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Corporación Universitaria Reformada

Programa de Psicología
Grupo VIIN1
Intervención psicosocial

Presentado por:
Renso Jimenez Estrada
Alejandro Romero Amaya
Lea Rodríguez Vivero
Shadia Mieles Quintero
Vianys Varela Martínez

Docente: Ximena Avendaño Vasquez


Intervención psicosocial

1. Problema Psicosocial:

Este análisis se realiza con la finalidad de evaluar una problemática social expuesta por varios

medios de comunicación en conjunto con los reportes que entregan las autoridades pertinentes,

intento y acción de suicidio, un asunto que repercute a nivel social y económico en la Ciudad de

Barranquilla. Esta problemática representa una enorme carga para las comunidades, pues además

del impacto psicológico conlleva altos costos en materia de servicios de salud, como son el

tratamiento de las lesiones y secuelas de las víctimas y de sus familiares lo que evidencia un

problema de salud pública que no ha sido contemplada con la importancia y urgencia que requiere.

2. Contexto:

Desde enero hasta el 29 de diciembre de 2023 se registraron 42 suicidios en Barranquilla, de los

cuales 35 fueron hombres y 7 mujeres, según cifras suministradas por el Instituto Nacional de

Medicina Legal y Ciencias Forenses. En Barranquilla y en el Atlántico se han encendido las

alarmas debido a 5 (cinco) muertes ocurridas en el mes de febrero de 2024. La Gobernación del

Atlántico reportó 180 llamadas atendidas en la Línea de Salud Mental a corte del 19 de febrero.

La mayoría de las cuales fueron provenientes de Barranquilla y los municipios de Galapa y

Malambo, manteniendo bajo la lupa la urgencia y la necesidad de una intervención más efectiva

y sostenible.
La Universidad del Atlántico ha sido testigo de varios incidentes relacionados con el intento y

acción de suicidio. Por ejemplo, los hechos ocurridos en la tarde del martes 20 de febrero,

Adamaris Verdugo Almagro de 28 años, egresada del programa de Contaduría Pública de la

Universidad del Atlántico, sede norte, perdió la vida al precipitarse desde el cuarto piso del bloque

D de dicha institución, ubicada en Puerto Colombia. Otro caso se registró el 21 de noviembre de

2023 cuando Brilly Martínez Obando de 27 años quien estudiaba Nutrición y Dietética, al

parecer, luego de terminar un parcial en el quinto piso del bloque H, caminó por el pasillo hasta

llegar al borde y cayó.

Podemos notar que estas dos mujeres se encontraban en el mismo rango de edad y según los

reportes contaban también con el mismo nivel socioeconómico, aunque es necesario resaltar que

la problemática que aqueja a la comunidad barranquillera no distingue géneros, estratos sociales,

nivel socioeconómico y cultural dado que los recientes suicidios registrados en el departamento

del Atlántico evidencian el deterioro de la salud mental en varios de estos aspectos.

3. Actores: La comunidad a intervenir es la perteneciente a la universidad del

Atlántico, estudiantes de todas las facultades, semestres y edades como también los

docentes y familiares de las personas que han cometido el acto suicida (Padres, pareja e

hijos).
4. Aspectos: Elementos relevantes

Si bien es cierto que ya identificamos el problema psicosocial (suicidio) es imperativo mencionar

que existen aspectos relevantes que inciden en la toma de decisiones precipitadas, por ejemplo: las

crisis que pueden ser vitales, ligadas al curso de vida, como lo es la poca tolerancia la frustración,

situaciones cotidianas donde el niño, adolescente o adulto, no obtiene lo que quiere, o las cosas no

suceden como se esperaba, y pueden contribuir a la aparición de ideas de suicidio o intentos de

suicidio. De igual modo, las crisis pueden ser circunstanciales, es decir, acontecimientos

inesperados que incluyen: la muerte de un familiar, culminación de una relación amorosa,

desempleo, deudas, etc.

Por otra parte, la pandemia, con sus medidas de distanciamiento social y aislamiento, exacerbó

cuadros clínicos preexistentes, debido a la ausencia de socialización frecuente lo que desencadenó

diversas condiciones psicológicas. La falta de estrategias de afrontamiento, recursos emocionales

y una red de apoyo sólida puede conducir a que algunos individuos contemplen el suicidio como

la única salida.

Por otro lado, las personas afectadas con depresión grave y ansiedad presentan un riesgo suicida

mayor que la población general. Sin embargo, existen personas que desconocen que poseen un

diagnóstico psicopatológico y como resultado les impide gestionar y abordar estas crisis junto con

la ayuda de un profesional de la salud mental. Es el Estado quien debe establecer políticas

sanitarias, educativas, económicas y sociales que contribuyan a mitigar las barreras en el acceso a

los servicios de salud.


Otro aspecto de suma importancia relacionado con las conductas suicidas hace hincapié a que la

enfermedad solo tiene su realidad y su valor de enfermedad dentro de una cultura que la reconoce

como tal (p. 18) Foucault (2016). Es por eso por lo que Durkheim (2011) establece que “si bien

los suicidios son fenómenos individuales, están provocados por causas esencialmente sociales. En

consecuencia, las tendencias suicidógenas no parten del individuo, sino de la sociedad a la que

pertenece” (Mesones Peral, 2014, pág. 47).

Teniendo en cuenta lo mencionado anteriormente, existen determinantes sociales asociados a la

conducta suicida los cuales debemos disminuir como parte del compromiso social. La sociedad

es influyente porque desafortunadamente continuamos viendo con estigmas los comportamientos

asociados con la búsqueda de ayuda.

Asimismo, como sociedad, estamos expuestos a información inapropiada sobre el suicidio. Los

medios de difusión pueden fomentar el fenómeno de imitación ante la observación o notificación

del suicidio de una persona, los medios de comunicación deben tener tacto al momento de

transmitir noticias relacionadas con este tema ya que puede convertirse en un fenómeno epidémico,

o en algunos casos, causar suicidios masivos (Efecto Werther).

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