectivas de activar una
emoción adaptativa.(Greenberg & Malcolm, 2002; Greenberg & Paivio, 1997; A.
Pascual-Leone & Greenberg, 2007)

Por ejemplo:

● la vergüenza desadaptativa, que se internalizó a partir del desprecio de


otros, puede transformarse accediendo a la necesidad de validación.

Cuando el cliente reconoce que necesita y, de hecho, merece validación, el acceso a


esta necesidad activa emociones adaptativas, como la ira por la invalidación, el
dolor por todas las pérdidas involucradas y posiblemente la auto-compasión. Lo que
sigue es una sensación de orgullo y autoestima. Cada emoción que las personas
experimentan implica un conjunto específico de necesidades. Cuando estas
necesidades se satisfacen, el ciclo de experiencia fluye normalmente, y la emoción
es rápida y fugaz. Si sentimos vergüenza, pero al mismo tiempo se satisfacen
nuestras necesidades de validación por alguien significativo, nos sentimos
reconfortados y de nuevo cómodos y seguros en nosotros mismos y en nuestras
interacciones con el mundo exterior. Sin embargo, si estas necesidades no se
satisfacen, persisten la incomodidad, el dolor y el sufrimiento. En un intento de lidiar
con este sufrimiento, las personas forman recuerdos esquemáticos emocionales de
la necesidad insatisfecha y el dolor emocional para actuar como un sistema de
advertencia y protegerse. Este sistema puede activarse en diferentes situaciones,
alertándonos del peligro cada vez que una situación se asemeja a la causa original
del dolor. El esquema emocional actúa como un sistema de advertencia exagerado.

Además para protegerse del sufrimiento muchas veces surgen ciertas


emociones secundarias que disfrazan ciertas emociones primarias; estas
emociones secundarias implican una especie de parálisis. De aquí viene ahí el
concepto de bloqueo emocional que utilizamos para facilitar la comprensión de
estas dinámicas limitantes ya que captura fielmente el proceso.

Imagen 3
De igual manera se suelen utilizar metáforas para estos procesos como
encarcelamiento en malos sentimientos.

Algunos ejemplos son:

● la desesperanza, la ansiedad o la ira reactiva.

Estas eminencias de la psicología, descubrieron que centrarse en recuperar


necesidades emocionales previamente insatisfechas ayuda a movilizar emociones
adaptativas primarias (Greenberg, 2015; A. Pascual-Leone & Greenberg, 2007), y eso
es un poderoso motor de cambio. Estas nuevas emociones adaptativas, que ayudan
a modificar las viejas emociones desadaptativas, surgen precisamente de aquellas
necesidades que el cliente nunca pudo experimentar en el pasado.

Imagen 4
Nota: En la imagen se puede observar a alguien recuperando sus necesidades insatisfechas. La obra capta muy bien el
concepto de los nuevos caminos neurales que se forman.

Además, enfocarse en emociones primarias adaptativas lleva a las personas


aún más lejos hacia el cumplimiento de otras necesidades emocionales porque
estas emociones nos guían en la dirección de acciones y solución de problemas
para satisfacer otras necesidades. Las emociones adaptativas primarias recién
experimentadas presentan nuevas posibilidades a las que las personas ahora
pueden acceder, deshaciendo así las respuestas afectivas y cognitivas
problemáticas existentes.

Por ejemplo:

● La tristeza adaptativa del duelo ayuda a apaciguar los dolores de la


soledad y la indignidad; lo que también podría ayudar a las personas a
dejar ir la necesidad insatisfecha de cercanía que nunca recibieron de
un padre.
Acceder a las necesidades y a nuevas emociones ayuda a las personas a
cambiar viejas creencias no disputándolas racionalmente, sino teniendo una
experiencia emocional vívida que desmiente las creencias.

Por ejemplo:

● Las personas no pueden creer que son indignas de amor mientras se


experimentan a sí mismas como merecedoras de amor; del mismo
modo, no pueden retroceder en el miedo mientras avanzan en la
afirmación.

Capítulo 2, - Feminidad Sagrada Encarnada en la Tierra

Arribar a la emoción

El primer paso del terapeuta focalizado en la emoción: Sintonización empática con


el afecto

La terapia para cambiar la emoción sigue un enfoque de dos etapas: llegar a

la experiencia emocional y luego dejarla (Greenberg, 2002). En la primera etapa, el

terapeuta escucha la narrativa del cliente y permite que emerja la historia y su

significado emocional. En esta primera etapa, el terapeuta trabaja para activar

esquemas emocionales primarios para acceder a sentimientos maladaptativos

dolorosos. Lo hacen en varios pasos, el primero de los cuales, la sintonización

empática con el afecto, que es el tema de este apartado.

La sintonización empática con el afecto implica una percepción cinestésica y

emocional del mundo interior de otra persona, conociendo su ritmo, sentimiento y

experimentando metafóricamente estar en su piel. Seguir empáticamente el afecto


es más un proceso del cerebro derecho que del izquierdo, analítico. Funciona en

niveles por debajo de la conciencia y consiste en estar con el cliente en lugar de

hacer algo al cliente. Es útil distinguir entre "comprensión empática" y "sintonización

empática con el afecto". Ambos son terapéuticamente importantes, pero la

sintonización empática con el afecto va más allá de la comprensión empática para

crear una experiencia de dos personas de resonancia afectiva recíproca, una

capacidad de respuesta que crea una sensación de conexión ininterrumpida donde

el enfoque está claramente en el afecto, no en el significado. Este tipo de conexión

permite la corregulación del afecto. Rogers (1957) introdujo famosamente la idea de

la empatía como reflejo del sentimiento, pero lo que él llamó "reflejos" eran

predominantemente reflejos del significado. Antes de su muerte, dijo que deseaba

haber usado el término "verificar su comprensión" en su lugar. La comprensión

empática implica una entrada imaginativa en el mundo del otro, más la capacidad de

convertir esta comprensión del mundo interior del otro en palabras. Es una habilidad

terapéutica crucial (Watson, 2016).

Sin embargo, la sintonización empática con el afecto va más allá de la

comprensión empática porque el enfoque no solo está en transmitir comprensión

sino también en enfocarse y reflejar el afecto. "Sentirse sentido" por otro crea una

resonancia de mentes que es esencial para la supervivencia, es placentera y ayuda

en la regulación del propio afecto.

ejemplo:

● Otra forma de describir el proceso de sintonización empática con el

afecto es mediante una analogía con la experiencia de la sintonización

musical en la que un cantante iguala su tono con el de otro cantante o

instrumento musical.

Imagen 5
Nota: En la imagen un ejemplo sobre la capacidad de sintonizarnos con un otro desde la modalidad más del cerebro izquierdo
que del derecho. Nos sentimos sentidos, resonando, no analizando.

Usando esta metáfora, escuchar al cliente de una manera afectivamente

sintonizada significaría sintonizar con las experiencias afectivas del cliente aquí y

ahora o, extendiendo un poco la metáfora, sintonizar con la melodía (o tonada) de la

experiencia afectiva interna del cliente. Es decir, a través de la sintonización

empática con el afecto, el terapeuta vibra o resuena con la melodía del cliente que

emana de su ser en la inmediatez del encuentro terapéutico. El tono y la subida, la

energía, el ritmo y el tono de la voz del terapeuta, y la expresión del rostro y los ojos,

y sus contornos a lo largo del tiempo, todos reflejan la experiencia afectiva del

cliente de cansancio, emoción, ira o tristeza.

Esto no ocurre por medios deliberados, sino automáticamente al estar

completamente presente, interesado y sintonizado. Desempacar el significado de la

palabra "interés" es útil porque su uso en la oración anterior transmite el sentido

especial del tipo de presencia necesaria. La palabra, desglosada en sus

componentes en latín es: est, "ser" e inter, "entre". Por lo tanto, uno está "entre" el

otro. Uno necesita estar completamente absorto y curioso. La adición de las

palabras "sintonización con el afecto" a "empático" enfatiza estar sintonizado


espontáneamente, interesado y armonizando con el ritmo y contorno de la

experiencia emocional del cliente (Stern, 1985). Dado que el objetivo de trabajar con

la emoción en terapia es facilitar la capacidad de las personas para lidiar con su

dolor emocional, es importante que los terapeutas se centren en los estados

emocionales momento a momento de sus clientes. La capacidad de estar

sintonizado realmente se reduce a cuán presentes están los terapeutas a los

estados afectivos de sus clientes en el momento y qué tan exitosamente reflejan

esos estados para que se sienta una conexión que va más allá de las palabras. El

cliente entonces se sentirá sentido. Además de transmitir comprensión de los

significados y sentimientos de los clientes, los terapeutas también necesitan reflejar

su experiencia fisiológica basada en el cuerpo. Los terapeutas deben responder a las

expresiones faciales de sus clientes, la forma en que se sientan y sostienen sus

cuerpos, sus micromovimientos, su respiración y su tono vocal. Los terapeutas

pueden lograr la sincronía con sus clientes al estar sintonizados con los procesos

fisiológicos de sus clientes. El ritmo del terapeuta y el tempo de la interacción deben

coincidir con el estado del cliente; sus biorritmos se coordinan. Esto se expresa en

una coincidencia en el uso del lenguaje, el tono vocal, la conductancia de la piel, las

pausas y otros comportamientos no verbales (Watson, 2019). Y todo esto ocurre

automáticamente. La sintonización afectiva es un fenómeno corporal. La

investigación en neurociencia demuestra que este tipo de sintonización es una

experiencia corporal completa (Gallese, 2009). El descubrimiento de las neuronas

espejo sugiere que los cerebros de humanos y primates ejecutan un tipo de

simulación encarnada que permite a las personas comprender la experiencia de los

sentimientos, sensaciones, emociones e intenciones de otros sin palabras y en un

nivel sensoriomotor (Watson, 2019). Esta simulación no es un proceso deliberado o

consciente; más bien, es no consciente y prereflectivo. Es a través de la simulación

de las intenciones de los demás, que se transmiten principalmente por acciones

corporales y expresiones faciales, pero también entendiendo el contexto en el que se


perciben y reconocen las emociones de los demás. En otras palabras, el cerebro

ejecuta un tipo de simulación de lo que se siente al hacer lo que el otro está

haciendo en la situación descrita.

En terapia, cuanto más vívida sea la descripción que el otro proporciona, más

puede el terapeuta imaginar la experiencia y más capaces serán sus cerebros de,

automáticamente, ejecutar una simulación, dando así al terapeuta una sensación de

cómo era para el cliente. Los terapeutas necesitan imaginar activamente las

historias de los clientes e imaginar activamente lo que los clientes experimentan. La

empatía de los terapeutas se potencia cuando pueden imaginar y sentir

deliberadamente la experiencia de los clientes (Greenberg & Ruchanski-Rosenberg,

2002; Watson & Greenberg, 2017).

Es importante que tanto en la sintonización empática como en la

comprensión empática, los terapeutas no sientan lo que el otro siente. Más bien,

experimentamos, corporalmente, un tipo de metaexperiencia, sintiendo lo que se

siente al sentir una emoción, pero sin sentir realmente la emoción. Así, si mi cliente

siente vergüenza, yo no siento un atisbo de vergüenza con su tendencia a retirarse.

Más bien, siento lo que se siente al sentir esto, manteniendo siempre claro que esto

es lo que se siente para el otro en lugar de sentirlo yo mismo. Lo que podría sentir

como mi propia reacción emocional podría ser algo bastante diferente. Por ejemplo,

cuando mi cliente siente vergüenza, yo no siento vergüenza. Más bien, puedo sentir

compasión o incluso una sensación de ira o tristeza por lo que ha sufrido el cliente.

Un estudio de lo que los terapeutas sentían cuando estaban siendo altamente

empáticos encontró que solo el 11% del tiempo los terapeutas reportaron sentir el

mismo sentimiento que los clientes empáticos (Greenberg & Ruchanski-Rosenberg,

2002). La respuesta mayoritaria, alrededor del 40% del tiempo, fue que los

terapeutas tenían una imagen vívida de lo que el cliente estaba diciendo, y leían el

sentimiento de lo que se representaba en la imagen.


La sintonización afectiva es un proceso profundo. La pregunta se convierte

en: ¿Cómo lo aprendemos, cómo lo hacemos en terapia y cómo entrenamos a las

personas para mejorar su capacidad de estar empáticamente sintonizados con el

afecto? Probablemente aprendemos la sintonización empática con el afecto

combinando alguna habilidad innata para reconocer la emoción con haber tenido

nuestra propia experiencia afectiva reflejada empáticamente y, con el tiempo,

internalizando esta capacidad a nivel procedimental. Se podría decir que la

sintonización de un cuidador con el afecto de su bebé proporciona los bloques de

construcción de cómo los niños aprenden a conectarse con los demás, construir

relaciones y estar sintonizados con el afecto. La capacidad de un cuidador para

estar sintonizado es importante para la capacidad de los niños de aprender a regular

sus sistemas nerviosos y lidiar con el estrés. El fracaso constante de los cuidadores

en estar sintonizados con los estados afectivos en constante cambio de los bebés

resulta en una mala regulación del afecto y una pobre habilidad para lidiar con el

afecto en los demás. Además, entonces, de nuestra experiencia personal de

sintonización a lo largo de nuestra vida que nos ha dado cierta capacidad para la

sintonización ahora como profesionales de ayuda, el entrenamiento en estar

presente es una forma de mejorar la sintonización.

Presencia Terapéutica

La presencia terapéutica implica la capacidad de estar plenamente en el

momento con el cliente en la totalidad de su experiencia (Geller & Greenberg, 2012).

La presencia terapéutica no es una técnica; más bien, es una forma de estar con el

cliente. Implica que los terapeutas estén abiertos y sean sensibles a su propio

cambio de conciencia y experiencia momento a momento, y a la de sus clientes,

respondiendo desde este estado de receptividad interior. Lo que hace el terapeuta

no es tan importante como cuándo lo hace; estar presente en el momento potencia

una respuesta sintonizada. La presencia terapéutica conlleva estar completamente


inmerso en el momento con la intención de estar al servicio del proceso de curación

del cliente, manteniendo al mismo tiempo un sentido de arraigo en la propia

existencia personal y una conexión con el otro. Este estado se potencia cuando los

terapeutas suspenden o desenfocan sus propias necesidades, esperanzas,

preocupaciones, creencias o suposiciones, y en su lugar se centran con toda su

atención en el proceso del cliente y en lo que está ocurriendo entre ellos en el

momento.

Esta calidad de estar en el momento proporciona una base para la

sintonización con el afecto. Toda emoción ocurre en el presente, por lo que los

terapeutas necesitan estar en el presente para ser conscientes de las emociones de

sus clientes. Principalmente, la presencia es una forma de encontrarse con el cliente

libre de preconceptos, juicios y agendas del terapeuta.

ejemplo:

‘’Me gusta describir mi experiencia de presencia de esta manera: Cuando

estoy sentado frente a un cliente, si un rayo de sol brilla a través de la ventana, veo el

rayo de sol, y si cae una mota de polvo entre nosotros, veo la mota de polvo. Del

mismo modo, si los ojos del cliente se empañan antes de que aparezcan las

lágrimas, veo el cambio en la luz reflejada en los ojos.’’ L. Greenberg

La presencia terapéutica es una forma de estar completamente abierto a los

clientes en la profundidad y complejidad de su mundo emocional, cognitivo y

espiritual interno. Geller y Greenberg (Geller & Greenberg, 2012) definen la presencia

terapéutica como traer todo el ser al encuentro con un cliente al estar

completamente en el momento en una multiplicidad de niveles: físico, emocional,

cognitivo y espiritual. La presencia implica (a) estar en contacto con el propio ser

integrado y saludable mientras (b) se está abierto y receptivo a lo que es

conmovedor en el momento, y sumergido en él, con (c) un mayor sentido de


amplitud y expansión de la conciencia y percepción, y con (d) la intención de estar

con y para el cliente al servicio de su proceso de curación. El estado receptivo

interno implica una apertura completa al mundo interno multidimensional del cliente,

incluyendo su expresión corporal y verbal, y una apertura a la experiencia corporal

propia del terapeuta en el momento para acceder al conocimiento, la habilidad

profesional y la sabiduría encarnada. Estar plenamente presente, entonces, permite

una respuesta sintonizada basada en una percepción cinestésica y emocional del

afecto y la experiencia del otro, así como de la propia intuición y habilidad del

terapeuta, y de la relación entre ambos.

Imagen 6

Nota: En la imagen una ilustración de la descripción de Greenberg sobre la presencia terapéutica y el estado que implica.

Los terapeutas pueden entrenarse para estar más presentes participando en

diferentes ejercicios de conciencia centrada en el presente. En la década de 1950, la

terapia Gestalt, inspirada en la práctica budista Zen, introdujo ejercicios de


conciencia centrada en el presente. Estos ejercicios consistían esencialmente en

practicar estar en el momento diciendo: "Ahora soy consciente de..." y alternando

entre la conciencia de la sensación exterior, que implica percepciones más allá de la

piel, la sensación interior y la percepción dentro del límite de la piel, y lo que se

llamaba "conciencia de la zona media", que involucraba el procesamiento

conceptual. Este procesamiento conceptual era meta o más allá de la experiencia de

la conciencia sensoriomotora presente. La meditación mindfulness, que ha ganado

popularidad desde la década de 1990, es otra forma de práctica para estar presente

en lo que está ocurriendo; también entrena la atención para concentrarse en la

experiencia interna actual. Estas y otras formas de práctica oriental, como el tai chi y

el yoga, ayudan a desarrollar la capacidad de estar en el momento sin memoria,

pensamiento o deseo, lo que Bion (1967) sugirió como el estado ideal para que los

terapeutas estén durante la terapia.

Dejar la Emoción

¿Qué son las necesidades?

Una forma clave de activar una nueva emoción es enfocándose en lo que se


necesita (Greenberg, 2002, 2015; A. Pascual-Leone & Greenberg, 2007). La esencia
de este proceso es la siguiente: Cuando los clientes acceden a emociones
maladaptativas dolorosas centrales como el miedo, la vergüenza o la tristeza, se
movilizan las necesidades centrales incrustadas en ellas, como la conexión, la
seguridad y la validación. Si se ayuda a los clientes a sentirse merecedores de estas
necesidades previamente insatisfechas, son capaces de generar emociones más
adaptativas relacionadas con sus necesidades insatisfechas.

ejemplo:
● Cuando los clientes sienten que merecen ser amados o valorados, esta
necesidad se integra en su ser y llega por fin al centro de la conciencia
y del inconsciente. El sistema emocional luego evalúa que la necesidad
no se cumplió y automáticamente genera una reacción emocional,
generalmente ira o tristeza saludable, o compasión por el dolor del yo.

Dada la importancia crucial de acceder a necesidades insatisfechas para


cambiar la emoción, los terapeutas necesitan discutir qué son las necesidades, de
dónde provienen y si preceden o provienen de la emoción. Además,

● ¿cómo sabemos si algo es una necesidad?


● ¿Nacemos con ciertas necesidades intrínsecas, o nuestras emociones
nos proporcionan una plantilla para el desarrollo de nuestras
necesidades?

La suposición de que los impulsos o motivaciones básicas son una parte


fundamental e innata de nuestra naturaleza está tan profundamente arraigada en
nuestras preconcepciones teóricas que a menudo se necesita mucho pensamiento
para reconocer que la vida no necesariamente está gobernada por sistemas
motivacionales predeterminados. Greenberg por ejemplo sugiere que las
necesidades psicológicas NO son simplemente innatas. No son similares a
impulsos biológicamente basados como el hambre o la sed, o la motivación
fundamental para sobrevivir y prosperar; más bien, se desarrollan a partir de
emociones.

Motivación y Necesidades

La motivación se refiere a lo que una persona necesita, quiere, desea hacer,


desea o pretende. Derivado de la palabra motivus, significa "mover". Se hipotetiza
que la motivación ha evolucionado de muchos imperativos humanos diferentes,
incluidas las necesidades de supervivencia, el apego, la autoactualización, la
pertenencia, el dominio, el poder y la autoestima (Bowlby, 1988; Maslow, 1968;
Murray, 1938; Rogers, 1959; White, 1959).
Greenberg por ejemplo no niega la importancia de estas motivaciones, y cree
que son en realidad las emociones con las que nacemos, y que los motivos,
necesidades, deseos y deseos se desarrollan a partir de emociones básicas y de los
procesos fundamentales de regulación afectiva y creación de significado. Las
necesidades psicológicas humanas, entonces, en lugar de ser dadas como instintos
o reflejos, son fenómenos emergentes construidos en un proceso complejo de
desarrollo. Las necesidades humanas emergen del afecto, y representan gustos y
disgustos básicos, cosas que el organismo desea para preservar un estado de
bienestar. Deseamos cosas porque son buenas para nosotros y promueven la
supervivencia. Estas necesidades o deseos se construyen en interacción con el
medio ambiente mediante la operación de dos procesos innatos fundamentales: la
regulación del afecto y la construcción del significado.
Básicamente, llegamos a desear aquello que ayudó a lograr el objetivo de
supervivencia de la emoción y, por lo tanto, se sintió bien. Las emociones
evolucionaron porque promovieron la supervivencia, y llegamos a desarrollar
necesidades por lo que promueve nuestra supervivencia. El objetivo en la ira, por
ejemplo, es proteger límites o superar obstáculos; en el miedo, el objetivo es huir del
peligro. En ambos ejemplos, cuando se alcanza el objetivo, los organismos se
relajan y desarrollan un deseo o necesidad de proteger o huir porque es bueno para
ellos. En la tristeza, el objetivo es buscar o llamar para obtener contacto o consuelo;
en el asco, el objetivo es expulsar lo que es nocivo y sabe mal. Todos evolucionaron
como sistemas orientados a la acción para ayudar a la supervivencia y conducen a
sentirse bien cuando se alcanza el objetivo y luego querer más de este sentimiento
para lograr este objetivo. Posteriormente, los organismos desarrollan necesidades o
deseos por límites, seguridad, consuelo y expulsión de sustancias nocivas porque
estas cosas son buenas para ellos. Desde este marco el motivo de sobrevivir y
crecer es el único motivo innato común entre las especies. Esta motivación innata
trabaja en conjunto con dos procesos operativos innatos principales: (a) la
regulación del afecto, el esfuerzo por estabilizar fisiológicamente al organismo para
regular los sistemas nerviosos simpático y parasimpático; la regulación del afecto
se manifiesta funcionalmente como tratar de tener los sentimientos que queremos y
no tener los sentimientos que no queremos; y (b) la creación de significado, el
esfuerzo por dar sentido a las emociones y, más ampliamente, dar sentido a
nosotros mismos, nuestras vidas y nuestro mundo; la creación de significado se
manifiesta funcionalmente en la construcción narrativa. Estos son procesos
operativos generales y no motivos de contenido específicos.
Sin embargo, el intento de identificar motivos de contenido específicos, como
el apego, la autonomía, el logro o el poder, es tan fuerte en el pensamiento
occidental que es difícil para las personas ver estas motivaciones de contenido
como derivadas de la emoción. Por ejemplo, el apego, la necesidad de estar
conectado y protegido, se ha postulado como el motivo maestro. Claramente es una
fuerza extremadamente importante y poderosa, especialmente en bebés y niños
pequeños, pero atribuir contenido específico a ella, o a cualquier otro motivo, más
allá de la supervivencia y afirmar que el apego es un impulso innato es según el
pensamiento de Greenberg un error. En lugar de postular que el apego es una
motivación innata, la pregunta que hay que hacer es, ¿cuál es el mecanismo por el
cual funciona el apego? Necesitamos una explicación de lo que lo produce .

Satisfacción y Frustración de Necesidades

Un último aspecto importante del tema de las necesidades: el proceso de


satisfacción y frustración de necesidades, esencial para el desarrollo de la
capacidad de regular las emociones. La emoción surge de la valoración de
situaciones en relación con la necesidad. La desregulación emocional resulta de la
forma en que las personas reaccionan a la privación de necesidades. Por lo tanto,
son las respuestas de las personas, a menudo emocionales, a la frustración y
privación de necesidades, y no las necesidades en sí, lo que es problemático
(Greenberg & Goldman, 2008; Greenberg & Johnson, 1988). La satisfacción de
necesidades se ve como algo que potencialmente conduce a la completitud de la
necesidad y al avance hacia otras preocupaciones (Perls et al., 1951). Maslow
(1954) argumentó que una vez que se satisface una necesidad, la persona avanza
hacia la búsqueda de necesidades superiores según su jerarquía. Parece bastante
evidente, por ejemplo, que controlando otros factores, si estás sufriendo peligro, frío
y hambre, entonces la seguridad, la comida y el calor son una prioridad.
Simplemente no tienes tiempo ni energía para perseguir necesidades de autoestima
hasta que se cumplan otras necesidades.
Por otro lado, Perls et al. (1951) propusieron que, más que una jerarquía, las
personas tienen miles de necesidades psicológicas, pero que la conciencia actual
lleva a que surja la necesidad más urgente. Esa acción lleva a la satisfacción de la
necesidad, que conduce a que la necesidad se desvanezca en el fondo y la siguiente
necesidad surja y se vuelva figurativa en el gobierno del esfuerzo. Estas hipótesis
representan la idea de que los seres humanos son impulsados ​a la acción por
necesidades y metas psicológicas, y que la satisfacción de un conjunto de
necesidades/metas conduce a la búsqueda de otras necesidades/metas.
Por el contrario, un enfoque simple de la teoría del aprendizaje, adoptado
explícita o implícitamente por muchos terapeutas, sugeriría que alentar y responder
a la emoción dolorosa podría verse como un refuerzo positivo que llevaría a un
aumento en la frecuencia de estos comportamientos. En esta visión, las personas se
ven como organismos impulsados ​por estímulos gobernados ya sea por enlaces
estímulo-respuesta o enlaces estímulo-organismo-respuesta formados por
asociación o refuerzo. Las explicaciones de aprendizaje y refuerzo sugieren
tratamientos de exposición para extinguir asociaciones. Una visión afectiva del
funcionamiento, por el contrario, trabaja con ese aspecto del funcionamiento
humano que es intencionado y orientado a objetivos; el cerebro compara
automáticamente dónde están y dónde quiere estar. El cerebro funciona prediciendo
y reduciendo la discrepancia entre los estados presentes y deseados además del
aprendizaje asociativo. La satisfacción de necesidades mediante la reducción de la
discrepancia entre los estados deseados y logrados se ve como algo que conduce a
una reducción en los sentimientos y la necesidad. También lleva a la experiencia de
un mayor sentido de seguridad o confianza en lugar de un fortalecimiento de los
malos sentimientos de privación.
Además, la satisfacción de necesidades produce una reducción de la
preocupación por satisfacer la necesidad basada en expectativas positivas de su
satisfacción. Por lo tanto, la satisfacción de necesidades lleva a la disminución de la
necesidad.

Por ejemplo:
● La satisfacción de la necesidad de cercanía lleva a la persona a
avanzar para explorar y satisfacer otras necesidades.
● Cuando se satisface la necesidad de logro, la persona se relaja y
avanza para satisfacer otras necesidades.

Esto es importante para la terapia en la que se considera necesario acceder a


sentimientos previamente no resueltos y necesidades insatisfechas para
satisfacerlas o cambiarlas. En lugar de llevar a un refuerzo de los sentimientos y
necesidades activados, la activación los hace susceptibles a nuevos aportes.

ejemplo:
● Si, en terapia, una persona puede acceder a la tristeza de la pérdida de
seguridad sufrida en la infancia por un padre distante
● o acceder al miedo a la violencia por un padre abusivo

eso, en lugar de llevar al refuerzo de la tristeza o el miedo, conducirá a su


reducción. Cuando la tristeza y el miedo son empatizados y calmados por la
sintonización del terapeuta, y las necesidades insatisfechas de seguridad o
protección se satisfacen en terapia, se transforman mediante esta experiencia
emocional correctiva. Además, la experiencia de resolución y validación de
necesidades en el presente conduce a expectativas positivas de satisfacción futura
de necesidades y menos ansiedad o preocupación general futura sobre la
satisfacción de necesidades.

Figura 7
Nota: En la imagen una ilustración inspirada en lo sanadora que puede ser la sintonización del terapeuta para empatizar y
calmar satisfaciendo las necesidades de seguridad y protección.

Algunas de las emociones maladaptativas màs comunes son :

● miedo-ansiedad.
● vergüenza.
● tristeza.

Las mismas están relacionadas con tres percepciones de uno mismo como alguien:

● la de ser alguien frágil e inseguro, un yo débil.


● un yo que no tiene valor, un yo como alguien malo, como un fracaso.
● un yo como abandonado , un yo triste.

Capítulo 3, - Masculinidad Sagrada Encarnada en la Tierra


Los clientes merecen que se satisfagan sus necesidades. Los terapeutas trabajan

para acceder a los sentimientos, pero no solo es importante la aceptación de la

emoción y su simbolización en palabras. Todas las emociones llevan consigo

necesidades, satisfechas o no, y son estas necesidades las que deben ser

recuperadas para comprender el mensaje y la tendencia a la acción de la emoción.

Los terapeutas necesitan ayudar a los clientes a acceder a sus necesidades. El

sufrimiento psicológico y el dolor emocional son indicadores de necesidades no

satisfechas; por lo tanto, considerar qué necesidades están insatisfechas es una

parte crucial del trabajo del terapeuta.

Cuando se activan en la terapia, las emociones previamente rechazadas pueden

usarse para recuperar experiencias no deseadas de sí mismo, proporcionando así

información sobre necesidades satisfechas o no, la respuesta de uno a las

situaciones y las tendencias a la acción para afrontarlas. Las necesidades

psicológicas más comúnmente violadas o no respondidas, que, por lo tanto, traen

una experiencia de sufrimiento emocional, son:

1. la necesidad de estar conectado y comprendido, cuya falta produce

una triste soledad y la ansiedad básica de inseguridad;

2. la necesidad de ser respetado, reconocido como valioso, apreciado y

validado en lo que la persona hace y quién es, cuya falta produce

vergüenza;

3. la necesidad de seguridad, cuya falta produce miedo. Una vez que se

accede a las emociones, estas informan a las personas sobre sus

deseos o necesidades;

De igual manera estas tres emocion


El trabajo emocional implica acceder a esquemas de emoción para llegar a

las necesidades inherentes en ellos. Una distinción importante al trabajar con

necesidades es la de acceder a una necesidad sincera frente a la facilitación de la

articulación cognitiva de una necesidad. Es la necesidad sincera la que ayuda a

facilitar la transformación. La necesidad sincera es aquella que surge de

experimentar la dolorosa emoción primaria cuando se activa el procesamiento

esquemático de la emoción. Es la activación del esquema lo que da acceso a la

necesidad no satisfecha. Ahora, la necesidad se siente en lugar de simplemente

hablar de la necesidad de una manera más conceptual. Por analogía, si a alguien le

clavan un puñal en el costado y se le pregunta qué necesita, el dolor experimentado

le hace saber que necesita que le quiten el puñal y aliviar el dolor. Esto es saber

experiencial, no conceptual. El cuerpo sabe lo que necesita para sobrevivir. Esto no

es una reflexión existencial, sino una necesidad orgánica. Así, en esta discusión de

necesidades, me refiero a necesidades sinceras que son claramente evidentes y

accesibles por el dolor sentido de la experiencia activada por el esquema emocional.

Al trabajar con la emoción para lograr el cambio, nosotros los terapeutas no

intentamos comprender y promover la comprensión de los motivos de las personas

analizando el contenido de sus vidas e interacciones y buscando patrones o

explicaciones de por qué hacen ciertas cosas. Más bien, dejamos que las

emociones revelen sus motivaciones y tendencias a la acción. No vemos la

disfunción como resultado de necesidades neuróticas o su negación, ni vemos la

disfunción como resultado de patrones interpersonales basados en deseos

insatisfechos o en modelos internos de trabajo relacionados con el apego. Más bien,

los terapeutas ven los problemas como resultantes de :

(a) el rechazo de la emoción,


(b) la perseverancia de ciertas respuestas emocionales pasadas en el

presente,

(c) la desregulación emocional

(d) la construcción narrativa.

El trabajo terapéutico implica mantener nuestro dedo en el pulso emocional

de nuestros clientes en lugar de tratar de descifrar sus patrones motivados

conscientes o inconscientes o errores en el pensamiento. Las emociones son el

camino real hacia las necesidades. En terapia, las necesidades no satisfechas a

menudo surgen en el contexto de situaciones pasadas de abandono, negligencia y

abuso.

Imagen 7

Nota: La metáfora del dolor como compás en la EFT.

El aprendizaje de esas experiencias pasadas, cuando fue imposible satisfacer

la necesidad, fue que era demasiado doloroso sentir y necesitar, era demasiado
doloroso sentir y necesitar, por lo que las personas se cerraban para evitar sentir la

intensa soledad del aislamiento, el miedo al abuso y la vergüenza de la invalidez.

Como resultado, no necesitan ni sienten, lo que afecta su vida actual ya que son

incapaces de, a partir de relaciones significativas, conectarse con otros y

experimentar amor o alegría.

El trabajo terapéutico a menudo implica que el cliente deje de intentar

satisfacer la necesidad por parte de las personas que tanto le decepcionaron.

Requiere separar la necesidad de la otra persona en cuestión. Los terapeutas

promueven la reafirmación de la necesidad y su validación, pero también ayudan a

los clientes a redirigir sus esfuerzos para satisfacer la necesidad hacia fuentes

alternativas. Al hacerlo, los terapeutas intentan movilizar las necesidades

desposeídas y no satisfechas del pasado pero, al mismo tiempo, ayudan a los

clientes a dejar de intentar satisfacer la necesidad por parte de las personas que

tanto les decepcionaron.

Después de haber ayudado al cliente a procesar el sentimiento doloroso y

acceder a la necesidad no satisfecha, los terapeutas preguntan: "¿Quién más podría

satisfacer esta necesidad?" Finalmente, el cliente debe aceptar que la necesidad es

válida y saludable, y que merecen que se satisfaga, pero que la relación particular,

que originalmente nunca satisfizo la necesidad, era inadecuada. Por lo tanto,

necesitan dejar de intentar satisfacer la necesidad por parte de la persona privadora.

Aun cuando el proceso de psicoterapia de este tipo goza de la flexibilidad que

suele limitar a los protocolos rigidos, en las formaciones de terapeutas EFT los

estudiantes aprenden a formular casos de manera estructurada. En ese sentido en

síntesis las bases de una buena práctica en EFT distinguen 3 fases. En la primera el

objetivo es ayudar a desplegar la narrativa y observar el estilo de procesamiento del

cliente. En la segunda el objetivo es co-crear un foco e identificar la emoción o el


dolor nuclear. En la tercera la idea es atender a los marcadores de proceso y a los

nuevos significados.

1. Dentro de la primera fase se exploran las temáticas de lo que pasó, lo sintió, y

lo que significó.

2. En la segunda fase la temática está principalmente relacionada con el cómo

se produce el malestar actual, que hace la persona para mitigarlo, qué

consecuencias tiene.

3. Y en la tercera fase en enfoque esta en sintonizar empáticamente, facilitar

tareas, y apoyar en la reflexión.

Además uno de los procedimientos también recomendado en las

formaciones oficiales como la de la ISEFT, International Society for Emotional

Theraphy , es la de realizar el MENSIT. Este es un acrónimo que tiene el objetivo de

guiar al terapeuta y al cliente para juntos elaborar y corroborar la teoría del bloqueo o

enredo en el que se encuentra. Dentro de ella se incluyen:

Marcadores

Emociones nucleares

Necesidades Insatisfechas

Secundarias (emociones secundarias)

Interruptores (procesos interruptores)

Temáticas principales en las que se desarrolla.


Se dice que el entregar un Mensit escrito en una hoja de papel y reflexionar juntos

ayuda a afianzar aún más la alianza terapéutica. Así mismo ayuda al terapeuta a

reconocer y enfocarse en el proceso que se necesita para promover el desbloqueo o

el desenredo. Para el cliente se convierte también en una guia participativa de hacia

a donde va el rumbo de la solución. Se suele recomendar entregarlo en la tercera

sesión de trabajo emocional.

Referencias:

Caro,C.(2022). Taller de Formulación de caso EFT. Centro de Formación en Terapia


Focalizada en la Emoción-Latinoamérica. https://www.eft-ecuador.org/

Greenberg, Leslie S.. Cambiando la Emoción con Emoción: Una Guía para el
Practicante. Asociación Americana de Psicología. Edición Kindle.

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