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Día 2: El llamamiento

Durante las meditaciones del pecado y el perdón quizá nació en nosotros el deseo de conocer y seguir a
Ése que nos ama y acoge sin medida. Para eso son las contemplaciones de esta segunda etapa de los
ejercicios, que comienzan con ésta. Jesús es el rostro de la misericordia de Dios que nos invita:
· A un encuentro seductor con Él y con los sentimientos y opciones de su corazón.
· A tratar de vivir y amar como Él.

Para pasar adelante, verificar: ¿Deseo que Jesús sea mi relación fundamental?

1. Ubicar lugar y pacificarnos, como en la meditación anterior.


2. Oración preparatoria: Igual que en la meditación anterior.
3. Ambientación (o “Composición viendo el lugar”): Leer Juan 1, 29-39. Juan el bautista anuncia a
Jesús. Imaginar lo que vería si estuviera ahí: la anchura y hondura del río Jordán, la forma de la
ribera, las enramadas de que seguían a Juan, etc.
4. Petición de fruto: Señor hazme generoso, ayúdame a seguirte como lo mereces después de amarme
como me has amado.
5. Puntos: Visualízate en la escena...
● Imagina a Juan el bautista, tan comprometido, tan austero, tan congruente con sus valores; un
verdadero profeta de Dios y de la justicia, que buscaba un mundo mejor para todos. Mira a sus
seguidores, la admiración que le tenían y el compromiso con sus ideales. Reflexiona: ¿Qué
persona ha despertado en ti lo mismo que Juan despertaba en sus seguidores? ¿Qué harías si
tuvieras la oportunidad de comprometerte con él o ella y su causa?
● Escucha a Juan decir de Jesús: “ése es el cordero de Dios”. ¿Cómo sonarían sus palabras? ¿Qué
lo llevaría a decir eso? Mira a sus discípulos dejar a Juan para ir tras Jesús ¿Qué los movería?
¿Qué habrían visto u oído de Jesús en esos días? Si fueras uno de ellos, ¿qué sentirías? ¿qué
harías si aquel o aquella a quien admiras tanto te dijera lo que Juan dijo de Jesús? ¿lo seguirías?
● Imagina a Jesús cuando descubre que lo siguen. “¿Qué buscan? -Maestro, ¿dónde vives? -
Vengan y lo verán.” Si tú estuvieras ahí, ¿cómo te miraría? ¿qué se dirían?
● “Pasaron aquel día con él”. Imagínate con ellos ¿qué hacen? ¿compartió Jesús sus sueños y
planes con ellos? ¿Qué sientes al estar con él? ¿Cómo se ha de sentir Jesús al estar contigo?
6. Coloquio final:
Trata de sentir y gustar la llamada de Jesús a tener una relación cercana, y a compartir sus deseos y
sentimientos. Exprésale lo que sientes, positivo y negativo, ante su llamado. Cuando lo veas oportuno,
escríbele una carta ofreciéndote a fomentar esa relación entre tú y Él y a vivir por lo que Él vivió y
como él vivió. Te comparto la carta que escribió San Ignacio de Loyola:

“Eterno Señor de todas las cosas, yo hago mi oblación, con vuestro favor y ayuda,
delante de vuestra infinita bondad y delante de vuestra Madre Gloriosa y de todos los
santos y santas de la corte celestial: que quiero, y deseo, y es mi determinación
deliberada, con tal de que sea vuestro mayor servicio y alabanza, imitaros en pasar
toda clase de injurias, y todo menosprecio y toda pobreza, así actual como espiritual, si
vuestra santísima majestad me quiere elegir y recibir en tal vida y estado”

7. Examina y anota: ¿Qué fue lo más significativo? ¿Qué siento ante su llamado?
Ejercicios breves, etapa 2: Guía para el ejercitante 3

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