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Concepcion moral: cualquier sistema mas o menos coherente de valores, principios, normas,
preceptos , actitudes,etc. Que sirve de orientación para la vida de una persona o grupo. Todos
adoptamos una determinada concepción moral, y con ella funcionamos: con ella juzgamos lo que
hacen los demás y lo que hacemos nosotros mismos, por ella nos sentimos a veces orgullosos de
nuestro comportamiento y a otras veces también pesarosos y culpables.
No existe una única tradición moral desde la cual edificar la propia concepción del bien y del mal,
sino una multiplicidad de tradiciones que se entrecruzan y se renuevan continuamente a lo largo
del tiempo y del espacio.
Cada tradición, cada concepción moral, pretende que su modo de entender la vida humana es el
modo más adecuado de hacerlo: su particular manera de orientar a las personas se presenta como
el mejor camino para ser plenamente humanos.
¿Es posible que toda concepción moral sea igualmente válida?¿Es indiferente adoptar una u otra,
en caso de poder elegir?,¿Existen criterios racionales para escoger,entre distintas concepciones
morales, aquella que pudiéramos considerar como “la mejor” , la más adecuada para servir de
orientación a lo largo de toda la vida?
Habremos de examinar los criterios racionales que cada filosofía propone para discernir cuáles de
las propuestas morales encarna mejor la forma moral , y de modo que estaremos en condiciones
de señalar algunos rasgos que debe reunir una concepción moral que aspire a la consideración de
razonable, pero sobre todo estaremos en condiciones de mostrar la carencia de validez de muchas
concepciones morales que a menudo pretenden presentarse como racionales y deseables.
Cuando la filosofía antigua y medieval centraban sus relfexiones en la nocion de ser, la moralidad
era entendida como una dimensión del ser humano, la dimensión moral del hombre. En la edad
moderna , la filosofía dejó de centrarse en el ser para adoptar la ccia como concepto nuclear, de
modo que la moralidad se entendió como una forma peculiar de ccia: la ccia consolida el llamado
“giro linguistico”, en filosofía la moralidad será contemplada como un fenómeno que se manifiesta
primariamente en la existencia de un lenguaje moral formado por expresiones tales como “justo”,
“injusto”, “mentira” , “lealtad”.
Los diversos enfoques éticos han proporcionado algunas conclusiones sobre la naturaleza de la
moralidad, lo moral se ha entendido y se entiendo como un fenómeno que comporta algunos, o
varios, o todos los rasgos siguientes:
Para los hedonistas, la razón moral no puede ser otra cosa que razón calculadora, ya que
se trata de calcular los placeres y dolores con el fin de obtener el mayor saldo posible de
placer con el mínimo dolor.
Los eudaimonistas pueden seguir concibiendo la razón moral como razón prudencial,
puesto que su tarea es la ponderación de los distintos elementos a tener en cuenta en
cada situación y con el objetivo de alcanzar el mayor bien posible en el conjunto de la vida,
entendido ese bien como logro de la plena autorrealización.
Tanto los hedonistas como eudaimonistas comparten el rasgo común que nos interesa en
este momento: entienden la moralidad como búsqueda de felicidad y consecuentemente
conciben, la razón moral como una facultad que nos ayuda a encontrar los medios más
adecuados para alcanzar un fin que ya está fijado de antemano por naturaleza.
La moral no es una performance suplementaria y lujosa que el hombre añade a su ser para
obtener un premio, sino que es el ser mismo del hombre cuando está en su propio quicio y
eficacia vital. Un hombre desmoralizado es simplemente un hombre que no está en
posesión de sí mismo, que está fuera de su radical autenticidad y por ellos , no vive su vida
y no crea, ni fecunda, ni hinche su destino.
La felicidad es un fin natural, no puesto por el hombre. Sin embargo una adecuada
explicación del fenómeno de la moralidad, a juicio de Kant, tendría que superar ese
“naturalismo” porque es necesario justificar de algún modo el hecho de que nuestra
búsqueda individual de la felicidad encuentra siempre un límite en el respeto que nuestra
razón nos obliga a practicar con cualquier ser humano, incluso con uno mismo.
Uno de los rasgos que todos los enfoques éticos reconocen, aunque no todos le conceden
el mismo valor, es lo que llamamos “normatividad”, el hecho de que todas las
concepciones morales exponen ciertos preceptos, normas y principios como obligatorios
para todo el conjunto de sujetos morales. Esta dimensión prescriptiva de la moralidad se
corresponde con la intención orientadora que posee toda moral concreta. Pero el hecho
de que la moral se manifieste no solo pero también como un “código de normas”, como
un conjunto de prescripciones, provoca en muchas personas una cierta confucion entre
normas morales y otro tipo (jurídicas,religiosas,sociales,etc).
Derecho positivo : código de normas destinadas a orientar las acciones de los ciudadanos,
que emana de las autoridades políticas y que cuenta con el respaldo coactivo de la fuerza
física del estado para hacerlas cumplir. Las normas del derecho positivo establecen el
ámbito de la legalidad, marco de mandatos, prohibiciones y permisos que han de regir
obligatoriamente los actos de los ciudadanos en el territorio de un determinado estado.
Esta descripción del derecho positivo nos permite apreciar algunas semejanzas entre
normas jurídicas o legales y las morales:
a. El aspecto prescriptivo se trata de enunciados que indican que ciertos actos son
obligatorios para las personas.
b. Referencia a actos voluntarios, responsabilidad e imputabilidad.
c. Prohibicion de matar, de robar, obligación de auxiliar al prójimo que pide socorro, en
muchos casos el contenido de ambos tipos de prescripciones es el mismo. Existen
contenidos morales que no forman parte del derecho positivo, y viceversa, existen o
pueden existir contenidos jurídicos que no tienen carácter moral.
A.NORMAS MORALES:
Obligación “interna”
Auto-obligación que uno reconoce en conciencia.
Contenido normativo que alguien se impone a sí mismo.
Con independencia de cual sea el origen fáctico de la norma
Carácter de universalizabilidad que no poseen las jurídicas.
B. NORMAS JURÍDICAS:
Las costumbres son una parte insoslayable de la identidad de un pueblo en cada momento
de su historia, pero no todo lo que pertenece a la costumbre tiene relevancia moral en
sentido estricto. Los usos y reglas que rigen para sentarse a la mesa son un buen ejemplo.
La observancia de tales reglas puede ser decisiva para quien pretenda alcanzar algún
grado de aceptación social, pero el quebrantamiento de alguna de ellas no alcanza
generalmente el rango de infracción moral, salvo que la intención y el contexto indiquen
otra cosa.
Naturalmente, un buen número de contenidos morales suelen ser la mismo tiempo reglas
de trato social (respetar al otro, no agredirlo,etc) , puesto que las normas morales
cumplen en todas las sociedades una determinada función de control social que permite
una convivencia más o menos pacífica y estable. Sin embargo podemos detectar
diferencias.
En efecto, las normas técnicas tienen por meta generar un bien particular mientras que las
morales apuntan a la consecución del mayor bien practico que sea posible para un ser
humano.
Las normas técnicas también orientan la conducta de las personas, pero en sentido
diferente a las normas morales : mientras que las primeras orientan sobre los medios mas
adecuados para realizar todo tipo de findes sin ocuparse de la bondan o malicia de los
mismos, ni del fin ultimo que se pueda conseguir a través de fines parciales, las segundas
apuntan a la ilicitud moral de los diferentes fines que pueden ser perseguidos, asi como al
bien supremo y al fin ultimo, pero nada nos dice sobre las habilidades que haya que poner
en juego para la consecucion de tales fines.
Las NORMAS de tipo técnico solo obligan de algún modo a quien pretenda conseguir un
determinado fin concreto.