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UNIVERSIDAD GALILEO

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

LICENCIATURA EN ENFERMERÍA

Resumen del documento

Documento # 4 Ética de responsabilidad en los cuidados

María Elizabeth García Gutiérrez

Carné: 23011292

Guatemala, octubre de 2
La ética de la responsabilidad en los cuidados de Enfermería

1. La responsabilidad ética profesional en el cuidado Enfermero.

Las consecuencias de nuestras acciones están en el punto de mira de la ética


aplicada y pueden ser interpretadas dependiendo de los diferentes interlocutores
que las valoren, los cuáles pueden tener diferentes criterios jurídicos y diferentes
referentes éticos emanados del contexto socio-cultural, lo cual hace translucir la
dificultad añadida en nuestro trabajo.

La confianza es cualidad necesaria. Confiar en una persona, ponerse en sus


manos es clave en el acto ético del cuidado; la conciencia también entra de lleno
en éste universo de cualidades, significando prudencia y cautela en el acto
sanitario, es decir, el conocimiento de aquello que «tenemos entre manos». Las
habilidades competenciales son también imprescindibles para llevar a cabo el
trabajo profesional de una manera óptima.

El profesional de Enfermería acepta a la persona que cuida como un ser


autónomo en sus decisiones sobre su propia vida y su salud y responsable en
sus decisiones, en sus ideas y, por tanto, también en las acciones que emanan
de dichas ideas. Ello implica que las personas sean tratadas con respeto y se
asegure que las decisiones tomadas sobre su propia salud sean respetadas en
todo momento además de asegurarnos de la necesaria protección de las
personas con autonomía disminuida o deteriorada.

La autonomía del paciente se convierte actualmente en una autoafirmación del


enfermo frente al poder de los profesionales sanitarios, pero no deben de
confundirse los conceptos de autonomía y el de consentimiento informado como
puede ocurrir habitualmente.

La autonomía hace referencia a la capacidad de elección entre varias


posibilidades y el consentimiento es una manifestación concreta de la autonomía
de la persona que consiste en dar o no la autorización para que se realiza alguna
actividad que le afecte directamente a su propia salud.

En la actualidad, las relaciones profesionales de la salud-enfermos han variado


ostensiblemente, se ha pasado de una relación basada en el denominado
paternalismo médico o en el paternalismo enfermero, en el cuál era el profesional
el que decidía pues «era él el que sabía lo que convenía en cada momento a la
persona enferma.

. El acto sanitario debe de tener también un sentido propio de libertad, lo que


significa que cada componente, cada elemento humano que conforma la
organización sanitaria tenga una autonomía moral reconocida y respetada, la
cual debe de tener las características necesarias de respeto hacia la autonomía
del resto de las demás personas.

bemos de fijarnos sólo en los fines del mismo, sino también en sus
consecuencias finales. Las consecuencias, por tanto, se erigen como referentes
morales de nuestras acciones. La responsabilidad basada en estos términos
tiene una visión jurídica de imputación debido a las consecuencias de nuestras
acciones, lo cuál puede llevarnos a confundir legalidad y etnicidad como indican
numerosos estudiosos sobre el tema.

Las consecuencias de nuestras acciones están en el punto de mira de la ética


aplicada y pueden ser interpretadas dependiendo de los diferentes
interlocutores7 que las valoren, los cuáles pueden tener diferentes criterios
jurídicos y diferentes referentes éticos emanados del contexto socio-cultural, lo
cual hace translucir la dificultad añadida en nuestro trabajo. Para poder solventar
todas éstas dificultades, debemos conocer el contenido de los principios
bioéticos que son de todo punto inviolables7,8,9, además de una serie de
actitudes y cualidades psicológicas especiales.

Se ha definido la importancia de la existencia de una serie de acciones que son


imprescindibles para que un profesional que trabaja en el seno de un modelo
centrado en el paciente las realice conforme a corrección ética: 1. El profesional
de la salud debe de velar para que se realice una relación de ayuda entre el
mismo profesional y el paciente. 2. Las decisiones que se tomen en el seno de
dicha relación deben de ser compartidas, nacidas de un consenso entre las
partes y mediante la realización de un intercambio de información adecuado. 3.
Se debe de realizar una correcta gestión de la incertidumbre del paciente. 4.
Percatarse de las respuestas generadas a partir de las emociones que pueden
surgir en el paciente y familia ante una situación decisoria en sanidad.

2. Bases para la toma de decisiones éticas en el profesional enfermero.

La inteligencia emocional tiene enorme valor intrínseco18 en éste campo


concreto de acción como base para la toma de decisiones correctas en nuestro
trabajo como enfermeros asistenciales. La inteligencia emocional nos hace tomar
conciencia de nuestras propias emociones como personas y como profesionales
ante un conflicto y nos permite comprender los sentimientos de las personas
implicadas en el conflicto, dándonos habilidades suficientes para superar las
presiones y frustraciones planteadas en la vida diaria y en el trabajo.

La inteligencia emocional y la formación específica nos pueden ayudar a manejar


de una forma adecuada los dilemas éticos que se nos presentan y
concienciarnos que no siempre es posible lograr una curación en un enfermo
bajo nuestra responsabilidad, lo que si es necesario es prestar los cuidados más
integrales y adecuados posibles en cada caso y en última instancia dar unos
cuidados paliativos de alta calidad.
Los cuidados al final de la vida deben de cumplir los requisitos de ser
consensuados y protocolizados por todo el equipo asistencial del paciente y
deben de tener como objetivo último el confort de la persona en sus últimos
momentos. Deben de ser además unos cuidados personalizados, específicos y
adecuados a cada caso y contexto25,26 respetando los cuatro principios de la
Bioética (autonomía, justicia, beneficencia, no maleficencia y la dignidad de la
persona protagonista).

. En éste sentido, para ayudarnos en estos difíciles momentos, es necesario


tener siempre presente que toda decisión que comporte características
especiales y connotaciones de tipo ético en sanidad deben de ser realizadas
siempre mediante un proceso de tipo deliberativo.

En el análisis de la situación para la toma de decisiones se debe de considerar: •


Tener en cuenta cuáles son los dilemas éticos que se presentan en cada
situación y caso concreto. • Determinar las responsabilidades de los implicados
en los cuidados y los valores a tener en cuenta en el proceso. • Identificar las
diversas opciones que se pueden presentar y elegir aquellas posiciones que
preservan con condiciones adecuadas los valores bioéticos. • Justificar
racionalmente la elección realizada.

El objetivo es la toma de decisiones más prudentes y responsables, proceso éste


no exento de dificultades y complejidad en el que se debe de destacar el proceso
del ejercicio de la prudencia y de la sabiduría práctica. El profesor Diego Gracia
nos ilustra con un método para el análisis de los casos que se puedan presentar
y plantea la toma de decisiones, indicado cómo los problemas morales tienen
varios niveles.

o valores puestos en entredicho. El aprendizaje y la experiencia en el proceso


deliberativo es decisivo en Enfermería para enfrentarse a los dilemas éticos. Las
decisiones deben de partir de una reflexión racional y también emocional. La
toma de decisiones compartida entre el protagonista del acto sanitario (el
enfermo, paciente, usuario del servicio de salud) y el equipo multidisciplinar que
le atiende debe de ser perfectamente basada en una información completa y
veraz para el enfermo sobre su proceso patológico o enfermedad, las opciones
terapéuticas y las consecuencias de cada una de las opciones sin influir, aunque
sea de una forma inconsciente sobre la decisión del paciente.

Las relaciones sanitarias se han vuelto más complejas quizás, debido al


desarrollo del proceso deliberativo y a la toma de decisiones compartidas, pero al
final son más enriquecedoras para los principales protagonistas. La complejidad
de dichas relaciones se debe a la presencia de cada vez más factores y actores
intervinientes en dichas cuestiones, entre los que destacaría: • Pacientes y
usuarios cada vez más informados de sus deberes-derechos en sanidad. •
Profesionales cada vez más concienciados de la importancia de los aspectos
éticos, morales y la existencia de una sociedad más concienciada a la luz del
extraordinario avance en terapias genéticas, programas de trasplantes,
protocolos de limitación del tratamiento vital o del esfuerzo terapéutico.

La enfermedad es una situación crítica que cada persona vivencia de diferentes


formas, es algo desconocido y nuevo por lo que en la personalidad generará
miedo, temor, frustración, desánimo e innumerables dudas. Cuando llega la
enfermedad, se producen una serie de cambios importantes en varios aspectos
psicosociales de la persona: en la imagen que tiene de sí mismo/a, visión del
futuro, relaciones interpersonales, etc.

Los profesionales de Enfermería deben de conocer las reacciones positivas,


frente a una enfermedad y las reacciones patológicas para poder dar ayuda
psicológica y apoyo al enfermo y familiares.
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