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Michel Eyquem de Montaigne

Michel Eyquem de Montaigne , nació en el Castillo de Montaigne, en Saint-Michel-de-Montaigne, cerca de


Burdeos, Francia, el 28 de febrero de 1533 y falleció el 13 de septiembre de 1592. Fue un filósofo, escritor,
humanista y moralista francés del Renacimiento, autor de los Ensayos y creador del género literario conocido
en la Edad Moderna como ensayo. Ha sido calificado como el más clásico de los modernos y el más moderno
de los clásicos. Su obra fue escrita en la torre de su propio castillo entre 1572 y 1592 bajo la pregunta "¿Qué
sé yo?".

Biografía

Montaigne nació cerca de Burdeos en un castillo propiedad de su familia paterna, el 28 de febrero de 1533.
Su familia materna, de ascendencia judía española, provenía de judeoconversos aragoneses, los López de
Villanueva, documentados en la judería de Calatayud; algunos de ellos fueron perseguidos por la Inquisición
española, incluido Raimundo López quien, además, fue quemado en la hoguera. Por parte materna, pues, era
primo segundo del humanista Martín Antonio del Río, a quien pudo conocer personalmente entre 1584 y
1585. La familia paterna de Michel (los Eyquem) gozaba de una buena posición social y económica y él
estudió en el prestigioso Collège de Guyenne de Burdeos. Montaigne es el hermano de Juana de Montaigne,
casada con Richard de Lestonnac y por lo tanto el tío de Santa Juana Lestonnac.

Infancia
Recibió de su padre, Pierre Eyquem, alcalde de Burdeos, una educación a la vez liberal y humanista: recién
nacido fue enviado a vivir con los campesinos de una de las aldeas de su propiedad para que conociera la
pobreza. A los pocos años de vida, de vuelta en su castillo, le despertaban siempre con música, y para que
aprendiese latín, su padre contrató un tutor alemán que no hablaba francés y prohibió que los empleados se
dirigieran al niño en francés; así, no tuvo contacto con esta lengua durante sus primeros ocho años de vida. El
latín fue su lengua materna; luego se le enseñó griego y después que lo dominó por completo comenzó a
escuchar francés.5
Trabajo como magistrado
Entonces se le envió a la escuela de Burdeos y allí completó en solo siete años los doce años escolares. Se
graduó después en leyes en la Universidad. Sus contactos familiares le granjearon el cargo de magistrado de
la ciudad y en ese puesto conoció a un colega que sería su gran amigo y corresponsal, Étienne de La Boétie,
autor de un Discurso sobre la servidumbre voluntaria que Montaigne apreciaba muchísimo; su temprano
fallecimiento lo dejó desolado; este tipo de amistad, escribió, era de las que solo se hallan "una vez sola en
tres siglos [...] Nuestras almas marchaban tan juntas que no sabía yo si era la suya o la mía, aunque sin duda
me he sentido más a gusto confiando en él que en mí mismo". Los siguientes doce años (1554-66) los pasó en
los tribunales.
Humanista y escéptico: los Ensayos
Admirador de Lucrecio, Virgilio, Séneca, Plutarco y Sócrates, fue un humanista que tomó al hombre, y en
particular a él mismo, como objeto de estudio en su principal trabajo, los Ensayos (Essais) empezados en
1571 a la edad de 38 años, cuando se retiró a su castillo. Escribió “quiero que se me vea en mi forma simple,
natural y ordinaria, sin contención ni artificio, pues yo soy el objeto de mi libro”. El proyecto de Montaigne
era mostrarse sin máscaras, sobrepasar los artificios para desvelar su yo más íntimo en su esencial desnudez.
Dudoso de todo, solo creyó firmemente en la verdad y en la libertad.
Fue un crítico agudo de la cultura, la ciencia y la religión de su época, hasta el punto en que llegó a considerar
la propia idea de certeza como algo innecesario. Su influjo fue colosal en la literatura francesa, occidental y
mundial, como creador del género conocido como ensayo.

APORTES A LA EDUCACION
Su principal aportación a la educación fueron los ensayos, que actualmente son escritos por niños que
comienzan con la producción de textos en el español hasta los universitarios o personas mayores.
Vivió la guerra de los treinta entre cristianos contra protestantes y le daba tristeza que sucediera eso en el
mundo; tal vez por eso escribió frases que se convirtieron en palabras célebres sobre la guerra. Murió el 13 de
Septiembre de 1592.

 Sostuvo la necesidad de enseñar a los niños el arte de vivir.


 Insistió en practicar el ejercicio físico para la formación integral y que no sólo se enfocará en
adquirir conocimientos.
 Amaba a los animales porque los humanos al ser pensantes tienen problemas. Por ejemplo: no nos
aceptamos tal comos somos.
 La sabiduría animal puede ser mayor a la nuestra: nos comparaba para que nos aceptamos.
 Escribía en en el techo de su Castillo frases y las leía para no perder «el piso».
 La pedagogía de Montaigne se basa en el desarrollo de las actitudes.
 La educación debe de ser una «dulzura severa» es decir, no dar un castigo para que los niños teman
sino hay que fatigarlos y educarlos al frío.
 Para Michel es necesario dar ideas, actitudes y habilidades al niño que le sirvan para la vida ya
que no estamos edificando un alma ni un cuerpo sino un hombre.
 Usa la pedagogía del campo porque a través de ésta estrategia los niños aprenden más.
 Para él, aprender de memoria no es un conocimiento real porque el verdadero aprendizaje requiere
que el niño emita un juicio propio.
¿Cuál es el papel del Educador en la Pedagogía de Montaigne?
El educador tiene que lograr que los niños capten las ideas y las costumbres con estimaciones para formar un
juicio. El docente se debe entregar a su trabajo y a cada niño de manera individual y para ello él recomienda
que el maestro observe, viaje y esté en constante capacitación.
Frases Célebres de Montaigne
 «La verdadera libertad consiste en el dominio absoluto de sí mismo».
 «Cada virtud sólo necesita un hombre; pero la amistad necesita dos».
 «Los juegos de los niños deberían considerarse como sus actos más serios».
 «A nadie le va mal durante mucho tiempo sin que él mismo no tenga la culpa».
 «La prueba más clara de la sabiduría es una alegría continua».

Guerras de religión
Durante la época de las guerras de religión, Montaigne, católico él mismo, pero con dos hermanos
protestantes, trató de ser un moderador y de contemporizar con los dos bandos enfrentados. Le respetaron
como tal el católico Enrique III y el protestante Enrique IV.
Como desde 1578 empezó a sufrir el mismo mal de piedra que había acabado por matar a su padre, decidió
viajar a los principales balnearios de Europa para tomar sus aguas, aprovechando además para distraerse e
instruirse.De 1580 a 1581, viajó por Francia, Alemania, Austria, Suiza e Italia, llevando un diario detallado
donde describió episodios variados y las diferencias entre las regiones que atravesaba. Sin embargo, este
escrito solo llegó a ser publicado en 1774, con el título Diario de viaje. Primero fue a París, donde presentó
los Essais a Enrique III de Francia. Permaneció bastante tiempo en Plombières y en Baden, y luego pasó
a Múnich. Después fue a Italia atravesando el Tirol, se aposentó en Roma (1581) y viajó luego a Lucca, donde
en septiembre de ese mismo año se enteró de que había sido elegido alcalde de Burdeos. 8
Su padre Pierre Eyquem había sido ya alcalde de esta villa, que Michel rigió hasta 1585. Los dos primeros
años fueron fáciles, pero todo se complicó cuando fue reelegido en 1583 y se vio obligado a lidiar con la VIII
guerra de religión y moderar las tensiones entre católicos y protestantes. Lo cual logró mostrando habilidades
de gran diplomático, pues reconcilió a Enrique III de Navarra con el mariscal Jacques de Goyon.

Su obra

Montaigne escribió con pluma festiva y franca, revolviendo un pensamiento con otro. Considera que su fin es
«describir al hombre y en particular a mí mismo [...] y hay tanta diferencia entre mí y yo mismo como entre
yo y otro». Juzga que la variabilidad y la inconstancia son dos de sus características esenciales. «No he visto
nunca tan gran monstruo o milagro como yo mismo». Se refiere a su pobretona memoria y su capacidad para
ahondar lentamente en los asuntos rodeándolos en espiral para no implicarse emocionalmente, su disgusto
ante los hombres que persiguen la celebridad y sus tentativas para desasirse de las cosas del mundo y
prepararse para la muerte. Su célebre mote o divisa, Que sais-je?, que puede traducirse por ¿Qué sé yo? o ¡Yo
qué sé! refleja bien a las claras ese desapego y ese deseo de interiorizar en su rico mundo interior y es el punto
de partida de todo su desarrollo filosófico.

Montaigne muestra su aversión por la violencia y por los conflictos fratricidas entre católicos y protestantes
cuyo conflicto medieval se agudizó durante su época.

Mientras que algunos humanistas creían haber encontrado el Jardín del Edén, Montaigne lamentaba la
conquista del Nuevo Mundo en razón de los sufrimientos que aportaba a los que por ella eran subyugados
mediante la esclavitud. Hablaba así de «viles victorias». Se encontraba más horrorizado por la tortura que sus
semejantes infligían a unos seres vivos que por el canibalismo de esos mismos amerindios a los que se
llamaba salvajes.

Montaigne profesaba el relativismo cultural, reconociendo que las leyes, las morales y las religiones de
diferentes culturas, aunque a menudo diversas y alejadas en sus principios tenían todas algún fundamento.
«No cambiar caprichosamente una ley recibida» constituye uno de los capítulos más incisivos de los Ensayos.
Por encima de todo, Montaigne es un gran seguidor y defensor del Humanismo. Si cree en Dios, rehúsa toda
especulación sobre su naturaleza y, ya que el yo se manifiesta en sus contradicciones y variaciones, piensa
que debe ser despojado de creencias y prejuicios que lo extravíen.

Juzga el matrimonio como una necesidad para permitir la educación de los niños, pero piensa que el amor
romántico es un atentado contra la libertad del individuo: «El matrimonio es una jaula: los pájaros fuera
desesperan por entrar, pero los de dentro desesperan por salir».

Rehúsa, sin embargo, convertirse él mismo en un guía espiritual, en un maestro de pensamiento: no tiene una
filosofía que defender por encima de las demás, considerando que la suya es únicamente una compañía en la
búsqueda de identidad.

Nicolás de Cusa
Nicolás de Cusa, nació en Tréveris Cusa, 1401 y falleció en Umbría, 11 de agosto de 1464 fue un teólogo y
filósofo, considerado el padre de la filosofía alemana y personaje clave en la transición del pensamiento
medieval al del Renacimiento, uno de los primeros filósofos de la modernidad.
Estudió griego y hebreo además de filosofía, teología, matemáticas, astronomía y muchas otras disciplinas. A
los veintidós años de edad obtuvo el doctorado en Derecho canónico, y en 1448 a los 39 años se ordenó y
ejerció como cardenal en Brixton y a los 45 se especializó en astronomía.

Algunas de sus importantes aportaciones fueron la publicación de las “tablas alfonsinas”, método para ubicar
la posición de los planetas; su participación como astrónomo en la reforma del calendario y su defensa de la
doctrina de la soberanía popular y el conciliarismo para la formación de nuevos estados.

Sus conocimientos en materia religiosa relacionados con su inquietud por temas científicos lo llevaron a
plantear analogías filosóficas relevantes para la transición del pensamiento medieval al pensamiento moderno,
tales como la docta ignorancia, la coincidencia de opuestos y la defensa metafísica de la infinitud universal.
Tales nociones siempre señalaban la importancia de establecer límites a la capacidad humana de conocer sin
restarle importancia a la misma, con lo que inauguró una vertiente importante en la reflexión epistemológica
de su época, misma que se manifiesta en la cuestión acerca de las posibilidades de los seres humanos para
conocer a Dios.

Biografía

Juventud

Hijo del naviero Johan Cryfts y de Katherina Roemer. Su nombre primitivo era Nicolaus Krebs o Chrypffs,
pero fue conocido por Nicolás de Cusa por la ciudad en que nació, Kues.
Fue uno de los primeros filósofos en cuestionar el modelo geocéntrico del universo.
Cardenal
En 1448 es nombrado cardenal y obispo de Bresanona. El duque Segismundo no acepta el nombramiento.
Destacando sobre todo en su actividad política como legado papal, se empeñó en hacer una reforma de la
Iglesia, y fue un gran conciliador de posturas confrontadas, llegando incluso a unificarlas

Pensamiento filosófico[

 Todo conocimiento va desde lo conocido a lo desconocido mediante el establecimiento de


proporcionalidades.

 No existe proporción perfecta entre la cosa conocida y nuestro conocimiento de ella ni, en general, entre
lo medido y la medida. La ciencia humana es, por ello, conjetural.

 Dios es ratio essendi y ratio cognoscendi de toda la realidad; de modo que en cualquier investigación
filosófica tiene por horizonte a Dios. No hay pregunta ni ente que no suponga necesariamente a Dios
como su principio.
Nicolás de Cusa parte de una idea por la que entiende que todo lo creado, incluido el hombre, es imagen de
Dios. Todo es manifestación de un único modelo, pero no es una copia, sino un signo de ese Ser Supremo.
A través de las cosas materiales nos podemos acercar al Ser Supremo, pero el Ser Supremo es inalcanzable,
porque como la imagen no es perfecta el Ser Supremo es inalcanzable. “La verdad de la imagen no puede ser
vista tal como es en sí a través de la imagen porque la imagen nunca llega a ser el modelo” toda perfección
viene del ejemplar que es razón de las cosas. Este es el modo como Dios reluce en las cosas. Como
consecuencia el Absoluto es incomprensible, puesto que lo invisible no puede reducirse a lo visible, lo infinito
no se encuentra en lo finito. Como dirá: “Porque en Dios se produce una contradicción” es debido a que Dios
es lo Absoluto y a la vez es lo uno y múltiple.
Nosotros conocemos por comparación, por diferenciación, al separar una cosa de otra se sabe qué es cada
cosa. Así por comparación se adquiere el conocimiento.
Hay que acercarse a lo absoluto desde lo concreto que es visible, de este modo lo invisible se hace visible, por
lo menos a través de sus señales. Dios es la síntesis de contrarios, de la unidad y de la multiplicidad a la vez.
Por eso Dios no es captado en ningún objeto porque ningún objeto le limita, por eso Dios es lo no otro, lo cual
expresa un doble significado:
1. Que Dios no se ha separado del mundo, sino que es aquello que constituye su propio ser.
2. Al anunciar el no otro, está anunciando: Que la unidad no se encuentra determinada en nada concreto.
“Dios es todo en el todo y no es, sin embargo, nada en el todo.”
Cosmología de Nicolás de Cusa
Se plantea una imagen del mundo que es imagen de Dios. Si Dios es lo unitario y lo infinito a la vez, el
mundo también es infinito. Este es el paso radical a la física moderna: si el Universo es infinito, no tiene fin,
se extrae, pues, que no existe centro del Universo, por lo que la Tierra no es el centro del Universo, por lo que
tampoco existe un punto de referencia, todo es relativo y no hay un lugar de privilegio en el Universo.
Tampoco hay quietud, sino que todo está en movimiento, incluido el Sol. Que no nos percatemos del
movimiento, no significa que no exista.

Nicolás de Cusa también especuló sobre la existencia de otros mundos y esta idea fue retomada más de cien
años después por Giordano Bruno, quien había leído su obra.

Nicolás de Cusa y la brujería

Nicolás de Cusa se opuso a la idea de que seres humanos pudieran tener relaciones carnales con demonios ni
que pudieran adoptar formas de animales.

Giordano Bruno

Giordano Bruno, de nacimiento Filippo Bruno (Nola, enero o febrero de 1548-Roma, 17 de febrero de
1600), fue un astrónomo, filósofo, teólogo, matemático y poeta italiano.1
Sus teorías cosmológicas superaron el modelo copernicano, pues propuso que el Sol era simplemente
una estrella y que el universo debía contener un infinito número de mundos habitados por animales y seres
inteligentes. Miembro de la Orden de los Dominicos, propuso en el campo teológico una forma particular
de panteísmo, lo cual difería considerablemente de la visión cosmológica sostenida por las
distintas confesiones cristianas.
Además de estos razonamientos, sus afirmaciones teológicas también fueron otra de las causas de su condena,
que lo llevaron a ser ejecutado por las autoridades civiles de Roma después de que la Inquisición romana lo
declarara culpable de herejía, razón por la cual fue quemado vivo en la hoguera. Tras su muerte, su nombre
ganó fama considerable, particularmente en el siglo XIX y principios del XX.345

Biografía
Infancia y juventud
Nació a comienzos de 1548 en Nola, a unos veinte kilómetros de Nápoles, entonces bajo el dominio español.
Sus padres eran Giovanni Bruno, hombre de armas en el ejército español, y Fraulissa Savolino. Fue bautizado
con el nombre de Filippo.67
Comienza estudiando en Nola, pero en 1562 se traslada a Nápoles, donde recibe lecciones de Giovanni
Vincenzo de Colle en el Studium Generale y de Téofilo da Vairano en el monasterio agustino de la ciudad. En
junio de 1565 ingresa en la Orden de los Dominicos, en el monasterio de Santo Domingo Mayor de Nápoles,
donde se dedicó al estudio de la filosofía aristotélica y a la teología de Santo Tomás (tomismo). Ese mismo
año cambió su nombre de pila por el de Giordano.87
En 1571 comparece ante el papa Pío V para exponer su sistema nemotécnico, dedicando al papa su
obra Sobre el Arca de Noé. En 1572 es ordenado sacerdote y en 1575 recibió el título de doctor en Teología.9
Sus problemas comenzaron durante su adoctrinamiento. Fue procesado por rechazar tener imágenes de santos
en su celda y aceptar solo el crucifijo. Más tarde se le abrió un nuevo proceso por recomendar a otro novicio
que dejase un libro sobre la vida de la Virgen y se dedicase a leer otras obras más importantes. También se le
acusó de defender la herejía arriana. En marzo de 1576 huye del convento, sin esperar a que terminase la
causa.
Vida errante
Se trasladó a Roma, donde estuvo alojado en el convento de Santa María sobre Minerva. Sus opiniones
suscitaron un escándalo, y se formularon 130 artículos de acusación contra él. Por temor a la Inquisición, a los
veintiocho años abandonó la «prisión angosta y negra del convento», y huyó de Roma en 1576, comenzando
una vida errante y aventurera. Desde entonces pudo decir, con razón, que «toda la tierra es patria para un
filósofo».
Viajó por el norte de Italia: Génova, Savona, Turín, Venecia, Padua, enseñando gramática y cosmogonía a los
niños para ganarse la vida. Al mismo tiempo, estudió intensamente las obras de Nicolás de Cusa, Bernardino
Telesio y adoptó el sistema de Nicolás Copérnico, lo que le valió ser combatido tanto por los católicos como
por los protestantes. Expresó en escritos y conferencias sus ideas científicas acerca de la pluralidad de los
mundos y sistemas solares, el heliocentrismo, la infinitud del espacio y el universo y el movimiento de
los astros.
Se trasladó luego a otras regiones: Bérgamo, Milán. Pasó luego a Francia, alojado durante el invierno de 1578
en el convento de los dominicos de Chambéry. Se le desaconsejó viajar a Lyon debido al recrudecimiento de
los conflictos de religión en aquella zona, por lo que se dirigió a Ginebra donde fue recibido en 1579 por el
marqués de Vico, un calvinista de origen napolitano a quien manifiesta su deseo de «vivir en libertad». 11 Allí
abandona definitivamente los hábitos religiosos y se inscribe en la Universidad de Ginebra. Poco después
publica un ataque contra Antoine de La Faye, un célebre profesor calvinista, en el que expone veinte errores
cometidos por el profesor en una de sus lecciones. Por ese motivo fue arrestado y abandona Ginebra tan
pronto como puede.1213
Retornó a Francia donde, tras pasar un mes infructuoso en Lyon, se doctoró en teología en la Universidad de
Toulouse y enseñó durante dos años (1580-1581) en esta ciudad. Escribió la Clavis magna (lulista) y explicó
el tratado De Anima, de Aristóteles. Luego de varios tropiezos debido a la guerra religiosa, fue aceptado
por Enrique III —a quien fascinó la prodigiosa memoria de Bruno— como profesor de la Universidad de
París en 1581. En esa etapa de su vida publicó sus obras: Las sombras de las ideas (un tratado de memoria
artificial dedicado al monarca francés, y donde plasma por primera vez su adhesión a la cosmología
copernicana), El canto de Circe y la comedia en lengua italiana Candelaio (Candelero).11
En 1583 viajó a Inglaterra, tras ser nombrado secretario del embajador francés Michel de Castelnau. Allí se
convirtió en asiduo concurrente a las reuniones del poeta Philip Sidney. Enseñó en la Universidad de
Oxford la nueva cosmología copernicana, atacando las ideas tradicionales. Después de varias discusiones,
abandonó Oxford. Sus escritos más importantes son La cena de las cenizas, Del universo infinito y los
mundos, y Sobre la causa, el principio y el uno (escritas en 1584). En 1585 escribió Los furores heroicos,
donde, en un estilo de diálogo platónico, describe el camino hacia Dios a través de la sabiduría.
Ese mismo año regresó a París con el embajador, para luego dirigirse a Marburgo, donde dio a la prensa las
obras escritas en Londres. En Marburgo retó a los seguidores del aristotelismo a un debate público en el
Colegio de Cambrai, donde fue ridiculizado, atacado físicamente y expulsado del país.
Durante los siguientes cinco años vivió en diversos países protestantes, donde escribió muchos trabajos
en latín sobre cosmología, física, magia y el arte de la memoria (fue uno de los grandes representantes de la
tradición hermética). Llegó a demostrar, aunque por métodos falaces, que el Sol es más grande que la Tierra.
En 1586 expuso sus ideas en la Sorbona y en el Colegio de Cambrai, y enseñó filosofía en la Universidad de
Wittenberg. En 1588 viajó a Praga, donde escribió artículos dedicados al embajador de España, Guillem de
Santcliment,14 y al emperador Rodolfo II.
Pasó a servir brevemente como profesor de matemáticas en la Universidad de Helmstedt, pero tuvo que huir
otra vez cuando fue excomulgado por los luteranos. Todavía en Helmstedt pudo culminar sus poemas De
triplici minimo et mensura, De monade, numero et figura, y De immenso, innumerabilibus et infigurabilibus.
En 1590 se dirigió al convento de los Carmelitas en Fráncfort, ciudad en la que ganó fama de «hombre
universal» y donde dio a la imprenta los poemas latinos mencionados,15 y Zúrich.
A instancias de Giovanni Mocenigo,16 noble veneciano, regresó a Italia. Mocenigo se convirtió en su
protector, para impartir cátedra particular, fijando su residencia en Venecia.

Proceso y condena

El proceso de Giordano Bruno a cargo de la Inquisición romana. Relieve de bronce de Ettore Ferrari (1845-
1929), Campo de' Fiori, Roma.
El 21 de mayo de 1592, Mocenigo, «no satisfecho de la enseñanza y molestado por los discursos heréticos de
su huésped», le denunció a la Inquisición. 17 La Inquisición veneciana lo encarcela el 23 de mayo de 1592 y es
reclamado por Roma el 12 de septiembre. El 27 de enero de 1593 se ordenó el encierro de Giordano Bruno en
el Palacio del Santo Oficio, en el Vaticano. Estuvo en la cárcel durante ocho años mientras se disponía el
juicio —bajo el tribunal de Venecia—, en el que se le adjudicaban cargos por blasfemia, herejía e
inmoralidad; así como por sus enseñanzas sobre los múltiples sistemas solares y sobre la infinitud del
universo. Durante la ocupación napoleónica se perdieron la mayoría de los folios de ese juicio.
El proceso fue dirigido por el cardenal Roberto Belarmino, canonizado en 1930 por la Iglesia católica, y quien
años después, en 1616, llevaría el similar proceso contra Galileo Galilei. Giovanni Mocenigo fue acusado de
herejía al descubrirse que intentaba dominar las mentes ajenas, cosa que Bruno se negó a enseñarle. Nunca
fue apresado ni existió proceso en su contra.
En 1599 se expusieron los cargos en contra de Bruno, recopilados por el propio Belarmino y el
dominico Alberto Tragagliolo (comisario general del Santo Oficio). Las múltiples ofertas de retractación
fueron desestimadas. Finalmente, sin que se tenga conocimiento del motivo, Giordano Bruno decidió
reafirmarse en sus ideas y, el 20 de enero de 1600, el papa Clemente VIII ordenó que fuera llevado ante las
autoridades seculares. Las alegaciones finales por escrito de Bruno, dirigidas al pontífice, «fueron abiertas
pero no leídas».18
Luigi Firpo lista estos cargos que fueron puestos contra Bruno por la Inquisición:19

 Tener opiniones en contra de la fe católica y hablar en contra de ella y sus ministros.


 Tener opiniones contrarias a la fe católica sobre la Trinidad, la divinidad de Cristo y la encarnación.
 Tener opiniones contrarias a la fe católica en relación con Jesús como Cristo.
 Tener opiniones contrarias a la fe católica en relación con la virginidad de María, la madre de Jesús.
 Tener opiniones contrarias a la fe católica en relación con la transubstanciación y la misa.
 Decir que existen múltiples mundos.
 Tener opiniones favorables de la transmigración del espíritu en otros seres humanos después de la
muerte.
 Brujería.
La Inquisición lo acusó inicialmente por sus ideas antidogmáticas, que ya le habían costado el hábito
dominico. Como antitrinitario, rechazó la virginidad de María y la transubstanciación. Sus reflexiones sobre
cuestiones de cosmología y su atracción por la magia dieron gradualmente lugar a una impresionante lista de
acusaciones. Al final, impugnaron el conjunto de su pensamiento. En febrero de 1593, Bruno fue encarcelado
en las prisiones del Santo Oficio. El juicio se prolongó durante otros dos años, antes de tomar la decisión de
realizar un estudio en profundidad de sus obras, que fueron censuradas y posteriormente quemadas en la plaza
de San Pedro. Desde su celda, Bruno terminó de escribir una declaración para su defensa, y presentó su
alegato final el 20 de diciembre de 1594 ante el Santo Oficio. El juicio fue interrumpido durante seis meses,
tiempo durante el cual Bruno continuó defendiendo activamente su teoría de los infinitos mundos, a veces
afirmando que estaba dispuesto a retractarse, y otras declarando que era fiel a sus ideas. Por lo tanto, el
cardenal Belarmino elaboró una lista de las teorías consideradas heréticas, sobre las que Bruno de nuevo
vaciló antes de negarse categóricamente a renunciar a ellas.
Las ocho proposiciones a las que el filósofo se negó a renunciar fueron las siguientes: 20

1. La declaración de «dos principios reales y eternos de la existencia: el alma del mundo y la materia
original de la que se derivan los seres».
2. La doctrina del universo infinito y los mundos infinitos en conflicto con la idea de la Creación: «El
que niega el efecto infinito niega el poder infinito».
3. La idea de que toda realidad, incluyendo el cuerpo, reside en el alma eterna e infinita del mundo:
«No hay realidad que no se acompañe de un espíritu y una inteligencia».
4. El argumento según el cual «no hay transformación en la sustancia», ya que la sustancia es eterna y
no genera nada, sino que se transforma.
5. La idea del movimiento terrestre, que —según Bruno— no se oponía a las Sagradas Escrituras, las
cuales estaban popularizadas para los fieles y no se aplicaban a los científicos.
6. La designación de las estrellas como «mensajeros e intérpretes de los caminos de Dios».
7. La asignación de un alma «tanto sensorial como intelectual» a la Tierra.
8. La oposición a la doctrina de Santo Tomás sobre el alma: la realidad espiritual permanece cautiva en
el cuerpo y no es considerada como la forma del cuerpo humano.
El papa Clemente VIII dudó de la sentencia impuesta antes de dictarla porque no deseaba convertir a Bruno
en un mártir. El 8 de febrero fue leída la sentencia en donde se le declaraba herético, impenitente, pertinaz y
obstinado. Es famosa la frase que dirigió a sus jueces:
Fue excomulgado y sus trabajos quemados en la plaza pública.
Ejecución
Estatua de Giordano Bruno, por Ettore Ferrari, Campo de' Fiori, Roma.
Lo habitual era ejecutar al acusado de herejía (siempre que este se retractara en el último momento) y después
quemar el cuerpo. En el caso de Giordano Bruno, tras casi ocho años de cautiverio, fue quemado vivo el 17 de
febrero de 1600 en el Campo de' Fiori, Roma.
Durante todo el proceso fue acompañado por monjes católicos. Según testigos presenciales, el nolano fue
«despojado de sus ropas, desnudado y atado a un palo»; además, llevaba la lengua «aferrada en una prensa de
madera para que no pudiese hablar». Antes de ser quemado en la hoguera, uno de ellos le ofreció un crucifijo
para que lo besara, pero Bruno lo rechazó y dijo que moriría como un mártir y que su alma subiría con el
fuego al paraíso.
Casi tres siglos después de su muerte, el 9 de junio de 1889, se erigió por suscripción internacional una
estatua en el lugar de su muerte, exaltando su figura como mártir de la libertad de pensamiento y de los
nuevos ideales.
Según la Enciclopedia de filosofía de la Universidad de Stanford, «en 1600 no había una postura oficial de la
Iglesia católica sobre el sistema copernicano, y ciertamente no era una herejía (aunque sus razonamientos eran
opuestos al sistema ptolemaico que prevalecía entre la jerarquía católica). Cuando Giordano Bruno fue
quemado en la hoguera como hereje, no tuvo nada que ver (en un sentido oficial, aunque sí tuvo que ver en un
sentido de "principios religiosos") con sus escritos en apoyo de la cosmología copernicana». [cita requerida] Entre
sus afirmaciones teológicas que se consideraron heréticas estaban las siguientes: que Cristo no era Dios, sino
meramente un mago excepcionalmente hábil; que el diablo se salvará; y otras.[cita requerida]
Según Isaac Asimov, su muerte tuvo un efecto disuasorio en el avance científico de la civilización,
particularmente en las naciones católicas; pero, a pesar de esto, sus observaciones científicas continuaron
influyendo en otros pensadores, y se le considera uno de los precursores de la Revolución científica.24
El historiador de la ciencia Alexandre Koyré considera que la «audacia» del pensamiento bruniano «causó
una transformación —una verdadera revolución— en la imagen tradicional del mundo y de la realidad física»,
habiendo propuesto una visión del universo cercana a la posteriormente desarrollada por Newton. En
definitiva, fueron sus ideas las que alertaron a la Iglesia acerca del peligro que podría suponer la nueva
astronomía para la religión, precipitando las posteriores condenas sobre Copérnico (1616) y Galileo (1633).

Pensamiento
Cosmología
Bruno creía que la Tierra giraba alrededor del Sol y que la rotación diurna aparente de los cielos es una
ilusión causada por la rotación de la Tierra alrededor de su eje. Bruno también sostuvo que, porque Dios es
infinito, el universo podría reflejar este hecho.
[…] el universo es uno, infinito, inmóvil... No es capaz de comprensión y por lo tanto es interminable y sin
límites y a ese grado infinito e indeterminable y por consecuencia inmóvil.
Teófilo en De la causa, principio, et Uno, de Giordano Bruno.26

La constelación de Orión.
Bruno también afirmó que las estrellas en el cielo eran otros soles como el nuestro, a las que orbitan otros
planetas. Indicó que el apoyo de esas creencias en ninguna manera contradecía las Escrituras o la verdadera
religión.
Bruno también afirmó que el universo era homogéneo, compuesto por los cuatro
elementos (agua, tierra, fuego y aire), en lugar de tener las estrellas una quintaesencia separada. En esencia —
aunque el uso de este término sea anacrónico—, las mismas «leyes físicas» estarían operando en todas partes.
Espacio y tiempo eran ambos infinitos. No había lugar en su universo estable y permanente para las nociones
cristianas de la creación y el juicio final.
La cosmología de Bruno está marcada por la infinitud, homogeneidad e isotropía, con sistemas planetarios
con vida distribuidos uniformemente a lo largo de todo el universo.
Física
Famosa es la evidencia dada por Giordano Bruno de la relatividad del movimiento. 27 Bruno muestra que la
Tierra no es estática. Si cae una piedra desde la parte superior del mástil de un barco en movimiento, caerá
aún al pie del mástil, sin importar el movimiento del barco; demostrando que uno no puede considerar el
movimiento de un cuerpo en términos absolutos, solo con un sistema de referencia.
Todas las cosas que hay sobre la Tierra se mueven con la Tierra. Una piedra lanzada desde lo alto del mástil
volverá al final de alguna manera, aunque la nave se esté moviendo.
La cena de las cenizas (1584)
Bruno también defendió el atomismo, recuperando los conceptos materialistas de la Antigüedad. Esto se
expone en varias de sus obras, especialmente en De triplici minimo et mensura, donde sostiene que todos los
compuestos físicos mutan y retornan a los mínimos o átomos, de los cuales a su vez surgen nuevos cuerpos
que reconfiguran el universo una y otra vez (la conocida como «alternancia vicisitudinal», en lenguaje
bruniano), y señalando a la aritmética, la geometría y la física como las tres ramas básicas del conocimiento.28
Magia
En el uso común, la magia es entendida como dominio sobre las fuerzas físicas, espirituales o divinas; 29 sin
embargo, el estudio de la magia en Bruno se muestra como la capacidad de percibir o reconocer el conjunto
de relaciones vinculatorias que se suscitan dentro del reino de lo fantástico. Esto es: la práctica mágica se
asienta en su teoría de los vínculos. Por ello, el «mago» debe conceder fuerte atención al trabajo de
la imaginación. La imaginación constituye la puerta de acceso a todos los afectos que pueden conmover a un
ser viviente.30
Se requieren básicamente tres factores para lograr la vinculación:

 potencia activa en el agente;


 potencia pasiva en el sujeto o el paciente (esto es una disposición o aptitud de no resistencia);
 y la aplicación apropiada a las circunstancias de tiempo y lugar.
Los vínculos no son eternos, porque se dan en el mundo, a la vez que no todo puede vincular a todas las cosas
—y, si lo hace, no se da del mismo modo—. Hay tres accesos para vincular:

 la visión, a través de formas, gestos, movimientos y figuras adecuadas;


 el oído, mediante la voz y el discurso;
 y la mente o imaginación.
Los vínculos se establecen a través de los sentidos. Sucede la «entrada», que es cuando son percibidos; la
«atadura», que es cuando se empieza a formar un sentido de las cosas que entraron por la vía de los sentidos;
luego sucede el «vínculo»; y, finalmente, la «atracción».
El mago o manipulador debe ser consciente en todo momento de que, para atraer a uno o más individuos,
debe considerar toda la variedad de intereses de los sujetos a hechizar. Por esta razón, para la técnica mágica
se requiere tener un conocimiento más que parcial del sujeto y sus deseos, pues sin tenerlo no puede darse
ningún vínculo.
Su propuesta mágico-fantástica responde a los tres niveles de realidad que en su ontología señala: el mundo
divino y el mundo material son conectados mediante la fantasía, de manera que ella es el intermediario en el
proceso que va de la sensibilidad a la cognición.
La sensibilidad es un proceso multívoco y dinámico de asociaciones en el ascenso y descenso de los datos
perceptibles. La concepción metafísica de Bruno está emparentada con las ideas de Pico della Mirandola,
quien consideraba al hombre con una posición intermedia entre las partes superiores (divinas) y las partes
inferiores (materiales).

Erasmo de Róterdam
Erasmo de Róterdam1 (en neerlandés: Desiderius Erasmus van Rotterdam;
en latín: Desiderius Erasmus Roterodamus; Róterdam o Gouda,2 28 de octubre de 14663-
Basilea, 12 de julio de 1536), también conocido en español como Erasmo de Rotterdam,
fue un filósofo humanista, filólogo y teólogo cristiano neerlandés, considerado como uno
de los más grandes eruditos del Renacimiento nórdico.4
Como sacerdote católico, Erasmo fue una figura importante en la erudición clásica que
escribió nuevas ediciones latinas y griegas del Nuevo Testamento que plantearon
cuestiones que serían influyentes en la Reforma protestante y la Contrarreforma. Vivió en
el contexto de la creciente reforma religiosa europea. Si bien criticó los abusos dentro de
la Iglesia Católica y pidió una reforma, se mantuvo alejado de Lutero, Enrique VIII y Juan
Calvino y continuó reconociendo la autoridad del Papa.
Su obra, mucho más amplia y compleja, incluye ensayos y tratados sobre un número muy
amplio de temas. Sigue siendo conocido principalmente hoy por su obra Elogio a la
locura (1511) y en menor medida, por su Adages (1500), una antología de más de cuatro
mil citas griegas y latinas, Coloquios (1522), una colección de ensayos didácticos de
temática variada, y De libero arbitrio diatribe sive collatio (1524), una respuesta a las
enseñanzas sobre el libre albedrío de Lutero.

Biografía
Origen y formación
Aunque no queda constancia oficial de su año de nacimiento, sí se sabe que nació en la madrugada del
28 de octubre.3 En su estatua en Róterdam, figura el año de nacimiento 1467, pero tras las
investigaciones realizadas por Harry Vredeveld en 1993, hoy en día se considera a 1466 como el año
más aceptable.3 Fue hijo bastardo de Gerard, un sacerdote de Gouda, y su sirvienta Margaretha Rogerius
(Rutgers), algo que narró Charles Reade en su famosa novela histórica El claustro y el hogar (1861). A
los nueve años fue enviado a la escuela de Deventer de los Hermanos de la Vida Común, donde tuvo sus
primeros contactos con el movimiento espiritual de la devotio moderna8 y aprendió latín y algo de griego
con los revolucionarios métodos educativos de su director y maestro, el humanista Alexander Hegius
von Heek.
Con dieciocho años de edad entró en el monasterio de Emmaus de Steyn (cerca de Gouda) de
los Canónigos Regulares de San Agustín, monasterio que participaba igualmente de la espiritualidad de
la devotio moderna. En 1488 hizo la profesión religiosa y cuatro años después fue ordenado sacerdote.
Poco después de su ordenación, obtuvo de sus superiores el permiso para trabajar como secretario del
obispo de Cambrai, Enrique de Bergen, quien le dio una beca, hacia 1495, para estudiar teología en
la Universidad de París, institución que en ese momento se encontraba viviendo con gran fuerza
el Renacimiento de la cultura de Grecia y Roma. Allí hizo amistad con el célebre asceta Juan Momber y
con uno de los primeros humanistas de París, Roberto Gaguin. Posiblemente en esta etapa se encuentren
los comienzos del pensamiento humanista de Erasmo, que convirtieron al joven en un pensador libre y
profesor de ideas independientes.8
Erasmo nunca retornó a la vida monástica aunque la Iglesia regularizó su situación en 1517 cuando ya
era un autor famoso y una personalidad pública.2

Viaje a Inglaterra: docencia y los "Adagios"


Texto de Erasmo de Róterdam tachado por la Inquisición.

Entre 1499 y 1500 viajó a Londres, donde tuvo la oportunidad de escuchar a John Colet dando una gran
exposición sobre la vida de san Pablo en la Universidad de Oxford. Una vez terminada, Erasmo se
acercó a John Colet y mantuvo con él una larga conversación sobre el modo de efectuar una lectura
verdaderamente humanista de la Biblia que marcó profundamente su pensamiento. Tanta era su
admiración hacia Colet, que «Erasmo que no reconocía otro maestro que a sí mismo, dio solo a él el
título de praeceptor unicus».9
En ese mismo año de 1500, y con la colaboración de Publio Fausto Andrelini, Erasmo escribió
sus Adagios, que son más de 690 refranes y moralejas de las tradiciones de las antiguas Grecia y Roma,
junto con comentarios sobre su origen y su significado. Algunos de esos refranes se siguen utilizando en
el día de hoy. Trabajó en los Adagios durante el resto de su vida, hasta tal punto que la colección había
crecido y ya contenía 3400 en 1521, siendo 4500 en el momento de su muerte. El libro se vendió con
éxito y llegó a contar con más de 60 ediciones.10
Empezó a dictar una cátedra como profesor titular de teología en la Universidad de Cambridge en
Inglaterra, durante el reinado de Enrique VIII, donde hizo amistades que le duraron toda la vida: el ya
citado John Colet, Tomás Moro, Thomas Linacre y John Fisher, «hombres de un gran humanismo
cristiano y una teología fundada en la Biblia y en los padres de la Iglesia».11 Se le ofreció un trabajo
vitalicio en el Queen's College de la Universidad de Cambridge y es posible que, de desearlo, habría
podido pasar el resto de su vida enseñando ciencias sagradas a lo mejor de la realeza y la nobleza
inglesas. Sin embargo, su naturaleza inquieta y viajera y su espíritu curioso, junto con un incontrolable
rechazo a todo lo que significara rutina, lo hicieron declinar ese cargo y todos los que se le ofrecieron
posteriormente.8

Viaje a Italia[editar]
Entre 1506 y 1509 vivió en Italia, la mayor parte del tiempo trabajando en una imprenta. En 1506 recibió
el título de doctor en teología.12 Varias veces más se le ofrecieron trabajos serios y bien pagados,
especialmente como profesor, a lo cual él respondía que prefería no aceptarlos, porque lo que ganaba en
la imprenta, si bien no era mucho, le resultaba suficiente.
A partir de estas conexiones con universidades y con escritores que iban a la imprenta, Erasmo comenzó
a rodearse de quienes pensaban igual que él y rechazaban los abusos del clero y de los monjes
ignorantes.8 Su fama se extendió progresivamente por toda Italia, y sus ideas sobre la elevación
intelectual y religiosa empezaron a conocerse y discutirse; sin embargo, no todos simpatizaban con
Erasmo, pues había quienes rechazaban sus ideas, y estos opositores empezaron a criticarlo tanto en
público como en privado. Aunque gozaba de la admiración de los cardenales Giovanni de Medici,
posterior papa León X, y Domenico Grimani, estos «no pudieron convencerle de que fijara su residencia
en Roma y rehusó las ofertas de promociones eclesiásticas», regresando a Inglaterra.10

La lucha contra la disciplina y las instituciones[editar]


No sabemos cuál de las tres instituciones educativas en las que estuvo internado Erasmo fue la causante
del profundo rechazo que sintió toda su vida hacia el autoritarismo que impedía pensar libremente.
[cita requerida]
Pudo ser la escuela primaria (de los 8 a los 13 años), el convento agustino (de los 16 a los 22)
o la Universidad de París (a mediados de la década de 1490), cuando tenía más de 24 años.
Como resultado de su estancia en alguna de ellas, o en las tres, Erasmo desarrolló un sentimiento de
rechazo frente a la institución y llegó a la conclusión de que tanto los colegios como las Universidades y,
en general, muchas veces la misma Iglesia, impedían pensar libremente. Desde entonces se opuso a
cualquier tipo de autoridad[cita requerida] y buscó mayor libertad leyendo a los escritores clásicos griegos y
latinos. Quizá fueran los métodos de disciplina que en las tres escuelas se aplicaban a los alumnos,
[cita requerida]
lo que lo llevó a distanciarse de las autoridades. Lo que nadie podía prever era que la voluntad
de Erasmo se resistiría a ser "quebrada" hasta el mismísimo día de su muerte. Por otra parte, se enfurecía
al ver la disciplina que se aplicaba con los alumnos.[cita requerida]
En la universidad se dio cuenta de que en vez de enseñarse las nuevas ideas, se seguía practicando con
mucha importancia la discusión escolástica, reclamando el retorno a las fuentes genuinas, a través de la
aplicación rigurosa del método histórico crítico.13

Dibujo a la pluma de Hans Holbein el Joven en el margen del ejemplar de Oswald Myconius de la edición de 1515
del Elogio de la locura de Erasmo.

Erasmo decidió pronto que podía hacer algo para revertir la situación: con las ideas de sus amigos de los
monasterios agustinos y algunas otras ideas de John Colet, comenzó a analizar detenidamente los libros
más importantes de las antiguas civilizaciones griega y romana,14 tratando de modernizar sus contenidos
e intentando aplicarlos a la vida de la sociedad en la que él vivía, intentando extraer lo más significativo
de los mismos, para que cualquier persona pudiera entenderlas y penetrar en su significado.
Nunca dejó de luchar contra la cárcel espiritual que él observaba en todas partes, en todas las
instituciones educativas, intelectuales, políticas y sociales de su época. Esto le acarrearía numerosos
problemas a lo largo de su carrera.

Fama y productividad literaria[editar]


Al regresar a Inglaterra hacia 1509, Erasmo escribió una de sus obras más famosas, Elogio de la
locura que en poco tiempo alcanzó siete ediciones. La idea era distribuirla solo en círculos privados,
«por sus críticas a los abusos y locuras de las varias clases de la sociedad, especialmente la Iglesia». Su
fama alcanzaría a ser conocida en toda Europa, de todas partes le llegaría correspondencia con la
intención de verse aconsejados por él.10
Fue allí donde quizás alcanzó su mayor productividad literaria. Lo hizo a una edad ya madura y tardía
para lo normal en aquella época, porque consideraba que quien no sabe escribir bien, siempre se
equivoca al expresarse o transmitir un mensaje.[cita requerida] Por eso, se preocupó primero de convertirse en
un verdadero maestro en el uso de la prosa en lengua latina. Fue el idioma más claro que encontró, el
más apropiado para transmitir ideas complejas, y el más útil para transmitir sus ideas a toda Europa. 15

Monumento a Erasmo en Róterdam.

Hallándose en la ciudad imperial de Basilea, donde se vio obligado a retirarse a causa de la insostenible
situación de Lovaina en el Brabante Flamenco, su anterior domicilio como empleado del
emperador Carlos V,16 Erasmo sintió la calidez del lugar, que lo recibió con hospitalidad y cordiales
atenciones, y una vez más se rodeó de amigos y seguidores que habían comenzado a creer en él y en sus
ideas. Allí se dedicó a la edición crítica del Nuevo Testamento, hacia 1516. Halló en Juan Froben un
impresor y editor competente para su obra, que llamará Novum Instrumentum.17
Si se considera que la convicción de Erasmo era educar, para que el estudiante pudiese dudar de la
administración y los asuntos públicos de la Iglesia y del gobierno, sus aparentes contradicciones
desaparecen y empieza a visualizarse con claridad la enorme coherencia de su obra, mantenida con
firmeza a través de los años y las décadas.[cita requerida]

Erasmo y Martín Lutero[editar]


Erasmo no conoció personalmente a Martín Lutero, ni se adhirió a la Reforma protestante;18 sin
embargo, Lutero dijo en muchas ocasiones que una de sus fuentes de inspiración era la traducción que
Erasmo había hecho del Nuevo Testamento; esa traducción había llamado de inmediato la atención del
gran reformador y la analizó detalladamente hasta el final de su vida. El amor de Lutero por esta versión
desató una catarata de traducciones, que por primera vez puso al Nuevo Testamento al alcance de la
gente que no sabía leer el latín. En 1522, seis años después de la publicación de Erasmo, Lutero tradujo
la Biblia por primera vez al alemán. A su vez, la versión alemana de Lutero fue la base de la primera
traducción de William Tyndale al inglés en 1526.9
Los seguidores de Martín Lutero se propagaron por toda Europa un año después de la publicación del
Nuevo Testamento en griego de Erasmo de Róterdam, lo que puso al traductor en una difícil situación de
exposición pública. Lutero clamó a los cuatro vientos que el trabajo de Erasmo le había ayudado a ver la
verdad, por lo que la mirada de la Iglesia comenzó a caer sobre Erasmo, que supuestamente había dado
el paso inicial de la Reforma que terminaría por dividir al cristianismo. Esta situación no fue fácil para
Erasmo, siendo como era su carácter y la poca simpatía que sentía por la Iglesia y por el Papa. El
conflicto entre la Iglesia y los luteranos se hizo evidente para todo el mundo, y ambos bandos exigieron
de inmediato, a quienes no habían tomado partido, que eligiesen un bando. Lo que ni Lutero ni el Papa
comprendían era que, en la mentalidad individualista del sabio, ponerse del lado de católicos o
de protestantes le resultaba igualmente repugnante. No estaba dispuesto a colaborar con ninguno de los
dos bandos, porque le importaba más su libertad de pensamiento y su independencia individual e
intelectual, creía que esa libertad se perdería si se unía a cualquiera de los bandos, por eso se negó a
tomar partido.19

El conflicto religioso[editar]

Bocetos en tiza de las manos de Erasmo, por Holbein el Joven. Obsérvese la artritis en las articulaciones.

A través de toda su vida, Erasmo había sido consecuente en sus críticas a los poderes establecidos y a los
abusos que los malos religiosos hacían de ellos. Al verse involucrado en la trampa de tomar partido, tuvo
que dar explicaciones y decir públicamente que sus ataques jamás se habían dirigido contra la Iglesia
como institución ni menos contra Dios como fuente de inteligencia y justicia, sino sólo a los
malos obispos y frailes que ganaban dinero vendiendo el paraíso y cometían otros delitos religiosos
como la simonía.
Erasmo pudo salirse con la suya y le creyeron, principalmente porque su trabajo con la Biblia
confirmaba su fe y su enorme difusión pública lo había convertido en un personaje querido y admirado
por católicos y protestantes por igual. Sin embargo, Erasmo estaba de acuerdo con algunas ideas
de Lutero, especialmente en las críticas sobre el modo de administrar la Iglesia. El reformador alemán,
por su parte, siempre defendió las ideas de Erasmo argumentando que eran el resultado de un trabajo
limpio y de una mente superior.
Martín Lutero empezó pronto a presionar a Erasmo para que se presentara como la cara visible de los
reformistas, a lo que el neerlandés se negó completamente. Por su parte, el papado también presionaba a
Erasmo para que escribiera contra los protestantes.20 La negativa de trabajar para uno u otro bando fue
interpretada por ambos como cobardía y deslealtad. La Iglesia lo acusó con una frase célebre: "Usted
puso el huevo y Lutero lo empolló", a lo que el teólogo respondió con la no menos conocida ironía: "Sí,
pero yo esperaba un pollo de otra clase".

La discusión doctrinal[editar]
Portada de los "Escritos" de San Jerónimo, edición preparada por Erasmo en 1516.

Sin que lo quisiera, el apoyo de Erasmo al desarrollo del Luteranismo tuvo en la religión un efecto
contrario al que él deseaba. Al revivir los ideales del santo fundador de la orden de los agustinos, el
protestantismo daba un gran impulso al interés y compromiso personal de los fieles en la religión.
Pero Erasmo siempre había luchado por cambiar los abusos que los monjes, eclesiásticos y príncipes
hacían de las ideas cristianas, pero no las ideas mismas. Él afirmaba que la reforma podía hacerse
perfectamente sin recurrir a cambios doctrinales. Sólo dos veces en su vida permitió que se lo
involucrara en polémicas sobre asuntos de doctrina, ya que las consideraba ajenas a la verdadera tarea de
su vida. Uno de los temas que trató con gran profundidad fue el de la libertad, el cual era más próximo a
las ideas de la reforma de Lutero que al rigorismo característico de la espiritualidad católica del tiempo. 19
En 1524, Erasmo reconoce y ataca las exageraciones de Lutero acerca de la libertad humana en el
texto De libero arbitrio diatribe [Discusión sobre el libre albedrío].
Con el ansia de verdad científica que guiaba su obra y el deseo de pacificar los bandos, Erasmo analiza
los argumentos contrarios de los católicos y termina concluyendo que ambas posturas contienen partes
de verdad. Erasmo afirma que, en verdad, el hombre nace atado al pecado, pero que también dispone de
las formas adecuadas para solicitar a Dios que le permita desatarse y depende del pecador saberlas
aprovechar. A esta obra De libero arbitrio diatribe [Discusión sobre el libre albedrío] Martín Lutero
respondió con otro libro titulado De servo arbitrio [De la libertad esclava]; y Erasmo a su vez respondió
con su obra en dos volúmenes titulada Hyperaspistes.

Los últimos años[editar]


Ilustración de la Biblia de Lutero, que incluye la traducción del Nuevo Testamento de Erasmo, donde se muestra el
sistema ptolemaico.

Erasmo pasó los últimos años de su vida acosado por católicos y reformadores. Fueron tiempos amargos
por las duras disputas con hombres a los que Erasmo había querido y respetado en el pasado, pero que
no le perdonaron el hecho de que no hubiese querido tomar partido e intentaban desprestigiarlo en su
ancianidad.
La disputa verbal más notable fue la que sostuvo con Ulrich von Hutten, un estudioso brillante pero de
carácter inestable, que se había volcado al luteranismo con toda la fuerza de su corazón. Hutten dijo que
"Erasmo, si le queda algo de decencia, tiene que hacer lo mismo". En su libro "Spongia adversus
adspergines Hutteni" de 1523 acusa a Hutten de haberlo malinterpretado acerca de su apoyo a la
Reforma y reafirma su férrea determinación de no tomar partido en la disputa, cualesquiera que fuesen
los argumentos que las partes en pugna intentaran utilizar para convencerlo.21
La ciudad suiza de Basilea, donde residía Erasmo desde 1521, se adhirió oficialmente en 1529 a
la Reforma protestante, por lo que se alejó de allí y estableció su residencia en la ciudad imperial
de Friburgo de Brisgovia, donde continuó con su actividad literaria,18 llegando a concluir la obra más
importante de este período: el Eclesiástico, paráfrasis del libro bíblico del mismo nombre, donde el autor
afirma que la labor de predicar es el único oficio verdaderamente importante de la fe católica. En 1521
conoció a Johannes a Lasco, el futuro reformador de Frisia, que se convirtió en uno de sus alumnos
preferidos. La última obra del pensador, titulada Preparación para la muerte, asegura que haber llevado
una vida íntegra, proba y honesta es la única condición para alcanzar una "muerte feliz".19
El papa Paulo III le concedió en 1534 una renta en el priorato de Deventer, por ello decidió regresar a su
patria con la intención de pasar allí los últimos años de su vida. Sin embargo, por motivos laborales —
Johann Froben seguía publicando sus obras— se desplazó una vez más a Basilea en 1535 poco después
de la publicación del libro del Eclesiástico, pero por causa de un fuerte mal de gota, que no le permitió
emprender el viaje, se vio obligado a quedarse en la ciudad.18
Murió en Basilea en la noche del 11 al 12 de julio de 1536.18 Gozaba de bastante respeto entre las
comunidades protestantes y por eso, pese a ser un sacerdote católico, fue enterrado en la catedral de
Basilea. Parte de su legado se expone en el Museo de Historia de Basilea.
El lema de toda su vida fue[cita requerida]:
«Cuando tengo un poco de dinero, me compro libros. Si sobra algo, me compro ropa y comida.»

Pensamiento[editar]
Reforma de la vida cristiana[editar]
Erasmo quería utilizar su formación universitaria y su capacidad para transmitir ideas, para aclarar
las doctrinas católicas y hacer que la Iglesia permitiera más libertad de pensamiento. Pero estos objetivos
no eran compartidos por muchos obispos del siglo XVI. Es importante tener en cuenta que su "guerra" no
era contra los dogmas de la Iglesia, sino contra la vida moral y las prácticas piadosas externas de las
personas, muchas veces incoherentes, en especial de los eclesiásticos.22
Desde su trabajo de académico versado tanto en la doctrina como en la vida monacal, Erasmo creyó que
su obligación era liberar a la Iglesia de la parálisis a que la condenaban la rigidez del pensamiento y las
instituciones de la Edad Media, ya que él creía que el Renacimiento era una manera de pensar
fundamentalmente nueva. Buscaba purificar el cristianismo de lo accesorio y pegadizo que se la había
ido adhiriendo a través del tiempo, por medio de una espiritualidad auténtica y no formalista, despojada
de ritos agobiantes. En definitiva, para él, la práctica de la religión debe ser iluminada con las fuentes
originales: la Palabra de Dios y los Padres de la Iglesia. Sobre esa base recondujo, al menos
teóricamente, la vida espiritual del cristiano al bautismo, «que introduce al hombre en un horizonte de
libertad y de amor».13
Para Erasmo la vida consagrada no añade nada al cristiano, no representa un grado de vida superior,
porque no es el lugar (monasterio o convento) el que cambia la condición del hombre, sino la condición
de bautizados.13

Reforma de la teología[editar]
Para el humanista de Róterdam, la finalidad de la teología es descubrir a Cristo, de ahí su lucha contra la
escolástica basada, según él, en «discusiones vacías que no contribuyen en nada a la conversión del
hombre». Por eso el evangelio debe ser accesible a todas las personas y en todas las lenguas, con la
razón de ayudar a los cristianos a volver a una religión interior, centrada en la imitación de Cristo. 23

Legado[editar]
Obras[editar]
En 1503 publicó el primero de sus libros más importantes: el Enchiridion militiis christiani (Manual del
caballero cristiano, llamado a veces La daga de Cristo). En este pequeño volumen Erasmo explica los
principales aspectos de la vida cristiana, que luego pasaría el resto de su vida desarrollando y
profundizando.
La clave de todo, dice en el libro, es la sinceridad. El Mal se oculta dentro del formalismo, dentro del
respeto ciego por la tradición, dentro del consumo innecesario, dentro de las organizaciones que se
niegan a cambiar, pero nunca en la enseñanza de Cristo.
Durante su estancia en Inglaterra comienza un estudio profundo de los libros del Nuevo Testamento,
para preparar una nueva edición en traducción latina y su Nuevo Testamento en griego. Publicada por
Johann Froben en Basilea en 1516, la versión erasmiana de esos libros hizo que se profundizaran los
estudios bíblicos durante el proceso de la reforma protestante. De hecho, en esta nueva traducción se
basó Martín Lutero para llevar a cabo su trascendental estudio científico de la Biblia, del cual sacaría el
fundamento para sus ideas posteriores. Por eso el trabajo de Erasmo tuvo consecuencias históricas que
continúan hasta el día de hoy y se le encuentra en la misma génesis del protestantismo y de las nuevas
iglesias cristianas.
La versión griega que Erasmo hizo del Nuevo Testamento es la base de la versión inglesa, conocida
como King James Bible (lit. "del rey Jacobo", por Jacobo I de Inglaterra, a veces llamada del rey Jaime).
Tiene la virtud de representar la primera aproximación desde tiempos de la versión de la Vulgata de un
académico para traducir con certeza el contenido de la Biblia. En un gesto que suele interpretarse como
de profunda ironía, Erasmo dedicó su versión de la Biblia al papa León X, que representaba todo lo que
el escritor odiaba en la Iglesia y el Estado.
Apenas publicado el texto, Erasmo acometió de inmediato la escritura de su sorprendente "Paráfrasis del
Nuevo Testamento", la que en varios tomos y en un lenguaje sencillo y popular pone al alcance de
cualquiera que sepa leer los contenidos completos de los Evangelios, profundizando con precisión
incluso en sus ideas más complejas. El impacto de la obra de Erasmo, a pesar de estar escrita en latín,
fue enorme en la sociedad renacentista y, por ello, de inmediato se tradujo a todas las lenguas vulgares
de los países europeos. A Erasmo le gustaron y agradeció estas traducciones, porque comprendía que
pondrían su obra al alcance de muchísima gente, algo que nunca podría lograr el original en lengua
latina.

"Manual del caballero cristiano" (traducción al español por Alonso Fernández de Madrid, 1528).

Entre las principales obras de Erasmo de Róterdam, sin ser una lista exhaustiva, se encuentran las
siguientes:

 Adagios (primera edición en 1500; edición corregida y aumentada por el autor en 1508, 1518, 1520,
1523, 1526, 1528, 1533 y 1536)
 Enchiridion militis Christiani (Manual del caballero cristiano) (1503)
 De ratione studii (Sobre el método de estudio) (1511)
 Enchomion moriae seu laus stultitiae (Elogio de la locura) (1511)
 Institutio principis christiani (Educación del príncipe cristiano) (1516) dedicada a Carlos V
 Novum Instrumentum (Nuevo Testamento en griego —llamado Textus Receptus— y su traducción
al latín) (1516) [1]
 Paráfrasis del Nuevo Testamento (1516)
 Colloquia (1517), edición no autorizada. Sucesivas ediciones corregidas y aumentadas por el autor
en 1519, 1522, 1526, 1530
 Spongia adversus aspergines Hutteni (1523)
 De libero arbitrio diatribe ("Discusión acerca del libre albedrío") (1524) que desencadenó la
contestación de Lutero con su "De servo arbitrio"
 Primer tomo de Hyperaspistes (Superescudo) (1526), réplica al De servo arbitrio de Lutero
 Segundo tomo de Hyperaspistes (1527)
 De pueris statim ac liberaliter instituendis (Sobre la enseñanza firme pero amable de los niños)
(1528)
 Ciceronianus, sive de optimo dicendi genere (El Ciceroniano) (1528)
 Utilissima consultatio de bello turcis inferendo (Utilísima consulta sobre si se ha de hacer la
guerra a los turcos) (1530)
 Ecclesiastes (tratado de predicación) y Preparatio ad mortem (Preparación para la muerte) (1534)
Cartas[editar]
Las cartas de Erasmo son interesantes: hay en ellas 500 hombres de los más destacados del mundo de la
política y el pensamiento que le escribían para pedir su ayuda, su apoyo o su consejo. Muchos de ellos
respetaron la palabra de Erasmo, pero no todos.
A pesar de su magnífica variedad, cantidad y calidad, lo más interesante de la correspondencia de
Erasmo es su interminable intercambio con el líder protestante Martín Lutero.
Desde el mismo inicio de su relación, Erasmo y Lutero intercambiaron multitud de cartas, que se
conservan y arrojan una importante luz sobre sus caracteres y el tipo de relación que los unió.
En los primeros mensajes, el reformador no se cansa de alabar exageradamente el trabajo realizado por
Erasmo a favor de una mayor y mejor Cristiandad, pero sin hacer mención a la Reforma que él mismo
pensaba emprender. Más adelante, comienza a rogar y luego a exigir a Erasmo que abandone el
catolicismo y que se una al recién formado bando protestante.
Erasmo responde con palabras de comprensión, respeto y simpatía hacia la causa reformista, pero —
como era habitual en él— se negaba amablemente a comprometerse con ningún tipo de actitud
partidista. Explica a Lutero que el hecho de convertirse en un líder religioso a su lado, destruiría su
reputación como estudioso y pondría en peligro sus obras de pensamiento puro, un trabajo que le había
llevado décadas y que era su único interés y el objetivo de su existencia.
Lutero le responde que, al revés de lo que opina Erasmo, la única manera de poder efectuar una reforma
real y completa de la Iglesia es abandonando los libros y convirtiéndose de hecho en un líder espiritual
del pueblo.
Erasmo reconoce que el gran aporte de Lutero ha sido reunir y organizar los hasta entonces
desparramados intentos de reforma, le agradece sus desvelos y su valentía pero se niega definitivamente
a unirse a él en su tarea.

Censura[editar]
Erasmo censurado por la Congregación del Índice.

Todas las obras de Erasmo fueron censuradas e incluidas en el "Índice de Obras Prohibidas" por
el Concilio de Trento. De manera similar fueron denunciadas por la mayoría de los pensadores
protestantes.[cita requerida]

Influjo en España[editar]
Artículo principal: Erasmismo en España

La influencia de Erasmo en España fue estudiada por Marcel Bataillon en Érasme et l'Espagne (1937),
traducido al español por Antonio Alatorre y publicado en México en 1950. El libro tuvo mucha
influencia entre hispanistas, como Albert Sicroff; pero durante el franquismo, como tantos otros libros,
no pudo editarse en España.

Homenajes póstumos[editar]
Erasmo ha sido homenajeado innumerables veces. Existen multitud de escuelas, colegios y
universidades que llevan su nombre, comenzando por la Universidad de Róterdam.
La Red de la Comunidad Europea para Intercambios Académicos lleva asimismo el nombre
de Programa Erasmus en homenaje al carácter multinacional y europeísta del filósofo humanista.

Erasmo en el arte[editar]

Erasmo, en un retrato de Quentin Metsys (Palacio Barberini, Roma).

Erasmo fue representado en retratos por diversos pintores; algunos llegaron a conocerlo pero otros
tuvieron que recurrir a imágenes ajenas. Entre sus primeros retratistas se cuenta Quentin Metsys; una
efigie pintada por él fue tomada como modelo por Durero para un retrato grabado de Erasmo, nada fiel a
sus rasgos según él mismo juzgó.
Hans Holbein el Joven fue el principal retratista de Erasmo; pintó diversas versiones de su efigie y a
cambio Erasmo le dio cartas de recomendación para que obtuviese un buen empleo en Londres. Hacia
1630, Anton van Dyck se basó en uno de estos retratos, de 1530, para un grabado destinado a su
serie Iconografía. Si bien no completó el grabado por deficiencias técnicas, la plancha llegó a imprimirse
en varias ediciones que son ahora muy cotizadas. Otro grabado fue realizado en fechas próximas
por Lucas Vorsterman I.
Véase también

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