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El debate Brenner

Estructura de clases agraria y desarrollo económico en la Europa preindustrial

Robert Brenner hace hincapié en que los modelos económicos están destinados al fracaso, ya que
según él:

“es la estructura de relaciones de clase, del poder de clase lo que determina el modo y el grado en
que los cambios concretos que se operan desde una perspectiva demográfica o comercial afectan
la distribución de la renta y el desarrollo económico a largo plazo, y no al contrario.”

Dicho de otro, lo que prevalece en importancia es la forma en la que “funcionan” las estructuras de
clase, ya sea refiriedose a la relación de propiedad del productor directo con respecto a los medios
de producción como a la manera en la que se extrae el excedente y tienden a poner limites a la
forma en la que los aspectos demográficos o mercantiles inciden en el desarrollo económico.
Antes que nada, Brenner se propone refutar las teorías demográficas y mercantiles

El modelo demográfico

El modelo malthusiano merece atención, ya que tiene lógica: la subdivisión y la superpoblación de


las tenencias y el agotamiento de los recursos naturales suponen hambre y escasez, lo que
produce un descenso demográfico, y luego de ello la vuelta a la condición de equilibrio. Aunque
parezca infalible, el modelo malthusiano choca con el problema de la distribución de la tierra y la
manera en la que estaban establecidas las relaciones de propiedad, tanto del campesino como del
señor, y cual era la naturaleza de las relaciones y el poder de clase. El modelo demográfico esta
condicionado porque no explica la distribución del producto de la tierra y la relación entre el señor y
el campesino.

El modelo mercantil

Para oponerse a este modelo, Brenner recurre a Postan, que demostró que durante el periodo de
comienzo del mercado mundial de granos, se dio un mayor grado de sujeción del campesinado en
el este de Europa, al mismo tiempo que se desarrollaba el capitalismo en el oeste. La
interpretación mercantil falla en que ignora la capacidad del señor para aplicar exacciones
arbitrarias. La alteración del tipo de renta no implico la finalización del poder del señor sobre el
campesino, sino más bien su continuidad.
Un factor externo, en este caso el desarrollo mercantil, no podía ser suficiente para revertir el
“intercambio desigual” entre los campesinos y los señores:

“La servidumbre era una relación de poder que podía invertirse, como así ocurrió, tan solo por sus
propios medios: a través de un cambio en el equilibrio de las fuerzas de clase.”

La servidumbre finaliza cuando el derecho y la capacidad del señor para controlar al campesinado,
ya no perduran.

Conflicto de clases y desarrollo económico

El transito del feudalismo al capitalismo debe ser observado desde dos aspectos:

--- El declive o persistencia de la servidumbre


--- La pequeña propiedad campesina versus la relación señor/arrendatario

El declive de la servidumbre

La incapacidad de la economía agraria de base servil para introducir mejoras estaba limitada por la
capacidad del señor de extraer los excedentes y por las barreras que limitaban la movilidad de
hombres y tierras, que eran al mismo tiempo, el elemento clave en la relación servil de extracción
del excedente. A causa de la escasez de reserva debido a la extracción del excedente y a la mala
distribución de la tierra y el capital, el campesino no podía utilizar la tierra de manera libre y
racional, siendo su “margen de maniobra” por demás estrecho, sin excedentes que le permitieran
algún tipo de inversión. La renta feudal limitaba el capital que podía estar disponible para la
acumulación y además, las restricciones a la movilidad campesina no solo impedían el movimiento
de los campesinos hacia las zonas con mayores oportunidades, sino que también frenaban la
creación de un mercado de trabajo.
Dentro de este tipo de relaciones de producción, las crisis de productividad se transformaban
rápidamente en crisis demográficas. Estas crisis demográficas podían ser aprovechadas por los
campesinos para mejorar su situación, ya que ante la menor cantidad de “brazos” disponibles, los
que quedaban en pie podían “exigir” mejores condiciones ante la arbitrariedad de los señores. Este
argumento choca de frente con lo que sucedió en Europa oriental, en la que la crisis de los
beneficios señoriales que siguió a la caída de la población impulso a los señores a asegurar su
control sobre los campesinos y a sujetarlos a la tierra con el objetivo de preservar sus ingresos y su
misma existencia.
Los conflictos que se sucedieron en Europa desde fines del siglo XIV hasta principios del siglo XVI
giraron en torno a dos problemas: en primer lugar a la servidumbre y en segundo lugar a quien
correspondería el control de la tierra, especialmente en las zonas en las que el colapso
demográfico había sido mas acentuado.
La ruptura o continuidad de la servidumbre dependió del equilibrio de fuerza entre las clases
contendientes, siendo favorable para el campesinado en Europa occidental y desfavorable en
Europa del este:

“La servidumbre inicio su ascensión en el este (y su definitiva caída en el oeste), en el periodo de


declive demográfico bajomedieval; se consolido durante el alza de la población en toda Europa
durante el siglo XVI y principios del XVII, y se agudizo totalmente durante los desastres
demográficos que se produjeron a finales del XVII”

El auge del comercio, irónicamente, fue contemporáneo del alza de la servidumbre en el este y de
la aparición del capitalismo en el oeste, por lo que resulta insuficiente como modelo explicativo
general.

“El argumento que fundamenta el impacto del comercio como desintegrador del poder señorial
parece tan convincente que incluso se utiliza para explicar lo contrario, es decir, reforzar el poder
señorial”

Según Brenner, la hipótesis que señala que el crecimiento mas lento de las ciudades de Europa del
este haya sido un impedimento para la liberación de la masa servil, ya que dichas ciudades no
pudieron actuar como “imán” para los campesinos, no aparece como muy convincente. Quienes
detentaban el poder en las ciudades (generalmente propietarios) no necesariamente eran “aliados
naturales” de los campesinos y muchas veces preferían una alianza con la nobleza.
Distinto es el caso de la evolución de la sociedad rural en la época bajomedieval; el desarrollo de la
solidaridad del campesinado en occidente fue muy superior a la que se dio en oriente, y esa misma
solidaridad le permitió resistir la reacción de los señores.
La ausencia de solidaridad de los pueblos del este parece estar relacionada tiene que ver con su
evolución colonial, su formación relativamente tardía, el carácter “racional” y “artificial” de los
asentamientos y especialmente el liderazgo colonizador que ejercieron los señores: en el este, no
existían, por ejemplo las tierras comunales. La disponibilidad de trabajadores forzados fue una
barrera para la introducción de mejoras en la agricultura. La extracción del excedente por parte de
los señores limitaba la formación de un mercado interno y los controles sobre la movilidad de los
campesinos suponía la reducción de la fuerza de trabajo que potencialmente podía volcarse al
trabajo industrial. Además, como clase dirigente los señores se inclinaron hacia una política de
“antimercantilismo”, intentando usurpar la función del mercader como intermediario, erosionando la
ya de por si pobre estructura urbana e industrial.
En cambio, en el oeste fue muy significativa la tenaz existencia del campesinado, que fue
desarrollando sus instituciones y sus lazos de solidaridad.
Por todo esto, el este europeo no puede enfocarse desde el punto de vista del determinismo
económico generado por la exportación de productos primarios al oeste de Europa, la exportación
de granos fue el resultado del atraso marcado por la estructura de clases de la servidumbre.

Auge y estancamiento del capitalismo agrario

Según Brenner, la caída de la servidumbre no produjo automáticamente la llegada del capitalismo


ni un desarrollo económico importante.
En el caso ingles, el colapso demográfico de fines del siglo XIV supuso que los señores
aprovecharan las tierras que quedaban disponibles, incorporándolas a sus dominios.
Es cierto que los campesinos ofrecieron resistencia a los avances de los señores, pero a pesar de
las revueltas de principios del siglo XVI, los señores pudieron agrandar, cercar concentrar y
arrendar sus dominios a arrendatarios capitalistas, que a su vez, hicieron importantes inversiones
de capital:

“lo que hizo posible la transformación de la producción agraria en Inglaterra fue el surgimiento de la
clásica estructura señor/gran arrendatario capitalista/trabajador asalariado, y esto, a su vez, fue
clave para el desarrollo económico ingles”

Los arrendatarios participaron, gracias a su alianza con los señores, en el aumento de la renta
generado por sus propias inversiones, lo que les permitió, además, poder hacer innovaciones
técnicas. El excedente agrario generado por este tipo de relaciones de clase agrarias, es lo que
permitió:

“el desplazamiento de la relación antagónica tradicional en la que la presión señorial minaba la


iniciativa campesina, por una nueva simbiosis señor/arrendatario que introducía una cooperación
mutua tanto en inversiones como en mejoras”

Como prueba de la superioridad de la nueva relación de producción que se dio en Inglaterra,


conviene recordar que los ingleses se vieron exentos de la crisis general que asolo al continente
durante el siglo XVII.
En el continente, una caída en la producción agrícola llevaba a un aumento de los precios de los
productos de primera necesidad, lo que se traducía en una baja en la demanda de los productos
manufacturados, ya que la demanda de estos últimos era elástica con respecto a los alimentos.
En Inglaterra, el progreso agrícola hizo posible no solo que la gente que estaba desocupada en el
campo se volcara al trabajo industrial, sino que le dio coherencia al mercado interno, volviéndolo
más previsible.

“El contraste de una transformación agraria en Francia parece que deriva directamente de la
fuerza y de la solidez del sistema de tenencia de la tierra por parte de los campesinos a principios
de la Edad Moderna, sistema que en Inglaterra se estaba desintegrando”

En Francia, además, existió un estado centralizado que competía con los señores para poder
obtener el excedente del campesinado, que así encontró un aliado en su lucha por la propiedad de
la tierra. A fines de la Edad Media, tanto la resistencia del campesinado como la actitud que tuvo el
estado, reconociendo los derechos campesinos, influyo decisivamente para que desde principios
de la Edad Moderna, la consolidación de la propiedad campesina creara una estructura de clases
agraria muy diferente a la que se veía en Inglaterra.
Fue la misma presión fiscal del estado lo que motivo las revueltas campesinas en Francia, mientras
que en Inglaterra la virulencia de los campesinos iba dirigida contra los nobles. En Francia, la
simbiosis se daba entre los campesinos y la monarquía, creando una relación de mutua
dependencia (los señores se adaptaron con el tiempo a la nueva situación formando parte del
mismo estado absolutista); la monarquía inglesa dependía de los señores (ya que los campesinos
no tenían la fuerza de sus contemporáneos franceses) y por lo tanto tuvo que hacer concesiones
políticas, evidenciadas en instituciones parlamentarias.
Un hecho que seria determinante para el desarrollo agrario francés radicaba en que el campesino
francés solo necesitaba producir para su subsistencia y para responder a la fiscalidad estatal (que
a la larga seria asfixiante), con poca o nula intervención del mercado. Cualquier aumento de la
población, de los mercados o de los precios de los granos, no hacia mas que renovar el ciclo
malthusiano.

“no es difícil comprender el deplorable modelo de desarrollo económico impuesto por esta
estructura de clases en Francia. No solo se dio un fracaso a largo plazo en la productividad
agrícola, sino también una correspondiente incapacidad para desarrollar un mercado interno. Por
tanto, irónicamente, cuanto más completos eran los derechos de libertad y propiedad, mayor
pobreza y atraso generaban en la población rural. Mientras que en Inglaterra, fue precisamente la
ausencia de tales derechos lo que facilito la puesta en marcha de un desarrollo económico real”
Las raíces agrarias del capitalismo europeo

Brenner fundamenta su idea en el hecho que en Europa las mismas tendencias demográficas y
comerciales originaron comportamientos económicos distintos, debido a que existían diferentes
estructuras de propiedad y relaciones de clase. Fue la consolidación del sistema de relaciones
señor propietario/arrendatario capitalista/trabajador asalariado la que supuso la base de la
transformación de la agricultura en Inglaterra, al mismo tiempo que en el resto del continente, el
viejo sistema caracterizado por la posesión campesina y la extracción del excedente por medios
extraeconomicos (estructura fiscal francesa, servidumbre en el este), lo que llevo a la imposibilidad
de un crecimiento autosostenido.
Si bien el factor demográfico no puede ser de ningún modo ignorado, el asunto debe ser observado
desde el punto de vista de las relaciones sociales de propiedad y los equilibrios entre las clases, es
decir que dependía de la cantidad de tierra que poseían tanto campesinos como señores y de la
forma en que se extraía el excedente.
Prueba de ello es que los mismos factores demográficos, afectaron de distinta manera las
economías europeas. Mientras que en occidente el declive demográfico del siglo XIV beneficio los
intereses campesinos, en el este no hizo mas que reforzar la servidumbre.
Es importante remarcar la debilidad de los señores franceses, tanto como extractores del
excedente como por su falta de cohesión política, en comparación con la mejor organizada nobleza
inglesa.
En el plano netamente económico, Brenner destaca que la que los productores campesinos, al
tener en sus tierras los medios para su subsistencia no necesitaban acudir al mercado, mientras
que los señores no intentaban la acción económica directa, ya que lo que requerían, lo obtenían
del excedente campesino, si necesitaban incrementar sus ganancias, preferían la apropiación
antes que las mejoras o la inversión.

“lo que tiene que comprenderse con claridad en la divergente evolución de Francia e Inglaterra en
el siglo XVIII no es el atraso en la evolución económica de Inglaterra con relación a Francia, (...),
sino el avance de Inglaterra en términos de organización política de la clase dirigente feudal”

El resultado de la crisis feudal y los distintos modelos de desarrollo

A partir de mediados del siglo XV comenzó un nuevo periodo de expansión económica. En este
contexto empezó una nueva fase de incremento de la población, de los cultivos, del comercio y de
la industria. Las regiones europeas ofrecieron distintas respuestas a la nueva coyuntura,
condicionadas siempre por los modelos de control de la propiedad de la tierra, es decir, por las
formas en las que se extraía el excedente. En cada región (Inglaterra, Francia, este de Europa) fue
posible una solución distinta a la nueva situación, pero siempre ligada a la forma en la que estaban
determinadas las relaciones sociales de producción.

Las raíces de la divergencia

Este frente a oeste: en el este europeo, la tardía colonización emprendida por los señores parece
haber sido el elemento decisivo para que se pudiera reforzar la condición servil. No podía suceder
lo mismo en occidente, ya que las pretensiones de los señores chocaban con la mayor
organización y combatividad de los campesinos.
Es posible que los campesinos del este obtuvieran, en un principio, buenas condiciones de
asentamiento, pero fueron los señores quienes garantizaban estas condiciones, mientras los
campesinos las recibían.

“La actuación directa que tuvieron los señores en el proceso de colonización fue lo que les
permitió, de forma mas o menos consciente, establecer un modelo de repoblación que, a largo
plazo, les facilito un dominio sobre la economía de la región”

En el occidente, en la Baja Edad Media, los campesinos habían obtenido una mejora en su
situación servil, de la cual se liberan, gracias a una posición de resistencia frente a los señores. A
partir de allí, los caminos se bifurcan:
En Inglaterra se da un crecimiento de la producción agrícola en la que la debilidad de la posición
del campesino con relación a la tenencia de la tierra y la consolidación de la propiedad señorial,
permitió el inicio del sistema de agricultura capitalista.
En Francia, el apoyo del estado a la posición de los campesinos. Algunas medidas que
beneficiaron a los campesinos fueron:

--- Las tierras desocupadas no fueron ocupadas por los nobles, sino por los campesinos.
--- Se abolió lo que quedaba de servidumbre y las rentas arbitrarias.
--- La monarquía apoyo las costumbres locales, que le daban a los campesinos respaldo legal.

Con el tiempo, el Estado termino por desplazar a los señores cómo los principales beneficiarios del
excedente campesino. Este excedente fue a parar a manos del Estado Absolutista, que de paso
albergo entre sus filas a una nobleza “parasitaria”. La extracción centralizada del excedente, al fin y
al cabo, fue la responsable del limitado desarrollo agrario francés. La posición de resistencia de los
campesinos franceses condujo a los nobles a buscar nuevas fuentes de ingreso, y lo hicieron
prestando servicios al Estado. Esto termino siendo un arma de doble filo, ya que la entrada en el
sistema estatal fortalecía al absolutismo y debilitaba, a largo plazo, a la nobleza.
“En resumen, el Estado absolutista no fue un simple garantizador de las antiguas formas de
propiedad basadas en la extracción descentralizada; en realidad, supuso una versión transformada
del viejo sistema”

La nueva versión del viejo sistema de extracción del excedente se mostró más eficaz que el
antiguo, y el destino de lo que se extraía fue a parar a los consumos suntuarios y a la guerra. Se
asemejo con el anterior en que limito de igual manera cualquier intento de especialización e
introducción de mejoras en la agricultura.
En Inglaterra, la salida que encontraron los señores cuando no pudieron mantener la sujeción del
campesinado ni tampoco formar un estado centralizado, fue utilizar los poderes que detentaban
sobre la tierra, convirtiendo a los colonos en arrendatarios. Ya desde fines del siglo XIII, los
señores ingleses controlaban un porcentaje de tierra mucho más elevado que la nobleza francesa.
El desarrollo agrícola de tipo capitalista empujaba a quienes arrendaban la tierra, ya no hacia la
producción para la subsistencia, sino que los hacían para el mercado.
La actividad comercial (exportación de tejidos), sumado a las actividades industriales, fueron
también un disparador para el crecimiento agrícola, ya que las personas que se dedicaban a esas
actividades, necesitaban de los productos primarios que el campo les quería vender, formándose
un mercado interno que era indispensable.

“La diferenciación del campesinado ingles estaba fuertemente condicionada por el hecho de que,
bajo nuevas relaciones de propiedad social, no tuvo mas elección que responder al surgimiento del
mercado compitiendo entre ellos mismos de manera más eficiente”

Eso sucedía porque estaban separados de la posición de la tierra y de los medios de subsistencia,
y en consecuencia sujetos a un sistema de rentas competitivo. Los agricultores capitalistas podían
y debían invertir y arriesgarse.
Al contrario ocurría con los franceses: mientras la parcela produjese lo necesario para subsistir y
pagar los impuestos, no estaban obligados a producir para el mercado, que de por sí era muy
limitado.

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