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Anaximandro fue un filósofo y geógrafo de la Antigua Grecia.

Discípulo y continuador
de Tales de Mileto, consideró que el principio de todas las cosas era lo ápeiron.
Anaximandro fue considerado por la mayoría de los autores de la Antigüedad como el
primer pensador en adoptar una visión naturalista de las cosas. Así, sus contribuciones
abrieron el camino al estudio de la física, la geografía, la meteorología o la biología tal
y como las conocemos, y ayudaron a cambiar la forma de pensar el mundo. En este
sentido se le considera como el iniciador de un cambio de paradigma en el
conocimiento, basado en la investigación racional de la naturaleza.

Cuestión del arjé

Para Anaximandro, el arjé es lo ápeiron (de a: partícula privativa; y peras:, ‘límite,


perímetro’), es decir, lo indefinido, indeterminado e ilimitado. Lo que es principio de
determinación de toda realidad ha de ser indeterminado, y precisamente ápeiron
designa de manera abstracta esta cualidad. Lo ápeiron es eterno, siempre activo y
semoviente. Este es inmortal, indestructible, ingénito e imperecedero y de él se
engendran todas las cosas. Todo sale y todo vuelve al ápeiron según un ciclo necesario.
De él se separan las sustancias opuestas entre sí en el mundo y, cuando prevalece la
una sobre la otra, se produce una reacción que restablece el equilibrio según la
necesidad, pues se pagan mutua pena y retribución por su injusticia según la
disposición de

Cita sobre el arjé de él:

El principio (arjé) de todas las cosas es lo indeterminado (ápeiron). Ahora bien, allí
mismo donde hay generación para las cosas, allí se produce también la destrucción,
según la necesidad; en efecto, pagan las culpas unas a otras y la reparación de la
injusticia, según el orden del tiempo. Anaximandrol tiempo.

Cosmología

Anaximandro caracteriza el arjé como lo ápeiron, lo indefinido, ilimitado o


indeterminado. Interpreta que, siendo el origen y el sustrato de todo cuanto existe,
no puede ser ninguno de los elementos conocidos, ya que cualquiera de ellos posee
rasgos específicos. El arjé sería una materia indeterminada de la que emanarían los
distintos elementos con sus rasgos particulares. Por otro lado, el àpeiron sería una
realidad ingénita (sin nacimiento) e imperecedera. Anaximandro concibe que el
universo está sometido a un proceso cíclico y eterno de nacimiento y destrucción.
Todo nace de ese fondo común indeterminado y todo vuelve a él. Para él, el principio
de todo no es algo material, como si lo era para Tales; más bien es el infinito: de el se
desprenden elementos como el calor, el frío, lo seco y lo húmedo y de la interacción
de estos es que brota toda la naturaleza. Según Anaximandro de Mileto el principio
de todas las cosas no era la tierra, ni el fuego, ni el aire ni el agua, sino el áperion, lo
indefinido, lo ilimitado, el infinito en el que surgió el cosmos, se desarrolló y algún
día morirá.

Para Anaximandro de Mileto, el ápeiron es el principio de todas las cosas. Anaximandro


sostenía que el ápeiron no es un elemento material, sino algo vinculado a lo
sempiterno. No es posible circunscribir el ápeiron al espacio ni al tiempo. El ápeiron
carece de límites y forma y resulta indestructible.

En Anaximandro se encuentra ya una cosmología que describe la formación del


cosmos por un proceso de rotación que separa lo caliente de lo frío. El fuego ocupa la
periferia del mundo y puede contemplarse por esos orificios que llamamos estrellas. La
tierra, fría y húmeda, ocupa el centro.

Postula Anaximandro que los opuestos se encuentran unidos en lo ápeiron, y se


separan para formar todas las cosas nivelados por ciertos ciclos de dominancia de cada
uno. Así, el mundo se formó cuando se separó lo frío de lo caliente, se formó la Tierra
(fría) rodeada por una capa ígnea y otra capa de aire interior. Esta capa se rompió (de
alguna manera) y esta desestabilización produjo el nacimiento del Sol, la Luna y las
estrellas.

Para Anaximandro, la Tierra tiene forma de cilindro o tambor. Pero el concepto


revolucionario que expuso por vez primera fue el presentar a nuestro planeta como un
cuerpo finito que flota en equilibrio sobre el espacio; es decir, tanto por encima como
por debajo de la Tierra hay cielo.

Física

Respecto a los fenómenos atmosféricos y terrestres, buscó su explicación en términos


naturalistas, sin otorgar ningún papel causal en ellos a los mitos y los dioses.
Anaximandro dice que todos estos fenómenos acontecen a causa del viento.

Generación de especies

Los primeros animales surgieron del agua calentada por el Sol o el limo; del agua
pasaron a la tierra. Los hombres descienden de los peces, idea que es una anticipación
de la teoría moderna de la evolución.

Mediante pura observación metódica concluye que la vida debió haber empezado en
el agua, con «seres envueltos en cortezas espinosas» (escamas). El Sol fue evaporando
«lo húmedo», y en esta especie de limo, surgieron los hombres a partir de estas
primeras criaturas. El hombre para Anaximandro es demasiado débil para haber
subsistido como tal en épocas difíciles; por esto necesariamente debe provenir de
animales parecidos a los peces, que tenían una mayor protección por las escamas y, a
su vez, ofrecían protección y cobijo a sus crías durante mucho tiempo después de su
nacimiento.

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