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Introducción

La concepción aristotélica de la justicia es de vital importancia, porque es la teoría política más


influyente que existe. Es posible rastrear su impacto a lo largo de la historia, desde los sistemas
políticos de la Antigua Grecia hasta el surgimiento de las democracias modernas. De hecho, la
concepción de la justicia de Aristóteles y su teoría política son tan importantes porque son
flexibles y aplicables a una gran variedad de contextos diferentes, desde el ámbito local hasta
el internacional.
Aristóteles afirma que la justicia universal representa la suma de las virtudes, en relaciones
sociales en cambio la justicia particular es una parte del total de las virtudes que tiene como
objeto la distribución e intercambio de bienes así como la violación de las normas que
presiden dichas actividades.

En la discusión actual en torno al problema de la justicia se ha marginado la propuesta de


Aristóteles y se explica por diversas razones, la principal consiste en haber considerado que las
diferencias entre la situación imperante en las sociedades modernas y el contexto social en
que surge dicha propuesta son tan grandes que impiden utilizarla en nuestros días. Sin duda
existen diversos aspectos de la posición Aristotélica, no se pueden aplicar actualmente; sin
embargo encontramos en su teoría un análisis que puede servir como punto de partida de
nuestra reflexiones. El objetivo de este trabajo consiste en demostrar que tomar en cuenta
esta teoría puede servir para superar un gran número de confusiones y malentendidos que
han predominado en la polémica sobre la determinación del concepto de justicia. La
concepción aristotélica de la justicia también tiene implicaciones en la organización de la
sociedad. Por ejemplo, Aristóteles creía que la justicia significa tratar a las personas con las que
se interactúa de forma justa y equitativa. Argumentaba que esto puede hacerse formando
asociaciones y comunidades, como organizaciones políticas y sociedades comerciales. Además,
Aristóteles creía que el papel de cada uno dentro de la sociedad debía guiarse por
consideraciones de equidad y justicia. Como tal, creía que todos los miembros de una
determinada comunidad tienen la obligación de cumplir su papel lo mejor posible, ya que esto
proporciona el mejor beneficio a todos los miembros de la sociedad.

De hecho, la concepción de la justicia de Aristóteles ha influido en la sociedad de numerosas


maneras, sobre todo en relación con la importancia de las instituciones y las asociaciones.
Instituciones como las empresas y los gobiernos, por ejemplo, proporcionan un marco para
que los individuos interactúen entre sí, y ayudan a conformar nuestras identidades como
miembros de una determinada comunidad. Como tal, la concepción de la justicia de Aristóteles
es problemática porque justifica un trato diferente basado en factores que no tienen nada que
ver con el individuo. Esto es problemático porque permite que los factores sociales
determinen el acceso a los recursos y las oportunidades, lo que plantea la cuestión de si la
concepción de la justicia de Aristóteles es realmente justa y equitativa.

Además, la concepción de la justicia de Aristóteles es problemática porque se basa en ideas


que algunos filósofos modernos han argumentado que son falsas. Por ejemplo, Aristóteles
creía que los seres humanos son criaturas inherentemente sociales y que el bien más elevado e
importante es el cultivo de la virtud.

La justicia es un valor que todos los seres humanos reconocen. Sin embargo, lo que significa el
concepto de justicia difiere ampliamente entre las culturas y está influenciado por una serie de
factores. Por ejemplo, algunas culturas dan mucha importancia a las obligaciones del propio
papel en la sociedad, mientras que otras consideran que la justicia se basa en la equidad y la
igualdad.

También hay diferentes concepciones de la justicia entre las distintas escuelas filosóficas; por
ejemplo, Platón creía que la justicia era una expresión de la bondad, mientras que Aristóteles
la veía esencialmente relacionada con la equidad y la imparcialidad. La forma en que estas
ideas se relacionan entre sí puede parecer bastante compleja; afortunadamente, este conciso
artículo le explicará todo lo que necesita saber sobre la concepción de la justicia de Aristóteles
y su influencia en la sociedad moderna. Con ello, quería decir que el bien más elevado e
importante es el cultivo de la virtud. Aristóteles creía que todos los seres humanos se
esfuerzan por alcanzar la felicidad, o la satisfacción última de sus deseos, pero que sus propias
imperfecciones les impiden lograrlo.

Dado que nadie nace perfecto, todos tienen que desarrollar su potencial, y este potencial está
relacionado con el papel que uno desempeña en la sociedad. Por ello, Aristóteles razona que el
papel de una persona en la sociedad puede orientar su desarrollo. Dicho esto, la concepción de
Aristóteles sobre la justicia no sólo está relacionada con el papel que uno desempeña en la
sociedad. También creía que la justicia debía guiarse por consideraciones de equidad e
imparcialidad. Esto se debe a que Aristóteles creía que el ser humano es una criatura
inherentemente social, y que el sentido de uno mismo está fuertemente moldeado por el lugar
que ocupa en un grupo social. Por ello, Aristóteles creía que la justicia no consiste
simplemente en cumplir con las obligaciones de la función que uno desempeña en la sociedad,
sino también en recibir un trato justo y equitativo por parte de las personas con las que uno
interactúa. En pocas palabras, Aristóteles creía que la justicia es la equidad en acción, y que
implica tratar a todos de forma justa. Con ello, quería decir que el bien más elevado e
importante es el cultivo de la virtud. Aristóteles creía que todos los seres humanos se
esfuerzan por alcanzar la felicidad, o la satisfacción última de sus deseos, pero que sus propias
imperfecciones les impiden lograrlo.

Dado que nadie nace perfecto, todos tienen que desarrollar su potencial, y este potencial está
relacionado con el papel que uno desempeña en la sociedad. Por ello, Aristóteles razona que el
papel de una persona en la sociedad puede orientar su desarrollo. Dicho esto, la concepción de
Aristóteles sobre la justicia no sólo está relacionada con el papel que uno desempeña en la
sociedad. También creía que la justicia debía guiarse por consideraciones de equidad e
imparcialidad. Esto se debe a que Aristóteles creía que el ser humano es una criatura
inherentemente social, y que el sentido de uno mismo está fuertemente moldeado por el lugar
que ocupa en un grupo social.

Por ello, Aristóteles creía que la justicia no consiste simplemente en cumplir con las
obligaciones de la función que uno desempeña en la sociedad, sino también en recibir un trato
justo y equitativo por parte de las personas con las que uno interactúa. En pocas palabras,
Aristóteles creía que la justicia es la equidad en acción, y que implica tratar a todos de forma
justa.
Conclusiones

La concepción de la justicia de Aristóteles está relacionada con su teoría ética más


amplia, que se conoce como la teoría de la virtud. Con ello, quería decir que el bien
más elevado e importante es el cultivo de la virtud.

La concepción de la justicia de Aristóteles no está exenta de problemas. Por


ejemplo, Aristóteles creía que las personas debían ser tratadas de forma equitativa y
justa en función de su posición social. Esto es problemático porque las posiciones
sociales a menudo se basan en factores como la raza, el género y la riqueza,

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