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Alan García junto a su colega estadounidense George W. Bush, durante su viaje a ese país.
Además de las firmas de los TLC ya mencionadas, en el aspecto internacional es de destacar la demanda
presentada por el Estado Peruano ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya para solucionar
la Controversia de delimitación marítima entre Chile y el Perú sobre la soberanía de una zona marítima
de aproximadamente 37 900 km² en el océano Pacífico. El 16 de enero de 2009, el embajador
peruano Allan Wagner, entregó en la sede de la Corte la demanda y el 13 de marzo presentó la memoria
que sustentaba la posición peruana; mientras que Chile presentó su contramemoria el 9 de marzo de
2010. La réplica peruana se dio el 9 de noviembre de 2010 y la dúplica chilena el 11 de julio de 2011. La
Corte, luego de analizar las posiciones de los dos países, dio su fallo el 27 de enero de 2014, ya bajo
el gobierno de Ollanta Humala. Por este fallo el Perú recobró 50 mil km² de mar.11
De acuerdo a IPSOS, el 55% de la población se mantenía positiva sobre el segundo gobierno Alan García,
hecho que parece relacionarse con la aceptación que tenía el libre comercio con un 64% de la población
a favor del tratado del TLC con Estados Unidos y un 78% apoyaba una posible apertura de similar
naturaleza con el gobierno brasileño. Sin embargo, la población se mantiene expectante a un manejo
meritocrático de los puestos de gobierno, esperando que el primer ministro fuese independiente; esta
situación se tradujo en un 40% de la población que no confiaba en el nuevo presidente. El reto que esta
administración debía afrontar es generar un plan de gobierno que tenga como núcleo el crecimiento
económico y cuyas medidas no pusieran en peligro la poca confianza que el pueblo le tenía al nuevo
mandatario.
El Gobierno 55 22 23
El Congreso de la
34 46 20
República
El Poder Judicial 24 56 20
El gobierno comenzó con un 55% de aprobación, 13 puntos menos que la aprobación al presidente;
mientras que el Congreso de la República inició la gestión con 34% de aprobación. Por otro lado, el
Poder Judicial contaba con el 56% de desaprobación.
Aprobación mensual
Fuente: IPSOS-Perú
Durante los cinco años que Alan García estuvo en la presidencia, hubo diversos eventos que afectaron
cómo la población percibía su labor como presidente.
El promedio de desaprobación al gobierno de Alan García desde su gran caída en el 2007 fue de 61%,
mientras que su aprobación llegó a ser incluso menos que el 20%. Los picos máximos en desaprobación
se dieron con el "Baguazo" que conllevó a la renuncia de la ministra Mercedes Cabanillas y fue un golpe
para el discurso de Alan García. Así también, su desaprobación se mantuvo por la corrupción que
percibía la población en el gobierno. Sorprende que estas cifras hayan cambiado tan drásticamente para
finales de su periodo presidencial. Al respecto, la encuesta IPSOS señala que la población aumentó su
valoración sobre la gestión de García debido a las grandes obras que inauguró en los últimos meses.
Estas eran las grandes unidades escolares, el Gran Teatro nacional, el nuevo Hospital del Niño, entre
otros; sin embargo, muchas de estas obras no habrían sido terminadas y tampoco estaban aptas para el
funcionamiento.
INVESTIGACIONES POSTERIORES
CASO NARCOINDULTOS
Sin embargo, un 7 de abril de 2013, un canal de televisión peruana ATV sacó a relucir un informe que
nombró “Indultos y conmutaciones”. Este medio difundió información acerca de las irregularidades
presentadas en la asignación de conmutaciones e indultos de penas, afirmando que muchas de estas
prácticas se dieron a personajes ligados al narcotráfico tras el pago de grandes cantidades de dinero.
“El colaborador de la DEA Óscar Linares Benítez, colaborador de la DEA, sostuvo ante la megacomisión
que se cobraba 10 mil dólares por año de reducción de pena: narcotraficantes peruanos, colombianos,
mexicanos pagaron para salir en libertad, es decir, que lograron su conmutación de pena, pero luego
retornaron a prisión por segunda vez”
Los indultos y conmutaciones se entregaban por medio de la Comisión de Gracias Presidenciales la cual,
tras la modificación de la Resolución Ministerial N° 0009-2008-JUS, otorga mayor discrecionalidad a los
funcionarios para disponer de los indultos y conmutaciones. Como resultado de estas disposiciones, el
informe de la Mega comisión afirma que se dio una “alta incidencia en la excarcelación de personas
condenadas por el delito de tráfico ilícito de drogas, tanto en su forma simple como en su forma
agravada”. Si bien las medidas encabezadas por la comisión debían reducir los altos índices de
hacinamiento en las cárceles del Perú, la Comisión de investigación confirmó que:
“Durante su gobierno el número de internos aumentó en 33%: de 35.467 en agosto del 2006 a 48.858
en julio del 2011. Además, eso no explica el especial interés en los condenados por tráfico ilícito de
drogas. Los sentenciados por robo agravado componen la mayor parte de la población penitenciaria del
país, con casi 30% del total de internos. Pero a estos se les otorgaron 1.626 conmutaciones,
prácticamente la mitad de las 3.207 dadas a los condenados por tráfico ilícito de drogas”.
Asimismo, los principales beneficiados con esta política fueron 5500 delincuentes de los cuales la
mayoría eran narcotraficantes. De los indultos humanitarios que rondan los 104, el 64% fueron
sentenciados por tráfico ilícito de drogas, de las 5 246 conmutaciones otorgadas un 61%. El número de
presos liberados por narcotráfico agravado constituye la mayor excarcelación de esta naturaleza
conocida en el mundo.
IRREGULARIDADES
Entre las principales irregularidades que se fueron descubriendo gracias al informe del Ministerio
Público se encuentra que muchos de los datos de los beneficiarios de esta medida no fueron
certificados, tanto los certificados de estudios, las constancias de trabajo ni una acreditación de buen
comportamiento dentro de los centros penitenciarios. Asimismo, requerimientos como el compromiso
de reincorporación a la sociedad y un proyecto de vida planeado para el egreso del penal no se tuvieron
en cuenta al momento de asignar los indultos y conmutaciones. Es en este contexto que la Procuraduría
Anticorrupción denunció la participación del expresidente Alan García en la participación de la liberación
ilegal de narcotraficantes bajo la práctica de pagos de cupos, liberaciones apresuradas y omisión de
información en los informes de los indultados. Así se denuncia la posible formación de una asociación
ilícita conformada por servidores públicos que actuó favorecida por el mandatario García.
Estas conmutaciones e indultos supusieron ser una “Invasión del poder ejecutivo en la esfera de
competencias del poder judicial”. Se reconoce que estos indultos fueron una amenaza para la
independencia del Poder Judicial debido a la acción misma de conceder los indultos y conmutaciones de
pena de manera masiva y a conciencia de servidores estatales. Se hace hincapié en que la división de
poderes que rige el funcionamiento del estado peruano establece que quien se encargue de las acciones
administrativas o legislativas no puede ejercer las jurisdiccionales, por tanto esta situación podría
generar vulneración de derechos y libertades fundamentales. Se llevó a cabo un uso sin precedentes de
esta facultad presidencial, al punto de constituir, en la práctica, un sistema de administración de justicia
paralelo al poder judicial, al modificar alrededor del 30% de las resoluciones de éste.
Se crea una imagen negativa en torno a la liberación de personas condenadas por crímenes tan
graves como el narcotráfico. La impunidad de estos delitos será juzgada ampliamente por la
sociedad convirtiéndose en un factor que cree problemas de legitimidad para el Estado.
Las concesiones de libertad dadas durante este periodo presidencial constituyeron un alto nivel
de poder asignado a la discrecionalidad de los servidores públicos de la Comisión de Gracias
Presidenciales. A razón de ello se ameritaba una fiscalización constante y efectiva de los
procesos de asignación de indultos y conmutaciones ante cuya ausencia da espacio a críticas con
respecto a la fiscalización.
Las medidas tomadas constituían no solo una intromisión en los poderes estatales, sino que
también iban en contra del Estado en su naturaleza democrática. Las consecuencias de liberar a
sentenciados por narcotráfico van en contra de la seguridad ciudadana y es una vulneración a la
ciudadanía.
El canal de televisión peruana América TV el 27 de septiembre del 2015 da a conocer a la opinión pública
un video de la Fiscalía que registraba la visita de Miguel Facundo Chinguel, en su cargo de titular de
Gracias Presidenciales, al Penal de Lurigancho. El video fue grabado entre agosto y noviembre del 2008
por trabajadores del Ministerio de Justicia. En el video se observa la participación dos comisionados,
entre los que se cuenta a Manuel Carrera, en la concesión de indultos y conmutaciones. Miguel Carrera
era el responsable de las conmutaciones dentro del Penal de Lurigancho.
Ante la fiscalía se presentó voluntariamente Carlos Butrón, quien se desempeñó como delegado
del penal de Lurigancho y nexo con las autoridades encargadas de asignar indultos y conmutaciones. Él
afirmó ante el fiscal supraprovincial de la comisión, Walter Delgado, que la comisión de Miguel Facundo
cobró cupos para otorgar indultos y conmutaciones, también contó cómo a inicios del 2009 viajó a Piura
para entregarla a Chinguel 30 mil dólares de dos narcos colombianos que buscaban la conmutación de
sus condenas. Sus declaraciones fueron tan contundentes que trajo como consecuencia la prisión
preventiva de Facundo Chinguel y un pedido de 17 años de prisión en su contra.
El video también hace manifiesto la manipulación de los expedientes para la liberación de un prisionero:
Reo: ¿Acá?
M. Chinguel: Dime si has trabajado, sino dime para hacerte otra constancia
Como afirma el Ministerio de Justicia, la constancia de trabajo para los internos solo la puede expedir el
director del Establecimiento Penitenciario o el profesional de tratamiento respectivo; estudios con
carácter oficial en entidad debidamente acreditado ante el Instituto Nacional Penitenciario. Esto lleva a
afirmar que Facundo Chinguel no tenía autoridad para expedir la constancia; sin embargo, el video da
testimonio de esta práctica.
Después de los procesos constitucionales contra Alan García y los informes hechos por la Mego comisión
que investigaba las irrealidades en la concesión de indultos y conmutaciones durante el segundo
gobierno del líder aprista, el Poder Judicial concluyó que, debido a “vicios procesales en el proceso de
investigación”, se debía anular el proceso. De esta manera, el caso de los Narcoindultos quedó archivado
en el Congreso de la República.
PODER LEGISLATIVO
El Congreso durante el segundo gobierno de Alan García estaba dividido de la siguiente manera:
Frente de Centro 5
Perú Posible 2
Restauración Nacional 2
La primera mayoría la obtuvo Unión por el Perú (UPP) con 45 escaños dentro del Congreso, partido con
el que postuló Ollanta Humala y que perdió las elecciones presidenciales en la segunda vuelta. En
segundo lugar se encontraba el partido del presidente electo, el Partido Aprista Peruano con 36 escaños.
La alianza Unidad Nacional de Lourdes Flores quedó en tercer con 17 escaños en el parlamento. Cerraría
con un 10.8 % de los escaños el entonces partido fujimorista llamado Alianza por el Futuro con 13
congresistas en el parlamento.
Si bien UPP hizo mayoría en el Congreso con 45 años, ésta no duró mucho tiempo porque poco después
Ollanta Humala logró inscribir formalmente al Partido Nacionalista Peruano (PNP). La inscripción hizo
que el UPP se dividiera, pues muchos de los candidatos permanecieron fieles al nacionalismo y se
inscribieron en el PNP; mientras otros simplemente decidieron separarse, quedando sin agrupación. UPP
terminó con 25 escaños después del proceso.
AUTORIDADES
Segunda
Lourdes Mendoza del Solar
Vicepresidencia