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En un documento en Word, debes realizar una breve reseña conceptual y


normativa de la figura de la compensación económica en el marco del divorcio.
Para esto, tendrás que:

 Conceptualizar la figura de la compensación económica.

 Identificar sus condiciones de procedencia.

 Realizar, a modo de conclusión, una reflexión personal sobre la


justificación de la figura, teniendo en cuenta el impacto que han tenido
los estereotipos de género en la distribución de las tareas dentro del
hogar.
Para resolver esta consigna es de utilidad la lectura del material
propuesto en Canvas: “Cuestiones patrimoniales en el Derecho de
Familia” (pp. 175-182).

La compensación económica es un derecho personal reconocido al contrayente


al que el divorcio le produce un empeoramiento en la situación económica de la que
gozaba en el matrimonio, colocándole en posición de inferioridad frente a la conservada
por el otro consorte (Rivera, 2017). Es decir, es una figura de carácter objetivo destinada
a recomponer el equilibrio patrimonial afectado por la relación matrimonial o
convencional.

Este presupuesto es esencial, ya que para otorgar la prestación compensatoria


radica en la desigualdad a raíz de la confrontación entre las condiciones económicas de
cada uno, antes y después de la ruptura.

De lo que establece el artículo 441, surgen los elementos exigidos para que resulte
procedente una compensación económica:

- Que produzca un desequilibrio manifiesto en un cónyuge respecto al otro;


- Que tal desequilibrio implique un empeoramiento en su situación, y
- Que tenga por causa adecuada el matrimonio y su ruptura, a través del divorcio.

El primero determina si corresponde establecer una compensación económica, es


decir, definir si ha existido un desequilibrio manifiesto que tenga por causa adecuada el
vínculo matrimonial y su ruptura.
Al hablar de desequilibrio, este se define como un descenso en el nivel de la vida
efectivamente gozado en el trascurso de la relación, con independencia de la situación
de necesidad, mayor o menos del acreedor, dada la naturaleza esencialmente no
alimenticia de ella, pero teniendo en cuenta las expectativas de bienestar económica que
pudiera haber creado el cónyuge solicitante sobre la base de las condiciones bajo las que
se hubiera desarrollado y conformado la vida conyugal, no debiendo entenderse como
un derecho de nivelación o de indiscriminada igualación, determinando
automáticamente po el hecho de contraer matrimonio (Rivera, 2017).

En cuanto al segundo elemento, la compensación económica se otorga en una


prestación única o en una renta por tiempo determinado. Es decir, el desequilibrio
empeora cuando las repercusiones que la convivencia produce en determinada posición,
o de quien lo experimenta, extingue cualquier expectativa de abrirse camino por sí
mismo y obtiene sus propios recursos.

Por último, se encuentra el elemento de desequilibrio conyugal o causa de


ruptura. Este es aquel desequilibrio que se supera con el paso del tiempo con una normal
implicación en quien lo experimenta.

Con respecto al art. 442 del CCyCN, este establece las pautas a considerar para
determinar el monto, y si es procedente la fijación judicial de la compensación
económica a falta de acuerdo de los cónyuges en el convenio regulador.

Analizando el impacto que ha generado los cambios en el siglo actual, se hace


evidente considerar que el derecho de familia ha evolucionado acompañando las
variantes sociales que se van adecuando a la realidad de los nuevos modelos de familia
y uniones.

No obstante, se han efectuado considerables avances en el ámbito de la igualdad


de género, aunque todavía existen costumbres antiguas en la sociedad, siendo algo
habitual en el momento de formar una familia, especialmente en las mujeres, quienes
deben limitar su profesión o trabajo, o generalmente para dedicarse a las tareas del
hogar y la crianza de sus hijos.

A la luz de la realidad social en el que aún sigue siendo alto el porcentaje de


mujeres que dejan de trabajar o relegan su formación profesión por dedicarse al cuidado
de los hijos, con acierto se ha expresado que “la figura de la compensación económica
es una herramienta hábil para proteger al cónyuge o conviviente más débil que aún
siguen siendo las mujeres” (Herrera, 2015).

Sin embargo, la compensación tiene como origen en la situación de desigualdad


económica, este queda sumergido en uno de los convivientes a partir de la ruptura. Se
han investigado algunos fallos novedosos dictados por jueces de familia, que hicieron
lugar a pedidos de compensaciones basados en desigualdades económicas generadas por
actos comprobados de violencia sufridos por el conviviente, y apartándose del plazo
legal de caducidad de 6 meses.

Por lo tanto, como se había mencionado anteriormente, al momento de


producirse la ruptura matrimonial, queda en desventaja en varias circunstancias, como
por ejemplo quedar en una situación laboral muy comprometida sin título universitario
ni inserción laboral. A la inversa de su ex cónyuge, este no solo se encuentra activo en el
mercado laboral, sino que además tiene una excelente experiencia y mejor desarrollo
curricular.

Dicho esto, se han experimentado distintas situaciones desfavorables en relación


al género. Se ha contemplado que de acuerdo a ciertas resoluciones dictadas con
visiones de genero diferentes, ha intervenido nuevas disposiciones de las reformas del
Código Civil, como en casos de violencia interviene la Ley de Violencia Familiar bajo
la figura de violencia económica, siendo también respondidos a las recomendaciones de
los organismos supranacionales, e influencia de los pactos internacionales refrendados
por nuestro país.

El reconocimiento del avance de la igualdad de género en la actualidad es una


obligación para el Estado por lo que deben brindarse muy buenas razones para
establecer una diferencia de trato en función del sexo.

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