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La digestión del hipopótamo

¿vaca o caballo?

Noemi Jurado, Alejandro Martín, Rocío Crespo, Anna Vázquez y


Laura del olmo

ÍNDICE:
1. Generalidades de la especie
2. Características anatómicas
3. Cómo es su digestión
4. Comparación con vaca y caballo

1. GENERALIDADES DE LA ESPECIE
El hipopótamo (Hippopotamus amphibius) del griego “hippo” caballo y “potamos” río. En la
antigüedad, los griegos creyeron que era familia de los caballos, de aquí su nombre. En 1985
se creyó que estaba emparentado con los cerdos, basados por su fórmula dentaria pero a base
de pruebas sanguíneas a fósiles se ha demostrado que el animal más cercano son los cetáceos.
Ya que tienen más en común con las ballenas que el resto de los artiodáctilos, incluido el
cerdo.

Es un mamífero africano anfibio, habita en la sabana cerca de los cursos de los ríos ya que
está la mayor parte del tiempo en el agua. Al tener adaptaciones para vivir en el agua, sus
ojos están localizados justo encima de la cabeza, que pueden ver aunque el resto del cuerpo
esté sumergido, los ojos y el hocico siempre quedan fuera. Viajan en grupos de 5 a 30
individuos, por la noche se alimentan fundamentalmente de hierba baja y blanda y de frutos
caídos.

Los hipopótamos alcanzan la madurez a los 4-5 años y el periodo de gestación es de 7,5
meses, la hembra puede tener una sola cría o puede haber casos pero es raramente visto que la
hembra puede dar luz a gemelos y estos pueden nacer tanto en tierra como en agua.

2. CARACTERÍSTICAS ANATÓMICAS DEL HIPOPÓTAMO

Actualmente existen 2 tipos de hipopótamos: El pigmeo y el común. Diferencias más


importantes entre ambas:

Hipopótamo pigmeo

Los hipopótamos pigmeos tienen un cuerpo redondeado y patas cortas con cuatro dedos; se
les conoce como artiodáctilos. Miden alrededor de un metro de altura y de 1.50 a 1.77 m de
longitud. Su peso oscila entre 180 y 280 kg.

Su piel es brillosa y lisa de color entre gris oscuro, verde oscuro y negro. Su piel no es tan
gruesa como la del hipopótamo común, por lo que tiende a deshidratarse rápidamente con los
rayos del sol. Segregan un líquido rosado conocido coloquialmente como “sudor de sangre”
que protege su piel de quemaduras solares y es por ello que casi todo el tiempo lucen
húmedos.
Ambas especies de hipopótamo tienen la capacidad de cerrar las válvulas musculares de la
nariz y las orejas cuando se sumergen en el agua, donde pueden aguantar hasta cinco minutos
ininterrumpidos, pero una cría solo aguanta 30 segundos.

Hipopótamo común

Esta especie se caracteriza por su enorme tamaño y un cuerpo similar a la figura de un barril.
Son de color gris con algunas áreas en tono rosa pálido, distribuido mayormente en cuello,
orejas y rostro. El cuello contiene mucha más grasa y piel que los pigmeos, una de las
particularidades que los distinguen.

La medida estándar de su peso se mantiene entre 1300 y 1500 kg, pero hay machos que
alcanzan a pesar más de 3,200 kg. Ellos crecen durante toda su vida, en comparación con las
hembras que detienen su crecimiento alrededor de sus 25 años de vida.

Al igual que los pigmeos, segregan un “filtro solar” natural que al paso de los minutos
cambia a color naranja o rojizo, lo que puede dar una apariencia de que su piel está lastimada.
Para los científicos resulta fascinante saber que la madre naturaleza incluyó para los
hipopótamos este tipo de componente que los protege de los peligrosos daños del sol y que
sin su efectividad la piel sufriría daños irremediables.

Las dos especies de hipopótamo poseen colas (30 cm aprox. en hipopótamos comunes y 15
cm en pigmeos) muy pegadas al cuerpo. Con ellas demuestran su estado de ánimo y son
útiles para dispersar el excremento como una muestra de su territorialidad. Cuando se sienten
amenazados también la agitan vigorosamente.
Machos jóvenes y hembras son casi indistinguibles ya que no presentan dimorfismo sexual y
dentro del agua resulta aún mucho más complicado diferenciarlos. Un macho adulto logra
identificarse solamente por su enorme tamaño.

Algo que los representa es su prominente boca y dentadura. Los grandes caninos e incisivos
son utilizados para la lucha entre machos. Los incisivos inferiores crecen de manera continua
en los ejemplares masculinos llegando a medir 40 cm, mientras las piezas caninas alcanzan
50 cm.

Pueden abrir la mandíbula a un ángulo de casi 180°, siendo su principal arma de combate con
la que se ocasionan profundas heridas. En resumen, sus dientes están adaptados para pelear,
por lo que una mordida de hipopótamo llega a ser letal.
Su gran peso no les impide correr y sorprenden con velocidades de alrededor de 30 km/h. No
logran mantener ese ritmo por mucho tiempo, sin embargo, con ello basta para alejar a
cualquier intruso.
Para amortiguar el peso se sientan en cuclillas antes de acostarse y se inclinan más hacia un
lado para no aplastar sus patas, o bien, se colocan de manera recta manteniendo a los lados
sus extremidades.

Son capaces de caminar o correr en el fondo del agua. No usan sus extremidades para nadar,
sino que caminan por la gravedad de su cuerpo.
3. DIGESTIÓN DEL HIPOPÓTAMO

El hipopótamo es el herbívoro fermentador no rumiante más grande del mundo, Podríamos


afirmar que es un pseudorumiante, ya que realiza la fermentación en los preestómagos, pero
no rumia.

El aparato digestivo de los hipopótamos consta de un tubo digestivo (boca, esófago,


estómago e intestinos) en el que desembocan diversas glándulas (salivales, gástricas,
intestinales, páncreas e hígado).

Los hipopótamos son animales herbívoros, por lo que se alimentan de pasto corto, hojas y
raíces, las cuales arrancan y agarran gracias a sus labios. Estos animales poseen grandes
dientes, entre los que destacan sus molares con los que mastican los vegetales; este es el
primer paso que da comienzo a la digestión.

El bolo alimenticio ya formado pasa de la boca al esófago, y de ahí al estómago. El estómago


de estos animales se caracteriza por estar agrandado y compartimentado. En el podemos
encontrar protozoos ciliados que le ayudan con el proceso de la fermentación
(Concretamente, destacamos cuatro familias de protozoos: Buestschliidae, Plagiopylidae,
Paraisotrichidae y Blepharocorythidae, las cuales pertenecen al Orden Trichostomatidae);
También contiene ácidos grasos volátiles que a su vez ayudan con la fermentación.

El estómago está conformado por cinco cámaras


principales: el vestíbulo, el divertículo izquierdo (saco
ciego parietal), el divertículo derecho (saco ciego visceral),
la cámara media u horizontal y finalmente la cámara
posterior o cámara glandular. Tanto el divertículo izquierdo
y la cámara media, cuenta con tabiques que los dividen
parcialmente. Las primeras tres cámaras del estómago se
encuentran revestidas con grandes papilas y que van
disminuyendo su tamaño hacia el final de la cámara media.
La última cámara cuenta con una cubierta lisa y mucosa.

El bolo alimenticio entra al estómago por el gran


divertículo, se desplaza hacia la cámara media hasta que
termina en la cámara posterior.

Se considera que el origen evolutivo del estómago de los hipopótamos se relaciona con el de
los rumiantes.

Un dato a destacar es que estos animales no poseen ciego y sus intestinos, delgado y grueso,
son similares. La digestión ocurre casi en su totalidad en el estómago, y en los intestinos se
termina de absorber el agua y algunos nutrientes que no fueron absorbidos durante la
digestión. En comparación con los rumiantes, el bolo alimenticio puede permanecer por
mucho tiempo en el sistema digestivo de estos animales, lo cual, está relacionado con la
eficiencia de la digestión
4. COMPARACIÓN CON VACA Y CABALLO

Una vez conocemos ya cómo es el sistema digestivo del hipopótamo, vamos a compararlo
con el de la vaca y el caballo.
Comenzando con el caballo, podemos observar que el sistema digestivo del caballo está
conformado por: boca, esofago, estómago e intestino delgado en la parte delantera, mientras
que la parte trasera está conformada por intestino grueso, colon y recto; al igual que sucede
con el hipopótamo, es decir, estos dos animales comparten los mismos órganos en su sistema
digestivo.

Dentro de estos órganos es importante destacar el estómago, que tiene aproximadamente una
capacidad de 15 litros (el 10% del total del sistema digestivo), además, presenta un ambiente
ácido, debido a que el ph de este ronda entre 1,5 y 2. Los alimentos adquiridos por el animal
tardarán en pasar por este órgano entre 20 y 30 minutos.
El estómago del caballo, se divide principalmente en dos secciones: la sección glandular y la
no glandular.
Sin embargo y en comparación con el hipopótamo, el estoma de este último, presenta tres
cámaras: el omaso, abomaso y el retículo.
Esto nos recuerda al sistema digestivo de la vaca, que presenta estas tres mismas cámaras tras
el esofago y el rumen, el retículo, el omaso y el abomaso o cuajar, además de una cuarta
cámara llamada rumen.

El rumen, el retículo y el omaso, son considerados los tres preestómagos del sistema
digestivo de las vacas, esto es debido a que son la antecámara al estómago glandular, es decir,
el abomaso o también conocido como cuajar y posteriormente al intestino, donde se
absorberán los nutrientes tras la alimentación.
El omaso actúa como impulsor de los alimentos desde la redecilla hasta el abomaso.
Por último encontramos el abomaso o cuajar, que es la última cavidad o cámara, su función
es la misma que la del estómago de otras especies animales, es decir, el plegamiento de
proteínas a través de enzimas y la absorción de nutrientes.
En cuanto a la anatomía del sistema digestivo, podemos observar la gran similitud del
hipopótamo con la vaca, sin embargo debemos destacar un punto muy importante, el rumen.

Los hipopótamos carecen de rumen al igual que sucede con los caballos, estos dos, no son
rumiantes, mientras que por otro lado, las vacas si lo son, siendo uno de sus órganos más
característicos de este animal.

El rumen es principalmente un gran saco presente en animales como bovinos, caprinos,


ovinos, búfalos, camellos y ciervos, que es pobre en oxígeno, esto les permitirá a estos
animales a fermentar los alimentos, ya que debido a que su alimentación se basa en el
consumo de vegetales con una gran cantidad de celulosa, pectina, almidón y hemicelulosa y
carecen de las enzimas necesarias para ser digerido.
Dentro del rumen, podremos encontrar algunos microorganismos como bacterias, protozoos y
hongos, que actúan como fermentadores de estos alimentos.
Dentro de las 4 cavidades presentes en el sistema digestivo de las vacas, el rumen, es la más
importante para la digestión de este animal.

5. CONCLUSIÓN

Tras realizar todo este estudio sobre la anatomía y funcionamiento de la digestión del
hipopótamo y a su vez compararlo con el funcionamiento digestivo de la vaca y del caballo,
hemos llegado a la siguiente conclusión.

A la hora de el funcionamiento y composición de su sistema digestivo tiene similitudes tanto


del caballo como de la vaca como hemos explicado anteriormente, ya sea porque en el pasado
alomejor vengan de un mismo antecesor y con el paso del tiempo cada especie se ha
desarrollado según sus necesidad por el hábitat donde se desarrollaron,

Pero por la razones explicadas creemos que en el cómputo global su parecido es más similar
con el del caballo porque ambos comparten los mismos órganos del sistema digestivo,
además ambos son animales no son rumiantes, ya que el hipopótamo es un herbívoro
fermentador y el funcionamiento de sus sistema digestivo es totalmente distinto que al resto
de rumiantes.
BIBLIOGRAFÍAS:

2, U. (2022, 8 febrero). El rumen, motor de la digestión en los bovinos.


https://fegasacruz.org/el-rumen-motor-de-la-digestion-en-los-bovinos/

HipopÃ3tamo (información taxonómica) | Animalandia. (s. f.).


https://animalandia.educa.madrid.org/ficha-taxonomica.php?
id=448&nivel=Clase&nombre=Mammalia

Conocer el sistema digestivo de los caballos para alimentarlos mejor | Covaza Nutrición Equina. (s.
f.).
http://piensoscovaza.es/conocer-el-sistema-digestivo-de-los-caballos-para-alimentarles-mejor/

Funciones básicas del aparato digestivo de los bovinos. (s. f.). Contexto ganadero.
https://www.contextoganadero.com/reportaje/funciones-basicas-del-aparato-digestivo-de-los-bovinos
del Águila López-Pintor, Ó. (2007). La alimentación de los hipopótamos en los zoos. Revista
Complutense de Ciencias Veterinarias, 1(2), 298-303.
https://revistas.ucm.es/index.php/RCCV/article/view/RCCV0707230298A/22667

Gale - Institution Finder. (s. f.). https://galeapps.gale.com/apps/auth?


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