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La consciencia es el estado de conocimiento de uno mismo y del entorno por la

cual el individuo realiza sus funciones perceptivas, intelectuales, afectivas y


motoras. Desde el punto de vista neurológico la consciencia se manifiesta en su
actuación mediante la actividad cerebral y se considera como un complejo de
unidades de información que tiene su base material en el cerebro.

En el sistema nervioso central existen neuronas implicadas y mecanismos


neurobiológicos que se relacionan con la consciencia. Es conocido el llamado
sistema activador reticular que controla la actividad del sistema nervioso central
en el que está incluido la vigilia y el sueño. En este sistema se incluyen
estructuras como el tronco cerebral, en donde se localiza la formación reticular
que es un conjunto de núcleos nerviosos formados por neuronas que tienen
formas y dimensiones diversas, el tálamo y la corteza cerebral. El tálamo es una
estructura cerebral que recibe e integra la información que posteriormente llega a
la corteza cerebral mediante los circuitos tálamo-corticales. La consciencia
representa la actividad de toda la corteza cerebral, es decir, no debe
comprenderse centrándose en una región cerebral sin considerar la relación de
esta región con las demás, por lo tanto la consciencia se relaciona
neurofisiológicamente con las áreas cerebrales corticales de asociación1.

Una de las dificultades con la que nos encontramos en el estudio de la


consciencia es su carácter subjetivo intrínseco. Una persona sabe que está
consciente, y por otra parte los demás comprueban que es así, porque el
individuo tiene la capacidad de responder de forma apropiada a los estímulos
ambientales. El ser humano cuando está consciente y mentalmente es normal
puede intercambiar con otros individuos diferentes elementos de tipo social,
lingüístico, ideológico, sentimental, etc., sin embargo la pérdida de la consciencia
puede impedir en mayor o en menor medida este intercambio.

En condiciones normales el ser humano para poder ejercer su libertad, su


actividad volitiva, intelectual, emocional y en definitiva mental, así como darse
cuenta de la percepción a través de los sentidos y órganos sensoriales tiene que
estar consciente, es decir, el yo se manifiesta en este estado.

Searle dice que "la consciencia se refiere a un estado de "darse cuenta" que
comienza cuando despertamos del dormir y continua durante el día hasta que
volvemos a dormir, morimos o en otras palabras cuando nos volvemos
inconscientes. Los sueños son también una forma de consciencia, aunque en
muchos aspectos es muy distinta de los estados normales de alerta"2 .
Básicamente el mecanismo de producción del sueño resulta de una disminución
en la excitabilidad del sistema reticular por centros hipnógenos que se localizan
en el hipotálamo, tronco del encéfalo y cerebelo así como a cambios en el estado
bioquímico de las neuronas de este sistema, ya que existen moléculas que tienen
relación con el sueño como la serotonina y la noradrenalina. Este ciclo sueño-
vigilia es un fenómeno que ocurre fisiológicamente y es necesario para el
funcionamiento normal del sistema nervioso 1.

Desde el punto de vista filosófico se ha dicho que la consciencia es un fenómeno


que siempre está en presente, no cambia, por eso percibe el tiempo, es decir, el
cambio que afecta a los procesos del mundo físico, aunque esta actividad requiere
no sólo del presente consciente sino también de la relación del pasado con el
futuro, algo típico de la consciencia en conjunción con la memoria y otras
funciones cognitivas. En la percepción del tiempo tenemos por un lado que no
sabríamos nada del tiempo si no formáramos parte del mundo cambiante, por
otro lado, si sólo fuéramos cambiantes, no sabríamos reconocer los hechos
pasados como pasados. Si no pudiéramos evidenciar el transcurso de lo externo y
de nuestra corporeidad a una realidad que no pasa ni transcurre, o sea, que no está
afectada por el cambio físico, no seríamos conscientes del tiempo. La percepción
del tiempo es intemporal y no física. Esto induce a pensar que hay inmaterialidad
en el proceso de la consciencia3.

Gerald Edelman distingue dos tipos de consciencia: La consciencia primaria y la


consciencia de orden superior. La consciencia primaria estaría formada por
ciertas experiencias fenoménicas como las imágenes mentales que estarían
ligadas al presente inmediato. Aquí no existe la posibilidad de reconocer un
pasado o un futuro. Edelman conceptualiza la consciencia primaria como la
conjunción de las distintas percepciones en un momento dado, que el sujeto vive
o experimenta como una escena. Esto no significa que exista "un lugar" en el
cerebro donde se reúnan las percepciones y se forme la escena, sino que más bien
la escena es un producto emergente del funcionamiento del cerebro no reducible
a ninguno de sus componentes. En este sentido puede afirmarse que la
consciencia no es algo que se tiene sino que se construye momento a momento.
La consciencia de orden superior involucra el reconocimiento del sujeto de su
propia actividad, así como la posibilidad de visualizar un pasado, un presente y
un futuro. Desde el punto de vista funcional y estructural, la consciencia primaria
es necesaria para la consciencia de orden superior. Los componentes
neurobiológicos de la consciencia primaria están presentes y su funcionamiento
forma parte de los elementos nerviosos que operan en la consciencia superior. En
ese sentido, los seres humanos con consciencia superior no experimentan la
consciencia primaria por sí sola, ni tampoco lo opuesto 2 .

Génesis de la consciencia

La activación a nivel del sistema reticular en el tronco del encéfalo, genera


impulsos nerviosos que se transmiten a la corteza cerebral a través del tálamo y
nos permitirá la experiencia consciente. Esta activación puede estar motivada por
estímulos sensitivos y sensoriales que originan impulsos en la propia corteza
cerebral así como estímulos que pueden originarse en el cíngulo, el hipocampo,
el hipotálamo y ganglios basales. ¿Cómo es posible que los cambios iónicos que
se producen en las membranas de las células nerviosas y los fenómenos
bioquímicos de los impulsos nerviosos originen la consciencia con todo lo que
representa? No hay una explicación neurocientífica definitiva de cómo se
produce la consciencia a pesar de que existen partes anatómicas en el encéfalo
que intervienen en la elaboración de la misma. Comenta Zagmutt que "llegar a
formular una teoría explicativa de la consciencia equivaldría a develar el mayor
misterio de las ciencias humanas y biológicas. Lamentablemente aun no estamos
en condiciones de llegar a tal formulación teórica" 2.

Uno de los primeros que situó en la consciencia el problema del alma inmaterial
e inmortal fue el dualista interaccionista John Eccles, incluso le asignó un lugar
en el cerebro, como antes lo había hecho Descartes con el alma. El lugar desde el
que, según la metáfora que él usó, el piloto conduce el cuerpo humano *(4) .

Este Premio Nóbel conocía bien los avances de las ciencias cognitivas para
explicar las operaciones de la mente. Sin embargo Eccles declaraba inexplicable
la consciencia subjetiva que tenemos de nuestras operaciones mentales. Esta
vendría a ser la esencia misteriosa del alma espiritual. Así el dualismo de Eccles
se oponía a cualquier intento científico por reducir la consciencia a la actividad
neuronal 4 .

Chalmers viene a coincidir con Eccles al afirmar también la irreductibilidad de la


consciencia a actividades neuronales 4 . Chalmers comenta: "contra el
reduccionismo defenderé que las herramientas de la neurología no pueden
proporcionar una explicación completa de la experiencia consciente, aunque
tengan mucho que ofrecer" *(5) . "Sin embargo, explicar la consciencia subjetiva
constituye el "problema duro", pues aunque lleguemos a localizar y describir los
grupos de neuronas que reciben o componen las sensaciones, siempre nos seguirá
resultando difícil explicar por qué y cómo esa activación llega a producir la
experiencia subjetiva que tenemos de los colores, sonidos, gustos, etc., así como
de nuestro mundo interior, sentimientos, etc" 4 . Para Chalmers la ciencia de la
consciencia deberá aspirar a encontrar un paralelismo entre dos series de datos:
una la de los fenómenos que observan y describen los neurólogos desde el
exterior, y, por otro lado, la de nuestras experiencias, que son sólo objeto de
descripciones en primera persona. Este paralelismo queda descrito en su tercer
principio para una teoría informacional de la consciencia, el principio del doble
aspecto: "hay un isomorfismo directo entre ciertos espacios informativos
físicamente encarnados y ciertos espacios informativos fenoménicos. Podemos
encontrar la misma información abstracta grabada en el procesamiento físico y en
la experiencia consciente" 4 . Chalmers también asigna a la ciencia de la
consciencia la tarea de dar cuenta de cómo ciertas micro estructuras y micro
dinámicas neuronales pueden producir efectos macro estructurales y macro
dinámicas neuronales. Pero a diferencia de las teorías emergentistas, mantiene la
distinción irreductible entre estas macro dinámicas colectivas y la experiencia
subjetiva, por lo tanto no se puede hablar de producción de la consciencia como
definen los emergentistas 4 .

Damasio, desde una teoría naturalista y biológica critica esta separabilidad entre
cerebro y consciencia. John Searle es un ilustre representante de lo que denomina
"naturalismo biológico" y defiende el carácter biológico de la mente y la
consciencia. Según estos autores la mente y la consciencia sólo pueden
entenderse y simularse si incluimos los fenómenos que están subyacentes, esto
es, su base biológica o somática 4 . Damasio dice que "todavía no hemos resuelto
numerosos detalles que conciernen a la función molecular de neuronas y
circuitos; ni hemos logrado entender el comportamiento de las poblaciones de
neuronas en el marco de una región particular del cerebro; y aún tenemos una
pobre comprensión de los sistemas de gran escala, es decir, los que incluyen
múltiples regiones del cerebro. Creo que la mente es de naturaleza biológica y
que llegará un momento en que podamos describirla mediante expresiones
biológicas y mentales" *(6) .

Francis Crick y Christof Koch han propuesto que la consciencia dependería de


descargas electroquímicas sincronizadas de las neuronas corticales a una
frecuencia de 40 Hz. Daniel D. Dennet postula que existe una combinación de
numerosos procesos independientes que producen una respuesta coherente a un
suceso percibido 5 .

Roger Penrose es uno de los pensadores más originales y creativos de la


actualidad. Es uno de los físicos más importante que ha trabajado en Relatividad
General desde Einstein. Para Penrose tiene que haber algo de naturaleza no
computable en las leyes físicas que están por venir. Este argumento tiene como
base el ya famoso teorema de Gödel que implica que la indemostrabilidad formal
de una cierta proposición matemática es señal de que de hecho es verdadera. De
ahí concluye Penrose que nuestro pensamiento, al menos nuestro pensamiento
matemático, tiene componentes no computables. Si se admite que existen
procesos físicos no computables, hay que ver cómo el cerebro podría hacer uso
de éstos. En primer lugar, Penrose cree que existe una relación directa entre esta
no computabilidad y el puente entre el nivel cuántico y el nivel clásico que a su
vez se relaciona con el proceso de medida cuántica. Por lo tanto, habría que
buscar un lugar en el cerebro que pueda aprovechar los efectos de coherencia
cuántica para acoplarlos a la actividad neuronal que se observa a gran escala en el
cerebro. El lugar más probable parece ser los microtúbulos de Stuart Hameroff y
sus colegas de la Universidad de Arizona, que forman parte del citoesqueleto
celular 5 .

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