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COSTA DE LAIRAGA
PROYECTO TERRITORIAL
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ÍNDICE
PÁGINA
Ámbito de estudio…………………………………………………. 3
Diagnóstico………………………………………………..………... 12
Síntesis propositiva………………………………………………... 16
Bibliografía …………………………………………………………. 22
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1. Ámbito de estudio
La costa de Lairaga, emplazada al norte de la isla de Gran Canaria, es una amplia plataforma
de abrasión marina formada por la acción erosiva del mar. De topografía plana, su límite hacia
el interior de la isla está formado por un acantilado fósil, testigo de las oscilaciones eustáticas y
quizás, isostáticas, que se sucedieron durante el Cuaternario (Sánchez Díaz et al.,1995).
Representa, sin duda alguna, una pieza importante del territorio insular por sus valores
culturales, paisajísticos y el modelo de ocupación.
El área objeto de estudio tiene un perímetro de 8,15 kms. y una superficie de 106,83 has. Es un
área con una indudable y sólida tradición agrícola, acogiendo, apenas unos años después de la
incorporación del archipiélago a la corona de Castilla, los primeros cultivos de caña de azúcar
de la isla.
Solo acoge una entidad urbana, San Felipe, con una población total de 280 habitantes que
apenas ha crecido un 1.3% en los últimos 5 años.
Desde finales del siglo XIX y hasta la década de los noventa del siglo pasado, el cultivo de la
platanera monopolizó el paisaje de esta unidad. Con la llegada del turismo, el área se
transformó en una de las imágenes icónicas de la Gran Canaria rural gracias a las inmejorables
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vistas que, de todo este territorio, se obtiene a través de la conocida popularmente como
“carretera vieja”, la GC-291, que, al transcurrir, en su borde sur, en una cota superior, se
convierte en una magnífica atalaya del conjunto cultivado y del litoral septentrional insular.
Sin embargo, en las últimas décadas, se ha acelerado este abandono con un evidente afán
especulativo. Son los propietarios de los terrenos quienes promocionan el cambio de régimen del
suelo y demandan que la zona se integre en las nuevas bolsas de suelo urbanizable que se
delimitan y desarrollan sobre espacios dedicados con anterioridad a la agricultura intensiva de
plataneras, con el argumento de que, “los costes de explotación están en trance de superar a los
ingresos brutos por lo que los empresarios del cultivo buscan soluciones alternativas al mismo".
(Aguilera Klink et al,1994).
Paralelamente al abandono, se introducen nuevos usos sin relación directa con los valores del
territorio interior mientras irrumpía en la población insular un interés inédito por su litoral, como
área de baño y para la práctica del surf. La zona, que tradicionalmente vivió de espaldas al
océano, comienza a descubrir las posibilidades que les brinda una costa que registra escasas
intervenciones humanas, limitadas todas ellas a las actuaciones realizadas por la administración
entre las décadas de los ochenta y noventa.
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La expansión de las actividades de ocio y deportes relacionadas con el mar, como el baño y el
surf, han encontrado en este ámbito un lugar privilegiado para su desarrollo por lo que la
plataforma es concebida, en el resto de la isla, por su potencial marino y por su topografía
absolutamente plana (la isla es muy montañosa y accidentada), ideal para el paseo y la práctica
de carrera y ciclismo. Esto ha provocado, la congestión, la sobreocupación de la franja costera
en fines de semana y en verano, y la aparición de actividades económicas que aprovechan este
atractivo para situarse aquí, como los aparcamientos de auto caravanas y de vehículos, sobre
antiguas fincas de cultivo hoy desmanteladas. Estas actividades se amparan en la dispensa
legal que les ofrece los usos transitorios autorizables, recogidos en la normativa actual, tal y
como sucede son los aparcamientos. Sin embargo, este uso transitorio no permite que estos
servicios recreativos ofrezcan espacios de calidad para sus usuarios ya que impide
infraestructuras y edificaciones ex novo.
PLANEAMIENTO TERRITORIAL
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🔼 Evolución del paisaje de la Costa de Lairaga. Foto superior año 1967. Foto Inferior, año 2000.
De esta manera, el Plan Insular (aprobado en el año 2003) incorpora todo el ámbito en cuatro
Plantes Territoriales distintos que exhiben posibilidades de usos totalmente incompatibles entre
sí.
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PLANEAMIENTO TERRITORIAL SUPRAMUNICIPAL DE AFECCIÓN:
En definitiva, una de las mejores áreas agrícolas de una isla en la que escasea el suelo con alta
capacidad agraria, es destinada por la administración insular, encargada de la estrategia
territorial de la isla, a usos que supondría la desaparición definitiva de este recurso escaso
como es el suelo con alta capacidad agrícola, y de este paisaje singular en aras de ofrecer
equipamientos deportivos y recreativos a la población insular y foránea.
OBJETIVO:
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Mejorar el núcleo urbano de San Felipe único asentamiento histórico, que se extiende entre la
carretera de acceso al barrio y la línea que delimita el Dominio Público Marítimo Terrestre,
mediante la incorporación de las mínimas dotaciones y equipamientos necesarios, ya que este
barrio, el único asentamiento de la costa, tiene severas carencias dotacionales, contando con la
ciudadanía para este proceso de necesidades, oportunidades y propuestas.
Lograr una cualificación del espacio costero para facilitar y mejorar los usos públicos derivados
de sus características naturales.
2. DESCRIPCIÓN
● Las terrazas o cadenas de cultivo (bancales). Se trata de uno de los elementos más
identitarios de la costa de Lairaga. Estos bancales, situados en las zonas de talud,
fueron levantados a principios del siglo XX para acoger la expansión del cultivo de la
platanera. La gran mayoría se encuentran abandonados, pero tienen un potencial
cultural y de atalaya como espacio para contemplar tanto el llano como el mar, de
primera magnitud.
● Áreas naturalizadas con vegetación espontánea propia del piso basal y de la franja
litoral.
● Los barrancos de Moya y de San Felipe, que atraviesan de norte a sur la plataforma
agrícola y constituyen espacios naturalizados sin apenas usos antrópicos en los
mismos, al margen de que la desembocadura del barranco de San Felipe se usa
especialmente en la época estival como aparcamiento improvisado para el acceso a la
playa.
● Las piscinas naturales de San Lorenzo, principal reclamo para el baño de la zona y
donde la costa adquiere un mayor protagonismo por su proximidad y accesibilidad. En
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este tramo costero se inserta en la actualidad la única posibilidad de acceso al mar
como zona de baño. El Charco de San Lorenzo, permite un cierto nivel de utilización en
este sentido, aunque se trata de un equipamiento mínimo, obsoleto e infradotado. La
playa que arranca en dirección oeste desde el mismo solo es practicable para expertos
surfistas y se encuentra en un estado lamentable con visibles signos de abandono por
parte de todos.
El barrio cuenta en su extremo oeste con una playa en la que se practica el surf todo el
año, y en la que se ha ejecutado una pequeña avenida de unos doscientos metros con
alumbrado y amueblamiento urbano.
● La carretera GC 751, estrecha (de 6 metros sin división de carriles para ambos
sentidos), de ámbito local y de acceso exclusivo a San Felipe y que transcurre paralela
a la línea de costa y la GC-291, antigua carretera nacional que supone, en gran parte,
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la frontera sur del ámbito de estudio. Desde esta carretera se accede a la gran mayoría
de los bancales.
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3. DIAGNÓSTICO
Del análisis DAFO realizado al ámbito (ver tabla anexa) se extraen las siguientes conclusiones.
1. Oportunidades generadas por el entorno exterior que pueden ser aprovechadas por
las fortalezas internas.
Actualmente, el cultivo del plátano es una actividad rentable, y aún más si tiene el respaldo
financiero del POSEI (Programa Comunitario de Apoyo a las Producciones Agrarias de
Canarias), tanto en la modalidad de invernadero como al aire libre. Sin embargo, esta última
forma de cultivo, es la más tradicional en la zona y la más beneficiosa para el paisaje.
Actualmente hay demanda de empresarios agrícolas para volver a cultivar una superficie
considerable de la costa de Lairaga, pero las reticencias de muchos propietarios fincas en la
plataforma y terrazas a volver a cultivar este cultivo que necesita como mínimo seis años para
consolidarse, explica que muchas fincas o estén abandonadas o sean cultivadas por especies
de ciclo corto como las hortalizas o papas, que solo necesitan unos meses para ser cultivadas y
recogidas.
Igualmente hay una demanda, por población local y foránea, de espacios de calidad escénica y
de oportunidades de ocio ligados a ambientes genuinamente rurales. La existencia de un
patrimonio arquitectónico y etnográfico singular, representado en las viviendas y en los
bancales de cultivos, permiten ofertar un turismo rural y agroturismo basado en los valores del
lugar, sin necesidad de introducir actividades y elementos distorsionadores de la identidad
local.
Por último, las áreas degradadas son un espacio de oportunidad para el acercamiento y disfrute
de la población local, fundamentalmente, de los espacios costeros habilitados para el baño y el
nado y así ofertar unos servicios de calidad “material” y escénica (con proyección positiva en el
paisaje)
2. Amenazas generadas por el entorno exterior que pueden ser contrarrestadas por las
fortalezas.
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todos los Planes Territoriales Parciales y Especiales con incidencia en este peculiar territorio. El
área debe de ser considerada únicamente desde el Plan Insular de Ordenación (instrumento
que recoge la estrategia territorial para el conjunto de la isla) como un área o reserva
estratégica agraria y de esta manera acabar de una vez con las expectativas especulativas de
muchos propietarios de suelo que han paralizado cualquier actividad agrícola ante las
diferentes posibilidades de uso que ofrecen los distintos Planes Territoriales que desarrollan
determinaciones del Plan Insular.
En definitiva: la demanda empresarial no debe dirigir la ordenación del territorio, sino que la
administración debe encabezar una estrategia territorial basada en el respeto y la puesta en
valor de los recursos de la zona.
Si la gente rechazara el traslado, el cambio climático en unos años podría ocasionar serios
daños a muchas viviendas que prácticamente ya se encuentran a pocos metros del mar.
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La no definición de un modelo territorial para el área cronificará la pérdida de interés para
actividades agrícolas de la plataforma y terrazas, conllevando el abandono y el deterioro de un
patrimonio etnográfico y arquitectónico de gran calidad paisajística.
Parte trasera de San Felipe con las viviendas Las terrazas o bancales son elementos de alto
ocupando el DPMT valor paisajístico y etnográfico. Al fondo, el puente
de la GC-2
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ANÁLISIS DAFO DE COSTA LAIRAGA
DEBILIDADES AMENAZAS
1. Propietarios que optan por abandonar sus fincas a seguir 1. Modelo de desarrollo socioeconómico escasamente
cultivándolas a pesar de su rentabilidad. Amplia superficie agrícola sostenible con alta presión antrópica sobre recursos y el
ASPECTOS NEGATIVOS
FORTALEZAS OPORTUNIDADES
1. Una pendiente del terreno inferior al 5% y superficies de cultivo 1. Buen contexto económico para nuevas plantaciones de
ASPECTOS POSITIVOS
amplias que dan lugar a explotaciones con una superficie que plataneras. Programa Comunitario de Apoyo a las
permite llevar a cabo la mecanización de las labores, empleando Producciones Agrarias de Canarias (POSEI)
maquinaria agrícola que permite un aumento de la calidad de vida y 2. Demanda de fincas aptas para el cultivo del plátano
de los rendimientos. 3. Alta demanda de espacios con calidad para auto caravanas
2. Valor agrícola del suelo. Alta capacidad productiva de los suelos 4. Creciente interés por la agricultura ecológica y productos
agrícolas. “kilómetro cero”.
3. Litoral poco intervenido 5. Demanda de turismo rural en explotaciones agrícolas
4. Potencial paisajístico sostenibles.
5. Baja densidad de población 6. Creciente concienciación de la población insular por la
6. Localización próxima a las carreteras principales y autopistas conservación y disfrute de sus valores naturales y
patrimoniales.
7. Capacidad y voluntad inversora de Costas
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4. SÍNTESIS PROPOSITIVA
Tanto el planeamiento insular como el municipal deben reconocer a la actual plataforma como
Reserva Agrícola Estratégica, de manera que toda propuesta de ordenación territorial e
intervención urbanística debe estar orientada exclusivamente a la conservación de los suelos con
valor agrícola, evitando la ocupación y degradación irreversible de una de las zonas de mayor
potencial productivo agrícola de la Isla.
Al proteger esta área casi exclusivamente para las actividades agrarias se fomentaría la
producción local y se incrementaría relativamente la capacidad de autoabastecimiento de la isla.
Sin perjuicio de lo anterior, cabe señalar que ciertamente la isla no tiene capacidad total de
autoabastecimiento en casos coyunturales de crisis. No obstante, la figura de ordenación que se
propone permitiría proteger como mínimo las superficies productivas más relevantes, evitando
así́ la ocupación de las zonas más fértiles por parte de otros usos del suelo y supondría una
aproximación a los objetivos principales que se pretenden conseguir en el contexto de la
denominada ‘Soberanía Alimentaria’.
La actividad agraria no tiene la simple e importante función de productora de alimentos, sino que
tiene un carácter multifuncional y esencial para la identidad cultural de los habitantes de este
ámbito puesto que contribuye a crear y mantener su paisaje y a crear puestos de trabajo,
precisamente en una zona donde la oferta de empleo está muy limitada y donde existen muchas
limitaciones para el desempeño de otras actividades.
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El criterio de ordenación para la Reserva Agraria Estratégica es el de la salvaguarda del suelo
para los usos agrarios; por lo tanto, habrá́ de considerarse necesariamente como usos principales
los relacionados con la actividad agraria, limitándose todos aquellos actos de ejecución que no
sean compatibles con la salvaguarda del suelo productivo. Con carácter general, no serán
compatibles los usos no agrarios y, muy especialmente, los usos o actividades que supongan
una ocupación y perdida de suelo. No obstante, se considerarán compatibles aquellas
actuaciones de interés general y de utilidad pública promovidas por las Administraciones Publicas
y que nunca supongan una ocupación de la Reserva mayor del 5% de su superficie.
El artículo 61 de la Ley 4/2017 del suelo de Canarias establece que se consideran “usos
complementarios aquellos que tengan por objeto la transformación y venta de productos agrarios,
plantas ornamentales o frutales, derivados o vinculados con la actividad agropecuaria, siempre
que sean producidos en la propia explotación, ya sean transformados o sin transformar, que
redunden directamente en el desarrollo del sector primario de Canarias; así como las turísticas,
las artesanales, la de restauración cuando su principal referencia gastronómica esté centrada en
productos obtenidos en la explotación, las culturales, las educativas y cualquier uso o actividad
análogos que complete, generando renta complementaria, la actividad ordinaria realizada en las
explotaciones”. Este artículo permite a las explotaciones agrícolas con presencia en el territorio
a desarrollar una serie de usos que, al amparo de la actividad, complementen las rentas
principales de la explotación agrícola
Igualmente, las viviendas con valores arquitectónicos presentes en el territorio y ligadas a las
fincas agrícolas de la Reserva Agraria Estratégica podrán albergar determinados equipamientos
y usos de carácter turístico, siempre que se realicen de forma compatible con la preservación de
las características y cualidades del paisaje que constituyen y en el que se insertan, Las
modalidades de turismo rural posibles (Hotel o Casa Rural) las regula el Decreto 142/2010, de 4
de octubre, por el que se aprueba el Reglamento de la actividad turística de alojamiento y se
regulan los estándares turísticos, las tipologías de modalidad hotelera de turismo rural.
Las actuales terrazas de cultivo, en explotación o abandonadas, con magníficas vistas al mar,
proximidad de la playa, tranquilidad y una alta calidad visual del paisaje en la ladera de la
montaña, así como un valor etnográfico incuestionable, podrán acoger fórmulas complementarias
de turismo en cabañas o en grampín siempre y cuando tengan en explotación el 75% de la
terraza. En aquellas terrazas que estén sin uso, no se podrá instalar este tipo de equipamientos
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turísticos donde descansar, contemplar, leer y realizar paseos o excursiones para conocer el
entorno más o menos cercano. Igualmente puede ofrecerse la práctica del agroturismo, donde el
visitante colabora voluntariamente en las tareas cotidianas de la explotación agrícola.
Deben contar con espacio para la instalación de casetas, a ser posible, dispersas para una mejor
apreciación de la estancia por parte de los usuarios y con sombra para mayor calidad de la
estancia, áreas de aparcamiento, aseos, puntos de abastecimiento de agua potable,
contenedores separativos de residuos y tratamiento de aguas residuales.
El objetivo de esta actuación es la recuperación de las servidumbres del dominio público. Dada
la evidente amenaza que supone para la integralidad de muchas viviendas, instaladas en el
DPMT, el aumento del nivel del mar por el cambio climático, es prudente y conveniente plantear
el traslado de las viviendas en esta situación a una localización más separada de la línea de
costa para poder recuperar la misma para el uso público y poder realizar propuestas
encaminadas a la mejora de la funcionalidad y atractivo de esta área, así́ como a la consolidación
del propio núcleo urbano, mediante la dotación de los equipamientos necesarios para su
funcionamiento como tal núcleo urbano. En resumen, se propone recuperar el espacio litoral
dotando al ámbito de una bolsa de suelo urbanizable que compense el suelo afectado.
Liberar el espacio litoral es una de las acciones estratégicas más importantes del proyecto
territorial. Las viviendas que están situadas en Dominio Publico Marítimo Terrestre, incluso las
viviendas que invaden las servidumbres de transito y de protección, incumplen con la Ley de
Costas. La recuperación del DMPT permitirá la creación de una avenida que exigirá la creación
de fachadas de las viviendas hacia el lado mar.
Equipamiento museístico:
Centro de interpretación del cultivo de la platanera. Sorprende saber que el cultivo más
representativo del archipiélago no cuente, en ninguna isla, con un centro de interpretación para
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mostrar a los visitantes aspectos relacionados con el mismo. San Felipe debería acoger el primer
centro de interpretación del mismo. Por pasado, presente y futuro.
En todos los casos las áreas de acampada han de reforestarse con especies arbóreas, con el
objetivo de ocultar las caravanas desde el exterior y para sombrear las casetas y enmascararlas
al exterior.
El principio básico de esta actuación es la seguridad de los usuarios, en todo tipo de tránsitos, y
la permeabilidad visual derivada de la baja velocidad de los vehículos de motor que circularán
por el mismo. Ello permite, por un lado, la utilización en ambas orientaciones para todo tipo de
usuarios y que la línea del viario sirva de elemento de relación de las distintas partes que
componen el conjunto planteado, esto es, la costa y piscinas naturales a un lado, y el área de
equipamientos de apoyo, al otro.
El objetivo es, a partir de aceras para peatones de gran dimensión, que permitan el disfrute de la
costa, conseguir que se produzcan tres tipos de transito por la vía: el de peatones, que por
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sección y condiciones se considera el fundamental recorrido a proteger; el de ciclistas, con carril
señalizado e independiente, y el de los vehículos de todo tipo que, con carriles de tres metros
vienen a conformar el total de las secciones propuestas.
Actualmente los usuarios de la playa de San Felipe aparcan en la desembocadura del barranco
en un espacio sin acondicionamiento del firme previo y sin señalización.
El Consejo Insular de Aguas, policía de barrancos, prohibe este uso en barrancos por el
consiguiente riesgo que supone. Esto obliga a trasladar el necesario aparcamiento hasta una
pequeña planicie sobre la misma playa.
Tanto los barrancos como las zonas con vegetación espontánea tendrán un criterio de
conservación y mejora mediante la reintroducción de la piña de mar (Atractylis arbuscula var
schizogynophylla) un endemismo local en peligro que tiene en estos ámbitos su hábitat natural.
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BIBLIOGRAFÍA
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