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SUJETOS DEL CONTRATO DE TRABAJO: EL EMPLEADOR1.

1) Generalidades.

1. Nuestro Código del Trabajo define que debe entenderse por empleador,
conceptualizándolo en el artículo 3 letra a) del Código del Trabajo.
Indica tal disposición que es empleador:

“la persona natural o jurídica que utiliza los servicios intelectuales o materiales de una o
más personas en virtud de un contrato de trabajo”.

2. El empleador es el “titular conjunto de derechos que le reconoce el sistema jurídico


y a la vez es el único centro de imputación de responsabilidades empresariales”2.

3. En este contexto, según el concepto tradicional del contrato de trabajo, “el


empleador coincide con el titular de la empresa, quien contrata a un conjunto de
trabajadores para su funcionamiento. En una perspectiva laboral tradicional, el empleador
plantea una serie de características”3.
Las características del empleador son las siguientes4:

a) Se trata de una persona natural o jurídica, a diferencia del trabajador que siempre es
una persona natural.
b) El empleador utiliza los servicios intelectuales o materiales de una o más personas.
c) Lo anterior se hace mediante un contrato de trabajo, en un contexto de labores de
subordinación y dependencia.
d) El empleador detenta la facultad de organizar, dirigir y administrar la empresa
(artículo 306 inciso 2º del Código del Trabajo), las cuales se encuentran limitadas
por los derechos fundamentales del trabajador (artículo 5 inciso 2º del Código del
Trabajo).

2) La presunción de representación del empleador en las relaciones de trabajo.

1. Atendida la situación y contexto de las relaciones laborales, se produce la


despersonalización de la empresa en relación a la persona del empleador, es decir, de la
titularidad de la misma5.

1
Apunte de clases para curso “Teoría General de Derecho del Trabajo” 2º semestre año 2020, Carrera de
Derecho, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad de Concepción. Realizado por profesor
Domínguez Montoya, Álvaro, Abogado. Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales. Universidad de
Concepción, Máster en Drets Sociolaborals y Doctor en Derecho por la Universitat Autònoma de Barcelona.
2
ROJAS MIÑO, I., Derecho del Trabajo. Derecho Individual del Trabajo. (Santiago, Thompson Reuter, 2015),
p. 87.
3
Ibíd., p. 88.
4
GAMONAL, S. y GUIDI C., Manual del Contrato de Trabajo. (Santiago, Legal Publishing, 2011), p. 15.
5
ETCHEBERRY, F., Derecho individual del trabajo. (Santiago, Abeledo Perrot, 2011), p. 55.

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Es así que se producen dos problemas: la evanescencia de la persona del empleador,
esto es, la perdida del mismo para hacer efectivas sus obligaciones y por otra, la escisión del
empleador, por la configuración de una pluralidad de sujetos que eventualmente pueden ser
obligados6.

2. En este contexto, la legislación laboral establece en el artículo 4º inciso 1º del


Código del Trabajo, una presunción de derecho para facilitar la identificación del
empleador para hacer efectiva sus obligaciones en juicio. Señala dicha norma:

“Para los efectos previstos en este Código, se presume de derecho que representa al
empleador y que en tal carácter obliga a éste con los trabajadores, el gerente, el
administrador, el capitán de barco y, en general, la persona que ejerce habitualmente
funciones de dirección o administración por cuenta o representación de una persona
natural o jurídica”.

3. Tal norma consagra una presunción forzosa del empleador, con el fin de facilitar la
interposición de reclamos y acciones 7, configurando en términos amplios, un “principio de
presunción de representación del empleador” 8, el cual permite el ejercer válidamente los
derechos y obligaciones laborales que el ordenamiento franquea cuando se trata de
situaciones de hecho que constituyan la única realidad que puedan conocer9.

4. Esta presunción de representación no puede ser alterada por el interprete10.

5. Esta regla modifica las normas comunes sobre representación, estableciendo la


validez y suficiencia de la “representación aparente”, “visible”, más cercana a la realidad
del trabajador sin exigir el examen rígido y técnico del derecho común11.

6. Los requisitos para que opere tal presunción de derecho, es necesario acreditar:
a) Que se trate del gerente, el administrador, el capitán de barco o;
b) De la persona que ejerce habitualmente funciones de dirección o administración
por cuenta o representación de una persona natural o jurídica.

7. Esta norma no es taxativa, dado que agrega una cláusula general. Según se observa
el elemento central para la aplicación de tal presunción de derecho, es que se ejerzan
habitualmente funciones de dirección o administración por cuenta o representación de una
persona natural o jurídica. Esto es, se trate de personas que ejercen las potestades propias
del empleador12.

6
ROJAS MIÑO, I., Derecho del Trabajo. Derecho Individual del Trabajo, ob.cit., p. 89.
7
MACCHIAVELLO, G. Derecho del Trabajo: Teoría jurídica y análisis de las actuales normas chilenas. Tomo
I. (Santiago, Fondo de Cultura Económica, 1986), p. 245.
8
MELIS C. Y SÁEZ, F., Derecho del Trabajo. (Santiago, Editorial Jurídica Cono Sur, 2000), p. 137.
9
LANATA, G., Contrato Individual de Trabajo, (Santiago, Abeledo Perrot, 2010), p. 96.
10
Corte Suprema, 28 de enero de 2010, ROL 4595-2009.
11
LANATA, G., Contrato Individual de Trabajo, ob.cit., p. 96.
12
LIZAMA, L., Derecho del Trabajo (Santiago, Lexis Nexis, 2005), p. 11.

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8. Son tres las ideas centrales en esta disposición que deben ser analizadas:

a) Habitualidad: Se entiende que se refiere a la acción continuada, reiterada, por


hábito, lo que denota una persistencia y prolongación en el tiempo, excluyendo actividades
o tareas esporádicas o marginales13.

b) Funciones de dirección: Se vincula con la idea de la “organización del trabajo”, esto


es, la actividad de ordenamiento de las actividades de los trabajadores para encaminarlas al
fin perseguido por la empresa14.
Para tal caso, son indicadores de esta función de dirección, el contratar, pagar
remuneraciones, dar ordenes e instrucciones, sancionar y terminar el contrato.

c) Funciones de administración: Se refiere a la dirección económica de la empresa.


Evidencian esta facultad el pagar las cuentas, cobrar créditos, perseguir deudores, ejercer
acciones posesorias, contratar reparaciones de la cosa administrada, entre otras.

3) El concepto de empleador configurado desde el concepto de trabajador: la “noción


refleja o traslaticia de empleador”15.

1. La idea de empleador que establece el artículo 3 Código del Trabajo constituye una
explicación lógica de la posición que éste ocupa en la relación de trabajo, la cual consiste
lisa y llanamente en el derecho que tiene de recibir o utilizar la prestación de servicios –
fundado en el título del contrato de trabajo–, inmerso dentro de un ámbito de organización
y dirección que él mismo ha contribuido a establecer.
Una vez efectuada dicha prestación con las características anotadas, queda
acreditada, también, la existencia de un contrato laboral con dos sujetos claramente
definidos: un acreedor y un deudor de trabajador.
En este contexto, el rasgo distintivo de cada una de ellas es la posibilidad que éstas
tienden de utilizar o ser receptoras de servicios, en tanto acreedor de trabajo y deudor de
remuneración, lo que configura de manera refleja ambas partes.

2. Dicho esquema permite estructurar la subordinación o dependencia de manera más


objetiva, reflejada en el sometimiento del trabajador a una organización jerarquizada en la
cual el empleador aparece como un titular que satisface sus propios intereses y mantiene la
decisión última sobre el trabajo
En esta perspectiva, y entendiendo al trabajador como referencia nuclear en la
explicación central de la figura empleadora, toda noción sobre el sujeto que ocupe la
posición de acreedor de trabajo tendrá que estructurarse de forma refleja a las
características propias de la prestación de servicios sujeta a un vínculo de subordinación y
dependencia laboral.

13
SIERRA, A. “Aspectos laborales del gerente: representación empresarial y desahucio”, en Revista Derecho
de la Empresa, Universidad Adolfo Ibáñez, LEGIS, Octubre-Diciembre, 2009, p.16.
14
Ibíd., p. 19.
15
Ideas toma del texto de IRURETA URIARTE, Pedro, “La noción jurídica de empleador ante el derecho del
trabajo”, Revista de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Valparaíso, Nº 42, pp. 251-
282, jul. 2014.

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3. Por tanto, para configurar la noción del empleador no basta cualquier prestación de
servicios, sino sólo aquella que se ejecute en las condiciones y circunstancias que permiten
catalogar laboralmente a un individuo como trabajador dependiente. Dicho de otra manera,
para poder conceptualizar a un sujeto como trabajador –y deducir de allí la existencia de
un empleador– es preciso que los servicios prestados por el primero se ejecuten bajo
subordinación o dependencia, de forma voluntaria, retribuidos, por cuenta ajena, y dentro
del ámbito de organización y dirección del titular de la actividad, debiendo acreditarse
debidamente todos estos requisitos.

4. De esta forma, la calificación jurídica del contrato de trabajo, así como de sus
sujetos, debe tener en consideración el “modo” en que se prestan los servicios, más que la
mera concurrencia de una actividad determinada, siendo de esta forma la noción de
empleador refleja o traslaticia del concepto o noción de trabajador, configurándose
recíprocamente como sujetos de la relación laboral.

4) Diferencia entre empleador y empresario.

1. Ambos conceptos son diferentes, aun cuando se encuentran concatenados.


Históricamente el “trabajo subordinado” ha tenido lugar principalmente en la “empresa”, de
donde se infiere que el empresario pasa a ser empleador cuando en el ejercicio de su
función productora contrata a trabajadores a fin de que integren su esfuerzo al proceso y
contribuyan a hacer posible un resultado perseguido, lo anterior determinado por elementos
propios que configuran legalmente la idea de empleador16.
En este contexto, en un sentido natural y obvio, empresario se entiende como el
titular propietario o directivo de una industria, negocio o empresa, encontrandose asociado
a la titularidad de los medios productivos a la propiedad de lo mismos y a su destinación a
un fin determinado, no siendo necesariamente sujeto de la relación laboral.

2. De esta forma, para ser considerado como contraparte del trabajador –desde la
perspectiva del ordenamiento laboral– esto es, empleador, bastará con ser sujeto del
contrato y utilizar, por ende, los servicios de otra persona bajo un vínculo de subordinación
y dependencia inserto en un ámbito de dirección y organización, siendo éste el elemento
central.

3. No todo empresario será necesariamente sujeto del contrato de trabajo; y, de igual


modo, no todo empresario laboral debe ser al mismo tiempo el aportante de un capital o
titular de bienes materiales que intervienen en la actividad.

4. Finalmente, y aunque pueda parecer evidente, estos conceptos, empresario y


empleador, si bien se distinguen entre sí por el vinculo de subordinación y dependencia con
el trabajador, respecto del cual se utilizan sus servicios, no son nociones excluyentes. Por
ello, muchas veces nos encontraremos ante la hipótesis de un empresario empleador en la
cual organización de su actividad económica emplea a personas bajo vínculo de

16
MACCHIAVELLO, G. Derecho del Trabajo: Teoría jurídica y análisis de las actuales normas chilenas,
ob.cit., p.

4
subordinación y dependencia que le presten sus servicios para el logro del fin productivo o
del intercambio de bienes y servicios propio de la empresa.

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