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Descripción breve

Comentarios que surgen del encuentro con los textos de las poetisas Lyda Franco
Farías, Enriqueta Arvelo, Sor María de los Ángeles, Luz Machado, Emira Rodríguez
y Ana Enriqueta Terán. También comentarios acerca de la selección de cuentos de
Teresa de la Parra

Yudelkis Margarita Rengifo Blanco


rengifoyudelkis@gmail.com
PROGRAMA NACIONAL DE FORMACIÓN EN ARTES Y CULTURAS DEL SUR

ESCRITURA CRÍTICA Y CREACIÓN

COMENTARIOS
A los textos enviados
Lydda Franco Farías (Estado Falcón, Venezuela, 1943 – Maracaibo,
2004). Poeta venezolana. Se radicó en Maracaibo en el año 1963. Publicó
los poemarios Poemas circunstanciales (1965), el cual obtuvo el Primer
Premio en el Concurso Literario del Ateneo de Coro; Edad de los grandes
ataúdes (1977); Summarius, prosa poética (1985); Recordar a los dormidos
(1994); Descalabros en obertura mientras ejercito mi coartada (1994), el
cual obtuvo el Premio Regional de Literatura Jesús Enrique Losada; Bolero
a media luz (1994); Una (1998); Antología poética (2002).

En esta selección de textos de Lydda encuentro una mujer con sus límites
bien definidos, con sus armas alzadas, con la conciencia de la opresión, y
dispuesta a seguir en contra de la corriente.

Y me gusta leerte Lydda que con modismos sólidamente maracuchos me


reflejo en la UNA asquerosamente fiel, compareciendo y siendo juzgada
ante el tribunal de los hijos, cediendo realmente ante su tiranía. Por eso
trato de no juzgar a mi madre ahora que es viuda porque de casada no
dejaba de llevarla al tribunal de donde no salía nada sino desconfianza de
la una por la otra.

Y también he escalado jerarquías y hasta hace un mes que me convertí en


Ángela, tienes razón Lydda una se aburre y quiere ir a la vuelta
nuevamente. Pero yo quiero es descansar, ver pasar el río, ver caer la
lluvia y mojarme con ella. Disfrutar mi feminidad sin padecerla tanto.

Enriqueta Arvelo Larriva nació el 22 de marzo de 1886 en Barinitas y


dedicó su vida a la poesía. En 1922 Enriqueta se sumergió completamente
en el mundo literario. Al terminar esta década, fue considerada una
escritora con renombre nacional e incluso mantenía el contacto con
intelectuales extranjeros como Gabriela Mistral y Juana de Ibarbourou. En
1930, decidió marcharse de su pueblo natal durante una temporada,
aunque al cabo de poco tiempo regresó a Caracas. Premio Municipal de
Poesía (1957). Sus obras: Voz Aislada (1939), Cristal nervioso (1941),
Poemas de una Pena (1942), Noticia de su Vida y su Obra, Mandato del
Canto (1957). Falleció el 10 de diciembre de 1962.

“Yo quiero ser sencilla pero tú me complicas”, porque una vez que llegaste
te quedaste sin irte más nunca. Ahora eres melodía añeja pero sabrosa,
eres antorcha penetrante en los rincones del pensamiento que no dejan
dormir. Quiero echarte, pero mejor te quedas porque me da risita esta
complicación.

Y como “me da miedo que se me apague mi faro lejano” “descanso en la


fuga de tus ojos vencidos”.

Me gusta tu poesía Enriqueta, porque aunque en lo que he leído te hacen


poetisa porque eres familia de Arlberto Arvelo, no dependes de él. Eres,
escribes con tus propios olores, con tus propias imágenes, de tus propios
amores, que por dejarlos en poesía una se la adueña para describir
sintiendo los propios.

Sor María de los Ángeles nació en Coro en 1770 y murió en Caracas en


1818. Considerada la primera poetisa de la colonia, quien ingresó a la
edad de 25 años al Convento Carmelita en Caracas. Se le debe a ella “la
raíz histórica de nuestra intransferible gracia poética” Luz Machado.
En este poema Anhelos, siento un profundo nexo con el poema de Teresa
de de Ávila: “Vivo sin vivir en mí y tan manera espero que muero porque
no muero”. Lógicamente siendo Sor María de los Ángeles monja carmelita,
tuvo que haber leído la obra de Teresa. Yo misma en mis tiempos de
monja también escribí poesía en tono anhelante. Me gustó, me encantó
acercarme a la poesía de Sor María de los Ángeles. Hay varios elementos
que quiero expresar:

 Mujer venezolana que escribe en el claustro.


 El nexo con la escritora del siglo de oro español Teresa de Ávila.
 Recordar que en aquellos años de monja, aprendí a valorar a la mujer,
a su fuerza colectiva, a valorar a cada hermana en sus particularidades;
también medité sobre el hecho de que tantas mujeres tan valiosas,
autosuficientes, inteligentes y decididas tuvieran que pasar escuchando
a un cura todos los días una hora en una misa, confesarse con ellos y
una vez al año tener un retiro espiritual dictado por un hombre.
 Recordar también con mucha satisfacción la vez que tuvimos algunos
retiros espirituales dictados por nuestras profesoras y una vez tuvimos
uno anual dirigido por una hermana de nuestra congregación.
 Recordar en las conversas sobre el Sínodo de la Vida Religiosa, no me
acuerdo en que año, donde 50 novicias estaban reunidas con 10
novicios y estos pretendieron llevar el orden de la reunión; hasta que mi
persona y mi amiga Carmen tomamos la batuta y le pusimos orden a la
cosa. En este episodio valoré y aún lo hago la valentía de uno de
aquellos novicios (bien bello era por cierto) que expresó que para él
frente a Jesús no era importante si eras hombre, mujer, lector,
estudioso, sino tu corazón; que a él al orar le gustaba sentarse como
Magdalena a los pies de Jesús y limpiarle los pies con sus cabellos –que
por eso se los dejaba largos- Ese día consolidé el respeto a la diversidad
que me habían enseñado en mi casa.

Gracias Sor María de los Ángeles.


Luz Machado, nace en Ciudad Bolívar en el año 1916, perteneció al grupo
Contrapunto y ha ejercido la crítica literaria. Esta mujer escritora asumió
una postura propia frente al discurso dominante, hablando del interior de
la casa, escribiendo frontalmente sobre lo que ocurre en el interior de una
casa. Fallece en Caracas en 1999.

A este poema Asco de Luz Machado le agradezco la energía y la sororidad


con nosotras las mujeres que llevamos la “casa adentro”, que somos la
casa, que luchamos para que esa casa no nos trague la vida. Esperando la
flor, la flor del reconocimiento: que justamente tenemos que comprarla
nosotras mismas. También el asco cuando desde el trabajo profesional
somos percibidas como las manos que tienen que encargarse de todo el
oficio… a veces ese jardinero son otras mujeres y eso duele más.

Emira Rodríguez, nace en Porlamar en 1929. Difícilmente es una


escritora clasificada dentro de las tendencias literarias predominantes de
su época. Su poema Malencuentro (1975); generó un sinfín de polémicas
en la crítica literaria.

De estos dos textos de Malencuentro, siento un viento fuerte contra mi


cara y mi pecho arrojándome hojitas secas, muchas hojitas secas, que me
acarician el rostro y me golpean el pecho. El recuerdo de un beso que se
llevó el viento y la esperanza que se queda en el puerto para mirarlo volver.
Porque después de este beso me dejaste un vacío como una pedrada que
de dolorosa no extrañaba tu presencia; pero luego el vacío del vacío
inmenso terminó por amar lo cotidiano para ya más no quererte.
Ana Enriqueta Terán (Valera, 4 de mayo de 1918-Valencia, 18 de
diciembre de 2017) fue una poeta y diplomática venezolana. Sus
principales influencias fueron los clásicos españoles, como Góngora y
Garcilaso de la Vega, y más tarde la poesía francesa de Rimbaud y
Baudelaire. Perteneció a la Generación del 18.

De los textos seleccionados de Ana Enriqueta Terán, del encuentro con


ellos, que de tanto invitarte a reflexionar te dejan con la energía del pensar
sintiendo que no debemos dejar ir ese algo que tenemos aunque debamos
obedecer y finalmente entregarnos, nos conducen al sacrificio pero antes
empeñamos ese algo que tenemos y que siempre, siempre tendremos.

Ese algo que tenemos se me hace como el agua tres veces sentida en las
palmas de las manos que dibuja la poetisa, ella que dejando que la mujer
buena y la mala también cuente hasta cien para ella también retirarse con
las dos. Así somos: ponemos primero a la buena a contar, luego a la mala
y finalmente contamos todas infinitamente hasta cien para retirarnos por
eso ninguna está en la retirada sino siempre, siempre en la avanzada; con
el blanco sobre el blanco y el floreado azul de la incertidumbre, esa que se
transforma en esperanza. No estamos solas, venimos de una estirpe que
no se cansa.

Teresa de la Parra nació en París el 5 de octubre de 1889; es la escritora


venezolana más importante del siglo XX, reconocida por sus inmortales
novelas Ifigenia (1924) y Memorias de Mamá Blanca (1929), en las que los
rasgos del criollismo literario venezolano se mezclan con influencias de la
literatura europea. Su ideario acerca del importante y progresista papel de
la mujer en la sociedad, le inscriben en un feminismo moderado, que fue
plasmado en varios discursos y conferencias. Muere en Madrid en el año
1936.

En la escuela primaria, en el liceo y hasta en la tele he sabido de tu obra


Teresa, con tu Ifigenia y Memorias de Mamá Blanca, obras recreadas para
conocerlas, no sé porque no nos enseñaron a otras escritoras; bueno ahora
sí sé porque.

Esta selección de cuentos me parece maravillosa, qué imaginación y que


pluma tan fluida para traducir todo lo que pasaba por tu cabeza.

En la escuela me enseñaron o de la escuela aprendí que los cuentos llevan


siempre una moraleja. Del Emitaño del Reloj que, me disculpan: en un
principio fue inevitable pensar en Toys Story; pero avanzando en la
lectura, es una historia muy superior a la de la franquicia.

Pero volviendo a la moraleja: el seguimiento de la norma sin pensar, o


siguiendo el pensamiento del deber cumplido porque otro que se cree
superior nos lo dicta; luego probar o creer probar las maravillas de la vida
y cuando se nos pide reciprocidad, resulta que no estamos a la altura de
esa maravilla (no hay respeto por el otro).

Constatar que dejamos de vivir pensando que éramos indispensables y


resulta que el feroz sistema sigue funcionando sin nosotros… me da miedo
porque he visto a ese sistema opresor suicidar amigas, a sus hijos a sus
afectos. Un poco me dejo suicidar por ese sistema, aunque como dijo la
poetisa: “si hasta aquí me trajo el río, tendré que torcerle el rumbo al río”.

El genio de pasacartas me recuerda a tanta gente, me culpa de tantas


acciones, eso de genio y figura hasta la sepultura.

Y la historia de la señorita grano de polvo, me hizo llorar, pero también


vivir. Plantea un dilema: ¿vivir de su pasión y en libertad para brillar o
vivir en la oscuridad? Debe ser siempre morir en el brillo que en la
oscuridad: en especial para los artistas. “Se me está haciendo la noche en
la mitad de la tarde, no quiero volverme sombra, quiero ser luz y
quedarme”
Referencias:

Antología de Poetisas Venezolanas (fotos enviadas por la profa Belén Ojeda


a través del grupo telegram).

Escritores.org. Contenido protegido. Más información:


https://www.escritores.org/recursos-para-escritores/19593-copias.

https://www.ivenezuela.travel/teresa-de-la-parra-biografia/

https://digopalabratxt.com/2016/12/04/siete-poemas-de-lydda-franco-
farias-falcon-1943-maracaibo-2004/

Selección de Cuentos de Teresa de La Parra, enviados vía correo


electrónico por la profesora belén Ojeda.

Selección de poesías de Enriqueta Arvelo, enviados vía correo electrónico


por la profesora Belén Ojeda.

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