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Universidad Valle del Grijalva

Campus: Tuxtla

Proyecto número 1:

Elaborado por:
Anayeli Pérez González
Esmeralda Morales Castañeda
Juan Ernesto Vázquez García
Karla Hiromi Suñega Gutiérrez
Kinari Denisse Espinoza Flores
Miloshka Viridiana Arguello Gómez
Esmeralda Yulibeth Gamboa Tacías.

Asignatura:
Psicología experimental

Catedrático:
Mtra. Guadalupe del Rosario Quiñonez castillo.

1°A
EL SUICIDIO EN LOS ADOLESCENTES
Planteamiento del problema

El suicidio es definido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el acto


deliberado de quitarse la vida. Su prevalencia y los métodos utilizados varían de
acuerdo a los diferentes países. Desde el punto de vista de la salud mental, los y las
adolescentes poseen vulnerabilidades particulares, por su etapa del desarrollo.

La adolescencia es una categoría construida socialmente utilizada para nombrar el


período que va de la niñez a la adultez. Suele caracterizarse a este período como
una etapa de pleno desarrollo y grandes cambios. Sin embargo, la adolescencia no
es vivida de la misma manera por todas las personas, está determinada por factores
sociales, económicos y culturales. Por ello, el suicidio es un fenómeno que se ha
estudiado en adolescentes en diferentes países del mundo desde el punto de vista
de los cambios sociales, culturales, económicos y tecnológicos recientes.

El incremento del suicidio en los adolescentes se ha convertido en un problema de


Salud Pública. En México las investigaciones epidemiológicas mencionan como
factores de riesgo la falta de oportunidades académicas y laborales, el fracaso
académico, el bajo nivel académico de los padres, la pobreza, la violencia
intrafamiliar, el aislamiento social, las escasas relaciones interpersonales, el uso de
drogas, el embarazo, la violencia intrafamiliar; y a nivel mundial el bullying escolar y
a través de redes sociales.

Según la OMS En el 2019, 97,339 personas murieron


por suicidio en la Región de las Américas, y se estima que 20 veces ese número, en
el adolescente mexicano actual, muestra un incremento de riesgo de la conducta
suicida.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2020 hubo
siete mil 896 suicidios en México

 
Tanto el INEGI como un estudio epidemiológico sobre el suicidio en México dirigido
por Borges y colaboradores, reportan al suicidio consumado como un acto
particularmente masculino; en este estudio epidemiológico los investigadores
mencionan que el suicidio se incrementó hasta un 275% en adolescentes y adultos
jóvenes, en el rango de 15 a 29 años de edad. Describen que las mujeres muestran
una tendencia a idear, planear e intentar el suicidio. Asimismo, encontraron que el
ahorcamiento y el uso de arma de fuego son los métodos empleados por los
hombres para lograr el suicidio y que en las mujeres son el ahorcamiento y el
envenenamiento. Finalmente, mencionan que los factores de riesgo predisponentes
de la conducta suicida en los adolescentes mexicanos, son la presencia de
trastornos mentales como el trastorno depresivo, el trastorno por uso de sustancias,
el trastorno en el control de los impulsos; y en las mujeres el trastorno de ansiedad.
Ambos estudios, mencionan que las zonas de la República Mexicana que presentan
mayores reportes de conducta suicida son Nuevo León en la zona norte y
Campeche, Quintana Roo, Yucatán y Tabasco en la zona sur del país.
Justificación

El presente proyecto se basa en la necesidad de identificar el panorama


general del suicidio, sus fases, la prevalencia de suicidios en nuestros
adolescentes en los últimos 5 años y sus principales causas, esto con la
finalidad de contribuir a la creación de estrategias para la prevención del
suicidio iniciando en nuestra esfera estudiantil.

Los suicidios y los intentos de suicidio tienen un efecto dominó que afecta no solo a
las personas, sino también a las familias, las comunidades y las sociedades. Los
factores de riesgo asociados al suicidio, como la pérdida laboral o financiera, el
trauma o el abuso, los trastornos mentales y por uso de sustancias y las barreras
para acceder a la atención médica, se han ampliado aún más con la COVID-19.

Según la OMS En el 2019, 97,339 personas murieron por suicidio en la Región de


las Américas, y se estima que 20 veces ese número intentaron suicidarse.

Se suicidan más del doble de hombres que de mujeres (12,6 por 100 000 hombres
frente a 5,4 por 100 000 mujeres). Las tasas de suicidio masculino son por lo
general más altas en los países de ingreso alto (16.5 por 100 000). Las tasas más
altas de suicidio femenino se registran en los países de ingreso mediano bajo (7,1
por 100 000).

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2020 hubo
siete mil 896 suicidios en México.

Durante 2021 se suicidaron 23 personas cada día. En promedio, 18 hombres y


cinco mujeres se quitaron la vida diariamente, estimó José Edmundo Urquieta
Salomón, director de Indicadores y Análisis de Información Gubernamental del
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Aun tratándose de un grave problema de salud pública, se puede prevenir mediante


intervenciones oportunas, basadas en la evidencia y, a menudo, de bajo costo.
Objetivos

Generall

Brindar información completa del suicidio mediante el uso de información


actualizada para que la población reconozca y disminuya su prevalencia.

Específicos
1. Conocer las fases del suicidio
2. Identificar las principios razones que llevan al suicidio en adolescentes
3. Mostrar los padecimientos premorbidos al suicidio

Hipótesis
En base al tema de investigación sobre el suicidio en jóvenes de 15 a 29 años de la
población chiapaneca surgen las siguientes hipótesis:

-los adolescentes con más posibilidades de suicidarse, son aquellas que además de
tener problemas de salud mental, consumen estupefacientes de manera habitual.

- los adolescentes que sufren exclusión social, marginación y además carecen de


redes de apoyo, tienen más probabilidades de cometer el acto suicida.

-La depresión es el factor de riesgo más importante para una conducta suicida.

Marco teórico
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define al suicidio como un acto
deliberadamente iniciado y realizado por una persona en pleno conocimiento o
expectativa de su desenlace fatal. A este respecto, la OMS lo señala como un
problema multifactorial, que resulta de una compleja interacción de factores
biológicos, genéticos, psicológicos, sociológicos y ambientales.

Además, existen diversos conceptos del suicidio tales como:

Psicológico: El suicidio surge cuando la persona afectada siente que la vida es ya


insoportable y que la muerte es la única vía de escape, ya sea del dolor físico o
emocional, de la enfermedad terminal, de los problemas económicos, de las
pérdidas afectivas o de otras circunstancias, como la soledad o humillación.

Psicosocial: El suicidio, considerado como una forma de violencia auto infringida, es


un concepto que surge precisamente de la necesidad de distinguir entre la agresión
a uno mismo y el hecho de agredir a otra persona.

Fenomenológico: el suicidio es una conducta intencional exclusiva del ser humano


por su capacidad intelectual para conceptualizar la naturaleza y las consecuencias
de su acto e, incluso, para justificar y racionalizar el mismo.

Epistemológica: La medida de la extensión real del problema del suicidio y de los


intentos de suicidio cuenta con numerosas dificultades metodológicas, derivadas en
la mayoría de los casos de las fuentes de obtención de datos, hecho por el que
numerosos autores llaman la atención acerca de una tendencia a la su notificación
en la mayoría de los países incluido el nuestro

FASES DEL SUICIDIO


. LA IDEACION SUICIDA COMO PRIMER ESLABON DEL SUICIDIO

El consenso casi generalizado de definir al suicido como un proceso compuesto por


diversas acciones que inicia con la ideación suicida (Pérez, 1999; Dias de Mattos, et
al. 2010) ha propiciado que el interés de la comunidad científica sobre esta temática
se incremente en los últimos años. En México, Jiménez y González-Forteza (2003)
destacan que entre 1982 y 2003 la Dirección de Investigaciones Epidemiológicas y
Psicosociales (DIEP) del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente
(INPRF), publicó 56 trabajos de investigación sobre suicidio, de los cuales el 30% de
los trabajos se concentró en la ideación suicida. Posteriormente, este mismo
instituto publicó un conjunto de trabajos que abarcaban de los años 2003 a 2010
sobre epidemiología psiquiátrica, producto de una iniciativa internacional coordinada
por la OMS para evaluar trastornos mentales, donde se señalaba que el 17% de las
investigaciones referían como tema principal el suicidio (INPRF, 2011).

Existen diversas concepciones en torno a la ideación suicida, Eguiluz (1995)


menciona que la ideación suicida es una etapa de vital importancia como factor
predictor para llegar al suicidio consumado y la define como aquellos pensamientos
intrusivos y repetitivos sobre la muerte auto infringida, sobre las formas deseadas de
morir y sobre los objetos, circunstancias y condiciones en que se propone morir. Por
su parte, Jiménez y González-Forteza (2003), han definido el suicidio como un
proceso que comienza con la idea de suicidarse y pasa por la tentativa o los intentos
de suicidio, hasta concluir con la muerte auto infringida. Consideramos que estas
dos concepciones sobre la ideación suicida que tienen como característica similar el
ser conceptualmente inespecíficas, tienen problemas para su operacionalización.

Sin embargo, Pérez Díaz de Matos (1999) define la ideación suicida considerando
una serie de pautas como la preocupación autodestructiva, planeación de un acto
letal y el deseo de muerte. El suicidio se conceptualiza de esta forma como un
proceso, pues este implica un conjunto de acciones con las que se asume que una
persona busca quitarse la vida. Por lo anterior, es importante estudiar los procesos
que anteceden a los suicidios como son la ideación y el intento para así conocer y
atender esta problemática. Algunos autores como por ejemplo Miranda, et al.,
(2009) señalaron cinco etapas aclarando que no necesariamente tienen que ser
secuenciales:

1) Ideación suicida pasiva

2) Contemplación activa del propio suicidio

3) Planeación y preparación,

4) Ejecución del intento suicida, y

5) El suicidio consumado.
La terminología utilizada para describir el suicidio ha evolucionado con el tiempo
para reflejar los avances en el estudio científico del comportamiento suicida, la
defensa cada vez mayor de las víctimas y los supervivientes del suicidio y la
reducción del estigma asociado al suicidio.

La conducta suicida incluye:

•Ideación suicidio: suele ser un paso previo a la conducta suicida y consiste en


pensamientos de terminar con la propia existencia.

•Planeación suicida: La persona que desea suicidarse, ha elegido un método


habitualmente mortal, un lugar donde lo realizará, el momento oportuno para no ser
descubierto, y los motivos que sustentan dicha decisión que ha realizar con el
propósito de morir.

•Intento de suicida: También denominado para suicidio, tentativa de suicidio,


Intento de autoeliminar o autolesión intencional, es aquel acto sin resultado de
muerte.

•Suicidio consumado: Es el acto deliberado que realizará una persona y que ha


causado la muerte.
PADECIMIENTOS QUE ANTEPONEN AL SUICIDIO

Los estudios han demostrado que muchas personas que consumaron el suicidio
estaban experimentando múltiples factores de riesgo en el momento de la muerte.
Alrededor del 85 al 95% de las personas que mueren por suicidio sufren una
enfermedad mental diagnosticable en el momento de su muerte.

El factor más frecuente que contribuye al comportamiento suicida es

La depresión, incluyendo la depresión que forma parte del trastorno bipolar, está


involucrada en más del 50% de los intentos de suicidio y en un porcentaje aún
mayor de suicidios consumados. La depresión puede ocurrir de forma inesperada,
estar desencadenada por una pérdida reciente u otro evento perturbador o ser
consecuencia de una combinación de factores. Los problemas en la relación
matrimonial, un arresto reciente o problemas con la ley, las relaciones amorosas
difíciles o que concluyen, los conflictos con los padres o el acoso escolar (en el
caso de los adolescentes) o la pérdida reciente de un ser querido (sobre todo en la
población de edad avanzada), pueden ser algunos de los desencadenantes de un
intento de suicidio en las personas con depresión. El riesgo de suicidio es mayor si
las personas con depresión también sufren un grado significativo de ansiedad.

El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es el cambio de la respuesta del cuerpo


a una circunstancia estresante. Normalmente, después del evento el cuerpo se
recupera. Las hormonas y los químicos del estrés que el cuerpo secreta debido a
dicho estrés regresan a los niveles normales. Por alguna razón, en una persona con
trastorno de estrés postraumático, el cuerpo sigue secretando las hormonas y los
químicos del estrés.

El trastorno de estrés postraumático puede ocurrir a cualquier edad y aparecer


luego de hechos como:

 Una agresión

 Accidentes automovilísticos

 Violencia doméstica

 Desastres naturales

 Encarcelamiento

 Agresión sexual

 Terrorismo

 Guerra
Trastorno bipolar: Es una afección mental en la cual una persona tiene cambios
marcados o extremos en el estado de ánimo. Los períodos de sentirse triste y
deprimido pueden alternar con períodos de excitación y actividad intensa o de
sentirse malhumorado e irritable.
.
Las personas con esquizofrenia u otros trastornos psicóticos pueden sufrir delirios
(creencias falsas fijas) con las que les resulte difícil convivir, o bien pueden oír
voces (alucinaciones auditivas) que les ordenan matarse. Además, las personas
con esquizofrenia son propensas a la depresión. Como resultado, mueren por
suicidio con una tasa mucho mayor (10%) que la de la población general.

Las personas con trastorno límite de la personalidad o con trastorno de


personalidad antisocial, en especial las que presentan un historial de impulsividad,
agresividad o comportamiento violento, presentan también un mayor riesgo de
suicidio. Las personas con estos trastornos de personalidad tienden a presentar
una baja tolerancia a la frustración y tienden a reaccionar al estrés de manera
impulsiva, lo que a veces conlleva autolesiones o comportamientos agresivos.
Principales formas de suicidio

Por lo general, el método utilizado para cometer suicidio depende de su


disponibilidad y pudiera influir el acceso que la persona tenga a un método
particular, además, una determinada enfermedad que padezca la persona en riesgo
y el antecedente familiar que tenga del uso de uno u otro método.

Puede ser que el método para cometer el suicidio dependa en gran medida de la
influencia sociocultural y de las características geográficas, puesto que las zonas
geográficas pueden relacionarse con el acceso a distintos métodos como el mar, vía
férrea, pesticidas en zonas agrícolas, puentes, carreteras de alta velocidad, edificios
de altura entre otros.6) La UNICEF plantea que los métodos utilizados varían de
acuerdo a los diferentes países.

Estudios indican que entre los métodos mayormente utilizados están la


precipitación, el ahorcamiento, la asfixia con bolsa de plástico en la cabeza, la
intoxicación medicamentosa, la intoxicación por gases, el envenenamiento con
plantas, hongos, metales, productos de limpieza y plaguicidas, la inanición o ayuno
prolongado, el
suspender la medicación prescrita, el accidente provocado, el arrojarse al paso de
vehículos, el disparo con arma de fuego, la bomba con explosivo adosado al cuerpo,
el prenderse fuego a lo bonzo, tragar objetos punzantes o cortantes y el
apuñalamiento o eventración.

Los métodos para cometer suicidio se clasifican en violentos y no violentos,


dependiendo de la impulsividad del acto suicida; y activos, como los ahorcamientos,
precipitación, armas de fuego, armas blancas, o pasivos, como en el que se usan
gases, drogas, venenos, entre otros.6

Para el sexo masculino, los métodos mayormente empleados son los activos, como
el ahorcamiento y dispararse; mientras que son menos cruentos para el sexo
femenino, como los envenenamientos, corte de vasos sanguíneos, precipitación,
ahorcamientos, tabletas de medicamentos de psicofármacos.
Cifras actuales de suicidio en adolescentes

En 2021 sucedieron 8 351 fallecimientos por lesiones autoinfligidas en el país, lo


que representa una tasa de suicidio de 6.5 por cada 100 mil habitantes. Los
hombres de 15 a 29 años son el grupo con más riesgo, ya que ocurren 16.2
suicidios por cada 100 mil hombres entre estas edades.

El suicidio en personas de 15 a 29 años constituye la cuarta causa de muerte.


Durante 2021 se suicidaron 23 personas cada día. En promedio, 18 hombres y cinco
mujeres se quitaron la vida diariamente, estimó José Edmundo Urquieta Salomón,
director de Indicadores y Análisis de Información Gubernamental del Instituto
Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Conclusiones
Después de analizar la información encontrada sobre el suicidio en adolescentes,
concluimos que definitivamente la depresión es la principal causa del suicidio por
ello se debe de observar y apoyar a nuestros adolescentes, ya que ellos tienen que
trabajar sobre múltiples duelos en su evolución para conformarse como adulto.
Entran en una etapa de búsqueda de identidad y pérdida de la imagen corporal de
niño, para adaptarse a su nueva imagen corporal de adulto, lo cual definirá el resto
de su vida. Con respecto al desarrollo cognitivo y emocional, se enfrentan a nuevas
responsabilidades y desarrollan su capacidad de decisión ante el amor y la amistad;
busca unirse a grupos sociales afines (sentido de pertenencia); lucha con el manejo
y control de la libertad.

Anudado a todo lo anterior, se enfrentan con problemas familiares, perdida de


seres queridos, separación de sus padres, violencia intrafamiliar, bulling, carencias
materiales, emocionales, rechazo y abuso de sustancias adictivas.

Por ello, se requiere la continua difusión por los diversos medios de comunicación
sobre las fases del suicidio, dar a conocer los padecimientos premórbidos al
suicidio y las formas de prevenirlo, en los principales entornos donde se concentran
los adolescentes: institutos educativos, sociales, laborales y entornos familiares, y
hacer hincapié que es muy importante ser más observadores con nuestros
adolescentes, para actuar oportunamente y brindarle la ayuda necesaria.
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