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Inteligencia emocional en las

relaciones de pareja: ¿cómo nos


afecta?
Estas son las formas en las que la inteligencia
emocional afecta a nuestra vida amorosa.

Nahum Montagud Rubio

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Las relaciones de pareja no son algo sencillo. Por muy fogosas y


apasionadas que puedan ser siempre surgirá algún rifirrafe entre sus
miembros. Esto se traduce en discusiones, quejas mal formuladas y
malentendidos que pueden, en los casos más extremos, convertir la
relación en un infierno que tarde o temprano haga que se rompa.

La inteligencia emocional es un conjunto de habilidades que se han


vuelto muy famosas y útiles en las últimas décadas, dado que nos
ayudan a tener una emocionalidad más ajustada, aplicándola a las
relaciones sociales.

Por este motivo, y dada su importancia, a continuación vamos a hablar


de la inteligencia emocional en las relaciones de pareja, por qué es tan
importante, qué es el desbordamiento emocional y formas para
mejorarla.

 Artículo relacionado: "Los 8 tipos de emociones (clasificación y


descripción)"

La importancia de la inteligencia emocional


en las relaciones de pareja
Las relaciones de pareja son complejas. Sus dos integrantes tienen,
cada uno, un mundo interno propio, dos universos que tienen que
armonizarse para dar coherencia y consistencia a la relación. Las
parejas son dos vidas que tratan de ser una, pero no siempre es fácil. A
veces las emociones pesan demasiado como para que todo funcione
como un reloj suizo, haciendo que uno o ambos de los integrantes de la
pareja se sientan desbordados.

Hacer un uso inteligente del amor no es fácil. Nadie tiene a mano un


manual de instrucciones sobre lo que se debe y no debe hacer en la
pareja, puesto que no hay dos parejas iguales. Esto tiene su sentido si
partimos de la idea de que, si cada persona es diferente, con su propio
grado de resiliencia, historia personal y factores de riesgo y protección, lo
mismo sucederá con la pareja. No todo va a funcionar para arreglar todas
las parejas, ni lo que le ha funcionado a una tiene por qué servirle a otra.

Lo que hay que entender es que todas las parejas comparten un


mismo hecho: no son perfectas. Siempre se producirán discusiones,
habrán diferencias de intereses, sentimiento de soledad por alguna parte
o malentendidos. Es por esto que es tan importante tener inteligencia
emocional en estas relaciones, dado que esta capacidad, entendida
como un conjunto de habilidades, contribuyen a que la pareja sea una
entidad más sana y que perdure en el tiempo.

Es tener el grado de inteligencia emocional y sus formas de aplicación lo


que hará que las discusiones, las quejas y cualquier problema que pueda
surgir en el ámbito de la pareja se pueda solucionar, o hacer que su
impacto no sea tan grave. Igualmente, tener una alta inteligencia
emocional es comprender que la relación es cosa de dos, que no se
puede esperar que la pareja llegue a buen puerto si solo uno de los dos
está implicado. Es necesaria la cooperación de los dos para poder seguir
adelante sin heridas incurables.

La famosa importancia de la inteligencia emocional no únicamente


radica en el hecho de saber cómo gestionar las relaciones sociales.
Es también tener empatía para saber que los demás poseen
sentimientos, necesidades y puntos de vista varios, y nuestra pareja no
es la excepción. Él o ella va a necesitar que lo escuchemos, sentirse
querido y saber que estamos a su lado, que valoramos que esté en el
largo camino que es nuestra vida. No entender esto es lo que hace que
muchas relaciones se rompan.

Desbordamiento emocional
Uno de los fenómenos emocionales más importantes para comprender
por qué las relaciones se rompen es el desbordamiento emocional. Esto
es algo que, en caso de darse, puede hacer que la relación quede
dañada para siempre. Entendemos por desbordamiento emocional la
sobrecarga de sentimientos que no ha sido convenientemente liberada a
lo largo de la relación. Como si fuéramos una olla exprés, estos
sentimientos van presionando cada vez más hacia fuera, haciendo
que estallemos de una forma muy violenta.

De esta explosión de emociones no podemos esperar nada bueno.


Podemos decir cosas de las que nos arrepentiremos, ser
extremadamente ácidos para con nuestra pareja y, como respuesta, ella
“contraataque”, haciéndonos daño, empeorando la situación más si cabe.
Todo lo que se diga en este episodio de violencia emocional será
distorsionado, exagerado y, a causa del calor del momento, recordado de
forma muy poco veraz en futuras ocasiones, cuando se intente hablar de
ello de forma más distendida.

En base a todo esto, se entiende por qué el desbordamiento emocional


es un aspecto tan importante en toda relación de pareja. Se debe tener
en cuenta que uno o los dos miembros pueden estar muy cerca de
estallar, y se debe intentar hacer todo lo posible para liberar esa
emocionalidad, que nos puede llegar a carcomer por dentro. Si no la
gestionamos, podemos tener como resultado mucho daño en nuestra
relación.

 Quizás te interese: "¿Qué es la Inteligencia Emocional?"

¿Cómo mejorar la inteligencia emocional en


la pareja?
Comprendida la importancia de la inteligencia emocional en la pareja y
viendo el concepto del desbordamiento emocional, podemos comprender
las formas para mejorar este tipo de inteligencia en nuestras relaciones
sentimentales.

Son varias estrategias las que podemos poner en práctica para


conseguir que nuestra relación sentimental sea más sana,
potenciando la comprensión y empatía por ambas partes, evitando
conductas tóxicas y comprendiendo que, aunque no siempre estemos de
acuerdo, siempre podemos hablar las cosas.

1. Expresar y aceptar quejas


Las quejas son algo inevitable, puesto que nadie es perfecto. Cada
integrante de la pareja tendrá quejas sobre el otro, y le gustaría que
intentara hacer algo para mejorar.

Si bien se debe aceptar que el mundo no es perfecto y que tampoco lo es


nuestra pareja, sí que es sano expresar y aceptar quejas. Eso sí,
siempre de forma respetuosa, calmada y siendo consciente de que él o
ella también tendrá quejas de nosotros.
Siempre habrá algo que podremos mejorar. Poner en práctica la escucha
activa, hacer el esfuerzo por saber qué le gustaría a nuestra pareja que
cambiáramos e intentarlo, en la medida que sea posible, es una buena
forma de alargar la vida de la relación.

Como ya hemos dicho, los sentimientos se debe expresar con sinceridad


y de forma adecuada, por que si no se dará el desbordamiento
emocional, que será verdaderamente dañino para nuestra relación.

2. No atacar a la persona
Es muy fácil decir frases que van directamente a hacer daño. Es posible
que nuestra pareja haya hecho cosas mal, y que tengamos razón al
decírselo, pero transformándolo en un ataque no es la mejor manera.

Estos comentarios llenos de bilis nos salen del interior, y nos satisfacen a
corto plazo. Estamos soltando un poco (o mucho) la tensión. Pero
después, ese ácido se transformará en sufrimiento, distanciamiento,
frialdad. La relación quedará dañada, a veces sin haber posibilidad de
cicatrización, siendo la causa directa de la ruptura.

Todo malestar debe ser explicado desde el respeto. Debemos hacer un


esfuerzo para expresar nuestra inconformidad de forma respetuosa y, en
caso de que nuestra pareja no haga lo mismo, no calentarnos.

No siempre los dos integrantes de la pareja se comportarán de forma


calmada, pero es preferible que al menos uno sí lo haga. En caso
contrario la tensión irá incrementándose, haciéndose todavía más
daño.

3. Buscar una solución conjunta


Toda pareja tiene necesidades, problemas que deben ser resueltos.
Como la pareja es cosa de dos es necesario que la solución sea
consensuada.

Buscar una solución conjunta, pactada por ambos y en la que se esté de


acuerdo es una muy buena forma de asegurarse de que la relación se
mantiene viva. Así ambos nos sentiremos escuchados y respetados,
lo cual nos ahorrará reproches en un futuro.

4. Ceñirse a los hechos


Nuestro novio o novia siempre hará algo que no nos acaba de gustar. A
la hora de comentárselo es muy importante ceñirse a los hechos, sin
exagerar las cosas o generalizar, aunque puede que tengamos razón.

A nadie le gusta que le digan que hace todo mal. Es muy importante
limitarse a la realidad, indicar aquello que no nos ha gustado sin añadirle
detalles innecesarios o usar frases como “siempre haces ...” o “nunca
haces...”.

Por el otro lado, es muy importante entender que él o ella también nos va
a decir cosas que no le gusta y puede que no se ciña tanto a los hechos
como desearíamos. Igualmente, debemos relativizarlo e indicárselo que
no es así como lo dice, pero sin olvidar seguir ciñiéndonos a la realidad.

5. Conocerse uno mismo


Para construir una buena relación de pareja primero debemos
conocernos a nosotros mismos. No es únicamente desarrollar
inteligencia emocional suficiente como para saber qué es lo que estamos
sintiendo y por qué.
Es, además de eso, saber nuestros límites, cuáles son nuestras
inseguridades, miedos y necesidades. Sólo conociéndonos a nosotros
mismos vamos a ser capaces de conocer a los demás.

Así sabremos qué mejorar de nosotros y trataremos de ser mejores


personas para la otra parte. No se trata de intentar ser perfectos para
que, cuando le digamos a nuestra pareja nuestras quejas, no nos pueda
“atacar”. Se trata de hacer todo lo posible para ser la mejor versión de
nosotros mismos para nuestra pareja, lo cual lo motivará a hacer lo
mismo.

Referencias bibliográficas:

 Gardner, Howard (2011). Inteligencias múltiples: la teoría en la


práctica (1a. ed. en la Biblioteca Howard Gardner edición). Barcelona:
Paidós. ISBN 978-84-493-2594-6.
 Payne, W.L. (1983/1986). A study of emotion: developing emotional
intelligence; self integration; relating to fear, pain and desire. Dissertation
Abstracts International, 47, p. 203A
 Goleman, D. (1995). Inteligencia Emocional. Barcelona: Kairos
 Atkinson, B. J. (2005). Emotional intelligence in couples therapy:
Advances from neurobiology and the science of intimate relationships. W
W Norton & Co.

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