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La disciplina escolar como el dominio de sí mismo para ajustar la conducta a las exigencias del trabajo y

de la convivencia propias de la vida escolar, no como un sistema de castigos o sanciones que se aplica a
los alumnos que alteran el desarrollo normal de las actividades escolares con una conducta negativa. La
disciplina es un hábito interno que facilita a cada persona el cumplimiento de sus obligaciones y su
contribución al bien común. Así entendida, la disciplina es autodominio, capacidad de actualizar la
libertad personal; esto es, la posibilidad de actuar libremente superando los condicionamientos internos
o externos que se presentan en la vida ordinaria, y de servir a los demás.

La disciplina escolar es, por tanto, un instrumento educativo. Por eso, antes de adoptar una medida ante
una conducta inadecuada, es necesario conocer las correcciones que ese alumno ha recibido con
anterioridad y cómo reaccionó ante ellas; las circunstancias del alumno, el momento en que se
encuentra y los motivos de su comportamiento anómalo; y tener en cuenta la repercusión que ha tenido
entre sus compañeros.

La convivencia

La convivencia es el acto de vivir en sociedad y compartir espacios, recursos y relaciones con otros
individuos. La convivencia se basa en el respeto mutuo, la tolerancia, la solidaridad y la cooperación para
lograr objetivos comunes y resolver conflictos de manera pacífica.

La convivencia en el ámbito escolar, la convivencia es un aspecto clave para el desarrollo integral de los
estudiantes. Un ambiente escolar armonioso y respetuoso favorece el aprendizaje, la socialización, la
autoestima y la motivación de los estudiantes. Por el contrario, un ambiente conflictivo y violento puede
generar estrés, miedo y ansiedad, lo que dificulta el proceso educativo.

Para fomentar una convivencia positiva en el ámbito escolar, es importante que los docentes
promuevan valores y actitudes de respeto, solidaridad y tolerancia, y que trabajen en conjunto con los
estudiantes y las familias para crear un ambiente de armonía y cooperación. También es fundamental
que se implementen estrategias y programas que permitan prevenir y solucionar los conflictos de
manera pacífica y constructiva.

Principios de la convivencia aplicados al ámbito escolar

Participación: Garantizar el derecho a la participación de niños, niñas y adolescentes en el desarrollo de


las estrategias y acciones que fortalezcan la sana convivencia.
Corresponsabilidad: La familia, las Instituciones Educativas, la Sociedad y el Educando, son
corresponsables de la formación ciudadana, la promoción de la convivencia armónica y la educación
para el ejercicio de los derechos humanos, sexuales y reproductivos.

Autonomía: Los individuos, las entidades territoriales, Instituciones Educativas, son autónomas de
acuerdo a la Constitución Política de Colombia y dentro de los límites de la ley y normas vigentes.

Diversidad: Reconocimiento, respeto y valoración de la dignidad propia y ajena, sin discriminación por
razones de género, orientación o identidad sexual, etnia o condición física, social o cultural; dentro de
ambientes pacíficos, democráticos e incluyentes.

Integralidad: Orientada hacia la promoción de la Educación para la autorregulación del individuo,


respetando la Constitución Política y las normas o Leyes vigentes.

El manejo efectivo del aula

Busot (1998) en su trabajo plantea que para administrar efectivamente el aula es indispensable que el
docente establezca reglas que los alumnos puedan seguir, procedimientos (pasos que siguen para una
actividad) y las consecuencias positivas o negativas, que resulten cuando el alumno decide seguir o no
las reglas. En términos de Dávalos, L. (1997) consiste en elaborar un plan para la disciplina en el salón de
clase; lo que permite establecer las conductas que el docente espera de los alumnos y lo que ellos
pueden esperar, por su parte, del maestro. El plan proporciona un marco dentro del cual se organiza
todo el esfuerzo para dirigir el comportamiento del grupo y se crea un ambiente educativo de confianza,
ordenado y positivo en el cual el maestro pueda enseñar y los alumnos pue- dan aprender.

Reglas y procedimientos

Para elaborar el plan de disciplina en el salón de clases es importante establecer desde el inicio las reglas
o normas generales, las cuales son aquéllas que están presentes a lo largo del día y en todas las
actividades. Son importantes porque permiten a los alumnos conocer las expectativas de
comportamiento básico que tiene su maestro. Deben comprender las acciones que se esperan y las que
se prohíben en la clase.

Según la CECODAP (2003:13) para que las normas sean efectivas deben tener las siguientes
características:

Ser construidas y/o analizadas, y aceptadas por todos los actores involucrados.
Ser pocas y coherentes con el proyecto educativo.

Estar formuladas con claridad, sencillez y equidad.

Definir estrategias adecuadas para exigir cumplimiento.

También hay que mencionar que las normas deben ser explícitas, es decir, establecer comportamientos
que pueden ser claramente vistos, ya que las expresiones vagas pueden tener diversas interpretaciones.

De igual forma, la CECODAP (2003) aclara que las normas por sí mismas no son suficientes; si éstas no
están acompañadas con un proceso formativo que lleve a descubrir el valor de esas normas y a
internalizarlas como un hábito que puede ser aplicado en diferentes circunstancias.

En cuanto a los procedimientos, éstos describen la forma en que se realizan las actividades en el aula. Se
trata de la manera de lograr que se hagan las cosas, por lo que no suele plantearse por escrito. La
tercera parte de un plan de disciplina lo constituyen las consecuencias, y consisten en establecer lo que
se hará si un alumno transgrede o sigue la norma. De acuerdo a este criterio puede ser: reconocimiento
positivo y las consecuencias negativas.

REFERENCIA

https://www.lsnjlaw.org/es/temas-juridicos/escuela-y-aprendizaje/disciplina/pages/la-disciplina-
escolar-aspx

Introducción al Manejo de la Disciplina Escolar

Introducción

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