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DRAMATIZAN LAS TÉCNICAS: EMPATÍA Y FEEDBACK

Tanto la Empatía como el Feedback son aspectos muy importantes que un buen
psicólogo debe tener en cuenta en su terapia psicológica con el paciente. Además, son
cuestiones que se dan en el día a día y es interesante conocer su significado.

La empatía es la capacidad que tenemos todos, en mayor o menor medida, para


ponernos en la piel de la otra persona.

Es decir, pongamos el ejemplo de que tu amigo te cuenta que quiere dejar dejar el
trabajo, y tu sin embargo no entiendes como puede estar pensando en eso (¡que locura!!,
con lo difícil que es ahora tener un puesto fijo!!), seguro que la mayoría de vosotros (y
nosotros) tenemos la primera tentación de reprochárselo y hacerle cambiar de opinión,
el problema es que, estamos observando su comportamiento desde nuestra perspectiva y
no desde la suya.

Pues bien, una respuesta empática sería dejar de lado los reproches y el intentar decidir
por él, y entender cuáles son los motivos que le han llevado a pensar dejar el trabajo, si
te cuenta que su jefe lo tiene amargado y que no puede dormir a causa de ello, deberos
ponernos en su piel e intentar sentir lo que esa persona está sintiendo, y pensar lo que
está pensando.

Si se trata de un amigo, como en el ejemplo, una persona empática podría dar un


consejo desde esta nueva perspectiva (nunca decirle qué debe hacer) como si fuese él el
que tuviera que tomar la decisión. En el caso de un terapeuta, este podría ir más allá y
buscar errores en su forma de pensar, u ofrecerle una nueva perspectiva que antes no se
había tenido en cuenta, por poner algunos ejemplos.
En el caso del feedback, también llamado retroalimentación, se trata de comunicar de
forma verbal (y también no verbal) lo que la otra persona produce en nosotros, para que,
en función de nuestra reacción, el otro pueda realizar cambios en su forma de
comportarse.

Un ejemplo de feedback no verbal, muy claro, es cuando estamos dando una charla o
simplemente contando algo que nos ha pasado, y alguien bosteza. Esta reacción nos está
informando que posiblemente estemos siendo un poco aburridos y nos da la oportunidad
de introducir cambios en nuestro comportamiento. Por ejemplo, acabar la conversación
sutilmente, o cambiar el tono de voz o parecer más entusiasta, para que la historia
parezca más interesante, etc.

En el feedback verbal, una persona va a intentar recoger en una frase o comentario el


contenido del mensaje que ha escuchado (u observado, para el caso de mensajes no
verbales), para dar muestras de que ha entendido sus palabras y su significado.
Por ejemplo, un amigo te está contando que la novia lo ha dejado, él está llorando
destrozado, está muy nervioso y parece enfadado porque no para de dar golpes en la
pared, etc., un feedback muy simple sería: “veo que la echas de menos y que te sientes
frustrado y con rabia por ello”. Esto va a hacer que se sienta comprendido y lo más
seguro es que deje de mostrarse tan nervioso.

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