B. Dia 1 Un Camino de Dolor y Amor

“UN CAMINO DE DOLOR Y AMOR”
RETIRO
www.tovpil.org 1 CI.RV.09.032021
Retiro: Un Camino de Dolor y Amor, Talleres de Oración y Vida
PRIMER DÍA
Importante: Todo el contenido de este Retiro se extrajo de los libros

“El Pobre de Nazaret” y “Muéstrame tu Rostro” del padre Ignacio Larrañaga
OFM Cap. Fundador de los Talleres de Oración y Vida.
Audio 1.1
Acogida y Bienvenida
Saludos amados hermanos y hermanas en Cristo nuestro Señor.
Sean todos ustedes bienvenidos a este Retiro, titulado: UN CAMINO DE DOLOR

Y AMOR. Que la paz de Jesús, que el amor del Padre y la luz del Espíritu Santo
sea con todos nosotros en este día de oración y reflexión. Amén.
Para realizar este retiro van a necesitar una Biblia y un cuaderno al que nosotros
llamamos “Cuaderno espiritual”. En dicho cuaderno podrás hacer tus
anotaciones de alguna idea del mensaje, de alguna frase u oración que te haya
llamado la atención y otras indicaciones que estaremos dando a lo largo del
Retiro. Durante cada día del Retiro, recibirás un documento escrito que
contiene las Oraciones, los Cantos y el texto de los audios que se envían. A este
documento lo llamaremos “Anexo” y lo puedes usar para orar y cantar juntos
mientras escuchas los audios.
Este Retiro tiene abundantes citas de los Evangelios. No nos detendremos a leer
cada texto. Ustedes en sus casas, procuren leer los textos o capítulos referidos
a los últimos días de Jesús. Junto con los audios y el Anexo de oraciones y
cantos, recibirán el texto escrito del audio y ahí tendrán las referencias de las
citas bíblicas.
INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

En este momento, vamos a buscar la Oración Invocación al Espíritu Santo.
Vamos a pedir al Espíritu Santo que se pose sobre nosotros, que entre hasta el
fondo del alma e ilumine nuestro ser con su luz, para poder captar y vivir lo que
nos propone este Retiro.
Invocación al Espíritu Santo
Ven, Espíritu divino,

manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre,
don, en tus dones espléndido,
luz que penetras las almas,
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,

descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,

divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,

sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones,

según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,

dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno. Amén.
Objetivos del Retiro
El objetivo general de este Retiro es llenar nuestra alma con la presencia

amorosa y envolvente de Dios, nuestro Padre; sumergiéndonos en el camino de
dolor y amor que realizó Jesús como muestra suprema de amor al Padre y de
amor a nosotros. Camino que Jesús, siervo fiel, recorrió como ofrenda doliente
y como homenaje de amor a su querido Padre.
¿Cómo haremos para realizar esto en este retiro?
Primero, mediante las charlas y reflexiones, tomadas todas del patrimonio

espiritual de padre Ignacio Larrañaga; nos adentraremos en el misterio de
Jesús, con infinito respeto a los textos evangélicos, pero, al mismo tiempo, con
la libertad de quien ha visto y oído (2 Cor 4, 13), para que, por medio de una fe
profunda, podamos intuir, percibir, captar (no analizar), las emociones,
sentimientos y actitudes de Jesús en sus últimos días de vida.
Segundo, vamos a vivir Tiempos Fuertes, para orar con Jesús y como Jesús; es
decir, en silencio y soledad, cerrando las puertas y ventanas del exterior, para
abrir las puertas y ventanas del interior del alma, para que sea ocupada por
Jesús.
Vamos a estar con Dios, a hablar con Dios, a relacionarnos con Dios; que Él,
fuente de la fe y Padre de la verdad, nos ayude a sentir, a vivir y a pensar como
Jesús.
Y de esta forma, teniendo a Jesús como Modelo, Maestro y Señor de la historia,

convertiremos el camino de la cruz en camino pascual, el dolor de la vida en
mecanismo de redención, y los sufrimientos los asumiremos, igual que Jesús,
como ofrendas y homenajes de amor al Eterno Padre, con una actitud profunda
de abandono.
1.2
Fundamento y Silencio
Ahora queremos explicar el siguiente fundamento, como premisa de todo lo

que viviremos en este retiro:
Se piensa y se dice que Jesús, como hijo de Dios que era, sabía todo y podía
todo. Siempre corremos el peligro, de que cuando estamos proclamando a
Jesucristo como Dios, estemos disminuyendo y anulando lo humano de Jesús.
Jesús como verdadero hombre que era, vivió y asumió todas las experiencias
humanas. Se vio envuelto en las típicas características de la existencia:
incertidumbre, miedo, soledad, angustia, desaliento, llanto, dudar, enojarse, no
ver con claridad, corregir rumbos, buscar la voluntad de Dios en las situaciones
imprevisibles, asustarse, cansarse… bebió los tragos más amargos de la
existencia humana: la traición, el fracaso, el dolor, el sufrimiento, el silencio y
la ausencia de Dios. En los Evangelios constatamos, que estas experiencias
humanas las vivió Jesús intensa y ampliamente.
Debemos evitar el peligro de convertir a Jesús en un robot impasible, que vivió

su vida como un robot programado. Debemos quitarnos esa venda de los ojos,
que no deja descubrir al verdadero Jesús de los Evangelios. En todo caso, la
doctrina firme de la Iglesia nos deja saber, sin lugar a dudas, que Jesús fue
verdaderamente Dios, y verdaderamente hombre. Es decir, no fue Dios a costa
del hombre, ni hombre a costa de Dios.
Colocados estos fundamentos. Vamos a asomarnos y sumergirnos,

reverentemente, en las experiencias vitales de Jesús, los últimos días de su vida,
hasta la entrega total de dolor y amor en las horas de la pasión y muerte.
Familiarizado Jesús con la experiencia humana, y con el misterio general del
dolor humano, es Maestro, Modelo y Señor absoluto de la vida de todo
creyente.
IMPORTANCIA DEL SILENCIO
Es fundamental el silencio para hacer un buen retiro, pues la única región donde
puede acontecer un encuentro profundo entre Dios y el hombre es en la región
del espíritu. Y para llegar a esta región necesitamos de una gran concentración.
Por otro lado, para poder captar las experiencias vitales de Jesús, desde la fe,
necesitamos de una atención purificada e interiorizada, que se consigue, en
primer lugar, haciendo silencio interior y exterior.
Y particularmente en este Retiro, debemos hacer un silencio interior de

profundo homenaje y respeto a la entrega de dolor y amor que realizó Jesús en
su pasión y muerte.
Nosotros no hacemos un Retiro para guardar silencio, sino que guardamos

silencio para hacer un buen Retiro. Silencio no solo con la boca, sino con la
mente y el corazón.
Dejemos todo a un lado, nos ponemos con la espalda recta, brazos y manos
sobre las piernas, las plantas de los pies sobre el piso, respirar bien,
tranquilamente. Cerremos los ojos. Escuchemos este canto: Callemos,
Hermanos.
1.3
CANTO – Callemos, hermanos…
(Meditativo)
CALLEMOS, HERMANOS
Y QUE HABLE EL SEÑOR.
Callemos, hermanos, y que hable el silencio,

que ya hemos perdido el don de escuchar.
Y en este tumulto de tantas palabras,
somos incapaces de escuchar a Dios,
CALLEMOS, HERMANOS,
QUE HABLE EL SEÑOR.
Los hombres llevamos mil máscaras falsas

para no encontrarnos con nuestra verdad.
Tememos mirarnos de frente a los ojos
y, al ver lo que somos, tener que cambiar.
CALLEMOS, HERMANOS
QUE HABLE EL SEÑOR.
CALLEMOS, HERMANOS.
1.4
Charla I: Confrontación y Crisis – Parte 1
Vamos a buscar en nuestra Biblia el texto de Mateo 21, 33-46.
Luego de leerlo lentamente vamos a meditar esta Palabra en el Silencio del

corazón. La meditación la haremos En el Espíritu de Jesús, que significa, primero,
en actitud de oración vamos a pedir al Espíritu Santo que nos ayude a sentir y a
pensar como Jesús. Luego leer el texto captando los sentimientos de Jesús,
poniendo atención a sus vibraciones vitales y emocionales. Pensando qué
sentiría Jesús al decir esas palabras, cómo se sentía, en qué tono las diría.
Nos vamos a quedar 4 minutos en silencio realizando esta meditación profunda.
Si así lo desean pueden parar el audio y realizar esta meditación de Mateo 21,
33-46 y luego de transcurrido el tiempo volver a escuchar el audio desde donde
lo dejaron. (Pausa)
33«Escuchen otra parábola: Un hombre poseía una tierra y allí plantó una viña,
la cercó, cavó un lagar y construyó una torre de vigilancia. Después la arrendó
a unos viñadores y se fue al extranjero. 34Cuando llegó el tiempo de la vendimia,
envió a sus servidores para percibir los frutos. 35Pero los viñadores se
apoderaron de ellos, y a uno lo golpearon, a otro lo mataron y al tercero lo
apedrearon. 36El propietario volvió a enviar a otros servidores, en mayor número
que los primeros, pero los trataron de la misma manera. 37Finalmente, les envió
a su propio hijo, pensando: "Respetarán a mi hijo". 38Pero, al verlo, los viñadores

se dijeron: "Este es el heredero: vamos a matarlo para quedarnos con su
herencia". 39Y apoderándose de él, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron.
40Cuando vuelve el dueño, ¿qué les parece que hará con aquellos viñadores?».
41Le respondieron: «Acabará con esos miserables y arrendará la viña a otros,
que le entregarán el fruto a su debido tiempo». 42Jesús agregó: «¿No han leído
nunca en las Escrituras?: "La piedra que los constructores rechazaron ha llegado
a ser la piedra angular: esta es la obra del Señor, admirable a nuestros ojos."
43Por eso les digo que el Reino de Dios les será quitado a ustedes, para ser
entregado a un pueblo que le hará producir sus frutos». 44El que caiga sobre esta
piedra quedará destrozado, y aquel sobre quien caiga será aplastado. 45Los
sumos sacerdotes y los fariseos, al oír estas parábolas, comprendieron que se
refería a ellos. 46Entonces buscaron el modo de detenerlo, pero temían a la
multitud, que lo consideraba un profeta.
***
El anuncio de la buena nueva llenó de sueños a los pobres, pero desencadenó

también un estallido de indignación en los custodios de la sana doctrina,
fariseos y doctores de la ley; y éstos sometieron a Jesús a un asedio pertinaz de
espionaje y fiscalización, hasta hacerlo rodar por la pendiente de la muerte.
Los fariseos fueron quienes con mayor ferocidad se opusieron a la novedad de

Jesús y quienes dispararon contra él los más hirientes calificativos, y los hicieron
correr de boca en boca: "comilón y borracho", "amigo de publicanos y
pecadores" (Lc 15, 2; Lc 19, 7).
Desde su punto de vista, lo que Jesús enseñaba, contradecía las bases de la

religión, de las que la primera pauta era el alejamiento escrupuloso de los
pecadores; porque, según los fariseos, cualquier trato con los impuros era un
atentado contra la santidad.
Según las autoridades de Israel, el amor y la benevolencia divina, estaba

reservada para los justos y los que caminaban en rectitud, porque la gracia es
un regalo que sólo se da al justo, pensaban los fariseos.
En contraste con estos principios, Jesús invalidaba los cimientos de la religión,

y proclamó, la gratuidad absoluta de la iniciativa divina. Dios ama porque Él "es"
Amor, no tiene motivos, no pone condiciones, no busca interés o utilidad. Esta
novedad, de acuerdo con la mentalidad de la época, atentaba contra la ética y
la moral, lo cual era extremadamente grave.
Los fariseos no advertían que, poniendo condiciones al amor de Dios, estaban

negando el amor de Dios, porque el amor que se mueve por interés o
condiciones, por principio no es amor.
Jesús afirmaba que si los pecadores comienzan por experimentar la

misericordia de Dios mientras están alejados, pronto sentirán, como efecto de
aquella experiencia, un fuerte deseo de volver a Dios. Esta revolución del
Evangelio, en su tiempo, fue el motivo central y profundo de las fricciones entre
Jesús y las autoridades judaicas. A los ojos de las autoridades religiosas judías,
particularmente de los fariseos, Jesús aparecía como hereje, blasfemo y
corruptor.
La predilección de Jesús son los pobres en el amplio sentido de la palabra. Jesús

afirma que su preferencia hacia los últimos y despreciados, es una fotografía de
la "mentalidad" y comportamiento del Padre.
Jesús estableció que un hombre, justamente por ser pobre (pecador...), tenía
garantizada la predilección divina. Esto, naturalmente, debió sonar como un
estampido en los oídos de los saduceos y altos jerarcas del Sanedrín, que
controlaban la riqueza de Israel.
1.5
Pero hay mucho más todavía: en la teología de Israel, la riqueza era signo de la
benevolencia divina, y la pobreza signo de reprobación, un hombre era pobre
porque era pecador, así como, a la inversa, un hombre era rico porque era justo.
Para el Sanedrín, Jesús atentaba contra la esencia misma de la teología de
Israel; y, por añadidura, ostentaba poderes misteriosos excepcionales, e

inmensas muchedumbres lo seguían por todas partes.
En suma, Jesús fue eliminado por haber optado por el pobre.
Las altas autoridades de Jerusalén, profesionales en el arte de la conspiración,

y expertos manipuladores, organizaron una red de espionaje en torno al nuevo
rebelde. Comenzaron a rondar en torno a Jesús, fiscalizar sus palabras y
acciones. Y más tarde sometieron y arrastraron a Jesús al terreno estéril e inútil
de la controversia. Y así, desgraciadamente, largos capítulos evangélicos están
ocupados por una actividad tan poco evangélica como la controversia.
Un día, mientras Jesús predicaba en casa de un amigo (Lc 5, 17), unos hombres
bajaron por el techo a un paralítico en su camilla, y lo depositaron delante de
Jesús. Jesús mirando al enfermo le dijo afectuosamente: "Hombre, tus pecados
te son perdonados".
Los fariseos reaccionaron sobresaltados; y, rasgándose las vestiduras,

comentaban entre sí con voz altanera, diciendo:
—¡Blasfemia! "¿Quién es éste que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar los
pecados sino sólo Dios?" (Lc 5, 21).
Este comentario le dolió en el alma a Jesús: ser tachado de blasfemo. Y los
enfrentó, diciéndoles:
—¿Qué es más fácil decir: tus pecados son perdonados, o decir: levántate y
anda? Un largo silencio fue la respuesta. En realidad, no había respuesta
posible. Y sin dejar de mirarlos a la cara, dijo: "Pues para que vean que el Hijo
del Hombre tiene poder para perdonar pecados (dijo al paralítico): Yo te lo
mando, toma tu camilla y vuelve a casa". Y ante el asombro de todos, el hombre
se levantó, tomó la camilla y regresó a su casa.
Los fariseos eran corazones tapiados. Y estaban felices, porque ahora ya tenían
entre manos un chisme de grueso calibre para transmitirlo a sus colegas de
Jerusalén: una blasfemia.
Salió Jesús de la casa rodeado de gente —y entre ellos, también sus

inquisidores—. Pasó frente a la mesa de un recaudador de impuestos, era Leví.
El Maestro lo miró, y le ordenó: "Sígueme". Y "dejando todo se levantó y lo
siguió" (Lc 5, 28).
Leví ofreció a Jesús un banquete, e invitó también a sus amigos y colegas

publicanos. Con excepción de Jesús y sus discípulos, aquello parecía una
congregación de pecadores, si nos atenemos a Lucas 5, 29-32 y Marcos 2, 15.
A los fariseos aquella fiesta les pareció un banquete sacrílego. Y llegaron a la

conclusión de que Jesús, además de blasfemo, era un corruptor, que estaba
arrastrando a sus inocentes discípulos a reuniones impías; y dedujeron que este
hombre, Jesús, era altamente peligroso para la seguridad nacional y para la
sagrada religión de Israel.
1.6
Otro día, en sábado, Jesús se dirigió a la sinagoga de Cafarnaúm. Pero lo que iba
a suceder este día, en el contexto de Lucas (6, 6-11) y Marcos (3, 1-6), tenía las
características de un complot. Marcos nos dice que los doctores y escribas
"estaban al acecho a ver si curaba en sábado, para poder acusarlo". Había en la
sinagoga un hombre que tenía un brazo paralizado que, según el contexto, con
toda probabilidad, había sido llevado como la pieza clave del complot; y Jesús
tenía conciencia clara de sus intenciones y de lo que se traían entre manos.
Jesús sintió un profundo malestar e indignación; y, sin esperar a que ellos lo

provocaran, él tomó la iniciativa para descalificarlos; y en primer lugar se dirigió
al enfermo, ordenándole: "Levántate y ponte aquí en medio".
El hombre se levantó y se puso en medio. Después, mirando a sus

contradictores y desafiándolos, les preguntó: "¿Es lícito en sábado salvar una
vida en vez de destruirla?"
Con esta pregunta, Jesús los metía en un callejón sin salida y quedaban
atrapados, como conejos, en su propia trampa. Los adversarios no tenían
argumentos, estaban perdidos, y no les quedaba otra salida que la evasión por
el atajo del silencio. "Ellos se callaron". En medio de este silencio… Jesús, en su
misericordia infinita, le resultaba imposible de digerir la hipocresía y el orgullo
de los que se decían representantes de Dios. Y en este instante, pues,
sentimientos inéditos se desataron en su corazón como tempestad en alta mar.
Y Marcos nos entrega este terrible versículo: "Entonces, mirándolos con enojo
y dolorido por la dureza de su corazón..." Expresión muy fuerte. Jesús fue, en
ese momento, un valle incendiado. Fue la primera y única vez que el Evangelio
divisa en los ojos de Jesús sentimientos de ira.
... Dijo al hombre: Extiende tu mano. Él la extendió, y quedó restablecida su

mano. Para los fariseos, Jesús asaltó al intocable sábado. Hubiésemos esperado,
de los fariseos, una explosión de ira, con un desgarramiento de vestidura. Pero
nada de eso sucedió. Ellos estaban felices con los resultados. En cuanto salieron
los fariseos, se confabularon con los herodianos en contra de él para tramar
cómo eliminarlo" (Mc 3, 6).
Fue la típica reacción de los miserables: al sentirse derrotados en el terreno de

los hechos y de la reflexión, en lugar de reconocer la verdad, intentan la
eliminación física.
Busquemos la Oración “El Pobre de Nazaret-1”, la vamos a rezar

pausadamente, y con mucha profundidad.
Mi Señor. Padre mío, me siento rendido como un humilde burrito. Quiero

emprender la batalla del espíritu, firme como una torre y sonriente como el alba.
Envíame cada alborada un ángel piadoso para que arranque de mi corazón los
cardos y las ortigas, por si durante la noche el enemigo los hubiera plantado.
Padre Santo, estoy metido en el punto exacto donde se cruzan las corrientes; no
sueltes tu mano de mi mano ni te olvides cada noche de cantarme la canción de
cuna, y que nunca me falte tu mirada.
(Dejar un minuto de silencio meditativo)
1.7
Otro día, mientras Jesús predicaba, un grupo de escribas y fariseos arrastraban

una mujer, que se resistía cuanto podía. Arrojaron violentamente a la mujer a
los pies de Jesús, como si fuera un saco de arena. Jesús comprendió al instante
de qué se trataba.
—Maestro —le dijeron—, como sabes, Moisés dejó ordenado en la ley que toda
mujer casada sorprendida en adulterio fuera llevada a la plaza pública y allí
lapidada. Ahora bien, esta mujer fue sorprendida en amores prohibidos. Tú,
¿qué mandas? Pensaban ellos, no tiene salida. Si dice que sea lapidada se hará
impopular, por la crueldad de la sentencia. Si ordena lo contrario es un
subversivo que pretende abolir la ley de Moisés.
El Maestro levantó la voz y habló así: Como en un paseo triunfal habéis

arrastrado por la ciudad a esta mujer, recibiendo vosotros aplausos como
campeones de la moral y custodios de la ley. Y así, sobre la dignidad ultrajada y
la sangre derramada de esta pobre hija de Dios habéis erigido vuestras estatuas
de hombres incorruptibles.
— ¡Puras evasiones, Maestro! —le gritaron los fariseos—. Te hemos propuesto

un caso concreto y grave de moral, ¡Respóndenos! ¿Recogemos piedras para
lapidar a esta mujer o la perdonamos?
Jesús les dijo: —Ahí tienen abundantes piedras. Aquel de vosotros que se sienta
sin pecado, tome la primera piedra y arrójela contra esta mujer. El más anciano
de los doctores, que tenía aspecto de comandar aquel complot, se dio media
vuelta sin decir una palabra, y así se fueron todos, sin decir palabra.
La actitud general de los fariseos tiene todos los visos de una conspiración que
se va fraguando paso a paso, pero aceleradamente; y su intención final es, sin
duda, el asesinato o ajusticiamiento de Jesús.
Una de las escenas de más alta tensión que vivió Jesús en la confrontación con
sus enemigos está ampliamente descrita en Lucas (11, 14ss), Mateo (12, 22ss),
y Marcos (3, 22ss).
Le presentaron a Jesús a un hombre poseído del demonio y mudo. Jesús expulsó

al demonio, y el mudo comenzó a hablar. Los escribas y doctores (Mc 3, 22)
afirmaron: es un ministro de Satanás, y actúa con el dedo de Belcebú; y algo
peor, está poseído por el demonio (Mc 3, 22; 3, 30). Nuevo título para Jesús:
¡un endemoniado!; si Jesús manda a los demonios y éstos le obedecen, es por
ser amigo del jefe de la horda diabólica y actúa en su nombre.
¡Un endemoniado! Probablemente fue éste el dardo más venenoso que los
doctores clavaron en el corazón del Maestro. La confrontación había tocado
fondo.
1.8
Otro día, un fariseo invitó a Jesús a comer en su casa. Por los otros comensales
que también habían sido invitados pensaríamos que la intención secreta de la
invitación era, por lo que después sucedió, complicarlo con enredos e insidias.
Jesús entró en la sala del banquete, se dirigió directamente al diván y se sentó,

pasando por alto las leyes de los lavatorios rituales, sagrados para los fariseos.
El fariseo anfitrión comenzó a comentar, diciendo:

— Acaba de llegar del polvo del camino y del contacto con el pueblo sucio de
los pobres; necesitaba más que nadie de una completa purificación. Es un
rústico que no tiene ninguna delicadeza, ni para con Dios ni para con los
hombres.
Jesús resolvió aprovechar la ocasión para descargar terribles golpes:

— ¡Ay de vosotros —les dijo—, escribas y fariseos farsantes, que andáis
obsesionados y os ponéis quisquillosos por el brillo de los platos y copas,
mientras el interior de vosotros está lleno de inmundicia! Si un día Dios
desgarrara vuestro corazón, saldrían de él serpientes y escorpiones. Por las
calles de vuestra ciudad sigue corriendo la sangre de los profetas, mientras les
levantáis mausoleos de mármol.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que os parecéis a esos

monumentos funerarios hechos de mármol, pero adentro no hay más que
descomposición, hediondez y carroña! A los ojos del pueblo son monumentos
vistosos de formalismo, pero en su interior no hay sino estrechez, fanatismo y
terquedad. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos fanáticos! ¡Ay de vosotros!
doctores de la ley ¡Hijos de serpientes y raza de víboras!
Estas acusaciones de Jesús produjeron, una extremada efervescencia de cólera:

"Y cuando salió (Jesús) de allí, comenzaron los escribas y fariseos a acosarle
implacablemente" (Lc 11, 53-54).
Los doctores y fariseos comenzaron con más fuerza a socavar el prestigio de

Jesús y horadando las bases de la adhesión popular, por medio de una
propaganda negativa, sistemática y obstinada. A ellos, que gozaban de un
indiscutible prestigio y autoridad moral ante el pueblo —sobre todo los
fariseos—, no les resultó difícil organizar una publicidad difamatoria, haciendo
correr de aldea en aldea y de boca en boca ciertas frases y calificaciones:
transgresor de la ley, blasfemo, corruptor, amigo de publicanos y pecadores. El
odio y el rechazo de la clase dirigente hacia Jesús, era total. Era una situación
irreversible. Jesús comienza a vislumbrar un trágico final. La cruz está a la vista,
los días de Jesús están contados.
Oración “El Pobre de Nazaret-2´´ Rezamos juntos con todo nuestro

corazón.
Padre, cómo me gustaría escuchar en este momento una melodía. Estoy tan
dolorido.... y hasta triste. Y me invade una sensación de miedo. Me enviaste a
este mundo como joven primavera, pero quieren cortarme el camino, y puedo
terminar como una primavera abortada por el vendaval invernal. Tengo miedo,
Padre; sé que las flores perecen, pero las semillas permanecen como el eterno
secreto de la vida. Pero ignoro en dónde y cuándo acabará mi sendero. Mis
senderos están marcados en la palma de tu mano. En tus manos he depositado
mis días y mis pasos; inclino mi cabeza sobre tu corazón y lucharé con paz y
alegría hasta cuando Tú lo dispongas.
(Dejar un minuto de silencio meditativo)
1.9
El pueblo, en su simplicidad, depositaba en Jesús sus sueños mesiánicos de

liberación nacional. El pueblo de Galilea, pues, buscaba una personalidad como
la de Jesús, capaz de provocar un gran entusiasmo popular y de canalizar el
descontento por cauces insurreccionales de rebeldía.
Pero poco a poco, el pueblo se fue dando cuenta de que el Jesús verdadero era
bien diferente del Jesús de sus sueños, y se produjo una deserción popular,
masiva y definitiva, deserción también de gran parte de los discípulos; Juan nos
entrega este expresivo comentario: "Desde entonces, muchos de sus discípulos
se volvieron atrás, y ya no andaban más con él" (Jn 6, 66).
También empezó una peligrosa vacilación de los mismos apóstoles. La reacción

de Pedro ante el anuncio de la Pasión (Mc 8, 27ss), y ante la traición de Judas,
hay que deducir que la mente de los Doce participaba de los mismos sueños
mesiánicos que el resto del pueblo.
Hay una carga de desaliento, tristeza, soledad y temor en aquella pregunta

dirigida por Jesús a los Doce: "¿También vosotros queréis abandonarme?" (Jn
6, 67). Detrás de la pregunta se percibe, una realidad abrumadora: en vista de
que todos le están dando la espalda, también ellos, los Doce, están vacilantes,
desconcertados, dudando si marcharse o quedarse. Los apóstoles debían estar
muy confundidos, quizás aturdidos: ¿no estarían siguiendo a un soñador? El
discipulado, pues, peligraba. La crisis tocaba fondo.
Jesús entra en un período crucial de su vida. Se podría decir que, a partir de este
momento, Jesús quedaba prácticamente marginado, solo y abandonado. Y así,
con los pocos seguidores que le quedaban, se dirigió más allá de las fronteras
de Israel.
No podemos saber qué sucedía en la mente de estos pocos y vacilantes

discípulos. No obstante, a pesar de sus perplejidades y sus dudas, lo siguieron.
No quisieron abandonar a su Maestro sumergido en plena crisis.
Llegaron hasta la región de Tiro y Sidón, en Fenicia (Mc 7, 24-31). Un solo deseo
ardía en el corazón del Pobre: retirarse por varios días a la soledad más
completa.
El Maestro dijo a sus discípulos: —Hijos míos, he sido el Mesías de los pobres;
no hay tristeza que no haya consolado ni lágrimas que no haya enjugado. El
amor del Padre se ha canalizado a través de mis pasos y mis obras; pero esta
invasión de amor no ha conmovido a Israel, no he conseguido suscitar fe y
arrepentimiento, y ahora no sé cuál es mi camino. Necesito varios días con sus
noches para entender la voluntad de mi Padre.
Busquemos la Oración “El Pobre de Nazaret 3” y con mucha profundidad

rezamos estas palabras:
Padre, soy una nave que, combatida por las olas, busca refugio en tu puerto.
Soy tu Hijo, pero también soy tu Siervo. La vasija que guarda mi vino se fundió
en tu horno. Una sola brújula ha guiado mi nave: cumplir tu voluntad. Pero se
me ha extraviado la brújula, y confuso, he llegado a tu puerto: oscuras brumas
cubren mi horizonte y ya no sé en qué dirección navegar. Vengo a ti, Padre mío,
para que otra vez hagas desaparecer las brumas y me indiques el rumbo exacto.
Nos quedamos un minuto en silencio para rezar con corazón y alma estas
palabras.
1.10
Este período en tierra extranjera está cubierto de oscuridad. No existe certeza

sobre el itinerario seguido, ni sabemos cuánto tiempo duró este autoexilio de
Jesús en Fenicia y Transjordania. Sea como fuere, percibimos que en esta etapa
de su vida se produjo una clarificación definitiva en la mente de Jesús. Por los
episodios que sucedieron a continuación, por sus insistentes presagios sobre su
trágico final, deducimos que la etapa que acaba de transcurrir debió ser un
tiempo de maduración y profundización sobre su destino como Salvador del
mundo mediante su muerte.
Jesús comenzó a sentir cierta prisa por preparar el camino de la redención.
Como expresión de esta urgencia, Lucas (12, 49-50) nos ha transmitido un par
de versículos eminentes en el contexto de esta época: "He venido a traer fuego
sobre la tierra, y cuánto desearía que ya estuviera encendido". Se trataba de un
fuego hecho de sangre y dolor que arde y alumbra desde lo alto de la cruz. "Con
un bautismo tengo que ser bautizado, y qué angustiado estoy hasta que se
cumpla" (Lc 12, 50). Son expresiones altas, alegorías vigorosas que están
indicando hasta qué punto el alma del Pobre estaba sumergida en las aguas del
Siervo Doliente.
También estos cortos días fueron, de alguna manera, una continuación en la

formación de los Doce y una preparación anímica frente al golpe final que se
avecinaba. Y el Maestro maduró el ambiente para encarar el delicado asunto
de su mesianismo, y, sobre todo, los alcances de ese mesianismo. Mateo nos
transmite estas significativas palabras: "Desde entonces comenzó Jesús a
manifestar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén y sufrir mucho de parte
de los sumos sacerdotes y ser condenado a muerte" (Mt 16, 21).
Jesús vio que era necesario mostrar ante sus ojos, la figura del Siervo Doliente:
"El Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes; le condenarán a
muerte y lo entregarán a los gentiles, y se burlarán de él, le escupirán, le
azotarán y le matarán, y a los tres días resucitará" (Mc 10, 33). Ante esta
reiteración, Mateo nos informa que los discípulos "quedaron muy asustados"
(Mt 17, 22).
Lucas nos entrega este texto, más significativo todavía: "No comprendían esta
palabra, y temían interrogarle sobre este asunto" (Lc 9, 45). Está claro: les
parecía tan disparatada la imagen que se les presentaba, que era imposible
conjugarla con sus esquemas mentales. Por otro lado, les resultaba tan
aterrador el panorama anunciado, que preferían cerrar los ojos y no saber nada:
no se atrevían a hacerle preguntas.
Casualmente, en este mismo viaje Jesús se encontró con sus parientes: "Ni
siquiera sus hermanos creían en él", dice Juan (7, 5). En suma, odiado por los
judíos, despreciado por sus familiares, solo aun en compañía de sus
discípulos..., ¡qué pascua la suya!, ¡qué travesía dolorosa a través de las aguas
saladas!
El cuarto Evangelio nos informa que por este tiempo —últimas semanas de la
vida del Maestro— el Sanedrín, abrumado por tanta controversia en torno a
Jesús, decidió tomar cartas en el asunto de una manera definitiva y oficial. El
Consejo Supremo convocó a una sesión (Jn 11, 45-54). En la que concluyeron:
es preciso que un hombre muera por el país entero (Jn 11, 50).
"Desde este día decidieron darle muerte" (Jn 11,53). La sentencia está dictada.
La hora se acerca. El desenlace está a las puertas. Los actores de la tragedia
estudian sus papeles. El protagonista también se prepara. (Pausa larga…)
Hemos finalizado la primera charla, mañana continuaremos. Van a recibir ahora

las pautas orientadoras de su Tiempo Fuerte. Esas pautas orientadoras no son
una tarea, sino un momento para estar con Dios…su Tiempo Fuerte con Dios.
Así pues, dar libertad al espíritu para orar y para permanecer junto a Jesús esos
valiosos minutos.
1.11
PRIMER TIEMPO FUERTE
¿A qué le llamamos Tiempo Fuerte? Es ese tiempo que yo reservo sin

distracción, en silencio total solos yo y el Señor. En tu Anexo encontrarás la guía
para vivir este primer Tiempo Fuerte.
1. Debes silenciar primero la mente y el cuerpo. Dedícate unos minutos a

respirar tranquilamente. Repite concentrada y pausadamente varias veces la
palabra:
―nada, con voz suave, a ser posible en la fase espiratoria de la respiración, es

decir, cuando sueltas el aire, sintiendo cómo se suelta el cerebro, no hay
pensamientos, nada. Después haz ese mismo ejercicio con la palabra:
―silencio, hasta sentir silencio interior. Y por último repetir pausadamente la
palabra:
―vacío, hasta sentir una tranquilidad máxima, y que todo tu cuerpo sienta
descanso y silencio.
2. Luego con tus propias palabras, vas a invocar insistentemente la presencia

del Espíritu Santo. Con palabras sencillas, como ven Espíritu, ilumíname,
guíame. Imagina que estás frente a la inmensidad del mar, y quieres sumergirte
en sus profundas aguas, para ello necesitas un traje especial y un tanque de
oxígeno. En la vida de oración, el inmenso mar es Dios, y para sumergirnos en
sus profundidades necesitamos al Espíritu Santo; solo Él, nos hace capaces de
sumergirnos en el mar infinito de Dios. Pide, insiste, ruega al Espíritu Santo para
que te introduzca en las experiencias de Dios.
Oración “El Pobre de Nazaret-4”
Mi Señor y Padre. Una vez más vengo en busca de aquel aceite que destila
consolación y comunica vigor, sanando las heridas. Siempre me he esforzado
por captar el lenguaje de los hechos, que guardan escondida, tu voluntad. Mi
alma no puede descansar sino en el regazo de tu Voluntad. Y hoy más que
nunca, vengo a poner mis llaves en tus manos: donde quieras, como quieras,
cuando quieras.
Sobre las cenizas muertas de mi voluntad enciende Tú la llama viva de la

redención. Ya quebré mi arco y destruí mi aljaba: ya no soy un combatiente,
ahora soy un simple y pasivo campo de batalla. Sobre el escenario de mis días
extiende Tú el mapa de la estrategia de la salvación. Siervo tuyo soy: lo que Tú
quieras, quiero yo. Y esta certidumbre inunda de alegría mi yo último. Por
muchas que sean las naves que surquen mis costas y las embarcaciones que
toquen mis playas, un solo timón guía mi nave por los altos mares: tu Santa
Voluntad. Suelta, pues, tus vientos, agita tus corrientes y llévame a donde
quieras.
Toma la oración, rézala tres veces, cada vez más despacio y lentamente. Siente
que esas palabras inundan tu alma, que esas palabras te llevan a Dios. Si
encuentras una frase que te llame la atención, detente, repítela varias veces
muy lentamente, siente cómo esa frase te inunda de Dios. Si sientes deseos de
quedar en silencio, hazlo, si sientes deseos de orar con tus propias palabras,
hazlo.
4. Lee los siguientes textos, haz la meditación En el Espíritu de Jesús, igual como
se te explicó en la charla; es decir, vas a pedir al Espíritu Santo que te ayude a
sentir y pensar como Jesús, pensando qué sentiría Jesús al decir esas palabras,
cómo se sentía, en qué tono las diría. Anota en tu cuaderno espiritual, las
emociones, sentimientos y sensaciones que despertaron en ti los textos:
a) Isaías 52, 13-15; 53, 1-12 (Imagina a Jesús leyendo este texto).
13Sí, mi Servidor triunfará: será exaltado y elevado a una altura muy
grande. 14Así como muchos quedaron horrorizados a causa de él, porque

estaba tan desfigurado que su aspecto no era el de un hombre y su
apariencia no era más la de un ser humano, 15así también él asombrará a
muchas naciones, y ante él los reyes cerrarán la boca, porque verán lo
que nunca se les había contado y comprenderán algo que nunca habían
oído.
Isaías 53, 1-12

1¿Quién creyó lo que nosotros hemos oído y a quién se le reveló el brazo
del Señor? 2 Él creció como un retoño en su presencia, como una raíz que
brota de una tierra árida, sin forma ni hermosura que atrajera nuestras
miradas, sin un aspecto que pudiera agradarnos. 3Despreciado,
desechado por los hombres, abrumado de dolores y habituado al
sufrimiento, como alguien ante quien se aparta el rostro, tan
despreciado, que lo tuvimos por nada. 4Pero Él soportaba nuestros
sufrimientos y cargaba con nuestras dolencias, y nosotros lo
considerábamos golpeado, herido por Dios y humillado. 5Él fue
traspasado por nuestras rebeldías y triturado por nuestras iniquidades.
El castigo que nos da la paz recayó sobre Él y por sus heridas fuimos
sanados. 6 Todos andábamos errantes como ovejas, siguiendo cada uno
su propio camino, y el Señor hizo recaer sobre Él las iniquidades de todos

nosotros. 7Al ser maltratado, se humillaba y ni siquiera abría su boca:
como un cordero llevado al matadero, como una oveja muda ante el que
la esquila, Él no abría su boca. 8Fue detenido y juzgado injustamente, y
¿quién se preocupó de su suerte? Porque fue arrancado de la tierra de
los vivientes y golpeado por las rebeldías de mi pueblo. 9 Se le dio un
sepulcro con los malhechores y una tumba con los impíos, aunque no
había cometido violencia ni había engaño en su boca. 10El Señor quiso
aplastarlo con el sufrimiento. Si ofrece su vida en sacrificio de reparación,
verá su descendencia, prolongará sus días, y la voluntad del Señor se
cumplirá por medio de Él. 11A causa de tantas fatigas, Él verá la luz y, al
saberlo, quedará saciado. Mi Servidor justo justificará a muchos y cargará
sobre sí las faltas de ellos. 12Por eso le daré una parte entre los grandes y
Él repartirá el botín junto con los poderosos. Porque expuso su vida a la
muerte y fue contado entre los culpables, siendo así que llevaba el
pecado de muchos e intercedía en favor de los culpables.
b) Lucas 5, 17-32
17Un día, mientras Jesús enseñaba, había entre los presente algunos
fariseos y doctores de la Ley, llegados de todas las regiones de Galilea, de

Judea y de Jerusalén. La fuerza del Señor le daba poder para
curar. 18Llegaron entonces unas personas transportando a una paralítico
sobre una camilla y buscaban el modo de entrar, para llevarlo ante
Jesús. 19Como no sabían por dónde introducirlo a causa de la multitud,
subieron a la terraza y, desde el techo, lo bajaron con su camilla en medio
de la concurrencia y lo pusieron delante de Jesús. 20Al ver su fe, Jesús le
dijo: «Hombre, tus pecados te son perdonados». 21Los escribas y los
fariseos comenzaron a preguntarse: «¿Quién es este que blasfema?
¿Quién puede perdonar los pecados, sino sólo Dios?». 22Pero Jesús,
conociendo sus pensamientos, les dijo: «¿Qué es lo que están pensando?
23¿Qué es más fácil decir: "Tus pecados están perdonados", o "Levántate
y camina"? 24Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre
la tierra el poder de perdonar los pecados –dijo al paralítico– yo te lo
mando, levántate, toma tu camilla y vuelve a tu casa». 25Inmediatamente
se levantó a la vista de todos, tomó su camilla y se fue a su casa alabando

a Dios. 26Todos quedaron llenos de asombro y glorificaban a Dios,
diciendo con gran temor: «Hoy hemos visto cosas maravillosas».
27Después Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví, que estaba
sentado junto a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo:

«Sígueme». 28 Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió. 29Leví ofreció a
Jesús un gran banquete en su casa. Había numerosos publicanos y otras
personas que estaban a la mesa con ellos. 30Los fariseos y los escribas
murmuraban y decían a los discípulos de Jesús: «¿Por qué ustedes comen
y beben con publicanos y pecadores?». 31Pero Jesús tomó la palabra y les
dijo: «No son los sanos que tienen necesidad del médico, sino los
enfermos. 32Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores,
para que se conviertan».
c) Lucas 6, 6-12
6Otro sábado, entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. Había allí un
hombre que tenía la mano derecha paralizada. 7 Los escribas y los fariseos
observaban atentamente a Jesús para ver si curaba en sábado, porque
querían encontrar algo de qué acusarlo. 8Pero Jesús, conociendo sus
intenciones, dijo al hombre que tenía la mano paralizada: «Levántate y
quédate de pie delante de todos». Él se levantó y permaneció de pie.
9Luego les dijo: «Yo les pregunto: ¿Está permitido en sábado, hacer el
bien o el mal, salvar una vida o perderla?». 10Y dirigiendo una mirada a
todos, dijo al hombre: «Extiende tu mano». Él la extendió y su mano
quedó curada. 11Pero ellos se enfurecieron, y deliberaban entre sí para
ver qué podían hacer contra Jesús. 12En esos días, Jesús se retiró a una
montaña para orar, y pasó toda la noche en oración con Dios.
d) Marcos 3, 22
22Los escribas que habían venido de Jerusalén decían: «Está poseído por
Belcebú y expulsa a los demonios por el poder del Príncipe de los

Demonios».
e) Lucas 11, 37-54

37Cuando terminó de hablar, un fariseo lo invitó a cenar a su casa. Jesús
entró y se sentó a la mesa. 38El fariseo extrañó de que no se lavara antes

de comer. 39Pero el Señor le dijo: «¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican
por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de voracidad y
perfidia. 40¡Insensatos! El que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de
adentro? 41Den más bien como limosna lo que tienen y todo será
puro. 42Pero ¡ay de ustedes, fariseos, que pagan el impuesto de la menta,
de la ruda y de todas las legumbres, y descuidan la justicia y el amor de
Dios! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello. 43¡Ay de ustedes,
fariseos, porque les gusta ocupar el primer asiento en las sinagogas y ser
saludados en las plazas! 44¡Ay de ustedes, porque son como esos
sepulcros que no se ven y sobre los cuales se camina sin saber!». 45Un
doctor de la Ley tomó entonces la palabra y dijo: «Maestro, cuando
hablas así, nos insultas también a nosotros». 46Él le respondió: «¡Ay de
ustedes también, porque imponen a las demás cargas insoportables,
pero ustedes no las tocan ni siquiera con un dedo! 47¡Ay de ustedes, que
construyen los sepulcros de los profetas, a quienes sus mismos padres
han matado! 48Así se convierten en testigos y aprueban los actos de sus
padres: ellos los mataron y ustedes les construyen sepulcros. 49 Por eso
la Sabiduría de Dios ha dicho: Yo les enviaré profetas y apóstoles:
matarán y perseguirán a muchos de ellos. 50Así se pedirá cuenta a esta
generación de la sangre de todos los profetas, que ha sido derramada
desde la creación del mundo: 51 desde la sangre de Abel hasta la sangre
de Zacarías, que fue asesinado entre el altar y el santuario. Sí, les aseguro
que a esta generación se le pedirá cuenta de todo esto. 52¡Ay de ustedes,
doctores de la Ley, porque se han apoderado de la llave de la ciencia! No
han entrado ustedes, y a los que quieren entrar, se lo impiden». 53Cuando
Jesús salió de allí, los escribas y los fariseos comenzaron a acosarlo,
exigiéndole respuesta sobre muchas cosas 54 y tendiéndole trampas para
sorprenderlo en alguna afirmación.
f) Juan 6, 66-67
66Desde ese momento, muchos de sus discípulos se alejaron de él y
dejaron de acompañarlo. 67Jesús preguntó entonces a los Doce:

«¿También ustedes quieren irse?».
Termina este momento rezando un Padre Nuestro y un Gloria al Padre, al Hijo

y al Espíritu Santo.

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“UN CAMINO DE DOLOR Y AMOR”

Importante: Todo el contenido de este Retiro se extrajo de los libros

Saludos amados hermanos y hermanas en Cristo nuestro Señor.

Sean todos ustedes bienvenidos a este Retiro, titulado: UN CAMINO DE DOLOR

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Invocación al Espíritu Santo

Ven, Espíritu divino,

Ven, dulce huésped del alma,

Entra hasta el fondo del alma,

Riega la tierra en sequía,

Reparte tus siete dones,

por tu bondad y tu gracia,

Objetivos del Retiro

El objetivo general de este Retiro es llenar nuestra alma con la presencia

¿Cómo haremos para realizar esto en este retiro?

Primero, mediante las charlas y reflexiones, tomadas todas del patrimonio

Y de esta forma, teniendo a Jesús como Modelo, Maestro y Señor de la historia,

Ahora queremos explicar el siguiente fundamento, como premisa de todo lo

Debemos evitar el peligro de convertir a Jesús en un robot impasible, que vivió

Colocados estos fundamentos. Vamos a asomarnos y sumergirnos,

IMPORTANCIA DEL SILENCIO

Y particularmente en este Retiro, debemos hacer un silencio interior de

Nosotros no hacemos un Retiro para guardar silencio, sino que guardamos

Callemos, hermanos, y que hable el silencio,

Los hombres llevamos mil máscaras falsas

Vamos a buscar en nuestra Biblia el texto de Mateo 21, 33-46.

Luego de leerlo lentamente vamos a meditar esta Palabra en el Silencio del

Nos vamos a quedar 4 minutos en silencio realizando esta meditación profunda.

a su propio hijo, pensando: "Respetarán a mi hijo". 38Pero, al verlo, los viñadores

41Le respondieron: «Acabará con esos miserables y arrendará la viña a otros,

El anuncio de la buena nueva llenó de sueños a los pobres, pero desencadenó

Los fariseos fueron quienes con mayor ferocidad se opusieron a la novedad de

Desde su punto de vista, lo que Jesús enseñaba, contradecía las bases de la

Según las autoridades de Israel, el amor y la benevolencia divina, estaba

En contraste con estos principios, Jesús invalidaba los cimientos de la religión,

Los fariseos no advertían que, poniendo condiciones al amor de Dios, estaban

Jesús afirmaba que si los pecadores comienzan por experimentar la

La predilección de Jesús son los pobres en el amplio sentido de la palabra. Jesús

Israel; y, por añadidura, ostentaba poderes misteriosos excepcionales, e

En suma, Jesús fue eliminado por haber optado por el pobre.

Las altas autoridades de Jerusalén, profesionales en el arte de la conspiración,

Los fariseos reaccionaron sobresaltados; y, rasgándose las vestiduras,

Salió Jesús de la casa rodeado de gente —y entre ellos, también sus

Leví ofreció a Jesús un banquete, e invitó también a sus amigos y colegas

A los fariseos aquella fiesta les pareció un banquete sacrílego. Y llegaron a la

Jesús sintió un profundo malestar e indignación; y, sin esperar a que ellos lo

El hombre se levantó y se puso en medio. Después, mirando a sus

... Dijo al hombre: Extiende tu mano. Él la extendió, y quedó restablecida su

Fue la típica reacción de los miserables: al sentirse derrotados en el terreno de

Busquemos la Oración “El Pobre de Nazaret-1”, la vamos a rezar

Mi Señor. Padre mío, me siento rendido como un humilde burrito. Quiero

Otro día, mientras Jesús predicaba, un grupo de escribas y fariseos arrastraban

El Maestro levantó la voz y habló así: Como en un paseo triunfal habéis

— ¡Puras evasiones, Maestro! —le gritaron los fariseos—. Te hemos propuesto

Le presentaron a Jesús a un hombre poseído del demonio y mudo. Jesús expulsó

Jesús entró en la sala del banquete, se dirigió directamente al diván y se sentó,

El fariseo anfitrión comenzó a comentar, diciendo:

Jesús resolvió aprovechar la ocasión para descargar terribles golpes:

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que os parecéis a esos

Estas acusaciones de Jesús produjeron, una extremada efervescencia de cólera:

Los doctores y fariseos comenzaron con más fuerza a socavar el prestigio de

Oración “El Pobre de Nazaret-2´´ Rezamos juntos con todo nuestro

El pueblo, en su simplicidad, depositaba en Jesús sus sueños mesiánicos de