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Día 5: El juicio

Tras ser capturado, Jesús es llevado “de Herodes a Pilato”, como dice la expresión popular. Enfrenta a
al temor y la soberbia de quienes lo juzgan y condenan. Empieza a sufrir los efectos de nuestros
pecados, que compartimos con aquellos que intervinieron directamente en el juicio hace dos mil años.
¿Cómo responde?

1. Buscar lugar y posición adecuada y pacífica.


2. Oración preparatoria: “Señor, que todas mis intenciones, pensamientos y acciones estén
encaminadas a tu mayor servicio y alabanza”.
3. Ambientación: ¿Cómo habría sido el lugar donde detuvieron a Jesús esa noche entre un juicio y
otro? ¿Cómo habría sido el patio exterior donde Pedro negó a su amigo? Visualiza los lugares
donde juzgaron a Jesús, y donde el gentío se reunió para ver a los reos. Imagina la luz, los objetos,
la temperatura, los olores, etc. Deja que tu imaginación se detenga en el lugar y en aquello que más
se le facilite de tal modo que te parezca que estás “dentro” de la escena.
4. Fruto: Aunque sea duro, pide a Dios la gracia de sentir “dolor con Cristo doloroso, quebranto con
Cristo quebrantado, lágrimas, pena interna de tanta pena que Cristo pasó por amarme”.
5. Puntos: Mc 14,53 - 15,15 No tengas deseo de contemplar absolutamente toda la escena. Más bien
detente en aquello que atrape tu atención. Si nada la atrapa, vuelve una y otra vez hasta que
termine la hora.
a) ¿Qué personaje llama más tu atención? Jesús, Pedro, la criada, el sumo sacerdote, el consejo, los
maestros de la ley, los falsos testigos, Pilato, Barrabás, o el gentío. ¿Te identificas con alguno?
¿A qué personajes de la sociedad actual podría estar representando Jesús? ¿En qué lugar de la
escena deseas estar?
b) Escucha lo que dicen. Es decir, detente en aquellas palabras o silencios que más muevan tu
mente y tu corazón: Pon atención en las preguntas y palabras engañosas de los que acusan y
juzgan; o en las respuestas y los silencios de Jesús. Oye las voces cargadas de rabia, de
acusación, de burla o de cobardía. Atiende al llanto de Pedro... ¿Cómo escucharía todo esto
Jesús? ¿Sientes el deseo de decirle algo? ¿Te parece que dice algo a ti?
c) En medio de estas escenas ¿qué le pasa a Jesús? Míralo sujeto a otros, maniatado, pasando la
noche en el suelo frío, recibiendo burlas, empujones y salivazos. Míralo responder y callar.
Empatiza con su sentir al mirar al pueblo que días antes lo había aclamado con palmas y ahora
grita que lo crucifiquen; o en medio de los sacerdotes, o frente a las preguntas de Pilato, o ante
la negación de Pedro. ¿Qué pasaría por su mente y su corazón?
6. Tras lo contemplado, habla con Jesús como un amigo habla con otro amigo. A veces
preguntándole, otras diciéndole lo que te pasa (aunque no sea “positivo”), o pidiéndole la gracia
que necesitas. Guarda silencio como percibiendo lo que él te comunica (a veces sin palabras).
7. Examen: Además de las preguntas de costumbre, puedes preguntarte: ¿Se me regaló lo que pedí en
el paso 4? ¿Conocí mejor a Jesús o sólo analicé los textos? ¿Noto alguna reacción que debería
reconocer?

Ejercicios breves, etapa 3 y 4: Guía para el ejercitante 7

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