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Asocian las grasas saturadas con el cáncer prostático agresivo

• Por Madeline Kennedy, Reuters Health el 13 de octubre de 2016

Los alimentos de origen animal, tales como la mantequilla, el queso y las carnes grasosas
contienen muchas grasas saturadas. También, algunos aceites vegetales contienen grasas
saturadas.
Los hombres con cáncer de próstata serían más propensos a desarrollar un tipo grave de la
enfermedad si su dieta contiene demasiada grasa derivada de carnes y lácteos, según sugiere
un estudio de Estados Unidos.
Ese riesgo asociado con las grasas saturadas y el colesterol resultó ser aún mayor en los
pacientes con el cáncer que no habían tomado estatinas (fármacos usados para disminuir el
nivel de colesterol en la sangre), según publican los autores en Prostate Cancer and Prostatic
Diseases.
La relación entre las grasas saturadas y el cáncer prostático agresivo era más evidente en los
hombres con ascendencia europea que en los de ascendencia africana. "Una dieta rica en grasas
saturadas eleva los niveles de colesterol en sangre", que empeoran la evolución del cáncer,
según dijo la autora principal, Emma Allott, de University of North Carolina, Chapel Hill.
Uno de cada siete hombres de Estados Unidos padecerá cáncer prostático, de acuerdo con la
Sociedad Estadounidense del Cáncer. En los países occidentales, el cáncer es más común que
en Oriente y las poblaciones también tienden a consumir más grasa saturada.
Los autores analizaron datos de 1.854 hombres con un diagnóstico reciente, incluido un 17 por
ciento con tumores "altamente agresivos". Los autores revisaron las respuestas a cuestionarios
que se les aplicaron a estos pacientes, que participaron en el Proyecto Cáncer de Próstata de
Carolina del Norte-Louisiana y luego estimaron los niveles de grasa saturada de la dieta de
cada participantes, así como los de grasas mono y poliinsaturadas, que se encuentran en los
aceites vegetales o el pescado.
Los hombres con los tumores más agresivos consumían más calorías y colesterol, a diario,
además de más calorías derivadas de la grasa en sus dietas. La mayor proporción de la grasa
total que ingería ese grupo era del tipo saturada.
Las dietas más ricas en grasa saturada estuvieron asociadas con un 51 por ciento más riesgo de
desarrollar una forma agresiva del cáncer prostático que las dietas reducidas en esas grasas. El
consumo de colesterol también registró la misma relación, aunque sólo para los hombres
caucásicos.
El riesgo de desarrollar una forma agresiva del cáncer creció un 71 por ciento en los hombres
que no tomaban estatinas y tenían las dietas más ricas en grasas saturadas, comparado con
apenas un 16 por ciento más riesgo en los usuarios de estatinas.
Allot aconsejó "reducir la grasa saturada de la alimentación con el consumo de cortes de carnes
magros, lácteos descremados y el uso de aceites vegetales para cocinar" si es que existe un
riesgo de desarrollar cáncer de próstata.

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