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El embargo es una actuación judicial practicada por un ministro de fe, que consiste en tomar uno o más
bienes del deudor, poniéndolos en poder de un depositario, para asegurar con ellos el pago de la deuda.
Puede recaer sobre toda clase de bienes, excepto aquellos que la ley declara inembargables.
(señalados en el art. 445 CPC y leyes especiales), y se traba, en definitiva, sobre los que estén
señalados en el MEE, o por el ejecutante, el ejecutado, o ministro de fe, según sea el caso.
Además, es una especie de medida precautoria porque el ejecutado pierde la facultad de disponer de
las cosas embargadas, no puede enajenarlas pues si lo hace dicho acto adolece de objeto ilícito; y
además puede privar al ejecutado de la administración y tenencia material de los bienes en el evento
en que se designe un depositario provisional distinto del deudor.
Según el artículo 450 del CPC se practica a través de la entrega real o simbólica de los bienes al
depositario que se designe, aunque éste deje la especie en poder del mismo deudor, y a falta de
depositario el deudor hará de tal.
Normalmente dicha entrega consiste en la realización de un listado de los bienes objeto de embargo, y
puede que el receptor requiera auxilio de la fuerza pública efectuarla, caso en que el ejecutante debe
presentar un escrito solicitando dicho auxilio.
El acta de embargo deberá ser suscrita por el ministro de fe y contener el lugar y hora en que se trabó,
la expresión individual y detallada de los bienes embargados, si fue necesario o no el auxilio de la
fuerza pública para efectuarlo, y la identificación de los funcionarios que intervinieron en la diligencia.
Además de esto, está presente la constancia de haberse notificado al notario y al conservador de bienes
raíces, y de que este último realizó la inscripción requerida por el artículo 453 del CPC para que el
embargo produzca efectos respecto de terceros.
b) Explique qué son las bases del remate, y con base en el análisis de la carpeta electrónica,
determine el procedimiento para su determinación y el contenido básico de las mismas.
Luego de realizada la tasación de los bienes que lo requieren, deberán establecerse las bases del
remate, que corresponden a las condiciones bajo las que este deberá llevarse a cabo.
En este sentido, las bases del remate se materializan en un documento donde se determina los bienes
a rematar, la forma en que se pagará el precio de la subasta, las posturas mínimas y las cauciones o
garantías que deben rendir los postores para formar parte del remate; como además puede incluir la
fecha de pago y entrega, si el bien se vende como especie o cuerpo cierto, la forma para pagar los
impuestos que correspondan, entre otras condiciones del mismo; todo dirigido a la mejor realización de
la subasta.
- El precio de adjudicación debe ser pagado al contado. (salvo motivos fundados para no
hacerlo).
- La postura mínima no puede ser menor de dos tercios del valor de tasación (salvo
acuerdo expreso de las partes permitiendo lo contrario).
- Los interesados deben rendir una garantía para poder hacer posturas (caución 10%
valor de tasación del bien).
La realización de los bienes se refiere a la venta de los bienes en un procedimiento de apremio, para
que así el acreedor pueda satisfacer su derecho y cobre su deuda, cumpliéndose la sentencia de
remate.
1. Bienes muebles sujetos a destrucción o cuya conservación sea muy costosa (art. 483,
CPC). Serán vendidos por el depositario en la forma más conveniente, sin previa tasación
pero con autorización judicial. En este sentido, atendida la urgencia de la venta de estos
bienes, aquella podría efectuarse en cualquier estado del juicio, incluso antes de dictada la
sentencia de remate, por orden del tribunal.
2. Efectos de comercio (art. 484 CPC). Serán vendidos sin previa tasación por un corredor
designado de acuerdo a la forma en que se designan los peritos; él consignará el precio de la
venta a la orden del Tribunal y la venta podrá realizarse solo una vez notificada la sentencia
de única o primera instancia.
3. Otros bienes muebles (art. 482 CPC). Se venderán sin requerimiento de previa tasación,
una vez notificada la sentencia de única o primera instancia. La venta se hará en martillo
cuando corresponda, y el martillero será designado por el tribunal.
4. Demás bienes (art. 485 CPC). Estos bienes requieren tasación, y se tratan principalmente
de bienes raíces. Una vez realizada la tasación y aprobada la misma, se dicta la fecha para
la subasta (notificada la sentencia de remate).
En conclusión, los bienes muebles en general no requieren tasación y el remate puede realizarse una
vez notificada la sentencia definitiva, en cambio, los bienes inmuebles pueden ser rematados una vez
hecha la tasación y notificada la sentencia de remate.
La tasación en principio será la que figure en el rol de avalúos vigente. Sin embargo, el ejecutado puede
solicitar una nueva tasación, la que se hará por peritos y si las partes no la impugnan en el plazo de 3
días se tendrá por aprobada, en caso contrario se tramitará incidentalmente la impugnación y el juez
resolverá.
d) Determine cuáles son las actuaciones que siguen entre el remate y el pago efectivo de la
deuda y en qué consiste cada una.
Posterior al remate deberá otorgarse el acta de remate, las cauciones se devolverán a los postores,
salvo la del subastador, que subsistirá hasta que se otorgue la escritura pública de compraventa.
El acta se extenderá en el registro de remates del secretario que interviene en la subasta, y será firmada
por el juez, el rematante y el secretario. Esta acta valdrá como escritura pública para los efectos del
artículo 1801 del Código Civil (que la venta de los bienes mencionados en el artículo se repute perfecta),
pero luego deberá extenderse la escritura definitiva dentro de tercero día.
La escritura definitiva se extenderá luego de que el tribunal lo decrete, a petición de parte, y será firmada
por el rematante y el juez, como representante legal del vendedor.
Luego, de acuerdo al art. 509 CPC, se procede a la liquidación del crédito y pago al ejecutante. Según
esto, los fondos de la realización de los bienes embargados se consignarán por orden del tribunal, por
el rematante o martillero cuando corresponda, y hecho aquello, se procederá a la liquidación del crédito
para realizar el pago al ejecutante; lo anterior, de acuerdo a las normas del cumplimiento de sentencia
de pago.
Además, debe tratarse la remuneración del depositario. Esta tiene preferencia para pagarse con el
producto de los bienes embargados, y el monto dependerá del trabajo y responsabilidad que el cargo
haya impuesto (art. 516). El art. 517, estipula dos casos en que el depositario no tendría derecho a
remuneración.