El aprendizaje en adultos se puede definir como un proceso de adquisición de
conocimientos, habilidades y actitudes que ocurre en el contexto de la experiencia y las necesidades individuales de los adultos, promoviendo su desarrollo personal y profesional.
El aprendizaje entre adultos debe ser realizado de manera colaborativa y basado
en el diálogo y el consenso. Es importante que se promueva la participación de todas las personas involucradas en el entorno social, cultural y económico de la escuela. Además, se deben tener en cuenta las necesidades formativas globales, como los hábitos educativos, sociales, los aprendizajes y los problemas del entorno. El desarrollo de capacidades básicas, como la selección y el procesamiento de la información, así como los valores de cooperación y solidaridad, también deben ser enfatizados.
Es fundamental romper con las estructuras tradicionales de edad y grupo y
fomentar la flexibilidad y la autonomía en el proceso de aprendizaje. La escuela debe convertirse en un eje educativo de toda la comunidad, donde los familiares y la comunidad necesidades formativas globales relacionadas con los hábitos educativos, sociales y lingüísticos. La participación de diferentes agentes sociales, como padres, madres, voluntariado y el entorno del barrio, es fundamental para lograr una educación de calidad para todos y todas.
La educación andragógica es un enfoque educativo que se centra en el
aprendizaje de los adultos, reconociendo sus características, experiencias y motivaciones como base para diseñar y facilitar procesos de enseñanza- aprendizaje adaptados a sus necesidades específicas. se aplica en la educación de adultos a través de estrategias y enfoques centrados en las características particulares de los adultos, como su experiencia previa, autonomía, motivación intrínseca y relevancia del contenido. Esto implica facilitar un aprendizaje
Ing. Olga Lazaro – ATIT Táchira
participativo, práctico, aplicado a situaciones reales y orientado al desarrollo personal y profesional de los adultos.
Para tener en cuenta un enfoque de aprendizaje entre adultos con críticas
constructivas, es importante:
Estimular la participación activa y el intercambio de ideas entre los adultos,
promoviendo el diálogo y la discusión. Proporcionar retroalimentación constructiva y específica sobre los trabajos y aportes de los adultos, resaltando tanto los aspectos positivos como las áreas de mejora. Establecer metas claras y realistas, involucrando a los adultos en la planificación y evaluación de su propio proceso de aprendizaje. Fomentar un ambiente de confianza y respeto, donde los adultos se sientan seguros para expresar sus opiniones y plantear críticas constructivas Fomentar el pensamiento crítico, animando a los adultos a cuestionar, analizar y reflexionar sobre los temas tratados. Promover la colaboración y el trabajo en equipo, alentando a los adultos a compartir sus conocimientos y experiencias para enriquecer el aprendizaje colectivo. Brindar oportunidades para la autorreflexión, donde los adultos puedan evaluar su progreso, identificar áreas de mejora y establecer acciones para su desarrollo continuo.