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Ensayo

Introducción al derecho

Alan Israel Hernández Barranco

Axel Yael Meléndez Blanco

Kevin Águila Rodríguez

20/03/2024
Según el libro “el príncipe”, Maquiavelo le explica cómo unificar a Italia y como poder
sacarla de la crisis en la que se encuentra.

Según Maquiavelo, hay tres formas de proceder con un estado, destruirlo, radicarse
en el o mantenerlo tal y como está, aunque los ciudadanos podrían intentar recuperar
su estado, por lo cual recomienda arrasarlo y dispersar a la sociedad para mantener
el poder. Hay dos formas de adquirir el estado, con armas propias y virtud o con las
armas y fortunas de otros. En la primera opción, el estado es más difícil de conseguir
y a la larga son los más fáciles de mantener al contrario de la segunda opción que
funciona en viceversa.

La maldad es bien usada si se cometen todos los crímenes al principio, lo que luego
permite otorgar permisos a los súbditos para hacerlos olvidar las ofensas dichas
previamente. El principado civil se refiere a el que se obtiene con el favor de los
ciudadanos, para éste se requiere astucia política. El principado eclesiástico es difícil
de conseguir, pero fácil de mantener, pues se apoya en la religión para ejercer las
leyes.

La generosidad a la larga resulta perjudicial, pues para mantener esta reputación, el


príncipe habrá de gastar todo su patrimonio. La avaricia en cambio, podrá ahorrarle
impuestos al pueblo, lo cual lo ayudará, en momentos decisivos.

Maquiavelo considera que es mejor ser temido, pues el pueblo puede olvidar el amor,
pero no el temor y con esto las posibilidades de ser destronado son menos. Con
relación a la forma de conducirse en los asuntos del Estado, aconseja poseer la
fuerza y la cautela al mismo tiempo. Lo ilustra empleando la alegoría del león y el
zorro. Sobre la importancia de las virtudes en el ejercicio del poder, advierte que es
más importante aparentarlas, ya que en todo caso, la mayoría de la gente solo juzga
por las apariencias y los resultados. Advierte que los únicos defectos que deben
evitarse son el ser menospreciado y odiado. Maquiavelo explica que el príncipe debe
conducirse para ser estimado y admirado por su pueblo, los nobles y el ejército. Para
ello, aconseja el acometimiento de grandes empresas, el manejo adecuado de la
política interna y realizar premiaciones o castigos que sirvan de ejemplo para sus
súbditos.
"Diálogo en el Infierno entre Montesquieu y Maquiavelo" es un libro escrito por
Maurice Joly en 1864. Es una obra satírica que presenta un supuesto diálogo entre
dos figuras históricas, Montesquieu y Maquiavelo, en el infierno. En el diálogo,
Montesquieu defiende la idea de un gobierno basado en la separación de poderes,
para evitar abusos, y en el respeto a los derechos individuales, mientras que
Maquiavelo argumenta a favor del poder absoluto del gobernante para garantizar la
estabilidad y el control del poder.

Montesquieu encarna la moralidad y la justicia, mientras que Maquiavelo representa


el pragmatismo y el realismo político. La obra aborda cómo la religión y la
manipulación de las creencias pueden ser utilizadas como herramientas políticas.
Maquiavelo defiende el uso estratégico de la religión para mantener el orden social y
político.

Representa una visión realista de la política y sostenía que la política es un juego de


poder, “el Príncipe” debe estar dispuesto a utilizar cualquier medio necesario para
mantener el control, Maquiavelo argumenta que la moral es un lujo que “el Príncipe”
no puede permitirse. El objetivo principal de “el Príncipe” es mantener el orden y la
seguridad, incluso si para ello debe recurrir a la violencia o la mentira. Considera que
la libertad individual es una amenaza para el orden social y, debe tener un control
absoluto para evitar el caos y la anarquía.

Montesquieu sostiene que la moral es fundamental, defiende la idea de un gobierno


basado en la separación de poderes y en el respeto a los derechos individuales,
defiende una visión idealista, y que “el Príncipe” debe actuar en el mejor interés del
pueblo. “El Príncipe” debe ser un ejemplo de virtud y justicia para sus súbditos. Un
gobierno que no se basa en la moral es susceptible a la corrupción y la tiranía.
Defiende la importancia de la libertad individual y aboga por un sistema de “checks
and balances” que límite el poder del “Príncipe” y sostiene que el gobierno debe
basarse en la ley y la justicia.

Los debates sobre la corrupción, el abuso de poder y la responsabilidad de los


líderes siguen siendo frecuentes y a lucha por la libertad y la democracia sigue
siendo una realidad en muchos países del mundo.
Considerando estos dos libros, podríamos argumentar que el tipo de gobierno que
México lleva a la práctica en la actualidad podría ser caracterizado por una
combinación de elementos maquiavélicos y montesquieuanos.

Por un lado, México ha experimentado en su historia política una mezcla de astucia y


pragmatismo en el ejercicio del poder, reflejando en ciertas ocasiones los principios
maquiavélicos. Esto se ha visto reflejado en estrategias políticas como mantener en
control el estado a través de la religión. En el gobierno actual de México hay ciertas
actividades maquiavélicas como ha sido ir quitando el poder que tiene los
gobernantes del estado, con el supuesto de entregar “apoyos directos, sin
intermediarios, para evitar robos”. No hay certeza de que ocurra, pero lo que si
lograra es una centralización de poder en la federación.

En el gobierno de AMLO, está muy presente el principio de ganarse al pueblo y hacer


que el mismo lo proteja y avale, ya que esto dificulta las acciones de sus
contrincantes, por eso toma mucha fuerza los partidos populistas.

Otro de los puntos que he visto también en el gobierno actual, es el de la fuerza del
poder político, en el que comprende el ir adecuando las constituciones, los
encargados de estas y las dependencias, para que todo se relacione con él,
buscando deshacer la imagen de gobiernos anteriores y así que todo pueda ser
atribuido a él.

Por otro lado, también ha habido esfuerzos para establecer un sistema de gobierno
basado en la separación de poderes y el respeto a las leyes, lo cual reflejaría
principios más cercanos a los defendidos por Montesquieu en cuanto a la necesidad
de un equilibrio entre los diferentes poderes del Estado.

Montesquieu argumentaba que para evitar el abuso de poder, era necesario separar
las funciones legislativa, ejecutiva y judicial del gobierno. En México, esta separación
se refleja en la división de los poderes del Estado en el legislativo, encabezado por el
Congreso de la Unión; el ejecutivo, encabezado por el Presidente de la República; y
el judicial, encabezado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Otro punto relacionado es el “Sistema de pesos y contrapesos” que en México, se
observa en un sistema donde el Congreso tiene la facultad de legislar, el Presidente
ejecuta las leyes y la Suprema Corte de Justicia interpreta las leyes y ejerce control
sobre la constitucionalidad de las acciones de los otros poderes.

Montesquieu defendía la descentralización del poder como medio para evitar la


tiranía y promover la libertad. En México, esta idea se refleja en la estructura federal
del país, donde existe una división de competencias entre el gobierno federal y los
gobiernos estatales y locales.

En base a todo lo anterior se logra saber que el gobierno de México es una


combinación del pensamiento de Maquiavelo y el de Montesquieu, tratando de
emplear más en el exterior el de Montesquieu y muy en el fondo de la estructura del
gobierno el de Maquiavelo, con la razón de poder mantener bajo control al pueblo
pensando que se mantiene un gobierno ideal e idealista, aunque se sabe que no lo
es del todo, incluye ciertas partes, sin embargo, en el gobierno actual poco a poco se
busca más una centralización del poder.

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