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Control
Si el dicho dice que los opuestos se atraen, en definitiva no aplica con ellos, y trae, como
consecuencia, un enfrentamiento que sin fundamento los involucrará en un gran y
enredado desastre.
Relación homosexual.
Usuario wattpad:
@multumlilia
Cuenta secundaria:
No tiene
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Esta historia, de cuidadosa trama y desarrollo, tiene contenido adulto fuerte, escenas de
sexo y violencia leve, y eso está señalado explícito en su descripción. Así que si el lector
es de alguna forma sensible a temas como lo son el sadismo consensuado, BDSM o
el daddykink, se le recomienda evitar la lectura y buscar tópicos que se ajusten a sus
intereses. Si usted lee después de esta aclaración, se entenderá que no tiene problemas
con el contenido de este fanfiction.
*La mención de BDSM y relación de poder en este fanfiction no está relacionado con
ningún aspecto verosímil. Estas relaciones o aficiones se dan entre personas
responsables, donde son establecidos límites y preferencias con previa discusión para
una experiencia segura. No imite lo que sucede en esta historia.
Fanfic
PRÓLOGO
Mientras Jeon Jungkook intentaba subir la última caja por las escaleras, sintió que perdía
el equilibrio al perder toda la visión de sus piernas. Intentó confiar en su instinto,
diciéndose a sí mismo que había subido aquellas escaleras una cantidad de catorce veces
aquel día, debía hacer memorizado algo, ¿No?511
Esperó que aquellas manos estuvieran limpias. Aunque bueno, su ropa ya estaba toda
llena de polvo, así que si no estaba sucio, al tocarlo lo estaría.3
Antes de poder decir algo, el dueño de las manos exclamó: — ¿Quieres ayuda? —aquella
voz, una realmente grave y profunda, pronunció aquellas palabras tras él. Jungkook,
confirmando de nuevo que no podía ver nada del suelo o sus pies por la gran caja,
respondió:1
—Por favor.
El hombre tras él tomó la caja con agilidad de sus manos y subió el tramo de escaleras
que faltaba para llegar al segundo piso. Jungkook observó su espalda: vestía una
chaqueta y unos jeans desgastados, su cabello negro azabache se veía bien peinado. Le
siguió hasta el piso, y casi abrió con amplitud los ojos cuando lo tuvo en frente.
El tipo, casi doblando su estatura, era en realidad bastante atractivo y varonil: tenía un
par de ojos oscuros brillantes, un tono de piel pálido, labios rosados, bien definidos y
Fanfic
carnosos, y una barba cuidada y pulida en sus mejillas y mentón, descendiendo a su vez
en una mandíbula ligeramente cuadrada y un cuerpo atlético bajo ropas limpias y
ordenadas.180
— ¿Te estás mudando, eh? —preguntó el hombre, con una sonrisa agradable. Jungkook
parpadeó un par de veces, a penas reaccionando, y lo miró a los ojos asintiendo con la
cabeza, ¿Dónde estaban sus modales?3
—Claro, no hay de qué, después de todo seremos vecinos. —dijo, y Jungkook distinguió
la puerta del frente, señalada con un 2B de metal plateado en el centro. Así que él sería
su vecino.
—Oh, ¿2B?
—Así es. —El hombre le extendió la mano—. Mi nombre es Kim Seokjin, pero puedes
llamarme Seok.454
Jungkook lo miró, y luego sus manos. Bien, parecían limpias, y sus uñas estaban cuidadas
y ordenadas. No iba a ser un problema tocar su mano.189
Así que aceptó su apretón, y respondió: —Yo soy Jeon Jungkook, pero puedes llamarme
Jungkook, supongo.1
—De Incheon.17
—Vaya, un largo camino, bienvenido a Seúl. —dijo, pasando su peso de un pie al otro—.
Bienvenido al sauna, mejor dicho, últimamente hace un calor de locos, pero tiene
sentido, ya que estamos en Julio, no soporto el verano.95
Fanfic
Jungkook soltó una risa, Seokjin era agradable: —En Incheon no es tan distinto, es solo
un poco más húmedo. Me gusta más aquí. —respondió, y Seokjin cerró la boca con
diversión.6
Jungkook observó a la criatura con inquietud. El pequeño rubio observaba el suelo con
los ojos muy abiertos, y se veía inusualmente pálido. Iba vestido con una pijama de rayas
púrpuras —no era extraño, ya que apenas eran las nueve de la mañana— y su semblante
era tenso y callado.
—Hey, Chung Hee, ¿Cómo estás hoy? Saluda a Jungkook, tu nuevo vecino de abajo. —
respondió Seokjin, igualmente amable y depositando caricias en el cabello del niño que
aparentemente vivía en el piso de arriba. Pero el niño, completamente en silencio, tomó
el brazo de Seokjin y lo jaló hacia arriba en las escaleras, aún sin mirarlo. Seokjin frunció
ligeramente el ceño— ¿Quieres que suba? —preguntó, dejándose llevar un poco por
él.54
Miró hacia Jungkook, antes de subir las escaleras, y dijo: —Lo siento, Jungkook, parece
que soy solicitado. —exclamó, con una sonrisa radiante. Al parecer, su característica. —
Nos vemos luego, si necesitas algo, no dudes en pedírmelo.150
Y así, despareció tras los barandales de las escaleras, siendo conducido por el pequeño y
extraño niño con el nombre de Chung Hee. Jungkook se quedó en su posición un
momento, sólo mirándolos, analizando lo que acababa de pasar.2
Seokjin parecía haber estado viviendo mucho tiempo allí como para llevársela con otro
residente, eso no lo inquietaba, parecía realmente amable. Pero ése niño... Tenía algo
que no podía ignorar.222
Fanfic
Aquella forma rígida de caminar, su silencio perpetuo, su expresión seria, sus ojeras
pronunciadas y su incapacidad de fijar la mirada le hizo pensar que quizá era Autista. No
era seguro, pero eso parecía. No podía tener más de siete años, así que era posible.95
Bien, lo del pequeño no sería nada nuevo, no le molestaba, ni le interesaba. Su amigo del
trabajo, Hoseok, tenía Autismo también; así que sabía más o menos como tratar con ello
si llegaban a cruzarse en algún momento. No era algo de lo que debiera
preocuparse.266
Cerró la puerta cuando dejó la caja en el suelo y respiró hondo. Se puso en marcha a
desempacar, asqueado por el polvo, dejando ir al fondo de su cabeza el encuentro con
el pelinegro amigable que le había ayudado a subir.19
[♦♦♦]25
Kim Taehyung corrió al rededor del parque del campus sintiéndose en perfecto estado
físico. Sus pulmones ardían un poco por el esfuerzo, la brisa fresca de la mañana le
golpeaba el rostro, y se sentía liviano en su ropa deportiva. Hacía un día totalmente
hermoso, las aves cantaban, el sol adoraba bellamente a las flores que a su alrededor
desprendían un adorable aroma, y todo parecía en paz.125
No sintió sed, a pesar de haber corrido casi por media hora. Era como si su sed fuera
saciada con la agradable energía que el ambiente le proporcionaba, y se sentía más vivo
y ameno que nunca. Su coleta le golpeaba levemente la nuca, y los jóvenes estudiantes
pasaban por el parque —algunos curiosos observándolo correr— y otros en destino a
Fanfic
sus clases mañaneras. Él nunca tomaba clases en las mañanas, éstas eran destinadas para
dormir y correr. Esas eran sus prioridades después de su carrera en Artes Plásticas y su
novio.402
— ¿Hola?
—Su número estaba por contacto de emergencia en el móvil de señor Kim. Le habla el
agente Jiyong, de la estación de policía, ¿Podría presentarse en la sede de Myeong-dong lo
más rápido que pueda?39
—Diga qué demonios ocurre. —exclamó, no logrando frenar las maldiciones de su boca.
—Y-Yo sé... —musitó, y se aclaró la garganta que de golpe se vio congestionada por la
angustia que le recorrió el cuerpo—. Yo sé que la sede de Myeong-dong es... Es la de los
forenses, ¿Qué intenta decirme?276
Fanfic
Empuñó sus manos, sintiéndose un poco mareado. ¿Qué rayos ocurría? ¿Qué era lo que
pasaba? ¿Por qué llamarían de la estación desde el número de Seokjin? ¿A caso...
—Su cuerpo fue encontrado hace una hora al frente de su edificio de residencia. El hombre
se lanzó desde el quinto piso.1.1K
Su mirada se nubló.
—Es mejor que venga a la estación y le daremos todos los detalles. No podemos hablar de
esto por teléfono.
Con sus ojos cristalizados, visualizó a su amiga Ha Neul salir de unos de los bloques de la
facultad. La pelirroja lo miró desde lejos, le sonrió y levantó la mano en señal de saludo.
— ¿Señor?4
Todo pasó rápido. La chica gritó, ahora corriendo hacia el castaño, y la cabeza de
Taehyung se golpeó fuerte contra el pavimento al caer.+
— ¡Taehyung!
Fanfic
Se había desmayado.
Fanfic
Capítulo 1
— ¡No! ¡Eso no es cierto! —gritó, desgarrando su garganta, sintiendo el agarre de su
padre intentando retenerle—. ¡¡Eso no es verdad!!79
El oficial de policía observaba a Taehyung con vergüenza, y solo optó por bajar la
cabeza. En su trabajo como oficial no era nuevo ver las reacciones de los familiares
cuando se enteraban que sus seres queridos morían, no eran nuevos los gritos, o el
llanto y el escándalo. Pero el chico que estaba frente suyo, llorando a gritos, con su
cabello largo alborotado, y su rostro tan rojo como un tomate lo hacía sentir cohibido y
apenado.88
—Señor Kim, ya se lo dijimos. Hubo testigos que vieron al hombre estar en la azotea
minutos antes de que apareciera su cuerpo en el suelo, lo vieron lanzarse.26
El padre de Taehyung, Kim Chin Mae, tomó al joven de los hombros y lo removió con
brusquedad para callarlo.33
El llanto de Taehyung aumentó, pero escuchó las palabras de su padre. Todo su cuerpo
fue azotado por una angustia que fue más de la que podía almacenar, y comenzó a
Fanfic
temblar mordiéndose los labios. ¿Era verdad, acaso? Su corazón se negaba a la idea. Su
novio, aquel hombre con el que había compartido los últimos dos años de su vida, que
era tan testarudo y fuerte, ¿Había querido matarse?21
Ellos habían quedado ese día en almorzar. ¿Entonces al hombre no le había importado, y
había decidido acabar con su vida un par de horas antes? No, no tenía sentido. No tenía
sentido, y nadie podía convencerlo de lo contrario.6
—Papá, escúchame. Seok no deseaba morir. —exclamó, con la voz quebrada. Sentía su
ojo derecho palpitar, y dejar fluir un dolor por su frente. Su desmayo le había dejado un
leve trauma en el rostro, pero nada lo detuvo de ir a obtener explicaciones.1
—Tae... estás cansado, y triste. Lo entiendo, es mejor que vayamos a casa y volvamos
otro día. —pidió, intentando llevárselo, Taehyung se negó.
— ¡No! ¡Yo lo sé, Seokjin no quería morir! ¡Él estaba por la mitad de su carrera, tenía
todas las cosas que había deseado! ¡Él no quería morir!2
— ¿¡Cómo puedes estar tan seguro!? —preguntó su padre, ahora exasperado—. Nunca
terminamos de conocer a las personas, Taehyung.150
Pero entonces su padre le tomó por las mejillas, y musitó, ahora con voz suave. No
olvidando que trataba con un corazón roto.
—Escucha, Tae. —Lo miró a los ojos, y Taehyung sollozó mientras temblaba con
brusquedad—. Sé que es difícil... Sé que te duele. Pero estar discutiendo aquí no hará
que vuelva. —afirmó, observando como su hijo, con los ojos irritados, comenzaba a
Fanfic
lloriquear. Sólo después de la muerte de su madre lo había visto en tal estado—. Estás
de luto, permite los sentimientos que estás evadiendo. No pelees más contra la
corriente.27
Entonces el castaño cerró los ojos, sintiendo su debate mental continuar con más
intensidad. Nada de lo que ocurría tenía sentido, no era lógico ni coherente. Era
imposible para el cuerpo de Taehyung digerir una idea como esa. Su corazón, emitiendo
latidos desesperados, se apretaba cada vez con más fuerza en su pecho. Se sentía
enfermo, roto y abandonado, ¿Cómo podía estar sucediendo esto? ¿Cómo podía haberle
deseado unas buenas noches a su novio el día anterior, y había visto ahora su cuerpo
magullado en una camilla en la morgue? Casi se había lanzado al cadáver creyendo
imposible que el hombre dejara de respirar, y fue detenido por los forenses. Todo era
surrealista para el castaño, que demasiado llevado por su parecer, no encontró un punto
de equilibrio.95
Su cabeza se volvió pesada, y su cuerpo se sintió demasiado cansado de golpe. ¿Qué era
todo esto? ¿Por qué decían semejantes cosas de su amado? ¿Por qué eran tan
crueles?48
—Ellos mienten, papá. —susurró, abriendo lento los ojos. Fijó la mirada con el hombre
que le había dado la vida, y el Kim Padre entrecerró los ojos, demostrando su
agotamiento. Llevaban más de dos horas en aquel lugar, y había visto cosas —gracias a
su visita a la morgue— que nunca había necesitado ver, y se sentía bastante confundido
y enfadado. Había acudido al llamado de Ha Neul —la amiga de su hijo— al decirle
sobre su desmayo, pero todas las noticias que había recibido de allí habían sido una
caída en picada. Sabía, y observaba el dolor que sentía su hijo, y aunque deseara darle la
razón en sus argumentos, el simplemente no podía. La situación era bizarra y compleja, y
aunque su hijo estuviera en desacuerdo, el concordaba con el argumento de los forenses
y los policías.
Fanfic
Porque todo indicaba que la muerte de Kim Seokjin había sido nada más y nada menos
que un suicidio. No podía explicarlo, pero así era.227
Tragó saliva, y abrazó a su hijo de un tirón. El Kim hijo soltó un ligero respingo, pero se
dejó sostener.14
—Tienes que aceptarlo, Taehyung. Ya no hay manera de devolver el tiempo, ahora solo
nos queda asimilar lo que pasó. Respetar las decisiones del destino. —musitó, lo
suficientemente bajo para que solo su hijo lo escuchara. El castaño comenzó a mojar sus
ropas con las lágrimas que soltaba, pero no le importó. El policía los miró con
preocupación, pero el Kim padre le dijo que tenía todo bajo control, dejando así por fin
que el oficial se alejara. Taehyung, sintiendo su corazón arder y desgarrarse, apretó a su
padre mientras era consolado.41
Era una pesadilla. Era una pesadilla de la que probablemente nunca saldría.14
[♦♦♦]7
Un año después.447
Kim Taehyung despertó sintiendo cosquillas en sus pies. Reuniendo energías, soltó una
pequeña risita y metió las manos bajo las mantas buscando el ser que le provocaba
aquella sensación. Al sentir su pelaje esponjoso, alzó con los brazos a su gata negra,
Frida.261
Aclarando sus ojos, observó a la felina que, con las patas colgando en el aire, le
observaba con aburrimiento.20
Fanfic
—Frida, ¿Cómo te metiste bajo las mantas? —preguntó, con la voz ronca y somnolienta.
La gata movió las patas felpudas en un intento de alcanzar su cabello, que desordenado
y enredado, le rodeaba la cara. Entonces, ágil, la soltó para cogerse el cabello
rápidamente. Él conocía a la felina, la criatura amaba jugar con su cabello, y eso nunca
terminaba bien—. No, gracias. —le dijo—. No quiero que hagas mañas en mi cabello,
eres demasiado violenta.77
La gata sólo lo miró inexpresiva, y se bajó de la cama para marcharse, como si solo
hubiera ido allí para despertarlo. Taehyung se le quedó mirando, y sorprendido por su
sinvergüenza le lanzó uno de sus cojines, siendo esquivado por la insolente.60
—Ah, en serio me ha despertado por nada, es cruel. —musitó para sí mismo, dejándose
caer en el colchón de nuevo, dispuesto a dormir. Pero, con casi triste inercia, su mirada
se fijó en el reloj despertador en su mesa de noche.7
Tenía un trabajo al cual asistir, y aunque lo pareciera, no lo había olvidado. Un año había
transcurrido desde la muerte de Seokjin, y Taehyung había optado por tomarse un
período indefinido sabático. Todo había sido demasiado en aquella época: sus
calificaciones bajaron, y su vida se volvió un verdadero desastre, así que su padre le
había propuesto parar. Después de pasar casi dos meses en casa de su padre reparando
al menos un poco su corazón, con sus ahorros rentó un pequeño departamento y
consiguió un empleo en una cafetería orgánica que abría cerca de allí. Su turno, de todo
el día, comenzaba en quince minutos, y ahora estaba un poco más que tarde.
Aunque bueno, ¿Cuándo llegaba temprano, igualmente? Estaba seguro que ni siquiera
había llegado temprano en su nacimiento.126
Se duchó y lavó los dientes con rapidez, su cabello recién lavado goteaba por donde
pasaba. Agarró su uniforme y se lo puso con prisa. —si es que a eso se le podía llamar
Fanfic
—Su cabello comenzó a mojar su camisa, y tomando sus zapatos y bolsos para
ponérselos camino abajo, alcanzó una manzana y salió disparado por la puerta. Se
disparó del edificio con nudos por cordones, la camisa húmeda y el bolso equivocado.79
Bien, quizás Kim Taehyung no era conocido por su atención o puntualidad. Siempre,
desde niño, había sido un despistado y desaliñado. Ya, a más de sus veinte, no sabía
cómo remediarlo. Además, su amiga Ha Neul —a la cual conocía desde la preparatoria—
siempre había dicho que aunque fuera desorganizado, era apuesto. Y él le creía, era una
chica después de todo, ella quizás sabía de esas cosas. Así que no se torturaba
demasiado con todo lo demás. 37
Corrió por dos manzanas, con su cabello mal secado y rebotando en la humedad de
Julio, hasta que visualizó a su compañero, Min Yoongi, detrás del ventanal del local de la
esquina. El hombre, con cabello negro y organizado, lo observó despectivamente
mientras se acercaba.108
—Tarde, de nuevo. —se quejó cuando cruzó la puerta que golpeó una pequeña
campanita colgando encima, soltando un lindo sonido de cascabel. El castaño se encorvó
en sus piernas recuperando el aliento—. Me has dejado solo abriendo de nuevo,
Taehyung.4
Él apenas pudo respirar cuando respondió: —Lo siento, Yoongi. Mi despertador no sonó
a tiempo.4
la cocina para llegar a la pequeña habitación del personal para dejar sus cosas. Volvió
para ayudarle a Yoongi.5
Unos minutos más tarde, el pastelero de la cafetería, Kim Namjoon, cruzó el umbral de la
puerta. Con su cabello teñido de gris bien peinado, y una adorable sonrisa adornada con
hoyuelos, saludó a los dos empleados:231
— ¡Buen día, Namjoon Sunbae! A mí me ha cogido un poco el tiempo, pero estoy bien,
¿Y usted?57
Namjoon rió. 1
Namjoon le sonrió: —Está bien, no te preocupes. —Respondió con voz grave y amena, y
se alejó un poco para mirar a Yoongi, que terminaba de acomodar las sillas en silencio y
permanecía ajeno a la situación—. Yoongi debió decirte. —comentó, ahora dirigiéndose
hacia él—. ¿Por qué no le dijiste que tenía la camisa mal abotonada, Yoon?
Namjoon alzó ligeramente las cejas, y solo volvió a reír, no encontrando algo qué
responder.
—Bien, tengo galletas sin gluten que hacer, así que, dejaré que hagan su trabajo.45
Fanfic
[♦♦♦]6
El pelinegro, con cara de pocos amigos, se agachó junto a Taehyung y le ayudó con los
pastelitos restantes para tomarlo del brazo y llevarlo hasta la caja que hasta entonces —
ya que ninguno de los clientes había terminado de comer para pagar— se hallaba vacía.
Era más del medio día, igualmente no había mucha gente.
—Yoongi, ¿Qué es lo que ocurre? Dime. —insistió. Y Yoongi, con el ceño fruncido y un
músculo de su mandíbula palpitando, señaló discretamente a uno de los clientes, que
estaba sentado junto a la ventana.
— ¿El anciano?
Taehyung entendió, y lo miró. El hombre, de cabello negro, ojos oscuros, tez clara, con
un par de lentes redondos reposando en su nariz, miraba despectivamente el menú.179
Fanfic
—Ha pedido su café con crema tres veces porque dice que nunca hecho la cantidad
apropiada de crema, ¡Es un imbécil! ¡¿Quién pide un maldito café tres veces?!124
Taehyung volvió a mirarlo, e hizo un mohín con la boca —que le pareció más un
puchero a Min— y luego se quitó los guantes. Su cabello, que yacía en una coleta ya
seco, pareció tener destellos dorados por el reflejo del sol.50
—Buen día, bienvenido. ¿Qué desea pedir? —preguntó Taehyung, con un tono cortés,
que tuvo una terminación extraña en su voz.
Tragó saliva cuando el hombre le clavó los ojos encima. El tipo, sin ningún tipo de
vergüenza, le miró desde los pies hasta la cabeza con lentitud. La expresión cutre de su
rostro le hizo saber a Taehyung que no le gustó nada de lo que vio225
Jamás se había sentido más juzgado en su vida. Ni siquiera por ser gay lo habían
criticado tanto en tan poco tiempo.20
Joder, ¿Qué era todo lo que veía que guardaba un silencio tan pesado mientras lo hacía?
¿Era tan difícil solo pedir?4
Decidió no dejarse afectar por ello. Era solo un desconocido, no tenía por qué importarle
lo que dijera, además, él era cómodo con quién era y lo que hacía. Ningún tonto
escrutinio lo haría cambiar de opinión. Así que levantó su mentón, demostrando firmeza,
y puso una expresión dura en su rostro.26
Cuando la inspección del hombre acabó, miró de nuevo el menú y luego a los ojos de
Taehyung, duros. Aquellos ojos oscuros lo dijeron todo en silencio: no estaba para nada
feliz de que él lo estuviera atendiendo.8
Ah, por favor. —Pensó— ¿Podía haber un tipo más desquiciante? Yoongi había tenido
razón, aún sin soltar la primera palabra, el hombre parecía un imbécil.8
—Un café, descafeinado, con dos de azúcar y una cucharada de crema. Pero esta vez
bien preparado, si no es mucha molestia. —pidió, u ordenó, en un tono prepotente y
fastidiado.
Taehyung no reprimió el deseo de abrir con amplitud los ojos, y anotó el pedido en su
libreta sintiendo la irritación hacer juegos en su pecho. Ni siquiera había pedido "por
favor", el tipo no tenía nada de delicadeza o modales.35
— ¿Por favor y gracias? Nunca sobran. —musitó, más para sí mismo. ¿Era que el tipo no
tenía nada de vergüenza?37
— ¿Por qué decirlos si igualmente no hacen lo que se pide? Si necesitan modales, tienen
que ganarlos.313
Esta vez Taehyung bajó la libreta para mirarlo con sorpresa y exasperación. ¿A caso, ese
gran idiota, intentaba decir que el respeto había que ganarlo?
Fanfic
¡Oh, por supuesto que no! El respeto era algo que no se negociaba, y que merecían
todos.93
Pero no lo hizo. El hombre parecía listo para discutir, y aunque quisiera hacer que se
tragaras las palabras que decía, tenía un empleo que cuidar. Así que respiró
profundamente, y se alejó de él para hacer su pedido.1
—Menudo tarado. —le insultó, mientras preparaba su café. Entendía ahora lo que había
sentido Yoongi. Estaba irritado, y muy molesto ahora. Siguió cuidadosamente las
indicaciones, y llevó la taza cuando pensó que estaba lista.8
Casi maldijo en voz alta cuando el hombre, completamente inexpresivo, alzó el brazo
pidiendo la atención suya de nuevo.74
El vapor caliente casi salía por los oídos de Taehyung mientras se acercaba, ¿De verdad?
¿Iba a pedir el estúpido un quinto café? Tenía que ser una broma, él había seguido las
indicaciones a la perfección. No podía ser que...
Bueno, nunca era capaz de reprimir sus emociones, pero ese no era el punto.25
—Por supuesto. —y así, alejándose e ignorando el hecho de que tampoco había pedido
"por favor" fue por el croissant y lo emplató.1
Fanfic
Cuando el hombre, una media hora después, fue a la caja para pagar sus alimentos,
Taehyung volvió a recibirlo por un Yoongi que huyó con el pretexto de darle un golpe si
lo tenía cerca.115
—Qué tenga buen día. — dijo Taehyung, casi de forma mecánica cuando recibió el
dinero. El pelinegro no dijo "gracias" ni absolutamente nada, y salió del café con
naturalidad. Taehyung apretó sus dientes y se pasó las manos por el cabello, totalmente
desquiciado. —Grandísimo estúpido— dijo, dejándose caer un momento en una silla.
Jodidos estaban los clientes difíciles.3
¿Cómo podía existir alguien tan difícil e insoportable como aquel hombre?15
—Ah, estás molesto por su culpa, ahora me entiendes. El tipo es un tonto exigente.
— ¿También te miró de los pies a la cabeza y te degradó sin decir una sola palabra? —
preguntó, y mientras Yoongi acomodaba las galletas, frunció el ceño.
—No, ¿A tí sí?258
—Olvídalo.
Aquel día, Taehyung deseó que fuera la última vez que lo viera. Pensó que sería la última
vez, ya que, ¿Quién volvería a un café después de semejante espectáculo?6
Capítulo 2
Las muertes nunca habían sido algo bueno para asimilar para Taehyung. En su niñez,
había perdido a su madre por enfermedad, un perro, y dos pequeños hámsters. Las tres
repentinas ausencias habían cavado agujeros en el corazón del castaño, que ahora con
veintidós años, había dejado vacíos donde debía haber fortalezas.90
Las heridas, a su parecer, nunca habían sanado. Y juicio propio, solo se había vuelto más
frágil de lo que deseaba. Supuso que era normal, que ahora siendo un adulto se
acostumbraría a lo que era la vida después de la muerte, pero, encontrándose
acurrucado en el suelo de su balcón, en la mitad de la noche, llorando la muerte de su
novio Seok aunque ya hubiera pasado un año, se dio cuenta de que nada dentro de él
había cambiado.122
Todo, en los últimos tres años, se reproducía en su cabeza. Kim Seokjin había sido un
chico asombroso, con millones de cualidades y habilidades que habían dejado
impresionado al simple y sencillo Taehyung cuando lo había conocido.2
Había sido en un día de caluroso verano, mientras corría a sus clases de primer semestre
en la universidad, más tarde que nunca. El pequeño resorte que sostenía su cabello (En
aquel año un poco más corto) se había zafado dejando a libre circulación todo el
desorden que tenía por cabello. Así que sintiendo pequeñas hebras enredarse en sus
ojos y boca, se había obligado a detenerse y buscar el insolente resorte. Un chico alto,
apuesto, de piel porcelana, con una barba sensual y cuidada, se encontraba en la puerta
del bloque sosteniendo la pequeña liga con los dedos.55
Fanfic
Todo había resultado tediosamente cotidiano hasta que sus ojos se encontraron.
«Oh, ¿Es tuya? Pensé que se le habría caído a alguna chica» había dicho el pelinegro, con
una sonrisa en sus labios regordetes y definidos.
«Bueno, te has llevado una sorpresa, la gente no piensa normalmente que una liga le
pertenezca a un chico» había respondido el castaño, con la respiración agitada. Y de allí,
los encuentros casuales y las sonrisas cordiales habían reventado una burbuja de
curiosidad en ambos, que después de un mes de conocerse, habían comenzado a
salir.32
Kim Seokjin tenía muchas cosas en común con Taehyung. También estudiaba Artes
Plásticas, y era un genio con el origami y la escultura. Las manos del hombre eran
grandes y hábiles, y siempre habían maravillado a Taehyung.206
Le complementaba en muchas cosas, el fuerte del castaño había sido el arte con barro, y
aunque era bastante bueno moldeando con las manos, cuando le daban un pedazo de
arcilla u hormigón, y un pequeño martillo y un pico; se hallaba completamente
desorientado. Seokjin había mejorado sus notas cuando se había dispuesto a enseñarle, y
en compensación, Taehyung había instruido al hombre en todo lo que había podido
ayudarle.7
Su primer beso había sido cuando, escapando de la lluvia después de una cita, ambos se
habían resbalado en el pantano y se habían lastimado la espalda baja al caer. Ambos,
riendo como idiotas, habían unido con parsimonia sus labios disfrutando de su
torpeza.165
Seokjin había sido mejor en muchas cosas que Taehyung: cocinaba de maravilla, era
bueno combinando ropa, dibujaba mejor, su redacción era perfecta, y era un ser humano
dulce y abnegado.14
Pero se hallaba en un laberinto sin salida intentando formular alguna otra razón para su
muerte. Testigos le habían visto en la azotea de su edificio, alguien de los alrededores
había visto su cuerpo caer desde los cinco pisos.
Se pasó las manos por el rostro para limpiar sus lágrimas. ¿Tendría Seokjin una excusa
para subir allí? ¿No había nadie que se hubiera topado con él?174
Nada tenía sentido, pero al mismo tiempo, nada cambiaba la fuerte convicción que lo
acompañaba.
Si de algo estaba seguro en su vida, era de que la muerte de su hermoso novio no había
sido un suicidio. No sabía cómo había sucedido, ni cómo explicarlo de otra manera, pero
el suicidio estaba completamente descartado.24
Hacía un año, entre las pertenencias que había recibido de Seokjin, estaba la llave de su
departamento.
Los padres de Seokjin, completamente devastados, solo habían entrado una vez a aquel
departamento a sacar sus ropas y las cosas de valor. Le habían cedido las llaves al
castaño para dejar a su decisión lo que quería conservar de él, pero el castaño con su
corazón roto nunca había tenido la valentía suficiente para aparecerse en aquel edificio.
Aunque habían puesto en venta el apartamento, a más del año no había ningún
comprador aún.6
Era verdad, mientras el apartamento no estuviera vendido y nadie hubiera cambiado las
cerraduras, él podía ir.
Caminó con lentitud, en la mitad de la oscuridad hasta su cama, y se dejó caer sobre su
estómago.
Pero bueno, Taehyung era malo negándose cosas a sí mismo. Así que dejándose llevar
por un sueño intranquilo, se decidió en sacar alguna noche para volver al lugar que antes
había sido el hogar del dueño de su corazón.
Pero no le importó.
31
[♦♦♦]8
Fanfic
Una semana después de haber tomado aquella decisión, Taehyung aún no sabía que día
iría a visitar el lugar.
El trabajo había ocupado su tiempo de tal manera, que cuando llegaba a casa sintiendo
ganas de extinguirse para el mundo hasta la mañana siguiente, recordaba que debía
pedir el permiso.
Y bueno, tener una buena memoria no estaba entre las cualidades de Taehyung.7
Era martes, y estaba bastante temprano. El café había abierto hace unas horas y el
castaño se hallaba limpiando el desastre que su Sunbae, Namjoon, había hecho por
accidente. Con varios trapos mojados, se dedicaba a limpiar los pequeños montones de
harina que yacían derramados.5
Su cabeza lo estaba matando ese día, últimamente no estaba durmiendo bien, y estaba
un poco desorganizado con sus horarios, así que tenía dos grandes bolsas bajo sus ojos
almendras que resaltaban en su piel aceitunada. Parecía un zombie, a juicio de Yoongi, y
un mapache, a opinión de Namjoon. Pero estaba bien, él no se preocupaba mucho por
esas cosas.24
Lo que sí le preocupaba era la poca concentración que el sueño le daba. Sentía los ojos
pesarle, y las presencias ajenas tan lejanas como aves en las montañas. Se convenció a sí
mismo de que una taza de café lo solucionaría, pero habiéndola bebido hace una hora,
no sentía ninguna mejoría.
— ¿Cuánto tarda en hacer efecto la cafeína? —le preguntó a Yoongi, que llegaba con las
manos atestadas de tazas y pequeños platos para lavar. El contrario lo miró, e hizo un
mohín exagerado con la boca.6
Lo había pensado desde el primer día que lo había visto, con el suéter que traía al revés
y las manos con marcas secas de pintura.
El hombre era la personificación del desorden, y aunque fue algo irritante al principio,
había aprendido a aceptarlo e ignorarlo, porque Taehyung no era del todo consciente de
lo desaliñado que era. Incluso con las constantes correcciones que hacían los jefes, el
castaño siempre había sido despistado en algo.1
Así que había sido cuestión de habituarse, y en el fondo le agradaba su forma de ser.
Con el uniforme, —organizado casi a diario por Namjoon— casi ni notabas lo que no
estaba en orden, a excepción de su cabello, así que la mayoría del tiempo estaba bien.
Quizá Yoongi se callara todas estas cosas, pero bueno, no eran tan cercanos como para
hablar de ello. Así que estaba bien. Él parecía agradarle —e intimidarle— a Taehyung, y
con eso estaba satisfecho.32
—Bienve...—su saludo se vió interrumpido por su propio asombro, ¿Era verdad lo que
veía?—. ... Bienvenido.62
El pelinegro antipático de la semana pasada hizo una leve reverencia con la cabeza y se
sentó en la misma mesa junto a la ventana que había elegido la última vez. La bandeja
Fanfic
de plata que llevaba en las manos crujió ligeramente cuando fue presionada por el peli-
marrón, y caminó lentamente hasta aquella mesa.
—Buen día, ¿Qué desea pedir? —preguntó cortésmente, queriendo poner la peor cara
que tuviera. Aún no olvidaba que el grandísimo idiota que tenía en frente, ese día vestido
con una camisa blanca, unos vaqueros y unas botas, no olvidando sus lentes redondos,
le había hecho preparar tres cafés diferentes quejándose por la forma en la que había
echado la crema.23
El pelinegro, sin embargo, miró con atención el menú y pidió el mismo café —con una
de azúcar y adición de crema— esta vez con un muffin de arándanos. Yoongi fue hacia la
cocina con expresión amargada, y le hizo espacio al castaño que se levantó finalizando
su tarea.
—El hombre ha vuelto. —espetó, soltando la bandeja y tomando una taza limpia de la
alacena. Taehyung lo miró, con carita de sueño.83
—El que pidió los tres cafés en un día. —Dijo Yoongi, dirigiéndose a la máquina de
café—. Ha pedido el mismo condenado café hoy, y no tengo la paciencia para tratar con
él.
—Buena suerte, supongo. — le musitó. Pero no fue suficiente para Yoongi, que lo tomó
de la parte trasera del cuello, y lo llevó hasta el mostrador.
El comentarte hizo que Taehyung abriera con amplitud sus ojos: — ¿Yo? ¿Por qué?
—Porque lograste hacer su estúpido café. —exclamó Yoongi, y Taehyung miró hacia el
hombre. Luego frunció el ceño.
—Yoongi.2
— ¿Qué hace?
— ¡Sólo míralo, Yoongi! — y tomando al hombre de los hombros, hizo que ambos se
ocultaran hasta sus cuellos, para poder espiar con tranquilidad.
Yoongi observó al hombre, y alzó las cejas. El pelinegro, mientras esperaba su café,
organizaba las servilletas una a una en el servilletero, con expresión seria, como si le
tomara un gran trabajo hacer aquello.221
— ¿Él de verdad está...? ¿Por qué está organizando las servilletas? Ya estaban
organizadas. Las está tocando todas, eso es desagradable.57
—Ni siquiera entiendo por qué volvió. —se quejó Yoongi, continuando—. ¿Qué clase de
tonto vuelve después de pedir tres cafés?2
—Pero eso no tiene que ver con nosotros. — Dijo el peli-marrón, cruzando los brazos—.
¡Ah, ha colmado mi paciencia!
— ¡Yoongi, no!25
Fanfic
Taehyung lo observó, y se obligó a poner en su rostro una sonrisa genuina: —Buen día,
bienvenido, ¿Podría abstenerse de tocar las servilletas? —preguntó—. Es
antihigiénico.119
El pelinegro parpadeó dos veces antes de soltar la servilleta que tenía casi doblada y alzó
la mirada. La sonrisa de Taehyung flaqueó.1
La mandíbula del hombre se apretó, y con ojos oscuros y demasiado turbios, puso una
expresión dura. ¿A caso nunca le habían enseñado a sonreír al pobre?16
El cuerpo de Taehyung recibió aquellas palabras como una bomba de agua fría. Su
sonrisa se esfumó, y sus extremidades se pudieron rígidas como piedra. ¿Qué clase de
ser problemático, altanero, y prepotente era este?
Fanfic
—Pues, yo no tengo la potestad para recibir la disculpa, pero puede cambiar y arreglar lo
que... es rescatable en usted si lo que quiere es una disculpa.88
La ceja alzada de Taehyung tembló. Su boca se movió aunque aún no pensara lo que iba
a decir.
— ¿Lo que es "rescatable en mí"? —Su tono de voz sonó como si tuviera una cuerda
apretada en la garganta—. ¿Y qué se supone que está mal conmigo? —Preguntó esto
entre dientes, a punto de estallar en ira—. ¿Quién se cree usted para decir...?
Taehyung sintió su cuerpo arder en ira, y percibió la mirada de Yoongi en su nuca. ¿Qué
clase de idiota petulante era este? ¿Cómo salían tantas desaprobaciones juntas de su
insolente boca? ¿Por qué parecía arremetido solo con él? ¿Y mencionaba a su madre? A
cualquiera le enfadaría, pero teniendo a su madre muerta, esto se volvió más
personal.107
Fanfic
Capítulo 3
Aquella noche, Taehyung tuvo que quedarse más tiempo en el café.2
—No, Taehyung, escúchame. Clientes difíciles hay en todas partes, y eso no te da... —
comenzó diciendo el hombre de traje, con entradas en la frente y arrugas sobre la nariz.
Pero Taehyung le interrumpió.
El mohín de Taehyung se hizo más profundo. Si alguien lo analizaba con cuidado, tenía
la apariencia de un niñato inmaduro que acababa de ser reprendido. Pero esta situación
era tan injusta de tantas maneras, que no lograba soportarla de acuerdo a su edad.7
Porque Taehyung había sido incapaz de quedarse callado cuando aquel cliente pelinegro
había criticado cada rincón de su persona. ¿Quién, en su sano juicio, habría guardado
silencio? El tipo era un aprovechado antipático, ¿Y ahora el del problema era él?
Quiso decir que sí, se moría por decir que sí. Él era el bueno en esta ocasión, él era el
que había sido irrespetado.13
Pero claro, decir que "sí" solo iba a traer más problemas. Tragó saliva intentando llevarse
lejos la emoción de irritación que se le enredó en los pulmones.
Entonces el ceño de Seojun se relajó por fin un poco. Soltó el papeleo y dejó reposar los
lentes ovalados en el puente de su nariz.
—Me alivia que lo reconozcas, Taehyung. Tú nunca sueles ser irrespetuoso con los
clientes, de hecho siempre me he llevado buenos comentarios sobre tu actitud, así que
tengo que admitir que me sorprendí mucho cuando llegaron estas noticias. —explicó,
apoyando los brazos en el escritorio. Taehyung se limitó a asentir con la cabeza con una
sonrisa tensa.
-Es obvio que nunca lograremos agradarle a todo el mundo, pero es importante tener
como base en la interacción el respeto, ¿Está bien?40
El discurso de Park Seojun fue bastante pacífico hasta que mencionó las consecuencias.
Taehyung tendría que ocuparse de la limpieza y el inventario por lo que quedaba de
Fanfic
Salió de la oficina del jefe sintiendo sus hombros tensos y pesados. Claro, tendría que
pagar por su error, pero no sé arrepentía de lo que había hecho. Prefería esto a sentir
sus entrañas hirviendo de ira y represión.1
Si tenía que romper su espalda aquella semana, sin rechistar lo haría. Porque a fin de
cuentas, y dejando de lado su orgullo y su defensa, tenía un trabajo que cuidar: con o sin
él pelinegro.9
[♦♦♦]15
Jeon Jungkook subió las escaleras hasta su piso sintiendo sus brazos arder por el
esfuerzo de cargar bolsas llenas de víveres. Odiaba los martes en Seúl, que eran los días
destinados a los descuentos en los supermercados. Había pasado ya casi más de un año
desde su mudanza, y no había logrado habitarse.
Era mejor en Incheon, porque los días de descuentos eran los sábados, y extrañaba
levantarse y aprovechar el día decidiendo con cuidado sus alimentos en vez de sentir el
frío de la noche calarle los huesos mientras con poca luz distinguía la apariencia limpia
de las lechugas.30
Se detuvo con la mitad del cuerpo dentro de su hogar. ¿Qué había sido eso? Había
sonado como un maullido.
Fanfic
Miró a sus espaldas, y se encontró con la criatura sentada a sus pies. Un gato con pelaje
anaranjado y ojos gigantes le devolvió la mirada con expectación.64
¿De quién era el gato? Juraba ser la primera vez que lo veía allí.118
Joder, sí que había sido un día largo. Su trabajo había tomado más tiempo del habitual,
había terminado la ilustración de una portada una hora más de lo acordado y había
jodido su plazo. Se había ganado un par de problemas con la editorial, y cuando en un
intento de descansar había ido al café que quedaba doblando la esquina, se había
encontrado con las servilletas más desordenadas del mundo.231
Sí, quizá eran solo servilletas. Pero para Jungkook eran las servilletas. Las servilletas de su
mesa, que se hallaban ligeramente amontonadas y arrugadas, ¿Era tan mediocre el
trabajo de la gente del café, o en realidad no podían identificar unas servilletas
desastrosas?81
Jungkook no había podido evitarlo, nunca en su vida había logrado evitar estar cerca del
desorden. Así que se había dispuesto a arreglarlas y dejar de sentir su aire pesado por
culpa de la discordancia en su espacio. Lo que al parecer no dimensionó, fue la reacción
de los empleados al enterarse.2
minucioso, era cuidadoso con lo que tocaba y siempre cargaba con él gel desinfectante y
toallitas húmedas.213
Y lo peor de todo, era de quién había recibido la queja. ¿De verdad, un ser tan
desordenado —al cual no había podido evitar mirar con asombro la primera vez que fue
al café—. Había tenido la osadía de pedirle semejante desfachatez? Había salido,
después de obtener su bebida—al menos con la cantidad adecuada de crema—.
Totalmente irritado y desquiciado por aquello.7
El pelinegro había crecido inicialmente en una vereda alejada a la ciudad: su madre era
una simple campesina, y su padre había comenzado —con ayuda de sus tíos—. Un taller
automotriz. El cual había sido el enlace inicial del pequeño Jungkook con la ciudad.
Desde pequeño, había sido bueno dibujando lo que tenía a su alrededor: su pequeña
habitación junto al río le había permitido desarrollar su creatividad y talento, y se halló
enamorado de aquel arte.4
Los problemas comenzaron, cuando a sus escasos quince años, su padre murió
asesinado al relacionarse con comerciantes de repuestos mecánicos robados, y la
estabilidad económica de su familia decayó de golpe. Muchas cosas pasaron: su pobre
madre, desesperada, le había pedido a Jungkook continuar con el negocio de su padre
como el heredero correspondiente. Jungkook se negó aferrándose a las aspiraciones que
había intentado mantener, pero sostener un hogar con solo un agricultor los estaba
quebrando, así que asumió un trabajo de medio tiempo —para poder estudiar—. En una
pequeña tienda de tazas.
Fanfic
Se sintió abandonada por su hijo, aunque este diera lo mejor de él y todo lo que podía
intentando preservar su esencia y sus sueños. Ella se llenó de rencor, y sin saber cómo
lidiar con sus sentimientos culpó al pobre Jungkook y le expuso su malestar cada día,
hasta que dos años después, él no lo soportó y se fue de casa.115
Contar la historia era mucho más sencillo que explicarlo. Sus padres, aunque siempre
intentaran dar lo mejor de ellos, nunca aprendieron a comunicarse con Jungkook. El niño
era diferente: no le interesaban los trabajos pesados, ni partirse la espalda por estar
cabizbajo en las cosechas. En la escuela le habían enseñado a soñar, y se aferró a sus
sueños sintiendo que allí pertenecía su corazón. Perder a su padre —casi ejemplo—. Y
deteriorar la relación con su madre habían roto cosas dentro de él que nunca había
logrado descifrar. Porque a fin de cuentas, los padres tocaban fibras profundas en los
hijos desde el nacimiento.43
No era como si se sintiera abandonado, él había decidido irse y hacer su propio camino,
incluso su madre se había alegrado con su partida. Pero la desesperación de aprender a
hacer las cosas por sí mismo, y en el anhelo de conseguir algo por su cuenta lo había
hecho cambiar. El Jungkook de 28 años, que gracias a su esfuerzo y trabajo había
pagado la universidad, había luchado por vivir de su sueño y ahora trabajaba como
ilustrador de cuentos no era para ser tomado a la ligera como el pequeño idiota rebelde
que fue a sus 15. El pasar de los años, completamente solo y a su deriva le habían
formado el comportamiento: él solo quería vivir correctamente.141
Obtener las cosas por su cuenta no había sido tan sencillo, se había enfrentado al
cansancio, al hambre y al no tener un lugar al cual volver. Los ahorros que conservaba se
volvieron totalmente efímeros en la gran ciudad, y lo perdió todo. Si es que ya no lo
había perdido.2
Fanfic
Había pensado en regresar. Claro que lo había hecho. Pero, ¿volver, solo para cumplir el
deseo de su madre por sobre el suyo? ¿Qué pasaba con eso? ¿No tenía derecho a ser
feliz? No era tímido admitiendo sus humildes comienzos, pero estaba claro que quedarse
estancado allí no iba a ser su futuro. Solo por su perseverancia había llegado a donde
estaba, y solo con su fuerza de voluntad había obtenido todas estas cosas que a libertad
llamaba suyas. El lograr controlar su vida había sanado todas sus heridas interiores.7
Sí, quizá por falta de orientación se volviera un obseso del control y el orden, pero de esa
manera se sentía tranquilo. Había algo en el orden que lograba hacerlo sentir en paz:
quizá era porque no habían críticas, ni deseos superpuestos, ni presión, o corrupción en
aquella pureza. Era su único espacio de plenitud. Donde era consciente de lo que tenía,
de lo que era suyo y lo que podía ser manejado.60
Y quizás también, por culpa de aquella sensación se había vuelto un poco muy exigente.
Pero bueno, Jungkook nunca había sido bueno admitiendo sus vacíos, porque nunca le
habían dejado hablar de ellos, así que en el fondo no podía culparse; y si había alguien
que no estuviera de acuerdo con aquello fácilmente podía irse. Porque el pelinegro no
sabía aferrarse a algo diferente a sus sueños, ¿amor? ¿Fraternidad? ¿Corazón? Palabras
completamente distantes a él.31
Esa era la razón, por la cual sus únicas relaciones interpersonales, las había obtenido en
el trabajo. Su virginidad se había ido con un chico de su facultad, y no había sido la gran
cosa. Tenía "amigos", claro, con quién pasar el rato y salir de vez en cuando, pero no iba
mucho más allá. Estaba Jimin, Park Jimin, su co- editor, con el cual supo entablar
conversaciones interesantes. Y con su subordinado, Jung Hoseok, que era un peculiar y
curioso empleado que trabajaba eficazmente por sobre sus limitaciones. No era un
secreto, la editorial completa sabía que el pelirrojo Jung Hoseok tenía autismo, quizá no
había historia en detalle, pero nadie decía o comentaba algo al respecto para no
incomodar su buen desempeño.82
Fanfic
A perspectiva de Jungkook: su vida estaba bien ahora. Vivía de lo que lo hacía feliz, y
todas sus decisiones las tomaba él. Quizá hace años que no supiera de su madre, y
quizás no asimilara completamente el hecho de que nunca pareció buscarlo, pero bueno,
ese ya era el pasado. No servía de nada cerrar una puerta si iba a quedarse mirando por
la ventana.46
Así que si algo tenía claro de ese extraño día, era que en aquella lucha de percepciones,
no habría tregua. Aunque recibiera reproches, él no veía algo qué corregir. Y no se lo
tomaba personal, a fin de cuentas solo habían sido servilletas, y había obtenido su café
como le gustaba. Usualmente, las cafeterías rechazaban sus peticiones, así que se había
encariñado con esta por ser la primera en cumplir.108
Y bueno en referencia al castaño, no podía pensar algo diferente a lo irritante que era.
¿Cómo no, sí parecía ser un chico inconsciente y desordenado que se aferraba al sentido
común, y él era quizá el hombre más exigente y calculador del mundo? Era
completamente chocante. No había otra palabra para describirlo, y no iría a ninguna
parte fuera de su cabeza.63
Suspiro de alivio cuando todos los víveres que había comprado ocuparon sus respectivos
lugares. Se decidió en ir a tomar una ducha tibia aunque su cabeza rogara por una cálida
—Debía mantener su cuerpo aclimatado, no podía atrapar un resfriado ahora— Y soltó
un suspiro de alivio al sentir el agua limpiando su cuerpo, y la temperatura despejar su
mente.
De aquel desastroso día, solo esperaba no volver a tener inconvenientes. Él vivía de una
forma tranquila, y no iba a dejar que ningún tipo de cabello largo y castaño arruinara
eso. Su prioridad siempre había sido la calma y el control, y así se mantendría.104
Capítulo 4
Eran las cinco de la tarde del fin de aquella semana. Y día de inventario en aquella
pequeña cafetería orgánica de la esquina en un lindo vecindario de Seúl. El verano
anunciaba su partida dejando pasar un leve diluvio del otoño cercano, y las calles
desprendían un aroma a humedad.35
El sol amenazaba por ocultarse en el horizonte, y pintaba con delicadeza las mesas del
café a través de las ventanas. Era un lindo día.
Las personas habían sido amables, el ambiente había estado tranquilo, su Sunbae
Namjoon había sido dulce como siempre, y Yoongi incluso había sido un poco menos
amargado. Tenía el ánimo suficiente para terminar adecuadamente el día.75
Una cabellera grisácea salió de la cocina con una adorable sonrisa adornada con
hoyuelos. Taehyung sonrió con amplitud, recreando un cuadrado con su boca.9
—Ten un buen fin de semana, Taehyungie. —dijo Namjoon, con una maleta a su espalda
y un delantal blanco en sus manos.4
Fanfic
—Gracias, disfrute su tiempo libre, Sunbae. — respondió, haciendo una corta reverencia
con la cabeza viéndolo alejarse. Yoongi salió tras él con los auriculares puestos y un buso
blanco sobre su uniforme—. ¡Buen fin de semana para ti también, Yoongi Hyung!
El peli-marrón alzó su mano en señal de despedida y salió disparado del local. Taehyung
apoyó los codos en el mostrador y acunó su rostro con las palmas de las manos
sumiéndose en el silencio del lugar. Ahora tenía el lugar para él solo.16
Siguió el melodía tarareando, y se dispuso a limpiar las mesas. Aún quedaba menos de
media hora para cerrar, pero si comenzaba antes aprovechando la ausencia de clientes,
podría irse más rápido. Sintió su móvil vibrar en el bolsillo de su dental, y dudó antes de
tomarlo y contestar la llamada entrante.2
—Ha Neul. —musitó, con una extraña sensación en su estómago. La pelirroja que había
sido su amiga hace más de cuatro años ahora parecía extrañamente distante, y se
encontró extrañándola.
— ¡TAE! ¿Por qué nunca me llamas, pequeño ingrato? —el tono de su voz hizo sonreír al
castaño. Se encogió en su posición y soltó un suspiro. Hablar con ella estaba reviviendo
cosas en su memoria que se sentían bien.
Se recordó a sí mismo asistiendo a sus clases, y saliendo a pasar el rato con ella después.
Después de que ambos se graduaran del instituto, habían hecho todo lo posible en
entrar a la misma universidad. Ella había entrado a medicina, y aunque sus horarios no
coincidieran mucho, ambos se habían esforzado en mantener la buena amistad intacta.
La chica había llegado nueva en el penúltimo año de instituto, y al quedarse la misma
Fanfic
cantidad de tiempo en la biblioteca que el castaño, —en ese tiempo un apasionado por
los libros de la historia del arte—. Habían comenzado a relacionarse. Lee Ha Neul era
una chica tímida, reservada y cordial, totalmente contraria a Taehyung: que era
escandaloso, extrovertido y conversador. Pero de allí surgía una amena relación, en la
que había depositado la confianza en el otro y habían comenzado a compartir sus vidas.
Ha Neul había sido el apoyo de Taehyung en muchas situaciones, y él siempre había
intentado compensarla siendo atento y divertido.13
Extrañó un poco la forma en la que solía ser su vida. Estudiar, aunque fuera agotador, lo
hacía feliz. Hacer arte con sus manos había sido algo que le había hecho florecer deseos
desde pequeño, y estar en un camino diferente al que había elegido ahora le pesaba un
poco en el corazón.3
—Lo siento, Neul, ¡He estado trabajando de-ma-sia-do! —exclamó, como un niño
pequeño.
Taehyung llevó la pequeña toallita con la que limpiaba las mesas hasta el lavaplatos de la
cocina.
—Por supuesto te echo de menos, tonta. ¿Cómo puedes pensar que no?
—Ha Neul...
Fanfic
—Ah, por favor. Conozco tus horarios, niñato. No puedes escaparte de mí, hoy es viernes,
¡Pásate por el campus y cenamos!
Taehyung sonrió con tristeza. Su vida universitaria parecía mejor que la suya ahora.
—Hoy salgo un poco más tarde, Neul-ssi. — Dijo, manteniendo su tono dulce—. Tengo
horas extras.
—Ah... vamos, ¡Tae! Solo una noche, ¿Hace cuánto no nos vemos?
Y con otra carcajada, la llamada terminó. Tomando su cabello en una coleta rápida,
Taehyung salió de la cocina.6
—Oh, hola.
— ¿Qué deseas pedir? Todo está fresco, y horneado este mismo día. —expuso él, con
una sonrisa radiante.30
Atendió a la chica y una pareja joven con dos hijos que llegaron, y Taehyung hizo su
mejor trabajo en hacerlos sentir cómodos. El reloj marcó las cinco y media, y Taehyung
se acercó a darle vuelta al cartel de la puerta para que indicara "cerrado", los clientes
restantes serían los últimos del día.
Fanfic
Pero cuando sus dedos estuvieron a punto de tocar el plástico del cartel, la puerta se
abrió de golpe y golpeó a Taehyung en la ceja. Soltó un respingo, y retrocedió apoyando
su palma en el lugar lastimado.126
—Oh, vaya, cuanto lo... —el responsable del golpe enmudeció al ver a quien había
golpeado. El castaño exhaló con fuerza, mirando solo con un ojo al pelinegro que tenía
ahora en frente.
Jungkook tragó saliva, aún en silencio, intentando hacer que su cuerpo se moviera, o
dijera alguna palabra. Joder, ¿qué clase de karma era este? ¿Se había lastimado
mucho?49
Sus pensamientos fueron interrumpidos por unas voces lejanas: —Disculpe, ¿puede
ponernos esto para llevar? —preguntó una pequeña criatura de cabello azabache. La
mirada sonrojada y pasmada de Taehyung pasó del hombre al pequeño infante.
—A-Ah, claro, pequeño. —Exclamó, aún sin destapar su ojo y ceja—. Muéstrame y lo
empacaré. — y se alejó, yendo tras él niño, dejando a un muy inquieto Jungkook en la
puerta, aún un poco sorprendido.
Taehyung, ignorando el ardor y el dolor restante del golpe, estaba más rígido que una
piedra. Bien, ya no había remedio, el tipo había vuelto al café y ahora tendría que
atenderlo. Tendría que hacer lo posible en hablar lo menos posible con él y solo terminar
su trabajo.
Fanfic
Pero, por dios, todo había tenido pinta de accidente, ¿entonces por qué se sentía
enojado? ¿Por qué deseaba una disculpa?3
Depositó el dinero en la caja, se lavó las manos, arregló medianamente sus ropas y se
acercó al pelinegro, que evadió su mirada y arregló sus lentes al acercarse. Bien, él iba a
ser maduro y correcto esta vez, no podía dejarse llevar por algún posible comentario que
pudiera hacer.3
—Buena noche, ¿Qué desea pedir? —preguntó, cruzando sus brazos. El pelinegro hizo
un leve mohín con la boca, y la campanita de la puerta sonó de nuevo.2
¡Joder! ¡Había olvidado poner el cartel después del golpe! Taehyung se dio la vuelta,
resignándose a recibir al chico que con apariencia de salir del gimnasio que caminaba
hacia una mesa.
— ¡Bienvenido! —exclamó, recibiendo una sonrisa del hombre, que hizo una leve
reverencia con la cabeza y se sentó en la mesa al lado del pelinegro. Taehyung volvió su
mirada hacia él, y se mordió los labios.
Los ojos del pelinegro se trasladaron de sus ojos a la herida. Y una pequeña burbuja de
impaciencia amenazó con explotar dentro de Taehyung, ¿No podía solo pedir y ya? Si no
tenía intenciones de disculparse, ¿Por qué parecía tan prevenido? Sí, quizá habían tenido
un inconveniente, pero no había por qué portarse de esa manera tan extraña.
—Un café descafeinado con dos de azúcar y una adición de crema. — dijo, en un tono
neutro. Sin decir por favor, o gracias. El castaño se mordió el interior de la mejilla, y se
dio la vuelta antes de que sus gestos delataran su desagrado hacia él.
Respiró profundo, se acercó al otro chico y tomó su orden. Caminó hacia la cocina
contando sus pasos y obligando a su cabeza a concentrarse en su trabajo: hizo el café
del tipo, la bebida del otro, y los llevó a sus respectivas mesas. Gracias al cielo nadie más
había entrado, y fue rápidamente hasta la puerta para lograr darle vuelta al cartón por el
lado que indicaba "cerrado", y mientras los dos hombres tomaban sus bebidas con la
misma tenue música de ambiente, Taehyung se dispuso a hacer el inventario.
Jeon Jungkook tomó de su café, y relajó los hombros al comprobar que era como lo
había pedido. Respiró con tranquilidad observando como las estrellas comenzaban a
visualizarse y como todavía un leve diluvio caía en las calles. Aquel día, él no había tenido
planeado ir a ese café. Era viernes, después de todo, y en medio de su caminata diaria
sus pies le habían llevado hasta allí.12
Era un hábito el que había creado por las noches. Jungkook gustaba de la temperatura
templada que había antes de anochecer, y lo disfrutaba saliendo a dar caminatas de
quince minutos todas las noches. Quince minutos exactos, para no interferir con la cena y
alguno que otro plan en su día. Pero, ¿cómo había llegado hasta allí? ¿Había sido lo
agitado de su día que había atontado a su cansada cabeza? ¿Un deseo repentino de
café? Bebió silenciosamente de su taza, y pasó la mirada por todo el local. Las paredes
estaban pintadas de verde menta, y tenía lindos cuadros y algunas plantas bien cuidadas
que daban un ambiente fresco. Las sillas acolchadas y las mesas de vidrio le recordaban
extrañamente a los museos, y las luces cálidas del techo acoplaban todo en un conjunto
hogareño. Estaba bien, era un lugar bonito. Acomodó un par de veces la pequeña taza
de azúcar y un recipiente con pitillos que se encontraban en la mitad de la mesa.11
Desvió la mirada hacia el castaño, que con una libreta en mano contaba el contenido de
unas cajas. Se tomó el atrevimiento de detallarlo.
Una de las luces cálidas daba en su posición, y daba la ilusión de que pequeños destellos
dorados resaltaban en su cabello. ¿Cuántos años habría tardado para que su cabello
estuviera tan largo? ¿No le estresaba tener hebras molestando su vista en mechones?
¿No le daba demasiado calor?80
La mandíbula del hombre destelló, también por culpa de la luz, y Jungkook distinguió un
pequeño lunar cercano a su pómulo. No había un nombre para relacionar aquel rostro,
solo conocía su apellido por la pequeña lámina con su nombre en el uniforme. ¿Cuántos
años tendría?78
Vio el desastre que tenía por ropa: los jeans algo arrugados, la camisa con el cuello
desordenado y los botones desabrochados. ¿Era que en verdad no le importaban
aquellos detalles, o no era capaz de verlos? El hombre parecía tan inocente a su aspecto
más que cualquier cosa, y quizá por eso se le sacaba la paciencia a Jungkook.
Pero el castaño se paró de golpe para recibir al chico del gimnasio que iba a pagar, y
Jungkook apartó la mirada de golpe.
Se dio cuenta que también había terminado con su bebida, así que se levantó, sintiendo
repentinas ganas de, simplemente, irse.
Taehyung recibió el dinero del chico, y le deseó unas buenas noches dándole una sonrisa
cálida.
El hombre se fue, y Taehyung retuvo una bocanada de aire teniendo ahora al pelinegro
en frente. Su mirada se sentía extraña en el cuerpo del castaño, que cuando distinguió
una expresión indescifrable cruzar por su semblante, miró y palpó la caja registradora un
poco inquieto.
El ambiente se llenó de algo tan denso y pesado que podía cortarse con tijeras.34
Taehyung alzó su mirada, y se encontró con que el hombre seguía mirándole. Su ceño se
frunció, ¿qué tornillo se le había zafado ahora? ¿Por qué estaba mudo y solo lo miraba
así?
La rigidez se acumuló en la nuca de Taehyung, ¿ahora qué iba a pasar? ¿Iba a comenzar
a dejar salir todo el veneno por su boca de nuevo? ¿Tendría Taehyung que pedir que se
fuera?
Pero como quien enciende un motor sin preparación, el cuerpo de Jungkook volvió a la
tierra y recuperó su conciencia. Se sobresaltó mientras tomaba con manos torpes su
billetera y pagaba el café. Taehyung, mordiendo con fuerza su lengua, recibió el dinero y
le entregó el recibo cuando la máquina lo hizo.1
Y se dio la vuelta, para solo, terminar con su trabajo, antes de que la idea de que el tipo
quería ser agradable después de ser tan imbécil se instalara en su cabeza.
Fanfic
Capítulo 5
—Hay luna llena esta noche. —espetó Ha Neul, la pelirroja bajita, de ojitos grandes y
pecas en sus mejillas junto a un castaño con apariencia de zombie. Ambos jóvenes se
encontraban sentados en la mitad de la oscuridad en un parque cercano a la facultad de
la chica.22
El castaño tomó despacio su pequeño trago de Soju, y levantó la mirada hacia el cielo
nocturno. El brillo de la luna le molestó la vista por un pequeño momento antes de
lograr detallarla.
—Así es... —respondió, sintiendo la fría ventisca golpearle el cuerpo. El verano estaba
llegando a su final, y con él venía el frío de nuevo. Cerró los ojos sintiéndose un poco
mal, a él le agradaba más el clima cálido que el frío.
Odiaba tener que abrigarse todo el tiempo, tanta ropa le sacaba de quicio, las facturas
por calefacción subirían, y los colores vivos serían reemplazados por unos apagados.144
Y más que todas las cosas, odiaba lo dolorosamente frío que se ponía todo dentro de
él.43
—Claro. —dijo ella—. La energía de la luna llena siempre afecta a las personas, y las
vuelven más románticas.123
Entonces la chica río también: —No te quejes conmigo, es la energía de la luna. Está
comprobado.11
Taehyung se dejó caer junto a ella como un costal de papas y dijo: —No seas tonta, la
luna no determina tu suerte en el amor. Que porque desees que aquel chico de tu clase
se te declare no significa que debas darle trabajo a la luna de cumplirlo. Ella ya tiene
bastante trabajo.1
Ha Neul se volvió a verlo con un brillo extraño en sus ojos color miel: — ¿El trabajo de la
luna, dices? ¿Cuánto ha bebido, señor Kim? —preguntó, con un tono divertido.39
El entrecejo del contrario se frunció más: —Lo suficiente para saber que la luna no
conspira con los corazones.
Ambos, como un par de idiotas, miraron a la luna, que en reflejo de sus cráteres, parecía
un redondo y esponjoso queso. Casi esperaron una respuesta de ella.22
—Eres un tonto, ¿Qué trabajo tendría que hacer la luna? —preguntó la joven, después
de un momento, recostándose en el brazo de su mejor amigo.4
—No sé, ¿Flotar y ser jurada falsamente para ser bajada e incrustada en un collar?80
La chica solo se quedó en silencio unos segundos y luego estalló en risas: —Joder, de
verdad, ¿qué tanto has bebido?
Taehyung se pasó las manos por el rostro: —Ah, no me juzgues, Neul. He tenido una
semana realmente horrible, necesitaba un descanso.
Fanfic
—Mhm.
— ¿Qué pasó?
El castaño suspiró y habló, sin abrir los ojos: —Tuve que cubrir un tiempo extra en el
trabajo. Un tipo imbécil me sacó la paciencia, y luego me llamaron la atención por
responderle. Para que no me bajaran el salario tuve que prácticamente romperme la
espalda limpiando y haciendo el inventario de esta semana.
La chica abrió con amplitud los ojos, y frunció la boca: —Vaya, eso apesta. —y diciendo
aquello, se dejó caer de nuevo a su lado.
—Sí, apesta.
Se volvió para mirarla, y en silencio comenzó a jugar con el pasto bajo sus dedos.
Y bueno, tenía razón, solo que Taehyung era demasiado orgulloso como para mostrarlo.
Sabía que sus gestos lo delataban, sin embargo, se aferraba al hecho de que la escasez
de luz de aquel parque le permitiría esconderlo.
Se suponía que el tiempo sanaba las heridas, ¿verdad? ¿Qué tan cicatrizadas estarían las
suyas a este punto? Se la pasaba todo el tiempo lo suficientemente ocupado como para
pensar en eso.23
¿Ya era tiempo de reconsiderar todas las cosas que había alejado de sí?
¿Cuál camino tomaría su vida sí él no se decidía? ¿Trabajaría en el café hasta que sus
rodillas fallaran?
Se aclaró la garganta antes de decir: —Supongo que... Puedo pensar en volver. Aún
estoy a tiempo, ¿No?
Ha Neul parpadeó un par de veces asimilando sus palabras, y soltó un pequeño respingo
exagerado: — ¡Claro que estás a tiempo! ¡Será estupendo tenerte de vuelta! —
exclamó—. ¡Ahh! ¡Podré incluso volver a salir a fiestas contigo! ¡Podremos quedar a
almorzar más seguido y... —mientras Ha Neul hablaba con entusiasmo, Taehyung sonrió
mirándola. Ella no era tan buena haciendo amigos, él era consciente. ¿Le habría estado
yendo bien sin él? No era como si se creyera el centro de su mundo o algo por el estilo,
pero había algo en él que le decía que la pelirroja había estado ligeramente solitaria—...
No es como si quisiera presionarte, s-sabes que puedes volver cuando estés listo. Deja
de mirarme así. — le dio un leve manotazo en el rostro para que apartara la mirada,
Taehyung carcajeó.19
Ha Neul entrecerró los ojos: —Como si yo fuera una tonta pegajosa que quiere a su
mejor amigo de vuelta.
Ambos estallaron en risas después de eso, y siguieron así buena parte de la noche, hasta
que Ha Neul, un poco borracha y con hipo, decidió en irse a dormir y Taehyung pidió un
taxi.
Cuando una media hora más tarde, la espalda de Taehyung tocó su colchón, aún vestido,
una extraña sensación se le enredó en la boca del estómago.
Fanfic
Con la habitación a oscuras, delineó en el aire las figuras que proyectaban los postes de
luz contra sus cortinas.
¿Volver a la universidad?
Tragó saliva y cerró los ojos. Se imaginó la cotidianidad que solía experimentar allí: el
ambiente, las personas, las clases, todo permanecía fresco en su memoria.
Igual que cada día que había pasado allí con Seokjin.38
Y volvió a preguntarse, ¿su herida sería igual de profunda habiendo pasado un año?1
¿Podría él volver a pisar todos aquellos lugares en los que había estado con él?
Entonces recordó el pequeño objeto que tenía bien guardado en su mesa de noche. La
llave.
Él lo había decidido, iba a ir a ese lugar, aunque fuera como postrar su corazón en un
abismo. Quizás yendo se daría cuenta de su nivel de mejoría, no sonaba tan
descabellado.
Se pasó las manos por el rostro, percibiendo algo de excitación y temor por la idea
revolcarse en sus entrañas. Si le iba bien, podría volver a la universidad con tranquilidad,
¿No?
La semana oficialmente había terminado, y con ella todo su trabajo extra. Él podía
pasarse al día siguiente por el edifico después del trabajo, ya tenía la facilidad.
Fanfic
Pero, ¿Importaba?16
[♦♦♦]6
—Tú no eres bueno conmigo... — gruñó, acercándose al castaño como una víbora a su
presa. El joven con cabello hasta los hombros abrió con amplitud los ojos y retrocedió de
forma instintiva. Su húmeda e hinchada boca tembló.41
—Y-Yo no... —intentó defenderse, con los nervios absorbiendo todo su coraje. Pero
enmudeció, y se sobresaltó cuando sintió su espalda chocar con el muro. No tenía
escapatoria.1
—Seok, y-yo...197
—Dime, ¿Por qué has estado evitándome? —preguntó en un susurro, y los codos de
Taehyung provocaron la caída de algunos libros y tarros de pintura que tenía a los lados.
Sus ojos se encontraron: el profundo marrón contra el vulnerable almendra.12
Taehyung permaneció en silencio, ¿Qué iba a decirle, se todas formas? ¿Que había
estado evitándolo en los pasillos para dejar de fantasear con su cara? Porque no habían
Fanfic
más razones. Su asimétrico y bien definido rostro que se iluminaba cuando sonreía había
tenido a Taehyung tan atontado como distraído, necesitaba algo se estabilidad en su
vida, y dejar de verlo hasta en los platos de sopa. ¿Y ahora lo confrontaba? Algo en su
pecho iba a explotar.2
— ¿Por qué has estado evitándome? —repitió, bajito, rozando su nariz con la ajena. Esto
había superado todos los límites, el corazón de Taehyung latía descontrolado y sus
manos temblaban bajo la vista del hombre. ¿Qué pretendía de todo esto?—. ¿Qué es lo
que te hice para que tengas que tratarme de esa forma?
La penetrante mirada de Seokjin hizo ruborizar con violencia a Taehyung, que cerró los
ojos para intentar armar una frase coherente en su cabeza.
—Y-Yo... — musitó, al fin, sintiendo su voz más inestable que cualquier cosa. Odiaba
comportarse así, pero no podía evitarlo. Todo dentro de él nunca se comportaba cuando
el pelinegro estaba cerca.2
—Tú... — el aliento cálido del hombre golpeó los labios del castaño.30
Taehyung volvió a abrir los ojos, y pudo visualizar por la luz contra los ojos contrarios
como su pupila yacía dilatada.
Tragó saliva, aún no sintiéndose listo para hablar. La mano del contrario se alzó, y con las
yemas de los dedos acunó la mejilla del menor en su palma. La piel de Taehyung
comenzó a arder. El hombre se apoyó contra su frente y soltó un suspiro.
—Estás volviéndome loco. —musitó Seokjin, con los ojos cerrados, acariciando con
delicadeza su mejilla. Taehyung sintió su corazón a punto de salir de su garganta.122
— ¿Lo sientes? —preguntó, y Taehyung asintió levemente con la cabeza. Sus ojos
viajaron hacia sus labios, y su boca se secó—. Sentirlo no es suficiente... Si lo fuera, no
Fanfic
Taehyung se mordió el labio con fuerza, sintiendo sus mejillas a punto de explotar, y su
cuerpo un poco hambriento de su contacto. Se sentía volando, como si todo esto fuera
un sueño demasiado lúcido.
— ¿Qué puedo hacer? —musitó, ahora también con la respiración inconstante. Seokjin
abrió los ojos, y desprendieron una vibra oscura e ilegible. El corazón de Taehyung se
encogió en su cavidad.
La boca de Taehyung no emitió ningún sonido, pero sus ojos, en respuesta atrevida,
miraron los carnosos, rojizos y bien definidos labios ajenos, que se veían como un par de
manjares maduros que pedían ser mordidos. ¿Era posible que un ser humano en la tierra
tuviera unos labios así? ¿Que se vieran como la plena entrada a un mundo etéreo de
perdición y descontrol? Alguien debía prohibir la existencia de aquello antes de que
algún pobre mortal cayera.47
Quería besarlo.4
—Hazlo...48
Fanfic
[...]18
Estaba en el café.
—Joder, niñato, ¡Yah! ¡Despierta! —le riñó Yoongi, sacudiendo su hombro con
desespero. La cordura volvió al cuerpo del castaño que, con la mitad del torso sobre la
encimera de la cocina, se incorporaba con pereza.
Taehyung se quitó los guantes también, soltó su cabello y se puso su abrigo que yacía en
un perchero junto a la puerta que daba al mostrador. Yoongi salió de la habitación del
personal con su bolso y el del castaño, y se dispusieron a apagar las luces y cerrar el
local.
El apartamento de Seokjin.74
No iba a detenerse. Si lo sopesaba al menos un poco, sus pies tomarían otra dirección.
Él lo sabía:
Capítulo 6
El ardor en sus pulmones por el esfuerzo de subir las escaleras no se comparó con el
cóctel de sensaciones que se desataban en su pecho. Su pulso se sentía al límite,
pequeñas perlas de sudor se acumulaban en su cuero cabelludo, y había un extraño
vacío constante en su estómago que volvía pesado con cada movimiento que hacía. Se
sentía ansioso como el infierno, angustiado, y demasiado vulnerable. No se sentía
preparado para entrar, tenía el vago presentimiento de que el control de sus emociones
se reduciría al punto de desaparecer, y le aterraba no poder recuperarse.6
Porque había sido tan difícil lograr que su corazón dejara de emanar tanto dolor que no
necesitaba ningún retroceso, no lo soportaría.
Fue inevitable el recordar la silueta del hombre, con hombros anchos y definidos y una
sensual sonrisa en los labios acercándose a abrir la puerta, ya fuera que llevara algún
trabajo o bolsa en las manos. Seokjin era amante de chaquetas, y era usual verle usando
una negra de cuero, la cual era su favorita. Y todo adornaba sus vívidos recuerdos, que
hacían resonar la fragilidad en su corazón.56
Cuando sacó la llave de su bolsillo, percibió el temblor de sus manos. ¿Qué encontraría
en el lugar, a parte del vacío desesperante y muebles? ¿Qué era lo que pretendía
encontrar allí? Nadie iba a recibirlo, ¿Qué buscaba?3
Fanfic
Respiró profundo dándose cuenta de que solo era un chico tocando la puerta de
enfrente. Se sostuvo la frente con la mano obligando a su corazón a calmarse.
El tipo, de cabello rubio cenizo, tocaba con los nudillos la puerta. Su torso se veía
demasiado ancho como para ser real, y se dio cuenta que dentro de su abrigo ocultaba a
otra persona. Distinguió las delgadas piernas de la persona que tenía ahí con él, y la
escena le recordó a las parejas en el invierno.68
No era inusual encontrarse a los chicos acunando contra ellos a las chicas dentro de sus
abrigos abrazándolas por la espalda. Era un lindo gesto la mayoría del tiempo. Pero en
ese momento, solo hizo sentir a Taehyung como un niño.
— ¡Ah! ¿Por qué no abre? —Cuestionó el rubio, tocando con insistencia la puerta—. Dijo
que a las siete, y son las seis y cincuenta.
La criatura que iba con él no emitió ningún sonido, pero como si conversaran, el rubio
continuó hablando: —Ah, lo sé, sé que Jungkook siempre llega a tiempo, ¿Pero tenía que
salir justo hoy?8
—No es nuestra culpa, Hobi. Mejor esperemos estos diez minutos, ¿Te quieres sentar? —
preguntó, acercando su rostro a la criatura de nombre "Hobi" que parecía ser un poco
más bajo que él. Taehyung parpadeó, dándose cuenta que había estado observando
toda aquella conversación, y se irguió en su puesto.25
Cuando la pareja se dio la vuelta, él giró la cabeza con rapidez y torpemente ingresó la
llave en la cerradura. Cuando el pestillo cedió a la llave, se sintió mareado.
Fanfic
La puerta se abrió.
Ignorando las voces tras suyo, dio los primeros pasos. La oscuridad pareció abrumadora,
así que antes de cerrar la puerta buscó en el muro el interruptor. La electricidad de la
casa, por su inactividad, tardó en funcionar; pero el lugar se iluminó por completo. Las
luces cálidas dejaron ver el aire pesado por culpa de las motas de polvo, y el suelo de
madera rechinó cuando Taehyung se adentró por completo y cerró la puerta.
Observó con lentitud el espacio: los muebles cubiertos de plástico, los estantes llenos de
libros y figuras de la autoría del pelinegro, un pequeño pendiente de cristal suspendido
desde el techo y las cortinas tiesas. No parecía el lugar colorido al que había venido
tantas veces, podía jurar que era un lugar diferente si no tuviera la llave y no reconociera
alguna que otra pertenencia.11
Encendió la luz del corredor, y mordió con fuerza su labio siendo invadido por los
recuerdos. Todas las tontas carreras, los juegos, y conversaciones parecían flotar en el
aire.
—Taehyung, ¡Ven aquí! —escuchó, desde sus recuerdos, y logró visualizarse a sí mismo
corriendo hasta la habitación con expresión pícara y una carcajada.150
O los sonidos húmedos de los besos que habían compartido tantas veces caminando sin
soltarse hacia la habitación.2
E incluso las incoherencias que ambos habían soltado, borrachos, buscando un lugar
para descansar. Todo permanecía impecable en su memoria.
Fanfic
Casi todo había pasado allí, ya que en ese tiempo Taehyung vivía con su padre o se
quedaba en el campus. Ese había sido su lugar, y verlo ahora tan desolado y vacío estaba
escarbando dolorosamente en el pecho del castaño.
Él era consciente de los hechos, él lo sabía todo. Y sin embargo, ¿Por qué se seguía
rompiendo su corazón como la primera vez?39
¿Cómo podía extrañarse tanto a alguien? ¿Por qué removía tantas emociones que
parecían únicas? ¿Cómo podía olvidar cosas importantes como su número de
identificación, la dirección de su casa, y el nombre de su película favorita pero nunca el
rostro de Seokjin? ¿No podía solo perderse en su cabeza, y así lograr avanzar?5
Se tapó la boca, no hallando calma, y soltó un sollozo. Observó con temor la puerta del
cuarto, y tuvo que agacharse para intentar recuperar el aliento.41
La muerte no era justa. La muerte era cruel al llevarse personas que no se querían ir.36
Porque él estaba satisfecho con su vida, y así lo mostraba, ¿no era así?29
Apretó la cabeza contra sus piernas sintiendo un nudo en su garganta, y los ojos
húmedos.2
Sus convicciones temblaban por culpa de las preguntas sin responder, y aunque
intentaba permanecer cuerdo, esto desafiaba los límites.
Sí, Seokjin estaba muerto, y eso no podía deshacerse. ¿Pero todo lo que lo había llevado
a eso? Eso era lo que la cabeza de Taehyung no asimilaba, y se torturaba con aquello.10
Quiso buscar la respuesta. Sintió el deseo de obtener claridad quemarle las entrañas de
nuevo, ¿No había una forma de buscar? ¿No podía convencer a la policía para re-abrir el
caso?3
Fanfic
Esto no podía quedarse así. Los argumentos de su suicidio nunca habían sido lo más
estables o puntuales, ¿Por qué nadie parecía querer seguir buscando? ¿Por qué sus
padres se habían resignado a la apariencia de los hechos? ¿Por qué nadie analizaba a
profundidad?
Se levantó de golpe, al borde del pánico y la desesperación, y corrió hasta la salida. No,
no podía más, no en ese momento. Su cabeza, ahora pesada y congestionada, revivía el
dolor que había sentido todos esos meses.
Apagó las luces, y cerró de un portazo el lugar y le puso el seguro. Se abrazó a sí mismo
con fuerza y pegó la cabeza al mentón, intentando recuperar la cordura y lograr pensar
de forma racional. Agradeció que las personas que habían ahí ya se habían ido.
Porque aquella sonrisa no había sido falsa. Todos los momentos en los que Seokjin había
parecido en paz y plenitud no habían sido producto de su imaginación.
Cerró los ojos, y se ocultó el rostro con las manos. Él ya había experimentado esto, ya
había sentido la cruda frustración, y había intentado negar a todos aquellos que creían
en el suicidio de su novio. No se había rendido, había intentado hablar con la policía en
Fanfic
varias ocasiones, había hecho todo lo que pudo para que el caso no fuera cerrado, había
intentado persuadir a sus padres, pero nadie nunca había querido escuchar.
Y aunque nunca hubieran roto por completo su posición y pensamiento, nada había
avanzado de ese punto. Nada había cambiado.
—Deja de decir su nombre, ¡Deja que el alma de mi hijo descanse! ¡Deja de buscar
respuestas donde no las hay! ¡Déjanos sanar la herida! —había dicho su madre en una
ocasión, entre lágrimas, siendo retenida con cuidado por su esposo.81
En el fondo, nada había cambiado. Su dolor seguía tan fuerte como el primer día, su
impotencia y desesperación seguían intactas.
La sonrisa radiante del hombre volvió a su memoria, y cerró los ojos con fuerza para
alejar aquella imagen.
Parpadeó con rapidez para aislar las lágrimas que llenaron sus ojos. No, no iba a llorar.
Normalmente no se detenía si comenzaba, y al menos tenía que llegar a casa para tener
privacidad.
Pero en un abrir y cerrar de ojos, la puerta del frente se abrió, y Taehyung se incorporó
de golpe, como si lo hubieran descubierto haciendo algo indebido.
Y entonces se pasmó.
El dueño de los ojos, apretó la bolsa que llevaba en las manos, cuya dirección era la
basura, y tensó la mandíbula.
El mentón de Taehyung por poco tocó el suelo. Sus mejillas que tiñeron de carmesí, y fue
incapaz de despegar la mirada.
—Jungkook, ¿Por qué te has quedado estático? —preguntó la misma voz de antes, por
encima de su hombro—. Anda, sal, que yo también llevo una bolsa.1
¿De verdad?
El cuerpo aturdido del contrario apenas reaccionó. Su mirada se tornó cautelosa, y todo
su semblante se tornó oscuro.
Fanfic
Taehyung desvió la mirada ante eso. Maldición, en ese momento, se sentía demasiado
vulnerable como para cruzar palabras con el tipo. Él no era exactamente
condescendiente, y si el tipo abría su amargada boca, iba a explotar.
Joder.
Fanfic
Capítulo 7
—Es ésta una coincidencia, ¿verdad? —preguntó, con la comisura de su labio
ligeramente alzada, contribuyendo a su expresión de desconcierto y ligera altanería
usual.25
Taehyung apenas fue consciente de que en verdad estaba dirigiéndole la palabra, ¿Iban
a comenzar una conversación? ¿Por qué era necesario? No tenían razones para hablarse.
No, de hecho no había sido para nada apropiado. Y había sonado completamente a la
defensiva.
Y él no tenía que comportarse de aquella forma. Apretó los puños desviando la mirada.
De verdad no iba a poder mantener una conversación civilizada con todos los
sentimientos que se enfrentaban dentro de él. Cuando se alteraba era jodidamente
sentimental, y no solía controlar su boca.9
Por el otro lado, Jungkook se abstuvo de abrir con amplitud sus ojos por lo que había
dicho. El tipo estaba enfadado, ¿Con él? Bien, tenía sentido teniendo en cuenta los
incidentes anteriores, pero igualmente provocaba un mal sabor en su boca.1
Fanfic
Quería decir más cosas de las que podía. No iba a comenzar una pelea sabiendo que el
tipo presionaba todo los botones correctos en él para hacerlo enojar.
Lo observó de la cabeza a los pies: aún tenía puesto el pantalón verde del uniforme de la
cafetería —al cual le faltaba un botón, y parecía nunca haber sido planchado—. Y un
gran saco gris por abrigo. Se abstuvo de mirar sus zapatos, ya había prácticamente
memorizado la marca de pantano que ambos tenían. Una burbuja de exasperación
explotó en su pecho, ¿De verdad le preocupaba tan poco la forma en la que se veía?
¿Tendría él que hacerle una lista para el cuidado mínimo de la ropa? Volvió a mirarle a
los ojos, los cuales tenía vidriosos y más oscuros del color que brillante que había visto
antes, gracias a la luz del techo podía notar el lunar de su pómulo y otro nuevo en su
nariz. Su cabello, el cual ahora estaba suelto, estaba ligeramente alborotado y tieso.2
— ¡Jungkook! ¿Quién es, por qué no te mueves? —insistió Jimin, su amigo, tras él, y el
mencionado soltó el aire que no sabía que retenía. Claro, estaba obstaculizando el paso,
debía moverse.1
Caminó con cuidado hacia fuera, y dejó que su amigo saliera. El rubio, de ojos pequeños
con pestañas largas y bonitas, mejillas abultadas de apariencia tersa, labios regordetes y
llamativos, y todo aquello en un atractivo rostro de mandíbula ligeramente cuadrada,
sonrió al mirar al castaño. Taehyung sintió el corazón sobresaltarse por su belleza, y
tomó sus manos tras la espalda para apretarlas.3
—Oh, ¿Es tu vecino? ¡Buenas noches! —saludó amigablemente Jimin, y los hombros del
castaño se encogieron cuando se cruzó de brazos.
—B-Buena noche. —respondió, aún bajo la mirada de Jungkook, que hizo un mohín con
la boca.1
—No es mi vecino- —afirmó Jungkook, más como un deseo que como una observación.
Jimin parpadeó, y observó a Jungkook con inquietud.
Fanfic
— ¿Ah, no?
Cuando el rubio volvió a mirarle, Taehyung apretó la boca. El tipo era tan petulante, que
merecía ser tratado como tal. La idea de que existiera alguien que parecía soportarlo
tenía a Taehyung más que sorprendido. Y contrario a lo que debería hacer —lo cual era,
solo evadir aquello e irse de una vez— había algo en él que quería solo fastidiarle.
—En realidad, lo soy. —dijo, lentamente, consciente de la mentira que estaba soltando.
Quiso darse una palmada en la cara por lo que intentaba hacer: quería enojarlo, quería
tener el poder de hacerlo. Porque a su juicio, Jungkook no merecía un trato bonito por
su despectiva forma de comportarse.81
Quizá no tenía mucho sentido ahora comenzar una pelea, pero la cabeza de Taehyung
seguía tan caliente y alterada que no estaba dimensionando sus acciones.
Casi soltó una risa cuando la expresión neutra del hombre se tornó en una pasmada y
disgustada. No sé veía nada contento con aquella idea.
— ¿Qué? —Preguntó el pelinegro, aún con las bolsas en las manos—. Pero el
apartamento ni siquiera está en venta, no hay cartel. Conozco a quien vive allí.66
Taehyung alzó una ceja, completamente intrigado ahora. ¿Cómo iba a saberlo, si el
apartamento llevaba más de un año vacío?
— ¿Y quién vive aquí según tú? — espetó, desafiante. ¿Por qué tenía tantas ganas de
discutir ahora? ¿A caso estaba encontrando otra forma de desahogar los sentimientos
que comenzaban a atormentarle de nuevo?
Jimin miró a ambos hombres con cuidado, ¿Qué rayos era lo que veía? ¿Quién era el
hombre que parecía desquiciar a Jungkook? Si el castaño no vivía ahí, ¿Cómo era que se
conocían? ¿Y por qué parecía que no se llevaban bien?
Fanfic
Jungkook alzó ambas cejas, asimilando toda la información que recibía. Kim Seokjin, con
novio, con éste tipo de novio.
Sintió un poco de lástima por el hombre. Qué gran lío debía ser lidiar con el castaño.
El ademán que hizo para irse se detuvo cuando una sombra veloz atravesó el camino.
El mismo gato de la última vez, con pelaje anaranjado esponjoso y ojos tan grandes
como canicas, salió prácticamente de la nada, se abalanzó a la pierna de Jungkook y
enganchó las garritas en su pantalón. Jungkook soltó un respingo y agitó la pierna: —
¿Qué rayos? ¿De dónde es que sales? ¡Suelta!146
El gato maulló con enfado sin soltarse. Y Jungkook agitó la pierna con más fuerza.
— ¡Estúpido gato!8
Fanfic
—Ah, sinceramente... —Taehyung rodó los ojos, se agachó y con agilidad tomó al gato y
lo cargó hacia su pecho. Su cejo, temblando por la presión que le ejercía tenerlo
fruncido, se cerró en sus cejas—. ¡Yah! Es solo un pobre animal, no tienes por qué ser tan
brusco— riñó hacia Jungkook.7
— ¡Pero es...!— protestó, observando su pantalón, ahora con unos pequeños agujeros
hechos de garritas—. ¿Cómo puedes tocarlo?6
— ¿De qué hablas? —preguntó Taehyung, revisando que el gatito estuviera bien.
— ¿Sabes la cantidad de enfermedades que tienen los gatos? ¡Son unos callejeros! ¡Serás
un almacén de bacterias andante! —gritó, más irritado y asqueado que nunca,
retrocediendo. Taehyung lo miró, y apretó los dientes.42
— ¡Deja el espectáculo, joder! ¡Es solo un gato! Yo tengo una gata, sé cómo tratar con
ellos.
Jungkook bufó.
— ¡Tu forma tan desordenada de llevar la vida! ¡Debe ser normal para los que tienen
estas alimañas en casa!113
— ¡Yah! ¡No son alimañas! —Taehyung soltó al gato con cuidado, ahora totalmente
molesto—. ¡Y la forma de llevar mi vida no es desordenada! ¡Ni siquiera me conoces, no
sabes de lo que hablas!2
— ¡No tengo que conocerte! ¡Basta con mirar el desorden con patas que eres! ¿Nunca
has pensando en comprar un espejo!87
—No tengo patas, genio. ¡Se les dice piernas! ¡Y no me importa lo que pienses!53
Fanfic
— ¿Una persona como yo? ¡Entonces tú mereces que te cosan la boca con una grapa!
¡Solo sabes criticar a la gente! Sorpresa, idiota, ¡El mundo no es como tú lo deseas!123
— ¡Está bien, basta los dos! —Gritó Jimin, soltando las bolsas en un impulso, y
gesticulando a la vez con ellas—. ¿Por qué discuten tanto? ¡Molestarán a los vecinos!46
El castaño y el pelinegro guardaron silencio, ambos con los corazones agitados de rabia.
Cada uno con una mirada desquiciante y la respiración pesada.32
Taehyung apretó las manos en las cuerdas de su mochila, la acomodó y solo se retiró
rápidamente en silencio. Jungkook le siguió con la mirada.
—Hobi nos está esperando dentro, Jungkook. —le recordó Jimin al pelinegro, que miró
hacia el techo respirando profundo. Su cabeza recuperó la cordura que la frustración le
había arrebatado.
—Claro, llevemos esto abajo y volvamos dentro. —dijo, ahora de vuelta a su tono neutro.
Y reanudó su caminata hasta el primer piso. La entrada en dos grandes puertas de vidrio
seguía moviéndose hasta cerrarse, dejando la evidencia del partir del castaño. Jungkook
soltó las bolsas en el gran bote destinado a la basura, y subió las escaleras en silencio
sintiendo la mirada de Jimin en su nuca.
del castaño. Y siendo, justamente ése el detonante de sus inconvenientes. Él siempre iba
a defender sus convicciones.
El problema ahora, si se pensaba con cuidado, no era que Taehyung fuera Taehyung.
Aunque indudablemente habían muchas cosas erróneas a juicio de Jungkook.
Y que aunque no debiera, porque hacerlo era como alimentar una llama y quemarse:1
Capítulo 8
Los ojos de Hoseok brillaron bajo la vista de Jimin.2
Aquel pequeño lapso de tiempo se interrumpió cuando el peli-marrón bajó la vista hacia
su regazo y dudó en el momento de dejar ver sus manos.
Jimin lo observó, impasible e interesado. Si Hoseok le había mirado a los ojos, era
porque quería algo.
Esperó pacientemente hasta que notó como el contrario movía estratégicamente sus
delgadas manos. Jimin puso atención a las formas que adoptaba con ellas.
Y entonces lo entendió.
— ¿El reloj? ¿Cuál reloj? —escuchó un sonido sordo viniendo de la cocina, y supuso que
Jungkook ya venía con la comida.
Las manos de Hoseok siguieron moviéndose, y Jimin levantó la vista buscando el reloj
que el peli-marrón mencionaba.
Y logró ver el objeto: un reloj de aspecto antiguo que descansaba colgado en la pared
sobre una televisión.
— ¿Qué pasa con el reloj? —preguntó, volviendo a centrar su atención en aquellas lindas
manitos. Entonces alzó ligeramente las cejas y devolvió la mirada al objeto: —Oh... pues,
Fanfic
tiene engranajes y tuercas interiores que permiten que las agujas se muevan cada cierto
tiempo. Los que son más modernos tienen una aguja que se mueve todo el tiempo, pero
éste aún no tiene ese avance.4
Hoseok se mordió ambos labios, sin despegar la mirada de sus manos, y reanudó su
movimiento.13
— ¿Desde cuándo? —Repitió Jimin y se rascó la nuca—. No estoy muy seguro, pero
puedo buscar en internet. —antes de que pudiera sacar su móvil del pantalón, escuchó
que Jungkook le llamaba—. Oh, espera, iré a ayudarle a Jungkook.1
El rubio se levantó y fue hacia la cocina. Hoseok le observó irse de reojo y respiró hondo
intentando relajar su cuerpo. Había algo que no le gustaba de aquel lugar, y no estaba
seguro de qué era. Quizá era porque era en demasía diferente a todas las casas que
había visitado en su vida: no podía contar la cantidad de objetos que habían en vidrio.
Las mesas, los adornos, incluso en parte las sillas y los cajones. Todo parecía tener un
lugar específico y fijo, que daba la apariencia de un museo. Casi sentía temor de tocar
algo y romperlo.21
El vidrio era frío, lo que convertía aquella casa en un lugar apagado. Y a Hoseok no le
agradaba eso.2
Pero bueno, él estaba allí más porque Jimin se lo había pedido. Jimin era lindo con él en
el trabajo, y era prácticamente el único con el que se entendía sin necesidad de notas
escritas —estrategia utilizada por su dificultad de comunicación—. Y amaba eso. Solo,
hasta hace un año, se comunicaba por lenguaje de señas con su hermana Jiwoo, y fue
una sorpresa el enterarse de que su compañero de trabajo Jimin también le entendía.51
Y eso le había vuelto algo cercano al rubio. Todo era sencillo si lo hacía con él: en su
trabajo como asistente en edición, aunque no lo considerara al principio, tenía que
hablar mucho con sus compañeros. Y por eso había recurrido a las notas, que se habían
vuelto sus fieles amigas, pero toda conversación que debía entablar se volvía tensa y
lenta, y Jimin le había ayudado con eso. Pasaba gran parte del día supervisándole, y
traducía sus señas con rapidez facilitando su interacción; era un gran apoyo ahora.1
No sabía tampoco por qué era tan gentil y condescendiente. Pero también, prefería no
preguntar.32
De repente, después de largos meses de trabajar solo, ya tenía amigos. Con Jimin podía
hablar de lo que quería, y Jungkook siempre le incluía en sus actividades. Quizá no era
una amistad fuerte, pero era mucho más de lo que había tenido alguna vez.
Porque bueno, el Autismo tipo Asperger nunca había sido un sinónimo de sociabilidad y
seguridad.19
No recordaba mucho cuando había comenzado. Su hermana decía que cuando era
pequeño, pero Hoseok no recordaba un momento de su vida en el que no fuera difícil el
estar rodeado de personas. Siempre había sido un problema hablar con la gente, estar
cerca, ser tocado y hacer contacto visual. Su corazón latía de forma desenfrenada
cuando alguien traspasaba sus límites, incluso tomaba medicamentos para estar relajado
porque solía huir muerto de pánico cuando le hablaban, y la única persona —hasta
Jimin—. Que había tratado con él era su hermana.
Porque ni siquiera con los médicos había logrado que su cuerpo cooperara.
Fanfic
Pero bueno, entre todas las cosas, él había deseado hacer su vida lo más normal que
pudiera y se había esforzado en conseguirlo. Había estudiado en casa, había ido a la
universidad —ésta última con mucha más dificultad—. Y ahora trabajaba como asistente
de edición en un editorial. Vivir rodeado de libros no estaba tan mal ya que siempre se
había refugiado en ellos, y la empresa había sido comprensiva con su condición.11
Entre todos los obstáculos, podía decir que llevaba una buena vida.
—Jungkook...
El pelinegro golpeó con algo de insistencia el pequeño cajón que se negaba a cerrar.
—Jungkook.
— ¡Qué!
—La manija está al revés, así nunca cerrarás el cajón. —aclaró Jimin, con irritación,
observando al hombre que desprendía ira de sus poros. El susodicho observó la manija,
le dio le vuelta de un tirón y logró cerrar el cajón por fin. Suspiró con pesadez. Jimin se
cruzó de brazos—. ¿Qué ocurre? ¿Es por lo de hace un rato? ¿El chico de cabello largo?
—Ah, ¿Quién? —repitió, desafiando con la mirada al hombre. Quizá Jungkook era de
contextura más grande, y cuando su semblante era serio lograba intimidar a quién se le
atravesara, pero Jimin había aprendido a lidiar con eso. Había sido jodidamente
desquiciante al principio, pero había valido la pena. Porque en el fondo, Jungkook era
gentil.
Jungkook sostuvo su mirada hasta que apretó los dientes. Normalmente, ninguna
emoción salía de su cuerpo si él no lo permitía, ¿estaba siendo muy evidente?
—No, no es por él. —Afirmó, pero la mirada en Jimin no cambió, Jungkook suspiró—...
Bien, quizá sí sea un poco por él. Pero es porque el tipo es un tonto y eso me enfada.
— ¿De dónde se conocen? —preguntó Jimin, acercándose para servir la cena de los tres.
Jungkook lo siguió con la mirada sopesando la idea de responder.
El rubio alzó sus cejas: —Ah, ya veo. ¿Vas a ese café? —Jungkook asintió frunciendo los
labios—. ¿Y por qué no te agrada?
—Que es el tipo con menos consciencia del mundo. Las personas deberían preocuparse
al menos un poco por su apariencia, ¿sabes? Y él parece no haberse cruzado con un
Fanfic
Jimin reprimió la risa que amenazó con salir de su boca. No era la primera vez que oía al
hombre quejarse sobre la apariencia de alguien —ya había pasado antes, Jimin conocía
las arraigadas exigencias del hombre en cuanto a todo (sospechaba que era psicorígido),
y había sido corregido incontables veces por algunas discordancias en el orden de su
oficina o vestir— pero, nunca lo había visto tan enojado por eso. Él en realidad no había
detallado el físico del hombre castaño, no sintió la necesidad de hacerlo, así que no
podía contradecir en argumento de Jungkook.
Jungkook hizo un mohín, ocupándose ahora de servir las bebidas: —No me importa ser
duro si al menos logro que note su error. Es que, joder, ¿A caso sus padres nunca le
enseñaron a vestirse apropiadamente? Creo que cada vez que se quita la ropa la hace
una gran bola y la lanza a algún rincón de su cuarto. Eso explicaría por qué siempre está
llena de arrugas.158
Jimin rodó los ojos: —No creo que deberías juzgar sin saber. ¿Te has preguntado cómo
es su vida? Puede que ni siquiera note que es así.3
—Es obvio que no lo sabe. Es capaz de sonreír en un cuadrado a la gente como si todo
en él estuviera en orden. —espetó, y el rubio frunció el ceño.177
—¿Un cuadrado?1
—Sí, cuando sonríe su boca forma un... — detuvo sus palabras de golpe, notando la
incoherencia que balbuceaba. Jimin lo observó, ahora inquietado— ... olvídalo. Vamos a
cenar.32
—Lleva los platos hasta la sala, no vayas a derramar nada o te haré limpiarlo con la
lengua el resto de tu vida. — amenazó en cambio, y Jimin hizo un puchero en respuesta
a su crueldad. Bajó la cabeza, y le obedeció.57
[♦♦♦]21
Aquella situación había superado todos los niveles de normal. Si el discutir con un
desconocido era raro, el discutir repetidas veces con el mismo desconocido era peor.22
¿Qué era lo que pasaba? ¿Por qué su cabeza parecía perder todo el sentido de respeto
cuando el tipo se acercaba? Quería culpar al pelinegro, por su actitud pretenciosa y sus
críticas. Pero, ¿Tenía él que responder a sus provocaciones?2
Taehyung nunca, en ningún momento de su vida, había sido del tipo que se dejaba
pisotear. Sabía exigir su respeto, y no temía defenderse o defender a alguien importante.
Pero explotar en gritos, en una discusión con argumentos sin fundamento, era quizá
demasiado.
—¿Qué te pasa hoy? —preguntó Yoongi, tomando un plato y una taza de la alacena.
Taehyung levantó la mirada, desde la caja registradora, hacia su compañero.
—¿Escuchaste lo que dije? Las bengalas son escandalosas y ruidosas. — dijo en cambio,
sin cambiar su expresión seria.77
Yoongi puso los ojos en blanco y suspiró: —Retiro lo que dije, mejor quédate apagado.
—y así, volvió a irse, destruyendo en segundos la pequeña chispa de alegría que había
surgido en el castaño por aquel comentario. Sabía, sin embargo, que Yoongi se había
inquietado o suficiente para preguntar, y eso era bonito.3
Suspiró a sus adentros volviéndose hacia la caja a recibir a más clientes, e intentó
concentrarse en su trabajo.
Odiaba ser lo suficientemente sensible como para dejarse afectar por eso. Los últimos
días se había sentido tan pequeño como una hormiga, y tonto, muy tonto.4
¿Cuál era el problema con él? ¿Había siquiera un problema? Todo lo que el amargado de
Jungkook —sí, se había tomado la molestia de memorizar su nombre—. ponía como
Fanfic
queja ya era conocido por Taehyung. Pero, ¿Y a él qué le importaba? Sí, quizá era
desorganizado, ¿y qué? ¿Por qué le sacaba tanto eso de quicio?4
Habían múltiples posibilidades que quizá le daban algo de lógica a aquella irritante
insistencia. Siendo quizás todas una gran molestia para el castaño.1
Y apretó los puños cuando, a través de las personas dentro del café, distinguió una
melena negra y unos lentes redondos.93
Capítulo 9
Taehyung apretó con fuerza la mandíbula cuando Yoongi negó con la cabeza. Intentó
suavizar su expresión y abultar las mejillas en un puchero, pero Yoongi sacudió con más
fuerza la cabeza, negándose rotundamente a atender al pelinegro.37
Se detuvo antes de que sus dedos tocaran la libreta de pedidos, y abrió con amplitud los
ojos. ¿Por qué había hecho eso?53
Se mordió el interior de la mejilla y se dijo a sí mismo que solamente era algo que debía
hacer. No era como si se sintiera presionado a cambiar.1
Porque él estaba bien con la forma en la que era. Y no iba a cambiar solo por la
aprobación de un idiota.50
Tomó por fin la libreta y se acercó a la mesa junto a la ventana. El hombre incluso se
sentaba en el mismo lugar que el primer día, ¿Qué era lo que pasaba por su cabeza?
¿Cómo había llegado a ser así? ¿Sería consciente de la forma que era?6
Cuando los ojos oscuros lo fulminaron a través de los cristales redondos, Taehyung
retuvo la respiración en un impulso.6
—Bienvenido. —musitó, entre dientes. Uno de los clientes chocó por accidente con su
hombro y se disculpó, el equilibrio de Taehyung disminuyó lo suficiente como para
hacerlo tambalear, pero logró mantenerse en pie. Jungkook lo observó, con expresión de
piedra, todo el tiempo. Taehyung casi se sintió sonrojar, pero logró reprimirlo.1
—¿Qué desea pedir? —preguntó, abriendo la libreta y observando las pequeñas líneas
que dividían los renglones—. ¿Lo de siempre?
Porque cambiar significaba que algo no estaba bien, lo cual era mentira.8
—Sí. —afirmó, con un tono de voz neutro, que no dejaba pasar nada. Ningún rastro de
emoción. Aprovechando la distracción del hombre mientras anotaba, le dio un repaso de
pies a cabeza.
Sus zapatos seguían sucios, pero su pantalón ya tenía todos los botones.59
Fue inevitable el sentirse un poco sorprendido. Habían pasado casi un mes desde la
primera vez que había ido al café y por fin se había dignado en arreglarlo.
Bien, eso estaba muy bien. Se tomó las manos bajo la mesa y las entrelazó. El castaño se
alejó suspirando a sus adentros, y Jungkook siguió mirándole.25
Taehyung se internó en la cocina para hacer su café. Ya incluso había memorizado las
instrucciones, servir el café, luego las dos de azúcar y la adición de crema.
Fanfic
El azúcar debía deshacerse por completo, y la crema no podía ser ni muy abundante, ni
muy escasa, y no debía de mezclarse con el líquido. O así era, al menos, como no había
sido rechazado.8
Pero un pie travieso impidió que el plan de Taehyung se realizara. Y por culpa de una
posición inusual de uno de los clientes en la mesa, se fue de cara al suelo.256
Se incorporó abriendo los ojos, y maldijo a sus adentros. El café del hombre estaba todo
esparcido en el suelo, con pequeños pedazos de la taza rota.
Resopló dejándose caer en sus piernas, y contempló su desastre. El cliente que sin querer
le había hecho perder el equilibrio se disculpó con las mejillas sonrojadas, y cuando
intentó ayudarle a levantarse Taehyung le sonrió y le pidió que siguiera en lo suyo, que
el podría arreglar este desastre.7
otro café. La pequeña liga en su cabello dejó que más mechones se escaparan a su
rostro, y se agachó a recoger con cuidado la porcelana rota y a limpiar.3
Pero un par de piernas en unos jeans oscuros se hicieron frente a él. Pensó que era el
cliente, y que insistiría en ayudarle de nuevo.12
Se equivocó.4
El reflejo de la luz daba en los lentes redondos del pelinegro, que aún con expresión de
piedra, observaba a través de sus pestañas al castaño.2
Sus manos se aferraron al trapo húmedo cuando el hombre se agachó frente a él.
Taehyung notó la forma en la que su mandíbula creaba una sombra en cuello, y las
venas que descubrían su pulso. Un aroma a menta se enredó en sus fosas nasales, y
retuvo una bocanada de aire al tenerlo cara a cara.127
Pero después de un rato en silencio, el pelinegro observó el desastre que tenía a sus pies
e hizo un mohín con la boca. —No olvides ponerle blanqueador o el suelo se manchará.
El café mancha con facilidad.291
Taehyung parpadeó un par de veces, ligeramente confundido con las palabras que
escuchaba. Jungkook observó al castaño percibiendo su desconcierto y ahogó un sonido
de exasperación. Esperaba que escuchara sus palabras, o en verdad sería odioso ver el
Fanfic
suelo manchado cada vez que fuera al café. No pudo enfocar sus ojos por la red de
hebras que le tapaban la vista, y más en un impulso molesto que en un gesto, pasó las
manos por su cuello y le quitó la liga que llevaba.196
Y él no podía estar más pasmado. Todo su cuerpo se puso en alerta a percibir sus manos
cerca, pero se limitó a mirarlo a los ojos esperando sus acciones, ¿Qué rayos tramaba?
¿Qué era éste... comportamiento suyo?20
Las manos de Jungkook, hábiles, acomodaron la liga en sus dedos mientras tomaba a su
vez el cabello del contrario. Su corazón latió de forma extraña. Tomó con cuidado su
cabello procurando no dejar ningún mechón suelto, y lo sujetó con la liga.326
—¿Cómo planeas caminar bien si tienes el cabello en los ojos tapándote la vista? Sueles
atarlo muy bajo, si te lo coges así de alto como lo he hecho, no va a escaparse ningún
mechón. —exclamó, y observó el color almendra en los ojos contrarios. Frunció
ligeramente el ceño notando un cambio en el semblante del castaño. Su mirada pareció
volverse más amena, sus mejillas se tiñeron de carmesí y sus labios —proporcionales y
rojizos, ahora que podía verlos—. temblaron un poco.86
Si no supiera que el chico era un altanero podría jurar que parecía de repente tímido y
algo vulnerable.1
Taehyung era totalmente incapaz de pronunciar algo, o siquiera inmutarse. Se sentía tan
extraño, incómodo y... expuesto.3
Pudo notar el color chocolate en los ojos del pelinegro, sus lentes no podían ocultarlo
todo.
Se sintió cohibido y confundido. Hasta que, claro, Jungkook volvió a abrir la boca:1
Desquiciante idiota.4
—¿Qué acabó de pasar? —preguntó Yoongi, que desde el mostrador había observado
todo. Su expresión denotaba su desconcierto, y estaba cruzado de brazos.52
—Comienzo a perder la paciencia con ese hombre. —musitó solo para ellos, tomando
una taza nueva y disponiendose a preparar de nuevo ese estúpido café.2
Al tenerlo listo, una sensación se enredó en su pecho. Un cóctel de irritación e ira. Llevó
la taza, con pasos pesados, desprendiendo odio por los poros.3
Jungkook lo notó.
Taehyung fulminó con la mirada al hombre con determinación y enfado. Dejó sin mucha
delicadeza el café en la mesa, y siendo consciente de su mirada encima, haló de la liga
de golpe, provocando así que todo su cabello cayera otra vez de manera estrepitosa por
su cara, cuello y hombros.177
Y se retiró, para internarse en la cocina y calmar las oleadas de rabia que sentía.
Fanfic
El pelinegro palpó la porcelana con los dedos, y se mordió con fuerza la lengua.
[♦♦♦]9
Jungkook soltó un quejido cuando, más tarde ese día, subiendo las escaleras; su pie
chocó contra un pequeño carro de juguete.3
Tomó el pequeño carro en sus manos y soltó un resoplo. ¿Cómo había llegado ese
intruso hasta allí? Alguien fácilmente podía caerse y lastimarse, ¿ningún padre tenía la
mínima precaución con sus hijos?
Frunció la boca, aquel nombre se le hacía familiar. Terminó de subir las escaleras con el
juguete rojo en sus manos.
Ah, claro, su vecino de arriba, el pequeño rubio. Negó con la cabeza, reafirmando su
pensamiento de que debían ser cuidadosos. Así que subió, pensando en que no sería
mucha molestia hacerle entrega del juguete y hacer una advertencia.79
Ya en el tercer piso, se dio cuenta de que no sabía qué apartamento era. Observó las dos
puertas, una frente a la otra y soltó un suspiro.1
Qué molesto.1
Fanfic
Pero entonces una criatura afelpada y anaranjada saltó desde algunas macetas que
adornaban el mirador entre las piernas, y maulló mientras se acercaba a la puerta de la
izquierda. Jungkook se limitó a mirar cómo la criatura, con sus garritas —con las cuales le
había hecho agujeros a su pantalón—. insistía en que le abrieran la puerta arañando.4
Al fin y al cabo era un niño, y a los niños solían gustarles las mascotas.
Creyendo en su simple corazonada, se hizo al lado del felino pidiendo interiormente que
no le tocara, e hizo sonar el timbre. El gato insistió maullando y arañando la madera de
la puerta.50
Pasó casi un minuto hasta la que puerta se abrió de golpe. Una mujer rubia lo recibió.
Jungkook la evaluó rápidamente: sus ropas se veían limpias y ordenadas, tenía el rostro
un poco maquillado y una piel bien cuidada. Le ponía un poco más de treinta.
La curiosidad picó en Jungkook: hace un año se lo había preguntado y cada vez parecía
más cierto. ¿Era el pequeño autista?
La mujer, sin inmutarse por el niño, sonrió: —Oh, ¡Claro, estuve buscándolo! El pequeño
Chung es un poco descuidado con los juguetes, lamento que haya tenido que traerlo,
señor... —hizo una pausa en espera de un nombre por el cual llamarle.
—Tenga un lindo día. —dijo, volviéndose para irse. La mujer respondió, pero antes de
que cerrara la puerta, Jungkook no pudo evitar decir— Disculpe, ¿puedo hacerle una
última pregunta?
La señora Lee detuvo el ademán de cerrar la puerta, y la abrió con lentitud, esta vez
dejando ver solo su rostro.
—¿Disculpe?
Jungkook dejó su boca entreabierta, y se aclaró la garganta para continuar: —Lo siento,
sé que debe ser inesperado. Es solo que... tengo un amigo que tiene autismo, y...
La madre del Chung Hee frunció la boca, pero dijo: —Sí, tiene autismo. ¿Alguna otra
cosa?59
Jungkook se dio la vuelta en sus talones y bajó las escaleras sintiéndose un poco idiota.
Aunque sus dudas estaban subsanadas, no había querido incomodar a la mujer.3
Fanfic
Se pasó las manos con el rostro, algo exasperado, y solo se internó en su apartamento
casi queriendo esconderse.
Y se dispuso a adelantar un pedido del trabajo para evitar así que su cabeza divagara
demasiado.
Fanfic
Capítulo 10
Taehyung se pasó el dorso de la mano para secar el sudor de su frente. Aquel jueves en
la mañana, le habían permitido ir más tarde al trabajo, así que se dijo a sí mismo que se
ocuparía de algunas de sus cosas.1
Era increíble la cantidad de desorden que incluso alguien como él podía ver. Trabajar
arduamente todos los días y llegar exhausto a dormir no le había permitido ver la
suciedad acumulada: su habitación era un completo desastre, su cocina necesitaba con
urgencia un desengrasante y el suelo tenía marcas secas de pantano en la silueta de la
suela de sus zapatos.173
Hizo un puchero, sintiendo su cuerpo acalorado por el esfuerzo, y contó las pequeñas
pilas de ropa que había en el suelo, en su escritorio, y en los rincones de la habitación.
¿Desde cuándo ensuciaba tanta ropa, si lo único que recordaba lavar y usaba todos los
días era su uniforme?30
Observó como el mismo impulso dejó salir algunas hebras que se convirtieron en un
mechón. Torció las comisuras de la boca.9
Soltó un respingo, y sacudió con fuerza la cabeza, negándose a sí mismo la idea que se
pasó por su mente.
«Sueles atarlo muy bajo, si lo recoges más alto como lo he hecho, no va a escaparse
ningún mechón.»
¿Lo haría...?
Casi de forma cínica y algo incoherente, asintió con la cabeza y se tomó el cabello, esta
vez más alto, como había indicado el pelinegro.
[♦♦♦]
8
El viernes de aquella semana fue ligeramente más frío que el resto de los días. Llovía a
cántaros, lo que obligó a Taehyung a comprarse unas orejeras y un par de guantes. No
estaban ni a la mitad del otoño y las temperaturas bajas ya azotaban con fuerza la
ciudad, las flores preparándose para el violento invierno.
Eran casi las seis de la tarde cuando Kim Taehyung terminó de trapear el suelo de la zona
de las mesas. Suspiró aliviado. No habían muchos clientes, así que había aprovechado.
Empero, el suelo húmedo se ensució cuando, después de hacer sonar la campanita, Jeon
Jungkook, vestido con una camisa blanca bajo su abrigo azul oscuro, unos jeans y unas
botas, entró al café con un paraguas. En una distancia de cinco metros, Taehyung arrugó
su nariz haciendo un puchero molesto al ver las gotas y la mancha de pantano bajo sus
zapatos.
—Bienvenido. —musitó, con todo, menos entusiasmo en su voz. Tendría que volver a
trapear.
Fanfic
Jungkook hizo una pequeña reverencia, alzando una de las comisuras de su boca como
si fuera a reírse, y caminó sin vergüenza o precaución hasta su mesa usual. ¿Era ese el
mismo hombre que organizaba servilletas y regañaba por su desorden?
Podría haber ensuciado menos si se hubiera sentado en la mesa junto a la puerta. Qué
gran idiota.1
Taehyung bufó, pero antes de lograr enfadarse, dirigió su mirada a una cabellera
pelirroja que cruzó el umbral de la puerta.
—¡H-Ha Neul! —exclamó, algo sorprendido. La joven sonrió con amplitud sacudiendo
las manos en un saludo después de cerrar su paraguas. Jungkook observó de reojo,
fingiendo mirar el menú.
—¡Tae! ¡Hola!
La chica, sin notar el suelo húmedo, cruzó por todo el centro dejando más marcas de
pantano. Taehyung dejó caer los hombros. Ya qué, volvería a hacerlo después.
Soltó el trapeador para darle un abrazo a su mejor amiga. Venía en unos vaqueros, un
abrigo color durazno y botas de lluvia. Desprendía aires de niña pequeña.3
—¿Qué haces aquí? —preguntó, sintiendo la mirada del pelinegro desde su mesa. Tragó
saliva.
—¿Qué? ¿No puedo visitar a mi mejor amigo en el trabajo? ¡Hoy es viernes, vamos a un
club!
Taehyung abrió los ojos con amplitud: —Sabes que trabajo hasta los sábados, ¿verdad?
Las pecas de la pelirroja se arrugaron en los pliegues de su piel cuando la chica frunció
las mejillas. Siempre la habían molestado por ese supuesto ''descuido'' con su tez.
Taehyung no podía amar más aquellas marcas de nacimiento—. ¡Oh, vamos! ¿No
puedes pedir permiso?
Fanfic
Jungkook, desde su posición, miró distraídamente el café. Con el apellido que mostraba
la etiqueta en su uniforme, su nombre completo era Kim Taehyung.2
El que se instalaba en su mente rodó los ojos, lejos de él. —No te dejaré plantada,
porque ni siquiera dije que sí.
—¿Cómo que un mal amigo? ¿Acaso quieres que me despidan? Eres cruel, Neul-ah. —
protestó, entre risas. Ha Neul entrecerró los ojos y lo fulminó con recelo. La mirada
pesada de Jungkook le hizo desviar los ojos hacia él, sin embargo.
—Lo pensaré, ¿sí? tú despreocúpate. —dijo, sin despegar los ojos del pelinegro, su
estómago se volvió un nudo—. Te traeré algo para comer, siéntate mientras atiendo a
otras personas y espérame. —indicó, y la contraria sonrió emocionada y corrió a sentarse
en una mesa. Con mejillas sonrojadas, apoyó los brazos en la mesa y columpió las
piernas.
Cuando dejó el café en la mesa del pelinegro, Jungkook se aclaró la garganta para
llamarle la atención. Taehyung lo observó con desinterés.
—¿Algo más?6
Fanfic
Miró la mesa, también controlando las oleadas de incertidumbre que le recorrieron las
extremidades.
Se aclaró la garganta volviendo a la realidad. Era una pérdida de tiempo pensar en eso.
Solo el tono irrespetuoso con su voz siendo un extraño lo dejaba como un imprudente.
[♦♦♦]
6
—¿Lo pensaste? ¿Entonces sí? —preguntó Ha Neul, después de que Taehyung le diera
vuelta al cartel para indicar que la cafetería había cerrado. Jungkook estaba terminando
su café para entonces, y Yoongi estaba internado en la cocina.
—Neul-ah... —musitó, fingiendo cansancio. Pero soltó una risita al ver la expresión de
desaprobación que le daba ella.
Taehyung fue hasta el mostrador, y la chica se hizo frente a él del otro lado.
Fanfic
—Oh, Tae... ¡Sería genial si pudiéramos ir, despejarnos de las responsabilidades un rato y
bailar!
—Sabes que bailo como un elefante en patines. —dijo, viendo de reojo a Jungkook
levantarse.
—¡Yo igual! Pero no importa, ¡Bailar es genial! Podemos ser dos elefantes felices en
patines. —dijo esto volviendo a abultar sus labios. En medio de sus gestos, retrocedió sin
fijarse y se chocó con el hombro de Jungkook.76
—Oh, ¡lo siento mucho! No me fijé. —se excusó, agachándose para recoger las
monedas. El pelinegro se arrodilló con ella.
Jungkook, miró su mano pálida sostener las monedas. Respiró profundo cuando la
cubrió con la suya propia, para detenerla.
Ha Neul miró al pelinegro a los ojos, algo sorprendida. Jungkook le devolvió la mirada, y
le sonrió.46
—No tiene por qué disculparse, fue un tonto accidente. —musitó él, con un tono de voz
suave. La chica se puso tan roja como el color de su cabello. Jungkook alzó su mentón,
viéndola a través de sus pestañas.
Era, literalmente, la primera vez que oía algo así de él. ¿Siquiera existía esa cualidad para
él?
—L-Lo siento...
—He dicho que está bien. —insistió Jungkook, esbozando una sonrisa.
Una. Sonrisa.21
Los ojos almendras que eran ajenos a aquella situación se ampliaron como platos. Su
corazón dio un vuelco que lo atontó.
—¡Estupendo!
Casi se rio.
—Que tenga buena noche. —dijo, totalmente frío. Jungkook recibió el recibo e hizo
ademán de irse.
—Gracias. —no se lo dijo a Taehyung. Su rostro se iluminó en otra sonrisa, tan extraña
en sus belfos—. Y... adiós, espero verte por ahí.
Jungkook juró ver los oídos de Taehyung echar humo antes de darse la vuelta. Caminó
con lentitud hacia la salida.93
—¡Me alegro que hayas decidido ir! Sé que nos divertiremos. Te he extrañado mucho.
Capítulo 11
—El tipo es un idiota, Neul-ssi. —gritó Taehyung, desde el baño mientras terminaba de
vestirse. Acomodó el borde su camisa de botones estilo hawaiano en la cinturilla de sus
jeans negros ajustados con pequeñas aberturas en las rodillas, y suspiró de cansancio.
Meterse en esos pantalones siempre era un trabajo.50
Había estado la última media hora escuchando a la pelirroja hablar sobre su encuentro
con Jungkook. Y Taehyung no podía estar más irritado, miles de pensamientos odiosos
cruzaban su mente: ¿Por qué el imbécil había sido tan jodidamente agradable con Ha
Neul? ¿Por qué había parecido pícaro, y algo coqueto? ¿Qué pretendía con eso? Un
hombre como él —hasta donde podía inferir—, no podía actuar de forma tan agradable
sin una razón de fondo.
—¿Cómo lo sabes? —oyó preguntar a la chica desde fuera, y Taehyung puso los ojos en
blanco.
—Ah, ¿Por qué no puedo creerte? Se comportó tan... Gentil... — dijo esto con la mejilla
sonrojada y pegada a la puerta. Taehyung salió, y ella se apartó de golpe. El castaño la
tomó de los hombros.71
—Es una fachada. Se metió en el papel de oveja siendo un lobo. Eso sólo lo vuelve un
patán.
Fanfic
Ha Neul, ahora con un vestido de fiesta amarillo abultó sus labios en un puchero.
Taehyung le sacudió el cabello que cuidadosamente había peinado, y riendo mientras la
chica de quejaba, fue por sus zapatos negros de charol.6
—Ya no quedan chicos decentes, ¿Eh? —musitó ella, deambulando por la habitación de
Taehyung. Él solo la miró mientras se calzaba. Sus pequeños pies caminaron sobre la
baldosa beige.7
Seok tocó la puerta de sus pensamientos por aquel comentario. Taehyung podía
relatarlo, ya que pensaba igual. Desde Seokjin, ningún chico había parecido lo
suficientemente bueno o gentil.28
—Puede que aún los haya. — exclamó, más para sí mismo que para Ha Neul, y se
levantó, ya listo para irse—. Solo hay que buscar con cuidado.1
[♦♦♦]16
Peach Blues era un club reconocido del centro, donde todo tipo de personas disfrutaba
reuniéndose. Había buena música, variedad en bebidas y grandes instalaciones con
sistemas de luces de colores para darle vida a la pista de baile.
Pero nada mitigó la incomodidad que sentía. Estar rodeado de gente sudorosa y ruidosa
no era exactamente su actividad favorita. Le daba un profundo asco ser tocado así fuera
por accidente. Si algo exigía él: era su espacio personal.3
Fanfic
Él pensó que quería estudiarlo más. Él pensó que iría solo para observarlo a su picor
curioso.
Aquel hombre movía las fibras suficientes para hacerlo actuar. ¿Cómo era posible?
¿estaba loco? Se había metido en una situación completamente inmadura y sin sentido.
Ojalá pudiera irse. Él, si fuera lo suficientemente racional, lo haría. Pero Taehyung estaba
entrando en el cuarto con Ha Neul.
Sí, ella estaba bien. Pero fue Taehyung quien llamó la atención de Jungkook. Él no pensó
que fuera tan difícil apartar la mirada de unos muslos hasta ese día. ¿Qué pasaba con los
pantalones de su trabajo que lo ocultaban? y dios, podía ver su pecho. La camisa estilo
hawaiano con los primeros dos botones sueltos dejaban ver su clavícula, que se marcaba
al más mínimo movimiento. Su tono acanelado brillaba con las luces de la entrada.
Jungkook negó con la cabeza. ¿Era el mismo chico desaliñado y malgeniado que veía en
el café?
Se limitó a seguirlos con la mirada los primeros quince minutos, pero cuando ambos
terminaban sus bebidas en unos cómodos ―pero con algunas manchas de sudor
desconocido distinguidas por Jungkook― sofás, se acercó.
Fanfic
Al principio no supo por qué se acercaba o qué haría. Él solo tuvo que hacerlo. El primero
en percibirlo fue Taehyung, que bebiendo de su cóctel, desvió la mirada hacia su figura.
Sus ojos se ampliaron.
Jeon Jungkook iba vestido completamente de negro. Eso debía ser lo menos
conveniente para un lugar con poca luz, pero él resaltaba incluso con unos jeans, y su
camisa holgada. Sus ojos debieron ser la atracción principal, despojada de sus lentes,
grandes y brillosos, conteniendo mundos sobre su mandíbula obstinada y pecho ancho.
Se veía sensual.
Su cabeza volvió a la realidad cuando algo que había medio-notado antes se volvió más
evidente. El hombre caminaba hacia ellos, ¡Hacia ellos!
Volvió la mirada de golpe a su amiga y frunció el ceño, dándose cuenta de que ella
también estaba hipnotizada viéndolo: justo como él hace unos segundos. Las mejillas de
la chica se percibían rojas aunque el lugar tuviera poca luz, y seguía bebiendo de un vaso
que, sabía, ya no tenía ningún líquido.
—Hola. —saludó él, y Taehyung puso percibir que sonreía. Le sonreía a Ha Neul.30
Fanfic
—Es una suerte volverte a ver. Me agrada. —escuchó que decía Jungkook, y el apriete en
sus brazos aumentó. Quería intervenir, quería callarlo. Pero no quería verle el rostro, no
quería arruinarse la noche.2
—Digo lo mismo, es una linda coincidencia. —respondió ella, sonriendo con amplitud.
Taehyung se tomó el tiempo de analizarlo: ¿coincidencia? ¿por qué no le convencía?
Justo la noche que había escogido para divertirse, era justo la que el gran imbécil del
pelinegro escogía para joder su existencia.1
¿Coincidencia? Ja. No era descabellada la idea de que el hombre oyera a donde vendrían
antes de salir del café.
—¿Quieres bailar? —propuso Ha Neul, aventajada, tomando los riesgos que usualmente
evitaba. Taehyung la miró con asombro. ¿Qué no había escuchado nada de lo que le
comentó sobre él antes?
Jungkook aceptó —por supuesto, ese idiota—, aunque por dentro distara de estar de
acuerdo. No sentía ganas de meterse en la pista de baile. No quería ser tocado por otros,
o percibir el sudor ajeno y los diferentes fluidos.
Lo mataba del asco, y sin embargo, ya no podía echarse atrás. Si ya había decidido sacar
de quicio a Taehyung y sus anteriores provocaciones, se iría con ello hasta el final.
Fanfic
Alzó con ansiedad la mano para llamar al mesero, y pedir, para su agitado corazón, un
trago más fuerte.6
[♦♦♦]4
No era como si en verdad hubiera ocurrido, pero las emociones de Taehyung lo habían
persuadido en perder la conciencia lo suficiente como para pensar que así era.
Había pasado casi una hora para entonces. Taehyung había hecho una pequeña gira por
todos los licores que ofrecían, y ahora borracho, con un trago de Ginebra en la mano,
fruncía el ceño y hablaba consigo mismo.1
Su semblante amargado había alejado a todos los chicos que, por su lindo rostro, habían
querido acercarse.34
Ya observaba, sin ningún tipo de pudor, a la pareja que parecía nunca querer dejar de
bailar.
La pequeña Ha Neul bailaba con los ojos cerrados, totalmente inmersa en el ambiente. A
veces se aferraba a los hombros de Jungkook, y otras se soltaba para bailar sola. Aunque
la chica fuera solo la estrategia para su plan, tenía que admitir que era muy atractiva
cuando dejaba su timidez de lado.
Ella era todo lo contrario a lo que Taehyung mostraba ser: no hablaba hasta por los
codos como él, o tampoco parecía ser una busca pleitos. Se veía sencilla y relajada.
Una sensación extraña se enredó en las entrañas de Jungkook, que no paró de mirarlo.
El castaño, moviendo su boca como si hablara con alguien, caminaba a través del club
con una expresión sombría en el rostro. No parecía que fuera a acercarse, podría ir al
baño.3
Pero luego fue Jungkook el que frunció el ceño al verlo dirigirse a la salida. Oh, no. No,
en su plan no estaba que el castaño debía irse. Debía quedarse hasta que no lo
soportara y le discutiera. Así podría acorralarlo en argumentos hasta que admitiera que
él tenía la razón. Siempre la tenía. Él estaba bien y Taehyung mal.
Reprimió el impulso de cruzarse de brazos cuando cruzó el umbral de las dos grandes
puertas de la salida. Y entonces se detuvo.
Ha Neul, que seguía bailando, no dejó de sonreír cuando Jungkook llamó su atención.
Jungkook intentó mantener su apariencia amable para hablarle.
Jungkook salió a toda velocidad de la pista, y cruzó la salida sin tomar su abrigo. El
viento nocturno le chocó con el cuerpo, y todo su sudor le provocó frío. Ignoró la
sensación buscando aquella melena castaña, ahora un poco irritado.
¿No había predicho el compartimiento del chico? ¿por qué todo había dado un giro
extraño?
Taehyung estaba a su derecha, en cuclillas con la espalda apoyada en la pared del club, y
tenía los ojos cerrados mientras titiritaba. Él tampoco había salido con su abrigo, y las
luces de las farolas y varias bombillas blancas sobre su cabeza dejaban ver el prominente
sonrojo en sus mejillas.
Apretó los puños y se acercó al hombre. Pero estando a centímetros, Taehyung se paró
haciendo un movimiento extraño con la espalda, y comenzó a caminar alejándose de él.
Jungkook alzó una ceja, y lo observó caminar con pasos poco firmes e inestables.
Lo tomó del hombro y le dio la vuelta, tuvo que sostenerlo con la otra mano en su
cintura para que no perdiera el poco equilibrio que le quedara. Taehyung soltó un
quejido, y abrió los ojos con lentitud.78
—Ah, bienvenido, ¿Qué desea? —dijo, arrastrando la lengua en sus palabras. Hablaba
como si estuvieran en el café. Jungkook torció la boca.429
—Que te sientes y te amarres los cordones. —respondió él, sin mucha gentileza.
Fanfic
—No tenemos eso en el menú. —exclamó, entrecerrando los ojos. Jungkook entornó los
suyos.180
—Eso tampoco está en el menú- ¡Yah! —se quejó cuando Jungkook le empujó con
fuerza hasta una pequeña caja que parecía lo suficientemente resistente para dar con su
peso y lo sentó. Todo el mundo de Taehyung dio vueltas por el impulso—. ¿Por qué hay
cuatro lunas? —musitó de forma enredada. Su boca no gesticulaba adecuadamente.31
Jungkook se agachó frente a él, y sintió su sien palpitar rápido. Ni siquiera sentía frío de
lo enojado que estaba.
—Amarra tus cordones. —ordenó, entre dientes. Y los ojos de Taehyung volvieron a los
suyos. Los tenía vidriosos y brillantes. Casi podía verse a sí mismo en ellos.1
—¡No fastidies! Ya te dije que eso no está en el menú. —protestó, moviendo los
hombros. Casi parecía un infante haciendo un berrinche.52
Él mismo se había involucrado en esto. ¿Qué mierda hacía siguiendo al chico, buscando su
atención con tanta insistencia?3
Exhaló con fuerza, y se encorvó para amarrar sus agujetas, lo único que faltaba era que
el idiota se fuera de caras al suelo. Los pies de Taehyung se movieron.7
—Quédate quieto. —dijo, totalmente frío y enojado. Pero Taehyung pareció no escuchar.
—¿Qué haces? Quítate. —exigió, sin parar de moverse. Una burbuja de exasperación
explotó dentro de Jungkook, y tomó de los muslos al chico con quizá demasiada fuerza
para obligarlo a quedarse quieto.
Fanfic
Taehyung soltó un jadeo. Jungkook lo oyó, y se pasmó un poco, pero lo ignoró. Zona
sensible. 285
—Vas a caerte, idiota. Quédate quieto. —insistió, terminando de amarra sus cordones—.
¿Cómo puedes ser tan descuidado?
Cuando levantó la mirada, se inquietó con los ojos ajenos. Ahora estaban el doble de
brillosos sobre sus mejillas sonrojadas, y lo miraban con un sentimiento que no sabía
identificar. Jungkook le devolvió la mirada en silencio, antes de levantarse.26
—Vamos, te llevaré con Ha Neul. —dijo, cruzándose de brazos. El chico, con las piernas
con gelatinas, no llegaría muy lejos. No podía dejarlo allí o tendría una mala impresión
con la chica.
Pero entonces, como si se hubiera quedado dormido, Taehyung se fue hacia adelante
con los ojos cerrados. Su frente quedó en la hebilla de su cinturón. Su boca rozó el cierre
de sus jeans.278
Jungkook soltó un respingo, sorprendido. Notó que algunas miradas curiosas se posaban
en ellos, ya que mostraban una escena completamente incorrecta, así que tomó el
cabello de Taehyung, y con suavidad lo alejó de aquella zona.46
Volvió a agacharse frente a él, y al soltar las manos, la cabeza del chico se fue hasta su
hombro, como si fuera un muñeco.
Cada músculo del cuerpo de Jungkook se puso rígido como una piedra por su contacto.
Apretó los dientes y maldijo por lo bajo. Esto era demasiado, el tipo estaba tocándolo.
Estaba prácticamente recostado en él.
Olía a café.118
Fanfic
Era un poco predecible si lo pensaba, ya que bueno, el café era su trabajo, pero... El
hecho de que se sintiera tan fuerte y dulce viniendo de él era... extraño.
Y... agradable.78
—Oye, ¿qué crees que haces? —preguntó, palpando su espalda con el dedo índice.
Joder, tenerlo así de cerca lo estaba enloqueciendo.
Taehyung lo interrumpió.
—¿Cuál es tu problema conmigo, eh? —preguntó, aún arrastrando sus palabras—. ¿Por
qué tienes que ser siempre tan desagradable y cruel? —volvió a removerse, Jungkook
parpadeó un par de veces—. C-Cada vez que hablas... algo feo...8
Las palabras del tipo hicieron eco en la mente de Jungkook, ¿algo feo en su pecho? ¿una
sensación? Lo comprendía, pero no le daba mucha validez.2
Ni él mismo estaba seguro de qué era lo que lo había puesto ahora tan incómodo.
El hombre se relamió los labios, lo que hizo que Jungkook desviara la mirada hacia ellos.
Su pequeña boca rojiza y bien definida pareció temblar.
Para ser un chico, Jungkook tenía que admitir que sus labios eran muy pulidos en su
horma. Eran proporcionales, rosados, bien cuidados y con un pequeño lunar en el
inferior. Al besarlos, pensó, debían ser bastante flexibles y tersos. Con su color y aparente
textura, un par de mordiscos los pondrían más rojos e hinchados.
Su corazón latió fuerte en sus oídos. Se sintió extraño por no lograr apartar la mirada de
ellos, por su repentino estudio.
Capítulo 12
Jungkook tuvo que cerrar el grifo de su lavamanos para observar con cuidado las
pequeñas marcas que comenzaban a mostrarse en las palmas de sus manos.2
¿Qué rayos? ¿Estaba lastimado? No recordaba haberse cortado o golpeado con algo.15
Se incorporó, intentando pensar que quizá se había lastimado sin querer y le restó
importancia. Secó con cuidado sus manos y observó el reloj de su muñeca.
Salió del cuarto de baño, y observó como en el pequeño ventanal de su sala de estar la
luna se volvía la protagonista del cielo nocturno.
Al día siguiente comenzaba una nueva semana. Cuando Jungkook era joven, solía
estresarse y amargarse los domingos, pero ahora que tenía un trabajo agradable y todas
las cosas funcionaban a su deseo, no sentía ningún cargo o sentimiento negativo.
Respiró profundo observando con cuidado su casa: sus sofás negros se veían
perfectamente limpios, su alfombra se veía esponjosa por la forma cuidadosa en la que
la aspiraba y limpiaba, todos sus estantes y mesitas estaban sin una pizca de polvo y su
pequeño comedor estaba impecable.3
Fanfic
No podía evitar sentirse en paz al percibir todo el orden. Siempre se esforzaba en que
todo fuera así, y aunque se frustrara puertas a fuera con las agitaciones ajenas, éste era
su refugio.
Era solo suyo, y tenía el pleno control de él. Y eso era consuelo suficiente con las cosas
que no podía manejar.17
Dando un último vistazo, se dirigió a su cocina para hacer la cena. Revisó su móvil antes
de ponerse en marcha, ya que habían algunos mensajes de Jimin y familiares lejanos que
buscaban su contacto, y se enfocó en cocinar.
Se sentó a comer su plato de Bibimbap y puso algo de música para llenar el vacío.8
Sí que había sido una semana larga. El trabajo, los qué-haceres, y las responsabilidades se
llevaban lo mejor de él. Pero bueno, no podía quejarse como si no hubiera obtenido un
descanso, había ido con frecuencia al café e incluso hace dos días, el viernes, había ido a
un club.
Habían pasado muchas cosas aquel día. La "guerra" que libraba contra aquel hombre de
cabello hasta los hombros se había ido a otro nivel. Jungkook, para sacarle la paciencia,
había sacado a su amiga a bailar, momento en el que había decidido embriagarse.
Soltó de golpe los palillos, que golpearon la mesa. Se tomó con fuerza del cabello y
suspiró con quizá demasiada fuerza.91
Cerró y apretó los ojos, obligándose a alejar los recuerdos de su cabeza. Estaba
jodidamente enfadado e incómodo ahora, y no podía arruinar su cena o luego le dolería
el estómago.
Empuñó las manos aún contra su rostro hasta que su mente volvió a despejarse, y se
dispuso a seguir comiendo antes de su paciencia comenzara a agotarse.
[♦♦♦]12
Taehyung, entre sueños, se removió con la cabeza contra el pecho de su difunto novio.
El recuerdo fresco en su cabeza le había provocado un sueño quizá demasiado lúcido.
Casi podía percibir la calidez de su piel contra su mejilla, y sus ágiles dedos pasando por
su cabello. Tenía su pierna enredada entre las contrarias, y los mimos lo hacían sentir por
completo encima del bien y el mal. Donde nada malo podía tocarlo, ningún dolor,
ninguna tristeza.70
Sí que lo extrañaba.
—Seok... —lo llamó en un murmuro, y alzó la vista hacia su precioso rostro. Sus ojos
oscuros con pestañas curvas adornaban bellamente su cara, tenía los labios húmedos de
besos —sus besos—. y la barba en sus mejillas bien cuidada.2
Verlo era como perderse en un jardín de tiernas flores silvestres, pero abrumadoras y
embriagantes. O al menos, así era cómo lo describía Taehyung. Kim Seokjin tenía un
Fanfic
—¿Hmh? —respondió el pelinegro, desviando su mirada hacia él, sin detener sus caricias,
sin dejar de trasmitir tanta calidez y calma.
—¿Por qué no te gusta que te llame "Jin"? —preguntó, siendo demasiado consciente de
su respiración bajo él, y de la calidez y suavidad de su piel en las puntas de sus dedos.
Taehyung agitó las pestañas y abultó sus mejillas, como si fuera un niño pequeño. —
Espontánea curiosidad. —respondió. El contrario tomó una de sus mejillas con los dedos
y apretó la piel, sonriendo.
—Respétame. —le dijo, con diversión—. ¿Me ves de un lado a otro como una máquina
automática de aegyo?47
Taehyung rodó los ojos: —No tienes que hacer aegyo para ser tierno.8
Taehyung frotó su mejilla contra el pecho del hombre: —Por la forma en la que me
tratas. 1
Seokjin enmudeció un momento, sin dejar de mirarlo a los ojos. Taehyung continuó.
—Es lindo... porque cuando me muevo con brusquedad cerca de tí, pones tus manos a
mí alrededor, sin tocarme, con una tonta cara de preocupación, como si fuera a
romperme en cualquier momento. —esbozó una sonrisa leve, sintiendo su corazón latir
con fuerza. Seokjin acarició su mejilla.57
—En mi defensa, eres bastante torpe. —rió cuando Taehyung le dio un ligero empujón—
... Es solo que no quiero que te hagas daño. ¿Eso me vuelve tierno?
El castaño asintió con la cabeza, con los ojos inyectados de cariño, y las mejillas
acaloradas. Seokjin lo observó sonriendo también.55
—No sabes cuánto deseo besarte en este momento. —musitó, y Taehyung bajó un poco
la cabeza y lo observó a través de sus pestañas.4
Con una sofocante sensación en el pecho. Algo que llenó sus ojos de lágrimas.26
Se sentó en la cama ayudándose con los brazos y aclaró su mirada. No podían ser más
de las tres de la mañana, entraba en unas cuantas horas a trabajar. Su gata Frida dormía
plácidamente un poco más arriba de su almohada.
No llovía, y las calles estaban silenciosas, solo con la luz de la luna en lo más alto. Hacía
frío, y quizá sus mantas no eran suficientes.
Fanfic
El rumbo que había tomado su vida, su trabajo en el café, su amiga Ha Neul, su padre,
los recuerdos poco claros de su madre, su visita al apartamento de Seokjin.2
Había sido un lindo sueño. Un hermoso sueño vestido de recuerdo. Aquel día Taehyung se
había quedado a dormir en casa de Seokjin. La casa que en este momento, polvorienta y
desolada, no emitía ningún tipo de aura agradable.1
Incluso había ido, y no había soportado más de diez minutos. Era una vergüenza.
Cerró los ojos con una extraña idea en mente. El lugar merecía una limpieza. No porque
el lugar estuviera en venta, sino porque sus memorias mas preciosas lo pedían. Lo
exigían.
Él podía hacerlo.
Ya que había ido una vez, podía volverlo a intentar. Tomarse el tiempo de detallar el
lugar y tomar las cosas que sus padres habían dejado allí al no considerarlas relevantes.
Él recordaba haber visto alguna figuras y pequeñas esculturas de la autoría de Seokjin, y
sus sus padres no se las habían llevado. Él podría conservarlas, ¿no? Al fin y al cabo le
había dicho que tomara algún recuerdo.6
De alguna forma, la idea no sonaba tan descabellada. Incluso esbozó una sonrisa,
sintiéndose algo bien por el hecho de que podría tener un pedacito de Seokjin consigo.4
Fanfic
Pero su sonrisa se borró al recordar quién vivía en la casa de enfrente. Casi soltó un
bufido, dándose la vuelta para recostarse sobre su estómago y poner las manos bajo la
almohada.
Era odioso el hecho de Jungkook viviera allí. Justo allí. ¿Qué era esto que lo hacía verlo
tan seguido? El universo, el karma, o dios tenían que estar jugándole una pésima broma.
Apretó la funda de la almohada con fuerza. El hombre había jodido su noche. ¿Quería
fastidiarle? Le había arrebatado a su mejor amiga sin pudor alguno.
Y después, cuando ya no tenía mucha conciencia de sus actos, le había seguido hasta
fuera. Sí, quizás se había emborrachado, pero no lo suficiente para perder la memoria:
Jungkook lo había sentado, y entre todas las cosas había amarrado sus zapatos y se
había comportado como el usual imbécil que era.
—Ah, no, no, no. —susurró, sacudiendo su cabeza para alejar esos pensamientos. Estaba
jodidamente desquiciado y frustrado por aquello. Jungkook era quizá el hombre más
odioso y fastidioso de la tierra, y no merecía sus pensamientos cuando necesitaba
dormir.
Entonces pataleó contra el colchón, cual niño que hace un berrinche, y arrugó todo su
rostro en un puchero exagerado.2
Pero cuando oyó que Frida maullaba con enfado por el repentino movimiento, se detuvo
y se cruzó de brazos murmurando una disculpa.17
Fanfic
Capítulo 13
La razón de la negación residente en Kim Taehyung y Jeon Jungkook tenía prácticamente
nombre y apellido. Ambos hombres habían quedado tan enojados y abochornados
después de aquello que iban a irse con el nuevo secreto hasta la tumba.211
Dicho suceso que querían revertir había tenido lugar en el centro de Seúl, a la una y
media de la mañana. En el cielo las nubes comenzaban a acumularse. El ventarrón que se
desató amenazaba en atraer la lluvia, y tenía titiritando de frío a los dos hombres que se
encontraban uno frente al otro fuera del club Peach Blues.
—¿De qué? —respondió. Los labios de Jungkook se fruncieron hasta formar una fina
línea.36
—¿Crees que puedo ver algo, idiota? Estoy mareado. —respondió, bajando la vista y
parpadeando con lentitud. ¿Qué rayos? ¿Acaso le había estado mirando los labios al
pelinegro? ¿Por qué su cabeza había tergiversado todo y una vaga curiosidad por
detallarlos había surgido? Debía de estar más borracho de lo que pensó como para
fijarse en que sus labios, que desprendían vapor por su aliento cálido, se veían carnosos
y... algo sensuales.6
Fanfic
No tenía que hacer mucho escándalo, y no iba a hacerlo. Sí, quizá el imbécil de Jungkook
era atractivo, pero esto superaba todos los límites. Si había algo que Taehyung se había
jurado a sí mismo desde la adolescencia, después de no fijarse en hombres
heterosexuales, era no fijarse en idiotas prepotentes y amargados.23
Y Jungkook sí que era uno de ellos. Superaba incluso a cualquier tonto que había
conocido antes. Así que en definitiva, tenía que ser el alcohol en su organismo el que
estaba provocando tan extraños pensamientos en él.2
Y también, que había pasado un buen tiempo desde que había besado a alguien.
Ni siquiera lo soportaba, no tenía sentido. Era absurdo pensar que algo en él iba a ceder
a Jungkook teniendo en cuenta lo mal que ambos se llevaban.
Estúpido.
Una emoción cruzó por los ojos de Taehyung casi de manera fugaz: otra vez estaba
enfadado.
Fanfic
—Eres un estúpido, ¡Eres un grandísimo estúpido! —gritó Taehyung, ahora mucho más
que ofendido. Era la segunda vez que Jungkook mencionaba a su madre, y sin pudor
alguno hacia comentarios crueles—. Mi madre está muerta, ¡Así que no puedo
besarla!243
El grito aturdió sus oídos, y las cejas de Jungkook se alzaron mostrando su sorpresa. Dejó
salir su aliento casi de golpe.
Entonces su madre estaba muerta. Jungkook hizo un mohín. Era obvio que aquella
mirada afligida de antes había sido por su comentario, le había movido fibras. Le había
tocado la herida.
Aunque Jungkook fuera un aprovechado, tenia que admitir que le tenía respeto a estas
cosas. En realidad no habría hecho el comentario si lo hubiera sabido.28
Y eso no podía pasar. No para el orgullo de Jungkook, que no estaba dispuesto a ceder
por el hombre.55
—Jodido idiota.
Fanfic
Jungkook intentó ignorar aquello, pero el peso de la culpa en sus entrañas aumentó. Y
no pudo soportarlo. Se sentía arrepentido por su comentario.
Bufó.
¿Por qué tenía que ser una buena persona en ese momento?3
Respiró profundo.
Bien, eso no había sido una disculpa, pero extrañamente, funcionaba como una.6
Había sonado genuino. Tal como sus comentarios crueles y feos. Él parecía ser una
persona directa sin importar el tema.
—No pareces muy arrepentido. —exclamó, y su aliento se volvió vapor en la fría noche.
Jungkook miró hacia arriba y suspiró.
—¿Por qué tendría que estarlo? —respondió, colmando la paciencia del castaño.14
Haciendo un mohín exagerado, Taehyung se puso de pie con las piernas como gelatinas,
y comenzó a alejarse. Estaba harto de hablar con Jungkook, y ya había tenido una noche
bastante mala como para empeorarla. Un agarre firme en su hombro lo obligó a
detenerse tambaleándose un poco. Quiso patear el suelo como un niño pequeño, ¿ahora
qué?
—¿Ya qué quieres, maldición? Déjame ir. —se quejó, dándose la vuelta para encararlo.
Jungkook lo miraba con seriedad, sin soltarle el hombro.
Fanfic
Taehyung bufó.
—Tal vez está esperándote a tí, imbécil. Vuelve con ella, sácala a bailar, que se muere
porque lo hagas. Déjame en paz. —dijo, quizás de una forma más emocional de lo que
creía. Con el alcohol en su organismo, controlar sus emociones no resultaba sencillo.21
Sin embargo, Jungkook no dijo nada, y solo lo fulminó con la mirada y con la punta de la
nariz enrojecida por el frío.
Se cruzó de hombros poniendo derecha su espalda. Era su culpa estar pasando frío por
seguirle.
Jungkook solo miró al hombre con una expresión extraña en los ojos. ¿Qué era lo que
sus ojos veían?
Taehyung frunció el ceño, y entreabrió la boca, más impactado por su poca vergüenza
que cualquier cosa. El ojo derecho comenzó a temblarle por la exasperación que
intentaba controlar.1
Respiró profundamente, pero no logró nada con eso. Así que sonrió casi de forma tétrica
hacia el hombre.
Fanfic
—¿Discúlpame? ¿Celoso, yo? —soltó una risotada sarcástica—. ¡No lo puedo creer!
¡Eres-Eres demasiado desvergonzado! ¿No te pesa la cabeza? ¡Egocéntrico!1
—Dios, vas a reventarme los oídos con tanta gritería. —riñó, y los gritos de Taehyung
continuaron. Jungkook dio vuelta a sus ojos, y tomando el coraje suficiente, se acercó al
chico y le tapó la boca con la mano. Taehyung se removió con brusquedad, pero no fue
capaz de safarse cuando la otra mano de Jungkook le tomó por la nuca—. Joder, niño,
ten consideración con la gente que duerme. Eres en extremo molesto y escandaloso.
Creo que alcanzaron a escucharte en Busan.20
—¡Mmmmmm! —fue lo que logró entender Jungkook, y no pudo reprimir la risa. Incluso
río más fuerte cuando recibió una mirada de odio.2
—Espero que al menos te laves bien, ¡Estoy corriendo demasiados riesgos tocándote! No
vayas a babearme.40
Taehyung se cruzó de brazos y miró hacia otra parte, por fin guardando silencio.
Jungkook volvió a notar el pequeño lunar de su pómulo.
—Voy a apartar las manos ahora, ¿Está bien? Pero guarda silencio, alguien podría llamar
a la policía por tu escándalo.
—Eres bastante bajo. —observó Jungkook, aún sin apartarse de su posición. Taehyung
arrugó la nariz.8
Fanfic
—Tú eres demasiado alto. —se quejó, como un infante, notando que su cabeza llegaba
hasta la clavícula del hombre. Entonces Jungkook sonrió.104
Sus labios definidos se ceñían en una sonrisa burlona. Sus dientes de enfrente estaban
ligeramente más salidos que el resto: aquello le recordó a los conejitos.47
La sonrisa de Jungkook fue desvaneciéndose al notar donde habían parado los ojos
ajenos. Taehyung se relamió los labios por resequedad momentánea, y el pelinegro
volvió a ceder su mirada hacia los rojizos labios del chico.5
¿Qué era esto? ¿Por qué ambos guardaban silencio de forma tan repentina? El alcohol
tenía la justificación de Taehyung, pero, ¿Y Jungkook? Admitía a regañadientes que había
sido él el que lo había mirado primero cuando el castaño estaba sentado en la caja,
¿Entonces ahora qué? No era posible que quisiera besarlo, la imagen mental era
simplemente desastrosa.2
—Lo haces de nuevo. —musitó, solo para ellos dos. Taehyung lo miró de golpe, y se
puso el doble de rojo.
—Me ves los labios, Taehyung. —aquejó, paradójicamente, sin dejar de mirar los
contrarios. El castaño respingó, con los ojos grandes y brillantes.
—¡P-Pues...! —comenzó a exclamar, siendo invadido por el nerviosismo. ¿Qué era este
comportamiento suyo? ¿Por qué se sentía pequeño y algo inseguro? Él no era así. Él era
fuerte, él era valiente y...— ... ¡pues tú también ves los míos! —protestó, en un intento de
Fanfic
defenderse. Entonces Jungkook lo miró como si hubiera dicho la estupidez más grande
la tierra y frunció el ceño.
En el fondo él...1
Sí quería.171
Casi se dio una medalla por su buena respuesta. Fue recuperando su seguridad de a
poco. Jungkook lo miraba completamente pasmado, como si hubiera visto un fantasma,
y a penas si espabilaba.
¿En qué situación rara se había metido? Fue lo que pensó Jungkook. Su garganta se
volvió un nudo, y su corazón se agitó, de repente nervioso. Se suponía que tenía que
responderle algo, contraatacar, y sin embargo, ¿por qué seguía estático?5
¿Por qué era ahora Jungkook el que gritaba? Ah, maldición. Su pulso desenfrenado y la
fabricación de una sensación extraña en su estómago lo estaban haciendo perder el
control.
—¡Ugh! ¡No te soporto! —dijo Taehyung, tomándose del cabello, atácandolo con la
mirada. Las manos de Jungkook se empuñaron, y retuvo el aliento.8
Y con la razón dormida en sus cabezas, ambos dieron un paso delante, y unieron sus
labios.831
No sabían cómo habían terminado así, o qué fuerza extraña los había hecho dar ese
paso. Pero cuando tocaron los labios ajenos, todo el autocontrol residente en sus
cuerpos se desvaneció.
Si había algo llamado "atacar una boca" en definitiva podía ser la forma de describir ese
beso: el choque de sus labios, sus lenguas intentando tocarse, los ligeros choques de sus
dientes, toda la furia y la exasperación era lo que se trasmitían. Los sonidos húmedos,
obscenos e impacientes comenzaron a llenar el ambiente. Las manos de Jungkook
tomaron de la nuca a Taehyung, sus dedos explorando su cuero cabelludo, y Taehyung
enterró las yemas de los dedos en el pecho ajeno, intentando reprimir los jadeos y
pequeños soniditos agudos que amenazaban en dejar su boca. Un extraño cóctel de
sensaciones se apoderó de los cuerpos de ambos:134
Hambre.38
Enfado.13
Excitación.204
Fanfic
Con la mano libre, Jungkook tomó de la cintura al castaño y lo atrajo hacia él de un tirón.
El toque de los labios de ambos los estaba enloqueciendo.62
Sus cabezas, dormidas y atontadas, eran incapaces de reaccionar a lo que hacían. Ellos se
odiaban, y sin embargo, ese odio comenzaba a transformarse en un muy retorcido
deseo. ¿Por qué? ¿cómo?34
No tenía sentido.1
Dos bocas juntas no deberían haber encajado tan bien. En especial por los dueños de
estas, que seguro cuando se dieran cuenta de lo que hacían: enloquecerían de rabia. Qué
vergonzoso e incorrecto acto. Ambos prácticamente jurarían que nunca había pasado
para preservar sus orgullos.2
El viento helado golpeó sus cuerpos calientes. Y las caricias de Jungkook en el cabello de
Taehyung lo hicieron gemir bajito.
—¡Taehyung!347
Ambos hombres se chocaron con la realidad como si les hubieran derramado un cubo
de agua fría en sus cabezas. Se alejaron de golpe, con una rapidez increíble, como si sus
cuerpos se hubieran repelido. Y se miraron, completamente perplejos, con sus
respiraciones agitadas y los labios húmedos y hinchados por los besos.36
—¿Tae? —volvió a oír, y su cabeza lo percibió a penas unos segundos después. Ha Neul,
Peach Blues, la una de la mañana.20
—Joder... —musitó, tocando con las puntas de los dedos sus labios. Sus manos
temblaban, y su corazón latía con violencia. Fue entonces que distinguió la figura de su
mejor amiga en la puerta del club, también completamente pasmada por la escena que
la había recibido, y el sudor a punto de escurrirse de su cuero cabelludo. Tragó saliva, y
volvió a mirar hacia Jungkook.33
El hombre estaba tan pálido como si hubiera visto a un fantasma, con la mirada aún en
esa cabeza castaña. Tenía que ser una pesadilla, un sueño muy malo. ¿Ellos acababan
de...?142
No supo cuando sus piernas comenzaron a moverse, y cuando fue consciente, se alejaba
de Taehyung y del club. Se agarró del cabello con fuerza, completamente fuera de sí, con
el corazón descontrolado y su libido ardiendo. Caminó más rápido.16
Taehyung la interrumpió.
—V-Vamos a casa.
Fanfic
Capítulo 14
Los vientos fuertes de finales septiembre hicieron que su cabello negro le tapara la vista
mientras caminaba. Bajó la mirada hasta el reloj de su muñeca, el cual marcaba las cuatro
de la tarde, y suspiró con pesadez sintiendo una persistente jaqueca en sus sienes.10
Levantó la mirada para el viento llevara su cabello hacia atrás y su rostro pudiera estar
despejado. Este otoño había estado un poco más extraño que los anteriores: demasiado
desordenado. Usualmente, llovía por semanas, y las hojas de los árboles se secaban y
comenzaban a caer, dejando a los árboles listos para el invierno, pero las últimas
semanas el clima había sido algo completamente imposible de predecir. Cada día era un
suceso diferente, ya fueran muy bajas temperaturas, diluvios, humedad, o vientos. Las
hojas de algunos árboles aún se veían poco maduras para caerse, lo cual, aunque la
gente no se fijara mucho en eso, inquietaba a Jungkook.1
Fanfic
¿Parecía coincidencia que justo después de conocer a aquel castaño todo su mundo
comenzara a modificarse a una dimensión caótica? Incluso las estaciones, qué
descabellado.2
Su estrés y mente atrofiada no lo dejaron pensar con claridad hasta que puso pie dentro
del café, y el sonido de la campanita de la puerta lo alarmó más de lo que debería.1
Porque de golpe había recordado eso que se había esforzado en ignorar y olvidar.
Tragó saliva, y sintió ganas de pasarse las manos por el cabello para intentar drenar los
nervios que comenzaron a acumularse en la boca de su estómago. No lo hizo. Las
personas dentro del café fueron ajenas a su presencia, y lo agradeció, ya que se había
quedado estático en la entrada y lo último que quería era atención.3
Pero cuando dirigió su mirada al mostrador, se dio cuenta de que en realidad no era el
único estático.
Los nervios se hicieron más fuertes, pero esta vez se mezclaron con algo de irritación
cuando su mirada chocó con la de Taehyung. El hombre estaba en la caja, recibiendo el
dinero de un cliente, pero al parecer su entrada le había hecho detener todas sus
acciones, y ahora estaba con la boca entreabierta, como si hubiera dejado una frase a
medio terminar, y sostenía en la mano un recibo.
Ninguno de los dos apartó la mirada por unos buenos segundos. Taehyung fue el
primero en desviarla, y ligeramente atontado siguió atendiendo al cliente. Sus labios
flaquearon al tornarse en una sonrisa, y Jungkook, logró por fin hacer que sus piernas se
movieran a una mesa cuando se dio cuenta de que impedía el paso de más clientes que
querían entrar.
Pero el peli-marrón que lo había atendido la primera vez fue llamado por una mujer en
el otro extremo del lugar. El chico, que al parecer no sabía cómo sonreír, miró a la mujer
y con señas le pidió que esperara.
—No, no se preocupe. Vaya con ella primero, ella llegó antes. —dijo esto con tanta
rapidez, que ni siquiera fue consciente de que aquella información cruzara por su cabeza
antes de salir por su boca.38
Se pasmó.22
Le habría gustado decir eso porque en verdad sucediera, y no porque notara que
Taehyung había terminado con su trabajo en la caja y estaba tomando su libreta de
pedidos.6
Joder.9
¿Acaso de verdad intentaba Jungkook ser atendido por Taehyung? ¿Era que su cuerpo
no captaba las órdenes de su cerebro? Por el amor de Dios. No necesitaba esto ahora,
Fanfic
aunque eso hubiera sucedido con Taehyung, el hombre seguía siendo un fastidio. Y
ahora con aquel suceso en lista, fácilmente podían discutir otra vez.1
¿Por qué su cabeza estaba de acuerdo con algo y su cuerpo hacia todo lo contrario? Se
mordió el interior de la mejilla con fuerza. Él no era un hombre impulsivo, nunca lo había
sido. ¿Entonces por qué sucedía esto?1
Él juraba haber visto a Yoongi a punto de atender a Jungkook, y sin embargo, ¿Por qué
estaba con una mujer más atrás? Recibió una corta mirada del pelinegro, y la
correspondió solo por un par de segundos. Era obvio que el hombre esperaba que lo
atendieran.
Sacudió la cabeza y bufó, pasándose las manos por el cabello que mantenía recogido.
Había pasado los últimos días alejando aquella vergonzosa situación de su cabeza, y
ahora parecía querer aparecer de nuevo. No iba a permitirlo.
Caminó intentando parecer firme y decidido hacia la mesa, pero sus piernas flaquearon
en el momento que el hombre le dirigió la mirada.
Se sintió enrojecer hasta el cuero cabelludo cuando por su mente cruzaron de forma
rápida el recuerdo de sus labios cálidos y ágiles sobre los suyos. Quiso darse la vuelta y
correr a esconderse, sus mejillas ardían en carmesí, lo sentía, y no podía echarse a atrás.5
Maldita fuera su poca capacidad para ocultar sus sentimientos. Estaba seguro de que
tenía los pensamientos escritos en la mente por la mirada cautelosa que recibió de
Jungkook cuando se paró frente a él.
Él se sentía... ¿vulnerable?
Quiso darse una bofetada para reaccionar cuando una oleada de inseguridad hizo que
su garganta de volviera un nudo. Carajo, ¿qué andaba mal? ¿Por qué se sentía tan
expuesto y avergonzado? Él no era de los que acobardaban frente a las personas.
Podía casi jurar que era la primera vez en su vida sintiéndose así. Todo era culpa de
Jungkook.4
El pelinegro frunció ligeramente el ceño cuando pidió su café con unas tostadas y el
castaño lo escribió en su libreta con dedos torpes y temblorosos. Había esta cosa
intangible entre ellos que no existía antes. No era tensión... O al menos no la tensión
usual.94
Llevó la mirada hasta el rostro del chico, y evitando mirar sus labios, se dio cuenta del
prominente color rojo de sus mejillas. Abrió un poco más los ojos siendo incapaz de
dejar de mirarlo.
Taehyung se alejó de él manteniendo su silencio, aún con las mejillas como tomates, y
Jungkook lo siguió con la mirada hasta que desapareció en la cocina.
La idea inicial había sido, tanto en Jungkook como en Taehyung —producto de sus
orgullos—. hacer como si nada hubiera sucedido. La relación entre ellos, por mala que
fuera, se suponía que iba a quedarse así. Debía quedarse así.
Ambos lo pretendían.
Pero las cosas parecían estarse saliendo del control de ambos. Algo había cambiado.
Taehyung, en la cocina, tuvo que hacer el café dos veces, y luego agacharse con las
manos tapando su rostro por la creciente sensación de humillación que sentía. Su actitud
tan tímida y avergonzada le pesaba, ¿se había visto débil?34
Incluso ganas de llorar le invadieron. Justo frente a la persona con la que tenía que
permanecer impasible, había actuado como un animalito asustado. Se sentía
jodidamente decepcionado de sí mismo. Se mordió la lengua con fuerza, y respiró
profundo intentando calmarse.2
—¿Taehyung? ¿Sucede algo? —preguntó, y Taehyung se quedó quieto, aún con sus
manos cubriéndole el rostro— ...¿Taehyung?2
Fanfic
Taehyung se alarmó con aquello, y sin responder fue hasta el lavabo y, distinguiendo la
silueta de Namjoon en el cuarto de hornos, se lavó rápidamente el rostro. Se secó con
alguna servilletas.
—¿Taehyung? —insistió.
Se volvió a mirarlo, ahora con el rostro menos enrojecido y con las lágrimas
reprimidas.110
Taehyung suspiró a sus adentros, tomó el café, le puso la adición de crema, lo puso en
una bandeja de plata, y suspirando una última vez, fue a llevarlo.
Se detuvo en la puerta de la cocina cuando vio que Jungkook, con las manos cruzadas
en la mesa, sonreía con la mirada perdida. Sus dientes de conejito resaltaron.154
Entonces sus mejillas otra vez estaban rojas. Caminó con rapidez para entregar el
condenado café y acabar con eso de una vez por todas. Las ganas de llorar se frustración
volvieron a hacerse presentes.1
Cuando Jungkook lo vio acercarse, aquella tímida y radiante sonrisa se desvaneció de sus
labios. Y fue reemplazado por su mueca usual de desagrado hacia Taehyung. El castaño
ya se había acostumbrado a ella, e incluso se alegró —joder, que pudo respirar—. de
que su expresión fuera la misma del hombre petulante y amargado que era.
Porque al menos aquello permanecía igual. No habían dudas, Taehyung aún lo hacía
enojar, por las razones que nunca había comprendido. Qué bueno que era mutuo.
Porque haberse besado con brusquedad y excitación en medio de una discusión no era
para tanto, ¿verdad?184
Pero un agarre firme, cálido, y jodidamente familiar lo tomó del brazo. Se volvió,
intentando permanecer indiferente. Milagrosamente, lo logró.
Jungkook lo observó a través del reflejo por la luz de sus lentes. Su mano tardó en
retirarse del brazo de Taehyung, o al menos así lo percibió él.1
Taehyung se sobresaltó, ¡Claro! ¡Las tostadas! Las había olvidado por completo.
—Ya las traeré. —afirmó, con seriedad, y se alejó de allí sintiendo la zona donde
Jungkook había tocado arder como si se hubiera quemado con algo.
Aquella forma firme que tenía al momento de tocar, la había percibido cuando había
sostenido su nuca mientras lo...77
Fanfic
Sacudió la cabeza de nuevo y se concentró en emplatar las tostadas del hombre. Las
llevó, y sin mirarlo mucho las dejó con un poco de brusquedad en la mesa. ¿Por qué
siquiera lo había tocado? invasivo.
—Gracias, mejillitas.667
Una gran burbuja de rabia y vergüenza explotó en el pecho de Taehyung. Maldito idiota,
lo había notado.24
Había dicho gracias, y eso era sorprendente, pero no podía tomarlo en cuenta si lo había
llamado así.
Adentrándose en la cocina, exhaló con fuerza disfrutar del sentirse aliviado. Ahora
confirmando que todo estaba en orden, se decidió en ir aquella noche al apartamento
de Seokjin.4
Después de todo, se había decidido en darle una limpieza. Y ahora que no había
obstáculos como el posible ambiente incómodo que había desparecido en el café con
Jungkook, podía ir con tranquilidad.3
Y lo mismo sucedía con Jungkook, que bebiendo y comiendo, se sintió igual de aliviado
porque aquella rara sensación intangible y desconocida entre ellos se desapareciera
dejando la usual molestia de siempre.
Fanfic
Aunque las reacciones de sus cuerpos los delatara cada vez más.
Fanfic
Capítulo 15
Después de escabullirse pendiente de que nadie saliera de la puerta de enfrente, Kim
Taehyung se adentró en el apartamento de su difunto novio en la tarde con todo un kit
de limpieza.13
Encendió la luz, e ignoró el latir ansioso de su pecho y fue a abrir las ventanas. Las motas
de polvo eran aún perceptibles en el aire aunque fuera de noche.
Se esforzó por ser fuerte, y reprimir todos sus sentimientos —que después de tanto
tiempo, ¿Por qué no se iban?—. y tomó la escoba, y todo los paños húmedos del
paquete que había traído y se dispuso a limpiar.1
Luego de dos horas de arduo trabajo, el lugar comenzó a verse mejor. Casi podía decir
que con las pocas cosas que aún habían parecía ligeramente hogareño. Limpiar los
cuadros y las decoraciones que el mismo Seokjin había hecho le había proporcionado
aquel viejo color al ambiente que aún podía recordar. Había puesto música luego de que
su cabeza comenzara a reproducir recuerdos, y aunque tuviera ganas de llorar, aún
podía controlarse. Odiaba que aún fuera inevitable sentirse tan triste e impotente, pero...
¿Qué podría hacer, igualmente? Ya no podía hablar. Era tonto volver a comenzar con
todo eso, si nadie estaba dispuesto a escucharle. Quizá eran sus tontas convicciones,
quizá simplemente, en su cabeza nunca cabría la idea de que Seokjin se suicidara.56
Quizá tenía que dejar de correr en círculos. Pero era más difícil hacerlo que decirlo.
Intentaba convencerse a sí mismo de que estar allí le ayudaría a sanar, pero aún pensar
Fanfic
en volver a la universidad lo aterraba, y solo con permanecer en aquel lugar sus ojos
ardían por retener las lágrimas. No quería sentirse tonto. No quería ponerse otro peso en
los hombros.
Pero cada vez era más difícil evitar que todas aquellas situaciones se le fueran encima.
Porque, ¿Qué sería de él si se dedicara a trabajar en el café el resto de su vida? No era
como si le disgustara su trabajo, pero se veía bastante miserable si permanecía así.
Además, aún tenía cosas que quería hacer.
Tomó un pequeño porta-retrato sin fijarse mucho mientras tarareaba la canción que su
móvil reproducía. Y aunque trató de no inmutarse al darse cuenta de el contenido de la
fotografía cuando le quitó la densa capa de polvo del cristal, una gran oleada de
emociones le revolvieron el estómago.
Se enfadó cuando sus ojos no soportaron las lágrimas y las dejó salir. Se levantó, sin
soltar el porta-retrato, y salió de la habitación con pasos pesados. Metió el objeto en una
bolsa de tela que yacía llena de otras pequeñas esculturas y recuerdos, la cerró, y
comenzó a recoger sus cosas.
Fanfic
Era un jodido sensible. Se odió por la manera en la que era. Con la frecuencia con que
lloraba últimamente, las actrices de los dramas sentirían envidia. Taehyung era
prácticamente una maldita magdalena.120
Había limpiado la mayoría del lugar, y aunque no planeaba dejarlo sin terminar, sus
sentimientos parecían a punto de desbordarse y tenía que salir de allí rápido.
No de nuevo, pensó. Estaba repitiendo lo mismo de la última vez, de nuevo era frágil, de
nuevo huía.1
Se mordió la lengua con fuerza cuando cerró la puerta tras él. Traía una mochila y la
bolsa de tela en las manos, las cuales soltó de golpe.
Sus piernas fallaron, como todo en su vida, y cayó al suelo sobre su trasero. Ocultó su
rostro con las manos, y estalló en llanto.
Cuando el viento frío le golpeó el cuerpo, se dio cuenta de que había dejado su abrigo
dentro.
Acomodó las piernas contra su pecho, y sollozó mientras mordía su labio. Su corazón no
podía estar más expuesto, y no se sentía capaz de detenerse.
Su ceño se frunció.
La criatura arañaba la puerta de Seokjin con sus patas delanteras, casi que ignorando la
presencia de Taehyung. Maullaba y gruñía por lo bajo. Parecía como sí... quisiera entrar.2
O no, como...
El gato continuó su acción por un tiempo más, y dejó algunas marcas en la madera de la
puerta. Fue entonces que dirigió su mirada a la de Taehyung.
¿De verdad le estaba hablando así a un gato? Y lo peor era que, ¿De verdad se quedaba
en silencio como si esperara una respuesta?
Y fue el último gritó el que ahuyentó al pobre animal, que con oídos sensibles, no
soportó tal escándalo y optó por irse. Taehyung lo observó huir por las plantas que
adornaban las esquinas, y fue increíble la forma en la que el gato se camufló. Taehyung
no pudo percibirlo más y, con la respiración entrecortada y su llanto más fuerte, se
abrazó a sí mismo mientras sentía su corazón exprimirse de rabia.
¿Qué le sucedía?
Tragó saliva intentando encontrar cómo comportarse. Lo natural sería solo pasar de lado
y bajar las escaleras para dar su caminata —de la cual, según su reloj mental, ya solo le
quedaban 13 minutos y veinticinco segundos—. Y olvidar lo ocurrido ya que, ¿acaso le
importaba? Se había esforzado en mantener lejos de su cabeza a Taehyung, e implicarse
ahora no iba a ayudar en nada.
Alzó la mano para pasársela por el cabello, pero estando a centímetros de sus hebras se
detuvo: no iba a arruinar su peinado, ¿estaba poniéndose nervioso? ¿De nuevo, como
aquella tarde?
Frunció la boca y cerró la puerta con cuidado de no hacer ruido, caminó de paso
intentando ignorar su presencia por completo.
Pero de nuevo, como si una fuerza lo obligara, se detuvo cuando había pisado el primer
escalón.
Fanfic
Volvió la cabeza para mirarlo y suspiró. Caray, ¿qué era lo que pasaba? ¿Por qué su
cuerpo se negaba a moverse? ¿De nuevo actuaba a su voluntad?2
Apretó los dientes, pensando en lo inepto que era el muchacho por no notar su
presencia aún, y se cruzó de brazos volviendo a mirarlo.
Vamos, levanta la mirada y grítame que me vaya para no acercarme. Hazlo, mírame.64
Respiró profundo, y se obligó a bajar otro escalón. Sin dejar de mirarlo. Joder, realmente,
¿qué rayos le ocurría? ¿Por qué no solo dejaba pasar esto? No era asunto suyo, no le
importaba una mierda del tipo —o de eso quería convencerse—. y ni siquiera le caía
bien. Incluso allí sentado, con apariencia de vulnerabilidad y fragilidad, podía contar
todos sus aspectos discordantes. Incluso le faltarían dedos para contarlo.
Pero, sintiendo una extraña carga de culpa moral en el pecho, se irritó. Bien, quizá el tipo
era un tonto, pero Jeon Jungkook no iba a ser descortés.
Ahora teniendo una excusa —una bastante boba—. retrocedió los dos escalones y se
paró en frente del castaño.
No era nuevo verle allí, pero sí era sorprendente verlo en estas condiciones. El insolente,
desaliñado y grosero idiota usual no parecía residir en su cuerpo en aquel momento.
Incluso notó las marcas de sus costillas por sobre la camisa que utilizaba. Hacía un frío de
mil demonios, ¿por qué no usaba un abrigo?
Jungkook por poco agitó su pie por la impaciencia, él había utilizado un tono apropiado,
¿No le había escuchado de verdad?
—¿De verdad tú estás preguntándome esto? —continuó, casi que a fortuna del
pelinegro. Jungkook frunció el ceño.
—En ningún jodido momento puedes ser al menos un poco amable, ¿verdad? —le riñó,
ahora enfadado y con el ceño fruncido—. Maldición, y pensar que tienes amigos, no sé
cómo no te están diciendo lo imbécil que eres todo el tiempo.
—¿Qué dices? ¡Acabo de preguntarte qué te ocurre! ¡Eso es ser bastante amable! Eres
un desvergonzado desagradecido. —exclamó.
Bien, ahora iban seis minutos. En definitiva, el tiempo que había destinado a salir se
estaban drenando con el castaño. Y había sido inútil.
—¿Ves? ¡Ni siquiera eres capaz de disculparte, y atacas el doble! ¡Eres un hombre
grosero y prepotente!
Y otra vez, estaban tratándose tan mal como el primer día que habían cruzado palabra.1
Fanfic
—Ni siquiera sé por qué pierdo mi tiempo con alguien que no sabe valorarlo. —exclamó
Jungkook, entre dientes, y corriendo mentalmente todas las actividades que tenía
pendientes unos minutos para poder salir a dar su caminata. Necesitaba salir, y ahora
que estaba de mal humor, sí que quería sentir el aire fresco para calmarse.
Así que se dio la vuelta, y se alejó. Oyó como el muchacho gruñó: —¡No te soporto! —
mientras bajaba las escaleras.
Jungkook, ya al fin fuera del edificio, quiso darse una cachetada. Seguir a su cabeza en
cuanto a ese castaño era una mala idea siempre, ¿por qué no lo tenía claro? Y además,
¿Qué era lo que le pasaba a su cuerpo, que se negaba a seguir órdenes cuando estaba
cerca de él? No era un jodido colegial, tenía que controlarse.
Observó sus zapatos mientras caminaba. El castaño había dicho antes que el hombre
que vivía en frente era su novio.1
¡Él había besado a un chico con pareja! Parpadeó varias veces mientras su cabeza volvía
a la tierra. ¿Sería posible que, si tuvieran problemas, fuera porque el hombre había
descubierto sobre el beso?146
Un mal sabor se le instaló en la boca, siendo totalmente ajeno a todas las situaciones
que habían llevado a Taehyung a ese lugar.
Siendo también totalmente ignorante a la muerte de su vecino, hace un año atrás por
estar enfocado en la mudanza y su trabajo.48
Fanfic
Y solo se echó a caminar, con miles de preguntas sin respuestas. Y nuevas confusiones y
preocupaciones que no lo dejarían dormir.
[♦♦♦]2
No lo entiendo.28
Mientras enfrascaba grandes bolsas llenas de azúcar, la cabeza de Taehyung daba las
vueltas suficientes como para marearlo. Había dormido mal, tenía los ojos hinchados, y
un cóctel de confusión y culpa se desataba en su estómago.1
La situación del día anterior no había podido ser más desagradable. De nuevo, Jeon
Jungkook le había hallado en un momento de vulnerabilidad incontrolable, y tenía un
gran peso de humillación en los hombros desde entonces. Pero ni siquiera aquello era lo
que le atormentaba realmente.
A pesar de aquella desastrosa discusión, y las crueles palabras de ambos, había algo que
no cuadraba...
Jungkook había mostrado... algo así como... interés por él. Bien, no podía negarlo, el
hombre le había preguntado si pasaba algo. Taehyung, completamente sorprendido por
las intensiones del hombre, había sido incrédulo y altanero al principio. Y de allí había
surgido todo el problema posterior.
No tenían mucho peso sus acciones si lo pensaba con cuidado, pero una parte de él se
había ablandado un poco. Porque las intensiones iniciales de Jungkook no habían sido
malas, habían sido incluso amigables, y él... sólo respondió y lo trató pésimo.7
Sonaba un poco tonto teniendo en cuenta el infierno de hombre que había sido antes,
pero, al mismo tiempo quería corresponder su... corta muestra de amabilidad.
No iba a disculparse, pero quería hacer un silencioso gesto de agradecimiento. Así que
cuando el hombre cruzara esa puerta, Taehyung le invitaría el café, como si fuera
"cortesía de la casa", y saldría de esa culpa que le carcomía.
Ahora solo faltaba que Jungkook llegara al café. Ya eran más de las cuatro, el hombre
normalmente iba a esa hora. Además, era jueves, y aunque hubiera preferido ignorar
esos detalles, había memorizado los días que el pelinegro asistía al lugar, y ese era uno
de ellos.
Se adentró de nuevo a la cocina para terminar con su tarea, suspirando con pesadez por
no ver algún rastro del hombre.
¿Por qué justo aquel día alteraba su usual hora de asistencia? ¿Al menos iría? ¿O quizá la
última discusión habría sido su límite y ya no quería volver?
Cuando distinguió aquellos lentes redondos en la mesa junto a la ventana, una sonrisa
nació en sus labios.88
La cual se desvaneció cuando vio que Yoongi se acercaba a tomar su pedido. Casi se
resbaló cuando pegó un salto para salir de la cocina, y cuando el peli-marrón estuvo a
punto de dirigirle la palabra, Taehyung lo jaló con fuerza del brazo y se lo llevó hasta el
mostrador. Yoongi se quejó en un gruñido, el cual sonó como un maullido para
Taehyung. Casi se rió por eso.165
—Yah, mocoso, ¿Por qué me arrastras? —preguntó, intentando safarse. Solo cuando los
estantes los ocultaron bien, Taehyung lo soltó, con las mejillas rojas y los ojos brillantes.1
—¡L-Lo siento, Hyung! Pero, ¿Me dejaría atender a aquel hombre hoy?— preguntó,
intentando sonar firme.1
Y salió para entregarlo, intentando calmar la tensión que se adueñó de su cuerpo. Quizá
esto podría salir bien.
Se mordió con fuerza el labio inferior mientras caminaba hacia la mesa en la que se
encontraba, y cuando el tipo lo miró a través de sus cristales redondos, sintió un vértigo
en el estómago. ¿Enojado? ¿estaba enojado? ¿lo rechazaría? ¿iba a hablarle mal?
Tragó saliva.
Tragó saliva de forma sonora cuando detuvo su caminata frente a la mesa. Desvió su
mirada de la de Jungkook, la cual le transmitía algo no muy bonito, y dejó con cuidado la
taza de café descafeinado con dos de azúcar y una adición de crema en la mesa.
Jungkook lo miró casi curioso y algo prevenido.2
Porque había traído su café, sin pedido. Y parecía que quería decirle algo.
El poco valor que Taehyung logró reunir no parecía durar mucho tiempo, así que se
aclaró la garganta y tomó sus manos tras su espalda.
—Yo... eh... —musitó, y sacudió levemente su cabeza para dejar de trabar su lengua—...
el café de hoy lo invita la casa.
Pensó que aquellas palabras serían suficientes para irse, pero ceño fruncido de Jungkook
le impidió moverse.
—¿Por qué? —preguntó el pelinegro, mirándolo con real interés. Tenía una leve
sospecha de lo que pasaba: el chico, si sus ojos no lo engañaban, parecía... cohibido. 28
Y solo había una respuesta para aquello, y era por la situación que habían tenido el día
anterior. Reprimió la sonrisa que quiso enmarcarse en sus labios.
Taehyung lo miró por un par de segundos a los ojos, algo pasmado, con el cabello mal
atado y algunos mechones fuera de lugar. Jungkook pensó que quizá había oído sus
pensamientos por la expresión de desagrado que hizo.
Fanfic
Se dio cuenta de que tendría que decirlo. Tendría que aceptar su error.
O, si lo veía de otra forma, como un travieso bebé queriendo quedar bien con su papi.439
Entonces no fue capaz de pronunciar otra palabra. Jungkook ladeó la cabeza y alzó una
de sus comisuras de sus labios en una sonrisa leve.
—Bien, que lo disfrute. —dijo Taehyung, ahora evasivo, desesperado por irse, y se dio la
vuelta.
Si no fuera porque su brazo volviera a ser sostenido con firmeza, impidiendo sus
movimientos. Taehyung mordió el interior de su mejilla, maldiciendo en sus
pensamientos, y volvió lentamente la mirada a Jungkook.2
El hombre lo miraba con una expresión indescifrable. Fue entonces que habló:
Capítulo 16
Taehyung no pudo evitar soltar una risa. En realidad que Jungkook era bueno con las
bromas, y podía jurar que era la primera vez que el hombre le hacía reír.125
Sin embargo, la expresión seria de Jungkook no cambió. La mano que sostenía su brazo
tampoco se apartó.
—¿Qué? ¿Lo dices en serio? —preguntó él, ahora más sorprendido que nunca. Vio como
el hombre apretó la mandíbula.20
Tenía que ser una maldita broma. ¿Cómo podía estar invitándolo a salir? Estaba más que
seguro que no le caía bien, y aunque algunas cosas se pusieran raras antes y los cuerpos
de ambos hubieran hecho... ciertas cosas —como besarse salvajemente—. aún tenían un
mar de diferencias que los hacía incapaces de soportarse.5
¿Qué era lo que pasaba por la cabeza de ese hombre como para proponer aquello?
—¿Tú quieres salir conmigo? —preguntó, casi con diversión, intentando probarlo.
—¿Quieres palmaditas en tu ego? Si te lo dije, es porque así es. —respondió, con una
mirada casi asesina. Por el amor de Dios, ¿ni siquiera para estas cosas podía ablandar su
expresión?71
—¿P-Por qué quieres hacerlo? —preguntó, empuñando las manos, y sintiendo su piel
sensible a los toques del hombre. Inevitablemente, una pequeña burbuja de esperanza
comenzó a flotar dentro de él. ¿Quizá Jungkook quería enmendar todas las cosas que
desde un principio no habían funcionado? ¿Quería ser más amigable de verdad?
¿Quería...?
De verdad era increíble solo como una frase que saliera de la boca de Jungkook podía
hacer que todo el cuerpo de Taehyung ardiera de rabia.
El hecho de verle el lado negativo a las cosas solo se había desarrollado por culpa del
pelinegro. Quizá no era bueno estar tan prevenido, pero ya era un poco tarde.
Se safó del agarre de Jungkook de un tirón, y puso su mejor cara de pocos amigos.
Entonces Jungkook asintió con la cabeza. Unas tremendas ganas de hacer un berrinche
tal cual niño pequeño se apoderaron de Taehyung.3
—¿Cómo que probar algo? ¡No soy un experimento! ¡No saldré con alguien que me ve
como una rata de laboratorio! —espetó, y pateando el suelo, se fue hasta el mostrador.
Fanfic
Maldición, y pensar que... Y pensar que su cabeza se ablandó un poco hacia Jungkook.
Qué idiotez, las personas no cambiaban de un día para otro.3
Hubiera deseado que allí acabara esa situación, pero cuando tuvo a Jungkook de nuevo
frente a él —esta vez siendo separados por el mostrador—. supo que no sería así. Se
cruzó de brazos y se apretó el estómago quizá con demasiada fuerza mientras le
sostenía la mirada.
Jungkook inhaló profundo y apretó los dientes, el castaño era jodidamente difícil de
tratar. Quizá su elección de palabras al momento de invitarle no fuera la correcta. Pero él
no había mentido.
Vio como el castaño, con el cabello mal recogido, decidió ponerse a acomodar los
frascos de galletas del mostrador. Prácticamente ignorándolo ahora.
—Taehyung.
—Taehyung. —repitió, intentando acaparar su atención una última vez. Había tomado
demasiados riesgos para meterse en esto.
Dios, el chico en verdad era incontrolable. En definitiva, era el hombre más llevado por su
parecer —además de él mismo—. que había conocido nunca.
¿Por qué no solo podía escucharlo un par de segundos? Qué molesto era. Jungkook
odiaba no ser atendido.11
Jungkook era bueno obteniendo lo que quería. Jungkook siempre había sido bueno
haciendo que la gente cooperara.3
Que maleducado, inmaduro y atrevido era Taehyung. Y él jamás había sentido tantas
ganas de... ¿Cómo podía decirlo?
Sí, eso era lo que necesitaba Taehyung, obedecer. El chico no podía pretender tener esta
actitud desesperante todo el jodido tiempo, ¡Qué falta de modales! ¡Jungkook podía
jurar que era mayor que él!4
No sabía con exactitud qué pasaba por su cabeza ahora, pero, solo estaba
completamente seguro de una cosa:
Un castigo.487
Vio como el chico detuvo sus acciones por un par de segundos. Y luego, con cara de
molestia y reanudando sus acciones, se encogió de hombros.
El cuerpo de Jungkook se puso rígido como una piedra. Joder, su paciencia comenzaba a
agotarse. En aquel momento podría fácilmente tomarlo del brazo, inmovilizar su cuerpo
contra el mostrador completamente ajeno a sus quejas, tomarlo del cabello y azotar
su...564
Se alejó del mostrador, con pasos pesados, y volvió a sentarse en la mesa queriendo tirar
absolutamente todo abajo. Estaba enojado, totalmente furioso y ajeno a la dirección que
tomaba sus pensamientos.
Apoyó los codos en la mesa y enterró sus dedos en su cabello en un intento de calmarse.
No podía perder el control, tenía que tranquilizarse al menos un poco.
Nunca antes se había sentido al límite. Nunca antes sus pensamientos se habían ido tan
al extremo, nunca antes —ni su madre o algún aspecto de su antigua vida—. lo había
hecho sentir tan impotente.1
Él no iba a irse. El motivo de su presencia allí seguía claro en su cabeza aunque las cosas
se tornaran tan complicadas. Jungkook tenía que demostrar aquello que no lo dejó
dormir la noche anterior.
Fanfic
[♦♦♦]3
—Maldición... ¿En serio planea quedarse allí hasta el café cierre? —musitó, para sí mismo,
entre dientes, mientras limpiaba los estantes.
Qué fastidio, ¿acaso no se cansaba? ¿De verdad era tan obstinado? Por el amor de Dios.
Taehyung no iba a aceptar su maldita propuesta, ¿por qué no solo se resignaba? Si
seguía viniendo con el tonto argumento de que necesitaba probar algo con él, terminaría
sacándolo a patadas.2
Y, ¿probar algo? ¿Qué jodidos necesitaba probar? ¿Por qué tenía que involucrarlo a él?1
Soltó otro bufido y se incorporó, sin despegar la mirada del pelinegro. Soltó el trapo, se
secó las manos con su delantal y tomó de nuevo sin mucho cuidado su cabello, más en
un ademán nervioso que otra cosa. El sol se había ocultado casi por completo, y el café
estaba cada vez más vacío.
Jungkook le devolvió la mirada y alzó una de sus cejas. ¿Qué? ¿Esperaba que le dijera
algo? Taehyung arrugó la nariz y se dio la vuelta, diciendo en silencio que aún no diría
nada.
Y es que no iba a decir algo de todas formas. ¡Si tanto lo quería, pues que se quedara
viviendo en el estúpido local!2
Intentó distraerse terminando de atender a los dos clientes que quedaban, y luego
acomodó el cartel de "cerrado" en la puerta. Sentía la fija mirada de Jungkook en la nuca,
pero al volverse no la devolvió.
La puerta de la cocina se abrió, y descubrió a un Yoongi abrigado y listo para irse. Los
ojos de Taehyung se ampliaron, y sus piernas se movieron rápido hacia él.136
No, no podía ser, no. ¿Yoongi se iba? ¿Por qué se iba? De reojo observó a Jungkook, que
fingía tomar de su café —ya que la taza estaba vacía desde hace una hora—. y tenía las
comisuras de los labios levantadas en una sonrisa casi malévola.143
Las manos de Taehyung temblaron, y las tomó tras la espalda para ocultarlo. Sonrió
falsamente hacia el peli-marrón.
Fanfic
Jungkook y él.6
—Te lo dije esta mañana, pero, ¿Cuándo escuchas realmente? —respondió, pasando a su
lado hacia la puerta. Taehyung intentó perseguirlo, con ganas de pedirle que no se fuera.
El karma tenía que estar jugándole una broma horrible. ¿Por qué tenía que pasar esto?
Joder, ¿Ahora qué haría?
Irguió su espalda, y cerró los ojos mientras respiraba profundo. Tenía que pensar con
cabeza fría. Iba a echar al pelinegro como fuera, y si no cedía, siempre podía llamar a la
policía.7
Qué pésima idea haberle ofrecido el estúpido café. No debería haberlo hecho, ahora se
había metido en una situación peor.51
Fanfic
Cuando la puerta se cerró tras él, respiró hondo dejando caer los hombros. Qué
situación tan incómoda y estresante. Esperaba salir de esto pronto.9
Fue garabateando en su libreta los ingredientes que comenzaban a hacer falta, y dio su
caminata usual por la cocina detallando con cuidado, asegurándose de que todo siguiera
en orden. Con Namjoon como el encargado de la cocina, nunca se podían confiar —al
mes, el hombre tenía que reponer varios platos rotos y máquinas averiadas—. y al
confirmar todos los artefactos enteros, decidió en beber un vaso de agua.23
Cuando la puerta se abrió de golpe, Taehyung quiso morirse porque el vaso se resbaló
de sus manos. Si antes categorizaba a su Sunbae Namjoon como un dañino, en definitiva
su puesto podía ser reemplazado por Taehyung. Con esto y la taza de hace unas
semanas ya tendría que pagar dos cosas.
Pero eso no le pasó por la cabeza, ya que se quedó completamente perplejo mirando a
Jungkook adentrarse en la cocina.125
Mierda.3
—¡Yah! ¡No puedes entrar aquí! —exclamó, ahora caminando hacia él—. ¡Tienes que
estar de joda! ¡Sal de aquí!7
¿Qué rayos?
—No me iré. —afirmó, casi burlón. Taehyung quiso golpearlo hasta borrar la sonrisa de
su cara.
—¡Esto es allanamiento! ¡El café ya cerró, demente! ¡Vete antes de que llame a la policía!
—gritó, poniéndose rojo del enojo.2
—Es un hábito tuyo gritar tanto, ¿verdad? —preguntó Jungkook, cruzándose de brazos,
aparentemente calmo.9
—¡No es cierto!83
Jungkook avanzó hasta él, quedando igual de cerca que la noche fuera de Peach Blues.
Taehyung entrecerró los ojos y gruñó de irritación.
—Eres demasiado escandaloso. —dijo Jungkook. Bajando un poco la cabeza para mirarlo
bien.19
—Tú estás demente. Has estado aquí más de dos horas, ¿eres tan desocupado en
verdad?
Fanfic
—Tonto.
—Exagerado.
—Imbécil.
—Infantil.
—Idiota.158
Ambos caminaron hasta el otro y se atacaron con las miradas. Los dos irritados, cansados
y enojados.44
—¿Qué?16
Fanfic
—Bésame, Taehyung. —esa no fue una pregunta, ni una petición. El castaño intentó
retroceder, confundido como el infierno, pero el brazo de Jungkook en su cintura lo
impidió.172
—A-Ah... —musitó, siendo atraído más por el agarre de Jungkook. Las frentes de ambos
se tocaron—. ¿Qué es lo que haces? —musitó, con los sentidos ahora un poco atontados
y confusos por su cercanía.
—Probar. —respondió Jungkook, con la voz grave, ronca y embelesada. La cintura del
tipo se sentía realmente pequeña en sus manos.16
Se sentía igual que en aquel momento, que esa última noche. Enojado, desesperado,
exasperado. Pero con un extraño deseo creciente en sus entrañas.
¿Qué rayos era esto? ¿Por qué su orgullo luchaba en tomar el control de todo y alejarlo?
Aún se sentía totalmente desquiciado y sin embargo, estar enfadado con Taehyung solo
le hacía... Desearlo más.59
Taehyung cerró los ojos, demasiado consciente de su cercanía, y sin embargo, sin luchar
por alejarse.
—No soy tu jodida rata de laboratorio, ya te lo dije. —aquejó, sintiendo una revolución
en su estómago.
Taehyung no entendía.
No entendía esto.
No entendía a Jungkook.
No se entendía a sí mismo.47
Fanfic
¿Qué era lo que le impedía alejarse? ¿Por qué, sintiéndose frustrado y enfadado se sentía
atraído a esta actitud intimidante y dominante de Jungkook?20
Taehyung odiaba aquel comportamiento. Nunca había tolerado a los hombres como él.
Pero, ¿por qué parecía mover todos los botones correctos en él? iba a explotar de
frustración.
—Abre los ojos, mejillitas. —ordenó Jungkook, afianzando su agarre, y tomando con la
mano libre el mentón de Taehyung—. Ábrelos, joder. Obedece. —gruñó.359
Los párpados de Taehyung se abrieron, dejando pasar sus emociones por los ojos. Había
algo realmente lujurioso y tétrico en la forma que miraba.1
—¿Quién te crees tú para darme órdenes? —preguntó, bajito, contra los labios de
Jungkook.
—¿Toqué la herida? ¿Te molesta tanto que no te obedezca? Vaya, Jungkook... —musitó,
y se relamió los labios con lentitud, acaparando la mirada del contrario— ... es una
lástima que nunca vaya a seguir tus órdenes, conejito.215
—Cállate. —gruñó Jungkook, y fue entonces que atacó su boca. Taehyung soltó un
ruidito agudo, y respondió al beso con desorden y nada de coordinación. La mano que
permanecía en su mentón le apretó y le obligó a ceder al ritmo imponente de
Jungkook.138
Fue entonces que los labios de ambos encajaron tan bien como la primera vez. Los
pechos de ambos se juntaron, y un calor abrumador comenzó a emanar de ambos
cuerpos.3
De nuevo, fue un beso lleno de rabia, frustración y convicciones contrarias. Los sonidos
húmedos del choque de sus labios no tardaron en hacerse presente. Jungkook gruñó en
su boca, y las manos de Taehyung se aferraron a sus brazos.35
Jungkook chupó y mordió con ansiedad los labios rojizos de Taehyung, provocando que
el hombre gimiera bajito.
—Dí que sí. —musitó Jungkook, entre besos, sin aliento y en descontrol.129
—N-No...
Todas aquellas voces que en la cabeza de Jungkook pedían no ser tocado, y se sentían
asqueadas por el exceso de contacto se ahogaron por el despertar del libido del
pelinegro. Posó una mano en su nuca, tomó su cabello mal recogido y lo haló,
separándole de él, provocando un ligero lloriqueo de Taehyung.7
Jungkook fue el primero en apartarse. Se puso derecho y ladeó la cabeza sin dejar de
mirar a Taehyung.
—El acuario, mañana a las siete y cuarto en punto. —dijo, con lentitud, repasando cada
palabra—. Más te vale ser puntual.145
Taehyung alzó una de sus cejas y sonrió sin ganas, aún sin aliento. —Te dije que no iba a
hacerlo.
—Estaré ahí, es tu decisión si me dejas esperando. —espetó, y salió del lugar como si
nada hubiera pasado. El corazón de Taehyung siguió latiendo con violencia hasta que
escuchó como la campanita de la puerta indicaba su partida.
Jungkook era una cabeza dura. Sin duda un obseso del control.4
Capítulo 17
Intentar encontrarle lógica era difícil. Aquella fuerza extraña que había atraído al castaño
y al pelinegro una segunda vez, había tornado las cosas un poco más que complejas. No
era seguro que fuera una atracción, para que existiera una atracción las dos partes
debían de ver algo bueno en el otro.6
Estaba claro que no se soportaban, y sin embargo, era aquel sentimiento desesperado el
que terminaba uniéndolos. Si habían guerras de golpes y heridas, la guerra de ellos era
con sus cuerpos. Había algo extrañamente satisfactorio en el hecho de que lograran
desquitarse con el otro a través de aquellos besos francamente vulgares, lo que al mismo
tiempo alimentaba las discordancias que en ellos vivían.12
Taehyung no era el tipo de Jungkook, y lo mismo pasaba al revés, pero cuando ambos se
tocaban perdían todo tipo de cordura; y nacía en ellos un instinto primitivo y lujurioso.
Fue la conclusión que sacó Jungkook mientras caminaba a casa, con el corazón alocado
y un calor abrumador en todo su cuerpo después de haber estado con Taehyung.
Aquello era lo que había deseado probar, la razón por la cual le había propuesto que
salieran. Quería saber si esa frustrante atracción que había percibido aquella noche fuera
del Peach Blues aún existía. E incluso ya comprobado, no quería echarse atrás. 26
Fanfic
Porque, ¿cómo era que esa extraña unión era posible? ¿tenía algún sentido?1
Había sido impulsivo esa noche, lo admitía. Estaba cansado y enojado cuando se decidió
en entrar a la cocina. Solo quería obtener su condenada respuesta para así marcharse. Y
aunque no hubiera obtenido una exacta, se sentía algo satisfecho.
No iba a mentir, aunque chico fuera un molesto, quería repetirlo. Había esta extraña
hambre en él que tergiversaba toda la desesperación que le hacía sentir por un retorcido
deseo de controlarlo y tocarlo. Todas las discordancias de Taehyung lo hacían sentir lo
suficientemente enfermo como para querer forzarlo a corregirse.
En eso había tenido razón Taehyung. Pero Jungkook no iba a admitirlo en voz alta, todo
eso le hacía sentir demasiado raro aún.
No podía afirmar con seguridad que sabía lo que hacía. Por primera vez en demasiado
tiempo, Jungkook se estaba comportando de forma impulsiva. Varios tornillos de su
sanidad se estaban safando por su culpa. Y eso sólo lograba sacarlo aún más de quicio y
querer hacer pagar al pobre castaño.2
Estar inconforme consigo mismo era desesperante. Su cuerpo hacia cosas que su mente
no consentía, era casi como si sus convicciones se hubieran divido y ya no desearan
mezclarse. Lo odiaba.16
Y bien, ¿Qué se podía concluir de todo ese creciente desastre? Nada iba en buen
camino. Estos encuentros que estaban teniendo ambos habían superado la brecha de lo
coherente. Si ambos seguían con esto, ¿a qué punto llegarían?6
[♦♦♦]8
—Estás algo... desganado, ¿Está todo bien, hijo? —preguntó Chin Mae, el padre de
Taehyung, mientras tomaba un trozo de carne con los palillos de la pequeña olla en
medio de la mesa del restaurante y se lo llevaba a la boca.
Taehyung bebió un sorbo de té de cebada frío y miró a su padre con una expresión
ligeramente seria.
—Sí, todo está bien, ¿Por qué no lo estaría? —preguntó en cambio. Las luces del techo
del restaurante resaltaban en ambos sus cabelleras, dando la ilusión de algunos destellos
dorados en sus hebras castañas.
Taehyung detuvo los palillos cuando estos iban en dirección a la olla, y miró a su padre
con algo de molestia. El hombre, aunque hubiera apoyado su idea de tomarse un
Fanfic
—No puedes inventarte alguna excusa, Taehyung. Trabajas todos los días, desde que el
sol sale hasta que se pone. Ni siquiera trabajando en una oficina sales tan tarde.9
—No son excusas. Pero tampoco es como si el trabajo en el café esté agotándome
demasiado.1
Taehyung ya sabía para donde iba esa conversación cuando su padre dijo:
—Sí lo está haciendo, estás todo ojeroso y de cara larga. Pero tiene sentido, con tu edad,
deberías estar en un salón de clases, no esforzándote a tal punto.19
—Hay muchos jóvenes que trabajan, papá. —protestó, deteniendo por completo su
comida.1
—Sí, pero trabajan medio tiempo porque estudian la otra mitad del día. — dijo, con un
tono severo, y soltó los cubiertos para enfrentar a su hijo—. ¿Cuánto más va a durar tu
período sabático? Hace más de un año que lo decidiste, pero no pareces con intensiones
de volver a la universidad.6
Taehyung bajó la mirada y se tomó las manos bajo la mesa para apretarlas. Se relamió
los labios al sentirlos secos antes de hablar:
—¿Y qué es lo difícil en todo esto? —preguntó su padre—. Tienes tu carrera a la mitad,
puedes terminar fácilmente en menos de dos años. Podrás trabajar en lo que te gusta, y
no en algo que tuviste que aceptar.
—¿Entonces, Tae? ¿Por qué parece que quisieras quedarte trabajando en el café? —casi
riñó Chin Mae.
—Explícate, entonces.
—¿Por qué debería? Es mi problema. —intentó evadir, ahora de mala gana e irritado.
—¿Discúlpame? —preguntó su padre, dejando caer las manos en la mesa quizá con
demasiada fuerza, provocando que los platos resonaran al chocarse entre ellos—. ¿Tú
problema? ¿Se te olvida con quién hablas, jovencito?49
Taehyung se encogió en sí mismo mientras escuchaba los regaños de su padre. Bien, sí,
se había equivocado al hablarle así, pero en realidad no quería tocar ese tema.
Su padre se enojó bastante, y estuvo reprochando su actitud por casi diez minutos.
Incluso la gente de los alrededores los miró con inquietud. Era humillante, pero se lo
merecía.
Cuando Chin Mae fue consciente de lo mucho que había alzado la voz, dejó caer los
hombros y respiró hondo observando a su hijo cabizbajo y apagado.
El chico hizo un mohín, con sus dedos jugando con las gotas de agua que se deslizaban
de su vaso de té helado de cebada, y solo negó con la cabeza.
El Kim padre apoyó los codos en la mesa y se quedó mirando a Taehyung. El chico,
desde pequeño, había sido tan explosivo y alegre como una bengala, pero siempre que
era reprendido se ensimismaba demasiado y se volvía tímido y callado.5
Incluso siendo su padre, y sabiendo que debía corregirle en lo que viera necesario, no le
gustaba ver a esa lucecita apagarse. Siempre fue su debilidad como padre.1
—Me disculpo por alzar la voz. —admitió, e intentó comer algo. Taehyung retuvo una
bocanada de aire, levantó la mirada, y con una sonrisa poco genuina asintió con la
cabeza.10
—No te preocupes, yo me disculpo por haber dicho eso. —musitó, intentando calmar las
aguas.22
Su padre asintió con la cabeza, y dejando ir el tema, le contó que sus tías —hermanas de
su madre—. habían estado preguntando por él últimamente. El ambiente se suavizó, y
lograron terminar la cena de forma amena.
No había olvidado el "compromiso" que tenía aquel día. Tenía el presentimiento de que
Jungkook ya estaría esperándolo en la entrada del acuario.
No iba a ir. Por supuesto que no. Él había sido claro y había dicho que no desde el primer
momento, y lo último que planeaba hacer era cambiar de opinión.1
Iba a llover. No tenía dinero suficiente para un taxi y aún faltaban más de tres calles para
llegar a su casa.
Cuando aceleró el paso, pequeñas gotitas comenzaron a golpear su frente. Apretó los
puños y caminó mucho más rápido.
—¡Frida! —exclamó, encendiendo las luces para enfrentar a su gata. La felina lo miró con
recelo sin inmutarse.
Entonces recordó que la criatura, desde que había estado cerca del gato anaranjado del
edificio de Seokjin, lo había estado evitando. Parecía abiertamente celosa y enfadada.
—Joder, Frida. —se quejó, cerrando la puerta— ...¡Me has asustado demasiado! Sé que
estás enojada, pero no tienes que matarme de un paro al corazón.9
La gata negra solo parpadeó desde uno de los muebles de la pequeña sala de estar, y
Taehyung exhaló fuertemente caminando hacia su habitación para secarse.
El haber recordado a aquel gato anaranjado le había traído de vuelta el problema con
Jungkook aquel día a su cabeza. Apretó los labios mientras se descalzaba.13
Fanfic
Todo aquello lo había traído hasta aquí. Habían vuelto a besarse con bastante
brusquedad, y ahora Jungkook estaría en el tonto acuario.2
Se detuvo solo para mirar su reloj. Ya eran las ocho y cuarto. Había pasado una hora, el
hombre ya debería haberse rendido.63
¿No?25
Se quitó el otro zapato, y no fue capaz de seguir. Una extraña sensación se adueñó de su
estómago.
Él no lo esperaría, ¿verdad?2
Taehyung dirigió su mirada hacia la ventana, que era cruelmente azotada por la lluvia de
otoño. Tragó saliva.
Se abrazó a sí mismo para intentar mitigar aquella sensación que se expandió dentro de
él. Sacudió la cabeza intentando ignorar todo esto, y caminó hasta su armario para
tomar algún pijama.
Abrió las pequeñas puertas y observó sus prendas en busca de un pantalón cómodo.
Pero de nuevo, algo en él le impidió moverse. Se quedó estático, mirando más no siendo
consciente de lo que observaba.
Se irritó de golpe, cerró las puertas casi con violencia y tomó de los cajones otro par de
calcetines para volver a calzarse.
No le importó su cabello mojado, ni sus ropas. Sólo tomó sus llaves, sin tener la
precaución de tomar un paraguas, y salió prácticamente corriendo de su apartamento.
¿Por qué?
Fanfic
Porque si podía asegurar algo de ese hombre pelinegro con lentes redondos, era que
era un obstinado.40
Y que si había alguien que pudiera quedarse esperando a pesar de ser orgulloso, solo
por precavido e insistente:1
Sería él.
Fanfic
Capítulo 18
Mientras Taehyung corría a través de las calles hacia el acuario, le invadió un mal
presentimiento.
Quizás estaba convencido de algo impredecible. ¿Cómo podía él asegurar que Jungkook
esperaría por él? Tragó saliva por la resequedad de su garganta, y su respiración agitada
lo mareó un poco.
No había nada seguro, corría hacia el lugar sólo por convicción. Incluso con todas las
posibilidades, seguía corriendo.
Aumentó la velocidad al ver el acuario iluminado con luces de colores a casi una calle de
distancia.
Incluso si Jungkook estaba allí, ¿De qué servía? Él no había aceptado, y parecía que iba
allí solo por curiosidad, o casi un impulso.
Entonces ya estaba en la gran entrada del acuario. Había una cantidad considerable de
gente, o al menos la suficiente como para que Taehyung se detuviera a mirar a cada uno
con cuidado en busca de una cabellera negra. Todos traían paraguas, las luces de neón
iluminaban en lugar y se escuchaban las voces de niños emocionados mientras entraban.
Fanfic
Las gotas de lluvia le golpeaban la frente. Era una suerte que no trajera su móvil en los
bolsillos o estaría seguro de que se habría mojado, dio varias vueltas en su posición sin
parar de buscar al hombre.
O bueno, se sintió tonto. Muy tonto. El hombre no estaba en ninguna parte, había sido
engañado por su propia cabeza. El hombre se habría ido hace más de una hora.
Hacía bastante tiempo que no se sentaba bajo la lluvia. Casi un año y medio.20
Ya no era tan bello. Ya, estarse mojando, completamente solo, después de correr más de
siete calles; era miserable.
Fanfic
Cerró los ojos por un par de segundos, aún cabizbajo, y se imaginó su ducha cálida
quitándole el frío, y una taza de café negro. Necesitaba una motivación para levantarse e
irse a casa ahora.
Se pasó las manos por el cabello, y un grupo de personas cruzó a su lado todas con
paraguas, y solo permaneció cabizbajo.
—Y esto, TaeTae, es lo que resulta de los impulsos... —se dijo a sí mismo, con cansancio
físico y emocional— ... solo agotamiento. Qué tonto, tonto, ton-
—¿Q-Qué...?
Lo curioso era, que habían unas manos acomodando tal cosa en su cabeza, y hombros.
Cuando su rostro salió por el orificio destinado a su cabeza, soltó un quejido mimoso.95
Las mismas manos hábiles acomodaron la capucha sobre su cabello mojado, y cuando
alzó la mirada en total confusión, su mandíbula cayó por poco al suelo.1
Jeon Jungkook, todo vestido de negro, sin sus lentes, y con un paraguas del mismo color
de su ropa en ese momento sostenido a equilibro en su hombro, acomodaba el
impermeable de plástico sobre Taehyung; con una expresión totalmente seria.104
Joder, ¿qué piensa este hombre de la vida? ¿Por qué hace esto?
Me confunde.
Al finalizar, Jungkook tomó el paraguas con una de sus manos y se irguió en su posición.
Miró al castaño totalmente impasible, y luego torció la boca.
Taehyung a penas si espabiló, aún no creyendo del todo qué él estuviera allí.
—¿P-Por qué sigues...? —su voz se desvaneció. Las cejas de Jungkook se alzaron
ligeramente.
—¿Por qué sigo aquí? —preguntó Jungkook, terminando la frase por Taehyung.
—Quizá supuse que harías esto. — soltó. Logrando que Taehyung frunciera un poco su
ceño.
Taehyung fue incapaz de decir algo. Aunque aquello hubiera sonado descarado, y
quisiera reñir por eso, si lo pensaba con cuidado...
Fue entonces que escuchó al hombre reír. Sus hombros volvieron a ponerse rígidos, y su
corazón se aceleró.
Taehyung frunció el ceño y levantó de golpe la cabeza para mirarlo con molestia.
El castaño se cruzó de brazos, haciendo crujir el plástico, y alzó una de sus cejas.
Taehyung abrió con amplitud los ojos y apretó los dientes, maldiciendo.
—Pero no lo harás. — afirmó. Casi como una orden. Y sus ojos oscuros se conectaron
con los de Taehyung.
—Pues, ¿crees que vine bajo la lluvia para devolverme? No me importa tu invitación,
entraré al acuario porque quiero, no porque tú me lo sugirieras. —dijo, con firmeza
contraria a sus sentimientos, y se levantó.6
Quizá no fue una buena idea, porque quedó extremadamente cerca del hombre.
Jungkook miró profundo en los ojos ajenos, y sintió el desvergonzado deseo de tomarlo
de la nuca y morderle el labio. El chico, muerto de frío, tenía los labios enrojecidos y la
piel de la nariz irritada. Era demasiado provocativo y adorable a la vez.31
Maldita sea, ¿por qué camino iban sus pensamientos? Su cuerpo otra vez era ajeno a
algún razonamiento. Parpadeó con rapidez, recordando que el hombre se encontraba
completamente empapado y con las ropas pegadas, ¿por qué no había pensado en traer
un simple paraguas?
―Existen los paraguas, ¿lo sabías? ¿planeabas venir a una cita tan mal presentado? o
bueno, mucho más de lo usual.
―¡No estamos en una cita! ¡Te dije que quería ver el acuario! ―protestó, alzando la voz,
y entonces se alejó, volviendo a percibir las gotas golpeando el impermeable. Caminó,
algo enfadado y avergonzado, hacia la entrada del acuario.
Jungkook lo observó alejarse, y carcajeó: ―Claro, no es una cita. ―musitó para sí mismo,
sarcástico, y caminó tras él.
Fanfic
[♦♦♦]
5
No había pasado más de una hora sin que ambos comenzaran a discutir.80
―¡Te dije que no! Estoy bien. ―insistió, sonrojado y forzándose a estar enojado,
después de que Jungkook intentara darle su abrigo. Sí, quizás estaba muerto de frío,
pero no quería nada de él.7
―Pues ahórratelo. ―dijo Taehyung, entre dientes, caminando con los brazos cruzados y
enfocando su atención en las peceras gigantes. Era asombroso como iban hasta el techo,
y la cantidad inmensa de peces distintos que habían en ellas.
Entonces un fuerte aroma a menta se le enredó en las fosas nasales, junto a un peso
cálido en los hombros. Se sobresaltó un poco, y antes de apartarse, Jungkook le metió
los brazos en su abrigo y lo cerró. Todo esto lo hizo estando detrás de él.6
―¡Jungkook!
―No discutas. Tienes los labios morados y estás titiritando de frío. Si no quieres
enfermar, deja de negarte. ―dijo, severo, en su oído. Su aliento cálido le chocó en la
oreja, y antes de estremecerse, Taehyung se volvió hacia él mirándolo con odio.
Jungkook rodó los ojos y bufó: ―No me importa, mejillitas. Pero tampoco soy
negligente.68
―Ah, otra vez gritando, vas a provocarme jaqueca. ―dijo Jungkook, entre dientes, y
fingiendo tocar su cabeza por el dolor siguió caminando por el amplio pasillo del
acuario, prácticamente ignorando al castaño, que con las ropas tiesas por el frío y el
cabello ya algo seco, se sintió secretamente afortunado de sentir al fin algo de calidez.
[♦♦♦]4
Taehyung, sentando en una banca fuera de una tienda de conveniencia, estornudó con
fuerza. Ya había parado de llover, y debían ser casi las once de la noche.5
Casi gimió de satisfacción al sentir aquella calidez y aquel delicioso sabor en su boca.
Después, sintiéndose más cómodo y calentito, miró a Jungkook y exclamó:
El pelinegro, ahora solo con un suéter negro como abrigo, insertó el pitillo en la cajita y
bebió de su leche de plátano, sin mirarlo.115
Taehyung bufó, y pensó que se veía como un niño pequeño bebiendo de esa cajita.
¿Leche de plátano? ¿en verdad? ¿cuántos años tenía, 8?105
Fanfic
Se veía suave.
―¿Qué es lo que mirabas? ― espetó, sin rodeos. Taehyung volteó la cabeza hacia él,
completamente serio.7
―Que tienes una mandíbula grande y rara. ―que me gustaría morder y chupar.311
Jungkook tensó el ceño, y entrecerró los ojos. ― La tuya es demasiado pulida. Parece de
chica.45
Jungkook lo miró, y alzó una de sus cejas, poniendo una expresión sugerente. Taehyung
entonces se ruborizó, y negó con la cabeza rápidamente. ―¡N-No! ¡Sabes que no es lo
quise decir! ¡P-Pervertido!129
Fanfic
―Claro, ya está tarde. ―dijo, un poco tranquilo ahora, ya que él estaba pensando en lo
mismo. Seúl tan tarde en la noche no parecía ser demasiado seguro, y había sido una
suerte que él lo hubiera propuesto antes. Estaba casi a punto de mencionarlo.61
Pero se inquietó un poco por la actitud de Taehyung. No pensó que el notable orgullo
del chico le dejaría pedir algo así, y no pensó que le aceptaría si lo hubiera sugerido él.
¿Era que no quería irse solo? ¿O quizá solo le estaba dando más importancia de la que
en realidad tenía?
―Puedo pedirte un taxi allí, ya sabes, así no tendrás que caminar... solo. ―dijo
Taehyung, un poco más bajo, inquietado también por su propia actitud. ¿Él le había
pedido compañía? Se tocó la cabeza, pensando que quizá el frío le habría adormilado la
cabeza.
Jungkook asintió.
[♦♦♦]1
Jungkook solo hizo una pequeña reverencia, con su usual su expresión neutra. Taehyung
se puso ligeramente incómodo.
Fanfic
―Bien, eh... ―miró las puertas del edificio, y luego sus zapatos― ... Subiré y pediré un
taxi para ti.
Jungkook, aún en silencio, solo asintió con la cabeza. Observó el edificio donde vivía
Taehyung, y se dio cuenta de que había pasado por él innumerables veces en su camino
al café, y nunca pensó que allí viviera el castaño.
Cuando sus ojos chocaron de nuevo con los de Taehyung, notó que el chico estaba
nervioso. Relamía su labio repetidamente y parpadeaba más de lo usual.
―¿Qué? ―preguntó, quizá con más dureza de la que esperaba, así que aclaró su
garganta para suavizarse―. ¿Qué ocurre?
Taehyung notó donde fue a parar su mirada, y apretó más los brazos contra él, evitando
el repentino impulso de corresponder mirando los suyos, y también se aclaró la
garganta.
―Es... no sé... ―miró a sus alrededores―. Está un poco solo aquí abajo, ¿quieres subir...?
―las cejas de Jungkook se alzaron, y también las manos de Taehyung a la altura de su
pecho― ... ¡Sólo mientras llega el taxi, claro!123
Los ojos de Jungkook se alejaron por fin de su boca. Taehyung se irritó un poco.
Entonces Taehyung asintió con la cabeza, abrió las puertas y ambos se adentraron en el
edificio. Subieron las escaleras en silencio. Ya en el cuarto piso, cuando Taehyung sacó
las llaves, no soportó el nudo de irritación, y dijo:
―Fuiste tú.134
Jungkook, que tenía las manos sujetadas tras la espalda, frunció el ceño.
Fanfic
―¿Yo qué?
Taehyung abrió la puerta, y dejó que el hombre pasara luego de encender las luces.
Jungkook observó con cuidado el lugar, viendo lo que el chico consideraba ''un lugar
habitable''. Su despreocupación le dejó claro a Jungkook que no era consciente de todo
el desorden que había: los libros en los estantes mal acomodados, la pequeña mesita de
estar de la salita con algunas tazas y una vieja y aparentemente empolvada alfombra en
toda la entrada.16
―Fuiste tú el primero en mirarme los labios. ―espetó, y con una expresión de mal genio
se volvió hacia el hombre― ... Y tú me acusaste de haberlo hecho. Esa noche en el Peach
Blues.59
Jungkook retuvo una bocanada de aire, y su corazón comenzó a latir con más
fuerza. No, no iba a sentirse cohibido.
―No sé de qué hablas. ―dijo, milagrosamente dejando intacta su expresión neutra. Esto
enfadó de nuevo a Taehyung.
―¡Claro que sabes de qué hablo! ¡No te hagas el ingenuo! ¡Incluso-Incluso lo hiciste
hace unos minutos! ―protestó. Y Frida, desde su rincón usual, miró con recelo a
Jungkook.6
―Patrañas.6
―¡No son pat- ¡Ugh! ¡Idiota! ―exclamó, con exasperación, evitando tomar su móvil para
acercarse a él y señalarlo―. Qué cobarde.1
―¿Cobarde? ¿Discúlpame?
―Y tú un cobarde.
―Cállate.79
―Co-bar-de.
―Cállate ya.
―Cobarde.23
Se miraron fijamente.
Sus narices estaban a centímetros de tocarse. La mano de Jungkook bajó hasta la cintura
del chico, y lo apretó contra él, provocándole un jadeo.16
―Entonces cállame.
Fanfic
Capítulo 19
Taehyung abrió lentamente su boca y dejó salir el aire de forma entrecortada, de repente
demasiado de lo que había dicho y de lo cerca que estaba Jungkook.3
Ese pequeño lapso de racionalidad lo hizo safarse de sus brazos de golpe. Jungkook
quedó con los brazos en el aire mientras él retrocedía, con el ceño fruncido.
«Entonces cállame.»
Tragó saliva, intentando apartar la vista de la mirada turbia de Jungkook, el cual, ahora
un poco más molesto de antes —ahora por su lejanía—. presionaba su lengua contra su
mejilla con impaciencia.16
—¿Qué... estamos haciendo? —musitó, casi tan bajo como para sí mismo.
Aquella cosa intangible entre ambos se volvió cada vez más pesada y calurosa. La lluvia
se desató de nuevo fuera, con más fuerza que antes.14
Intentar controlarse no funcionó. Como un depredador controlado por la rabia que tenía
dentro, centró su mirada en Taehyung, alzó su mentón con superioridad, y caminó
lentamente hacia él.59
La expresión de sorpresa e intimidación que le dio le hizo sonreír de lado. Nada más que
con malicia y diversión.
—O-Oye... espera... —pidió, casi en un hilo de voz ligeramente más agudo. Jungkook
pareció no escucharle. La cabeza enredada de Taehyung se esforzaba en pensar con
claridad, pero su cuerpo comenzaba a sentirse demasiado tenso, acalorado y cohibido.3
Lo que hizo que el corazón de Jungkook diera un brinco en su cavidad. Casi con
felicidad.1
Porque le gustaba ver que al menos había algo en lo que podía jugar con Taehyung. El
chico, aunque seguía retrocediendo a la par de él y había derrumbado sin querer alguna
que otra cosa en el camino, tenía un semblante de inseguridad que solo hacia querer al
pelinegro acercarse más y aprovecharse de eso.
Porque entonces así podría asumir la posición de control que había estado añorando
tanto últimamente. Lograría callar su insolente boca, y hacerle pagar por todo lo que le
había hecho. Una rápida imagen del chico con los ojos vidriosos, rogándole por no
detenerse y tocarlo le provocó una oleada de calor en la columna.140
—¿Por qué estás huyendo, gatito asustadizo? ―dijo, gruñendo, sin dejar de acercarse o
sonreír―. ¿No balbuceabas con tanta seguridad hace unos segundos?52
La espalda de Taehyung entonces chocó con el muro. Quiso maldecirle, o correr hacia
una dirección diferente, pero su cuerpo no se movió. La mirada de Jungkook era tan
Fanfic
intensa, que casi la sentía arder en la piel y le impedía moverse o hablar. La sombra que
dejaba su cabello en sus ojos le daba un toque tétrico y malvado.5
Maldición, ¿qué es lo que había mal con él? ¿Por qué parecía en un jodido dilema moral
cada vez que estaba cerca a ese hombre?
Entonces Jungkook llegó hasta él. Sus narices volvieron a estar cerca, y sus traviesas
manos apretaron las caderas del castaño.13
Taehyung cerró los ojos luego de jadear. Él jodidamente odiaba a Jungkook ahora,
porque inclusive con todas aquellas cosas que le sacaban de quicio, deseaba enterrar las
manos en su cabello y atraerle más hacia él. Y eso no estaba bien, uno no deseaba
morder y besar a quién odiaba. No tenía sentido, no parecía coherente o sano.
―Aléjate de mí. ―murmuró, con la poca fuerza de voluntad que le quedaba. Sin
embargo, el olor a menta fresca del hombre se le enredó en las fosas nasales, y se fue
sintiendo fuera de sí de nuevo. Soltó otro pequeño jadeo cuando las manos del hombre
subieron hasta su cintura y se ciñeron ahí.10
―Tú no eres quien da las órdenes aquí. ―susurró Jungkook, contra sus labios, y un poco
ansioso deslizó las yemas de los dedos por debajo de la camisa tiesa de Taehyung.
Percibió cuando la piel del chico se erizó contra sus dedos por el toque.65
―¿Y tú sí? ―preguntó, intentando protestar, pero al mismo tiempo, queriendo oír una
respuesta afirmativa.23
Joder.22
Fanfic
Entonces con sus manos, empujó el brazo de Jungkook hacia fuera y se alejó de nuevo
de él, esta vez caminando hacia el otro extremo, donde estaba la puerta. Se pasó las
manos por el rostro, con la real urgencia de obtener cordura otra vez.6
Esta cosa dentro de él que quería ceder a Jungkook tomaría el control de él.11
Taehyung apretó los dientes, volviendo a mirarlo. ¿Ahora era él el cobarde? ¿Cuándo
había sido él el que había comenzado con todo y se negaba a asumirlo? Maldito idiota,
¡cuánto deseaba decirle ahora! ¡cuánto deseaba humillarlo hasta que perdiera la
paciencia! empuñó las manos y respiró con pesadez.
El punto de quiebre.
Fanfic
Taehyung juntó sus bocas con tanta agresividad que sintió como su labio inferior se
partía, y cuando gimió de dolor contra los ansiosos labios de Jungkook sintieron unas
pequeñas gotas de sangre mezclarse en el beso. Lo primero audible fue la fricción entre
ellos y los sonidos húmedos y obscenos del chocar de sus bocas.153
Las manos de Taehyung, al fin libres, tomaron y jalaron un poco los cabellos de
Jungkook ―teniendo que empinarse un poco―. y el contrario correspondió pasando los
brazos por su torso hasta su espalda y atrayéndolo a él de un golpe. Se besaron con
descontrol, sin mucho orden, y miles de sentimientos y frustraciones de por medio. Los
cuerpos de ambos dejaron de estar rígidos, y se apretaron tanto contra el otro como
para fundirse en uno solo.6
Pero para Jungkook no fue suficiente. Necesitaba obtener lo que tanto lo había
desesperado antes, en serio sentía que necesitaba tomar el control de la gran
discordancia que era Taehyung. Necesitaba meterle en la cabeza que debía hacer
cambios, que debía corregir su actitud, que debía ser más jodidamente obediente.
¿Por qué?
Ni él mismo lo sabía.
Fanfic
Dio vuelta a su cuerpo con el de Taehyung, y estampó sin mucha amabilidad la espalda
del castaño contra la pared, como hace un momento. Recibió un respingo que fue
ahogado en el fogoso beso que le dio Jungkook.8
Sintió a Jungkook sonreír en su cuello, y luego mordisquearlo para hacerlo quejar más.
Seguramente dejaría marca, pero no le importó.23
―Eres un tonto, Taehyung. ―respondió, entre cada beso y chupetón que dejaba. El
aliento cálido de Jungkook contra su piel le dio escalofríos―. Eres un tonto, un insolente,
un descarado y altanero.
Taehyung no logró apretar los dientes con enfado, ya que las manos de Jungkook
bajaron hasta su trasero y lo apretaron, haciéndole soltar un gemido grave.163
Taehyung haló con fuerza el cabello de Jungkook, haciendo que levantara la mirada y
conectaran sus ojos.
Fanfic
Entonces metió una de sus piernas entre las ajenas y se apretó contra él, para
inmovilizarlo. Haló con más fuerza su cabello, Taehyung se dejó llevar por el impuslo,
pero soltó un jadeo.
―Escucha con atención, Kim. ―murmuró Jungkook, contra sus labios―. Tu actitud es
demasiado grosera. Me tienes harto, mucho más que enfermo. ¿Me oyes?26
Taehyung se quedó quieto, sólo mirándolo con un brillo extraño en los ojos.
Ahora furioso y excitado por no obtener una respuesta, se acercó a su labio y volvió a
morderlo con fuerza. El lloriqueo de Taehyung volvió a hacerse audible, esta vez con un
jadeo.
―Cuando alguien te pregunta algo... no... cuando yo te pregunto algo, debes responder.
―dijo, y fingió una embestida que calentó mucho más el cuerpo de Taehyung, que
permanecía embelesado por esta actitud de Jungkook.280
Se sentía, de nuevo, vulnerable frente a él. Literalmente no podía moverse, y con todas
estas sensaciones recorriendo su cuerpo, solo parecía... ceder, y...1
Esperar órdenes.51
La cabeza de Jungkook se ladeó hacia el otro lado. ―¿Entendido, Kim? ―preguntó, con
los ojos inyectados de fascinación por la escena que presenciaba. La enorme satisfacción
se le expandía por el pecho viendo a Taehyung tan débil y resumido a él.
Fanfic
―S-Sí...97
―Sí, señor...482
―Eso está bien, muy bien... ―volvió a apretar su trasero una última vez y subió hasta
meter sus manos bajo su camisa, y comenzar a subírsela con lentitud― ... sólo que
espero que la próxima vez me llames papi.647
[♦♦♦]
9
A Taehyung se le fue ordenado dejar sus manos quietas, así que no pudo desvestir más a
Jungkook. El pecho desnudo de Jungkook se juntó un momento con la espalda de
Taehyung, y con la mano derecha comenzó a estimular su miembro dolorosamente duro
por los juegos previos. El oír los gemidos de Taehyung estaba deleitando mucho más de
lo que podía admitir a Jungkook.2
Taehyung se mordió los labios y soltó un pequeño gruñido. Jungkook besó toda su
columna y dejó un par de besos en sus glúteos.99
―¿Lo serás? ―insistió, apretando con ambas manos su trasero. Quizá con demasiada
fuerza.
―S-Sí, señor.44
―Más te vale. ―y entonces una fuerte palmada cayó en una de sus nalgas. Soltó un
pequeño grito con un respingo. El ardor y ligero cosquilleo que dejó en su piel no
debería haberle gustado tanto.24
―Lubricante. ―ordenó Jungkook, y cuando Taehyung intentó moverse para buscarlo (ya
que, sí, el tenía uno, no había sido un año completamente de inactividad) las manos de
Jungkook lo detuvieron―. ¿Dije que podías moverte?150
―Joder... ―musitó, enterrando las yemas de los dedos en el edredón. Las caricias se
hicieron más fuertes.
Jungkook introdujo lento el primer dedo, y se deleitó con los ruiditos inhumanos que
soltó Taehyung.11
Comenzó a impacientarse, y penetró con el dedo al chico con rapidez para luego
introducir el segundos dedo y dilatarlo. Procuró tocar su próstata cada vez para hacerlo
removerse y lloriquear. Con su mano libre siguió estimulándose, hasta que no lo soportó
más.
Rasgó el pequeño envoltorio del condón que traía en los pantalones, lo puso con
agilidad en su dolorida erección, tomó al chico de la cadera y se acomodó.103
Fanfic
―¿Qué eres, Taehyung? ¿Qué serás para mí? ―preguntó, frotando su miembro contra la
sensible entrada del castaño, el cual gimió mordiéndose los labios―. Dilo. Ahora.7
Jungkook entró lentamente en él, no dejándolo terminar la frase, y gruñó entre dientes
disfrutando de aquella sensación. La calidez, la estrechez y lo bien que ceñía el cuerpo de
Taehyung en él era casi increíble.75
Orden.
Calma.
Control.3
Una de las manos de Taehyung intentó hacerse con su erección para hacerlo más
intenso, pero fue regañado.
―¡No quiero que te toques sin mi permiso! ―exclamó, con la voz ronca y la respiración
agitada. Taehyung lloriqueó por el placer expandiéndose en su vientre, y por lo
jodidamente bien que se sentía tener a Jungkook dentro suyo, y obedeció sin
problemas.26
Las estocadas derritieron el libido de ambos, y sin darse cuenta, sintiéndose cercano al
orgasmo, Jungkook tomó al chico del torso y lo levantó, para depositarle besos en toda
la espalda. Aquella piel acanelada le rogaba en sus pensamientos ser besada, y el aroma
a café que desprendía le hizo aumentar la velocidad, hasta que sintió que moriría de
cansancio.31
Ambos gimieron al unísono, cubiertos de sudor y con el pulso acelerado. Jungkook fue el
primero en correrse, y su mundo se volcó completamente mientras mordía el hombro de
Taehyung. El hombre soltó un sollozo, demasiado cerca como para detenerse, y
agradeció que la mano de Jungkook lo masturbara con rapidez para lograr correrse.70
vientre, salió de él y lo dejó con cuidado sobre la cama. Se quitó, anudó y deshizo del
condón antes de volver donde Taehyung.
El castaño, ahora frente a él, estaba sudado, agitado, sonrojado, lleno de marcas de
dientes y labios y con la boca hinchada. Respiraba casi de forma inconstante, con los ojos
cerrados. Jungkook lo detalló un par de segundos, calmando su propia respiración8
Lo habría notado antes, si no fuera por su molesta actitud constante que le acaparaba la
atención. Su cabello estaba todo desordenado y pegado a su piel por culpa del sudor.
Frunció el ceño.
Extrañamente, de esta forma no lució mal para Jungkook. Estaba desaliñado, sí. Pero esta
vez era por él.13
Pero entonces Taehyung abrió los párpados, con evidente pesadez, y conectó la mirada
con Jungkook. Tenía los ojos vidriosos y claros. Suaves.
―¿Qué haces ahí parado? Es perturbador. ―fue lo que dijo, luchando por no cerrar los
ojos―... Ven aquí.98
Jungkook bajó un poco la cabeza sin dejar de mirarlo, y luego de dudarlo un poco, se
montó en la cama y gateó por encima de Taehyung. Sostenido por sus brazos y rodillas,
observó expectante al castaño, que soltó un bostezo y abultó un poco las mejillas.20
A penas si le devolvió la mirada, hasta que subió los brazos hasta enredarlos en su nuca,
y lo tiró hacia él. El cuerpo de Jungkook cayó sobre el pecho de Taehyung, y ambos
percibieron de golpe, así, la calidez ajena.26
Fanfic
Pero entonces Taehyung le tomó de las mejillas, no dejándolo desviar el rostro, y lo besó
con lentitud. Jungkook se sorprendió un poco, y correspondió, orientándose a las
circunstancias, 1
―No lo entiendo. ―dijo, bajito, solo para ellos dos. Jungkook frunció un poco el ceño
mientras que Taehyung estiraba la mano para apagar la lámpara.5
―Ésto. ―fue lo único que dijo. Pero Jungkook lo entendió completamente. Dejó otro
beso corto en los labios suaves de Taehyung, y rindiéndose a esta nueva realidad,
suspiró, acomodando la cabeza a un lado de su pecho.1
―Yo tampoco.
Fanfic
Capítulo 20
Aquella última escena fue la que dio vueltas en su mente mientras dormía.9
Su cuerpo exhausto, sus deseos saciados, su corazón agitado, y sus dedos traviesos que
habían atraído a Jungkook hacia él para besarle con suavidad los labios en la mitad de la
noche, teniéndolo encima suyo.
Quizá decirlo de aquella forma no sonaba lindo. Pero, ¿qué más había hecho, sino eso?
Para él había sido extraño. Estar bajo sus cálidas y firmes manos mientras era atravesado
por esos ojos color chocolate, había hecho que todo lo que vivía en su cabeza y
corazón... guardara silencio.
Era como si una nueva parte de él, una ilógica y retorcida naciera y se instalara en el filtro
de sus sentimientos.6
Fanfic
Y aunque Taehyung odiara admitirlo, ese estado de sumisión al que le había llevado
Jungkook le había agradado tal vez demasiado. Le había hecho sentirse inconsciente de
su cuerpo y bien contenido.3
Jamás pensó que le gustaran esas cosas. Él siempre había sido obstinado, valiente e
independiente, y sin embargo, al parecer había una pequeña parte de él que quería ser...
¿Cuidado?50
¿Manejado?
Alguien, por primera vez, tenía el control de él. Por primera vez, no era responsable de su
cuerpo. Por primera vez, no era dueño de su cabeza. Por primera vez, toda aquella
presión que había estado en sus hombros el último año había hecho tregua y lo había
dejado respirar.
Pero esa noche con Jungkook, en medio de todos los sentimientos encontrados y la
rabia de ambos, todas aquellas cosas que habían dejado de funcionar en la vida de
Fanfic
Taehyung se habían alejado de su cabeza. El control que Jungkook había ejercido sobre
él, aunque sólo fuera físico, había trascendido al punto de hacerlo sentir liviano,
exhausto, tranquilo y... feliz.2
Jodidamente feliz.29
No lo entendía, ni una pequeña parte. ¿Qué a caso se había vuelto tan débil que necesitó
de que otra persona le sostuviera —follara— como si fuera una damisela en apuros? ¿Era
que su fuerza de voluntad era totalmente nula? ¿O solo había sido un momento de
tentación que había deshecho más nudos de los que había hecho?1
Su cabeza, incluso dormido, se había vuelto ahora un lugar lúgubre y confuso. Su cuerpo
ahora no deseaba despertar para lidiar con todo esto. Porque, Jungkook había estado
allí, Jungkook lo había notado, como él se había rendido a su merced. Y la vergüenza era
tanta que no encontraba como manejarla. Su orgullo, ahora despierto, hacia juegos en
su pecho y le gritaba lo traicionado que se sentía, y de su dignidad ni hablar.19
Porque había caído tan bajo. Prácticamente había sido el gatito bebé de papi que tanto
temió antes. Quizá no lo había dicho en el momento que Jungkook lo había pedido, pero
había estado demasiado cerca de decirlo como de desear hacerlo.3
Aunque era una mañana soleada, en el cielo las nubes comenzaban a acumularse con
lentitud. Cómo suceso sagrado de otoño, el diluvio matutino pronto llegaría, trayendo
con él una humedad bastante molesta e intensa. En aquella cama de sábanas azules, el
brazo derecho de Jeon Jungkook descansaba sobre el costado de Kim Taehyung, que
siendo torturado en sueños y comenzando a sentir un agudo dolor en su espalda baja,
se removió bajo el toque del pelinegro.13
Entonces eso lo hizo despertar. Jungkook, respirando ahora con un poco más de rapidez,
abrió los ojos con pesadez comenzando a ser lentamente consciente de quién era y de
dónde se encontraba. Su mirada se fue aclarando, y el olor a café entró por sus fosas
nasales. Para entonces, su mirada, somnolienta, contemplaba aún un poco atontada al
cuerpo que con el edredón hasta la cintura, dormía de forma tensa a su lado.
Fue la cabellera larga y castaña la que le hizo pegar un brinco que le ayudó a terminar de
despertar. Abrió los labios y exhaló fuertemente a través de ellos.10
Abrió con amplitud los ojos, recordando tomar al castaño del torso desnudo y hacerlo
incorporarse para embestirlo con más fuerza antes de correrse. El sonido de sus gemidos
estaban frescos en su memoria.
Tragó saliva, demasiado aturdido como para notar que, en la mitad del silencio, la
respiración de Taehyung se había vuelto inconstante y pequeños quejidos salían de su
boca.
Y lo más impresionante:
Fanfic
¿Cómo es que habían llegado hasta esto? ¿Cómo era que habían terminado encamados
después de discutir casi a los gritos?6
Y, mucho más importante, ¿Cómo es que había logrado tomar el control de Taehyung?
¿Cómo es que había dejado de protestar?
Un vértigo se hizo en el estómago de Jungkook mientras decidía cómo actuar. Tenía que
despertarlo, pero, ¿cómo, sin recibir una muy posible reacción agresiva después? Se
incorporó sobre su codo, y apretó la mandíbula.
Los pequeños rayos de sol que se colaban por la ventana chocaban con el cabello del
castaño, por lo cual soltaba algunos destellos dorados, que en conjunto con el llanto
sobre aquellas mejillas tersas y rojizas, lo hacían ver...5
Pero no era momento de pensar en eso, así que algo tenso ahora le apartó los
mechones de la frente, y acunando —sin darle mucha importancia—. su mejilla con la
mano, lo sacudió levemente.
—Hey, despierta. —musitó, con su voz ronca y grave por estar recién levantado. El chico
no pareció reaccionar, así que insistió—. Taehyung, despierta.3
Entonces aquellos ojos avellanas, ahora vidriosos por las lágrimas, se abrieron de un
golpe. Jungkook intentó no sobresaltarse.
Fue entonces que distinguió los ojos oscuros que le devolvían la mirada, sobre una
mandíbula apretada y unos labios fruncidos. Decir que estaba perplejo era poco. Sus
labios entreabiertos hacían juego con sus ojos que, como platos, eran testigos de todos
los recuerdos que ahora pasaban de forma fugaz en la cabeza de Taehyung. Enmudeció
mientras miraba al pelinegro.
Todo, de repente, fue demasiado para Taehyung. Aquella noche, todas las emociones
encontradas, el tipo de persona que era él, el tipo de persona que era Jungkook, las
Fanfic
pequeñas marcas de labios que sentía arder en su torso, el dolor agudo en su espalda
baja, la aparición de Seokjin en su cabeza, todas aquellas cosas de sus sentimientos que
no entendía y lo abrumaban, y lo humillado y avergonzado que se sentía de estar allí.
Jungkook le devolvió la mirada, con la mente en blanco, sin saber qué decirle. No sabía
qué esperaba, o cómo comportarse.
—¡¡Vete!! ¡¡Vete ahora mismo!! ¡¡Lárgate y nunca más vuelvas a hablarme!! ¡¡Aléjate de
mí!!381
Y un poco culpable.
—¡¡Vete ahora mismo!! ¡¡No vuelvas a acercarte!! ¡¡Vete, aléjate!! ¡¡Déjame en paz!!56
La voz del castaño se desgarraba mientras lloraba, apretando con fuerza su pecho,
intentando sacar a su corazón y así lograr dejar de sentirse de esa forma. Tan
confundido, equivocado y en pánico.
—¡¡VETE!!29
Cuando Jungkook se puso el pantalón, y logró calzarse aún sin camisa, Taehyung ya
tenía puesto un pantalón de chándal y se había levantado para estrujarlo hasta la puerta.
Lloraba y sollozaba desconsoladamente mientras perseguía a Jungkook hasta la puerta.
Fanfic
Jungkook se puso su suéter mientras caminaba apurado, y oyó un estruendo tras él. Se
detuvo casi frente a la puerta.
Taehyung, que se había caído y ahora, sentado con las piernas recogidas en su pecho,
lloriqueaba tapándose la boca, hizo que el cuerpo de Jungkook se pusiera tan rígido
como una cuerda a punto de romperse.53
Habían muchas cosas que no entendía sobre Kim Taehyung. Su cabello largo, su forma
de vestirse, su actitud, sus hábitos y su sonrisa. Pero si había algo que lo dejara
completamente en blanco y con una emoción desagradable y angustiante en su
estómago, era verlo así.
Sentado, con sus sentimientos rotos, llorando desconsoladamente en medio del desastre
que parecía ser.
Se aturdió tanto que no supo cuando sus piernas comenzaron a moverse en sentido
contrario a la puerta.
Pero cuando se arrodilló y atrajo a Taehyung a sus brazos, se dio cuenta de la locura que
cometía.16
El llanto de Taehyung se detuvo, más por lo perplejo que estaba que cualquier cosa. Su
mejilla chocó contra el costado de Jungkook, y comenzó a percibir el sonido de su
corazón.
Los brazos de Jungkook le abrazaron la espalda con fuerza, y el castaño quedó inmóvil,
incluso callado bajo el agarre firme del pelinegro.108
Solo ligeros respingos era lo único que se escuchaba de Taehyung, que ahora
demasiado consciente del latir acelerado del corazón del contrario, había parado
completamente de llorar.
¿Cómo...?
¿Por qué?
Entonces el agarre firme de Jungkook se volvió suave, y con lentitud apartó al chico de
su pecho. Todo desaliñado y sonrojado, Taehyung levantó la mirada con la nariz
congestionada y las mejillas húmedas. Jungkook, sin embargo, no le devolvió la mirada.
La mirada del castaño fue hasta la puerta, y se clavó ahí en medio de su expresión de
sorpresa y confusión.1
Intentando asimilar, que la razón que le había llevado a ese llanto descontrolado...
Capítulo 21
Jungkook se quedó observando la puerta que relucía gracias al 2B de metal que tenía en
el centro superior y tensó la mandíbula.33
Su cabeza había estado bastante enredada desde el incidente con Taehyung—del cual
ya habían pasado un par de días—. y quizá la congestión de emociones e ideas lo tenían
lo suficientemente atrapado en sus pensamientos le habían hecho considerar que
aquello era una buena idea.
Apretó el pequeño maletín negro que llevaba en las manos, frunció los labios y se alejó
de la puerta, listo para irse al trabajo. Bajó las escaleras con un ritmo lento. Nadie,
absolutamente nadie le había abierto la puerta. Ni una sola vez.1
Y lo peor de todo era que había algo en él que le había dicho que eso sucedería.
Porque hace mucho tiempo que no sabía algo del hombre pelinegro que le había
ayudado a subir la última caja de la mudanza, y si lo pensaba con cuidado, incluso había
pasado más de un año sin verlo.60
Fanfic
Y bueno, ¿se suponía que era el novio de Taehyung? ¿Por qué sonaba poco
convincente? El castaño hacía un tiempo que se había presentado el edifico con aquel
argumento, pero el apartamento parecía estar vacío.4
Suspiró a sus adentros, y salió del edificio sintiendo el inicio de una jaqueca en sus
sienes. Lo único que le inquietaba en verdad, y quizá el motivo más coherente por el que
tocaba en aquella puerta, era para comprobar que hubiera alguien que se hiciera llamar
"la pareja de Taehyung".
Porque si así era, Jungkook se había tirado entonces a un chico que no estaba
disponible; y eso no estaba bien, iba completamente en contra de sus principios.24
La luz fuerte del sol mañanero lo obligó a sacar su sombrilla negra, y mientras caminaba
al trabajo —ya que odiaba los autobuses y los taxis, eran demasiado sucios y no le
agradaba entrar en contacto con otros y sus fluidos corporales—. se obligó a sí mismo
pensar en otra cosa.32
[♦♦♦]14
—Sabes que soy malísimo en esto de las cartas, Hoseokie. —aquejó Park Jimin, haciendo
un ligero puchero mirando de reojo al peli-marrón que tenía los ojos clavados en su
baraja. El chico permaneció en silencio aunque Jimin quisiera una respuesta.
Fanfic
―Si me enseñas, podremos jugar. ¿Te parece? ―preguntó, con amabilidad y sonriendo
con amplitud.
Hoseok dejó la baraja de cartas en la mitad del sofá grande y blanco en el que se
encontraban, y con la respiración algo inconstante se comunicó a través de las señas.
Jimin, como siempre, puso atenta atención.
Jimin soltó un ''ah...'' con alivio al recibir una respuesta afirmativa, y se dispuso a jugar
con el peli-marrón.1
Después de varias rondas en las que quedaron empatados, Jimin logró que Hoseok
perdiera sus últimas cartas. No logró evitar hacer una celebración: chilló de euforia,
aplaudió e incluso bailó un poco; pareciendo todo un tonto.
Un tonto adorable que hizo a Hoseok soltar una risa, aceptando su derrota. El rubio
sostuvo su panza cuando se cansó de reír y dejó caer su cuerpo contra el espaldar,
satisfecho consigo mismo. No había recuperado el aliento cuando se volvió al chico, y
sonriendo risueño, observó:
El mencionado abrió con amplitud sus ojos, mirando a un lugar poco específico, y retuvo
una bocanada de aire al sentir el color subir a sus mejillas. Su tierna reacción hizo a Jimin
reírse cortamente.77
―¿Qué es lo que te sorprende tanto? No puede ser que nadie te lo haya dicho antes.
―dijo, incorporando e irguiendo su espalda. De inmediato dudó de sus palabras: Hoseok
Fanfic
no reía con frecuencia, lo que volvía poco probable que alguien alguna vez elogiara ese
hermoso sonido.4
Frunció los labios hasta formar con ellos una fina línea, y se apresuró a decir:
El comentario hizo que el rostro de Hoseok estuviera un poco más relajado, e incluso sus
comisuras se levantaron como si amenazaran en soltar otra risa. Había algo realmente
agradable dentro de su corazón en ese momento, se sentía contento, cálido y especial.
Entonces quiso decirlo. Aquello que había rondado en su cabeza y había alocado su
corazón los últimos meses. Quiso decirle a Jimin que desde que había llegado, todo en
su vida se había coloreado, quiso decirle la revolución que libraba en su estómago
cuando le tenía cerca, quería contarle que, estando solo en su habitación, sonreía como
un tonto solo recordando su rostro.147
Los deseos de expresarlos fueron tantos, que abrió la boca en un impulso y musitó:
―Hyung.204
Fue entonces que el contrario abrió mucho la boca, completamente perplejo y ahora
volviéndose completamente hacia él para mirarlo.
―H-Hoseok... tú... dios mío, ¡acabas de...! j-joder, dímelo, ¿qué...? ¿qué quieres decirme?
―preguntó, sintiendo su corazón agitarse con felicidad desde su cavidad. Podía
Fanfic
Los ojitos de Hoseok se levantaron, y por unos cortos segundos, conectó su mirada con
Jimin. El mencionado identificó tenía los ojos brillantes y atentos; en definitiva, había algo
que quería decir.
¡De verdad había hablado! ¡Era algo increíble! Tenía una voz suave y melodiosa. Todo en
él era tan precioso, que el sonido de aquella bonita voz embelesó por completo a Jimin,
que con la mirada desvergonzadamente clavada sobre él, sólo pudo sentirse ansioso por
escucharle hablar de nuevo.5
Hoseok enrojeció hasta el cuero cabelludo, y su corazón comenzó a latir con violencia.
Había logrado emitir unas palabras, y aquello había volcado todo dentro de él. Aunque
ahora volverlo a hacer fuera difícil, no se sentía mal de haberlo hecho, como había
pasado en ocasiones anteriores con su hermana.
Tragó saliva, y empuñó las manos en su regazo. Las miró sin observarlas realmente, e
intentó volver a reunir algo de coraje para lo que quería y había añorado hacer desde
hace un buen rato.
El pelimarrón se relamió los labios, y comenzó a olvidar como era que se respiraba.
¡Tenía que hacerlo! ¡Era ahora o nunca!
Las palabras del rubio fueron interrumpidas por los labios delgados y tersos de Hoseok
ciñéndose en los suyos.470
El corazón de Jimin se detuvo, y con los ojos muy abiertos, contempló al chico que, con
los ojos cerrados con fuerza y las mejillas como tomates le robaba un beso.
Fanfic
Todos sus sentidos se aturdieron, y lo dejaron más que desconcertado cuando Hoseok
se alejó de golpe y se encogió en el asiento, luciendo completamente avergonzado y
tímido.119
Un silencio se hizo entre ellos. Jimin pudo distinguir lo rígido que se puso Hoseok, que
cruzado de brazos, volvió la cabeza hacia otro lado. El rubio sintió la sorpresa hacer
juegos en su su estómago, provocando fuertes vértigos, y llevó con lentitud los dedos
hacia sus labios y los toqueteó con ligereza. Aún en medio del sueño que suponía esa
adorable sorpresa.
Tragó saliva, y deambuló con la mirada por todo el cuarto antes de volver a mirarle el
rostro al peli-marrón, aún completamente conmocionado. Él miraba fijamente hacia su
regazo, y eso momentáneamente hizo cuestionarse a Jimin, si mirar hacia abajo por
tanto tiempo no le provocaba dolor en el cuello. Sus mejillas seguían rojas, jugaba con
nerviosismo con los dedos, y tenía los ojitos vidriosos.7
Jimin parpadeó un par de veces para intentar aclarar su mirada por si lo que veía estaba
mal. Hoseok parecía querer llorar. ¿Qué sucedía?
Joder.
Estaba tan atontado y emocionado, que no fue realmente consciente de cuándo atrajo
de la mejilla al hombre y le devolvió el beso.229
Fanfic
Esta vez fue Hoseok el que permaneció con los ojos tan abiertos como platos,
completamente inmóvil y pasmado, mientras que Jimin se permitió cerrar sus ojos y
acariciar con dulzura sus labios contra los de Hoseok.7
Sus labios danzaron juntos, lentamente, desatando sentimientos nuevos en ambos que
comenzaba a conectar sus corazones. Cada movimiento nuevo fue percibido y recibido
con agrado, y cada pequeño soniditos o jadeo que soltó Hoseok por la falta de aire
deleitó los oídos del rubio.43
Entonces la mano libre de Jimin apretó su propio pulgar contra la palma, para intentar
mitigar la emoción que sentía. Quizá lo hizo con demasiada fuerza, ya que cuando sonó
un chasquido, se alejó de golpe de Hoseok y un agudo dolor le emanó del nudillo del
pulgar...55
[♦♦♦]2
encontraba sentado. El rubio le devolvió una sonrisa tensa y negó con la cabeza mirando
su dedo pulgar con vendas y una pequeña tablita.171
Jungkook bufó y lo miró con una expresión burlona. Luego se volvió hacia Hoseok, y lo
señaló al tiempo que el peli-marrón apartaba la mirada.
—El pobre Hoseok tuvo que ir hasta mi oficina y traerme hasta ti, que estabas pálido del
dolor. ¡Debiste verlo! ¡Estaba muy alterado! Tanto que me tomó del brazo y me arrastró
hasta la salita. ¿No te da vergüenza, Jimin?68
El mencionado abultó la boca y miró hacia otro lado, un tanto sonrojado y apenado por
obligar a Hoseok a buscar ayuda.3
—Sí, sé que es algo tonto, ¡Pero deja de regañarme! —exclamó, con un tono más
avergonzado que fastidiado. Miró de reojo a Hoseok, y no pudo evitar sonreír al recordar
que había besado su linda boquita, y por eso estaban en esta situación. Era hilarante.
Luego miró de nuevo a Jungkook, totalmente embobado— ...No soy un niño.7
—Si no quieres regaños, Jimin, no te los ganes. No tienes doce años, controla tus
movimientos y deja de lastimarte innecesariamente. El doctor te ha dado una
incapacidad de dos semanas, ¿Ahora como se supone que vas a trabajar? ¿Te quedarás
en casa haciendo nada?1
Jungkook rodó los ojos. Y Jimin rió un poco. Jungkook se comportaba como un padre
preocupado, era casi adorable.2
Fanfic
—¿Y planeas trabajar como mi co-editor de muy importantes ilustraciones solo con una
mano? No me vengas con eso. —alegó, y Jimin suspiró, dejando caer los hombros. Tenía
razón. El doctor le había indicado quietud total de la mano, y había sido justo la
izquierda, con la que hacía todo el trabajo. Tendría que estar en casa por dos
condenadas semanas sin trabajar.6
Lo curioso fue que la idea de estar en casa no fue tan desagradable hasta que se dio
cuenta de que no vería a Hoseok en esas dos semanas. Entonces se sobresaltó, siendo
atacado por un malestar que le pesó en la boca del estómago.1
—Lo siento, Jungkook Sunbae. —musitó, ahora realmente triste y algo devastado.
Jungkook frunció la boca y se cruzó de brazos, sin dejar de mirarlo.1
Entonces se ablandó. Quizá porque el tonto rubio a fin de cuentas era su amigo.22
—No te preocupes, Jim. —dijo, suavizando su expresión y soltando los brazos. Esbozó
una sonrisa leve y ladeó la cabeza—. Recupérate pronto, ¿Está bien? Pasaré con Hoseok
a visitarte.14
—Está bien, ¿Quieres que te pida un taxi? —ofreció el pelinegro, recibiendo una
negación de Jimin.
—No, estoy bien, puedo volver a casa por mi cuenta. Ustedes deben volver a trabajar.
El peli-marrón, sin dudarlo, negó con la cabeza. Jungkook alzó una de sus cejas.
—Hobi, ve al trabajo. —intervino Jimin cuando Hoseok volvió a negar con la cabeza. Sin
moverse de su asiento.
Jungkook volvió a cruzarse de brazos. ¿Por qué se negaba? Él sabía que era cercano con
Jimin, pero tenían un trabajo del cual ocuparse.
Hoseok apretó las manos en su regazo, mirando hacia los zapatos de Jungkook y volvió
a asentir. Entonces el pelinegro se despidió y abandonó la habitación.
—¿Hobi? ¿Qué ocurre? —preguntó Jimin, y cuando hizo ademán de levantarse, Hoseok
se adelantó y se acercó hasta quedar frente a él. Se dio cuenta de que se había quedado
mirando a su boca esperando una respuesta, así que se apresuró en mirar sus manos.3
—Oh... no, pequeño, no duele. Estoy bien. —dijo, queriendo levantar su mano y acariciar
sus mejillas. De repente, después de haber probado sus labios, ya no quería mantener
sus manos lejos de él.
—¿Qué? No tienes que disculparte, no hiciste nada malo, fui yo el tonto que se hirió a sí
mismo. — dijo, comenzando a reírse—. ¡De veras! No te sientas culpable, soy yo el que
no pudo contener su emoción al besarte.9
Su sonrisa se amplió cuando las mejillas del peli-marrón volvieron a teñirse de carmesí.
Fanfic
—Eres adorable. —musitó, queriendo depositar besos en sus lindas mejillitas. Hoseok se
removió, notablemente nervioso y tímido—. Oh... lo siento, no fue mi intensión
incomodarte, es solo que... No pude evitarlo. —musitó, ahora un poco cohibido.
Hoseok, notando la expresión triste del rubio, sacudió su cabeza evadiendo sus miedos
por otro corto momento y le depositó un beso en la comisura de la boca. El impulso
sorprendió a Jimin, pero cambió su expresión lúgubre por una radiante sonrisa.43
Y entonces se fue, sintiendo su corazón latir con fuerza, y dejando el del contrario
conmocionado y eufórico.
96
[♦♦♦]1
Volvió a golpear la puerta, casi olvidando la existencia del timbre, y fue entonces que
sintió una presencia tras él. Se volvió con rapidez, encontrándose con Chung Hee y su
Fanfic
madre, que subían las escaleras. La mujer detuvo su recorrido de un golpe al observar en
identificar lo que había Jungkook.
La mujer solo respondió haciendo una reverencia con la cabeza. El niño rubio que traía
cogido de la mano se ocultó tras su pierna.8
—Su nombre era Jungkook, ¿verdad? —dijo la mujer, terminando de subir hasta el
segundo piso y permitiéndole a la criatura utilizar sus piernas como refugio. Parecía
ciertamente acostumbrada.
—¿Por qué está tocando esa puerta? —preguntó ella, casi desconcertada. Jungkook
vaciló un poco, pero respondió.
¿Por qué sentía que tenía que ver con cierto hombre de cabellera castaña?
Fanfic
Luego de que la mujer subiera hasta el tercer piso, y Jungkook sacara rápidamente un
abrigo más grueso de su apartamento, la mujer se paró frente a él, con una expresión
indescifrable, y se cruzó de brazos.
—¿Y bien? ¿Qué es? —preguntó Jungkook, ya sin mucha amabilidad. La mujer ladeó un
poco la cabeza y suspiró de forma sonora.
—Él...
—Se suicidó.
Fanfic
Capítulo 22
Taehyung estornudó, de una forma sonora y brusca que le hizo sobresaltarse. La
pequeña multitud de personas que se encontraban dentro de la cocina de la cafetería lo
miraron con inquietud por el escándalo.122
¿Por qué?
—Bien, como iba diciendo... —dijo Park Seojun, el dueño de la cafetería, enfocando sus
ojos saltones en una pequeña carpeta con documentos que llevaba en las manos—. Ya
que la cantidad de clientes han ido aumentando...
Detuvo el camino por el que iban sus pensamientos y sacudió la cabeza, sintiendo un
amplio vacío en su pecho.
No, no iba a recordar eso ahora. Estaba trabajando, y ese suceso había desatado
demasiadas cosas complicadas en las que no quería pensar. Necesitaba estar bien para
trabajar, y se conocía lo suficiente para saber que si recordaba al menos una sola cosa
Fanfic
del hombre pelinegro, el resto de la mañana —ya que el café estaba a menos de una
hora de abrir—. iba a estar pensando en eso.
Porque justo así había estado los días anteriores. Mucho más que torturado por el
conflicto de ideas que se le desataban dentro y le hundían.
Así que intentó concentrarse en las palabras de Seojun, y así aliviar la carga que
comenzaba a sentir su mente. Y milagrosamente, lo logró.
Se pasó con cuidado el pañuelo por la nariz, sintiendo un fuerte ardor en ella y más
ganas de estornudar. Joder, esto era un fastidio, él odiaba estar enfermo.44
Su pobre nariz se encontraba tan roja como un tomatito por la cantidad de fricción que
le había hecho.46
Reprimió un estornudo.12
Y eso no era nada si se analizaba el resto de su aspecto: ojos apagados, la piel pálida y
de apariencia enferma, su garganta disfónica y su cabello —últimamente inmanejable—.
rebelde, siendo la cereza del pastel.1
Quiso taparse el rostro con las manos y apretarse la cabeza por la impaciencia que le
nació en la base del estómago.
Ah, qué aburridoras eran las reuniones. Tanto Yoongi como Namjoon tenían expresiones
apagadas mientras oían el largo discurso del hombre, que rechoncho y de entradas en la
frente pronunciadas, soltaba pequeñas gotas de saliva al hablar. El hombre se tomó el
tiempo de analizar cada pequeña cosa que implementaría en el café a partir de aquel
momento, y explicar todas las novedades que traía.9
Aunque claro, no fue un total misterio cuando la puerta se abrió de un golpe seco y
descubrió a un pelirrojo delgado, considerablemente alto, de hombros anchos,
mandíbula cuadrada, ojos pequeños y claros, vestido con el uniforme de pantalones
verdes del café. El sonido de la puerta hizo un sonido repentino en la habitación.
Taehyung tuvo que parpadear dos veces para cerciorarse de lo que veía, y se incorporó
de golpe al darse cuenta de la presencia de aquella nueva persona. ¿Su vista fallaba? ¿O
de verdad tenía el hombre los ojos claros? ¿Sería completamente coreano? Era todo un
acontecimiento. Ni siquiera le impactó tanto el hecho de que llevara su mismo
uniforme.86
Entonces todos los ojos se centraron en él. Se le veía mucho más que pasmado y algo
temeroso. ¿Por qué de repente él...?
—¿Qué haces aquí? —su voz sonó incómoda cuando exclamó aquella pregunta.
Entonces todos se dieron cuenta de que aquello se lo había preguntado al pelirrojo.
Taehyung frunció el ceño, observando tan extraña situación y cruzó sus brazos, ¿Qué
había sido aquella reacción de Yoongi Hyung? ¿Lo conocía?
Park Seojun a penas si se dio la vuelta y notó la presencia del pelirrojo en el lugar. Fue
entonces que su rostro regordete formo una sonrisa cordial.
—¡Ah, Ji! —exclamó Seojun, estirando su mano en modo de saludo. El pelirrojo, después
de dejar de mirar a Yoongi de forma tan extraña, sonrió levemente y aceptó el apretón
Fanfic
de manos haciendo una reverencia con la cabeza. Yoongi se le quedó mirando, ahora
pareciendo molesto. Tanto Namjoon como Taehyung lo fulminaron con curiosidad.4
¿Quién era él? Taehyung no recordaba haberlo visto por ahí alguna vez, ¿Qué era lo se
traía con Yoongi como para haberlo alterado así?1
El tipo, en cuestión, no era feo. Estaba lejos de ser feo. Tenía una sonrisa radiante y
adorable rodeada por unos labios bien definidos, proporcionarles, rosados y carnosos.
Seojun y el hombre comenzaron a hablar con entusiasmo, y fue entonces Yoongi se dejó
caer en la silla sin desvanecer de su rostro la expresión de perplejidad. Taehyung lo miró,
completamente extrañado, estiró su mano y le tocó la mano que había dejado en la
mesa para llamar su atención
—¿Yoongi Hyung? —dijo bajito, para que solo él y Namjoon lograra oír, ya que el
peligris también tenía una expresión de intriga en el rostro—. ¿Qué ocurre? ¿Conoces a
ese chico?6
Yoongi desvió la mirada y tragó saliva. Taehyung apretó su mano para que volviera a
mirarlo, y cuando lo logró, hizo un mohín con la boca.1
—Muy bien, chicos, debido a que la cafetería está siendo cada vez más reconocida... —
exclamó, volviéndose hacia los tres hombres de apariencia confundida, con el pelirrojo
Fanfic
junto su hombro—... decidí contratar más personal para las mesas. ¡Así que les presento
a Ji!4
Dio un último vistazo a Yoongi y enfocó su mirada en el pelirrojo, que se pasó con
habilidad la mano por el cabello, y sonrió con amabilidad mientras hacía una reverencia.
Entonces, el chico se presentó. Y si hasta ahora Taehyung no había sido atacado por una
emoción demasiado fuerte, ésto sí que lo sorprendió.3
—Soy Ji Taehyung y trabajaré con ustedes a partir de ahora, ¡Por favor cuiden de mí!347
Pero antes de que alguno pudiera hacer alguna pregunta o protesta —por el lado de
Yoongi—. el reloj marcó la nueve en punto: momento para abrir las puertas del café.
Y momento de darle inicio a un día, que para cada uno de los presentes en aquella
habitación, y cierta persona de lentes redondos que estaba a punto de cruzar la calle
frente a local,+
Capítulo 23
—¿Estás seguro de que puedes trabajar así? —preguntó Seojun, poniéndose una boina y
luego un abrigo. Taehyung le escoltaba hasta la puerta, para aprovechar y darle vuelta al
cartel que indicara que el café estaba abierto. Se sorbió la nariz y asintió con la cabeza
en modo de respuesta cuando el hombre lo miró sobre el hombro.
—Claro, sajangnim*. Aún no tengo tos, así que supongo que no es contagioso. —dijo,
con una voz completamente nasal, haciendo que Seojun cerrará las cejas en su frente
con incredulidad.23
—¿Qué tal si te encargas hoy de lavar los platos? —preguntó—. Usas un par de guantes,
un tapabocas, y así no corremos riesgos. —dijo, con amabilidad, y Taehyung solo asintió
con la cabeza, no teniendo las fuerza suficientes para contradecirlo.5
Porque estarse paseando por el café con el malestar que tenía, no le apetecía en lo
absoluto. Había tomado algunas pastillas para la gripe esa mañana, y sin embargo, podía
decir que se sentía peor que antes de tomarlas.
—Bien, ¡Qué tengan buen día! ¡Sé bueno con Taehyung, Taehyung! —exclamó
Seojun, mientras cruzaba la puerta y se alejaba.
Entonces resopló.
Torció la boca en una mueca de desagrado, y le dio vuelta al cartel para que quedara
por el lado de "abierto". Sacó una liga de su bolsillo, y cuando intentó recoger su cabello,
algo en su cuello, enredado, lo impidió. Así fue que lo recordó: traía un collar. El viejo
collar que había recogido de la casa de Seokjin la última vez que había ido. Entre todas
las cosas que había logrado obtener en su torpe y deprimente excursión, la pequeña
cadenita con un pequeño dije de barro de color azul era una de ellas.
Una hermoso dije, a pesar de su simpleza, hecha por las manos del difunto. Tenerlo
consigo no debía calmarlo tanto, pensaba Taehyung.
Pero seguramente por su terrible estado, había olvidado que lo traía puesto, y ahora le
había enredado el cabello. Con los dedos temblorosos, intentó sacar las hebras que se
habían enganchado a la cadena, y luego de que lograra recoger su cabello, se dispuso a
bajar las sillas de las mesas. Se detuvo un momento, para mirar los rayos de sol atravesar
las ventanas y disfrutar que le calentaran la piel.
No era que le molestara que hubiera un nuevo integrante en el equipo de trabajo, solo
que la manera en la que había llegado, la actitud de Yoongi y el hecho de que
compartiera su nombre hacía todo un poco extraño. ¿Cómo iban a diferenciarse de
ahora en adelante? ¿Quién tendría que adoptar un apodo para facilitar las cosas?
Taehyung odiaba los apodos.8
El repentino recuerdo paralizó su cuerpo, y la silla que sostenía con las manos cayó en un
estruendo al suelo. Su corazón se aceleró, y tuvo que retener una bocanada de aire para
mitigar el sofoco y la creciente emoción humillante que se le enredó en el pecho. Tomó y
acomodó la silla con rapidez, intentando no pensar en nada.
Fanfic
Y cuando sus ojos chocaron con los del hombre que había presenciado toda su
fragilidad, confusión, llanto y desesperación; retrocedió instintivamente.
El día pareció oscurecerse a su alrededor. Los rayos de piel fríos ahora, contra él.
Fanfic
Se cruzó de brazos. Intentó con fuerza no sentirse cohibido, y permanecer firme como
siempre, pero estaba comenzando a fallar. El silencio perpetuo de Jungkook hizo todo
peor.
¿Por qué no salía alguno de sus hyungs de la cocina? ¿O al menos el chico nuevo?5
En el instante que miró dentro suyo, Taehyung se dio cuenta de que todas las preguntas,
y todo el desconcierto seguía tan intacto como en aquella mañana. Y de nuevo, con el
hombre de lentes redondos frente suyo, se enfrentaba a ellas sin tener alguna táctica de
defensa.
Porque al pasar de los días solo lo había evadido. Le había huido a su propia cabeza. Así
solía ser más fácil.
Ya no era capaz de comportarse como antes. Ya no podía fingir que no había pasado
nada, ya no podía tratar con Jungkook sin sentir sus entrañas hervir.
No logró soportar su mirada encima, entonces salió disparado dejando las sillas a medio
arreglar y se adentró en la cocina sintiendo su corazón comenzar a latir de forma extraña
y ahogada. Apoyó la espalda en la puerta cuando estuvo cerrada, y empuñó las manos
sintiendo la vergüenza extenderse por su pecho.
Estúpido obstinado. —pensó—. ¿Por qué está aquí? ¿Por qué sigue volviendo?29
Incluso un loco como él tendría que saber cuándo dejar de volver. Realmente debía de
gustarle el café que preparaba si después de todas las cosas —entre ellas, verle
vulnerable y devastado como un niño pequeño haciendo un berrinche—. seguía
volviendo. Taehyung se había esforzado en restarle importancia, pero en el momento
que pudo estar bajo su mirada, todo se había escurrido por su rostro de la manera más
humillante.
No sabía qué tipo de poder tenía Jungkook en él, ahora. Y no lo quería cerca.
Así que no lo quería cerca, no más, aunque su cuerpo se comportara de manera extraña.
Un error no se cometía dos veces. El resultado de la unión de ambos no había logrado
nada afortunado.
Un maravilloso orgasmo que desató la tranquilidad que su cuerpo añoraba hace tanto
tiempo.4
No era normal.
Y por encima de todo, no quería estar cerca de alguien que había conocido su
vulnerabilidad y fácilmente podía jugar con ella. Taehyung no era tonto, la manera en la
que caía en aquellos actos con Jungkook siempre era cuando lo provocaba y se burlaba
—y aunque ignoraba que pasaba exactamente lo mismo del lado de Jungkook—. ahora
sólo necesitaba aferrarse a los argumentos para no volver a dirigirle la mirada y así
superar lo que había sucedido.
Estar lejos de él era lo adecuado. No iba a dejarse enredar la cabeza como solía pasar, y
no iba a volver a perder la calma.
Se incorporó con lentitud, y sonrió con vergüenza: —Hey... y-yo solo venía a avisarles
que el café ya abrió. —dijo, con un deje tembloroso en su voz, y se tomó las manos tras
la espalda—. Seojun sajangnim me ha encargado los platos por hoy debido a mi
enfermedad, así que estaré todo el día en la cocina.
Fanfic
El ceño de Namjoon se frunció un poco, y Yoongi solo bajó la cabeza con un suspiro.
La sonrisa de Ji parecía burlona, y sus hyungs, hombro con hombro, parecían evitar
mirarse a toda costa. Namjoon lucía molesto, y Yoongi parecía... ¿Cohibido?5
Taehyung parpadeó un par de veces, algo confundido. ¿Se había perdido de algo?
—Bien, es mejor que comencemos ya. —dijo Namjoon entre dientes, dándose le vuelta y
dirigiéndose al cuarto de hornos. No dándole la oportunidad a Taehyung de preguntar
algo. Notó que Yoongi le siguió con la mirada y suspiró a sus adentros.
—Es cierto, ¡Daré lo mejor de mí! —exclamó el pelirrojo, quizá demasiado entusiasmado
e histrión. Comenzó a caminar hasta la puerta, y se detuvo antes de abrirla, junto a
Taehyung—. Oí que compartimos el nombre, ¡Qué loco! ¿No?202
Aquella actitud le resultó más molesta que agradable a Taehyung, que sonrió con
modestia y se apartó para dejarlo cruzar.2
—Sabe cómo hacerlo. —espetó, con una notable molestia en su voz. Taehyung alzó sus
cejas con algo de sorpresa, y observó al pelirrojo salir luego de que asintiera con la
cabeza pareciendo de acuerdo con Yoongi. Mucho más que confundido, miró a su
Hyung en busca de alguna explicación.
—¿Con qué? —preguntó, con descaro, como si fuera ajeno al ambiente tan tenso que
descubrió Taehyung al llegar.
—Yoon...
—Tenemos trabajo qué hacer. —soltó, entre dientes, y pasó de lado por Taehyung y
salió de la cocina casi tirando la puerta, evadiendo por completo la conversación que el
dongsaeng había intentado entablar.
[♦♦♦]1
Fanfic
Jungkook quiso reírse fuerte de su persona, dándose cuenta que era malo negándose
cosas a sí mismo. Podía ser realmente cabeza dura si se lo proponía.1
Su razón exigía a gritos una explicación del por qué estaba de nuevo en ese café. Lo
curioso era que él podía dar respuestas, pero el problema era que no le gustaría esa
respuesta. Su propia respuesta resultaba totalmente tonta.
¿Cuál era?
Se mordió la lengua con fuerza, mirando desde su usual mesa la puerta por la cual, hace
casi una hora el chico de cabello hasta los hombros había cruzado, y desde entonces no
había dado señales de vida.
Su argumento resultaba bastante incoherente si lo pensaba con cuidado: sí, quizá había
presenciado un momento de debilidad emocional de Taehyung, y que lo más probable
es que fuera su culpa por todo lo que había conllevado que ambos despertaran juntos
en aquella cama, pero...
No le había gustado verlo así en lo absoluto. Cambiaba todas las reglas del juego que
solían jugar: porque el Taehyung gritón, valiente y fuerte se había destruido por
completo, no dejando rastros de lo que pensaba que era.
No era como si esperara que le atendiera, le diera su café, por alguna razón le riñera, y
terminara cerca suyo. No, claro que no.57
Empuñó las manos en su regazo, dándose cuenta de que los recuerdos de los
encuentros con Taehyung habían quedado guardados con cuidado y detalle en su
cabeza.
Fanfic
No podía negarlo ahora, había quedado fascinado. No era algo bonito, no era algo de lo
qué sentirse orgulloso, porque a él no le gustaba Taehyung. A él le gustaba tener el
control de Taehyung, lo cual distaba demasiado de algo sano y lo podía caracterizar
fácilmente como un hombre perturbado y pervertido.33
O para él.71
El chico había pasado varias veces por su mesa para tomar su orden, y Jungkook se
había aferrado al pretexto de no poder decidirse —el cual Ji no le creyó ya que había
pasado más de una hora "decidiendo" qué pedir—. solo para no irse.
Estaba esperando a que el castaño saliera de la cocina. Al fin y al cabo él era el que sabía
hacer su café, y no confiaba en delegar tan importante tarea a cualquier otra persona. Ya
Fanfic
lo había intentado con el chico de apellido Min, y vaya desastre. Le había tocado pedir
otros dos cafés que fueran de su agrado.
Estaba dispuesto a esperar a Taehyung. Algún día tendría que salir de allí, ¿no? Su plan
se había visto arruinado cuando el chico había huido a la cocina.
Quería preguntarle, de alguna forma, cómo estaba. Atrapar su atención, y asegurar que
pudiera volverlo a ver. Bufó como un niño pequeño, inflando las mejillas y observó como
a través de la ventanas el viento arrastraba las hojas secas de los árboles.5
[♦♦♦]1
Taehyung miró cuidadosamente, quitándose los guantes de plástico para lavar, y torció
la boca dándose cuenta del tipo de café que preparaba Ji, a su lado. Tenía el ceño
fruncido, por primera vez en el día, y se veía algo impaciente. El café que preparaba
llevaba dos de azúcar y una adición de crema.1
Aquello le confirmó que Jungkook seguía en el café. Volvió la cabeza hacia el reloj de la
pared, y sintió su corazón apretarse un poco. Habían pasado dos horas desde que lo
había visto afuera, ¿Y él aún no se iba?26
—¿Cuántos cafés van? —preguntó, conservando su voz nasal, sintiéndose algo fastidiado
por lo que, evidentemente, hacía el hombre.
¿Era solo él, o Jungkook intentaba llamar su atención? ¿Estaba quizá convencido de algo
que no era cierto? Él mismo se negó aquello, ya había pasado más de una vez.
Había sucedido la noche que se había quedado hasta que el café había cerrado para
obligarlo a aceptar su estúpida cita, y también cuando le había esperado bajo la lluvia
por más de una hora en el acuario.4
—¿Taehyung? —dijo, con firmeza, sintiéndose más que extraño al decir su propio
nombre. Así que cuando el hombre le miró con las pupilas dilatadas y la mandíbula
apretada, continuó—. ¿Puedo llamarte Ji, solamente? Se me hace un poco difícil...
El hombre no lo dejó terminar: —Claro, es demasiado formal, pero supongo que no hay
otra opción. Para evitarnos inconvenientes, ¿no?
Taehyung asintió con lentitud con la cabeza, observando como le ponía la adición de
crema al café sin mucha precaución. Poniendo más de la que él solía poner. Inhaló
profundamente y dijo:
Ji parpadeó un par de veces asimilando las palabras que decía Taehyung, y suspiró con
pesadez.
—Un desesperante hombre de lentes redondos. — afirmó Ji, pasándose las manos por el
cabello—. Primero estuvo más de una hora decidiendo qué pedir, y cuando al fin
ordenó, los primeros dos cafés estuvieron mal. Por- Por detalles tan tontos e
insignificantes... —el hombre estaba ahora mucho más que impaciente, y Taehyung lo
entendía.
Claro que lo entendía, había discutido con el hombre por eso. Solo que estar fastidiando
a un empleado diferente esta vez era en verdad impresionante.
Taehyung se quitó el delantal, tomó su cabello con una liga, se lavó las manos y en
medio de un suspiro preguntó:
—¿Quieres ayuda?30
[♦♦♦]1
Jungkook refunfuñó cuando al comprobar que el tercer café que pidió estaba como le
gustaba. ¿Cómo lo había logrado el pelirrojo? ¿Suerte de principiante?65
Haciendo mala cara, bebió de la taza. Intentando pensar en un plan B para hacer al
castaño salir.73
Fanfic
No podía ser algo tan tonto, ¿O sí? Las proporciones del chico en cuanto a los
ingredientes no habían sido precisos en los primeros cafés como para que por arte de
magia ahora hubiera coincidido.
Dejó la porcelana con cuidado sobre la mesa y reprimió la sonrisa maliciosa que quiso
salir de sus labios. Solo había una forma de comprobar si era hecho por él. Y de ahí
surgía una nueva posibilidad de hacerlo dar la cara.
[♦♦♦]2
—¡Ah! ¡Sinceramente! ¿Quién rayos se cree que es? —aquejó Ji, casi haciendo ademán
de lanzar la porcelana con la mitad de un café en él. Taehyung tensionó su cuerpo
mientras paraba de lavar los platos y se daba la vuelta lentamente.
—¡Claro que lo rechazó! ¿Podías esperar algo diferente? ¡Qué hombre tan desagradable!
¡Tendrá que pagar por cada uno de sus malditos cafés! ¡No soy su jodido sirviente!2
Fanfic
Taehyung empuñó las manos, cerró la boca, los ojos, y los apretó.
Maldito idiota. ¿Cómo podía ser tan desvergonzado? Ah, como deseaba darle un golpe
ahora.
¡Cómo era que sabía sacarlo de quicio! Se había prometido a sí mismo quedarse en la
cocina, incluso había sido asignado allí, ¿Pero ahora?
Descarado imbécil.
Cuando se sorbió la nariz, bufó y comenzó a caminar hacia la puerta, se dio cuenta de
que ya era tarde para él.
Sus pasos pesados resonaron en todo el local cuando se acercó, levemente sonrojado de
la rabia —o de la fiebre que sin saberlo comenzaba a subirle—. a la mesa que quedaba
junto a la ventana. La presencia del asiento levantó la mirada con un atisbo de diversión
en la expresión, y negó lentamente con la cabeza mientras se sentía orgulloso de su
victoria.52
—¡Me tienes más que harto! —fue lo que exclamó Taehyung, tomándose de la cabeza y
luego soltando los brazos con brusquedad—. ¡No puedes solamente abusar de nosotros
por tus tontos caprichos! ¿Qué es lo que jodidamente quieres?35
Jungkook entonces se levantó, y lo encaró. Los otros clientes presentes cesaron sus
ruidos por la escena que presenciaban.122
—¡Deja eso! ¡Maldición! —aquejó, sintiendo su pecho arder en frustración—. ¿Por qué
haces esto? ¡Detente!
Fanfic
Jungkook ladeó un poco la cabeza, mirándolo de la cabeza a los pies con su usual
expresión neutra.2
—¿Enfermaste?56
Jungkook río con sequedad, y negó con la cabeza— Qué boca tan sucia, Taehyung. —
fue entonces que bajó el sonido de su voz al punto de musitar, y se acercó al hombre—
... Los niños obedientes no dicen malas palabras.226
Las mejillas de Taehyung se tiñeron de carmesí por los recuerdos que le trajo esa frase, y
sintiéndose el doble de desquiciado, lo tomó de los hombros y lo empujó lejos.
Taehyung tardó en reaccionar al tirón que provocó el impulso, pero soltó un respingo al
notar que la cadenita de Seokjin la tenía Jungkook enredada en los dedos.5
—Vaya, qué lindo. —respondió, esbozando una sonrisa burlona. Fue entonces que
Taehyung se acercó a él e intentó arrebatarle el objeto de las manos.44
Falló.
Jungkook alzó el brazo con el collar, y con una sonrisa socarrona dijo: —Atrápalo.207
Fanfic
Taehyung hizo crujir los dientes por la presión que les hacía con la mandíbula, y saltó
hacia la cadena con la urgencia de recuperarlo. Jungkook se empinó en la punta de sus
pies para impedirlo.7
El pelinegro rió.
—Para mí sí.
Fue entonces que Taehyung intentó estrujarlo, no logrando nada por la diferencia de
contextura. Y entonces soltó un sonido de exasperación que acalló de golpe.
Porque de repente la mano de Jungkook acunaba su mejilla. Taehyung abrió los ojos
como platos.120
—Ve a mi casa esta noche. — dijo Jungkook, recibiendo una expresión de perplejidad
del contrario—. Y te lo devolveré.81
Se dio la vuelta sobre sus talones, y caminó hacia la salida, dejando a Taehyung
completamente pasmado y mucho más que enfadado. —¡Y-Yah! ¡Ni creas que iré!119
Fanfic
Y solo se fue.19
Capítulo 24
Debajo del gran enredó de bufandas que era Kim Taehyung, se percibió un gruñido de
enojo mientras subía las escaleras de ese edificio de cinco pisos.43
Estaba harto, y mucho más que enfermo de esta situación. Bastante había sido solo lidiar
con el ambiente extraño que comenzaba a crearse en el café, ¿Y ahora esto?
¿Otra vez?1
El resto de su día había sido tremendamente estresante. Se odió mucho a sí mismo por
haber dejado su collar a vista de Jungkook, o simplemente haberlo llevado ese día. Si tan
solo hubiera recordado que lo traía puesto, lo hubiera guardado y dejado en casa.
Y claro, no pensó que el pequeño objeto resultara ser el causante de tanto problema.
Se sorbió la nariz, percibiendo ahora una ligera picazón el la garganta y un frío de mil
demonios calarle los huesos. Maldición, ahora mismo deseaba más que nada estar en
cama bebiendo algo caliente, no parado frente a una puerta con un 2A de metal en el
centro superior y una desagradable presencia al cruzarla.1
Definitivamente estaba perdiendo la cabeza. Quería apresurarse y solo hacer lo que tenía
que hacer: recuperar su collar de Jungkook, maldecirlo un par de veces, y partir a casa a
toda velocidad.14
Cerró y apretó los ojos sintiéndose débil y algo mareado por la enfermedad. Lo haría
rápido, y no se dejaría distraer.60
Pasaron quince segundos antes de que el pelinegro abriera la puerta. Sí, los contó.42
Y recibió al castaño con una expresión neutra, que no dejaba pasar nada de emoción por
su rostro. Pasó sus ojos por todo su cuerpo, y se aclaró la garganta al ver el estado en el
que se encontraba.
Se veía bastante enfermo. Tenía el cabello suelto y enmarañado sobre el abrigo grueso
negro que llevaba encima, la piel pálida, los ojos algo llorosos y la punta de la nariz
enrojecida.
—Entonces viniste. —fue lo primero que dijo, preguntándose, por encima de cualquier
cosa, si podría lograr hacer algo con él estando enfermo. Taehyung entrecerró los ojos,
como si fuera una reacción a sus pensamientos, y con las puntas de los dedos bajó un
poco la bufanda roja que traía puesta.20
El pelinegro alzó una de sus cejas, dando un vistazo a los labios rojizos que el chico
acababa de dejar a su vista, y se mordió ambos labios emanando ahora diversión de su
semblante.
El chico estaba enfermo. No podía pensar en besarlo ahora, podía contagiarlo. No quería
ninguna trasmisión de virus.76
Pero al repentina imagen mental del muchacho entreabriendo sus labios para darle paso
a su lengua le hizo dudar.80
Joder, aunque intentara ser decente, el haber tenido sexo con el muchacho había
desatado demasiadas cosas en él. Demasiadas cosas incontrolables, que le sacaban de
quicio ahora. Desde aquella experiencia, su mente parecía recorrer caminos por ella sola.
—¿Qué collar? —preguntó, sonriendo con descaro y falsa inocencia. Sin embargo,
Taehyung ni se inmutó a su actitud.
—Pareces realmente serio cuando no estás gritando. —exclamó, haciendo que Taehyung
lo mirara con odio y se cruzara de brazos igual que él.
Taehyung arrugó la nariz, queriendo ser al menos igual de alto que el hombre para no
sentirse tan pequeño a su lado. Esto no estaba a su favor. Y, ¿hablaba de modales
cuando él mismo era un completo maleducado todo el tiempo?
Jungkook golpeó su mejilla con la lengua, y se inclinó lentamente hacia él, hasta que su
boca estuvo cerca de su oído.5
—¿Por favor, qué? —susurró, percibiendo el olor a café del chico— ... Te ha faltado
el papi.267
—Estás realmente loco si piensas que voy a llamarte así. Jamás lo haría.3
—Me gustan los desafíos. —fue lo que respondió Jungkook, antes de ser empujado
desde el pecho por Taehyung.
No se alejó mucho a causa del impulso, porque había visto venir una reacción así. Así
que astuto, sonrió con amplitud cuando al tomarle de la cintura, el empujón que dio
Taehyung solo logró que, como los resortes, su cuerpo se fuera hacia el de él.38
Taehyung abrió con amplitud los ojos, y respingó cuando su pecho casi chocó con el de
Jungkook. Los ojos color chocolate del pelinegro se enfocaron en los color avellana del
castaño.
Sentir sus manos hizo que su mente divagara y el recuerdo del abrazo que le dio el
hombre mientras lloraba a cántaros en el suelo lo hizo sonrojarse casi con violencia.
Intentó hablar, intentó protestarle, pero su cuerpo no pareció prestar atención.
Entonces una de las manos de Jungkook llegó hasta la mejilla de Taehyung, que caliente
por la fiebre, se recostó casi involuntariamente en su toque.76
Fanfic
Jungkook ladeó la cabeza, explorando las emociones que distinguía en los ojos del
castaño, y negó con la cabeza.
—Has sido realmente desobediente, mejillitas. —musitó, con la voz grave y profunda—
... Evadiéndome todo el día, haciéndome esperar por ti.
Los labios de Taehyung temblaron antes de decir: —Te dije antes que te alejaras, no iba
a-1
Quiso abofetearse a sí mismo por la corriente de excitación que le recorrió solo por
haber percibido aquella predominancia en la voz de Jungkook. En definitiva, sus
debilidades no eran comunes.1
―No vengas con eso ahora. ―musitó, más rogando que protestando. Joder, no
necesitaba más enredos en su cabeza, cerró los ojos―. ¿Crees que mentí en esa mañana
solo porque estaba... alterado? Aléjate de mí, alguien podría vernos.
Jungkook llevó su mano hasta la nuca del chico, y enterró los dedos en su cabello.
Taehyung abrió los ojos cuando sintió la respiración del hombre en su nariz. Ahora
estaba cerca, mucho más que cerca, sus frentes por poco se tocaban.
Tragó saliva.
―No parece como si quisieras alejarme, Taehyung. ―susurró, sin despegar la mirada de
sus ojos―. ¿Y las personas? no me importan. Que nos vean, que te vean así de
sonrojado mientras te tengo cerca.54
―Cállate. ―pidió, entre dientes, con el mismo conflicto de emociones que había tenido
dentro aquella noche en su apartamento.
Fanfic
Deseo, y desesperación.
―Cállame. ―respondió, repitiendo casi las mismas palabras de Taehyung que había
dicho antes, y cuando volvió a acercarse a su boca ―ahora embelesado como para
pensar en su enfermedad―. lamió y chupó el mismo labio que había mordido.
Taehyung jadeó, sintiendo su cuerpo cálido cada vez en más proporción, y un cosquilleo
en todo el cuerpo que comenzaba a atontarlo.
―Eres un imbécil. ―musitó Taehyung, con sus manos subiendo por su amplio pecho―.
He tenido un día horrible por tu culpa.
Jungkook besó cortamente sus labios, y luego dirigió la boca hasta su cuello
―apartando y quitándole las bufandas― para dejarle un mordisco con fuerza. Taehyung
volvió a quejarse.39
Entonces Jungkook subió con la lengua por los músculos de su cuello, y volvió a morder
con fuerza bajo su oreja. El lloriqueo del castaño volvió a hacerse presente, y cuando la
otra mano de Jungkook lo atrajo de un tirón y sus cuerpos chocaron, los dedos de
Taehyung apretaron la camisa del hombre.13
Fanfic
Pero entonces lo tomó con fuerza, lo adentró en su casa, cerró la puerta, y lo lanzó con
la poca amabilidad que ya lo caracterizaba de espalda a la puerta. Se acercó, con su
corazón comenzando a latir más rápido, y besó con brusquedad los labios del hombre.
De un impulso, Jungkook tomó al castaño de las piernas e hizo que las enredara en su
torso. Comenzó a caminar con un poco de dificultad hacia su habitación. Taehyung,
prácticamente en el aire, no pudo detallar el lugar y sólo se dejó llevar por Jungkook.53
La habitación de paredes azules oscuras les dio la bienvenida a ambos, Jungkook dejó
caer el cuerpo de Taehyung de forma que aún de pie, sus pantorrillas tocaran la base de
la cama con sábanas blancas. Comenzaron a desvestirse el uno al otro, con las
respiraciones agitadas y los labios algo hinchados. La camisa de Jungkook voló lejos.42
―Tendrás que recogerla después. ―aquejó Jungkook. Taehyung rodó los ojos mientras
se dejaba quitar su uniforme.1
Fanfic
―Ah, había olvidado que eres un adicto al orden. Qué fastid- ¡ah! ―soltó un respingo
que no lo dejó terminar la frase cuando Jungkook lo empujó hacia la cama. Su espalda
chocó contra el suave edredón, y Jungkook lo observó con la mandíbula tensa por un
momento. Taehyung le devolvió la mirada, algo expectante por la expresión que había
puesto el hombre. ¿Ahora qué le pasaba por la cabeza?
―Quédate quieto. ―ordenó, y respiró profundo sin despegar la mirada del castaño.
Los ojos del contrario brillaron, desde la cama con la ropa interior como la única prenda
que quedaba en él. De repente se sintió demasiado expuesto e inseguro.
Fue entonces que Jungkook se pasó el cinturón lentamente por los dedos, y la boca de
Taehyung se entreabrió mientras parpadeaba, un poco inquieto.
Miró los ojitos vidriosos bajo suyo cuando el castaño retuvo el aliento.
Y Jungkook inhaló con fuerza, con su pecho hinchado de orgullo. Taehyung lucía
completamente ido e indefenso, su boca brillante y enrojecida por sus mordidas
formando una pequeña ''o''en conjunto con la creciente rigidez en su cuerpo le hacían
admirarle. El hecho de que hubiera dejado de protestar lo hacían sentir demasiado bien.
Más de lo que le gustaría admitir.
―Me pregunto... ―dijo Jungkook, pasando el cuero por su cuello y luego por su
pecho―. ¿Qué se merecen los niños malos?... ―la fricción de la piel con el cuero hizo a
Taehyung estremecerse―. ¿Lo sabes, Taehyung?39
―¿Lo sabes? ―insistió, entre dientes, acercándose para acariciar sus caderas contra el
ahora endurecido miembro de Taehyung sobre la tela de la ropa interior. El chico gimió
bajito―. Respóndeme.2
―U-Una... lección.127
―Quieto. ―ordenó Jungkook, bajando entonces la ropa interior del chico y tomando
con su mano libre la erección de Taehyung, haciéndolo gemir con fuerza; contrastando
completamente las sensaciones.94
Comenzó a masturbarlo con lentitud, encantado con las reacciones del chico, que
completamente aturdido, no parecía encontrar cómo sentirse.
Lo azotó de nuevo, esta vez en el otro muslo. Y la espalda de Taehyung amenazó con
arquearse por la mezcla del agudo ardor y cosquilleo restante con el placer de sentir su
grande y ágil mano estimulándole.
El tercer azote llegó, y Taehyung lastimó las puntas de sus dedos al apretar tanto el
edredón. Su respiración era inconstante, tenía todo el rostro enrojecido y algunas gotas
de sudor naciendo en su cuero cabelludo.25
Los ojos de Jungkook brillaban de fascinación. Casi pudo reflejarse en ellos. Y cuando
aumentó el ritmo de sus movimientos Taehyung sintió que iba a correrse. Más azotes
Fanfic
llegaron, pero solo incrementaron el placer que se derretía en su vientre, su corazón latió
con fuerza en su cavidad, y sus piernas comenzaron a temblar.32
—J-Jungkook...
Cerró los ojos y los apretó, no logrando retrasarse más. Y se corrió en un gemido
desgarrado y agudo, depositando toda su esencia en la mano del pelinegro.
Todo su cuerpo se desenvolvió en oleadas de placer. Tanto, que ni siquiera se dio cuenta
de que los azotes habían finalizado, que sus piernas estaban marcadas con el cinturón, y
que Jungkook le besaba los labios.
Pero aún no había acabado. Y se dio cuenta de eso cuando oyó el cierre del pantalón de
Jungkook bajándose.136
[♦♦♦]1
Quizá Jungkook se había excedido. Pero Taehyung sabía, en el fondo, que había
disfrutado la forma en la que había hecho cada una.
Entonces se dio cuenta de que estaba recostado en el pecho del hombre, que también
agitado, satisfecho y agotado, se había apartado para apagar todas las luces y sacar una
Fanfic
manta. Quiso decir algo, lo que fuera, pero su cuerpo cedió a la calidez de la tela, y la
extraña seguridad del cuerpo contra él. Jungkook lo notó, pero no dijo nada.
Porque con el aspecto que había quedado Taehyung, era más que evidente que el pobre
hombre no lograría moverse hasta el día siguiente. A Jungkook no le molestaba tanto,
aunque no estuviera acostumbrado a dormir con alguien.
Sin embargo, fue el ademán de atraer al chico a su pecho en el momento que su espalda
había tocado la cama lo que sí le sorprendió, entre todas las cosas inusuales.
Así que excusándose a sí mismo diciéndose que estaba atontado por el fantástico
orgasmo que había tenido, relajó el cuerpo y dejó que las yemas de sus dedos
recorrieran la espalda de Taehyung hasta acomodarse en su espalda baja. Las excusas
siempre ayudaban.67
Y de esa forma cayó en los brazos de Morfeo, ignorando el fuerte latir del corazón del
contrario, que no tardó tampoco en caer dormido con él.
Capítulo 25
Cuando Jungkook sintió un bulto presionando su pecho, despertó de golpe, asustado.
¿Quién podía culparlo? Viviendo solo, ¿cómo podía sentir algo como eso?31
Sus ojos, al abrirse, lo primero que enfocaron fue el techo, con algunos rayos de sol
atravesando la habitación. Parpadeó lentamente, mientras su mirada se aclaraba, y
entonces fue consciente de su cuerpo, y lo caliente que se sentía.
Entonces bajó la mirada, aún algo aturdido, para mirar a la criatura que dormía
prácticamente encima suyo y en algún momento de la noche había metido una de sus
piernas entre las de Jungkook. Parpadeó con rapidez, como si aún no creyera ni
entendiera lo que pasaba.54
Pero su mente se orientó trayendo de vuelta los recuerdos de lo que había sido la noche
anterior.
Parecía un koala.116
Fanfic
Los rayos del sol mañanero adornaban tiernamente las hebras del castaño tornándolas
doradas, y de nuevo, Jungkook cayó en cuenta de que a comparación del necio y odioso
ser que era Taehyung, cuando dormía no parecía más que una criatura frágil e indefensa.
Incluso, para ser un chico, se sentía bastante delgado y liviano sobre él.
Quiso mirarlo con más detenimiento, pero el calor fue demasiado. El sofoco se hizo más
fuerte, y eso obligó a Jungkook a comenzar a removerse deseando no perturbar el sueño
del castaño con la urgencia de safarse de su cuerpo. Tener su cuerpo pegado al de
alguien en definitiva no era su actividad favorita, y no quería en lo más mínimo sudar
pegado a él, así que alzó los brazos con lentitud, y levantó con suavidad al chico de los
hombros para depositarlo a su lado.
Cuando la cabeza del chico descansó sobre la almohada, y Jungkook logró safar sus
piernas, se incorporó con lentitud sin dejar de mirarle, sintiendo su corazón latir con más
fuerza.
No es que fuera entretenido hacerlo, pero se había dado cuenta del alcance de sus
acciones de la noche anterior en el cuerpo del castaño y era incapaz de apartar la mirada
ahora.1
La piel acanelada del chico, en toda la zona de la mandíbula, cuello, pecho, y torso
estaba lleno de marcas rojizas y algunos moretones. Prácticamente el chico se había
vuelto el lienzo víctima de sus deseos retorcidos.13
Respiró profundo para mitigar la ligera ansiedad que le subió por la garganta.
Cuando el chico fuera consciente de todo de nuevo iba a enfadarse mucho. Jungkook lo
sabía, y aunque antes no le hubiera importado y lo atacara como un depredador salvaje,
ahora lo ponía inquieto.2
Casi sintió punzadas del dolor en sus sienes imaginándose el escándalo que haría. Ah,
qué lío.
Hizo un mohín, y se sentó apoyándose con los brazos. Se estiró, bostezó un par de
veces, y se ventiló con ambas manos en la urgencia de refrescarse. Se levantó de la cama
con lentitud para no mover mucho la cama y buscó algo qué ponerse, se acercó a su
armario y sacó un pantalón de chándal y una camilla blanca.20
Fue entonces que de dio cuenta del desorden que era ahora su habitación. Con el
castaño dormido, ahora enredado en las sábanas y boca abajo, comenzó a recoger las
prendas propias y ajenas del suelo, el edredón que en algún momento de la noche se
había caído, y llevó todo a lavar.
Mientras caminaba con las prendas en las manos detalló la camisa blanca del uniforme
de Taehyung. Estaba toda llena de motas, pero no parecía sucia, eso le sorprendió.
Caminó más lento cuando se acercó a la lavadora, y sintió peculiar curiosidad de...
Cuando abrió el aparato y dejó todas las prendas dentro, no dejó escapar la camisa de
Taehyung y la extendió con los brazos. La observó, y con algo de timidez la acercó hasta
su nariz.65
El aroma a café volvió a saludarlo, de una forma dulce y extraña. Inhaló profundo aún sin
poder creerlo del todo, ¿cómo era que el aroma se impregnaba tanto? La alejó y la
observó un par de segundos más antes de dejarla caer en la lavadora y hacer el
procedimientos adecuado para ponerla a funcionar.
Fanfic
Se dio una rápida ducha, y abrió las ventanas de todo el departamento, ignorando que el
polvo comenzaría a entrar, y consiguió sentirse por fin más aclimatado. Fue hasta la
cocina después para poner a hacer algo de té, y decidió echar un corto vistazo a la
habitación por si el castaño mostrara alguna señal de vida.2
Tenía que admitir que estaba un poco tenso y expectante, esa era, prácticamente la
primera vez que amanecían juntos de una manera medianamente pacífica. Esta vez no
parecían haber pesadillas con llanto, y esperaba por lo menos que no sucediera algo
similar a lo de que aquella mañana.
Porque, bueno, sí, habían follado. Quizá no se agradaban, pero no podían negar que
esto había ocurrido. No sabía con exactitud qué había ocurrido con Taehyung ese día,
pero podía hacerse una idea.
Porque él también había quedado conmocionado con todo aunque a su juicio todo
saliera bien. Seguía siendo demasiado raro que quisiera enterrarse en un hombre que le
fastidiaba tanto.2
Ahora debían comunicarse. Cómo personas civilizadas. Sin embargo, Taehyung no emitió
ningún sonido mientras lo miraba con el rostro algo sonrojado y aturdido.
Entonces Jungkook recordó que usualmente, la persona que recibía —en el sexo—. era
la que podía terminar más adolorida. Hizo un mohín y respiró profundo mientras se
erguía en su posición.6
Fanfic
El castaño parpadeó un par de veces, mirando como si no entendiera una sola palabra
de lo que él decía, y se removió un poco pareciendo reprimir otra mueca de dolor.
Jungkook evitó mirar su pecho marcado y sonrió casi falsamente, sin rendirse: —
¿Dormiste bien? ¿Te... duele?66
Entonces la cara del chico se puso más roja mientras fruncía el ceño apartando la mirada.
Jungkook hizo una corta autoreflexión, ¿Había sido demasiado duro con él? ¿Lo había
lastimado? Ignorando todos los azotes y marcas, claro.
Pero, rompiendo su silencio, Taehyung musitó con voz ligeramente ronca: —¿Dónde
está... Mi ropa?
Jungkook alzó las cejas y frunció un poco la boca. —Está lavándose. —dijo, y Taehyung
reaccionó abriendo mucho los ojos.
—Pero no te preocupes. —dijo, sintiéndose algo tonto por no considerar que el chico no
tendría qué ponerse cuando puso la ropa a lavar— ... Puedes usar algo mío, mientras
tanto.
Jungkook se acercó a su armario y sacó una de sus camisas blancas, y luego se la lanzó
al regazo a Taehyung, a lo que el chico reaccionó abriendo la boca e intentando emitir
palabras que sonaron como tartamudeos.1
Fanfic
—Dudo que algo mío te quede, así que eso será suficiente mientras tu ropa está lista.
Con la secadora no tardará más de dos horas. —dijo, algo dudoso. Taehyung no se veía
cómodo con eso en lo absoluto.1
—Pero, ¿qué haré dos horas aquí mientras eso? —preguntó, severo.
Pero Taehyung volvió a mirarlo, solo soltó un suspiro y asintió con la cabeza. El corazón
de Jungkook se sobresaltó en su cavidad.
Jungkook parpadeó un par de veces, se dio vuelta en sus talones aunque no le viera
mucha lógica a irse ya que no era nada que no hubiera visto antes —y tocado, y
mordisqueado—. y salió de la habitación para hacer algo de comer para ambos.2
Su hombros dolieron, y entonces se dio cuenta de que su cuerpo estaba tan rígido como
roca. Estiró de nuevo para intentar relajarse, y no lo logró.
Supuso que era por Taehyung. Claro que era por él. Tener que convivir con el chico
aunque fuera por corto tiempo era algo completamente nuevo para él, y lo tenía un
poco nervioso.
Fanfic
Se mordió la lengua, y cerró los ojos mientras soltaba un suspiro. Tenía que relajarse y
solamente no acercarse mucho. Eso tenía que ser suficiente para no complicar alguna
otra cosa.
Suficiente habían complicado ya, y era mejor dejar las cosas así si no pretendían hablar
de eso.
Cuando logró concentrarse en comenzar a cocinar, un grito lleno de odio le hizo soltar
los cubiertos y pasmarse un poco.
Empuñó los dedos contra la palma y observó hacia la entrada de la cocina, esperando
que el chico hiciera su aparición. Se sintió ingenuo por pensar que nada sucedería entre
ellos, era obvio que cuando el chico se diera cuenta del estado de su cuerpo se
enfadaría.
El hombre de cabello hasta los hombros cruzó por el umbral de la cocina con la boca
fruncida y el ceño temblando. Tenía las manos empuñadas, y de sus oídos casi salía
vapor hirviendo. Su rostro estaba tan rojo como un tomate, y se veía diminuto en su
camisa blanca que dejaba al descubierto sus muslos heridos.34
—¡YA DECÍA YO QUE TU AMABILIDAD ERA MUY INUSUAL! ¿QUERÍAS QUEDAR BIEN
CONMIGO PARA QUE LUEGO NO DIJERA NADA SOBRE ESTO? —Gritó, alegando como
un infante—. ¡JODIDAMENTE TE HAS PASADO DE LA LÍNEA! ¡TENGO EL PECHO LLENO
DE CHUPONES, LAS MARCAS DE TUS MANOS EN MIS MUÑECAS Y LOS MUSLOS
TALLADOS POR TU ESTÚPIDO CINTURÓN! —Algunos de sus mechones cruzaron por su
rostro en medio de sus gritos.79
Jungkook dejó caer entonces las manos en la encimera de la cocina y suspiró con
pesadez, con los oídos aturdidos y algo de irritación naciente en su pecho.
Fanfic
—No parecías muy disgustado cuando las estaba haciendo, así que supuse que estaría
bien. — dijo, con el ceño tenso y la mandíbula apretada.
—Pues entonces cuida más de ti mismo. —espetó, se incorporó y se acercó al chico para
encararlo—. Y compórtate bien, así nadie tendría que reprenderte así.45
La expresión irritada de Taehyung hizo reír a Jungkook, que volvió a echarle un vistazo
de pies a cabeza y se relamió los labios. El hombre entrecerró los ojos y se cruzó de
brazos.3
—Nadie, bajo ninguna circunstancia tiene que reprenderme. ¡Soy adulto responsable de
mí mismo! ¡No un pequeño de seis años!
—¡Otra vez con eso! ¡Agh, eres un idiota! ¡Soy de la forma que me gusta ser! ¡Lo que
haga y de la forma que lo haga no es tu problema!
Jungkook alzó una de sus cejas, y alzó su mentón para observar al niño con prepotencia.
Taehyung entonces pareció encogerse el sí mismo y reforzar su semblante de coraje.
Una sonrisa socarrona paso por los labios de Jungkook, y estirando la palma de la mano
tomó al chico de la camiseta y de un tirón lo atrajo hacia él. El cuerpo de Taehyung
pareció perder el equilibrio por un par de segundos, por lo cual Jungkook empuñó la tela
para ejercer las presión y dejarlo quieto.
No tuvo que pensarlo mucho cuando el chico se removió con ligereza para que el agarre
que le hacía se afianzara.
¿Entonces el chico se dejaba llevar por su comportamiento para terminar así con él?
—¿Por qué no dices nada? —preguntó bajito, atrayéndolo más hacia él. Taehyung no lo
impidió—. Ah, Taehyung, eres en realidad un tonto. —musitó, con su mano libre
ciñéndose en una de sus mejillas—. Te quejas por las marcas, pero en el fondo...
Fanfic
Con la mano presionó su mejilla para que ladeara la cabeza, dejando al descubierto su
cuello. Observó un par de marcas que habían allí y se acercó a lamerlas con suavidad.
Taehyung gimió bajito por la corriente de calidez que le recorrió el cuerpo. Y de repente
todo el enojo que había sentido al verse en el espejo del cuarto del hombre tan
amoratado y magullado, se volvió una profunda excitación.
—En el fondo... —continuó Jungkook, esta vez en su oído— ... Quieres que te haga más.
Admítelo, mejillitas.22
El pelinegro logró oír el latir acelerado del corazón de Taehyung y quiso recorrer con la
lengua la vena de su cuello que le marcaba el pulso, pero se detuvo cuando su mente
comenzó a divagar.
Cuando estaba encima de Taehyung todo el estrés que le provocaba se drenaba con
demasiada facilidad.
Y si lo pensaba con cuidado, no tenía mucho sentido evadirlo o ocultarlo por más
tiempo.
Fue entonces que tuvo una idea, mientras sus manos parecían arder ansiosas de tocar los
muslos descubiertos por su camisa en el cuerpecito del chico.54
Así que estando al borde de la explosión de su libido otra vez, decidió proponerle algo.
Algo útil.
Fanfic
Algo que lograría que ambos se saciaran sin algún tipo de problema después. Donde no
tuvieran que sentirse raros, o incómodos.12
—¿Qué tal sí... —musitó, alejándose, y acunando el rostro del niño con ambas manos
para acaparar su mirada— ... hacemos un acuerdo?16
—¿Un acuerdo?
Jungkook se acercó, y le depositó un beso casto en los labios. Taehyung cerró los ojos
momentáneamente.60
—Sí... a ver, creo que es bastante obvio que no nos agradamos. —afirmó, recibiendo un
asentimiento de Taehyung— ... Y que por consecuencia, no nos gustamos... — el castaño
volvió a asentir, frunciendo el doble el ceño—... Pero, a mí me gusta tocarte, y a ti te
gusta que te toque, ¿verdad?98
—¿Qué tal si... acordamos que podemos tener sexo, solo para saciarnos, y no nos
implicamos de alguna otra forma?326
—¿Qué? ¿Intentas decir que... —preguntó, asimilando la información que recibía— ...
Seamos algo así como "amigos con beneficios"?47
Fanfic
Taehyung lo miró con inquietud, y frunció los labios. Pero no dijo nada. Jungkook
depositó otro beso en sus labios, y el chico se quejó.25
Capítulo 26
El color avellana en los ojos de Taehyung pareció más brillante mientras miraba fijamente
a Jungkook, su expresión denotaba a la perfección las emociones que se le enfrentaban
en el pecho: inseguridad, duda, emoción y tentación. La manos manos cálidas y grandes
de Jungkook le tomaban por las mejillas, sentía la piel arder justo donde tocaba, y estaba
tan cerca del hombre que podía asegurar que se compartían el poco oxígeno que
circulaba entre ellos.6
¿Cómo era que habían llegado a este punto? Se sentía desorientado. Él se suponía que
estaba enfadado y desquiciado por el daño que le había hecho a su cuerpo, quizá
cuando despertó completamente aturdido decidiera no alarmarse para no humillarse en
llanto como la última vez —quería pensar que era más maduro que eso, era solo sexo al
fin y al cabo—. pero al verse mientras metía su cuerpo en la camisa blanca de Jungkook
—la cual le quedaba grandísima. Nunca se había sentido pequeño hasta utilizarla—.
había perdido los estribos. Jamás en su vida se había visto tan amoratado y mordido, y
aunque no le desagradaran esas marcas, la cantidad había sido completamente
sorprendente. No tenía la más mínima idea de cómo iba a ocultarse en el trabajo o en la
calle. Y eso lo había hecho explotar.
Pero claro, ahora, casi que por arte de magia, estando bajo su mirada penetrante y con
el toque haciendo que su piel se calentara había drenado todo su enojo.
Ojalá pudiera decir que lo reprimía, pero ahora mismo, no encontraba como volver a
enfadarse.5
Su cabeza tardó en volver a la tierra, y se dio cuenta de que había estado un buen rato
en silencio solo en su cercanía con Jungkook. ¿Qué más podía hacer, de todas formas?
Las palabras del hombre habían hecho que su boca se sellara.
¿Un acuerdo? ¿Entre ellos dos, de ese tipo? ¿Folladas sin compromiso? Creía que era la
primera vez que oía al hombre siendo tan sincero, y aunque la idea no sonaba tan
descabellada, aún le extañaba un poco.
Tenía que dejar de ser tímido, y admitirlo: Jungkook lo encendía, a su forma, muy
peculiar, y más de lo que debería. Y aunque la forma en la que llegaran a estar tan juntos
no eran las más civilizadas, y su propuesta pareciera una invitación al "lado oscuro" —ya
que, bueno, si seguían con esto, ¿En qué estado terminaría su cuerpo?—. una parte de él
estaba considerándolo.3
Cerró los ojos, inhaló el aroma a menta del hombre y levantó las manos para ponerlas
sobre las de Jungkook.4
—No pensé que tuvieras que pensarlo tanto. —dijo entonces Jungkook, haciéndolo abrir
los ojos y volver a conectarlos con los suyos—. No estás presionado a nada, puedes decir
que no.4
—No me dejas pensar estando tan cerca. —exclamó, más como una excusa para hacerse
más tiempo.1
—Es una pena, no voy a moverme. —respondió, con su expresión neutra de siempre, y
pegó su frente con la del castaño—. Si comienzas a quejarte, solo lograrás que esté más
cerca.57
Taehyung hizo un mohín, y bajó las manos con lentitud. ¿Cómo funcionaría todo si decía
que sí? ¿Cada cuánto estarían juntos, cómo, dónde?
Decidió preguntarlo.
Jungkook frunció un poco la boca, y luego dijo: —No es tan complicado, podemos
quedar cuando alguno de los dos necesite salir de la rutina, o esté caliente.
—Hasta que alguno de los dos encuentre algo mejor qué hacer, ¿no?— espetó,
haciendo sentir extraño a Taehyung con esas palabras. Si se trataba de Jungkook, no le
importaba lo que dijera, pero esto tenía que ver con él y... lo hacía sentir ligeramente
incómodo.13
—Está bien, acepto. —musitó, como si se lo dijera a sí mismo—. Pero tengo una
condición.
Desde que la cabeza de Jungkook había escuchado el "acepto" le había dejado rienda
suelta a sus manos, que desesperadas por tocar el cuerpecito del delgado y bonito
Fanfic
castaño vestido con su ropa, y sus oídos habían dejado de escuchar. Las yemas de sus
dedos recorrieron la espalda del niño sobre la tela y luego apretó y acarició su trasero.24
Porque la imagen que daba el chico, así todo desordenado y a penas vestido, le había
hecho desear tomarlo del cabello y embestirlo tan fuerte que le oyera disculparse entre
estocadas.40
—Oye, no hemos terminado de hablar. —se quejó Taehyung, con la voz algo
temblorosa. Jungkook gruñó cuando el niño le apartó.
Jungkook, de un impulso, tomó al niño de los muslos y lo cargó hasta dejarlo encima de
la encimera de la cocina, y entonces de metió entre sus piernas y le depositó besos
húmedos en los labios. No quería esperar más. Taehyung respingó por la repentina
acción y cerró los ojos sintiendo los labios ajenos acariciar los suyos.81
—Te escucho. —dijo, con molestia, obligándose a reprimirde. Taehyung entrecerró los
ojos y bufó.
—La condición es que no me hagas más marcas en donde la gente pueda verlas. Nada
del cuello, ni la mandíbula. Tengo un trabajo, sabes, no pueden estar mirándome como
si me hubiera metido en una pelea.1
—Vuelve a bufarme así y te morderé. —respondió Jungkook con severidad, y rodó los
ojos por la expresión de desacuerdo que le dio Taehyung—. Claro, claro, en un lugar
fuera del cuello y mandíbula, nenita. Pero lo haré, fuerte y por un buen tiempo para
dejarte una buena marca. —entonces rozó la nariz con la del hombre y le depositó un
beso corto.62
Fanfic
—Lo eres.
Taehyung abultó las mejillas, haciendo un puchero sin querer: —No lo soy.64
Apretó los dientes, maldijo y de un tirón bajó al chico de la mesa, le dio la vuelta y
presionó su espalda para que su torso quedara contra el mármol de la encimera.
—¿Qué son esos impulsos tuyos? ¡A-Ah! Jungkook, ¿Qué haces?— preguntó, algo
confundido y expectante. Las manos de Jungkook levantaron la camisa blanca dejando al
descubierto su trasero lampiño, y dejó caer con fuerza la primera palmada—. ¡Ah! ¡Yah!
¿Qué crees que haces?
—Eres demasiado bonito y tonto para tu propio bien.—exclamó Jungkook, dejando caer
otra palmada pesada en una de sus mejillas, las cuales comenzaron a enrojecerse—. No
puedes ser tierno y provocativo al mismo tiempo, no te dí el permiso, y estás haciendo
que mi mente divague demasiado.86
Taehyung a penas si recuperó el aliento después de la tercera palmada, y cerró los ojos
sintiendo el calor restante de la fricción y el ardor en su piel.
—¿De qué hablas...? —cuestionó Taehyung, algo desconcertado, gimió de dolor cuando
otra palmada llegó. Joder, ¿qué clase de cosas tenía Jungkook en la cabeza?42
Volvió a golpearle, y no pudo evitar acariciar luego su creciente erección sobre la tela
contra la entrada del chico, lo que hizo gemir más grave y a Taehyung.
—Si así te viste haciendo un puchero, ¿Cómo sería si me hicieras ojitos? Joder... —musitó
Jungkook, con el calor expandiéndose en su cuerpo— ... Serás el bebé de papi pronto, ya
lo verás.272
Taehyung aspiró profundo, y recostó la frente contra la encimera. Quería reñirle y decirle
que jamás cedería de ese modo, y sin embargo, esas palabras lo habían encendido
tanto. Quiso darse una cachetada a sí mismo.2
—Quédate quieto. —dijo Jungkook, antes de hacer algo de fuerza de voluntad e ir hasta
la habitación por la botellita de lubricante y un condón. Taehyung se quedó esperando
casi impacientemente cuando sintió el cuerpo de Jungkook alejarse, y solo alzó la cabeza
con los ojos muy abiertos cuando sintió los dedos del hombre esparciendo aquel liquido
aceitoso y cálido en su entrada.
Jungkook detuvo sus acciones por un momento, alzó una ceja y se acercó para morder la
piel del músculo encima de sus costillas. El cuerpo de Taehyung reaccionó
estremeciéndose, y de su boca salió un sollozo.
Fanfic
—Creo que ya lo decidí, cada vez que seas un mal niño voy a morderte. Ten cuidado a
partir de ahora. —dijo, prácticamente ignorando al chico e introduciendo sus dedos en
su estrecho y dolorido interior. Taehyung lloriqueó intentando quejarse, y Jungkook
buscó presionar su próstata para aminorar el dolor.
Jungkook se incorporó para sacar los dedos, abrir y ponerse el condón. Acarició la
entrada del castaño con la punta y lo tomó del cabello largo con fuerza. Le dio vuelta en
su puño y lo atrajo hasta él, percibiendo un gruñido como respuesta.2
—¿Acaso no lo notas, mejillitas? Cada castigo te lo has merecido, así que es mejor que
cuides tu comportamiento. Tienes que ser obediente, ¿Lo entiendes? —preguntó,
encorvando el cuerpo y presionando así su miembro contra la sensible entrada de
Taehyung.
—S-Sí...
—S-Sí, señor.
Entonces Jungkook se inclinó hacia su oído. Entró con lentitud al chico, que soltó un
gemido agudo y entrecortado.
—...ngh.14
Fanfic
Fue aumentando el ritmo de a poco, escuchando los sollozos mezclados con gimoteos
del chico, y recostó la cabeza en el hombro ajeno mientras gemía por la maravillosa
estimulación.
Maldición, y pensar que ahora podría llegar a esto más seguido. Era increíble.36
Pronto el ambiente se tornó más que caluroso, los cuerpos de ambos comenzaron a
sudar, el choque de las pieles se volvió audible entre los gemidos de ambos hombres
que había accedido a este juego de indefinido resultado que podría traerles problemas.
Pero claro, no importaba si se tenían el uno al otro de esta manera. Con tal de que
pudieran acceder al otro ahora, el resto era insignificante.9
O eso pensaron.50
Jungkook lo embistió con más fuerza, y aumentó el ritmo sintiéndose cerca, soltó el
cabello del chico y tomó su erección para estimularlo más. Para entonces Taehyung era
un desastre de gemidos y sensaciones, y sin aliento, intentaba resistir y saciarse.21
Taehyung mordió su labio, sintiéndose condenadamente cerca, y apretó las yemas de los
dedos contra el mármol intentando drenar el placer que la sobre-estimulación
provocaba en él. Pero para su cuerpo fue demasiado, y se corrió en un gemido agudo,
seguido por Jungkook, que no dudó en sostenerle el cuerpo cuando su espalda
arqueada amenazó con dejarse caer. Depositó su esencia dentro del preservativo, y
gruñó entre gemidos sintiendo la satisfacción del orgasmo recorrerle cada extremidad
del cuerpo.2
Fanfic
[♦♦♦]1
De vuelta en la cama, Taehyung descansaba boca arriba, solo contemplando los rayos de
sol que se colaban por la ventana. La casa de Jungkook, en lo que había visto hasta
ahora, era tan organizada que se avergonzaba de lo que era su departamento. ¿Cómo
podía Jungkook mantener todo dentro de los cajones? No podía entenderlo mucho, y le
dio pereza imaginar cómo sería limpiar con él.1
—¿Para qué tienes eso? —preguntó, y obtuvo su respuesta cuando el hombre se pasó
un poco por las manos, y con ellas masajeó la piel herida de sus muslos.
—Así no tardará en sanar. —dijo, ya vestido y con una expresión impasible. Taehyung
solo observó sus manos y dejó caer la cabeza en la cama.31
—Está bien. —fue lo único que respondió, y dejó que Jungkook hiciera su trabajo. El
ambiente se volvió silencioso, y algo pesado.
Taehyung supo que sería algo con lo que deberían lidiar. Porque, si no discutían,
follaban, y bueno.... Habían más cosas además de eso, como el momento post-coital en
el que al parecer no sabían qué más hacer además de guardar silencio.
Fanfic
Así que intentó hablar sobre algo: —¿Cuál es tu apellido? —preguntó, con la mirada en
el techo. Jungkook alzó un poco las cejas, sin detener sus masajes, y lo miró con
inquietud.
—¿Quieres saberlo?
Taehyung pensó que era obvio, y quiso decírselo, pero sabiendo que se enojaría, decidió
solo decir un "mhm".1
—Es Jeon.
—Exacto, que inteligente. —dijo, con diversión y sarcasmo. Taehyung rió sin carcajear,
como un niño pequeño, y Jungkook observó su boca formarse un cuadrado. Un lindo
cuadrado.46
—Lo sé, me han llamado niño prodigio. —dijo, apoyándose entonces en su codo para
lograr mirarlo con más facilidad—. ¿Por qué en vez de castigarme no me das un premio?
Esto es digno de una recompensa.11
Jungkook entonces resopló y alzó una de sus cejas, conservando aún su semblante
divertido:—Sigue soñando, mocoso.31
—Mo-co-so.2
Entonces Taehyung lo miró con recelo: —Ah, que malo, señor Jeon.108
—Muy malo, nunca pienses lo contrario. —dijo, alejando entonces sus manos y
levantándose para lavar sus manos y guardar la botella de aceite. Taehyung bufó sin que
lo viera y cruzó los brazos tras la cabeza, sintiendo sus muslos cálidos y sin ardor.12
Fanfic
El silencio se prolongó de nuevo, hasta que Jungkook volvió a sentarse al lado del chico
y lo miró con curiosidad. Taehyung parpadeó un par de veces, devolviéndole la mirada.
Así que esperó pacientemente hasta que Taehyung entreabrió los labios, y lo miró con
un semblante algo oscuro ahora.
—Eh...
Fanfic
Capítulo 27
Terminando de arreglar sus ropas, salió de la habitación con el cabello húmedo de la
ducha. Jungkook terminaba de de escoger su ropa para entonces, y la dejaba sobre la
cama. En la última hora, no habían cruzado muchas palabras, y en realidad no era
necesario, ya que, ¿de qué tendrían que hablar?
Taehyung se calzó con rapidez y tomó sus cosas dispuesto a irse, no sin antes volver a la
habitación para decirle al pelinegro:
Jungkook dejó un par de calcetines negros sobre la cama, junto a lo demás y miró al
castaño, al cual aún le goteaba un poco el cabello. Frunció entonces el ceño, y se internó
en el baño para volver con una toalla y sacó de su mesita de noche junto a la cama la
cadenita con el dije azul de barro.10
Taehyung estuvo en silencio, solo atento a sus acciones, y le recibió el collar cuando el
pelinegro se lo ofreció.
—Gracias, hasta pronto. —dijo esto haciendo ademán de irse, pero Jungkook lo impidió
tomándole del brazo. Taehyung alzó ligeramente las cejas volviéndose a mirarlo, y soltó
un quejido infantil cuando Jungkook le cubrió con la toalla toda la cabeza—. ¡Oye!19
Jungkook suspiró pasando sin mucha amabilidad la toalla por la cabeza del hombre,
procurando secar un poco su cabello. Cuando el rostro de Taehyung fue otra vez visible,
quiso rodar los ojos por la cara de aburrimiento que ponía el chico.
Fanfic
Taehyung frunció el ceño al principio, y luego abrió su boca con sorpresa dándose
cuenta de que contrario a lo que decía Jungkook, desde esa mañana él no había sentido
los síntomas de su resfriado, y ayer sí que había estado mal.85
—Yo ya estoy mejor. —dijo, aún bajo las manos de Jungkook—. En realidad, no siento
nada en este momento.
El hombre hizo un mohín: —Dicen por ahí que el sexo libera las toxinas del cuerpo.171
Taehyung parpadeó, algo perplejo, y dejó escapar el aire mientras miraba a Jungkook, el
cual miraba su cabeza mientras seguía secándolo.2
—No lo sabía... —musitó. Algo incómodo, algo inquieto, y con ganas de reírse,
¿Significaba eso que Jungkook le había curado la gripe? Qué loco.93
—Mhm... —dijo, bajando la toalla hasta el cabello que le llegaba a las hombros, y
comenzando a masajearlo para secarlo— ... Igualmente no te confíes, no es como si
fuera magia, los síntomas pueden volver en cualquier momento.
Taehyung torció una de las comisuras de la boca, y le miró con expresión risueña.
—¿Acaso estás preocupándote por mí? —preguntó, como tarareando una canción.
Jungkook frunció el ceño.1
Bueno, ¿qué más podía hacer ahora además de asentir con la cabeza y dejar dispersar el
tema? Solo esperaba que no fuera a enfermarse por su culpa.
Casi se impresionó por la ubicación de aquel lunar. Nunca lo había visto antes, el
pequeño punto se ocultaba a la perfección por su labio y su mentón, pero en esta
posición —en la que Taehyung tenía que mirarle desde abajo—. podía distinguirlo.3
Entonces también notó que tenía otro lunar en su cuello. Perfectamente redondo y
pequeño. ¿Cuántos lunares tendría el hombre? ¿Dejaría a Taehyung contarlos?83
Volvió a la tierra cuando Jungkook apartó las manos terminando el trabajo, y luego
Taehyung se acercó al espejo que el hombre tenía tras la puerta para arreglar un poco su
cabello, ya que los movimientos de Jungkook lo habían vuelto a enredar. Con los dedos
deshizo algunos nudos de sus hebras, y cuando sintió y vio la presencia de Jungkook a
través del espejo, siguió con su acción sin inmutarse.
Fanfic
—No importa lo que hagas, siempre lo tendrás desorganizado. —dijo Jungkook, casi con
frialdad, hablando sobre su cabello. Taehyung detuvo entonces su tarea y le respondió
con una mirada de desagrado. Jungkook rió—. ¿Qué? No hagas esa cara, es la verdad.
—Sí, pero yo quise hacerlo en tu mejilla para que aprendas la lección y no vuelvas a
bufarme.
Taehyung lo miró con los ojos muy abiertos, apretó los dientes y tocó su mejilla con
cuidado: —¡Ah! ¡Eres un idiota! ¡Un idiota exigente y desvergonzado!
Entonces Taehyung se dio cuenta que el hombre lo decía por el sonrojo de sus pómulos.
Joder, ¿Cuándo se había sonrojado? ¿Por qué? ¿No podía cooperar su cuerpo en ningún
momento?
—¡Ughh! ¡Te odio! ¡Me largo! —gritó, totalmente fuera de quicio, y agradeció tener sus
cosas a la mano para poder irse con rapidez. Se dio la vuelta y salió de la habitación
Fanfic
sintiendo su mejilla palpitar y arder. Maldita sea, ¿dejaría marca? ¿Ahora qué explicación
iba a tener? ¿Y si le preguntaban en el trabajo?14
Deseó que la tierra se partiera en dos y lo tragara. Estúpido Jungkook, imbécil atrevido y
desconsiderado, ¿cómo podía ser tan descarado después de que dejara claro que no
quería marcas en un lugar que estuviera descubierto?
Si las cosas iban a ser así, prefería no hacer ningún jodido trato. El hombre no había
podido respetar su condición, ¿qué podía esperar de él?
Abrió la puerta de la entrada, y la cerró tras él quizá con demasiada fuerza para que en
el eco del espacio resonara del estruendo. Quiso palpar su mejilla y maldecir otro poco,
pero la escena que le recibió fuera acalló su mente y emociones.
Se pasmó un poco, porque similar a lo que había visto la última vez que había estado allí.
El mismo gato, la misma situación en la que parecía pedir entrar.
¡Ah, claro! ¡El vecinito de Seokjin! El chico solía recibir tutorías en historia del difunto, y
hasta donde sabía Taehyung, el pequeño niño tenía autismo.
Vaya, cómo había crecido. No sé parecía tanto al escuálido niño que temblaba al salir de
su casa. Ya parecía más reservado y maduro. Tendría que está creciendo y superando
Fanfic
bien. Eso le alegró a Taehyung, no podía asegurar en ninguna circunstancia que la vida
del pequeño fuera sencilla, así que verlo de esta manera lo confortaba un poco.
Pero entonces su atención volvió al gato, que con pequeñas garritas —las misma con las
que había lastimado la pierna de Jungkook— .seguía rasgando la madera de la puerta
como con desespero. Tragó saliva y se acercó a ahuyentar a la criatura con el sonido
seco de una patada en el suelo, y después de lograrlo se agachó a palpar la madera
astillada de la puerta donde el felino había atacado. Ahora estaba un poco dañada y
rasguña.4
Volvió a incorporarse suspirando con pesadez, y decidió solo irse de una vez para no
estresarse más de lo que ya estaba. No saludó al pequeño rubio que igualmente parecía
totalmente ajeno a su presencia jugando con el carrito, y solo pasó a su lado por las
escaleras para bajar al primer nivel y salir del edificio.
Capítulo 28
Resultó que aquello que Taehyung olvidaba, era que tenía un trabajo. Mientras corría a
toda velocidad por las calles hacia el café, se maldecía a sí mismo sin parar.193
Eran más de las tres de la tarde. Resultó que aquellas "dos horas" de las que había
hablado Jungkook mientras esperaba sus ropas terminaron siendo cuatro cuando el
hombre le sedujo. Se hubiera quejado si hubiera sido consciente de la hora que era, pero
resultó estar completamente desorientado desde que puso un pie en ese lugar. Por eso
estaba tan enfadado consigo mismo, ¿Por qué a mundo parecía detenerse estando
alrededor de aquel hombre? Totalmente absurdo.
Iba a estar en grandes problemas si no inventaba una excusa rápido. Pero no tuvo
tiempo de pensarla cuando distinguió una multitud de gente dentro del café. Estaba a
punto de reventar.9
Completamente extrañado acortó la distancia del lugar corriendo más rápido. Cuando
abrió la puerta del local, fue incapaz de recuperar el aliento presenciando lo que sucedía.
Lo que quizás no fue lo más acertado, ya que cuando la gente fue consciente de su
presencia y se dieron cuenta de que llevaba el uniforme del café, prácticamente se
abalanzaron en él.
—¡Yah, disculpe!
Las voces de múltiples personas llegaron a sus oídos mientras caminaba hacia el acceso
restringido safándose de sus intentos de acorrarlarle. No entendía nada en lo más
mínimo, ¿por qué la gente estaba tan enfadada con él? ¿Por qué no veía ninguna cara
conocida? ¿Dónde estaba Yoongi? ¿Dónde estaba Ji? ¿O Namjoon?5
—¡Devuélvame mi dinero!
—¡Oiga, señor!
Taehyung tragó saliva, logrando llegar hasta el mostrador, y se internó en la cocina tan
rígido y asustado como nunca. El ruido de las quejas no disminuyó aún así hubiera
cerrado la puerta tras él.
La escena no había cambiado tanto dentro: toda la cocina era un real desastre, habían
platos sucios por doquier, harina derramada en el suelo, algunas cáscaras de huevo,
tazas sucias sobre otras, y con absolutamente nadie dentro. Taehyung a penas si
parpadeó, no creyendo lo que sus ojos le mostraban, ¿qué había pasado? ¿por qué todo
estaba así? Puso sus manos en el pecho, sintiendo la piel arder un poco bajo la tela —
por ciertas marcas—. y normalizó su respiración.
Fanfic
¿Dónde estaba todo el mundo? ¿Por qué parecía todo hecho a medias? ¿Acaso habían
escapado a otra dimensión dejando a clientes insatisfechos? Observó con cuidado cada
rincón de la cocina, y una ansiedad leve le subió por la garganta.2
Comenzó a moverse hacia el lugar, más desesperado por una respuesta que cualquier
cosa. Joder, si el CEO Park se enteraba del estado del lugar, iba —o iban—. a estar en
serios problemas.
Maldición, si hubiera ido allí a la hora correcta, ¿podría al menos entender lo que
pasaba?
Admitía que era un poco tétrico, así que intentó convencerse de que solo se encontraría
con Namjoon dentro haciendo pasteles en vez de algo extraño y abrió la puerta con
algún tipo de coraje vacío.
Amplió los ojos al no poder ver nada por la cantidad de humo que salía de uno de los
hornos.
Algo se quemaba.3
Sin pensarlo dos veces, se acercó al aparato y lo apagó comenzando a toser por la
densidad del humo.
Mientras más descubría sobre lo que pasaba, más alarmado se ponía, y nada parecía
pintar bien. Parecía más el escenario de una película de terror.6
El humo comenzó a dispersarse, y entonces logró enfocar una figura delgada en el fondo
de la habitación.
—¿Namjoon Sunbae? —su voz sonó congestionada, y tuvo que toser para recuperar el
aliento. Con las manos intentó alejar y dispersar el humo. La figura a lo lejos se dio la
vuelta, y comenzó a caminar hacia él, en silencio.67
Taehyung intentó enfocar la vista, ¿por qué no le respondía? Tenía el uniforme del café,
entonces supo que era alguno de los chicos. Aunque, ¿qué tendrían que hacer alguno de
los meseros dentro si este cuarto era del trabajo de Namjoon? No tenía sentido.2
—¿Quién...?— preguntó, extrañado como el infierno, y fue entonces que una cabellera
roja cruzó el humo hasta él—. ¿J-Ji?
—¡Hey! ¡Taehyung-ssi! Pensé que hoy no venías. —exclamó, con un tono de voz calmo e
incluso agradable. Como si fuera totalmente ajeno a lo que ocurría fuera, o a las palabras
de Taehyung.48
Un mal presentimiento se instaló en el castaño. Todo esto era demasiado raro. ¿Por qué
estaba Ji solo en el café? ¿Y los demás? ¿Y todo el desorden?
Fanfic
—Ji, responde, ¿por qué los clientes están enfadados, por qué todo es un desastre? —
preguntó—. ¿Dónde están Yoongi y Namjoon?
El pelirrojo cruzó los brazos tras la espalda, sin dejar de sonreír, y frunció el ceño un poco
mientras se balanceaba en los talones.20
—Oh, ¿estás enfadado? —preguntó, y guardó silencio como si esperara una respuesta,
pero Taehyung solo lo miró con un atisbo de recelo en los ojos que decidió reprimir. El
chico entonces dijo—. Lamento que tengas que ver todo de esta forma, temprano en la
mañana Namjoon tuvo un accidente y Yoongi le acompañó al hospital, y he estado yo
solo todo el día intentando controlar a la gente. Creo que ya viste que no ha estado
funcionando....180
Taehyung respingó, sintiendo su corazón apretarse con miedo, ¿accidente, había dicho?
¿Qué tipo de accidente? ¿Estaría bien? Rayos, ¡Ahora sí que se sentía pésimo de haber
perdido el tiempo con Jungkook!3
Pero algo más logró inquietar un poco a Taehyung, y eran las palabras de Ji.
¿Por qué hablaba Ji de forma tan informal? ¿Qué no era muy pronto para hablar así? Ni
siquiera Taehyung, después de varios años, hablaba con sus hyungs con tanta confianza.
—P-Pero... —dijo, cruzándose de brazos, aún asimilando la información que recibía— ...
¿Qué has sabido de ellos? ¿De Namjoon? ¿Está bien?
desastre pero quería correr a ver qué había pasado con su Sunbae, debía pensar con
cabeza fría.
Entonces decidió que lo primero ahora era poner orden en aquel lugar. Los clientes
seguían fuera, la cocina necesitaba limpieza y si mal no veía en el fondo del cuarto, Ji
intentaba hacer muffins, lo cual debía significar que ya se habían acabado. Antes de
cualquier cosa —aunque un cóctel de preocupación y angustia le estuviera recorriendo
el cuerpo por el estado de Namjoon, y un ligero peso de culpa se le acumulara en el
pecho—. debían calmar las cosas en el café. Luego podría llamar a Yoongi y buscarlos.2
Entonces volvió a mirar al pelirrojo con decisión, sin inmutarse a la sonrisa que
permanecía en sus labios —¿No le dolía la boca estar todo el tiempo así?—. y exclamó:3
—Mira, vamos a solucionar esto, ¿Está bien? Tú ve y atiende a los clientes, yo haré los
muffins y limpiaré la cocina, ¿Te parece? Tenemos que calmar a la gente antes de que
todo se salga de control. —si es que eso ya no sucedió.1
—¡Ah, sí! ¡Claro, está bien! ¡Iré, entonces! —respondió el pelirrojo, empuñando las
manos como si pareciera motivado—. Ah, por cierto... ¿Qué te pasó en la mejilla? —
preguntó, con un deje de diversión en su voz. Entonces Taehyung recordó que Jungkook
le había mordido en la mañana, e hizo lo posible en dejar su expresión intacta.
—N-Nada. Solo ve. —pidió, ocultando con la palma su mejilla, y soltó un gruñido de
enojo cuando el chico asintió con la cabeza y salió del cuarto. Estúpido Jungkook, ya no
estaba dispuesto a hacer nada con él.19
Del gran desastre que parecía demasiado como para ser provocado por una sola
persona.
[♦♦♦]21
Después de que el desastre fuera controlado, todos los malentendidos con los clientes
fueran solucionados, y el lugar volviera a estar limpio; ya era hora de cerrar. Un viento
frío atravesaba las esquinas de las ventanas y las hacían silbar en la fría noche, mientras
Taehyung terminaba de subir las sillas a las mesas. Para ese entonces, Ji ya se había ido y
Taehyung había insistido en que lo dejara cerrando por compensación a su ausencia la
mitad del día. Por la cantidad de trabajo y cosas por arreglar se sentía exhausto, y no
sabía por qué, desde hace una hora, sus muslos habían comenzado a arder de nuevo.
¿Qué era, que su propio cuerpo quería recordar a Jungkook? Había estado
perfectamente bien lo que llevaba del día sin su presencia, y aún no se retractaba de la
decisión que había tomado al salir del lugar del hombre: no habría ningún acuerdo. Se lo
merecía el tonto por ser tan aprovechado. La marca en su mejilla seguía intacta y
jodidamente visible, y no podía estar más enojado por eso.
No podía permitir que algo así sucediera de nuevo. Por eso esta vez iba a permanecer
alejado.7
Que se jodiera.13
No iba a lograr atraerlo de nuevo como la última vez en algún otro momento. Era casi
una promesa personal a la cual iba a hacer prioridad.
Cuando terminó, en definitiva, con el café, suspiró aliviado porque al fin había acabado
todo. Ya no habían más clientes enojados, ni sonrisas de Ji, ni ruido. Ahora podría llamar
a Yoongi para preguntar qué rayos era lo que había ocurrido, porque no podía quedarse
más tiempo con la incertidumbre.
—¿Taehyung?
—Ah... —dijo Yoongi, con incomodidad— ... ¿Al final fuiste a trabajar? ¿Te enteraste,
idiota?13
Taehyung aspiró con fuerza, aferrándose con la mano libre al borde de su abrigo
mientras comenzaba a caminar.
—¡No! No estoy enojado contigo. Estoy enojado con todo, no te lo tomes personal.19
—No, no está bien. He estado con él todo el día en el hospital porque tiene la nariz
rota. — espetó, comenzando a hablar más fuerte, con más intensidad. Un escalofrío
recorrió la columna de Taehyung, y encogiéndose en sí mismo por la tristeza de las
malas noticias, suspiró.5
Yoongi, que parecía estar más alterado de lo que Taehyung pensó, soltó un ruido de
irritación en vez de una respuesta.1
Fanfic
—¿Hyung?6
—Tae, estoy jodidamente confundido. Estoy tan enfadado que siento que podría... e-
explotar...4
El castaño comenzó entonces a caminar más lento, algo extrañado, con el viento frío
colando algunos de sus largos mechones en el rostro. No recordaba la ocasión en la que
Yoongi hablara sobre sus sentimientos. ¿Por qué ahora...?1
Creyó oír a Yoongi sorberse la nariz. Pero, ¿por qué lo haría? ¿Estaba llorando? Esperó
que sus oídos mintieran.9
—¿Qué fue lo que te dijo, Tae? ¿Por qué dijo que no estábamos?2
—Sí.1
Capítulo 29
El sonido de su móvil lo hizo sobresaltar mientras iba en el taxi hacia el hospital.6
Pero no podría evadir el hecho de que la actitud de su Hyung lo había extrañado hasta el
punto de asustarlo un poco. Si unía los puntos con cuidado, teniendo en cuenta las
palabras de Yoongi: Ji Taehyung había mentido sobre el "accidente" de su Sunbae
Namjoon, que ahora tenía la nariz rota. ¿Por qué había mentido, en primer lugar? ¿Si no
había sido un accidente, entonces de qué se trataba?9
¿Quién sería? ¿Por qué llamaba justo ahora, cuando sus inquietudes y ansiedades hacían
juegos en su estómago? Esperaba que fuera su padre desde algún móvil prestado, tal
vez Ha Neul.7
Una risita grave se escuchó del otro lado, y el ceño de Taehyung se frunció un poco.
Aquel sonido de le había familiar.4
—Te oyes bastante formal por teléfono. — escuchó pronunciar, y entonces su corazón dio
un vuelco violento en su cavidad. Ya reconocía aquella voz. Claro que lo hacía.8
¿Cómo, en qué momento el hombre pelinegro había tenido acceso a su teléfono? ¿Quizá
mientras dormía? ¿Mientras se duchaba esa mañana?2
Joder.3
—E-Esto es... eres un hombre extraño. —musitó, pero cerró y apretó los ojos rebuscando
valentía en su interior. No podía seguir tartamudeando, odiaba hacerlo con Jungkook. Se
sentía como un niño tonto y débil cuando lo hacía, ¿Si no tenía el control de su voz, de
qué lo iba a tener? Volvió a aclararse garganta—. ¿Qué es lo que quieres, acosador? No
quiero hablar contigo.3
—Ah, ya decía yo que parecías tener modales, ya veo que no. — exclamó Jungkook tan
cerca de la bocina del móvil que Taehyung podía oír su respiración—. ¿Qué? ¿No es justo
que después de lo que acordamos hoy tenga tu número? ¿Cómo podré contactarte
entonces? No voy a estar yendo todo el tiempo a tu café.6
—Por supuesto que me refiero a eso, Jeon. —espetó, sin amabilidad—. Con tu estúpida
lección que fue más como un capricho tuyo, me has mostrado que no puedes mantener
una promesa.8
—¿Qué? Taehyung, no puede ser que que estés así por esa tontería.5
—No es una tontería. Era algo importante para mí que evadiste, tengo la mejilla marcada
por tu culpa. No es que yo pretendiera que te preocuparas por mí... —dijo, ya
prácticamente alegando— ... Pero si querías hacer un jodido acuerdo de esa manera
conmigo deberías haber respetado eso por lo menos. —soltó—. Así que ya no hay
acuerdo, Jungkook.63
Pensó que el silencio del hombre lo haría sentir más confiado. No lo hizo. 2
—Taehyung... pero... 8
El castaño le interrumpió.1
—Nada de peros. No hay peros en esto que debía resultar sencillo para tí.2
—No, escúchame...122
El taxi en el que iba comenzó a reducir la velocidad, estando ya cerca del hospital.
Taehyung suspiró con pesadez, decidiendo que era hora de terminar esa llamada.1
Fanfic
—No quiero. —afirmó—. Es demasiado tarde para eso. Debiste haberte disculpado
cuando seguía allí, es que, ni siquiera debiste haberlo hecho.2
Lo oyó suspirar. 1
Taehyung se mordió con fuerza la lengua. El taxista encendió la luz del interior del auto y
le avisó que habían llegado. Una sensación desagradable le subió por la garganta.7
—Te dije que tengo que irme. Ya no hay algo de qué hablar, déjame.6
Taehyung colgó.183
Le pagó al taxista, tomó sus cosas, y salió del taxi para encontrarse con Yoongi según las
indicaciones que le había dado. Tenía que entrar en el hospital, avisar su presencia en la
recepción y subir hasta el sexto piso.6
Así que emprendió su caminata, con las piernas entumecidas por el frío, y su aliento
cálido haciéndose vapor en la noche.2
Pretendiendo ignorar por completo la forma descontrolada con la que su corazón latía.1
[Flashback]
Con mucho cuidado, Min Yoongi subió el cierre del vestido azul de su hermana, Min
Heize. La chica titiritaba de frío mientras sostenía su largo cabello negro para no
interrumpir la acción de su hermano mayor.56
Fanfic
—Creo que me equivoqué... —musitó ella, con una sonrisa bobalicona en los labios.
Yoongi terminó su trabajo y miró con la ceja alzada a la contraria cuando se dio la vuelta,
ahora alisando las enaguas del vestido.1
—¡N-No! ¡Qué dices! Hablo del lugar que escogí para la cena de ensayo, no fue el
indicado, ¡con la calefacción averiada todos van a congelarse! Debí escoger un salón más
cerca de la ciudad. —dijo ella, soltando una carcajada por lo que insinuaba su Oppa.3
—Tú fuiste la que quiso tener una vista de las montañas para los fuegos artificiales. En la
ciudad no podías tenerlos. —respondió Yoongi, mirando entonces su reflejo en el espejo
tras Heize. Si usualmente su piel era pálida, con aquel traje negro de satín sí que le
resaltaba la tez.14
—Pues, ahora mismo preferiría prender el lugar en llamas para tener algo de calidez que
explotar los tontos fuegos artificiales. —exclamó, comenzando a reírse mientras se
calzaba con unos tacones plateados, Yoongi devolvió la mirada hacia ella—. ¡Está
helando!1
El hombre le sonrió de lado, ladeando un poco la cabeza, y permitió que le tomara del
brazo cuando estuvo lista y salieron de la pequeña habitación de la que estaban con
dirección al gran y elegante comedor en el que se celebraría la cena de ensayo de la
boda. Los pasos de ambos resonaban en las baldosas mientras cruzaban un largo pasillo,
y las corrientes del viento frío que se colaban gracias a la ausencia de la calefacción
averiada les provocó algunos escalofríos que los hizo estremecerse por turnos.3
Min Heize miró de reojo a su hermano mayor, y no se inmutó al ver la usual mueca de
desinterés que tenía en el rostro. Esa era la expresión usual de su rostro, y no decía lo
que sentía realmente. Según él. 1
Fanfic
Heize ahogó un pequeño suspiro, aún sin dejar de mirarlo, y no sabiendo disimular su
inquietud. Nunca había aprendido cómo.1
Se preguntó cada cuánto sonreía o reía a carcajadas. Ni siquiera podía hacer una
aproximación por respuesta, realmente no conocía una razón aunque hubiera crecido
junto a él.
Solo era, como la mayoría de las cosas, simple costumbre. Y aunque su cabeza
jugueteara con curiosidad, no era el momento de preguntar algo como eso. Tenía
invitados por los cuales enfocarse, y su futuro esposo Baek esperando por ella.42
Pero su aura curiosa fue delatada cuando el hombre se dio la vuelta para encararla. Ya
estaban cerca del final del pasillo para entonces.
—¿Tengo algo en la cara? —preguntó, con la voz neutra y agradable. Ella sintió calor en
sus mejillas por la sorpresa y desvió la mirada riendo algo nerviosa.
Yoongi bajó un poco la cabeza y luego volvió a mirar al frente. —¿Entonces por qué me
miras?
La chica mordió sus labios antes de responder, afianzando su agarre en el brazo del peli-
marrón.
—Solo pensaba que hoy te ves realmente bien, ¿no quieres que te presente a alguien?27
Un resoplo divertido salió de los labios de Yoongi, que a escasos metros de la entrada al
comedor negaba con la cabeza.
—No, gracias, hermana. Estoy bastante bien así, sabes que soy pésimo sosteniendo una
conversación que vaya más allá del "¿Cómo estás?"—exclamó, soltando con cuidado a su
hermana en el instante que luces cálidas los iluminaron. Ya en la entrada del gran salón
comedor, una escalera en caracol se extendía bajo ellos, y según el protocolo, Yoongi
Fanfic
tenía que bajar primero para recibir a Heize. Ambos se dieron una mirada cómplice
cuando todo el mundo comenzó a guardar silencio.20
La chica, antes de comenzar con todo el protocolo, susurró: —Podría ayudarte, ya sabes,
hay chicos bastante lindos hoy.6
Yoongi torció un poco la boca, procurando que no le vieran. —Me sentiría algo patético
si vas a ayudarme a socializar.
—Deja de ser gruñón y acepta la ayuda. —dijo ella, volviendo su cabeza al frente y
sonriendo levemente bajo la vista de los invitados que comenzaban a hacerse al rededor
de las escaleras. Su mirada se concentró en una pareja de hermanos que la
contemplaban desde el extremo de la habitación—. ¿Recuerdas a los hijos del señor
Yogin?1
Yoongi aclaró su garganta y miró hacia el frente, también. —Sí, los recuerdo. Uno es
castaño y el otro pelirrojo, ¿no es así?109
—Así es. —afirmó Heize, en fondo de la habitación comenzando a sonar una tenue
melodía de cuerdas para dar su entrada—. Pues te cuento que el mayor, Taehyung, no
ha parado de mirarte desde que salimos.54
Yoongi sintió su corazón encogerse con sorpresa, y entonces buscó con la mirada a los
dos hermanos hijos del amigo de sus padres, Ji Yongin. Cuando su mirada paró en el
joven de traje gris oscuro bien ceñido con llamativo cabello rojo y un semblante de
suficiencia en los ojos, sus mejillas amenazaron en ruborizarse.5
Era cierto, el hombre estaba mirándole. Fijamente, con sus ojos claros y pupilas dilatadas
y brillantes.1
—Mmm... —fue lo que pudo responder, desviando y bajando la mirada. Vaya, qué
incómodo se sentía ahora. Su hermana soltó una pequeña risita.
Fanfic
—Te has puesto como un tomate, qué sorpresa. —dijo, con ternura, y entonces posó su
mano tras el hombro de Yoongi—. Baja ya, es el momento. Luego los presentaré.1
Qué bueno que nadie había notado que sus rodillas temblaban. Y aunque Yoongi nunca
se hubiera descrito a sí mismo como fácil de intimidar, la mirada de aquel pelirrojo
estaba provocando cosas bastante extrañas en él que no sabía si iba a controlar.13
Capítulo 30
Antes de aquella última llamada, mientras Taehyung cerraba el café, a las seis de la tarde
al otro lado de la ciudad Jeon Jungkook le daba vueltas con una pequeña cuchara al café
que tenía en su escritorio. El líquido daba finas vueltas en la taza blanca provocando una
corriente medianamente veloz que era seguida con atención por los ojos del hombre,
como si eso fuera lo más interesante del mundo. Su cabeza, totalmente desconectada de
sus sentidos, divagaba sin parar en recuerdos.3
Especialmente en uno.1
Aquella conversación que había tenido con Taehyung aquel día después del sexo. Kim
Seokjin, y la relación que había tenido con Taehyung. Quizá en un principio no había
sido su incumbencia, pero había un extraño sentimiento en él que lo había impulsado a
preguntar.
Él, por supuesto, después de que Taehyung dijera aquello, le había preguntado por qué
entonces se había referido al hombre hace poco como su novio. Y por qué seguía
volviendo a su lugar después de tanto tiempo.
querer mirarlo a los ojos. «No sé si me entiendas, pero es un poco extraño habituarse a la
ausencia repentina de una presencia constante. El saber que no volvería a verlo, más todos
los... sentimientos que tenía por él... me estancaron. El hecho de que todo esté y haya
permanecido inconcluso no me ha dejado avanzar.»33
Bueno, Jungkook si lo entendía. Siguió dándole vueltas al café con el cubierto, viendo,
más no siendo consciente de lo que observaba. Él lo había vivido también, con la muerte
de su padre, al alejarse de su madre y habituarse a aquello a la fuerza. Quizá no se había
estancado, pero sí que había estado en su posición: en medio de todo el dolor, de la
confusión, completamente desorientado.
Nunca pensó que aquel hombre de cabello largo y él pudieran coincidir en algo. Por más
mínimo e inexacto que fuera.
Se relamió los labios, y entonces levantó la mirada. Sin embargo, Taehyung no había sido
del todo específico: no había dicho que el hombre se había suicidado, y no había
entrado en detalles tampoco. Aunque quizá era sólo porque aún no se conocían bien, y
no tenían que hacerlo. Hacer que todo trascendiera lo físico e intentara convivir, entre
ellos, era tan difícil cómo abrir un agujero en un grano de arroz. Ya estaba claro, solo sus
cuerpos se entendían.
Así que por ese momento, no era necesario conocer al chico, o que él lo conociera.
Mientras menos supieran, mejor estarían.1
—Buenas tardes, Señor Jeon. Llamo para avisarle que mañana temprano la empresa
recibirá el sustituto del co-editor Park.39
Fanfic
—El CEO indicó que sería lo apropiado para evitar retrasos en los plazos que suele tener su
comisión, señor Jeon. 1
Se aclaró la garganta después de darse cuenta de que estaba en silencio, y que había
retenido la respiración. Al parecer no era un secreto para nadie que a veces —casi
siempre—, entregaba su trabajo tarde.40
—Ah. Entiendo. —respondió, intentando sonar natural y relajado. La mujer tras la línea
solo soltó un sonido afirmativo y después de despedirse con formalidad, colgó.
Bien, al parecer tendría que darle la bienvenida a un nuevo miembro. Quizá fuera
temporal, pero el trabajo que hicieran debía ser eficiente y compensar las faltas de Jimin,
que comenzaban a acumularse. Con Hoseok, aunque se la pasaran trabajando todo el
día, no parecía ser suficiente. Se mordió los labios.
Solo esperaba que, fuera quien fuera, le facilitara el trabajo, fuera agradable, ordenado y
condescendiente.
Porque su vida ya tenía bastante con la presencia de ese chico insolente, desordenado,
loco y altanero que sabía sacarle la cordura poco a poco.
[♦♦♦]1
Fanfic
Cuando Jeon Jungkook tomó su taza y amenazó con lanzarla con fuerza al suelo, soltó
un gruñido y la depositó con brusquedad de nuevo en que escritorio. No, no iba a
golpear o a romper algo, no era un patético infante de seis años haciendo una pataleta.
No iba a hacer un berrinche.13
Respiró profundo.
Taehyung le había colgado después de negar su acuerdo. Por esa acción insignificante
—para él—, que había hecho con su mejilla horas atrás.
¿Quién se creía?106
Se pasó las manos por el cabello y agarró sus hebras intentando dejar salir su
exasperación naciente. Niño desquiciante, ¿cómo podía comportarse así? Deseaba ahora
más que nada taparle la boca y nalguearlo hasta que sus ojos lagrimearan y deseara
retirar aquellas palabras. Hasta que sólo pudiera gimotear disculpas. 46
Se mordió con fuerza el labio inferior y cerró los ojos para apretarlos. Tonto, tonto, tonto.
No vas a hacer un escándalo. No eres un adolescente hormonal. El chico podía decir que
no, le diste opciones, y él simplemente no quiso.11
No. Taehyung si quería. Él sí quería, él si quería pero aquella estúpida mordida lo había
jodido todo.6
Fanfic
Sacudió la cabeza, comenzando a caminar con impaciencia por su oficina. Era una suerte
que el pabellón ya estuviera vacío por la hora, no deseaba que nadie lo viera así.
No pudo ser consciente de su caminata ansiosa, con su cuerpo buscando la calma que
su cabeza le arrebataba. Ordenó todo lo que se cruzó por su camino. Cuadros, frascos,
libros, jarrones, sillas, absolutamente todo comenzó a pertenecer a un lugar aunque
nunca se hubiera movido. Orden. Necesitaba orden ahora. Todo tenía que estar en
orden.6
Respiró pesado, sin detenerse. Dio vueltas sin parar por la oficina ordenando lo que en
ningún momento había estado fuera de lugar. Su oficina nunca era sucia o
desorganizada, lo que hacía era solo un impulso ciego.4
Cansado de dar vueltas, se pasó las manos por la nuca mientras caminaba hacia el cuarto
de baño. Estando dentro, encendió la luz y lavó sus manos y brazos con algo de
compulsividad. Luego echó agua en su cara, la nuca que antes había frotado, y apoyó los
brazos en la porcelana de la superficie.
Se mordió el interior de la mejilla, y se rascó los ojos atrayendo por fin un poco de calma.
¿Por qué las palabras de Taehyung sonaban tan simples y provocaban en él algo tan
complicado?17
Fanfic
Resopló y subió la mirada hasta el pequeño espejo redondo que había en la pared.
Contempló unos segundos su reflejo. Se veía enojado y agitado. Organizó algunas de
sus hebras y acomodó sus lentes en el puente de la nariz.
Dios, ¿qué se creía él para alterarlo tanto? no era el momento, ni el lugar. No debería
provocar nada, inicialmente. Ya era tarde en la noche, ¿por qué se dejaba llevar? era
mejor que fuera a casa. Obligó a su cabeza a enviar toda la información referente a
castaños con cabello largo al fondo de su mente, donde no pudiera alcanzarlos. No
necesitaba esto ahora, no era un crío, solo tenía que asimilarlo y vivir de la forma en la
que siempre lo había hecho.
Aunque su mano ardiera de deseo solo con la idea de azotar la hermosa piel acanelada
del chico... que ya no lo quería cerca. Ah, joder.7
Suspiró con pesadez, y salió del cuarto para tomar sus cosas, cerrar el lugar e irse.
Solo tenía que llegar a casa, tomar una ducha tibia y despejarse. El estrés provocado por
el trabajo, y ahora por esto iban a desembocar en algún dolor de espalda o indigestión.
No necesitaba esto. No necesitaba nada o nadie. No lo necesitaba a él. 22
Se puso el abrigo gris que llevaba, y salió de editorial haciendo una breve reverencia a
los guardias. Emprendió su caminata con el corazón intranquilo y el cuerpo tan rígido
como una piedra. Se sentía tan exasperado y desconcertado aún, que no logró ser
consciente del paso que tomaba su camino.
[♦♦♦]1
Fanfic
Oyendo la fuerte ventisca de mediados de otoño, un gato anaranjado y aburrido bajó las
escaleras desde el piso en el que vivía. Era de noche, y estaba más que cansado de los
juegos de Chung Hee. El pequeño podía ser intenso si se lo proponía, y él ya era un gato
viejo para esas cosas.128
Cuando sus patas tocaron el suelo del segundo piso, se acercó hacia la puerta que
relucía por el "2B" gigante y de metal que tenía en el centro superior, y se paró en todo
el frente.
Era la hora indicada, ¿no? No era como si fuera muy consciente del tiempo, al fin y al
cabo solo era un animal. Pero el hombre, de lo poco que recordaba, solía abrir la puerta
en ese momento, cuando el sonido de los autobuses dejaba de perturbar las calles.64
Así que se sentó, paciente, y con la esperanza de que aquel día el hombre le abriera la
puerta.
Capítulo 31
Con las piernas cansadas, Jeon Jungkook deambuló sin consciencia por las calles de Seúl.
El frío de la noche le tenía el cuerpo algo entumido, y el ritmo de su respiración era algo
inconstante y pausado. Su corazón yacía un poco más calmado a comparación del
enredo ansioso que había sido en la oficina después de haber recibido aquella noticia ya
que caminar siempre lo había ayudado a despejarse, pero su cabeza seguía algo inquieta
y distraída.
Aceptaba que había perdido un poco los estribos hace un rato, más por el hecho de que
las cosas no hubieran salido como quería que cualquier otra cosa. Odiaba cuando le
arrebataban el control y las decisiones, pero si lo pensaba con cuidado y cabeza fría, no
tenía caso seguir prestando tanta atención a todo eso. Si el castaño, después de acceder
y darle permiso para atacar y jugar con su cuerpo había decidido retractarse; no podía
hacer nada además de aceptarlo.5
Pero justamente aceptarlo era lo difícil. Mientras su parte racional intentaba convencerse
de que tenía que actuar como un adulto y asumirlo, la parte obstinada gritaba con fuerza
que las cosas no podían ser así.4
¿Por qué?
Él no era ciego o estúpido, él había visto el alcance de sus acciones en el chico. Además
del precioso control que lograba ejercerle, el chico parecía completamente embelesado y
encantado cuando lo trataba con dureza y predominancia. A Taehyung le gustaba, y le
llevaba a un estado que aunque no entendía, se sentía bien de provocar.8
Fanfic
Entonces, si le gustaba, ¿por qué se detenía solo por aquella estúpida mordida en su
mejilla?16
Pero, joder, el chico había insistido en que se mantuviera lejos, aún así fuera por aquel
tonto error. Tenía que ser maduro y dejarlo ir para dejar de afectarse tontamente, no
había sido nada importante desde el principio. Solo una molestia, un problema, una
piedra en su zapato.
Entonces, si era así, ¿por qué sus piernas caminaban hacia cierto edificio en el que vivía el
tan molesto y mencionado joven?83
Que alguien le abofeteara. ¿En realidad estaba a una escasa calle de aquel edifico en el
que recordaba haber pasado la primera noche con Taehyung? ¿En realidad había
cruzado varios vecindarios desde el centro de la ciudad donde estaba la editorial, hasta
llegar allí? ¿Cuánto tiempo había pasado? ¿En dónde había estado su cabeza todo el
camino para no notar a dónde se dirigía?22
Tragó saliva, sin dejar de mirar hasta el fondo de la calle, en la que casi se distinguía el
edificio.
Tenía que estar jodidamente loco. Él no iba a hacer algo como... ir a por él, ¿verdad?3
Parpadeó un par de veces, algo atontado y confrontado por lo que hacía y pensaba. Un
extraño peso se formó en su estómago, y con las manos se tocó el abdomen intentando
Fanfic
decidir qué hacer ahora. No podía ir a su casa y enfrentarlo, ¿o sí? ¿no era demasiado?
Exhaló con fuerza y bajó la mirada.
No, él no iba a doblegarse por algo así. Lo había intentado lo suficiente, si el tonto e
insolente hombre se negaba, él no iba a rogar. Jamás iba a darle ese lujo. Ya suficiente le
había conmocionado.
No debía olvidarlo, Taehyung ni siquiera le caía bien. Era suficiente para largarse.
Dio vuelta entonces sobre sus talones y comenzó a alejarse. El viento helado le golpeó el
cuerpo por sobre su ropa, provocándole un escalofrío que le recorrió la espalda. Caminó
rápido para calmar la repentina desesperación que alejarse le hacía sentir, y subió la
mirada con la urgencia de observar las estrellas y distraerse; pero en el cielo solo habían
nubes acumuladas.3
Aceleró más su paso, y solo intentó bloquear cada pensamiento que entrara en su
cabeza. En aquel momento, la única prioridad era, llegar a casa. Tenía que llegar y solo
olvidarlo.9
[♦♦♦]2
Cuando la puerta de la habitación del hospital fue abierta por Min Yoongi, que vestía aún
el uniforme del café y se veía cansado, más pálido de lo usual y ojeroso, Taehyung
agradeció a sus adentros haber tocado en la puerta correcta.2
Porque venía más que sonrojado de las otras cuatro habitaciones en las que había
entrado por equivocación. El enfermero que estaba de turno en la recepción no lo había
orientado correctamente.5
Fanfic
El plástico del envoltorio del ramo de dahlias que llevaba en una de sus manos crujió por
la presión que ejerció sobre él. Yoongi cerró la boca y la apretó, observándolo de la
cabeza a los pies.1
―Gracias por venir... ―musitó, después de un par de segundos. Taehyung sonrió con
ligereza. Su cabello estaba un poco desordenado, y el color aún prominente en sus
pómulos le daban un aire de ternura, por el cual Yoongi no evitó suavizar su expresión.
Lo dejó pasar, y cuando Taehyung dio los primeros pasos dentro y se encontró con su
Sunbae Namjoon, intentó que la angustia que le nació en el pecho no se reflejara en sus
ojos.3
―Eh, Tae, ¿viniste? ―preguntó, algo adormilado. Taehyung entonces apresuró el paso
hasta él y le sonrió con amplitud intentando ―y fallando―, reprimir su preocupación.
Aclaró su garganta.2
―Así es, Sunbae. ―afirmó―. ¿Se encuentra... mejor? ¿Le duele mucho?1
―No, ¿qué dices? ―preguntó Namjoon, con aires infantiles, la voz algo aguda y los ojos
cerrándose―. Estoy perfectamente, ¿por qué estamos aquí, YoonYoon?18
Taehyung entrecerró un poco sus ojos, entreabriendo la boca y miró con inquietud a
Yoongi, que sosteniendo su frente con la palma de su mano, suspiró.1
Fanfic
Taehyung asintió lento con la cabeza, y rio bajito volviendo a mirar a su Sunbae. Aunque
era triste verlo de aquella manera tan magullado, resultaba también un poco gracioso.
¿Había llamado a Yoongi ''YoonYoon''? ¿Cómo se suponía que debía reaccionar a eso?3
―Para con eso o romperé tu nariz el doble. ―amenazó Min, entre dientes, acomodando
la compresa para volver a alejarse. Taehyung quiso reír, pero lo reprimió cuando el peli-
marrón se volvió a mirarlo con recelo y enfado, como si se lo esperara.2
Pero entonces Taehyung abrió con amplitud los ojos, tan perplejo como lo había estado
nunca.1
―Ah, maldición, puedo oír tus teorías mentales desde aquí. ―espetó Yoongi, aún
sonrojado y desquiciado por estarlo, y entonces comenzó a caminar hacia la salida―.
Fanfic
Para con eso y ven afuera, no hablemos aquí. Dejemos que Namjoon descanse mientras
le dan el alta.4
Taehyung se mordió ambos labios, con el cosquilleo de las carcajadas aún en la boca de
su estómago, pero asintió con la cabeza y lo siguió hacia fuera.1
Yoongi salió y cerró la puerta cuando el castaño le imitó. Miró por el pasillo y los
alrededores, y aún de brazos cruzados volvió a mirar a Taehyung. Su expresión de
seriedad entonces se volvió un poco transparente, y Taehyung logró distinguir al
emoción que el hombre emanaba.1
Era preocupación.1
Taehyung notó como la presión que Yoongi le hacía a sus brazos aumentó.1
―¿Por ahora? 3
Yoongi asintió con la cabeza, aún mirando el suelo. ―No sé que pueda pasar en el
futuro.2
Yoongi soltó los brazos, sus manos volviéndose puños en sus costados.1
―Promételo. ―insistió Yoongi, de nuevo mirándole, con un brillo intenso en sus ojos
cafés. Taehyung lo miró por unos segundos y tragó saliva.1
¿Qué rayos era lo que sucedía? ¿Por qué había tanta prevención? ¿Qué era lo terrible
que tenía por contar entonces?
―Lo prometo.
Fanfic
Capítulo 32
[Flashback]27
Min Yoongi detalló los pequeños destellos de gas que, reluciendo a contra luz, viajaban y
burbujeaban hacia la superficie de su copa. Para él, el observar la champaña era todo un
acontecimiento. Se recordaba a sí mismo cuando niño envidiando a sus padres cuando la
bebían, ya que su cabeza había categorizado al licor como algo exótico, hermoso y
exclusivo. Palpó con las yemas de los dedos el cristal y dio suaves golpecitos para que el
gas siguiera burbujeando, y suspiró a sus adentros levantando al fin, en más de media
hora, su mirada.6
Era una linda fiesta. Su hermana había elegido bien el lugar, aunque la calefacción
estuviera averiada. Todos parecían tener un buen tiempo, y siendo más de la media
noche nadie parecía con intenciones de irse.1
Fanfic
Por su campo visual cruzó su hermana, que de gancho con su prometido, caminaban
lentamente hablando entre ellos con adorables sonrisas. Parecían ser una linda pareja,
aunque le hubiera parecido extraño al principio al enterarse de que su hermana le
llevaba cinco años al hombre, pero eso no lograba notarlo cuando iban juntos.2
Porque eran el tipo de parejas que, en presencia del otro, parecían tener un mundo a
parte donde solo estaban ellos. Las miradas de amor entre ambos no podían ocultarse
de alguna forma, y la calidez que los semblantes de ambos desprendían eran mucho más
que adorables.26
Apartó la mirada de golpe cuando Heize notó su atención, y quiso resoplar cuando la
chica se safó de su pareja y caminó hacia él con un atisbo de inquietud en sus ojos. Ella
en realidad se parecía a él cuando colocaba ese tipo de expresiones.3
—¿Qué ocurre? —preguntó, intentando sonar neutro, porque bien sí sabía por qué la
chica de nuevo estaba cerca. Ella odiaba verlo apartado, aunque esa fuera su naturaleza.1
—¿No quieres... que te presente a alguien, con quien puedas hablar? —preguntó ella,
tomando sus manos delante de su vestido azul oscuro, algo tímida.5
La chica asintió con su cabeza, mordisqueando si labio: —Lo sé, pero... ¿No quieres...?7
Una mano de piel pálida en su hombro la hizo detener sus palabras. La chica se volvió de
golpe hacia el hombre dueño de la extremidad.1
—Ah, ¡Taehyung! ¡Gracias! Que lindo que hayas podido asistir. —exclamó la chica,
volviéndose hacia el hombre alto y pelirrojo que la miraba con una linda y amplia sonrisa
en los labios. Sus ojos claros y verdosos resaltaban en todo su conjunto oscuro.28
Un poco de rigidez se acumuló en los hombros de Yoongi. Ah, como odiaba esto. 4
¿A aso querían que se presentara o algo por el estilo? Porque él no quería. Y no iba a
hacerlo.
—Oh, ¿tu hermano mayor? Un placer verte de nuevo, soy Ji Taehyung. Solíamos salir
juntos en noche de brujas cuando niños, ¿recuerdas? —fue lo que dijo mientras tomaba
Fanfic
—¡Ah, claro! —exclamó Heize—. ¿Lo recuerdas, Yoon? Solíamos salir con Ji cuando
nuestros padres se reunían, wow... —miró hacia el pelirrojo—. ... Tienes una espléndida
memoria, Taehyung.1
La sonrisa del hombre permaneció impecable e intacta. Fue entonces que Heize tomó
sus manos tras la espalda y se mordisqueó el labio inferior, solo le faltaba desplazarse
sobre sus talones adelante y atrás para parecer una niña pequeña.
—Bien, yo tengo que volver a la mesa, los dejaré para que...—Yoongi fulminó con recelo
e impresión a su hermana. Por favor, no—... conversen.
Tuvo que reprimir la mirada de traición cuando su hermana lo miró antes de alejarse. Y
se puso muy rígido y tenso cuando el hombre tomó asiento en la silla que estaba a su
lado, riendo ligeramente.3
Yoongi sintió ganas de alzar una de sus cejas. ¿Por que decía aquello, como si necesitara
su permiso, si igualmente ya lo había dicho? dios, las formalidades lo volvían
francamente loco.1
Excepto quizás, cuando... se trataba de cierto peli-gris de lindos hoyuelos. Aquel pedazo
de idiota lo hacía querer correr a esconderse a veces.292
Ji rio con suavidad, haciendo de su voz una melodía que resultó agradable a oídos de
Yoongi.
—Sí, he escuchado aquello un par de veces. —musitó, con los ojos brillantes, sin
apartarlos de la mirada del peli-marrón que no parecía con intenciones de desviar la
mirada— ... Bien, tú, ¿deseas beber algo conmigo?
Porque si decía que sí significaba que estaría dispuesto a entablar una conversación con
él. A pasar más tiempo con él.
Y bueno, eso podía desatar más cosas de las que estaría preparado. Pero, ¿cómo iba a
saberlo? ¿cómo iba a saber que todo se volvería en su contra por aquella extraña y
sonriente presencia alguna vez?
[♦♦♦]
3
Si había algo que un ser humano nunca podría ocultar, era el tipo de emoción que
emanaba desde los ojos. Una persona podía poner miles de sonrisas, decir miles de
Fanfic
palabras bonitas, hacer miles de acciones correctas, pero si en sus ojos siempre había
residido al menos un atisbo de sentimiento que contradijera; todo lo que intentara hacer
se desvanecería con facilidad si alguien miraba con detenimiento sus ojos. Todo era
cuestión de lectura corporal.21
Leer a la gente no era un don que poseía todo el mundo. Aprender a hacerlo llevaba años
de observación y detalle. No era algo que se pudiera encontrar en los libros de ninguna
biblioteca.
El sonido de golpes, las gotas de sangre comenzaron a deslizarse en la piel acanelada del
hombre aturdido.20
Aquellos que poseían el don podían conocer con facilidad a las personas: sus manías, sus
semblantes, su manera de moverse y desenvolverse.
Un dolor agudo le recorrió el rostro al hombre de cabello gris, que siendo magullado a
patadas, dejaba a pedazos el hueso de su nariz. Todos los cartílagos, y su tabique eran
reducidos a polvo.140
La sangre llegó hasta su boca, y fue incapaz de respirar por un par de segundos.
Y al poseer aquella capacidad, había sido inevitable notar que algo no encajaba en la
persona que parecía ser Ji Taehyung, cuando este llegó a trabajar con él. Todas sus
sonrisas, todo su entusiasmo y cordialidad siempre había parecido algo vacío y con
trasfondo. En un principio, había intentado indagar más de forma discreta para sacar
algunas conclusiones.
Fanfic
Pero ahora, era mucho más que obvio que tenía razón.
Otra patada llegó, el zapato del contrario raspó un poco la frente de Namjoon. Su
mirada comenzó a ser borrosa y oscura.6
Siempre había tenido la razón al notar aquella chispa perversa y taciturna que resaltaba
en aquellos ojos claros.6
Fue entonces que sus oídos, agudos a pesar de los golpes, le escucharon:
Los ojos de Namjoon se cerraron con lentitud, más por inercia que por voluntad propia.
La respiración del hombre se hizo más lenta y entrecortada, llenando sus oídos,
dejándolo sordo por segundos. El sonido fue cada vez menos nítido.1
—¿Cómo pudo Yoongi rechazarme por un tonto panadero como tú...? Me hizo venir hasta
aquí por él... tomé el estúpido trabajo por estar cerca de él... ¿y tengo que verlo siendo...
cariñoso contigo?234
—¿Por qué...?
—No es justo...
Fanfic
Y perdió el conocimiento.
Fanfic
Capítulo 33
Mientras Jeon Jungkook hacía bocetos en su bitácora de trabajo, una nota se deslizó con
suavidad en su escritorio impulsada por unos dedos temblorosos. Parpadeó un par de
veces antes de detenerse, soltar su lápiz y subir la mirada hacia el tímido Hoseok que
pretendía darle un anuncio. El chico, sin conectar la mirada con él en ningún momento,
salió disparado de la oficina con el corazón a mil y en sus oídos, Jungkook solo lo siguió
con la mirada hasta que salió del cuarto y se dispuso a leer la nota que le había traído el
chico.6
Jungkook respingó entonces, y dirigiendo su mirada hacia el fondo del pabellón gracias
a las paredes de vidrio, notó que el ascensor estaba subiendo. Quizá era el chico.
Se decidió en no mirar hacia fuera, quizás sería descortés parecer el tipo de persona que
esperaba tan ansiosamente su llegada.
Aunque ya se había comportado así antes, con cierto castaño de cabello largo. Sacudió su
cabeza.2
Fanfic
No, no iba a pensar en eso. Había tenido, hasta ahora, un día tranquilo teniendo al chico
alejado de sus pensamientos. Ya nada cambiaría, todo había llegado a un desenlace, no
valía la pena.
No valía la pena.
¿Verdad?61
Jungkook se puso de pie cuando el chico lo miró, y entonces continuó analizándolo: era
un poco más bajo que él, parecía limpio y ordenado con la camisa blanca y los
pantalones oscuros que llevaba. Sus manos parecían cuidadas y no tenían alguna señal
de suciedad. Mientras más cerca estaba, más lograba aprender.
Usaba loción, de aroma fresco y ácido. Tenía que cuidar de su piel, porque sus poros
eran perfectos.7
―Buen día, mi nombre es Kwan Dong-Yul. Soy el pasante enviado desde la Universidad
de Artes de Corea. Estaré las próximas semanas como el sustituto del co-editor Park
Jimin. ―comenzó a decir, poniendo una expresión abnegada y agradable en su rostro―.
Por favor, cuide de mí. ―terminó su presentación e hizo una leve reverencia con el
torso.138
Parecía fuerte.
Le hizo recordarse a sí mismo el primer día de trabajo. Su actitud había sido la misma:
condescendiente por ser novato, pero de semblante valiente y dispuesto.4
―Espero mucho de ti. ―exclamó Jungkook, alzando también su mandíbula para mirarlo
a través de sus pestañas―. Te daré un recorrido por el edificio.
[♦♦♦]
1
Taehyung se agachó junto al tazón de Frida, y dejó allí una porción de comida para
gatos sintiendo a la felina arañar su brazo libre. Su cabello, ya llegando un centímetro
más abajo de sus hombros, le tapaba un poco la vista mientras terminaba su tarea.24
La felina, como era costumbre, no escuchó y solo se metió entre los brazos de su dueño
para acceder a su plato de comida. Taehyung suspiró, y se safó de la gata con algo de
dificultad y se puso de pie. Fue hasta los estantes y guardó la bolsa de comida en la
Fanfic
Había sido un día lleno de tensión. Tener que lidiar solo con Ji en la cafetería había sido
más difícil de lo que pensó teniendo ahora tanta información sobre él. Yoongi cuidaba
de Namjoon, y aunque aquello era excusa suficiente para no ir al café, Taehyung lo
entendía cuando decía que quería estar lejos del pelirrojo hasta que supiera qué hacer
con todo lo que pasaba.
«Sabes, yo... pensé que era un chico agradable. Su comportamiento había sido realmente
dulce esa noche, intercambiamos números para seguir en contacto...»
«Pero después de un tiempo de estar conversando, su actitud se volvió extraña. Algo celosa
y posesiva, y soy del tipo de persona que no se lleva con eso, odio necesitar el permiso de
la gente para dirigir mi vida. Así que comencé a evitarlo, y bueno... En el tiempo que no
hablé con él estuve algo... c-cerca de Namjoon y todo pareció estar bien.»
Fanfic
«Dijo que era una tontería, que él siempre había velado por mí y entre todas las cosas sin
sentido, preguntó si había alguien más. Yo lo evadí hasta que se cansó, y pensé que me
dejaría en paz. Pero luego llegó a trabajar al café... y comencé a asustarme. Intenté ser
maduro, y pensar que solo había sido una coincidencia, pero... ¿cómo podía serlo?»7
Taehyung detuvo sus acciones y se tomó el cabello con fuerza. Toda esa situación en
verdad que comenzaba a preocuparle. Bien, quizá se había enterado de más cosas de las
que quería: como el sentimiento que Yoongi y Namjoon construían y toda la locura del
hombre pelirrojo, pero era inevitable sentir que debía hacer algo.1
Pero, ¿qué? ¿qué podía hacer alguien como él, siendo tan ajeno a la situación?1
Suspirando, terminó de hacer su cena y se sentó a comer. Decidió tomar su móvil y vagar
por la red para distraerse. Entró a mensajería, y cuando deslizó la pantalla hacia abajo
para observar las notificaciones que tenía, se ahogó con su comida.1
Dejó el plato a medio terminar por levantarse de un golpe, y fue corriendo hacia su
habitación. Logró desahogarse en el camino.
No podía ser.
Dios, que la tierra se abriera y lo tragara.
Era el cumpleaños de Ha Neul.
Miró completamente perplejo el almanaque que tenía el día quince subrayado con
marcador rojo y una anotación sobre la ocasión de la pelirroja, y tragó saliva, intentando
pensar en algo.
Rayos, era un pésimo mejor amigo.
Se alejó de la puerta, y se pasó las manos por la cara, respirando con fuerza. La chica no
lo había llamado en varios días. No habían hablado en semanas, si lo pensaba bien. El
trabajo, el problema con Jungkook, todo lo había desviado de ella.
Caray. Que desastre. ¿Qué estaría haciendo la chica? ¿Habría celebrado sin él? ¿Habría
celebrado al menos? Ha Neul no era del tipo de chicas que hacían un alboroto por su
cumpleaños. ¿Entonces habría pasado su día igual a cualquier otro? lastimosamente, era
lo más seguro. Él la conocía.
Quizá se le había pasado, ya que a duras penas sabía qué día de la semana era, pero el
día aún no había terminado. Aún podía sorprenderla y comprarle algo bonito.
Así que fue corriendo hasta el cuarto de baño para ducharse y comenzar a organizarse.
Ignorando con esfuerzo, al verse en el espejo, el moretón de su mejilla y las marcas en su
cuello, provocado por los dientes de cierto pelinegro en el cual no quería pensar.
[♦♦♦]
Fanfic
Justo el día de su cumpleaños había tenido las clases más largas y difíciles.32
Suspiró con pesadez, deshaciendo los nudos de sus hebras sin prestar real atención a lo
que hacía. Su cabeza vagó, y aunque ya hubiera cenado algo, su estómago pedía
atención.
Vaya, que oportuno sería comer varios pancakes dulces. Un par de Ssiat Hotteoks no le
harían daño. Con un poco de cerveza...
Abultó sus labios con tristeza, recordando ir a comprar de aquellos ricos pancakes con
Taehyung hace varios años. Ambos eran casi adictos a comerlos, y el castaño los había
probado gracias a ella. Era su comida favorita después del arroz blanco.7
Ah, ¿cómo estaría el hombre? no le había llamado en todo el día. Y aunque se sentía mal
por esperar una felicitación sabiendo lo ocupado que estaba el castaño, lo echaba de
menos.
Lo extrañaba todos los días, si era sincera. Su cumpleaños no era tan importante. Nunca
lo había sido.
Pero desde que Taehyung era el único que se ocupaba de celebrarlo, era más difícil
evadirlo.
Se mordió el interior de la mejilla y se levantó del pequeño banquito del tocador para ir
por el secador. Antes de que lograra abrir el armario, unos golpecitos a la puerta la
hicieron volverse.
Se acercó a la puerta, y tomó el pomo para darle la vuelta y abrirla. La recibió fuera una
figura más alta de lo que era su compañera.
Los ojos color avellana del castaño brillaron de alegría y conmoción viendo la adorable
reacción de la pelirroja que ahora parecía a punto de llorar, y comenzó a intentar
comunicarse.9
—Mmmhmmm. —fue lo que Ha Neul logró oír, estando atónita y sintiendo su corazón
ser envuelto en una agradable y cálida sensación. Se quedó mirándole, y soltó una risa
bobalicona, con los ojos llenos de lágrimas.2
—¿Que te ayude? —preguntó, entre risas y a punto de llorar. Taehyung asintió con la
cabeza, intentando con más fuerza reprimir su risa y queriendo darle un abrazo a la
pelirroja. La chica le ayudó con algunas bolsas, y el castaño logró quitarse el lazo de los
labios y así exclamar:1
—¡Feliz cumpleaños, Lee Ha Neul! —la chica soltó una risotada mientras le dejaba pasar,
y cuando estuvo adentro y la chica dejó los paquetes en su cama, cerró la puerta.
—No seas tan escandaloso. —respondió Ha Neul, tan roja como un tomate, y estirando
la mano para recibir el abrigo negro y de capucha felpuda de Taehyung. Él correspondió,
riendo como un tonto.1
—¿Cómo no quieres que sea escandaloso? ¡Son 22 años! ¡Estás hecha toda una
anciana!21
Fanfic
—Gracias por venir... —musitó, ella, con el mentón en el hombro de Taehyung. Una
sonrisa cuadrada se hizo en él.
—Lamento llegar tarde... —musitó en respuesta. Ella negó con la cabeza y se alejó de él,
mirándolo con una sonrisa.1
Taehyung sintió todos los nudos de su interior desvanecerse con aquella respuesta. Sus
hombros cayeron, relajados, y entonces la miró con complicidad.
Ha Neul abrió la boca son sorpresa, y estalló a carcajadas, pensando cómo rayos habría
descubierto el hombre de sus antojos. Chilló con euforia, con la mirada inyectada de
cariño.1
[♦♦♦]
Fanfic
Después de dos horas de buena música, comer pancakes dulces a montones y beber
quizá más cerveza de la cuenta, Lee Ha Neul, que se encontraba sentada en el suelo
junto a Taehyung rodeada de empaques de comida y latas vacías, quiso preguntar algo
que le había inquietado mucho las últimas semanas.
—Hey, Tae.
—¿Mmm?
—¿Qué pasó con el hombre que te besó esa noche en el club? —preguntó, y cuando la
cabeza de Taehyung asimiló la pregunta, se sobresaltó. Pero antes de que pudiera decir
algo, la chica continuó hablando—. No sabía que era gay. Aunque quizá por
coquetearme sea bi, pero... ¿qué pasó con él?6
Taehyung se quedó mirándole, algo pasmado e inseguro sobre lo que debía responder.
No era como si no confiara en Ha Neul, pero lo que había vivido con Jeon Jungkook...
prefería tenerlo para sí mismo. Aún se avergonzaba del estado al que había llegado con
él. Dejó caer la cabeza hacia abajo, y suspiró.
La chica frunció el ceño, no siendo esa la respuesta que esperaba, así que se incorporó
para gatear hasta el hombre y encararlo.
Las mejillas de Taehyung se abultaron, y su cabeza fue invadida, ahora con el alcohol
quitando todos los filtros, por los recuerdos que tenía junto al pelinegro.
—Él no es mi tipo. Es un idiota, un...— cerró los ojos, sacudiendo la cabeza—. ... Un
completo imbécil, un prepotente amargado y un tonto, p-pero...5
Se sintió mareado de golpe, y tuvo que golpearse levemente la cabeza para no perder la
conciencia. Ha Neul, ya un poco adormilada, alcanzó un cojín para recostarse en el suelo.
—¿Pero qué? —preguntó ella, y abrió con amplitud los ojos cuando vio que Taehyung se
inclinaba a tomar otras dos latas de cerveza. Cuando el hombre, aún sin responder abrió
la primera y comenzó a beberla sin detenerse, dijo—. Wow, wow, wow, detén tus
caballos, vaquero. ¿Qué crees que haces? ¿Quieres perder la cabeza?14
Sin embargo, Taehyung no le prestó atención y terminó su lata acercándole otra del
cartón a Ha Neul, La cual, de forma contradictoria a sus palabras, no rechazó.
Y la pregunta que hizo la chica quedó en el aire, como los demás temas de conversación
ya que una canción conocida comenzó a reproducirse, lo cual los hizo levantarse a
cantarla a gritos como un par de locos borrachos.
[♦♦♦]
Su corazón comenzó a latir con fuerza desde su cavidad mientras intentaba orientarse.
Estaba en casa, en su cama, y todo estaba oscuro.
Escuchando el mismo estruendo repetirse, volvió el rostro hacia el reloj que tenía en la
mesita de noche. Estiró el brazo para encender una pequeña lamparita que mantenía allí,
y frunció el ceño más por la hora que era que por el esfuerzo que la luz repentina le
hacía ejercer en los ojos.
Tragó saliva.1
Capítulo 34
Jeon Jungkook se levantó de su cama, sintiendo algo de rigidez naciente en su nuca. Con
los calcetines pisó el suelo helado y caminó lentamente por su departamento hacia la
puerta, encendiendo las luces por cada espacio que cruzaba. Sus ojos se entrecerraron
por el esfuerzo en el cambio de luminosidad, y con una de sus manos intentó organizar
un poco su cabello.
Detuvo aquel último movimiento, intentando recordar si tenía las manos limpias. Bajó las
manos, inseguro, y continuó su caminata. Más ido en el mundo de morfeo que en el
real.3
¿Quién rayos tocaba la puerta a las malditas dos de la mañana? Era una locura, y por el
solo hecho de levantarse ya estaba algo molesto. Su mente adormilada intentó vagar por
las posibles razones por las cuales la persona que estuviera afuera hacía lo que hacía;
pero no halló ninguna lo suficientemente convincente o lógica.5
A menos de que fuera Jimin en una emergencia. O Hoseok. Porque, ¿a quién más
conocía?10
No, quizá esa no era la pregunta indicada. Sacudió la cabeza antes de hacerse alguna
idea loca que le desatara la paranoia.
Frunció ligeramente el ceño intentando distinguir lo que su vista le mostraba. Sí, había
una persona, pero no veía su rostro. Tenía la frente apoyada en la puerta, y lo único que
lograba verse era su cabello.1
El cual, cuando su mente estuvo lo suficientemente espabilada, reconoció que por culpa
de la luz, soltaba destellos dorados desde su naturaleza castaña.
Fue entonces que se pasmó, su cabeza comenzando a maquinar. Su pulso, necio a sus
impulsos, acelerándose.
¿Era posible...?
¿Kim Taehyung?
Se alejó de golpe, y se frotó los ojos, incrédulo. Volvió a acercarse a mirar, esperando no
ver a nadie, y se sobresaltó cuando el dueño de aquella cabellera volvió a tocar la puerta.
Jungkook retuvo el aliento. ¿Por qué no levantaba el rostro? ¿Por qué no facilitaba las
cosas? Las hebras enmarañadas que confirmó al dar el segundo vistazo provocaron que
su estómago se hiciera un nudo. ¿Quizá estaba aún lo suficientemente dormido para
confundir estas cosas? Era consciente de que era vulnerable a sus pensamientos estando
somnoliento.4
Volvió a alejarse y respiró profundo. Claro que no podía ser Taehyung. El hombre había
insistido en acabar las cosas. No podía ser más que un bastardo loco que quisiera
molestar.14
Un gruñido profundo se hizo en su garganta. Sólo había una forma de averiguarlo, y era
abriendo la condenada puerta. Apretó la mandíbula mientras quitaba los pestillos y le
daba vuelta lento al pomo.2
Fanfic
La puerta se abrió casi de golpe contra su cuerpo por culpa del bulto humano que
estaba recostado contra la madera. La frente de Jungkook sufrió las consecuencias de
eso, y sintiendo el dolor del golpe, quiso maldecir mientras alejándose un poco terminó
de abrir la puerta.14
Todo sucedió en un abrir y cerrar de ojos. El mismo cuerpo pesado cayendo sobre
Jungkook, el el hombre respingando por aquella invasión, sus manos teniendo que
agarrar la cintura del intruso para que no se desplomara...1
Y el olor a café.46
Tragó saliva, y totalmente inmovilizado comenzó a palpar el cuerpo del chico hasta
lograr, con bastante dificultad, alzar su cabeza con una mano. Observó su rostro,
obligándose a agudizar su mirada.
Kim Taehyung, con los ojos cerrados y las mejillas ardiendo en carmesí ―una de ellas
con una leve marca de dientes―, no frenó su impulso de recostarse en el toque del
Fanfic
hombre cuya casa invadía. Su ceño permanecía rígido. No se movió, ni lo miró. No hizo
nada, además de quedarse de esa forma contra él.
Su mirada bajó hasta los labios contrarios al notar que temblaron, y alzó las cejas al
notarlos un poco morados. Taehyung tenía frío. Jungkook suspiró con fuerza. Que
descuidado, tonto y torpe era el comportamiento que mostraba, saliendo tan tarde con
lo frías que se ponían las calles de Seúl en la madrugada. ¿Qué pretendía? ¿Morir de frío
afuera si él no hubiera abierto la puerta?
Quiso enfadarse y organizar sus argumentos, cuando el chico abrió los ojos de un golpe,
aún teniendo la mitad del cuerpo encima, su cabeza se quedó callada. Kim Taehyung,
borracho y terriblemente mareado a más no poder, con las piernas cansadas de caminar
desde el campus de Ha Neul ―la cual estaba en las mismas condiciones, pero encerrada
en su cuarto―, enfocó la mirada en el pelinegro que lo miraba con inquietud y una de
sus cejas levantadas.4
Se sintió en la oficina del director escolar por aquella mirada durante unos cortos
segundos. Por el viaje al pasado, y por su mente, aletargada, no fue capaz de pensar en
algo inteligente para decir. 1
―No m-me mires... de... esa forma... ―fue lo que musitó, con la voz grave y lastimada
por el alcohol. Sus ojos perdieron luz por momentos, en su propio eclipse de azúcar, y su
mundo dando vueltas―. ...No hice nada malo...8
Fanfic
Jungkook, por su lado, bufó por su estado y cerrando la puerta con una de sus manos
―para no dejar caer a la damisela en apuros que parecía ser Taehyung―, llevó al chico
hasta el sofá más cercano. No sabía cómo, pero debía despertarlo de este estado. Hizo
que se sentara, y se arrodilló a su lado, volviendo a tomar su rostro ahora desde el
mentón para que le pusiera atención. 2
Jungkook esperó por su respuesta unos segundos, y resopló sintiendo irritación naciente
en la boca de su estómago. Era realmente increíble que esto estuviera sucediendo. ¿Qué
iba a hacer ahora?
―¿Por qué estás aquí? ―preguntó de nuevo Jungkook, inevitablemente confundido por
todo. No queriendo hacerse ideas, intentando no enojarse sin obtener explicaciones.
Porque, ¿tenía sentido que después de ser tan insolente y cortante llegara con tal
comportamiento?
Algunos mechones se cruzaron por el rostro de Taehyung, que pareciendo más en una
de las lunas de saturno, que en aquella habitación, se removió hasta estar lejos de las
manos de Jungkook. Lo miró con enfado.1
―Deja de ser tan imbécil, Jungkook. ―fue lo que dijo, logrando que una expresión seria
y tensa se hiciera en su rostro sonrojado.
―¿Qué? ―Jungkook no logró evitar preguntar, tenso―. ¿Imbécil? ¿Te das cuenta de lo
que dices? ¿Identificas la situación en la que encuentras?
La mandíbula de Jungkook volvió a tensarse, y tuvo que cerrar los ojos y respirar
profundo para intentar elegir bien su palabras. ¿Para esto lo había hecho levantarse?
¿Por insultarle y enojarse había molestado en su casa a esa hora? Tenía que ser una
maldita broma.3
―¿Qué mierda es lo que quieres, Taehyung? ¿Por qué vienes aquí borracho a las dos de
la mañana? ¿Para decirme eso? ―alegó Jungkook, de repente, no logrando reprimir su
exasperación. ¿Qué era todo esto, igualmente? ¿Qué rayos pretendía jugar el castaño?
―Cállate, idiota.112
―No tienes el jodido derecho a decirme eso, estás en mi casa. ―exclamó, y se pasó las
manos por el cabello como un ademán de desespero, olvidando sus limitaciones
anteriores―. ¿Cómo es que puedes ser tan desvergonzado? ¿Con el alcohol te vuelves
más insoportable? ¿Qué es lo que quieres?
―No. No te dejaré hablar si seguirás con ese estúpido comportamiento tan infantil e
insolente. Si es que quieres que no te empotre contra el maldito sofá en este instante y...
―dándose cuenta de lo que decía, se detuvo y gruñó con irritación. ¿Qué había sido ese
desvío? se pasó con brusquedad las manos por el rostro e hizo ademán de levantarse―.
¿Sabes qué? Hacer esto no sirve de nada. Dejaste las cosas claras hace unos días y esto
no tiene sentido, así que vete. 30
La mano torpe de Taehyung tomó al hombre del brazo y lo haló hacia abajo,
obligándole a agacharse de nuevo. Antes de que Jungkook se quejara, Taehyung
exclamó:
Fanfic
―Ya, ¿qué? ¿qué es eso tan importante que quieres decir? ―cuestionó, con la
respiración pesada. A punto, realmente a punto de perder la paciencia.1
―Realmente te detesto...189
―No puede ser. ―le interrumpió Jungkook, con sus manos haciendo presión en sus
sienes―. Eres-Eres... jodidamente demasiado... ¡me tienes hart-
La protesta de Jungkook fue callada cuando Taehyung, siendo ahora incapaz de reprimir
lo que había estado sintiendo las últimas horas, se abalanzó sobre Jungkook para unir
sus labios con los ajenos. Sus manos, temblorosas desde que habían tocado la puerta, se
ajustaron en la mandíbula del hombre en su viaje a su cabello, para enredar sus dedos y
tirar de él para que ni un centímetro los separar. Ignoró el respingo de sorpresa que
soltó Jungkook en sus labios. Ignoró su resistencia inicial. 9
Así que no le importó, no en ese momento, el volver Jungkook el testigo del nacer de sus
debilidades. Debilidades que ya no sabía cómo controlar. 1
Iban a hundirlo.
Fanfic
Capítulo 35
El reloj marcó las 2:10 de la madrugada.1
La razón lloraba desconsolada al contemplarlos. Maldita sea. ¿cómo era que él había
llegado a esto?2
El detonante había surgido cuando Ha Neul le había hecho hablar sobre Jungkook. Jeon
Jungkook. El imbécil que detestaba. Su mente había comenzado a divagar demasiado,
sus sentidos se habían atrofiado con el alcohol, y su cordura se había drenado como si
intentara retener agua con las manos. En definitiva, el alcohol no se llevaba con la toma
de decisiones. En definitiva, el alcohol no se llevaba con las convicciones de su
pesimismo.
Porque ahora se encontraba allí, llevado por únicamente por su instinto. Ignorando la
lejana vocecita de su cabeza que le repetía lo mal que estaba esto, lo enojado y
avergonzado que estaría al día siguiente. Ignorando el orgullo que, magullado desde el
suelo, rogaba por piedad a su dueño.6
Fanfic
Por el otro lado, Jeon Jungkook sentía la rigidez acumularse en cada músculo de su
cuerpo, mientras más lo sentía encima. Todo había pasado demasiado rápido, y digerirlo
tenía su mente paralizada. El hecho de que el insolente llegara borracho, le insultara y
ahora le chupara y mordiera los labios estaba causando estragos que no entendía. Pensó
que se había acostumbrado a la montaña rusa que suponía estar cerca del chico, pero su
corta ausencia quizá le había afectado la cabeza más de lo que pensó.
Aún seguía enojado. Claro que sí. Aún residía rencoroso por la decisión que había
tomado Taehyung hacía días. ¿Cómo se atrevía? Lo pararía, detendría aquellos besos tan
obscenos, detendría aquellos ligeros gemidos que soltaba, lo detendría y lo alejaría
como castigo por lo descarado que había sido con él.35
Claro, todas esas cosas pasaron por su cabeza. Pero nada de eso fue recibido por su
cuerpo, que inevitablemente encendido por ser el centro de su necesidad, permitió por
fin fluir y comenzar a corresponder del beso, tomar el control de él.
Porque aunque siguiera desquiciado, aquel idiota presionaba los botones correctos en él.
Siempre lo hacía. Y joder, ¿cómo podía no disfrutar el hecho de que, contrario a las
palabras tan seguras que había dicho esa noche por teléfono, ahora viniera a buscar su
atención? Todo su interior se revolvía de emoción y excitación por la escena del chico.
Por ser ese desastre débil y tentativo para él. Sólo para él.3
Fanfic
Siempre lo era. Y en el fondo, buscaba sus castigos merecidos. Ya estaba claro para
Jungkook.
Así que en vez de detenerlo por tontos caprichos para pedir explicaciones, lo dejó
continuar. Porque de esa forma, ganaba él.14
Un gemido bajo salió de la boca de Taehyung cuando Jungkook le tomó fuerte de las
mejillas para corresponder su beso. Los dedos de Taehyung, picosos de añoro, se
enredaron en el cabello de Jungkook, para acercarlo más a él de un tirón, prácticamente
dejándole encima de su cuerpo, cubriéndole. El pelinegro se abrió paso por la pequeña
boquita de Taehyung, acarició su lengua con suavidad, saqueando su boca. Los sonidos
y choques húmedos de la masa de sus labios aumentaron su sonoridad, y finalmente, el
frío que el cuerpo del castaño almacenaba con tristeza comenzó a disiparse y
compensarse por el arder de su libido. Una de las manos de Jungkook fue hasta el
cabello largo del chico, lo acarició antes de agarrarlo. Le dio una vuelta en su puño, y
comenzando a morder su labio inferior tiró de las hebras para alejarlo.4
El sollozo de Taehyung fue música para los oídos de Jungkook, que sonrió contra su
boca, feliz. Feliz de tenerlo de vuelta.
Ahora sí que no lo dejaría ir. Taehyung se había delatado a sí mismo, y era suficiente para
hacerlo quedar. Ya no tenía que limitarse.
―Tus intentos de orgullo me resultan tiernos. ―musitó Jungkook contra su boca, una
vez recuperó el aliento. Lamió con suavidad el labio inferior de Taehyung, disfrutando de
Fanfic
su color en la lengua―. Sino mira cómo terminas. Que tonto. Eres un tonto. ―gruñó,
bajito, provocando así que el cuerpo contrario se estremeciera.
Taehyung, enmudecido y agitado, solo abrió sus ojos para conectarlo con los de
Jungkook. Su mirada yacía brillante y profunda, como si albergara secretos y misterios. El
pelinegro soltó el cabello del chico y acunó con ambas manos sus mejillas sonrojadas.
―Oh, vamos... ¿me obligarás a hacerte hablar? ¿o con hacerte gemir basta? ―preguntó,
llevando su pulgar hasta los labios del castaño, para así acariciarlos, disfrutando de su
creciente hinchazón. Bonito. Taehyung apenas si espabiló, demasiado ido en sus
aletargados debates mentales para poder organizar su boca y decir algo.9
Pero había algo en él que, incluso llegado a esos rincones de sus poros, lo detenía. Quizá
el poco sentido común que el alcohol no había logrado desvanecer todavía. Quizá el
color hipnotizante de sus ojos, no estaba seguro.
―Ah... ¿estamos jugando a la ley del silencio? Está bien... ―musitó, acercándose a su
oído, para morder su lóbulo, desvergonzado, y chuparlo―. Veremos quién deja de estar
callado primero. Si gano, me dejarás follar esa boca insolente que tienes.110
Las manos de Jungkook, dispuestas a hacer perder a Taehyung, le quitaron el abrigo con
agilidad. Su boca, pegada a su piel, bajó hasta su cuello, y disfrutando del fuerte aroma a
café proveniente de aquella zona, comenzó a chupar.
Los dedos de Taehyung se aferraron a los hombros del pelinegro, y su boca, cada vez
abriéndose más, pareció tener vida propia. Cerró y apretó los ojos. Las manos de
Jungkook se deslizaron bajo su camisa, las yemas cálidas contra su piel helada y con
ternura, curiosamente, comenzó a jugar con sus pezones.
Así que, con el vello erizado por los besos húmedos y mordiscos en el cuello, y con los
pezones ya adoloridos: gimió.
Casi sonrió con Jungkook cuando el hombre, riendo bajo y de forma maliciosa se alejó
para mirarlo. Contempló sus ojos brillantes por hacerlo perder, por someterlo. ¿Por qué
se veía irresistible incluso así? Rayos, tenía la mente jodida.30
Desgraciado.
―Levántate. ―ordenó, y Taehyung siguió sus palabras con las piernas temblorosas.
Jungkook bajó ligeramente la cabeza para verlo mejor, entornando la mirada en su
existencia―. Ahora quítate la ropa. ―musitó, dejándole un beso corto en los labios.23
Fanfic
―Entre mis piernas, mejillitas. ―dijo, esbozando una sonrisa socarrona, soltándolo. Sus
ojos aún infinitamente brillantes en su oscuridad―. Ahora.24
Taehyung tragó saliva, y se arrodilló como Jungkook lo había pedido. Levantó la mirada
hasta el hombre, que removiéndose para estar más cerca de él, tomó su cabeza con una
de sus palmas. Taehyung, sonrojándose, se quedó quieto contra su toque, trabándose
una vez en los luceros fulminantes que le devolvían la mirada. Jungkook sonrió un poco
más, acariciando su cabello, como un perrito.9
recostados en sus muslos, y de nuevo, sus mechones rebeldes bajaron hasta su rostro,
tapándolo.5
Joder, que no iba a lograr esperar tanto. Imaginar aquella cálida y húmeda calidad
rodeándole era demasiado sólo para ser una estimulación mental. Lo quería ahora, en
ese mismo segundo.
Jungkook ladeó su cabeza y sonrió levemente, sin dejar de mirarle la boca. Taehyung
volvió a acomodarse, y con sus manos un poco menos inseguras, tomó la erección de
Jungkook y la acomodó en sus manos. Su propio miembro comenzó a palpitar. Lo
recorrió con torpeza, acariciando su longitud, familiarizándose con él.2
Fanfic
Fue entonces que abrió su boca, como un pequeño niño a punto de probar una paleta, e
introdujo todo lo que pudo de su miembro, hasta que la punta chocó con su garganta.
Un fuerte jadeo abandonó los labios de Jungkook, que aún mirándolo fijamente, se
aferró de nuevo a su cabeza, sus dedos invadiendo su cuero cabelludo.42
Aquella cálida cavidad lo recibió justo como había deseado. La humedad y la calidez de
su lengua fue precisa.
Taehyung chupó por toda la longitud, e introduciendo todo de una vez hasta donde su
garganta lo permitió, gimió bajito, incapaz de respirar. Quizás fue el gemido, quizás fue
porque Jungkook tocó su garganta, pero finalmente; le arrancó un gemido. Bajo. Grave,
pero jodidamente potente a la erección dolorida de Taehyung, que goteando, rogó por
su saciedad.4
Fanfic
Sus oídos no debieron endulzarse tanto con aquella reacción del pelinegro. Porque
ahora, un poco más entusiasmado, aumentó la rapidez de sus movimientos. Más. Más.
Dame más, gime más. Chupó con fuerza e intenso, saboreando a veces la punta, jugando
con su lengua, volviéndose un desastre de calor, carmín y saliva.33
Dios, amaba tener su mirada encima. Amaba sus caricias persistentes en la cabeza.
Amaba sentirlo dentro de su boca, pero lo quería más fuerte. Lo miró con ojitos vidriosos
y extasiados, rogando con la mirada, provocando ahora un gemido más alto en
Jungkook. Su corazón latió contento. Te quiero. Te quiero. Te quiero. Y Jungkook,
sofocándose por su propia oleada de calor, lo soltó para pasarse las manos por el
cabello, abrumado. Se mordió con fuerza la lengua, siendo incapaz de despegar los ojos
de ese gran espectáculo.49
¿Cómo era que Taehyung podía verse tan inocente y tierno mientras chupaba su
miembro de forma tan obscena?
Joder, ya no lo aguantaba.
Jungkook lo miró fijo, Taehyung correspondió, sus ojitos aguados por la intensidad. Y en
el pequeño instante antes del desastre, Jungkook le sonrió, acariciando su mejilla.
Taehyung gimió entrecortado. ―Que lindo eres.23
Jungkook gruñó entre sus gemidos, sus caderas manteniendo el ritmo seco y tenaz. Con
los gemiditos de Taehyung repercutiendo en su miembro y sus hermosas perlas visuales,
sintió que no duraría mucho.4
Lo evadió por un momento. Aquella intensidad estaba volviéndolo loco. Tomó al chico
por sus mejillas, y totalmente ido, continuó y continuó. Gimoteando el nombre de
Taehyung, gruñendo hasta desgarrar su garganta, y estremeciéndose en la hermosa
carita del chico.25
Sin embargo, se convenció de que era mejor parar, la pequeña voz en su cabeza
debatiendo entre correrse en su garganta, o follarlo de nuevo, cediendo al hecho de que
no quería que terminara tan pronto. Taehyung había vuelto a él, sólo para él. Merecía
una recompensa. Merecía correrse porque Jungkook estuviera dentro suyo.
Así que lo tomó del cabello y lo alejó de golpe, dejando del chico un hilo de saliva desde
su punta enrojecida hasta su boca. Ambos, con la respiración agitada, se detuvieron y se
observaron, después de estar perdidos en el otro.6
Los ojos de Taehyung seguían brillantes. Casi podía reflejarse en ellos. Lo vio agitado, su
mano temblando de masturbarse. La suya propia viajó y acarició su mentón. Rio de
nuevo. En particular, ese día estaba feliz―. Buen trabajo, mejillitas. Me dejas atónito.
Fanfic
Los ojitos de ángel de Taehyung se hicieron más grandes. Jungkook quiso besarle el
rostro.23
No tardó mucho hasta que volvió. Jungkook recibió lo que había pedido, se puso el
condón y volvió a mirar a Taehyung.
―Está bien, mejillitas. ― musitó, con el cabello algo desordenado, ya a ese punto
haciendo caso omiso a todos los tipos de desastre―. Móntame.277
Los ojos de Taehyung parecieron platos. ¿Por qué parecía todo avergonzado después de
ser usado por su boca? Rio sin aliento.
―Ven aquí. ―ordenó, y cuando Taehyung se acercó, lo ayudó a acomodarse sobre sus
muslos. El chico no parecía querer despegar la mirada de Jungkook, que embadurnando
sus dedos con lubricante, se dispuso a dilatarlo.
Cuando el primer dígito se abrió paso por el interior de Taehyung, sus manos se
levantaron con la necesidad de aferrarse para lo que venía. Gimió apretando los labios, y
rodeó con los brazos la nuca de Jungkook. Cerró los ojos, contra él.
Taehyung se sintió de repente vacío. La mano que lo azotó, caliente por la fricción le
tomó del mentón.
―Abre los ojos, Taehyung. ―exclamó Jungkook, y cuando el castaño obedeció, musitó,
para ambos―. No quiero que los cierres en ningún momento, ¿entendido?
―Bien, es tu turno.
Lloriqueó de placer, sus piernas temblando. Su próstata mimada por su vaivén y sus ojos
ardiendo por permanecer abiertos, incapaces de separarse de los de Jungkook.
Fanfic
Su mirada era tan intensa, que provocaba un gran enredo confuso en el interior de
Taehyung. Se sentía más desnudo de lo que estaba. Joder, ¿cómo podía pasar esto?2
Se besaron, sin dejar de mirarse, gimiendo en la boca del otro. Y perdieron el control.11
Las estocadas fueron descoordinadas y cada vez más rápidas. El sonido de las pieles
chocando se volvió conjunto con los gemidos, y ambos, sobre-estimulados a ese punto,
se sintieron cerca de colapsar en el clímax.
No había transcurrido tanto como para dejar pasar el orgasmo, pero había algo en el
hecho de que se miraban, que provocaba que todo se sintiera el doble. Los ojos de
Taehyung se llenaron de lágrimas, bajando y subiendo su cuerpo con descontrol,
mordiendo con fuerza su labio, sintiéndose cerca de la cúspide del mundo enredado en
los brazos de Jungkook.2
Las manos de Taehyung halaron el cabello de Jungkook, el contrario con sus dedos
enterrándose en la piel de su cintura. Ambos siguieron, perdidos en los ojos del otro,
cediendo a las sensaciones. Una y otra, y otra, y otra, y otra vez.
Ninguno de los dos supo cómo fue que terminaron tirado en el sofá. Taehyung encima
de Jungkook, con sus cuerpos demasiado idos y agotados. Ninguno de los dos supo
cómo fue que cayeron dormidos.25
Sus cuerpos parecían tener aquella conexión indescifrable que los sacaba por completo
de sus cabezas.1
Y los unían.
Capítulo 36
Hace frío.76
El cuerpo de Taehyung se removió, desnudo contra la tela del lugar donde yacía
recostado, cada vez estando más acurrucado, y más encogido en sí mismo por el frío. No
había dormido mucho en toda la noche, y esto no le ayudaba en lo absoluto. Tenía que
dormir, recuperar fuerzas, y no se sentía con ganas de levantarse a buscar abrigo. Quiso
soltar un quejido cual infante, no recordando dónde se encontraba.
Fue entonces que sintió algo cálido y felpudo siendo puesto con cuidado sobre él. La
deliciosa sensación no le permitió evitar soltar un suspiro aún estando medio dormido, y
agarró la manta con las manos, como regalo del cielo, para cubrirse por completo y así
seguir durmiendo.
Pero la mitad de su cerebro que fue consciente a la realidad, se dio cuenta de que algo
no cuadraba.7
Inhaló profundamente. La tela olía a un suavizante diferente al que solía usar lavando la
ropa. ¿Dónde estaba? La incertidumbre hizo juegos en su estómago lo suficientemente
fuertes como para hacerlo abrir los ojos. Se dio cuenta de que estaba recostado en su
costado, y que no sentía nada cubriendo su piel a parte de la manta.22
Estaba desnudo.
Su corazón se sobresaltó cuando su cabeza logró orientarse. Un fuerte dolor cruzó por
sus sienes. No puede ser...
Fanfic
La casa de Jungkook.7
Su cuerpo se puso tan rígido como una piedra. Ignoró por completo la erección matutina
que tenía, y tragó saliva. Agradeció haber puesto la manta encima de su cabeza y así no
lograr mirar el lugar, o a la persona que había allí y momentos antes le había abrigado.2
Llevó las manos a su boca lentamente, aún algo perplejo por las imágenes poco claras
que le mostraban sus recuerdos. Ni siquiera los síntomas de la creciente resaca que tenía
lograron impactarlo más, ¿en realidad había ido hasta ahí? ¿en realidad se había lanzado
a él como todo un necesitado?27
Él...1
Dios mío.1
En su pecho chocó la vergüenza. Que poco auto-control, que gran descuido, que
lío. ¿Cómo había podido...? ¿Cómo sus sentimientos le habían jugado así? Taehyung
sabía, claro que sabía. Lo que su actitud de la noche anterior decía de él, lo que
significaba.2
Que a pesar de todos los problemas que él, de todas las discusiones y lo enojado que
decía estar: aún lo quería. Lo deseaba.11
Su inconsciencia lo había admitido por él. Una calidez abrumadora subió hasta sus
mejillas.
Fanfic
Que la jodida tierra lo tragara. Que un gigante agujero se hiciera en el suelo y se tragara
el sofá en el que yacía recostado.
Quiso chillar por lo congestionada que se puso su dolorida cabeza. ¿Ahora qué iba a
hacer? ¿Con qué argumento iba a defenderse ahora? Había perdido, y hasta su dignidad
se había ido por la borda. Quería salir corriendo, y así no tener que decir absolutamente
nada.4
Aunque en medio de su borrachera, había estado mucho más que cerca. Si no fuera
porque el hombre le había correspondido y había tomado la iniciativa...
Pateó un poco el sofá por su pataleta mental. Y se arrepintió, ya que al hacerlo, una voz
grave y algo ronca le heló el cuerpo.1
―Y luego dices que no eres como un niño pequeño, ah... ―el corazón de Taehyung por
poco se salió de su cavidad. La voz del hombre sonaba cerca, quizá demasiado―. Sé que
estás despierto, ¿qué crees que haces, Taehyung?93
El mencionado, aún sonrojado, cerró y apretó los ojos. Bien, ahora tenía que enfrentar en
lo que se había metido. Ah, ¡pero que tonto, tonto, tonto soy!1
Empuñó la manta con sus manos, y la bajó lentamente, no realmente preparado para lo
que venía. Su pulso se aceleró, y mordió el interior de su mejilla cuando su rostro estuvo
descubierto.1
Fanfic
Una risa leve abandonó los labios de Jungkook. El cuerpo de Taehyung se estremeció.
No quiso preguntar. En realidad, no quiso pronunciar ni una sola palabra. Estaba tan
avergonzado y nervioso que ni siquiera percibió el mareo que se desataba dentro suyo
por la resaca.1
Un mohín se hizo en los labios de Jungkook, que más que divertido y fascinado por lo
que sucedía, no apartó la vista del hombre ni un segundo. Había estado ansioso los
últimos quince minutos por ver la reacción de Taehyung frente a lo que él mismo había
provocado, y ya no se quería perder nada.1
―Estás sonrojado, Taehyung. ―no evitó decir, sintiendo la satisfacción haciendo juegos
en su pecho. Quiso reír cuando el chico soltó un respingo, y haciendo una tierna carita
de preocupación con los ojos brillantes llevó la manta hasta la mitad de su nariz para
taparse las mejillas. Joder, quería besarlo y morderlo, lucía condenadamente adorable.79
El interior de Taehyung se volcó. Ah, ¿por qué tenían que pasarle estas cosas?1
compadecerse por algo que por su estupidez se había ganado, se volvió hacia el
pelinegro.
Jungkook, aún como espectador al cual le cesó la risa, soltó la taza de un golpe y se
acercó hasta él para tomarlo del mentón con una mano, y con la otra sostener su
espalda.95
―Hey, ¿qué te ocurre? ―preguntó, ahora inquieto por aquel tambaleo con el que se
había levantado. ¿Qué había mal con él? la mirada del castaño tardó en enfocarse en el
rostro de Jungkook, y cuando lo hizo, frunció el ceño aspirando profundo.1
Pero, ¿y esto?
Cuando la cabeza de Taehyung volvió a la tierra, pudo bajar las manos y respirar
profundo. Joder, se sentía peor de lo que pensó. Se arropó bien las piernas y todo lo que
no se debía ver, y subió la vista hasta el hombre que lo observaba con una de sus cejas
alzadas.
Jungkook, con la taza a su lado, respiró profundo y se cruzó de brazos. La diversión que
sentía se había esfumado por completo. Ya no deseaba jugar, ya ni siquiera deseaba
aprovecharse. Aquella actitud en Taehyung no lo dejaba. Se sintió al borde de una
discusión, como siempre que estaba conscientemente a su alrededor. Así que ya no valía
la pena.
―¿Cómo se supone que te estoy mirando? ¿Por qué de repente estás a la defensiva?
―preguntó, no evitando que su tono de voz sonara algo alterado. Taehyung ―y no era
secreto para nadie―, lograba alterarlo de las formas más mínimas y que en algún
momento más racional no habrían logrado afectarle. Era algo desquiciante.
―¿Por qué tú me hablas así? ―contraatacó Jungkook, empuñando las manos en sus
costados.10
―¡Por supuesto que sí! ―respondió Jungkook, alzando la voz. Intentó frenarse, pero fue
inútil. Taehyung era todo lo que no le gustaba, maldición. Todo aquel rencor, toda
aquella impotencia que había sentido los últimos días y todo el enfado salieron a flote
quizá de la manera equivocada―. ¡Tú lo comenzaste!
Las cejas de Taehyung se alzaron, y exhaló con fuerza, algo más que indignado por lo
que decía.
El hombre le interrumpió.1
―No me refiero a eso, ¡lo comenzaste desde que diste un paso dentro del
departamento después de haberme dicho que no querías nada!1
Taehyung soltó un respingo, ahora con los ojos como platos, y con el carmesí
volviéndose a instalar en sus mejillas. Pensó que podría desviar el tema, sintió que lo
había logrado por unos segundos.1
Pero claro, ¿cómo pensó que Jungkook iba a dejarlo pasar? era obvio que las cosas
necesitaban una aclaración.
Joder, de verdad, ¿cómo era que había terminado así? ¿qué había pasado con la época
en la que ni siquiera quería cerca al hombre y se enfadaba cada vez que ponía un pie
dentro en el café? En definitiva, tenía una vida realmente extraña.
Cerró la boca y la apretó. Jungkook lo miraba con rabia, sus ojos oscuros y turbios. Había
un músculo de su mandíbula que palpitaba sin parar, y parecía sólo... esperando una
respuesta.
Sin embargo, la vergüenza hizo más en su estómago. No quería decirlo, no quería decirle
la razón por la cual había caminado más de quince calles por llegar a por él. No quería
decir que jodidamente quería que lo tocara, y que no le importaba nada de lo que había
Fanfic
Bajó la mirada, y con manos temblorosas enrolló la manta en toda su cintura para así
levantarse.
―Dame mi ropa, me iré. ―exigió, con la voz temblorosa. Buscó con la mirada su ropa
por toda la sala. No podía ser que la pusiera a lavar de nuevo, ¿o sí?2
―Taehyung. ―le llamó Jungkook, severo, y acercándose a él. Cuando Taehyung pudo
verlo hacerlo, retrocedió.
―¿Por qué rayos estás huyendo? ―cuestionó Jungkook, sin detenerse. El corazón de
Taehyung martilló con fuerza. 5
―Taehyung...1
Sin embargo, eso sólo logró que el agarre del pelinegro se afianzara alrededor suyo.
―S-Suéltame.
―Taehyung.
Fanfic
―¡Déjame y-
Jungkook acortó la distancia con rapidez y besó a Taehyung para callarlo. El castaño,
pasmado, fue incapaz de cerrar los ojos, o siquiera moverse. Parpadeó, sintiendo el latir
desenfrenado de su corazón, y quiso abofetearse a sí mismo para disipar la congestión
de pensamientos que tenía. ¿Qué sucedía? ¿Por qué no podía llegar a un consenso con
su cabeza?28
Porque no quería irse. Eso era obvio. Sin embargo, su orgullo chillaba cada vez que lo
admitía bajo su escrutinio. El miedo presionaba, la vergüenza también. ¿No podía
dejarlo en paz? ¿No podía sólo dejarlo solo hasta que lograra aclarar su cabeza? jadeó
cuando el hombre se alejó.
―Relájate.1
Taehyung, cerrando la boca y apretando los labios, lo miró, atónito. Una de las manos de
Jungkook llegó hasta su mejilla y la acunó.
―¿De qué estás escapando? ―le preguntó, bajito. La calidez de la palma de Jungkook
provocó un cosquilleo en su estómago―. Respira.98
Taehyung entonces se dio cuenta de que había retenido el aire, así que lo dejó salir por
su nariz, de forma lenta. El aroma a menta que desprendía el hombre se le enredó en las
fosas nasales, y reguló su calma, mirándole fijamente.
―Lamento haberme alterado hace un momento. ―musitó, notando vidriosos los ojos
del chico, y pensando que ceder en ese momento era lo más apropiado. No sabía qué
fibras estaba moviendo en Taehyung―. Te daré tu ropa y tus cosas si quieres irte, ¿está
bien? ―dijo, rindiéndose. No entendía ni en lo más mínimo lo que le pasaba, pero no
quería empeorar nada. ¿Ya para qué, igualmente? ya lo había rechazado una vez. No
necesitaba dos. Soltó al chico y se alejó de él con lentitud.75
Jungkook suspiró y apretó los dientes. ¿Qué más podía hacer ahora? cuando esta actitud
aparecía en el castaño, se envolvía en una gran muralla que no comprendía. No
encontraba una mejor idea que alejarse. Un peso se le formó en la base del estómago,
queriendo preguntar, queriendo entender. Pero no dijo una sola palabra más.8
Suspiró. Bien, que bueno. Que bien. Él funcionaba mejor por su cuenta.
―No. ―le oyó musitar. Y se dio la vuelta, algo desconcertado. El chico estaba cabizbajo,
y de nuevo sonrojado.5
Jungkook sólo parpadeó rápido, queriendo hacer totalmente real aquella imagen. Sus
ojos tatuándose en los poros de su rostro.
Capítulo 37
―No tienes que estar evitándome todo el tiempo, ¿sabes?17
Taehyung, que iba caminando con varios pasos de ventaja, sintió su cuerpo ponerse
rígido y su corazón dar un brinco al escucharlo. La brisa levemente más fría de finales de
otoño le golpeó el rostro y llevó su cabello hacia atrás. Inhaló hondo y fijó su mirada al
frente mientras seguía caminando.
―No estoy evitándote, Jungkook. ―respondió, simulando y fallando una faceta firme. El
mencionado, que caminaba a su lado y le miraba querer aventajarse hacia adelante.
Quiso reír por la actitud avergonzada que adoptaba el hombre después de todo lo que
habían hablado en su apartamento. Era tierno. Quizá había sido algo extraño, y quizá
demasiado profundo para lo poco que se conocían ambos; pero no era necesario que
actuara tan distante.26
Bajó la mirada para evitar pisar una grieta de la acera y devolvió la mirada hacia el joven
de cabellos castaños que caminaba de forma apurada, vestido con su uniforme y no tan
desaliñado como de costumbre gracias a su propia intervención en el momento de
arreglarse, y alzó una de las comisuras de su boca.3
―Entonces mírame. ―retó Jungkook, metiendo sus manos en los bolsillos de sus jeans.
Observó como la boca de Taehyung se fruncía, a medias. 6
―Estamos caminando, tengo que llegar a trabajar, no puedo mirarte ahora. ―intentó
excusarse, sabiendo que en realidad no tenía prisa. Iba con tiempo de sobra, Jungkook le
había recordado la hora las veces suficientes antes de salir.
Fanfic
―Estás evadiéndome.
―Ya te estoy mirando, ¿feliz? No estoy evadiéndote. ―exclamó, irritado, intentando que
la timidez de su pecho no se le esparciera dentro desatando así el rubor de sus mejillas
que tanto se había tardado en desvanecer desde que había salido del apartamento del
pelinegro. Jungkook ladeó un poco su cabeza esbozando una sonrisa confiada, lo que
hizo a Taehyung rodear los ojos oon fastidio. Reanudó su caminata. 3
Jeon Jungkook miró a su alrededor, cauteloso, y esperando a que los pocos transeúntes
avanzaran y se alejaran, atrajo al chico hacia él; haciéndole soltar un respingo.
Sus cuerpos chocaron. Sus manos ágiles acunaron las mejillas del castaño con una
suavidad perturbadora. 62
Taehyung a penas si espabiló, jadeando, con sus abultadas mejillas enrojeciéndose sin
vergüenza.
―Jungkook...
Esta vez era con sus mejillas. Soltó un pequeño quejido por la molestia que se extendió
por su mandíbula, sintiendo sus mejillas arder en carmesí, y no pudiendo evitarlo cuando
aquello lo hizo calentarse hacia el sur. 3
―S-Sí.
―¿Sí qué?
''Sí, papi''121
Fanfic
No, él no iba a decir algo como eso. Por mucho que lo tentara, por mucho que lo
excitara. No dejaba de ser extraño.35
Y si había al menos una cosa acordada con Jungkook ―esta vez en serio, además de
ninguna marca fácilmente visible―, era que en ese aspecto aún no iba a ceder.
No estaba listo.
Jungkook, por su parte, caminó detrás de él con sus convicciones encendidas a la par de
su libido.
[♦♦♦]
Estando ya fuera del café, Taehyung abrió la puerta, y la sostuvo con el brazo esperando
que Jungkook pasara.
―¿Te quedarás ahí? ―preguntó. Jungkook se mordió ambos labios antes de apoyarse
en sus talones y asentir con la cabeza. El ceño de Taehyung se frunció―. ¿Por qué?
Lo sé, estúpido. ¿No comerás algo? ¿Le llamas a eso perder el tiempo? Un extraño rebote
se hizo en su pecho, sintiendo el desprecio subirle por la garganta. Sonrió falsamente
mientras alzaba una de sus cejas.
Cuando aquella expresión abandonó la boca de Taehyung de forma tan altanera, la ceja
de Jungkook fue la que se alzó, no pareciendo para nada feliz. Sus ojos se trabaron en el
ceño fruncido que se hizo sobre su falsa sonrisa.
―Vuelve seguro. ―dijo, ahora más bajito, y queriendo solo internarse en el café.
Jungkook desvaneció su seriedad en una carcajada, no ajeno a su debate mental.
Levantó su mano izquierda para despedirse. 50
Todo habría transcurrido de una forma normal si Taehyung no hubiera notado algo
extraño. Levantó su mano, correspondiendo, pero se detuvo a medias, entrecerrando los
ojos.
Estaba sangrando. 27
No fue muy consciente de sus acciones, cuando Jungkook se dio la vuelta para irse y se
deslizó de golpe hacia él.
―¡E-Espera un poco!
Fanfic
Jungkook entonces se detuvo, extrañado, y se dio la vuelta hacia el chico que lo miraba
con un sutil brillo de preocupación en sus orbes. Se sobresaltó cuando el chico le tomó
de la mano.
Jungkook tragó saliva, recordando algo. Recordando, más bien a sí mismo, hace un
tiempo cuando se lavaba las manos y se había notado unas pequeñas cortaditas en las
manos.12
Pero sangrar ya era demasiado. ¿Qué rayos sucedía? ¿Por qué parecía tan lastimado?
Eran las mismas cortaditas de antes, pero estas estaban más esparcidas por su mano y
ardían en el rojo profundo de su carne. 2
―No... ésto no parece una herida común... ―musitó Taehyung, aún sosteniendo su
mano y analizándola. La invasión a su espacio y a su piel lo puso demasiado nervioso.
Apartó la mano de su toque, de un tirón.
―¿Dermatitis?
―Sí, bueno... es una enfermedad en la piel. Mi padre la tiene en los dedos, es una
reacción alérgica al polvo. Su piel se reseca hasta que se agrieta y sangra. Pero si tú... no
eres alérgico a nada, ¿por qué lo tendrías?15
Ambos hombres se miraron. Jungkook metió sus manos en los bolsillos. Basta.
Y dicho aquello, comenzó a alejarse. Pasó del hombre sin tocarlo o mirarlo de nuevo, y
abrió la puerta del café. El usual sonido de la campanita lo recibió.
―Gracias por la preocupación, mejillitas. ―le oyó decir al pelinegro. Se dio la vuelta de
un golpe hacia él con las manos en las mejillas. Joder, ¿qué le pasaba a su cuerpo? ¿no
podía controlar sus sonrojos? 33
―Te recogeré al anochecer. ―afirmó. Y con la misma rapidez que soltó aquellas
palabras, se alejó caminando con naturalidad. Antes de Taehyung lo asimilara, o siquiera
protestara.3
Taehyung a penas si espabiló, y entró a paso pesado al café luego de perder la silueta de
Jungkook en la calle.
[Flashback]
―Necesito que me lo digas. Muéstrame los dedos. ―pidió Kim Seokjin, todo
deslumbrante y destilando vitalidad con su cabello bien peinado, su barba cuidada y
pulida, vestido con una camisa gris y unos pantalones negros de chándal. Era increíble
que un ser humado pudiera verse tan bien de esa forma tan sencilla. Los rayos de sol
parecían colarse en la ventana más por querer tocarle la piel y apoyar el brillo natural
con el que iluminaba la habitación. Tenía en frente a aquel pequeño vecinito suyo rubio y
cerrado, que con la mirada casi atascada en el cuaderno de la mesa, no parecía querer
estar allí. Nunca lo parecía, pero siempre era él quien hacía que su mamá lo llamara―.
¿Cuánto es dos más seis? Imagina que tienes seis caramelos y te regalo otros dos,
¿cuántas tendrías en total, Chung Hee?61
El rubio, tenso por sentir la mirada del hombre encima, se esforzó por pensar en una
respuesta y mostrar los números con sus dedos.
―Eso es, lo haces muy bien. Es ocho, ¡eres bueno! ¡aprenderás a restar con rapidez, ya lo
verás!
La euforia perceptible en la voz grave del hombre hizo al pequeño niño querer sonreír.
Pero antes de que sus emociones lograran ponerse de acuerdo, la puerta de la
Fanfic
habitación se abrió descubriendo a una muy preocupada mujer rubia. La madre del niño.
Seokjin la miró, dejando caer el ceño cuando la vio frotarse las manos nerviosa. 1
―Chung Hee. ―espetó, tensa. El niño la miró cortamente para que supiera que tenía su
atención―. ¿Dejaste salir a Pelusa sin comer?4
Seokjin soltó el lápiz que tenía en la mano y ladeó su cabeza, asimilando y extrayendo la
información que la madre de Chung Hee transmitía.
―¿Está todo bien, Señora Lee? ―preguntó. Dulce, incluso si sonara tan serio.
Sin embargo, ambos se dieron cuenta que había fallado cuando el niño jadeó, abriendo
los ojos y abrazándose a sí mismo. Seokjin entonces se incorporó, no logrando ignorar lo
mal que se sintió su estómago cuando el pequeño, a su lado comenzó a emanar
quejidos. No podían alterar al niño ahora, él siempre era susceptible al llanto cuando le
daba las tutorías, y hasta ahora todo había ido demasiado bien. ¿Ahora qué iba a hacer?
Posó con suavidad su mano grande y cálida en la coronilla del niño, siendo esa la única
forma en la que lo permitía tocarle. Lo acarició levemente para calmarlo.
―¿El gato? ¿De nuevo ha desaparecido? ―susurró el pelinegro, sin detener su consuelo.
La madre, palideciendo, miró a Chung Hee y miró de nuevo hacia Seok.
Seokjin inhaló profundo. Miró a Chung Hee, que respiraba forzosamente intentando
organizarse para inhalar correctamente. Lo dirigió unos minutos, junto con su madre,
para que no se hiperventilara.
Fanfic
―Yo lo buscaré. ―afirmó Seok, un rato después, alejado del niño y hablando con su
madre. La mujer intentó detenerlo, avergonzada, pero no pudo detenerlo. Era por el
bienestar de Chung Hee. Entonces fue por su abrigo, orejeras y guantes. ¿A dónde
podría ir un gato anaranjado y felpudo en pleno invierno? No hacía mucho se había
curado de una gripe. Si Taehyung se enteraba de que había salido con tremendo clima,
iba a hacerlo papilla y luego echarlo a hervir con sopa de algas. Tendría que ser
rápido. 49
Pero bueno, quería ayudar. El gato no podía simplemente desaparecer, Chung Hee
amaba a esa criatura. La necesitaba, en gran medida.
Capítulo 38
En esa, la segunda mañana en la que Kim Taehyung se encontró en el apartamento de
Jeon Jungkook, supo que había algo disfuncional o atrofiado en él. No era algo que
pudiera filtrar por sus principios. Ni siquiera era algo físico. Su cuerpo, además de
renacer en esta cualidad de impulsivo, ahora estaba mandando deseos extraños a su
cabeza.
Sintió los ojos ajenos en su frente. Quizás sonaba obstinado, ilógico. Pero era cierto.
Porque él, como cualquier persona cuerda, la noche anterior debería haber insistido en
irse y esforzarse en olvidar que había llegado a sus brazos, embriagado más de deseo
que de licor. Tenía que hacerlo, y su razón no tenía alguna variable como para dudar de
su opinión. Había sido él, inicialmente, quien había impuesto la distancia entre ellos.
Pero ahora sostenía al hombre del brazo, cabizbajo, con su corazón latiendo desbocado
y sus mejillas ardiendo por aquellas palabras que había acabado de pronunciar bajo la
mirada del pelinegro contrario.
Cerró los ojos y los apretó, su mano seguía firme y agarrada contra el hombre. No
parecía querer soltarlo, aunque su mente rogara porque lo hiciera. Habían tantas cosas
cruzando por su cabeza, tantas cosas que le enredaban y lo ahogaban, que su cuerpo se
paralizaba entre la lucha interna. No quería moverse, y estaba seguro de que no podría
hablar.
Fanfic
Dios, ¿no podía sólo apagar su cabeza? Quería explotar. Quería jodidamente hacerlo. 4
Porque él no debería hacer esto, este acuerdo. Era más que obvio que no podía predecir
en dónde iban a terminar si comenzaban. Ellos aún no se llevaban bien, ¿se dedicarían
simplemente a saciarse en gustos tortuosos y miradas hostiles?
¿Cómo podía compartir algo tan íntimo como el sexo con alguien que no dudaba en
insultarlo, hacerle daño y tenía esta extraña afición por corregirlo?
Sí. Estaba mal. Sentía que su cabeza estaba mal. Pero joder, ¿cómo podía la tentación
estar tirando al lado de hacerle olvidar eso? No era un secreto para él que lo que
comenzaba mal, terminaba mal. Ellos ya habían roto demasiadas reglas. Ya habían
caminado mucho más allá de la línea. ¿Qué pretendían?
Miró su mano agarrada a Jungkook, su piel lechosa y su brazo fuerte contra las yemas de
sus dedos. ¿Por qué incluso ahora lo quería? ¿Por qué de solo mirar algo tan banal como
su brazo su mente divagaba con ellas sobre su cintura, halando su cabello y alrededor de
su cuello?
—¿Podrías explicarte? —preguntó Jungkook, de vuelta al mundo real, quizá más severo
de lo que pretendía. El silencio del último minuto se estaba volviendo insoportable. Todo
esto le resultaba tan desconcertante, que ya sentía el peso de la incertidumbre sofocarle
el pecho. Todo era demasiado confuso para no desesperarse por respuestas. El resto de
sus emociones permanecerían aturdidas hasta que pudiera devolverles su hilo
conductor.
Deseaba más que nada entender al hombre ahora. Sólo eso. Lo miró fijo. ¿Era tan difícil?
Taehyung abrió un poco los ojos, todavía mirando el suelo. Un poco harto con su
cabeza, harto de sí mismo. Queriendo solamente dejarse caer y dejar de pensar. ¿No
podía sólo dejarse ir?
Fue así que la ansiedad de salir de aquel nudo de inseguridad le impulsó la valentía en su
pecho. Miró a Jungkook, firme, como un soldado, empuñando sus manos.
A la mierda. Iba a correr el riesgo. ¿Le asustaba que doliera cuando era consciente?
podría vivir con eso. De por sí se movía por el mundo medio-vivo. ¿Y ahora se asustaba
por el dolor?
O eso pensó. 1
—No quiero irme. —quizás reafirmarlo no debería sentirse tan bien, pero lo hizo. Bajo el
escrutinio duro de Jungkook, no supo qué criatura renacía frente a sus ojos, por él y para
él—. Y tampoco quiero romper el acuerdo.3
Jungkook amplió sus ojos, su pulso acelerándose con violencia y llevando todo tipo de
palabras a su cabeza. Antes de que lograra arreglar palabras en su cabeza para decirlas,
Taehyung continuó hablando:
Fanfic
—No entiendo ni una décima parte de mi cabeza en este momento. Nunca lo hago
cuando estás cerca. —confesó, aumentando la fuerza ejercida en sus puños—. Y aunque
he intentado dimensionarlo, sopesarlo, pensarlo... no sé qué rayos pasará conmigo si me
quedo. Pero quiero hacerlo. —declaró, quizá tan atontado que no asimilaba la
información que salía de su boca. Estaba siendo sincero, sobre esto que había estado
atormentándole por más tiempo del que quería admitir. ¿Servía de algo mentir si sus
límites permanecían difusos?3
Aquella brutal honestidad dejó perplejo a Jungkook. ¿Por qué se sorprendía? ¿Porque
finalmente hablara claro? No.6
Porque era la primera vez que lo oía hablando desde su sentir. Sí, era eso. 1
—Porque una parte de mí necesita esto. —continuó Taehyung, enterrando sus uñas en
las palmas de sus manos—. Una parte mía necesita de este comportamiento tuyo para
olvidar el resto de cosas miserables que me quedan. No me importa el dolor al que me
sometas, o lo que quieras hacerme; si me llevas a ese punto, estará bien. Quizá fue por
eso que te busqué anoche. Es por eso que quiero que me toques ahora. Pero no es
como si dijera que tienes que hacerte cargo de mí, no. Además de esto, no quiero otra
cosa de ti porque eres un imbécil. —Jungkook sintió ganas de reír. Genuino y luminoso.
Demasiado tétrico para su gusto—. Sólo... si seguimos con este acuerdo, respetando las
jodidas condiciones, será suficiente. Así que hazlo, por favor. Deja de ser un culo irritante
y cede por una maldita vez en tu vida. 64
¿Qué pensaría Seok si se diera cuenta de lo que el dolor había llevado a hacer a su
querido amante?135
Jungkook suspiró.
Conque esto era lo que pasaba en realidad, ¿eh? Todo lo que había dicho el chico, había
impactado directo en la ansiedad que con esfuerzo mitigó antes. Estaba aliviado por
entender mejor lo que impulsaba a Taehyung a buscar su cercanía, y una parte suya
apreciaba el esfuerzo. Porque no pensaba que admitir algo como lo que acababa de
decir fuera sencillo.1
Joder, él en verdad se sentía tan aliviado que le dio miedo. ¿Qué tan mal podía ponerse
ahora? el chico quería quedarse, su juego de control podría avanzar, y tenía su permiso
para tocarlo y hacerle todas las cosas y modificaciones que quería. Taehyung no era el
único con deseos retorcidos ansiosos de saciarse.
Ahora existía una razón que superaba cualquier intento de cordura. Los acuerdos de
beneficio mutuo eran los mejores.
Esbozó una sonrisa ligera, y con las manos se peinó el cabello hacia atrás. Taehyung lo
miraba con ojitos brillantes, y contrario a como estaba hace un rato, su piel se veía ahora
Fanfic
pálida y su semblante temeroso. Jungkook se pasó la lengua por el labio inferior e irguió
su espalda, para levantar su mentón y construir de nuevo su prepotencia.
—Ven aquí.113
—Que buen saludo, Yoongi Hyung. Estoy bien, gracias por preguntar. —exclamó Kim
Taehyung, cruzándose de brazos por encima de su abrigo, naturalmente afligido por la
actitud del peli-marrón.
El invierno había llegado finalmente, y las calles de Seúl, con el umbral del gigante
helado, se veía mucho más vacío. Todos los noticieros del país y las radios, de forma
sagrada por las mañanas, se encargaban de recordar que aquel año se presenciaba el
invierno más frío en cincuenta años. Era entendible que la gente no quisiera poner un pie
fuera de casa.
Fanfic
Ese era el caso de Yoongi, o más bien su pretexto para sus faltas todas esas semanas a su
trabajo en el café. Cuando el CEO Park había preguntado, él había dicho que "la
enfermedad de su madre a la cual tenía que cuidar todo el día del frío le había impedido
asistir, por lo cual iba a usar todo su plazo vacacional" estando la mujer en Daegu
completamente sana y cálida gracias a su buen sistema de calefacción. Y aunque fuera
algo de lo que merecía la pena reírse, la razón de fondo era lo que tornaba todo grave y
deprimente. 5
Porque Min Yoongi, después de ver la golpiza que Ji Taehyung le había dado a su
sunbae Namjoon; se había negado en salir de nuevo de su casa. Lo cual tenía a
Taehyung —Kim Taehyung—, tan preocupado que se veía en la obligación de visitarlo
diariamente.4
Yoongi tenía miedo. Tenía demasiado miedo. Porque si le había hecho tanto daño al
hombre que quería, ¿qué iba a hacerle a él si volvía a verlo? Yoongi siempre había
pensado que era fuerte, pero esto lo había doblegado por completo y con rapidez. Su
corazón permanecía intranquilo, con un nudo eterno en su garganta, ahogado de
paranoia y ansiedad dejándolo despierto por las noches. 4
¿Qué había hecho él para merecer aquella situación? ¿Por qué había tenido que toparse
con una persona como Ji? El hombre parecía estar loco. ¿Valía él lo suficiente como para
tener su constante atención? ¿A qué se aferraba?3
Mientras todas aquellas cosas se repetían sin pausa o piedad en la cabeza del peli-
marrón, Taehyung se sacudió la nieve que llevaba encima y entró al departamento para
cerrarlo con llave. Últimamente, la puerta siempre debía estar asegurada. Taehyung no
discutía.1
—¿Cómo has estado tú? —respondió Yoongi, extendiendo la mano para recibirle el
abrigo a Taehyung, el cual correspondió para entregárselo.
Fanfic
—Eso ya no funciona para evadir mis preguntas, dime cómo estás, Hyung. —espetó
Taehyung, siguiendo con la mirada al hombre mientras colgaba su abrigo en el perchero
y se volvía hacia. Yoongi se mordió los labios, al volverse, y sentir su mirada encima.
Taehyung lo miró con detenimiento, odiando distinguir las bolsas bajo sus ojos y la ligera
irritación en ellos que revelaban su agotamiento. Un peso desagradable se formó en la
base de su estómago.
Yoongi exhaló con fuerza mientras se cruzaba de brazos. Sentía ganas de vomitar, ganas
de gritar y patear todo hasta salirse de su propia piel.1
—Estoy bien.54
La voz de Yoongi sonó serena, como si validara sus palabras, pero algo en sus ojos se
quebró. Taehyung no fue ajeno a ello.
¿Acaso era fortaleza permanecer tranquilo mientras todo se caía a pedazos? ¿Acaso los
mismos pedazos, reprimidos, no eran los causantes de más heridas?
Porque Taehyung no había soportado ver tal debilidad en la mirada del hombre, y quería
dejar intactas las piezas que parecían haber amenazado en desmoronarse.2
Sin embargo, Taehyung solo acunó la cabeza del hombre contra su hombro y respiró de
forma entrecortada en su oído. 2
Las manos de Yoongi se empuñaron aún contra el pecho del castaño. En sus fosas
nasales se coló el olor a café de Taehyung.
—No sigas o voy a alterarme. Déjame ir. —pidió Yoongi, sintiendo en sus ojos
acumularse lágrimas. Las lágrimas gigantes que sólo soltaba por las noches, cuando
nadie lo veía.3
—Altérate. Está bien que te alteres... —musitó, apretándolo contra sí—. Está bien no
estar bien, Hyung.108
El vulnerable corazón de Yoongi fue despojado de sus corazas con aquellas palabras de
Taehyung. Porque habían sido las correctas. Y aunque dolía dejar que lo que había
reprimido con tanto esfuerzo saliera, también lo dejaba respirar un poco.
Y totalmente avergonzado de sí mismo, dejó que las primeras lágrimas se deslizaran por
su mejilla. Ocultó el rostro en el cuello de Taehyung, necesitando apoyarse en él sólo por
un minuto. Sólo por un segundo. 39
Sollozó.
Capítulo 39
Yendo tarde hacia el trabajo, con el uniforme mal puesto bajo un montón de abrigos y el
cabello goteando, Kim Taehyung salió de su edificio pegando el móvil a su oreja
esperando que la llamada que hacía fuera contestada. Seguramente moriría de frío por
no haber secado su cabello, pero era eso o llegar tarde. 2
Intentando buscar un bolsillo en su mochila, se dio cuenta de que había tomado el bolso
que no era. Refunfuñó mientras seguía caminando, esperando una respuesta, y cuando
al fin le contestaron, suspiró de alivio. Su aliento de hizo vapor en la fría mañana.
Su pantalón verde se mojó en la parte baja por la nieve que, a las ocho y diez de la
mañana, aún no había sido apaleada.
—¡O-Oye! ¿Cómo puedes solamente...? ¿Dónde estás? ¿Estás en el café? ¡No dejes que te
escuche!
Taehyung cruzó una intersección, con las manos algo entumecidas por el clims. El cielo
congestionado de nubes grises parecía amenazar en soltar otra tormenta, y deseaba
llegar al café antes de que se desatara.2
Fanfic
—Su padre es dueño de una gran cadena de cafeterías, ¿sabes? ¿De qué servirá una
demanda que podrá compensar con dinero que le sobra?4
Taehyung torció las comisuras de la boca, cayendo en cuenta de eso. Tenía razón. Quizá
no era la mejor idea.
—E-Está bien. —afirmó, mirando a ambos lados de una calle para cruzar. Aún faltaban
un par de calles para llegar. Trató con su plan b—. ¿Y qué tal una denuncia? Lo que hace
es prácticamente acoso, podemos pedir una orden de alejamiento o algo así.
—No quiero involucrar a Namjoon en esto. Él ha tenido suficiente con la golpiza y tener
que buscar otro trabajo. Además, ¿Cómo podemos probar que fue Ji el que lo golpeó?
Nadie estaba en el cuarto de hornos cuando sucedió. Las cámaras del local sólo llegan
hasta la cocina. 18
—P-Pero...
—No, Taehyung. ¿Piensas que no me cruzó todo eso por la cabeza? No va a funcionar.4
Fanfic
—Deja de ser tan cabeza-dura. Necesitamos ayuda. Tenemos que acudir a la policía o
algo, no puedes simplemente vivir escondiéndote. Si conseguimos la orden de
restricción...
—Si la conseguimos, ¿qué? —preguntó Yoongi, con la voz algo rota. ¿Iba a llorar?—
. ¿Cuando intente acercarse a mí sacaré el estúpido papel y se lo pondré en el rostro?
¿Piensas que un tonto trozo de papel va a detenerlo? —su voz se desvaneció en un
sollozo.10
—Yoongi...
—No, no quiero hablar más. Es la segunda que me haces llorar, sabes que odio llorar.3
—Pero, Hyung...
—¿Ah?
Y entonces le colgó. Taehyung ya estaba casi en la puerta del café para entonces. Alejó el
móvil de su oreja y se quedó mirando el anuncio de Llamada Finalizada mientras
intentaba abrir la puerta.
Sin embargo, la puerta no cedió. Taehyung guardó el móvil, y observando a través de las
vidrieras notó que el lugar seguía sin abrir.
Frunció un poco el ceño, buscando entonces las llaves del lugar en sus bolsillos.
¿Acaso Ji no había llegado? ¿Él también llegaba tarde? No podía ser, iban a meterse en
problemas. Porque desde que Namjoon no estaba, ambos se habían tenido que
encargar de hornear mientras llegaba el reemplazo, ¿cómo se permitían llegar tarde?
Se adentró al local después de abrir la puerta y darle vuelta al cartel que lo indicara
abierto. Se puso en marcha sin Ji.
Fanfic
Totalmente inocente de la presencia que le había seguido todo el camino hasta allí.343
[♦♦♦]3
Porque actuar normal sintiendo su corazón latir con rabia y ansiedad era quizá más difícil
de lo que pensaba. Él nunca había sido el tipo de persona que elegía reprimirse. Era
bastante transparente con sus emociones, y ahora que tenía fingir calma volvía todo más
pesado y tenso.2
Se pasó las manos por el rostro y respiró profundo. Ji estaba ocupado en la caja, así que
tenía un par de minutos para descansar.
Se decidió en sacar su móvil, recordando oírle vibrar antes. Lo encendió, con la espalda
recostada en la puerta de la cocina, y vio que tenía un mensaje de Jungkook.
Resopló, dándose cuenta del curso intensivo de adaptación al que se había sometido sin
saberlo desde que había conocido al hombre. La persona, la única persona que creía ser
Taehyung había tenido más variables de lo que había pensando.
Era como su hubiera surgido esta nueva versión de él, sin precedentes, y hubiera tomado el
control.
Y, por culpa de aquella faceta nueva, muchas cosas habían cambiado en muy poco
tiempo.
Incluso la percepción que tenía hacia el hombre. Lo cual era un poco aterrador.
Desde hace un buen tiempo se había propuesto no hacer mucho drama y excusarse de
todo ese mundo en el que se sumergía con él diciendo que era simple sexo. Sin
embargo, su conciencia sabía que todo iba más allá.
No era como que le gustara como persona, porque no era cierto. Tenía claro que algo
más del acuerdo que tenía con Jungkook resultaría en un desastre.
Porque sí, era una relación sado-masoquista, desatada por discusiones que terminaban
en chupones y azotes. Era raro como el infierno, y podía decir que estaba
acostumbrándose. 15
Hacer y recibir daño nunca había sido algo que particularmente lo encendiera. Aún no lo
entendía. Quizás nunca lo haría.
Pero él, extrañamente, ya no se sentía tan mal por eso. Era agradable tener compañía y
salir de la rutina exhausta a la que se someía, aún así fuera solo por el rato que tenía su
boca encima.
Fanfic
Aunque la presencia de Jungkook en su cabeza estuviera pasando a ser más que una
distracción.30
[♦♦♦]
Taehyung gimió, levantando la mirada perezosa para ver a Jungkook en medio de sus
piernas, ahora con la toalla que había enredado en su cadera enrollada hasta la pelvis.
Había estado a punto de quedarse dormido mientras esperaba que el hombre terminara
de ducharse.
Sí, era quizá el único hombre de la tierra que se duchaba una segunda vez en el día solo
para tener sexo. Y también el único que lo obligaba a ducharse para poder corresponder.
¿Pero podía quejarse?25
Era un hábito tonto y exagerado. Jungkook era bastante exigente con todo.
—¿Está todo en orden? —preguntó el pelinegro, cuando al escabuirse por las piernas del
castaño para morder su muslo, Taehyung sólo suspiró.
—¿En realidad quieres saberlo? —preguntó, sintiendo como el hombre trepaba por su
cuerpo. Cuando sus narices se tocaron y los ojos de ambos se conectaron, las manos de
Taehyung subieron hasta acunar su mandíbula.
—No, solo quiero saber por qué tu atención no está puesta solo en mí. —respondió,
besando de forma corta sus labios y haciendo un camino de besos hasta su cuello.
Taehyung jadeó mientras enredaba los dedos en las hebras húmedas de Jungkook,
sintiendo su estómago revolverse en desagrado.50
—¿Se supone que estás enojado? —preguntó, y pegó su frente con la ajena—. ¿Quién te
crees para responderme de esa forma?
—Jungkook...
—No, ¿a quién crees que le hablas? —protestó, moviendo sus manos con rapidez para
tomar a Taehyung de las muñecas y ponerlas por sobre su cabeza. Taehyung soltó otro
suspiro, más de alivio que inconformidad, esa vez. Porque toda esa situación con Yoongi
y Ji lo tenía tan estresado, y el trabajo lo tenía hecho polvo. Necesitaba salir de su
cabeza, desinhibirse, y dormir como un bebé después. 1
Quería ser un niño malo, para así ser castigado y después mimado. Aquel era el orden
que había llevado Jungkook el último mes que llevaban cumpliendo el acuerdo.20
Sólo así.
Fanfic
Capítulo 40
―Taehyung... ―escuchó el mencionado en su oído izquierdo, recostado en su costado,
sintiendo el aliento del ente contrario chocar en su oreja. En medio de sus sueños, con el
raciocinio dormido y el corazón vulnerable, se removió hacia la fuente del sonido.
Aquella voz grave, algo ronca, y dulce lo atraía como imán. Siempre lo había hecho.
Porque la voz de Seokjin siempre había sido melodiosa y agradable. Recordaba quizá
con demasiada precisión todas las ocasiones que le había susurrado cosas lindas
mientras se quedaba dormido. No pudo evitar acicalarse, con su cuerpo rompiendo en
olas torpes para captar al menos con sus poros aquel añorado sonido. 55
Lo había extrañado. Dios. Lo había extrañado tanto. Tanto, que su corazón aletargado
comenzaba a despertar todas aquellas zonas que en su ausencia habían cesado
funcionamiento. 1
¿Cómo era que solía oler Seok? ¿Por qué ya no lo recordaba? quería pegar la nariz a su
piel de nuevo para recordarlo. 47
Fanfic
Se acostó sobre su espalda y cerró la boca que se dio cuenta que había permanecido un
poco abierta. Apretó los ojos y suspiró mientras tomaba las fuerzas para abrir los ojos.
Mataba por dormir otros diez minutos, pero tenía que ser consciente de lo que ocurría
antes de su cabeza confabulara ideas extrañas. Porque Seokjin estaba allí y todo había
sido un mal sueño, ¿verdad?
Abrió los ojos, haciendo esfuerzo por ver en la mitad de la oscuridad. Distinguió una
figura a su lado, su rostro cerca. Su cabeza, aún adormilada, lo hizo sonreír. Su amor. Ahí
estaba, ese tonto. 78
Él estaba bien, ambos en su casa. ¿Cuándo tiempo habría dormido para dejar a su
cabeza maquinar hacia aquellos lares enloquecidos? Respiró profundo y se preguntó qué
hora sería.
―¿Ya despertaste?
No debió ser tan brusca la manera en la que su corazón se obligó a detener su ritmo
alegre. Mientras más orientado se halló, más abrumado de angustia se sintió. Pudo
recordar donde estaba, qué tan roto seguía y la broma pesada que su subconsciente
acababa de tender para él. 5
―¿Qué tienes para decir aún de noche, Jungkook? ―preguntó, bajito y con la voz algo
ininteligible. Usualmente sería por la somnolencia, pero esa vez fue por el llanto que
Fanfic
reprimió con fuerza en su faringe―. Déjame dormir, me arde la piel por las sogas...
―musitó.126
―No es de noche, son las seis treinta. ―afirmó la figura que tomaba esos ojos neutros y
el ceño en tensión. Taehyung sintió cómo se incorporaba y se sentaba a su lado. Abrió
más los ojos y parpadeó intentando aclarar su vista por completo: fue entonces que
distinguió la luz del día bajo las cortinas oscuras del cuarto del pelinegro.
―Ah, claro. Es ahora que utilizas la palabra segura. Eres un tonto. ―respondió Jungkook,
poniendo los ojos en blanco. Taehyung lo ignoró, pero cuando quiso darle la espalda, el
hombre refunfuñó y le tomó de los brazos para arrastrarle hacia él de nuevo.
El chico soltó un quejido al sentir la fricción de la tela contra su piel herida. Abultó sus
labios en un puchero de tristeza cuando su cabeza reposó en las piernas de Jungkook.
Parpadeó, amargado con el mundo y magullado, cuando pudo mirar al hombre a los
ojos. Ya estaba duchado y vestido, perfectamente limpio en su conjunto deportivo negro,
a comparación de él que seguía desnudo y sudado en sus sábanas impregnadas de
ambos.
No era como si Jungkook fuera al gimnasio, no. Taehyung ya había preguntado. Sólo era
la ropa que al hombre le gustaba usar en casa, además de las camisas amplias y los
pantalones de chándal.11
―No ahora. ―pidió―. No te hagas eso, Taehyung. Te ves tan adorable que podría
alcanzar de nuevo la soga. ―exclamó Jungkook, dirigiendo la vista hasta los dos metros
de fibra natural, en su hilo, permanecía impasible en su puesto después de estar
apretando y lastimando el cuerpecito de Taehyung la noche anterior. El susodicho, con el
cabello enmarañado y las mejillas sonrojadas, torció las comisuras de la boca.
―No... ―musitó, desde su sinceridad. Sus ojos brillaron, hinchados―. Tengo que
descansar de esa soga.
Jungkook exhaló con fuerza, rindiéndose, y alcanzó la botella de aceite corporal. Dejó
una cantidad razonable en sus manos y las frotó para que el líquido se calentara un poco
para su efectividad. Taehyung cerró los ojos cuando puso las manos con cuidado sobre
su pecho herido, que en marcas vivas delineaba el camino por el cual había se había
aferrado la fibra. El castaño soltó un ruidito de satisfacción al sentir, finalmente, la ardor
disminuir y la calidez de las manos de Jungkook calarle.
Fue entonces, como nueva costumbre, que comenzaron a conversar. Al pasar de las
semanas que lidiaban juntos, se había vuelto más sencillo hablar sin tanta tensión o falta
de tema. Compartir parte del tiempo entre ambos los involucraba de alguna forma. 7
―Eres demasiado exigente. Sólo quédate con el último doctor que viste. ―respondió
Taehyung, ahora completamente despierto y, por mucho que se esforzara para no
hacerlo, pendiente a sus manos en su piel.
―Dijo que tenía que ver a un terapeuta. Algo de que tenía un trastorno y más
estupideces.72
―Claro, fui por eso. Me recetó cremas humectantes. Sin embargo, dijo que no
funcionarían si seguía lavando mis manos al punto de resecarlas y agrietarlas.
―Uhm...
―Y como me negué a dejar de lavar mis manos en la forma en la que lo hago, dijo que
tenía que ver a un terapeuta. ¿Por qué necesitaría un terapeuta para un simple problema
físico?
Porque no era un secreto para nadie que el hombre tenía comportamientos obsesivos
compulsivos en cuanto a la limpieza, el control y el orden. Aquel posible trastorno había
hecho su manifestación en la dermatitis. Su piel comenzaba a desgastarse y lastimarse, y
el hombre aún insistía que con las cremas necesarias se solucionaría, ajeno al lío de su
comportamiento. 1
Pero para Jungkook parecía ser imposible que él tuviera algún problema. Quizá era muy
terco, o sólo ciego a voluntad. Porque tener aquel trastorno suponía un problema, y los
problemas en la rígida y calculada vida de Jeon Jungkook eran una completa
abominación de las que siempre se mantendría alejado.
Taehyung ya era testigo de ello, quizá con cosas pequeñas e insignificantes. Pero era
demasiado evidente ahora.
Fanfic
Pero, por más que pudiera verlo, no sentía ganas de enojarlo intentando decirle que
cediera y comenzara un tratamiento. Al final del día, no le incumbía. Ellos sólo se
encontraban por sexo.
―Tengo mucha ropa deportiva como la tuya en mi armario. ―soltó, no siendo del todo
consciente de lo que decía. Jungkook, ya casi terminando con su tarea, lo miró a los ojos
y alzó una de sus cejas.
―¿Por qué ahora no lo haces? No te vendría mal ejercitarte. Ya tienes una pancita.212
Taehyung entrecerró los ojos y lo miró con enojo fingido. ―Que comentario tan
gratificante, Señor Jeon.
―Solo digo verdades. ―respondió el pelinegro, alejando las manos del chico y
alcanzando una toalla húmeda para quitarse el aceite de las manos por la desagradable
sensación que dejaba. Taehyung entornó los ojos exhalando con fuerza por sus palabras.
Su corazón latió con diversión, volvió a encararlo―. ¿Y bien? ¿Por qué dejaste de correr?
―El trabajo no me deja mucho tiempo libre, y correr en la ciudad me estresa en vez de
tranquilizarme.
―¿En dónde corrías antes? ―cuestinó Jungkook. Permitiéndose escuchar sus palabras
para después levantarse.
―En... ―Taehyung lo sopesó unos segundos, y no vio el por qué no contarle al hombre,
¿qué era lo peor que podía pasar?―. ...El campus de mi universidad.
Sin embargo, Jungkook abrió con amplitud los ojos, sorprendido. ¿Qué decía?
Taehyung se mordió ambos labios y asintió con la cabeza. ―Estudié artes plásticas, pero
dejé la carrera a la mitad.
No era como si él hubiera estudiado lo mismo, pero era prácticamente el mismo campo.
¿Taehyung en el arte?
Vaya...
Jungkook solo le miró, y a penas si espabiló. Todos los vacíos que no había contemplado
ahora surgían y completaban un puzzle con el nombre del castaño en él. Ahora muchas
cosas tenían sentido.
―Más de un año.
―¿Y cuándo planeas terminar la carrera? ―preguntó, diciendo, sin saber, las mismas
palabras que le repetía su padre cada vez que lo veía, y las que Ha Neul siempre le
mencionaba entre líneas. Taehyung se le quedó mirando, paralizado.
Capítulo 41
―Él parece un buen chico. ―afirmó el CEO Hyuk, dueño y jefe de la editorial de
Jungkook. El último mencionado permaneció con su expresión neutra mientras veía
como el contrario, con cabello blanco por las canas y un traje de corbata roja, le daba
pequeños golpecitos al vidrio de su escritorio, ajeno al malestar que le producía al
pelinegro ver como dejaba la marca de su huella dactilar en el cristal.7
―Pero, ¿y qué con Jimin? ―no logró evitar preguntar. Si dejaban que el pasante
sustituto de Jimin, Kwan Dong-Yul, que había estado bajo el amparo de Jungkook todo
ese tiempo, fuera de empleo permanente, ¿qué se suponía que pasaría con Jimin?
Se mordió el interior de la mejilla. Pero Jimin ya había vuelto, ¿estaba el CEO solo
avisándole de su decisión en vez de solicitando su percepción?
El CEO Hyuk resolvió sus dudas. ―El puesto del joven Park quedará intacto. Hablo de
integrar a Kwan, no de dejarlo como reemplazo.
―Pues estará bien, Sajangnim. El chico trabaja bien y es puntual. Una ayuda adicional no
nos vendría nada mal. ―respondió, sintiendo deseos de frotarse la nuca, pero
reprimiéndolo. Por su cabeza pasando todas las ocasiones en las que había fallado con el
plazo de entrega de los pedidos. Tener Dong Yul cerca los había estabilizado un poco.
―Esa es la razón por la cual lo dejaré quedarse. Logró que la comisión de trabajo más
lenta de toda la editorial entregara un plazo a tiempo. ―exclamó con diversión, para
nada sutil, haciendo a Jungkook sonreír con tensión.2
―Bien, entonces está decidido. Acoge por completo al chico y dale el anuncio.
―terminó el hombre, levantándose y haciendo a Jungkook levantarse para corresponder
su despedida. Hizo una reverencia mientras estrechaba su mano, y lo observó alejarse. Se
lavó las manos para salir de su oficina y buscar a Dong Yul, para ahorrarse tiempo y darle
una corta bienvenida que no hiciera mucho escándalo. Sin embargo, no lo encontró en
la pequeña salita, ni en los escritorios, ni junto a las ventanas.
Cayó en cuenta de que tendrían que traer otro escritorio, entonces. Su comisión era más
grande ahora.
Pero sin distraerse, y mirando la hora, salió del pabellón en busca del chico. A esa hora
debería estar almorzando.
[♦♦♦]
Los ojos del castaño se enfocaron en la amplia, luminosa sonrisa de Ji Taehyung, que lo
miraba con los ojos entornados y escurriendo una emoción que el castaño aún no sabía
codificar. Entró a la cocina con un semblante tierno mientras se le acercaba con una
bandeja vacía en las manos. El corazón de Taehyung ―Kim Taehyung―, se estremeció
Fanfic
en su cavidad mientras lavaba los platos. ¿Cómo podía una persona mentir con su
expresión corporal tan bien?4
Por estar perdido en sus pensamientos no escuchó lo que le dijo el hombre, y cuando
cayó en cuenta de que el pelirrojo esperaba una respuesta, abrió un poco más los ojos y
puso una expresión de confusión.
Ji, con el dedo índice apartó un par de mechones que a Taehyung le cruzaban por el
rostro y los puso tras su oreja. El pequeño roce del dedo del hombre con el cartílago en
la oreja de Taehyung hizo al susodicho sentir un escalofrío subiendo por su columna.
Una sensación para nada agradable. No vuelvas a tocarme.2
―Dije que ya es más de medio día, podemos intercambiar el trabajo ahora. Sé que lavar
platos sin parar debe ser agotador, eso agregándole el estar pendiente de los hornos. Ha
estado difícil sin Namjoon Sunbae, ¿verdad? ―preguntó, cerrando sus ojos. Su sonrisa
intacta, tan aparentemente pura. 12
Taehyung quiso golpearlo. Él casi le dio rienda suelta a sus manos para romperle algo en
la cara. Apretó los dientes para que en su expresión no se notara la ira que agitaba su
corazón. ¿Se atrevía a mencionar a Namjoon? Desvergonzado idiota, atrevido, imbécil.
Fanfic
―Sí, ha estado difícil, es una pena que haya tenido que irse. ―respondió, quizá con más
ímpetu en la frase de lo que pretendía. No pareciendo afectar ni un poco a Ji.
―Es cierto, ¡y justo con Yoongi! Es en verdad triste, me gustaría hablar con él, invitarlo a
algo, ya sabes. No hay que perder los lazos. ―exclamó, con ojos brillantes en su
oscuridad. La rigidez se acumuló en la nuca de Taehyung―. ¿De casualidad tienes su
contacto? Quiero saber cómo está.88
Taehyung retuvo la respiración, miró hacia el lavaplatos y se quitó los guantes para
forzarse a hacer algo mientras deshacía a la fuerza la desesperación y la exasperación
que hirvió en su pecho, ahora perfectamente perceptible en su rostro.
Pensando que por fin se había librado del hombre, pretendió salir de la cocina,
respirando profundo.
Taehyung solo cerró su boca y sonrió con tensión antes salir de allí.
[♦♦♦]
Mientras el castaño dejaba con cuidado un plato con Gyeongdan hacia una de las mesas,
escuchó:
Levantó la vista hacia el hombre de piel acanelada y cabello negro con canas que lo
miraba con inquietud. Sus ojos marrones mostraban lo curioso que estaba. Taehyung
frunció un poco el ceño y se incorporó.
―¿Me conoce? ―preguntó. El contrario entonces exhaló con fuerza por la boca e hizo
una reverencia con su cabeza.
―Un gusto verlo de nuevo, yo era el agente Jiyong. De Myeong-dong. Sabía que
reconocía tu rostro.
Él era...
La muerte de Seokjin.54
Se ahogó de repente con su saliva, y tosió un poco volviendo a la normalidad. Sus ojos
brillaron, inevitablemente, sobre su boca temblorosa. Odió que recordar ese día y
transportarse tan de repente ya lo estuviera afectando.
El hombre le sonrió levemente y asintió con su cabeza: ―Así es, jovencito. ¿Y tú, estás
bien?
Taehyung asintió con la cabeza, y se abrazó a sí mismo. El hombre lo miró con inquietud.
Fanfic
No parecía una idea demasiado mala. Nada malo podría suceder porque el hombre
hiciera un par de preguntas. 2
Dejó la bandeja en otra mesa y se sentó frente al hombre. Agradeció que Ji estuviera en
la cocina.
―Bien, ¿has estado bien? Sé que ha pasado como... un año o más, pero aquel día
estabas bastante mal.
Taehyung desvió la mirada. ¿Era eso lo que quería preguntar? se rascó la nuca, tenso.
―Supongo que... sí.
―Oh, eso es bueno. ¿Sabes algo? Ahora que me he permitido jubilarme y ya no trabajo
con la policía, puedo hablarte con sinceridad.
Una de las cejas de Taehyung se enarcó, en señal de su inquietud naciente. ¿Iba a ser
sincero?28
El hombre le dio un sorbo al café negro que tenía en su taza y suspiró. ―Cuando me
enteré del caso del chico pensé a la primera que se trataba de un suicidio. Todo
apuntaba a ello. Por eso te lo dije, y por eso fue escrito en su certificado de defunción,
pero... después de encontrarme contigo, me surgió la duda. Pienso que tienes razón.56
Fanfic
¿Qué decía?
¿Él... le creía?
Empuñó las manos en su regazo. Sin querer, se lastimó la piel con las uñas.
Era... él era...
Jiyong, al verlo tan perplejo y mudo, se puso nervioso. ¿Estaba haciendo mal al decirle
todo eso? ―Así que me tomé el atrevimiento de investigar...―musitó, tomando otro
sorbo de su taza, intentando elegir bien sus palabras―. Y todo coincide con lo que dices.
No tenía ningún antecedente psiquiátrico. Sus chequeos médicos siempre lo
categorizaban como sano mentalmente. Incluso me dí un recorrido por su vecindario, y
las personas que decían conocerlo nunca vieron algo raro o inusual en él, ningún indicio.
Por el contrario, ellos hablaron de lo amable y feliz que... Oh, dios mío, ¿estás llorando?
¡Lo- Lo siento!111
―No debe disculparse, Ahjussi. Está bien, de verdad. ―insistió, repasando la expresión
de preocupación que tenía el hombre en su rostro―. Es sólo que... ―se sorbió la nariz
que comenzaba a congestionarse―. Estoy feliz de que alguien me crea. No me preste
atención.
Fanfic
Vaya...
―Realmente lo siento...
Taehyung le interrumpió.
Sin embargo, el hombre negó con la cabeza. El corazón de Taehyung se apretó con
tanta violencia que le dolió, subiendo con rapidez y cayendo de nuevo. Su entusiasmo se
desvaneció.
―Aunque quizás...
―Si tú consiguieras una prueba contundente, que demostrara que su muerte no fue un
suicidio. Funcionaría, y podrían re-abrir el caso. ―comen'to, terminando su café. No
sabiendo si le daba falsas esperanzas al chico, o quizá una salida.
Fanfic
―¡Taehyung sunbae! ―oyó a Ji llamarle desde la cocina, y fue así que salió de su trance,
de nuevo con el corazón acelerado y las esperanzas creciendo de forma inestable. Miró
hacia la cocina y luego volvió a mirar al ex oficial, con un ligero deje de culpa perceptible
por el contrario.
―Oh, no te preocupes, muchacho. Ve, fui yo quién te interrumpió. ―dijo, con una
sonrisa, y Taehyung entonces se levantó. Recibió el dinero del hombre cuando éste
pretendió entregárselo.
―Muchas gracias por venir, Ahjussi. ―le dijo, haciendo una reverencia y sonriendo.
Inevitablemente feliz por tener a alguien que por fin le creyera, y agregando al hombre a
su lista de personas favoritas. 38
―Fue una buena coincidencia, Kim. ―dijo, y fue entonces que metió la mano en su
abrigo, sacó su tarjeta de presentación y se la ofreció al castaño―. Puedes contactarme
si consigues algo o tienes alguna pregunta.
Una luminosa y amplia sonrisa se hizo en los labios de Taehyung, que aceptó la tarjeta
haciendo otra reverencia. Viendo al hombre levantarse y ponerse un gorro y unos
guantes, le dijo:
[♦♦♦]
Sintiendo los dedos entumecidos por la caja llena de granos de café que llevaba a través
de las calles frías y cubiertas de nieve de aquel vecindario en Seúl, Kim Taehyung respiró
profundo. Ji le había pedido que recibiera un pedido de bodega que al parecer ―y por
una razón que no entendía―, no habían podido llevar hasta el local cuando
normalmente llegaban los distribuidores en grandes camiones. Sintió sus pisadas
hundirse en la nieve, y se preguntó por cuánto más durarían las tormentas inmensas de
nieve que parecían no tener fin. Al menos en aquel momento era leve, pero los grandes
bloques de nieve que se provocaban por eso habían vuelto la circulación en la ciudad
una completa locura.
¿Quizá era por eso que había tenido que ir hasta la distribuidora?27
Aunque podía ser una razón, la descartaba por la sorpresa de los empleados del lugar
cuando había llegado con la explicación que Ji le había pedido dar.
Suspiró y caminó más rápido, viendo el vapor de su liento. Su nariz enrojecida goteaba, y
sentía sus mejillas arder por el intenso frío. Suspiró de nuevo, como el quejido de un ente
cansado. Jamás había extrañado tanto la calidez.
Pensó de repente en los brazos de Jungkook rodeándolo después del sexo, y abultó las
mejillas incluso extrañando eso. Aunque se sentía extraño, no era para nada frío.51
Caminó con la cabeza en la luna hasta el café, y mirando más el suelo que su alrededor
llegó hasta el local. Sus dedos ardían y dolían para entonces, ¿cómo podían los granos
de café pesar tanto?+
Fanfic
La caja que traía en las manos cayéndose y volviéndose añicos en la acera, el corazón
pareciendo querer salirse de su pecho, y sus ojos llenándose de lágrimas.1
¿Verdad?
Fanfic
Capítulo 42
¿Por qué?
Los vientos fríos de invierno le calaron los huesos, dejándolo tieso. Se sentía tan pequeño
y vacío como un dedal magullado. Todo, y en verdad todo su cuerpo estaba
temblando.53
¿Cómo?
Comenzó a sentirse mareado por la poca oxigenación que le llegaba a la cabeza. Era
difícil recordar como respirar. Era difícil siquiera pensar en hacerlo. Quería desplomarse
allí mismo. Quería dejar de sentir aquella opresión en el pecho que lo desesperaba.
Quería devolver por completo aquel día. Quería pellizcarse hasta que su realidad
cambiara como si fuera un mal sueño.
Con sus uñas hirió la piel de su palma, y el pequeño trozo de papel en su mano se tiñó
del carmín metálico de sangre. Su mirada, borrosa por las lágrimas acumuladas, se
encogió hasta enfocar los vidrios rotos bajo sus pies. La voz del hombre frente a él fue
poco nítida y lejada. Se quedó contemplando los pedazos.
Sus luceros ardieron, amenazando con llover más fuerte. En desatar toda una tormenta.
El agente de policía que intentaba hablarle se incorporó y se pasó las manos con el
rostro, exasperado por el estado del hombre castaño y de cabellos largos que parecía
totalmente incapaz de hablar. Alguien había llamado a la estación pidiendo auxilio por un
supuesto robo en un café que había terminado de alguna forma en un incendio, pero
estando allí, con el fuego extinto por los bomberos y la única persona del lugar presente,
parecía un caso estancado.114
Necesitaba obtener el testimonio del chico mientras tenía los recuerdos frescos en su
cabeza, pero no parecía capaz ni de espabilar.
Resopló con cansancio, dándole su espacio. Sus botas chocaron contra el cristal roto y
las cenizas.
El lugar era un completo desastre. Las ventanas estaban todas rotas, las mesas también.
Los muros estaban desgarrados desde el papel tapiz verde menta por los dientes del
difunto fuego, y toda la zona de la cocina se había reducido a máquinas deformadas por
el calor. Se volvió entonces hacia el muchacho tras suyo y suspiró profundo. ¿Qué había
visto que lo introdujera a tal estado de shock? ¿dónde estaban los otros empleados?
¿sólo él estaba allí?18
Se mordió el labio para no sollozar. ¿Cómo era posible? ¿Cómo había sido posible? El
lugar donde había trabajado más de un año, dónde había aprendido a sobrellevar la vida
de nuevo, dónde había conocido tantas buenas personas y donde había hallado algo de
estabilidad a su desastre permanente ahora era... un lienzo inocente de ira y demencia.
Fanfic
No sabía quién rayos había llamado a la policía, no sabía quien había inventado la
tontería del robo. Miró hacia la calcinada puerta de la cocina. No había sido ningún
jodido robo. Ese demente.
La nota que tenía en las manos lo probaba. La nota embriagada de su almíbar de vida
almacenaba la verdad. Pero él no la soltó, ni la entregó. No quería que nadie la viera. No
podía.
Porque si la veían...
Mierda, mierda, mierda. ¿Cómo se había metido en esto? ¿Cómo había llegado todo tan
lejos?
Tragó saliva con dificultad, las lágrimas cálidas calentando sus mejillas heladas hasta que
cayeron en su regazo. Notó que la sangre no dejaba de salir, así que ocultó su mano en
el abrigo, permitiendo que temblara. Cerró y apretó sus ojos.
Los granos de café que yacían fuera, esparcidos en el suelo junto a la caja en la que
venía, ahora rota y mojada, fueron absorbidos por la nieve y la tormenta blanca que
comenzaba a desatarse. El cielo se oscureció, acabando con la luz, resaltando aún más la
sombra negra del lugar colorido que tan solo esa mañana todavía era.
Y como si las cosas no pudieran ser peor, la puerta que estaba a punto de desplomarse
en sus bisagras rotas, fue abierta.
Taehyung deseó que la suerte estuviera al menos un poco de su lado. Algo, lo que fuera,
en ese día, debía salir bien.
[♦♦♦]
Kwan Dong-Yul soltó el lápiz óptico y miró a Jeon Jungkook, que estaba frente a él, con
sus lentes redondos reposando en su nariz y concentrado en su trabajo. Su primer día en
la editorial, oficialmente, estaba estaba terminando, y aunque estaba más que contento
de tener empleo, estaba un poco inquieto por su grupo de trabajo.
No era tanto por Jimin, o por Hoseok. Conocer su condición y habituarse a ello no fue
difícil. Era más por su otro sunbae, el líder de su comisión; Jungkook. Su constante
demanda y sus ojos duros intimidaban un poco, por más cómodo que intentara sonar al
pedirle las cosas. Eso no lo había dejado encontrar como comportarse. ¿Debía
corresponder a su voz y sonreír mucho, o bajar la cabeza y correr a hacer sus deberes?1
Jungkook levantó la mirada hasta él de forma inquisitiva, y Kwan, aún perdido en sus
pensamientos, no fue realmente consciente de la forma en la que seguía mirándolo.
―¿Está todo en orden? ―le preguntó Jungkook, curioso por el atisbo de confusión que
brillaba en los ojos del contrario. El reloj tras él marcó las seis de la tarde, y cuando su
campanita sonó, el chico pegó un brinco, saliendo de su trance.
―¿Ah? ―preguntó, bajito, con un ligero rubor subiendo a sus orejas. No había percibido
ninguna palabra en Jungkook además de un parloteo ininteligible. ¿Qué tanto se había
distraído?
Había sido un día jodidamente estresante, y ahora solo quería tener a ese pedazo de
idiota bajo suyo, gimiendo su nombre el resto de la noche para liberarse. 63
Hizo un mohín, volviendo a las orejas rojas del chico frente a él.
―¿Por qué estoy yo aquí con usted y no con... Hoseok Sunbae y Jimin Sunbae?
―preguntó de repente, encontrando otra duda latente con la cual camuflar su escrutinio.
Se volvió a mirar Jimin a través del cristal, que sentado con una pierna en la mesa de
Hoseok conservaba con el hombre tranquilamente.
―Porque aún no han traído tu escritorio. Cómo puedes ver, en este piso siempre
hubieron solo dos además del mío. Tienes que esperar hasta mañana que se te traiga
uno.
―¿Te molesta trabajar conmigo? ―le preguntó, sin ningún tipo de rodeo.
Kwan abrió con amplitud los ojos, soltó un respingo y negó con la cabeza quizá con
demasiada fuerza. Su corazón se aceleró.
―¡No! ¡Claro que no, Sunbae! S-Sólo era... u-una pregunta... ―se pasmó como un idiota
al darse cuenta que estaba tartamudeando, y apretó los brazos que mantenía hacia él
para drenar la tensión que se le había adueñado del cuerpo.
Fanfic
Jungkook solo suspiró a sus adentros, asintió con la cabeza, y de manera indiferente y
neutra volvió a pegar sus ojos de la computadora para terminar con su última tarea.
Kwan, después de un par de segundos incómodo, lo imitó.
Sólo que fue incapaz de concentrarse cuando una notificación apareció al extremo de su
pantalla. Abrió con amplitud los ojos al leer lo que decía.
Entonces, cuando Jungkook envió el correo y cerró su sesión, miró al chico perplejo. ¿Ya
qué le sucedía?
―¿Qué? ―preguntó, y el chico le miró, aún sorprendido. Kwan tomó la pantalla del
aparato y le dio la vuelta, para que Jungkook pudiera leer la noticia que había abierta en
ella.
Fue entonces que su expresión se endureció, tensa. Él no dijo nada. Sólo se levantó de su
puesto, tomó el abrigo de su perchero y salió disparado por la puerta.
Porque lo que allí decía, era demasiado increíble como para ser verdad.
[♦♦♦]
Fanfic
Ruido, bocinas, gente amontonada. La tormenta cada vez más fuerte, los daños en el
lugar cada vez más visibles y siendo limitados por cintas de la policía, y la mano de
Jungkook aferrada a su móvil quizá con demasiada fuerza.
El frío, aunque tuviera un abrigo sobre el suéter negro que llevaba y guantes gruesos, le
penetraba los huesos. Moverse en ese clima era jodidamente difícil. La luz era tenue, las
farolas no aportando mucho, y en las puertas del lugar calcinado gente atiborrada. Con
cuidado de no tocar a nadie, se escabulló entre la multitud para llegar a la entrada. Ajeno
a la historia grabada con violencia en ese extraño día, se paró sobre los granos de café
embriagando la nieve.
Distinguió tras los afilados residuos de las ventanas a un hombre rechoncho y enrojecido
bajo las linternas de la policía, alegando.
No lo evitó, y se pasó la mano libre por el cabello con fuerza. Sintió los copos de nieve
acumularse en su cabello, y su estómago enredarse en una tensión que, si no confundía,
parecía ansiedad.
Entonces arrastró la mirada por cada rostro, por cada cabeza, por cada rincón del lugar y
cada centímetro de lo que su vista permitía. Suspiró con pesadez, pasándose de nuevo la
mano por el cabello. Se sorbió la nariz por la humedad del frío.1
No, quizá no era eso lo que debía preguntar. No era lo que tenía irritada e intranquila su
cabeza.
Fanfic
Capítulo 43
La rutina de Kim Taehyung y Jeon Jungkook después de hacer el acuerdo había
establecido unas costumbres.2
Casi todos los días, después del trabajo, Jungkook recogía a Taehyung e intentaba no
atacarlo en el taxi hasta que llegaban a su edificio. Normalmente iban al apartamento de
Jungkook, ya que el hombre se quejaba si ponía un pie en el lugar de Taehyung.
Demasiado desordenado.
Pues no había pensado mucho en ello la primera noche que habían intimado. Taehyung
siempre lo reprendía mentalmente.
—¿Hola?
Tener sus números ya era algo normal. Hacerse llamadas varias veces al día para
confirmar horarios también. Aquel día en particular, Taehyung se había pedido un
descanso en el café. Se hallaba caminando tranquilo por un centro comercial después de
hacer algunas compras. Era un lindo día.
La intimidad traía consigo ciertas confianzas. Las de ellos, no eran para nada
emocionales. Eran tan explícitas y obscenas como nunca.
Jungkook, había aprendido Taehyung, no era un hombre que diera rodeos. Era directo con
lo que quería.
—No puedo.
—Ven ahora.
El sexo seguía tan malditamente bueno como el primer día. El extraño deseo que ambos
experimentaban seguía intacto.
—Así es, no sé qué suena raro en todo esto. Quiero que vengas a mi maldito trabajo y
abras tus lindas piernas en mi escritorio, ¿cómo lo ves?158
Aquel comentario hizo a Taehyung rodear sus ojos, y también ruborizarse un poco.
Intentó que la reacción que aquellas palabras le provocaban no se notara mientras
seguía caminando.
—Agh. Maldita sea, Taehyung. Ven ahora. Ven ahora mismo o te juro que voy a azotarte
hasta que ruegues que te folle.56
Fanfic
Algo se contrajo en el vientre de Taehyung. Incluso con ese tipo de comentarios tan
vulgares, ahora se encendía por completo. Los hábitos que creaba ese hombre en él no
eran para nada sanos. Se desconocía.
Pero, maldita sea, era su día libre. Habían muchas cosas que quería hacer además de ser
follado. Sus compras no habían terminado, y quería pasar a visitar a Ha Neul.
Y aunque muchas cosas habían cambiado entre ellos y muchas reglas se habían
establecido. Había una cosa que no parecía corregirse.
Sus discusiones.
Supo que de nada había servido su comentario cuando escuchó el sonido de un cinturón
desabrochándose.45
—Me tienes harto. Totalmente enfermo de tu actitud. —le oyó musitar, entre dientes. Las
bolsas que llevaba en su mano libre crujieron cuando las apretó—. Voy a castigarte, ¿Me
oyes? Voy a amarrarte, y voy a dejarte mal.
—J-Jungkook...
—¿Qué? ¿Ahora eres condescendiente? Ya que no tuviste el jodido valor de venir, tendrás
que ayudarme con esto.4
—¿Huh?
—Estoy duro por tu culpa. Así que buscarás un condenado baño, meterás tu trasero ahí y
te tocarás para mí sin colgar la llamada, ¿lo entiendes?132
Fanfic
Taehyung tuvo que morderse con fuerza el labio sintiendo las corrientes eléctricas que se
concentraban en toda la zona baja de su cuerpo. Maldita sea, ¿de verdad había caído en
esto? ¿De verdad estaba calentándose por tal tontería? No tenía remedio.
—No te atreverías...
Taehyung tragó saliva, y dirigió su mirada hasta los carteles más cercanos, buscando
alguno que lo dirigiera a los baños.
—Bien. Sabía que era bueno. Que buen niño... —le oyó susurrar. Se mordió más fuerte,
respirando pesado, frustrado. Para con eso. Para con eso.
Cuando llegó al cuarto de baños, abrió la puerta y se miró en el espejo que tenía al
frente. Tragó saliva.
Joder. Sus mejillas estaban rojas, tan rojas. ¿Cómo no lo había pensado? ¿Alguien lo
habría visto así? Con su boca húmeda por morderla y toda su persona emanando calor.
Como un maldito animal en celo. Se pasó una mano por el rostro, como queriendo
borrar su deseo de ella, pero no funcionó.
Fanfic
Reprimió un bufido. 1
Entró a uno de los cubículos y cerró la puerta. Dejo las bolsas a sus pies. ¿Qué estoy
haciendo? ¿Y si alguien me oye?
—¿Ya?
—¿Y si alguien entra? —preguntó, inseguro. Él pudo sentir la sonrisa de Jungkook tras la
bocina.
—¿Con qué? ¿estás excitándote? ¿te gusta que te diga estas cosas por teléfono?30
Apretó las piernas, su miembro duro. Al parecer su cuerpo iba por la idea, como
siempre.
—Calla.
El mencionado aspiró con fuerza, alcanzando con los dedos, torpes, los botones de sus
jeans. Fue difícil, pero lo logró.
Sintió lo duro que se había puesto. Solo por ese patético parloteo. ¿En verdad, Taehyung?
Esto era una locura, ¿realmente iba a masturbarse en un baño mientras hablaba con el
hombre por teléfono?
Acarició su erección. La sonrisa de Jungkook se hizo más amplia cuando soltó otro jadeo.
Él solo pudo saberlo. La sola imagen de aprobación empoderó su acción.
—Oh, Taehyung...
El castaño, que ya tenía más propiedad en sus movimientos por toda su longitud, tuvo
que morderse los labios para no soltar algún sonido.
—Jungkook... N-No...
—Sí puedes. Quieres hacerlo. Gime para mí, bebé. Que te oigan. 138
Un aliento entrecortado abandonó los labios de Taehyung, que demasiado tenso por no
sentir algún sonido externo, aumentó un poco la velocidad de su mano. Mientras más
pronto terminara, mejor.
—P-Para...
—No pararé.
Fanfic
—...ngh.15
Taehyung tuvo que apoyar su frente en la puerta para manejar los espasmos de su
cuerpo. Oyó a Jungkook gemir bajito y grave, y todo dentro suyo se estremeció en
armonía a ello. Últimamente no había sonido que disfrutara más que los gemidos de
Jungkook. Eran tan sensuales. Todo él lo era. Pero lo era más cuando era por su culpa.
Soltó el primer gemido, que fue seguido por uno de Jungkook. Al castaño se le hizo
imposible no imaginarse al hombre, todo agitado, en el único desastre que se permitía
ser, subiendo una y otra vez su mano en su miembro. Se relamió los labios. Lo quiero.
Maldición.
—A-Ah...
—Eso es...
—J-Jungkook...
—Te quiero aquí. Ven aquí. Ven. —suplicó, agitado y ensimismado de calor. Gimió más
fuerte. Quería dejarse caer, quería caer y ser atrapado por sus brazos. 15
Fanfic
Su gemido lo llevó a probar otro borde del mundo. Entonces lo acompañó, lloriqueando,
haciendo su pequeño alboroto caluroso, ajeno al transcurrir inocente de todas las
personas fuera.
Comenzó a sentirse cerca. Oyó a Jungkook gruñir y gemir, y lloró con la libertad con la
que nunca lo hacía, demasiado frustrado. Dios. Jamás había querido a alguien con él tan
mal como quería a Jungkook ahora. Jamás había añorado algo más que como lo
añoraba ahora. Se arrepentía, tanto. Tantísimo. Hubiera querido decir que sí, y ser follado
por el hombre en su trabajo, no importaba.
Jungkook volvió a gemir, y lo oyó maldecir en medio de gruñidos. Otro gemido ahogado
y Taehyung supo que se había corrido. Jungkook se había corrido por él. Por mí. Por mí.
Por mí. 60
Gimió.
Fanfic
Retuvo la respiración hasta que sus pulmones ardieron. Continuó, sintiendo su mundo a
punto de volcarse. Gimió mordiéndose los labios. Entonces exhaló con brusquedad.
Sollozó en su gemido, sus mejillas empapadas.
—V-Voy a-a...
—Jungkook...
—J-Jungkook... —lloriqueó. 1
—N-No...
—Hazlo.
Fanfic
Así que permitiéndose explotar, Kim Taehyung se corrió soltando un gemido desgarrado
y largo, desde aquel indiscreto cubículo de baño. Todo su cuerpo, víctima de las oleadas
de dulce placer, se desdobló de su mente, corriéndose más, y más. Acabando con él. Su
mano recibiendo toda su esencia, y con las piernas débiles y gelatinosas como las de
bambi recién nacido por la intensidad insoportable.34
Maldita sea.
Y cuando Taehyung fue completamente consciente del mundo, abrió los ojos y relajó el
ceño que había permanecido tenso. Se incorporó, tambaleándose un poco, y se arregló
como pudo. Su mano estropeada de su propio fluido.
—¿Te comió la lengua el gato? —preguntó, sin aliento. Su voz congestionada por el
llanto.
Lo maldijo bajo, volviendo a ser él. Estúpido Jungkook. ¿Tenía que ser siempre tan
irritante?
De verdad, ¿cómo era que habían pasado de odiarse por completo, a hacer este tipo de
cosas sin ni siquiera agradarse aún?
Estaban locos.
Fanfic
Capítulo 44
Instalar miedo en las personas no era una tarea demasiado complicada.
Todo bastaba con conocer algún punto débil del objetivo y ponerlo en riesgo. 2
Por el miedo que el hombre había inculcado en todos, un fuerte deterioro se fue
haciendo en sus cabezas, haciendo más graves y profundas las heridas. Su hermana,
ahora con quince años, estaba internada en su casa sedada todo el día para no acabar
consigo misma. Su hermano, que era quizá ahora peor que su padre, golpeaba las
paredes con compulsión en las noches. Y su madre, que se la pasaba todo el día en cama
con las cortinas cerradas y en completo silencio. Ji Taehyung nunca había comprendido
si aquel resultado era el que su padre había esperado en un principio, y su actitud de
normalidad frente a ese gran desastre tampoco decía mucho. Ni siquiera podía pensar
Fanfic
en pronunciarse al respecto, quejarse de algo con el hombre era motivo suficiente para
recibir un golpe o un insulto.23
Aferrarse a las personas no era algo bueno, y Ji, al estar siempre expuesto al trato severo
y malvado de su padre podía asegurar que no tenía algún tipo de vínculo que lo
conectara con otro ente humano. Había crecido completamente solo, concentrado en
solo mantener las apariencias, volviéndose sin saberlo: más propenso a los apegos de lo
que se pensaría.45
Había una primera vez para todo, y la persona que había hecho a su corazón latir
contento por primera vez en su vida oscura; tenía un hermoso nombre y apellido.17
Min Yoongi.80
La manera de conocerlo quizá no había sido la más adecuada. Aunque se vieran de vez
en cuando desde pequeños, ya que sus familias se conocían, nunca había sentido algún
interés por hablarle. Ji no solía acercarse a la gente. Hasta que años después, justamente
en la fiesta de compromiso de su hermana Heize, había vuelto a verlo. El querer obtener
su atención había retoñado nuevas dimensiones en su persona.
Fue esa noche que se dio cuenta que le gustaban los chicos. Ese chico en particular.1
Porque cuando había visto al hombre, todo bien vestido y deslumbrante en su traje, con
su cabello brillante, su tez porcelana, sus ojos cálidos entre la indiferencia de su
Fanfic
semblante, sus labios rosados y proporcionales: supo que había caído. Ese había sido el
comienzo, pero el desatar abrupto de su apego había surgido cuando había hablado con
él.16
Porque aunque el hombre era frío, también era cordial y amable. Nunca nada que
hubiera visto antes en una persona. Le seguía la conversación, le miraba con ojos atentos
y parecía tener algo de interés en su compañía.1
Quizá fue porque nunca había probado el cariño, y al tenerlo cerca lo había arraigado
demasiado a sí mismo. Quizá fue porque en el fondo siempre había añorado un trato
así.1
Pero se había obsesionado, y lastimosamente, lo había hecho por cosas que quería y
pensaba que tenía Yoongi para él que en realidad no estaba allí. Ji Taehyung no era
consciente de dimensiones, no conocía qué límites podía sobrepasar o no; nunca se lo
habían enseñado.5
Y ahora era muy tarde. En el instante en el que golpeó y pateó el rostro de un hombre
por querer robar la atención que Yoongi "solía darle" después de haberlo llamado hasta
el cansancio y buscarlo hasta encontrarlo; se había dado cuenta de lo jodido que estaba
todo.
Pero ya no iba a detenerse. Sus retorcidos sentimientos ya no lo dejarían salir. Tenía que
conseguir a Yoongi de alguna forma, tenía que sentir aquello que había reparado un
poco su corazón.6
Yoongi iba a estar con él, fuera como fuera. No iba a rendirse.96
Y para eso necesitaba deshacerse de todos los obstáculos que existían. Pensó que
Namjoon había sido suficiente, pero aquel día en el que en su urgencia de información
Fanfic
había seguido a aquel chico castaño de cabello largo hasta el trabajo y había oído la
conversación que mantuvo con Yoongi por teléfono, supo que se equivocaba. 40
¿Qué era lo que había oído? ¿Orden de alejamiento? ¿Una denuncia? ¿Por qué ese idiota
creaba tanto alboroto?
¿Por qué se metía? ¿Por qué intentaba manipular a Yoongi? ¿Por qué quería alejarlo de
él?14
Y si causarle miedo era suficiente para lograrlo, estaría bien. Así que estaba dispuesto a
asustarlo:
Quitarle su trabajo, y advertirle de que si llegaba a estar más cerca: lo ocurrido con
Namjoon sería mínimo comparado con lo que le pasaría a él.81
Capítulo 45
El silencio es un refugio, Taehyung. No lo pierdas, no seas tan tonto. Deja de intentar
salvar a otros cuando ni siquiera puedes protegerte.
Lo sé todo. Todo sobre Yoongi y las estupideces que metes en su cabeza. Déjalo en paz,
déjanos en paz.
Sé romper más que huesos, Kim Taehyung. Soy bueno caminando en la oscuridad y
escabulléndome en silencio.131
La pequeña nota escrita con caligrafía borrosa fue teñida de sangre en la palma herida
de Taehyung. Hacía frío. Quizá más frío de lo que habría esperado estando envuelto en
ropas y habiendo ajustado la calefacción varias veces.1
Fuera sus ventanas se empañaban mientras la tormenta de nieve azotaba el cristal. Las
luces de neón de la calle eran lo único que atravesaba la oscuridad de su apartamento.
O sollozo.
Sus uñas se encarnaron en sus brazos, y la fibra del papel que mantenía en su mano
derecha abrazando su torso comenzó a deshacerse por la presión que le había ejercido
en todas esas horas.
En su cabeza una nítida imagen de aquel joven de cabello marrón y piel pálida apareció
causando más estragos en el camino de su garganta.
Yoongi. ¿Ahora que pasaría con él si Ji conocía lo que habían hablado? ¿Cómo podría
interferir o al menos advertirle, si parecía que Ji lo vigilaba?3
¿Cómo podría quedarse allí, obedeciendo las amenazas del hombre que hacían su
interior retorcerse de angustia?
Sollozó bajito, sintiendo algo denso y desagradable subir por su garganta, arañando en
su urgencia de salir.
Sus uñas hicieron más presión en su piel. ¿Ahora qué haría? ¿Qué pasaría con Yoongi y
ese demente suelto?1
Debía quedarse callado, no podía hacer ningún ruido. El miedo que había estado
entumeciéndolo ahora se estaba volviendo una cruda paranoia. Su cabeza,
congestionada de posibilidades cutres, lo estaba asfixiando.
Porque si Ji intentaba ir, podría al menos pensar que no había nadie en casa y se iría.
¿Cómo podía detenerse? ¿Detenerlo? ¿Hasta que punto llegaría todo esto?
Cerró y apretó los ojos, haciendo que las lágrimas que había estado reteniendo se
deslizaran por sus mejillas, en cascadas de sal. Las imágenes vividas y frescas del fuego
violento consumiendo el café, al lugar que le había dado estabilidad a su vida, le
golpeaban la cabeza con detalles de como las flamas de oro azotaban cada habitación
hasta dejarla como un cutre montón de cenizas. Y joder, como si no hubiera sido
suficiente todo eso, como si no fuera demasiado, aunque recordara que el lugar se había
reducido a nada... ya ni siquiera...
Lo habían despedido.29
Era increíble lo meticulosamente calculado que había sido el plan de Ji. El CEO Park, en
medio de sus regaños enervados, le había replicado por abandonar el café.
Pero...
«¡¿Cómo te atreves a dejar el café solo?! ¡El pobre Ji que se encuentra enfermo volverá
mañana con la noticia de que no tiene donde trabajar!»66
¿Enfermo? Casi quiso reírse en ese momento, en medio de su llanto ahogador. El gran
estúpido se había pedido el día para no levantar sospechas y tenderle una trampa.
Un agudo dolor le recorrió cuando soltó las uñas de sus brazos y pasó a agarrarse el
cabello. Haló de sus hebras teñidas de luna, con un peso en la boca del estómago,
incrementando su ansiedad y dando paso a los trozos desgarrados que gritaban en su
pecho.
Culpa.
Porque había puesto a Yoongi en más riesgo del que estaba. Porque él lo había jodido.3
Lloriqueó.
Apretó las piernas que mantenía contra su pecho, y se mordió con fuerza la lengua para
que su llanto no hiciera ningún sonido.
Fanfic
Dios, realmente, quería que todo esto fuera una pesadilla y acabara pronto. Lo
necesitaba o moriría de desesperación pronto. Su corazón se sentía a punto de estallar
por toda la angustia que le envolvía, y el frío que no hacía sino aumentar hasta calarle en
los huesos comenzaba a enloquecerlo.1
¿Ahora qué haré? ¿Qué voy a hacer? Callado. Debo estar callado. Debo... yo debo...
[♦♦♦]
Aunque bueno, aquel estruendo de hacía unos segundos sí que lo había podido percibir.
Sus ojos, ligeramente irritados, se abrieron en par desatando la rigidez en cada
centímetro de su cuerpo. El frío que por momentos había creído desvanecerse, volvió a
besar sus poros. 1
Retuvo el aliento.
Fanfic
Bajó con cuidado la manta que había terminado sobre su cabeza y la dejó a sus pies.
Mientras su miraba se adaptaba a la oscuridad, se esforzó en mantener su respiración
uniforme. Tenía que estar tranquilo. Quizá había sido su cabeza, su paranoia. Quizá era
algo en la calle. No podía perder la calma.
Relajó entonces los hombros y se sorbió la nariz. No debía llevar tanto tiempo dormido si
aún tenía la congestión nasal del llanto.
Miró hacia su cama, e hizo un esfuerzo tembloroso en levantarse para acercarse a ella.
Todo su cuerpo dolía de lo entumecido que estaba, y quería estar un poco más cómodo
y cálido. Se había negado antes a recostarse en medio de su paranoia, pero debía
calmarse un poco para no perder la cabeza. Mientras más pronto durmiera y el día lo
abrigara, mejor sería.
Había revisado miles de veces que la puerta y todas las ventanas estuvieran aseguradas.
No servía de nada estar en vela toda la noche, quizá desconectar su cabeza del mundo
podría hacerle mejorar para pensar con más claridad.
Pero cuando el estruendo que había creído extinto volvió a escucharse, y esa vez más
fuerte...
Capítulo 46
El cuerpo de Taehyung se heló. Estuvo a punto de recostarse en su cama cuando había
oído aquel sonido.11
Aquellos golpes.
Intentó pellizcarse en la urgencia de despertarse del mal sueño. Retuvo el aire cuando no
ocurrió nada, cuando nada cambió. De verdad estaba pasando.
Imágenes fugaces cruzaron por su cabeza impulsadas por sus miedos. ¿Habría venido Ji?
¿Qué iba a hacerle? ¿Iba a golpearlo? ¿Iba a amenazarlo más? ¿Qué más cosas quería
quitarle?8
El temblor se reanudó, primero en sus labios, y luego le recorrió todo el cuerpo como la
más lenta tortura. Su primer impulso fue el de pegar las piernas a su pecho, para
abrigarse a sí mismo. Contenerse. Intentando mantener algo de calma en sus
pensamientos. Frenó las lágrimas que volvieron a acumularse en sus ojos.1
Solo tocaban su puerta. No tenía que ser estrictamente algo malo. Quizá solo estaba
muy aterrado y sugestionado.1
La paranoia filtrando sus pensamientos no estuvo de acuerdo. Ji vino por mí. Ji vino por
mí. 5
Fanfic
Cerró y apretó los ojos, el aire cada vez más inalcanzable para sus pulmones. Odiaba con
todo su corazón sentirse así de vulnerable, así de desprotegido. ¿Cómo era que había
terminado tan metido en esto? ¿Cómo era él un obstáculo para Ji? ¿Por qué no los
dejaba vivir tranquilos?
Empuñó entonces las manos, enojándose. Tenía que dejar de sacar conclusiones. Quizá
no era Ji. Y si lo era, no lo sabría si no iba y lo enfentaba.
Porque quizá era Yoongi. Quizá era Ha Neul, o tal vez su padre. La noticia del incendio
ya debería haberse propagado para entonces.13
Porque aún podía fingir que no estaba si veía a alguien que no quisiera a través del ojillo
mágico. Retuvo la respiración mientras cruzaba su apartamento hasta la entrada, y con el
cuerpo débil se posó frente a la puerta. ¿Debía tomar un cuchillo o algo así?
Rogó porque no fuera nada malo. No aguantaría algo más, necesitaba un descanso.
Así que se acercó lentamente y se empinó ligeramente. Las puntas de sus dedos
presionaron la superficie de madera de la puerta, inestables. Pero antes de que lograra
enfocar la vista, aquella presencia tras la puerta volvió a tocar.
Y otra vez.
Fanfic
Y no pararon.
Los golpes siguieron. Soltó un respingo. Las lágrimas que colgaban de su mentón
cayeron hasta sus pies.
Y su congestionada cabeza, presa del pánico, no le dejó escuchar los gritos que le pedían
abrir.
Tras la puerta, con el cuerpo rígido y los nudillos enrojecidos por la insistencia, un Jeon
Jungkook, bastante desquiciado de la impaciencia, intentaba no perder la calma. 17
Habían pasado más de dos horas de llamadas sin respuestas, más de dos horas de
completa incertidumbre. Después de encontrar aquel desastre en el café, después de
enterarse de lo que decían, después de pensar que algo le había ocurrido.
Pero ahora, detrás de la puerta, sin más opciones de búsqueda, había comenzado a
escuchar un llanto.6
Y era Taehyung.
Empuñó sus manos y volvió a golpear la puerta. Aquel desgarrador sonido le removió
desagradable en el estómago, su corazón cada vez más rápido y nervioso.
—¡Taehyung!
El chico, dentro del departamento, con toda la cara húmeda y enrojecida continuó
llorando, sintiendo su cuerpo al tope, como si fuera a desplomarse. Respirar no debió ser
tan difícil. Organizar sus lloriqueos con el aire no debió complicarse tanto. Se golpeó el
pecho.
El pánico distorsionó su alrededor. Se mordió con fuerza el labio y bajó la cabeza. Estaba
mareado ahora.
Se llevó ambas manos al cabello y haló de sus hebras quizá con demasiada fuerza,
ahogándose.
—¡TAEHYUNG!
Escuchar su corazón, sentir sus piernas, todo se volvió ajeno cuando, finalmente, dejó
que la voz de afuera le calara adentro.
—¡Soy Jungkook!36
El pelinegro, detrás de la puerta, empuñó sus manos. ¿Por qué el repentino silencio?
¿Qué sucedía ahora? ¿Estaba Taehyung bien?
Tragó saliva, su garganta reseca. Sus ojos yacían abiertos como platos tras sus lentes
redondos.
No tuvo tiempo de pensar en lo sucias que estarían sus manos de tocar tanto la puerta.
Él estaba completamente alarmado por el silencio ahora.
Hasta que la luz de los pasillos dejó ver una temblorosa figura que yacía bajo él.
Kim Taehyung, el Kim Taehyung que conocía brillante y escandaloso, lo miró con sus
ojos rojos e hinchados, su cuerpo titiritando. Su cabello enmarañado se le pegaba a las
mejillas húmedas, su cuerpo cubierto con unos vaqueros y una camisa de mangas
blancas que parecía quedarle demasiado grande. Sus ojitos vidriosos lo miraban con
desasosiego vivo en ellos. 27
Entonces fue que sus brazos, que habían yacido abrazando su torso, se soltaron con
lentitud. La primera señal de rendición, con su corazón agotado del pánico, pero su
entera existencia callada, solo mirando a Jungkook. Sus brazos cayeron a sus costados,
descubriendo las marcas de sangre corrompiendo la tela en sus antebrazos.
La pequeña nota, con sus fibras desechas e ilegibles a ese punto, cayó al suelo.
Porque en aquel momento la única conexión con la cordura eran los ojos chocolate de
aquel hombre.
—¿Taehyung?
El castaño tragó saliva, e intentó arreglar un par de palabras para decirlas. Algo que lo
explicara. Algo que lo protegiera. Sin embargo, lo único que pudo musitar, sin aliento,
fue:
—Voy a caerme.30
Y como si su cuerpo hubiera esperado por aquellas palabras, sus rodillas fallaron y lo
desplomaron.5
En un reflejo rápido, Jungkook lo tomó contra él, anonadado. Percibió el temblor que
emanaba el chico, y lo frío que estaba una vez lo acunó contra él. Su corazón latió fuerte
e intranquilo. Se adentró con el chico en brazos, y con dificultad buscó el interruptor de
luz para encenderlo. La habitación se iluminó unos segundos después.
—Taehyung... —le llamó, pero Taehyung no abrió sus ojos, respirando pesado—-
Taehyung, ¿Qué tienes? ¿Enfermaste?1
Se mordió los labios cuando las manchas de sangre fueron más notorias. Suspiró con
enojo, y volvió a acunarlo contra él para llevarlo al sofá de la sala, el más cercano. Lo
sentó allí con cuidado, arrodillándose contra él, sin dejar de sostener su cuerpo. No tuvo
tiempo de quejarse por la suciedad de la alfombra, ni intenciones de frenarse al apoyar
sus rodillas en ella, él solo tomó de las mejillas a Taehyung, buscando su atención. 1
Fanfic
Taehyung, gracias al toque, abrió con lentitud los ojos. Tardó en enfocar su vista en el
hombre que tenía al frente. Entonces suspiró de alivio.
Seguía allí.1
En su cabeza todo se veía demasiado surreal. Dios, jamás había añorado tanto dormir.
Fue entonces que sintió las manos de Jungkook subir sus mangas, abandonando sus
mejillas húmedas y pegajosas de sal. Con los párpados pesados siguió con la vista a sus
manos. Las manos de Jungkook.
Tenía varias banditas en las palmas. ¿Había su dermatitis empeorado? ¿Él estaba
realmente bien? miró su ceño fruncido sobre los lentes. Las lágrimas bajaron de nuevo,
por sus mejillas, sin su consentimiento.
Pero Jungkook estaba inquieto ante sus heridas. Parecía totalmente intencional. Tomó
sus manos hasta ver los residuos de sangre en sus dedos para confirmarlo.
Los ojos de Taehyung permanecieron impasibles y taciturnos contra los suyos. Las
lágrimas haciéndolos parecer más brillantes, más grandes, más profundos.
Pero Taehyung no dijo nada. Jungkook soltó con cuidado sus, suspirando bajo. Bien, lo
primero era crucial: debía desinfectar sus heridas y quitarle esas ropas sucias. Debía
lavarle el rostro y recogerle el cabello. ¿Había comido?47
Sin embargo, los labios del castaño se abrieron. Jungkook lo miró de inmediato,
expectante.
Fanfic
—Tengo frío...4
Jungkook solo se trabó en ellos, de repente tenso. Sintió como si viera una faceta de
Taehyung demasiado íntima. Sus mejillas se cubrieron de rubor cuando dirigió la mirada
a sus ojos de nuevo.
Joder, se veía tan vulnerable. El chico solía verse tan fuerte, brillante e independiente.
¿Qué era lo que le había dado esta apariencia? ¿Por qué ahora parecía un pequeño niño
desorientado que necesitaba protección?
Su mirada superaba incluso la que ponía cuando tenían sexo. Que incluso débil, deseoso
y también vulnerable, nunca perdía aquella chispa de voluntad en sus ojos. Estos que
miraba ahora estaba vacíos.
—Hace tanto frío... —musitó, con la voz rota. Entonces la cabeza de Jungkook volvió a la
tierra de su pequeño debate. Su primer instinto fue el de quitarse su abrigo y ponerlo
encima del chico. Acomodó su gabán negro en los hombros del hombre y acunó de
nuevo su rostro con las palmas.
Se veía realmente mal. Sus manos no tardaron en humedecerse por las lágrimas que
emanaba.
—Oye, mejillitas... —susurró, lo más blando posible, su voz inestable—. Deja de llorar. Te
enfermarás.66
¿Qué más le quedaba en aquel momento que ser condescendiente? No podía, ni aunque
quisiera, simplemente dejarlo... En aquel estado.
Fanfic
Quizá no eran cercanos. Pero si Taehyung había estado solo todo ese tiempo... ¿Por qué
no podía aminorar eso? Al menos por ese momento. A Jungkook no le gustaba... no le
agradaba verlo así. 2
El chico soltó un sollozo, sus toques angustiosos cuando buscó con las manos aferrarse
de Jungkook. El pelinegro, que solo se había limitado a mirarlo, comprendió que
Taehyung no tenía el control de sí en aquel momento. Entonces no pudo evitarlo.
Se incorporó, se sentó junto a él, y tomándolo con cuidado del brazo lo atrajo hacia él.
Lo rodeó con los brazos, y lo apretó contra su pecho. La mejilla del chico quedó contra el
centro de su pecho.26
Taehyung, con el corazón doliendo y su interior apagándose, lloró más fuerte al sentir la
calidez de Jungkook contra su cuerpo. No estaba solo. Ya no. 59
El olor a café de Taehyung llegó hasta el olfato de Jungkook. Posó entonces una de sus
manos en su cabeza, acunándolo. El castaño estalló, cada vez más ahogado en su llanto,
cada vez más mareado, de nuevo. Jungkook solo lo sostuvo.
Sin embargo, en medio de sus lloriqueos, Taehyung musitó algo que resultó ininteligible
para Jungkook.
Obligando a detener un poco su llanto, y con sus brazos ahora aferrándose a Jungkook,
Taehyung lo repitió.
Las cejas de Jungkook se alzaron un poco en su sorpresa. Intentó alejar al chico de él,
para poder hablarle, pero Taehyung lo impidió, apretándolo más, aferrándose más.
—No vayas a soltarme. Por favor. Por favor. —repitió Taehyung, con la voz nasal y
congestionada. Su angustia logrando desenredarse contra su toque.
—No te soltaré.
Fanfic
Capítulo 47
La fuerte ventisca hizo que las ventanas chillaran.
Sí, consolando. Solo decirlo ya resultaba extraño. Y aunque era extraño a morir, su cabeza
cansada no deseaba buscarle una razón. No en ese momento. Sólo se sentía
profundamente agradecido por aquello y no quería cambiarlo.
Sin embargo, sintió el impulso de abrir los ojos, solo para mirarlo, detallarlo. Pero se
quedó quieto un instante más, queriendo conservar más de aquella calma consigo. Su
corazón se sentía agotado. Atascado y encerrado. Pero por solo un momento, quería
concentrarse en otra cosa. En esa calma, en aquel sosiego que Jungkook había traído
con su llegada.
Fanfic
Entonces abrió los ojitos, lentamente. Lo primero que vio fue la nieve cayendo afuera.
Aquellos copos diminutos y blancos que le desagradaban tanto. No obstante, mirarlos de
esa forma, lejanos al frío desde la cama, con las constantes caricias en su cabello, no les
provocó el desagrado usual. No lo eran. No así. Así eran bonitos. 19
Sí, bonitos. Porque aunque eran fríos e incontrolables ventanas afuera, no le hacían sentir
nada. Ya no había rastro del frío que solía calarle, del que siempre era víctima. La imagen
era etérea solo alejándose de ellos.
Pensó en un par de segundos lo horroroso que debía verse: con toda la cara roja, la nariz
húmeda y los ojos irritados, y quiso avergonzarse, pero no logró. Su corazón parecía
estar entumecido de emociones, saturado, incapaz de digerir nada. Entonces no
importaba.
No.
Porque la mañana llegaría, y esto acabaría. Así que aún no, se dijo así mismo, atrayendo
su atención al abrir sus labios. Jungkook lo miró cuando susurró, lastimado:
―¿Por qué viniste? ―musitó, con los ojos vidriosos. No supo por qué lo preguntaba si
no quería oír la respuesta, pero las palabras ya estaban en el aire. Las comisuras de los
labios de Jungkook se tensaron, marcando unos leves hoyuelos en los extremos. ¿Esos
hoyuelos siempre habían estado allí?4
Su cabeza se cerró a argumentos fuera de lo rígido entre ellos. Quizá sólo iba a ir a
buscarle hoy. Como lo hacía a veces. Para que se vieran, para lo único que lo necesitaba.
Fanfic
Sexo.39
Se mordió el interior de la mejilla. Sí, debía ser eso. A lo mejor y había sido eso.
―Ah... ―fue lo único que logró responder, desviando la mirada. Fueron cortos e
intensos los segundos en los que se arrepintió por preguntarlo. Ahora se sentía
extraño.52
―¿Qué? ―preguntó, tentado a acicalarse de nuevo contra sus manos cuando sus
caricias cesaron. Jungkook debió notarlo, porque reanudó sus manos. 0
―¿Qué fue lo que pasó? ―preguntó, deseando que no cometiera algún error al hacerlo.
No sabía qué tan listo se sentía para compartirlo, pero él quería saber. Taehyung lo miró
por un par de segundos, dejando sus labios entreabiertos, y cerró los párpados con una
expresión agria en ellos.
Quizá él no necesitaba escuchar eso. A fin de cuentas, no le incumbía. Sólo había sido un
testigo casual e inesperado de todo aquello. Porque el chico no le había llamado, o algo
por el estilo. No era su problema.
Pero él...1
―¿Qué fue lo que escuchaste? ―preguntó en respuesta, su voz grave y rígida. Rogó
interiormente porque no detuviera sus caricias o perdería de nuevo la calma.
Una sonrisa triste se enmarcó en los labios de Taehyung, que mirando a Jungkook, se
odió a sí mismo por el desastre de llanto que estaba volviendo a desatarse. Porque él...1
No sabía si era una buena idea. Pero joder, su corazón iba a explotar si no compartía lo
que había pasado. Callárselo estaba matándole.
Igualmente, ya todo estaba arruinado, ¿Qué más tenía para perder si tan solo lo decía?
¿De qué se preocupaba?
[♦♦♦]
¿Señor Jeon? Así solían llamar a su padre, a su difunto padre. Se removió ligeramente.
Fanfic
Sintió entonces algo húmedo bajo su oreja, y bajando hasta su cuello. Su piel comenzó a
erizarse, y su cuerpo a despertarse, muy en contra de su voluntad.
―Jungkook...
Su cabeza se espabiló así, con lentitud. Intentó estirarse, pero algo encima suyo lo
impidió. Un olor a suavizante distinto al que usaba se le enredó en las fosas nasales, con
un leve aroma a café.
―Papi... despierta.88
Aquello le hizo abrir los ojos de golpe, provocándole mareos. ¿Había oído lo que había
oído?
Fue entonces que oyó un bufido mirando sus ojos aún ciegos a la realidad. ―Maldito
pervertido, despiertas sólo si te llamo así.183
Aquel tono altanero le hizo despertar por completo. Su mirada se aclaró finalmente, y
enfocó a Taehyung, que sobre él y con los ojos ligeramente hinchados, le devolvía la
mirada con una ceja alzada y un deje de desdén.
Taehyung esbozó una sonrisa, que delineó un cuadrado en su boca. Negó con la cabeza.
―¿El tonto con qué? No dije nada. Y tengo más que claro que no tengo que bufar.
―respondió, juguetón, burlón. Un insolente.2
―Kim Taehyung...
―¡De veras! No dije nada. ―exclamó, con inocencia falsa en sus ojitos angelicales―.
¿Estás completamente despierto, que estás escuchando cosas raras?
―Pareces un viejito amargado. Relaja el ceño, te arrugarás. ―le dijo, poniendo su dedo
índice en el entrecejo para deshacer su tensión.53
Aquello le hizo levantar una ceja al pelinegro, algo confundido en el fondo. ¿En verdad
no había dicho eso? ¿No le había llamado papi? En su pecho golpeó la desilusión. Que se
jodiera él en sus fetiches. 26
―¿Para qué me despiertas? ―cuestionó entonces, con malgenio―. ¿Son tantas tus
ganas de fastidiar mi existencia? Tengo trabajo y tengo que descansar, ninguno de los
dos ha dormido mucho. ―preguntó, con seriedad, mirando al castaño con algo de
molestia. Taehyung rodó los ojos, y Jungkook casi quiso quejarse por eso si no fuera
porque lo tenía encima y aún tenía sueño. No quería que se moviera de allí.
―¿Acaso soy el único que lo nota? ―cuestionó, dejando caer su mejilla en el pecho
ajeno, su voz obstruyéndose como mimoso. 1
―Hemos estado demasiado tiempo en una cama sin hacer nada. Incluso seguimos
vestidos. ―exclamó, totalmente desvergonzado. Jungkook alzó ambas cejas, y rio con
sequedad.24
Fanfic
―¿Me despiertas por sexo? ―preguntó, más interesado que fastidiado, queriendo
picarlo un poco. 22
Taehyung apretó los dientes, y arrugó la nariz con molestia. Jungkook era un experto en
dañar momentos.4
―¿Sabes qué? Jódete. Sigue con tu estúpida hora de dormir. ―se quejó, y comenzó a
removerse para levantarse.12
―Suéltame. ―pidió, entre dientes, y algo sonrojado ahora. Su cabello, que caía en sus
hombros, parecía dorado con los rayos del sol que se colaban por la ventana y lo
tocaban.
Jungkook gruñó de nuevo, y puso una de sus manos en la nuca del castaño.1
―Esa boca tuya... ―musitó, trayéndole para besarle. Taehyung intentó resistirse, no lo
logró―. Eres un niño grosero y atrevido, joder. ―volvió a besarlo, y fue entonces que
Taehyung se dejó ser besado. Jungkook le mordió el labio inferior, haciéndole soltar un
quejido―. ¿Cómo puedes llamarme así y luego hacerte el tonto, Taehyung?
―Dilo otra vez. ―pidió, mandando una de sus manos bajo la camisa de Taehyung. El
chico gimió bajito cuando retorció uno de sus pezones con los dedos.12
―¿Decir qué? ―preguntó, esbozando una sonrisa socarrona, ahora un poco agitado.
Fanfic
―No.
―Dilo, Taehyung.
Entonces Jungkook le quitó la camisa blanca de mangas que llevaba, y aún permanecía
con manchas de sangre. Se acercó a su cuello, inhalando profundo su aroma a café y
comenzó a besarle la piel. Taehyung gimió bajito.6
―No. ―repitió Taehyung, con la voz algo entrecortada. Llevó las manos al cabello de
Jungkook, y enredó los dedos en sus hebras, sus yemas encariñadas. Sonrió con maldad
cuando Jungkook gruñó de rabia contra él.
[♦♦♦]
embargo, no ayudó mucho tener a Jungkook y sus 61 kilos encima. Respiró con
dificultad. 116
Y vaya que buena idea no era, no en ese momento. En ninguno, realmente. Porque tanto
Taehyung como Jungkook sabían qué significaba cuando le daba por hablar justo
después de correrse: iba a espetar verdades sin filtro.
Jungkook, que hasta aquel momento había estado perdido en las sensaciones, se
removió un poco poniéndole atención. ¿Qué había dicho?
―Calmarme... ―comenzó.
―Calmarme y... y llevarme a un punto en el que no soy consciente de... ―tomó una
bocanada de aire que se agotó con rapidez―. El desastre que soy.
Fanfic
Taehyung dijo eso con tanta normalidad, que hizo a Jungkook sorprenderse.
―Incluso con todo esto... ―continuó―. Amenazado, sin trabajo, prontamente sin casa y
más angustiado que nunca... Me haces sentir como si estuviera por encima de todo.59
―¿Por qué sin casa? ―preguntó entonces, atascado en su expresión y en el agobio que
se fabricaba en su estómago. Taehyung abultó un poco sus labios.
―¿Cómo que por qué? No tendré ingresos con qué... pagar la renta... ―musitó, ahora
adormilado. Soltó un bostezo, y dejó caer las manos―. No sé que rayos voy a hacer.1
Jungkook no supo qué responder, tampoco. Él solo dejó caer su cabeza en el hueco de
su cuello, para existir allí. Estuvo en silencio hasta que encontró algo qué preguntar. Algo
que también retumbaba en su cabeza.
Esperó una respuesta, y pensó por un momento que quizá Taehyung había vuelto a
dormirse.
Jungkook se permitió cerrar los ojos y solo relajarse. Él no controló cuando su boca
habló de nuevo.
―No vuelvas a hacerlo... ―pidió. Las manos de Taehyung volvían a subir a su espalda.
―Es curioso que tú me pidas eso, si amas hacerme daño.―respondió, con somnolencia
y un deje lejano de diversión en su voz.7
Fanfic
―No, en realidad tiene mucho sentido. ―afirmó, su corazón un poco más inquieto.
Esperó que Taehyung no lo notara―. Sólo yo... ―sopesó las palabras que estaba a
punto de soltar―. Sólo yo puedo hacerte daño.79
―De acuerdo, señor Jeon. ―ya no sonaba somnoliento―. No pareces con prisa. Deben
ser más de las ocho, ¿no tienes que ir a trabajar?
―Me... quedaré.
―¿Te quedarás...?
Capítulo 48
―Está haciendo una mañana cálida, ¿no lo crees? ―musitó Taehyung, mirando a su
gatita Frida en el otro extremo de la habitación. La felina le devolvió la mirada, sus
pequeñas pupilas disminuyeron su tamaño, amenas contra los ojos de su humano.
Taehyung inhaló profundo y volvió a mirar por la ventana. El sol atravesaba las nubes lo
suficiente para quitarle el aspecto grisáceo a los alrededores. La nieve había sido
apaleada temprano. Todo se veía despejado y un poco más colorido.
Y tan triste que sentía el cuerpo pesado y apagado. Frida se recostó en la mesa en la que
reposaba y cerró sus pequeños ojos. Taehyung la contempló un par de minutos más. 1
Volvió entonces la vista hacia la cocina, donde estaba Jungkook. No era que
Jungkook estuviera ahí, exactamente. El hombre había estado haciendo llamadas casi
toda la mañana, dejando a Taehyung perdido en sus pensamientos. Su caprichosa
actitud se elevó, inevitable.
Si para esto había decidido quedarse, Taehyung prefería que se fuera. Bufó bajito,
atrayendo las piernas a su pecho.8
juego de mesa... y follar de nuevo. Pero en vez de, al menos, conversar sobre algo, el
hombre había estado recorriendo todo el lugar levantando y acomodando cosas
mientras mantenía su conversación por el móvil.39
Había querido detenerlo, claro. Taehyung odiaba con todo su corazón que tocaran sus
cosas. Seokjin lo sabía, así que nunca lo había molestado; pero después de que Jungkook
le diera su mirada de «No te entrometas si no quieres un castigo» y lo mandara bañarse,
había preferido no discutir con él y solo observarlo. A ese punto de su interacción,
Taehyung ya estaba completamente inmiscuido en su relación de poder. No pensaba
mucho en ello, para no avergonzarse, y no tenía que echarle cabeza en el momento que
Jungkook ponía su dedo, su cinturón o su boca sobre él. A él, solo... no le desagradaba.
Todo lo contrario. La palabra segura aún estaba sin utilizar y Jungkook siempre vigilaba
que estuviera bien.
Quizás por eso quería tanto su atención ahora. Lo fulminó con enojo. Tonto.3
Jeon Jungkook, por su lado, mientras conversaba con Jimin en el móvil por su trabajo,
frunció su boca al ver platos sucios en el fregadero. En su aventura de exploración, esa
mañana, había descubierto las condiciones en las que había estado viviendo Taehyung.
Su corazón latió con ansiedad, alcanzando la esponja. La miró dos veces, reparando en
su vejez. ¿Cómo era que Taehyung podía vivir en medio de todo ese desorden y
suciedad? Tenía que corregir eso, y sí que lo iba a reprender luego por intentar detenerlo
cuando había comenzado a organizar un poco el lugar; pero ya había hecho avances. La
luz entraba por las ventanas. La cama estaba hecha.
Toda la ropa sucia que Taehyung había dejado en los pasillos y su habitación ahora
estaba en bolsas de telas pendientes para ir a la lavandería, y esas no eran buenas
Fanfic
noticias, exactamente. El insolente tampoco tenía una lavadora. Ser dependiente a las
lavanderías era irritante, ¿por qué Taehyung no podía verlo?
¿Cómo podía insertarle un chip de Sentido Común en la nuca, como en las películas?
Acomodó el teléfono celular entre su hombro y oreja cuando se puso en marcha con los
platos. Ya había desechado las vendas de sus palmas para entonces, así que cuando el
jabón tocó sus heridas, se estremeció por el ardor que el contacto con el químico le
provocó. Miró sus manos con enojo.3
Maldita sea, cuánto odiaba aquella enfermedad. ¿Por qué podía existir una alergia al
jabón, siendo coherentes? ¿No era el jabón uno de los mejores inventos de la
humanidad? ¿Por qué el exceso de éste podía debilitar tanto su piel? Bufó en medio de
la llamada. Jimin preguntó, y él solo lo evadió. 20
Aún tenía la ropa del día anterior. Había tomado una ducha, claro, pero se sentía
incómodo.
Porque al menos esta vez, en medio de su dolor, no le había echado como la primera
vez que habían amanecido juntos o casi huido como aquella vez en su apartamento. No
Fanfic
quería agravar nada hasta tal punto, sabiendo cómo se irritaba de fácil en su presencia y
lo mal que estaba. Esto era un avance. 1
Se quedó mirando la esquina del cuarto, donde habían comenzado su primera noche
juntos. Se relamió los labios, bajando la cabeza.
Suspiró de nuevo, y recordando tener las manos limpias ―gracias al cielo―, se pasó las
manos por el cabello. Miró sus alrededores conscietemente, encontrándolos sin
Taehyung. ¿Dónde se había metido?
Entonces un poco más incómodo que antes, se dio la vuelta, alejándose, y fue hasta la
habitación.
Encontró a Taehyung hecho bolita en la cama. Parecía estar dormido. ¿Hace cuánto se
habría escabullido en silencio?3
Volvió a pasarse las manos por el cabello, no sabiendo cómo más drenar la inquietud
que permanecía en su corazón, y se acercó con lentitud. La cortina de ositos con la luz
del sol parecía estampar todo el lugar, y entre sábanas, Taehyung dormía de forma
intranquila aferrado al edredón. Jungkook se arrodilló a su lado y se dejó caer en sus
piernas. Un osito reposaba en su pómulo. 14
Fanfic
Respiró hondo, contemplándolo dormir. Taehyung se veía tenso, con sus hombros
encorvados y su ceño fruncido. Su piel, naturalmente acanelada se veía pálida. ―él se
había asegurado de que su comida estuviera caliente, ¿por qué seguía tan pálido aún?―.
Sus ojos, aún cerrados, parecían hinchados, y habían grandes ojeras bajo ellos. Empuñó
sus manos, sintiendo la compasión ―terrible enemiga suya―, hacer juegos en su
pecho.1
Pensó en alcanzar una toalla y secarle, pero algo en él lo detuvo. Quizá era sólo que no
quería perturbar su sueño. El chico no había dormido mucho para ese momento. 1
Ahora conociendo la historia que el castaño le había contado en medio de lágrimas esa
madrugada, podía afirmar que Taehyung se había involucrado de forma involuntaria en
el problema ―gran problema―, de su amigo, Yoongi. Sus buenas intenciones lo habían
llevado hasta allí, y se habían enredado en su cuello para asfixiarlo. Para ser algo
reciente, aquella situación tenía más antecedentes y nudos de los que habría pensado.1
¿Era ese pelirrojo que había visto de vez en cuándo en el café, el grandísimo idiota que
tenía amenazado a Taehyung?124
Frunció el ceño, sus dedos aún jugando con el mechón mojado. En definitiva, la buena
apariencia que daba, distaba demasiado de su verdadero ser. Miró al bello durmiente
con más enojo,6
Tonto, ¿Cómo es que llegaste a parar en esto? ¿Por qué no tienes más cuidado?4
Fanfic
No quería culparlo. No era su culpa. ¿Pero no era el comportamiento del que le había
hablado parecido a la de un niño torpe haciéndose pasar por un Agente Secreto? Si
incluso su amigo le había pedido que se mantuviera lejos de aquel problema, ¿por qué
insistía? ¿Tanto quería a ese hombre?2
Su estómago se revolvió. ¿Tanto daba Taehyung por las personas que quería?97
El cabello largo del chico, en un movimiento sin parar de dormir, le cubrió el rostro.
Jungkook, más en un impulso que cualquier cosa, ya adueñado cautelosamente de sus
mechones, acercó los dedos y apartó las hebras para dejar su rostro despejado. Sus
nudillos rozaron la piel del muchacho, y entonces de detuvo, dejando sus dedos a
pulgadas de su mejilla.
Sus ojos se abrieron un poco más, notando, con el chico más recostado en su costado,
un objeto al cual sus manos se aferraban. Se inclinó ligeramente para ver de qué se
trataba, y cuando lo supo, se alejó. 1
Era aquel collar de dije azul de barro que le había quitado hace un tiempo.13
Hizo un mohín, y volvió a suspirar, levantándose. Él era más suspiros que persona, a ese
punto. Miró la hora en su móvil, y decidió que era un buen momento para irse. Aunque
por el estado de Taehyung hubiera querido quedarse, solo le habían permitido la mitad
del día libre en el trabajo y tenía que ir a cambiarse de ropa. 1
Se pasó las manos por el cabello una última vez, y dejó fluir la ansiedad que había
estado evitando toda la mañana. Su corazón comenzó a latir con más velocidad cuando
cerró con cuidado la puerta, estando ya afuera del apartamento.
Sino porque tenía que pensar, después de ser testigo de todo esto, si iba a ayudar en
algo a Taehyung.
Capítulo 49
Kim Taehyung se removió en su cama, el sol del medio día queriendo salvarlo del mundo
de sus sueños.
El frío que creyó que había olvidado era real en su cabeza. La oscuridad que el día se
había llevado estaba fresco y realista en aquel delirio aumentando su ritmo cardíaco.
No.
Bajo la tétrica sonrisa de aquel pelirrojo, y las lágrimas de su compañero. Sus manos
rodeando posesivamente en su cuello.
Detente, no...
Fanfic
«Sé romper más que huesos, Kim Taehyung. Soy bueno en la oscuridad y escabulléndome
en silencio»
―¡No! ―gritó, sin aliento, su voz rota, despertándose de un golpe. Él sentía el corazón
en la garganta. Él juraba que el corazón le palpitaba en la faringe.
―¿Jungkook?89
―¡Jungkook! ―apoyó sus manos temblorosas en la cama, sus oídos ansiando una
respuesta.
Se pasó el puño por una de sus mejillas. La limpieza de lágrimas lo dejó irritado. ¿Habría
estado el hombre allí, siquiera? ¿No había sido un sueño, en el que le consolaba y
tranquilizaba?
Entonces se incorporó. Con manos temblorosas y el cuerpo débil, tanteó por todos lados
buscando su móvil.
Soltó un quejido, y abultó los labios y mejillas para reprimir las lágrimas que ya estaban
saliendo. Encontró el aparato enredado en las sábanas, y lo encendió.4
Quería gritar. Quería salir corriendo. ¿Por qué seguía con el corazón en la garganta?
quería vomitar.
Cuando la pantalla de bloqueo se mostró por fin, buscó con torpeza el ícono de llamada.
Pero se detuvo entre su agite. Sus dedos temblaron
Pero él no sabía nada. ¿Cómo iba a alterarlo ahora? no. Él no era una opción.
―Mierda...
No, la chica debía estar en clases. ¿Cómo iba a poner tremendo problema en su día?
¿Jungkook?88
[♦♦♦]3
¿Cómo podía ayudar a Taehyung? era él tan ajeno a la situación, que en verdad no sabía
qué hacer. Había estado pensando, pensando incansablemente ante la imagen de
Taehyung lloroso y angustiado en su cabeza.
Porque era más que obvio, según la versión de Taehyung, que tratar con el tonto
pelirrojo por los medios tradicionales no era en lo absoluto eficiente. Incluso sus
coartadas, sus métodos de acción parecían no haberle dejado rastro o algo de lo que
pensara obtener respuestas.1
Él no podía simplemente actuar sin saber primero con exactitud qué, cómo y cuándo
había sucedido. Antes de cualquier cosa, antes de dar el más mínimo paso.
No era como si no creyera en lo que decía Taehyung, sino que necesitaba tener una vista
mucho más amplia del gran nudo en el que estaban.
Joder, ya se sentía detective. ¿No deberían acudir a uno real en primer lugar?4
Porque nada de esto era una broma. Era algo serio que había llevado la vida de dos
personas a un colapso seguro, afectándolo incluso a él.
Sí, se había metido en el pequeño armario que tenía en su oficina. Era el único lugar de
esa jodida empresa en el que tenía privacidad, en el que podía pensar sin interrupciones.
Él se había asegurado de que no conservara polvo.5
El corazón le latió en los oídos, viendo sus nudillos palidecer por la presión que les
ejercía sobre la superficie. Su lengua le golpeó la mejilla, y su ceño permaneció fruncido;
Fanfic
igual como había quedado desde que había puesto un pie fuera del departamento de
Taehyung.
Cerró los ojos, sus mientes víctimas de recuerdos. El rostro enrojecido de Taehyung, su
llanto escandaloso. Sus antebrazos heridos. Sus quejidos.
Maldita sea.
Puso la mano en el pomo y le dio la vuelta. Abrió la puerta con lentitud, descubriendo a
Dong Yul. Sus ojos estaban ojeros bajo su cabello negro bien peinado, mientras lo
miraba, expectante. Esos orbes decían algo. 1
―¿Necesitas algo? ―preguntó Jungkook ante su escrutinio, sin muchos modales. Dong
Yul frunció los labios y alzó un poco una de sus cejas, pareciendo menos legible, más
denso y cerrado. Fue completamente evidente para Jungkook que estaba enviándole un
mensaje, aún así el chico no dijera nada.4
Pero en vez de recibir una respuesta, el chico alzó una de sus manos, y en un abrir y
cerrar de ojos, acomodó los lentes redondos de Jungkook, que sin saberlo permanecían
torcidos. El cuerpo de Jungkook, sin embargo, tuvo los milisegundos suficientes para
tensarse. ¿Por qué sus manos estaban cerca de él? ¿Al menos estarían...? 40
―No se preocupe, Sunbae. Mis manos están limpias. ―dijo, sin cambiar su expresión, y
terminando de acomodar los lentes. Bajó la mano, y entonces alzó la otra, ignorando la
Fanfic
Jungkook a penas si logró espabilar. ¿Había leído el chico su mente hace unos
segundos?
Parpadeó un par de veces, rápido, y miró su móvil en las palmas ajenas. La pantalla
estaba encendida y señalaba tres llamadas perdidas.
Su expresión denotó desconcierto. Miró una última vez al chico antes de tomarlo, y
agradecerle.
Bajó entonces la mirada hasta su móvil, y lo desbloqueó. Fue hasta las llamadas perdidas,
y retuvo el aliento al darse cuenta que Taehyung había estado llamando. Su corazón,
inevitablemente, dio un brinco. ¿Había pasado algo? ¿Estaba bien? Al parecer ya podía
ser paranoico también.
Devolviendo la llamada, no pensó mucho en ello, pero fue evidente. Jungkook estaba
preocupándose por primera vez, abiertamente, por Taehyung.
Aquella forma de contestar entumeció de repente todo en él. Taehyung, que había
acabado de contestar, sonaba completamente enojado. Su corazón latió con más fuerza,
no teniendo oportunidad de enfadarse demasiado cuando le oyó sollozar bajito.
Fanfic
―¿Qué pasa, Taehyung? ―preguntó, manteniéndose calmo. Su voz quería ser suave. ¿Él
podía ser suave?3
Aquello hizo a Jungkook gruñir. El chico aún oprimía los botones incorrectos en él.
―¡Cállate!13
―Taehyung... por favor, dime qué ocurre. ― pidió, intentando ser y sonar lo más
condescendiente que pudiera. Su estómago se revolvió cuando el chico lloró con más
fuerza. ¿Lo había hecho mal? ¿Se había equivocado?
―Aquí... estoy... ―fue lo único que logró musitar, sintiendo un cóctel de emociones
extrañas recorrerle el cuerpo. Frustración. Impotencia. Algo más amargo que aquellos
dos―. Disculpa la demora.5
―Taehyung...
―N-No quiero... estar más tiempo aquí... Quiero irme. ―lloriqueó, para sorpresa de
Jungkook―. Él sabe dónde vivo. Quiero irme de aquí... él va... é-él va a-a...
―Taehyung.
―No...
―Pero él...
―¿Qué?
―¿Taehyung?
―Bien.
[♦♦♦]
La puerta rechinó un poco mientras era abierta con lentitud, y cuando vio a Taehyung,
fingió no sentir nada en su pecho al ver de nuevo sus ojitos rojos y su nariz húmeda.76
Taehyung pareció evitar su mirada, y dándole espacio, Jungkook solo entró y cerró la
puerta. Una vez adentro, se sentaron en la salita de estar. Uno frente al otro. Jungkook se
cruzó de brazos.
Taehyung, que seguía con el cabello despeinado y recostaba la cabeza en las rodillas que
había puesto contra su pecho, asintió con la cabeza.
Jungkook ladeó un poco la cabeza, y con expresión neutra bien mantenida, cuestionó:
―No. ―admitió, encogiendo un poco sus hombros―. Pensé en mi... padre... pero él no
sabe nada aún y... no quiero hablar de esto con nadie ahora.
Jungkook apartó la mirada de él por un momento y volvió a suspirar. Vaya, esto cada vez
parecía más enredado.
Y bueno, tenía sentido. Con lo mal que lo había estado pasando allí encerrado, irse sí
podría traerle más tranquilidad. Pero aparentemente, sin tener a dónde irse... Jungkook
comenzaba a contemplar ideas locas. Demasiado locas.22
Le dio un vistazo rápido al apartamento, que seguía impecable, como él mismo lo había
dejado esa mañana. Intentó buscar más posibilidades, claro que lo hizo.
Porque lo único que parecía viable era demasiado para ese momento. Al menos para él.1
Volvió a mirar a Taehyung, que aún recostado, seguía con la mirada perdida. Le dijo que
iba a ayudarle a buscar una solución. ¿Exactamente, por qué?
Joder.
Se pasó las manos por el cabello, y se irritó por ello. ¿Cuántas veces en total lo había
hecho sólo ese día? Miró su manos con enojo. 1
Tomó una bocanada de aire, no creyendo que de verdad iba a decirlo. Se irguió en su
puesto y empuñó las manos en su regazo.87
―Taehyung.
―¿Mhm?
―Taehyung, mírame. ―le llamó. El chico, algo confundido por el deje de enfado en la
voz del hombre, obedeció sin problemas.
El castaño, al escuchar aquellas palabras, abrió los ojos tanto como si fueran platos. Su
corazón se sobresaltó tanto que pensó que Jungkook lo oyó.
El pelinegro se levantó.
―Hazlo ahora mismo. ―ordenó, con sus ojos duros―. Y por favor, dame la dirección de
tu amigo Yoongi.17
Capítulo 50
El inicio de una jaqueca hizo a Jeon Jungkook mover ligeramente su cuello mientras
subía las escaleras. Sentía pisadas tras él, y su corazón al olvidarlo en milisegundos, se
sobresaltaba cada tanto.
Intentó calmarse diciéndose a sí mismo que todo esto sería algo temporal. Que estaba
haciendo un favor. Que solo debía encontrar la forma de solucionar el problema y luego
volvería a la normalidad. Que no tenía por qué sentirse invadido por alguien que ya lo
había visto miles de veces desnudo. Funcionaba para darse paz mental.6
Con la cabeza en las nubes, apoyó mal el pie en una de las escaleras y se sintió resbalar.
Entonces en aquel impulso, las manos cálidas de Taehyung le recibieron la espalda para
que no perdiera el equilibrio. Muchas cosas pasaron por su cabeza en muy corto tiempo:
sí, Taehyung tenía las manos limpias porque le había hecho duchar una segunda vez
antes de irse y desde entonces no había tocado algo diferente a las correas de su bolso,
las llaves de su departamento y quizá la puerta del taxi en el que habían venido a su
apartamento. No era tanto como para escandalizarse mucho. No era tanto como para
escandalizarse mucho.9
Fanfic
Se lo habría tomado como algo normal, se habría obligado a dejarlo ir, si aquello no le
hubiera recordado de repente a su difunto vecino. Más exactamente, a la difunta pareja
de Taehyung. La primera vez que le había visto, y cómo le había ayudado con la última
caja de su mudanza antes de desaparecer de su vista para siempre.5
—¿Todo en orden? —preguntó él. Atento. Su cabello húmedo aún de la segunda ducha
bajo el gorro blanco y felpudo que llevaba. Su abrigo estaba todo mojado en los
hombros. Sus mejillas en el carmín del frío.
—Sí. —respondió Jungkook, seco, y se volvió para terminar de subir y sacar sus llaves,
aún no sabiendo qué hacer con la sensación persistente en su estómago. Taehyung solo
lo dejó ir, algo acostumbrado a su actitud amargada y voluble, y se rascó el rostro con
los puños sintiendo sus ojitos arder por los residuos del llanto, tras él. 13
Ambos llegaron al segundo piso, y Taehyung se hizo tras Jungkook, que abría la puerta.
Una especie de vértigo se enredó en las entrañas del castaño, desatado por la licuadora
de sensaciones que se había vuelto su pecho. Estuvo evadiéndolo todo el camino, pero
se volvió difícil en el umbral. Él estaba abrumado. Muy abrumado.
Y había un jodido mal presentimiento que no lo dejaba en paz. Porque si algo no podía
olvidar de la "relación" que tenían, o lo que fuera que los uniera, era que discutían con
demasiada facilidad. Si peleaban con frecuencia viviendo separados, ¿Cómo sería ahora?
¿Se habituarían un poco al otro teniendo en cuenta la situación en la que se encontraba
él? ¿Empeoraría?
Tragó saliva, escuchando los mecanismos de la puerta ceder a la llave, y se volvió para
mirar la puerta del enfrente solo por un segundo. La puerta de Seokjin.8
Tomó una bocanada grande de aire, alejando cualquier tipo de pensamiento que lo
pusiera peor y movió un poco los hombros para deshacerse de la tensión que les estaba
naciendo.
No tenía que preocuparse tanto. Tarde o temprano su padre iba a enterarse, y tendría
que irse con él le gustara o no. Así que no sería molestia para Jungkook por tanto
tiempo. Él se aseguraría de ello.
Porque volver a su departamento no era una opción. Iba a quedarse sin casa. Y volvería al
lugar en el que había crecido. Aunque estaba lleno de recuerdos, tal como aquella vez
luego de la muerte de Seokjin. ¿Por qué siempre que volvía a casa se hallaba destruido?
¿Por qué no podía encargarse de sí mismo?
Se mordió los labios, y entró al departamento tras Jungkook. Entrar a ese lugar era una
experiencia diferente, pensando que ahora tenía que quedarse. Percibió el aroma de
Jungkook impregnado en el aire, y se hizo más presión en los labios. Su corazón no daba
tregua.
Vio a Jungkook descalzarse, quitarse su abrigo, bufanda, y después darse la vuelta hacia
él.
Fanfic
Jungkook miró sus manos juntas un par de segundos, y espabiló para luego mirarlo
enarcando una de sus cejas.3
—¿Qué haces? Dame tu maleta. —espetó Jungkook, apartando la mano del toque de
Taehyung, indiferente. El chico parpadeó un poco confundido, y alzando las cejas con
sorpresa se sacó la maleta y se la entregó. 69
Despierta, hombre.
—Lo siento.
Taehyung, ahora algo cohibido, asintió con la cabeza más como reverencia y tomó sus
manos tras la espalda. Jungkook lo miró un par de segundos más y entonces se alejó,
para internarse en su habitación.
La calefacción del lugar le hizo dar algo de calor a Taehyung, que se quitó entonces el
abrigo y lo colgó en una percha. Se descalzó, dejando sus zapatos en la cómoda
destinada a ello, y frotando sus manos con ligero nerviosismo comenzó a caminar por la
habitación. Paseó por la sala de estar, entre los muebles negros y las mesitas de vidrio.
Todo estaba muy bien organizado. Cada estante de libros sin polvo, cada cojín en su
lugar, la mesa sin marcas de tazas. Era... ciertamente ameno, sí. El orden era genial.
Notó entonces que, difiriendo igual de las casas usuales, el pelinegro no tenía ningún
portarretrato o fotografía en sus estantes. Su curiosidad le golpeó la cabeza como
tocando una puerta. ¿Jungkook no tenía ninguna? ¿Era Jungkook tan cerrado? Ahora
que lo pensaba, ¿Qué era de su familia? ¿Alguna vez había tenido una pareja? ¿Por qué
parecía del tipo solitario y silencioso?2
Respiró profundo, alejándose del balcón y cerrando el ventanal. ¿Iba a hacer algo por su
cumpleaños? Caminó hasta la cocina, pensando que no sería una idea demasiado mala
hacer café. Era lo único para lo que servía realmente. 2
Cruzó el umbral de la puerta, ignorando los recuerdos que le traían la isla de mármol en
la mitad del lugar —en el que ya le habían follado innumerables veces el último mes y
medio—, y buscó el café molido en los estantes. Llenó después una tetera con agua y la
puso a calentar en la estufa al darse cuenta de que el hombre no tenía una cafetera.4
Comenzó a mordisquear su labio, sin ser muy consciente de hacerlo. En realidad no sabía
mucho de Jungkook: sabía su nombre, su número, su dirección y su trabajo. Aunque
bueno, sabía que trabajaba, más no exactamente en qué.
La confusión hizo juegos en su pecho. Fue inevitable. El agua hirvió, y volvió a la marcha
para hacer dos tazas de café, ignorando de nuevo su cabeza. Prestó atención a la
presentación de las tazas. 1
Una de café en esencia pura, y otra con dos de azúcar y una adición de crema. 14
—Hice un poco de café... —musitó, intentando ser gentil aunque quisiera insultar su cara
de desconcierto. Que se quejara y le sacaría la lengua.—. ¿Te apetece?
—Pero...110
—Es el que te gusta. —se apresuró a decir Taehyung—. ¿Piensas que soy tan tonto
como para hacer algo que sé que no beberías? Con todo lo que me has fastidiado con
eso...
Había bufado.
—Taehyung.
—Lo sien...
No logró terminar su frase cuando Jungkook le tomó de la nuca y chocó su boca con la
contraria. Taehyung respingó cuando Jungkook lo besó con brusquedad, sin saber si
debía corresponder o solo dejarse usar. El hombre le mordió con fuerza el labio,
haciéndolo quejar.20
Acarició entonces sus labios con los de Jungkook, su cuerpo respondiendo naturalmente,
olvidando el castigo. Dejó que sus manos le recorrieran el pecho hasta su mandíbula. Fue
Fanfic
dejándose llevar de a poco. Incluso se permitió gemir bajito cuando Jungkook comenzó
a recorrer con su mano su espalda. Cuando sus yemas cruzaban por su columna,
estremecerse era su única respuesta. Se perdió en su boca. Taehyung se perdió en ella,
olvidando el café, olvidando la tensión. Quería más. Más.
Jungkook terminó de dar un sorbo, y le miró. Sus ojos brillaban, pero su voz no fue
suave.
Jungkook se volvió por completo hacia él y con el pie acercó su silla hasta su cuerpo. Sus
piernas quedaron entre las del pelinegro, sus cuerpos cruzándose.
—Tengo un plan. —se complació Jungkook de poder anunciar, después de haber estado
horas dando vueltas en su cabeza—. Y aunque no garantizo que funcione, este plan no
puede realizarse si tú no estás en él.
—J-Jungkook...
—Sí, sé que da miedo. —se adelantó a decirle—. Sé que no será fácil. Pero no tuve una
idea mejor. — exclamó, con el corazón latiendo fuerte, y algo nervioso por la reacción de
Taehyung—. Si quieres buscar detener esto, puedes... optar por lo que quiero proponer.
Taehyung tragó saliva, sintiendo sus mejillas arder por el toque de Jungkook. Sus manos
quemaban, como siempre, pero esa vez fue diferente. +
—¿Lo aceptas?
Fanfic
Capítulo 51
Una corriente de sentimientos le atravesó el pecho a Taehyung, mientras miraba a
Jungkook sostener su rostro con las manos, pidiendo aquello que en aquel momento
más miedo le daba. La habitación se sumió en silencio. Los ojos avellanas del castaño
quedaron atrapados en los chocolate del pelinegro.
Porque Jungkook había accedido a ayudarle. Lo cual, en equivalencia, era como tomar
parte del peso de los hombros que lo hundía para cargarlo y soportarlo con él.19
Se mareó un poco. El mundo, solo, iba a una frecuencia mayor a la que podía soportar
coherente.
Y quedó suspendido en la duda que había cavado en su cabeza. El último mes y medio,
en el que el hombre se había dedicado a maltratar su cuerpo a través de lo que ambos
disfrutaban, no había sido más que contacto físico, y conversaciones en la mayoría
vacías.
¿Y ahora encontraba un apoyo en él? ¿Por qué sonaba tan poco convincente? ¿Por qué
daba tanto miedo?
Tragó saliva, intentando sopesar todo de la mejor manera. Ser maduro y poner atención.
Jungkook quería ayudarle. ¿Tenía opción, ahora? ¿Podía darse el lujo de contemplar tan
Fanfic
a fondo las posibilidades? Solo tenía, de alguna manera, que detener esto antes de se
agravara.
―¿Aceptas? ―preguntó Jungkook, musitando, aún sin retirar las manos, mirándolo
perderse en sus pensamientos sin despegar la vista de él―. ¿Aceptas ser parte del plan?
¿Aceptas volverte fuerte para hacerlo?11
Pensó entonces en lo mal que lo había pasado, en el miedo, en el pánico que en forma
de soledad le había atacado, en la paranoia que fabricaba su cabeza, en sus heridas, en
lo mucho que dolía sentirse responsable de que todo aquello pasara, en todo el posible
daño que podría hacerle Ji Taehyung. Pensó también en los brazos de Jungkook
sosteniendo su desastre lloroso de aquella noche.
Soltó el aire que no sabía que retenía, de una forma entrecortada. Sintió sus ojos
aguarse, recordando fugazmente el café desvaneciéndose en cenizas, aquella maldita
nota que había encontrado en la primera mesa, el llanto que tanto reprimía Yoongi por
teléfono.
Pero, ¿podía más su convicción por encima del miedo que parecía ser más fuerte al pasar
del tiempo?
Logró salir de su cabeza cuando las manos de Jungkook se apartaron de sus mejillas.
Algo frío y desagradable le subió por la garganta cuando se alejó.
Fanfic
Entonces fue que notó que había estado en silencio todo ese rato. Y que, obviamente,
Jungkook se había quedado esperando una respuesta.
Volvió a mirar a Taehyung, que yacía cabizbajo, y le fue inevitable volver a suspirar. Su
cabeza comenzó a cuestionarse, su instinto ansioso. ¿Había abrumado al chico con sus
palabras? ¿se estaba metiendo en algo que no le incumbía? ¿Quizá la ayuda que le había
pedido sólo había sido por la emoción del momento? ¿Había exagerado? ¿Ahora estaba
incómodo?
Tomó una bocanada de aire, y miró el reloj de la pared. Eran casi las seis treinta. Si
tomaba una ducha ya podría salir y dar su caminata diaria. Entonces impaciente, y algo
enfadado por no comprender al castaño que seguía inmerso en su cabeza, se levantó y
dejó la taza sucia en el lavaplatos. No se alejó sin antes lavarla, secarla y guardarla con
cuidado. Esperó por lo menos que Taehyung hiciera lo mismo.
Se fue de la cocina sin mirar atrás, en el fondo esperando que el chico lo detuviera, que
dijera algo, que al menos emitiera un sonido. Sin embargo, cuando comenzó a
desvestirse en su habitación y tomó una toalla, supo que no sucedería. Entornó los ojos.3
Repasó toda la situación con cuidado, intentando encontrar algo en lo que se hubiera
equivocado, algo que no hubiera sonado bien. No encontró nada aunque quisiera,
convenciéndose de que al menos lo había intentado. Pero ni siquiera eso mitigaba la
exasperación que persistía en él.
El cuarto de baño estaba lleno de vapor para entonces. Jungkook se quedó quieto bajo
el agua como único sonido constante. Observó a Taehyung caminar con lentitud hasta la
cabina, en el camino despojándose de todas sus prendas.10
Todo cayó al suelo, y empujando la puerta de la cabina de vidrio entró a ese pequeño
espacio reducido con él. Se paró en frente, provocando así que comenzara a mojarse
Fanfic
con rapidez. Su cabello castaño pareció más oscuro, y pequeñas perlas de agua
quedaron retenidas en sus pestañas, que revoloteando, buscaron con las pupilas la
mirada del pelinegro.24
Parecía angustiado.
Jungkook solo fue capaz de mirarlo, desconociendo qué decir, o siquiera cómo
comportarse. Estaba invadiendo su espacio, pero ciertamente, ¿cuándo no lo hacía? El
chico, con los labios cerrados y tensos, sólo le devolvió la mirada.2
Pero entonces Taehyung levantó la mano, ya goteando, y la pasó por el cabello mojado
del pelinegro, suspirando. Tomó su mandíbula, y delineándola con el dedo procedió a
tomarla y acercarlo hasta él.5
Fue Taehyung el que inició el beso esa vez. Posó sus labios sobre los ajenos, y lo besó
con una suavidad que había resultado desconocida para Jungkook hasta ese momento.
Le acarició los labios, no percibiendo que Jungkook correspondiera cómo quería.52
Tonto.
Detuvo entonces el beso, y sin mucha amabilidad llevó la cabeza del hombre a su lado
para poder hablarle al oído.
El corazón del susodicho dio un vuelco brusco, y sus manos, reaccionando, se aferraron a
las caderas del castaño. Casi de forma automática, sintiendo sus deseos ceder por sobre
su exasperación, soltó un gruñido.4
Llevó una de sus manos hasta su nuca, tomando así un poco el control. Lo alejó lo
suficiente para moderle el lóbulo de la oreja, haciéndolo soltar un ligero jadeo.
Fanfic
―Dilo otra vez. ―pidió, con su boca sobre su piel. Deseando más que cualquier
cosa: que rogara, que suplicara.
―Más.
Aunque en el fondo, fuera un extraño deseo masoquista y tóxico que ya había tomado
parte de su cabeza.
―Más. ―volvió a pedir Jungkook, llevando sus manos por todo el cuerpo de Taehyung,
acariciando su trasero, luego su miembro, y todo su pecho.13
―Por favor... Jungkook... ―rogó el castaño, dejando salir la angustia en su voz, dándole
el toque perfecto gracias a la desesperación retenida en su cuerpo los últimos
minutos―... necesito que lo hagas, azótame, azótame fuerte.7
Evitando así a las palabras, y dejándolas para cuando su cabeza, gracias al dolor y el
placer, se librara de todos los filtros que en aquel momento; solo le hacían enmudecer y
reprimirse.48
Fanfic
[♦♦♦]
Jungkook posó con cuidado sus manos, embadurnadas de aceite corporal, en la piel roja
y herida de Taehyung.75
El castaño, recostado con los ojos cerrados sobre su espalda en la cama, no distinguió la
mirada de Jungkook sobre él.3
Taehyung, sin abrir los ojos, y algo somnoliento, negó con la cabeza.
―Está bien. ―dijo, con la voz un poco más grave―. No me importa, se sintió bien.3
Entonces Taehyung abrió los ojos, y acomodó la cabeza de manera que pudiera mirarlo.
Jungkook esparció el aceite con cuidado, deteniéndose una vez identificó lo que decía.
¿Aceptaba?2
¿Aceptaba su plan?6
―Sí.
Jungkook solo fue capaz de mirarlo por un par de segundos, asimilando su respuesta, y
haciendo a su cabeza trabajar de nuevo.
―Está bien.
Fanfic
Capítulo 52
Taehyung se sobó la barbilla, sintiendo su cuerpo arder en diferentes partes,
deleitándose un poco por el hormigueo. Su cabeza, prestando atención a los detalles del
plan que le relataba Jungkook, analizaba a fondo permitiéndose estar pleno, por primera
vez, en mucho tiempo. 1
Jeon Jungkook, a su lado, le contaba con cuidado todo lo que le había pasado por su
cabeza aquel día en el trabajo, y las posibles soluciones a este gran problema. Miraba de
reojo al castaño a veces, para cerciorarse de que lo escuchara, y para monitorear sus
reacciones.
Porque en realidad no sabía si su plan iba a llevarlos hasta el final. O al menos, un buen
final.5
Dijera lo que dijera el hombre, Taehyung estaba ahora dispuesto a hacer algo al
respecto.
Había experimentado el dolor otras veces, y más fuerte de lo que podía soportar. ¿Y se
había dejado hundir tan fácil por un miedo?
No era el mejor plan del mundo. No era como si fueran a enfrentar al hombre, o se
creyeran en una película de acción, pero este plan había encontrado una posible
debilidad en el pelirrojo cuyo primer paso era confirmar.
Y era que, Ji Taehyung podía estar mal de la cabeza, pero eso no lo volvía un asesino o
un delincuente.52
Y si no tenía la mentalidad de un criminal, no iba a actuar como tal. Dejando así vacíos
en sus acciones que quizá pudieran demostrar su responsabilidad en todo el desastre
que había creado.
Todo se basaba en la corazonada que Jungkook había analizado. Pero como había dicho
antes, necesitaba una versión completa y mucho más amplia para poder reforzar su
hipótesis.
Y para eso necesitaba hablar con Min Yoongi, que era donde entraba Taehyung.
―Los hijos de familias adineradas sienten que tienen el poder sobre por todo por su
dinero. La mayoría son obstinados, así que actúan a su parecer sin ser muy cuidadosos.
―explicó Jungkook, entre todo su discurso, y miró a Taehyung, que le correspondía con
una ceja alzada.
―¿Cómo estás tan seguro de eso? ―cuestionó, Jungkook hizo un mohín y soltó una risa
seca.
Fanfic
―Me enfrenté a chicos así en la secundaria. Créeme, se sienten en la cima del mundo
ignorando así lo solos que están. Se obsesionan con facilidad, pisotean a la gente para
obtener cosas. Vi a mucha gente salir herida por eso.
Taehyung se inquietó, sin dejar de mirarlo. No tenía mucho sentido, pero sonaba
convincente.
Quiso preguntar, pero decidió que no era el momento más apropiado. Una vez salieran
de eso tendrían el tiempo de hacerlo.
¿Por qué tendría que preguntarle eso a Jungkook? ¿''Tendrían el tiempo''? ¿Qué
estupidez era esa?3
Si Jeon Jungkook no había preguntado por él, él no tendría que preguntar tampoco.
―S-Sí. ―afirmó, no sabiendo en realidad que había dicho, pero le restó importancia.24
―Bien. Entonces iremos a lo de Yoongi mañana. Ponte algo cómodo y duerme aquí.
―indicó, levantándose y suspirando. Taehyung parpadeó un par de veces, extrañándose
al verlo sacar de su armario una manta y una almohada. 3
Para cerciorarse, se volvió hacia la espalda de la cama y notó que, por ser doble, tenía
dos almohadas. Entonces volvió a mirarlo, algo confundido.3
―¿No dormirás... aquí? ―él preguntó, suave, captando la atención del hombre, que
detuvo sus acciones y lo miró.
Fanfic
―¿Por qué? ―preguntó―. No tienes que hacerlo, puedo dormir yo en el sofá. Al fin y al
cabo el que no vive aquí soy yo y... has hecho demasiadas cosas por... mí. ―incluso decir
aquello le resultaba tremendamente extraño.
Joder, que alguien lo pellizcara, ¿diría también ''por favor y gracias''? ¿dejaría de ser una
piedra andante con cara de culo por malgenio?14
¿Eso significaba que todas las veces que habían amanecido juntos le había
desagradado?29
Se mordió el labio inferior, y entonces aprovechando que estaba solo, bufó tornando su
expresión a la del desagrado. Se sentó apoyando los pies en el suelo.
Fue así que se detuvo, cayendo en cuenta de lo que decía, por lo que se quejaba.
Se enojó el doble.91
―Ah, Taehyung, sinceramente, ¿qué tantas tonterías dices? ―se cuestionó a sí mismo,
sacando las prendas y comenzando a vestirse―. No te importa. Son sus cosas, ¿por qué
te afecta? Es sólo un idiota... ―terminó, dejándose caer de nuevo en la cama. Su cuerpo
magullado sufrió por ello―. Sí, solo eso... es un idiota... ― musitó, mirando el techo,
percibiendo el olor a suavizante y menta en las sábanas―. Un gran idiota... ¡Ah,
suficiente! ¡Duérmete!14
Fanfic
Y diciendo eso, se removió en la cama hasta alcanzar la mesita de noche, y apagó la luz.
Desconociendo la presencia de Jungkook que desde el otro lado de la puerta había oído
todo su berrinche. Y sonreía de forma socarrona mientras lo hacía.338
[♦♦♦]
Abrió con amplitud los ojos y ladeó la cabeza, repasando todo lo que había pasado en la
mañana para saber qué le había hecho enfadar ahora.
―¡Ven aquí ahora mismo! ―le oyó gritar. Rodó entonces los ojos, acomodando la
camisa verde oscura que se había puesto junto a sus jeans negros, y salió de la
habitación para evitar que el hombre gritara más y quemara su nombre con la babosa
odiosa de su voz.4
Caminó hasta la cocina, para encontrarse con el pelinegro, con el cabello alborotado, las
mejillas un poco rojas por su enfado, y su ceño fruncido. Aún con el mismo pijama de la
noche anterior. Jeon Jungkook lo fulminó con la mirada de la cabeza a los pies, y
quedándose algo trabado al principio, recordó por qué estaba desquiciado:
―A ver, Taehyung.
Fanfic
―A ver, Jungkook...151
Jungkook gruñó cuando Taehyung puso los ojos en blanco, y le dieron tantas ganas de
tomarlo en aquel mismo momento, bajarle los pantalones y nalguearlo. 3
Maldito insolente.8
―¿Por qué para hacer dos míseros desayunos tienes que volcar la cocina abajo? ―le
riñó, señalando el desastre que el castaño no había notado. Miró sobre su hombro, y
frunció los labios cuando se dio cuenta de que había dejado varios estantes abiertos, el
café un poco derramado junto a su recipiente, y algunas cáscaras de huevo junto a los
platos sucios.23
Quiso darse una bofetada. Él de verdad quiso. Taehyung no se daba cuenta de cuánto
desorden hacía, y no era en lo absoluto cuidadoso estando con aquel adicto a la
limpieza. Abrió la boca, con la intensión de disculparse.1
―¡Yah! ¡Calma tu actitud! Es sólo un poco de desorden. ¡Si no quisiste que hiciera nada,
entonces no debiste traerme aquí en primer lugar! ―exclamó, aún no evitando estar
sonrojado.1
Fanfic
―¡¿Un poco de desorden, dices?! ¿Y te atreves a decirme eso, cuando fuiste tú el que
quiso irse?1
―¡Lo sé! ¡¿Pero qué más podía hacer yo con tu cara de borrego a medio morir?172
―¡Sí! ¡Esa maldita cosa que haces con los ojos cuando estás triste! ―aquejó Jungkook,
señalándole con el dedo y retirando de golpe la mano. No señales. Se regañó. Es de mala
educación.13
―¡Yo no hago nada con los ojos cuando estoy triste! ¡Deja de exagerar, tonto!
―protestó Taehyung.
Y entonces continuaron así, discutiendo, como lo mejor que sabían hacer, además de
follar.3
Los corazones de ambos agitados de rabia, las mejillas de Taehyung rojas, en conjunto
con las orejitas de Jungkook.3
¿Cómo iba a ser de ahora en adelante si iban a vivir juntos por un tiempo? No llevaban
ni veinticuatro horas y ya querían matarse.3
Especial entrevista
La chica caminó con sigilo a través del pasillo. Observó las puertas que tenía a su
alrededor y suspiró con pesadez, sintiendo al mismo tiempo su corazón latir contento.
Un contraste usual.
El café.
No, no era buena idea. Taehyung estaba sensible por eso y no quería hacerle mal.
El apartamento de Jungkook.
Bufó. Era demasiado aburrido. Ya tendría que escribir siempre desde allí desde que
Jungkook le había propuesto quedarse con él. Iba a ser un lío, no quería estar allí.
Sólo quedaba el apartamento de Seokjin o el de Taehyung. Pero pensó que sería muy
extraño estar en el apartamento del difunto, así que optó por el del castaño sabiendo
que mientras ella estuviera con ellos, estarían seguros y fuera de algún tipo de peligro.
Se apartó un par de mechones cortos y rizados del rostro poniéndolos tras su oreja, y al
fin decidida, se acercó a la puerta correspondiente intentando mitigar la carcajada que
amenazaba con dejar su boca. Puso la mano en el pomo, y le dio la vuelta.
Tuvo que cerrar un poco los ojos por la luz fuerte que le afectó los ojos, y maldijo para
ella misma. ¿Aún era de día? No.
Fanfic
Procedió a volver a abrirla, y esbozó una pequeña sonrisita distinguiendo la luz cálida al
interior de las bombillas. La noche oscura y fría a través de las ventanas de aquella sala
de estar la saludó.
Entró y cerró la puerta tras ella. Intentó deshacerse de alguna que otra arruga de su
ropa, y sonrió más amplio al ver a Kim Taehyung y Jeon Jungkook en sus asientos,
esperando por ella con una pequeña silla en frente.13
―Hola, chicos, lamento la demora. ―se disculpó ella, ligeramente sonrojada, y comenzó
a acercarse con lentitud. Jungkook, todo vestido de negro, y Taehyung, con unos
vaqueros y un suéter, la miraron con descaro y algo de incredulidad.
―No es como si no tardaras en actualizar siempre. ―dijo Taehyung, más como una
queja que cualquier cosa. La chica tomó asiento frente a ellos con un rostro de
vergüenza, y apretando los labios, cruzó una pierna sobre la otra y respiró profundo.13
―No tienes que lamentarlo con nosotros, hazlo con quiénes lo leen. ―exclamó de
nuevo Jungkook, regañando a la pobre Lilia, que sentada allí con ganas de reír con
nerviosismo, asintió con la cabeza y sintió sus mejillas a punto de explotar de lo rojas que
estaban.13
―Ya, Jungkook, no seas un imbécil. Decírselo una vez fue suficiente. ―musitó Taehyung,
dándole un codazo para nada leve en las costillas. Jungkook endureció la expresión y lo
miró, enarcando una ceja.
―Seré un imbécil si quiero, ¿tienes algo que refutar, mejillitas? ―respondió, y su mirada
se tornó un poco más oscura. Lilia, ahora testigo de la burbuja en la que comenzaban a
Fanfic
meterse los dos hombres, no pudo seguirles el juego estando allí con ellos. Ella podía
hacerlo cuando estaba fuera del cuarto, no ahí. 3
―Bien, chicos, vine aquí con la intención de hacerles unas preguntas que tienen las
personitas que nos leen. Así que, ¡hola, tú, tras la pantalla! espero que estés bien. ¡Por el
especial de las 10K lecturas comenzaremos con una entrevista! en compensación por
todo el tiempo perdido, he estado planeando hacer un maratón lleno de flashbacks, ¡Ya
que estos dos loquillos que tengo aquí sí que no han perdido ni un instante en el último
mes que llevan manteniendo su acuerdo!
―Idiota, no es como si no la supieran ya. ―le respondió Taehyung, rodando los ojos.1
―Eres un idiota. ¿Qué? ¿Por qué? ―respondió Taehyung, con una mínima intención de
retractarse.
―¡Chicos! ―les llamó Lilia, mirándolos con diversión. Los dos la miraron de nuevo.
―Perdón. ―dijeron ambos. Lilia asintió con la cabeza, la risa nerviosa abandonando sus
labios. Nunca podía evitar la risa cuando abrían en su corazón.
Fanfic
―Bien, entonces comenzaremos. Les haré las preguntas, y responderán con sinceridad,
¿está bien?
―Cumplí 29 en septiembre.55
―¿Realmente importa? ―preguntó. Y Taehyung estuvo a punto de decir que sí, pero
Lilia hizo la segunda pregunta.
Lilia suspiró por la persistente intriga en la expresión de Jungkook, y decidió solo seguir.
Con el código de su rostro sabía a la perfección que no diría nada más. Jeon Jungkook
era cerrado, incluso para ella.
―¿Te enamorarás de Taehyung, Jungkook? ―cuando Lilia dijo eso, percibió algo de
rubor en las mejillas del castaño. Jungkook, sin embargo, permaneció impasible con su
expresión neutra de siempre.
Lilia, para evitar que volvieran a discutir, solo prosiguió. Pero cuando vio la pregunta, fue
ella la que se sonrojó. Tosió un poco antes de hablar.
Ambos hombres la miraron, con los ojos un poco más abiertos. Taehyung ladeó la
cabeza, y Jungkook desvió la mirada.
―No, claro que no. ― respondió, altanero y ruidoso―. A Taehyung solo puedo
tocarlo...13
Antes de que terminara aquella frase, Taehyung le tapó la boca. Jungkook comenzó a
removerse, pero Taehyung luchó por no soltarlo.
Lilia rio, y continuó con las preguntas. Si no se apresuraba, esos dos terminarían con las
bocas sobre el otro.
El pelinegro miró a la castaña, y cerró los labios mientras sostenía su mentón, pensando
en una respuesta.
a disfrutar demasiado poder manejar las cosas. Y desde entonces no soporto no tener el
control.
―¿Manejar las cosas o manejar todo? ―musitó Taehyung, ganándose una mirada
enfadada del hombre. Ya ni siquiera podía contar cuántas le daba en el día. Lilia tenía un
poco de responsabilidad en ello. El cariño en sus ojos era inconfundible.
―¿Cuál es tu cosa con la limpieza? ―preguntó ella, ganándose de nuevo una mirada
confundida del pelinegro, que se cruzó de brazos.
―¿El que me agrade mantener todo limpio siempre me hace tener una ''cosa por la
limpieza''?―preguntó, con algo de arrogancia, haciendo el efecto de comillas con los
dedos.
―Joder, ¿cómo puedes ser tan cabeza dura? Ve a terapia. ―alegó Taehyung, mirándole
de reojo.7
―El que debería ir a terapia eres tú por tu desorden constante. ―respondió Jungkook,
entre dientes.
Lilia entonces se levantó, y se estiró. Su cuerpo siempre era como el de las viejitas, y tenía
que estirarse antes de que todo le doliera. Suspiró de forma sonora, y sin despedirse, se
dio la vuelta y los dejó discutiendo.
Ella se volvió hacia ellos, y sonriendo con complicidad antes de salir por la puerta, les
preguntó:+
Especial smut
Hace un tiempo.
Kim Taehyung siempre tenía días pesados. Trabajar derecho todo el día en aquel lindo
café de una esquina de Seúl tenía sus cosas complicadas. Ir de un lado a otro atendiendo
personas y preparando litros de bebidas siempre le desgastaba un poco.
Así que no podía evitar que mientras Jungkook jugueteara con su muslo mientras iban
en el taxi de camino al departamento del hombre, sus ojos se sintieran pesados y
amenazaran con cerrarse. Joder, que estaba agotado. ¿Cómo la estaría pasando Ha Neul,
con su vida de universitaria? ¿sería al menos un poco menos complicado? él lo había
experimentado por dos años, y debía admitir al menos para sí mismo que era mucho
menos tedioso.
Porque al menos dedicaba sus días a algo que de verdad le gustaba y le tocaba el corazón,
y no era solo una obligación para sobrevivir.
Pero fue el consistente toque del hombre junto a él el que lo espabiló. Sus dedos, antes
amansados a su rodilla, ahora subía a la cara interior de su muslo izquierdo. El cosquilleo
inevitable, por su piel sensible, le dio un pequeño vértigo. Volvió entonces el rostro hacia
el hombre, un poco incrédulo de sus acciones, pero Jungkook no lo miró, falsamente
concentrado en el camino y la ciudad pasando, apagada y lúgubre tras la ventana. Su
ceño se frunció, en el característico de su tensión usual alrededor del hombre. ¿Qué
pensaba que hacía, tocándolo ahí en público?
Fanfic
Pero Jungkook permaneció impasible ante sus peticiones. Primero fue su mano, sobre la
palma ajena, tibia. «Quédate quieto.» y viajó de nuevo a su muslo, su alma tranquila
mientras sus dedos profanaban intimidad. Cómo si fueran ajenos a él y su fachada
perversa. Como si por no verlo, no tuviera que hacerse responsable.
Taehyung reprimió el bufido que casi emanó, mirando la mano sobre su regazo. Era un
atrevido, ajeno al pudor. ¿Qué pretendía? ¿Quería ganarse un problema si los veían?
Jungkook debía estar escuchando sus quejas mentales, porque apretó de nuevo en la
cara interior de su muslo, abusando de su sensibilidad, logrando que Taehyung chupara
un respingo. Idiota, masculló en su enojo. Incluso sabía dónde tocarle para hacerlo
estremecer. ¿Qué no era consciente de que podían verlos?
Taehyung dirigió entonces su mano hasta la ajena y la apartó sin mucha amabilidad, de
nuevo.
Las caricias previas dieron vueltas sobre su intimidad, dibujando un contorno. Taehyung
desvió la vista al conductor, frenando jadeos, no logrando detener el nerviosismo que le
atacó, por más oscuro que estuviera el cubículo adentro.
Fanfic
Las caricias entonces se hicieron más fuertes, para su pesar, u otra cosa. Taehyung cerró
y apretó los ojos, sintiendo todo el cansancio que tenía del trabajo luchar con el flamante
libido que comenzaba a prenderse fuego en su vientre, y perder, cuando se dio cuenta
de que había dejado de intentar detenerlo. Mordisqueó con más fuerza su labio. ¿A qué
cosas se sometía estando con ese hombre? ¿Con cuántos fetiches iba a atacarlo? ¿Ahora
quería meterlo en el exhibicionismo?
Malditas fueran sus convicciones débiles que se derrumbaban ante los deseos de Jeon.
Miró de nuevo al conductor a través del retrovisor, que iba concentrado en su música y
en la vía con expresión relajada, y se permitió gemir bajo, tapando su rostro, cuando
sintió que su miembro comenzaba a palpitar, respondiendo bien ―ese traidor―, a la
estimulación. Los dedos de Jungkook parecieron ágiles y delicados al mismo tiempo.4
Apretó el asiento bajo suyo, terriblemente espabilado, e intentó distraerse mirando por
las ventanas para dejar de excitarse. Porque él no iba a gemir más allí, y mucho menos se
correría. No. No lo haría. ¿Cómo podía ser Jungkook tan descarado, en verdad? Sus
pulmones no soportaron la carga de su corazón agitado y le hicieron respirar más
rápido, su cuerpo fabricando calor en su desespero. Empuñó la mano contra la tela del
abrigo de Jungkook, necesitando desquitarse. ¿Cuándo terminaría esta tortura? él no
soportaría estar callado por mucho tiempo. Su corazón agitado le hizo sentir enojo, y sin
parar de mirar a Jungkook con odio, se obligó a permanecer en silencio. Su intimidad,
estimulada injustamente, comenzó a humedecerse, acercándose con la cadera hacia
aquella mano, su pelvis meciéndose ligeramente hacia él, su cuerpo atrayéndose a su
costado. Ah. Quería más. Más fuerte.
Fanfic
Jeon Jungkook entonces lo miró, sus caricias deteniéndose. Taehyung debía verse ahora
todo sonrojado y atontado por el calor, su boca reluciente de saliva por relamerse y
morder, sus ojos suplicantes, porque el pelinegro le sonrió en burla.
Taehyung se odió por lo difícil que le resultó alejarse de él y salir del taxi, pero agradeció
mentalmente que por fin fuera libre de aquel juego tenso, aunque no lo quisiera ahora
del todo. Y quizás fue el viento frío nocturno, al golpearle, que se sintió despertar y
retornar a la versión de su persona rígida y racional. Se sostuvo la frente, comenzando a
enojarse, viendo a Jungkook pagar la ruta con normalidad para proceder a limpiarse las
manos con un paño húmedo, y gruñó. Gruñó con ganas, dándose la vuelta, olvidando a
Jungkook, para internarse en su edificio. ¿Qué escena habían montado en ese vehículo?
Subió las escaleras con las mejillas tan rojas como tomates y la cara arrugada de rabia,
ubicando y presionando su abrigo contra su cadera para ocultar su erección. Refunfuñó
sin poder evitarlo, cada vez más acalorado de rabia. Odiaba tanto que su cuerpo
reaccionara sí, ¡odiaba tener puntos débiles! Llegó al segundo piso. Era totalmente capaz
de irse en ese momento y dejar a Jungkook por idiota, era completamente capaz de solo
darse la vuelta y largarse hasta que el hombre aprendiera modales, podía...
de nuevo las manos del hombre estaban tocándolo. Su razón siseó en su mente―.
Vaya... ¿qué tenemos aquí? ―preguntó, enviando su mano a viajar bajo el abrigo que
mantenía Taehyung en toda su zona baja, y llegando hasta tomar su erección. Taehyung
se sobresaltó entre sus brazos―. ¿No te da vergüenza, Taehyung? ¿Ponerte así, todo
mimoso y desesperado porque te toque en un taxi? ¿Qué dice eso de ti?
Taehyung se mordió la lengua para no gemir, las manos ajenas adueñándose de sus
vibraciones de nuevo, todo su cuerpo buscando cercanía, a pesar de su humillación y
palabras sucias. Quizás por esa humillación y palabras sucias. Pero su lado necio aún
rechistó, haciéndolo removerse, e impulsivo, buscapleitos, tomó las llaves de Jungkook
de su abrigo y abrió la puerta.
―¿Taehyung?
Se sentía tan pequeño en ese momento, ¡como si fuera un niño! quería patear el suelo y
lloriquear como un infante haciendo un berrinche. Quería patear todo y gruñirle hasta lo
tomara del brazo, de los hombros, del cuello. ¿Qué eran, sinceramente, estas facetas que
sacaba Jungkook en él?
Estaba desquiciado.
―Oye.
―¿Qué crees que haces? ―prácticamente gruñó, empujándolo hasta que su espalda se
presionara contra la puerta cerrada. El aire abandonó los pulmones de Taehyung a causa
de aquel impacto, pero eso no cambió la mirada juguetona y retadora que mantenía
sobre el sonrojo de sus pómulos elegantes. Cuando estuvo a punto de decir algo, el
hombre exclamó―. Atrévete a abrir tu descarada boca y juro que te haré llegar al límite
y no te dejaré venirte. ¿Crees que mereces algo bueno?
Odiaba cómo su cuerpo reaccionaba cuando Jungkook se ponía demandante, pero tenía
un sentido. Podía sentir el deseo dentro de su cabeza pidiendo por más, pidiendo por
órdenes, por un castigo, y el anhelo de hacerle irritar para conseguirlo. A pesar de todo,
quería que lo tocara, de alguna forma que dejara una marca, que doliera. 1
Porque no dejaba de disfrutar como todo ese dolor tornándose placer desaparecía todas y
cada una de sus preocupaciones. Su cansancio, su estrés, su tristeza; todo se iba.2
―Y-Yo...
―¿Qué acabo de decir, mejillitas? ¿Tengo que repetirlo? ―musitó, acercándose mucho
más, acorralando por completo a Taehyung. Bajó la cabeza hacia él, sintiendo el deseo
de morder sus pómulos carmesí que mantenía abultados con su pequeña boquita. ¿De
verdad estaba presenciando un puchero tan descarado? ―. ¿Crees que ese patético
puchero me hará ablandarme?
Fanfic
Quería besar su boquita enrojecida hasta que deshiciera esa expresión. Lo quería muy
mal.2
No lo evitó, y se acercó para besarlo corto, para nada amable. Con ambas manos
aprisionó su cabeza, apretando su mandíbula, y lo miró fijo. Miró fijo esos ojos avellana
que tanto lo sacaban de quicio por la laguna densa de emociones que siempre le
calaban.
Taehyung le devolvió la mirada, algo agitado por la falta de aire, anhelante. Añorando.
Queriendo más.
Santa mierda, ¿por qué tenía que mirarlo así? ahora solo quería estrechar sus mejillas y
morderlas hasta verlo lagrimear. Quería pasar sus manos por todo su cuerpo solo para
ver sus ojos ampliarse, vulnerables. Quería escudriñar en su sensibilidad, dejando la
marca de sus manos en sus caderas, en su mandíbula, en su boca.
Maldición, ¿por qué perdía la cabeza por aquellos ojos? ¿y aquella nariz que arrugaba?
¿y aquellas mejillitas sonrojadas sobre su insolente boca?
Quería tocarlo.
Su corazón se agitó. Y todo su cuerpo amenazó con estremecerse hasta fundirse con él.
Taehyung no fue para nada ajeno a su ansiedad, y correspondió con las mismas ganas
aquel húmedo y obsceno beso. Uniéndose a él, uniéndose a su presión. Gimió bajito
cuando las manos soltaron su cabeza para tocarlo en todos lados, la previa presión en
sus sienes dejándolo mareado. Cruzó los brazos por su nuca, para estar más cerca,
mucho más cerca. Jungkook solo correspondió, sus pechos llegando a respirar juntos,
chocando.
La posición debería ser incómoda, pero ninguno lo sintió así. Se miraron fijo por la
abrumadora cercanía, un par de segundos.
Pero fue nuboso y borroso la manera en la que se atacaron después. Besos, mordidas,
saliva por todos lados, sus manos apuradas en desvestirlos, sus cuerpos ahogados de
calor y del otro. Jungkook quería someterlo. Jungkook necesitaba hacerlo, pero se
distrajo. Porque Taehyung también lo quería, lo quería a él, y él mismo se daría. Llevó la
boca a su cuello, marcando, chupando en desorden. Taehyung se hipnotizó en su boca,
el ardor y placer juntándose, hasta darse cuenta de que entraban al cuarto, que
Jungkook lo dirigía, que sus piernas chocaban con la base de la cama.
Cuando las pantorrillas de Taehyung tocaron la cama, Jungkook tomó su cabello, y le dio
una vuelta en su puño para alejarlo. Un hilo de saliva dejó cuando se alejó, sus ojos
abriéndose como perdido del mundo.
Fanfic
―Taehyung...
―¿Mhm?
Ambos se miraron, el avellana contra el chocolate. Los dedos del pelinegro tomaron el
mentón del castaño y le hicieron levantar un poco más la cabeza. El terrible hábito que
Taehyung comenzaba a amar.
―Quiero atarte. ―musitó, aún embelesado por la mirada del chico. Maldición, sí que
quería ver esos ojos llenos de lágrimas. Abrumado. Abrumado de él.5
La boca de Taehyung se abrió ligeramente, sus ojos pareciendo un poco más iluminados
a su petición.
La voluntad de Taehyung, sin embargo, no tuvo que pensarlo mucho. Nunca lo había
hecho. Seguramente esto doliera más que las cosas que había descubierto con la guía de
Jungkook, pero él quería. No se acobardaba. Él confiaba su cuerpo a Jungkook.
Su corazón se sobresaltó cuando su respuesta provocó que los ojos del pelinegro se
oscurecieran, y en su boca se enmarcara una sonrisa torcida.
Taehyung inhaló hondo, sus dedos jugando con el cabello asomado en la nuca del
contrario. Le sonrió, ido. Jungkook amplió la suya, inconsciente.
Jungkook rio sin aliento. ―No. No necesito tus halagos tontos, pero esto es otro nivel y
debes estar seguro. ―informó, maravillado a pesar, por su reacción afirmativa a sus
deseos―. Tienes la palabra segura. Si no lo soportas, si no te sientes cómodo, deberás
decirla. Yo me detendré de inmediato. 3
Taehyung estaba rodando los ojos. Jungkook le tomó el mentón con más fuerza.
―Quédate quieto, mejillitas. ―entonces indicó, acabando con sus prendas restantes―.
¿Entendido?
Taehyung asintió con la cabeza, y bajó la cabeza cuando Jungkook dejó de tocarle.
Siguió al hombre con la mirada cuando se alejó, y empuñó las manos comenzando a
sentirse algo nervioso. Claro que estaba nervioso. Pero también ansioso. Excitado.
Jungkook rebuscó en los cajones de su armario, hasta que Taehyung le vio sacar una
cuerda larga y de fibra natural.2
Fue entonces, cuando Jungkook se acercó con la cuerda en brazos, que se dio cuenta de
que iba a doler.
Y con las manos algo temblorosas, Taehyung obedeció. Lo que comenzó como un nudo
sencillo en sus muñecas, se tornó en algo más complejo y extenso. Le hizo levantar los
brazos, y de allí pasó la cuerda por sus brazos, le dio una vuelta a cada extremo
Fanfic
rodeando sus hombros, y luego lo aseguró como un arnés en su torso. Una vez el nudo
central se hizo, Taehyung sintió como halaba la fibra, raspando sus poros, hacia arriba.
Como manos suplicantes. Indefenso. El ardor provocado le hizo morder su lengua para
no soltar un quejido.3
―Muy bien, Taehyung, haz adivinado. ―musitó el hombre, terminando con los nudos, y
levantándose con el cabello algo alborotado tras los ojos fascinados. Sonrió, mostrando
sus dientes de conejito, como el contraste más extraño, a opinión de Taehyung―. Si te
mueves un centímetro, la soga hará presión y te lastimará. ―musitó, tomándole de
nuevo en mentón y depositándole un beso corto en los labios―. Así que tendrás que
estar muy quieto.
El castaño tragó saliva, y se dejó dirigir hacia el colchón con ayuda de Jungkook, que se
hizo a sus pies, sin dejar de sonreír. Taehyung solo miró esa sonrisa.
Taehyung hizo el ademán para mover las piernas. Él en verdad hizo un intento. Sin
embargo, el dolor que comenzaba a tornarse agudo en sus muñecas y que ya hacía
presión en su torso le obligó a lloriquear bajito y detenerse.
―¿Qué no escuchas? Abre las piernas, mejillitas. ―ordenó, con expresión severa pero
llena de maravillas. Jungkook parecía estarse divirtiendo, mirando fijo sus ojos y el
Fanfic
Su erección, que había comenzando a formarse cuando ató al chico, palpitó por el
deleite visual que Taehyung le proporcionaba. Quiso dejar de sonreír, pero no lo logró.
Se puso el condón bajo la vista del castaño.
―¿Quieres detenerte?
Lo miró fijamente, y a sus ojitos abrumados, y suspiró a sus adentros. Quizás se había
excedido. Empero, Taehyung negó con la cabeza.
―¿No?
El castaño gimió más fuerte cuando aquellas cálidas manos comenzaron a masturbarle.
Lento, en círculos. Jungkook relamió sus labios observando la intranquilidad en la
respiración del chico, e hizo un poco más de presión, aumentando la velocidad de sus
movimientos. Se hizo encima de él, apoyado en su mano libre, y le mordió la punta de la
Fanfic
nariz. Taehyung gimió en su boca, todo acalorado y con el cuerpo confundido por el
contrastar de las sensaciones que atajaba.
Pero no le importaba, no en ese momento. A Taehyung tampoco, por más que quisiera.
Siguió, casi instintivo, impulsado por los gemidos de Taehyung. Pidiendo más, pidiendo
por sus manos. Pidiendo por mimos y consuelo por su dolor. Jungkook no pudo evitar
perderse en sus quejidos, su corazón acelerándose. Fue así que la última gota de cordura
abandonó su sistema.
Su mente flotó, flotó entre el calor, el agite y las heridas. Dilatar al chico, mimarlo con el
lubricante. Sus pensamientos iban cada vez más lentos y embobados. Embadurnó sus
dedos con lubricante. Insertó dos dedos, queriendo hacerlo rápido, sintiéndose al límite
de su ansiedad, de su fascinación.2
Lo cual era curioso, porque se suponía que él iba a llevar al límite a Taehyung.
Los gemidos agudos y desgarrados del castaño fueron como música para sus oídos.
Sacó y metió sus dedos, lento, procurando acariciar la próstata de Taehyung para no
darle fin a sus lloriqueos. Besó el rostro del chico mientras se retorcía, de placer y de
dolor, bajo sus ojos.
Aquellas palabras de Taehyung le hicieron saber que no era el único ansioso. Gruñó,
sacando sus dedos, volviendo a atacarle la boca para besarlo salvajemente, fuera de sí, y
se alineó en su entrada recibiendo todos los sollozos de Taehyung al mover sus piernas
sin realmente pretenderlo.
Porque sí que le dolía como el infierno. Pero no importaba. El dolor multiplicaba su placer.
Que lo derribara, en verdad lo quería.
Entonces Jungkook entró en él, de una sola estocada, haciendo la próstata de Taehyung
sufrir y su existencia probar del cosmos dentro de su cadera. Quiso tomar a Jungkook del
cabello, quiso aferrarse a sus brazos, como siempre hacía, y empujarlo hacia él.
La impotencia que le suponía estar atado iba a sacarlo de quicio pronto, con sus manos
desesperadas.
Lo embistió con más fuerza, haciendo de nuevo a Taehyung gritar, y lo besó en los
labios, quedándose sin aliento.
―Joder... Taehyung. ―musitó Jungkook, tomando con los codos como apoyo el rostro
del chico. El chico en cuestión abrió los ojos, un poco húmedos, y conectó su mirada.
―Ngh... J-jungkook...
―...M-más...
―Maldición... ―sollozó Taehyung, aún con la mirada fija en Jungkook―. Quiero tocarte.
Necesito tocarte. Por favor, oh. Por favor. ―lloriqueó.
Jungkook quiso impulsarse con las rodillas, levantando así un poco el cuerpo de
Taehyung, aumentando su dolor, haciéndolo estremecerse en un grito.
Taehyung cerró los ojos en un gemido largo, haciendo que la primera lágrima se
deslizara por su mejilla. Jungkook, completamente embelesado y no teniendo la razón
para pensar, se inclinó para besarla. Él besó su lágrima y pasó a fundirla con el almíbar
de sus labios. 1
haciendo ademán de arquear su espalda y sintiendo todas y cada una de sus emociones
golpearle el pecho, junto al terrible ardor de la fibra.
Por un momento, lo único que pudo oírse en esa habitación fueron sus respiraciones
agitadas. Un cuerpo sobre el otro. El aroma a menta y café mezclándose e
impregnándose en ambos, que lentamente volviendo en sus cabezas, descansaron
contra el otro.
No esperó mucho, y se puso en marcha para deshacer los nudos de sus muslos.
Taehyung se removió, soltando un quejidito.
―Jungkook... ―musitó, aún sin aliento, abriendo los ojos y observando al hombre
acomodarse entre sus piernas y todo el desastre de fluidos alrededor. El hombre, sin
responder, deshizo los nudos de sus muslos.
Entonces se acercó a su torso, y deshizo los nudos que allí había hecho, descubriendo los
hematomas y la piel que ligeramente se encontraba raspada por la presión. Jungkook
permaneció en silencio, quitando cada uno de los nudos, hasta que sus muñecas fueron
libres.
Fanfic
―¿Jungkook?
El pelinegro se levantó, como si fuera ajeno al mundo, y fue al cuarto de baño para
desechar el condón. Regresó, y se dejó caer al lado de Taehyung, provocando así que el
colchón se hundiera un poco.
Capítulo 53
Taehyung tragó saliva, mirando fijo la madera oscura de la puerta que tenía delante de
él.
De nuevo, como las últimas tres veces que había tocado en los últimos cinco minutos,
nadie atendió.
―Oh, no.
Tocó con más insistencia, sintiendo su corazón acelerarse en su cavidad, ahora lleno de
miedo. Escuchaba la melodía del timbre a través de la puerta hacer eco en el cuarto, y
nada más que pareciera habitar allí. Pegó la oreja, e insistió con la llamada el timbre otras
tres veces.
La mano que permanecía sobre el botón del timbre del departamento de Min Yoongi
comenzó a temblar.7
¿Por qué no atendía? ¿Estaba dormido? No, no podía ser. Él había tocado lo suficiente.
¿Dónde podía estar? ¿Había salido a alguna parte? él mismo había dicho que no quería
salir, ¿entonces dónde?
¿Por qué justo en ese momento? ¿No podía solo abrir la puerta?
Fanfic
Quiso controlar el hilo de sus pensamientos cuando éstos se comenzaron a desviar por
la paranoia.
No lo logró.
¿Era demasiado tarde? ¿Había ido Ji a por Yoongi? ¿Lo peor ya habría sucedido?1
Jungkook, callado, tras él, le tocó el hombro. Para llamarlo, consolarlo, contenerlo. No
estaba seguro.
―Oye, Taehyung.
El llamado se llevó ambas manos a la boca, aún sin mirarlo. Por dentro le quemó la
angustia, sofocante, dejándolo suspendido.
―Taehyung.
¿Se lo había llevado? ¿A dónde? ¿Estaría bien? ¿Qué le habría hecho? ¿Podían
alcanzarlos? ¿Contestaría su teléfono? ¿Y si ya no lo tenía? ¿Por eso ya no contestaba las
llamadas? ¿Estaba en peligro? Su corazón latió desenfrenado y violento. Se suponía que
todo iba a salir bien, se suponía que el plan iba a funcionar. ¿Ahora qué harían? ¿Ahora
cómo lo solucionarían? ¿Cómo iba a...?1
Jungkook lo tomó de los hombros con fuerza para volverlo a él. Sus ojos escudriñaron
entre las lágrimas ajenas.
―Taehyung, mírame.
―Tae.145
Fanfic
Ni siquiera el hecho de que Jungkook nunca lo hubiera llamado así lo sacó de su nudo
interior. Sintió que el aire le faltaba, inhalando entrecortado. Sintió nauseas, sintió que de
nuevo el miedo iba a volverlo diminuto y hundirlo.
Soltó entonces el aire que no sabía que retenía cuando sintió su mejilla chocar con el
hombro de Jungkook. Jungkook lo abrazaba. Jungkook lo rodeaba con los brazos. Su
mano pesada le reposó en la nuca. 5
―Sí, sí. ―musitó en respuesta Taehyung, tenso como el infierno, pero inevitablemente
sensible a su toque. Se permitió cerrar los ojos y comenzar a respirar. Más lento. Con
más calma.
―Vuelve en ti.
―Perdón. ―susurró, dejando que su cuerpo se relajara, por fin. El par de caricias que el
contrario dejó en su nuca ayudaron a ello. 1
―Está bien. ―respondió el pelinegro, escuchando desde allí la rapidez del corazón
ajeno. Suspiró a sus adentros, abrazando a Taehyung otro instante, desconociéndose un
poco por hacerlo. ¿Quién tenía que volver en quién?3
El castaño no era el único preocupado, ¿qué podía hacer? Desvió la mirada hasta la
puerta del peli-marrón y golpeó con su lengua el interior de su mejilla. No quería pensar
Fanfic
lo peor. En aquel momento no serviría de nada, no podían perder el control solo por
esto.
Sacudió la cabeza para alejar ese pensamiento. No, no podía divagar ahora, tenían que
pensar en algo rápido. Tenían que mantenerse racionales y calmados. Si él se mantenía
controlado, podría contener a Taehyung también.
Pero de repente, Taehyung se alejó de él de un golpe, con los ojos muy abiertos e
iluminados. No tenían nada de la oscuridad previa.
[♦♦♦]4
Entonces la puerta se abrió, con lentitud, descubriendo una figura alta y pelinegra.
Taehyung abrió con amplitud los ojos, perplejo a pesar de su alivio. Empuñó las manos...
y sonrió.
Jungkook, detrás de él, parpadeó confundido. Aquel hombre que había abierto la puerta
no era Yoongi.4
Fanfic
―¡Namjoon sunbae!25
[♦♦♦]
―No.
Jungkook vio como Taehyung, a su lado en aquel sofá desconocido del cual había
recelado al sentarse, apretaba los puños en su regazo. Kim Namjoon, después de
dejarlos pasar y contándoles que había vuelto a su color natural de cabello y la rápida
mejora de su nariz, les había servido té y malas noticias.
―¿Hace cuánto? ―preguntó Jungkook, por Taehyung, que se había quedado pasmado.
Namjoon se volvió hacia Jungkook, y dejó caer los hombros sobre el otro sofá en el que
se encontraba.1
―Hace más de un mes, por lo menos. ―respondió, formal, y bajó la vista hacia la
porcelana verde en la que había servido el té. La pequeña flor de manzanilla flotaba bajo
su reflejo.1
―¿Ni siquiera han... ?―comenzó a hablar Taehyung, sin dejar de hacerle fuerza a sus
nudillos, un poco falto de aliento―. ¿No han vuelto a hablarse?
Namjoon sonrió con tristeza, sin dejar de mirar su té, y negó con la cabeza.2
¿Qué rayos le pasaba a Yoongi por la cabeza? ¿Por qué pretendía llevar esa gran carga él
solo y alejando a todos?3
Sin embargo, hubo algo que en su cabeza no tuvo sentido. ¿No había sido Namjoon
mucho más cercano a él? ¿Como... en el sentido romántico?
El castaño se cruzó de brazos. No. No tenía lógica. Yoongi debió acudir a él de entre
todas las personas.
―No, es que no tiene sentido. ― musitó él, frunciendo su ceño―. ¿Cómo puede no
haberle ayudado viendo claramente que el hombre está loco? ¿Por qué permitió que él
llevara la carga solo? ―le cuestionó―. ¿Quién querría llevar una carga así solo? ¿Por qué
le permitió...?
Fanfic
―¿Cómo podría ser la persona equivocada? Sé que suena atrevido de mi parte, pero,
¿No era usted su pareja?
Jungkook identificó entonces que le había dado en un punto débil. Miró a Taehyung,
que no deshacía su expresión de desconcierto y solo parecía reforzarla. Reprimió un
suspiro. Se estaba excediendo.
―¿Crees que no intenté ayudarle? ¿Crees que dejar a ese estúpido ileso fue algo que yo
quise?―exclamó, enfadado―. Intenté ayudarle, claro que lo hice. Hablé con él, le hablé
de todas las posibles soluciones, ¡pero Yoongi es condenadamente obstinado! ¡Me alejó
diciendo que no era de mi incumbencia! ¡Insistió en que iba a arreglar eso solo! ¡Dijo que
no me necesitaba e incluso dejó de responder a mis llamadas! Insistí incluso entonces, ¡y
me trató como si yo fuera el malo! ¿Y me dices que no hice nada? ¿Que no lo intenté?
―espetó, sonrojándose por su explosión espontánea―. Cada vez que intenté intervenir,
Yoongi me alejó. Sé que no siente nada por ese idiota, ¡pero con lo que hace, parece
que quisiera protegerlo! ¡¿Entonces qué más podía hacer yo si él se negó?! ¡Al final
simplemente dejó de hablarme y dejó esa estúpida carta como si fuera suficiente para
despedirse de mí después de todos estos años!2
Taehyung, que había estado completamente aturdido escuchándolo, alzó una de sus
cejas y abrió un poco más sus ojos.
Fanfic
Namjoon, volviéndose a pasar las manos por el cabello, miró a Jungkook y asintió con la
cabeza.
―Dejó una carta hace unos días, agradeciéndome por todo. Como si eso funcionara
conmigo.
Namjoon suspiró y ladeó la cabeza, con la mirada más oscura y el semblante más
apagado.
Ambos, Taehyung y Jungkook quedaron paralizados. No fue algo malo, por el contrario,
deshizo todas sus hipótesis desastrosas que su ausencia en casa había provocado.
Jungkook fue el primero en mirarlo, algo perplejo, pero se alivió al ver la expresión de
angustia deshacerse lento en su rostro, relajando sus comisuras y ceño.
Sonrió levemente, solo mirándolo. ¿Lo ves? No tenía que ser algo malo.
―Bien, ahora que les respondí, ¿pueden explicarme qué están haciendo? ―preguntó
Namjoon entonces, provocando que el castaño y el pelinegro dejaran de mirarse.
Taehyung miró a su sunbae, y sonrió con gentileza, mortalmente dulce. 1
Fanfic
―Perdón por alterarme. ―se disculpó Taehyung, con rubor ligero en sus mejillas―.
Perdón por llegar de repente. Él es mi... ―volvió a mirar un segundo a Jungkook, que
enarcó una ceja― ... Amigo. Me disculpo por no presentarlo, su nombre es Jungkook.
Jeon Jungkook. ―el susodicho y Namjoon intercambiaron miradas, Jungkook haciendo
una corta reverencia con la cabeza―. Sé que todo parece un poco escandaloso, pero
tiene una razón. Le explicaré cómo pretendemos solucionar este enredo de Yoongi,
hyung. 11
Namjoon abrió con amplitud los ojos. Taehyung había cambiado el sunbae por hyung.
¿Ahora era como un hermano mayor para él?
No le molestó en lo absoluto.
Le sonrió, por primera vez de forma genuina en un buen tiempo, haciendo que sus
hoyuelos se marcaran en sus mejillas. Bien, no sabía que tramaban, pero claro que
estaba dispuesto a escuchar.
―No entiendo cuándo ese hombre comenzó a hacer parte de nuestro plan. ―exclamó
Jungkook, dejando su cepillo la mañana siguiente, después de desinfectarlo con agua
tibia, con cuidado dentro de su estante correspondiente sobre el lavamanos.3
Taehyung, desde la ducha, a su lado ―siendo separado sólo por la cabina de vidrio―,
pasó sus manos por su cabello para enjuagar el shampoo. Hizo un mohín mirando el
azulejo en cerámica del suelo.
―Él... quiere ayudar... ―respondió, cerrando los ojos en medio de su pequeña nube de
vapor―. Sé que quiere a Yoongi, y sé que está en la misma posición que yo, así que,
¿por qué no? además de que sabe dónde viven sus padres.
―Hay que dejarle en claro que debe estar callado. ―musitó, cruzándose de brazos.
Taehyung lo miró de reojo, y resopló.
―No sea tan desconfiado, señor Jeon. ―exclamó, de golpe formal―. Si no me hubieras
propuesto este plan, yo estaría en la misma posición desorientada que él. Además, he
trabajo con él por un año. Es una buena persona. ―explicó, masajeando su cuero
cabelludo, recordando los incontables días en los que Namjoon le había ofrecido una
sonrisa cálida y le había arreglado el uniforme.
¿Por qué? Porque no era difícil ponerse en sus zapatos. Él, que había perdido de forma
inesperada a alguien también, lo habría dado todo por verlo otra vez. Y los sentimientos
de Namjoon, a juzgar por su mirada triste y su tono dolido cuando habían hablado,
parecían genuinos e incapaces de desaparecer.
Y al menos ellos aún tenían tiempo para estar juntos, cuando toda esta pesadilla acabara.
Yoongi estaba herido por todo esto, eso podía asegurarlo Taehyung, así que aunque el
peli-marrón quisiera enfrentar esto en la discreción de su necedad, era mejor si tenía a
alguien apoyándolo.
Detuvo sus pensamientos justo ahí, y abrió los ojos que sin querer había cerrado, ¿de
verdad había mencionado a Seokjin y a Jungkook para la misma situación?55
El pelinegro parpadeó un par de veces, con una toalla pequeña en sus manos. No fue
consciente de cuándo había dejado de respirar, pero el ardor prominente de sus
pulmones no lo sacó del trance en el que estaba.
Acarició la tela de la toalla, observando al castaño que permanecía impasible bajo las
gotas de agua que hacían relucir su piel acanelada. Su cabello goteaba y el shampoo se
escurría dejando que la espuma le cayera por el cuerpo.
¿Cómo podía ser que ver a una persona ducharse fuera tan entretenido? Siguió las gotas
de agua cálida deslizarse en su nariz, en sus labios y en su mentón.
Nunca había notado lo pulidas que eran las facciones de Taehyung: su nariz de tamaño
perfecto, sus pómulos bien definidos y ruborizados por el agua caliente, sus labios
inusualmente rojizos tal cual el primer día, y su mentón delineado como un perfecto
semicírculo. Continuó siguiendo las gotas que se deslizaban por sus brazos, manos, y
como algunas saltaban hasta sus piernas para seguir su camino abajo, humedeciendo así
algunas marcas de su cinturón que, amoratadas, aún permanecían allí de los azotes de la
semana pasada.1
Entonces las manos de Taehyung comenzaron a moverse por su cuerpo, para enjuagar el
jabón que tenía encima. Un escalofrío le recorrió la espalda al pelinegro, que recorriendo
luego sus extremidades, pareció tornarse cálido. Bastante cálido. Lo observó masajear sus
brazos, su torso, y bajar hasta su miembro y sus muslos.
Lo único que pasó por su cabeza fue una imagen de su lengua pasando por aquellos
lugares.29
La falta de aire fue demasiado intensa, y ahogándose, comenzó a toser, logrando salir de
aquella burbuja extraña en la que lo había metido su cabeza.2
Fanfic
Apartó la mirada cuando Taehyung lo miró con ojitos brillantes, y continuó tosiendo.
―¿Estás bien? ―le preguntó, viendo al hombre darse golpes en el pecho mientras
recuperaba el aire, recostado con una de sus manos en el lavamanos.3
―Sí. ―respondió, con sequedad, y se dio la vuelta para salir del cuarto.
―Espera. ―pidió Taehyung, y Jungkook escuchó como el chico cerraba el grifo. Detuvo
su caminata, y se volvió mostrando de forma casi fingida su expresión neutra.
Ignorando por completo la rapidez con la que su corazón latía, enmascarando su propia
vergüenza. 2
―¿Me pasas una toalla, por favor? ―preguntó Taehyung, ajeno a Jungkook y lo que
había ocurrido. Jungkook lo vio escurrirse el cabello largo y pasarse las manos por el
rostro, aún sonrojado.1
sentado en la cama revisando su móvil. Taehyung mordisqueó su labio inferior y solo fue
hasta su mochila para sacar su ropa, evadiéndolo. Comenzó a vestirse, pendiente al
hombre que detrás suyo no se movía. Se metió a sí mismo en un suéter vino tinto y un
par de jeans.
Taehyung parpadeó, con la cabeza ligeramente alzada para mirarlo, y suspiró con
pesadez. ¿Solo era eso?
―Seca tu cabello para que deje de gotear también, y luego ve a secar el suelo del baño
y todo el camino hasta aquí. Está todo mojado.
Jungkook, percibiendo ahora su enfado, golpeó su mejilla con la lengua un par de veces,
preguntándose qué de todo lo había enojado ahora.6
Fanfic
―Sí, hay una última cosa. ―dijo, entonces acercándose más hacia él. Taehyung intentó
retroceder, pero Jungkook puso su mano en su espalda baja, impidiéndolo.
―Deja de fruncir tanto el ceño que te arrugarás, tonto. ―exclamó con diversión, y
entonces se alejó, dejando a Taehyung algo pasmado―. Tienes diez minutos para estar
listo, ¿entendido? El tren a Daegu parte en una hora y todavía tenemos que pasar por tu
amigo.2
Taehyung a penas si espabiló, y dejando el aire escaparse por sus labios, asintió con la
cabeza.
[♦♦♦]
Encontrarse con Kim Namjoon en la estación de metro no fue algo muy complicado.
Taehyung al verlo corrió hacia él como un infante y con una sonrisa ofreció ayudarle con
el bolso que traía. El reloj de una de las torres en el lugar marcó las diez de la mañana, y
mientras Jungkook compraba los boletos que había reservado por Internet, Taehyung se
dedicó a hablar amistosamente con Namjoon.
―¿Qué harás cuando vuelvas a verlo? ―le preguntó, cruzando las piernas en su asiento
junto a su hyung. Namjoon sonrió con algo de inseguridad y le miró, Taehyung entonces
Fanfic
Del otro lado de la sala, de vuelta con el castaño, quiso reír por lo risueña que se había
tornado la expresión de Namjoon después de hacerle esa pregunta.
―Quiero... ah... ―miró hacia el techo, riendo, y luego a Taehyung― ... Sonaré como un
tonto si lo digo.
Namjoon siguió riendo, lo cual le contagió al castaño, que soltó una carcajada sonora
que le subió el rubor a las mejillas. ¡Su hyung se veía realmente nervioso!12
Jungkook, desde la distancia y acercándose a pasos algo lentos, lo miró mientras reía con
el hombre.
―Quiero... abrazarlo fuerte. ― musitó, sintiendo el calor subir a sus mejillas con
vergüenza. Rio con nerviosismo cuando Taehyung soltó un ''awww'', fuerte y chillón―.
Sé que por cómo es lo más seguro es que se queje y pida que me aleje... pero después
lo corresponderá. O eso es lo que espero, claro.11
Taehyung mordió su labio sin dejar de sonreír. Estas cosas siempre lo conmovían y
hacían su corazón apretarse. Namjoon vio su expresión y volvió a reír, haciéndolo reír a
Fanfic
Entonces fijó la mirada con Jungkook. El hombre, con expresión neutra, sostuvo su
mirada, apretando los boletos que llevaba en la mano mientras terminaba de
acercarse.13
Y Namjoon, notando aquel sutil cambio, se volvió a mirar a dónde la vista de Taehyung
apuntaba. Se levantó de su asiento, seguido por Taehyung.
―Oh, ¿estamos listos? ―preguntó, intentando llamar la atención de Jungkook, que solo
miraba a Taehyung.
―¿Listos para qué? ―espetó, con sequedad, y distraído. Namjoon entonces miró a
Taehyung, percibiendo una energía extraña que lo hizo sentir incómodo.
Taehyung, que tenía la boca entreabierta, la cerró cortando la mirada de golpe con
Jungkook para mirar a Namjoon, cayendo en cuenta de lo que pasaba.
―¿Listos para qué? ―repitió, y parpadeó un par de veces, ahora entendiendo―. ¡Ah! ¡El
tren! ¿Ya estamos listos para irnos? ―preguntó entonces, volviendo a su actitud risueña.
Miró de reojo a Jungkook, que ladeó la cabeza y asintió.
―Es mejor que vayamos. ―fue lo único que respondió, entregándoles sus respectivos
boletos, y comenzando a caminar sin ellos.1
―¿Vamos, Tae? ―le preguntó, atrayendo su atención. El chico asintió con la cabeza
sonriendo y tomó sus cosas para ir tras él.
[♦♦♦]9
Fanfic
Después de una hora y media de viaje, en el asiento que habían tenido que tomar, se
encontraba Jungkook con dolor de piernas sentado junto a Taehyung, que estaba en la
mitad de Namjoon y él.
Y Taehyung ni siquiera participaba en él, lo cual lo hacía peor. Había caído dormido hacía
por lo menos veinte minutos.8
Jungkook, junto a la ventana, se cruzó de brazos pensando en la última vez que había
estado tan apretado. Intentó distraerse mirando el paisaje, pero en lo único que pudo
fijarse fue en lo sucio que estaba el cristal. Se removió un poco, ansioso porque aquello
terminara.1
Parpadeó un par de veces percibiendo algo fuera de lugar, el chico estaba muy frío.2
Lo miró sobre su hombro. Taehyung, con la cabeza recostada en el respaldo, dormía casi
plácidamente. ¿Tenía frío?1
El hombre, que parecía haber notado lo mismo que él se había quitado el abrigo y ahora
se lo ponía con cuidado encima. Jungkook, fingiendo que estaba distraído, solo se
mordió con fuerza el interior de su mejilla y desvió la mirada.109
Percibió el aroma ácido de la fragancia ajena proveniente del abrigo y mordió con más
fuerza su mejilla. Ahora el chico iba a tener su aroma impregnado.166
Capítulo 54
Kim Namjoon, caminando por las estrechas calles de aquel vecindario en Daegu, se frotó
las manos percibiéndolas frías y algo sudadas. El lugar, en el año que no había venido
con el peli-marrón, no había cambiado ni un poco. Ese era el encanto que resaltaba.
Sí, había sido un poco sorprendente para sus acompañantes que él supiera dónde estaba
la casa de los padres de Yoongi, pero no se preocupaba por eso. Kim Taehyung solo
había llegado un año después de que ambos hombres se conocieran cuando recién se
abría el café. Ellos se habían topado al solicitar vacante el mismo día. Aún lo recordaba a
la perfección: la expresión indiferente de Yoongi en sus ropas caras lo habían confundido
a morir. ¿Por qué un chico que parecía tener dinero pedía un trabajo de mesero? él se
justificaba, porque acababa de salir de la escuela de cocina ―con énfasis en panadería y
repostería―, y comenzar a trabajar en una cafetería cualquiera antes de tener la propia
era lo lógico, pero con Yoongi simplemente no tenía sentido.
Estuvo en la intriga por el hombre, hasta que un par de meses después, cuando se
acercaron por su inevitable convivencia en el mismo espacio, Yoongi le compartió que
tenía hecha una carrera en biomedicina, pero que después de que su abuela favorita
muriera y le dejara una gran herencia, había decidido simplemente no dedicarse a ello.
Era extraño, pero no se arrepentía. Namjoon no le juzgó. Por el contrario, lo hizo reír
cuando lo conectó con lo perezoso que era y lo simple que decidía llevar su vida. Min
Yoongi era todo un tipo de persona. A Namjoon le agradó cada vez más.
No supo en realidad cuándo fue que ver su sonrisa de gominola comenzó a acelerar su
corazón. Él no podía asegurarse. Pero mientras más tiempo pasaba mirándolo trabajar y
mientras más conocía de él, más atrapado se sentía en los sentimientos que le invadían.
Fanfic
Estuvo más de medio año en silencio, creyendo que no merecía expresar sentimientos
que no iban a ser correspondidos, hasta que un día, después de que se resbalara con el
piso húmedo y tirara varias tazas al suelo, Yoongi le socorriera totalmente angustiado y
abrumado de lágrimas. 7
Sonrió ante el recuerdo mientras caminaba oyendo a sus acompañantes discutir tras él.
Qué tan lindo se veía, qué tan adorable se había visto mientras ponía hielo en su pierna y
mordisqueaba su labio de los nervios. Que tan inesperado, también, que se descubriera
tan temeroso ante su vulnerabilidad. Ese día incluso se había atrevido a acariciarle una de
sus mejillas rojitas para repetirle que no tenía porqué preocuparse.
Un pequeño y adorable beso que le había dado cerrando con fuerza los ojos y con la
punta de la nariz roja por el frío, casi en la comisura de sus labios, antes de irse
corriendo. La cereza del pastel fue la cara de amargado que había puesto días después
para ocultar la emoción que brillaba en sus ojos cada vez que compartían miradas.1
―¿Verdad qué? ―preguntó, sintiendo sus mejillas calentarse. Rio incómodo―. Perdón,
no estaba escuchando.1
―Y qué bueno que no. ―le oyó musitar a Jungkook, que al lado de Taehyung caminaba
con cara de desprecio y los brazos cruzados sobre su chaqueta negra.1
Fanfic
Namjoon los miró por un momento y entrecerró los ojos, ¿qué tipo de energía era la que
desprendían esos dos hombres?107
Una pequeña risita salió de sus labios, traviesa, llamando la atención de ambos.1
―Nada. ―se excusó, centrando su vista en las casas que recorrían. Su corazón entonces
se estremeció con violencia, haciéndose de golpe eco en todo su pecho―. Ya vamos a
llegar.4
[♦♦♦]
¿Entonces por qué su corazón parecía querer salirse por su boca y correr una maratón
después de infartarlo?2
Tragó saliva, notando que sus nudillos se habían enrojecido después de tocar aquella
puerta celeste. El color de la madera tampoco había cambiado desde la última vez.
El pelinegro miró al castaño, notando el leve temblor que le cruzaba el cuerpo. Ladeó la
cabeza cortamente. Estaba nervioso. 1
Fanfic
Lo vio pasarse las manos por sus ropas, una y otra vez, en un ademán ansioso e
inseguro. Igualmente, iba a resecar sus labios si seguía relamiéndolos con tanta
frecuencia. Jungkook se mordió la lengua, bajando la mirada hasta una de sus manos.
[♦♦♦]
―Suéltame, ¡suéltame ahora mismo! ―gruñó Min Yoongi, siendo retenido por Namjoon
de volver a abofetear a Taehyung. El castaño, que era ahora refugiado tras un Jeon
Jungkook de expresión severa, se tocó con dedos temblorosos su mejilla herida.20
―Yoongi hyung. Min Yoongi. ―gruñó Namjoon, volviendo al chico hacia él para
encararlo. El peli-marrón, ojeroso y desganado, se removió en sus brazos, exclamando
en quejidos de exasperación―. Yoongi, cálmate y escucha.
―Escuché lo suficiente, ¡¿qué rayos es lo que hacen?! ―gritó, sus ojos aguándose―.
¡¿Cómo puede ser que después de que los atacara de forma tan directa se atrevieran a
venir?! ¡¿Qué haré entonces si los siguió?! ¡¿A dónde podré irme?!
―¡No tienes que irte a ninguna parte! ―le respondió Taehyung, saliendo detrás de
Jungkook con rapidez, siendo detenido por el pelinegro, que le tomó el brazo. Taehyung
Fanfic
lo miró entonces, con todas sus emociones en conflicto presentes en sus ojos, y le
musitó―. Déjame, está bien.4
Taehyung, al ver que ninguno había querido decir nada, de repente tímidos, dio un paso
adelante diciéndole la verdad: que todo había llegado muy lejos, y que iban a buscar una
solución.
Pero Yoongi solo explotó cuando el castaño le mencionó el incendio del café, y la nota
que Ji Taehyung había dejado en amenazas. Entonces habían explotado gritos y sus
manos lo habían alcanzado. Entonces lo había abofeteado.
Entonces todo se había salido de control. Namjoon tuvo que abalanzarse con rapidez para
alejar a Yoongi de Taehyung, y así Jungkook se había parado espaldas a Taehyung como
escudo.25
Y allí estaban. Namjoon, que sostenía a Yoongi por las muñecas, lo presionó más cuando
continuó quejándose.
―¡¿Cómo puedes decir eso?! ¿Por qué me dices eso? ¡Deja de mentirme! ―gritó―.
¡Deja de meterte! ¡Si no te hubieras metido en esto nada de todo esto hubiera ocurrido!
Fanfic
―Hyung. ―musitó Namjoon, intentando llamar su atención, contando las lágrimas que
hacían torrentes de sal en sus mejillas.
―¡Si no me hubiera metido en esto solo empeoraría! ¡Escucha lo que queremos decir,
Yoongi! ―exclamó Taehyung, con el corazón desbocado y su mejilla ardiendo―. Sé que
estamos en problemas. Sé los riesgos que corremos. Pero debes entender por qué. Por
favor, solo tienes que escuchar.
Namjoon, perplejo por la criatura que presenciaba, lo tomó de los hombros, fuerte.
―Yoongi, mírame. ―le pidió, sinceramente perturbado por el estado de Yoongi. Todo
este tiempo que no habían estado juntos, ¿Qué clase de terror lo había consumido?
Incluso en sus manos lo sentía más delgado, más pequeño.
El peli-marrón hizo caso omiso a sus palabras, y sollozó, aún intentando deshacerse de
su agarre.
Era la primera vez que lo veía de aquella forma: tan alterado, tan... Vulnerable.12
Su corazón latió con rabia. Namjoon hubiera podido protegerlo de todo esto, habría
sostenido con fuerza su corazón para que no se rompiera. Lo habría mantenido a salvo
sin importar qué.
Maldita sea, ¿por qué lo había alejado? ¿Por qué había permitido que pasara?
Fanfic
―¡Yoongi, mírame! ―insistió en un grito desesperado, logrando por fin que aquellos
ojos vidriosos se enfocaran en él. Yoongi tembló. Él literalmente tembló al mirarlo.
—Namjoon, n-no...
—Sólo mírame, por favor. —pidió, más bajito, dejando salir en su tono de voz la angustia
que hacía juegos en su pecho. Algo cambió entonces en la mirada de Yoongi.
Taehyung respiró profundo para reprimir las ganas de llorar que le invadieron. Jungkook
lo escuchó. ¿Se había vuelto tan cercano a Yoongi, que le dolía tanto verlo de aquella
forma, tan ensimismado y angustiado?
Namjoon le sonrió con tristeza, y dejando de retenerlo, dejó que una de sus manos
subiera y le limpiara las lágrimas.
Maldito Ji .—pensó, en sus venas fluyendo cólera—. ¿Cómo se había atrevido a hacer de
aquel precioso ser humano un desastre así?1
—Está bien. Estoy bien. —respondió, acunando entonces una de sus mejillas. Yoongi
chupó un jadeo en su llanto al conectarse a sus dedos.
Joder, había tardado demasiado en darse cuenta. Ahora Namjoon lo sabía. Él no iba a
dejar a Yoongi más tiempo solo. No podía. Incluso si tuviera que contradecirlo.
Su corazón dolió.
Fanfic
—¿Te duele? —le preguntó, su labio inferior cesando de temblores, sus hombros
escurriéndose dentro de su toque, acicalándose. Porque era inexplicable la calma que a
su corazón le invadía solo por mirarlo y sentirse en sus brazos. Y su cuerpo estaba tan
cansado, que aquel contraste dulce podía fácilmente desmayarlo.2
Él no podía solo con todo esto aunque quisiera pensar que sí, pero... ¿Por qué sentía que
solo con mirarle podía incluso salvar el mundo?
Inhaló entrecortado, y mordiendo fuerte sus labios, asintió lento con la cabeza.
—Ven aquí.
Yoongi, fuera de todo raciocinio y con todas aquellas emociones reprimidas a flor de
piel, dio un paso adelante y abrazó a Namjoon, ocultándose en su pecho. Ocultándose y
refugiándose de los orbes caóticos que lo tenían sofocado. No debió sentirse tan
protegido cuando Namjoon lo rodeó con los brazos y se fundió en él, pero lo hizo. Y
joder que eso terminó de destruirlo. 3
—Está bien.
[♦♦♦]
Taehyung carcajeó bajito con sequedad y enarcó una de sus cejas, safando el rostro de
su agarre para mirarlo, con ojos filosos.
Namjoon y Yoongi acomodaban todo para tomar el té en la pequeña mesita que estaba
entre los muebles. Ambos permanecían callados, pero era obvia la manera en la que
compartían amenamente su espacio personal. Parecían realmente cómodos alrededor
del otro.
Era aquella cadena con un dije azul de barro que había visto antes. Taehyung la
acariciaba, palpándola con cariño. Jungkook parpadeó, pareciendo incapaz de apartar la
mirada.1
Hasta que, claro, el chico lo miró al sentir sus ojos taladrarle el rostro.1
Fue bueno que antes de que pudiera preguntar algo, Yoongi dijera mientras tomaba
asiento:
[♦♦♦]
―Quizá, si mi corazonada resulta cierta y aquel hombre trabaja solo, a lo mejor dejó
algún rastro de su presencia allí. ―exclamó Jungkook, sin haberle dado ni un solo sorbo
a su té, y concentrado en lo que decía. Tenía sentido, aunque no fuera un gran plan y
tuviera tantos vacíos―. Pero antes de todo... ―dijo, teniendo la mirada de todos
encima―. Necesitamos conocer todo lo se sepa de él. Quizá así hallemos alguna pista,
algún indicio.
Yoongi, que hacía ademán de beber su té con la porcelana vacía, miró con desgano un
punto fijo. ¿Iba a servir de algo todo esto?
¿En verdad podían darle una solución? ¿No tenía esto más contras que pros?
―Y si por algún motivo consiguen la prueba, ¿qué harán con ella? ―espetó entonces,
bajando al fin la taza, y mirando a Jungkook; recordando con algo de incomodidad lo
pesado y grosero que había sido cuando trabajaba en el café. ¿Cómo era que ahora
estaba sentado en la sala de sus padres, exponiendo un plan que, si funcionaba, iba a
solucionar la gran carga que se había vuelto su vida?
Había decidido no preguntar, al verlo llegar con Taehyung, pero le resultaba tan extraño
que le quemaba la cabeza. ¿Cómo era que se conocían? ¿Por qué parecían tolerarse?
Yoongi lo miró, con la inseguridad brillante en sus ojos. Jungkook suspiró de nuevo, esta
vez con fuerza, y por culpa de la ligera ansiedad que le recorrió, se pasó las manos por el
cabello sin ser realmente consciente de ello—. Sé que quizás este plan no suene muy
seguro, pero... ¿Piensa en algo más que pueda darle un fin a esto? ¿Se echará a morir y
ya? —espetó, intentando ser paciente.
Taehyung, que había estado mirando a Jungkook, se volvió hacia Yoongi, que frotando
sus manos con nerviosismo tomó una bocanada de aire. Namjoon, a su lado, estaba
sentando de forma que sus brazos se apoyaban en sus piernas. Casi ocultaba su cabeza.1
Inhaló hondo una última vez. ¿De verdad esta era una buena idea?
No pudo sopesarlo cuando comenzó a hablar. Contó con detalle cómo se habían
conocido, su actitud de aquellos días, y el como habían llegado a interactuar.
—No supe exactamente porqué todo se salió de control. Se suponía que éramos amigos,
o eso quise creer yo, pero él... no sé qué rayos le dio la idea de que sentía algo por él. De
un día a otro me llamaba con frecuencia, me texteaba, se enojaba y me trataba raro. Yo...
me asusté. Fue muy abrumador. —admitió, cruzándose de brazos—. Cuando una tarde
llegó al café sin avisar. Digo, yo ni siquiera le había dicho que trabajaba en un café. Sé
que su familia es adinerada y lo más seguro es que moviera sus contactos para obtener
información mía, pero... ¿No sigue siendo una invasión? No deja de ser jodidamente
espeluznante. —exclamó, comenzando a enojarse, y soltando un suspiro cuando sintió la
mano de Namjoon posarse en su muslo. El toque logró calmar sus humos—. Lo siento.
Fanfic
Luego de eso comenzó a acosarme, no paraba de decir que quería verme aunque ya le
hubiera dejado claro que no quería ningún tipo de conexión con él. Intenté evadirlo
hasta el cansancio, y luego... comenzó a trabajar en el café. Ni siquiera sé cómo logró
entrar, ¿De verdad el dinero puede mover tantas cosas? Su padre domina parte de la
industria gastronómica. ¿No le bastaba allí? ¿Tenía que empeorar las cosas?
El pelinegro a su lado se mordió el interior de la mejilla con tanta fuerza que le dolió. Se
dio cuenta de que toda esta situación la había conocido siempre a medias. Él solo había
comenzado a enterarse cuando lo habían involucrado.
Apretó las manos en su regazo, y miró fijo a Yoongi, odiándose por no preguntar antes,
odiándose por no estar entre las opciones de confianza de Yoongi para que le
contara. ¿Por qué era así? ¿Por qué se le dificultaba confiar? ¿Dónde quedaban todos
los años en los que habían compartido anécdotas o las razones de algún malestar? ¿Por
qué callar algo tan pesado de cargar?
Vio como los ojos de Yoongi se irritaban y llenaban de lágrimas mientras seguía
contando. Sus manos se empuñaron, la culpa carcomiendo. ¿Por qué no insistió por
información cuando su intuición se lo había sugerido? Si se hubiera enterado antes, si al
menos un día antes él supiera de todos los antecedentes que tenía este problema...
Quizá él...
saber qué rayos hacer. La única prioridad que tenía en ese momento era que... —levantó
la mirada, su nariz se enrojeció al mirar a Namjoon—. Nadie más saliera herido por mí.3
—¿Cuándo te buscaba siempre estaba solo? ¿Alguna vez lo viste con alguien?
Volvió a negar.
Jungkook suspiró a sus adentros, aliviado de que no fuera el único que pensaba aquello.
Yoongi entonces continuó hablando. —Bien, pues... con los rumores que hay sobre su
familia no me sorprende.
Taehyung frunció el ceño junto a Jungkook, que enarcó una de sus cejas.
—Sí. —asintió Yoongi—. Hay mucha gente que dice que al contrario de sus apariencias
impecables tienen un hogar problemático. Mi familia ha estado al margen de aquello,
pero los rumores siempre nos alcanzaron. Algunos dicen que sus vecinos los escuchan
gritar mucho, y que siempre parece que está pasando algo, y sus relaciones solo parecen
postizas. Una vez una amiga de mi madre dijo que vio al padre de Ji tratando mal a su
esposa, y que cuando se dio cuenta de que los miraban, solo le sonrió con gentileza.
Escalofriante, ¿No?3
Y aquello reforzaba más la idea de que el chico no podría haber sido tan
impecable. Debía haber al menos una falla si su comportamiento era simple
impulso. Respiró hondo y se volvió hacia Taehyung. El castaño entonces le devolvió la
mirada, percibiendo un aire de alivio viniendo de él.
Lo captó en la expresión ajena. ¿Habían más posibilidades para que funcionara todo aquel
enredo que estaban creando?
Fanfic
Una de las comisuras de los labios de Jungkook se alzó con sutileza, creando así la mitad
de una sonrisa.22
Taehyung parpadeó, y abrió un poco más los ojos, sorprendiéndose. Fue por esa
expresión, Jungkook logró distinguir un pequeño lunar que sobresalía de las pestañas de
abajo de su ojo izquierdo.
Se quedó mirándolo.
Pero no pudo pensar mucho más en eso cuando Taehyung esbozó una leve sonrisa,
como en respuesta a la suya. Jungkook fue ajeno a sus pensamientos. Taehyung solo se
sintió genuinamente feliz de tenerlo como apoyo.
—No, eh... —dijo Jungkook, y se rascó la nuca. Miró a Yoongi de nuevo y le sonrió un
poco—. Ahora hay más posibilidades de que el plan funcione, con lo que nos ha
compartido.
—De verdad.
[♦♦♦]
Mientras Jungkook recogía sus cosas para partir de vuelta a Seúl, Min Yoongi, que
recogía los trastes del té, miró hacia Taehyung, que se encontraba junto a la ventana.
—Tae- Taehyung. —le llamó, odiándose a sí mismo por tartamudear. El castaño le miró,
sacándose las manos de los bolsillos.
—¿Sí?
Los ojos de Taehyung se ampliaron un poco, pero asintió con la cabeza, incorporándose
un poco y caminando hacia él. Tomó la tetera de porcelana y algunos platos, y lo siguió
hasta la cocina.
La habitación era atravesada por los rayos de sol, y contrastaban con el marrón de las
encimeras. Taehyung dejó después de Yoongi los trastes en el lavaplatos. El silencio de
ambos era tan tenso que Taehyung no se sorprendería de que la primera palabra que
ambos soltaran sonara como si una cuerda se rompiera.
Cuando Taehyung hizo ademán de darse la vuelta e irse, el peli-marrón le tomó del
brazo.
Taehyung dejó de moverse. Él solo se paralizó. Pero solo fue por un par de segundos,
antes de sonreír, y de un impulso, darse la vuelta y abrazar a Yoongi. El peli-marrón soltó
un respingo al sentir a Taehyung contra él.
—¡N-Niñato!
Vaya...
Yoongi, sintiendo su corazón cálido, lo miró con una linda armonía de emociones en sus
ojos.
[♦♦♦]
Fanfic
Así que por eso traía maleta, fue lo que pensó Taehyung.
—Con cuidado, ¿Sí? —preguntó él, con un atisbo de miedo en sus ojos. Taehyung y
Jungkook, con sus cosas, abrigados, y ya fuera de la casa, asintieron con la cabeza.
Namjoon y Yoongi se tomaron de la mano con suavidad, y miraron a los dos hombres
alejarse.8
—¿Qué hay con esos dos? —preguntó, dándoles otro vistazo mientras desaparecían en
la calle.
Capítulo 55
―Joder... por favor. Aparece, aparece. ―deseó Taehyung, odiándose a sí mismo por ser
tan desordenado. Rebuscó una y otra vez en su bolso, sacando y revisando cada bolsillo
de sus prendas para dar con la pequeña tarjeta.
Se pasó las manos por el rostro, algo desesperado, y peinó su cabello largo ―que
comenzaba a crecer hasta un poco más abajo que sus hombros―, intentando hacer
memoria.
Las palabras de Namjoon le retumbaron en la cabeza. Lo que les había dicho, antes de
irse de la casa de Yoongi ya el día anterior, y por lo que se había estado sintiendo muy
seguro de camino a Seúl.
―¿No hay alguien que pueda ayudarnos? ¿Alguien que pueda orientar nuestro plan? No
es que no crea en ti, Jungkook. ―había dicho el hombre, moviendo las manos en ademán
de negar con ellas―. Pero, necesitamos a alguien. Un abogado, o algo.
Soltó un suspiro de pesadez. Claro que era una buena idea, ¡un policía sí que podría
ayudarles! era uno que le había ofrecido su ayuda, y había creído en él en vez de seguir
las reglas usuales de su trabajo.
Fanfic
Pero el problema ahora era, que no podía encontrar la jodida tarjeta que el oficial Jiyong
le había dado la tarde que había estado en el café, la misma tarde que había quedado
destrozado.2
Se mordió los labios, enviando aquel recuerdo tortuoso lejos por al menos un
momento. No podía congestionar su cabeza, no podía distraerse de lo importante. Tenía
que enfocarse en buscar aquella tarjeta para poder contactar al hombre y explicarle la
situación para pedir por su ayuda.
Se puso el cabello tras las orejas y respiró hondo. Se inclinó entonces y continuó
buscando. Sacó toda su ropa, y la dejó sobre la cama de Jungkook, que en la semana
que llevaba quedándose se había vuelto casi suya.
Resopló, aún vaciando y tanteando con toda la paciencia que tenía entre sus ropas. No
era posible que la hubiera dejado en su casa, ¿verdad?
No tenía sentido. El día que el oficial se la había dado también había ocurrido el
incendio, y él recordaba haber guardado aquella tarjeta en su bolso antes de salir por la
caja llena de granos de café.18
Aún conservaba el mismo bolso, porque allí había empacado sus cosas.
Se detuvo para pasar las manos por su cabello de nuevo, percibiendo que se estaba
poniendo ansioso.
¿Y si no estaba allí?
¿Y si la había perdido?
―Mejillitas... ―oyó susurrar en su oído, a la par que unas manos aparecían bajo sus
brazos y le abrazaban la cintura. Se estremeció, y salió de su cabeza para darse cuenta
de que Jungkook, detrás suyo, besaba su cabeza mientras lo estrechaba contra sí.7
Parpadeó un par de veces, soltando lo que sostenía en las manos. ¿Qué estaba haciendo
Jungkook?1
Volvió un poco la cabeza, solo logrando distinguir con su vista la cabellera azabache del
contrario. Se mordió el interior de la mejilla, sintiendo la calidez ajena calarle el cuerpo.
La sensación lo abrumó un poco.
Porque aunque ciertamente no era la primera vez que lo tocaba ―y juraba que no había
ni un centímetro de su persona que él no hubiera tocado, o besado, o mordido―, sí
podía decir que era la primera vez que el hombre lo abrazaba así.
O besaba su cabeza.
O se ocultaba en su cuello.
―¿Qué estás haciendo? ―volvió a musitar, desconcertado, poniendo con lentitud sus
manos sobre las de Jungkook en su torso.
Jungkook movió su rostro en su cuello, hasta apartar su cabello y así acariciar con
cuidado la nariz contra su piel. Un escalofrío le recorrió el cuerpo al castaño, hacia abajo
en su espalda.
Bien, aquella observación lo había dejado sin palabras. Algo le pasaba a Jungkook, algo
muy grave y raro para ponerlo tan... suave y pegajoso.
Se decidió en tomar sus brazos, apartarlos, y volverse para encararlo. Quizá no fue muy
asututo, porque en el momento que lo hizo, el pelinegro volvió a tomarlo de la cintura y
lo apretó hasta que sus narices se rozaron. Las manos de Taehyung quedaron en el aire
unos segundos, pero se ciñeron en los hombros del hombre para intentar alejarlo.
―¿Qué crees que haces? Estoy ocupado. ―protestó, irguiendo su postura cuando las
manos contrarias se deslizaron bajo el suéter que llevaba. Sintió las yemas de sus dedos
palpar su columna por toda su longitud.
Vio como Jungkook entornaba la mirada y alzaba una de las comisuras de sus labios.
―Como iba diciendo... ―atentó, con la voz quizá demasiado grave―. Ha sido un día
muy largo, ¿qué tal si vamos y bebemos algo?
―¿Estás invitándome a beber? ―enarcó una de sus cejas―. ¿Tú, señor ''control'',
invitándome a hacer algo que provoca descontrol? ―preguntó, de forma burlona,
intentando ignorar las caricias de Jungkook aún presentes en su espalda; y fallando. Él ya
sabía donde tocar para tener su atención―. Puedo decir que lo he visto todo.
―Ah, claro. Se nota. ―respondió el castaño, notando de todo en aquel hombre en ese
momento menos cordura. Apartó la mirada con una expresión tensa―. Por eso es que
estás siendo tan gentil, ¿eh? ¿''Ha sido un día muy largo''?
―Yo de por sí soy gentil. ―espetó, un poco más fuerte que antes, provocando una
carcajada inevitable en Taehyung a la cual le frunció el ceño―. ¿Por qué te ríes? una
cosa es que sea gentil, y otra es que no quiera mostrarlo.
―¿Que no quieras mostrarlo? ―repitió, con deseo de hacer énfasis en aquello, curioso.
¿Qué quería decir con eso?
Fanfic
Sin embargo, Jungkook se alejó de un tirón de él, y le haló del brazo queriendo llevarlo
fuera de la habitación: ―Ven, he abierto una vieja botella de Vodka que me dieron en mi
cumpleaños.
―¿Tu cumpleaños? ―preguntó, recordando tener aquel tema presente desde hace unos
días en su cabeza desde que se había dado cuenta de lo cercano que estaba el suyo―.
¿Cuándo cumpliste años?
Quizá la razón viviente y ahora dormida en la cabeza de Jeon Jungkook había intentado
detenerlo cuando, al llegar a casa, su mente se había congestionado de ideas y
posibilidades del gran enredo en el que estaban y había recordado tener aquella botella
que le había regalado Jimin en su alacena. Y claramente había fallado, teniéndolo ahora
de esta forma, tan despreocupado incluso con un chico como Taehyung a su alrededor.
Él no era un hombre que considerara el tomar un trago como algo que pudiera relajarlo.
Pero mientras intentaba prepararse para todo lo que venía, y todos los riesgos que corría
aquel mismo día, pensó que tomar un poco de vodka no le vendría mal como
distracción.
Y siguió aumentando al punto de que todos y cada uno de sus filtros se habían vuelto
casi inexistentes. Esa ausencia sacaba a este Jeon Jungkook que solía vivir solo dentro de
su cabeza y no era visto por nadie.
Taehyung caminó hasta él, sin saber del todo que estaba accediendo a su invitación, y se
sentó a su lado, haciendo un mohín con su boca.
―Los primeros días de septiembre siempre son lluviosos. ¿Quién celebra algo en medio
de una tempestad?38
Taehyung se mordió los labios, poniendo sus manos entre sus piernas, viendo cómo el
hombre tomaba un pequeño vaso de vidrio y lo llenaba con Vodka.1
Yo lo celebraría.71
―La tengo. ―afirmó Jungkook, sonriendo, y dejando ver sus dientes de conejito―.
Entonces, toma, para calentar. ― dijo, estirando el brazo para entregarle el trago.
―¿Calentar?
―Por supuesto... ―musitó, sirviendo en otro pequeño vaso para él―. Este es sólo el
comienzo.
[♦♦♦]1
A más de la media noche, un chico castaño y otro pelinegro se reían con fuerza en la
sala de estar de aquel departamento de Seúl.
¿La razón?
Fanfic
―¡Eres un mentiroso! ―le gritó Taehyung, señalando su rostro, sentado a su lado ahora
en el suelo, incapaz de regular el volumen de su voz―. ¡Tú estás mas rojo que yo!
Jungkook se sostuvo la panza para seguir riendo, y sin saber que tenía el cabello vuelto
un desastre junto a su ropa desordenada, negó fuerte con la cabeza, sintiendo su
garganta arder por la intensidad del licor que se había acabado hace unos minutos.
―¡Qué dices! ―protestó entre risas―. ¡Pero si estás más rojo que un camarón!
Los hombres rieron a carcajadas fuertes. Taehyung se tapó la frente mientras lo hacía, y
Jungkook abrazó por completo su estómago, ambos en su propia fiesta de gritos e
incoherencias.
―¡Si yo soy un caldo de tteokbokki tú eres... tú eres tan rojo como... como...! Ah, lo único
que puedo pensar es en mis nalguitas cuando me azotas. Pobres, pobres nalguitas. Son
muy fuertes, ¿no?2
-¿Rojito?
-Uhum.
-¿Diminuto, dices? -cuestionó-. Ah, bueno. Diminuto allí abajo, eso sí.1
Fanfic
Jungkook lo miró con los ojos muy abiertos, y la boca haciendo una ''o'' perfecta,
fastidoso, haciendo a Taehyung reír más, y casi ahogarse. Se atacaron con empujones
tontos, con Jungkook alegando y defendiendo su para-nada-diminuto, y Taehyung solo
se consumió en carcajadas. Pateó el suelo, y balanceándose sin pensar, soltó un quejido
cuando sintió un halón en su cabello.
―Mi cabello, ¡auch! ¡creo que se ha enganchado a uno de los botones de tu camisa!
―aquejó, intentando removerse.
Jungkook frunció el ceño, y alejó unos mechones de cabello de chico hasta dar con las
hebras que se habían atorado en uno de sus botones superiores.
Taehyung lloriqueó, y carcajeó mientras obedecía. Jungkook pasó sus dedos con cuidado
y logró safar su mechón.12
―Listo, ya está.
Taehyung soltó una risita, y se incorporó lento poniendo una de sus manos en el lugar
del halón para aminorar el dolor. Antes de que pudiera poner su espalda recta, captó los
ojos de Jungkook mirándolo fijo.
Notó entonces que gracias a la luz de su bombilla podía verle las pupilas tras los lentes
redondos.
Estaban dilatadas.9
Fanfic
Y Jungkook, por su parte, se quedó observando la linda armonía que hacían sus mejillitas
rojas con el brillo de sus ojos avellana. Era solo atrayente al mirarlo. Si detallaba con
cuidado, Taehyung era apuesto.
Taehyung tragó saliva, sintiendo su garganta herida, y se relamió los labios, enfrascado
en sus ojos y su piel. Sin pensarlo mucho, deseó solo probar un poco los labios de
Jungkook. Él solo se veía hermoso, y estaba bien besar lo que era hermoso, ¿no?
Miró su boca.
Jungkook, que pensaba casi exactamente igual, entreabrió la boca. Aquellos labios anti-
naturalmente rosados de Taehyung siempre captaban su atención.
Se había vuelto una costumbre al pasar de las semanas, pero, ¿por qué comenzaba a
ponerse ansioso?
Taehyung, sin dejar de mirarlo, pareció de repente más pequeño y tímido. Bajo la vista
de Jungkook resultó adorable.
Lo primero que sintió fue la nariz del hombre acariciando la suya, y la imagen cálida de
su boca condenadamente cerca.92
La calidez encontrada en la boca del otro les adormeció los sentidos. Taehyung acarició
los labios de Jungkook con lentitud, sintiendo al contrario saborear su labio inferior, con
suavidad. Sus bocas se acomodaron hasta fundirse con dulzura.
Se besaron con calma, marcando la diferencia a los besos salvajes que solían darse.
Compartieron gustosos el aire, descubriendo la sensibilidad del manto de sus belfos,
dejando fluir sensaciones diferentes.
Ignorando todo.3
Las ropas de ambos fueron deslizándose por sus pieles hasta el suelo, desvistiéndose sin
separarse, naturalmente, dejándolos a ambos sin aliento, pero con ganas de continuar.
La tez acanelada de Taehyung contra la pálida de Jungkook se rozó, provocando cada
vello de los cuerpos de ambos erizarse con una lentitud tortuosa. Por su cercanía, la
melena de Taehyung los cubrió a ambos, sus poros besándose a la par de sus bocas.
Fanfic
Sus ropas se volvieron el edredón bajo ellos cuando Taehyung se sentó a horcajadas de
Jungkook, y jadeó al sentir sus miembros tocarse. Ambos, duros y sensibles, se deleitaron
por aquello. Jungkook estiró el brazo hasta alcanzar el bolso que había dejado en el sofá,
el último que faltaba por desempacar de la visita a Daegu, y tanteó aún concentrado en
acariciar la boca ajena hasta dar con la pequeña botellita de lubricante. Sí, la había
llevado. Nunca sabía cuándo podrían necesitarla.
No le importó.
Dejó la pequeña botellita a su lado mientras se daba el privilegio de pasar las yemas de
sus dedos por la larga espalda del chico hasta sentir la curvatura de sus nalgas. Su pecho
sofocó de calor cuando Taehyung acarició en ella hasta abrazar su cuello, dándole paso
al calor íntimo del latir de su corazón. Sus dedos se enamoraron de la piel que recorrían,
bajando y delineando lento por la columna de Taehyung, mie tras alcanzaban el
lubricante.
Cuando sintió que estaba listo, retiró sus dedos, y ayudó al chico a alinearse contra su
miembro. Taehyung, que había dejado caer sus manos hasta la espalda de Jungkook y
percibía sus músculos tensarse y funcionar bajo él, gimió con más fuerza al sentir el
miembro del pelinegro contra su entrada.
No llevaba condón.50
Abrió los ojos por un momento, una fracción de razón activándose. Pero antes de poder
formular algún pensamiento, observó el rostro de Jungkook.
Su ceño estaba relajado, sus ojos cerrados, y su expresión embelesada. Se veía realmente
bello de aquella forma, con la poca luz resaltando sus facciones, y sus labios
concentrados en los suyos.23
Así que se dejó llevar por el cóctel armonioso que verlo de aquel semblante le
provocaba por dentro, y se dejó caer sobre Jungkook, dejándolo entrar.1
Ninguno de los dos sabía antes de esa noche lo diferente que era hacerlo sin la
presencia de un condón. Ellos siempre habían sido precavidos, pero sabían que estaban
limpios. Taehyung, percibiendo cada dimensión de Jungkook en su interior, mordió con
fuerza su labio sintiéndose extrañamente completo. Había algo con esa conexión de sus
cuerpos que envió electricidad por cada poro. Y Jungkook, víctima de aquella estrechez y
calidez, se preguntó si estar en la cima del mundo se sentiría similar.
Fanfic
Entonces ambos comenzaron a moverse, para conectar sus cuerpos una y otra vez,
despacio, y estudiando el terciopelo de su unión. Sin dolor, sin tratos agresivos, sin
heridas.
Siguieron así, apretándose contra el otro, como si quisieran fundir sus pieles, como si
quisieran mezclarse hasta formar solo uno. Sin parar de besarse y gemir contra la boca
ajena, y sin alterar aquel ritmo lento que desafiaba cada una de las sensaciones.
Aquellas sensaciones que antes habían pasado desapercibidas, y que seguirían así
gracias a sus mentes dormidas por el alcohol.11
Y que si Jungkook había tenido la razón de algo esa noche, era que...
El comienzo de algo más profundo que podía llevarlos a ambos a un obstáculo que
quizás, no estuvieran listos para enfrentar.
[♦♦♦]
Está calentito.36
Fanfic
Kim Taehyung se removió contra aquel bulto que mantenía su mejilla y cuerpo cálido.
Con la cabeza despejada y algo adolorida fue entrando en razón, de quién era, y dónde
estaba.52
Inhaló profundo un aroma dulce que le hizo desear seguir durmiendo, y alejarse de la
cordura que sentía un brazo descansar en su cintura. Luchó contra sí mismo, y su pereza
por el tiempo suficiente para desear abrir los ojos.
Entonces lo hizo.1
Mientras su vista se aclaraba, sus sentidos se agudizaron. Sus dedos percibieron una
calidez ajena en sus yemas, su mejilla subía y luego bajaba un poco con el resto de
él. Alguien respiraba bajo él, de forma tranquila y arrulladora.
Observó por un par de segundos en completo silencio al hombre que, aún dormido,
tenía algunos mechones de su cabello cruzando su frente y una ligera sombra de barba
en las mejillas.
Inhaló profundo dándose cuenta de que el aroma dulce que había sentido era sólo el de
menta que siempre desprendía el pelinegro.
Con la cabeza aletargada analizó la situación en la que estaba y no encontró nada raro.
Esto no era en lo absoluto nuevo.
¿Verdad?
Fanfic
Jeon Jungkook, con su cuerpo pidiendo despertar por un peso del que apenas era
consciente contra su pecho, se removió un poco y murmuró algo ininteligible. Entoncea
abrió los ojos con lentitud, y contempló sin realmente observar la pequeña bombilla que
dentro de un contenedor en forma de campanita colgaba en su techo. Su mirada tardó
en aclararse y asimilar lo que veía.
Tomó una bocanada de aire y parpadeó con lentitud. Era una linda campana, igual a las
que su madre tenía en casa. Aún recordaba el día que lo había comprado, pensando en
ella sin querer aceptarlo.
Pero, ¿Por qué las habían en su cuarto si él las había instalado en su sala de estar?
Él no estaba en su cuarto.
-Joder... -musitó, con la voz grave y ronca, como primera cosa, atrayendo más la
atención del chico que parecía volver en su persona, completamente mudo.
Taehyung parpadeó un par de veces antes de retener también la respiración. Por culpa
de la luz que travesaba el cuarto pudo distinguir las pupilas del contrario.
Oh.80
Y volvió a ser él, de golpe, en cada dimensión que la noche anterior había estado
adormecida.
Quiso rascarse la cabeza preguntándose por qué le parecía tan raro de repente. No era
como si nunca hubieran despertado juntos.
¿Entonces qué...?
Fue entonces que escuchó el sonido de las arcadas venir del cuarto de baño. Taehyung
vomitaba.164
Y aquello despejaba todas sus dudas. Se habían pasado de tragos la noche anterior.
Se pasó las manos por el rostro y el cabello, suspirando, teniendo como único recuerdo
fresco de la noche a Taehyung riendo mientras se sonrojaba por culpa del vodka. Se
quedó mirando sus manos, algo confundido.
Hizo una mueca de desagrado, notando que intentar recordar hacia que su cabeza
doliera más. Así que con el sonido de las arcadas aún de fondo, se levantó, notando
rápido el desorden que los rodeaba.
Porque estaba seguro de que lo que hubiera sucedido anoche, no iba a ser la gran cosa
tratándose de tontos borrachos como lo más seguro y habían sido Taehyung y él.
[♦♦♦]
-Está llegando tarde. -espetó Jungkook, pasándose de nuevo las manos por el cabello
para peinarlo. Había estado toda la mañana con la misma manía desde que se había
dado cuenta del desastre que se había vuelto.
Sintió arder sus manos también por las ocho veces que se había lavado las manos hasta
ese momento, pero lo ignoró.
-Son solo cinco minutos que podría haber utilizado en llamar a mi jefe y justificar mis
faltas al trabajo. Es el último día que puedo permitirme, tengo un plazo de entrega en
dos días. -aquejó, pasándose de nuevo las manos por la melena azabache- ¿Estás seguro
de que dijo que iba a venir? ¿Le explicaste todo?
Taehyung bufó.164
Fanfic
-Tercera vez que te lo respondo: sí. ―exclamó, con molestia―. Dijo que vendría. Y sí, le
expliqué la situación en general, no podía hablar de eso por teléfono.
Jungkook, que había estado mirándolo fijamente desde que había bufado, enarcó una de
sus cejas.
-¿Qué? ¿No me crees? -preguntó Taehyung, inocente a la falta que había cometido.
Fue consciente de ella cuando Jungkook alcanzó su rostro tomándole del mentón y lo
acercó para morderle fuertemente el labio inferior. Taehyung se quejó más por la
sorpresa que por el dolor que le recorrió el labio.
Taehyung, a centímetros suyo y con los ojos entreabiertos, asintió con la cabeza con
lentitud, dándose cuenta de que había bajado la guardia ―¿por qué de repente? ¿qué lo
tenía tan relajado?―. Jungkook, soltando un pequeño sonidito de exasperación contra su
boca, le besó de forma corta.
Abrió los ojos para mirarlo, y percibió cierto atisbo de desconcierto y curiosidad brillar en
sus ojos que contra él no se habían cerrado.
¿Qué ocurría?
Taehyung, que había permanecido extrañamente quieto hasta ese momento, se alejó un
poco y abrió bien los ojos, analizando lo que le decía.
Entonces amplió un poco más los ojos, cayendo en cuenta de que ahí estaba lo raro que
apenas había logrado contemplar al despertarse.
Se alejó más, casi perplejo y extrañado. Jungkook lo miró con intriga y algo de temor.
-¿Y bien? -insistió, pensando que tal vez borracho sí hubiera cruzado alguna línea y que
ahora supusiera un problema. Taehyung siguió mirándolo, solo organizando sus
palabras.
-J-Jungkook... -musitó-. Yo estoy bien, no me... duele nada... - aseguró, pero, ¿por qué
tartamudeaba?
-Bien. -fue lo único que dijo, aliviado. Y se volvió hasta mirar de nuevo a la entrada.
Taehyung solo fue capaz de fulminarlo, más desconcertado que nunca. ¿Por qué no se le
hacía raro? ¿Por qué aquella respuesta comenzaba a ponerlo incómodo? ¿Era
sorprendente solo para él?
Sin embargo, no pudo pensar más en eso cuando el timbre de la puerta sonó.
[♦♦♦]
extraño que el hombre le insistiera en sentarse sólo después de que pusiera una manta
que desprendía olor a desinfectante sobre el sofá, pero no dijo nada.
Taehyung se quedó un poco pasmado por sus palabras, y se pasó una mano por la nuca.
Jungkook a su lado, solo se mordió el interior de su mejilla.
El oficial lo miró, tornando su semblante más firme y su expresión más seria. ¿Qué era la
locura que escuchaba? ¿Cuándo se habían salido tanto las cosas de control? ¿Por qué
mientras más escuchaba, más complicado parecía?
-¿Dijiste que un chico loco lo persigue?― preguntó el oficial, enarcando una de sus
cejas. Las motas de nieve restantes de nieve que había caído en su abrigo vino tinto de
camino allí fueron absorbidas por la tela.
Volvió a asentir.
-El hombre quemó el café donde Taehyung trabajaba, aparentemente sin dejar algún
rastro de que fue su responsabilidad. -intervino entonces Jungkook, en su expresión
neutra, aunque su cuerpo estaba rígido. El ex oficial abrió con amplitud sus ojos de
párpados pesados-. Tuvo siempre un comportamiento extraño, y ha amenazado a
Taehyung para sacarlo del camino. O el tipo es un delincuente experimentado, o perdió
la cordura.1
-Sí, exacto. -continuó Taehyung-. Y lo que queremos lograr es encontrar algo que
pruebe que él hizo este desastre. Creemos que si está falto de cordura, puede haber
dejado algún rastro que sus impulsos no le hayan permitido ver.
-Y por eso queremos saber lo que piensa. -dijo Taehyung, comenzando a sentirse algo
nervioso. ¿Era esto una buena idea, en verdad?
El hombre mayor los miró a ambos, y luego suspiró bajando la vista a su café.
Enmudeció, por varios minutos, dejando a Jungkook y a Taehyung algo inquietos. Los
dos hombres se miraron entonces, prácticamente cuestionándose por la mirada.
Fanfic
Los ojos del castaño y del pelinegro se abrieron al mismo tiempo. ¿El hombre ya había
pensando en algo?
-Primero tenemos que ver si el incendio dejó algún caso. Lo más seguro es que la policía
haya ido, y si así fue, al menos sabremos que existe un caso al respecto y que está
abierto. Será más sencillo así, porque habrá análisis de cámaras y más cosas que puedan
buscar responsables. -dijo, con propiedad, mostrando lo rápida e ingeniosa que parecía
ser su cabeza. No había sido oficial de policía por nada.
Taehyung entonces negó con la cabeza. -Cámaras no. -tanto el oficial como Jungkook le
miraron-. El CCTV ha estado averiado por semanas. Tuvimos algunos problemas de
seguridad por eso antes.
El oficial frunció los labios. -Quizá el circuito del vecindario. Las cámaras de vigilancia
cercanas. Hay mucho por donde buscar, incluso en los restos del café. -aseguró-. Una
vez haya un caso, la policía buscará en todo eso. Si el chico es tan descuidado como
proponen, en algo debió fallar.
-Eso tiene sentido. -dijo Jungkook, mirando con intriga y concentración al oficial.
Contrastando con la emoción que nacía en el pecho del contrario.
Fanfic
Aquello hizo que los otros dos hombres lo miraran, de nuevo. Taehyung, ajeno
completamente, sonrió con tanta amplitud que sintió sus mejillas entumecerse. El oficial
sonrió por su emoción, y Jungkook lo miró después. Tensó la boca.
-Entonces creo que se puede empezar por ahí. -dijo el oficial, alegre. Desde el primer
día, había visto en Taehyung un brillo difícil de ignorar. El chico era encantador.
Taehyung asintió fuerte con la cabeza a sus palabras, y también miró a Jungkook, con
sus labios delineando un cuadrado para compartir la emoción. Jungkook solo pudo
observar su boca.
Y así, una ligera calma en medio de la tormenta se instaló en los corazones de ambos,
dándose cuenta de que solo había faltado una perspectiva profesional para no perder la
esperanza.
[♦♦♦]
Bajó la camiseta que había llevado hasta su cuello, y acomodó los pantalones de pijama
que traía puestos, inevitablemente confundido.
Fanfic
Porque se había escabullido al cuarto de baño solo en la urgencia de saber qué marcas
le habría dejado Jungkook de la noche que habían bebido juntos. Y no había encontrado
nada.2
Absolutamente nada. Su cuerpo estaba en perfecto estado, solo con la sombra de marcas
más viejas en algunas zonas.
Pero ellos habían amanecido juntos y desnudos, ¿no había hecho Jungkook algo para
que sintiera dolor?64
―¿Sí?
Taehyung amplió los ojos con sorpresa, y abrió la puerta con rapidez.
El oficial Jiyong le había indicado que buscaría si había un caso abierto en la comisaría
por el incendio con algunos colegas, indicando que le llamaría cuando tuviera noticias.
Se quedó mirando la pantalla hasta que la llamada se fuera a buzón, y fue entonces que
alzó la mirada hasta Jungkook, que con el cabello húmedo de tomar una ducha y vestido
para trabajar, le miraba a través de sus lentes redondos con complicidad.15
―Aún no quiero hablar con nadie. ― afirmó, desviando la mirada―. Quiero salir de esto
primero para luego lidiar con todos los problemas.
―Ah. ―solo pudo decir Jungkook, alzando un poco sus cejas―. Claro, como quieras. ―
dijo, dándose la vuelta y caminando por el cuarto―. Pero... ¿no crees que esté
preocupado? si lo piensas con cuidado, desapareciste de la nada. ―se atrevió a decir. La
mirada de Taehyung quemó en su nuca.
No tuvo que voltearse para saber que se había descolocado por sus palabras. Y
efectivamente, Taehyung lo miraba con una ceja enarcada. ¿Estaba Jungkook siendo
considerado? ¿Estaba preocupándose?
Esto, más el hecho de que no tuviera ninguna marca en el cuerpo realmente estaba
creando un gran enredo de confusión dentro suyo.
―Le llamaré pronto. -dijo entonces, con la incomodidad perceptible en su voz. Jungkook
se quedó mirando el suelo de la habitación y asintió con la cabeza.
―Bien.
Silencio.
Jungkook entonces volvió la cabeza hacia él y conectó con su mirada, no siendo para
nada ajeno al comportamiento que había asumido hace un momento. ¿Por qué había
dicho algo como eso? ¿Por qué se acercaba innecesariamente?
Parpadeó sin dejar de mirar al chico. ¿Qué tanto estaba involucrándose desde que este
problema había comenzado?1
―Hoy... cuando vayas a alimentar a Frida... ―musitó, recordando algo―. ¿Me traerías mi
shampoo? ―preguntó, extrañándose por lo extraño que había sonaba eso. Jungkook lo
miró con el ceño fruncido―. Es que el tuyo está resecándome el cabello. Y a menos de
no quieras que se vea más desordenado de lo que ya está...
―Lo traeré. ―aseguró. Taehyung lo miró con la boca entre abierta, y luego unió los
labios para esbozar una leve sonrisa.
―Bien, gracias.
Después de decir aquello, realizó que llevaba más de una semana en el mismo lugar que
el hombre. ¿Hasta cuándo iba a quedarse?
Taehyung parpadeó, y asintió lento con la cabeza. Jungkook lo miró por otro momento,
y entonces caminó hacia la puerta del cuarto.
―Ah, y... ―añadió Jungkook―. Por favor, si no vas a dormir con todos los cojines de la
cama, no los lances al suelo. ―pidió, con su tono amargado, señalando los objetos que
acababa de recoger―. Guárdalos en el armario, ¿entendido?
―Sólo digo. -intentó excusarse Jungkook, con diversión, alzando las manos a la altura de
su pecho y saliendo de la habitación.2
Taehyung lo observó irse, y miró los cojines en el suelo. El ambiente había cambiado de
nuevo.
Que tonto.
Fanfic
[♦♦♦]
Taehyung tarareó una canción mientras enjuagaba su cuerpo en la ducha, con el cabello
recogido para que no se mojara. El agua cálida se relajó los músculos, el cuarto nublado
de vapor.
Era muy raro admitirlo. Pero el pelinegro, además de ser el peldaño en el que se había
apoyado en todo ese momento difícil, se había vuelto su única compañía. Quizá era
incómodo en las mañanas, y quizá pelearan por estupideces, pero aún compartían la
mesa mientras bebían el café que él mismo preparaba y que milagrosamente después de
todo ese tiempo aún le gustaba a Jungkook.
Abrió los ojos al darse cuenta de la tontería que había pensando. Pero antes de poder
replicarse a sí mismo, sintió que su móvil sonaba desde la habitación. El sonido se
enmascaraba un poco por el del agua cayendo.
Soltó un respingo y cerró el grifo de la ducha -¿Era el oficial JiYong? ¿Ya habían
noticias?-. Tomó la toalla, y salió disparado hacia la habitación, ignorando las marcas de
agua que con los pies dejaba, y por las que probablemente Jungkook le regañaría
cuando llegara del trabajo.
Fanfic
Entonces alcanzó el teléfono que había dejado sobre la almohada, y suspiró de alivio
mientras sonreía, comprobándolo.
Era el ex oficial.3
-¿Hola? ¿Oficial? -preguntó, con la voz algo agitada de la carrera que había hecho desde
el baño. Se quitó el cabello del rostro con la mano libre que momentáneamente se le
metió a la boca y agudizó el oído para escuchar al hombre.
-Bien, gracias. -respondió el castaño-. ¿Usted está bien? ¿Hay al alguna noticia? -
preguntó, apretando la toalla que mantenía en su cintura.
-Sí, tengo una buena y una mala noticia. ¿Cuál quieres oír primero?
-¿La mala?1
-Bien... -comenzó el oficial-. La mala noticia es que ya pregunté, y no abrieron un caso por
el incendio del café.
Taehyung se quedó paralizado, mirando fijo por la ventana que tenía en frente y después
de la cama.
Los labios de Taehyung se cerraron y tensaron hasta formar una línea fina.
-La buena noticia, muchacho, es que sí se puede abrir uno aún. -afirmó, disculpándose
por lo bajo como si se hubiera chocado con alguien por accidente. La expresión de
Taehyung se iluminó-. Lo único que tienen que hacer ahora es convencer al dueño del
local.
Y hasta allí llegó el alivio de Taehyung, que al escuchar eso, dejó caer los hombros con
desanimo.
-P-pero, ahjussi... - comenzó a hablar, apretando el móvil con la mano-. No creo que eso
funcione.
-El señor Park... -dijo, refiriéndose al dueño del café y ex jefe-. Él no es el hombre más
blando de todos, si es que me entiende.
-Exactamente.
-Sé que no le agrado ahora, particularmente. -aquejó, frotando con la mano libre el
puente de su nariz, recordando loa gritos del último día. Inútil e incompetente, había
repetido un millón de veces-. No creo que vaya a escucharme.
-Ah...
-¿Qué?
-Si quizás... Nosotros fuéramos con usted, accedería a hablar, o al menos escuchar, ¿no
cree?
Fanfic
La línea quedó en silencio por unos segundos. Segundos en los que Taehyung cerró y
apretó los ojos sintiendo la vergüenza hacer juegos en su pecho.
-No creo que funcione. Al menos no conmigo. -dijo finalmente, haciendo a Taehyung
bajar la cabeza.
-Pero, ahjussi...
-Ya no soy un policía. ¿Crees que un CEO se detendría a hablar con un viejo desconocido
como yo?
Taehyung entonces quedó con la boca entreabierta, notando la verdad en las palabras
del ex oficial.
El hombre rio.
-Así es, Taehyung-ssi. Estoy yendo ahora mismo a la estación del distrito cercano a tu
vecindario, donde trabaja mi sobrino como oficial. Quizá él si pueda ayudarnos con eso de
hablar con el CEO.
Los ojos de Taehyung, amplios, brillaron contra el sol mañanero que entraba por la
ventana.
-¿L-lo dice en serio? ¡A-ahjussi! ¿Cómo es que es tan bueno conmigo? -preguntó,
ocultando sus ojos con los brazos, sintiendo sus mejillas acaloradas mientras sonreía.
-No digas eso, dije que ayudaría, ¿O no? -dijo, soltando una risa-. Quizá mi parte sea solo
llevarlos hasta mi sobrino, pero en realidad tengo la intención de hacer algo.
-Ahjussi, es un buen hombre. De verdad que lo es. -musitó, incluso sintiendo sus ojos
aguarse. Aquel ex oficial era como un ángel. Era la primera persona que había creído en
sus palabras y le había ofrecido su ayuda después de un año -ya casi dos- de oscuridad.
Aunque si lo pensaba con cuidado, Jungkook lo había hecho igual. No con lo mismo,
pero lo había hecho.
-Ah, no digas esas cosas, mi profesión de vida siempre ha sido ayudar a la gente, es lo que
me llena. -admitió, Taehyung escuchando como entraba a un lugar ruidoso-. Oh, he
llegado a la comisaría. Te llamaré en cuánto haya concretado algo, ¿Bien?
Todo podría salir bien, ¿verdad? Todo por fin saldría bien.
Rio y se lanzó a la cama, para carcajear fuerte y libre, como no había hecho en un buen
tiempo.
Fanfic
Capítulo 56
Miró con inquietud en su corazón la pantalla del móvil que sostenía con las manos y
reprimió un suspiro.7
Llevó su dedo con lentitud hasta la pantalla y contó en susurros la cantidad de llamadas
que le había hecho.
Lee Ha Neul se pasó las manos por las hebras pelirrojas de su melena y luego se tapó el
rostro, sintiendo en su estómago un fuerte nudo de preocupación.4
Porque llevaba llamando a su mejor amigo Taehyung por varios días y el hombre no le
había contestado ninguna vez.
Porque en su inquietud por verle se había dado cuenta de que el café donde trabajaba
estaba hecho pedazos.
[♦♦♦]
Jungkook subió las escaleras de su edificio casi con desaliento, odiando el olor a comida
para gatos que desprendían sus manos aunque las hubiera lavado varias veces, y
sintiendo pesar el shampoo de Taehyung en su maleta, subió los escalones hasta el
segundo piso.
Estaba cansado.
Mucho más que cansado, los últimos días. Su cuerpo y su mente realmente pedían un
descanso. Todo pesaba más de lo que había imaginado. Tener a Taehyung en su casa no
era algo estrictamente simple aunque se hubiera esforzado en que así fuera: convivir con
alguien, en especial con una persona que sabía como desatar aleatoriamente sus
emociones, había resultado de todas las formas menos sencillo. Sus días se habían
tornado en extremo extraños desde que lo tenía con él: las mañanas habían sido
incómodas, las tardes silenciosas, y las noches pesadas.12
Pensó que por el acuerdo sexual que habían hecho hace casi dos meses tendrían un
mínimo de confianza. Pero se había equivocado de cabo a rabo.22
Inhaló profundo llegando a su piso y buscando las llaves en el bolsillo de su abrigo. Ese
día por fin había vuelto a su trabajo después de haber estado arreglando las cosas en
cuanto a la situación de Ji Taehyung, milagrosamente no había tenido mayor problema
que el trabajo acumulado y las miradas curiosas que Jimin y Dong-Yul le habían dado
por su aparecer repentino, y lo agradecía.
No quería más cosas para lidiar en ese momento, ya era demasiado que hubiera ofrecido
su ayuda en un problema con el cual no sabía lidiar del todo, ya era demasiado que
incluso en su casa no pudiera estar relajado por la constante presencia de aquel castaño
de cabello largo. Era demasiado, también, que no supiera porqué se comportaba de la
manera que lo hacía.4
Fanfic
¿Ayuda y hospitalidad? ¿Quién se suponía que era ahora, tan aparentemente gentil? Ni
siquiera encontraba una razón lógica para justificarse.
Se volvió con naturalidad, pero frunció ligeramente el ceño al ver al gato anaranjado del
piso de arriba en los brazos de su vecino, Chung Hee, mientras escondía el rostro contra
su pelaje. Jungkook parpadeó con lentitud, distinguiendo entonces que la espalda del
chico que se encontraba sentado en las escaleras hacia el tercer piso se sobresaltaba y
sollozaba casi de forma inaudible.36
Una sensación agridulce le subió por la garganta a Jungkook, sin parar de mirarlo. La
noche estaba lo suficientemente fría por el invierno como para que el rubio estuviera con
un delgado suéter fuera de su casa, ¿qué estaba haciendo allí? ¿era que su madre no
estaba?
Pensó con cuidado qué debía hacer. Quiso acercarse y preguntarle qué ocurría, pero,
sabiendo que el chico tenía autismo, no sabía cómo acercarse sin que el niño sintiera que
le estaba invadiendo su espacio. Además de que sabía que las personas con su condición
no era exactamente abiertas con sus sentimientos, y que posiblemente eso llevara a
Chung Hee a llorar en los escalones bajo su casa que dentro de esta.
Tensó sus labios hasta formar con ellos una fina línea. Quizá quería estar solo.
Así que finalmente decidiendo que no haría nada, se dio la vuelta y con todo el sigilo
posible abrió la puerta y se adentró en su departamento.
Fanfic
Sólo que lo que se encontró adentro lo hizo respingar tan fuerte que seguro el rubio lo
había oído.20
Con la espalda en la puerta sintió su cuerpo ponerse tan rígido como una piedra.
Parpadeó rápido, pensando que tal vez era solo una ilusión lo que veía, pero a lo que
hacía presencia no se desvaneció.
Tragó saliva, sintiendo su corazón martillar en su pecho, con un ritmo ansioso y nervioso.
Su cabeza solo pudo repetir una sola pregunta.
¿Por qué?
Frente a sus ojos, un montón de cajas a medio desempacar, bolsas, un árbol de navidad
a medio armar y jodidas motas de polvo que se veían como toneladas para el pelinegro
le dieron la bienvenida.195
―K-kim... ¡Kim Taehyung! ¡Dónde mierda estás!― prácticamente gritó, con una
intranquilidad impresionante y un ataque de ansiedad en incremento.
El mencionado, salió de la cocina, con el cabello recogido con una liga, un suéter negro y
pantalones de chándal, totalmente descalzo. Jungkook lo vio casi con sorpresa, a lo que
Taehyung, que parecía caminar hacia él pisando todo el polvo, le sonreía con amplitud
llevando una de sus tazas, humeante, en sus manos.31
―Pensé que llegarías más tarde. ― admitió el castaño, con un aura dulce y agradable,
caminando en medio de todo el desorden con tranquilidad. Intentaba con todas su
fuerzas reprimir el sonrojo que el darle la sorpresa a Jungkook -la casi sorpresa ahora
Fanfic
que había llegado ya que no había logrado terminar de montar toda la navidad dentro-
le provocaba.103
Porque Taehyung había querido darle una sorpresa, casi un regalo. Jungkook había sido
extrañamente lindo con él, y el corazón blando que a veces odiaba tener Taehyung había
reaccionado por eso. Le había ayudado en los problemas que habían invadido su vida de
forma repentina, y el hecho de que después de que el oficial Jiyong le diera algunas
buenas noticias había hecho retoñar estas ganas de hacer algo por el hombre.92
Así que después de encontrar en un armario, bien escondidos, todos esos adornos de
navidad que estaban ahora sobre los sofás y la mesa mientras había curioseado al
transcurrir del día, había decidido montar la navidad en aquel departamento, para
llenarlo de color y de espíritu navideño.
Después de todo no faltaba tanto para navidad. Era perfecto. Había pensando en lo
sorprendido y abrumado que estaría Jungkook al verlo.
Solo que la expresión con la que lo miraba ahora, con el cuerpo presionándose a la
puerta y con su respiración agitada lo extrañaron un poco.6
Se acercó hacia él llevándole una taza de café a su gusto, con el azúcar adecuado y la
adición de crema, que había preparado justo para él y había agarrado con nerviosismo
cuando sintió que la puerta se abría dándole su entrada después de partir en la mañana.
Estaba emocionado, y no podía reprimir la luz que sus ojos desprendían por aquello.
Absolutamente en todo.
Fanfic
―¿Qué mierda está pasando aquí?― gruñó Jungkook, haciendo a Taehyung ampliar un
poco sus ojos y reír con nerviosismo. La tez del pelinegro se tornó pálida de la
perplejidad y el agite por ver su departamento completamente sucio y empolvado.29
Taehyung, ajeno al pánico que comenzaba a apoderarse de Jungkook, cerró los labios y
estiró los brazos para entregarle la taza. Jungkook lo miró, y luego miró la taza de café
humeante que sostenían sus manos.
―D-dime qué jodidos hiciste, Taehyung. ― insistió, aún mirando las manos de Taehyung
sobre la porcelana blanca y queriendo evitarlas a toda costa.
―Toma, es para tí. ― dijo Taehyung, extrañándose un poco más por la actitud de
Jungkook, pero intentando permanecer optimista. Se acercó un poco más, a lo que
Jungkook reaccionó empuñando las manos.2
Las mejillas de Jungkook que habían estado tan pálidas como el resto de su rostro ahora
estaban rojas por el enojo.
Jungkook se le quedó mirando, con una expresión de rabia, jodidamente esperando una
respuesta.
Fanfic
Pero Taehyung, en silencio, retrocedió. Su boca se cerró con lentitud, y por el pulso
violento de su corazón supo que algo dentro suyo se había lastimado.169
Bajó la cabeza para mirar la taza de café que se había esmerado en preparar y tensó
todo su rostro para que ninguna emoción caminara hasta su expresión sin su permiso.
Sus sentimientos, tan perplejos y entumecidos como él, no supieron qué enviar a su
corazón o a su cabeza.7
Así que solo pudo respirar hondo, y pensar en lo que iba a decir.
Taehyung, que se había quedado con la boca abierta de nuevo, dejó de respirar cuando
lo entendió.
Mordió el interior de su mejilla dándole un corto vistazo a las cajas llenas de polvo y
adornos, y el árbol de navidad a medio armar cuyas ramas descansaban en varias partes
del suelo.
Lo entendió, por supuesto que lo entendió. Jungkook era así, y había llegado en el peor
momento, en el que todo el desorden parecía solo eso. Antes de que llegara había
estado a punto de guardar las cajas en su armario correspondiente por haber sacado ya
la mayoría de los adornos.
¿Pero en medio de todos los adornos, las velas, y las luces de colores que ya había
instalado en las paredes... sólo veía porquería?91
Fanfic
El pelinegro, frente suyo, quiso enredar sus manos en su cabello y jalar de sus hebras
hasta que doliera y recuperara algo de razón. Taehyung había hecho un jodido desastre,
sin su permiso.54
Miró con rabia contenida todos los adornos que alguna vez había comprado pero que
nunca utilizaba, llenando de polvo sus muebles y su piso.
¿Qué estaba mal con Taehyung? ¿Por qué lo invadía de esa manera?62
El mencionado entonces lo miró, con total seriedad, pero sus ojos extrañamente
brillantes. Entonces llevó la taza de café a sus labios y la bebió, alzando de a poco su
cabeza, para acabar con todo el contenido que Jungkook había rechazado. Exhaló con
fuerza en el instante que terminó, y tomó la taza, solo con una mano, sin dejar de mirar a
Jungkook, que ya lo miraba con atención.
Jungkook, asimilando lo que decía, frunció el ceño mirando fijo sus ojos. ¿Qué pasaba
ahora? ¿Por qué Taehyung parecía tan apagado de repente? ¿Por qué su voz había
sonado inestable?123
―Taehyung.
El castaño enarcó una de sus cejas, permaneciendo con su expresión fría y sus ojos llenos
de emoción.
―¿Qué? ¿Es tan difícil? ¿A la suciedad le crecerán piernas e irá tras de tí? Vete.29
―¿Por qué hiciste todo esto?― preguntó, dándose cuenta de que no quería comenzar
una pelea. Como había dicho en su cabeza antes de entrar, no necesitaba más cosas con
las cuales cargar.1
Taehyung se cruzó de brazos aún con la taza en una de sus manos, y rió.
―Lo hice para desquiciarte, ¿no es obvio?― exclamó, claramente sarcástico y altanero.
La mandíbula de Jungkook se apretó.47
―Responde en serio― pidió el pelinegro, severo, pero sin gritar― ¿Por qué sacaste
todas estas cajas e hiciste todo esto?1
Algo inundó la mirada de Taehyung, una emoción extraña que Jungkook no supo
decodificar.
―Feliz navidad, Jungkook. ― dijo Taehyung, tan ofendido y enojado como el infierno,
siendo lo único que estaba dispuesto a decirle. ―Mañana iremos con el sobrino de el ex
oficial Jiyong a hablar con el dueño del café. Va a intentar convencerlo para abrir un caso
en contra de Ji.
Taehyung hizo un mohín mientras fruncía el ceño y se acercó para dejar la taza en la
mesa de centro en la sala. Entonces, en silencio, comenzó a devolver los adornos a la
caja. Jungkook lo miró, aún jodidamente irritado, pero con una emoción extraña e intrusa
haciendo estragos en su pecho.7
Taehyung había intentado sorprenderlo adornando el lugar, por eso el árbol estaba a
medio armar y todas las cajas estaban fuera.103
Fanfic
¿Por qué no había notado que lo que hacía, o al menos la forma en la que lo hacía iba a
molestarle? ¿Qué no era obvio?1
Taehyung era Taehyung a fin de cuentas, y seguía siendo el mismo chico desaliñado y
descuidado que había conocido hace unos meses. Aunque lo quisiera, no vería todos los
detonantes de desorden que lo alteraba.
El castaño fue hasta el árbol para tomar las ramas y des-encajarlas para guardarlas
también. Su cuerpo se tensó como si quisiera detener las oleadas de tristeza que
intentaban invadirle. Su cabeza reafirmaba una y otra vez lo poco que podía llevarse con
Jungkook para calmarse.
Algo más que un acuerdo sexual no podrían ser, ¿verdad? Ni siquiera una vaga
convivencia. No funcionaba, ¿por qué se había molestado en hacer todo esto?
Acercó la mano hasta otra de las ramas, y estuvo a punto de quitarla, si no fuera porque
Jungkook -que en algún momento se había acercado- le tomó de la muñeca. Taehyung
lo miró, intentando no sentir nada mientras lo hacía.
―Déjalo.3
Fanfic
Taehyung, que seguía mirándolo, entrecerró los ojos con recelo y odio.
―¿Ahora qué?― espetó, pero solo pudo ver como Jungkook suspiraba.
Taehyung frunció la boca, y pensando que sonaba justo por lo imbécil que era, se safó
de un tirón de su agarre y suspiró con fuerza.
―Bien. ― dijo, y mirándolo por última vez, se alejó. Comenzó a caminar hacia la
habitación, ofendido y enojado.47
Jungkook, que por fin lo miró cuando le dio la espalda, solo pudo empuñar sus manos
con emoción.
Creía que podría jurar que era la primera vez que veía a Taehyung de esa forma. Él solía
enojarse, sí, pero verlo desconsolado era un suceso completamente inusual y nuevo.
Apretó los dientes y dio un vistazo al rededor. Vio las luces que soltaban destellos
coloridos desde la pared, y los adornos que ahora yacían en las cajas sobre la mesa y
cerró los ojos; sintiendo también por primera vez,1
[♦♦♦]
Refunfuñó, sintiendo un par de hebras volar lejos de su rostro por el impulso, y con
movimientos aletargados comenzó a buscar el aparto en el colchón.
Fanfic
El sonido fue haciéndose más fuerte cada vez que era más consciente. Abrió los ojos con
lentitud cuando logró dar con el móvil y frunció el ceño al no tener la vista lo
suficientemente clara como para ver quién llamaba.
El corazón de Taehyung dio un brinco en su cavidad que hizo que sus sentidos se
agudizaran. La voz que había cruzado por la bocina hasta su oído había logrado
despertarlo por completo.
Era un hombre.
Entonces parpadeó más deprisa, en la urgencia de ser consciente. Sintió su cuerpo algo
acalorado contra las sábanas y su cabello húmedo en el cuero cabelludo. Despegó el
móvil de su oído para fijarse en el número desconocido y volvió a acercarlo,
desconcertado.
―Sí, ¿quién habla?― preguntó, luego aclarándose la garganta al oírse demasiado ronco.
―Soy Park Minho, el sobrino de el ex oficial Jiyong― le oyó decir. Su mente, más
despierta, quedó un poco pasmada por el tono de su voz―¿Cómo se encuentra?89
La tenue luz del sol que entraba por la ventana fue a penas perceptible en su cabeza.
No sabía qué era lo más loco en ese momento: si el tono de voz sexy y varonil que
estaba comenzando a atontarlo, o el hecho de que tuviera su número.216
Fanfic
Taehyung tragó saliva, sintiendo sus manos algo débiles y su corazón nervioso.
―C-claro― respondió, pasándose la mano por el rostro para apartar el cabello y lograr
percibir un calor emanando de sus mejillas.37
―Está bien, le veré allí entonces― dijo Minho, colgando la llamada. Taehyung asintió con
la cabeza aunque nadie le estuviera viendo, y alejó lento el aparato de su oreja,
asimilando todo lo que había acabado de oír. Miró la pantalla apagarse sola, y parpadeó
un par de veces, casi extrañado, como si estuviera viendo un objeto extraño de otra
dimensión.
Entonces bajó su mirada hasta su erección matutina, y se mordió los labios al sentirla
palpitar.228
Estiró los brazos mientras soltaba un bostezo, volviendo por fin su cabeza a la tierra. No
percibió ningún sonido de afuera, y se extrañó un poco.
Fanfic
Se levantó de un brinco, provocándose mareo. Tenía que arreglarse, tenía que avisarle a
Jungkook para que se apuraran en ir, aún estaban a cierta distancia de Namsan. Caminó
con torpeza hacia la puerta de la habitación, y se detuvo de golpe antes de poner la
mano en el pomo.3
Jungkook.
Se había internado en la habitación luego de que el hombre le gritara por la navidad que
había intentado armar.
Cerró los labios, y bajó la cabeza, sintiendo al corazón que antes latía con emoción
volverse más pesado.
Se pasó las manos por el cabello para ponerlo al menos un poco en orden. Aún seguía
con la ropa del día anterior, y su estómago rugía por la cena que había evadido.
Abrió los ojos de nuevo y miró la madera de la puerta. Una tensión se formó en su
pecho, a la par que preguntas comenzaron a rebotar en su mente.
¿Cómo habían llegado a tal punto? Era como si hubiera vuelto en el tiempo, tuviera unos
cinco o seis años y su padre le regañara por alguna tontería.
Fanfic
¿Entonces por qué se había dejado llevar por la idea de hacer algo por él? Lo había
hecho una ocasión en el café con su bebida, y no había salido para nada bien. ¿Era que
no aprendía?
―¡Jungkook!― exclamó, entrando a la sala de estar con rapidez. Vio el cuerpo del
hombre completamente dormido en el sofá con una manta encima, su cabello
desordenado y una sombra de barba que se hacía más oscura al pasar de los días.5
Hizo ademán de acercarse para despertarlo, pero algo más acaparó su vista.
No puede ser.
Fanfic
Una hermosa cortina roja, adornada con gemas artificiales y preciosos moños verdes
cubría el ventanal impidiendo el ligero paso de la luz. Bajo ella, una amplia alfombra con
Santa Claus animado y sonriente con sus renos.80
La mesita de café en la mitad de la sala era recorrida por un pequeño mantel plateado
en forma de camino y bordado, con pequeñas velas rojas y doradas. Los estantes no
tenían las usuales figuras de vidrio, y eran reemplazadas por pequeñas figuras de acción
de adorables renos, algunas bolas de cristal con motivos dentro y renos de colección.85
Los cojines ahora tenían fundas felpudas con diminutos cascabeles colgando.
El árbol que Taehyung había dejado a medio armar, completamente listo e imponente.
Vio las cajas de adornos junto al árbol cuando su corazón comenzó a latir desbocado,
quizá demasiado fuerte y haciendo demasiado eco.
¿Por qué?35
Vio sus pies, y el piso tan limpio como siempre, y no como el desastre que lo había
convertido el día anterior. No habían más cajas además de la que contenía los adornos
del árbol, y todo estaba en orden.
Y que al final había terminado para él. Soltó un quejidito, triste, y también feliz.
Se había despertado desde que el chico había dicho su nombre. Lo observó todo
desordenado y pequeño, tapándose el rostro mientras se sobresaltaba.
No se había dado cuenta de en qué momento se había puesto nervioso, pero joder, se
sentía horrible. Él había querido compensar a Taehyung, hacer de esa sorpresa una
disculpa silenciosa, ¿y ahora el chico lloraba?
Había tenido suficiente el día anterior, él no quería ver a Taehyung más de aquella forma.
―¿Taehyung?― musitó entonces, dándose cuenta de era la tercera vez que veía al chico
llorar. La primera había sido cuando lo había encontrado sentado contra la puerta de
enfrente, la segunda cuando había ido a buscarle a su apartamento después del incendio
del café.1
―Ah, J-jungkook...― respondió él, con la voz nasal y congestionada. Logró ver su rostro
húmedo, hinchado y enrojecido cuando bajó las manos por completo― Y-yo...
―¿Por qué estás llorando?― preguntó, un poco más bajo, y con la voz aún algo
dormida. Taehyung amplió sus ojitos de bambi, y arrugó la nariz, recuperando el aliento
que parecía haber perdido.17
―Yo no... ¡Yo no estoy llorando!― exclamó, limpiándose las lágrimas con los puños, cual
niño pequeño y mimado― Se me metió algo en el ojo, es todo.66
Jungkook quiso reír, y lo hizo, de forma corta, ganándose una mirada odiosa de
Taehyung.
―Ah, ya veo...― respondió entonces, levantando uno de sus brazos hasta llevar su dedo
índice a su mejilla para limpiar una de las lágrimas que se deslizó. ―Debió ser algo muy
molesto.
Entonces Jungkook se dio cuenta de lo que hacía. ¿Había acabado de limpiarle una
lágrima?
Bajó el brazo con rapidez, también ampliando sus ojos, y sintiendo un calor totalmente
ajeno subirle a los pómulos.95
¿Qué rayos?
Fanfic
Él odiaba entrar en contacto con fluidos ajenos. Realmente le repugnaba, ¿por qué
mierda había hecho eso?21
―¿Q-qué miras?― riñó entonces, sintiéndose algo expuesto y mucho más nervioso.
¿Desde cuándo tenia tan poco dominio de sus emociones? él siempre tenía todo bajo
control, él siempre debía tenerlo― ¿Por qué no me dices la razón por la cuál me
despertaste? ¡eh!1
Taehyung, con su mandíbula a punto de tocar el suelo, tomó una gran bocanada de aire,
sintiendo su corazón latir con una velocidad agotadora. Empuñó sus manos, y forzó en
su cara una expresión de enojo.
―¿Sí?
Taehyung, en silencio y la boca abierta, solo logró mirar a Jungkook por un par de
segundos antes de bufar, recordando por fin lo que quería decirle.130
―¡Tenemos una reunión con el oficial de policía en casi diez minutos! ¡Alístate!
¡Tenemos que ir a Namsan!― exclamó, con un pequeño temblor en su voz al ver un
repentino oscurecer en la mirada de Jungkook.
Pero, en vez de eso, cambiando su semblante a uno más grande e intimidante, caminó
lento hacia Taehyung.
―Y-yo...
―Ven aquí.8
Las mejillas de Taehyung parecieron querer explotar en carmesí. Una muy pequeña y
tímida sonrisa se hizo en sus labios, como si quisiera reír. La cabeza de Jungkook se
ladeó al verla.
Entonces se le escapó una pequeña risa, como si todo eso fuera un juego, y fuera
divertido.
―¿Qué? ¿Si corro irás tras mío?― preguntó entonces, haciendo retoñar en Jungkook un
sentimiento de diversión y empatía.68
Jungkook, soltando una carcajada que dejaba atrás por completo todos los sentimientos
negativos que habían tenido entre ellos antes, negó con la cabeza, mostrando sus
dientes de conejito en una sonrisa.176
Y lo persiguió.24
Capítulo 57
—¡Taehyung! ¡Vamos muy tarde! ¡Sal de una maldita vez!— gritó Jungkook, con la mitad
del cuerpo fuera del apartamento, agitado y con el cabello húmedo por la ducha que
había -que habían- tomado. Tomó un abrigo y un gorro del perchero desde dentro para
abrigarse por el frío del invierno fuera, dándole un vistazo rápido a toda la sala para
asegurarse de que todo estuviera en orden.80
Mientras se ponía el gorro, de color negro, miró las decoraciones de navidad que había
hecho la noche anterior en compensación al tonto que había sido con Taehyung. Aún
dudaba un poco de sí mismo aunque Taehyung, mientras era follado en la ducha,
hubiera repetido lo hermoso que le había parecido el detalle.102
Solo que sentía que "hermoso" no era suficiente. ¿Estaba completamente bien? ¿Parecía
algo saturado, o demasiado simple? ¿Tendría que comprar más cosas?
Respiró profundo.
La obtendría, sí. Aún quería pedirle al chico que decorara el árbol con él. Jungkook no
tenía la más mínima idea de cómo hacerlo de forma proporcional.44
Aunque había comprado todas esas cosas en algún momento de su carrera, nunca se
había sentido lo suficientemente a gusto como para poner la navidad.
Y necesitaba ayuda.
Fanfic
Sólo eso.
Torció la boca, dándose cuenta de que el chico no respondía desde el interior del lugar:
—¡Taehyung! ¡Namsan no está a tres calles, sabes! ¡Puede que haya tráfico!— gritó, en
su urgencia por apurarle. Suspiró de forma corta y se volvió hacia fuera sin pretenderlo
realmente.2
Miró las escaleras con descuido y con la cabeza puesta en el poco tiempo que tenían si
querían llegar a tiempo para reunirse con el oficial de policía antes de que él tuviera que
irse a su trabajo. No tenía más de media hora.
Solo que cartel blanco frente a su apartamento lo hizo parpadear para enfocar la mirada
y ver de qué se trataba.
Kim Taehyung, vestido a duras penas, con los labios hinchados por los besos y mordiscos
de Jungkook, y acomodándose la bufanda sobre el abrigo llegó hasta la puerta, con el
ceño fruncido.2
—¿Realmente tienes que presionar tanto?— preguntó, con molestia, notando que el
hombre miraba hacia algo fuera. Intentó captar lo que era— ¡Prácticamente corrí desde-
Fanfic
Parpadeó, como si quisiera aclarar su mirada a algo que parecía falso. Sus ojos, tan
amplios como platos, llevaron desde aquella imagen que recibieron un apretón doloroso
al corazón de Taehyung.1
Jungkook se volvió a mirarlo, extrañado por el sonido que acababa de emitir. Intentando
predecir alguna reacción, y confundiéndose por no obtener nada demasiado informativo.
El chico prácticamente se había paralizado en su puesto, con su piel acanelada un poco
más pálida de lo usual y los labios entre abiertos.
Algo dentro de él, le impulsó a tomarle del rostro para hacer que lo mirara. Sentía como
si de repente necesitara respuestas, como si necesitara ver sus ojos y captar algún
sentimiento, como si necesitara leer su cabeza y decodificar sus pensamientos.
¿Qué le había provocado ver aquel cartel blanco sobre la puerta de su difunto ex novio
que indicaba que la propiedad había sido vendida?126
Habían muchas cosas que Jungkook no entendía sobre la muerte de Seokjin. Pero tenía
la sospechas suficientes para pensar que quizá Taehyung era aún sensible a eso. Y
bueno, no podía culparlo, solo había pasado un año y unos meses.
A él aún le dolía la muerte de su padre, y habían pasado más de diez años. Así que en
este aspecto de su vida, era incapaz de juzgarle.2
―¿Qué haces?― preguntó, completamente serio y mirando fijo a los ojos del pelinegro.
Jungkook miró cada uno de sus ojos intentando descifrar algo, algo de la transparencia
usual en sus ojos avellana.
Fanfic
Levantó un poco sus cejas al distinguirlo. Aquel pequeño atisbo de tristeza que relucía en
ellos.
El pelinegro apretó su mandíbula, viendo que Taehyung no quería hablar eso, y tampoco
encontrando las palabras para decir algo al respecto. Así que sacando las llaves de su
bolsillo hizo que Taehyung se apartara para que cerrara la puerta adecuadamente.
―Bien, vamos.
[♦♦♦]
―¿Dónde estamos?
―¡Taehyung!
Las cejas de Taehyung subieron hasta su frente, totalmente incrédulo al rubor que
predominaba en los pómulos del pelinegro. Jungkook amplió sus ojos frunciendo el
ceño, y llevó sus manos hasta sus mejillas, de golpe.3
―¡Ah! ¡No puede ser!― exclamó Taehyung, pareciendo ofendido― ¿De verdad te
avergüenza tomarme la mano? Pensé que habías salido del closeth.184
Jungkook, aún con sus manos en sus mejillas, parpadeó con rapidez, y frunció el rostro
con molestia, dejando caer las manos.
Reprimió casi a la perfección los nervios que le subieron por la garganta. No era su
maldita culpa, ¡él nunca había corrido mientras sostenía la mano de alguien,
completamente en público!
O incluso en privado...
Fanfic
Apretó los dientes, mirando la nieve acumulada en las jardineras de los árboles.
Taehyung carcajeó, y enarcó una de sus cejas: ―¿De verdad? ¿El frío?― preguntó, casi
burlón y completamente incrédulo― Estás tan rojo como si te hubieras acabado una
alacena completa de soju, ¿y tú dices frío?3
―No es mi culpa si no me crees― espetó, con su expresión neutra bien mantenida pero
sus ojos aún lejos de Taehyung. ―Tengo una piel sensible.
El castaño soltó un ruidito de exasperación, y Jungkook pudo percibir cómo ponía los
ojos en blanco.
La mandíbula de Jungkook traqueó por la presión que ejercía sobre ella. Lo miró
entonces, decidido a pasar cada una de sus malditas pruebas.
La ventaja fue que antes de que el chico pudiera decir algo, su teléfono sonó.23
Llevó las manos hasta su bolsillo para sacar su móvil, y contestó al ver el número del
oficial Park.
Fanfic
―¿Hola? ¿Oficial?
Se mordió los labios y alzó las cejas, casi con diversión. Al menos ambos habían estado
tarde, habría sido realmente incómodo hacerle esperar.2
Taehyung entonces se sobresaltó, comenzando a mirar hacia todos los extremos del
lugar en busca de él.
―E-estoy bajo un árbol, junto a una jardinera roja― dijo, con la mirada expectante de
Jungkook aún sobre él.
―¿Jardinera roja...? ¡Ah, la veo! ―dijo. Taehyung, un poco ansioso, siguió buscándolo
con la mirada― Pero, solo veo a dos chicos, ¿estás seguro de que...-
Taehyung cerró y apretó los ojos, dándose cuenta de que había olvidado mencionar a
Jungkook.
―A-ah, ¡sí! ¡soy uno de los chicos! lo que pasa es que estoy con...―dijo, dándole un
vistazo a Jungkook―... estoy con un amigo, que está ayudándome con todo esto.110
―Ah, bien, entiendo― dijo, respirando contra la bocina. ―Entonces voy para allá.
Taehyung asintió de nuevo, aunque el oficial Park no pudiera verlo, y la llamada se colgó.
Jungkook, que había permanecido frente suyo todo ese tiempo mirándole, frunció su
ceño con más fuerza. ¿Taehyung estaba ansioso? ¿Por qué?6
Se cruzó de brazos.110
―Taehyung...
―¡Taehyung!― oyó entonces gritar tras él, haciéndole tensar al percibir una voz en
extremo grave y profunda. Parpadeó un par de veces, y no pudo evitar ladear la cabeza
con confusión viendo cómo los ojos del castaño se iluminaban.
¿Qué?
Hacia ellos, con la brisa de invierno, se acercaba Park Minho, un hombre alto, atlético, de
piel acanelada, cabello marrón bien peinado, ojos de dos párpados, pestañas curvas,
nariz griega, y carnosos labios. ―Jungkook tuvo que mirarlos dos veces, ¿eran reales?―
Vestido con su uniforme bajo un elegante cardigan negro caminó hacia ellos con
despreocupación, emanando un extraño carisma que ninguno de los hombres
espectadores pudo ignorar.79
Minho hizo una reverencia, la cual Taehyung respondió con demasiada energía, y
Jungkook rechazó.39
―¿Taehyung, es usted? Mi tío dijo que tenía el cabello largo. ― dijo, sonriendo para
mostrar sus perfectos dientes bajo sus belfos. Taehyung, que estaba demasiado atontado
por el hecho de que ahora escuchaba su voz en conjunto con su rostro, solo rió como
tonto asintiendo con la cabeza.
Jungkook, que se dio la vuelta hacia ellos, se quedó inexpresivo a lo que presenciaba.
Minho estiró la mano, y Taehyung la aceptó, con una expresión de embeleso totalmente
nueva en su gama de comportamientos.
Parpadeó un par de veces, oyendo como su cabeza, necia, decidía que el hombre no le
caía bien.101
Entre todas las cosas que balbuceó alguno de los dos, solo oyó: ―... Ah, entiendo, ¡un
placer, Jungkook!― aquel fue Minho, que insoportablemente agradable lo miró con
armonía en sus ojos oscuros mientras mantenía su mano en el aire.
Jungkook, que tenía la mandíbula mucho más que apretada, solo asintió con la cabeza,
apretando más sus brazos contra él, sin ninguna intención de corresponder. No le
importaba, y no podía obligarlo. Sintió la mirada de Taehyung sobre él, pero ni siquiera
quiso mirarlo.17
Y ahora no tenía la más mínima idea de cómo enfocarse en lo que había venido hacer.
Suspiró a sus adentros cuando Minho lo miró con algo de desconcierto y alejó la mano
con lentitud.24
Fanfic
[♦♦♦]
Caminando por el parque, a los pies de la colina de Namsan cubierta por la preciosa
nieve, Taehyung suspiró casi como enamorado, oyendo a Park Minho hablar con esa voz
suya mientras recopilaba toda la información de la situación que Taehyung acababa de
explicar. Y al lado suyo, un refunfuñón Jungkook que había decidido mantener sus
brazos cruzados por el resto del día, asintió con la cabeza estando al tanto de la
conversación, también.44
Taehyung parpadeó un par de veces, con su cabello algo esponjado por la humedad, y
entre abrió su boca.
El castaño sintió rebotar su cabeza. ¿En verdad podían ir a hablar con el CEO Park ahora?
¿En ese mismo instante?
Sin embargo, se bajó de la nube al recordar que Jungkook tenía un trabajo. Que lo más
seguro es que ya se le hacía tarde.
Suspiró ligeramente, y se puso el cabello tras las orejas con ambas manos.3
―Creo que no podemos hoy...― respondió, un poco más bajito, con expresión
apenada―... Lo siento, Jungkook tiene que trabajar y...
―Oh, entiendo... ―respondió Minho, sonriéndole aún―... Pero podemos ir tu y yo, ¿no?
Tu amigo puede alcanzarnos después.268
Jungkook, con el rostro tenso como lo había mantenido los últimos diez minutos para no
dejar cruzar ninguna emoción, miró hacia Taehyung. ¿De verdad había oído lo que había
oído?6
Dí que no. Pidió en pensamientos. Aunque una voz en su cabeza, una alterada, le
musitó:5
Entonces abultó sus labios, haciendo un puchero sin notarlo, y se paró derecho junto a
ellos, con unas ganas inmensas de refutar cada una de sus palabras, y de borrar la
expresión dudosa de Taehyung.41
Fanfic
Já.1
―¿Qué? No― intervino, casi con brusquedad, haciendo que ambos le miraran.
Parpadeó una vez con lentitud, dándose cuenta de que su respuesta podía ser
malinterpretada. Se aclaró la garganta― Quiero decir, ¡mi trabajo no es un
impedimento! No habrá problema si llego un par de horas después, deberíamos ir los
tres. Juntos.228
―Oh, eso es bueno― respondió Minho, sonriéndole ahora a Jungkook, que a penas si
pudo sostenerle la mirada.
Le sonrió ligeramente, con los labios aún algo enrojecidos por los besos que le había
dado esa mañana.
Y así, reanudaron su caminata, para salir del parque y dirigirse al distrito de Gangnam.
Lugar en el que buscarían desesperadamente la salida a este gran problema que por fin
recibía la ayuda adecuada.6
[♦♦♦]
Tragó saliva, percibiendo una corriente ligera de temor recorrerle las extremidades.
Ya estaban ahí.
Todos los momentos de angustia lo habían llevado hasta este nuevo peldaño hacia el
desenlace.1
Pero era consciente de que no podía solo detenerse ahora. Habían demasiadas cosas en
juego: tales como vivir de con tranquilidad, y el bienestar de Yoongi.
Esto lo valía.
¿Esto lo valía?2
―Me parece que estás pensando demasiado― escuchó a su lado, en conjunto con un
hombro presionando el suyo. Se volvió con algo de sorpresa, y cerró la boca viendo a
Jungkook observar el rascacielos de la forma que él lo había hecho antes. Tenía las
Fanfic
manos dentro de sus bolsillos, y los labios ligeramente amoratados por el frío. Sus lentes
debían sentirse fríos con el marco sobre su nariz.
―Me parece que estás dejándote llevar demasiado― espetó entonces, frunciendo los
labios, y escarbando un poco en su mirada. Taehyung solo espabiló por un par de
segundos, antes de sonreír ligeramente y ladear la cabeza.
―No, estoy bien― dijo, poniendo su mejor cara. Ya habían demasiadas cosas de qué
ocuparse como para alterar algo. Jungkook lo miró en silencio, ladeando la cabeza de la
misma forma que él, y enarcando una de sus cejas.
―No tengo idea de qué es más frustrante― dijo de repente, cruzándose de brazos. Los
ojos de Taehyung se abrieron un poco más, y su sonrisa se hizo más débil― Que sonrías
de esa forma o que estés mintiéndome.
El castaño relajó su expresión, dejando pasar la incertidumbre por ella. ¿Qué había
acabado de decir Jungkook?
Jungkook, notando su confusión, solo rió con sequedad notando que el oficial Park los
llamaba con la mano desde la entrada del edificio tras ellos―lo que significaba que
había logrado hacerlos entrar― y suspiró de forma corta, haciendo vapor con su aliento.
Jungkook lo vio con complicidad, reprimiendo las ganas de reír que hacían cosquillas en
la boca de su estómago, y solo recordó la sombra del cuadrado que hacía su boca
sonriendo, y que había hecho hace unos segundos, atrayendo su atención.
Fanfic
Y sin responder, solo se dio la vuelta, y caminó hacia la entrada del edificio intentando
sentir el cuerpo liviano. Sintió quemar la mirada del chico en su nuca, y dejó escapar una
carcajada silenciosa.
―¡Jungkook! ―oyó, seguido de unos pasos rápidos hasta que lo vio de reojo, con el
cabello suelto y algo desaliñado, a su lado ligeramente agitado por correr― ¡No te vayas
así! ¡Respóndeme!
Las mejillas de Taehyung ardieron en carmesí lo suficientemente fuerte como para que
escondiera el rostro de la vista de Jungkook. ¿Cómo podía decir cosas así tan fácil? Joder,
estaban en la calle.
Abultó los labios en un puchero de enojo, y quiso voltearse para sacarle la lengua por lo
descarado que era.
―No te quitarías tu cinturón― protestó, con su voz algo infantil por la forma que inflaba
las mejillas, ganándose una sonrisa socarrona venir del pelinegro.
Centró su mirada en Minho, que los esperaba con una sonrisa leve en sus labios,
haciéndole enojar de nuevo. ¿Que era que no sabía hacer más que sonreír? Maldición.6
Fanfic
Jungkook lo observó ir delante de él hasta llegar a Minho, que le entregó dos pases de
visitante cuando estuvo lo suficientemente cerca. Se mordió con fuerza el interior de la
mejilla viendo al castaño corresponder con calidez su sonrisa y hacer una pequeña
reverencia como agradecimiento.
Y sólo suspiró.
Parecía que ese día, para su corazón, iba a ser una completa montaña rusa.
[♦♦♦]17
La vista fue similar a la del primer piso. La recepción estaba con dos jovenes: un chico y
una chica, pegados a los computadores y respondiendo llamadas. A su lado, una
pequeña salita que parecía ser destinada para esperar. Minho, después de asegurarse de
Fanfic
que estaba en el piso correcto preguntándole a los secretarios, hizo pasar a Jungkook y
Taehyung hasta la salita, y les indicó quedarse ahí mientras volvía.
Vio la mirada de temor del chico castaño antes de que se fuera, pero intentó
tranquilizarlo sonriéndole un poco. El pelinegro junto a él no lo miró en ningún
momento, y no fue necesario, porque parecía bastante tranquilo.
Entonces Minho se alejó de ellos, tomando el liderazgo de la situación. Los tres habían
quedado en que él sería el que hablaría; después de todo era el policía, y los otros dos
esperarían por una respuesta.
Caminó con paso decidido siguiendo las indicaciones que le había dado la chica de la
recepción y se internó en un pasillo lleno de puertas de oficinas. Contó mientras veía los
números en placas plateadas en el centro de las puertas, y se detuvo al hallar la que
buscaba.
Se paró en frente de ella, sin darse cuenta de que había retenido la respiración.
Esto va a salir bien, es sólo mi trabajo. Intentó convencerse, sintiendo el peso que
suponía el bienestar de el mencionado Yoongi y de Taehyung sobre sus hombros.
Park Minho tocó la puerta, sintiendo los músculos de su cuerpo ponerse tensos.
Estaba listo para eso, era su trabajo. ¿Entonces por qué se ponía nervioso?
Su corazón, en su pecho, latió con más fuerza de lo que habría esperado. Sintió su nuca
quemar por las miradas de los dos hombres que le esperaban desde la recepción de
piso, y solo tomó una honda bocanada de aire.
Fanfic
Y él, reuniendo la valentía que siempre necesitaba para el trabajo, se irguió casi con
orgullo y abrió la puerta.
La oficina, algo apagada y llena de documentos apilados, le dieron la bienvenida con una
luz blanca y quizá demasiado brillante para su gusto.
El dueño de la voz, mirándolo a través de sus lentes, con su voluptuosos cuerpo bajo su
rostro, lo observó con intriga soltando un bolígrafo con lentitud sobre su escritorio de
vidrio.
—Mucho gusto, señor Park— se presentó, dándose cuenta de que el hombre tenía su
mismo apellido, ¿De qué rama park sería? Sacando la placa el metal relució contra la
mirada del CEO, haciéndolo sorprender— Soy Park Minho, y deseo hablar con usted.1
[♦♦♦]
—¿Abrir un caso?— preguntó el hombre mayor, pasándose las manos por el cabello casi
con cansancio— Señor policía, si yo ya dejé ir aquella tortuosa situación del café, ¿Por
qué usted y su empresa se toman la molestia de venir a hablarme de algo como eso?
Tienen que dejar vivir a las personas con tranquilidad.
—Señor Park, tiene usted toda la razón. Es prioridad en nuestra profesión hacer que las
personas vivan con tranquilidad— exclamó, cruzando las piernas, sentado en una silla
frente al hombre— Por esa razón es que le visito hoy en día. Esta situación, aunque
usted la haya dejado ir, ha tomado más riendas que están provocando estragos en la
vida de algunas personas. La policía necesita intervenir de inmediato.
Fanfic
—Espere un momento, ¿Ha dicho que esto está afectando a alguien? ¿A alguien más
que yo?— preguntó, viéndose algo confundido y también ofendido— Un saqueo y un
incendio en un lugar que estaba vacío solo afecta al propietario de éste. No entiendo lo
que me dice.
El CEO Park frunció el ceño de golpe por sus palabras, comenzando a negar con la
cabeza de forma rápida.
—¿Qué? ¿Alguien que sabía dónde atacar?— preguntó, pareciendo totalmente incrédulo
a lo que decía— ¿Dice usted que hay una posibilidad de que esto fue intencional? O más
bien... ¿Personal? —le oyó decir Minho, pareciendo enojarse.
—Verá, señor Park, lo que el informe policial cuenta sobre el suceso de aquel día, es que
aunque el café estaba vacío, el lugar sufrió daños demasiado internos como para haber
sido hechos por personas que no supieran dónde estaba qué. Incluso la caja registradora
es la prueba obvia de lo que digo: la máquina al ser revisada no estaba abollonada o
vuelta pedazos que es como suele quedar de un robo. La máquina estaba vacía, pero
intacta. Lo que significa que la persona que la abrió conocía el código de seguridad, y no
molestó en ocultarlo —mientras decía todo esto, la piel del hombre mayor se ponía cada
vez más pálida y su expresión más perpleja— El fuego puede ser muy escandaloso,
señor... pero no puede ocultarlo todo.
Minho terminó su frase con confianza. Se sintió orgulloso de haber estudiado el informe
policial y todas las noticias que habían surgido aquel día para tener el dominio en el
tema que quería.
Fanfic
—Se entiende que usted no haya deseado presentar cargos hacía unos ladrones que no
hubieran dejado rastro. A fin de cuentas, el daño ya estaba hecho, ¿No?— dijo,
atrayendo de nuevo su atención que había parecido dispersa los últimos segundos—
Pero, ¿También se quedará de brazos cruzados al saber que el responsable de esta
atrocidad fue posiblemente alguien que usted conociera?
El hombre parpadeó un par de veces, pareciendo querer hablar, pero no encontrando las
palabras suficientes. O quizá teniendo demasiadas como para lograr decidirse. Sin
embargo, después de tartamudear un poco y mirar a todos lados con nerviosismo, logró
construir una forma mínima de lo que quería decir.
—O-o sea que es posible que uno de los empleados...—musitó, relamiéndose los labios
que por shock se habían quedado secos. Contemplando ahora ideas que parecían
demasiado pesadas como para entrar en su cabeza.1
Minho sonrió ligeramente a sus palabras, lo suficiente para que el señor Park no lo
notara. Había implantado la duda en su pensamiento, e inseguridad frente a los hechos.
Bien.
Ahora podía proceder a la segunda parte del plan que había creado camino allí.
Volvió a meter la mano en su bolsillo interior del Cardigan, y la retiró cuando tuvo su
pequeña libreta verde en su poder.
Esa libreta era su mejor amiga en su trabajo. Y no lo dejaba de ser en ese momento.
La abrió, bajo la vista expectante y aturdida del CEO, y le sonrió con más ganas, y
amabilidad.
Fanfic
—Por favor déjeme hablarle de Ji Taehyung y la razón por la cuál, de todos los cafés de
Seúl cuyo padre posee, decidió trabajar en el suyo.133
[♦♦♦]
Taehyung perdió la paciencia al ver a Jungkook removerse por décimo sexta vez en su
asiento.
―¿Podrías por favor parar con eso?― espetó, entre dientes, lo suficientemente sensible
con la situación como para alterarse con facilidad. Jungkook, a su lado en aquella lujosa
sala de espera con numerosas plantas en las esquinas, se volvió a mirarlo casi distraído,
notando a penas lo que hacía.
―¿Huh?
―Deja de moverte, estás enloqueciéndome. ― explicó, con un tono de voz más blando,
queriendo ser gentil, y fallando. Jungkook tornó su mirada algo inquisitiva y enarcó una
ceja.1
―¿Y tú me dices qué hacer?― preguntó, casi con altanería. Taehyung solo pudo
suspirar, pasarse las manos con fuerza por el cabello y pensar que no tenía ni una pizca
de ganas de comenzar una discusión con él en ese momento.
Su corazón estaba casi a punto de explotar con todo eso. La intriga de saber qué
decidiría el CEO lo estaba casi asfixiando en ansiedad.
―Ahora, no, por favor.―musitó, con angustia en su voz. ―No estoy para eso ahora,
Jeon. Si vas a comenzar con esa mierda voy a levantarme y me sentaré lejos de tí. ―
aquejó, haciendo ademán de incorporarse para hacerse un par de sillas más allá.5
―Yah, cálmate un poco.― espetó el pelinegro, ahora también algo tenso por su
actitud― Debes estar muy alterado si te tomas la libertad de ser tan insolente...
Taehyung volteó los ojos. ¿Qué no le había dicho que no tenía humor para su
condenada preponderancia?
―Suéltame, quiero irme. ― espetó de nuevo entre dientes, haciendo a Jungkook callarse
en la mitad de su oración. Lo vio de reojo, solo mirar su perfil fijamente y golpear con la
lengua su mejilla un par de veces.3
―No, siéntate. ― dijo, ahora sin el usual deje de fastidio en su voz. Taehyung apretó su
mandíbula― Ya, me quedaré quieto, sólo siéntat-
Aquello provocó que Taehyung lo mirara, con un atisbo de genuino desconcierto en sus
ojos.
―Jungkook...
―Y-yah.7
Jungkook prácticamente corrió hasta esconderse tras un muro junto a los ascensores.
Puso a Taehyung contra la superficie y lo inmovilizó con dificultad casi rezando porque
aquel hombre pelirrojo y de ojos claros no hubiera logrado verlos.69
―Jungkook, ¿qué-
Le tapó la boca entonces, sintiendo, entre todos los pasos, unos bastante pesados
acercándose a ellos.3
Fanfic
Mierda.
Capítulo 58
Se mareó por la repentina falta de aire.
Jeon Jungkook le dijo aquello a Taehyung, tan asustado y tenso que podía percibirse por
el conjunto que hacían sus ojos alerta de halcón y la rigidez con la que apretaba su boca.
Él estaba cerca del castaño, lo suficientemente cerca como para que su respiración le
llegara a la nariz si no tuviera su mano allí.
Kim Taehyung, mucho más que aturdido y perplejo por la forma en la que Jungkook
había emitido su voz, y sintió sus ojos arder por olvidar parpadear. Observó al intentando
formular algún pensamiento, alguna vaga palabra.
Pero el latido violento y desenfrenado del corazón ajeno, que podía escuchar estando
tan cerca, lo distrajo lo suficiente como para que su mente quedara casi en blanco.
¿Qué ocurre?
Tragó saliva, sintiendo la pared fría contra las yemas de sus dedos. Miró ambos ojos de
Jungkook, con el corazón ahora intranquilo y algo inseguro.
Porque podía jurar que era la primera vez que veía a Jeon Jungkook con aquel
semblante alerta y preocupado. Su usual expresión neutra parecía que nunca había
existido en su persona. Su ceño, lo suficientemente tenso para fruncirse con un ligero
temblor, se dejó ver en su frente mientras sus ojos miraban con algo de compulsividad
su rostro por momentos y algo tras el muro.
Fanfic
Pero, ¿qué?
¿Qué había oído? ¿Qué había visto que fuera ajeno a él?
¿Era una mala broma que le hacía, quizás? ¿Estaba tan solo de joda y estallaría en risas
en cualquier momento burlándose de su cara?
Maldición.
Era real, y el que estuviera allí escondido había sido producto de un impulso de
emociones.
Porque en el momento que había visto a Ji Taehyung caminando por los pasillos blancos
de aquel edificio, con una expresión de enojo en el rostro sobre una barba descuidada,
no había dudado en sacar a Taehyung de su campo de visión antes de que lograra
siquiera percibirlo.56
Dios, ¿Cómo era que de una tonta discusión en la sala de espera con el chico habían
llegado hasta esto?
Perdido en los ojos del castaño contempló posibilidades casi con miedo, ¿Por qué él
estaba allí? ¿Los había seguido? ¿Se había enterado?
Su corazón latió más rápido, haciéndolo cansarse más, como si corriera sin parar. No
puede ser, por favor no.
Cerró y apretó los ojos, dejando reposar casi con brusquedad su frente en la ajena. Si los
había visto, iría tras Taehyung.
Cuando sintió un sonido extraño emanar del castaño, abrió los ojos de inmediato y lo
miró. El chico, que lo miraba con ojos tan grandes como platos, respiró forzosamente
contra su palma. Casi por instinto apartó su mano, no queriendo obstruir su aire. Sin
embargo, antes de que Taehyung lograra por fin decir algo, el dedo índice se hizo en los
labios de Jungkook, pidiéndole que estuviera callado.
El castaño, con los labios húmedos y entre abiertos, bajó la cabeza, empuñando las
manos. Jungkook se dio cuenta de lo que pasaba, y si lo pensaba con cuidado, él estaría
igual. Igual de confundido.
Sin pensarlo, tomó con la mano su mentón para hacer que le mirara.
El aire abandonó su cuerpo cuando percibió sus ojos avellanas inundados en lágrimas
chocar contra los suyos.
Tragó saliva, pasando con su mano a acunar su mejilla. ¿Qué estaba sintiendo? ¿Se había
dado cuenta?
¿Entonces...?
Fanfic
Se mordió los labios atrayendo al chico hacia él, hasta que sus frentes se chocaron.
Taehyung cerró los ojos cuando estuvo a centímetros de él, y la mano de Jungkook pasó
a acariciar su nuca.74
Lo último que quería en ese momento era verlo llorar. ¿Era su culpa que se hubiera
puesto tan intranquilo?
Lo miró a través de sus pestañas, temblando un poco bajo su toque, pareciendo un niño
vulnerable y débil. ¿Qué tanto podía percibir?
Le sonrió.
Taehyung, pasmándose un poco por la escena que presenciaban sus ojos, a penas si
logró espabilar. La sonrisa que Jungkook le mostraba creaba una extraña y hermosa
armonía en sus ojos, que transmitían algo de tranquilidad.
Y... seguridad.
No se dio cuenta cuándo había dejado de respirar. Pero tomó una bocanada honda de
aire, logrando que la calma entrara en su sistema y tomara ventaja.
Todo está bien. Era lo que decían esos ojos color chocolate, aunque mintieran, por
buena causa.
Fanfic
De repente, y antes de dejarlo pensar más tiempo, Taehyung vio a Jungkook tomar aire,
y alejarse de él con lentitud. Su sonrisa se desvaneció lento, sin dejar rastro, pero un
semblante en él menos tenso.
Torció entonces el cuerpo para mirar tras el muro que tenía Taehyung contra la espalda.
El mencionado no sabía si el hombre temblaba, o solo era por la posición incómoda en
la que estaba.
Pero en silencio, solo pudo estar pendiente a sus expresiones, intentando reflejar lo que
sus ojos veían. Aún intentando entender.
Jungkook, decidido en encontrar respuestas para buscar qué hacer, y hacerlo rápido,
deslizó su vista tras el muro. Rogó interiormente por no encontrar nada, por desear que
su vista le hubiera jugado una mala broma.
Pero sintió su corazón, detenerse con violencia y dolor, al distinguir la cabellera roja del
hombre de perfil a él, cerca. Condenadamente cerca. Mirando el ascensor con otras dos
personas.16
Aunque a fortuna, y de forma casi incrédula para el pelinegro, el hombre parecía tener la
cabeza la cabeza en la luna mientras observaba sus zapatos.1
Fanfic
Parpadeó un par de veces sin despegar la vista, intentando creer lo que parecía
imposible.
¿Era posible?
Parecía que sólo esperaba pacientemente que el elevador llegara hasta ese piso.
Cerró y apretó la boca, esperando otro par de segundos por algo, alguna cosa, pero no
obtuvo nada.
Entonces su cuerpo se relajó por partes, con lentitud. ¿Qué era esto, una muy extraña
coincidencia? ¿No era parte de un plan maligno? ¿No habían caído en una trampa?
Observó con sigilo, pero al verlo mover la cabeza con ligereza, Jungkook volvió a
refugiarse tras el muro, y se mordió el labio con fuerza. No me vio, no alcanzó a
verme.23
Volvió los ojos hacia Taehyung, sintiendo el alma volverle al cuerpo junto a su cordura.
Lo miró con sosiego naciente, y suspiró bajito, aliviado, y relajando los hombros. El
castaño lo miró con la confusión aún reluciente en sus ojos, y Jungkook solo pudo
mirarlo fijamente mientras esperaba, queriendo explicarle, pero no queriendo ver su
reacción a lo que quería contarle.
Entonces, finalmente la campana del elevador sonó, indicando que había llegado al piso.
Escuchó las puertas abrirse, personas caminar fuera y dentro, y luego proceder a
cerrarse, de forma limpia y eficiente.
Y volvió a sacar el rostro tras el muro para fijarse, con su corazón queriendo explotar por
las sensaciones que le azotaban. Amplió los ojos, sintiendo una gran carga de
tranquilidad recorrerle el cuerpo.
Fanfic
Se fue.1
De verdad se ha ido.67
Respiró profundo para terminar de tomar el dominio de su cuerpo, sintiendo por fin sus
pensamientos y la razón fluir con libertad en su cabeza, y relajó también el ceño.
Soltó a Taehyung del rostro que había comenzado a acunar y lo miró, ahora con paz en
sus ojos. El contrario percibió esa emoción en ellos e, incluso con la paranoia azotando
sus pensamientos, se permitió relajarse.6
¿Ya todo está bien? ¿Lo que comunicaban sus ojos era cierto?
Jungkook, volviendo a ser el mismo de siempre, dio un paso atrás, y miró a los
alrededores dándose cuenta de que no muchas personas habían notado esta extraña
cercanía de ellos. Era un alivio.
Se pasó las manos por el cabello, sin pensarlo, y percibiendo luego la molestia usual por
aquel ademán. ¿Tenía las manos limpias? ¿Cuánto había pasado desde la última vez que
se las había lavado? ¿Una hora, por lo menos?
Hubiera logrado hacerlo si el contrario no hubiera visto salir por el mismo pasillo que Ji al
oficial Park. Con una sonrisa en sus labios y una libreta verde en las manos.11
Entonces ambos llegaron hacia Minho, que con una profunda satisfacción interior, sonrió
más amplio, mirando a Jungkook y Taehyung con ganas de explotar en noticias y euforia.
Había sido infantil toda su vida indiferentemente de su profesión, y parecía que así que
se quedaría.
Las mejillas de cierto castaño parecieron sonrojadas, bajo sus ojos, y sobre la mano que
permanecía estrecha contra la del pelinegro.
―Oficial― dijeron los dos hombres al unísono, ahora un poco orientados en tiempo y
espacio. La curiosidad de Taehyung por el incidente que habían tenido hace segundos
había parecido desvanecerse al ver al oficial peli-marrón aparecer en su campo visual.
El oficial, con expresión ambigua se irguió e hinchó su pecho, queriendo seleccionar las
mejores palabras, queriendo no sonar como un demente y parecer sereno.
Fanfic
La mandíbula de Taehyung casi cayó al suelo, haciéndose un extraño conjunto con los
ojos de Jungkook que se abrieron como un par de platos relucientes. El oficial Park
Minho soltó una carcajada mientras guardaba su libreta verde en su abrigo y la
desvanecía dejándola en una sonrisa de alivio.11
Porque estuvo a poco de ser rechazado dentro de esa oficina, incluso después de
explicarle la situación detalladamente al CEO Park en la que exponía todos los riegos y
peligros que la situación había desatado. Y las buenas noticias, finalmente, habían traído
la calma suficiente para ser compartida.
Lo había logrado: el CEO Park Seojun había accedido a abrir un caso, había accedido a
proporcionar documentos, información del café y todo lo que pudiera dar pruebas de un
culpable.
Ahora tenían un camino por el cuál guiarse. Ahora Taehyung, Yoongi y Jungkook tenían
una solución, aunque fuera subjetiva y en ese momento estuviera a la deriva. Por más
mínimo que fuera, al menos podían aferrarse a algo que tenía sentido.
La esperanza que transmitía la posible solución no podía ser evadida. Y pareció brillar en
los ojos de Kim Taehyung cuando su expresión se tornó en una feliz y conmovida. Sonrió
tan amplio como su rostro lo permitió, de oreja a oreja, iluminando su rostro con la
emoción, y haciéndole chillar con euforia.5
Fanfic
―¡No puede ser! ¡De verdad lo hizo!― exclamó, tapándose la boca para reír con fuerza.
El pelinegro Jungkook a su lado, aún algo pasmado, torció las comisuras de la boca en
una sonrisa leve mientras suspiraba― ¡Lo hizo, oficial!― repitió Taehyung, pensando que
era demasiado bueno para ser real. Otra risa salió de Minho―Oh.. por dios― dijo, con
su corazón a punto de estallarle. Tapó su rostro con las manos para reír.9
El peli-marrón, mucho más alegre por las reacciones de los hombres, se encogió de
hombros cruzándose de brazos.
―No sabe lo agradecido que estoy con usted, ¡y con el oficial Jiyong! Es que, joder, es
impresionante― exclamó, lo suficientemente fuerte como para llamar la atención de las
personas que iban y venían. Gesticuló con tanta energía que el gorro de lana que tenía
mal puesto por el impulso de Jungkook bajó un poco hasta uno de sus ojos―¡Muchas
gracias! ¿Qué podría hacer para... oh― rió en medio de la interrupción cuando el oficial
llevó su dedo hasta el gorro y lo devolvió a su lugar asignado― Gracias por eso también,
¡woh! ¡de verdad! ¡dígame que puedo hacer para compensarlo de alguna forma!91
Jeon Jungkook, frente a ellos, alzó una de sus cejas, con nueva expresión en pleno auge
mientras la sonriente era desechada con poca sutileza. ¿Qué había sido aquella
ambivalencia?
Golpeó con la lengua su mejilla un par de veces, bajando la vista hasta la mano que
Minho había tenido en la cabeza de Taehyung segundos atrás. La molestia que había
creído extinta volvió a arder en su pecho, y le hizo cruzarse de brazos y apretarse.63
Desvió la mirada entonces, mientras los otros dos hombres conversaban con emoción.
Con la emoción que él no compartía ahora.
Fanfic
¿De los pucheros que solía hacerle cuando le pedía algo a él?158
Su mandíbula se apretó.
Y peor aún, ¿por qué estaba enojándose? ¿por qué se sentía traicionado?48
Respiró hondo empuñando las manos aún contra él. Obligándose a bajar la mirada.
¿Qué hacía? No le importaba. Lo que hiciera Taehyung con otras personas jodidamente
no le importaba, era cosa de él.2
Apretó los dientes, intentando contradecir las corrientes que viajaban por su cabeza. No
debía prestarle atención a eso, no.
Mío.273
Fanfic
Su cabeza volvió entonces a la tierra, tierra en la que había avanzado hacia el oficial Park
sin pretenderlo realmente, y había dicho algo.3
―Eh... ―musitó Minho, algo extrañado por el ''yah'' repentino que había espetado el
pelinegro, casi con enojo―...¿Sí? ¿Qué ocurre?1
―Eh, perdón. ― respondió, no queriendo decirlo, pero sin poderlo evitar. Porque se
sentía en el ambiente, que lo que fuera que hubiera dicho había sonado grosero. Era lo
mínimo que podía hacer, no podía arruinar nada en aquel momento.
Minho, que espabiló con lentitud, soltó los brazos y se volvió hacia él con el ceño
fruncido, preguntó: ―¿De qué se trata?
Jungkook cerró los labios, y le dio un vistazo rápido a Taehyung intentando no pensar en
las consecuencias, y sólo lo dijo: ―Hace unos minutos ví a Ji Taehyung en este piso.
―¿Q-Qué?― preguntó entonces Taehyung, poniendo las piezas en su lugar. ¿Esa había
sido la razón por la cual Jungkook lo había llevado hasta aquel muro? su corazón se
agitó, y no de forma agradable― ¿C-cómo? ¿N-nos ha...?
Los dos hombres se miraron, sin ser ajenos a lo que habían acabado de hacer juntos.
Taehyung los vio a ambos, lo suficientemente alarmado como para no darle importancia.
Ji Taehyung había estado allí, ¿seguía allí? ¿se había enterado? ¿los había seguido? ¿los
había estando vigilando? Se tapó la boca percibiendo un temblor en sus dedos, y se le
hizo difícil respirar por un par de segundos.
―Iré a verificar― dijo Minho tras él, poniéndose en marcha, ahora serio e inexpresivo.
Jungkook apartó las manos de su rostro obligando a Taehyung a poner atención.
―Taehyung, vuelve en tí― exclamó, observando las lágrimas volver a sus ojos.
Mierda, no.
―No ocurre nada, no va a pasar nada― insistió, queriendo borrar aquella angustia que
se enmarcaba en su rostro. Le acunó las mejillas. ―Cálmate o vas a provocarte algo,
respira más lento y con calma.78
Fanfic
―Todo está bien― dijo Jungkook, alarmado― Todo está bien, Taehyung. No estás solo,
no va a ocurrir nada malo. Estoy aquí― insistió, con su corazón apretándose en su
cavidad. Su voz reflejó firmeza y preocupación, haciendo a Taehyung ampliar un poco
más los ojos.10
No estás solo.
Estoy aquí.114
Lo miró por unos segundos, sintiendo mitigar la velocidad de sus pensamientos. Apretó
más a Jungkook e intentó de nuevo normalizar su respiración.
Lo logró.
Taehyung respiró profundo, provocando así que Jungkook exhalara de alivio, sin dejar de
mirarlo. Consiguió comenzar a calmarse.
Taehyung, con su corazón a mil, asintió con la cabeza, dejando de presionar tanto sus
brazos y dejando caer los propios. Entonces Jungkook soltó su rostro y se irguió.
―No nos vio. No dejé que lo hiciera― afirmó entonces, volviendo a cruzarse de brazos y
poniendo en su rostro una expresión neutra al sentirse ligeramente extraño. Observó al
oficial acercarse con un brillo extraño en los ojos.
Taehyung parpadeó un par de veces, y bajó la cabeza, por fin cuerdo y más calmado.
Fanfic
Y algo incómodo.
―No se preocupen― afirmó― Hay oficinas del padre de Ji Taehyung en este edificio,
quizá viniera por trabajo u algo más― explicó, logrando que los dos hombres
expectantes relajaran los hombros― Ha sido una coincidencia espeluznante, pero es
bueno que no los haya visto. Es mejor que salgamos de aquí rápido. Averigüé y sé que
no está en el edifico ahora, pero no tenemos cómo correr riesgos ahora.
Jungkook, ahora mucho más tranquilo con su respuesta, asintió con la cabeza. Taehyung
hizo igual, pero después frunció el ceño, y en el desespero de salir de su incomodidad, le
preguntó a Jungkook:
―¿Por qué no lo dijiste antes? Nos haces desperdiciar tiempo aquí― aquello había
sonado más como una riña. Jungkook lo miró y enarcó una ceja, como siempre,
dispuesto a contra- atacarle.42
Iba a hacerlo pagar por esto. No le importaba llegar tarde de nuevo a su trabajo, -
aunque fuera algo completamente irresponsable- él se cercioraría de que Taehyung
fuera castigado.
Taehyung arrugó su nariz con molestia viéndolo alejarse, y bufó bajito para que
Jungkook no le dijera nada. Minho, algo confundido sobre la relación que ambos
hombres parecían llevar, solo suspiró y caminó tras Jungkook. De esa manera atrajo a
Taehyung tras él, para así salir juntos de ese lugar pronto.
Fanfic
Bien, al menos las cosas ya eran normales. Peleaban entre ellos, como era usual,
deshaciendo cualquier rastro de emociones diferentes.
Ambos podían ignorar ahora el hecho de que Jungkook había dicho palabras que solo
los amigos, o los más íntimos decían.
Pero bueno, ambos siempre habían sido buenos evadiendo las cosas.
Capítulo 59
Taehyung sonrió.
¿Sería alcanzable?
¿Pronto, quizás?
Respiró profundo, sintiendo el aire frío por el invierno pasar por sus fosas nasales hasta
calar sus pulmones. En su cabello pequeñas motas de nieve se derritieron humedeciendo
y esponjando las hebras por el contraste cálido que hacía con el gorro gris cuyo dueño
era el pelinegro que había estado extrañamente callado todo el camino.
Lo miró por encima de su hombro, casi inquisitivo. ¿Por qué no había dicho nada?
¿Estaba fastidiado con algo por él aún? ¿Por la pequeña discusión -o pequeñas
discusiones- que habían tenido aquel día?
Jungkook, completamente inmerso en sus pensamientos, no logró percibir los ojos del
contrario sobre él. Miró los escalones sin observarlos realmente, lidiando con la dualidad
que se había tornado su cabeza la última media hora.
Fanfic
Seguía enfadado, sí. Específicamente por la poca atención que había recibido y la actitud
tan risueña de Taehyung. Pero desde que se habían sentado a descansar y beber algo
antes de despedirse, la calma reluciente en los ojos del peli largo castaño por la
seguridad que las buenas noticias le habían provocado habían desarmado la mitad de las
razones que tenía para ser duro con él.
Porque al fin, de tantos tortuosos días, el semblante de Kim Taehyung era tan brillante
como la sonrisa cuadrada que solía poner trabajando en aquel pequeño y pintoresco
café. No importaba que el café ya no existiera si había recuperado eso.
No extrañaba en lo absoluto sus ojos apagados y llenos de lágrimas. Así estaba mejor.
Lastimosamente, supo que no podría ser posible cuando su hombro chocó con la
espalda del castaño de forma abrupta haciéndolo detenerse. Parpadeó dos veces,
identificando rápido por qué se había detenido al pisar el segundo piso, y ampliando sus
ojos de inmediato al asimilarlo.1
¿Qué?
Taehyung solo se volteó ligeramente hacia él no logrando captar con su mirada que dejó
fija en la puerta, pareciendo incapaz de apartarla. Dejando así a Jungkook sólo ver su
expresión.
Taehyung estaba tan pálido como una hoja de papel, con sus ojos avellanas amplios y
completamente pasmados. Su boca, entreabierta, dejaba pasar una respiración inestable.
Entonces los sonidos se hicieron más cercanos, acompañados con fuertes pisadas. Se
distinguieron voces acercándose, y bisagras oxidadas forzarse en movimientos.
Y ese fue el momento en el que Taehyung apretó la mano que Jungkook le retenía con
la propia. Apretó tan fuerte que Jungkook sintió su circulación andar más lento.
Hubo un silencio repentino. Las voces se detuvieron, las dos figuras se volvieron nítidas
descubriendo a un hombre y a una mujer de aquel departamento, y Taehyung apretó
con toda su fuerza la mano de Jungkook hasta sentir sus músculos arder.21
Tragó saliva.
Y Taehyung se dio cuenta de aquello cuando, la mujer que iba con el hombre saliendo
del apartamento de Seokjin con el abrigo que meses atrás él había olvidado dentro, lo
miró y alzó las cejas con sorpresa.
Fanfic
―¿Kim Taehyung?― Preguntó la mujer, que vestida con pantalones gruesos y un abrigo
verde oscuro tomó el brazo del hombre -su esposo- de gancho hacia ella.
Jungkook, tras el castaño, ladeó la cabeza casi como un cachorro confundido. ¿Qué
ocurría? ¿La mujer conocía a Taehyung?
La mujer de cabello negro algo canoso le dio un vistazo de pies a cabeza, y luego lo miró
a él con desconcierto en sus ojos oscuros, sin inmutarse demasiado al ver sus manos
juntas, pero sí mirándolas fijamente.
Cálmate.
Cálmate y dí algo.
―Señora Kim... ―musitó entonces, a penas, incluso más pálido que antes. Hizo una
reverencia corta con la cabeza. Entonces miró hacia el hombre, que con la mirada fría
que siempre lo había conocido lo fulminaba―... y-y... Abeonim... ¡d-digo,...―exclamó de
golpe, sintiendo sus entrañas temblar de nervios por la falla que le había hecho su
subconsciente. Tenía que ser demasiado idiota―... Señor Kim!― Sus mejillas
abandonaron entonces y de forma repentina aquel tono blancuzco para teñirse de
carmesí.34
Desvió la mirada para ampliar mucho más sus ojos al caer en cuenta de lo que Taehyung
había dejado obvio y palpable como tensión en el aire.
Apretó los labios, sintiendo cada vez más intenso el hecho de que tuvieran sus manos
juntas.
Tuvo que parpadear un par de veces para notar que la mujer miraba también las manos
que mantenían unidas. La base de su estómago se sintió tan pesada para tirarlo al suelo.
¿Por qué se sentía tan extraño? ¿Por qué estaba tan incómodo?
Exhaló de forma entrecortada, disminuyendo la presión que hacía en la mano ajena, para
después dejarla caer a su costado. Se mordió el interior de la mejilla y bajó la cabeza.
Fanfic
Era la primera vez que veía a los padres de Seok, sus ex suegros, desde que había estado
intentando fastidiarlos para re abrir el caso de la muerte del pelinegro. Y todo se había
alineado de la forma más extraña posible.
Faltaba un poco más de seis meses para que el hombre cumpliera dos años de
fallecer.33
Reunió vagas fuerzas en otra bocanada de aire para terminar de hablar. ¿Le servía de
algo ablandarse en aquel momento? Tenía que, por lo menos, quedar bien a pesar de las
extrañas circunstancias.
La señora Kim parpadeó, revoloteando sus pestañas y pareciendo digerir sus palabras.
¿En el fondo había pensando que estaba allí por Seokjin, como el demente que se había
vuelto meses después de su muerte por la misma causa de ésta?85
Pues no.
Y le mostraba los modales por los que siempre se había caracterizado los meses de
relación que había llevado con Seok. Y parecía, al pasar de cada segundo, que ella los
olvidaba por la forma extrañamente despectiva que lo miraba.
Pero entonces ella dijo, apretando más a su marido: ―Oh, b-bien, hemos estado bien. Y
sí, el mundo es bastante pequeño. Seúl a la palma de tu mano― rió con sequedad y de
forma forzada, haciendo más que evidente su incomodidad, logrando que el ambiente
se sintiera incluso más pesado que antes.6
En definitiva no parecía feliz de verle. ¿Era por el pasado? ¿era por él? ¿O era por
Jungkook?
Taehyung rió con dulzura bien disimulada y asintió con la cabeza, evitando mirar su
abrigo en manos de la mujer. Si aún no le había dicho nada, era que seguramente no
sabía que era suyo y suponía que era de Seokjin o algo así.
Todavía recordaba la noche en la que había visitado aquel lugar con la llave que ahora,
por los nuevos residentes, tendría que desechar. Había sido un completo desastre
doloroso.
―Y bien, nosotros veníamos a limpiar y recoger alguna que otra cosa, ya que el lugar ha
sido comprado al fin― agregó ella― Pero parece que no ha acumulado tanto polvo
como creíamos. Así que podemos irnos con la conciencia liviana.
Su sonrisa flaqueó.
―Claro, ustedes siempre han sido admirables y responsables― ni siquiera los halagos de
Taehyung podrían cortar el espeso ambiente que había ahora. ¿De qué servía,
igualmente? sólo esperaba borrar aquella mirada tan expectante que tenía la mujer
únicamente para él― Vayan con cuidado― volvió a hacer una reverencia y sintió sus
mejillas entumecerse por la presión que ejercía para que su expresión no cambiara.1
La mujer se despidió con más palabras triviales y casi vacías, volviéndose para cerrar la
puerta y caminar con su esposo. Taehyung tomó del brazo a Jungkook para hacerlo
subir y no obstaculizar el camino, y el pelinegro, que había permanecido como
Fanfic
espectador aquellos tortuosos minutos, si antes no había querido decirle nada; ahora no
podía.
No se le ocurría nada. Nada que valiera la pena decir. Su cabeza estaba completamente
desarmada.
Y cuando por fin estuvieron solos, vio la sonrisa de Taehyung desvanecerse con los ojos
desbordantes de sentimiento, y volverse hacia él para mirarlo. Su tez volvió a su color
acanelado usual, pero incluso así no pareció mejor.
El chico se acercó hacia él para sacar as llaves del bolsillo de su abrigo -gesto por el que
Jungkook hubiera protestado normalmente- y pareció apresurarse en acercarse para
abrir la puerta e internarse allí. Jungkook caminó lentamente hacia él, y le siguió dentro
una vez giró el pomo y se adentró.
Cerró la puerta tras él, ignorando la navidad que faltaba por pulirse y completarse para
seguir al castaño con la mirada que, después de descalzarse y en silencio, caminaba
hacia la habitación.
Taehyung.
Lo imitó para caminar tras él, sintiendo el lugar un poco más frío de lo usual, y pensando
en modificar la calefacción. ¿O quizá era él? ¿O era quizá la situación?
Se mordió el interior de la mejilla, cruzando la sala de estar hasta la habitación. Sus pies
cruzaron el umbral de la puerta, y los ojos relucientes del chico lo acapararon desde el
pie de la cama que permanecía deshecha.
Fanfic
Entonces Jungkook dio unos pasos adentro, enarcando una de sus cejas.
¿Qué podía decir para borrar aquella expresión que tanto había luchado por detener los
últimos días? Incluso siendo el idiota que de por sí era y se enorgullecía de ser.
No.
Sí.
El castaño abrió la boca y frunció un poco el ceño, pareciendo casi angustiado. Negó con
la cabeza con más insistencia. Pero eso no logró que Jungkook detuviera su caminata
hasta él.
Sin embargo, Jungkook no se acercaba con las intenciones que Taehyung suponía.
―J-jungkook...
Lo besó.180
Una fuerte corriente de dolor le atravesó el pecho. Sin precedentes y de forma ilógica.
Fanfic
Se estremeció de la cabeza a los pies, sintiendo los belfos cálidos de Jungkook sobre los
suyos. Sus ojos no lograron cerrarse a su toque, y quedó con las manos en el aire y
temblorosas mientras que su cabeza retenía forzosamente la conciencia que la presencia
ajena le arrebataba.
Solo que su mente, inevitablemente, quedó en blanco, logrando que solo fuera
consciente de lo que pasaba, y no cómo su corazón se sentía al respecto.
Los labios de Jungkook acariciaron su boca con parsimonía extraña, haciéndole notar a
Taehyung que aquella conexión era la única que tenían en ese instante. Jungkook no le
tocaba con algo diferente a sus belfos: sus manos estaban a la altura de la cintura ajena,
abiertas de par en par a su alrededor, casi rozándolo, pero sin llegarle a tocar.
se cayera,
y se quebrara.71
Se recordó a sí mismo frotando su mejilla contra el pecho del hombre, siendo al mismo
tiempo condenadamente consciente, de vuelta en la realidad, de las caricias delicadas
que dejaba Jungkook en su boca que aunque no lo quisiera, cedía a sus toques: «Por la
forma en la me tocas.
Recordó el tipo de mirada en los preciosos ojos de Seok mientras le hablaba aquel día.1
Él ya no estaba.
Ya no.
¿Y ahora?
¿Y... ahora?
El contrario, totalmente ajeno a las corrientes que tomaba su cabeza, jadeó bajito contra
su boca. Un nudo se formó en la garganta de Taehyung.
Fanfic
¿Por qué Jungkook lo hacía, también? ¿Por qué Jungkook sabía hacerlo, besarle de
aquella forma?
Dolía.76
«Es lindo, porque cuando me muevo con brusquedad tu pones tus manos a mí alrededor
con una tonta cara de preocupación como si fuera a romperme en cualquier momento...»
Estando ambos a metros del antiguo departamento del fallecido, prácticamente junto a
todas sus memorias, que latentes permanecían como gigantes rocas firmes en el océano.
Para, para.
«En mi defensa, eres bastante torpe»— el sonido de su risa suave casi le llegó a sus oídos,
torturándolo. «... Es solo que no quiero que te hagas daño. ¿Eso me vuelve tierno?»25
¿Qué mierda?
¿Jungkook, a caso...?
Sintió entonces la mano de Jungkook alcanzar su nuca, y sus dedos enterrarse con
lentitud en su cabello, acercándolo mucho más hacia él, pidiendo con su lengua entrar
en su cavidad sin parar con su ritmo lento y delicado.3
Fanfic
Joder, ¿por qué le recordaba a Seokjin? ¿Por qué en ese momento? ¿Por qué cuando
Jungkook parecía algo más blando? ¿Por qué incluso los comparaba sin saberlo? ¿Por
qué se estaba abrumando con sus pensamientos? ¿Por qué los mismos no se detenían?
¿Por qué al contrario, sólo se hacían más rápidos? ¿por qué era de esta forma? ¿por qué
perdía el hilo de las cosas? ¿por qué se sentía ido?64
Algo desagradable le subió por la garganta, algo frío, algo que le sofocó.
Seokjin.21
Maldita sea, ¿por qué se comportaba así? ¿por qué se sentía tan afligido? ¿por qué un
simple beso estaba moviéndole tantas fibras?
Quiso llevarse las manos para la cabeza y jalar su cabello para recuperar la razón que, sin
explicación lógica, perdía.
Duele. Duele.
Seokjin.
Quizá se habían quedado en el campus universitario, dónde en una linda mañana había
recibido desastrosas noticias.
«Su cuerpo fue encontrado hace una hora al frente de su edificio de residencia. El hombre
se lanzó desde el quinto piso.»35
Se desesperó.
Su corazón latió sin reprimirse, con dolor, que al pasar del tiempo se había habituado a
sentir, pero que al parecer, sólo había ignorado.
¿Qué es esto?
De la cruda, y cruel verdad que había estado evadiendo como si pudiera desaparecer
sola.
Él...
Se había hundido.
¿Estaba... jodido?
Y el dolor al que se había habituado había estado allí con él desde el primer condenado
día.
Fue como si... una flor cuyos colores perdía se encorvara en sí misma hasta marchitarse.
Tenía que ser sincero consigo mismo de una vez por todas, ¿no era así?6
Abrió los ojos para volver a mirar al pelinegro que le besaba, podía percibir cierto aire de
preocupación emanar de él. Por cómo lo apretaba, por cómo le recorría los labios y su
cavidad con armonía y lentitud. Por, como el día después del incendio, había intentado
mantener juntas sus piezas.
Pero, ¿y ese?
Quizá esta vez no sería posible por lo diminutamente roto que se encontraba después
de tanto tiempo.
¿Era cierto?
De esa forma...
¿Se había consumido? ¿Era demasiado tarde? ¿Se había habituado al dolor porque sólo
eso quedaba, en verdad?
Dolor.
Llevó sus manos hasta el pecho de Jungkook. Reprimió el deseo de, en vez de empuñar
las manos, acariciarlo y tomarlo de los brazos para atraerle mucho más, si es que era
posible.
Entonces subió sus manos hasta acunar su rostro, palpó su mandíbula y cortó de golpe
el beso casto que habían estado compartiendo. Jungkook intentó volverse a acercar,
pero Taehyung logró retenerlo con las manos.1
Y justo antes de que el hombre abriera sus ojos para ver qué pasaba y lograra ver las
lágrimas que el castaño soltaba, el chico movió su cabeza hasta su cuello y la ocultó allí;
para proceder e, inhalando su aroma a menta fresca, depositar besos húmedos en su
cuello.72
El pelinegro, que ahora solo veía la melena del castaño mientras su boca le erizaba la piel
del cuello y de la nuca, sólo pudo reaccionar a eso bajando sus manos hasta su cintura y
atraerlo más hacia él.
Había algo.
Fanfic
No sabía qué.
―Taehyung...― musitó, sintiendo sus besos volverse cada vez más rápidos y húmedos
en su piel. Aquello le hizo jadear.
―Oye, Tae...― comenzó a decir, pasando las yemas de sus dedos por su espalda.35
―No.
¿No?
―No. ―repitió Taehyung. ―Si vas a tocarme, Jungkook... ―casi espetó, con algo
emanando de su voz. Algo denso y oscuro. ―... hazlo con firmeza y brusquedad... ―los
ojos del mayor se ampliaron. ―... No tolero, no tolero ahora las caricias o la
suavidad...― porque me recuerdan a él, y necesito alejarlo de mi cabeza―... así que
bésame con furia, hiéreme, deja en mí todas las marcas a las que me he negado
antes.203
―Taehyung...
―Por favor...― musitó, subiendo las manos hasta su nuca y enredando sus dedos en sus
hebras azabaches―... haz algo, lo que sea...― los toques de Taehyung hicieron a
Jungkook erguirse―... azótame, átame, muérdeme.107
Fanfic
Jungkook inhaló profundo, esperando la reacción usual que llegaba a su cuerpo con la
sensual vocecita de Taehyung pidiéndole aquellas cosas.
¿Por qué?20
Ni él mismo lo sabía.1
Bajó la mirada hasta sus manos, y volviendo a comprobar que nada dentro de él deseaba
seguir con aquello, las dejó caer.
Suspiró.
―Taehyung, yo... ―comenzó a decir―... Tengo que trabajar―afirmó, más en una excusa
que cualquier otra cosa― Ahora no puedo...
―Oh, vamos, por favor...― musitó en respuesta, con la voz rota y hambrienta― Hazlo,
hazlo rápido. Luego podrás irte....
Pero Jungkook, con ninguna chispa encendida en él, lo tomó de los hombros y lo alejó
con toda la delicadeza que pudo.
Los ojos del chico estaban vidriosos y encharcados, sus labios hinchados, y su expresión
tensa como nunca.
―Tengo que irme. ― repitió. Desviando la mirada, entonces. ―Descansa lo que queda
del día. Volveré en la noche.
―J-jungkook...
―Hablamos luego.
Fanfic
Capítulo 60
Jungkook suspiró con pesadez, pero eso no desvaneció el peso que había tenido por
horas en el pecho. Subió las escaleras, titiritando de frío, observando la noche desatarse
en una tormenta de nieve tras las ventanas del segundo piso. Al parecer aquel día el
clima no iba a tener piedad.6
Subió los escalones para finalmente llegar al piso, y respiró profundo, sintiendo pesar las
llaves en su bolsillo. Aquel día de trabajo no había sido muy diferente a otros en cuanto a
intensidad: Jimin había interpretado todo lo que Hoseok había intentado decirle en la
jornada, pero Dong Yul que gozaba al fin de su propio espacio en la oficina se la había
pasado de lentes pegados a la pantalla, sin cruzar muchas palabras con él.
Lo cual era extraño, porque el chico no era estrictamente callado cuando estaba a su
alrededor.
Pero la mente de Jungkook se había encontrado tan ajetreada al transcurrir de las horas
que a penas si podía notarlo, o darle importancia.
Estaba exhausto.
No por caminar en las calles heladas de Seúl, sino porque su cabeza había estado
maquinando sin parar.
¿Era a caso inevitable? Aquel día, lidiar con las emociones ajenas antes de irse había
movido algunas fibras extrañas en él.1
Respiró profundo, sintiendo el mismo conflicto que había tenido todo el día en su
cabeza; reanudarse.
¿Por qué, de todas formas? El chico no había dicho nada que él no hubiera oído antes.
¿Qué había sido, entonces? ¿Había sido su mirada? ¿Había sido su semblante taciturno el
que lo había detenido de hacerlo suyo de la manera sádica a la que estaba
acostumbraba y ciertamente amaba?
Hizo un mohín. Sí, claro que había sido eso. No podía mentirse.
Él le hacía daño, no era un secreto. La palma de su mano tenía afinidad con el ardor del
golpe y sus ojos se deleitaban con las marcas enrojecidas que le dejaba al castaño, y
Taehyung lo disfrutaba en cierta medida.
¿Verdad?25
O no lo hubiera dejado llegar tan lejos, era un adulto después de todo. Era responsable
de sí mismo, muy a su manera.1
Pero habían límites para todo, y hacerle daño estando dolido no parecía estar en el trato
que sus principios y sentimientos habían hecho con él.9
Se rió bajito por sus pensamientos, casi avergonzado. ¿Sentimientos, decía? ¿Estaba
seguro de que podía llamar aquella afición que surgía por Taehyung que no parecía ser
nada más y nada menos que velar, tener sentimientos?32
Llevó su mano hasta el bolsillo para alcanzar las llaves, y se mordió el interior de la
mejilla.
No estaba muy seguro con qué tipo de Taehyung iba a lidiar ahora.2
Incapaz de ver por el ángulo en el que se encontraba, las botellas vacías ocultas junto a
su sofá.114
[♦♦♦]1
Caminó sintiendo el piso frío bajo sus calcetines, y miró las baldosas casi en un impulso,
buscando automáticamente, y encontrando, las pequeñas partículas de polvo y las
Fanfic
marcas de pies reluciendo que tanto odiaba. El día anterior había pasado el trapeador,
¿estaba sucio tan deprisa? ¿tendría que hacerlo de nuevo?12
Bufó bajito. Su casa se ensuciaba más seguido teniendo a Taehyung allí con él.
No era como si tuviera prisa para que se marchase. En verdad, no la tenía. A parte de
todas las cosas que le molestaban y le hacían reñir, ir a casa por las noches se sentía un
poco más liviano recordando que había alguien esperando por él.84
Espabiló intentando entender, y mucho más dudoso que antes, abrió la puerta con
lentitud y se encaminó hacia dentro. ¿Estaba allí, en su cama? ¿En verdad estaba ya
dormido?
Pero su curiosidad hizo más fuerza en su voluntad, no dejándolo detenerse. ¿Qué era lo
peor que podía pasar, si se despertaba, de todas formas? ¿Le discutiría? podía manejarlo,
¿le haría un berrinche como el niño pequeño que a veces era? podía callarlo a besos y
morder su boquita hasta hacerlo disculpar, no tenía porqué limitarse.37
¿Qué era esa forma, tan extraña de dormir? Reprimió una carcajada, olvidando que
seguía moviéndose.
Y llegando a ser dolorosamente consciente de eso cuando su dedo del pie golpeó un
cristal. Un cristal pesado que cayó contra al piso al instante después de entrar en
contacto con él. La punzada de dolor le recorrió el pie y gruñó de la sorpresa, y la
molestia.
Con el ceño fruncido, y el dolor aún presente, se agachó apoyando una de sus manos en
el colchón frío. Palpó con la otra hasta dar con el victimario de su inocente dedo, y soltó
un respingo poco discreto cuando comenzó a distinguir su forma.
Pero no pudo cuando una mano cálida alcanzó la suya en la cama y le jaló hacia el
colchón.48
La mitad de su cuerpo cayó contra el edredón, y algunas mantas. Sus ojos, tan abiertos
como platos, sintieron aquel apretón en su mano afianzarse y jalar más fuerte, queriendo
así montar por completo su cuerpo en la cama. Escuchó un ligero quejido agudo cruzar
Fanfic
―¿Taehyung?― preguntó entonces, bajito. ¿Qué impulso había sido ese? ¿por qué lo
había hecho? ¿estaba despierto?4
Pero sintió un aliento cálido golpear su oreja, dejándole saber que estaba junto a él.
Y en el instante que sus dedos tocaron sus ropas las manos de Taehyung alcanzaron la
suya, y la apretaron.
―¿Tae-
Aquellos labios que comenzaba a conocer más que los propios se hicieron sobre los
suyos, callándole. Sus ojos se ampliaron al conjunto pasmado que se hizo en su rostro, y
sintió cómo el chico apretaba más y más su mano.2
Algo ocurre.
Su ceño se tensó.
Su mano libre viajó hasta el hombro del chico, y se deslizó hasta llegar a su nuca.
Extendió su palma dejando pasar sus dedos por su cabello, y tomó la parte trasera de su
cráneo para alejarlo de él. El beso se detuvo en un chasquido, y el aliento a whisky puro
le llegó a Jungkook al olfato a la par que sus narices se rozaban. Su boca se hizo mohín
en la oscuridad.7
―Oye, mejillitas...― dijo bajito, todavía con una de sus manos presa de su agarre.14
―¿Mhm?― recibió por respuesta, desde una garganta que sonó ronca y lastimada.
―¿En qué momento bebiste tanto?― preguntó entonces, bajando su mano hasta la
nuca del chico de nuevo, dejando de retenerlo― ¿Qué crees que haces, de esta forma?
Él sólo quería...
Solo que el alcohol había vuelto las líneas borrosas, y las costumbres nulas. Taehyung
solo necesitaba consuelo, necesitaba calidez, necesitaba estabilidad.4
Amor.
¿Amor?
Sí, amor.
Amor.67
―J-Jungkook...
El pelinegro, sintiendo sus labios palpitar por la ausencia de contacto, tragó saliva, un
poco más confundido que antes por el tono tímido con el que Taehyung había dicho
eso.
Solo que el chico en vez de responder, volvió a acercarse para besarlo de nuevo. Sus
labios acariciaron los ajenos deseando extraer aquello que necesitaba de ellos. Jungkook
sintió la suavidad de sus belfos coincidir de forma parsimoniosa con su boca, y su
corazón se apretó, drenando su fuerza de voluntad en el aire.2
Fanfic
Sus labios se sentían como una entrada a la inconsciencia. ¿Cómo era posible? ¿Cómo
era posible que distinto a sus comportamientos usuales, en vez de separarlo a la fuerza
como hubiera hecho antes ahora sólo quería dejarlo ser?3
Él quería preguntar, él quería que su incertidumbre fuera saciada. Pero su cuerpo, como
en ocasiones anteriores no obedecía a sus convicciones, ahora también se rebelaba
cediendo ante deseos que lo alejaban de quien era.
Y safándose del chico, se impulsó con sus manos y de un brinco se puso a horcajadas de
él para seguirlo besando, tomar el control, y establecer un ritmo. Taehyung, bajo él y
enredando las manos en su cuello dejó salir un suspiro por la nariz, de puro alivio.1
Cúrame.153
La rodilla de Jungkook se abrió paso por las piernas de Taehyung y depositó besos
cortos y húmedos en sus labios: dejando sonidos toscos en el aire, envolviéndolos juntos
en la oscuridad. Los dedos de Taehyung recorrieron el cuero cabelludo de Jungkook con
lentitud y suavidad, y sintió ganas de levantar de su cadera o atraerlo, con tal de tenerlo
cerca.
Ahora solo tenía ocurrencias debidas a las sensaciones expandiéndose dentro suyo, con
el lento despertar de su libido.
Fanfic
―No lo haré...― respondió, volviendo a unir sus labios, y llevando con delirios de
complacer, sus manos hasta la camisa de Taehyung para quitársela.1
―¿No lo harás?― susurró Taehyung, en el pequeño espacio de tiempo que sus bocas se
separaron para pasar su cabeza por el agujero de la prenda.
Pero Taehyung le alejó. Jungkook abrió los ojos que había mantenido cerrados.
―N-no... duele... ― le oyó musitar, como un niño mimado, y logró distinguir el brillo de
sus ojitos de bambi a través de la oscuridad.
Joder.
Fanfic
―S-sí, duele...3
―¿No quieres que duela?― susurró, pegando su frente contra la ajena. ¿No era eso lo
que quería? ¿Lo que había pedido?
―No...112
Lo quería.
Taehyung quería aquello que pensaba y sólo había hecho con Kim Seokjin. Pero había
hecho, ciertamente, con Jungkook hacía casi una semana, estando incluso menos
borracho que aquella noche.18
Él quería...
Fanfic
―¿Sí, mejillitas?3
Taehyung se incorporó levemente para acortar su distancia, y le robó otro beso. Él quería
aquello, aquella suavidad, aquella calma, aquellas palabras jodidamente excitantes pero
dulces a su oído mezclarse con sus gemidos.
―Hazme el amor.615
Jeon Jungkook sintió, de repente, que el mundo iba demasiado rápido. Lo iba, en
realidad, porque él recordaba que lo último que había hecho después de escuchar a
Taehyung decir aquellas palabras había sido mirarlo fijamente a los ojos.
Sí, ambos se habían mirado, en silencio. Por segundos que parecieron años.
Taehyung había tenido en sus ojos un brillo inexplicable. Y Jungkook se había perdido en
ellos sintiendo un conflicto de emociones dentro suyo.3
Porque aunque aquellas tres palabras habían provocado una revolución en su cabeza, su
cuerpo estaba haciendo otra cosa.
Y ahora era consciente de aquello. De que se hallaba desnudo, de que sus pieles se
acariciaban juntas, de que sus poros se erizaban por las sensaciones que impulsaba su
pecho, de que Taehyung gemía mientras era dilatado, de que no podía despegarse de su
boca, y de que en realidad, no parecía que fuera a detenerse.46
Sacó sus dedos de su interior, y pasando las yemas de estos por su costado volvió
aquella su mano de apoyo. Acunó con la palma de la otra la mejilla del castaño,
apartando alguno que otro mechón largo, y se alineó en su entrada, listo para sentirle.
Fanfic
Besó la comisura de su boca, su mejilla, y sus alrededores sintiendo pura la esencia a café
de la piel del chico en sus labios.
Se movió con él, queriéndolo más dentro, más profundo si era posible. Se volvió un
desastre de gemidos, sintiendo sus piernas comenzar a temblar, y los dedos de sus pies
enroscarse.
Besó con descontrol a Jungkook, siendo ese el único ritmo alterado entre ellos. Las
estocadas permanecieron lentas, deliciosamente tortuosas, y los enloqueció a ambos
llevándolos a la cima del mundo.
Y así los dos hombres unieron sus cuerpos, mezclando sus esencias, depositando
incansables besos, saboreando, conociendo lo que no recordaban haber experimentado
antes, y permitiendo construir algo que ciertamente nunca estuvo en los planes.
Porque quizás, aunque había descartado las ideas con orgullo ciego antes...
Sí habían sentimientos.169
Alcanzaron el clímax poco después, con sus cuerpos incapaces de resistir la intensidad,
corriéndose uno a la par del otro, aferrándose al otro tan fuerte como nunca lo habían
hecho.
Capítulo 61
Sofocado por un peso en el pecho, abrió los ojos.
Su cuerpo, acalorado, emanó una ligera capa de sudor contra un cuerpo ajeno.
Parpadeó con pesadez.
Aclarando su mirada, observó el techo, y la bombilla apagada en él. Los rayos de luz se
colaron por las ventanas, dibujando líneas en las paredes y en todo a su paso. Debían
ser, por lo menos, las ocho de la mañana.
Una fuerte punzada de dolor se le instaló en las sienes, haciéndolo despertarse más.
Él había estado en cama todo el día anterior. Podía recordarse a sí mismo con la cara en
la almohada, en un punto muerto y doloroso de su cabeza. Había estado dando vueltas
alrededor de su existencia por horas, olvidando comer, y perdiendo las ganas de hacer
algo.
Tenía sentido, ahora, que su cuerpo se lo cobraba, con el líquido a punto de estallar en
su vejiga, y sus tripas vacías haciendo sonidos extraños de hambre.
Fanfic
Pero el día no había finalizado en aquello. Él se había levantado una vez, una sola vez
para rebuscar en los cajones hasta dar con algún tipo de licor que tuviera Jungkook en
casa. No se había sentido desesperado en el momento, pero la tristeza se había vuelto
tan profunda que había pretendido ahogar sus pensamientos en la inconsciencia, y de
ahí todo había tomado un giro radical.
Bastante radical.
Sin embargo, las dos botellas que habían permanecido en su sistema no lo habían
atontado lo suficiente. Lo recordaba.
Recordaba todo.120
Pero Jungkook...
Jungkook...
Suya.3
Cerró y apretó los ojos de golpe. Intentó detener la corriente fugaz de preguntas que le
cruzaron la cabeza.
Pero todas aquellas se reunieron en una sola. Una sola con el peso suficiente para
hundirlo en aquel colchón.
Tragó saliva antes de volver a abrir los ojos, y simultáneamente, sus mejillas se tiñeron de
un fuerte carmesí que le tocó las orejas y se fue hasta su cuero cabelludo.
¿Qué ocurre?
Los ojos contrarios lo recibieron, atónitos. Y el corazón que lo había hecho despertarse
latió mucho más deprisa.
Fijamente.13
Entonces pareció como si el tiempo se detuviera, por unos cortos segundos. Como si no
existiera nada más en aquel lapso que ellos dos: sus pieles juntas, sus pulsos
descontrolados, todas las palabras transmitiéndose por sus miradas.3
La historia de ambos se repitió casi de forma implícita en el aire, con descaro. Ellos se
habían conocido en un café. Jungkook había pedido un café varias veces. Taehyung
había logrado cumplir su excentricidad.6
Y todas las noches a partir de ese momento habían estado llenas de locura. Discusiones,
hambre, ira, enfado, heridas, límites vacíos que habían sobrepasado juntos.
Entonces ese día, esta mañana en la que no podían escapar del otro... ¿qué tipo de
cambio marcaba?
Porque era obvio, que había algo nuevo. Algo intangible, algo pesado e ineludible.
¿Era cierto?
Mierda.
No quería estar ahí de esa forma, conociendo las riendas que las cosas tomaban. No
quería sentir el cuerpo de Taehyung bajo el suyo, no quería algo que viniera de él en ese
momento.
Era aterrador.
Se apoyó en los brazos para levantarse, obligándose a no pensar en nada y ahogar sus
pensamientos. Ahora la prioridad era huir.
Se incorporó sintiendo sus músculos entumecidos y algo molidos, y tomó uno de los
edredones para cubrirse bajo los del contrario, apoyando sus rodillas y dejando uno de
sus pies en el suelo.3
[♦♦♦]
Su corazón, cansado por el maratón al que se había sometido desde que se había
levantado, emitió corrientes de ansiedad a su cuerpo, trayendo las cortas imágenes de
Taehyung mirándolo fijo mientras se vestía y tomaba sus cosas.
Sacudió la cabeza con tanta fuerza, que se mareó. Pero fue gracias a aquella sensación
que volvió a la tierra un par de segundos. Trabajo, él tenía que trabajar, y a eso iba.
Algo en él necesitaba fingir que no pasaba nada, al menos por un momento. Mientras
encontraba alguna salida para esto, o por lo menos algo de cordura para guiar sus
pensamientos.5
Así que caminó más deprisa, estando lo suficientemente aturdido e inquieto para no
notar que un par de botones de su camisa estaban mal abotonados.21
Y que su naturaleza, aquel día, estaba siendo casi corrompida por el circo de su
cabeza.55
Llegó al trabajo, y subió por el elevador del edifico sin prestar mucha atención a nada en
particular. O más bien, sin ser capaz de hacerlo. Se cercioró de que el nivel de piso
estuviera indicado en los botones a duras penas, y se cruzó de brazos con rigidez
intentando pegar su mentón al pecho.
Y el chico pelinegro que estaba al fondo del elevador lo notó casi en un instante.
Kwan Dong-Yul, frotando sus manos con algo de nerviosismo -el mismo nerviosismo que
siempre sentía al ver a Jungkook acercarse- observó el cabello enredado del azabache
frente a él y frunció ligeramente el ceño. Había algo extraño en él.40
De golpe se ruborizó por su pensamiento. ¿Por qué pensaba esas cosas, de la nada? el
calor de sus mejillas le asquearon.
No podía olvidarlo.91
Se sobresaltó entonces cuando el timbre del ascensor anunciando el piso sonó. Se bajó
del elevador tras Jungkook, y siguiendo sus pasos cual patito desorientado, se frotó el
rostro y respiró profundo para calmar las oleadas de tensión que le recorrieron.6
Los ojos chocolate de Kwan Dong Yul, brillantes de perplejidad, le devolvieron la mirada.
Mierda, ¿por qué era tan torpe? Jungkook se enojaría, ¿verdad? ¿por haberse chocado
con él? ¿le preguntaría si estaba limpio? no quería que se enojara.
―Dong Yul.―fue lo único que dijo, con su tono neutro de siempre, pero un atisbo de
desconcierto y algo más taciturno en sus ojos.
Pero antes de lograr abrir su boca, el mayor se dio la vuelta y se alejó, como si nada
hubiera ocurrido.
Dong Yul cerró su boca, entonces, viéndolo alejarse. En su pecho golpeó la confusión.
[♦♦♦]
El Oficial Park había llamado. Tenían la evidencia. Tenían una orden de arresto para Ji.73
Entonces a más de las diez y treinta de la noche, sin algún indicio de la presencia de
Jungkook en casa todavía, rompió sin querer la taza que había llenado con té incontables
veces esa noche.69
Fanfic
Capítulo 62
Un estruendo le hizo despertar de su sueño ligero.57
La profunda oscuridad fue lo que recibió a sus ojos. Orientarse no fue problema, él sabía
perfectamente dónde estaba, y lo problemático que había sido dormirse mientras
esperaba alguna señal de vida del grandísimo idiota, Jeon Jungkook.5
Así que levantó la cabeza cuando el susodicho,- distinguible por los lentes redondos
reposando en el puente de su nariz y encima su cabello azabache y oscuro siendo
iluminado vagamente por la luz de los faroles de fuera que entraba por la ventana- se
recostó en la puerta, en la mitad de la oscuridad, de brazos cruzados.
Hizo un mohín.
Volvió de nuevo la mirada hacia la puerta, para mirar al hombre que lo había tenido
esperando esa noche. Dios, que imbécil era Jungkook, haciéndolo esperar por él. Le
había enfadado, en demasía.
Su orgullo rechistó. Jungkook estaba grandecito para hacer sus mierdas sin avisarle a
nadie, y además, no era como si esperara que le avisara si iba a llegar tarde.
Fanfic
Solo que, era justamente lo que Taehyung había esperado que hiciera. Lo merecía, ¿no
era así? ¿No era algo así como sentido común?
¿Era su maldita esposa? ¿Su estúpida mascota? ¿Por qué él, inicialmente, se había
quedado esperándole?7
Sintió el calor expandirse por sus mejillas por aquel pensamiento. Acompañado entonces
por recuerdos, aquellos malditos recuerdos que su cuerpo junto con el alcohol no habían
sabido borrar.
Maldita sea.
Se quedó quieto, bajo la mirada de Jungkook, siendo consciente ahora del silencio que
sus pensamientos habían nublado por un momento. ¿Qué hacía de pie, sólo ahí,
estático? ¿En realidad no lo miraba? ¿No sabía que él ya estaba despierto por su
presencia?11
Lo miró fijo, intentando sentir algo, lo que fuera, incluso el sonido de su respiración.
Porque quizás era un sueño, porque quizás Jungkook no estaba ahí, porque quizás su
mente jugaba con el temor que la actitud de golpe distante del pelinegro había
provocado en él.
Aquel maldito silencio que el hombre había perpetuado desde que se habían despertado
juntos en la mañana había abierto algo extraño en Taehyung. Algo que llegaba a sus
sentidos y era percibido como temor. Sofocante temor.
¿Era porque algo había cambiado? ¿Porque esto no estaba en los planes? ¿Porque le
había pedido que le hiciera el amor? ¿Porque le había pedido algo tan íntimo a alguien
que se hacía llamar a sí mismo distante?
Tragó saliva, dejando caer entonces la cabeza, y recostándose de costado para poder
seguir observando al pelinegro.
Si Jungkook sólo le observaba de esa forma, él podía hacer igual. Igualmente había sido
él el que lo había comenzado. Tenía argumentos con qué defenderse en caso de que le
protestara y fuera real.
Sintió de nuevo, como esa mañana, algo pesar en su pecho y volverse una carga
desagradable. Durante todo el día había querido preguntar, ¿entonces por qué no tenía
ganas de decirle nada, ahora? en medio de su creciente tensión, el silencio no era tan
incómodo.
Pero, una corriente persistente que se volvía un nudo. Porque claro, mientras más tiempo
pasara sin que ellos hablaran sobre eso, que habían hecho -hacer el amor- peor sería
esta incomunicación de ambos.
Era... ¿importante?
Fanfic
¿Cómo podía llamarse eso? ¿''Aclarar las cosas''? ¿''Volver a establecer los límites que
ambos habían ignorado''?
Quiso reírse. Eso de ''sin el amigos'' había pasado a la cuerda floja desde que el hombre
le había ayudado a resolver parte de su vida y le había dejado quedarse en su
apartamento.
Frenó sus pensamientos de golpe. Mierda, estar por días seguidos solo en aquella casa
mientras Jungkook trabajaba le había fabricado un espacio personal de tortura en su
cabeza. Meditaba sobre todo, a profundidad.
Y no se sentía bien.
No lo hacía, en lo absoluto.
Porque incluso Seokjin invadía sus pensamientos. Y últimamente, había sido más difícil
de evitar que en ocasiones interiores.
Claro, él y su herida que sangraba y no cerraba al pasar del tiempo estaban ahí. ¿Qué iba
a hacer con eso, de hecho? ¿Tenía esperanzas, aún sabiendo que había perdido un año y
medio en eso?4
Jungkook suspiró de pronto, trayendo su cabeza a la tierra, por fin. Entonces Taehyung
lo miró con atención, afirmando que no soñaba. Jungkook sí estaba allí con él, por fin.
Y sólo pudo empuñar las manos cuando la oyó cerrarse con el hombre fuera de la
habitación.87
[♦♦♦]1
Jeon Jungkook dio la vuelta, forzosamente, en el sofá mientras dormía para recostarse en
su costado. No podía decir que estuviera descansando, porque incluso en la
inconsciencia su cabeza le daba vueltas a sus tormentos.
Después de un día largo y pesado en el trabajo por su poca concentración, más las horas
que se las había pasado rondando por el vecindario para no ir a casa, sabía que lo que
iba a lograr dormir no iba a ser suficiente. Pero esto era, quizá, el colmo.
Arrugó el rostro con angustia, removiéndose de nuevo, buscando otra posición para
dormir.
Taehyung no lo merece.83
Todo se puso en blanco. Un blanco tan potente que molestó su vista aún así nunca
hubiera abierto los ojos. En medio del blanco que se convertía en luz, sintió como en su
espalda unas manos lo sostenían.
¿Quieres ayuda?28
Entonces la luz dejó pasar una cabellera negra, una sonrisa radiante y unos ojos grandes
y bonitos.
Se pasmó, viéndose a sí mismo frente al difunto. Tal cual el primer día de su estadía en
Seúl.
Seokjin.
Jungkook.
Sus ojos se ampliaron, y su corazón amenazó con explotar en su pecho. ¿Qué mierda,
exactamente, ocurría?
¿Seokjin?
Fanfic
¿Estaba él viendo a Kim Seokjin, de verdad? Que alguien lo pellizcara, que alguien
jodidamente le golpeara para comprobar si estaba volviéndose malditamente loco.
Como si pudiera, la boca de Jungkook se quedó abierta frente al hombre vestido con
chaqueta de cuero negra. Claro, un sueño. Seokjin estaba en su sueño.
Estás jodiéndome.
Apretó los labios frente a él. El hombre lo confundía, pero parecía del tipo relajado.
¿Había sido él en realidad, la pareja de Taehyung?
La ignorancia es ciega, hombre. Todos la tienen, y por eso, casi nadie ve.
¿Qué?
¿Yo... qué?
Fue a penas capaz de preguntar eso cuando el hombre se dio la vuelta e hizo ademán
de subir las escaleras, hacia el tercer piso.66
Hey, Seokjin.1
¡Seokjin!1
Y entonces despertó.
Ya era de día.
Capítulo 63
Unos ojitos de bambi lo miraron desde su costado.
―¿Qué estás haciendo...?― musitó entonces, con la voz ronca y más grave de lo usual.
Taehyung permaneció con su expresión neutra y ajena, pero bajó la mirada.2
Devolvió la mirada hacia sus ojos y los entrecerró, moviendo un poco sus pies para dejar
de sentirlos entumecidos, y haciendo lo mismo con sus hombros, preparándose para
levantarse.
Quiso reír cuando los ojos de Taehyung se ampliaron, a la vez trayendo a sus mejillas un
ligero rubor. Cuando ellos no peleaban, podían percibir más cosas del otro que antes
habían ignorado.
Esta era una de esas. Kim Taehyung se conmovía con facilidad, y se sonrojaba mucho.61
La ignorancia es ciega, hombre. Todos la tienen, y por eso, casi nadie ve.
Jungkook tragó saliva, recordando el sueño que acababa de tener, poniéndose entonces
rígido y enfocando más la vista hacia Taehyung.
Taehyung parpadeó.
Pudo percibir, gracias a la luz del sol atravesando el apartamento, cómo las pupilas
ajenas se hacían grandes, y después pequeñas bajo su vista.
Taehyung.
Era la razón por la cual Taehyung le había pedido que le hiciera daño, ¿verdad?
Por eso Taehyung le decía que cuando estaba con él olvidaba todo lo que le hacía mal.
Kim Seokjin era la razón a todo eso, y por eso se había puesto tan mal luego de
encontrarse con sus padres.
Sintió su estómago volverse un nudo. ¿Tenía él que asumir la culpa de algo de todo eso?
¿Por haber accedido a herirle, aunque hubiera placer de por medio?
Su corazón se apretó.
Fanfic
―Claro que no, es sólo que...―detuvo su hablar y cerró la boca. Apartó la mirada de
nuevo, pero la volvió a conectar―... Sí, como sea, te ayudaré a decorarlo.
Una de las cejas de Jungkook se enarcó, enviando a la fuerza su análisis mental hasta el
fondo de su cabeza, para que no pudiera alcanzarlo y no lograra instalar el mal sabor en
su boca que estas nuevas ideas que había descubierto intentaban provocarle: ―¿Es sólo
que...?― repitió para hacer énfasis, percibiendo que había algo que no le decía.
―No importa.
―Dilo. ― pidió.
Taehyung entrecerró sus ojos, y exhaló con fuerza, pasándose las manos por el rostro y
enviando así su cabello hacia atrás.
―Pensé que tú...―musitó entonces, apoyando sus codos en el sofá y tapando sus ojos
con las manos, como si le pusiera tenso lo que decía―... estabas enfadado conmigo.5
―¿Enfadado contigo?― repitió, viendo a Taehyung asentir con la cabeza. Torció la boca,
inconforme―¿Por qué estaría enfadado contigo?
El castaño se quedó quieto, sin dar una respuesta, pero apretando su boca con fuerza.
Fanfic
―¿Huh?― insistió Jungkook, llevando una de sus manos hasta las que cubrían su rostro
para apartarlas. Taehyung soltó un quejido cual niño mimoso, y lo miró con fastidio y
timidez― ¿Por qué dices eso? ¿Hiciste algo por lo cuál me enojaría?7
Taehyung se puso tan rojo como un tomate, hasta sus orejas y cuero cabelludo. El ceño
de Jungkook se reforzó.
―¡N-no lo digas!― pidió, pareciendo enojado, y haciendo a Jungkook poner los ojos en
blanco. Le apartó la mano de un golpe.
―Como sea, ¡no lo digas! ¡si no estás enojado por eso, ya no importa!― exclamó,
poniéndose incluso más rojo que antes. Jungkook rió por su actitud, y el chico frunció el
ceño, tomándolo como burla.
Jungkook lo impidió, jalándolo hacia él, para estampar sus labios juntos.138
Eres un tontito.135
Taehyung soltó un respingo contra la boca de Jungkook, pero sintiendo sus dedos
sostener su rostro, se dejó besar.
Porque eso significaba que las cosas estaba bien de nuevo, ¿verdad?67
Fanfic
Cerró los ojos cuando una de las manos de Jungkook le tomó de la nuca y lo acarició un
poco.
Se besaron, desechando ambos el ambiente extraño que habían creado desde que
habían hecho el amor.11
Cuando iban a volver a besarse, ambos comenzándose a encender por el otro, Jungkook
preguntó:
―¿Te importa que lo hayamos hecho? ―el pelinegro lo miró fijamente, tornándose
expectante, sintiendo su nariz rozar con la del castaño.14
Taehyung lo miró fijamente, y cerró la boca. Como si recibir aquellas palabras lo pusieran
a pensar. Posó sus manos en el pecho del pelinegro.
Bien.
―Bien, a mí tampoco, entonces déjalo ir. ― afirmó entonces, metiendo sus manos entre
su cuero cabelludo y evitando mirarlo a los ojos. ―Fue cosa de una vez.210
Fanfic
Capítulo 64
La noche en la que Taehyung se había rendido esperando por Jeon Jungkook había
tenido trasfondos inimaginables. Después de que Taehyung se encerrara en la habitación
a dormir, con el corazón conmocionado, había sido completamente ajeno a lo que
sucedía afuera.
Jeon Jungkook, mirando cómo sus pies se hundían en la nieve acumulada del parque a,
aproximadamente tres calles de su edificio, soltó un suspiro que se hizo vapor en el aire.
Sentía su nariz y sus mejillas arder por el frío aunque tuviera encima dos abrigos gruesos
y una bufanda, y sus músculos comenzaban a entumecerse por su inactividad.
¿Cuánto llevaba allí sentado, en esa banca, después de estar caminando sin rumbo por
casi dos horas?
Con los ojos pesados rebuscó en sus bolsillos hasta dar con su móvil, el cuál encendió
para ver la hora. Eran las once treinta de la noche.6
Sonrió con tristeza, volviendo a guardar su móvil y cruzando los brazos fuerte contra su
abdomen. ¿Cuál era el plan, desde allí? ¿Cuánto más iba a quedarse allí, evadiendo la
realidad que lo esperaba en casa?
Bajó el mentón hasta tocar con él el cierre de su abrigo. Él no quería que las cosas se
volvieran difíciles de manejar, Jeon Jungkook era un hombre acostumbrado a tomar las
cosas con calma. ¿Entonces por qué pasaba esto?
Parpadeó lento, observando sólo cómo la nieve, contra sus zapatos, se volvía menos
densa y era absorbida ligeramente. Si continuaba sólo suspendido ahí, iba a enfermarse.
Si el frío tocaba sus pies, estaba frito.
Cerró los ojos, sintiendo como su respiración se tornaba mecánica, en vez de automática.
Sintió el aire entrar en sus pulmones, y salir casi tan frío como había entrado.2
¿Por qué le daba tanta importancia al hecho de que estuviera desarrollando sentimientos
por aquella cabeza castaña?19
Era tonto, por donde lo viera. Era un acto inmaduro, era infantil.
Era cobarde.
Quiso abofetearse. Quiso darse un golpe por lo tonto que era. ¿Por qué se había dejado
hacer esto? ¿Por qué se había permitido desarrollar una afición? Kim Taehyung era,
prácticamente el hombre más lejano a una pareja que podía tener.
Él se había hecho el astuto, o bien, lo había sido por un buen tiempo. ¿Entonces cuándo
había comenzado esto?
Claro, había sido aquel día. Porque desde entonces, él se había involucrado.
Había comenzado entonces desde la noche que habían pasado vestidos en una cama.
Taehyung no podía enterarse. Jodidamente podía verlo reírse ante alguna de sus
confesiones. Y si así era, no era para nada conveniente de su parte tenerlos.
Retuvo su respiración para no carcajear como demente y retener la oleada de enojo que
le recorrió dentro.
Era inevitable sentirse como un idiota. De todas las personas del mundo, ¿su corazón
había cedido a Taehyung? él nunca había tenido aficiones con alguien, ¿y ahora las tenía
con aquel chico torpe y desordenado?2
Era el colmo que todo lo que odiaba, todo el desorden que lo volvía loco estuviera en el
chico que había hecho camino hasta su corazón. Parecía una broma fríamente
calculada.32
Se pasó las manos por el rostro y por el cabello, fastidiado. Decidiendo por fin, levantarse
y caminar a casa.
Tenía que desechar esos sentimientos antes de que empeoraran. Antes de que el chico
pudiera levantar sospechas.88
Antes de que todo se fuera contra él. Ellos en ese momento no necesitaban algo
problemático como lo era una atracción más allá del ámbito sexual.
Entonces, para hallar la manera de deshacerse de ellos tenía que comenzar por lo más
obvio.
Tenía que dejar de ser condescendiente, volver a ser como antes. Disfrutar de atarlo,
disfrutar de verlo lloriquear con sus azotes, hacerlo rogar. Todo lo que siempre había
disfrutado.1
Nada de hacer el amor. Eso tenía que descartarse por completo. Nada de tratarlo con
suavidad, nada de correr a protegerle o ponerse celoso como ahora se daba cuenta que
había hecho.142
Y sólo entró, convenciéndose de que tenía la razón y que debía actuar justo como
pensaba hacerlo.
No le obedecería a su cabeza.8
[♦♦♦]3
El día había llegado. La policía tenía a Ji Taehyung, y el día del juicio había llegado.
Jungkook había tenido razón cuando había dicho que Ji se delataría a sí mismo de
alguna forma.
Taehyung se había sentido feliz, y aliviado cuando el oficial Park le había llamado a
contarle todo y decirle que tenía la oportunidad de hacer parte de la audiencia en el
juicio.1
Pero, ahora estando a puertas del complejo, quería irse corriendo y esconderse.
Ni siquiera la mano de Jungkook en su hombro lo confortó. Maldita sea, sentía que iba a
vomitar incluso el pastel de su 5° cumpleaños. Quería irse lo más pronto posible. No
quería que el hombre lo viera, no quería ver su rostro o su sonrisa espeluznante.5
No quería nada.
Fue tomado de los hombros, de golpe, y el pelinegro frente suyo intentó dar con su
mirada. Él le huyó a sus ojos, con su corazón latiendo violento y un temblor comenzando
a dominar sus articulaciones.
―Hey, mejillitas. ― le llamó Jungkook, con severidad. ―Cálmate, estás tan pálido como
una hoja de papel.7
Fanfic
―Ese idiota está bajo custodia policial. ― afirmó Jungkook, fastidiado por el jodido
efecto que provocaba ese pelirrojo en Taehyung. ―No puede hacerte nada ahora, ¿qué
importa si te ve?― preguntó, por fin atrayendo sus ojos avellana a los suyos. ―Si te ve,
sólo podrá pensar que ha perdido. Que tú ganaste. Que va a pagar por toda la mierda
que nos ha hecho pasar.107
Los ojos de Taehyung se ampliaron. Jungkook solo observó sus pupilas por un par de
segundos antes de caer en cuenta.
―Esto ha sido un fastidio para mí también, ¿crees que disfruto metiéndome en la vida
de los demás dando ayuda?― espetó, y los ojos de Taehyung, tras unos segundos de
mirarlo con un brillo de desconcierto, bajaron hacia algún lugar de su clavícula.76
―Si es fastidio, ¿entonces para qué viniste conmigo? ―le preguntó, ahora pareciendo
sano de todo lo demás que había sentido anteriormente. Sí, Jungkook tenía razón, quizá
era por eso que se estaba enfadando.18
No seas idiota.13
―Vine porque quiero saber de primera mano cuánto tiempo va estar esa escoria en la
cárcel― afirmó, casi cortante, comenzando a desquiciarse.
Fue una suerte que las grandes puertas del Complejo Judicial se abrieran para entonces.
Significaba aquello que la hora del juicio había llegado.
Jungkook cerró su boca dando por terminada la conversación, y empuñando las manos
se dio la vuelta para comenzar a caminar hacia el gran edificio con figuras de mármol.
Sintió la mirada de Taehyung quemar en su nuca, y luego sus pasos pesados tras él.27
Al fin.
Y los que merecían vivir en paz, por fin tendrían la libertad de hacerlo.
Fanfic
Capítulo 65
Taehyung se dejó caer en la banca de la sala de audiencias, rezando porque haber
escogido la ubicación donde hubiera más gente acumulada diera el resultado que
esperaba para ocultarlo.
Respiró profundo y tomó sus manos sobre el regazo. Ya, había entrado, habían
entrado.13
El momento por el que tanto había rezado las últimas semanas había llegado. Todo lo
que había considerado imposible y le había provocado un gran dolor y a sus amigos
finalmente iba a suceder; solucionarse.
Intentó aferrarse a la calma que darse cuenta le provocó, pero el vacío en su panza que
comenzaba a llenarse de ansiedad lo impidió.
Un escalofrío le recorrió la espalda. Por eso se había sentado allí, tenía que mantenerse
en bajo perfil.
Era un alivio que al hablar con Yoongi esa mañana siguiera en Daegu y no pudiera asistir.
Eso solo lo habría puesto más tenso.4
El recuerdo de la llamada que habían tenido en la mañana le hizo esbozar una pequeña
sonrisa.
―Le dije que esto podría solucionarse, hyung.― había dicho, sintiendo en sí retoñar la
paz que tanto había extrañado ―Y no he sido yo... ―se recordó a sí mismo mirar a
Jungkook en el otro extremo de la habitación mientras se secaba el cabello con una
toalla― Al menos no solo yo... he recibido apoyo. Ha sido todo un trabajo en equipo.
Su sonrisa se hizo más grande, en armonía con la corriente de euforia que le recordó la
existencia de lo bueno en el fondo de su pecho.4
Esto era lo último, el último esfuerzo, la última vez que su corazón se sintiera de esa
forma.3
Las comisuras de su boca se fueron hasta sus orejas, ampliando su sonrisa y delineando
con ella un cuadrado.
Y justo en ese momento, Jeon Jungkook se dejó caer a su lado sin mucha amabilidad, sin
mirarlo, y cruzó los brazos pretendiendo cerrarse a cualquier contacto.
Entendía a Taehyung por haberse sentado cerca de tanta gente. Había visto su expresión
de alivio cuando al entrar había encontrado un posible escondite, pero...
Porque estar en ellas implicaba entrar en contacto con algún objeto, aroma o fluido
ajeno. Era asqueroso, lo viera por donde lo viera.36
Y si evitaba usar el metro y los autobuses por eso mismo, no podía obligarse a estar
cómodo en aquel lugar ese. Se mordió ambos labios, removiéndose.
Suspiró profundo rezando porque nadie se sentara en el lado libre junto a él y devolvió
la mirada a Taehyung.
El castaño parpadeó y abrió sus labios para dejar salir el aire, aún pegado a sus ojos. En
su interior Taehyung se acobardó por las palabras que querían salir de su boca.
―Estaremos bien, ¿verdad? ―sus palabras salieron en un musito, dejando pasar con su
tono de voz su ansiedad. Sus ojos parecieron más brillantes, y su corazón un poco más
visible a través de ellos.
Pero la timidez que había intentado reprimir sus palabras lo cohibió, tiñendo así sus
pómulos con un leve rumor. Sin embargo su orgullo, necio, decidió que no apartaría la
mirada. Y se quedó suspendido entre el ambiente que dejaban sus palabras y la
expresión conmocionada del pelinegro junto a él, que con sus ojos ligeramente más
amplios, asimiló lento sus palabras que traviesas se escapaban de su razonamiento.
Su corazón cambió el ritmo de sus latidos y que quedaron inconstantes. ¿Qué pretendía
decir Taehyung con eso?
¿Qué se lo afirmara?
Antes de que los ojos de Taehyung se enchiquecieran hasta su máxima expresión por
culpa de la amplia sonrisa que tomó protagonismo en su rostro. Brillante y alegre bajo
los ojos de Jungkook.20
Antes de que, simultáneamente, las puertas dentro del apartado del estrado se abrieran:
dejando pasar a un lúgubre y apagado hombre de cabellos rojizos escoltado por un
policía tras él.6
Con grandes lágrimas amenazando con salir de sus amplios ojos claros.
[♦♦♦]
Habían pasado casi dos horas para entonces. El caso se había examinado
minuciosamente, la juez encargada de Ji Taehyung no había mostrado ni una pequeña
cantidad de condescendencia. Su rostro era firme como si se tratara de un soldado en
guerra, y sus palabras habían helado a los espectadores en más de una ocasión.
que el hombre, bajo presión, aceptara sus crímenes, todo había sido más sencillo. Y lo
era mucho más ahora.
Porque ya no habían limitaciones para ponerlo tras las rejas. Ya ni siquiera su salud
mental era un motivo que abriera posibilidades. Y ahora después de esas horas en
aquella sala, exponiendo las pruebas y los afectados con el pelirrojo en lágrimas tras su
puesto asignado, y el pequeño receso protocolario, el veredicto había llegado.
Kim Taehyung, oculto tras la gente, mordió su labio con tanta fuerza que reventó la piel
dándole paso a unas gotas de sangre. Su cuerpo, rígido como una piedra, recibía
palmadas suaves en su espalda por Jeon Jungkook, que no había logrado detener el
impulso de tocarlo al verlo de aquella manera.
Cuidar de él.30
Cerró los ojos y apretó la mandíbula. No quería volver a ver a Taehyung así. El chico no
lo merecía.
Su vida se había detenido. Había perdido a alguien importante, y el ritmo de vida con el
que se había habituado se había reducido a cenizas. Él lo presentía, que Taehyung era
más que un chico mesero en un café. Había dejado una carrera a medias, había dejado
amistades atrás con los cambios, tenía cosas que lo apasionaban.
Fanfic
Así que cuando la juez dijo el veredicto solo pudo empuñar las manos y sentir nauseas.
Jodida mierda.
Culpable.65
Las palabras flotaron en el aire junto al silencio posterior. Incluso se podían oír las
respiraciones ajenas por su alcance.
«Es culpable de hurto simple y delito patrimonial contra bien ajeno. La pena indicada es
de diez años, con posibilidad de reducción si se presenta una indemnización a los
afectados.»70
Tan rápido como la juez dijo eso, la oleada de reacciones inundó la habitación.
Murmullos, respingos, algunas voces de protesta. Ji Taehyung sonrió de forma vacía
mientras miraba sus manos esposadas contra el banco de madera, y sintiendo los
mechones de cabello molestarle el rostro, se preguntó qué mierda pasaba con él.25
Cómo el camino de su vida lo había llevado hasta aquella banca incómoda bajo la vista
de tantas personas.
Un par de lágrimas bajaron por sus mejillas, que tensas, a penas sostuvieron la sonrisa
que por tantos años había logrado mantener.53
Sintió la mano del policía, que poco amable, avisó que le escoltaría fuera. No fuera, hacia
prisión.
Se levantó con pereza, sintiendo su cuerpo pesar en cada extremidad, y dio los primeros
pasos atreviéndose a levantar la mirada.
Los ojos fríos que había observado toda la vida conectaron con los suyos. Desde las
bancas de los espectadores.
Retuvo la respiración.
No obtuvo nada de eso. El hombre, impecable, de traje negro y cabello rojizo canoso
peinado hacia atrás, lo miró con desagrado latente a punto de explotar en su
expresión.35
No seas tonto.
¿Por qué lo seguía esperando, incluso en ese momento? El hombre era su padre solo por
sangre. Todo lo que había querido alguna vez de él nunca lo había conseguido.
Podía llamarse a sí mismo alguien con traumas paternales. Era más que obvio.26
Sólo esperaba que su madre, su hermana y su hermano lo hicieran bien. Que escaparan
de su padre.
Sin embargo su mirada cayó en unos ojos avellanas, que vidriosos, le devolvieron la
mirada entre la multitud.38
Entonces desvió la mirada a los ojos color chocolate que lo fulminaron tras unos lentes
redondos.53
Y cruzó las puertas del interior del estrado, escoltado por el policía, escuchando el
martillo de la juez anunciar que el caso estaba cerrado.
Y sólo se fue.
Capítulo 66
En el instante en el que los ojos de Ji Taehyung captaron los de Kim Taehyung y Jeon
Jungkook, el impulso del segundo mencionado fue apretar la mano ajena que sostenía
con todas sus fuerzas.
Su cara perdió todo el color, y sintió toneladas de ladrillos hacer peso en la base de su
estómago. Se lamentó por estar de pie estático mientras el resto se levantaba y se iba.
Joder.14
Pensó que no lo vería, él había estado bien oculto todo el tiempo. ¿Por qué justo en ese
momento? ¿Por qué cuándo estaba a segundos de salir del lugar?
Olvidó todo en un pequeño lapso de tiempo: respirar, controlar sus lagrimales, seguirle
el ritmo su corazón. Por poco olvidó quién era. La conmoción le recorrió el pecho como
una llama sofocante.
Sólo que el impulso del pelinegro junto a él, como espectador desesperado, fue tomarlo
del brazo y lo atraerlo de golpe a él en el mismo instante en el que el pelirrojo se hizo su
camino fuera de la habitación con clara mueca de enfado y profunda tristeza.
No supo lo que estaba haciendo hasta que sintió las manos contrarias ceñirse desde su
cintura hasta su espalda, con fuerza, y el aliento cálido de un sollozo contra la tela de su
suéter. Entonces exhaló todo el aire de su cuerpo, odiándose por la forma en la que sus
sentimientos comenzaban a reaccionar.
Ese, como muchos más de sus comportamientos aquella mañana, no concordaban con
su plan. Con el plan que había ideado esa noche en el parque cercano a su edificio
Fanfic
mientras una revolución de sensaciones se libraban dentro suyo. Con el plan que iba a
mantener seguro y prevenido a su corazón.
Cerró los ojos y lo apretó, sintiendo a su corazón -a ese ingrato- tomar vida propia y
buscar transmitir calidez al cuerpo contra el suyo. Que jodidamente se callara. Ya
suficiente hacía con no dejarle apartarse.
Maldición.
Así que tomó su cabeza y la apretó contra su hombro con ligereza. Apretó más sus ojos,
intentando hacer magia y traer lo que fuera que sentía el chico hacia él. Él podría
soportarlo, él podría lidiar con eso, pero Taehyung...21
Y, en efecto, lo estaba.
¿Qué clase de dualidad se estaba volviendo su persona, a éstas alturas? ¿Podían esos
sentimientos en crecimiento hacer temblar sus convicciones? ¿Su actitud?
Fanfic
Entonces dime, ¿te sientes capaz en este momento de encerrarlo en un cubículo de baño y
nalguearlo?
Tragó saliva.
No.
¿Qué rayos?
¿Qué... me pasa?63
―Ya está bien. Ya acabó. ― se oyó musitar―... no puede hacernos nada. Lo has hecho
bien.
Abrió los ojos, apretando su mandíbula, provocando así que un músculo en ella
palpitara. ¿Qué era esto de desconocerse? ¿Por qué hacía las cosas más grandes de lo
que eran?2
Tenía que jodidamente mantener la calma. Tener el control de sí mismo, como siempre
lo tenía.
¿Hablas del control que Taehyung ha deteriorado desde la primera vez que lo viste?6
Respiró profundo y, cuando el castaño soltó los brazos e hizo ademán de alejarse,
sacudió la cabeza para desechar sus pensamientos. ¿Por qué pensaba en eso justo en
aquel momento?
Conectó la mirada con el castaño, que había guardado sus lágrimas bien -Ji no era sujeto
merecedor de más de ellas y lo sabía- y tenía una leve sonrisa enmarcada bajo sus
pómulos rosados.
Sintió como el peso que cargaba se hizo liviano como el aire en sus hombros, y respiró
profundo, siendo consciente del aire frío que entraba y salía de sus pulmones,
tranquilizándose.
Igualmente, el haber llegado hasta aquí había sido por él. Quizá Jeon Jungkook era un
imbécil obstinado, cabeza dura, controlador, criticón, e intolerante idiota.
Y amable.
¿Era esta faceta de la que había hablado esa noche antes de que ambos perdieran la
consciencia por culpa del vodka? ¿La que había dicho que ocultaba?1
El mencionado enarcó una de sus cejas, confundido. O fingiendo estarlo, ¿el descarado
quería palmaditas en su ego, quizás?6
―Gracias por ayudarme. ―gracias por salvarme, había querido decir, pero, ¿no sonaba
muy dramático? justo así lo había sentido. ―Gracias por apoyarme cuando estaba
perdiendo la razón. Gracias por... lograr ésto.26
Jungkook, que había abierto un poco más sus ojos, se cruzó de brazos algo cohibido por
la repentina declaración. Bajó un poco la mirada, con expresión amena retoñando desde
sus ojos.
―No fue sólo trabajo mío, sabes. ― dijo, sin ocultar una pequeña sonrisa que
decodificaba las sensaciones agradables en su estómago.
―Claro que lo sé, el ex oficial Jiyong y el oficial Park recibirán alguna tarjeta de
agradecimiento de mi parte después. Pero fuiste tú el que me ayudó a ser fuerte. ―
exclamó, pensando en que ese era quizás el primer cumplido que le hacía a Jungkook
desde que lo conocía. ¿Desde cuándo habían coincidido tanto? ¿Cuándo se habían
vuelto tan extrañamente cercanos? ―Fuiste tú el que me dio un camino por recorrer. Así
que, gracias.23
Jungkook levantó con lentitud la cabeza y lo miró, con un extraño brillo en los ojos.
Dirigió su mirada hacia la sonrisa de Taehyung, y sintió su corazón dar un brinco alegre.
Así que formulando una respuesta, y estirando su mano, fue interrumpido por una
presencia tras el castaño.
―Kim Taehyung.
Fanfic
La cabellera rojiza con canas y el imponente traje negro le llevaron un muy mal sabor a
su boca cuando conectó la mirada con el dueño de la voz.
―Ji Yogin. Es un placer conocerte al fin. ― espetó, haciendo una ligera reverencia con la
cabeza, haciendo el cristal de sus lentes medialuna brillar contra el reflejo de la luz. Sus
ojos, color miel -un poco más oscuros que los de su hijo- lo fulminaron en medio de su
expresión en blanco.44
Taehyung sintió que su suelo se movía y temblaba. Pero en medio de la alarma interior,
respiró profundo, irguiéndose y levantando el mentón. No sabía qué rayos quería el
hombre que parecía ser- era más que obvio- el padre de Ji Taehyung, pero fuera lo que
fuera, él no iba a mostrarse blando o temeroso.
Así que apretando la mandíbula, con un Jungkook de ceño fruncido a su lado, devolvió la
reverencia, correspondiendo su mirada, sin saber qué decir.
―He estado observándote. ―Taehyung en serio deseó que estuviera escuchando mal,
¿el hombre le observaba? ¿desde cuándo? su corazón amenazó con explotar como una
maldita granada. ―Y quería agradecerte personalmente.120
¿Qué?
¿Qué, exactamente, rayos pasaba para que ese hombre estuviera agradeciéndole?
―Por meter a mi hijo en la cárcel, ¿por qué más estaría agradeciéndote?―espetó, como
si decir eso fuera completamente normal. ― Si es un peligro para la sociedad, es mejor
que esté en un lugar en el que no dañe a nadie. A ver si aprende un poco de lo que
nunca aprendió en casa.164
Hubo algo extraño en su forma de hablar, que dejó perplejo a Taehyung. Además de
que dijera eso sobre su propio hijo.
―Ah. ― fue lo único que logró decir Taehyung, forzando una sonrisa demasiado leve en
su expresión.88
―Me disculpo en su nombre por lo que te hizo pasar a tí y a tus amigos. ― exclamó
entonces, pareciendo completamente orientado en la situación. ― Quería comunicarte
que aunque existe la posibilidad de que su condena se reduzca por la indemnización a
las víctimas; no pretendo que ni un solo centavo intervenga en esto.1
Aunque sus palabras intentaran ser confortantes, Taehyung no logró sentirse aliviado. El
hombre jodidamente comenzaba a aterrarlo. Si en Ji Taehyung la constante era su
sonrisa, en Ji Yogin eran los ojos asesinos y el tono de voz espeluznante.
Fanfic
―G-gracias. ― fue lo único que logró decir, pretendiendo mostrarle algo de respeto
volviendo a bajar la cabeza como reverencia.
¿Había querido decir lo que Jungkook pensaba que había tenido que decir?27
Genial, además de ser aterrador, era homofóbico. ¿Qué clase de ser humano
desagradable era?68
Ji padre, sin ningún tipo de remordimientos, hizo un corto mohín. ― Si mi tonto hijo no
hubiera sido igual... ah. Vayan con cuidado, si no quieren terminar aquí con él. ― dijo, sin
ningún tipo de filtro o respeto, y haciendo un corto ademán con la mano, se despidió y
se alejó.73
Taehyung y Jungkook, más que ofendidos por su despectiva forma de hablar, solo se
quedaron estáticos.
Fue una suerte que el oficial Park, vestido todo de negro con el mismo gabán de la
última vez, con una amplia sonrisa, llegara en ese momento.
―Eh, ¡chicos!
Fanfic
Jungkook lo miró, y luego vio a Taehyung sonreír hacia la dirección del recién llegado.18
―¡Oficial!1
―Oh, tengo que irme. Hoy es día de buenas ocasiones. ― dijo, con esa sensual voz suya
y una radiante sonrisa. Taehyung sonrió más amplio solo para él.
―O-oh, claro, pensé que quizá vendría con nosotros a beber algo. Por agradecimiento a
su trabajo, oficial― respondió Taehyung, balanceándose en sus talones.
Jungkook empuñó las manos contra su pecho, ¿por qué era tan infantil con aquel
idiota?36
―Así es, esta noche tengo cena de ensayo. Mi prometida me matará si no voy con el
traje que escogió para mí.581
Jungkook sintió algo pesado en su garganta, algo que en pocos segundos saldría en una
profunda carcajada.235
Y le tomó de la muñeca unos segundos después, para sacarlo de allí. Ya podían irse.
Pero...
Salir de allí significaba cerrar un ciclo. Un ciclo que ambos habían finalizado con mucho
esfuerzo, sangre y lágrimas.39
Capítulo 67
Jungkook caminó despacio, ya de vuelta en su departamento. Sacudió su cabello con los
dedos contra la toalla, sintiéndose fresco por la ducha recién tomada. Tras las ventanas,
la furiosa tormenta de nieve a sólo una semana de nochebuena azotaba las ventanas,
volviendo de fuera todo un paraíso -o infierno- helado y majestuoso.8
Hacía un buen tiempo en el que no sentía sus hombros tan livianos. Sonrió de lado
mientras caminaba. Todo había resultado bien ese día, y su persona estaba descansando,
de verdad, en mucho tiempo.
Lo esperaba, realmente.
El chico caminaba con agilidad por la cocina, preparando los alimentos como todo un
profesional. Trabajar en el café le había dado sus gajes, suponía Jungkook, y estando allí
con él le había permitido a su persona conocer tipos de alimentos que antes no se
hubiera arriesgado en cocinar o sólo probar.
Jeon Jungkook era torpe en la cocina. Toda una marmota, paranoica por el desorden.
Nada que admirar por ninguna parte. Y Taehyung había traído con su estadía un hilo de
cosas nuevas, que al menos en cuanto a la cocina, habían estado bien.11
Fanfic
Las gotas, provenientes de sus hebras mal secadas después de la ducha, acapararon la
atención de Jungkook luego de unos segundos.1
Siguió con la mirada las perlas de agua que se deslizaban en el aire. Parpadeó.
Las gotas hacían relucir su cabello castaño, y las traviesas -infiltradas- que le recorrían las
mejillas, se deshacían en su camino; probablemente por la calidez de su piel.
Casi parecía una caricatura. Como si se tratara de una pequeña tormenta andante.
Bajó la vista, entonces, hasta sus pies para ver las grandes gotas de agua que relucían y
chocaban con las baldosas, e instantáneamente una alarma se encendió en su cabeza.
Sus ojos volvieron a subir hasta Taehyung, y tragó saliva, detallando con cuidado. Sí, se
veía bello.
¿Cómo unas pocas gotas podían darle a alguien un aspecto puramente etéreo?39
Fanfic
Está goteando demasiado. Y esta cosa que estás sintiendo por ese castaño te está
nublando el juicio. Se supone que no piensas en estas cosas para no alimentar más tus
sentimientos.
Luego, luego.83
Su corazón se agitó por su debate mental. Y con razón lo hizo, porque, ¿quién era él, no
reaccionando al desorden o la suciedad?1
Sus ojos, perdidos a su razón, solo recorrieron lento a Taehyung vestido con ropa suya
por tener la propia lavándose. La diferencia de sus cuerpos era más notoria de esta
forma: la camisa le quedaba un poco más grande y los pantalones se arrastraban a sus
talones.14
Taehyung era más delgado, de hombros más estrechos. No era tan alto, y sus
proporciones eran más definidas. No como él, que tenía la espalda más ancha y los
brazos más trabajados, no mencionando el hecho de que también era más alto y de
contextura gruesa.11
Se había visto jodidamente caliente esa noche. ¿No podría vestirse de nuevo así para
él?60
Podría preguntárselo.18
Su mente divagó por más tiempo, aunque, curiosamente y de forma ilógica, solo logró
centrarse en su presencia.
Y en el hecho de que verlo ahora, con su ropa, todo húmedo y bonito, estaba
comenzando a encenderlo.
Sus dedos se detuvieron, dejando su cabello lo suficientemente seco. Entonces dejó caer
la mano con la toalla y entrecerró los ojos.
Quería tocarlo.40
De repente, quería tenerlo entre sus brazos. Quería saborear sus labios y su piel todo lo
que no había podido en el día por culpa de su trabajo.
Y Taehyung, que de forma orgullosa le dio vuelta a la tortilla de huevo con vegetales que
comenzaba a cuajarse de forma perfecta en el sartén, puso su cuerpo tan rígido como
Fanfic
una piedra al sentir un beso en la parte lateral de su cuello, seguido por unos brazos que
le rodearon y apretaron la cintura.190
Su boca se apretó cuando bajó la mirada y observó las manos de Jungkook ciñéndose a
él. Su ceño se frunció ligeramente.
Un gruñido del fondo de la garganta de Jungkook llegó hasta sus oídos, y fue seguido
por caricias estremecedoras en su nuca con la nariz ajena.
Ah, claro.2
―¿Qué estás haciendo con exactitud, intruso? ―musitó, para ambos. El pelinegro tras
suyo sólo frotó su nariz contra su piel, pegando sus cuerpos― ¿A caso has bebido?―
preguntó, haciendo referencia al recuerdo del hombre, borracho, buscando su lado
cuando desesperado deseaba hallar la tarjeta de contacto de el ex oficial Jiyong.13
Ese día había sido extraño. Y lo había sido, mucho más de lo que podía imaginar.
―Sí― respondió Taehyung, un poco acalorado por sus arrebatos. Malditas zonas
erógenas, pensó― La última vez que bebiste llegaste a mí de la misma forma. No es
usual verte abrazándome de esta forma.1
Joder, claro que lo era. ¿Qué rayos hacía abrazándolo por la cintura, desde su espalda,
cual pareja?
Fanfic
Tragó saliva antes de jalar al chico entonces, ponerse frente a él, tomarlo de la cintura y
subirlo de un tirón hacia la isla de mármol de la cocina. Taehyung, en el aire, soltó la
espátula junto a un respingo por el vértigo que aquel impulso le provocó, y miró con
algo de sorpresa a Jungkook mientras se acomodaba entre sus piernas.8
―¿Lo hice? Bueno...―musitó, sin mirarlo directamente a los ojos un par de segundos.
Pero su mano lo atrajo desde uno de los costados para dejarlo cerca, y volviendo -
forzando- a su expresión neutra de siempre, se acercó a su rostro hasta que sus narices
se tocaron―¿Importa, realmente?35
Los dos hombres se miraron. Los ojos avellanas se ahogaron en los color chocolate, cuyo
dueño tras ellos a penas si soportó la tensión que aquello llevó a su cuerpo.
―No es que importe, Jungkook. ― respondió Taehyung, irguiéndose por el camino que
los dedos ajenos hicieron en su espalda― Pero estás interrumpiéndome-
Y Taehyung, en cambio, no pudo ni cerrar los ojos. Tenía la cena haciéndose, maldición.
Su tortilla iba excelente, ¿y si se quemaba? ¿Por qué llegaba Jungkook justo en aquel
momento? ¿No tenía hambre, a caso?77
Taehyung puso sus manos en los hombros contrarios. Cerró momentáneamente sus
ojos, sintiendo el músculo húmedo de Jungkook enviar corrientes de calor por su cuerpo
a través de sus besos.
Fanfic
―O-oye, Jungkook...―musitó, haciendo presión con sus dedos en la piel del hombre
cuando le depositó un leve mordisco. Le protestaría, pero las marcas ya no importaban.
No había trabajo dónde ocultarlas, y el invierno le daba la excusa perfecta para usar
bufandas.
Además de que, bueno, si había algo de dolor para obtenerlas, era más para él.
Su voz se volvió un siseo cuando la mano de Jungkook tocó sobre su virilidad, y acarició.
Y aquello, en conjunto con los besos quisquillosos en su cuello, hicieron que cada uno de
sus poros se erizaran.
Jadeó, sintiendo dentro de sí abrirse una puerta. La puerta por la que su mente siempre
cruzaba para drenar la razón y dejarse llevar.
Sin embargo, su parte obstinada y no excitada -al menos no lo suficiente- le dio la fuerza
suficiente para hablar y resistir un poco.
―La cena va a quemarse, Jeon. ― protestó, no encontrando cómo evitar que el hombre
acariciara más su piel y procediera a quitarle su camiseta. El cambio de temperatura en
su torso lo hizo estremecer ligeramente.4
Y gimió bajito cuando el hombre bajó más, hasta sus pezones, y los mimó a lamidas.
Mierda, ¿qué eran esos arrebatos? ¿cuánto había pasado, menos de cinco minutos? ¿cuál
era la ansiedad del hombre?
Fanfic
Sus manos, que seguían en sus hombros, pasaron hasta su nuca y subieron para
enredarse en su cuero cabelludo. Gimió de nuevo, un poco irritado. Obligándose a abrir
los ojos y enfocar la mirada, dio un vistazo a la estufa.
Su perfecta tortilla comenzaba a dorarse más de lo necesario por los lados. Ya era
imposible hacer con ella un rollo. Gruñó de exasperación.4
―Ugh, Jungkook. ― protestó de nuevo, oyendo por fin, como respuesta, al hombre
suspirando de forma sonora, dejando salir así su enfado, y provocando que se alejara.7
Agradeció profundamente que, por culpa de la misma ropa sucia lavándose, el chico no
llevara ropa interior.56
Demasiado rápido, e imposible de digerir para el castaño que, confundido, sólo pudo
gemir.
Gemir muy fuerte, cuando Jeon Jungkook se inclinó hacia su miembro semi- erecto y le
dio una lamida.145
Jodida mierda.11
Taehyung solo se quedó observando la pared de enfrente, sin siquiera ser consciente de
lo que hacía. No pudo protestar, no pudo decir una palabra o respirar adecuadamente.
Así que devolviendo sus manos al cabello de Jungkook, sólo gimió de nuevo.
Fanfic
Y Jungkook, tan desesperado como en el primer momento, sonrió con satisfacción al ver
el miembro de Taehyung crecer bajo sus ojos; preparándose sólo para él. Apoyó una de
sus manos en el mármol junto una de las piernas de Taehyung, para favorecer el ángulo
en el que debía inclinarse, y lo hizo.
Alcanzó con su otra mano la erección del castaño, y la llevó con suavidad hacia su boca.1
Gimió más fuerte, ya totalmente ido. Ya, solamente quería más de aquella cálida,
húmeda y jodidamente perfecta cavidad en él. Maldita sea, ¿era ésto real?
Nunca pensó que Jungkook le haría esto. Cuando la idea cruzó vagamente por su
cabeza, la había descartó totalmente pensando que el hombre lo caracterizaría como
asqueroso. Además de que el hombre nunca lo había mencionado, o había hecho algún
ademán que lo permitiera.
Era una suerte que se hubiera duchado bien antes. Esperaba que todo saliera bien ahora.
Intentó sentirse extraño, pero la parte de su cabeza que se había concentrado en hacer
sentir bien al castaño no se lo permitió. Sólo quería hacerlo enloquecer, enloquecer por
su culpa. Hacerlo perder la cabeza, volverlo un desastre diferente al que había
Fanfic
pretendido antes y luego follarlo duro, dónde solo le quedara placer en el cuerpo a
punto de estallar, y nada más.4
Así que saboreó su virilidad, recorriéndola una y otra vez, besando, chupando,
delineando con la lengua, deleitado por los gemidos -gritos- que soltaba Taehyung
mientras que, con una de sus manos tapando su boca y sus mejillas enrojecidas, parecía
a punto de llorar.
―Joder... tan... b-bueno... ―las palabras a penas se distinguieron por la mano que
mantenía sobre sus labios. Su respiración se tornó dificultosa, como cualquier otra
función de su cuerpo en aquel momento.
La cena dejó de ser un asunto relevante, y Kim Taehyung, llegando al punto de soltar
lágrimas por la sobre-estimulación, se corrió casi con violencia y con gemido muy agudo
en la boca de Jeon Jungkook. Su espalda casi se rompió por la forma en la que la
arqueó, y el orgasmo le sacudió el cuerpo como un condenado terremoto.7
Ojalá todo hubiera terminado allí. Pero Jungkook, tragando casi con facilidad la esencia
de Taehyung que había acabado en él, lo tomó en sus brazos mientras el chico sentía las
réplicas torturarle el cuerpo, y lo llevó hasta el cuarto.67
Hacía un tiempo que no se enterraba en el castaño de la manera que lo había hecho esa
noche. Terminaron, después de fuertes embestidas, besos, mordidas y miradas
cómplices, uno sobre el otro, en la mitad de la oscuridad.
Que oyendo la pregunta que el pelinegro acababade hacer, abrió con amplitud sus ojos
y levantó la mirada para observarle,perplejo.
Fanfic
Capítulo 68
El corazón de Kim Taehyung amenazó con salirse de su cavidad y lanzarse por un
maldito abismo. Parpadeó un par de veces mirando hacia abajo, sintiendo en su pecho
retoñar un extraño complejo de culpa.
No podía simplemente asustarse. No como lo había hecho en el pasado. Él era más que
eso, él se había vuelto un poco más fuerte.
¿Por qué su corazón le hacía sentir que tenía que ocultarse repentinamente?
Subió la mirada con lentitud hacia Jeon Jungkook con perplejidad brillante en sus ojos a
través de la oscuridad, sintiendo el pecho del hombre subir y bajar bajo él, con
normalidad, como si lo que acababa de pronunciar su boca no llevara ningún peso
consigo.
Parpadeó, buscando entonces algún rastro de confusión en los ojos ajenos. ¿Qué él era
el único sintiéndose así, a caso? ¿Cómo parecía tan serio preguntando eso? ¿Tenía
sentido?
Fanfic
Retuvo su aire.
Sus divagaciones lo irritaron un poco. Lo suficiente, al menos, como para poner rígidos
sus hombros.
―¿Qué quieres decir?― quiso rectificar Taehyung, sorprendiéndose por lo calmada que
había sonado su voz. No se atrevió a desviar la mirada aquella vez. Algo en él sintió que
perdería si lo hacía.
Maldición.
¿Que tan perdido lo había dejado su orgasmo como para hacerlo bajar la guardia por los
segundos suficientes para preguntar aquello?
Cuando las sensaciones estaban a flor de piel y en todo su esplendor, ¿tan vulnerable se
volvía? El calor le subió a las mejillas, y agradeció en secreto que estuvieran a oscuras.
Fanfic
Y hacer como si nada estuviera cambiando. Como si él fuera el mismo idiota que lo
sacaba de quicio, como si últimamente no pudiera sacarle la mirada de encima, como si
no fuera importante que no le hubiera hecho daño durante el sexo, como si no notara
que su desorden quizá no era tanto problema ahora.2
Y que justo por eso, su emoción desbordada por el momento de intimidad lanzara
aquella pregunta.
¿Qué eran?
Esperó que los desgraciados no lo delataran. El castaño seguía mirándolo con un vacío
de incertidumbre en su mirada para entonces.
Fanfic
―Sí.―dijo, por fin, con la firmeza que había aprendido a mantener al pasar de los años,
la misma que lo había salvado incontables veces de caer en la debilidad de una voz
temblorosa. Se había encerrado en sí mismo a tal punto, y lo sabía― ¿Qué es esto?
―¿Qué somos? ―Hemos superado estas cosas, te quedas en mi departamento, duermes
en mi cama― sonrió con tristeza, sintiendo doler la mentira que estaba a punto de decir.
― ...Soy más tu hyung que tu desquite de sexo ahora.150
Era realmente odioso la forma en la que una oración podía interpretarse por las
emociones del receptor.
―¿Hyung? ¿Bromeas?― espetó Taehyung, enarcando una ceja― ¿Te parece que lo que
hacemos lo haría con uno de mis hyungs? ―estaba comenzando a enfadarse. ¿Tenía
Jungkook algún problema con él? ¿Por qué mencionaba aquello de repente? ¿Por qué se
sentía algo etiquetado como... estorboso? ― Y, bueno, tú me ofreciste quedarme y tú
me ofreciste tu cama. Si resulta ahora tan problemático para tí, deberías haberte
abstenido de hacerlo.110
Jungkook, un poco pasmado por el problema que había creado, sintió una opresión en
su pecho, pero sus hombros un poco menos rígidos. Al parecer Taehyung había
malinterpretado todo, y aunque Jungkook no deseaba discutir con él ahora -o de allí en
adelante- ésto era mejor a dejarse en evidencia.24
Así que, con aquella opresión en el pecho haciéndose más profunda, le siguió el hilo de
la conversación.
―No soy tan mala persona, sabes. Tú querías irte, así que te di un lugar dónde quedarte.
¿Así recompensas la hospitalidad? ¿Crees que fue fácil para mí acostumbrarme a tu
presencia insoportable? Además, extraño mi cama, ¿sabes? ―exclamó, frustrándose con
todo. Con lo que decía, con lo que Taehyung respondía, con el maldito lío en el que
metía a su corazón― Entonces, si no eres el dongsaeng rebelde al que le he dejado
quedarse, ¿qué eres?105
Fanfic
―Así es. ―afirmó― Me iré. Me iré en la mañana y tendrás de vuelta tu patética y tiesa
cama.117
―¿Patética y tiesa? ―su voz fue un poco más baja esa vez. No pudo evitarlo.1
―¡Sí, patética y tiesa!― respondió Taehyung, indignado como nunca, ajeno al semblante
del pelinegro.
―Bien.
Entonces la discusión había terminado para Jungkook. Apartó sin mucha amabilidad el
cuerpo de Taehyung y se levantó de la cama tomando algunas prendas para dormir de
su armario haciendo ademán de salir de la habitación.
Y Taehyung, que ahora estaba inesperadamente frío sin aquel cuerpo grande y cálido
contra su piel, lo miró con enfado, mientras salía. Le hubiera lanzado una almohada si
fuera más rápido, así que en cambio, para al menos tener la última palabra, espetó:
―¡Bien!
Y Taehyung, más irritado que nunca, se dejó caer en la cama deseó que la mañana
llegara para marcharse de una vez.
No era el suyo.202
[♦♦♦]2
Lo único que faltaba ahora era conectarse de nuevo con el mundo real.
Y eso implicaba encender su teléfono y enfrentarse con todo lo que había evadido por
semanas.
El aparato vibró en sus manos cuando lo encendió. Y en menos de dos minutos, las
múltiples notificaciones de mensajes, correos de voz y llamadas perdidas de su mejor
amiga y su padre; aparecieron en su teléfono.8
El castaño tras la pantalla tragó saliva. Tendría que tener una muy buena explicación para
todo eso, o buscar una compensación para ambos que subsanara sus errores.
Abandonar las actividades físicas disminuían la resistencia de cualquier persona. Pero eso
no le importó a Kim Taehyung, cuando sin maletas y al recibir una noticia, salió corriendo
de aquel apartamento.63
Capítulo 69
Fue como si su cabeza estuviera en blanco en aquellos quince minutos que había
tardado en llegar. Sus pulmones ardían, el sudor le recorría las sienes, y sus piernas
comenzaban a sentirse gelatinosas y temblorosas.
Era un pésimo ser humano. No podía sentirse diferente. Era un descuidado total -y
aunque eso no fuera un secreto para nadie- esto superaba los límites.
Quería que fuera un mal sueño. Una pesadilla en la que el karma no tenía piedad, donde
se alejaba de la realidad lo suficiente y se sumergía en una ilusión tétrica y terrible.
Arrastró los pies hasta la recepción, y levantó la mirada hacia la chica tras el mostrador,
que lo miraba con algo de inquietud y tristeza. No sabía por cuál paciente estaba allí,
pero a juzgar por su apariencia, algo muy malo había pasado.
—Bienvenido...— musitó ella, aclarando después su garganta para que aquel tono
lastimero no le llegara al joven de cabellos largos. Él no merecía algo como la lástima,
aunque fuera casi imposible conmoverse por el sonrojo prominente de sus mejillas y su
expresión devastada tras aquellos ojos de bambi— ¿En qué puedo ayudarte?
—Y-yo... —su voz salió como un hilo de voz tembloroso y lastimado. Maldita sea, ¿por
qué era tan blando? ¿Ya no había una chispa mínima de firmeza?
No si se trataba de ella.
Aquella felina, desde el primer día que la había visto, había deshecho cada partícula de
firmeza en él y lo había vuelto un tonto sensible.
Incluso la muerte de Seokjin, que lo había resumido a una magdalena, no había tocado
las fibras en su corazón que el hallar a aquella felina había removido con brusquedad.
Las mascotas, en definitiva, se hacían lugares en los corazones de sus dueños de una
forma que no podía describirse. Aún a meses de haber perdido a su novio y hacerse el
fuerte, Frida se había encargado de no dejarlo volver una piedra inerte en cuanto a
emociones.3
Si el café había sido su conexión con el mundo real después del profundo dolor, Frida
había sido la conexión a su corazón sin perderse en la agonía. Había sido su compañía
más silenciosa y comprensiva.
Abrió la puerta del consultorio después de dar golpecitos y que una voz femenina le
permitiera pasar.
[♦♦♦]
La doctora Somin, con sedoso cabello rubio, lo miró con una sonrisa cómplice, como si
leyera sus ojos vidriosos.
—Hablo en serio. No tienes la culpa de nada. —exclamó ella, con una mirada
conciliadora y dulce, viendo cómo Kim Taehyung sostenía con cuidado a una Frida
ligeramente sedada y con una patita rota en un pequeño yeso. — Los gatos son muy
traviesos, hacen cualquier cosa que les place. No son tan astutos como se creen. Son
muchísimos los casos de gatos atropellados por escaparse.89
Y creía que jamás, tampoco, se había sentido tan agradecido de haberle comprado la
pequeña placa con la información suya en un pequeño collar.1
Aún estaba Frida con él. Aunque se sintiera un estúpido por dejarla sola tanto tiempo, él
se había sentido mal muchas veces y su presencia aún le reconfortaba. Así fuera
haciendo mañas y nudos en su cabello con sus pequeñas garritas.1
Logró tranquilizarse un poco con ese pensamiento. Sin embargo, cuando la doctora
volvió a hablar, su corazón se sobresaltó en su cavidad.
—Sólo debe tener cuidado para la próxima vez que salga y cerrar bien la puerta para
mascotas. —la rubia, sin darle importancia a sus palabras, sólo siguió guardando las
vendas que habían sobrado al utilizarse con Frida.9
En cambio, Taehyung entreabrió su boca y subió la mirada hasta ella, abriendo de a poco
los ojos.
Y... el único lugar por el que podía salir Frida era por la puerta, la puerta gigante que solo
se abría por manos humanas.
—Señor Kim, ¿se va?—preguntó la contraria, haciendo reaccionar al castaño que a penas
si se daba cuenta de que había avanzado hasta la puerta, con claras intenciones de
marcharse.
Taehyung, con los ojos como platos, a penas si pudo volverse hacia ella.
—C-claro.
[♦♦♦]
Apretó la agarradera de tela de la pequeña maletita que le habían vendido para llevar
cómodamente a la pobre Frida, y tragó saliva mientras caminaba con rapidez a través de
las calles hasta su vecindario.
Quizá debía de dejar de hacerle caso a su paranoia y ser un poco más precavido
teniendo en cuenta la situación de la que acababa de salir.
Porque, después de tantos "quizás", quizás después de todo lo que había salido lo
desquiciaba un poco y le impulsaba a ir y ver qué rayos podía estar ocurriendo ahora.
Si alguien, por alguna razón, había entrado al departamento. Y eso provocara que Frida
escapara.3
¿Qué quería?
Se mordió fuerte el labio inferior. ¿Por qué le pasaba ésto? ¿Ya que más iba a enviarle el
universo? ¿Cuántos castigos inexplicables iba a recibir?
Jamás había subido tan rápido unas escaleras. Menos las de su edificio, siendo tantas.
Pero no soportaba la intensidad del peso en su corazón, no soportaba más esa jodida
sensación de inseguridad.5
Se suponía que...
—Realmente voy a perder la cabeza... é-él va a... ¡va a jodidamente enloquecer! ¡Sí, ya la
busqué por todas partes...! ¡y qué si le pasa...! ¡s-sé que no...!36
Fanfic
—¡Acabo de darle la vuelta a la manzana y ella no...! ¡Señor Kim, tiene que ayudarme...!
Entonces recordó que una puerta no podía ser forzada si alguien más tenía una llave.
Y sonrió entonces con amplitud, haciendo un cuadrado con su boca, mientras observaba
aquella melena larga y pelirroja de la mujer que quería más en el mundo después de su
difunta madre, parada frente a su apartamento abierto, dándole la espalda.61
Lee Ha Neul, completamente alarmada por la desaparición de la gata que había salido
disparada por la puerta cuando ella, en su urgencia de saber de su mejor amigo, había
utilizado la llave de repuesto que en algún momento el castaño le había proporcionado.
—Sí, por favor... y-yo me volveré... me volveré loca... sí... sí, e-está...— cuando hizo ademán
de darse la vuelta, fue incapaz de soltar alguna palabra.
Sus ojos, conectados ahora con los de Kim Taehyung, se hicieron cada vez más
grandes.5
Pero su cuerpo reaccionó llevando lágrimas gigantes a sus ojos, y una corriente de
alegría e ira en su pecho.
Kim Taehyung vio como la primera lágrima caía por sus tersas mejillas.
Pero ante aquello, Lee Ha Neul, dejando caer la mano con el Señor Kim aún en la
llamada, corrió hasta abalanzarse hacia el chico para...
Abrazarlo.
Fanfic
Capítulo 70
Jeon Jungkook soltó su lápiz óptico sin mucha amabilidad sobre su escritorio de vidrio.
Suspiró con fuerza antes de levantar la mirada y estirar los brazos, con cansancio.
Dirigió su mirada hacia los escritorios de afuera, y se extrañó al verlos vacíos. ¿Qué hora
era, que no había rastro de Jimin, Hoseok o Dong-Yul?
Abrió entonces con amplitud los ojos al darse cuenta de que era más del medio día.
Mucho más del medio día.
Y que por sumergirse en el trabajo, había superado la hora del almuerzo. Ahora solo
tenía 10 minutos para comer.
Apretó los dientes con frustración. Quizá solo tenía 5 minutos si contaba la fila que
habría en la cafetería.
―Ah, joder...― musitó para sí mismo, pasándose, inevitablemente, las manos por el
cabello.
Al terminar aquel ademán se quedó mirando sus manos, consciente de lo que acababa
de hacer. Sus manos, probablemente, estaban sucias de polvo y otras cosas, ¿por qué
rayos había hecho eso?
Dejó caer los brazos en el escritorio y apoyó la cabeza. Estaba comenzando a estresarse
e irritarse.
Fanfic
Fue bueno que justo en ese momento la puerta de su oficina se abriera. Por el sonido de
las bisagras levantó la cabeza de golpe, provocando que los lentes sobre su nariz se
torcieran.
Kwan Dong Yul, con una expresión firme pero mejillas ruborizadas, se quedó en el marco
de la puerta sosteniendo una bolsa de papel en las manos. Jungkook lo miró con
inquietud, preguntándose repentinamente cómo estaría su cabello, si se vería al borde
de la irritación, o... bueno, ¿por qué estaba allí, interrumpiendo su berrinche personal?38
Se odió por tener que pasarse de nuevo las manos por el cabello para dejarlo en orden.
Acomodó sus lentes e irguió su espalda, tomando una bocanada de aire para traer de
vuelta su semblante neutro.
―¿Dong Yul?― preguntó entonces, enarcando ligeramente una de sus cejas― ¿En qué
puedo ayudarte?
El chico, forzando aún más su expresión seria para que el rubor de sus mejillas no le
provocara una risa nerviosa, hizo una leve reverencia y miró a algún otro lado que no
fuera su rostro para prepararse y hablar.
―No tuviste que hacerlo...― dijo, intentando ser amable, ¿por qué se tomaba esa
molestia? Dong Yul se balanceó en sus talones antes de caminar dentro, estirando los
brazos con el bolsa.9
Dong Yul sonrió con timidez entregándole la bolsa y apartó la mirada de sus ojos
cuando se conectaron.
Taehyung.
Tenía que hacerlo antes de que su corazón asumiera una emoción a causa de eso. No
necesitaba sentir nada complicado ahora. Estaba trabajando.
Debía estar bien. Al menos un poco comparado al desastre que lo volvía el castaño
últimamente.
―No... es nada, Sunbae― dijo Dong Yul, casi en un hilo de voz, sintiéndose casi
orgulloso de haber logrado darle la bolsa. ¡Sí, lo había conseguido!
Esperara que comiera bien y disfrutara lo que había comprado para él.
―Oh― exclamó, bajo la vista de Jungkook mientras buscaba el aparato en sus bolsillos.
Dio con él y lo sacó para ver de quién se trataba para que esperara. Era de las pocas
oportunidades para hablar con Jungkook. No quería arruinarlo.5
Tenía que salir de allí rápido, antes de que Jungkook pudiera mágicamente leer sus
pensamientos y sospechar de él, de quién era y de quién llamaba.231
Tenía que salir, también, porque no podía no contestar esa llamada. Eran pocas las
ocasiones cuando hablaba con ella, y no podía simplemente perder la oportunidad
ignorando la llamada.2
―A-ah... tengo que irme, Sunbae― no hizo reverencias, ni lo miró más a los ojos. Tenía
que salir de ahí ―¡Buen provecho!― y exclamando esto, se dio la vuelta y salió
disparado por la puerta. Dejando a Jeon Jungkook con su despedida en los labios, y un
entrecejo fruncido por la inquietud.
Corrió por el pasillo del piso hasta el cubículo del baño. Se encerró en él, y deslizó el
botón verde después de pasarle el pestillo a la puerta.
Fue entonces que se puso el teléfono en la oreja, dispuesto a hablar. Esperaba que el
baño fuera lo suficientemente privado.
―¿Hola?
―Niño.
―S-señora Jeon...― musitó, como si decir ese apellido junto a una connotación
femenina fuera un delito. Al menos allí, lo era. ― Estaba con Jungkook en su oficina
llevándole algo de comer, no debió llamar ahora.228
Jeon Sa Rang bufó contra la bocina, con algo de timidez interna que nadie, además de
ella, podía percibir.
Kwan Dong Yul frunció el ceño antes de incorporarse para verse en el espejo, y con la
mano libre, delinearse la mandíbula y demás facciones.
―No estaría tan seguro ―afirmó― Me parezco más a él de lo que cree― dijo,
sonriendo levemente a su reflejo. ¿Cómo Jungkook no había comentado nada hasta ese
Fanfic
―No deberías hacerte ilusiones. Jungkook es de todo menos astuto. Es un hombre a fin de
cuentas.154
Dong Yul volteó los ojos, volviendo a recostarse en la puerta, sintiéndose algo fastidiado.
¿Decía aquella mujer la verdad? ¿Jungkook era un despistado en potencia?2
Sacudió la cabeza con fuerza, ¿cómo podía decir eso? ¿Cómo sabía ella?
―¿Cómo está segura? No lo ve hace más de diez años. ― respondió, más duro de lo
que pretendía, pero no dándole importancia por su fastidio interior y persistente.2
La mujer tras la bocina suspiró, contagiándose de la sensación del pelinegro: ―Lo crié
quince años, sabes.
―Pero los otros quince no ha sabido nada. Incluso usted se sorprendió cuando le
comenté de su trastorno.1
―Aún no es claro si es un trastorno o no, niño.― dijo con firmeza, sintiendo herido su
nuevo punto débil.
―Es lo más probable, cuando le comenté los síntomas al consejero de mi facultad dijo
que parecía un trastorno obsesivo compulsivo*.55
―Mmm― respondió la mujer, aún conmocionada por el tema. ¿Qué había sido de
Jungkook todos esos años, que había terminado de esa forma? Era un alivio que fuera el
único problema, pero no dejaba de ser importante― A mí me parece que podría ser una
fobia. Hay una fobia para eso, ¿no?
―¿Misofobia*?― preguntó Dong Yul, enarcando una de sus cejas, oyendo un sonido en
afirmación― No lo sé. Debería ir a terapia.48
Fanfic
―Tenemos que convencerlo de que vaya en algún momento. Haz que vaya.
Con una expresión de inseguridad, Kwan Dong Yul se rascó la cabeza: ―Es que esto es
mucho más... grande que el primer plan.
Oír a Jeon Sa Rang decir esas palabras lo hizo sonrojar con violencia en los pómulos.
Agradeció estar solo y que nadie pudiera verle.21
―Entonces, ¿no vas a hacerlo? Esta es una oportunidad para que se acerque y confíe en
tí.13
La mirada del chico se iluminó. La energía pareció acumularse en su cuerpo a tal punto
que tuvo que incorporarse, y volvió a mirarse en el espejo, esta vez sonriente y optimista.
Capítulo 71
Kim Taehyung depositó con cuidado a su gatita Frida sobre una de las camitas felpudas
que tenía en su departamento. La felina, aún con los efectos del sedantes presentes en
su organismo, dejó caer la cabecita sobre la palma de la mano de Taehyung cuando éste
le acarició levemente su mentón. Se veía cansada, y probablemente, había pasado por
mucho dolor y desesperación al perderse en la gran ciudad que era Seúl.8
El castaño suspiró a sus adentros, pasando a acariciar la frente de Frida con su mano
libre, agradeciendo una vez más internamente porque la pequeña siguiera con él. Había
estado realmente cerca de perderla.
Así que cuando cayó dormida, quitó su mano con suavidad para no interrumpir luego su
sueño, y se incorporó lento intentando no hacer mucho ruido. Merecía descansar. Ya
estaba en casa. Ya estaba segura.
Al levantarse y darse la vuelta, se encontró con una Ha Neul de ojitos hinchados por el
llanto y mejillas tan rojas como tomates, sentada en su sofá. Un peso de culpa se hizo en
su estómago mientras se acercaba a ella. Él era el responsable de su llanto esta vez, y
aquello no podía hacerlo sentir peor.1
O que su corazón, enfadado consigo misma por todos los prejuicios que había
considerado antes por su desaparición -como lo eran, una desaparición forzada,
Fanfic
Porque, ¿Cómo era que se había perdido de tanto? ¿Cuándo habían surgido todos esos
problemas? ¿Todo se había desatado por aquella noticia que había visto hace semanas
sobre el incendio de la cafetería?
No, según lo que había oído de Taehyung sobre su amigo Yoongi, todo había surgido
antes. Mucho más antes. Y se había acumulado al punto de sumergir a todos sus
implicados en un gran y enredado desastre.
Intentó confortarse recordándose que todo había acabado. El hombre malo estaba en
prisión. Ya todo estaba bien.
O bueno...
Habían sido demasiadas malas noticias por recibir. Y la cabeza de la pelirroja solo
maquinaba ahora pensando en cómo rayos ayudar a su mejor amigo.
Tenía que buscar la forma. Todas las formas con las que no había logrado ayudar antes.
Sorbió por su nariz cuando Taehyung, echándole un vistazo al apartamento que estaba
dejando de ser suyo -empolvado un poco por su ausencia- se sentó a su lado y le tomó
de la mano con suavidad. Lo miró, entonces, intentando desvanecer la lástima que
emanaba su corazón hacia él para que sus ojos no lo reflejaran. Sabía lo orgulloso que
era Taehyung, así que no querría enfadarlo si lo notaba.
Se lo merecía.
Fanfic
―Oye... ―musitó él, esbozando una leve y cálida sonrisa. Fue entonces, también, que la
chica notó que su cabello había crecido y le llegaba un poco más abajo de los
hombros― No estés triste, ya todo se ha solucionado.
Ha Neul, con un nudo formándose en su garganta, asintió con la cabeza y esbozó una
sonrisa apagada y débil.
Era verdad, tenía que calmarse. Quería estar bien por él. Al menos nada había ido a
mayores. Taehyung estaba saludable y tranquilo. De alguna forma había estado seguro
con ese hombre, Jungkook, aunque no lo conociera por más de lo que recordaba de él
hace unos meses. Taehyung estaba saludable, y tranquilo.
Aunque ella con su poca perspectiva no pudiera dimensionar, en realidad, cuan tan
tranquilo no estaba.
Y cuánto tenían que ver dos cabezas azabaches -uno de su pasado, y otro de su
presente- con la razón de aquello.16
―¿Por qué antes de que...?― comenzó a preguntar, pero fue entonces que lo captó.
Enarcó una de sus cejas de golpe y se cruzó de brazos―No me digas que no vas a
decirle a tu padre lo que pasó.
Taehyung, parpadeando, se mordió ambos labios antes de apartar la mirada y reír con
sequedad.
―Ah, bueno. Al menos no tuve que decirlo― dijo, bajo la vista de la chica, que se había
tornado un poco intensa ahora.
Su ceño se reforzó.
Fanfic
―Taehyung...
―No, Neul-ssi. ― espetó él, volviéndose a mirarla de nuevo, esta vez con los ojos
brillantes― He hecho pasar un muy mal rato a mi padre, no puedo solamente
empeorarlo.
―Pero cómo puedes...― intentó refutar Ha Neul, convencida de que era una pésima
idea ocultar la verdad. Sin embargo, Taehyung volvió a interrumpirle, sonrojándose un
poco.
―Sé que no está bien― afirmó, quedándose con la boca abierta, buscando qué decir
con exactitud― Pero, realmente podré ocuparme mejor de todo si él no se entera. Así
que, por favor... ―pidió, tomando con ambas manos la ajena, y alzándola un poco―
Necesito que seas mi mejor amiga y me ayudes con esto.
Lee Ha Neul miró al castaño con preocupación. ¿De verdad sería más sencillo de esa
forma?
Aún permanecía este mal presentimiento en ella que quería insistir en protestar.
Agh.
Cerró los ojos para respirar con pesadez, y alejar su mano del agarre ajeno.
Taehyung había sacado y utilizado su carta de "necesito que seas mi mejor amiga".
Fanfic
Taehyung, volviendo a sonreír de alivio por tener su ayuda, se apoyó en el asiento para
responder.
La chica lo miró con los ojos enmarcados de recelo y preocupación, pero solo asintió con
la cabeza. Taehyung correspondió para después ponerse el cabello tras las orejas, y se
estiró, dándose por fin -y de forma extraña- la bienvenida a casa.
Aunque no estuviera completo sin sus cosas, y aún tuviera que volver al apartamento de
Jungkook a por ellas.1
Su corazón entonces latió tan fuerte que resonó en todo su cuerpo, como si estuviera
ahuecado. Se obligó a sí mismo a ignorarlo.
Y a ignorar a las corrientes de su cabeza que le decían que vería a Jungkook después de
aquella, realmente incómoda discusión en la que le había espetado que iba a marcharse.
Sacudió su cabeza.
Pero, a parte de todo, ya había vuelto, por lo menos. No importaban las circunstancias.
Algo era algo.
Y ese "algo" era un pequeño pedazo de normalidad en medio de la vida que se le había
vuelto un caos.
Taehyung, saliendo de su trance, alzó un poco las cejas, respiró profundo y cruzó sus
brazos.
Nunca se habían ido, realmente. Pero había sido más que bueno evadiéndolas.
Retuvo el aliento.
―No estoy muy seguro. ― musitó, y se frotó las manos en su regazo― Me quedan
como... un par de semanas en el departamento. Aunque consiguiera un trabajo mañana,
no obtendría el pago a tiempo y el arrendatario no es amigable como para posponer el
dinero de la renta un mes.― decir eso provocaba que la tensión se acumulara en su
cuerpo. Maldición, se quedaba sin opciones― Entonces yo supongo que... tendré que
volver a casa con mi padre y comenzar de nuevo.2
Aquello hizo que los ojos de Ha Neul se ampliaran como platos: ―¿"Comenzar de
nuevo"? ¿Nuevo, nuevo?
Fanfic
―¿Qué?
―¿V-volverás a la universidad?
¿A eso se refería? ¿Eso había entendido cuando había dicho que quería comenzar de
nuevo?
Oh...40
En lo absoluto.
Contemplar las posibilidades pareció una tentación. Pero el hilo de sus pensamientos no
pudo detenerse.
Si él lo hacía...
Podría... correr.
Se recordó fugazmente corriendo al rededor del campus en las mañanas: con el cielo
despejado, el sol adornando el pasto, y el aire fresco y liviano.
Maldita sea, aún no sonaba como un mal plan. Incluso con los recuerdos de Seokjin
presentes, había algo en él que parecía impulsarlo a asentir.
Podría...
―Sí. ― lo dijo tan rápido como había analizado todo en su cabeza. Su corazón le golpeó
el pecho con violencia, casi con terror― Si eso significa comenzar de nuevo... v-voy a
hacerlo.123
Taehyung se puso tan pálido como una hoja de papel por todo lo que había acabado de
abandonar su boca.
Capítulo 72
Kim Taehyung distinguió su aliento volverse vapor en el aire, y, fascinado con la vista cual
niño pequeño, respiró con más fuerza para repetir el momento.4
El vapor se veía bonito. Un pequeño cálido que se tornaba frío en menos que un
segundo. Una pequeña nube o corriente efímera que salía transformada gracias al
impulso propio.
―Bonito...― musitó para sí mismo, y volvió a exhalar con fuerza para sonreír tras el
vapor― Bo-ni-to. ―repitió, y rió, sintiendo ganas de caminar en saltitos.94
De nuevo, el frío no se sentía mal. La primera vez que se había sentido similar había sido
cuando veía nevar fuera mientras cierto pelinegro le acariciaba el cabello luego de un
tortuoso incendio, y aunque no se había fijado mucho en eso desde allí, su convicción no
parecía haber cambiado.
El frío no era tan malo, después de todo. Seguía siendo mejor el verano, porque al
menos el agua no se congelaba en las tuberías, pero ya era soportable.
Quizá era cosa suya y se sentía bien con todo porque todos los problemas de su vida
parecían haberse solucionado. O bueno, casi todos. Quizá era solo que los colores
retoñando en plena paz en su pecho instalaban un filtro en sus ojos que volvía todo
bello y ameno.
O quizá, simplemente, había aprendido que el invierno no era tan frío si no estaba triste.
Rió cortamente, por el cosquilleo que recorrió su pancita al recordar todo lo ocurrido esa
mañana. Evadiendo el hecho de que Frida se había perdido, había podido hablar con Ha
Fanfic
Neul y con su padre. No importaba que a una le dijera la verdad y al otro una mentira
piadosa -más específicamente, un "Me dí un descanso en casa de un amigo después del
incidente en el café y me alejé de todo por un rato" - que aunque no había sido muy
bien ingeniada fue finalmente creída por su padre. Todo aportaba al hecho de que, por
fin, todo estaba bien.
Rió de nuevo, alegre consigo mismo. Todo parecía tan pequeño y lejano ahora. No había
nada, realmente, que derrumbara su ánimo ahora.
Ni siquiera el hecho de que la herida dentro suyo con el nombre de Seokjin estuviera
doliendo de nuevo.
Ni siquiera el hecho de que llegaba a las puertas del edificio de Jungkook, el hombre con
el que había tenido, entre todos sus malentendidos, una discusión en extremo incómoda
la noche anterior.4
Era un buen día a pesar de las nubes grises en el cielo no dejando cruzar los rayos
solares de la tarde y la nieve mojando la bota de sus jeans.1
Con el entusiasmo activado cruzó las puertas del edificio de su difunto novio y su "folla-
amigo". Subió las escaleras a saltitos, y llegó hasta el segundo piso totalmente ajeno a lo
que había dejado allí al salir disparado más temprano ese día.1
Fanfic
Cuando se dio cuenta de su descuido, con ojos tan amplios como platos, se dejó una
palmada en la frente.
Que idiota.
Miró a los alrededores, temiendo que alguien lo supiera, que lo acusara y estampara en
su frente la palabra "irresponsable". Y con la culpa volviéndose cruel paranoia, corrió
hasta internarse en el apartamento y cerró la puerta desde dentro con su espalda contra
la superficie. Su cabello voló estrepitosamente y aterrizó en su rostro por culpa del
impacto.
―Joder.. ―musitó, con su corazón a mil por segundo. Dio mirada por el lugar para
comprobar que todo estuviera en orden. Que nadie se hubiera aprovechado en entrar en
robar algo, que todo siguiera intacto como en la mañana. Se echó a caminar entonces,
para revisar a fondo. Recorrió el departamento y detalló entonces con cuidado cada
rincón, y suspiró con alivio al no encontrar nada anormal.20
Fue hasta la sala de estar y se dejó caer en el sofá, cansado por el agite espontáneo de la
situación, y se permitió relajarse.
Soltó entonces una risa, más de alivio que de cualquier cosa. Joder, si Jungkook se
enterara de la locura que acababa de ocurrir.
Con la risa aún latente, se pasó las manos por el cabello, agradecido con el karma. Todo
seguía bien aún. Aún era un buen día.1
Fanfic
Solo que una mancha anaranjada en el fondo de la habitación lo hizo sobresaltar y soltar
un grito.
Más que pasmado, sintió aún más ganas de reír. Y la mancha anaranjada, adoptando
forma de gato, con grandes ojos redondos le devolvió la mirada.4
Oh.43
Kim Taehyung ladeó la cabeza mientras lo miraba. Entonces él era un intruso, ¿verdad?
―No puede ser...―musitó, aún entre risas ―Hola, pequeño ―saludó entonces al felino.
Al parecer le rodeaban muchos de su tipo, últimamente.
Parpadeó.
―¿Cómo has entrado aquí?― preguntó el castaño― Fue porque dejé la puerta abierta,
¿verdad?
―Oh, bien.― respondió Taehyung a aquel gesto. ―Tenemos que sacarte de aquí.
Fanfic
Pero el gato volvió a desviar la mirada. Taehyung lo miró un par de segundos antes de
empuñar las manos y suspirar sintiendo un cosquilleo en la boca de su estómago.
[♦♦♦]
Jeon Jungkook cruzó las puertas de su edificio y estornudó contra la bufanda que llevaba
aquel día. Había sido una suerte que saliera con ella en la mañana -aunque se hubiera
enredado en su maletín y hubiera viajado al trabajo con él por accidente- porque el día
se había tornado tan frío que habría llegado a casa con las mejillas entumecidas.
Su madre siempre le había dicho que los días cercanos a nochebuena eran los más fríos.
Bien, tenía razón.
―Vete, vete― oyó a lo lejos. Entonces frunció el ceño, reconociendo de golpe la voz.1
Era Taehyung.
―Por favor, no te quedes mirándome así, si te doy más comida van a matarme.
''―Así es...― '' recordó Jungkook, devolviéndose a la noche anterior ''―Me iré. Me iré en
la mañana y tendrás de vuelta tu patética y tiesa cama.''30
Subió más deprisa, ignorando las corrientes racionales de su cabeza. Las mismas
corrientes que decían que era ilógico que Taehyung cambiara de opinión. Que en primer
lugar no debería estar viviendo con él. Que había caído lo suficientemente bajo como
para desear que no se fuera, y que si le daba más hilo a sus ilusiones, iba a terminar
mal.43
Ignoró la verdad aunque estuviera frente a sus narices. Pero bueno, ¿cuándo, desde que
había conocido a Taehyung, se había fijado en la realidad?
No valía la pena contar las ocasiones. No se llevaría ni los dedos de una mano.
Kim Taehyung, con una mejilla herida por las garritas de cierto gato anaranjado con el
cual había peleado para que se fuera, se sobresaltó cuando Jungkook apareció frente a
él.
Fue una suerte que el gatito se escapara gracias al estruendo. Cuando Taehyung se fijó,
con su corazón a mil por la paranoia que suponía que Jungkook se enterara en la
situación que se había metido hacía más de media hora, no pudo evitar soltar un
silencioso agradecimiento.5
Al fin el pequeño vándalo, que se había negado a irse incluso cuando lo había cargado
cual bebé -por eso ahora tenía un arañetazo en la mejilla- había escapado y escabullido
por las escaleras. Que complicado había sido.
Al menos había acabado. Sin embargo, su pulso, con la ahora presencia de Jungkook, no
parecía con intenciones de calmarse.
Kim Taehyung, sintiendo que su lengua se enredaría si hablaba, se aclaró la garganta sin
necesidad y se pasó las manos por el cabello para despejar su rostro y despegar la
mirada del hombre para concentrarse y hablar.
―Y-yo...―respiró hondo―... Estaba hablando con... ―¿Qué iba a decir ahora?―... ¡e-
estaba teniendo una llamada!
Jungkook, por su grito repentino, amplió sus ojos y enarcó una de sus cejas.
―Ah.― fue lo único que dijo, no encontrando qué más decir. Taehyung había
encendido su móvil ya, al parecer.32
Fanfic
¿Qué había pasado con las llamadas de su padre? ¿Las habría devuelto? ¿Había
explicado toda la situación? ¿Su repentina desaparición con él?
Quería saber.
Era una mala idea. Y no quería meterse en otra discusión por metiche.
Ya no quería pelear. Se había forzado a sí mismo a ser duro y fastidioso cuando no había
querido serlo, y ya era suficiente.
Era suficiente con solo ver a Taehyung irse. Si es que iba a irse.4
Volvió a la tierra cuando se dio cuenta de que se habían quedado en silencio. Ambos.
Como una bengala, dos segundos después, el castaño pegó un salto en su puesto y le
devolvió la mirada.
―Espera, ¿qué haces tú aquí?― preguntó entonces, con real desconcierto reluciente en
su rostro. La herida en su mejilla enrojeció la piel de los alrededores.―¿No deberías estar
trabajando?
Jungkook espabiló antes de asimilar sus palabras, y se cruzó de brazos aunque resultara
incómodo por el maletín de sus manos.
―Hoy fue el último día del año que trabajo. Nos dejaron salir temprano― explicó,
inhalando la cantidad de aire suficiente y de forma consciente para que, por la tensión
Fanfic
―¿Ah?19
Jungkook se quedó con la boca entre abierta. ¿Qué había sido esta respuesta? ¿No le
había entendido, o aquella era su reacción?
Por otro lado, Taehyung, atontado por el agite de la situación entendió tarde a lo que el
hombre se refería. Entonces tartamudeó, acaparando su atención, y provocando que se
ruborizara.
―Ah, cierto. Preguntas por qué estoy aquí ―afirmó, con una risa seca― Sé que dije que
me iría en la mañana, pero tuve un problema― de repente, estaba moviéndose hacia el
departamento. En su pecho una extraña sensación comenzó a formarse― Pero me iré
ya, solo tengo que... tengo que sacar las maletas.
No.
Falló.
―Y-yo no iba a... ―Mierda, ¿Por qué Jungkook tartamudeaba ahora?―... Oye.
Taehyung, ajeno a sus palabras, se agachó a tomar sus maletas que había dejado junto a
la cama. Un extraño pánico enmascarado en desespero le recorrió con violencia a
Jungkook en el cuerpo.8
No, no.
―Está bien, yo...― comenzó a decir Taehyung. Sin embargo, Jungkook le interrumpió.
―Tienes la mejilla herida. ― espetó, casi de un golpe y más alto de lo que había
pretendido. La boca de Taehyung quedó entre abierta. En el rostro le golpeó la
confusión. Fue entonces que soltó una de las maletas para tocarse el arañazo que le
había inflamado la piel― D-déjame curarte.27
¿Qué...?
―No puedes irte sólo así, puede infectarse. Si esperas un momento, puedo...― retenerte
un poco más junto a mí. Fue lo que pensó. Nunca lo hubiera dicho. Pero Taehyung,
igualmente, le había interrumpido.107
―No me pasará nada. Convivo con una criatura similar a la que me hizo ésto ―exclamó,
ladeando la cabeza y sonriendo un poco, con una emoción indescifrable― Tú les llamas
"alimañas". Desarrollé algo como una inmunidad a esto, estaré bien.
¿Un gato?
Fanfic
Sin embargo, se confundió más. ¿Qué gato había sido? ¿Por qué habían terminado las
garritas de la criatura en la mejilla del hombre?
Jeon Jungkook entonces se puso tan pálido como una hoja de papel. Kim Taehyung
tomó sus maletas y pasó rápido a su lado, sin mirarlo.
El corazón del pelinegro tardó en reaccionarse y hacerle dar la vuelta e ir tras él, de
nuevo.8
―No, espera.68
―Dejé todo limpio. ― se excusó Taehyung, en el fondo queriendo evitar que Jungkook
lo hiciera sentir como un estorbo, de nuevo.3
Jungkook quiso maldecir. Taehyung estaba en el marco de la puerta cuando él, en la sala
de estar, volvió a hablar.
El castaño se detuvo.
Jungkook dejó entonces el maletín que traía en el sofá, y se limpió las ropas aunque
éstas estuvieran impecables.
―Decóralo conmigo antes de irte ―pidió. Realmente odió como sonó su voz―... Fue
por tí que lo armé a fin de cuentas, ¿o no?135
―Claro.
Fanfic
Capítulo 73
El tiempo, aunque era idolatrado como el gurú sanador de todas las heridas, también era
un traidor.
O al menos lo era, para un Jeon Jungkook que abrió sus ojos escuchando el lejano
sonido de la alarma, extendido en su cama doble; completamente solo.64
La fugacidad de sus días se había vuelto una real perdición tortuosa y fastidiosa. Sus
vagos esfuerzos, hacía ya más de una semana, sólo habían logrado hacer más profunda
la sensación de incertidumbre y las corrientes de frustración viajeras en su cuerpo.
Porque había logrado que Taehyung se quedara, la semana pasada, un poco más con él
bajo la excusa de decorar el patético árbol de navidad que ya quería desarmar pasada ya
la nochebuena.
Sí, el árbol había quedado bonito. Ver los ojitos del chico ponerse brillantes por las
decoraciones y robar besos húmedos de su boquita de vez en cuando no había estado
nada mal.135
Pero todo había terminado. El tiempo no había tenido piedad y lo había hecho irse.
Apagó la alarma y lanzó el móvil lejos, sin mucho cuidado, y enojado consigo mismo.
Fanfic
Nada de esa situación tenía sentido. Él había vivido solo casi quince años. Él no
extrañaba a la gente -al menos sobrio, no- él era perfectamente independiente y había
vivido de una manera muy tranquila sin necesidad de compañía.1
Pero maldición, ¿por qué se ponía así? ¿era que le había dado la compañía que su
corazón había añorado a espaldas de su razón? ¿Era que finalmente había perdido la
cabeza por él? ¿Qué? ¿Qué rayos era?12
¿Qué rayos era, que ahora echaba de menos la presencia del hombre que más le había
traído problemas?
Suspiró. Dándose cuenta de que comenzaría otro día en el que estaría dando vueltas por
su departamento con urgencia de algo que despertara sus emociones, limpiando más de
la cuenta, en busca de algo.
Algo de Taehyung.56
Y para él no era suficiente sólo comunicarse de forma vacía por mensajes, como lo
habían hecho de forma cortante últimamente. Porque por mensajes no podía escuchar
su voz. Por mensajes no podía discutirle por algo. Porque no podía mirarlo a los ojos o
besar su boca.
Maldición.72
¿Y ahora?
Retuvo la respiración.
Ahora que no podía evadirlo incluso con su orgullo presente, ¿de qué servía?
La opresión que había estado sintiendo esos días en su pecho no iba a cesar.
Soltó el aire que retenía y se dio vuelta en la cama. No habían más remedios, no había
cómo mitigar la licuadora de emociones que se tornaba su estómago.3
Ya no había nada.
Así que enterró la cabeza en la almohada, y con kilos de auto-desprecio encima, decidió
que seguiría durmiendo.2
[♦♦♦]
El pelinegro, ya bastante entrada la tarde, reprimió las ganas de golpear la cafetera que
había comprado en Internet. En primer lugar, resultó que era medio idiota y no había
logrado ensamblarla en los diez minutos que estimaba el manual de usuario y se había
llevado una hora y media. Y en segundo lugar...35
Qué incompetente era, que no sabía preparar el café por el que tanto había fastidiado
anteriormente.5
Dirigió la mirada hacia las tres tazas de café que había intentado preparar y se habían
resumido a un desastre. Las proporciones estaban mal, el sabor, por consiguiente, no le
había agradado.9
Gruñó como un anciano amargado. Realmente no pensó que fuera tan condenadamente
difícil preparar el café que le gustaba.
¿A caso era así como se había sentido Taehyung, o alguno de los chicos de todos los
cafés a los que había ido exigiendo éste café?44
Los cuales había pedido una y otra vez hasta que quedaran perfectos.
Recordó entonces, mientras se acercaba al lavabo para lavar las tazas, todas las
ocasiones en las que había hecho a Taehyung desquiciarse por su comportamiento en el
café.
Había empeorado.1
Abrió entonces el grifo y dejó su mano un momento en el agua, aunque ésta estuviera
jodidamente fría por el invierno de afuera. Tomó inconscientemente el jabón, y jadeó
con brusquedad al sentir el ardor expanderse por culpa de éste, de nuevo.57
Joder.
El objeto que prácticamente se había vuelto su mejor amigo todos esos años ahora
estaba perjudicándole.1
Se quedó mirando su mano herida y se preguntó a sí mismo qué rayos iba a hacer
ahora.1
Sólo que no pudo pensar más en eso cuando escuchó que alguien tocaba la puerta.
Lee Ha Neul hizo una pequeña reverencia como saludo, a la que Jungkook correspondió
con torpeza y tensión.6
Fanfic
―H-hola. ― saludó ella, bajando un poco sus bufandas para destapar su boca. Su rostro,
rosado y cachetón, quedó descubierto ante el contrario.
Y Jungkook, tan sorprendido como nunca, sólo fue físicamente capaz de parpadear,
mientras su cerebro, parecía colapsar por el desconcierto y la incertidumbre.
―Hace un buen tiempo que no nos vemos. ― prosiguió ella, sonriendo con timidez. Sus
palabras llevaron los recuerdos de los falsos coqueteos y su momento en la pista de baile
de Peach Blues a la cabeza de Jungkook casi de golpe, no dejándolo con tiempo de
asimilar toda la situación.
―¿Q-qué haces aquí?― fue lo primero que dijo, descubriéndose nervioso como el
infierno bajo su expresión de perplejidad.19
―Sé de tí y de Taehyung.36
―Oh. ― fue lo único que pudo responder. No podía decir que no estaba sorprendido,
pero bueno, Taehyung y ella eran mejores amigos, ¿no? Taehyung podría haberle
contado...
Antes de que pudiera volver a hablar, la chica rió por lo bajo, con complicidad, y lo miró
con un brillo ameno en los ojos.
―Como dije, sé que no debería estar aquí. ― dijo, sin parar de balancearse― Pero
pensé que debías saberlo.6
Había algo en la mirada de Ha Neul que lo hacia sentir nervioso. Como si de verdad
supiera todo, todo lo que había pasado con Taehyung, e incluso supiera lo que el
castaño no.
La chica suspiró, y pareciendo querer reprimir otra sonrisa asintió un poco con la cabeza,
como ademán inconsciente.
―Hoy es su cumpleaños.239
Jungkook no supo cuando había dejado de respirar. Pero con la boca entreabierta, y la
expresión de quién ha visto el nacimiento de algo majestuoso frente a él, se sintió
paralizado.
Porque todo lo que había estado buscando la última semana estaba siendo revelado en
unas simple cuatro palabras.
―Así es. Kim Taehyung nació en un 30 de diciembre frío como éste. ―afirmó ella, más
que encantada con la expresión de alivio y alegría que se descubría en el pelinegro sobre
la de incertidumbre y tensión que había tenido antes.50
Porque si no veía mal, había un sentimiento más profundo que el de un simple conocido
en el semblante del pelinegro en cuanto a Taehyung.
Y entonces todo de lo que había hablado Taehyung sobre Jungkook no había sido sólo
bajo el pretexto de "hacerle un favor". No pudo evitar sonreír amplio por lo adorable que
le resultaba toda la situación.
Fanfic
Su mejor amigo podía ser una marmota en cuanto a los sentimientos, pero la tenía a ella.
Y si necesitaba un leve empujón para ver lo que este hombre parecía sentir por él, ella no
dudaría en impulsarlo.189
Así que sonrió más ampliamente, y exclamó: ―En fin, debo irme. Fue lindo verte―
Jungkook la vio darse la vuelta y caminar hacia las escaleras― Oh, ¡casi lo olvidaba―
dijo, volviéndose al pisar el primer escalón― Taehyung ama los Ssiat Hotteoks ―Jeon
Jungkook alzó un poco sus cejas, con atención― Si los llevas con cerveza será aún
mejor.125
Dejando a Jungkook tan aturdido como nunca. Pero indudablemente, feliz.1De repente
se preguntó qué se pondría.
Fanfic
Capítulo 74
Los días a partir de la última noche que había estado con Jungkook comenzaron a irse
rápido. Más rápido de lo que a cierto chico de largos cabellos castaños habría deseado,
quizá en secreto.32
Apoyó la frente en la ventanilla del taxi en el que iba y respiró profundo, haciendo que su
aliento empañara el vidrio.
Se sentía incluso más solo que antes cuando de verdad había estado solo. Y no. Tenía.
Sentido.
Él había sobrellevado bastante bien el vivir solo por un año. Él se había habituado con
facilidad a pesar de la dificultades.
Quizá era porque se había habituado demasiado bien a esperar que alguien llegara
todas las noches.8
Presionó las yemas de los dedos contra el cristal y suspiró con pesadez. ¿Qué había sido
ese pensamiento?
Y bueno...4
Sacudió la cabeza, con molestia y un rebelde rubor subiendo a sus pómulos. No. Eso no
era.
Fanfic
No podía ser.
Porque en primer lugar, no había un espacio para sentimientos así. Así que era extraño y
totalmente inadecuado. Por donde sea que lo viera.
No.181
Nop.263
Entrecerró los ojos y frunció el ceño, proponiéndose poner atención al viaje a casa.
Recordó entonces el par de camisas que su padre había comprado para él aquel día y
apretó la bolsa que las contenía con la mano. Había sido un lindo gesto.
Apretó con más fuerza la bolsa. Había sido un muy lindo gesto de su padre el haberle
regalado esas prendas completamente a su gusto. Era...
Apretó los dientes. Había. Sido. Un. Muy. Lindo. Gesto. De. Su. Padr-157
¿Debería llamarlo?61
Alejando el recuerdo de las lágrimas cayendo por sus cálidas mejillas cuando el hombre
creaba un cielo sólo para ellos haciéndole el...187
¿Era real?
Sacudió con fuerza la cabeza cuando el taxi se detuvo frente a las puertas,
convenciéndose de que por tenerlo rondando en su cabeza ahora podía imaginarlo
frente suyo. Que él no estaba ahí.
El susodicho, marcando la realidad frente a sus narices, se dio la vuelta al sentir una
mirada encima.
Que él...
Y no pudieron despegarse.
Y Jeon Jungkook, que había ido y venido al menos cinco veces en la manzana del
vecindario lleno de nervios e inseguridad por entrar y verle, pensó que el mundo le había
tendido una broma.1
Pero, ¿qué les importaba? Incluso sus pulsos latían al unísono queriéndose volver uno.1
La conexión fue realmente fuerte por unos segundos, hasta que Taehyung escuchó al
taxista exclamar que habían llegado y le indicó el valor del viaje. Se sobresaltó, entonces,
y desviando por fin la mirada y con manos torpes, pagó el viaje y salió del vehículo.1
El taxi se alejó cuando cerró la puerta, y cuando Taehyung se incorporó por completo y
con su corazón agitándose, sintió de sus dedos resbalarse un par de bolsas.
—Feliz cumpleaños.210
Fanfic
Sus ojos, chocolates contra avellanas, fueron testigos del sonrojo progresivo que subió a
las mejillas de ambos.
Taehyung miró sus ojos, y con un cosquilleo en su estómago se levantó de golpe con las
bolsas, arrebatándolas sutilmente de sus dedos.
Siguieron mirándose.
—¿G-gracias?— tartamudeó, más que extrañado. ¿De verdad había venido por su
cumpleaños?1
Pero...
Quiso preguntar, pero Jeon Jungkook, un poco —muy— asustado ahora, asintió con la
cabeza poniendo una sonrisa incómoda e hizo ademán de volverse e irse.79
—E-espera, ¡Jungkook!
El nombrado, sintiendo en sus bolsas pesar las cajas con Ssiat Hotteoks y los cartones de
cerveza, detuvo su abrupta caminata —huida— y se volvió tan pálido como una hoja de
papel.1
—¿A dónde... vas? ¿Viniste solo para decirme ésto?— ¿No viniste para nada más?35
Jungkook parpadeó un par de veces antes de bajar la cabeza y buscar cómo ordenarle a
su cuerpo hablar. Por el amor de dios, había hablado incontables veces con el chico
antes, ¿qué lo tenía tan nervioso?
Fanfic
La mirada de Jungkook se subió de golpe hacia él. Observó como Taehyung se ponía el
doble de rojo que antes.
—D-digo... sí— dijo Taehyung, rascando su nuca— El lugar está limpio... y ya no tengo
nadie con quien celebrar ahora, y podemos ordenar algo para comer o...
—T-traje...— Jungkook fingió toser para deshacerse de aquel frustrante tono tímido—...
de camino a casa compré unos Ssiat Hotteoks y algo de cerveza para la cena— mintió
descaradamente— ¿Quizá eso sirva?124
Realmente amó cuando la mueca de Taehyung se volvió una sonrisa brillante y cuadrada.
—¡Es perfecto!— exclamó, sacando entonces sus llaves y acercándose a las puertas del
edificio —Entonces ven.1
Las piernas de Jungkook tardaron en reaccionar por la tormenta de euforia que cayó en
su estómago.61
—¡Claro!8
[♦♦♦]6
Fanfic
Lo bueno de lo que ambos tenían era que no les importaba ser unos desvergonzados
mentirosos.39
Porque sí, aunque habían llegado al departamento y se habían sentado a cenar con
buena música de fondo al principio, ahora la comida estaba enfriándose, a medio comer
en la mesita en el medio de la sala de estar, mientras los hombres probaban y
saboreaban la boca del otro. Un primer beso robado había llevado a uno largo, luego
sus lenguas se habían tocado, las manos de Jungkook —ansiosas por días de la piel de
Taehyung— habían recorrido el rostro y brazos del chico, y ahora el pelinegro estaba
sobre él en la alfombra besándolo con ansiedad e intensidad reprimida.182
Simplemente no podían.
Había pasado demasiado tiempo. Y lo último que habían tenido habían sido sólo besos
inocentes mientras decoraban el árbol de navidad.
Sentirse cerca.
Porque pasar de tenerse todos los días cerca a no verse por completo había sido
demasiado drástico. Demasiado insoportable.
Y se habían extrañado.43
Eventualmente —y que cayera un rayo si no— sus ropas se deslizaron de sus pieles e
hicieron camino abajo por sus cuerpos. La excitación se volvió una droga sofocante y
deliciosa, y sus cuerpos, jodidamente habituados a los contrarios, cedieron las
sensaciones que tanto amaban conseguir con el otro.10
Los filtros desaparecieron de sus bocas por lo bien que se sentía estar contra el otro. Esa
vez no necesitaron del alcohol o de tontas excusas para decir lo que querían.
Pero Taehyung...
—¿Qué es?
—Quiero algo de regalo de cumpleaños. Algo que puedes olvidar y borrar después de
hoy, como habíamos acordado.114
—Dilo.3
Jungkook cerró sus ojos y pegó su frente a la de Taehyung. Intentando acumular cordura
y auto-control.
—Es lo que quiero, como regalo de cumpleaños— repitió, aún sin aliento— Por favor,
luego puedes olvidarlo. No le des importancia.31
—¿Estás seguro de que eso no complicaría las cosas? —preguntó Jungkook, al borde de
todo en su jodida vida.
—No lo complicó la última vez. —musitó Taehyung, ignorante. —... vamos, hagamos el
amor, ¿qué importa?192
Maldita sea, que dolía como lo decía. Pero joder, ¿podía decir que no si se lo pedía?7
Fanfic
Kim Taehyung dormía sobre Jeon Jungkook de forma plácida. El pelinegro, despierto y
con una adorable armonía de sensaciones en su pecho, sonrió acariciando sus hebras
castañas mientras miraba el techo. Habían dormido juntos un par de horas, pero el
estómago vacío lo había hecho despertar.7
Lo más probable era que Taehyung también tuviera hambre, aunque estuviera profundo.
Y por eso estaba preparándose para despertarlo.
El chico no reaccionó.
—S...
—Seokjin...
Fanfic
Capítulo 75
―Seokjin...― murmuró Taehyung, con aires de delirio, envuelto y perdido en los brazos
de un hombre que, lentamente, dejó de apretarlo contra él. Los primeros segundos
fueron poco lúcidos y confusos, provocando que su subconsciente lo arrastrara de nuevo
con Morfeo, pero fue traído de golpe a la tierra cuando su rostro tocó el edredón, y su
piel, casi con violencia, se tornó fría.148
Abrió sus ojos, pesados, con molestia naciente. Él había dormido realmente bien hasta
ese momento, ¿qué ocurría?1
Había una gran mancha moviéndose a su lado. Parpadeó con pereza, intentando
comprender lo que sus sentido adormilados a penas si lograban percibir.
¿Qué...?9
Las imágenes fueron claras cuando escuchó el primer sollozo. Su corazón se sobresaltó,
comenzando a acelerarse y retumbar fuerte en su pecho.555
¿Qué ocurre?
Levantó la cabeza y siguió con la mirada al hombre que se vestía a toda velocidad, con
cada centímetro de su persona rígido y temblando.
Fanfic
Jeon Jungkook, con las rodillas a punto de fallarle, se puso su camiseta mordiendo con
fuerza -demasiada fuerza- su labio inferior. Las corrientes de pensamientos en su cabeza
lo marearon e hicieron que se tambaleara, pero se aferró a la cordura por la creciente
necesidad de irse.
De salir de allí.
De alejarse de Taehyung.127
Sintió el pulso en sus oídos, y la bilis subiendo y quemando su garganta. Intentó respirar
profundo, negándose a sí mismo las emociones que sofocaban su pecho y removían con
brusquedad su corazón. No, él no iba a romperse justo ahora, ¿o sí? ¿Justo en frente de
Taehyung?2
Tenía que, o realmente dejaría pasar el dolor que todo esto hacía crecer en su pecho y
aquello tomaría posesión de su corazón.
Su cuerpo no escuchó.
Nunca escuchaba.
No con Taehyung.
―¿Jungkook? ―oyó entonces, tras él, con voz somnolienta, y su cabeza -traidora- pudo
recrear la preciosa imagen de la que decidía perderse. Taehyung recostado, desnudo,
con los ojos brillantes y sus mejillas sonrojadas. Tal y como siempre se veía después de
tener sexo.
Fanfic
Un grandísimo idiota.
Un idiota ignorante.
Un idiota obstinado.
Un idiota enamorado.148
No lo sería nunca.89
Idiota. Eso era. Ahora, no era más que un idiota con el corazón en las manos
comenzando a rogar por piedad silenciosamente por el estúpido dolor que se desataba
solo.
Había estado ocupado por mucho más tiempo del que pensó.
Nunca lo había hecho, aunque como un tonto y sentimental ser humano hubiera tenido
la más pequeña esperanza de que Taehyung...
Lo amara.208
Pero todo había sido una grave equivocación. Sus suposiciones ahora solo le habían
dado cabida al puñal para que entrara más profundo. Nada en esto había estado bien
para darse ideas dementes.
Por favor, que no se acercara y solo lo dejara ir. Realmente tenía que irse antes de que
explotara.7
Limpió con demasiada fuerza una lágrima que intentó deslizarse por su mejilla,
dejándose una marca que comenzó a enrojecerse.
Maldito fuera el día que había comenzado a desarrollar sentimientos por esa cabeza
castaña.21
Maldito fuera los días que evadiera que, eventualmente, algo como esto sucedería por
las vagas ilusiones que había mantenido ocultas en su cabeza.
¡Mierda!
Sollozó cuando puso su mano en el pomo de la puerta, urgido en salir, en correr lejos de
Taehyung, correr lejos de sí mismo, huir y esconderse. Él no se había abierto a nadie,
nunca, de la forma que ahora había hecho. Los sentimientos que habían crecido dentro
suyo, aunque fueran silenciosos, habían sido heridos de forma sorprendemente profunda
aunque se creyera que solo podían ser lastimados de forma superficial. Mostrar el
corazón podía ser perjudicial si el miedo a ser herido invadía, y aunque Jungkook lo
sabía, ¿qué importaba si solo necesitaba detener la tormenta creciente de su pecho?
Podía solucionarse después. Podía ser racional después.4
Ahora solo necesitaba acabar con las ganas de llorar como un bebito porque su corazón
había sido roto.128
Y salir de allí antes de que Taehyung se diera cuenta y todo fuera peor.
Y fue tomado del brazo antes de que su cuerpo pudiera cruzar la puerta.172
Sintió gotear su mentón por las lagrimas que abandonaban sus mejillas.2
Al parecer iba a tener que enfrentarlo. Y no se sentía listo para eso, sus sentimientos
tampoco.
Kim Taehyung, que había tenido que ponerse una camisa y un pantalón de chándal a
toda velocidad mientras que había visto a Jungkook alejarse de él sin decir una palabra,
miró sus dedos alrededor del brazo del hombre y tragó saliva.
Sus mejillas estallaron en rojo. Avergonzado y perplejo por todo lo que había sucedido
en tan solo minutos. Había sido uno de esos sueños lúcidos otra vez. Su subconsciente,
resentido, había traído de vuelta a Seokjin, como si el último año y medio hubiera sido
surrealista y el hombre aún estuviera con él. Ya había pasado antes, pero a diferencia de
esas ocasiones, Jungkook no se había dado cuenta de lo que cruzaba por su cabeza.
Pero sí había sido algo lo suficientemente fuerte para provocar que Jungkook se fuera.
Porque, ¿había otra razón que desconociera?56
No tenía mucho sentido que fuera por haber dicho el nombre de Seokjin, pero, ¿por qué
más habría sido, entonces?
Quería saber.
―Jungkook― repitió, sin parar de mirar su mano aferrada a él― ¿Qué estás haciendo?3
No obtuvo respuesta.
Simplemente no podía.
La mano que colgaba gracias a su agarre pasó de estar rígida e inmóvil, a removerse
ligeramente, como queriendo ser soltada.
―N-no, espera...― prácticamente pidió, queriendo apretar los dedos― ¿Qué ocurre?
Taehyung parpadeó hasta mirar su cabeza. Su ceño se tensó a la par de que una
sensación desagradable le recorría el estómago.
Fanfic
Por desgracia...
Miserable.
Tan tarde.
Otra ronda de lágrimas se desataron de los ojos de Jungkook, sin poder evitarlo,
enfureciéndolo aún más que antes, y haciéndolo tomar las riendas de la situación.
Solo que no pensó hacer lo que se suponía que debía hacer, lo correcto.
Y así, sólo... desviar la atención a lo que sabía mejor. A lo que había hecho el primer día.
Solo hacer a Taehyung enojarse, y hacerlo querer alejarse de él para que le dejara irse.
Porque no se limitaría.
Pero aunque el corazón de Jungkook sintiera miedo, tal vez era lo mejor.
Respiró entrecortadamente.
Porque había sido un mal plan desde el inicio. Ellos no se agradaban, y aún a este punto,
seguían existiendo discordancias entre ellos.
Lo era.
Lo había hecho una vez a los quince años al irse de casa. Podía volver a hacerlo.
Las palabras que soltó hicieron a Taehyung, de vuelta en aquella nueva realidad, alzar las
cejas, más desconcertado que cualquier otra cosa.
―¿Quieres saber por qué me estoy yendo?― preguntó, y rió con sequedad y falsedad―
¿Qué no es evidente?―desvió la mirada un par de segundos, tomando la fuerza
suficiente para que ni su cuerpo, ni su voz temblaran ahora. ―Estoy jodidamente harto.
Estoy cansado.67
―¿Es tan poco obvio, en verdad? No estaría yéndome si no― exclamó, como un imbécil.
Como el imbécil que tantos años se había acostumbrado a ser. ―Estoy cansado de tí.207
Porque podía jurar que jamás había visto los ojos de Taehyung tan grandes como esa
noche.
―Y que fueras solo un desastre por fuera, ¿pero por dentro igual? Tiene que ser una
maldita broma. ―su sonrisa tembló― ¡De todas las personas, tenía que encontrarme
con alguien como tú! ¡Insolente, torpe, desordenado, tonto, y obsesionado! Al menos
discrimina un poco, ¿no? ¿Pero tu novio muerto? ¿En serio?243
Ofendido.1
―¿Con qué mierda estás saliendo ahora, imbécil?― riñó entonces, con su voz
odiosamente temblorosa, preparándose para discutir como no lo había hecho antes
―Insúltame a mí, estúpido, ¿pero a Seokjin? ¿Has caído tan bajo?―preguntó, realmente
desquiciándose. ― Si te- si te cansaste podrías haberlo dicho e irte, simplemente...59
―Tú no lo entiendes.
Fanfic
―Jungkook, ya basta.76
―Jeon, ya para.
―¡Murió, Taehyung! ¡Se suicidó!―exclamó, más exasperado que cualquier cosa― ¡¡Lo
que sea, no importa realmente!! ¡Él ya no está! ¡Ahora tú-
Los ojos de Jungkook, entonces, parecieron llenarse más de lágrimas. Si es que eso era
posible.
Y Kim Taehyung, con sus puntos débiles torturados, empuñó las manos en sus costados
antes de prácticamente gritarle, sintiendo su mano caliente.
Jungkook cerró los ojos, con más perlas brillantes y húmedas bajando a la par.
―¡¡CÁLLATE!! ―su voz salió entonces, como el alarido de un animal herido. Mierda, él
odiaba llorar en las discusiones, pero Jungkook se había encargado de herir cada una de
las cosas que su tiempo le había confiado. Dolía. Dolía mucho. ―¡¡ES MI PROBLEMA!!
¡¡MANTENTE ALEJADO!! ¡¡DEJA DE DECIR TONTERÍAS!! ¡¡DEJA DE MENTIR!!34
Oh.11
Sus labios, entre abiertos, probaron el sabor salado de la lluvia de sus ojos.
Y Kim Taehyug, jadeando, llorando, y con los cabellos pegados a las mejillas, miró
fijamente al hombre que comenzaba a odiar.
A penas si fue consciente de sus palabras, y del golpe bajo que le había dado al
contrario.
El silencio pesado se hizo entre ambos hombres, que cambiaron sus corazones por
palabras filosas. Sus respiraciones a penas si fueron audibles, y tras ellos, una cruel
ventisca hizo chillar a las ventanas y aturdir aún más a la pequeña felina que, en el fondo
de la habitación, había sido la testigo de aquellos dos corazones rompiéndose.
Acabándose mutuamente.1
―Ah.97
Aquella exclamación hizo a Taehyung, alterado aún, parecer un poco más atento.
―Así que de esta forma fueron las cosas siempre―dijo Jungkook. Limpió con fuerza sus
lágrimas y volvió a reír, sin una pizca de felicidad ―¿Sabes qué?
Fanfic
Taehyung, desquiciado y dolido, sintió su carne invadida por las uñas en sus palmas.
Mirándolo fijamente y esperando el próximo ataque.
Los ojos avellana del castaño, y los chocolate del pelinegro , se aguaron
simultáneamente, volviéndolos siniestras sombras frente a ellos.
Maravilloso.17
―¿A caso te... estoy reteniendo? ―musitó Taehyung, no logrando hablar más fuerte.
Sintiendo en su cuerpo un prominente temblor, y un frío extraño. Ahora quería estar
solo―... Vete.3
Taehyung subió la vista hacia él y apretó los dientes, sollozando, sintiéndose roto de
todas las maneras posibles.
Jungkook se odió por querer ir y abrazarlo fuerte mientras pedía mil veces perdón.87
La miró fijamente, sintiendo su corazón negar una y otra vez, y pedir. Pedir.
¿Qué hice?
Sollozó.
Y Kim Taehyung, llorando a gritos tras la puerta, también recostado en ella, se preguntó
qué habría pasado si en vez de Seokjin, hubiera muerto él.63
Y presionó su puño contra el pecho, sintiéndose consumir por algo que le quemaba por
dentro.1
Sin piedad.
Capítulo 76
Y sé que nunca he sido bueno en esto del amor.
Si fueras música...
Yo bailaría.124
Jeon Jungkook enfocó entonces su mirada en el cristal de vaso contenido por vodka con
jugo de naranja, y lo balanceó contra su mano viendo el hielo chocar contra las delgadas
paredes. En aquella noche de víspera de año nuevo, no se sentía lo suficientemente
borracho para recibir el año que se acercaba.
Se llevó el vaso hacia los labios y bebió, hasta que terminó toda la bebida. El licor dejó su
garganta acalorada, y depositó el objeto sobre el escritorio de alguno de los publicistas
de su empresa para luego darse la vuelta y observar a sus compañeros de trabajo y
demás empleados bailar, conversar, beber y reírse, totalmente ajenos a la canción que
sonaba de fondo, de ritmo tranquilo y animado.1
Si fueras música...
Yo bailaría.61
Respiró profundo buscando alguna cara conocida para distraerse del ardor que sintió en
su pecho.
Centró entonces la vista en otro hombre que, recostado contra una ventana abierta
texteaba en su móvil mientras sonreía. Park Jimin, iluminado por la luz del sol a través de
la luna y las farolas de la calle, sintió su corazón cálido por los mensajes de su casi novio
Jung Hoseok, -el cual estaba en eso de "pensar" si decidiría comenzar algo con él o no
por sus crueles y fuertes inseguridades que lo habían encerrado en una zona de confort
por años- ajeno por completo al dueño del corazón frío del dolor que lo miraba del otro
lado de la habitación. Rió por la dulzura del castaño receptor de sus halagos tras la
pantalla.5
Y Jungkook, sin parar de observarle, se preguntó cómo había logrado Jimin dejar fluir sus
sentimientos lo suficiente para estar de esa forma ahora. Esta cosa que tenían el
mencionado y Hoseok no era un secreto para él, pero ciertamente, se había vuelto un
enigma en su congestionada cabeza.3
Se llevó el vaso a los labios de nuevo, y dejó pasar un par de hielos a su boca para
masticarlos.25
¿Cómo era que ahora, como flores escondidas, florecían contra el otro?
Bajó la mirada.
¿Estaban enamorados?
Así que respiró profundo y, recuperando forzosamente la compostura, volvió a abrir los
ojos para enfocarlos en un punto fijo de aquel vaso.
Lo había dicho de forma divertida, con ánimo para comenzar la fiesta que los había
reunido, pero para Jungkook había sido algo diferente.
Porque era un peso que lo había clavado a la cama por más horas de las que debería.
Porque era un ardor en sus ojos que él quería enmascarar como resequedad cuando
éstos se llenaban de lágrimas.
Porque era un constante complejo de culpa que desgarraba su tonto corazón diciéndole
lo mucho que se había equivocado, lo mucho que se había hundido a sí mismo en el
proceso.
Un dolor agudo y sin procedencia hizo que se le cerrara la garganta. Cerró los ojos de
nuevo, respirando profundo para calmar otra vez las corrientes de su cuerpo que
mandaron humedad a sus lagrimales, y decidió levantarse.
Estar rodeado de gente, con música de ese tipo y bebidas ilimitadas realmente iba a
devastarlo.
Ahora solo quería estar solo. Tener un corto momento de silencio para recuperar la
cordura e irse a casa.
Qué importaba el año nuevo. Su inicio año no tendría una actividad más interesante que
llorar mientras desarmaba el árbol de navidad.19
Así que no tenía limitaciones para irse y lidiar con su cabeza a solas, que con personas
felices agotando su paciencia y haciendo nacer en él la envidia.
Las paredes de cristal le dejaron ver hacia dentro, donde había una leve luz de una
pequeña lámpara encendida.
Fanfic
Entonces visualizó a una figura masculina sentada en su silla, de perfil, mirando hacia la
ciudad a través de su ventana.
Dong Yul.
Sus pasos se hicieron más lentos al estar lo suficientemente cerca. Su cuerpo quedó a
centímetros de la puerta, deteniéndolo casi de forma instintiva, para intentar identificar
qué ocurría.
Los ojos de Jungkook se entrecerraron un poco. ¿"Ahjumma"? ¿Con qué clase de mujer
mayor hablaba Kwan Dong Yul pasadas las once de la noche?
―No, no. No me he acobardado, le dije que he tomado el día perfecto para hacerlo, él no
se aparecerá aquí hoy, debe estar varios pisos arriba en la fiesta.
¿Él?
Algo así como un mal presentimiento se instaló en la base del estómago de Jungkook.
De alguna forma, sentía que no tenía por qué estar espiando. Y al mismo tiempo, algo en
el decía que había algo que no encajaba en la escena que presenciaba.
Y como si el orden de las cosas en el mundo estuviera esperando por ese presentimiento
en el pelinegro, Kwan Dong Yul, sosteniendo un sobre con las manos, se irritó
ligeramente por la intensidad de Jeon Sarang por el teléfono.
―Le estoy hablando en serio. Jungkook es en extremo cuidadoso, ¡no hay un solo cajón
que haya podido abrir! Lo he intentado, incluso solo intentando deslizar la carta a la fuerza
dentro de alguno, pero lo único que he conseguido es dañar el sobre.
Se pasó las manos por el cabello, comenzando a sentirse ansioso. Ansioso porque
llevaba demasiado tiempo metido allí y alguien podía verlo y acusarlo con Jungkook.34
Posibilidades que tenían ahora a Jeon Jungkook, totalmente pasmado tras la puerta.
Dirigió la mirada hasta el sobre blanco que sostenía con su mano libre, y entrecerró más
los ojos.
Su boca se entreabrió, nulo de fuerzas para dejarla cerrada, y la mano que sostenía el
pomo se deslizó desde ella hasta que cayó quedando suspendida en el aire.
Tuvo que llevarse la mano hasta la frente, y la otra hasta su pecho para recordar como se
respiraba con normalidad.
Fanfic
¿"Señora Jeon"?
¿"Jungkook Hyung"?2
En su mente, fugazmente recordó el primer día de Kwan Dong Yul en esa empresa. Su
cabello negro, la forma de su nariz, su semblante fuerte pero nervioso.
Se presionó la frente, entonces, casi con temor. ¿Qué? ¿Qué rayos pensaba ahora?
No, no.
―Creo que tenemos que buscar una manera diferente, Señora Jeon. Sé que Hyung no se
movilizaría solo por una carta con el nombre de su madre.
Se sintió hiper-ventilarse.1
―Sí, sé que eso no entra en las opciones. ¿Cómo podría yo simplemente llegar y
presentarme como su hermano menor? Pensaría que es una broma fuera de...95
Fanfic
Simplemente, no podía.
¿Por qué lo hacia creer que hablaba con la mujer que lo trajo al mundo mientras él solo
se declaraba su hermano?
Jadeó.
¿Qué clase de broma estúpida era esta? ¿Dónde se escondían las demás personas que
esperaban verlo al límite para luego gritar y reírse por lo hondo en lo que había caído
Jungkook en el engaño?
¿Quién se creía para sacar sus más profundos dolores y jugar con ellos?
¿Cómo podía simplemente sacar a la luz la herida que tenía desde joven, que llevaba
amplio el nombre de su madre?
El chico, entrando en pánico y poniéndose tan rígido como una piedra, se volvió lento
hasta la figura de aspecto lúgubre e irascible que lo miraba desde la puerta.
―¿Dong Yul? ¿Qué fue eso?― preguntó Jeon Sarang desde el otro lado de la línea.
―Oh Dios mío. ― fue lo que escuchó la mujer antes de que el pelinegro dejara caer su
mano con el móvil. A penas si logró aferrarse al aparato para que no cayera al suelo.
Jeon Jungkook, de expresión dolida y desquiciada, dio sus primeros pasos en la oficina.
―¡¿Qué mierda crees que haces?!― gritó el hombre, espantando el doble al pobre
chico.1
―¿"Hyung"?― repitió, con los ojos oscuros cual animal, y su cuerpo hirviendo de rabia―
¡¿''Hyung?! ¡¿Quién jodidos te crees que eres para llamarme así?!21
Dong Yul sintió sus rodillas temblar. Mierda. En qué se había metido.
―Y-yo... ―su espalda chocó contra la pared. Ya no tenía hacia donde retroceder.
―¿Quién eres, eh?― cuestionó Jungkook, acercándose más a él― ¿Con qué derecho
entras en mi oficina, fuerzas mis cajones y te declaras mi hermano?2
Jeon Jungkook desvió entonces la mirada hasta el móvil que sostenía el chico.
―Dame el teléfono. ― gruñó. Los ojos de Dong Yul se ampliaron, y los alientos
abandonaron su cuerpo. Su primer impulso fue el de apretar el aparato.
Entonces el hombre dio zancadas hacia él, y le arrebató el móvil de las manos. Dong Yul
jadeó por le impulso.
Jeon Sarang.
Mierda.
Y Park Jimin, con intensión de ir a por sus cosas, caminó por la oscuridad del pabellón
hasta escuchar un grito.
Su amigo, Jeon Jungkook, sostenía del cuello de la camisa a Kwan Dong Yul, el chico que
lo había sustituido un tiempo en la empresa. El pelinegro menor lloraba mientras
Jungkook lo encaraba.20
―¿Q-qué...?― musitó primero, ampliando su vista― Jungkook, ¿qué crees que haces?-
―exclamó Jimin, acercándose hacia el hombre para tomarlo del brazo y halar de él para
que soltara al chico. Sintió los músculos rígidos de Jungkook bajo su toque, y lo oyó
gruñir por el impulso.
―No interfieras, Park― Oyó a Jungkook espetar, con profunda ira perceptible en su voz.
Sin embargo, antes de que el hombre se acercara otra vez al joven, Jimin se interpuso,
haciendo de escudo para Kwan Dong Yul. ― ¡Yah! ¡Te he dicho que no-
―Calma tus caballos, Jeon.― alegó el rubio, distinguiendo entonces pequeños sollozos
del chico tras él.
Jungkook lo miró fijamente, totalmente fuera de sí, y una vena de su frente brotada.2
―Jimin, apártate.
―No lo haré.― afirmó, con dureza― Tú tienes que calmarte primero. ¿Qué tan
borracho estás, que haces estas mierdas sin algún tipo de vergüenza?
―Park-
―Ya basta.1
Jungkook, apretando los dientes y mirándolo, exhaló con fuerza y se pasó las manos por
el cabello con más fuerza de la que pretendió, exasperado y enojado como el infierno.
―Y no tengo que entenderlo― declaró Jimin― Pero no tienes por qué tratar al chico, o
nadie de esa forma. Ten algo de jodido respeto y autocontrol, Jungkook.51
Jimin, permitiendo relajar sus hombros al ver que Jungkook cedía a sus palabras poco
después permaneciendo inmóvil, se cruzó de brazos.
Entonces Jimin caminó hacia él. Dejándole el camino libre a Dong Yul, que con el rostro
sonrojado y húmedo, abrazaba su estómago, recuperándose.
Fue una suerte que Jimin lo tomara del torso, casi abrazándolo, dejando su cabeza
contra el hombro rígido del pelinegro para detenerlo.12
―No sé cómo rayos viniste al mundo, ¿me oyes?― espetó Jungkook, con un temblor en
su voz, casi amenazante. ―Pero mi padre está muerto. Y no tengo madre. ― declaró,
como el niño interior lastimado que se sintió abandonado por años. ―Así que no te
atrevas a llamarte mi hermano. No lo eres. Es imposible.62
Dejando allí a Dong Yul, tragando sus lágrimas, con espasmos al respirar, aterrado y
ahora dolido.1
Y con un peso en su corazón que decía lo mucho que había jodido todo.
Fanfic
Capítulo 77
Sacudió su cabello para que las motas de nieve cayeran de las hebras mientras subía las
escaleras. Torció una de las comisuras de la boca al notar que sus botas de terciopelo se
habían mojado más de lo que había provisto y bufó.
¿Por qué, a más de las diez de la mañana aún no habían apaleado la nieve de las aceras?
Sus botas seguían prácticamente nuevas ―habían sido regalo de sus padres hace un par
de semanas― y ahora estaban vueltas un desastre. Podía sentir incluso la humedad
acercándose a sus pies.
Frunció los labios al llegar al piso, y, decidida a ignorar sus botas por un rato, metió las
manos en su bolso para sacar las llaves del apartamento de su mejor amigo.
Que extraño, pensó, que no habían hablado desde su cumpleaños. No es que hubiera
pasado tanto tiempo, pero, no había recibido su llamada usual en la víspera de año
nuevo.
Taehyung siempre, desde que se conocían, le había deseado felices fiestas. Ya fuera
navidad, año nuevo, año nuevo lunar, cumpleaños, pascua, y cualquier otra cosa. Se
había vuelto costumbre suya esperar su llamada, y sin embargo, a penas sí se percataba
de aquello.
Se mordió ambos labios. Era raro, sí. Pero, ¿importaba, realmente? Quizá empacando
todo lo del apartamento ―para mudarse, ya que el contrato de arrendamiento vencía el
día siguiente― se le había olvidado. No había ningún problema con eso.
No sabía de lo que había sido de Taehyung desde el día de su cumpleaños, que lo había
visto todo radiante y amable.
No sabía que empacar todas sus cosas, en efecto, había sido mucho más difícil sintiendo
su corazón pesar en su pecho como si por músculo tuviera una gran bola de hierro.5
Pero pudo hacerse una vaga idea cuando abrió la puerta y dio unos pasos adentro.
Cerró la puerta tras ella, quitándose los zapatos, observando las cajas de cartón
reemplazando la mayoría de las cosas que antes habían hecho parte del lugar de
Taehyung.
Dio un vistazo por todo el lugar, que solitario ―o al menos, silencioso― le dio la
bienvenida.
Taehyung debía seguir dormido. Y con toda razón. El reloj, a penas, señalaba las ocho de
la mañana.14
Todo parecía ir en orden, de acuerdo al plan que habían hecho ambos. Las cajas de
cartón llenas de cosas estaban apiladas y cerradas ―de una manera bastante curiosa con
la cinta en todos lados, cabía destacar, como posible obra del castaño― y todo parecía
listo para llamar el auto de la mudanza y comenzar con todo.
Fanfic
Su ceño se reforzó.
Muchas tazas.
Demasiadas tazas.3
En el lavabo, en la encimera.
Se agachó para recoger la taza, y tomó las demás para lavarlas. Taehyung jodidamente
se había gastado todas las tazas de su vajilla en tomar café.45
Si Taehyung había hecho y bebido tanto café, ¿cómo rayos estaría ahora?
Lavó y secó las tazas, para luego buscar en qué caja guardarlas. Después de hacerlo, lavó
la cafetera e hizo el mismo proceso.
Se dirigió entonces hacia la habitación del castaño. Le importaba más un pepinillo ahora
que el dejarlo dormir. Necesitaba respuestas.
Llegó hasta la puerta, y tomando una bocanada de aire, la empujó ligeramente, un poco
tensa ahora.
Solo que, observando la escena que la esperaba tras aquella puerta, decir que estaba "un
poco tensa" era decir demasiado poco.
Qué. Mierda.
Kim Taehyung, con el cabello húmedo y goteando hasta la toalla que le rodeaba la
cintura, sentado al borde de la cama, totalmente perdido en sí, ni siquiera sintió la
presencia de Ha Neul en su casa.8
Parpadeó lento, mirando las gotas caer en su toalla. Había tomado una ducha y se había
sentado en su cama, no era la gran cosa.
Bueno, eso pensaba él porque su cabeza, adormilada por tres noches seguidas en vela,
no logró ver más allá de eso.
Ver, por ejemplo, que en vez de "no ser la gran cosa" llevaba allí suspendido en el vacío
de su cabeza por al menos veinte minutos.5
Fanfic
O que su rostro, por el cansancio excesivo, falta de alimentos y calorías, lucía pálida y
hacía de sus ojos unas grandes y notorias ojeras. Cuando era pequeño se había
disfrazado de zombi. Viéndose así ahora, no podía ni siquiera compararse.2
Sorbió de su nariz, con algo de alergia por haber estado tanto tiempo mojado, y
simplemente existió así, bajo la vista de Ha Neul.
El castaño sintió su voz como un ruido lejano que a penas si le perturbó la cabeza. Miró
unas manos pálidas que tomaban la suya y las movían cual maraca.2
¿Qué ocurre?
Ojalá sus reaccionas fueran más ágiles. Porque cuando se dio cuenta de que la chica
estaba allí con él, el impacto mental no envió, en los primeros diez segundos, ningún
movimiento a su cuerpo que lo orientara en el tiempo o espacio.
―Ah...―fue capaz de musitar, casi en un hilo de voz, esbozando una sonrisa totalmente
vacía―... Hola, lindura.69
Fanfic
Lee Ha Neul parpadeó a penas, casi incrédula con el ente que tenía frente a ella. ¿Qué
mierda había ocurrido con Taehyung? ¿Por qué lucía desganado, como si no hubiera
dormido en días?
Su mente se iluminó mostrándole la imagen de las tazas con manchas de café. Su vista
entonces se amplió.
No podía ser.
No, ni siquiera ella sin dormir en toda una noche se veía en tal estado.
El castaño dirigió su mirada hasta ella, logrando, en sus cortas capacidades por su
aletargada cabeza, distinguir la angustia en su voz. Entre abrió los labios, y exhaló lento.
―¿Ocurrió algo, verdad?― insistió ella, tomando sus manos― ¿Qué ocurrió?
Taehyung sintió sus ojos arder y pesarle. Sintió sus manos frías contra las suyas, y se
permitió cerrar por un pequeño instante los ojos, prometiéndose a sí mismo que no iba a
dormirse, y que intentaría estar más lucido.2
¿Qué ocurrió? Repitió su cabeza, retumbando con la voz de su mejor amiga preocupada.
Já.
Buscó entonces, en su interior, simples palabras que explicaran porqué había estado sin
dormir durante tres días.1
Que explicaran también, que había estado ingiriendo café como un demente para que el
sueño no lo venciera.
Y en cada corto momento que le había permitido descansar de la realidad que lo tenía
en pedazos, había revivido todos y cada uno de sus dolores en sueños.
Y cada uno de ellos lo habían hecho, al despertar, estallar en llanto hasta que recuperaba
la cordura suficiente para acallar sus sollozos.65
No iba a hacerlo.
No tenía la energía.
O eso pensó.
Como si no le pertenecieran.
Ha Neul, sintiendo al hombre temblar como un niño en sus brazos mientras su llanto
crecía y se hacía más sonoro, acunó su cabeza contra ella y cerró sus ojos.
Lo único que tenía que hacer era ser su mejor amiga y recibir todas sus lágrimas.
Taehyung lloriqueó.
Ciñó sus brazos contra el hombre, sintiendo en su cuerpo espasmos y en sus oídos
sollozos.1
Sólo que una imagen, fugaz, de cierto pelinegro cruzó por su mente.24
[♦♦♦]
Aquella mujer, sintiendo los hombros pesados por el exceso de trabajo, se agachó para
buscar a la criatura que debía alimentar bajo el sofá.
Miró a su madre los segundos suficientes para notar que en su expresión había algo
perturbándola. Pero bajó la cabeza, y se miró las manos en la oscuridad hasta que su
madre encendió la luz del cuarto.1
Aquellas últimas palabras retumbaron en sus oídos, repitiéndose como un eco entre sus
orejas.
Y con el pasado tocando las puertas del subconsciente que quería dejar sellado, se volvió
en su cama y se acurrucó.147
Déjame solo.
Fanfic
Capítulo 78
―Tu padre seguro estará preocupado.
Kim Taehyung, con el cabello recogido de una forma especial que le había enseñado
cierto alguien para que ningún mechón se escapara, vestido con un suéter gris y unos
jeans negros, se balanceó en sus talones, cruzado de brazos, siguiendo con la mirada a
los hombres del servicio de mudanza que sacaban las cajas de cartón llenas de las cosas
de su ex departamento.10
Puso su mano en el teléfono móvil que guardaba en el bolsillo y lo sacó para chequear la
hora.
―Sí, debe estar preocupado― respondió a su mejor amiga, que con Frida en los brazos
lo miraba con somnolencia. Ella asintió con la cabeza, pero después de unos segundos le
sonrió con dulzura.
―Diremos que el servicio se atrasó― dijo ella, creando el pretexto perfecto para que
cuando su padre se preguntara por qué habían tardado tanto en ir -ya que, con toda la
situación de la que estaba enterado a medias había accedido de inmediato en recibir en
casa a Taehyung hasta que retomara clases en la universidad- y pudieran tapar por
completo el hecho de que el cuerpo del hombre castaño no lo había soportado y había
caído dormido después de llorar por casi una hora en los brazos de su mejor amiga.17
Aunque bueno, ambos habían dormido. Por todo el día. Por eso todo se había atrasado.
Los dos llevaban, por lo menos, una media hora despiertos.
Fanfic
Taehyung se sentía enérgico de nuevo. Pero por la carita de somnolencia que tenía la
pelirroja, podía deducir que aquella "siesta" había saboteado por completo su reloj
biológico.
Lo sentía por ella. Pero maldición, había podido dormir. Dormir plácida y tranquilamente.
Pero no había sido perturbado por pesadillas, como los últimos días.
Su cabeza había descansado de los recuerdos de Seokjin. De sus sonrisas, de sus besos,
de sus caricias que tanto recordaba, y de su melodiosa y hermosa voz.50
Y no había visto más a Jungkook, tampoco. A Jungkook con sus lentes redondos
mirándolo desde una mesa del café, a Jungkook con su mirada lujuriosa, a Jungkook
apretándolo contra él, a Jungkook acariciando sus mejillas, a Jungkook sonriendo con
malicia quitándose el cinturón, a Jungkook gimiendo en su oído, a Jungkook abrazando
sus piernas cuando lo cargaba en la ducha, a Jungkook y su risa sarcástica, a Jungkook y
su ceja enarcada, a Jungkook y su expresión neutra y...100
Apretó los brazos contra él y tragó saliva. Algo pesado y desagradable subió por su
garganta.
Sacudió entonces la cabeza para salir de ella. Miró a Ha Neul de nuevo, dispuesto a
responder su pregunta.
―Pues, mi padre les pagó una limpieza. ―afirmó― Luego los vendí.
Fanfic
Ha Neul subió un poco sus cejas, y asintió con la cabeza. Él repitió el gesto, y devolvió la
vista a los hombres sacando las cajas.
A través de las ventanas, pudo divisar el paraíso frío y majestuosamente blanco que
tanto odiaba golpeando el cristal. Que tanto había odiado desde pequeño.
Hizo un mohín.
Sus recuerdos reprodujeron a Jeon Jungkook acariciando su cabello mientras lloraba, casi
bajo sus brazos. Apretó más los brazos contra él, sintiendo la piel arder bajo su toque.
Entonces dio un vistazo completo por el lugar, que lleno de otras memorias que
afloraron, se aferró a su corazón con nostalgia.
Su lugar.
Su casa.
Mi casa.107
Aquel lugar había escuchado sus llantos, sus rabietas y sus risotadas.
Iba a extrañarlo.
Se recordó entonces a sí mismo mirando por la ventana con Frida en sus brazos,
haciendo mañas en su cabello mientras ronroneaba. Se recordó corriendo por el
apartamento, con el cabello goteando mientras se arreglaba para trabajar a toda
velocidad. Se recordó llorando sentado en su balcón, dejando quemar la comida de la
cocina y las ocasiones que había estado tan cansado como para recoger la ropa del
suelo.1
Se recordó también en el fondo del cuarto siendo acechado por un hombre de hebras
azabaches y ojos chocolate.
―Vámonos.
Ha Neul miró a su mejor amigo con atención al notar algo diferente en su voz al
exclamar aquello.
Sin embargo, no encontrando cómo refutar, siendo ajena a la herida de nombre propio y
lentes redondos que ardía en el corazón del castaño, solo asintió con la cabeza.
―Claro.33
Fanfic
[♦♦♦]
Logró aguantar hasta que subió a su cuarto negándole la cena a su padre por el
cansancio. Sus rodillas crujieron cual madera al subir las escaleras, y en su pecho un
nudo apretado le pidió que saliera de esa casa con rapidez. Respirando y moviéndose de
la forma más manual y tensa posible, apretó los lazos de la maleta que traía en la
espalda -con las cosas necesarias que no había puesto en las cajas que habían sido
ahora acomodadas en el garaje- y se obligó a caminar hasta su vieja habitación, al fondo
del pasillo.
Se mordió con fuerza el labio inferior cuando sintió que, de nuevo ―jodidamente de
nuevo― quería llorar.
Él haría su vida.
Abrió la puerta.
Él estudiaría y se realizaría.
Él estaría bien.
Fanfic
Se dejó caer.
Y en el silencio perpetuo de la habitación que lo había visto crecer, volar, refugiarlo con
su corazón hecho pedazos, y ahora lo recibía como el cajón de los sueños rotos, atrapó
una bocanada de aire.
Parpadeó intentando en vano reprimir aquellas perlas salinas que destruían todo a su
paso hasta salir de sus ojos.
Estoy acabado.
Las primeras lágrimas se deslizaron bajo sus palmas, detallándolo en el vacío del espacio.
Todos esos meses habían sido tan impecables como una pintura. La pintura que a
cualquiera le gustaría admirar de lejos para no verle los errores.1
Y más allá de la tormenta, las gotas de colores se habían vuelto rayas difusas en el
lienzo.13
Lo peor, en definitiva, era darse cuenta al acercarse que nunca había sido una pintura.
Evadir el dolor no era solo ignorar que estaba. Evadir el dolor significaba enviarlo a un
espacio de la vida en la que no pudiera distinguirse. Sin embargo, evadir no borraba.
Evadir alimentaba la emoción hasta que era tan grande que no podía ni intentar
ignorarse. No importaba en qué lugar fuera escondido, el dolor crecía hasta volver a
estar frente del orbe.13
Trabajar hasta partirse la espalda para no sentir no había sido la solución a las heridas
que conservaba en su corazón. Tener un espacio propio no lo había hecho sentir más
independiente. Ser besado, mordido, pellizcado y mimado no había aliviado las cargas
de sus hombros, aunque sintiera cosas muy aproximadas a eso.
Y ahora, cual rabieta de castigo, el desgraciado dolor le devolvía uno a uno los pretextos
que había utilizado para evadirlo y obligarse a sí mismo a estar bien.
Se limpió las mejillas aunque no sirviera de nada. Ya lo sabía, era demasiado obvio.
(Des) Ahogarse.36
Recostó la cabeza en la puerta y miró hacia la bombilla, que gracias a las lágrimas
parecía estallar en exóticos rayos de luz.
Capítulo 79
Park Jimin se quedó con la boca abierta, mientras observaba a su colega Jeon Jungkook
mirar fijamente el vidrio de la mesa del café en el que se encontraban. Estaban bebiendo
batidos, y el rubio había querido reunirse con el hombre por la creciente necesidad de
preguntarle qué rayos había ocurrido en la víspera de año nuevo, de la cuál habían
pasado ya un par de días.
Porque Jeon Jungkook, desde el momento que había puesto un pie sobre aquel local,
parecía haber desconectado su cabeza por completo de la tierra. Los saludos triviales los
había llevado a sentarse y pedir algo, pero Jimin había notado que algo estaba mal
desde que respondió a su primera pregunta.
«El clima está más frío de lo habitual, ¿no es así?» había preguntado. Y el pelinegro,
alzando a penas la vista para mirarlo, solo se había quedado estático unos segundos
hasta que frunció un poco el ceño y sólo asintió con la cabeza.
Y bueno, su actitud no había cambiado en la última media hora que llevaban juntos.
Así que aunque Jimin había querido preguntar, se había contenido teniendo el fuerte
presentimiento de que no obtendría respuestas.
Dirigió la mirada al batido de Jungkook, que estaba casi intacto por el par de veces que
había sorbido después de limpiar cuidadosamente la superficie de cristal del vaso, y
luego, aún con la boca entreabierta, miró al pelinegro.
Parecía, en conjunto con su semblante, un bulto de pesados ladrillos con ojos cansados.
¿Qué rayos era lo que lo tenía de esa forma, tan distraído? Jungkook no era muy
hablador, usualmente, pero aquel silencio era casi tétrico.
―¿Qué estás mirando? Te ves bastante concentrado― repitió, cruzando sus piernas bajo
la mesa.
―La mesa está mal limpiada. ― respondió, en un tono bajo, y algo apagado.― Puedo
ver huellas en la superficie.
Fanfic
―Ah.68
Jungkook le interrumpió.
―Se ve asqueroso.
―No sabemos cuántas personas se han sentado aquí. ― afirmó, serio de repente― No
sabemos cuántas de las personas que se sientan aquí se han lavado las manos. ―
continuó, logrando hacer que Jimin frunciera el ceño. ―No sabemos cuántas de las
personas que sí se lavaron las manos lo hicieron bien. ― el corazón del hombre
comenzó a ponerse intranquilo mientras más factores analizaba su cabeza. ― Y no
sabemos qué pudieron tocar las personas que no se lavaron las manos y vinieron aquí, a
sentarse aquí, y tocar lo que estamos tocando.115
Fanfic
―Y si no sabemos cuántas personas vienen aquí al día, cuántas de esas se lavan las
manos, cuántas de ellas han tocado todo tipo de cosas, y fluidos, y-y polvo, y b-
bacterias...― se detuvo cuando le faltó el aire. Fue un poco más difícil recuperarlo
cuando lo intentó―... que probablemente estén... flotando en el aire...42
Sus manos se aferraron fuerte a los jeans que traía puestos. Las cortadas de su piel se
irritaron por la brusca fricción.
Y Jimin, frente a él, quedó tan pasmado como nunca lo había estado.
―... Todo eso está en nosotros... ―musitó, en un hilo de voz, con los ojos ahora abiertos
como platos―... todo eso está entrando en nosotros en este mismo momento...89
―Y-yah, Jungkook. ― insistió el contrario, casi alarmado por su actitud. Notó sus
nudillos pálidos de presión en sus muslos, y gracias a sus hombros vio lo acelerada e
inconstante que estaba su respiración― Jungkook, ¿qué ocurre?
Jeon Jungkook, cerrando los ojos y pegando su mentón al pecho, intentó respirar con
normalidad, comenzando a marearse. El corazón le latió en los oídos, privándolo de
audición, callando la razón en su cabeza.
Fanfic
Un fuerte sofoco en su pecho lo hizo levantar una de sus manos para tocar la zona. Su
cuerpo, rígido, comenzó a emanar pequeños espasmos en sus dedos.
Ellos no lo limpiaron.
Ellos no lo limpiaron.
Sucio.2
Sucio.5
Está sucio.121
Límpialo.
Límpialo.
Hazlo rápido.
Límpialo.
Límpialo.
Límpialo.
Límpialo.
Límpialo.
Fanfic
Límpialo.
Hazte cargo.
Hazte. Cargo.45
Hazte cargo.
Hazte cargo.
Hazte cargo.
Es tu responsabilidad.
Hazte cargo.
Hazte cargo.
Hazte cargo.
Hazte cargo.
Hazte cargo.
Fanfic
Jimin intentó sostenerlo, asustado como el infierno, sin parar de llamarlo e intentar tener
su atención.
Hazte cargo.
Hazte cargo.
Hazte cargo.
Le mostró a Taehyung.
Hazte cargo.
Hazte cargo.
Hazte cargo.
No. No.
―¡Jungkook!― gritó Jimin, tras él, saliendo entonces disparado para seguirlo. Con su
corazón acelerado y su entera persona llena de miedo, salió de la cafetería y siguió la
cabellera negra que, con zancadas tembloras, se alejaba de aquel lugar. ―¡¡Jungkook,
detente!!
El pelinegro se tambaleó en la acera, provocando que la gente lo mirara, y con nada más
que su corazón y su respiración en los oídos, salió del andén.
―¡¡Jungkook!!
―¡¡Jungkook, no!!― gritó Jimin, con todas sus fuerzas. El automóvil hizo sonar su
bocina, y la conductora de éste, sintiendo la sangre abandonar su cabeza, intentó frenar
aunque no le quedara mucho espacio para hacerlo.31
Y Park Jimin, que logró tomar del brazo a Jeok Jungkook casi a centímetros de que todo
se volviera un desastre, sintió su espalda golpearse contra la calle cuando cayó después
de jalar al hombre hacia él.199
Pero cuando el rubio abrió los ojos después del impacto, y vislumbró a Jungkook
sentado con el brazo apoyado en la calle -al parecer había caído con él de esa forma-, el
Fanfic
Sin embargo, fue testigo del caer de grandes perlas salinas que, emanando de sus ojos,
se deslizaron rápido y pesado por sus mejillas.
Su corazón se desbocó.
Gateó hasta el hombre que lo miraba como si fuera un fantasma, con su boca
temblando.
Y Jeon Jungkook, sintiendo su cuerpo ser apretado, intentó dejar de temblar por la
corriente orgullosa -y muy débil- que intentó tomar el poder de su cabeza.
No lo logró.
Estalló en llanto.69
Escuchó a la mujer del auto alegar tras ellos, asustada como el infierno, atrayendo a más
personas a su alrededor.
Fanfic
Capítulo 80
Cerró los ojos, sintiendo pequeñas gotitas de un líquido espeso ser repartidas en sus
párpados y bajo sus cejas. Empuñó las manos a sus costados, y se decidió en quedarse
muy quieto, fingiendo -más por cortesía y para hacer sentir al contrario cómodo- que no
percibía el temblor de sus manos al tocarle.
Sintió respirar a Jimin tras suyo, y apretó las manos más fuerte.
Esto de estar en medio de dos personas, cual jamón en un sándwich, podía sentirse de
muchas maneras menos de una forma cómoda. El aire se volvía pesado, y su espacio
personal parecía desafiar sus propios límites.
―Hoseok dice que abras los ojos y mires hacia arriba― dijo Jimin, tras él, en un tono
suave. Jeon Jungkook, enseñándose a sí mismo silenciosamente sobre auto control,
levantó los párpados sintiéndose frío por el contacto del ambiente con su piel húmeda
de aquel producto.7
Jung Hoseok, con los labios apretados y la mirada baja, esperó pacientemente a que
Jungkook obedeciera y mirara hacia arriba para proceder con su trabajo. Sí, había sido
extraño que esa mañana, su novio -aún no se acostumbraba a llamarlo así- Park Jimin le
hubiera pedido el favor de ir hasta el apartamento de su Sunbae y amigo Jeon Jungkook,
siendo específico en el hecho de que llevara su maquillaje. El castaño no entendió
Fanfic
porqué Jimin le había pedido aquello, ya que si algo planeaban hacer con su maquillaje
no podría ir más allá de cubrir imperfecciones -para eso lo había comprado- pero en el
instante que había cruzado el umbral de la puerta del pelinegro y había fijado
brevemente la vista en él, lo había comprendido.7
Porque aquel rostro demacrado, ojeroso, y lastimado en los pómulos por limpiarse las
lágrimas con demasiada fuerza -incluso podía ver pequeños hematomas y vasos de
sangre que se habían estallado bajo sus ojos- no pertenecía en lo absoluto a su
Sunbae.48
No. Jeon Jungkook había tenido siempre una apariencia fuerte y saludable. Sabía que se
alimentaba bien por el brillo de su piel y lo cuidadoso que era con su apariencia. Así que,
¿esto? debía arreglarse. No le importaba no conocer la razón -Jimin le había dicho con
un corto beso en su mejilla que después le explicaría, igualmente- y si podía aportar en
algo, sí que lo haría.7
Aquellos tres segundos en los que sus miradas se encontraron fueron suficientes para
hacer sus manos temblar el doble y poner sus mejillas tan rojas como un par de tomates
maduros.25
Oh, no.
cuando ése había querido romperse por completo y el otro estaba cubriendo su rostro
herido y cansado para que saliera con confianza a la calle -tenía un compromiso al cuál
se había prometido, y le había prometido a Jimin que no iba a faltar. Así que se había
quedado divagando, sin dejar de mirar al pobre Hoseokie, olvidando lo susceptible que
era.
―¡Y-yah! ¿Por qué Hoseok está sonrojándose?― Jimin avanzó, estando a una zancada
de ellos, y se hizo entre los dos cruzándose de brazos y abultando los labios. Jungkook lo
miró, sintiéndose sonrojar también, y no pudo evitar llevar sus manos a las mejillas. Sin
embargo, Hoseok, notando aquello de reojo, llevó de un manotazo las manos del
hombre hacia abajo. ¡Él ya había aplicado base ahí, que no se estropeara!― ¿Por qué tú
también estás sonrojado?― acusó al pelinegro, con aires celosos perfectamente
perceptibles en sus ojos y su voz― ¿Qué creen que hacen los dos, sonrojándose?
¡Yah!132
Sin embargo, cuando el mencionado en sus pensamientos le dirigió una mirada enojada
-bueno, parecía más un puchero enojado- sus valentías egoístas terminaron en un
tartamudeo.
Jungkook, testigo de toda la situación, con un gran enredo en su cabeza intentó reprimir
una leve risa que quiso escaparse de sus labios.
Quería que la tierra lo tragara. Pero al mismo tiempo, pensó que jamás se había sentido
tan cómodo con las personas de aquel cuarto.
Obviamente, envió rápido los recuerdos de los ojos almendras que sobre unos suaves
labios rojizos reían mezclándose con el sonido de su propia risa, lejos en su cabeza para
que no pudiera afectarle, y se inclinó hacia abajo por el creciente dolor que se le
apoderó del abdomen por no dejar de carcajear.
Y entonces rieron juntos, armonizando el ambiente -aunque aún fuera extraño como el
infierno- acomodándose como las personas que eran a pesar de las inusuales
circunstancias.
Y pintaron fugaces y fuertes colores en medio de sus dolores, que en algún punto habían
tornado todo gris.26
Fanfic
[♦♦♦]
Inconstante.
Entrecortada.
Y fría.25
Sus dedos, con un ligero temblor y entumidos por el frío, palparon con cuidado su
camisa, por encima del pecho, buscando dónde rayos residía aquel cosquilleo
insoportable, que mezclado con vértigo, lo habían reducido al niño de quince años que
había huido de casa con un bolso viejo, negro y desgastado, reprimiendo las lágrimas de
sus ojos.1
Jeon Jungkook empuñó aquella mano, parpadeando con rapidez para retener la calma
en su cabeza.
Aquel día, hace más de diez años, había estado frente a su pequeña casa en el campo,
observándole por última vez, ajeno a todas esas emociones que reprimidas en él iban a
causarle al pasar de los años un gran dolor, lleno de ira con su vida.
Y hoy, aunque no estaba en frente a aquella casa, si estaba frente a la puerta en la que,
una vez abierta, no podía cerrarse hasta que su corazón se tratara por completo.
Sí.
Así era.
Ahí estaba.
Fanfic
Su nombre había sido llamado a través de los parlantes hacía al menos un minuto.8
Sus piernas lo habían levantado y lo habían dirigido hasta aquella puerta blanca con un
gran número seis de color verde y destacado en plástico en todo el centro.
Tragó saliva.
Aunque fuera un orgulloso, ni siquiera su obstinada cabeza lo había cegado del hecho
que todos esos doctores que lo habían visto antes por su dermatitis habían tenido
razón.72
Que las corrientes de raciocinio que por tantos años había evadido también la tenían.
Y que aunque a través de aquella noche ahora cargaba un fuerte dolor con él, Taehyung
también había tenido la razón.
Apretó los labios hasta formar con ellos una línea muy fina.
Aunque lo quisiera ignorar, todo había ido demasiado lejos. Era como si hubiera un
gigante elefante en la habitación. No podía simplemente pasar desapercibido.
Sus manos ardían aunque no entraran en contacto con jabón. Sus palmas, mucho más
que heridas y desgastadas, eran incapaces de tocar algo ahora sin enviar fuertes
corrientes de dolor a su persona. Su ansiedad había incrementado, y con ella su
paranoia. Su compulsión por limpiar había sido más severa al pasar de los días, y el límite
se había cruzado esa tarde que había pasado con Jimin, de la cual ya habían pasado un
par de días.
Sí, todo había adoptado otro nivel. Esto era necesario. Su ''cosa'' por la limpieza estaba
comenzando a salirse de control.1
Sin embargo, recordó fugazmente, que en medio de aquella compulsión, la noche que
había vuelto a casa después de esa fiesta de víspera de año nuevo, había desarmado el
árbol de navidad.
Porque aunque había sentido deseo de estar limpiando una y otra vez los alrededores,
tocar ese árbol no lo atraía en lo absoluto.
Desarmar aquel árbol por completo y guardarlo no iba a hacer a Taehyung volver. No
solucionaría nada.
Quizá debió haber pasado mucho tiempo en su cabeza, porque la puerta se abrió
delante de él, con suavidad. Y la madera descubrió a una mujer de cabellos rubios
cenizos hasta los hombros, con arrugas en los ojos y una extraña pero calma expresión
conciliadora. La contraria, de al menos unos 40 años y mucho más bajita que Jungkook,
miró al hombre y ladeó levemente la cabeza.
―¿Señor Jeon?―preguntó ella, con voz dulce y relajada. La misma que le había llamado
desde los parlantes hacían unos minutos.4
Él, lo suficientemente aturdido como para pensar en decir algo, solo asintió con la
cabeza, perplejo.
―Pensé que estaba retrasado. Pase, es bienvenido― dijo ella, esbozando una sonrisa
cálida que disipó momentáneamente todos los malestares en Jungkook.
Pero lo hizo.20
Y ahora sería, la mujer que, junto con él, sostendría su corazón y lo decodificaría.3
Lo decodificaría todo.
Fanfic
Capítulo 81
[3 meses después]
Kim Taehyung aspiró profundo después de eso y se miró fijamente en el reflejo del
espejo. Su piel, algo acanelada, parecía extrañamente pálida. Quizá era porque no había
desayunado aún, ¿verdad?
Las ojeras que le saludaron como bolsas en sus ojitos fueron palpadas ligeramente con
las yemas de los dedos. Él las ignoró unos segundos después, no era como si fueran algo
nuevo.1
Entonces miró su cabello, que hacía de cortina castaña hasta la mitad de su brazo, antes
de su codo. Incluso el mismo se sorprendió un poco al detallarlo con cuidado. ¿En qué
momento había crecido tanto?207
Fanfic
Se quedó suspendido allí un par de segundos intentando recordar la última vez que se
había cortado el cabello. Pero la voz de Ha Neul le hizo volver a la realidad.
Taehyung se quedó un momento en silencio, dándose cuenta que había olvidado el hilo
de la conversación.
Ha Neul soltó una ligera risa. Se dio cuenta entonces de que el chico estaba distraído y
había olvidado lo último que había dicho.
―Había dicho que no parecías entusiasmado con volver, ¿te sientes bien?― preguntó, en
un tono conciliador y dulce, su característico.1
Taehyung torció la boca, reprimiendo las ganas de reír, de forma repentina, como un
demente. ¿Qué si se sentía bien? ¿Que clase de pregunta era, a esas alturas?
―¡Claro que estoy entusiasmado!― su garganta hizo una presión extraña cuando
exclamó eso. No le prestó atención― Sólo estoy nervioso, y eso me impide... ¿mostrarlo?
No estoy seguro―dijo, alcanzando entonces una liga para recoger su cabello y hacerse
una moña -ahora más pesada por la cantidad de su cabello- de una forma especial y
ahora mecánica que no dejaba a ningún mechón escaparse. Observó el resultado casi
indiferente y tomó el móvil para salir del cuarto de baño, ya duchado y vestido.3
Fanfic
―Oh, bueno ―dijo ella― Es entendible. Yo estoy muy emocionada por tenerte de vuelta,
¡ahh!― exclamó, en un chillido que hizo a Taehyung carcajear. Sí, era una ventaja
grandísima volver a estudiar con Ha Neul, aunque estuvieran en facultades diferentes.
Mientras había hecho todos los trámites, hacía un mes, no había podido pensar en otra
cosa -enviando a Seokjin a lo profundo de su cabeza, claro- más que tener a su mejor
amiga de vuelta en la nueva vida que construía.
También lo ignoró.
―Será genial, Neul-ssi― exclamó, entre risas. La chica dijo más cosas afirmativas al tema,
y unos minutos después finalizaron la llamada; ambos tenían algo qué hacer.
Así que Taehyung se acercó al armario de su habitación -en la casa de su padre- y sacó
un abrigo para guardar su billetera y mantenerla cerca. No podía olvidarla. Dejó el móvil
luego en su escritorio y se alistó para salir.
Mientras metía los brazos en el abrigo negro miró la pantalla apagada del aparato, y tras
ellos, algunos cuadernos y materiales que había comprado con su padre para reanudar
las clases.11
Apartó la mirada casi con vergüenza y respiró profundo. El tiempo se había dilatado en
un abrir y cerrar de ojos. El invierno había acabado. Los cerezos florecían lloviendo en
pétalos en las calles, y las flores retoñaban en colores. La gente retomaba la rutina
normal de sus días y el día siguiente tendría su primera clase.6
Todos lo decían. Todos habían hablado de lo estupendo que era que volviera a estudiar.
[♦♦♦]
El rocío en pequeñas perlas sobre el pasto cortado con cuidado le mojó un poco los
zapatos. El sol de atardecer, siendo ocultado por espesas nubes grises que amenazaban
en crear una tormenta, se hacían encima de la cabeza del joven de cabellos castaños que
gracias a la luz parecían soltar destellos dorados.
Mientras caminaba, podía oír a la perfección los latidos fuertes de su corazón golpeando
en su pecho. Sin embargo, lo ignoró.
Sino porque siempre que iba allí, se sentía igual. Era casi costumbre.
Así que tragándose las oleadas de tensión y melancolía, caminó a través de todas esas
flores de diferentes motivos que hacían del cementerio una aleatoria y hermosa
combinación de colores. Todo, hasta que llegó a la lápida que estaba buscando.
Fanfic
Apretó más el ramo cuando sintió sus ojos aguarse ligeramente. Llenó sus pulmones de
aire para obtener algo de coraje y comenzar a hablar. Entonces se obligó a sí mismo
para erguir sus hombros y sonreír amplio.
―Hola, mamá― exclamó entonces, con el corazón más frágil cada vez.83
Luego dirigió la vista hasta el ramo, y el chillón pero agradable color le transmitió una
extraña sensación de bienestar. Su sonrisa tensa se tornó un poco genuina gracias a eso,
y estiró la mano para dejar las flores recostadas contra el cemento.
―¿Estás bien? ¿Todo ha estado bien?― preguntó, en un tono dulce, dejando las manos
sobre las piernas cruzadas. ―Espero que no haga frío donde estés, y que sea bonito.
Nadie puede hablar de eso porque nunca se sabe si dicen la verdad, pero... ―sus dedos
se aferraron a la tela de sus jeans― Yo tengo la... atrevida certeza para afirmar que hay
algún espacio al que perteneces, dondequiera que este esté.10
Respiró profundo, dejando de hacer presión a sus telas y sintiendo una vaga sensación
de ardor en las yemas de los dedos. Terminó acariciando la superficie.
Fue inevitable el sentir el prominente vacío en su pecho que hizo a sus palabras resonar
hacia dentro como un eco. Su corazón se sintió hacerse realmente pequeñito en su
cavidad.
―P-pero yo... sabes― otro trueno sonó sobre su cabeza. Su labio inferior, víctima de las
emociones que en su pecho comenzaban a desatarse, comenzó a temblarle―... aunque
todos están felices, y-yo... no me siento igual.
Encima de su cabeza una ventisca cálida, con aroma a lluvia, comenzó mover los árboles.
Los inicios de primavera siempre eran los más lluviosos.
―Yo... no siento nada, mamá― admitió, volviendo su voz un tenue hilo― N-no siento
nada a parte de una... u-una inmensa... tristeza. ―confesar aquello ensanchó alguna de
las muchas heridas que conservaba dentro de él. Sus ojos, picándole, amenazando con
soltar lágrimas, lo obligaron a cerrarlos un corto instante. El viento, haciéndose más
Fanfic
fuerte y comenzando a molestar sus oídos, peinó y llevó su cabello contra la corriente,
arruinando su peinado y despeinándolo― Y-yo...41
Miró fijo como la lápida se tornaba oscura por la humedad que la arropaba con rapidez,
y entonces agarró la camiseta bajo su abrigo para arrugarla fuerte con los dedos.
―Debería estar feliz― musitó, mojándose sin pudor bajo la lluvia― Debería
emocionarme. Y sin embargo, aquí me quedo, en un lapso del tiempo que yo solito he
construido. ―sus ojos no lograron retener la humedad por mas tiempo. La primera perla
salina le recorrió la mejilla-―Han pasado más de dos meses desde que lo ví, mamá. Él
Fanfic
Volvió a tronar, y lejos, por el camino que había recorrido para llegar a la lápida, uno de
los guardas de seguridad hizo señas con las manos para llamar su atención.
Se incorporó rápido, limpiando con el dorso de su mano las lágrimas que, ahora
camufladas con la lluvia, le hacían ver como una criatura indefensa. Se limpió a duras
penas el regazo y los pantalones, y mirando por última vez la lápida, dio la vuelta y se
alejó, en silencio.
Respiró profundo acomodando sus emociones, y caminó rápido para salir del
cementerio. Su cabello se mojó, su ropa y su rostro también por la intensidad creciente
de la tormenta.
Respiró profundo, intentando en serio concentrarse en sus paso. ¿Por qué retenía a
Jungkook en sus pensamientos?
Unos destellos verdes contra la luz le hicieron salir de su trance. Parpadeó rápido
enfocando la vista en un pequeño puesto de ventas contra una pequeña tienda de
conveniencia.
Maldita sea.
No.
[♦♦♦]
Un par de horas después, cuando Taehyung ya estaba seco y cálido en casa, Kim Chin
Mae entró a casa después de hacer algunas compras con ojos pesados del cansancio. Su
hijo ya le esperaba con la cena lista.
Fanfic
Todo pasó como solía pasar. Conversaron, cenaron, guardaron los víveres y siguieron
conversando. Para cuando Taehyung ya estaba por subir a su habitación, el hombre
exclamó:
―Oh, Tae― aquello hizo al mencionado detenerse para escucharle― Ya hice lo que me
pediste.
―La cita es para el tercer día del próximo mes. ― le oyó decir― Y la doctora se llama
Kang Yeo Reum.305
Para intentar conciliar el sueño, y saber cómo rayos intentar enfrentar el futuro que
estaría tras su puerta al despertar.
Fanfic
Capítulo 82
Los mismos ojos conciliadores que le habían recibido desde el primer día se achicaron al
sonreírle, con una calidez francamente indescriptible. El hombre, frente a ella, retuvo el
aliento intentando descifrar qué clase de poder secreto tenía ella para relajar su
organismo completo al tenerlo fente a sus narices. ¿Era simple sugestión suya? ¿O tenía
ella algún poder oculto?1
De repente la silla se sentía acolchada, y el aire que se había vuelto pesado todo el
camino hacia el consultorio era ahora liviano y casi fresco. El aura sutilmente colorida del
lugar entraba por sus ojos como calmantes instantáneos. ¿Cómo era posible?
Los primeros meses, aquel ademán de ella lo había puesto tan rígido y tenso como una
piedra. Oírla teclear era estresante. El silencio que hacía ella mientras eso lo era aún más.
Pero se había tornado soportable cuando había aprendido a perderse en su cabeza, de
forma simultánea.
Sí, bueno, en realidad ella le había enseñado aquel mecanismo de distracción. Jeon
Jungkook había sido por décadas un ser susceptible a la ansiedad y a prestarle atención
exagerada a lo que le rodeaba. La doctora Kang Yeo Reum había notado su
comportamiento casi desde el primer día, así que ella, como recomendación general (ya
Fanfic
que en ese entonces no lo conocía mucho) le había indicado que intentara desviar sus
pensamientos a algo que no implicara ser tan consciente de su alrededor. No era
extraviarse en su cabeza, ni mucho menos. Era, simplemente, buscar distraerse con algo
que lo relajara. "Pensar en otra cosa" y de esa forma "cancelar la consciencia extrema", y
más mecanismos que después de semanas de intentos fallidos y frustraciones habían
aflorado un poco. Jungkook, en medio de su terquedad, tenía que admitirlo. De tanto
intentarlo estaba dando algunos resultados.
Tanto que, como en ese momento, lo lograba. Ese día había decidido pensar, mientras la
doctora tecleaba, en lo que le transmitía ese consultorio. Ya lo había analizado. Y lo tenía
interesadamente tranquilo, de una forma bastante cotidiana.1
Eso estaba bien. El pelinegro no había dicho una sola queja mientras ella había
continuado con aquel ademán fastidioso. Esto había pasado miles de veces antes en
otras sesiones, así que por eso había sido cautelosa. Pero el comportamiento de
Jungkook sugería que había estado trabajando en su autocontrol, y eso era un buen
paso en su tratamiento. Eran buenas noticias, en comparación a lo que tenía que
proceder a contarle aquel día.
Habían pasado tres meses desde que el hombre había comenzado a tratarse con ella.
Meses en los que Kang Yeo Reum se había tomado la libertad de conocer e indagar en la
persona que era Jeon Jungkook. No la llamaban una de las mejores terapeutas por nada.
Fanfic
Antes de realizar cualquier diagnóstico, ella tenía que estar segura de lo que estaba
diciendo. La mente de sus pacientes no era un lugar para ambivalencias, así que le huía a
las palabras descuidadas que pudieran provocar efectos adversos y dedicaba cada
minuto que tuviera a entender a sus pacientes.12
Así que después de reunir la información que necesitaba, durante esos meses, podía
decir que tenía un diagnóstico. Se cruzó de brazos dejando caer la espalda en su asiento,
y se mordió el interior de la mejilla. No eran buenas noticias las que el hombre iba a
recibir.1
Sin embargo, entre todo el mal sí había algo bueno. Era algo nuevo e increíble. Iba a ser
una completa bomba cuando se lo dijera.
El proceso con Jeon Jungkook había tenido varios momentos. Cada cita había tenido
mecanismos similares: «¿Cómo estás hoy?» «¿Cómo te has estado sintiendo?» «¿Qué has
estado haciendo?» «¿Por qué haces eso?» «¿Piensas que está bien?» «¿Has intentando
corregirlo?» Y la rubia había aprendido su comportamiento casi de memoria al tiempo
que Jungkook aprendía a abrirse lentamente y responder a sus preguntas e incógnitas.1
de eso, para manejar su vida y su alrededor de una forma que no lo lastimara y resultara
conveniente; haciéndolo ajeno al daño que este comportamiento le traía.21
Su deseo de control, al pasar de los años por las repercusiones que llegaban, se le
convirtió en una necesidad. Entonces su cuerpo y su mente se concentraron en
satisfacer esa necesidad, lo cual, no podía juzgarle, era prácticamente instintivo.
Controlar su vida, sus emociones, lo que le rodeaba, daba una imagen de pureza que le
decía que todo estaba bien. Jungkook había estudiado y hecho su vida descubriendo
que lo puro era limpio, y que también podía ser controlado. Entonces todo lo que
estuviera a su alrededor debía ser así para mantenerlo estable: limpio, ordenado e
impecable. Todo lo que reflejara lo que él intentaba ser.
Él no tenía la culpa. Sus padres tampoco la tenían. Las circunstancias lo habían formado
de aquel modo, y aunque había llegado ya bastante lejos: aún podía arreglarse.
De hecho se había arreglado ya un poco. De la forma más extraña e inusual que Kang
Yeo Reum hubiera pensado nunca. Su pasado estaba cerrado, su presente estaba yendo
con lentitud para con su proceso. Pero entre esas dos líneas de tiempo, el psique de Jeon
Jungkook había estado en contacto con un tipo de terapia de la que él ni siquiera había
Fanfic
podido ser consciente. Los pacientes con comportamientos como Jungkook perdían el
control al buscarlo de forma tan desesperada, y aunque el hombre había estado cerca de
ese punto en varias ocasiones: algo había mitigado y retardado milagrosamente aquel
deterioro.
Era lo más inimaginable, e increíble. Ser consciente de aquello aturdía a Yeo Reum de
todas las maneras posibles. Porque ese "algo" que prácticamente evitada lo peor en
Jungkook, en la historia que ella había escuchado, tenía nombre y apellido.2
Jungkook, que la seguía mirando, tomó sus manos en el regazo y apartó la mirada,
meditabundo. La Doctora Kang entonces ladeó un poco la cabeza para sonreír
ligeramente. Realmente podía leerse una persona por su expresión corporal. El hecho de
que Jungkook controlara sus pensamientos (en justa medida) y se viera tan pacífico sólo
pensando qué decir, le daba la impresión de que, quizá dentro de él, las cosas estaban
un poco más tranquilas.
Porque cuando el hombre había puesto un pie en su consultorio, decir que era un
manojo de nervios lo suficientemente grande como robarle la energía, era decir poco.
Hablar con él era cuestión de impulsos, o no hablar en lo absoluto. Había llegado en un
punto de vil desesperación por su ansiedad, asustado por las dimensiones de sus
pensamientos, y aterrado por lo lejos que sentía y todo había ido. Se encontraba triste,
enojado, desolado y perdido en sí mismo. Había sido muy complicado tratar con él las
primeras semanas. Hablar de su presente había sido tan complicado como hablar de su
adolescencia y su infancia. Se había enojado y llenado de ira cuando ella había intentado
Fanfic
Era un alivio. Incluso ella, que había tratado con casos más delicados, se había sentido
temerosa en el momento que, en fogoso llanto, un ataque de pánico y ansiedad se había
apoderado del hombre. Tranquilizarlo no había sido fácil. Detener su gran cuerpo con su
poca fuerza, hacerlo respirar adecuadamente e hilar la cordura en su cabeza la habían
puesto tan inquieta como a él. En ese entonces, asustada, había considerado en remitirlo
a Psiquiatría para controlar sus ataques, que según él se habían vuelto algo frecuentes.
Pero al pensarlo con más cuidado, se había dado cuenta de que podía intentar, junto
con él, el aprender a filtrar las emociones y de esa forma, estar tranquilo.
Jungkook entonces levantó la mirada, respirando de forma que sus hombros se elevaron
un poco, pareciendo haber encontrado qué decir. O al menos, cómo decirlo.
—La verdad estas últimas semanas han estado tranquilas— afirmó, mirándola por
momentos— He salido mucho con Hoseok y con Jimin, conociendo personas... ¡Oh! Y...
He estado habituándome de nuevo a salir a caminar en las noches. Despeja mi mente.
No había vuelto a hacerlo por... —su boca se quedó abierta, y sus ojos, en busca de
comprensión, subieron hacia los contrarios—... usted sabe.64
—Sí, lo sé. Pero deberías decirlo, sabes. —invitó ella, conociendo a la perfección el
camino que tomaban sus palabras. Jungkook era un hombre herido, en su mayoría por
sus propias manos. Él ya lo sabía, pero no había podido hacer mucho al respecto.
Igualmente estaba bien, todo tenía su proceso.
Pero el hombre denotó malestar en su expresión. Entonces Yeo Reum supo que se había
cerrado.
Fanfic
—Vamos, inténtalo— animó ella— Dijiste que has estado caminando en las noches, y
que eso te despeja. Sin embargo, el hábito lo habías abandonado por...
Jungkook se quedó mirándola, de verdad pareciendo que no quería hablar. Ella lo miró,
con paciencia y condescendencia, dispuesta a esperar. Él lo sabía.
La doctora negó con la cabeza, cerrando momentáneamente sus ojos. —Sabes que no
es cierto. Está bien. Sabes que todo es cuestión de practica. Incluso hablar.
—Dejé de hacerlo por Taehyung— musitó entonces, empuñando un poco sus manos en
la urgencia de aferrarse a algo— Ya le hablé sobre esto. El tiempo que él... estuvo
quedándose conmigo... —pareció dudar en continuar. Pero al hallar genuina y amable
atención en los ojos de la Doctora, se decidió en seguir—... Mi cabeza se concentró en,
sólo... llegar a él, todas las noches, en vez de hacer alguna otra cosa. Antes de él salía y
caminaba, quince minutos. Pero su presencia... ¿cambió el escalafón de prioridades?6
—Es una buena forma de llamarlo—dijo ella, relajando el ceño— ¿Extrañaste salir a
caminar cuando no pudiste hacerlo, estando con Taehyung en casa?
—Creo que... con él cerca olvidé por completo que solía hacerlo. Entonces no me hizo
falta.71
La Doctora Kang sintió sus argumentos pesarle dentro, que se reforzaban por las
palabras de Jungkook. Sin embargo esperó a que terminara de hablar.
—De hecho, con él en casa, conmigo, dejé de prestarle atención a muchas cosas.
Fanfic
Comencé incluso a olvidar cosas que tenía que hacer... yo sólo quería...— se relamió los
labios. Otro ademán de inquietud—... o, bueno, no lo sé...
—Es que era como si... existir... con él, fuera simplemente... suficiente— musitó, con su
mirada ahora perdida— No importaba nada más, y no buscaba nada más. Mis energías
se concentraron en él casi por completo.126
—Es obvio. Me enamoré de él —admitió— Caí hasta el fondo del pozo de los
enamorados. Mi cotidianidad se adaptó a él. Todo en mí hizo un espacio para que él se
quedara— se estremeció ligeramente, denotando malestar— Es aterrador. Y bueno, eso
ya no importa, ¿no?— preguntó, dejándose llevar. Estos eran los momentos en los que
Yeo Reum afinaba más sus sentidos— Al final decidí huir. Me guardé lo que sentía y le
hice daño para que no preguntara nada. Ya no importa que me haya enamorado de él,
porque ya no va a cambiar nada.145
Y de nuevo, estaban hablando sólo de Taehyung. Así como habían comenzado hablando
sobre sus caminatas, de alguna forma, tocaran el tema que tocaran, siempre llegaban a
Taehyung.8
—Así como lo dijiste tú. Huiste, y guardaste lo que sentías. A pesar del tiempo que pase,
aquello sigue atormentándote. Así que, ¿por qué no cambiar eso? No digo que vaya a
tener el resultado que quieres. Pero el primer paso podría ser liberarte.
Jeon Jungkook pareció entonces ensimismado. Haciendo una clara distancia entre ellos,
aunque estuvieran frente al otro. Yeo Reum respiró profundo, notando que hasta allí
había llegado el tema. Miró entonces su reloj para comprobar el tiempo que quedaba, y
decidió que era el momento para decirle.
—En estos tres meses— prosiguió ella— He estado evaluándote, como ya sabes. Y ya
tengo tu diagnóstico.
Las cejas del hombre se alzaron, a la par de sus ojos, que se ampliaron.
El pelinegro, sin cambiar su expresión perpleja, tragó saliva. Y con aquellas palabras
como puñales en su pecho, bajó la cabeza y musitó:
—Así es...—dijo ella, notando el golpe que había supuesto aquella noticia en él— Sin
embargo...
—...no es tan grave como lo creíamos— dijo ella, esbozando una pequeña sonrisa.
Jungkook pareció de golpe confundido—Sí, quizás tengas una obsesión con el Control,
lo cual te lleva a una compulsión con la limpieza, pero, aunque suene como una locura,
tú has estado sanando solo. Antes de venir aquí.
Jungkook parecía como si hubiera visto un jodido fantasma. Balbuceó un poco antes de
poder hablar.
—E-explíqueme.
—Tu trastorno estaba en su auge cuando conociste a Taehyung, Jungkook— dijo ella,
dejando descansar sus codos en la mes— Él fue una constante resistencia hacia tí, por lo
cual, como lo dijiste, decidiste al final ceder a él y adaptarte para así tener su compañía.
Él también cedió a tí, gracias a eso, a su modo.
—Así que cuando dices que "te adaptaste" en realidad, fue que bajaste la guardia. Te
sentiste seguro con él— afirmó, preparándose para soltar la bomba— Tus compulsiones
dejaron de ser tan importantes, y gracias a eso, tu trastorno perdió una parte del poder
que tenia en tí—dijo. Obligada a desviar un momento la mirada por los ojos intensos de
Jungkook sobre ella— Tanto que, dejaste de prestarle atención a la forma en la que lucía
Fanfic
o algunos de sus aspectos, y con tus sentimientos, lo aceptaste como era. Ese un paso
gigante, Jungkook.
Capítulo 83
«Bienvenidos, queridos alumnos, a este fructífero semestre de la Universidad Hongik.»21
«Bienvenidos, querido equipo editorial, a un nuevo año lleno de trabajo en nuestro amor
por los libros y el arte digno.»
«Se vienen meses de experiencias y conocimientos que nos formará como una familia
constructiva.»
«Tendremos un lapso luminoso para desatar nuestro potencial creativo en todos los
proyector por venideros.»
Lee Ha Neul tomó y apretó la mano de Kim Taehyung, emocionada. Miraron ambos al
viejo decano de la Universidad hablar desde un stan en un escenario decorado con lazos
coloridos.
Park Jimin, después de sonreírle a Hoseok, miró con aprecio a Jeon Jungkook en medio
de la oficina decorada con volantes de "Bienvenidos de vuelta". En el fondo del cuarto,
Kwan Dong Yul observó de reojo con vergüenza y temor al pelinegro.
El cielo de Seúl se tornó nuboso cuando Kim Taehyung abrió la puerta de la habitación
se que volvería su dormitorio por los próximos meses.
Y la lluvia se desató, cuando aquel sobre que había permanecido meses en el suelo de la
oficina vacía fue sostenido por los dedos de Jeon Jungkook, distinguiendo en el papel el
nombre de su madre.
[♦♦♦]
—Bien, entonces eso es todo por hoy. Nos veremos en un par de semanas, ¿vale?— el
hombre, de semblante frío y pensativo, asintió con la cabeza sonriéndole levemente. La
rubia frente a él se levantó de su asiento para escoltarlo hacia la puerta.
Vio a Jungkook alejarse por el pasillo, después de una corta despedida, hasta que la
mancha de su cabello azabache no fue perceptible, y tomando una bocanada de aire,
volvió a internarse en su consultorio.
A pesar de que pasara el tiempo, Jungkook aún no hablaba tanto como ella lo esperaba.
Cerró la puerta tras ella. Sí, el respondía todas sus preguntas, y parecía ser honesto. Pero
de allí, a que el hombre decidiera contar las cosas por impulso propio, no había nada.
Nada.
Respiró profundo acercándose a su escritorio. Estaba bien, quizá era solo cuestión de
tiempo. Luego le daría los mecanismos para que se motivara a hacerlo.
Llevó instintivamente las manos hacia su cabello para peinarlo, y acariciando las hebras
se acercó hasta su planilla de pacientes. Solo quedaban un par, y era libre del trabajo por
el resto de ese día.
Palpó con el dedo el papel, deslizando la yema del índice por las columnas de tinta
impresa hasta buscar el nombre del siguiente paciente. Al llegar a la casilla adecuada,
entrecerró los ojos para leer bien. Ese día no había llevado sus lentes, y debía trabajar
con lo que tenía.
—Bien, eso está mejor... — musitó para sí misma, entonces identificando los caracteres
de aquel nombre de tres sílabas coreanas. —Kim... Kim Tae... —la imagen volvió a ser
difusa. Así que parpadeó un par de veces, haciendo su mejor esfuerzo. Maldita fuera esa
capacidad física deteriorada que había perdido al pasar de los años—... Tae... Kim
Taehyung. Kim Taehyung— repitió, orgullosa de haberlo logrado. ¿Vieja? Ella no estaba
Fanfic
vieja. Vieja estaba su tía abuela Lee Hi. Ella, Kang Yeo Reum, a más de sus cuarenta,
seguía muy saludable. Rió gustosa y soltó la planilla— Kim Taehyung, Kim Taehyung.—
caminó alegre por el consultorio, celebrando secretamente– Kim Taehyung... ¿Kim
Taehyung?174
¿Y si era el mismo?
Se volvió de nuevo hasta la planilla para verla -con el mismo esfuerzo de la primera vez-
otra vez.
Quiso sacudir entonces su cabeza, y lo hizo. El mismo nombre seguía allí escrito.
¿Entonces él...?
No, no podía ser posible. Aquella sería una casualidad demasiado grande.4
Además, habían más Kim Taehyung por ahí que ese Kim Taehyung, ¿no era cierto?48
Así que Kang Yeo Reum se sentó de vuelta en su escritorio, y apoyó momentáneamente
los codos en la mesa y se dispuso a ser paciente.8
Ajena totalmente a la realidad del hombre que, a duras penas en camino a aquel edificio
por salir de clase e ir a cambiarse, no llegaría a tiempo.
Así que mientras el autobús en el que iba Jeon Jungkook se alejaba —sí, el hombre
estaba a aprendiendo a montar en autobús. Una parte insoportable de su terapia— Kim
Taehyung, el Kim Taehyung que todos conocemos, se bajó de un taxi a toda velocidad,
con su cabello revoloteando desordenado, y la camisa de botones blancos mal puesta
sobre unos jeans negros.63
La Doctora Kang estaba ya un poco frustrada por la impaciencia cuando tocó la puerta. Y
cuando el hombre la abrió, y cruzó el umbral, le fue imposible a la mujer el evitar ampliar
sus ojos, con la perplejidad golpeándole el pecho.
Oh, maldición.
Era él.
El castaño, con un ligero temblor de las manos por la vergüenza y los nervios, sonrió con
timidez haciendo una reverencia que hizo a sus hebras rebotar por todo su rostro y
hombros. La rubia frente a él se sintió sonrojarse.60
Sin embargo, aquello no mitigó la incertidumbre que comenzó a carcomerle dentro. Las
sesiones de los dos hombres habían estado prácticamente una después de las otras. ¿Y si
se habían cruzado?
No lo parecía.
¿Entonces no?2
¿Y ahora iba a ser la terapeuta de esos hombres que tenían el corazón lastimado por el
otro? ¿Al mismo tiempo?135
Por dios.
Ella era sólo una profesional a sus ojos, no la doctora de un hombre de su pasado. Tenía
que comportarse de acuerdo a su profesión.
—Oh, discúlpame. ¿Eres Kim Taehyung?— preguntó, en tono de voz ameno, que
enmascaró por completo la ligera tensión que se le acumulaba dentro.
El chico sonrió más amplio, viéndose aterrado en medio de aquella mueca que delineaba
un cuadrado. Bueno, debía estarlo.
¿Clases?
Tenía que parar con eso en ese mismo momento. Cada uno de sus pacientes era un
cuadro sorpresa del cual después vería su textura y colores. Porque tuviera unos
pacientes en común no iba a alterar eso. Dijera lo que hubiera dicho Jungkook, esto era
a parte. Esta era la primera vez que ella veía a ese chico.1
Así que sonrió, con la facilidad que se le daba, e intentando de verdad ser gentil.
Taehyung se veía modesto y agradable. Quería tratarlo igual.
—Oh, no se preocupe. Lo dejaré pasar, a penas es la primera sesión, ¿no?— dijo, con
suavidad. El chico pareció relajarse, entonces— Por favor, tome asiento.
El castaño, aún tímido, recordó de golpe que lo más seguro era que fuera un desastre.
Así que peinándose un poco con los dedos y apartando las hebras de su rostro, se
acercó y se sentó en el asiento frente a ella.
—Bien, Taehyung– dijo, y los ojos del chico, brillantes, la miraron atento— ¿En qué
puedo ayudarte?2
—Solo suéltalo. No te aferres a los prejuicios para hablar. Aquí, dentro de estos muros,
eres libre, Taehyung. —exclamó.4
—Claro, dime.
Fanfic
[♦♦♦]
El amor no es tristeza.
Así que buscar respuestas no será suficiente si el amor hace de ley en medio de todo lo
roto y corrupto.
Capítulo 84
No estaba contando las semanas de forma sagrada, ni nada por el estilo, pero tenía la
fortuna de ser bien follado por el pelinegro hacían al menos, ¿2 meses?
Aumentó la rapidez, queriendo más, queriéndolo todo. Jungkook le había dicho desde el
inicio de aquel acuerdo que no iban a tener ninguna formalidad, que solo se
encontrarían para sexo. Pero maldición, le era en extremo imposible no imaginarlo:
teniendo acceso a su sensual cuerpo todas las mañanas, que fuera suyo por completo.
Fantasías hermosas. Pero de nuevo, imposibles.144
Porque el carácter de Jeon Jungkook era tan rígido como una roca. Si era blanco, era
blanco. Si era negro, negro se quedaba.16
Las estocadas rápidas y bruscas crearon sonidos secos de fricción en la habitación. Los
gemidos de ambos se mezclaron, y los llevó al climax.
Aunque no juntos.58
El orgasmo golpeó primero a Young Soo, que lo hizo tensar todo el cuerpo y temblar
mientras depositaba su esencia en el abdomen de Jungkook. Soltó un gemido lastimero,
deteniéndose por completo, y sintiendo cada extremo en él tornarse hipersensible.26
Jeon Jungkook, entonces bajo él, acostumbrado a aquella reacción (Young Soo solía
correrse primero), esperó pacientemente a que se recuperara un poco, y se incorporó un
poco para levantarlo. Sin embargo, la desconsideración no hacía parte del corazón del
chico, que ahora un poco mejor pero algo atontado por la réplicas, se removió hasta que
Jungkook saliera de él, y apoyándose de nuevo en sus muslos se acomodó entre sus
piernas. Con la respiración agitada y las mejillas tan rojas como tomates, quitó con
Fanfic
Jungkook le tomó del cabello con la "amabilidad" que siempre le caracterizaba, y gimió
en jadeos sintiendo aquella asombrosa boca —tenía que reconocerlo— mimar su
palpitante erección. Queriendo llegar de una vez, guió los movimientos de su cabeza,
demandante, reprimiendo las ganas de dejar fija su cabeza para simplemente follarle la
boca. (Young Soo no lo soportaba) Y gruñó sintiéndose cerca por fin. Le hizo chupar más
rápido y un poco más profundo, y tensando todo su cuerpo, alejó la boca del chico de
golpe para correrse en su rostro.76
—Que buen chico— exclamó mirándolo fijo, entre jadeos, con un tono pícaro y una
sonrisa ladeada. El contrario rió un poco, recuperando el aliento y recostándose
momentáneamente en su toque.
215
[♦♦♦]
—No, no. No puede ser a las ocho de la mañana, tengo una reunión con el Señor Hong.
—respondió Jungkook en su móvil, hablando con una de sus subordinadas. A este punto
de su trabajo, ascendido, extrañaba como el infierno su pequeña oficina en la que casi
nada lo molestaba. Esos habían sido buenos días. Ahora, como director de todo el
departamento de Ilustración en su editorial, se arrepentía de tener un teléfono móvil por
Fanfic
En la radio de la cocina sonaba una canción. Kim Young Soo, con el cabello goteando de
la ducha que había tomado, fue con la toalla en la cintura en busca de un café. Encendió
la luz y caminó buscando con la vista la pequeña máquina cafetera.38
Si fueras música...
Yo bailaría.289
El chico frunció ligeramente el ceño. ¿Por qué Jungkook no tenía una cafetera?73
Si fueras música...
Yo bailaría.136
—Necesito que imprimas en pasta delgada cada una de las muestras. El Señor Hong
quiere ver una aproximación de las opciones para su portada. Sí... sí— continuó
Jungkook, viendo en el reloj de la sala de muebles negros marcar las nueve de la noche.
Y la radio, anunciando el inicio de una nueva canción, fue apagada por Young Soo con el
dedo índice. Salió de la cocina luego de poner a calentar agua.
Young soo ladeó la cabeza, sonriendo ligeramente, y se acercó hacia él con sigilo.
Jungkook sintió cuando el chico se montó en sus piernas. Sin embargo, eso no lo
perturbó de su trabajo. Tenía que enviarle todas las muestras a su subordinada para que
tuviera el trabajo listo para la mañana del día siguiente. Eso era realmente importante.
Los autores solían ser jodidamente desquiciados si no se les obedecía en sus peticiones.
Young Soo entonces lo miró fijamente, posando las manos en su abdomen. Algunas
gotas de agua de su cabello salpicaron los pantalones de Jungkook.
—¿Qué te dije sobre gotear, Young Soo? —espetó entonces el hombre. Aún sin
despegar su mirada del móvil.101
Jungkook suspiró: —Te duchaste, fuiste a poner a calentar agua y sacaste el café
instantáneo.
—No hablo de esa atención— protestó el chico. El pelinegro entonces apagó el móvil y
lo dejó a un lado, permitiéndose unos minutos para centrarse en él.60
—¿Qué ocurre?
—Ya no me gusta la atención que me das— riñó, con sequedad, jugando con la tela de
la camiseta de Jungkook. Entonces hizo ademán de levantarse y alejarse.41
El mundo de Young Soo dio entonces un vuelco. Sentir su agarre fuerte y su mirada
encima era la única atención que realmente necesitaba. Y ahora su corazón estaba
acelerándose.
Se acercó hasta él para besarlo. Después de unos segundos de que sus labios estuvieran
tocándose, Jungkook tomó el control de los movimientos y acunó sus mejillas con las
manos.
—Young Soo, ¿qué pretendes?— preguntó, sintiendo la erección del chico bajo la toalla
haciéndole presión a su abdomen.48
—Quiero hacerlo de nuevo— musitó él, cerca a su boca. El contrario pareció pensativo
un pequeño, realmente pequeño instante.
–No importa.
—Sabes que sí te importa— repitió, aún mirándolo fijo. Se quedaron ambos unos
segundos en silencio.
—Tienes razón— adimitió, desilusionado. Había querido evadirlo, pero Jungkook decía la
verdad. Si follaban de nuevo, su cadera iba a destruirse y no sería ni capaz de caminar al
día siguiente. Odiaba ser tan sensible —Ah— se quejó entonces, cual niño pequeño,
agachándose lo suficiente para recostarse en el pecho del hombre, cuyo agarre en sus
caderas se desvaneció con aquel gesto. —Estoy aburrido.1
Young Soo levantó el rostro solo para mirarlo con molestia. Jungkook a penas si
parpadeó.
Fanfic
—Lo digo porque sé que no soy la mejor compañía del mundo— continuó Jungkook al
percibir aquella hostilidad en sus ojos— Soy como un anciano cascarrabias. Lo sabes
bien— admitió, aún sintiendo el cabello del chico salpicarle.
Young Soo abultó su boca, y entrecerró sus ojos incorporándose hasta sólo quedar
sentado.23
—¿Y si salimos a algún lado?— preguntó Young Soo— La noche sigue siendo joven. Y
mañana no trabajamos.11
Young Soo pareció realmente pensativo los primeros segundos, en los que Jungkook no
le despegó la mirada. Pero su vista se iluminó poco después.
—Oh, ¡oh! Podemos ir a un club del centro que re-modelaron hace poco. Mis amigos
dicen que es genial.38
—¿Cuál es? —preguntó, sintiendo sus manos mojarse con pequeñas gotas de agua.
El viento hizo chillar a las ventanas de nuevo. Siendo a penas perceptible para aquellos
dos hombres.
Fanfic
Jeon Jungkook dejó su expresión completamente intacta. Desvió la mirada del chico para
parecer que estaba pensando.
De repente quiso reírse. Pero en vez de eso, cortó todos los hilos de su cabeza que le
llevaran alguna idea con aquello en lo que no pensaba, y respiró de manera silenciosa.4
Entonces levantó finalmente la mirada hasta el hombre que esperaba una respuesta suya
con un brillo en sus orbes, y empuñó las manos desde un ángulo que no pudiera notarlo.
Le sonrió.
—Claro, vayamos.
Fanfic
Capítulo 85
En dos años, la vida había traído una gran serie de cambios para el pelinegro Jeon
Jungkook. En el momento en el que había bajado la guardia, su mundo había cambiado
en un abrir y cerrar de ojos.
El correr del tiempo había pasado a ser un punto irrelevante, como a quien se le pasa la
vida a oscuras. No estaba seguro de haber asumido los cambios realmente hasta aquel
día, al despertarse. En la mañana se había quedado un rato suspendido en su cama
mirando el techo con la mente en blanco frente a todos esos cambios. Sus días, quizá
por la ausencia de relevancia o interés, corrían y casi volaban sin dejarlo ser consciente.
¿Cómo una persona podía perderse en un lapso de tiempo? ¿Qué tanto podía hundirse
una persona en la rutina? Ni siquiera la Doctora Kang le había dado una respuesta clara
cuando se lo había preguntado hacía unos meses.
A partir de eso su mañana había sido un poco diferente a las que estaba acostumbrado.
Además de quedarse observando su techo, había sido más lento en cada actividad que
había realizado. Afortunadamente aquel día sólo había tenido que estar en la editorial
unas horas, ya que el resto de trabajo podía hacerlo desde casa. Pero salir de casa y
comunicarse en su cotidianidad no había alterado su estado meditabundo. Había llegado
a casa antes del medio día, resuelto de todas sus responsabilidades, y después se había
Fanfic
Entonces sus labios se habían apretado hasta formar con ellos una fina línea. Su corazón,
aletargado dentro de su pecho, se inquietó.
Su mirada se desvió hasta el fin de la calle, y más allá de lo que su vista le permitió.
Yendo en aquella dirección que había memorizado casi odiosamente, y reprimió un
suspiro.
Puso el dedo pulgar contra su ojo para intentar borrar aquella zona de su vista.
Fanfic
Lo sabía.
Como decía antes, su vida había cambiado. El Jungkook de hacía dos años no era el
Jungkook que se levantaba ahora. Su cotidianidad se había sometido a demasiadas
modificaciones como para permitirse salpicarse de pasado. Tenía un nuevo trabajo. Tenía
nuevos amigos y colegas. Hacía muchas cosas nuevas. Había comenzado a ejercitarse.
Había controlado casi en su totalidad su trastorno (la Doctora Kang decía que ya estaba
en la etapa final). Y se había forzado a romper un poco de su caparazón para permitirse
conocer de los placeres del mundo. Salía más, tenía una vida sexual activa e
informalmente divertida. Todas esas eran cosas que merecían su atención todo el
tiempo. Eran cosas que él mismo había conseguido y apreciaba con orgullo. Así que,
¿por qué se perdía en sus recuerdos?4
¿Pero que tan feliz eres con todo eso que dices tener? Cuestionó una vocecilla en su
cabeza. Mandando entonces corrientes de pelinegros en llanto llamándose a sí mismos
su hermano, cartas de madres y fugaces ojos almendras infinitamente hermosos.29
Su corazón latió de una forma anormal frente a aquel pensamiento, logrando hacerle
estremecer. La brisa se hizo un poco más fuerte, haciendo que el viento le pitara en los
oídos, así que se decidió en internarse en su casa.
Fanfic
Estaba bien.
—Está bien— repitió para sí mismo. Consiguiendo un poco de tranquilidad gracias a eso.
Respiró profundo deteniéndose en la mitad del cuarto, y se pasó las manos por el
cabello sin mucha fuerza, intentando drenar la tensión que se le había acumulado
dentro. —Todo está bien— musitó, moviendo sus hombros y estirando su cabeza hacia
los lados. Sacudió entonces los brazos, y miró hacia el reloj de la pared.3
Tenía que salirse de su cabeza antes de que se fuera más profundo de lo que había
aprendido a distanciarse.
Caminó a zancadas hacia su habitación hasta tomar su móvil de la mesita de noche. Con
dedos algo torpes y rápidos fue hasta sus contactos, y presionó llamar al mismo tiempo
que llevaba el aparato hasta su oreja.
—¿Hola?
—¿Qué? E-espera— pidió Kim Young Soo tras aquella bocina, tan desconcertado como
el infierno.
—¿Mmm?
—Bien.
Y con ella, gracias al cielo, el desvío de pensamientos que había tenido hacía un
momento.60
Era un alivio.
[♦♦♦]
Con la música aturdiendo todo el club Peach Blues, Jeon Jungkook junto a un muy
emocionado Kim Young Soo bebió hasta el fondo un patético (a su parecer) cóctel frutal
al cual a penas si se le distinguía el licor. El club, lleno de gente a reventar por la
remodelación reciente, realmente tenía novedades: su temática era ahora púrpura, y
tenía luces neón en todas las mesas. Destacando en cada esquina los puestos de licor y
espectáculos con shots con sus propios bartender. Además, conservando la vieja pista de
Fanfic
baile, habían instalado otra al otro lado de toda la zona de bar, ampliando el espacio y
almacenando así al doble de personas.46
Volvió la vista hasta Young Soo para reparar y detallar su expresión. El chico, aún en sus
veinte y dos, parecía querer estallar de felicidad por estar allí dentro. De repente, a
Jungkook le vino la idea de que, en cuestión, por poco doblaba la edad del susodicho. Y
que —pasando ahora a dar otro vistazo al club— todas las personas allí dentro serían de
su misma edad.67
Él siempre había apreciado los lugares silenciosos y calmados. Ésto era... insoportable.
Había estado incómodo como el infierno, obligándose a seguir un juego que terminó
llevándolo hasta la entrada del local después de forzarse a disfrutar el espacio. Esa había
sido una madrugada muy fría en Seúl.
Aquello le hizo cerrar sus ojos de una forma instintiva. La música le retumbó en los oídos,
de una manera desagradable.
Una sensación le subió por la garganta. Una sensación que no logró materializarse
cuando Young Soo le dio toquecitos en el hombro.
Gracias a Dios.
—¿Jungkook? ¿Estás bien?— preguntó el chico, a gritos por el ruido del lugar.
Los ojos del mencionado se abrieron de golpe, entonces. Parpadeó un par de veces
antes de mirar a Young Soo y asentir con la cabeza, sonriendo levemente.
Su corazón latió con impaciencia. Pero él, tomando el control de sus sentimientos,
decidió que cedería un poco a Young Soo, se quedaría un rato y después haría su
camino afuera. No quería quedar como un amargado excéntrico.
Lo seguía siendo.
—Sí. Young Soo— exclamó, llamando su atención y provocando que se acercara para
oírle— ¿Te has instalado por completo, aquí en Corea?— preguntó. Intentando,
solamente, hablaarle sobre algo— ¿Ya dejaste de quedarte con aquel primo, con el que
no simpatizas?
El chico oyó lo que dijo y rió un poco: —Así es— respondió— Estoy alquilando un lugar
hasta que encuentre algo mejor. Mi primo tiene una situación con su muy pegajoso
mejor amigo, así que decidí irme antes de que todo se volviera un lío.180
—¡Sí!— exclamó Young Soo entre risas— Tiene al chico pegado de la cadera. Han sido
de esa forma toda la vida— explicó. Aún entre gritos— Lo entiendo en cierto modo.
Porque bueno, el chico tiene algo así como fobia a la sangre y mi primo lo ha cuidado
prácticamente desde que se conocieron. Pero el tiempo que estuve quedándome noté
una gran tensión en su relación. Y mi presencia no le ayudó mucho a mi pobre primo, lo
sé— admitió, entre risas. Y Jungkook rió también, fingiendo estar interesando, pero
estando tan distraído como nunca.247
Todo ese ruido, que empeoró, cuando un grupo de personas entró y se hizo camino por
aquel club lanzando gritos y vítores.85
Casi todo el mundo los estaba mirando para entonces. Para Jungkook fue imposible que
no captara su atención.
Fanfic
Capítulo 86
Kang Yeo Reum ladeó un poco la cabeza, atenta a las palabras del pelinegro Jeon
Jungkook.
La rubia frente a él, no evitó deslizar la mirada hasta la planilla de pacientes. Distinguió el
nombre de Taehyung para la sesión que tenía pasadas dos horas, y respiró profundo.
Para eso había -ligeramente- alterado su agenda para que nunca más tuvieran la
oportunidad de que se vieran uno tras otro. No sabía porqué lo había hecho, del todo.
Ya que de cierta forma estaba incumpliendo su ética laboral. Pero por otro lado, estaba
convencida de que era mejor de esta forma. Jungkook no estaba bien. De las sesiones
que llevaba con Taehyung, sabía que él tampoco lo estaba. Y que si llegaban a
encontrarse, sería peor.6
Así que...
Estaba bien de esa forma, bajo su control. No quería alterar ningún proceso de los
chicos.
Entonces devolvió la mirada hasta Jungkook, y llevó su mano hasta la caja de pañuelos al
ver la primera lágrima recorrerle la mejilla.21
—No, no— exclamó, limpiándose rápido las mejillas— No estoy llorando, no gaste
innecesariamente sus pañuelos.4
Jungkook primero la miró a los ojos, y después a sus manos. Parpadeó un par de veces,
pareciendo confundido, y quedándose quieto.
—No tienes porqué reprimirte, Jungkook. — afirmó, con la voz suave y amena— Tienes
razón. No te haría mal soltarte de los recuerdos de Taehyung. Pero todo es un proceso.
Fanfic
Todos los procesos tienen un tiempo. Y duele. –Jungkook volvió a mirarla a los ojos—
Está bien que duela. Será más tortuoso si lo dejas dentro de tí. No estás solo llevando
esta carga.
La mujer sonrió ligeramente cuando al parar de hablar el hombre le recibió los pañuelos,
de nuevo sin mirarla, y dejando otra pequeña perla salina salir de sus ojos.
Jungkook suspiró con fuerza, y asintió con la cabeza, con una pequeña lágrima
deslizándose hasta su nariz.
32
[***]
Entonces la pequeña multitud soltó más vítores. El club Peach Blues, a más de las once
de la noche, se había vuelto el perfecto salón de fiestas para aquel grupo de personas.
Cada uno de ellos, exhaustos, y orgullosos por la inauguración de una nueva galería de
nombre Café de Menta, estaban más que dispuestos para celebrarlo a lo grande. Habían
sido semanas de arduo trabajo para ellos y el dueño.118
Minjae, uno de los asistentes, rió fuerte de un chiste de sus compañeros mientras
buscaba al dueño de la galería con la vista. El hombre, en alguna de esas semanas pre
Fanfic
inauguración, se había quejado del cansancio rogando por Mojitos frescos para beber.
Ahora que tenían la ocasión, en definitiva iba a invitarle a uno. Se lo merecía. Había sido
un estupendo líder, y parecido más un amigo que su jefe.34
Mientras esperaba que lo prepararan se recostó en la barra apoyando en ella los codos,
y le dio un vistazo al club. Era su primera vez allí. Y aunque no era tanto de su estilo, era
perfecto para festejar, y eso era suficiente para ese momento. Era justo lo que todos
habían necesitado.
Algo en él se encogió.
¿Qué?
Abrió los ojos de un golpe, sintiéndose de repente incómodo. No identificó la razón los
primeros segundos, pero no tardó tanto en identificarlo cuando dirigió su mirada hasta
el extremo del Club, que oscuro, no le dejó distinguir bien la figura de un hombre que le
miraba fijamente.
Oh.120
Fanfic
A penas si espabiló cuando cruzó la mirada con él. Parpadeó con rapidez intentando
reconocer algo más allá de sus ojos brillantes con el reflejo de unos lentes redondos.
Pero antes de lograr algo, relajó los hombros cuando sintió que el hombre apartó la
mirada.
Aunque eso no mejoró del todo el hecho de que al dejar de mirarlo, pasó los ojos por
todos sus compañeros. Se incorporó entonces, para analizar la situación. Aquello le
pareció más que extraño. Hubiera indagado un poco más, pero unos toquecitos en su
hombro le hicieron volverse, trayéndolo a la tierra.
Era su jefe.
Kim Taehyung.198
El hombre frente a él, de ojos avellana cómplices, expresión divertida y su cabello hasta
un poco más abajo de las orejas, (bastante largo para el gusto de Minjae. Y eso que el
Fanfic
castaño les había dicho que lo había conservado mucho más largo) frunció de forma
juguetona el ceño soltando una risita.95
—¡Te he pillado, Jae!— acusó, señalándole con el dedo. Minjae tardó en reaccionar a sus
palabras por lo embobado que estaba.
—¡Te has pedido un Mojito a mis espaldas! ¡A eso puedes llamarle traición!— exclamó
Kim Taehyung, con 24 años y un par de aretes plateados reluciendo en una de sus orejas
entre las hebras de su cabello corto con destellos dorados por las luces; sonriendo
ampliamente, delineando el cuadrado que traía muerta a al menos la mitad de La
Facultad de Artes que lo vería graduarse en unas semanas.120
—¿Qué?— repitió— ¡N-No, jamás lo haría, Sabonim! Esto es para usted. Lo pedí para
usted. Habíamos quedado en que le invitaría uno alguna vez, ¿no es así?— exclamó,
alegrándose al ver su sonrisa ampliarse y dejarle soltar otra risa. Recibió un pequeño e
inocente golpe en su hombro y rió junto a él cuando dio unos saltitos cual niño
pequeño.
—¡A esto le llamo caballerosidad! —respondió Taehyung— Gracias, Jae-Jae. ¡Y deja los
honoríficos! Llámame Tae. Odio las formalidades.
Minjae volvió a reír, aceptando sus palabras y viendo como el castaño tomaba su Mojito
y llamaba la atención de todo el grupo de trabajo.
–¡Atención! —gritó, dejándose llevar por la euforia— ¡Levanten sus copas!— todos los
participantes de aquella celebración le miraron— ¡Por "Café de Menta"! —gritó, siendo
seguido por el resto del grupo, que gritó lo mismo y levantó sus copas para hacer un
Fanfic
brindis y chocar los cristales. Los vítores volvieron, y Kim Taehyung tomó hasta el fondo
de su Mojito.54
Terminó su Mojito.
Pidió otro.
Se dejó llevar.
En el club que en algún momento había abierto un ciclo de su vida. Y después de años,
volvía a hacerlo.
[♦♦♦]
Después de diez mojitos y varias cervezas, Minjae tuvo que tomar fuerte al castaño que,
bailando con descontrol, lanzaba pequeños afiches publicitarios de la galería por todos
lados.76
—¡Jae-Jae! ¡No hagas esto, ven y bailemos!— exclamó entre todo el ruido. Con los
papeles en una de sus manos, la mirada brillante y las mejillas tan rojas como tomates.
Tenía algunas perlas de sudor acumuladas en su frente para entonces.
—No, Tae. Tú tienes que ir a casa. Fue suficiente fiesta— respondió Minjae, alejándolo de
la pista de baile, con una de sus manos en su cintura y otra en su brazo.2
—¡Noo! —se quejó Taehyung, abultando sus mejillas en un puchero. Con su mano libre
esparció los afiches que le quedaban— ¡Todos están invitados! ¡abrimos hoy!
Taehyung, sintiendo las piernas lo suficientemente débiles para resistirse, caminó casi a la
par del hombre a su lado mientras iba a casa.
—Mi casa es más una bodega que una casa. — acusó. —Has estado ahí, lo sab- ¡Oh!—
se quejó, al chocarse con alguien y sentir gracias a eso que su mundo se había dado un
vuelco. Su cuerpo entero se tambaleó, y se salvó de irse al suelo gracias al agarre de
Minjae. —L-lo siento tanto, es que estoy viendo borroso— exclamó, disculpándose con
el chico que se componía del estrujón mirándolo con una sonrisa nerviosa.
Era pelinegro.52
El chico sacudió la cabeza hacia los lados, negando: —No te preocupes, está bien– le
dijo, irguiéndose.
—Igualmente, lo siento.
La música a todo volumen no lo dejó ser muy ágil con lo que sucedía. El hombre tras el
chico lo miró fijo unos segundos, y acomodando algo en su bolsillo tomó la muñeca sin
mucha amabilidad del chico con el que había chocado y lo jaló para que se fueran.
Minjae entonces volvio a tirar de él.
—¿Qué con eso?— preguntó Minjae, frunciendo el ceño. Por fin logró que Taehyung se
sentara en una de esas sillas altas junto a la barra. Suspiró a sus adentros con alivio.
—Se vio como... —ladeó su cabeza, meditando para encontrar las palabras—... no sé,
¿posesivo? Aunque eso lo exagera un poco. —dijo— Se vio más bien, como...
demandante... — dijo, acostumbrado a ese punto a la música en sus oídos—... m-mi
psicóloga... mi psicóloga dice—murmuró entonces, sintiendo ahora ganas de cerrar los
ojos.37
Minjae, que estaba a punto de alejarse, vio su cabeza viajar hacia el suelo así que la
atrapó con rapidez para que cayera en su hombro.
Fanfic
—¡Tae!— exclamó, ahora un poco más nervioso que antes. Por su poco dominio de su
persona, y su cercanía.
—Pero, no sé, eso es...— la voz del castaño comenzó a desvanecerse mientras más
hablaba—... tan sexy. Es... como...111
Minjae sintió todo su peso contra él, y suspiró con pesadez dándose cuenta de que se
había quedado dormido.
Lo tomó en sus brazos como pudo antes de partir y salir de allí una vez por todas.
Dejando simplemente en el aire, todas las palabras que había dicho Taehyung.
Fanfic
Capítulo 87
Las luces de las farolas se hicieron destellos borrosos mientras apretaba el manubrio en
sus manos. El viento hizo rechinar las ventanillas, contrastando con la calidez de la
calefacción dentro del auto. Jungkook acababa de detenerse.
Y Kim Young Soo, de copiloto, hablaba sin parar a su lado, algo impulsado por el alcohol
en su sistema.9
Aunque bueno —Jungkook se pasó una mano por el rostro brevememente para ocultar
la exasperación— al parecer, aquel chico no sabía hacer otra maldita cosa que parlotear.
―En fin, ¡lo disfruté mucho hoy! Aunque eres igual de callado fuera que dentro de casa,
¿verdad?― aquello lo había dicho Young Soo, con un claro deje de malestar en su voz e
intentando derrumbar la clara muralla que había puesto Jungkook hacia él. Sin embargo,
Jungkook de nuevo no le escuchaba. Observó al pelinegro mayor mirar fijamente el
Fanfic
Jungkook, por su lado, ya ni siquiera podía ir sus propios pensamientos. Su corazón latía
con desenfreno en su pecho impidiéndole cualquier concentración con el exterior. Estuvo
estático en su puesto hasta que percibió de alguna forma que el coche estaba
demasiado silencioso.
Sus labios se entreabrieron al ver al chico mirándole, con un claro deje de enfado en su
expresión. Entonces en un fugaz raciocinio fue consciente de lo que había hecho —ahora
y toda la noche— y dejó caer los hombros, soltando el manubrio y dejando sus manos
en los muslos. Permaneció boquiabierto.
—Young Soo— dijo entonces, sintiendo su garganta caliente y perezosa. Maldijo a sus
adentros mientras se mordía el interior de la mejilla. ¿Por cuánto tiempo había estado en
silencio hasta ahora que su garganta se sentía de esa forma?
El pelinegro mayor desvió la mirada de sus ojos y miró el edificio de residencia del chico
tras su ventanilla.
Y aquello fue evidente para el chico, que mirándolo aún fijo, suspiró con irritación y se
quitó el cinturón de seguridad.
—Adiós, Jungkook— no quiso decir nada más. Algo mareado por sus cócteles frutales, y
con simples ganas de irse antes de querer gritarle cuál era su maldito problema. Siendo,
de esa forma, lastimosamente ajeno a lo que rondaba por la cabeza del contrario.
—Adiós— respondió Jungkook. Viéndolo abrir la puerta del copiloto. Antes de que el
chico, ya fuera, cerrara la puerta, exclamó—Te llamaré.
¿Por qué se molestaba en decirle esas cosas? ¿No podía dejarlo en un "adiós"?
[♦♦♦]
Los relojes de Seúl marcaron las tres de la mañana cuando Jungkook puso pie en el
parque de su vecindario.
Caminó lento, sin prisa, escuchando sus pasos y el sonido de su respiración. La brisa
helada de la noche le despeinó ligeramente el cabello, y se decidió en guardar las manos
en los bolsillos de su abrigo para mantenerse cálido.
Tomó una bocanada de aire y suspiró con fuerza, viendo su aliento convertirse en vapor,
y bajó la cabeza. Estaba algo frustrado.
Sacudió la cabeza.
Empuñó las manos dentro de sus bolsillos. Qué jodidamente pequeño era el mundo,
ahora que podía dimensionar.
¿Cómo era posible que esa misma mañana se hubiera detenido a contemplar las
posibilidades de las que huía en secreto?
Pensar era completamente libre, claro, y no se había sentido mal al hacerlo. Pero la
materialización de sus pensamientos había volcado toda la falsa osadía que había
querido construir.
Quiso sostenerse el puente de la nariz y apretarlo. Pero esperó para reaccionar cuando
alcanzara alguna banca en la cual sentarse. Aún le faltaban unos metros.
Sin embargo, no pudo esperar para comenzar a darle vueltas a aquello que había
conmocionado a cada célula de su cuerpo sin parar a través de las horas. Aquello por lo
Fanfic
que había decidido salir a caminar en vez de ir a casa y dormir, por tener que trabajar
temprano.
Finalmente.97
Después de años.9
Después de las noches en vela en su nombre que había presenciado a partir de allí.
Después de todas las dudas, de las sesiones con su terapeuta en las que no había podido
dejar de hablar de él, de todos los sueños en los que había atormentado a su corazón, y
después de haber archivado, casi exitosamente, los recuerdos que tenía con él.3
Sus ojos habían logrado contemplarlo, y actualizar la imagen, ya borrosa, que tenía sobre
él.
Porque él, se había propuesto hacía más de un año, en olvidarlo. Por su bien. Por su paz
mental y la estabilidad en sus emociones.
Y lo había logrado.
Pero el tiempo curaba las heridas. Quizá con lentitud, pero lo hacía. Y después de meses,
aquella cabellera castaña se había perdido en su vida y la infinidad de ocasiones.
Y hasta ahí había llegado. Hasta aquel día. Hasta aquel momento.
Aquel momento en el que su cabeza había decidido sacar del polvo todos, y cada uno
de sus recuerdos con el aparecer de su rostro.3
Que tontería.
Se pasó las manos por el cabello, volviendo a suspirar, y volviendo también a Taehyung.
Él había cambiado.
Pero, él...
Sí, quizá sólo lo había mirado en silencio como estúpido —porque no había logrado
apartar la mirada de él. Qué desastroso— desde el fondo del Club Peach Blues,
olvidando cada acción mecánica de su cuerpo. Pero el cambio era evidente.
Fanfic
Lo primero había sido su cabello. Lo había cortado hasta un poco más abajo de sus
orejas, con flequillo de la misma longitud cayendo a ambos lados de su rostro lampiño.
Jamás se lo había visto tan corto.31
Ya no tenía la cara de niño por lo que tanto lo molestaba. La misma que tanto le había
fascinado. Ya era un adulto.79
Era más que obvio que había avanzado. Habría tenido que hacerlo.
Incluso se alegraba por él. Por mucho tiempo se había preguntado qué iba a ser del
chico, y esto, de alguna forma, eran buenas noticias.
Se veía feliz. Se había visto feliz. Parecía tener amigos y compañeros. Incluso tenía su
propio perrito faldero —por alguna razón, se negaba a llamarle a aquel peli marrón que
le había invitado un trago pretendiente o amigo íntimo— y parecía que había hecho su
carrera y tenía un trabajo.28
¿Cómo lo sabía?
Fanfic
Agradecía que Taehyung hubiera estado borracho. Esperaba que lo hubiera estado lo
suficiente para que no le hubiera reconocido. El hecho de que Young Soo se hubiera
chocado con su hombro al salir, había dado la excusa —o el error perfecto— para
agacharse y tomar uno de los papeles que el castaño había lanzado por los aires en
medio de su celebración llamativa.
Pero no había servido de nada. No servía para nada. ¿Para qué lo había recogido? ¿Para
ponerse más incómodo? ¿Para torturarse un poco? ¿Qué era?22
Soltó un gruñido.
Sí, bien. Ahora sabía cuál era su trabajo. Ahora sabía que ese día habían inaugurado su
galería de nombre "Café de Menta" —¿de dónde había salido aquel nombre, de
hecho?— Ahora sabía dónde estaba ubicada, y los descuentos de apertura.116
Ahora sabía los horarios en los que estaba abierta, y los días que cerraba.4
Suspiró por milésima vez. ¿De verdad, por qué estaba pensando en eso?
Qué tontería.
Lo era, sí.
Pero...
¿Pero?29
Capítulo 88
Había sido prácticamente imposible no contemplar la idea a partir de aquella noche.3
Asintió con la cabeza, tomando nota de las modificaciones que uno de los autores de su
edirorial quería hacerle a portada de su libro. Sintió el inicio de una jaqueca irradiar en su
frente.
Apoyó los codos en la mesita de ese café en el que estaban conversando y volvió a
asentir con la cabeza, haciendo como que entendía de lo que hablaban.
Reprimió un suspiro.
Mordió con fuerza su lengua cuando su cabeza mandó una respuesta inmediata. En su
pecho se agitó la vergüenza.
Era tonto.
Así que un reencuentro, por mucho que delirara al respecto, no sería agradable. No sería
como quien se encuentra a un viejo amigo. Una vez allí no se sentarían a hablar del
pasado. No sería ameno.
Era una mala, muy mala idea. Sólo tenía que convencerse de eso para dejar de pensarlo
(añorarlo).
Y callar así todas las corrientes de su cabeza que estaban ahora curiosas por Taehyung.
Fanfic
Curiosas por cómo había resultado su vida, dónde vivía, qué había cambiado, qué hacía,
cómo estaría Frida, y si sería feliz.99
No valía pena.
Pero...
¿Qué?
Pero quizás...
¿Pero quizás?
—Así como lo dijiste tú. Huiste, y guardaste lo que sentías. A pesar del tiempo que pase,
aquello sigue atormentándote. Así que, ¿por qué no cambiar eso? No digo que vaya a
tener el resultado que quieres. Pero el primer paso podría ser liberarte.
Fanfic
Joder.
Era una oportunidad para verlo. Hablar con él y explicarle todo por lo que se había
equivocado antes. Todo por lo que había pasado y las malas decisiones que había
tomado a costa de eso.
No, no, no. Protestó una voz en su cabeza, con un tono tembloroso y denotando
angustia. Las heridas volverán a abrirse. Las heridas volverán a abrirse. No estamos listos
para esto. No. No.62
Sin embargo, otra voz, mucho más calmada y oculta en el fondo de su inconsciencia, le
respondió, amena:
A ese punto, el único en la reunión con el autor y Yi Jung era el cuerpo de Jungkook. Ni
un centímetro de su cabeza estaba ahora enfocada en la realidad. O al menos en la
realidad en la que necesitaba existir.
Cuando le golpeó con cuidado la pierna, bajo la mesa, se mordió el interior de la mejilla
con algo de inquietud naciendo en la boca de su estómago. El hombre a penas si la miró
y pareció reaccionar, pero de una forma muy ligera. ¿Qué le pasaba, de repente? Aquel
día en particular, desde que se habían encontrado en la oficina en la mañana, su Sunbae
parecía no haberse incluído en el planeta tierra. Le había visto con ojeras pronunciadas,
Fanfic
pálido y aletargado de una manera soprendente. Su cuerpo se movía, ¿pero había algo
moviéndose en su cabeza? No lo parecía.10
Porque aquella desconcentración era provocada también en las personas que tenían
mucho en que pensar. Encerrándose, y debatiendo consigo mismo. Así que fuera cual
fuera la razón, ¿se le podía culpar?
Yi Jung observó a Jungkook responder de forma trivial a las palabras del autor y suspiró
profundo a sus adentros, tomando el liderazgo de la conversación a partir de allí, algo
compasiva con su Sunbae.
Y Jungkook, aún demasiado distraído para notarlo, sorbió de nuevo de su agua con hielo
y se frotó el puente de la nariz, congestionado de pensamientos.
[♦♦♦]
Al salir del autobús sintió sus botas de lluvia chocar contra un charco en la acera. Su
cabello, mojándose en la milésima de segundo que tardó en abrir su paraguas de tela
transparente y ponerlo sobre su cabeza, se despeinó a causa del viento de tormenta.10
Kim Taehyung miró con orgullo sus botas de lluvia y sonrió tiernamente, delineando un
cuadrado con su boca y con sus mejillas algo sonrojadas. Al contrario de lo que decía
todo el mundo, él en realidad amaba las botas de lluvia. Quizá se viera algo infantil con
el calzado azul estampado de pequeños ositos (casi igual a los que tenía por cortina en
la habitación principal de su casa) y estrellitas, pero no le importaba. Era útil y divertido
llevarlas en los días lluviosos como ese, recibiera las miradas curiosas que recibiera.112
Fanfic
Ahora, a pocas semanas de graduarse, había tenido que terminar la mudanza a su nueva
casa casi en tiempo récord. No llevaba más de una semana durmiendo (y, bueno,
existiendo) en ella. Y ahora que tenía todo en casa (aún no entendía porqué había
dejado sus libros de último. Crazo y dolorido error para sus hombros el no haber
aprovechado cuando su padre había contratado un camioncito de mudanza para
ayudarle, ya que había pensado que no sería problema llevarlos después. Pero bien, ya
no importaba. Ya estaba a pocas calles de su casa.
Sus mejillas dolieron por la intensidad de su sonrisa. Que suerte, coincidencia o karma el
que le había golpeado el último año. Quizá después de tanta auto compasión el universo
le había cedido algo, o quizá era cierto y después de las tormentas venía la calma. Pero,
¿no era esto mucho más de lo que merecía?21
Siguió su camino recordando, casi de golpe, todo lo que le había llevado hasta ese lugar.
Hasta su nuevo hogar.
Él había recorrido ese camino hacia la Universidad todo el tiempo, desde que había
reanudado su carrera. Las casitas eran adorables y coloridas, y por eso habían llamado su
atención a primera vista. Era un vecindario bonito, y en su mayoría limpio, el cual le había
dado innumerables veces los buenos días y las buenas noches yendo y viniendo en el
autobús. En aquel entonces, el retomar su vida académica había revolcado su
Fanfic
Entonces una convocatoria de jóvenes artistas le había abierto las puertas desde su
facultad a mitad de ese año. Un concurso en el que el arte más humano —como había
dicho el folleto— iba a ser recompensado. Taehyung se había inscrito con ánimos de
competir y ver qué tanto podía ser valorado su arte, pero jamás había dimensionado las
posibilidades que le esperaban al participar.
Porque después de tres rondas, rostros aturdidos y vítores: había ganado. De verdad, él,
con su torpeza y su corazoncito tan peculiar, había ganado. Aunque dejara su carrera a
medio terminar, aunque estuviera en medio de muchas personas talentosas. Él, por
primera vez, había ganado.108
Las ceremonias habían sido lo de menos. Porque había obtenido, como premio, nada
más y nada menos: que el dinero suficiente para abrir su propia galería.
El gangazo había llegado después, al volver a casa y ver en aquel pintoresco vecindario
de Namsan un local en venta, junto a un pequeño departamento, totalmente ajustado a
lo que podía dar y necesitaba. No había parecido real.4
Habían sido demasiadas cosas buenas juntas. Quizá por eso se sentía agobiado y no
merecedor de aquello.
Y si era cierto, ¿qué más cosas pasarían? ¿Vendrían más buenas, o más cosas malas?37
Fanfic
Y era que, después del nacer de la causa y el surgir del efecto: estaba la posición. Ella lo
había explicado bien en una de sus sesiones:
«Pensamos, actuamos, y decidimos a partir de eso. Nos volvemos nuestros jueces. ¿Está
esto bien, o está esto mal? ¿Me benefició o me causó un daño? ¿Aprenderé de esto, o lo
desperdiciaré? ¿Aceptaré el efecto, o lo rechazaré?»
Y la muerte, también.
El dije hecho de barro y color azul pesó entonces en su pecho. Un poco desgastado por
el paso de los años. Su mano libre lo alcanzó para sostenerlo momentáneamente
mientras se detenía frente a su galería, de nombre Café de Menta, y contempló los
ventanales bajo el anuncio en adorables letras talladas en madera.46
Ahora, después de tres años y medio sin el hombre que había considerado el amor de su
vida...64
Y así, avanzar.
1
[♦♦♦]
—Vamos, Taehyung— se animó a si mismo tras el espejo, arreglando su cabello con los
dedos— Tu debut como alfarero no ha terminado. ¡Vamos a cautivar!9
Un nuevo día en la ciudad de Seúl abrigó a toda su población con una brisa suave de
primavera. El cielo, azul y con algunas nubes, pintó todas las ventanas del aquel
vecindario de Namsan en el que el joven Kim Taehyung, acabando de arreglarse y
desayunar, bajó hacia el primer piso de su hogar: dispuesto a abrir su galería. El amplio
local, en el interior, se iluminó con candelabros de cristal en todas sus habitaciones con
paredes color vino tinto. La entrada se aromatizó con pequeñas plantas de menta salvaje
Fanfic
que, en repisas, daban color a los estantes llenos de hermosos jarrones, tazas, platos y
demás decoraciones. La bodega, y lugar de trabajo de Taehyung, pareció pequeña y
lúgubre hasta que el castaño pasó hasta ella, esquivando algunos de sus proyectos en
varias mesas, hacia la máquina de café que mantenía en la esquina. La equipó con agua
para después encenderla, y dejó haciéndose varios litros de café para el día para después
alejarse y salir hasta la entrada.2
Los rayos de sol alcanzaban los bancos y asientos acolchados para entonces, que con
pequeñas mesas para pasar el rato reposaban a lo largo de la única pared sin repisas.
Taehyung se relamió los labios desviando la mirada hasta las pequeñas macetas de
menta salvaje, aún un poco pasmado. Un mechón rebelde de su cabello se cruzó por su
rostro.2
Las miró callado y quieto por un rato. Obligándose a mantener su mente quieta.
No lo logró, claro.
Pero fue en ese momento que la puerta de entrada se abrió de golpe, haciendo a
Taehyung dar un brinco en su puesto para volverse. Su corazón se aceleró gracias a su
propia sugestión.
Pero su cuerpo entero se relajó al ver a su nuevo empleado, Minjae, cruzar por la puerta.
El chico, alto, de contextura atlética y con una amplia sonrisa en el rostro, levantó una de
sus manos en señal de saludo.2
—Buen día, señor Kim— dijo, ladeando un poco la cabeza– ¿Está usted bien?
Fanfic
El mencionado, ahora un poco desconcertado por el "Señor Kim" que acababa de recibir
más la extraña parálisis que había sufrido instantes antes, balbuceó sin sentido antes de
formular palabras correctamente.1
—B-buen día, Minjae— respondió, pasando a rascarse la nuca con una mano. Evitó
respirar demasiado profundo. —Sí, estoy bien, claro que estoy bien— dijo, y soltó una
risa algo nerviosa—Espero que vengas listo para trabajar.
—Oh, ¡claro que sí!— respondió, alegre— Sin embargo, ¿está seguro de que está bien?
Se ve algo...
—¡Estoy bien! De veras— insistió, y sonrió cuando Minjae sonrió de vuelta— Pero quiero
que me hagas un favor.7
—Llévate algunas plantas de menta, ¿sí?— exclamó Taehyung, revelando así el malestar
que le había crecido dentro— El olor es...129
Minjae, atento a sus palabras, alzo un poco sus cejas al notar que no decía nada.
El mencionado parpadeó con rapidez, y se obligó volver a la tierra. Sacó y movió sus
palmas hacia los lados, negando con la cabeza mientras reía otra vez, con tensión.
Fanfic
—No, no. Es sólo que el aroma está muy intenso. Debería ser más... tenue.
—Oh, sí, claro. Entiendo— respondió el chico, volviendo a sonreír. —Lo haré ya mismo,
señor Kim.
Las cejas de Taehyung se levantaron al tiempo que asentía con la cabeza, sintiendo en su
estómago hacerse un peso de incomodidad. No le agradaba en lo absoluto aquel...
apodo.
—P-puedes solo... llamarme Tae. —afirmó, tomándose las manos tras la espalda y
sonriéndole. —Señor Kim es mi padre, y... se siente extraño.
Minjae miró fijo su sonrisa antes de sonreír igual y mirarlo a los ojos.
Taehyung asintió con la cabeza entonces, más conforme: —Mucho mejor. —se dio
entonces la vuelta y se alejó, decidiendo respirar por la boca para no percibir aromas—
Iré a trabajar, entonces.
♦♦♦
Varias horas después,un par de kilos de arcilla y cerámica en sus respectivos hornos,
ventas exitosas, el sol de la tarde brillando desde lo más alto y las manos y delantal de
Kim Taehyung sucios en demasía: la cabeza del castaño y dueño de la galería Café y
Menta se levantó de su trabajo, con su rostro tornándose a confusión.2
Fanfic
Despegó los ojos del florero en cerámica que moldeaba con las manos y recorrió la sala
con la mirada, casi con astucia, intentando encontrarle una explicación al repentino
aroma que había vuelto a percibir.148
A aquel fuerte aroma a menta que, más temprano, había hecho a su corazón apretarse
fuerte en si cavidad. Ni siquiera quería indagar en las razones por las cuales había
reaccionado, suficiente había tenido con la sensación.5
Entonces aquello era el colmo. ¿Había Minjae obedecido su petición? No podía quitar
todas las plantas de menta, eran parte del concepto de la galería, pero, ¿al menos habría
quitado algunas?1
Inhaló profundo aquel aroma a menta, un poco más dulce ahora y suspiró con fuerza.
No, no parecía haberle hecho caso.94
Sus pies se detuvieron hasta dar pequeños pasos tras el pequeño mostrador que,
separado con una puertecilla adherida a una barra donde reposaba, en el extremo, la
caja registradora; señalaba la división entre la bodega y la sala de estar junto a la
entrada.
Y sus ojos, en el momento que cruzaron por otros ajenos tras unos lentes redondos,
quisieron cerrarse hasta que alguien pellizcara el cuerpo al cual estaban conectados.296
Fanfic
Jodida mierda.45
—¿J-Jung...?
—Taehyung.
Fanfic
Capítulo 89
Las estrellas brillan resplandecientes sobre tí.9
Cerró los ojos mientras bebía de su botella hasta el fondo. A esas alturas de la noche, si
algún guardia los atrapaba en aquel parque del campus, iban a estar en problemas. El
toque de queda había sido hacía más de dos horas, por lo menos.80
Todo estaba oscuro. La única luz llegaba gracias a la luna llena de aquella noche.
Fanfic
—Es un mal hábito el de emborracharnos juntos cuando hay luna llena— observó
Taehyung, con la voz algo lastimada y ronca por el amargo del licor.3
Taehyung miró el pasto con gotas de rocío resaltar gracias a la luz de la luna, y esbozó
una pequeña sonrisa recordando esa época. Claro que lo recordaba.
Y también...
Cerró los ojos de nuevo para llevarse la botella a los labios y bebió hasta el fondo para
acabar su contenido.
Abrió los ojos cuando alejó el objeto de su boca, y se dejó caer por completo en el
pasto. Disfrutó de la frescura del rocío contra su piel.
—Sí. Lo recuerdo— musitó, sintiendo sus mejillas arder. ¿Cuánto había pasado desde
aquello? ¿Un año y un par de meses?
Fanfic
Aspiró profundo para dejar salir el aire con lentitud. Su cabeza comenzó a viajar al
pasado gracias al estimulo de las palabras.
Y quizá sólo porque estaba borracho, dejó fluir las preguntas que sobrio evadía tan bien.
Aquellas que solo contemplaba tarde en las noches después de despegarse de sus libros
de historia.
Miró fijo la luna al tiempo que un mechón rebelde cruzaba por su rostro gracias a la fría
brisa.
¿Habría pensado en él alguna vez después de la última vez que se habían visto?
Fanfic
Recuerdos fugaces y pesados de aquella fea discusión que habían tenido le llegaron a la
mente. La última noche.21
Que estúpido.
De seguro el hombre había estado bien, ¿por qué lo dudaba? Se había deshecho de él,
prácticamente.
Quiso detenerse a sí mismo de pensar en eso. Pero a ese punto, fue inútil.
Había dicho que se conseguiría otro juguete que fuera todo lo que él no era ni en
sueños.40
Alguien de su tipo.
Bueno, lo más probable es que había cumplido su tan preciado sueño, ¿o no? De seguro
Jungkook estaría en su perfecta casa, dentro de su perfecto cuarto, con su perfecto
cuerpo sudoroso contra otro chico perfectamente arraigado a sus costumbres y que
siguiera al pie de la letra todas sus palabras sin rechistarle; como había hecho él tantas
veces.72
Un nudo fuerte se hizo en su pecho. Uno que, de alguna forma, lo hizo enojarse más.
Pues, bien. Bien por él. Que haga lo que quiera. Pensó, levantándose de golpe del pasto,
haciendo a su mejor amiga sobresaltarse por el impulso. Alcanzó entonces una lata de
cerveza del cartón que ambos compartían, y lo abrió con agilidad para beber de su
contenido.
Mientras tragaba cada sorbo hasta el fondo, sus ojos se llenaron de lágrimas.
Cerró los ojos por milésima vez para que ninguna perla salina se atreviera a salir de sus
orbes. El calor del licor hizo que le ardiera la garganta.
El recuerdo de los ojos achinados de Seokjin mientras sonreía radiante le atacó; sin
piedad.
Entonces cuando abrió los ojos, pensó que no iba a poder controlar más sus lágrimas.
Sin embargo (y no supo de dónde) sacó la fuerza suficiente para no romper en llanto. Se
limpió la boca con el dorso de la mano y recogió sus piernas hasta que éstas chocaron
con su pecho. Las abrazó con los brazos.
—¿Estás bien, Tae?— preguntó Ha Neul, sentándose igual, a su lado— ¿Qué fue eso, de
repente?
«Pienso que aunque ames a dos personas, habrá una de ellas que extrañes más si te llega
a faltar.»88
—Sí, estoy bien— respondió, de vuelta en la realidad, con su mejor amiga al lado suyo y
sus ojos a punto de estallar en grandes gotas salinas. Ha Neul entreabrió su boca al
notarlo, y parpadeó rápido acercándose hasta abrazarlo solo con un brazo.
«Él no quería morir.» Se recordó de nuevo, en otra de las sesiones «Seok tenía mi
corazón, debo seguir amándolo por eso. Debo hacerlo. Ese amor... es lo único que me
queda de él.»34
Su corazón volvió a doler. Pero esta vez más fuerte, haciéndole soltar la cerveza que
tenía la mano de un golpe para llevar su mano hasta el pecho y presionar sobre dicho
órgano.
—T-tae, oye...
«Pero estás presionándote a darle tus sentimientos, Taehyung. Estás obligándote a amar a
Seokjin aunque él ya no esté.»
«Sí. Quería, Taehyung. Eso está en el pasado. Aunque sea duro de asimilar, él no está, y no
volverá. No le debes sentimientos.» El latido de su corazón se amplificó en sus oídos. «Les
faltó tiempo como pareja, sí, pero las cosas resultaron así y no pueden remediarse. ¿Tienes
que encadenarte a él por esa razón?»29
«En el fondo él parece ser más que solo un acuerdo para tí, Taehyung. O sino no sentirías
tanto su ausencia y le llorarías.» La ingrata y sabia mujer le había sonreído con dulzura
después de lanzarle aquella bomba. «Deberías pensar en eso.»8
¿Pensar en eso? ¿Para qué pensar en eso? ¿Para recordar lo miserable que le había
hecho sentir después de hacerlo tocar la cima del mundo? No.
No quiero. No lo quiero.
Él me botó. Él me desechó.
Me rompió.47
Si volviera a verlo...
No merece mi amabilidad.6
El castaño sacudió su cabeza con fuerza, queriendo callarla. Queriendo detener aquellos
recuerdos que no digería por completo. Que aún dolían. Queriendo entenderlo todo y
estar tranquilo de una maldita vez por todas.
—Tae, ¿cómo puedes decirme eso?— preguntó Ha Neul a su lado— ¿Cómo puedes
decirme que estás bien cuando estás a punto de...
—Estoy bien— afirmó, con seguridad. Impecable, y de un semblante tan tranquilo que
asombró a la pelirroja al punto de hacerla soltar un pequeño respingo.
La cerveza regándose en el pasto fue absorbida por la tierra. Y el castaño bajó la mano
que había sostenido contra su pecho.
—Estás sólo un poquito paranoica, sabes— bromeó Taehyung, haciendo con sus dedos
el ademán de juntarlos para referirse a una poca cantidad. Con sus ojos secos y su ceño
relajado.
—Idiota. Me asustaste.23
Ha Neul lo miró, haciendo un puchero de enojo con sus grandes y pomposas mejillas, al
tiempo que abría amplio sus ojos.
—¿Quieres morir?— exclamó. Recibiendo más risas por parte del castaño.20
Si fueras música...185
Fanfic
—Deberíamos entrar ya, ¿no crees?— preguntó entonces Taehyung. —Mañana ambos
nos levantamos temprano, y no quiero tener resaca.
Yo bailaría.66
Ha Neul bufó.1
—¿No quieres tener resaca? —preguntó, con aires de ironía— Debiste pensar en eso
antes de beberte una botella y medio de Soju.
Si fueras música...190
—A ver, vayámonos— dijo, apagando la música y estirando la mano para que el castaño
se levantara. Las palabras que salían tras la melodía se cortaron abruptamente en el aire.
Entonces se fueron.
[♦♦♦]
—¿Dónde estás?
Jeon Jungkook apretó con fuerza el móvil que mantenía en su mano derecha y respiró
profundo intentando que su voz sonara normal.
—No me digas.
Sus ojos no lograron despegarse del local que estaba pasando la calle.
—Lo sé, yo tampoco lo creo— respondió, casi con inconsciencia. Llevó su mano libre
hasta su cabello y lo peinó hacia atrás. Estaba tan mareado, que juraba que si se
levantaba las rodillas le fallarían y se iría al suelo.
—Jungkook, amigo, ya enserio. ¿Dónde estás? Estoy cocinando esta noche, ¿quieres venir a
cenar?
El mencionado se mordió los labios antes de responder, viendo con cuidado cada letra
tallada en madera del anuncio de aquel local.
—Cocinas horrible.64
—Va, gran idiota. Para con el bullying. —exclamó Jimin, soltando una carcajada— Hoseok
me ayudará, ¿feliz?
—Ah, no tienes remedio— espetó el hombre tras la línea— Llega temprano, ¿está bien?
Trae una botella de vino contigo.
—Claro.
Entonces la llamada había acabado. Jungkook mantuvo el móvil contra su oreja aunque
ya no tuviera con quien hablar.
Su corazón acelerado le aturdió todos los sentidos lo suficiente como para no notarlo.
Tragó saliva delineando con la mirada las esquinas del lugar que comenzaba a grabar en
su memoria por la intensidad de su atención. Entonces hizo de su respiración consciente
y mecánica, sintiendo a su cuerpo cansarse y ponerse tenso.
Bajó el móvil de su oreja y lo guardó con torpeza en su bolsillo. Todo eso, sin dejar de
mirar el lugar.
Ya para esas alturas había gente mirándole con desconcierto. ¿Qué se suponía que hacía,
de verdad?
Se tapó el rostro con las manos y suspiró profundo. Había estado mirando el lugar por al
menos media hora como bobo. ¿Qué rayos le ocurría?
Bajó las manos hasta dejarlas en su regazo y retuvo la respiración. ¿Debería irse?
¿Entonces para qué fuiste? le riñó su cabeza. ¿Para quedarte suspendido como idiota?2
Bien.
Quizás iba crear un problema innecesariamente gigante con su presencia allí. Oh.16
Ya era un adulto, maldita sea. Era un hombre que no retiraba sus palabras.
Era cierto.
Ignoró todo. Ignoró los latidos de su corazón a punto de provocar una explosión dentro
de él. Ignoró todos los contras, e incluso los pros. Él iba a hacer esto, fuera cual fuera el
resultado.
Cruzó la calle.
Dio zancadas hasta el ventanal que el lugar tenía por entrada.
Y entró.10
Fanfic
Parpadeó rápido mirando hacia todos los lados, con sus alarmas interiores encendidas y
ruidosas. La puerta se cerró tras él, y su primer impulso fue el de empuñar las manos y
ordenarle a sus piernas moverse. No se permitió detallar el lugar o respirar
correctamente. No se permitió nada.
Un aroma inconfundible.
Es café.134
Volvió el rostro hacia todas las esquinas del lugar, un poco loco y desesperado,
buscando facciones reconocibles. Dio pasos como tonto, intentando hallar el origen,
esquivando a las personas que se encontraban dentro, y acercándose hacia el mostrador
que había en el fondo.6
Inhaló profundo aquel aroma que había permanecido estático y fresco en su memoria, y
se llenó de ansiedad.
¿Qué estoy...?
—¿J-jung...?
Mierda.
Maldición.
Joder.13
—Taehyung.
Fanfic
Capítulo 90
El vecindario de Namsan era un lugar reconocido por su fauna colorida gracias estar al
pie de la montaña. Los vecindarios aledaños eran de casas pequeñas y pocos edificios.
Era agradable caminar por sus calles, y los locales que sus residentes abrían solían ser
bien recibidos.5
La última galería abierta, llamada Café de Menta, había sido totalmente bienvenida
también. Tenía un toque único, y un estilo especial. Los primeros clientes habían
esparcido la voz de que el dueño ni siquiera tenía treinta, y el lugar había prosperado
rápido. Después de todo, hoy en día no habían tantas alfarerías artesanales, y aquello era
lo que despertaba el interés.3
Había despertado mucho el interés de cierta mujer que vivía en la esquina de aquella
calle, de hecho.
La susodicha, llamada Jung Hye, con sesenta y cinco años y rodillas algo débiles, había
quedado más que encantada con el trabajo -talento- de Kim Taehyung: el dueño de la
galería. Así que desde la inauguración, hacía una semana, había intentado pasarse por el
local lo más que ponía para admirar y saludar a Taehyung. Él, pensaba ella, era pequeño
y dulce (aunque le doblara en estatura) y le gustaba llevarle algún detalle como platillos
con dumplings caseros o alguna bebida que pudiera disfrutar en su tiempo libre.
Taehyung sonreía amplio siempre que la veía cruzando el umbral de la puerta, así que
ella estaba encantada. Era un amor. Y trabajaba muy duro, así que merecía una
recompensa.83
Fanfic
Aquel día en particular, bajo un amplio de cielo azul, ella le había llevado una bolsa de
café en granos para su reserva. Caminaba un poco lento por el pasillo con la bolsa en sus
brazos, pero no le importaba. Aquel lugar, con sus estantes exhibiendo esas obras de
arte en barro y cerámica, era para admirar con tranquilidad. Cada detalle y curva era
digno de aplausos, se convencía ella. Así que por primera vez, agradecía tener rodillas
débiles. Nada podía perturbarla de dar su paseo paciente en aquella galería.
Caminó hasta el final de la salita, y miró, esbozando una sonrisa, hacia el mostrador.
Sin embargo, su expresión amena cambió por una inquietada cuando observó la escena
que tenia frente a ella.
Pero el chico, con lo risueño que era normalmente (de lo que conocía), no sonreía.
Su boca estaba tan rígida que, con sus labios juntos, formaba con ellos una fina línea de
forma muy innatural.
El ceño de Jung Hye se frunció, entonces. ¿Qué pasaba? ¿A quién miraba de esa forma?
¿Había pasado algo? Con sus brazos apretó un poco mas la bolsa de tela que cargaba.5
Y la indefensa Jung Hye tardó un poco en comprender lo que pasaba cuando vio a un
alto pelinegro frente a Taehyung, que respiraba con pesadez, y lo miraba fijo, de la
misma forma que el contrario lo hacía. Formando de esa forma, entre ellos, una tensión
claramente palpable que rígida en el aire la hizo sentir un poco incómoda.
Fanfic
Había dicho antes que miraba de la misma forma que Taehyung lo hacía. Y tenía razón.
Pero...
Había algo...
Un poco menos...
Y quizás...
Emocional.7
Sacudió su cabeza de golpe, negando. ¿Qué hacía una vieja como ella sacando esas
conclusiones? Era totalmente ajena a lo que estaba pasando. E incluso, estar sólo
mirándolos así ya era imprudente.
Luego volvería a dejarle el café a Taehyung. El día aún no acababa, y podía volver en otra
ocasión.
Así que los observó a ambos en silencio una última vez, y respirando profundo, se dio la
vuelta. Fuera lo que fueran esos dos, parecía que tenían algo de qué hablar. Porque si las
miradas intensas atravesaran, aquellos dos ya no tendrían rostros.2
Sonrió un poco y caminó hacia a la salida. Era mejor que se fuera en silencio.
Se detuvo. Volvió la cabeza hacia el pelinegro de nuevo, y alzó mucho las cejas con
sorpresa.
No...
Entrecerró los ojos para fijar mejor la mirada y detallarlo un poco más. Solo un poco más.
[♦♦♦]
La geometría decía que las líneas paralelas, por tanto que duraran, nunca se cruzarían.9
Kim Taehyung había hecho esa analogía al trascurrir de los largos dos años desde la
última vez que había visto a Jeon Jungkook, y se la había creído. Excusando sus dolores y
ocultando sus pensamientos en ella.
Quizás las líneas estuvieran cerca de tocarse en algún momento. Eso explicaba los meses
en los que habían tenido de la compañía del otro.
Pero una vez alejadas, era improbable que volvieran a encontrarse. Eran paralelas,
después de todo. Y eso había sonado convincente para el corazón roto de Taehyung,
ayudándole tal vez un poco para sobrellevar las cosas.
No, ¿por qué se lo encontraba de nuevo, simplemente? ¿No era Seúl lo suficientemente
grande? ¿Cuáles habían sido las probabilidades de que ésto pasara en los años que
habían pasado?
Su primer instinto, gracias a sus pensamientos, fue el de bajar su cabeza. Acabando con
la intensa conexión que ambos habían establecido. Y que estaba sacando a su pulso de
un ritmo normal.
Él debería haber preparado un plan en caso de que ésto pasara, ¿no? Por si por alguna
razón volvían a verse... Por si alguna vez tendría que enfrentarse a sus ojos de nuevo.1
Él debía...
Su mandíbula se apretó.
No sabía cómo rayos lo había encontrado, o cómo había llegado hasta allí.
Realmente no supo de dónde sacó la fuerza. No supo dónde existía en él esa voluntad
suya.
Pero él...
Reanudó su caminata.
Y con la fija mirada del hombre que con dolor había mimado a su corazón, y con dolor
lo había roto...
Sin mirarlo.
Con firmeza.
Y completamente indiferente.23
Fanfic
Fue como si el maldito tiempo se detuviera en el segundo que dejó de ver su rostro de
reojo. Pero lo logró.1
Logró ignorarlo.1
—Jae.
—¿Sí, Tae?
Sintió la mirada de Jungkook pesar, y casi quemar en su nuca. Volvió a aspirar profundo,
para no prestarle atención.
—Quítalas todas. — declaró, importándole a ese punto un completo pepino que aquello
alterara el concepto. Ya no soportaba ese aroma.113
Simplemente, no.
—Pero...
—Quítalas, por favor. — insistió Taehyung, con una inevitable expresión de pocos
amigos. Minjae lo miró fijo, y después se mordió ambos labios, apartando la mirada.
—Claro. Lo haré.
Taehyung asintió entonces con la cabeza, y se dio la vuelta para marcharse e internarse
de nuevo en la bodega.
Aún lo miraba.
Pero Taehyung solo retuvo su respiración, y caminó manteniéndose firme. Su orgullo era
su único apoyo ahora.
Cruzó exitosamente el cuarto, y pasó de nuevo junto a Jungkook con total naturalidad,
llegando hasta el mostrador. Pretendió internarse en el cuarto interno.
Claro, pretendió.
—Taehyung.3
Jungkook, a penas lidiando con sus emociones y la muy nueva y desconocida faceta de
Taehyung que presenciaba, a penas si pudo ordenar su boca.1
Fanfic
Miró fijo a Taehyung, sintiendo sus piernas temblar. El hombre, después de un momento,
volvió el rostro para dejar de mirarlo y se le vio suspirar.
Dí que sí.
Dí que...
Tan frío como los inviernos que Jungkook había pasado sin él.7
Tan frío que incluso le heló los huesos. Sin una razón lógica para que lograra eso.
Dentro de él, las heridas se abrieron. Se abrieron con tanta violencia que tuvo que
llevarse la mano al pecho y golpearse ligeramente.
Taehyung entonces reanudó su caminata, y se alejó de nuevo. Hacia dentro. Hacia donde
no podría verlo.
Maldita sea.
Vámonos.
¡¡Vámonos!! ¡¡Duele!!17
¡¡NO!!
Sin embargo, una mano en su hombro lo detuvo de dar otro. Otro que lo llevaría hasta
tras el mostrador. Que lo llevaría hasta la bodega.
¿Cómo se atrevía?
Sin embargo, cuando miró a Jungkook a los ojos, no soportó sostenerle la mirada. Bajó
de inmediato la mano de su hombro.
Jodida mierda.
Era él.
¿Qué rayos?
—¡Y-yah!
Tal como la primera vez, en el café. En el que café que, dos años después, era ahora una
tienda para mascotas.2
Esa ocasión había estando esperando a que Taehyung saliera de la cocina. Había sido
realmente osado.
—¡Oiga! ¡Le he dicho que no puede entrar ahí!— entonces Minjae estaba
persiguiéndolo. Jungkook ya había cruzado hacia la bodega, y buscaba con la mirada a
Taehyung.50
El cual, al fondo de la habitación y con los ojos húmedos, abrió con amplitud su boca
con asombro viendo a Jungkook entrar.29
—¡¡Oiga!!— oyó entonces a Minjae gritar, y lo vio correr hasta Jungkook. —¡¡Si no sale
en este mismo instante, voy a llamar a la policía!!
El rostro de ira que recibió Minjae fue percibido por Taehyung en el extremo del lugar,
que amplió sus ojos y exhaló con fuerza. Mierda.
Un golpe que quedó en el aire cuando Kim Taehyung, con expresión dolida y
preocupada, se interpuso entre su puño y el cuerpo de Jungkook.
Un golpe, que gracias a su amenaza, hizo reaccionar tan rápido a Jungkook haciendo
que sus brazos cubrieran a Taehyung.153
Él tampoco se lastimara.
Dos corazones que habían permanecido separados latieron al unísono como uno solo.40
Capítulo 91
No supo qué lo había llevado a hacer eso.5
Y sólo podía oír el sonido de su respiración fuerte y agitada, por susto del loco impulso
que había tomado hacían unos segundos.
¿De verdad se había interpuesto entre Minjae y Jeon Jungkook cuando el primero había
parecido que iba a golpearlo?
Las manos que había puesto contra su rostro para que el golpe que iba a caerle
temblaron en el aire, sin recibir recibir ningún impacto.
Cerró sus puños en un intento de mitigar su temblor. Dentro suyo se acumuló el enojo
como un peso en la boca de su estómago.
Malditos carvernícolas, ¿por qué habían amenazado con acabar la discusión a los
golpes?57
Fanfic
Quizás lo que había hecho Jungkook —violar las políticas de local y meterse a la bodega
como un loco– no había estado bien. Pero eso no justificaba que Minjae se hubiera
alterado tanto.
Y Jungkook...
No había cambiado ni un poco en ese aspecto, aún así pasara tanto tiempo sin verlo.
Sin percibir más peligro diferente al perpetuo silencio (que en realidad no era tan
perpetuo, pero si imperceptible por permanente latido de su corazón en los oídos) se
decidió en abrir los ojos, con lentitud, . Para de esa forma orientarse a lo que pasaba.
Los primeros segundos de sólo luz le permitieron aclarar y enfocar su mirada a unos
brazos cerca de su rostro. Bajó los propios, que tenían en la piel manchas secas de barro
y pintura.
Observó así mejor los brazos que tenía en frente, casi formando con ellos una x por la
zona de su cabeza y clavícula.26
Temblaban.
¿Q-qué?2
Pero sintió un cuerpo más alto que él, y cálido, chocar contra su espalda.
Se asustó el doble.
Fanfic
Entonces soltó el aire que tenía dentro, volviendo con rapidez su cabeza hacia la persona
tras él.
Y sus ojos, amplios, chocaron con los de Jeon Jungkook. Que aturdido y tenso, le
devolvió la mirada.
Las funciones del cuerpo de Taehyung parecieron colapsar por un momento. ¿Qué
pasaba? ¿Qué rayos había pasado?3
Minjae si había lanzando un golpe. El golpe que Taehyung había asumido para tomar.
Pero Jungkook...
Él no había permitido que lo hiciera. Le había rodeado con sus brazos para que no
recibiera el impacto.
—Respira.— oyó entonces la voz del hombre, bajita. Sólo para ellos dos. Y sin parar de
mirarlo, cayendo en cuenta de que sus pulmones ardían por la falta repentina de aire,
obedeció.49
Jungkook tragó saliva, mirando sus ojos por turnos, algo acelerado todavía. Todo había
sucedido demasiado rápido.
Intentó obligarse a sí mismo a sólo mirar sus ojos. Aquellos ojos que aunque conservaba
en lo profundo de su memoria, ahora parecían diferentes. No podía perderse de la
realidad ahora.
Falló.
Dirigió así su mirada, sin vergüenza, hasta sus tersas mejillas y su cabello. Evaluó su nariz,
su mandíbula, y sus facciones notando lo mucho que había cambiado. Todo su rostro se
veía firme y mucho más maduro. No se veía como el delicado rostro que antes habría
acunado en sus manos.1
Entonces miró sus labios, como si dejara lo mejor para el final. Casi con timidez. Como si
estuviera prohibido. Y ya casi totalmente ido, delineó su inferior carnoso y su superior
delgado, sintiendo un cosquilleo en su estómago.2
Que raro era, después de todo ese tiempo, poder mirarlos. Él había besado y mordido
incansablemente esa boca antes. Él había visto esos labios delineando una "o" perfecta
mientras todo su cuerpo había alcanzado diversos clímax. ¿Ya, cómo era, que se veían
tan distantes?
Volvió así la mirada hacia los ojos de Taehyung. Huyendo de sensaciones innecesarias. O
al menos, estorbosas.
Con su boca fruncida, y su ceño recogido en la mitad de su frente, Taehyung negó con la
cabeza, sonriendo con disgusto.
—No has cambiado nada, ¿verdad?— espetó. Apretando los dientes y mirando de reojo
hacia atrás— Quita tus manos, por favor.
Jungkook enarcó una de sus cejas antes de bajar las manos, queriendo rechistar. ¿Que
no había cambiado, decía?
Aquello le provocó enfado. ¿Qué sabía él sobre la persona que era ahora? Habían
pasado dos malditos años. Dos ingratos años en los que había tenido que reconstruirse
de los pedazos.38
No olvides que acabas de montar una escenita. Le recordó su subconsciente. Una escenita
que habías protagonizado antes.26
No pudo decir nada entonces cuando Taehyung le dio la espalda. Sin embargo, puso
atención cuando Taehyung lo hizo para encarar al idiota que, con un par de anillos en los
dedos, le había reventado la piel de los brazos.4
—¿Qué mierda, Jae?— exclamó Taehyung, delante de Jungkook. —¿Por qué has lanzado
un golpe?— cuestionó.
El pelinegro frente a ellos, apretando los dientes y con expresión de ira, frunció el ceño.
—¿Disculpa?— preguntó
Minjae rió con sequedad y sus ojos amplios. No podía creer lo que oía.
—¿Y qué a caso tu proteges a todos los tipos extraños que entran como locos a la
bodega de tú local?— respondió, con un tono de voz alto, haciendo ímpetu en el "tú".55
—¡Claro que lo haré! ¿Y tú los vas a defender, jefe?— preguntó, más que sugerente y
altanero.
—¿De verdad está pasando esto? Me parece que estás defendiendo a la persona
equivocada, Taehyung. —gruñó Minjae, respirando fuerte y agitado, y apretando sus
dientes con ira de nuevo— Este tipejo estaba...1
Minjae lo miró fijo a los ojos, totalmente incrédulo a esta actitud de Taehyung. ¿Quién
mierda era el tipo tras él para que no le dejara sacarlo a patadas? Lo había acosado
antes, ¿y ahora venía?42
—Haz lo que te digo. — espetó el castaño, entre dientes. Solo deseando que se
marchara para solucionar este lío— Puedo manejarlo. Así que ve y cálmate.1
Las cejas de Taehyung se alzaron: —¿Y ahora te tomas libertades? —le cuestionó.
Fanfic
Taehyung cerró los ojos momentáneamente, y exhaló, irritado. ¿Tenía que aguantarse
este comportamiento?
—Claro, tómate el día. Ve. —respondió, queriendo discutirle y hacerlo disculparse. Pero
no podía. No ahora, así de alterado.2
Porque Minjae tenía la razón. ¿Qué hacía él defendiendo a Jungkook cuando claramente
lo había invadido? ¿Qué tornillo se le había soltado?8
Igualmente luego hablaría con él. Entre ellos jamás había surgido una discusión así. Y se
llevaban bien. Trabajaban bien. No podía dejar que todo se arruinara por esto.
El pelinegro menor suspiró con fuerza y, dándole una última mirada odiosa a Jungkook,
se dio la vuelta y se marchó. Taehyung lo siguió con la mirada hasta que no pudo verlo, y
relajó los hombros.
Jungkook, tras él, lo vio suspirar con cansancio y pasarse las manos por el cabello antes
de volverse hacia él.
—¿Qué mierda, Jungkook?— le riñó, casi consternado. —De verdad, ¿en qué pedazo de
tu patético cerebro hacer ésto está bien? ¿Sabes que jodidamente pueden arrestarte si
yo fuera alguien diferente? ¡Ugh!96
Y tan rápido como había dicho eso, bajó la mano, y con el rostro rojo de rabia caminó
hacia dentro de la bodega, pasando a su lado.
Jungkook, enfadado como el infierno, pero aturdido; se mordió la lengua antes de darse
la vuelta y hacerle caso. Caminó tras él hasta el fondo de la habitación, donde Taehyung
tomó uno de las bancas individuales que rodeaban una mesa larga y llena de materiales
(entre esos, el jarrón que había dejado a medio hacer) y después de alejarla de ella, la
señaló.
La confusión le golpeó el pecho. ¿Por qué se iba? Y si se iba, ¿por qué tenía que
sentarse? ¿A dónde iba? ¿Volvería? ¿Iba a permitirle hablar con él? ¿Qué pretendía con
esto?22
Alzó sus manos y se tapó con ellas el rostro. Que tonto, tonto, tonto. ¿Cómo se había
metido así, sin permiso?
¿Y eso qué?2
Fanfic
Suspiró a sus adentros llevando sus manos hasta el cabello para peinarlo hacia atrás. ¿En
qué se había metido?
No tuvo más tiempo para pensarlo cuando la pequeña puertita volvió a abrirse.
Jungkook se sobresaltó apartando sus manos, y alzó con sorpresa sus cejas al ver a
Taehyung entrar de nuevo con un pequeño botiquín en sus manos.
Oh.40
Jungkook hizo un mohín, apartando la mirada: —Son los únicos ojos que tengo,
Taehyung.—espetó. —No puedo controlar qué miran o cómo miran.16
—Sí, lo noté. Antes.— respondió. Haciendo referencia al pequeño lapso, hacían unos
minutos, en los que Jungkook le había mirado cada parte del rostro. —Ciérralos,
entonces. No los necesitas ahora.
—Sólo ciérralos, joder— exigió Taehyung, con irritación. Jungkook se tocó la mejilla con
la lengua, contagiándose de la sensación, y gruñó un poco al cerrarlos.
—Al menos cambié. No como tú y tus hábitos ilegales.— respondió, casi como una
protesta. Jungkook no pudo evitar reír.
—No sabes nada de mí.—contraatacó, de repente frío. Realmente, a este punto, odiaba
que Taehyung dijera eso.5
Fanfic
Y bueno, Taehyung tampoco dijo nada. No era como si necesitara hacerlo, de todas
formas. Esto aún era una molestia innecesaria y una sorpresa para nada agradable.
Incómodo.
Sin embargo, el pequeño lapso silencioso se rompió cuando Jungkook sintió que cogían
su brazo y lo embadurnaban de un líquido viscoso. Su herida ardió.
—... Si tanto quieres... hablar...—en el momento que Taehyung pronunció aquello, los
ojos de Jungkook se abrieron de golpe. El castaño lo miró con enojo— ¡Cierra los ojos!—
riñó, no dejándole a Jungkook otra opción—... ¿por qué tienes que ser tan...? ¡Ugh!78
—¡Si tanto quieres hablar conmigo, tendrás que esperar!— exclamó Taehyung,
alcanzando una vendita para la herida de Jungkook. —Mi jornada no ha terminado. Y no
voy a detenerla solo por tí. Cierro en unas horas. Ya es decisión tuya si...2
—Esperaré.50
—¿Estás seguro?— preguntó Taehyung, con un tono de voz más bajo que el de antes.14
—Sí. Esperaré.
152
[♦♦♦]
Un par de horas habían pasado desde que Kim Taehyung le había pedido a Jeon
Jungkook que le esperara. El pelinegro, ya de noche, en la banca del frente de la galería
a la que había vuelto después de decidirse en quedarse, se incorporó rápido al notar una
señal de vida desde el interior del local, que había cerrado hacía quince minutos.
Una luz tenue al fondo del cuarto le mostró a Taehyung caminando hasta el ventanal. El
chico, deteniéndose justo ahí, lo miró. Completamente serio.
Pero la emoción en sus ojos antes de darse la vuelta y caminar hacia el mostrador le hizo
saber a Jungkook que lo que venía, podría, en definitiva, reabrir viejas heridas.
Capítulo 92
Su rostro palideció.31
Su corazón, agotado por tal día de sorpresas, amenazó con detenerse y abandonar la
misión.
Como esperando.
Como esperándole.
Pero esa no fue la percepción de Jeon Jungkook, que confundido por las acciones del
castaño alcanzó a zancadas la otra acera, y se detuvo frente al ventanal.
No entendía.
¿Por qué Taehyung se había alejado de la puerta después de mirarlo, cuando él yacía en
la banca?
Fanfic
Sus manos se apoyaron de golpe en el cristal. Sintió el frío del material, y envió lejos a su
cabeza cuando ésta quiso detonar su TOC.
¿Qué era?
¿Era ésto un: "Estás demente si piensas que perderé mi tiempo contigo"?
El castaño, con los mismos ojos fríos con los que le había recibido antes, era ligeramente
acariciado por la luz. Dejando solo la mitad de su rostro visible. Todo su cuerpo parecía
de piedra, tan estático y de semblante invencible. De esta forma, parecía el tipo de
hombre con el que a nadie le gustaría meterse. Parecía el tipo de hombre que no
querrías mirar fijo a los ojos.
Y aquello era totalmente ajeno al Taehyung que alguna vez había tenido carcajeando en
sus brazos.
Era ajeno al chico torpe que se sonrojaba con facilidad cuando lo miraba.1
Era desconocido para la criatura frágil e indefensa que había dormido con la mejilla en su
pecho.69
Y ahora, con todo este nuevo paquete de cualidades, ¿qué pretendía hacer con él?
Empuñó sus manos, intentando permanecer firme frente a él. Intentando ser lo que
había sido tantas veces: tan superior y prepotente. Pero la fija mirada de sus ojos en los
suyos derrumbó cualquier intento.
Un algo diferente.
Algo brillante que surgió de aquellos orbes. Y que mirándolo, miró también hacia más
abajo. Hacia algo más abajo.1
Jungkook parpadeó un par de veces antes bajar la vista con él. Desconcertado y ansioso,
queriendo saber qué más veía. Qué acaparaba su atención.
Entonces el reluciente pomo brilló bajo sus ojos. Con forma de palanca, y con un intenso
color dorado. Uno que, de alguna forma, lo hizo ver mágico.15
Su vista volvió a Taehyung con rapidez cuando aquel contemplar le hizo surgir una idea.
Su corazón pareció volver a activarse, también.
Fanfic
Todo tipo de pensamientos cruzaron por su cabeza antes de que lograra hacer presión
en aquel pomo.
Y así se reveló lo que Taehyung guardaba en su mirada, con fuertes y bien construidas
creencias que, después de todo, hacían a Jungkook a un lado.
El pelinegro lo sabía.
¿No eran las personas más precavidas con aquellos que dentro de sus corazones habían
provocado estragos?
Pero, ¿era también una reacción natural el peso que aquella persistente frialdad en los
ojos de Taehyung instalaba en su pecho? ¿Era también algo que debía pasar?
Suspiró lento a sus adentros, como queriendo, con el impulso, calmar las oleadas de
rigidez que querían adueñarse de su cuerpo. Y fue entonces que lo hizo.
[♦♦♦]
Jeon Jungkook miró su taza de té humeante sobre una de las mesas de la bodega, y
tragó saliva.2
Kim Taehyung, dejando su bebida en su puesto frente a Jungkook, alcanzó otro asiento
para sentarse, totalmente mudo.
Entonces ambos estaban frente a frente, tensos. Con el humo de sus tazas de té siendo
lo único moviéndose. Taehyung abrazó con las manos la porcelana, y la llevó a sus labios
Fanfic
para beber un poco. Mientras el humo le cruzaba por los ojos miró a Jungkook tras sus
pestañas, queriendo mantener su mente en blanco para no divagar innecesariamente.1
—Sólo comienza.— pidió, viendo que Jungkook aún no decía nada. Se decidió en
simplemente no mirarlo.
Además de que iba a concentrarse mejor. Era realmente odioso que después de tanto
tiempo despertara su curiosidad. Así que para no estarlo mirando y buscando los
cambios que hacían los años, esto estaba mejor.
—Tengo que hablar contigo.— dijo Jungkook. Sonando extrañamente sin aire.
—Ya, ya.— respondió Jungkook a aquella ligera hostilidad. Por el amor de Dios, ¿qué era
ésta actitud de Taehyung? —Sólo déjame organizar lo que quiero decir.
Jungkook miró con inquietud y algo de molestia naciente al castaño frente a él. Mientras
más lo veía, menos le gustaba lo que encontraba. ¿Dónde había quedado su amabilidad?
Para él era realmente difícil estar allí.43
Observó a Taehyung golpear la mesa con un dedo, claramente ansioso. Ansioso de irse,
ansioso de que se largara, seguramente.4
Demasiadas preguntas, ninguna respuesta. Con todo esto, ¿se suponía que abriría su
corazón y le diría la verdad?
Ya no quería.
—Si vas a quedarte en silencio, ¿para qué viniste?— volvió a espetar su altanera boca.
Jungkook encogió los hombros, denotando en su expresión el malestar, y miró hacia un
lado, riendo con sequedad.60
—Si vas a tratarme así, ¿para qué me dejaste entrar?— cuestionó, con la indignación
presente en su tono de voz.36
Fanfic
Los ojos de Taehyung se ampliaron. El dedo que se movía ansioso dejó de moverse.
Taehyung bufó. De una forma muy sonora. Haciendo a Jungkook abrir su boca, con
sorpresa.145
Dentro de su cabeza, la razón le dio un golpe. ¿Qué rayos acababa de decir? ¿Qué había
sido eso?
Jungkook, apretando sus labios y con las manos empuñadas, asintió con la cabeza
mirando la mesa.
—Vaya rencor me tienes.— musitó, con los nudillos blancos por la presión. Entonces
alejó el té de su lado de la mesa, y se levantó. No quiso decir nada más, y solo hizo
ademán de irse.50
Pero una mano fría en su brazo impidió que se fuera. Jungkook quedó en blanco, sin
volver la mirada.23
—Va, estoy a la defensiva. Lo reconozco— admitió, con un tono de voz tenso. —Lo
siento.5
—Me callaré y te dejaré hablar. ¿Está bien?— sugirió, intentando ser condescendiente.
Jungkook lo miró un par de segundos, y relajó los hombros.
La mano que lo tomó del brazo le quedó temblando. La escondió bajo la mesa.
—Ahora sí, comienza. —invitó Taehyung. Jungkook exhaló fuerte, mirando sus ojos.
—¿Cómo has estado, Taehyung?— lanzó la primera bomba. El castaño frente a él amplió
sus ojos, y parpadeó un par de veces antes de hablar.75
—¿Ésto es lo que quieres preguntar?— respondió. Pero recibió una mirada de molestia
del contrario. Reprimió un suspiro pasándose las manos por el cabello. —Lo siento, lo
siento. Yo...—ésto último lo musitó, volviendo a cruzarse de brazos. ¿Qué se suponía que
tenía que responder a eso?—... estoy bien. Ocupado. He estado muy ocupado desde la
última vez que nos vimos.7
Quiso, pero le pareció mala idea. ¿Para qué necesitaba él esa información?
Fanfic
Taehyung, algo pasmado, se mordió ambos labios y asintió de nuevo con la cabeza: —
Gracias.
—Y bueno, éste es un lindo lugar. —siguió Jungkook, intentando, sin mucho éxito, dirigir
la conversación hacia lo realmente importante.
—Sí, lo es. Para ser un pequeño local de Namsan está recibiendo visitas de todo Seúl—
respondió Taehyung. Mirándolo fijo al referirse al "todo". Porque claro, ¿cómo rayos se
había enterado de que ese era su lugar?
El pelinegro asintió con la cabeza, esbozando una pequeña sonrisa. —Fue difícil no darse
cuenta de la existencia de este lugar. Hiciste un buen alboroto.
Taehyung odió cuando sintió sus mejillas calentarse. La imagen aquellos pómulos rojos
hicieron saltar al corazón de Jungkook.
Su corazón se alivió.
Pero para cuando el ambiente se estaba tornando más tranquilo, ambos cayeron en
cuenta de lo que pasaba.
Esto no se suponía que era lo que tenía que pasar. Ellos no se agradaban, ¿por qué
reían?38
—Igual. Felicitaciones.
—Gracias.
—Taehyung...—le llamó, con una voz rara y algo débil. Volvió a aclararse la garganta. El
mencionado lo miró—... La razón principal por la que vine es porque tengo que... decirte
la verdad.18
—Sí. Mentí.
Taehyung quedó paralizado en su puesto. El corazón que por años se había encargado
de blindar, pareció temblar.1
—La razón por la que... me fui. Esa noche. Hace dos años.126
—¿S-sí?— ni quiera le importó tartamudear esa vez. Bajó de nuevo la mirada. Realmente
pensó que no soportaría mirarlo a los ojos por más tiempo.
—Así es...—musitó Jungkook. Pensando, también, que tampoco estaba listo—... Es una
estupidez.
Jungkook no.64
Se odió, se odió mucho en esos segundos que se dio cuenta que no había servido de
nada sacar de su cabeza a Taehyung. Había sido inútil dejar de pensarle y acabar con
todo lo que le recordara a él. Había sido inútil buscar a alguien más y mentirle a su
terapeuta, mentirse a sí mismo.
Él...
Aún lo amaba.168
¿Por qué después de tanto tiempo notaba sus sentimientos? ¿Por qué justo ahora? ¿Por
qué, si eso solo lograba que se acobardara? ¿Por qué? ¿Por qué?3
Y ahora, a punto de ver el rechazo a sus sentimientos una vez dijera la verdad, cerró los
ojos. Como quien mira el fondo del abismo con los pies en el borde.
Él no iba a soportar esto una segunda vez. Él, simplemente, no podía, su corazón no se
lo permitiría. Su cuerpo no lo aguantaría.24
¿A caso hubo una primera vez en la que Taehyung rechazara tus sentimientos? Él nunca se
enteró. Nunca lo dejaste.111
¿Vas a volver a guardarte todo sólo porque no tendrá el resultado que deseas? ¿Volverás a
herirte a tí mismo de esa manera?2
Era exactamente la misma situación que los había separado hacía dos años. Era igual.
Jungkook pretendía guardarse todo y buscar salir como fuera, aún así hiriera a Taehyung.
No puedo.7
Fanfic
Entonces explotó en ira. Explotó por todo lo que se había guardado antes. Explotó por lo
mucho se asfixiaba de palabras. Explotó como bomba retenida.
Entonces exhaló con fuerza, tomando toda su osadía. Toda a la que siempre había hecho
a un lado. Y apretó sus dientes antes de hablar.
—Fue porque te amaba. —exclamó, con desesperación. Se le hizo difícil respirar los
primeros segundos.470
¿Qué?
¿Cómo?3
¿Ah?81
No estaba preparado para oír eso, ¿verdad? Su mente lo había contemplado antes, pero
había parecido imposible. Alguna vez le había surgido esa vaga idea que se había
esforzado en descartar.
Y los ojos de Jungkook, llenándose de lágrimas cobardes por el abismo que le daba la
bienvenida, se cerraron con fuerza.
Fanfic
Capítulo 93
Taehyung vio los ojos de Jungkook llenarse de lágrimas.
Aquella imagen le golpeó el pecho con fuerza, dejándolo pasmado, mudo y totalmente
confundido.
Ni siquiera ese impulso provocó que dejara de mirar fijo a Jungkook. Que con los orbes
vidriosos y húmedos le sostenía la mirada. El pelinegro tampoco pareció notar el
pequeño desastre que se había hecho en la mesa, demasiado congestionado de
sentimientos, y saliendo del mar del tiempo para robar el aire que ahora la hacía falta. Lo
había hecho, en verdad.10
Le había dicho que lo amaba. Había confesado lo más importante. Lo que más había
pesado. Lo que más había dolido.
Sintió las lágrimas cálidas recorriendo su mejilla. Ahora rendido a la vergüenza, y sin
intenciones de cambiarlo.
Porque aquellas palabras habían sido una verdad oculta por demasiado tiempo, y ya no
valía la pena hacer un revuelo por salvarse el pellejo. Llegado a este punto, sólo quería...
¿De esa forma era que funcionaba, entonces? ¿La gente confesaba sus sentimientos
exponiéndose al rechazo directo? ¿Se arriesgaban de esa forma?135
No tenía el sentido que deseaba encontrarle. Pero aquella realidad le ayudaba a no salir
corriendo, esa vez. Ya había pasado. Ya, fuera cual fuera la consecuencia, solo le
quedaba aceptarla.
La Doctora Kang le había hablado mucho de eso, antes. Asumir los efectos de las acciones
era una de las cualidades de los adultos, había dicho. Tomando como adulto a toda
manifestación de madurez emocional. En ese entonces él se había cuestionado cuántos,
bajo esa regla, serían adultos realmente. Pero, ¿importaba? Todos en el mundo tenían su
propio camino hacia la adultez, tuvieran la edad que tuvieran.
Así que no valía la pena huir. Ya, de alguna forma, no tenía el mismo significado que
antes.
Ya que había caído por el abismo, sólo quedaba averiguar qué cosas le esperarían en el
fondo.
―Debo admitir que entre todas las reacciones que creí posibles, no me esperaba esta.―
musitó, ni siquiera tomándose la molestia de limpiarse las mejillas. Aquella incómoda
forma de llorar estaba calmando todo dentro de él. Liberándolo.
Fanfic
Taehyung entonces pareció salir de un trance. Espabiló, y abrió sus labios para dejar salir
una exhalación entrecortada.
―No tienes que gritar para pedir explicaciones.― respondió, repasando de nuevo con la
mirada todas las facciones del hombre que tenía a la vista. ―Pero una explicación es
algo que mereces, pienso yo.
Intentó solo desviarlo, entonces, y seguir con lo que había ido a hacer. Confesar su sentir
no subsanaba los vacíos. Era lo que justificaba, de alguna forma, sus errores.
Fanfic
―El té se derramó.― fue lo único que dijo, antes de salirse de su asiento y buscar algún
paño para limpiar. Se acercó al pequeño lavadero que había instalado en la esquina del
cuarto, y rebuscó en los pequeños cajones bajo él.2
¿Qué estaba haciendo Taehyung, con exactitud? ¿Estaba, como, ignorando lo que
acababa de decir?
Lo vio humedecer el paño con dedos torpes en el pequeño grifo, y retorcerlo sin mucha
agilidad. Vio los músculos de su espalda, tras su camiseta, moverse con rigidez. Entonces
se dio la vuelta, y caminó de vuelta hacia la mesa descubriendo su expresión.
Jungkook lo estudió.
Su rostro era diferente, ahora. La expresión de indiferencia con la que se había levantado
hacían unos segundos ahora parecía plástica. Las comisuras de su boca estaban tensas,
de una forma muy poco natural. Como si se obligara a mantenerlas quietas para parecer
despreocupado. Como si luchara por no dejar cruzar nada por su expresión. ¿Eran
demasiadas conjeturas por su paranoia emocional, o sólo leía lo que veía?
Fanfic
El castaño llegó hasta la mesa, y dejando el paño sobre el origen del té derramado tomó
la pequeña taza y se la llevó hasta otra mesa.
―Parece que te has vuelto más limpio que yo, entonces.―aquello hizo al castaño
levantar la mirada hasta él. Una pequeña llama de intriga le quemó por dentro. Ahora
que lo pensaba, ¿por qué Jungkook no había dicho nada sobre aquel derrame antes?
Incluso el líquido goteaba por su lado de la mesa.
Miró la mesa, y luego lo miró a él. ¿Qué rayos? ¿Aquel si era Jungkook?
Por otro lado, Jungkook suspiró con exasperación. Bien, parecía que Taehyung iba a
quedarse cerrado como tumba. No solo no respondía a su confesión, sino que ya no le
respondía nada. Sus movimientos eran rápidos y poco seguros, bajo su vista. Ahora,
parecía limpiar la mesa con poco cuidado para terminar y no tenerlo más de frente.
Pero, ¿huir?
¿Huir de qué?
Fanfic
¿O quizás solo deseaba sacarlo del camino? Quizás en el fondo no le importaba qué
tuviera él por decirle.
Decidió tomar entonces las riendas de la situación, y averiguarlo. Tenía que buscar la
forma de entender a Taehyung, aunque sólo fuera por esta vez. Ya fuera que por
consiguiente lo echara del lugar y lo tachara de imbécil.
Y también, porque aún tenía mucho qué decir. Porque aquel castaño obstinado aún
tenía mucho qué escuchar. Esto, simplemente, no podía acabar allí. Él le había dado la
oportunidad de hablar, ¿no era cierto?
Recordó las ocasiones en las que se había convencido de que no era una persona
impulsiva, y se rió mentalmente.
Los dos pulsos presentes estallaron en sus respectivos pechos gracias a eso.
El corazón del castaño le retumbó en sus oídos, con golpes secos, provocando eco. Sus
ojos, no sabiendo en dónde fijarse, contemplaron con real pánico y nerviosismo a sus
manos, con restos húmedos de té, siendo acunadas bajo las de Jungkook.
Tragó saliva, y dejó salir el aire de sus pulmones. Con lentitud. Con cautela.
Fanfic
Sintió el calor ajeno impregnarle, y le ardieron las mejillas como nunca. Jungkook estaba
cálido. Realmente cálido y suave contra su piel.
No quería sentirlo.
Dios mío.
―Tenía miedo.
Los hombros de Jungkook se relajaron al notar que tenía su atención, de nuevo. Por fin.
Ignoró el hecho de realmente estaba tocándolo después de dos largos años y respiró
profundo, organizando palabras.2
―No me controlé, comencé a llorar como tonto sintiendo que el corazón se me escurría.
Pensé que era un estorbo y que no había un espacio para mi allí.― continuó, negando
con la cabeza― Quise irme sin que te dieras cuenta, y solo desaparecer. Pero te
levantaste, y...―su voz tembló. Y sus ojos parecieron húmedos de nuevo―... Quise huir.
Quise huir porque supe que preguntarías. Supe que no me dejarías ir así simplemente.
Entonces en el momento que comenzaste a hacer preguntas, decidí que... y-yo decidí
que...―su agarre se apretó. El corazón de Taehyung, violento, se sobresaltó por eso―...
Decidí que para mantener mis sentimientos ocultos simplemente tenía que alejarte de
mí. Lo hice. Lo hice de la peor manera. Fui hiriente. T-te hice llorar... y eso... me mató.
Realmente... me rompió.68
Taehyung se mareó.
Sintió su cabeza dar millones de vueltas. Y sus piernas débiles, como gelatinas.
Fanfic
Su orgullo se quebró.
Su vista pareció borrosa por las lágrimas que retoñaron en sus orbes.
Su interior se llenó de rabia. Y sus heridas, cerradas a la fuerza, se abrieron todas a la vez.
Todas.1
Cada palabra llevó recuerdos, que le martillaron dentro. Todo fue encajándose, como en
un puzzle, clavando en él respuestas a preguntas que ni siquiera había imaginado
mientras maldecía su nombre.
Cayó sobre sus rodillas, y su mentón se golpeó fuerte contra la mesa. Sus dientes le
partieron un labio por el impacto.145
Jungkook soltó un respingo, y soltó sus manos para correr hacia su lado y socorrerlo. Se
puso de rodillas a su lado, lo tomó de los hombros, alejándolo de la mesa, y lo sostuvo
con toda su fuerza.
―Hey, Taehyung. Taehyung, Taehyung. ― con angustia, le miró cada centímetro del
rostro sintiendo su corazón a punto de estallar. Del labio del castaño se escurrió sangre,
y de sus ojos, grandes perlas salinas. ―Dios mío. ¿Qué hago? ¿Qué hago? Lo siento. Lo
siento tanto. Esto es mi culpa. Todo esto es mi culpa. ―exclamó, rompiendo en un llanto
silencioso. Acunó su rostro con las manos. ―¿Estás bien? ¿Te duele mucho? ¿Vamos al
hospital?137
Fanfic
Taehyung, dejándose caer hasta sentarse, tomó las manos de Jungkook de su rostro y las
apretó con las propias, juntándolas. Llorando, y preocupando cada vez más al pobre
pelinegro frente a él, soltó una risa.46
―¿Me oyes cuando hablo, Jeon?― preguntó, sin aliento― Estoy bien. Sólo me mareé.
―¿Por qué te mareaste? ¿Estás comiendo bien? ¿Estás comiendo lo necesario? ¿Cuánta
agua bebes al día?266
―Estoy bien.― repitió, con una emoción extraña en sus ojos. Jungkook a penas si
respiró profundo.
―¿Estás seguro?
―Estoy bien, Jungkook. ―dijo. Pero las lágrimas en sus ojos no le dejaron creerle.
―Taehyung...
―Ya, para.
―Tae...2
No pudo evitarlo.
Fanfic
El hombre le había soltado con la misma rapidez con la que le había atraído a sus brazos.
―Sé que lo arruiné todo...―oyó musitar a Jungkook, solo para ellos dos―... Sé que te
lastimé.31
―Sé que fue inoportuno buscarte después de dos años. Sé que fui y que soy un idiota―
dijo, llevando una de sus manos al cabello del chico para acariciarlo. Estaba en sus
brazos. Lo estaba. En verdad.―... pero lo siento. Lo siento tanto.25
Capítulo 94
Con los ojos cerrados, los vértigos se sentían más fuerte.4
Sintiendo la garganta hecha un completo nudo, el latido de su corazón hacer eco dentro
suyo como si de un golpe repetitivo en un objeto hueco se tratara; el castaño, preso de
sus convicciones erróneas, se quedó quieto mientras sentía el cuerpo de Jungkook
presionarse contra el suyo.
Ideas fueron y vinieron casi con violencia. Fue atacado por recuerdos fugaces, dolores
pasados, palabras por decir y sensaciones familiares que removieron el peso de la
indiferencia con el que les había cubierto tan bien. Todas y cada una de las experiencias,
con el nombre de Jungkook impregnado en ellas, fueron sacadas a la luz de su cordura
para ser examinadas; después de tanto tiempo.
Sintió del cuerpo ajeno espasmos por el llanto. Pero su persona, aletargada por la
perplejidad, no le dejó reaccionar a ello.
La verdad.1
La verdad de Jungkook.
La verdad que, de alguna forma -por decirlo con sutileza vaga- lo involucraba.
Involucraba a la persona que había tenido que reconstruir pasados los años.
Apretó los ojos, como si eso aminorara el vacío que se le expandía dentro.
Jungkook había sido bueno dejando todo en la oscuridad. Había sido condenadamente
bueno, y por eso todo había terminado tan mal. Pero ahora le había dejado verlo. Ahora
todo cobraba sentido.
Se negó a abrir los ojos. Su realidad, sufriendo cambios rápidos y drásticos, parecía algo
aterradora. Así que quería detenerla. Quería detener todo a lo que tenía que enfrentarse
ahora.
No estaba listo para los sentimientos de Jungkook, que había tachado de fríos e
inexistentes por tanto tiempo.
Así que inhaló profundo en busca de calma. El aroma dolorosamente familiar a menta le
entró por las fosas y le caló dentro. La calidez ajena se le impregnó quizás demasiado
deprisa, y demasiado bien. A lo que su cuerpo, débil, o quizás astuto, correspondió casi
fundiéndose contra él y acabando con toda la tensión.
¿Qué era esto, que su cuerpo y corazón se sentían tan condenadamente cómodos
mientras su cabeza comenzaba a hervir de rabia?
Exhaló entrecortado.
Estúpido Jungkook. ¿Qué había hecho? ¿A caso no dimensionaba el daño que le había
hecho? ¿Cómo se atrevía? ¿Cómo se atrevía a tocarlo? ¿Cómo se atrevía a siquiera
hablarle? ¿Cómo se había atrevido a aparecerse frente a sus narices después de dos
largos y dementes años?
Estúpido. Era tan estúpido. Todo era estúpido. Debía moverse. Debía apartarse. No podía
solo rendirse a él sólo por una disculpa. ¿Qué con todo el dolor que había sentido, que
él había provocado? No era tan sencillo. No podía ser tan sencillo.28
Soltó el aire que no sabía que retenía, y con la mente en desacuerdo -pero no logrando
detener a sus músculos- bajó un poco su cabeza para que su frente encajara justo en el
hueco que el cuello y el hombro hacían en Jungkook. Ocultó su mirada, acunándose,
debatiendo por dentro incansablemente, embriagándose de nuevo con el aroma ajeno,
sintiéndose odiosamente seguro y nostálgico.
Lo que faltaba...
Otra vez, su cuerpo no le obedecía a su cabeza. Su piel, hambrienta del contacto que le
habían arrebatado de forma tan cruel cosquilleaba ahora con el más mínimo roce. Sus
movimientos, adormilándose, se hicieron más cortos para permanecer en aquella
cercanía y no alterarla de ninguna manera.
Porque aunque luchara por permanecer frío y fuerte, su interior comenzaba a derretirse.
Porque aunque había luchado tanto tiempo con las palabras que decía su terapeuta, ella
había tenido razón.
Kim Taehyung era una persona que amaba a dos personas al mismo tiempo. Ser
consciente de aquello había creado vacíos en su persona que no había logrado llenar
mucho al pasar del tiempo, pero después de tortuosos cuestionamientos lo había
entendido.
A Kim Seokjin, Taehyung había amado profundamente y con locura en los años que
había tenido de su compañía. La aparición del hombre en su vida había volcado toda su
cotidianidad y había puesto al pelinegro en todo el centro de ella. Se había aferrado y
había sido infinitamente feliz tomando su mano.
Lo de ellos había acabado con crueldad. Había costado un corazón con vida y uno roto
hasta quedar irreconocible. Quizás no lo habían querido así, pero nadie podía
cambiarlo.1
Pero no podía rendirse, había pensado, porque los sentimientos de Seokjin no podían
quedar en vano y olvidados.
Y solo había logrado aceptarlo años después de su muerte. Nada cambiaba su amor.
Nada cambiaba el cariño por el tiempo que habían pasado. Pero nada de eso iba a
volver a ocurrir.
Entonces eso...
Había dado espacio a otro amor. A otro que no pensó que pudiera entrar en él.
Y este era mucho menos coherente que el anterior. Pero retoñando a ciegas había
comenzado a hacer peso en su corazón, quizás, demasiado tarde.
Cuando dos personas acordaban mantener una relación de amigos sexuales, era más
que obvio que nunca tendrían porqué involucrarse más allá.
Pero aunque quisiera negarlo, la relación de Kim Taehyung con Jeon Jungkook había
cruzado la línea en demasiados ámbitos.1
Y quizás por eso en algún momento se había enfadado cuando el pelinegro se había
negado a compartir cama.38
Quizás por eso había besado su boca con inocencia mientras adornaba un árbol de
navidad.
Había sido evidente, y sólo había tenido que dejar de hacer la vista gorda. Taehyung
había comenzado a enamorarse del hombre que más le desquiciaba en el mundo.
Fanfic
Comenzó a rendirse.
Jungkook lo abrazó mas fuerte, y ahí quedó él, recibiéndolo todo. Recibiéndolo a él, casi
agradecido. Estaba en sus brazos de nuevo. Estaba en los brazos que alguna vez lo
habían protegido. Escuchaba latir el corazón que había amado sin saberlo. Maldita sea,
su orgullo luchaba. Su orgullo reñía y pataleaba por lo que hacía, pero se sentía tan bien.
Era tan bueno. Tan arrullador. Tan ameno y cálido.
Sin embargo un ataque de lucidez, o un impulso tardío de las corrientes que odiaban la
actitud que adoptaba le hicieron alejarse de un golpe.
Unos segundos más y habría rodeado al hombre con los brazos para apretarlo contra él
hasta que no quedara más espacio para ellos.
Todas las lágrimas que había botado no podían sólo subsanarse con una disculpa.
Las perlas salinas de Jungkook casi bajaron lento en el aire en el momento que Taehyung
se alejó con tanta brusquedad. Sus ojos se ampliaron por el imprevisto movimiento,
aunque ya fuera demasiado extraño que hubieran permanecido esos minutos contra el
otro, como si nada en el mundo pudiera separarlos. Pero, ¿qué pasaba ahora?
Taehyung lo miró fijamente a los ojos, con ellos húmedos y las mejillas sonrojadas.
Taehyung, con el rostro preso de la angustia, se tapó el rostro con las manos y volvió a
sollozar. A Jungkook le invadió el pánico.
Taehyung saltó lejos de su toque. Sus ojos irritados volvieron a su campo visual.
Fanfic
Jungkook a penas si pudo respirar. Fueron sus ojos, llorando en silencio, los que
hablaron por él.8
Jungkook sintió el sabor salado de sus lágrimas en los labios, y frunció el ceño con una
expresión de vivo dolor.20
—¡¡VETE!!18
Taehyung apretó los dientes al oírlo y lo tomó de los antebrazos, sin dejar de empujarlo
hacia la salida de la bodega. Volvió a lloriquear.
—¡¡Vete!!
Fanfic
El llanto de ambos fue lo único audible en la galería Café de Menta los primeros
segundos.
Kim Taehyung sollozó mientras veía sus dedos al rededor de los brazos de Jeon
Jungkook, con la cara bañada en lágrimas y su corazón ardiendo.
Y frente a él, Jeon Jungkook lloraba con la nariz goteando, sintiendo punzadas de dolor
en su pecho. Punzadas que no iban a detenerse, y acabarían con él.
Jungkook cerró los ojos al escuchar esas palabras que hacían ahora de puñales.
Pero los volvió a abrir cuando sintió que Taehyung apretaba con fuerza -demasiada
fuerza- sus antebrazos.
—Ve...te...— volvió a escuchar, viendo a Kim Taehyung cabizbajo, con las lágrimas
cayendo de sus ojos al suelo, mientras se aferraba más y más a él.97
—Vete...— el agarre puso los nudillos de Taehyung tan blancos como el papel. Dolía.
Jungkook sabía que dolía. Pero no importaba.3
Vio como Kim Taehyung, el simple mesero que había conocido a las malas en un café, se
aferraba a él mientras su boca parecía mentir.
Su mente voló.
No lo soltó.8
No puede ser.
Taehyung, Taehyung. ¿Por qué me mientes? ¿Por qué te haces daño dañándome a mí?79
Tae...
Lo vio abultar sus labios en un puchero, sin dejar de llorar. Sin soltarlo. Como un niño.
Quiso estar seguro. Quiso estar seguro antes de jodidamente enloquecer y fundirse
contra él besando todas sus lágrimas. Necesitaba arrancarle el dolor. Necesitaba acabar
con su tristeza.
—Si quieres que me vaya, Taehyung... vas a tener que soltarme. — repitió, en susurros,
sintiendo el culpable alivio nacer en su pecho. ¿Era real? ¿Podía ser esto real? Maldita
sea, su corazón iba a explotar.16
Kim Taehyung, incapaz de soltarlo, levantó la mirada. Sus mejillas mojadas brillaron
contra la luz. El hombre mordía su labio herido.
Y el agarre...
Permaneció firme.
No lo soltó.
—Y-yo...
Y Taehyung...
El aire. Su aire.5
Taehyung había soltado un respingo. El típico sonidito que solía soltar antes de derretirse
contra él.
Fanfic
Tampoco se resistió.
Fanfic
Capítulo 95
El tiempo, callado como una divinidad, tuvo que recobrar el aliento cuando vio a
aquellos dos jóvenes unir sus labios juntos. Su corazón, dolorido y estrujado por la
escena que había presenciado con el pelinegro y el castaño, se había decidido en
sublimar todo lo que, al perpetuarse con lo seres humanos, corría a esconderse y
limitarse a los momentos que en realidad valían la pena.51
Detenerse para creer del todo que sus bocas, tan insolentes e indoloras a veces, habían
comenzado a moldearse en un único lenguaje que no necesitaba palabras.1
El amor.2
¿Por qué lo había hecho? —se cuestionaba— ¿Por qué se había permitido correr tan
lejos? Él no podía involucrarse más allá con el mundo humano. ¿Qué eran estos cargos
de consciencia?31
Nunca debieron decirse adiós, o habituarse a la ausencia del otro. Porque eso había sido
horrible.
Fanfic
¿Qué se creía él, tomando el manejo de la situación buscando a sus corazones algo de
calma? El tiempo podría haber sufrido con los dolores que cargaban, pero eso no lo
hacía un juez. Porque esta era la calma. La calma de esos dos corazones. La calma real
aquel solo había llegado... al apretarse contra el otro.11
El problema había sido la solución, y él había sido tan ciego. El tiempo había sido tan
ignorante. Ahora solo le quedaba verlos continuar, y no hacer más ausencias tardías.
Ahora sólo tenía que retirarse.
Y ellos...
Ellos eran...
Así que...
Juntos.95
El corazón de Jeon Jungkook estuvo aliviado, de acuerdo con esa afirmación. Mientras
latía rápido y casi plácido en el pecho del hombre pelinegro, se dejó descansar en su
cavidad después de los ajetreos dolorosos que las circunstancias le habían impuesto
hacía dos condenados años. Ahora que podía tomar partido, lo sabía.1
Fanfic
Qué mala idea, había sido el de su dueño separarlo del corazón ajeno que con timidez
igualaba su ritmo. Qué mala idea separarlo del corazón con el que sólo podía estar
tranquilo.
Su hogar.63
Por tanto tortuoso tiempo en el que pensó que aquel corazón contrario ya no abriría sus
puertas.
Había sido una pésima idea, y tanto él como su dueño eran partidarios de aquello.
Por fin.51
El residente de aquel pecho acanelado que tanto había corrido en círculos, de verdad no
pudo hacerlo.
Quizás sonaba loco que un corazón suprimiera sus sentimientos para que explotaran dos
años más tarde.
Porque a pesar de las confusiones, algo irreparable se había hecho en sí mismo cuando
el otro corazón lo había abandonado. Algo que solo el mismo causante había podido
remediar. Qué infierno había sido. Que martirio. Y eso que había pensado que no había
espacio para él dentro suyo. Y eso que había pensado que sería mejor así.
Negar el amor solo hacían a aquellos personajes marchitarse más en el pecho de sus
dueños. Negar el amor solo había logrado que ambos se golpearan contra la cruda
realidad que de nuevo, los atraía sin piedad.
Jeon Jungkook acunó las mejillas de Kim Taehyung mientras besaba sus labios. Sus
labios, en verdad. Aquellos traviesos, jugando lento y marcando parsimonia por su deseo
de sentir y exprimir esta realidad fantasiosa, se sintieron demasiado familiares contra el
otro. ¿Estaba eso bien? ¿Podía permitirse sentirlo?14
Su corazón había gritado que sí antes de que cualquier corriente de su cabeza pudiera
responder.
Las yemas de sus dedos ardieron al sentir aquella tez tan conocida volver a posarse
contra su piel. Real. Taehyung lo era. El Taehyung que tocaba era real. Cada uno de los
Fanfic
¿Cómo era que todo ese lío que había tenido dentro se había desvanecido con tanta
facilidad?
De repente toda la discusión que habían tenido antes se quedó sin sentido. No lo tenía,
ahora.
Y eso había dicho mucho más que cualquiera de sus discursos altaneros.
Todos esos sucesos lo habían traído aquí. A esta galería. A su boca. A sus labios. El lugar
donde todo estaba bien.1
Mierda, ¿qué tanto se había enamorado que pensaba en todo esto solo besando su
boquita? Había caído hasta el fondo. No tenía remedio, o escapatoria.70
Entonces acunó con ambas manos el rostro de chico, e hizo más profundo el beso.
El cuerpo de Taehyung, liviano como una pluma, primero estuvo tenso y reacio a su
repentina cercanía. Pero ahora, perdiendo la lucha contra lo obvio, respondió al gesto
acercándose más a él, sintiendo sus orbes húmedos.
Llegado a ese punto, ninguna función de su cuerpo pedía protestar. Ya no había orgullo
que valiera. Se había quedado sin argumentos, por completo.
Las últimas fuerzas que había tenido dentro se habían esfumado con la última frase que
había querido decir. Pero Jungkook lo había interrumpido, y cada una de las tentaciones
que había considerado inexistentes después de tanto tiempo se habían alocado en
demasía.
"Yo... te amo."111
Era una completa locura siquiera pensar en decírselo. ¿A Jungkook? ¿A ese Idiota?
Maldición, quería decírselo. Quizá era demente, pero era cierto. Necesitaba decírselo.
Ahora que se rendía. Ahora que su orgullo le había abandonado.7
Pero había extrañado tanto su boca, y todo lo que la rodeaba, que era incapaz de
solamente retirarse. No podía solo dejar de probar de aquella boca tan dulce y ágil.15
Si estuvieran hace un par de años, Jungkook se habría reído de él por hacer lo contrario
por lo que tanto peleaba. Él se habría enojado mares por su actitud y le habría reñido. ¿Y
ahora? Aquello, con incoherencia, instalaba una calidez gigante en su pecho.
Con esta verdad capaz de reponer el corazón de ambos, ¿por qué se había tardado
tanto en volver?
Pero Jungkook...
Realmente odió como tembló su corazón. ¿Qué tanto había reclamado antes? ¿Tenía
sentido?
Y todo por aquella situación de Seokjin. Maldición. ¿Qué tanto había soportado
Jungkook?
—¿Estás bien? ¿Todo está bien?— susurró Jungkook, mirando sus ojos por turnos, y
detallando todo su rostro en busca de alguna otra cosa inusual. ¿Qué había sido ese
quejido? ¿Qué pasaba?2
—Los dos nos herimos. — musitó Jungkook, cerrando sus ojos con Taehyung, apoyando
sus frentes juntas. —Está bien. Está bien, ¿sí?96
—P-pero yo...— Insistió Taehyung, en el mismo llanto silencioso que partió el corazón de
Jungkook—... Lo siento tanto.
—Lo siento mucho más. —entonces Jungkook se deshizo de aquel agarre para tomar su
mano adecuadamente, y entrelazar sus dedos.
—Y yo muchisisísimo más.315
Sus narices se rozaron. Rieron como tontos por la bobada que hacían. Por lo tonto de su
hablar. Rieron juntos, mezclándose en sensaciones un poco más agradables que ahora
los rodeaba.47
—No lo sientes más que yo. — contraatacó Taehyung, como tonto, enarcando un poco
su ceja.
Taehyung, mirando fijo a Jungkook y rozando la punta de su nariz con la ajena, sintió en
su pecho retoñar una nueva armonía de emociones.
Su corazón... ¿su corazón había sanado solo por tenerlo de vuelta? Joder.2
—Jungkook. — lo llamó, atrayendo su atención (más) —Tengo que decirte algo. Algo
con lo que no pude luchar a pesar de todo lo que pasara...—Suspiró, viendo un brillo
diferente en su mirada. Respiró profundo, y se preparó —Yo...—te amo.88
Un pitido.
Fanfic
—Ignora eso. Después devolveré la llamada. — quiso decir Jungkook, tomando ambas
de las manos contrarias para acunarlas.
Cobarde, ¡cobarde!3
Jungkook se quedó boquiabierto antes de musitar un "Está bien..." y sacarse el móvil del
bolsillo de sus jeans.
Cerró sus ojos con culpa al recordar que ya se había hecho de noche.
—Jimin-ssi...4
—¿Dónde rayos estás, de verdad? Dije que al anochecer. La cena comenzará a enfriarse.
Jungkook respiró profundo. ¿Cómo podía explicarle lo que pasaba sin entrar en detalles
o... gritar como fangirl?15
—Ahhh, ¡LO SABÍA!— Jungkook tuvo que alejarse el móvil de la oreja— ¡Es la segunda
cena que nos cancelas! ¡Yah! ¿A caso no significamos nada para tí, punk?75
—V-va, ¡va! ¡Hyung!— exclamó, no evitando subir el tono de su voz. Aquello logró callar
por completo al rubio tras la línea.
Uno... de llanto.
—¿J-Jimin?
—Jimin, ¿qué...?
—Es la primera vez que me llamas "Hyung"— musitó, y Jungkook amplió los ojos al oírlo
sorberse la mucosidad de la nariz.69
—¡Hyung!
Una sonrisa boba cruzó por los labios de Jungkook, y no evitó reír viendo como
Taehyung se balanceaba en sus talones mientras se mordía los labios, esperando.8
—Hyung, es él.
—¿ÉL QUÉ?20
—Eh... —reprimió el deseo de rascarse la nuca. No quería ser evidente—... Aquello que
te dije antes... como un millón de veces. Él.
—¿ÉL QUÉ?
—Deja de gritar.
—ÉL.— repitió entre dientes, recibiendo otra mirada de Taehyung, ahora desconcertado.
—Sí, el mismo.1
—Oh, ¡vaya! Eso fue muy repentino. ¿Por eso no has venido?
Taehyung sonrió levemente: —Es el rubio de aquella vez en el edificio, ¿no? Ese día iba
con un pequeño en su abrigo. Lo recuerdo.1
—¡Oh! Sí, ya se conocían. — rió, un poco avergonzado. Esa vez si se rascó la nuca. —Y,
bueno... el que llevaba en su abrigo es en realidad su pequeño novio de veintitantos.10
—¿Cómo rayos hizo para meterse en su abrigo?— fue lo primero que preguntó. Como si
enserio fuera importante.
Jungkook miró a Kim Taehyung en toda su brillante expresión y rió con ternura. —¿Qué
crees, que no es posible? ¿Quieres que lo intentemos? Estoy seguro de que cabes en mi
abrigo.172
—¿Cómo que no?— Insistió, tomando sus manos. Taehyung se sobresaltó— Eres tan
pequeño como un dedal.285
Fanfic
Taehyung no peleó más, y se dejó besar. Las manos de Jungkook volvieron a tomarle del
rostro, y una de ellas viajó hasta su nuca y subió para acariciarle el cuero cabelludo.
—¿Qué es lo que querías decirme?— musitó Jungkook, cortando el beso, pero dejando
sus labios rozándose. Cada una de aquellas palabras, y su gesticulación, fue percibida
por Taehyung gracias a eso.
—¿Quieres subir?
Fanfic
Capítulo 96
Taehyung no había necesitado una respuesta, realmente.
Porque sus manos ahora estaban unidas mientras el castaño hacía el camino para
ambos.
Caminaron juntos, hasta que Taehyung abrió la pequeña puerta lateral que había en el
fondo de la bodega y se internó con el pelinegro en ella hacia un pequeño pasillo oscuro
con conexión a unas escaleras.
Jungkook fue un silencioso espectador curioso, que tras Taehyung solo despegó la vista
de su cabello castaño cuando una luz tenue se hizo al final del camino. Entonces una
chispa de incertidumbre se había encendido dentro suyo. Iba a conocer el lugar de
Taehyung.
Empujó la puerta que había dejado medio abierta hacía unas horas y se internó en su
lugar. De repente mirando, sintiendo a Jungkook pararse junto a su hombro, que todo
estuviera en orden. Detalló fugazmente su salita de estar con un sofá vino tinto largo y
Fanfic
un par de puffs felpudos color negro a cada lado. Detalló su mesita de estar odiándose a
sí mismo por la taza con manchas de café que había dejado desde la mañana, y se
obligó a relajarse al darse cuenta de que no habían más discordancias; la barra que daba
a la cocina solo tenía una bolsa de comida para gatos. Todo estaba, en lo que cabía,
organizado.4
Dio un par de pasos, pero se detuvo por la resistencia que puso el cuerpo de Jungkook
aferrado a su mano. Entonces se volvió para mirarlo, dispuesto a preguntarle qué ocurría.
Sin embargo detuvo el impulso de hablar al notar que el hombre no parecía consciente
de lo que hacía, y con los ojitos amplios y brillantes, observaba atentamente el lugar,
como si éste fuera un museo.
Un atisbo de diversión se hizo en Taehyung, que enarcó una ceja y rió silenciosamente
acercándose a él.
—¿Qué tanto miras?— preguntó, sorprendiéndose de lo tímido que había sonado. ¿Qué
era ese débil chillido que tenía por voz? Qué vergüenza.3
Antes de responder levantó su mano libre y pinchó con la punta del dedo la naricita de
Taehyung. El castaño reaccionó soltando un respingo, y mirando con odio fingido al
hombre, que rió cortamente y se acercó lento hasta que sus narices se rozaron.1
—Sólo digo verdades.—dijo Jungkook, apretando la mano que aún mantenía contra la
ajena. Taehyung devolvió el apretón, acariciando su nariz contra la del hombre.18
—Supongo que es raro oírte siendo tan gentil.— musitó Taehyung, desvergonzado,
encogiéndose ligeramente de hombros. Los ojos de Jungkook se entrecerraron.2
Entonces ambos rieron uniendo sus labios, no soportando más la lejanía. Había sido
demasiada, los últimos años.26
Era como un sueño. Un sueño demasiado bueno. Sus corazones se sentían demasiado
bien, sus cuerpos estaban demasiado relajados con su compañía.1
Estaban perfectamente cómodos así, contra el otro. A pesar de que estuvieran lejos por
dos años. A pesar de que a penas recordaran cómo era estar cerca del otro. Su piel, los
roces y las caricias rompían cualquier barrera que intentaran construir ahora.
Fanfic
Era como si para sus cuerpos no hubiera pasado un solo día, ahora. Como si siempre
hubieran estado juntos.
Dios, había esta necesidad intangible de sentirse, tan fuerte entre ellos. Necesitaban
saciarse. Necesitaban algo del otro solo para ellos. Se necesitaban mal, en ese momento.
Sus manos se separaron solo para abrazarse, tocarse. Los brazos de Jungkook rodearon
la cintura de Taehyung, y las manos de Taehyung viajaron por el torso de Jungkook
hasta sus hombros para parar rodeando su nuca. Se abrazaron sin separar sus bocas. El
pelinegro sostuvo al castaño cuando éste tuvo que empinarse en la punta de los pies
para estar más a su altura. Del choque de sus bocas emanaron sonidos húmedos. El beso
fue más profundo -si es que eso era posible- más intenso, y mucho más húmedo.1
Ambos, agitados y sonrojados, se miraron los labios ajenos antes de llegar a los ojos. El
calor emanó entre ellos, como una ola fuerte contra sus cuerpos, haciendo más firme la
estrechez contra el otro.
Entonces Jungkook besó cortamente la boquita de Taehyung. Y luego otra vez. Y otra
vez.72
—Dios... —susurró Jungkook—... No sabes cómo quiero besarte. Quiero besarte todo,
todo.22
Aquel comentario hizo sentir a Taehyung sofocado de calidez. Jodidamente bien. Sus
dedos se enredaron por inercia en las hebras del azabache.
Fanfic
—Hazlo... —respondió, completamente sin aliento—... Hazlo, hazlo. Soy tuyo. Soy todo
tuyo. —el deseo, tornándose en desesperación y euforia, alocó cada partícula del cuerpo
de Taehyung.188
Las yemas de los dedos de Jungkook casi se enterraron la piel de su espalda al oír
aquella preciosa y ansiosa respuesta. Maldita sea, iba a perder el control. Realmente la
bestia abstinente que había reprimido iba a resurgir. Iba a dejarse llevar y acelerar hasta
su satisfacción. Estaba casi seguro de que iba a quedar con los labios adoloridos por lo
mucho que iba a besar esa tersa piel acanelada.
Joder.82
Le besó, chupó y mordió los labios con los ojos húmedos de nuevos. Taehyung era suyo.
Sólo suyo.
¿Finalmente?40
A su mundo se le fueron las luces unos segundos. Segundos en los que, de alguna
forma, había tomado los muslos de Taehyung, cargándolo, mientras lo llevaba hasta la
habitación.43
Tuvo que detenerse en seco cuando en su limitada visión aparecieron dos puertas. Una
al lado de la otra. El castaño, besando sus labios, solo continuó como si nada.
—¿Mm?
Fanfic
—Oh.— dijo, y carcajeó. —Es la de la izquierda— dijo, casi alegre, volviéndose de nuevo
y mirándolo con ojitos de bambi. —En la otra están los bebés.116
Y entonces, diciendo aquella cosa que fácilmente podía ser malinterpretada, cerró sus
ojitos y se acercó para volver a besar a Jungkook. El susodicho, quedando algo pasmado
y confundido con lo que acababa de decir, correspondió al beso inevitablemente
curioso. ¿Bebés, había dicho?1
¿Tenía bebés?1
Hubiera querido pensar más en eso cuando abriendo la puerta, se dejó caer encima de
Taehyung después de lanzarle hasta la cama (doble, gracias al cielo). Pero cuando quedó
a horcajadas del chico, y lo miró los ojos...3
Por completo.
La boquita del castaño se abrió con asombro por aquellas palabras, y sus ojos,
ampliándose, parecieron dos bolitas brillantes cuando se aguaron. En su pecho, su
corazón quiso explotar.
—Te amo.356
Taehyung observó su expresión perpleja, y soltó una risa, evadiendo por un momento su
mirada. Más lágrimas le quemaron la piel.
—Te amo, Jeon.—musitó, poniéndose más que rojo. Cruzando por todos los tonos de
carmesí existentes en el mundo de los colores. Volvió a mirarlo, tentado a reír más, con
incomodidad. —Sé que fue muy inesperado....—admitió, casi poniéndose nervioso. Dios,
que vergüenza. Se había expuesto de golpe, ¿por qué no lo había pensado primero?—
Pero y-yo...-5
No pudo terminar de hablar cuando Jungkook casi que le trepó encima y lo besó.
Después la nariz.
Luego el mentón.
Y las mejillas.
Jeon Jungkook bajó la cabeza hasta que sus miradas se cruzaron. Sus ojos, destilando
amor y una armonía de emociones, dejaron sin aliento a Taehyung.16
Jungkook, con la sombra de una sonrisa en los labios, se apoyó en uno de sus codos
para tener el brazo libre. Entonces con la mano acarició y acunó la mejilla de Taehyung.
Los labios de Taehyung temblaron. Miró sus dos ojos, queriendo incluso reír más. Su
estómago aún seguía enredado en la vergüenza.
—Eres lo más hermoso que mis ojos han visto. —afirmó Jungkook, con aquel persistente
jardín mágico en su mirada, en un tono tenue y dulce.89
Jungkook soltó una risa sintiendo su entrañas derretirse de ternura por su reacción.
Entonces intentó quitarle las palmas de la carita.12
—¡No, no!— protestó Taehyung, haciendo fuerza para que la malvada misión de
Jungkook no se completara. Iba a explotar de vergüenza si lo miraba otra vez.1
—Oh, vamos.— carcajeó Jungkook, sin rendirse— Eres todo un bebé, ¿hum? Déjame
verte.40
Fanfic
Jungkook entonces le hizo cosquillas, llevando sus manos hasta sus costillas. Taehyung
chilló, sobresaltándose y sacándose las manos del rostro por pura y cruel inercia.
Jungkook rió, victorioso, y aprovechó para tomar las muñecas del castaño y ponerlas a
cada lado de su cabeza.44
Pero sus intentos quedaron en el aire cuando Jungkook lo besó de nuevo, cortamente.
Entonces se incorporó un poco, para observar bien la obra de arte que era Taehyung
todo sonrojado y tímido.
El chico rió, arrugando la nariz y cerrando los ojos. Realmente queriendo no ser visto.
¿Por qué tenía que ser tan cruel?
—Eres malo.— acusó Taehyung, abultando uno de sus labios en un puchero. —¡No me
veas!
La sonrisa de Taehyung se hizo un poco más débil. Sus ojos, atentos, parecieron más
serios.
—Te amo.— repitió, bajando la cabeza para que sus narices se tocaran.4
—De nuevo...— pidió Taehyung. Sólo mirándolo fijo. Igual de rojo que antes.1
Fanfic
Jungkook le besó esa vez la mejilla, y con la boca pegada a su piel, susurró:
—Te amo...
Las manos de Taehyung subieron hacia las hebras azabaches, y se enredaron en ellas.
—Otra vez...
—Te amo.—musitó Taehyung, entonces. Ahora totalmente ido. Apretó al hombre contra
él. —Te amo tanto...244
Jungkook, percibiendo aquella reacción, sonrió suspirando hacia sus adentros. Cerró los
ojos por un momento. Perfecto. Así era perfecto.1
Taehyung apoyó bien su mejilla contra el torso de Jungkook y extendió sus manos sobre
él para apretarlo más, queriendo devolver aquel curioso abrazo. Cómodo. Era realmente
cómodo.
Fanfic
Joder, ¿en verdad estaba pasando esto? Qué locura. Cerró también los ojos, demasiado a
gusto como para no hacerlo.
Él realmente pensó que no volvería a sentirse de la forma que se había sentido con
Seokjin.
Porque, ¿quién diría que el hombre más desordenado del mundo iba a terminar
ahogado de amor con el hombre más ordenado que existía?29
No era imposible.
Capítulo 97
La noche había arrullado a aquellos dos jóvenes que, respirando lento de arriba hacia
abajo como la marea del océano, acumulaban toda la calidez del mundo con la
estrechez de sus cuerpos.
La lluvia, cayendo desde hacían unas horas, era incapaz de perturbar en aquel cuarto. Las
pequeñas gotas de agua se deslizaban tiernamente por el cristal de la ventana, siendo
pintadas de naranja por el neón de las luces de la calle. Cada motita casi acariciaba la
superficie, cayendo con sutileza de puertas a fuera, como tocando una canción de cuna.
Kim Taehyung, y Jeon Jungkook, abrazados contra el otro en la mitad del cuarto, sobre la
cama, completamente a oscuras, complementaron perfecto el fluír de las cosas con
corazones calmos y a gustos.45
Permanecer así era la única necesidad latente que, como droga, les hacía querer sólo
más y más.2
Los dedos de Jungkook, enredados en las hebras platinadas del chico encima suyo,
recorrieron caminos infinitos de placer en la suavidad de su textura. Las yemas de
Taehyung, fascinadas de contacto, dibujaron paisajes únicos en el brazo de Jungkook,
acariciando su piel.
El silencio era entonces la más fina y deliciosa melodía. Cómoda, perfecta y adecuada a
ambos.
Fanfic
Sin embargo, sus corazones eran inquietos y curiosos. Quizá por eso se habían quedado
despiertos al pasar de las horas. Al fin y al cabo había pasado demasiado.
Fue entonces que Taehyung levantó la mirada, deteniendo su obra de arte incolora, y
con los ojos como retoños miró al hombre que amaba. Jungkook sintió su mirada y bajó
los ojos hasta él.
Las caricias que yacían en su cabello bajaron por su frente y delinearon su mejillita, que
se sintió cálida y suave por sus yemas.6
—¿Sí, Taehyung? —preguntó sólo cuando su atención logró desenfocarse de sus ojos. Si
se quedaba en ellos, no lograría pronunciar nada.3
Jungkook parpadeó sin desviar la mirada, sintiendo un extraño nudo en su pecho hacer
fuerza. ¿Entonces quería saberlo?
No todo había sido malo, pero... sin duda no habían muchas cosas buenas por contar.
El brillo curioso en sus orbes lo hizo respirar profundo. Era lógico que lo preguntara, ¿no
era así? Incluso él tenía incertidumbre por muchas cosas suyas.1
¿Contarlo todo?2
¡Claro que lo está! Contraatacó su subconsciente. Lo tienes a él contigo, ¿qué más cosas
tendrían que estar bien? Son sólo cosas del pasado. Cosas que ya no importan.3
—¿De verdad quieres saberlo? —cuestionó, bajito. Aunque fuera tonto preguntarlo, y ya
supiera la respuesta.
—Lo fue. Es un buen puesto, pagan bien. —afirmó— Pero, la verdad, prefiero mi antiguo
trabajo. Ahora todo el mundo me necesita todo el tiempo. Mi móvil parece que explotará
de la cantidad de mensajes y llamadas que recibo.
Jungkook parpadeó, asimilando sus palabras. Entonces abrió un poco su boca, casi
extrañado.
—No... lo... sé. ¿Crees que sea posible?— él en realidad no había pensado en eso.
Taehyung se encogió de hombros, con un aire de diversión, alzando la mirada para
verlo.
Oh, joder.
—Y-yah, ¿qué dices, tan de repente?— cuestionó, avergonzado, pero esbozando una
sonrisa que dibujó en su rostro un cuadrado— Hace mucho tiempo que nadie me llama
así.
Taehyung soltó un respingo y se tapó las mejillas, sonrojándose ahora hasta el cuero
cabelludo.
Jungkook carcajeó, tomándole una de las manos para dejarle un beso en el empeine.1
Fanfic
Las entrañas de Jungkook sufrieron otra derretida cuando vio al hombre abultar su labio
inferior en un puchero de niño caprichoso. ¿Dónde quedaba el adulto de veintitantos
cuando ponía ese tipo de cara?
—Agh, bebé. —casi lo acusó. Y el rostro de Taehyung no pudo soportar más color. Tuvo
que ocultar su rostro por completo en el costado de Jungkook para sobrellevar la carga
de timidez que le atacó por tercera vez.27
Jungkook suspiró con diversión cesando sus risas, y le sacudió el cabello antes de
continuar.
—Pues, simultáneo al trabajo... pasaron más cosas. Muchas más cosas...— A ese punto a
su cabeza llegaron todos los recuerdos: La situación con Dong Yul, la carta que aquello
había dejado de su madre, el descubrimiento de su trastorno, y...
Rayos.
Sin embargo, antes de que pudiera pasar por su cabeza la información, esta ya salía de
su boca.
—En que... —dijo, soltando una risa seca. De verdad no podía no-cohibirse—... Bueno,
son varias cosas...— estaba poniéndose nervioso en verdad—... Pero supongo que lo que
reúne todo es que... la "cosa" por la limpieza que... tú identificaste por el tiempo que
estuvimos juntos... no es sólo una "cosa".
Jungkook sintió la cadera del castaño presionar contra la suya, de una manera realmente
agradable, pero no pudo pensar mucho en eso al notar el semblante tenso que ahora
tenía el chico.
Su ceja enarcada lo hizo soltar otra risa seca. Llevó su dedo hasta su ceño, y lo presionó y
masajeó para que se relajara.28
No funcionó.
—Vas a arrugarte si frunces tanto el ceño.— le dijo, ladeando un poco la cabeza. Eso
solo logró que el castaño se viera un poco más extrañado que antes. Entonces Jungkook
llevó uno de sus brazos hacia la parte trasera de su cabeza para acomodarse más, y
suspiró.—Comencé a ir a terapia poco después de la última vez que nos vimos. Fui
diagnosticado con Trastorno Obsesivo Compulsivo— ver los ojitos de Taehyung
ampliarse le hizo sentir un poco más nervioso que antes—...Yo, bueno, siempre fui muy
obstinado y terco. Pero el día que todo se fue al extremo...2
Jungkook quiso rascarse la nuca. Soltó una pequeña risa tensa en cambio. —Sí, empeoré.
El día que salí con Jimin y casi fui atropellado por huir de una mesa sucia fue lo que me
hizo consciente de eso.
Fanfic
—Está bien, no le prestes atención a eso.— exclamó, levantando su otra manita para
sacudirle el cabello como a un niño. Realmente queriendo deshacer aquella expresión
angustiada. Había sido una situación traumante e impactante.
—Ya está, bebé. —quizá había sido el sobrenombre, quizá había sido la caricia en su
mejilla. Pero Taehyung había guardado silencio. —¿No ves que aquí estoy, contigo? Ya
todo está en el pasado. Todo está bien ahora.101
El chico sobre él respiró entonces profundo y lo miró con armonía naciente mezclada
con un brillo taciturno en sus ojos. Jungkook tenía razón. Quizá ahora estuviera asustado
como el infierno por lo que escuchaba, pero ya había pasado.
—Está bien. —dijo entonces, suspirando.—Es sólo que pensar en lo que te habría
pasado... —entonces su bombillita mental se había encendido, no logró detener su
boca—... Pero tú... ¿estás mejor, verdad? Porque si no estuvieras mejor... habrías como...
enloquecido con el té que derramé antes. Así como en el pasado, cuando chorreaba
después de las duchas y tú...
Le pareció más que adorable su actitud. Se había dado cuenta que no había algo más
lindo que ver a Taehyung pensando en voz alta.
Taehyung, interrumpido, parpadeó rápido antes de sonreír también. ¿Se había puesto
parlanchín de nuevo?7
Se avergonzó.
—Oh, había olvidado el monstruo cariñoso que eres. — exclamó, con descaro. Oyó a
Taehyung respingar con asombro, como si lo que dijera fuera una mentira.
—¡Y-yo no...!
—Claro que sí— dijo, acunando entonces su cabeza. —Quizás por el acuerdo y todo el
rollo te mantenías distante. Pero después del sexo... en tu momento más vulnerable...—
recordó Jungkook, con un deleite perceptible en su forma de hablar—... En ese momento
era que buscabas la cercanía. Eres del tipo querendón, sé que lo eres.7
—Oh.24
—Sí, "oh". —respondió Jungkook, sintiendo las mejillas del chico presionadas entre su
hombro y su cuello. Acarició las hebras castañas pasándolas por sus dedos. —Eres un
gran bebote mimoso y querendón.103
Su expresión estuvo seria hasta que le sacó la lengua a Jungkook, con la más descarada
manifestación de inmadurez. El contrario reaccionó abriendo mucho su boca y sus ojos,
haciendo a Taehyung volver a reír.6
Pero qué preciosa se hacía esa melodía cuando era él quien le hacía reír.1
Taehyung solo se detuvo para confirmar las preocupaciones que ahora parecían solo
derretirse entre sus dedos.
—Pero... si estás mejor, ¿verdad? —preguntó, para acomodar la información del puzzle
de Jungkook en su cabeza.
Prácticamente se pasmó.
—Oh, tú...
Taehyung detuvo sus mimos para prestarle atención. La expresión de bobo que había
puesto no se desvaneció.
Pero sólo logró soltar un chillido de sorpresa cuando el hombre lo lanzó a su costado
para volverlo a atacar a cosquillas.
Jungkook se recostó de lado a él y rió conjunto a los chillidos que comenzó a soltar el
pobre Taehyung, estremeciéndose brusco en la cama y rogando, después, de un rato,
con los ojos humedos, que se detuviera.
Cuando Jungkook mostró piedad, con la sombra de una sonrisa se quedó mirando como
el castaño recuperaba el aliento.
El amor nunca había sido algo importante antes de él. Antes de su llegada.
Las emociones no habían sido relevantes. Había dejado de ser virgen en la universidad
porque todos habían dejado de serlo. Había intentado salir con alguien porque todos lo
habían hecho. Nunca había tenido o sentido algo significativo y emocional.2
Y ahora, con Taehyung, todas esas palabras se acomodaban perfecto en el poco espacio
entre ellos.
Más de él.
Lo necesitaba todo.
Danzaron de nuevo entre sus bocas, acariciando sus pieles, jugando lento con sus
lenguas. Chuparon y besaron, como si compartieran el mejor dulce. Como si fuera
adictivo.1
Locos de amor.61
Pero no se sintió mal, por esa razón que lo había torturado lento al pasar de los años.
Fanfic
Confió lo suficiente como para compartir aquello que no había compartido con nadie.
Su chico ya le miraba con un atisbo inquisitivo en sus orbes. En sus preciosos orbes
avellana.16
Jungkook quiso volver a perderse en ellos, pero quería hablar. Quería contarle.
—Eh...—se aclaró la garganta para continuar. ¿Ese sería el día de los discursos
emocionales?—... ¿Alguna vez te he contado algo sobre mi familia, Tae?4
Entonces el chico se había movido para mirarlo mejor. Jungkook, recostándose sobre la
palma que daba al codo apoyado en el colchón, suspiró cuando el chico negó con la
cabeza.
—Pues... he tenido problemas con ese lado de mi vida, los últimos años.
—¿Pasó algo con tu familia esto dos últimos años? ¿Está todo bien?
Fanfic
—En realidad ha estado pasando algo con mi familia desde hace más de quince años. —
admitió, haciendo un mohín— Y mi familia, TaeTae...— el chico no evitó sonreír un poco
al oír ese apodo de nuevo—... está compuesta por una persona, ahora.8
—Bueno, quizás dos personas. Ahí está el dilema.—comentó el pelinegro, algo inseguro.
Jungkook quedó un poco pasmado ante la petición, pero poniendo sus emociones en
orden, se propuso hacerlo.
Le dijo de su amor por el arte, de sus años malos, hasta del hombre que hacían dos años
había llegado a su oficina y se había declarado su hermano menor en secreto.2
Jungkook se abrió por completo. Y desmenuzó parte por parte su vida. Esa parte que
nunca miraba, pero que dolía. Bajo la vista del amor de su vida.57
Pero nada de eso lo preparó para la respuesta que había recibido de Taehyung.
Capítulo 98
Esa noche hablaron sobre todo.11
Todo había resurgido: los años sin el otro, la universidad de Taehyung, la renuncia de
Dong Yul de la editorial de Jungkook luego de todo el incidente, el concurso de
Taehyung que le había dado su galería, y la estadía casi definitiva de su ex-sunbae (ahora
hyung) Kim Namjoon con Min Yoongi en Daegu. —al cual, sorpresivamente, solo había
visto un par de veces después de todo el incidente al venir por todas sus cosas a Seúl en
plan de mudanza definitiva. Había sido increíble lo mucho que ambos habían avanzado
como pareja después de aquel drama con Ji Taehyung.
Ji Taehyung.48
Jungkook no dudó dos veces en hacerlo al percibir aquel ademán. Acunó su cabeza,
besando su cabello y inhalando profundo su aroma.
Fanfic
El silencio se alargó hasta que Taehyung soltó un largo suspiro y levantó la mirada hasta
conectarla con Jungkook.
—Faltan ocho años.— fue lo único que dijo. Y fue suficiente. Jungkook entendió
perfectamente a lo que se refería.
El pelinegro hizo un mohín profundo, pasando las manos por el rostro de Taehyung.
—Sí, faltan ocho años.— musitó en respuesta.—Pero... ¿sabes? no me preocupo por eso.
Sé que aprenderá.
—¿Aprenderá?
Jungkook asintió.
—Él no es un criminal. Creo firmemente en que cuando salga, buscará rehacer su vida en
vez de buscarse otra vez ser encarcelado. —le dijo, realmente intentando sonar tan
seguro como se sentía. —Aprenderá de su error.62
Porque todo estaba bien. ¿De qué se preocupaba? Todo iba a salir bien.
—O-oye— respondió Taehyung, intentando detener al hombre cuando puso sus manos
encima para subirle la camiseta blanca que llevaba. Sus mejillas se sonrojaron casi con
violencia, y sólo se tapó el rostro en su urgencia de no ver su cara.1
Cuando sintió los dedos cálidos en la piel de su abdomen, solo reprimió un jadeo.
Taehyung rodó los ojos quitándose las manos del rostro. Miró con odio falso a Jungkook.
Sí, bueno, ¿qué más daba? Sus largos meses de sedentarismo se habían reemplazado
por trotes matutinos una vez había vuelto a la universidad.
Y aunque había sido difícil al principio recuperar su resistencia física, lo había logrado de
nuevo.
Esperó una reacción diferente de Jungkook cuando éste se mordió ambos labios y negó
con la cabeza. Su ceja se enarcó gracias a eso.
—No me parece.
Taehyung soltó una risa seca. ¿Qué era esta faceta de Jungkook? El hombre era todo un
caso por sí mismo.
Taehyung se mordió los labios para no reír. —¿Justo, dices? ¿Quieres engordarme como
vaquita?87
Jungkook, aún abultando sus labios, lo miró fijo y asintió con la cabeza.
Entonces una hora más tarde, ambos variando de posiciones en aquella cama que les
facilitara mirarse —y mimarse— se escuchaban con atención mientras conversaban.
Jungkook habló de su amistad con Jimin y Hoseok, de sucesos extraños en el trabajo y
anécdotas graciosas.
Taehyung casi se ahogó de risa cuando se enteró de que Jungkook en una ocasión había
derramado tinta en su desayuno cuando de apuro había pretendido agregar sal la
mañana que había dejado todos sus materiales en el comedor.4
Y luego habló de él: de sus clases, de Ha Neul, su padre y cada pasito que había
caminado hasta llegar dónde estaba. Jungkook había sido un fiel espectador, y se había
cautivado con cada nuevo detalle. El restablecimiento de la vida de la forma que
Taehyung había deseado alguna vez no podía ser más perfecto ahora. Podía verlo.
Fanfic
Jungkook dejó fluir sus palabras como si nunca hubiera tenido inhibiciones.
—Después de amarrarte, viéndote retorcerte, tan frágil y vulnerable, yo... sentí que lo que
hacía estaba mal. Aunque se sintiera bien.—comentó, respirando profundo— Todas las
sensaciones se volvieron confusas.162
Taehyung cerró un momento los ojos, volviendo a aquel día, evocando sus recuerdos.
Recordando el ardor de su piel contra las cuerdas rígidas, y la sofocante impotencia
quemando su pecho.
Fanfic
Recordando las terribles ganas que había tenido de abrazar a Jungkook. De tocarlo en
medio del agudo dolor y el profundo placer; mezclándose.
Joder.
—Te besé en todos lados queriendo aminorar aquello. Deseé... meterme bajo tu piel y
quedarme ahí. Y eso no era lo que se suponía que debía desear. —mientras hablaba,
Jungkook dibujó caminos en su cabello— Entonces eso me alarmó. Te amé mientras te
hacía todo eso, y cuando pude ser cuerdo y darme cuenta de lo que había hecho,
busqué alejarte de mí. Porque alejándote... pensé que dejaba todo en el orden que debía
ser.
Pero...
El día flotó entre ellos como un recuerdo. Sexo que se había sentido como algo más. El
dolor, la culpa, el deseo. Todo mezclándose en un cruel cóctel que los deterioró por ese
tiempo.1
Pero lo muy juntos que habían dormido esa noche aunque Jungkook le hubiera pedido
que se fuera y cuando estuviera a punto de salir lo hubiera hecho quedarse. Con tontas
excusas. Con tontas limitaciones. Pero fuertes sentimientos.
Vaya...
Qué fiasco.
Qué enredo.1
Se miraron fijo a los ojos, y cuando la palma de la mano de Jungkook acunó la mejilla a
Taehyung, —que instintivamente se recostó en su toque— a los cuerpos de ambos le
recorrió una agradable sensación de calidez que, emanando de sus pechos se expandió
por todos lados.
Al menos había sido lo suficiente para quererse. Así pareciera un final inesperado.
Taehyung suspiró a sus adentros y esbozó una pequeña, realmente pequeña sonrisa.
—Él fue una parte realmente importante de mi vida...—musitó, desviando la mirada hacia
algo en el pecho de Jungkook. Su tono de voz pareció melancólico—... Pero, se fue.
Acabó.34
—Sé que él no quería irse. O quizás sí, nunca fue seguro. Pero esto no puede
remediarse... —dijo, volviendo a mirar a Jungkook a sus orbes—... y sólo me queda
aceptarlo. Lo he hecho, en gran parte. Perdoné el daño que eso me provocó y me
perdoné a mí por lastimarme al no dejarlo ir. Así que... sí. Es una herida cerrada, casi por
completo.10
Por Taehyung.
—Realmente has sanado. — había sido inevitable que aquella frase saliera de su boca en
un tono casi paternal. —Es... asombroso. Me haces sentir orgulloso —entonces le estaba
pellizcando las mejillitas, haciendo a Taehyung soltar una risita.1
—Bueno, no eres el único que fue a terapia. —admitió, sonriéndole. —Me lo he tomado
en serio.43
Fanfic
—Eso es asombroso. —exclamó, asumiendo aquel dato, pero no preguntando más allá.
Hubo, en cambio, algo alterando su semblante—¿Entonces sólo te has... concentrado en
eso todo este tiempo? —hubo un deje de algo denso en su voz cuando Jungkook
preguntó eso.
Taehyung se quedó quieto y asintió con la cabeza unos segundos después. Aquella aura
extraña que de repente emanaba el hombre le hizo saber que había algo debajo de lo
que le decía.
Jungkook amplió un poco sus ojos, y rió, nervioso. Se pasó las manos por su cabello.
Taehyung lo miró mientras lo hacía, y sonrió de lado. Quizás todos los viejos hábitos no
se perdían. Aún se tocaba el cabello cuando se ponía tenso y nervioso.36
Qué lindo.
—Además, estabas tú. —continuó. —Tú fuiste algo que no sanó, tampoco. Supongo
que, por como terminó todo, la herida esperaba a que tú la cerraras.
—E-eso es... —Taehyung fue más rápido, y le robó un beso para callarlo. Jungkook
volvió a reír.
Rayos.81
Se quedó casi pasmado los primeros segundos. Taehyung lo miró con curiosidad
inocente, simplemente esperando.
—No, bueno. Si, una vez. —Su rostro se puso tan rojo como el de un tomate al darse
cuenta de lo que había salido de su boca.
El castaño rió, un poco extrañado. —¿Eso fue un "no, bueno, no me concentré solo en mi
trabajo" y, "Sí, estuve una vez con alguien"?14
Jungkook, casi mudo, tartamudeó como loco antes de suspirar y asentir con la cabeza,
rindiéndose. Taehyung percibió la pena que se le instaló en el rostro y se esforzó en
poner una sonrisa que se viera genuina.4
Tenía razón.
Ay.119
Porque aunque no deseaba que Jungkook se hubiera quedado solo todo ese tiempo, sí
le molestaba un poco. Solo un poco.
Taehyung, no.
¿Besándolo?
Kim Taehyung.31
¿Tocándol-
Sacudió su cabeza para detener todas y cada una de las corrientes de su cabeza. No, él
no iba a molestarse por eso. De verdad que no iba a hacerlo. Era tonto. No tenía
derecho.
—No te preocupes por decirme. ¿Crees que me enojaré?— aunque su voz sonara
amena, sí estaba enojándose. Joder, ¿qué a caso quería que Jungkook fuera solo de su
propiedad? Tenía que calmarse— Cuéntame.150
Cerró los ojos para poder mantener su sonrisa intacta. Jungkook lo miró, casi
sorprendiéndose por su buena reacción, y se obligó a relajarse. Bien. Taehyung parecía
bien con eso.92
—Está bien... —musitó—... Fue un médico que conocí en uno de mis viajes de trabajo. Su
nombre era Young Soo.
—No, no, no fuimos pareja. Sólo nos encontrábamos a veces, para... ya sabes. —
comentó, comenzando a cohibirse—... Sólo nos vimos unos meses.56
Taehyung asintió con la cabeza, sin dejar de sonreír. Viéndose plástico y falso.91
Fanfic
—Sí... digo, no, ¡NO! —Jungkook se incorporó para sentarse sobre sus piernas impulsado
por la emoción. La expresión de Taehyung le había dicho todo. Sus ojos tristes y su
sonrisa falsa, a ese punto, miedosa.—Por favor no pienses eso. Y, deja de sonreír así,
pareces de película de terror.185
No lo logró.
No supo que Jungkook había estado llamándolo hasta que le sintió jalarle el brazo para
hacerlo sentar con él. El hombre le acunó el rostro mientras le hablaba.
—... No pienses eso, ¿está bien? Él... él solo era un desquite sexual. Él lo sabía. Con él
descargaba el estrés, es todo. No es lo mismo que ocurrió contigo. Puedo jurarlo si
quieres, p-puedo...
—No hay nada entre él y yo.—murmuró, solo para ellos dos. Realmente queriendo que
le creyera—Fue algo para nada serio, y ya terminó. —Bueno, en realidad, aún tenía que
Fanfic
decirle al chico que no iban a volver a verse. Pero no era importante. Young Soo no
podía exigirle nada.— Él no se compara contigo. Él no es tú. A él no lo amo. A tí te amo
con toda mi jodida vida.60
—Lo sé. —aceptó, dejando caer los brazos. ¿Qué era esto?— Perdón por alarmarme. Es
sólo que... —murmuró en respuesta—... tú y yo comenzamos así, ¿que impide que lo
hagas...-89
Entonces lo separó de golpe para tomarlo de los hombros, logrando que por el impulso
sus palabras se volvieran un siseo mezclado con un respingo.
—No hay acuerdo. —declaró, antes de que Taehyung re-organizara sus palabras— La
palabra "acuerdo" ya no puede acomodarse a nosotros. ¿Me oyes bien? Quiero que
confíes en mí, y quiero confiar en tí.3
Taehyung, con los ojos muy amplios y los labios entreabiertos, parpadeó un par de veces
antes de asentir con la cabeza. Aunque no entendiera muy bien.
Aquella frase golpeó fuerte el pecho de Taehyung. Y lo llevó directamente a aquel día, en
la isla de la cocina de Jungkook, cuando él solo usaba una de sus camisas y habían
estado gritándose por los moretones que había tenido en el cuerpo.19
Tragó saliva.
Fanfic
—¿D-de verdad?22
Taehyung sonrió más amplio, y se puso de rodillas para tomar la cabeza de Jungkook.
Entonces bajó hasta que sus narices se tocaron, y lo miró profundo a sus ojos chocolate.
Capítulo 99
Y sé que nunca he sido bueno en esto del amor.131
Los besos tiernos y repetitivos habían hecho un colorido camino en sus cuellos.
Las manos del hombre castaño se enredaron en las hebras azabaches del contrario
cuando sintió sus toques recorrerle el cuerpo.
Del fondo de su garganta emanó un cálido jadeo, que golpeó la oreja de Jungkook
mientras sus manos re-descubrían sus rincones.
Si fueras música...
Yo bailaría.170
Jeon Jungkook sintió sus vellos erizarse cuando las yemas frías de los dedos de Taehyung
se hicieron camino bajo su camisa. Como con caricias tiernas, como amorosamente.
Porque no era una exageración decir que su piel, que sus poros habían extrañado sentir
esa tersa piel contra la propia. Maldición, ¿se podían extrañar ese tipo de cosas sin
parecer un demente?
Joder. Quería amarlo. Quería amarlo mal en ese instante. No había manera alguna de
describirlo. Todo el camino que los había llevado hasta aquel instante, hasta aquella
cercanía, solo lo llenaba de ganas de ahogar a Taehyung en el amor que le quemaba en
el pecho.16
Se alejó del hombre, y mientras le desabotonaba la camisa le miró fijo a los ojos. A esos
ojitos brillantes, de bambi, que tanto había extrañado.
Él había buscado, desde la adolescencia, una forma de estar estable y vivir bien. Quince
años más tarde, después de caerse, enamorarse, y construirse como persona lo había
logrado.9
Pero sólo podía contemplar sus logros viendo aquellos hermosos orbes.
Los ojos de Taehyung brillaron admirando el cuerpo de Jungkook. Sus hombros anchos,
su pecho, su abdomen.
Aún persistía en él aquella fascinación por los chupones y las marcas, pero...
Si fueras música...158
Se decidió que aquella vez, solo le haría el amor. Sin presiones. Sin agitaciones. Sin
miedos.
Yo bailaría.118
El cuerpo de Taehyung cedió con suavidad a cada uno de sus toques. Los caminos de
besos que Jungkook hacía le impidieron estar callado. Apretó a Jungkook contra él y le
acarició los hombros y la espalda mientras sentía sus pezones ser mimados a lamidas.
Fanfic
Jadeó con fuerza, embriagándose de calidez y la más deliciosa excitación. Aquella que
solo surgía cuando cada rincón de un ser se sentía fascinado y amoroso. Aquella que
solo surgía cuando se llegaba a ella con alguien especial. Entonces se dejó llevar a ese
pedestal prohibido al que había llegado sólo unas pocas veces con sólo dos personas.
Y la segunda —y última, quería pensar— había sido Jungkook. Que tanto en ocasiones
pasadas, como ahora; le recordaba la existencia del mismo amor. De lo bueno. De lo
cómodo.2
De lo único y deleitable.
La pequeña botellita de lubricante llegó a las manos de Jungkook con un poco de ayuda
de Taehyung en el momento adecuado. El pelinegro se hizo su camino separando las
piernas de Taehyung, y con ayuda de una almohada bajo él levantó su cadera en el
ángulo perfecto.11
Cuando las primeras gotas de aquel líquido de aroma frutal cayeron en sus dedos, una
duda que fue inevitable se instaló en su cabeza.23
—¿Sí, cariño?— aquello había salido sin siquiera pasar por el filtro de sus pensamientos.
Kim Taehyung solo era un ser dispuesto a entregar amor. La capacidad de racionalizar no
entraba dentro de sus habilidades en aquel preciso momento.224
—N-no, n-no es lo que quise preguntar... —Aunque eso había despertado una lucecita
en su cabeza, ¿se había Taehyung preparado antes de que llegaran al departamento?
—Es que tu... dijiste... —el lubricante se hizo cálido por el contacto con la piel de Jeon—
... Dijiste que en estos dos años no habías estado con alguien.9
—Mhm.
¿Estaba queriendo preguntar si eso significaba que no había intimado con alguien en
todo ese tiempo?
—Sí.
Un brillo diferente se hizo en los ojos de Taehyung, que solo evaluaron a Jungkook en
silencio los primeros segundos.
—Estás sonrojado, oh por dios. — exclamó, soltando una carcajada— ¡Jungkook! Puedo
sentir la culpa que emanas, para con eso.— pidió, con un tono cariñoso que hizo sentir
cohibido a Jungkook.51
Taehyung había jalado de él para darle un beso corto y acabar con su rollo. Cuando sus
narices se tocaron, el castaño musitó:
—Dijiste que no importaba, ¿verdad?— Jungkook asintió sin pensarlo dos veces. No
quería que Taehyung llegara a pensar diferente a eso. —Somos sólo tú y yo, ahora. No
importa el pasado.—Jungkook volvió a asentir, acariciando su nariz contra la ajena. —Así
que... sólo ten cuidado.61
Jungkook le besó los labios, sintiendo algo de euforia explotar dentro suyo gracias a sus
palabras.
Después de dos años, la pérdida de costumbre y todo ese lío dejaba tremendamente
sensible a Taehyung. Se atrevía a denominarlo, en ese punto específico, casi virgen.51
Lo único que deseaba era que Taehyung lo tomara con suavidad, disfrutándolo tanto
como él. Era lo único que importaba.
Entonces llevó sus dedos lubricados hasta su sensible entrada, tomando con su otra
mano su miembro semi-duro, para acariciarlo y buscar que en lo más posible el castaño
solo sintiera placer.
—¿Quieres que me detenga?— preguntó rápido, más que preocupado a ese punto.
Taehyung, mordiéndose el labio para disipar las sensaciones, negó con la cabeza,
gimiendo de nuevo en la boca de su amor.6
—Pero te duele.
—¿Quién es este hombre tan condescendiente y qué hizo con mi hombre amargado y
salvaje, eh?—preguntó, besándolo corto.110
—Este es el hombre que te ama. —casi replicó— No tientes a que salga la bestia.
Realmente no quiero hacerte daño.155
Taehyung rió.
—Pero no es...
Para desviar entonces la atención cuando presintió que Taehyung hablaría, sacó e
introdujo su dedo más profundo, procurando curvarlo un poco para lograr tocar su
punto dulce. El cuerpo de Taehyung entero se estremeció, obligándolo a aferrarse a los
hombros de Jungkook y gemir con fuerza.
Fanfic
Taehyung se esforzó en abrir los ojos hacia el comentario de Jungkook, mientras seguía
siendo dilatado.3
—Me pregunto si será igual de cuchi cuando te llame "papi", Jungkook.—volvió a gemir,
simplemente dejando aquel comentario. El pelinegro todito se aturdió, y casi detuvo sus
acciones para pasmarse y creer a medias que había escuchado lo que había
escuchado.242
—¿M-me llamarás...?— el pelinegro ni siquiera pudo terminar aquella frase. Solo supo
que el solo escuchar a Taehyung diciendo eso había hecho que su miembro se pusiera
dolorosamente duro.5
—¿Debería?— preguntó, aunque fuera obvia la respuesta, según él.—Me siento listo
para hacerlo.79
Sin embargo, supo que la respuesta que saldría por su boca sería una muy distinta de la
que esperaba Taehyung.
—No. Hoy no.— fue su respuesta. Logró sorprender al castaño con ella— Hoy yo no...
quiero follarte.64
—Hoy sólo quiero hacerte el amor. Así sea el doble de cuchi que lo que dijiste antes. —
dijo, esbozando una sonrisa ladeada. —Hoy sólo quiero que digas mi nombre. Una y
otra vez hasta que sea la única palabra que te sepas.121
El castaño, a penas si asimilando todo, sólo gimió entrecortado cuando el tercer dígito
entró. Dolió, y ardió.
Así que en silencio, y mirando fijo a los ojos a Taehyung, se alineó en su entrada y la
presionó con la punta.
—Te amo...— respondió. Como la penúltima palabra que quedaría en su cabeza una vez
Jungkook entró en él y gimió en su oído. Cada vello de su cuerpo se erizó, y sintiendo el
miembro del hombre pesar dentro suyo en la zona de su vientre, sonrió por la extraña
sensación de plenitud y complemento. Se sentía lleno y completo.1
El dolor del castaño pronto se volvió un brusco cóctel de sensaciones, que lo ciñeron a
Jungkook dentro suyo, y a enroscarle las piernas en el torso. Ambos cerraron los ojos,
perdiéndose en el paraíso con el otro, perdiendo el Control que nunca habían mantenido
con el contrario, y definieron entre estocadas su propia versión de "Hacer el amor".18
Se abrazaron, gimieron y chocaron sus pieles. El ritmo aumentó y con él el calor de sus
cuerpos. Las esencias de ambos flotaron en el aire, haciendo de droga para los dos.
Conectándolos más. Conectando además de sus cuerpos, sus corazones.
Porque se amaban tanto. Tanto.4
—J-jungkook...
—Bebé....
—A-ah, Jungkook...
—Sí, amor.166
Taehyung pronunció algo ininteligible cuando Jungkook lo embistió mucho más fuerte. Y
más fuerte. Y más intenso.8
Tan bueno.15
—Te amo. Te amo tanto.—gimoteó Taehyung, llevando hasta el límite a Jungkook, que
sobre-estimulado, casi se corrió solo oyéndolo. Siguió besándolo, gimiendo y gruñendo
en sus labios. Sintiendo a cada partícula del universo volver a ordenarse y colorearse.2
Taehyung lloriqueó, queriendo abrazar así a Jungkook el resto de su vida, casi perdiendo
la noción del tiempo y sí mismo, siendo llevado a la cúspide.
—Jungkook, J-Jungkook...
—...ngh.13
—Vamos, córrete para mí.— aunque dijera eso, él también esta a punto de llegar.41
—J-Jungkook.7
Entonces su espalda se arqueó, siendo golpeada por el intenso orgasmo que se desató.
Sin tocarse una sola vez, se corrió en el abdomen de ambos, volviéndolos un desastre.
Gritando y gimiendo el nombre de Jungkook hasta el cansancio, cumpliendo con la
palabra del hombre cuándo éste había dicho que esa sería la única palabra que sabría
llegados ese punto.
Fanfic
Porque ahora Taehyung solo era eso. Sólo Jungkook, Jungkook y Jungkook.
El pelinegro le había seguido justo tras él, corriéndose dentro suyo en un gemido largo y
apodos tiernos en su oído, dejándolos temblorosos y sudados.
Y dentro de aquel mundo único y mágico, descansaron Jeon Jungkook y Kim Taehyung
contra el otro: mezclando la preponderancia con el saudade, retoñándolos en algo único
y hermoso.7
Había sido inevitable que Morfeo no los llevara entre sueños después de eso. Estaba
exhaustos y exprimidos como naranjitas de emociones. Porque estar en la cúspide
también agotaba.17
Y durmieron, enredados contra el otro, como el sueño de que siempre huían estando
cuerdos hasta ese día.
Kim Taehyung abrió los ojos cuando el sol le molestó los ojos.
Y en el momento que sintió que el otro lado de la cama estaba vacío, y él estaba
vestido...
Enloqueció.1
Si tu fueras música...1
Yo bailaría.
Fanfic
Capítulo 100
Su corazón se aceleró como nunca lo había hecho.2
Sus músculos adormilados a penas si respondieron a los estímulos que su cuerpo recibía.
Sentado en la cama, arrugó con fuerza vaga las sábanas e intentó normalizar su
respiración.
¿Era real?
Era imposible.
Su garganta se hizo un nudo. Un nudo fuerte y doloroso que le hizo cerrar y apretar los
ojos. No, no, no.96
Sintió pesar en su pecho los recuerdos que, desorientados, parecieron sueños. Solo
sueños. Jungkook. Jungkook en su galería, Jungkook diciéndolo que lo amaba, Jungkook
abrazándolo, Jungkook tocándolo.13
¿Verdad?47
Fanfic
Tenía que estar allí. Él tenía que estarlo, ¿cómo todo podía resumirse a un patético sueño
lúcido? No podía ser. No.31
Sollozó cuando sus pies tocaron el suelo frío, y corrió como pudo. Abrió la puerta del
cuarto, y con la vista nubosa por las nuevas lágrimas obligó a su piernas a moverse.
La sala de estar le recibió igual que la noche anterior. Su poco desorden y la bolsa de
comida de gatos en la barra seguían intactos. Lo único que se escuchó en medio de la
sala fue su respiración agitada, haciendo en conjunto con el latir rápido de su corazón un
eco que le aturdía.
Su corazón se apretó.
Volvió a la sala de estar con las mejillas húmedas, y una aguda angustia entumeciendo
sus músculos. Dios mío. Oh dios mío.82
No estaba. Él no estaba.
Tapó su boca, queriendo acallarse. Queriendo detener todo. Que todo parara.
Se mareó de golpe. Se sintió débil y a punto de desplomarse. No, por favor no, no.94
Un maullido lejano se camufló entre sus lloriqueos. Se mordió con fuerza el labio
intentando detenerse. Intentando parar aquel dolor que se expandía dentro.1
Otro maullido se hizo en el aire. Taehyung, en medio de su llanto, volvió la cabeza hacia
la segunda habitación de su departamento.
Los maullidos solo lo desorientaron más. Intentó aclararse la vista limpiando sus lágrimas,
pero no fue muy útil.
Sin embargo, pudo ver entonces -y a medias- que la puerta de aquel cuarto estaba
medio abierta.9
Y que, sacando su pequeña cabecita por la puerta, el Gatito número 3 lo miraba con un
atisbo de curiosidad en sus pequeños ojitos rodeados de un pelaje gris abundante.37
Sí, sabía que "Gatito número 3" no era un nombre espectacular. Pero había sido difícil
elegir nombres y no había tenido mucho tiempo para hacerlo, igualmente. Desde la
mudanza, a penas si había podido adecuar ese cuartito para ellos.5
Aunque no fue su presencia la que lo dejó callado. Se sorbió la nariz con las mejillas aún
goteando.
Su boca se abrió.
A menos de que hicieran con su madre una torre de gatitos y uno de ellos supiera quitar
el pestillo con sus garritas.87
Sus ojos entonces de ampliaron, y con ellos, una gran burbuja curiosa y pesada en su
pecho.
¿Era quizás...?
Parpadeó rápido, agudizando los sentidos que sus emociones habían atrofiado. Se limpió
las lágrimas de los ojos con los puños, cual infante, dejándose las mejillas enrojecidas.
Si había sido un sueño, el estar de vuelta con Jungkook, entonces sí podía considerar la
posibilidad del complot de gatitos.45
Pero si no...
Sus ojos brillaron, aún mirando a los pequeños orbecitos del Gatito número 3.
Fanfic
Pero si no...
Necesitaba respuestas.
Sus ojos, llenándose de esperanzas que no querían terminar rotas, recorrieron cada
rincón de la habitación en busca de una cabellera azabache.
Cuando bajo sus ojos, unas hebras oscuras brillaron por los rayos del sol que se colaban
por la ventana.23
Su cuerpo, tan aturdido y débil, por fin recibió el oxígeno que había perdido tan de
golpe.
No podía ser.
Cada partícula de su ser suspiró de alivio al ver a Jungkook, a Jeon Jungkook, el maldito
amor de su vida sentado en el suelo jugando con los gatos.485
Bueno, en realidad los gatos eran los que jugaban con Jungkook. Pero Taehyung solo
pudo verlo a él.
A él. De verdad.
Todo pasó tan rápido que el pelinegro, escabullido de la habitación desde hacía casi
media hora después de haber vestido con cuidado a Taehyung para que no pasara frío
ya que no habían sacado ninguna manta en la noche, no evitó sorprenderse soltando un
respingo asustado por el peso que ahora tenía en la espalda.1
En sus labios se delineó una sonrisa. Era su primera mañana juntos como pareja.81
De forma oficial.
Se sintió sonrojarse.1
Abrazó entonces los brazos del chico que lo rodearon a la vez que él escondía su rostro
en el hueco entre su cuello y su hombro. Sano y distante de la tortura por la Taehyung
había atravesado hacía tan solo segundos.1
—No sé si se supone que puedo estar aquí— comentó, acariciando con el pulgar la piel
de Taehyung— Pero cuando desperté recordé que habías mencionado unos bebés, y
sólo quería verificar si eran bebés humanos o no.35
Fanfic
¿Por qué sonaba de aquella forma? ¿En qué momento podría haberse enfermado?
Entonces lo jaló suave de un brazo para que se sentara a su lado y le mirara bien el
rostro. Taehyung no lo impidió, aún seguía recién levantado y casi había sufrido un paro
al corazón. No tenía las fuerzas para resistirse, así que sólo cayó a su costado con
cuidado y lo miró, queriendo más conectar sus ojos con los de Jungkook que
preocupándose por lo que él pudiera ver.2
Dios, esa había sido la peor forma de despertarse. Casi se había sentido a punto de caer
a ese oscuro abismo del que tanto le había costado salir.
Gracias al cielo todo había sido una cruel fantasía. Porque aquí estaba. Porque aquí
estaban.2
Sin embargo, no fue lo mismo para Jungkook. Que en el segundo que vio sus ojitos
irritados y sus pestañas mojadas casi se abalanzó en él para acunarle el rostro. En su
corazón se disparó la preocupación más rápido que una bala.
—¿Qué ocurre? —preguntó, casi con angustia—¿Por qué estás llorando? ¿Te lastimaste?
¿T-te lastimé? ¿Te duele algo? ¿Qué debo hacer?195
Taehyung, solo sonriendo amplio por su adorable preocupación, se safó del agarre del
hombre para lanzarse a sus brazos y abrazarlo fuerte.3
Fanfic
—No te preocupes, estoy bien— respondió rápido en su oído, bajito y con la voz ronca
por a penas estar despierto— Estoy bien, estoy muy bien— acarició con los dedos la
nuca de Jungkook e inhaló profundo su aroma. Su aroma a hogar.— Sólo... tuve una
pesadilla y desperté mal.1
—Me asustaste.— musitó contra él, también percibiendo en su cuerpo aquella sensación
de calma con solo tener al chico en sus brazos.8
—En realidad no quiero hablar de eso... —musitó en respuesta, cerrando sus ojos.—Estás
conmigo y eso es suficiente.
Jungkook sólo sonrió y le acunó la cabeza. Va, no sabía qué podría haber soñado, pero
respetaba su decisión si solo quería dejarlo ir.
—No me iré nunca si me dejas quedarme siempre.— comentó, cada vez fundiéndose
más contra su cuerpo. Queriendo cambiar esa carita irritada por calma y plena felicidad.
No merecía menos.11
Fanfic
Jungkook exhaló con fuerza, sintiendo su corazón tan liviano como una pluma. Entonces
le tomó bien la cabeza y retrocedió solo un poco para besarle la mejilla, una y otra vez.
—Buenos días— respondió al fin Taehyung, en un tono casi mimoso por los cariñitos
que recibía. —Dormí muy bien hasta que te levantaste. —Jungkook rió en su oído.6
—La curiosidad mata a hombres como yo.— respondió— Había estado casi una hora
mirándote dormir, fue imposible que mi mente no volara.5
Joder.
Pero antes de lograr cohibirse, se alejó del hombre y de sus brazos para mirarlo
inquisitivo y divertido.
Jungkook soltó una risa seca, se rascó la nuca y bajó la cabeza con una sonrisa
enmarcada en su rostro.5
—Sólo quería cerciorarme. —se excusó— A cualquiera deja inquieto si lo dices como me
lo dijiste anoche.
Taehyung rió por su respuesta, y desvió la mirada hacia el Gatito Número 2, de pelaje
negro como su madre, mientras mordisqueaba el borde de los Jeans de Jungkook.
Fanfic
Entonces con una sonrisa cariñosa se inclinó y lo tomó. Si lo dejaba allí arruinaría por
completo la tela, podía decirlo por experiencia.
El pequeño gatito maulló cuando sintió su pancita presionada contra la palma de una
mano. Olió el aroma familiar de su dueño, y relajó las garritas. Los dedos de Taehyung le
rascaron las orejitas, lo cual fue suficiente para sólo quedarse quieto en sus mimos.
Jungkook miró la escena con los ojos muy abiertos, y solo sonrió viendo a la pequeña
criatura en brazos de su amor.13
Dios, que dúo tan mortalmente tierno el que esa pequeña criatura hacía con
Taehyung.52
Sus ojos, volviéndose dos grandes corazones, solo pudieron contemplarlo. Él podría
realmente solo mirarlo todos los días.20
Fue una suerte que su boca se las arreglara para hablar poco después.
—¿Cuándo fue que te volviste un loco de los gatos?— preguntó, sin vergüenza. En el
tono de imbécil que siempre lo había caracterizado, y que Taehyng conocía tan bien a
ese punto— Veo como ocho pequeños corriendo por ahí— comentó, totalmente ajeno
al hecho de que la Gatita número 1, de pelaje claro como su padre -hasta aquel día,
desaparecido. Taehyung ni siquiera había podido explicar cómo Frida había quedado
preñada- después de abandonar su camita estaba escalando su abdomen metiendo sus
garritas en la tela de su camiseta.29
—No soy un loco de los gatos, tonto. Frida tuvo crías— explicó, con un tono falso de
odio que hizo a Jungkook carcajear— No podía solo dejarlas en la calle y ya.14
Jungkook, con la pequeña suspicaz que llegaba de a poco a su hombro, negó con la
cabeza abultando un poco su boquita. Taehyung quiso volver a reír.
—Pues presiento que por tu obra animalista tu bolsillo va a sufrir las consecuencias. —
Dde verdad, ¿cómo era que no sentía las garritas escalándole?— ¿Qué va a pasar
cuando crezcan, hagan daños y veas como tu salario se va en... —La intrusa peluda llegó
y se acomodó en su hombro—... arena para gatos, concentrado y, quién sabe cuántas
campanitas?8
Estalló en risas.4
—¿Qué quieres decir- ¡AH!— entonces al inclinar su cabeza había sentido un bulto
felpudo contra su cuello. Su brusco estremecimiento logró que los pequeños ojitos de la
gatita de abrieran de par en par, y se aferrara más fuerte a la tela
Fanfic
Taehyung rió con más fuerza, viendo al hombre orientarse lento a lo que sucedía
mientras palpaba a la pequeña intrusa. Su expresión de sorpresa se tornó en una de
fastidio divertido por las burlas de su chico.32
No fue difícil averiguar que esa había sido la razón por la cual el castaño había estado
aguantando la risa.
Rodó los ojos sacándose con cuidado a la felina de encima y acunándola con las manos.
La pequeña alimañ- no, no. Ya no les decía así. Con un rabioso Taehyung había
aprendido que no se les llamaba así hacía dos años. La pequeña gatita lo miró, erizada y
tensa, hasta que él le acarició toda la cabecita para hacerla sentir segura en sus manos.
Había sido toda una traviesa, ¿cómo había llegado hasta allí?23
—¿Estabas esperando hasta que me trepara la cabeza, insolente? —le preguntó al chico.
Pero no recibió una respuesta.2
Porque Taehyung, después de dejar al pequeño gatito número 2 en su regazo, hacía con
sus dedos las señas de como si sostuviera una cámara invisible.5
Señalando a Jeon.
—¿Q-qué haces?— inclusó tartamudeó al preguntar. ¿Desde qué momento había tenido
una atención tan concentrada?
Taehyung, serio como si lo que hiciera fuera realmente importante, pinchó el dedo índice
como si tomara una fotografía. Chaqueó la lengua contra el paladar simulando el sonido
Fanfic
de las viejas cámaras instantáneas, y entonces abrió los dos ojos, admirando el hermoso
resultado.3
Porque ver a su nuevo novio con la pequeña gata en sus brazos, con la luz del sol
pegándole a contraluz y haciendo brillar su cabello desordenado como si de un ángel se
tratara, había sido una vista demasiado hermosa.38
¿Una fotografía...?1
Apartó la mirada y rió con real vergüenza, bajo la risueña mirada de su amante y con
todo el rostro caliente.
Se frustró.
—Dios, ¿qué estás haciéndome?— musitó bajo, tomando una honda bocanada de aire y
soltando a la felina.
Entonces, aún sin mirar a Taehyung, cogió al pequeño Gatito número 2 y lo devolvió a la
gran camita que compartían con Frida, que —al parecer—era totalmente desinteresada
por sus crías gracias a la presencia conocida en el cuarto.
Por el impulso, Taehyung perdió el equilibrio y cayó de espaldas contra sus codos.1
Fanfic
—Estás siendo demasiado tierno y sexy de nuevo, TaeTae. —había algo realmente
caliente en la forma en la que Jungkook había dicho eso que acaba de revolcar las
hormonas en Taehyung. Con su voz emanando como un gruñido hambriento y profundo
desde el fondo de su garganta. —¿Crees que está bien, ésto?
Un adorable pucherito.
Oh, joder.
Jungkook gruñó y se inclinó a morderle el labio. Con ansiedad naciente y veloz. Con
fuertes revoluciones internas comenzando a encenderlo.
Maldita sea.
Oírlo llamarlo así debía ser prohibido para los oídos mortales. Oírlo llamarlo así debía ser
ilegal. Ahora todo su cuerpo se sentía acalorado y embobado, y su entrepierna
jodidamente apretada.
Oh, mierda.
Era...
Él era...
Era perfecto.31
Y ahora por todo lo tierno y romántico que había sido la noche anterior iba a destruir el
colchón de Taehyung con su cuerpecito bajo él, por lo menos.94
Porque este lado, tan oscuro y juguetón suyo, también había extrañado a Taehyug.
Mucho.3
Quería embestirlo tan fuerte que su cuerpo quedara con su nombre en cada rincón.
Porque Jungkook estaba al borde, nada más con esa pequeña estimulación, del total
descontrol.2
Fanfic
Sin embargo, cuando iba para la cuarta en su pecho ahora desnudo, Taehyung opuso
una vaga resistencia.
—Ngh... e-espera...4
Pero Taehyung, teniendo la mitad de su mente ida en aquel retorcido y excitante mundo
que compartía con Jungkook y la otra mitad inevitablemente consciente de la mirada de
los gatitos en ellos, intentó alejar su boca —su espectacular boca— de sus pezones
sensibles que mimaba con la lengua para que lo mirara solo un momento.
Ellos... aún estaban pequeños. Pequeñitos. No tenían porqué verlos a ellos dos así.144
Iban a traumarse, seguramente. Y más si los miraban de aquella forma tan curiosa.
—¡Papi!— ahora fue Taehyung el que se quejó, inevitable y mimado como un gran bebé
haciendo un berrinche. Sonando enojado.97
Fanfic
Taehyung no tendría más opción que ser un buen niño. Un niño obediente.
Su niño.
Lo sabía.
—¿Qué es lo que quieres, bebé?— aquello había salido más como un regaño que como
una pregunta.
—¿Qué con los gatos?— preguntó Jungkook, esa vez un poco más blando, al notar la
reacción de Taehyung a su actitud.4
Mierda, él en realidad había perdido una buena cantidad de su firmeza con aquel
hombre de cabellos largos.
Entonces Jungkook miró a Taehyung como si hubiera dicho la tontería más grande del
universo. Quiso reír. El hombre en serio quiso hacerlo.
Jungkook lo miró fijo a los ojos, suspirando, y escuchando todos sus argumentos. Que
eran muy jóvenes. Que iban a traumarse. Que no era algo para bebés, y más parloteo.19
Dios, todo un bebé si había conseguido para sí mismo, ¿no era así? ¿Se preocupaba por
los gatos?
Claro, como si no lo mimaras cada segundo como si estuvieras pegado a su cadera desde
que volviste. Discutió su subconsciente. Pero solo lo ignoró.
—Además de que si ellos nos ven...-¡Oh! —y hasta allí había llegado su protesta. Jeon
Jungkook tomó a su novio, Kim Taehyung, como a una princesa en sus brazos, y riendo
junto a él lo llevó hacia el cuarto.53
Ni alguna excusa.1
Capítulo 101
La cotidianidad dentro de sus golpes impredecibles, después de la reconciliación con
Taehyung bautizándolos como pareja, había parecido amena y hermosa para
Jungkook.81
Después de esa mañana que habían pasado juntos, y un par de noches más que habían
compartido después del trabajo, se habían vuelto inseparables. Verse, llamarse y
mensajearse era ya casi una deliciosa rutina. Para el pelinegro era una nueva realidad a la
que estaba dispuesto a adaptarse, después de todo, porque su corazón había aflorado
con tanta rapidez y orgullo que intentar resistirse había sido tonto e innecesario.1
Porque había caído con la mayor de las satisfacciones en los brazos de cupido.
De pasar meses reacio al contacto con su sentir, y haber buscado sensaciones pasajeras,
ahora podía llamarse un enamorado.3
Entonces entre sueños flotó en burbujas de café. El café que aunque almacenaba en su
alacena, no había probado su paladar en años, el café impregnado en la piel de su amor,
el aroma a café de su galería, el primer café que Taehyung le había preparado mientras
ambos desayunaban después de jugar con los gatos—aún con aquel toque único de
Fanfic
crema y azúcar que siempre había satisfecho sus excentricidades— y café, el delicioso
café.11
Sus sueños habían traído recuerdos que lo hicieron removerse y sonreír contra su
almohada en la madrugada de su departamento: Taehyung mirándolo, Taehyung riendo,
Taehyung bebiendo café con él antes de la media noche fuera de la tienda de
conveniencia junto al acuario, Taehyung abrazándolo después de su primer encuentro
íntimo, Taehyung mirándolo entre su piernas ido por el alcohol, Taehyung sonriéndole a
los clientes del café, Taehyung gimiendo en su boca, Taehyung durmiendo sobre su
pecho, Taehyung acariciando su mandíbula.47
Pero sin quererlo, siguiendo el camino idílico, desató de nuevo con el mismo patrón el
recorrido que años atrás le había llevado hasta cierto difunto.
Era curiosa la forma en la que llegaba a él. Pero si lo pensaba con cuidado —ojalá
pudiera hacerlo dormido— era algo obvio que el castaño fuera aquella luz en la
oscuridad que lo llevaba hasta él.
Y supo que no podría evitarlo cuando en su vista se hizo una luz tan fuerte que lo dejó
suspendido en el infinito de los Jamais Vu.94
Entonces...
Fanfic
Lo escuchó de nuevo.
¿Quieres ayuda?
Su voz se hizo un eco infinito los primeros segundos, rebotando en todos los rincones de
donde fuera que aquello sucedía. Jeon Jungkook se sintió pesado como el plomo al
sentirse tan ido y desorientado.1
Oh, joder.
De nuevo.
Seokjin.
¿Podría él... hablar con el hombre como parecía que lo había hecho la última vez?
La fuerte luz se volvió cálida, como si esta proviniera del sol. Y dejó pasar una tersa
melena azabache.
¡Seokjin!
Oh, dios.4
Entonces el hombre volvió a presentarse frente a él, con sus ojos brillantes vivos, y una
expresión conciliadora en su bello rostro.
Fanfic
No era como lo recordaba. Esta vez, no habían conjeturas ni confusión. Era sólo él. Como
si lo mirara desde en frente, con la espalda recostada metros más arriba de donde en
algún momento Kim Taehyung había recostado su cuerpo mientras lloraba.
El corazón que Jungkook había creído inexistente a ese punto, le dio un vuelco.
Su mundo se estremeció. Agh, joder, joder, era él. Era él. Aunque aún sonara demente.1
H-hola.2
Lo siento.
¿Lo sientes?
El difunto esbozó una pequeña, realmente pequeña sonrisa. Eres un buen chico.53
De veras, lo eres. Su sonrisa se amplió. Arreglas lo que dañas, y amas. Eso es admirable.
El corazón del más joven pegó un brinco. Su ceja se enarcó, desenredando al fin su
lengua.
¿Lo hice?
Seokjin se mordió los labios, y asintió con la cabeza. Retoñaste en él su amor a pesar de
todas sus heridas. Y, bueno, si no te hubiera conocido, probablemente seguiría
deambulando en el pasado y hubiera dejado de vivir.
Tragó saliva.
Si no podré cuidarlo yo, al menos sé que tú podrás hacerlo por mí. Sea por el tiempo que
sea.139
''Lo haré, claro que lo haré. Lo haré por siempre.'' Fue lo que quiso decirle a Seok.
Pero entonces la luz blanca estaba volviendo a cegarlo. Indicándole, en silencio, que el
tiempo estaba acabándose.1
El hombre lo miró.
Espera, no te vayas. ¡Espera! ¿Cómo es que Taehyung puede lograr de sentir todo ese
dolor? ¿Qué puedo hacer para que suceda?4
Necesita la verdad.
¿La verdad?122
La mitad de su rostro desapareció. Para Jungkook, fue cada vez más difícil seguir
mirándolo.
Cada maldita neurona del mencionado se concentró en sus palabras. Intentando mirarlo
por tan solo un segundo más. Lo que fuera, lo que pudiera.
La ignorancia es ciega. Todos la tienen y por eso casi nadie ve. Pero tú, ¡tú ves más que el
resto!
Fanfic
Seokjin, no te vayas...
¡Seokjin!
Recuérdalo.3
¡ESPERA!
Se sentó, mareándose, queriendo recuperar el aliento que perdía. Se puso una mano en
el pecho, orientándose a lo que era real, aferrándose a lo que había sido real.
—N-no... no. —musitó, en el fondo lleno de certeza. En el fondo sabiendo que ese en su
sueño había sido Seokjin. En el fondo reconociendo lo importante que esto era.
Cuando los encontró, aún agitado, recogió una de sus piernas para usar su rodilla de
apoyo para el papel y con la mano adormilada se obligó a escribirlo.
Sus dedos temblaron a la par de algo en su pecho. Las palabras se hicieron más grandes.
Fanfic
—Yo veo más que el resto...—repitió, dejándose caer a la cama, para descansar de su
agite.15
Cerró los ojos hasta que su respiración se normalizó. Volvió a su vida. Volvió a su
realidad.
Fue consciente de que debía levantarse y arreglarse para ir a su sesión mensual con la
Doctora Kang.1
Y fue consciente, también, de que el lugar donde había escrito aquellos difusos mensajes
que le había dejado Seokjin no era un simple papel.
Levantó lento la mano hasta que vio con claridad el sobre que sostenía.
Ese sobre.
Tragó saliva, lo suficientemente lúcido ya como para no sentirse ido y débil. Miró su
caligrafía enredada y volvió el objeto para mirar su otra cara. La cara que había detallado
miles de veces, y nunca parecían ser suficientes.
Con los dedos delineó la postal, junto con su sello. Característico de La Provincia del
norte de Gyeongsang, su lugar natal, el cual —si recordaba bien— estaba muy lejos de
las oficinas del servicio de correo. Al menos, en ese tiempo, solo veía a sus alrededores
hectáreas seguidas de campo; quizás, más de quince años después, algo habría
cambiado.
Porque le parecía difícil creer que su madre bajara de su pequeña casa en el camino del
monte perteneciente a la provincia solo para dejarle una carta.
Una carta que primero había estado a manos de Kwan Dong-Yul. El hombre que se había
declarado su hermano.
Fanfic
El hombre que, ahora podía suponer, había entrado a trabajar como pasante en su
editorial sólo para conocerlo.
Acarició la textura de la tinta negra y seca del nombre de su madre, con su caligrafía. Y
entonces volvió a voltearla, contemplándola aún sellada e intacta.
Su madre nunca, en los últimos quince años, lo había buscado desde que se había ido de
casa. La mujer había parecido plácida de verlo irse aquella mañana ahora tan lejana,
luego de una discusión que habían tenido la noche anterior. ¿Y ahora le mandaba una
carta y un hermano?5
Es que, incluso, ¿hermano? ¿De dónde carajos había salido Dong-Yul en su árbol
familiar? Él había crecido como hijo único, y no le llevaba muchos años de diferencia.
¿Así que de qué rincón del mundo había salido con aquellas declaraciones?
¿Qué la haría buscarlo ahora que no le había hecho buscarlo antes, al salir al mundo
como un patético crío inmaduro?
Fanfic
Suspiró con pesadez y cerró los ojos, estresándose, y sintiendo gracias a eso el inicio de
una jaqueca en la parte trasera de su cabeza.
¿Por qué no solo la leía y ya y se evitaba todo el drama confuso? La había guardado por
dos años. Dos.
Quizás sólo necesitaba unas tontas palabras suyas para amortiguar su incertidumbre.
Abrió así los ojos de golpe, y con desesperación naciente llevó sus dedos hasta el
adhesivo con intenciones de quitarlo.
Miró sus dedos intactos que levantaban solo un pedacito del adhesivo, percibiendo
aquella sensación que evitaba tanto subirle por la garganta. Miedo.
Mucho miedo.
Se quedó suspendido allí, viajando en memorias incansables, y por todas esas razones
que lo convencían de solo alejarse de aquella situación para no desatar dolores pasados.
Era la de Taehyung.
E iba acompañada de las palabras que el hombre le había dicho aquella noche. La
primera noche. Cuando él había decidido contarle sobre su familia.
Fanfic
«Tú tienes 31 años, Jungkook. Y, bueno, una parte de tí vislumbra la cuestión con tu madre
como si aún tuvieras quince.»53
«No digo que tengas que correr y obligarte a afrontarla de golpe. Pero... si esto te causa
intranquilidad deberás solucionarlo. Para poder dejarlo ir. »
Tragó saliva.
«Tú eres tú. Has madurado y aprendido cosas. Así que es hora de que, como adulto, y no
como un adolescente dolido, analices y decidas qué es lo mejor en todo esto. Porque
puedes encerrarte en el rencor, arrugarte y amargarte como él... O puedes, escuchar lo que
te tiene que decir y decidió escribirlo en una carta. Y si así lo quieres... Buscar expresarle
esto que te has tragado por más de diez años.»5
En ese recuerdo él pensó que su Taehyung había crecido mucho y se había vuelto sabio.
Alguien con quien hablar y confiar.33
Pero en ese justo momento, recostado en su cama con la primer prueba de la existencia
de su madre, después de todo ese tiempo en las manos, solo le pareció una guía.
Una guía que le ayudaría, por fin, a abrir esa puerta que el dolor y el Control habían
sellado.
Entonces se decidió.
Y la abrió.
Fanfic
Una única línea escrita a mano le llenó los ojos de lágrimas como el chico de 15 años que
abandonó su casa, familia y huyó solo.
Y lo puso a llorar como el hombre de 31 años que aunque quisiera evitarlo, siempre,
siempre, siempre...13
«Vuelve a casa.65
Sólo un día.»
Fanfic
Capítulo 102
—Hey, Número 2, quieto, ¡ah!— Taehyung regañó al pequeño felino que con torpe
astucia intentó comer del concentrado de su madre Frida, el cual acababa de dejar
dentro de su pequeño platito. Tuvo que tomar al travieso de la panza para llevarlo de
nuevo con sus hermanos. —Entiéndeme un poco, aún estás muy bebito para comer algo
tan pesado, ¿quieres un dolor de muelas?— el gatito regañado lo miró fijo antes de
sentarse en su cama felpuda, junto a su madre. Frida, observando en silencio, se levantó
con pereza para ir a comer. Desde que había dado luz hacían unas semanas, no había
estado tan activa como lo era antes. Taehyung pensaba que era normal, eso le habían
dicho en la veterinaria, así que no le echaba demasiada cabeza.6
Después de todo, había visto a esa guerrerita dar a luz doloramente tres criaturas, así
que la entendía, y ni la presionaba.35
La gatita número uno, de curiosa, se fue de cabeza hacia el recipiente con agua.
Taehyung gritó de susto y la sacó con rapidez, viéndola lamer el agua que de su nariz
chorreaba hasta su pequeña boca, toda mojada y aturdida. El castaño alegó solo
tomando una toallita que —gracias al cielo— tenía cerca mientras que Frida,
abandonando su comida, se acercaba a su pequeña niña y la lamía, como queriendo
secarla. Taehyung resopló intentando como pudo quitarle la humedad, y rindiéndose
cinco minutos después, solo la dejó con su madre.
Se rascó la nuca y suspiró. Él debía calzarse e ir a la sesión mensual con la Doctora Kang.
¿Estaría bien si dejaba estos dos recipientes cerca de los tres vándalos?29
Fanfic
Miró de reojo al gatito número tres, que se lamía las patitas con la tranquilidad de quien
observa la marea desde una amaca, y relajó el ceño. Bueno, solo eran dos vándalos, en
realidad. El gatito número tres era el más tranquilo.
Más maduro y relflexivo que sus hermanos en el momento de hacer piruetas y daños.44
Y más callado.
Y así se hizo su camino a fuera, dejando la puerta del cuarto entrecerrada y caminando
por la sala hasta los gabinetes de su entrada donde dejaba los zapatos. Alcanzó el
mueble y sacó sus viejas converse negras, amigas de años, que dejó junto a la puerta
para ir a tomar sus cosas.7
Hoy la galería abriría al medio día por su sesión, así que no necesitaba salir con mucho.
Guardó las llaves del almacén y del departamento en uno de sus bolsillos, y su móvil en
el otro. Se peinó con rapidez sus hebras platinadas con el sol que atravesaba la ventana,
y se volvió mirando que todo estuviera en orden para salir. Que no hubiera ninguna luz
encendida o algo como eso.
Fanfic
Entonces un destello le chocó los ojos. Tuvo que cerrarlos de golpe, por instinto, y
después de rascarlos con cuidado volvió a abrirlos, queriendo saber qué daba tal reflejo.
El pequeño objeto en el suelo brilló, como dando su entrada. Como reluciendo cual
tesoro en su salita de estar. Taehyung se acercó y se agachó para tomarlo.
Contempló el pequeño collar de dije azul de barro con una mano, y con la otra se tapó
la boca abierta.2
Era el collar de Seokjin. La cadenita que por tanto tiempo había llevado.
¡Él la había perdido en la mudanza a su nuevo lugar! Él se había puesto realmente triste
al no encontrarla después.
Algo denso y extraño, como un presentimiento subjetivo, se instaló en él. Pero fue
prácticamente imperceptible.
Miró hacia la habitación de los gatos. ¿Quizá ellos lo habían encontrado antes y lo
habían oculto? ¿Y Frida?
Detalló el objeto en su palma, y dejándose llevar por la emoción, ignoró el hecho de que
era totalmente ilógico que esa cadena hubiera terminado allí, justo allí, cuando temprano
no había visto algo. No tenía sentido.
Fanfic
Cosas ilógicas con gatos, niños rubios, y sueños de difuntos que nunca habían sido
suyos. Era normal.87
Así que, casi feliz, se puso la cadena a que pesara en su pecho. Se levantó para ir a retirar
la comida y agua de Frida para poder salir y no llegar tarde a su sesión.
Ajeno totalmente al hecho de que una vez el dije había tocado su piel, se había
delineado en una grieta.65
[♦♦♦]
—La verdad no entiendo como es que dos chicos pueden amarse. —le oyó decir a la
ancianita. A la Señora Jung, una de sus vecinas y fieles acompañantes del vecindario
desde la apertura de la galería. Esa mañana la había encontrado en la entrads una vez
había bajado, con una bolsa a reventar de granos de café para él. Después de recibirla y
hablar un poco con ella, la mujer había preguntado por el hombre tan extraño que había
visto con él hacía días. Taehyung no había encontrado un porqué no responderle. Y de
allí la conversación había volado, hasta su aterrizaje después de 10 minutos. —Supe que
algo pasaba el día que los vi juntos. ¡Las miradas nunca mienten! Y ustedes dos se veían
como un mismo corazón partido en dos, ah. Ese día recordé cuando me explicaste el
porqué del nombre de la galería, con eso de la mejor mezcla de aromas para un abrazo
que alguien en algún momento te había enseñado, y después de verlo a él con esa
Fanfic
mirada que solo pedía tocarte, supe que a eso se debía. A él. —entonces la mujer,
sonriendo, estaba acomodando su bolso y haciendo ademán de retirarse. Consciente de
que Taehyung también estaba a punto de salir y de que no podía alargar su interrupción
—Así que aunque no logro entenderlo, no quita que sea bello, en realidad. ¡No llegues
tarde! ¡Perdón por robarte tiempo! Te deseo suerte, muchacho. ¡Disfruta el café!67
Taehyung, que solo había podido oír su lindo parloteo con ojos risueños, la vio alejarse.
Ellos habían pasado por tanto... Pero incluso así nada alteraba aquel denso sentimiento
que los conectaba. Desde sus primeros momentos habían sido así: entre discusiones que
siempre terminaban en besos. En compañía. En eso que no los dejaba alejarse por más
orgulloso que él pudiera ser, y más idiota que Jungkook lo fuera.1
Porque después de todo eso, ese orgullo y ese comportamiento no les había impedido
amar.
Sus mejillas se sonrojaron con violencia recordando que aquel idiota ya era su novio, y
solo pudo carcajear como un niño. Dios, ¿cómo era posible que todo hubiera cambiado
tan deprisa?
No queria perderlo ahora. Se había convencido de eso. Kim Taehyung estaba decidido
que por más vueltas que diera a la vida, él dejaría a Jungkook a su lado. No le importaba
si llegaban a ser un par de pasitas ancianas juntos. El pelinegro no podría librarse de
él.74
Fanfic
Entonces salió con su pecho lleno de flores, y se encaminó hacia la clímica donde yacía el
consultorio de la Doctora Kang. Voló con sus fantasías y sus sentimientos agradables,
como si fuera inevitable desde que estaba tan llenito de amor.
Ajeno al hecho de que aunque al destino solo le creían quienes odiaban las
coincidencias, Taehyung y Jungkook siempre habían estado rodeados por ellas.
O amar.
Fanfic
Capítulo 103
En el momento que Kim Taehyung, sentado en la sala de espera del consultorio de la
Doctora Kang, vio la puerta abrirse descubriendo una melena azabache inconfundible,
entre ojos perplejos, solo pudo reír.61
Y Jeon Jungkook, terminando su sesión con los hombros livianos después de dejar a su
doctora tan pasmada como nunca por la historia que se le había acabado de contar, la
historia suya con el castaño, solo fue capaz de sobresaltarse y, después de la impresión,
sonrojarse con una sonrisa tímida.
Se miraron fijo y profundo con una armonía imparable. Delicioso y dulce, que solo a ellos
podía conectarlos en ese mundo tan vasto de posibilidades.
Coincidencias que habían comenzado desde que una mudanza había puesto en su
camino la vida de Kim Seokjin, y su muerte.
Coincidencias que los habían hecho chocar incansablemente con el otro, y separado, y
reunido. Tal como aquel día. Tal como encontrar sus ojos en un club de madrugada. O
en una multitud de gente.
A la confusión.
Al dolor.
Pero a la verdad.4
Porque era como si el universo decidiera juntarlos para afrontar las cosas juntos.
Porque era como si el universo hubiera pedido que entre ambos fueran su perdición y
salvación.
Y que Jungkook, con cada centímetro de su ser encrispado, subiera las escaleras de
aquel edificio hasta el quinto piso.
Una canción cruzó las bocinas del taxi donde Taehyung iba.
Al reconocer la letra tal cual, recordaba entre sueños que Jungkook había cantado a su
oído, sonrió amplio sintiendo su corazón cálido.
Si fueras música...
—Yo bailaría...— musitó bajito el castaño, con una sonrisa enmarcando todo su rostro.
De repente sintió unas terribles ganas de abrazar a Jungkook y vivir un par de horas así,
sin soltarlo.56
Se aseguraría de hacerlo.
Pero aquí estaban de nuevo las coincidencias, haciendo quizás más daños que
remiendos. Haciendo en sus oídos la melodía liviana y distante, y su camino más corto.
Porque como orden divina había caído, al llegar a su destino, la primer gota de lluvia
contra su cristal.8
Y levantando la mirada hacia el cielo cuando el vehículo de detuvo, supo que había sido
una trampa.1
Una cruel trampa que lo había llevado a ver a su amado, hacia aquel que su corazón
protegía, en la peor de sus pesadillas.
Capítulo 104
Se bajó del taxi con una rapidez abrumadora que envió corrientes temblorosas y dolidas
por cada rincón de su cuerpo.
Pagó como pudo, casi dejando su billetera dentro, y con la garganta cerrada en un nudo
doloroso, miró hacia la azotea de aquel edificio negando con la cabeza. Su nuca cedió a
los movimientos con rigidez y dificultad.
No. No. No. Se tocó el pecho, desconociéndose, desorientándose a quien era, a las
piernas que lo sostenían, al corazón que le pedía morir antes de latir tan violento. Sus
yemas no percibieron sus ropas, sus dedos fríos no lograron tocarlo.
En ese momento de su vida, en verdad quiso gritar por piedad. Las lágrimas del cielo
impulsaron a las de sus ojos a salir. Su rostro se empapó de gotas cálidas saladas y
heladas dulces. Quiso caerse y llorar, llorar hasta olvidarlo todo, llorar hasta que todo
desapareciera y sus ojos dejaran de ver fijo al cuerpo que se mantenía recostado a la
corniza de aquel estúpido -¡¡estúpido, estúpido, estúpido!!- edificio de cinco pisos. ¿No
era real? ¿No era real? Su cabeza ahora no podía digerir nada. Su mente estaba tan
saturada por el dolor de su cuerpo que procesar cualquier idea sería imposible. Pero real.
Esto era muy real. La quizás cruda realidad a la que le habían condenado, a la oscura
realidad que había condenada la humanidad cuando se había probado un gramo de
tristeza. Esto sucedía. Esto ya había sucedido. Esto sucedía en todo el mundo, a diario, de
maneras masivas e inyectadas de angustias y morbo.2
Mierda. Mierda. ¿De nuevo le habían mentido? ¿De nuevo había estado junto a alguien
que había ocultado su dolor hasta que éste le hacía huir hacia la insensible muerte?
Fanfic
¿Por qué era? ¿Era por la tristeza acumulada de la pérdida de sus padres? ¿Era ese vacío
que no podía llenarse? ¿Era aquella herida que ni el amor podía hacer sanar?49
Ni siquiera siguió observando aquella terrible pintura que pronto olería a muerte. No
quería sentir de nuevo el aroma a sangre que hacía dos años se había impregnado en
sus ropas salido de la morgue. No quería. No quería. No quería. No quería. No quería.
No quería.
Se lo diría.
Privado de sus sentidos, y con presencia turbia pateó la puerta que daba a la azotea. Sus
rodillas temblaron cansadas, y perlas de sudor se impregnaron en sus sienes.5
Y cuando vio, por fin, esta nueva perspectiva, quiso desgarrarse. Quiso taparse el rostro y
golpearse hasta estar inconsciente. Hasta no sentir. Hasta no ser él mismo.
Pero no lo era.
No lo era.
Avanzó hacia el hombre pelinegro que le daba la espalda, con su cuerpo en el lugar
donde no debía llegar ningún maldito cuerpo, con el cabello revoloteando por la
ventisca, y la lluvia empapando su ropa.
Dijo algo, y fue lo suficientemente fuerte para hacer volver al hombre que, con rostro
pálido, intentaba no mirar al vacío convenciéndose de que hacía lo correcto. Sus ojos
chocaron.99
Absolutamente nada.
Y que en medio de aquellos dos hombres, uno muy lastimado y el otro anonadado,
contó una nueva historia.
[♦♦♦]
En el pequeño extremo del cuarto, donde un pequeño pasillo daba hacia un cuartito de
limpieza de aquel piso donde se encontraba el consultorio de la Doctora Kang Yeo
Reum, se escuchó el sonido de besitos húmedos.179
Kim Taehyung, con la sonrisa de un niño en su boquita, y sus mejillas rojitas como
cerezas, se dejó ser besado con su corazón latiendo cálido y alegre.
Jeon Jungkook, fascinado con el toque de sus labios, sus pómulos ruborizados y sus
manos hambrientas de contacto, acarició las mejillas del castaño mientras depositaba
besos en cada esquina de su boca y comisuras.
Desde el consultorio de la Doctora Kang, volvieron a llamar a Taehyung para que pasara.
El castaño apartó a regañadientes el rostro, sintiéndose emanar calor desde cada poro
de su cuerpo.
El azabache, demasiado embriagado de su café como para siquiera abrir los ojos, le besó
el rostro entero, queriendo mantenerlo cerca.
Fanfic
―Sólo uno más, amor. Uno más― musitó en respuesta, acariciando sus labios contra los
contrarios, besándolo de nuevo. Y de nuevo. Y de nuevo.82
―Pues que se enoje, ¿qué importa? debe esperarlo. Lo sabe todo sobre
nosotros.―respondió, besándolo de nuevo, queriendo callarlo. Sintiendo en su
estómago picar cosquillas por la sensación graciosa que le provocaba el saber que
ambos habían sido tratados por la misa terapeuta. Y que ella, felizmente callada, había
sido la testigo de sus años separados, y el enmiendo de sus corazones rotos.
El mencionado, derritiéndose por dentro por su actitud tierna y las preciosas mejillitas
rojas que quería morder, lo besó otra vez. Y otra vez. Y otra vez. No quería detenerse. Se
acercó lo suficiente, haciendo que la espalda de Taehyung chocara contra el muro, y que
sus piernas le dieran paso a uno de sus muslos.
Taehyung jadeó.
―Dios, el que me llames así me hace parecer un niño tonto de 10 años. ―le dijo
Jungkook, entre besos.
―Pues, me gusta.
Jungkook rió contra sus labios, dejándole una mordida en el labio inferior.
―Yah.
―¿Te dije que te amo?― preguntó Jungkook, mirándolo fijo. La sonrisa de Taehyung se
anchó, y sus ojos se cerraron, para disfrutar de las palabras cruzando por su ser.21
―Un par de veces, sí.― respondió, acariciando la nuca de su novio. Jungkook solo
sonrió contra sus labios.
―Debo irme, debo irme.― dijo Taehyung, safándose de Jungkook con otra tanda de
besos delante. Lo besó unas cinco veces antes de soltar su mano y alejarse. ―Te amo,
joder. Te amo tanto.56
[♦♦♦]
Fanfic
Parpadeó dos veces, sopesando la idea. Visualizándose a sí mismo con una rosa en la
boca y una botella de champán.25
Sacudió la cabeza. No, era demasiado. Él había sobrepasado varios niveles de cuchi-
cismo con Taehyung las últimas ocasiones, pero eso sería ir muy rápido.15
Dios, se había convertido en un monstruo. Su amor por aquel hombre había alocado su
libido como a un patético adolescente hormonal. Ahora, cuando lo veía, solo quería
besarlo, y morderlo, y tocarlo, y sentir su piel, y su aliento, y sus manos, y... ah.
Pero ninguno de esos pensamientos había solucionado qué rayos haría para la cena.
Tuvo que darse un ligero golpe en la cabeza para darle un filtro a sus pensamientos.
¿Ramen Instantáneo sería apropiado?8
Cuando se metió las manos al bolsillo para sacar las llaves, un jalón a su camiseta lo hizo
volverse.
Tuvo que bajar la mirada, para poder fulminar al pequeño rubio que llamaba su atención.
Los ojos de Jungkook se ampliaron un poco al asimilar que estaba allí. Chung Hee, ¿qué
podía necesitar?256
Ellos, en los últimos tres años, no había hablado mucho que digamos. Sólo lo
estrictamente necesario en modales cuando se topaban en las escaleras y estaba
acompañado de su madre. ¿Qué pasaba que llamara su atención?
Entonces se fijó en el suelo con rapidez, intentando ver si quizás era que había dejado
uno de sus juguetes tirados por ahí, pero, no vio ninguno.
―Hola, Chung Hee. ¿En qué puedo ayudarte?― preguntó, de forma cordial. Intentando
serlo, al menos.
El chico, levantó un poco su mirada, dándole una vista completa a Jungkook de su rostro.
Chung Hee no lo miró a los ojos.
Fanfic
Lloraba silenciosamente. Con una expresión de miedo entre sus ojos irritados y su carita
mojada.
Jungkook sólo esperó. Pero tampoco dijo nada. Su expresión angustiada le hizo juegos
en el pecho. ―¿Dónde está tu madre? ¿Vamos a por ella?
Entonces Chung Hee, de un golpe, tomó con sus puñitos la camiseta de Jungkook, y
sollozó. Jungkook intentó no aturdirse ni alarmarse. ¿Qué jodidos pasaba?62
―Por... sube.―musitó el rubio, llorando con más fuerza, como si estuviera aguantando
las ganas de lloriquear más fuerte. ―Ella no está. Ella...12
Jungkook se arrodilló a su lado para verlo mejor. ―Está bien. Organiza tus palabras.
Hazlo con calma, tienes tiempo. ¿Dónde está tu madre?― volvió a preguntar.
Chung Hee se sobresaltó por los espasmos del llanto y un par de gotitas saladas
chorrearon de su mentón.
―¿No hay qué?― entonces la mano del niño estaba buscando de nuevo a qué aferrarse.
Jungkook no dudó en darle la suya como apoyo.
―... Tiempo.
―¿Tiempo?
...¿De dónde?17
Jungkook sintió su respiración más agitada, y asimilando sus palabras, se puso de pie.
―¿Dónde está?―preguntó, sin soltar su mano. No sabía de qué hablaba, pero debía
ayudarle. ¿Dónde estaba su madre?
―¿Arriba?
―¿Me llevarías?
El chico se movió, en afirmación, y lo condujo hacia donde fuera que pasaba lo que
parecía estar pasando. Caminó con él.
Subió el escalón, con una repentina molestia lumínica en su rostro, y volvió el rostro solo
para ver qué era antes de seguir subiendo.
Como despidiéndolo.
Fanfic
Capítulo 105
Kim Seokjin había sido, dentro de los parámetros, una persona que amaba ayudar. Tanto
de pequeño en casa, como adolescente en sus qué haceres y adulto con su pareja y sus
vecinos.109
Quizás las mejores vidas eran las que más rápido acababan, constituyendo así una
extraña ley que era imparable y dolorosa para todas las flores que aquellas existencias
habían sembrado. Pero era una realidad. Una realidad que, a las malas, debían afrontar
quienes rodeaban a estas hermosas presencias.12
Tal como había vivido la familia de Seok, sus amigos más cercanos, y su novio: Taehyung.
Su historia, a ese punto, era conocida por todos a su alrededor. El novio nunca había
creído que su muerte —una vil y misteriosa caída desde el quinto piso de su edificio—
fuera un suicidio, como habían dicho todos y estaba sellado en su certificado de
defunción. Y gracias a eso había permanecido lleno de ira y dolor por años, incluso
Fanfic
Habría rogado por poder despedirse de él, o al menos tener una respuesta concreta de
lo sucedido. Residir en una permanente incertidumbre era insoportable. Y por mucho
que buscara no había obtenido respuestas.2
Parecía imposible.
Enredado.
Sin embargo...
Sí había.
Había alguien.60
Alguien que, viéndolo afrontar su trágico destino, había almacenado y acumulado culpas
sellado por un perpetuo silencio que, para tener toda la vida por delante, tenía su
corazón a punto de implosionar dentro de su pecho.45
Pero, ahora...
Se dio cuenta de eso cuando se acercó hacia el borde de la azotea, sosteniendo la mano
de su vecino. Jeon Jungkook.140
Su corazón dolió, acelerándose. Le apretó la mano con fuerza al pelinegro, y cerró los
ojos en la urgencia de mantener la calma, y dejar de sentir aquella inyección de pánico
que le recorría las articulaciones, que lo inmovilizaba.
Sus mejillas con lágrimas secas por la calma momentánea que le había transmitido el
sostener la mano del hombre se desvaneció cuando vio a la criatura de pies al vacío.4
Apretó más la mano de Jungkook, no tan convencido por su debate mental, recibiendo
así una mirada del hombre.
Fanfic
A Chung Hee le tembló el labio cuando dirigió la mirada hacia la criatura afelpada que,
erizada de la cabeza a los pies —al parecer consciente del problema en el que se había
metido. Por segunda vez— permanecía de pie sobre el borde de la antena satelital que
estaba instalada a unos metros de la azotea.176
Jungkook miró fijo a aquel gato, que los fulminaba con los ojitos bien abiertos,
destilando miedo. Tragó saliva.
Jungkook se alarmó, volteándose para tomarlo del rostro y hacer que lo mirara. El
contacto repentino hizo que lo repeliera, sin embargo.
—Oye, pequeño, Chung Hee... —le dijo, limpiándole las lágrimas rápido, y sintiéndose
muy extraño al hacerlo. Bueno, lágrimas eran lágrimas—. No te alarmes, ¿está bien? Lo
solucionaremos. Sólo... sólo...—él no era muy bueno pensando en planes. Pero
necesitaba uno. En ese instante—. Hay que calmar a Pelusa para que no se mueva, y...
llamaré a los bomberos para que lo traigan a ti. ¿Te parece?
Fanfic
El niño, sobresaltándose por los espasmos del llanto, tardó en hacer a su cuerpo
reaccionar. Pero finalmente, asintió con la cabeza.
—Todo estará bien, Chung Hee.— afirmó, intentando sonar seguro. Necesitaba estarlo.
El niño lo miró con sus ojitos rojos y tristes—. Estará bien. Deja de llorar, ¿sí?
El rubio obedeció, pasándose los puñitos con fuerza por los ojos para secar sus lágrimas.
Jungkook hizo ademán de levantarse, y el niño volvió a aferrarse con fuerza a su mano,
no mejorando mucho de su llanto.
—Eh, sí, hola...—respondió, con su voz tensa como una cuerda apretada—. Hay un gato
a punto de caerse de una altura muy elevada. Es un quinto piso y está sobre una antena.
Jungkook se la dio, mirando de reojo al niño que hipaba en angustia. Inhaló hondo
cuando escuchó a la mujer tipear. Bien. Todo estaba bajo control, todo saldría bien.
—¿Ha intentado atraparlo con algún cebo o algo que le guste? —preguntó la mujer.
Jungkook se acercó al mirador, evaluando. ¿Lograría el gato percibir algo estando tan
lejos? Entonces encaró a Chung Hee.1
Pero Chung Hee, respirando mal y aferrado a su mano, no respondió. Pareció que ni
siquiera lo oyó, solo mirando y llorándole al gato.
Fanfic
Chung Hee sollozó ahogado a su lado, avanzando hacia adelante de golpe. —¿Chung
Hee? ¿Qué pasa? Vamos, respira profundo. Tienes que calmarte. Todo saldrá bien. —El
niño lloriqueó en palabras, pero Jungkook no entendió qué decía.
Entonces el dedo tembloroso señaló al gato de nuevo. Jungkook siguió hacia donde
indicaba y chupó aire con dificultad. El gato se había levantado, y hacía temblar la
antena, todo erizado y en alerta.
—Ya generé el servicio. —indicó ella, pero no eran buenas noticias, exactamente—
. Tenemos una congestión zonas aledañas, así que seguramente tarden entre 30 minutos o
una hora en llegar. —Jungkook quedó en blanco, ¿30 minutos o una hora? Pelusa los
miró desde su temblor lejano—. Por favor mantenga la calma, pruebe respirando por
intervalos de retención de 5 segundos e imponga una distancia entre el gato y usted. No
corra ningún riesgo y espere por los bomberos.3
—Insistiré con su emergencia. —dijo la mujer—. Pero no puedo garantizarle que llegarán
más pronto. La prioridad está en salvar vidas humanas.
Fanfic
Si alguien en verdad estaba en peligro, era Chung Hee. ¿Qué mierda podía hacer con
eso?
¿Ahora qué jodidos haría? ¿Por qué estaban en esa encrucijada? Ni siquiera quería
enojarse. No lo valía en ese momento. No podía des-concentrarse. No con Chung Hee a
su lado ahogado en pánico.
En ese momento, solo tenía que alejar a Pelusa del peligro. Por Chung Hee.1
No entendía el lazo que los unía, al felino al niño. Pero viendo las reacciones de Chung
Hee hasta ahora, no podía cuestionarlo. No podía solo decir "es solo una alimaña", como
habría dicho antes. Esto comprometía la estabilidad mental de un pequeño.
Tragó saliva. Estaba entre la espada y la pared. Pero él no se dejaría paralizar. Él era el
adulto responsable ahí.1
Lo primero fue agacharse frente a Chung Hee. La mujer de emergencias había hablado
de un ejercicio de respiración. Él había conocido otros en su terapia. Lo crucial era calmar
al niño.
Fanfic
Fue difícil, pero después de unos intentos y aprendiendo a rastras como tocarlo y llamar
su atención, lo hizo respirar, inspirándole seguridad y todo lo que necesitara en ese
momento. Entonces Chung Hee lo miró fijo por primera vez, espabilado.
—Lo hiciste muy bien. Está perfecto así. Estás seguro conmigo, ¿bien? —le explicó,
intentando ser suave. Pelusa seguía temblando ante ellos—. Los bomberos vienen en
camino, aunque tardarán un poco. —le dijo, precipitándose a seguir hablando cuando
vio la perplejidad del niño dentro de su miedo cuando Pelusa atentó a moverse. Miró al
gato y al niño por turnos, una y otra vez. Maldita sea, ese gato buscaba su propia muerte
moviéndose así. Tenía que hacer algo rápido—. Pero no hay problema. Lo
solucionaremos. Lo... lo solucionaré. Lo prometo.
Chung Hee no fue capaz de decirle algo. Sólo lo miró, boquiabierto. Ojalá su madre
volviera deprisa. Ella había sido la primera en identificar que el gato había desaparecido y
había salido al vecindario a buscarlo diciéndole que se quedara en casa.
Pero Chung Hee había tenido el horrible presentimiento de que el gato había subido a la
azotea.22
El rubio abrió mucho sus ojos, con el pánico sofocándole de golpe dentro, y abrió la
boca para hablar. En su cielo se reunieron grandes nubes oscuras. Iba a llover.7
De nuevo, fue incapaz de decir algo. Su corazón bombeó con violencia mientras
observaba al hombre acercarse más al borde, y su llanto volvió, de forma más silenciosa.
Todo va a estar bien. Todo va a estar bien. Se dijo a sí mismo, abrazándose sin apartar la
mirada del pelinegro, que se mantenia quieto evaluando la situación. Todo estaría bien.
Fanfic
¿Quizás podía atraerlo con alguna barra o algo a lo que el gato pudiera aferrarse?1
La imagen difusa del resultado, en su cabeza, le mostró a él tocando el gato con una
fuerza mal hecha, provocando su caída.16
Mala idea.
Entonces apoyó las manos en el muro, y miró hacia el pequeño sobresalto de cemento
que tenía hacia fuera, el edificio.
Hizo sus cálculos, con el corazón intranquilo, aproximando casi un metro desde aquel
bordecito hasta la antena. Él odiaba siquiera pensar en esa idea. Él en verdad no quería
contemplarla.
Pero...
Podría alcanzarlo.183
Abrió con amplitud los ojos y exhaló con fuerza. Se aferró al muro con los dedos,
innunado de un mal presentimiento.
Enpero, fue cuando se volvió a ver aquella carita angustiada que no pudo dudar.
Analizarlo mil veces no cambiaría sus respuestas. Él tenía que hacer algo pronto.
Lo único que tenía que hacer era estirarse hasta tomar al gato e impulsarse de vuelta. La
barra que sostenía el satélite parecía firme y gruesa.
Fanfic
Bien.
—Lo haré. —musitó para sí mismo. Olvidándose de los riesgos, y solo concentrándose
en la meta. Si se ponía nervioso ahora, su cuerpo no estaría firme.
Estaría bien.98
Iba a sacar a ese gato de allí y todo estaría bien. Chung Hee estaría bien y él bajaría a
hacer la cena.
Y con todo el cuidado del mundo, se fue hacia el otro lado y apoyó sus pies en la
corniza.
Y reafirmó sus pensamientos cuando vio al gato mirarlo fijo, y removerse un poco, hacia
él. Debía entender lo que hacía, porque atentó con acercarse, pero se detuvo en el
instante que la antena volvió a temblar. Jungkoon refunfuñó. ¿Para qué se subía a
lugares de los que no podía bajarse?
Pero Jeon Jungkook pudo mantener la calma. Pudo controlarse a sí mismo en lo que iba
a hacer.
Y oyó un grito.1
El mencionado se aferró con más fuerza al borde ante su repentina sorpresa. El viento de
la tormenta vecina le golpeó el rostro, amenazándolo con hacerlo tambalear.
Volvió la vista, con cuidado, hasta cruzar sus ojos, con Taehyung.
Kim Taehyung.
El amor de su vida.
El amor de su vida que lo amaba lleno de odio, justo en aquel preciso momento.
Sus ojos parecían inyectados en sangre de lo irritados aue yacían. Y su semblante salvaje,
como de animal, respiraba agitado, y lloraba con los dientes apretados.
—T-Taehyung... —él solo pensó en lo mal que se vería la situación para él. La angustia
perceptible en cada rincón de su cuerpo encendió dentro suyo todas las alarmas.
—¡¡¡NO ME HAGAS ESTO!!! —gritó el castaño, más en un alarido—. ¡¡¡NI PIENSES QUE
ARRASTRARÁS CON TU MUERTE MI CORAZÓN DE NUEVO!!1
Lo entendió, y, joder que se odió profundo a si mismo por el daño que le estaba
causando a Taehyung.
Pero Chung Hee había comenzado a llorar más fuerte. Mucho más fuerte.
La respuesta.
—¡¡SEOKJIN HYUNG!!
El mundo solo se detuvo entre ellos. Solo paró ante el geiro. Kim Taehyung se paralizó,
por completo, olvidando todo. Fue inconsciente de su existencia, desorientado, dando a
penas la vista con el rostro de Chung Hee, cuyo cuerpo se retorcía del ardor impalpable.
Solo parpadeó.
—¡¡¡LO SIENTO TANTO!!! ¡¡NO DEBÍ, YO NO DEBÍ BUSCAR A PELUSA!! —la garganta del
pequeño se desgarró, intentando caminar hacia adelante—. ¡¡ALÉJATE DEL BORDE!!
Porque...
El primer día que había pisado ese edificio, Kim Seokjin había desaparecido hacia los
pisos superiores con Lee Chung Hee.5
Todo.
Seokjin... él...
Jungkook miró el vacío, tentado. Y con el corazón latiendo en sus oídos... lo pudo ver
caer.
Pero...
Aunque no lo quisiera.
Aunque dentro de sus planes estuviera almorzar con su novio Taehyung ese día.45
Fanfic
Ayudar.26
Siempre lo viste.
Fanfic
Capítulo 106
Dentro de su perplejidad, Kim Taehyung se volvió hacia el pequeño niño que tenía a su
costado, y del cual a penas era consciente en presencia.
Su corazón, desbocado y ruidoso, volvió todo difuso e imposible de digerir los primeros
segundos.
¿Seokjin...?
Las frías gotas de lluvia golpearon su rostro y sus ropas, haciéndolas más oscuras.
No... el rubio. El pequeño. Lee Chung Hee, su vecino de arriba. Él... Él...
Ojalá hubieran podido detener los caminos por donde volaba su cabeza.
Ojalá se detuviera.
Fanfic
El pequeño niño se tambaleó y lloriqueó al sentir el jalón, y amplió sus ojitos irritados al
chocar su mirada con la de abrumo y enojo de Kim Taehyung. Del hombre que a veces
se pasaba por allí. Del hombre que había visto hacía años incontables veces con Seok.
Hoy se veía como los monstruos de la tv que su madre aún no le dejaba ver.
El manto de la lluvia no fue suficiente para ocultar las lágrimas. De ninguno de los dos.
Ambos, de momento, parecieron olvidar al hombre que de pie en la corniza ahora los
fulminaba a ambos. Su cabeza resonó en todas las alarmas de emergencia que tenía, y
desvió su atención del gatito solo para detener aquella crueldad injusta.
—¡TAEHYUNG!
Pero él no escuchó.
O fingió no hacerlo.
—¡¿QUÉ TE HIZO ÉL?! ¡¡É-ÉL HACÍA TANTAS COSAS POR TI!! ¡¿POR QUÉ?! ¡¿POR QUÉ?!
Chung Hee lloró más fuerte, incapaz de fluir hacia sus reclamos. Sólo sintiéndose
maltratado y mucho más angustiado. ¿Por qué lo tocaba? A él no le gustaba que lo
tocaran.18
Jungkook lo sabía a la perfección. Quizás por eso se alteraba tanto. Taehyung no sabía
nada, y no podía solo arremeter contra el pequeño.
Tocando.
Me está tocando.
Y las de Taehyung, ahora estáticas por su cuerpo helado, dejaron de hacer fuerza.
Gracias a eso, Chung Hee sólo cayó al suelo, mareado. Y al borde de un ataque de
pánico.43
No era el único.
El castaño, bajo la lluvia, miró sus manos enrojecidas por la presión, sin observarlas
realmente. Las gigantescas lágrimas que aún no salían de sus ojos hicieron todo nuboso
los primeros segundos.
Entonces levantó la mirada, y la dirigió hacia Jungkook. Hacia su novio. Hacia su amor.
Y él... se rió.
Entonces lo percibió.
Todo por lo que había sufrido. Todo por lo que había pasado.
Y todo por lo que Seokjin, aún, seguía atado a ese mundo y no lo dejaba descansar en
paz.
Aquello le hizo reforzar su carácter y posición. Preparándose, como podía, para lidiar con
eso. Tenia que acabar de una vez por todas.
atraído a su muerte por ese pequeño homicida? ¿Y que es justo lo que está haciendo
contigo?
—Para con eso ya. —prácticamente gruñó el pelinegro—. ¿Te parece que estás viendo
escenario completo? —cuestionó, haciendo a Taehyung ampliar sus ojos—. ¿Te parece
que soy alguien que se pararía ante el puto vacío sólo porque sí?
—¡¿Entonces por qué estás ahí?! —exclamó Taehyung, dejando pasar el miedo de su
voz. El miedo que estaba a punto de inmovilizarlo y ponerlo a llorar como un bebé—.
¿Por qué estás de pie ante del vacío? ¿P-por qué?
Pero no podía.
Así que aprovechó su cercanía, y halándolo del codo lo tomó en sus brazos.
Lo abrazó.
Lo abrazó fuerte.
El muro, que ahora, era la barrera entre la vida con Taehyung, y la muerte con Kim
Seokjin.71
Cada poro de su cuerpo se erizó por la extraña senaación. Solo le quedó apretarlo fuerte,
queriendo arrancarle cualquier discordancia dolorosa de su corazón, y solo
proporcionarle calma.
Fanfic
El castaño, asimilando sus brazos rodeándole, sus pieles juntas y su calidez, sollozó con
fuerza. Por más enojado que estuviera, esto lo desarmaba. Así que lo rodeó con sus
brazos y lo apretó. Lo apretó contra él como nunca. Sintiendo en su estómago un vacío
agudo de miedo, que le rogaba en lloriqueos, a su cabeza, que todo eso terminara. Que
Jungkook volviera a él, que sobrepasara ese muro.
Que viviera.
No podría.
Sin embargo, no tenían mucho tiempo. Jungkook lo sabía. Jungkook no había perdido
eso de vista.
—¿Confías en mí?33
—Sí. Lo hago.
Jungkook entonces se alejó, y lo tomó del rostro. Fue odiosamente frío el instante en el
que dejaron de tocarse.
Fanfic
—Necesito que abras tu mente. —comenzó a decir—. Nada va a pasarme, ¿está bien?
Necesito pongas mucha atención. —Taehyung tragó saliva—. Nuestro TaeTae es
inteligente, ¿verdad?
Taehyung, mirándolo fijo antes de volver su rostro para mirar sobre el hombro de
Jungkook, soltó un respingo pasmado al mirar hacia la atena.
Vio a la criatura.
Al felino anaranjado, que con la mirada, rogara que le ayudaran a salir de allí.
—H-hay un...
—¿P-por qué está...? —comenzó a preguntar Taehyung, pero como si fuera un puzzle, la
información se acomodó en su cabeza con lentitud—. Espera... es el gato de Chung Hee.
Seokjin solía... Buscarlo... Cuando se perdía... ¿Por eso él gritaba...?
Palideció.
—Así es. Así es. —exclamó Jungkook, acariciando sus mejillas entre las gotas de lluvia—...
Es solo un gato, y lo sabes. Pero, ¿por qué Seokjin se decidía en buscar a este gato
cuando se perdía?
Entonces miró sobre su hombro, hacia Chung Hee, que aún temblaba en el suelo,
empuñando sus manos y calmando su respiración.27
Fanfic
Volvió a Jungkook y cerró los ojos, aún reprimiendo las ganas de llorar. —Porque Seokjin
sabía que el gato era importante para Chung Hee.1
—Exacto.
Taehyung, siendo ahora iluminado por la dimensión de las cosas, soltó una lágrima
inevitable aún con los ojos cerrados. Jungkook esperó, al menos unos segundos a que la
realidad lo condujera.
Y le diera la respuesta.
—Así fue que murió, ¿no es así?—lloriqueó, mordiendo su labio—. Murió salvando al
gato.
Sin embargo el ceño de Taehyung se frunció de golpe. —¿Eso significa que t-tú...?
—No, no. No pienses eso. — exclamó rápido, queriendo detener cualquier idea de
Taehyung en la que algo malo pasara—. No va a pasar lo mismo.
—¿Cómo estás tan seguro? — cuestionó, al borde del pánico—. ¿Por qué piensas que
será diferente contigo? ¿Por qué no llamas a la policía o algo así? Ellos... ellos...
Jungkook acunó bien sus mejillas y juntó —como pudo— sus frentes.
Fanfic
—Escúchame bien. —pidió, aún con su chico entumecido, pero alerta—. Voy a volverme,
y tú tomarás mi mano.
Taehyung, con las lágrimas solo saliendo de sus ojos, asintió torpemente con la cabeza.
¿Qué más podía decir? Realmente sólo le quedaba confiar.
Jungkook sintió su corazón más liviano gracias a eso. —Está bien, hagamos esto. Saldrá
bien, sé que lo hará, pero... ¿Estamos juntos en esto?
Taehyung tomó una bocanada de aire profunda, hinchando su pecho. —Estamos juntos
en esto. —respondió.
Taehyung se la correspondió.
Taehyung tomó la mano de Jungkook con todas sus fuerzas, y al verlo volverse hacia la
antena, sintió que su corazón se iba a salir.
Controló entonces las corrientes de su cuerpo. Todo iba a estar bien. Todo iba a estar
bien. Debía creer. Él creía en Jungkook. Él confiaba.
Y...
Tragó saliva, y solo puso atención. Debía estar alerta a cualquier pequeño detalle.
Y del otro lado, Jungkook miró la antena y su barra gruesa, estirando su mano.
Intentando llegar apropiadamente a Pelusa, sin asustarlo para impedir que se moviera.
El gato lo miró con sus ojitos asustados amplios, y, gracias al cielo, se quedó estático,
esperando.
Entonces Jungkook levantó su pie derecho, y lo apoyó en la barra. Sintió como Taehyung
lo apretaba, y sólo respiro profundo hacia lo que parecía esperarlo bajo la antena.
Sin embargo, alejó la vista del abismo y sólo se concentró en salir de esa situación
rápido. No iba a mirar abajo. Él fingiría que no había nada bajo sus pies.1
Fanfic
Con ese pensamiento arraigándose a sus convicciones, se inclinó hacia adelante, aún
comprobando la firmeza de la barra.
—Lo estoy. —aseguró, y volviendo a levantarse, acalló todos sus miedos y se agachó,
inclinándose más hacia el gato. No iba a echarle cabeza. No, eso solo atrofiaría sus
sentidos. Él iba a estar bien. Todo saldría bien.
Sin embargo, el gato no ayudó en sus planes, levantándose de nuevo, provocando que
la antena satelital temblara.1
Jungkook sintió todos y cada uno de sus huesos crujir gracias al vértigo.
—No, no... —le dijo entonces, bajito, solo para ellos dos. Esperando a que el temblor
cesara. Esperando que le entendiera. El gato lo miró, estático, y Jungkook continuó,
recuperando a penas el aliento—. No te muevas, Pelusa. ¿Está bien?
Y así lo captó.
Captó que el gato también queria salir de allí. Que tenía miedo.1
—Sé que estás asustado. Y-yo también lo estoy. —le dijo, haciendo otro esfuerzo y
acercándose más, quedando a unos escasos diez centímetros de su cuerpo. Taehyung,
tras ellos y tomando fuerte la mano de Jungkook, susurró ruegos para que no pasara
nada—. Pero todo pasará pronto, ya lo verás.
Kim Taehyung haló del brazo del hombre con todas, realmente todas sus fuerzas.
Y sin soltar su mano, se sintió caer y golpear su espalda con el suelo de la azotea.
Como momentos oscuros, Jeon Jungkook chocó contra el muro, sacándole el aire.
Salvándose de morir.34
Lo había logrado.
El ardor hizo su consciencia lejana por un par de segundos. Las gotas de lluvia le
chocaron la frente. Las punzadas recorrieron su cuerpo, adormeciéndolo y aturdiéndolo.
El gato, tembloroso, salió momentos después de su agarre, alcanzó a Chung Hee —que
había permanecido llorando en el suelo— y se metió bajo sus brazos.
Jeon Jungkook no pudo sentir más que plenitud. Aunque su cuerpo estuviera herido y se
estuvieran mojando bajo la lluvia. Su corazón latió lento y plácido en contraste a todo lo
que parecía estar mal.
Capítulo 107
Estar ceñido en los brazos de Morfeo era como fluir en la marea del mar. Era agradable
una vez las olas bajaban y podías solo flotar. El agua contra su espalda se sentía fría y
refrescante, y su rostro iluminado por el sol se sentía cálido y cómodo: haciendo de
aquel sueño el perfecto anestesiante de todos sus dolores. No sabía cuánto tiempo había
pasado, porque su razón lo convencía de segundos y su conciencia de días, pero,
¿importaba?
El cielo con las nubes y la tierra con el agua. Así debía ser. Así se sentía el orden y la
tranquilidad.
Parecía perfecto.
Quizás por esa misma tendencia a la imposibilidad una gota se deslizaba por su rostro,
ahora. Rompiendo con el patrón, y dibujando una sutil discordancia en el abrazo cálido
del Dios del Sueño.
La perla húmeda se deslizó por su rostro, bailando hasta sus labios. Donde se percibió
cálida, y salada.
Palpó con sus dedos intentando acariciar el agua, pero la fricción con el algodón floral y
de aroma familiar lo despertó en el tacto. No. Ese no era el océano.
La sal se sintió fresca en sus labios. ¿Entonces esa no era agua de mar?
Los brazos de Morfeo se abrieron, golpeándolo de frío. Del frío que caracterizaba a la
primavera cuando la tierra a penas se acostumbraba a no estar terriblemente helada y a
atraer la calidez.
Calidez...
¿Calidez?
Sintió la dulce sensación extenderse por el cuerpo. Como si siempre estuviera ahí.
De hecho, le trepaba.
Su cabeza despertándose por partes gracias a su largo sueño se orientó a la melodía que
fluyó por sus oídos como un timbre de voz dulce y grave.
¿Qué era...?
Solo unos segundos después comenzó a distinguir palabras de aquellos sonidos. Letras
que juntas cobraban un sentido. Su cuerpo entumecido tardó en asimilar lo que
escuchaba.
—Lo entiendo... —un silencio corto atravesó sus tímpanos junto a los extraños sonidos—
... Siempre lo entendí, créame... En mí no-... En mi no hay algo así como rencor. Es un dolor
que compartimos.
Fanfic
¿Qué pasaba?
Despertarse y ser consciente pareció tan difícil como levantar toneladas con los brazos.
—No debe preocuparse, señora Kim. Ahora es la oportunidad adecuada para dejarlo ir.
Piénselo... —hubo una larga pausa—... Quizás él no ha descansado como debería, con
todas las inconsistencias y los problemas. Ahora que se sabe la verdad... descansará
completamente en paz. Tenga la certeza de ello. Hay algo en mí que me lo dice.10
—Claro, seguiremos en contacto. Salude al Señor Kim de mi parte, ¿está bien? Manténgase
saludable.
Al hombre le fue realmente difícil aclarar su mirada. Miró el techo del cuarto -de su
cuarto- sin enfocar nada, solo parpadeando lento e intentando orientarse.
De las ventanas no entraba la luz del día. Pero la pequeña lamparita encendida a su lado
lo dejó adecuarse al ambiente de a poco.
El hombre de la cama amplió sus ojos cuando unas hebras castañas entraron en su
campo de visión, descubriendo unos ojos con la misma expresión de los suyos. Algo
perplejo, curioso.
―Jungkook, despertaste.― fue lo que oyó, logrando ahora relacionar la voz de antes
con la del chico que tenía en frente.
―Taehyung...
El mencionado, con carita cansada y un adorable brillito en sus ojos, le sonrió con
sutileza. ―¿Cómo te sientes?
Jeon Jungkook parpadeó, recibiendo por fin la información de la cual se le había privado
a su cabeza, y respiró con fuerza. Todo pareció un golpe luminoso: Chung Hee, el gato
en la antena, el vacío de cinco pisos.
¿Estaban en su casa?
Lo único que recordaba era caer en su costado sobre el suelo de la azotea, y los brazos
del castaño rodeándole.
Taehyung apretó los labios y asintió con la cabeza. ―Es de esperarse. ¿Quieres dormir
más?
Fanfic
¿Más?5
Kim Taehyung se sentó a su lado en la cama, vestido con una camisa gris y unos
pantalones de chándal. Le apartó con la yema de los dedos algunas mechas de cabello
que le invadían la frente para que no le molestara en los ojos. No lo había notado antes,
pero despeinado, se notaba que su cabello había crecido de forma considerable.
Jungkook amplió entonces sus ojos, trabándose para hablar. ¿Un día completo? ¿Cómo
era posible?
Bajó la mirada hasta su abdomen, sintiendo los músculos de su cuello ceder con rigidez.
No pudo ver nada gracias a su camiseta.
―No, no. Te arrepentirás si haces eso, cariño.―musitó con dulzura, tomando en cambio
su mano y acercándola a su rostro para dejarle un beso en el dorso.52
Taehyung identificó su expresión, y con el ceño muy tenso le tomó del rostro y lo miró
fijo. ―Respira profundo.
Jungkook le devolvió la mirada, sintiendo las manos frías del chico en sus mejillas, con
una horrible náusea subiendo hasta su boca.
No pasó mucho para que Taehyung volviera, con una taza humeante de infusión en sus
manos. Mordiéndose los labios, volvió a sentarse a su lado, y con cuidado ―mucho
cuidado― la acercó a sus labios.
―Sopla un poco antes de beber.―Indicó, reprimiendo sus nervios. Los nervios crecientes
que lidiar con Jungkook en estas condiciones le traía. Jungkook sólo obedeció, soplando
Fanfic
un poco y gracias a eso sintiendo el vapor aromático golpearle el rostro, para tomar un
pequeño sorbo.
La bebida cálida viajó por su garganta, haciéndole ahora consciente de lo seca que había
estado, y cayó con suavidad a su estómago vacío, haciéndolo sentir momentáneamente
mejor. Suspiró de alivio cuando Taehyung lo hizo beber un poco más.
―¿Qué ocurrió?― volvió a preguntar, esta vez sin desear vomitar. Taehyung le acarició
la mano, tomándolo con firmeza, y respiró profundo antes de organizar los hechos y
contarle todo.
Jungkook se pasmó.
Taehyung tragó saliva asimilándolo, y continuó: ―La policía llegó un rato después con
una ambulancia, después de que llegara la madre de Chung Hee y yo le contara todo lo
que había ocurrido. Estabas inconsciente para entonces. Es una suerte que no vieras a la
mujer ponerse histérica... ―recordó Taehyung, apretando un poco más la mano del
Fanfic
pelinegro―... Pero en fin, fue algo muy largo y tedioso. Después de que los para-
médicos no vieran necesario llevarte a emergencias, te dejaron en cama con las vendas y
algo de anestesia local, y me explicaron que la fatiga mental de toda la situación era el
causante de tu desmayo. Luego llegó la policía, llamé al oficial Jiyong (¿lo recuerdas?) y
todo se volvió un gran revuelo. ―Jungkook solo estaba sorprendido, estático en su
mirada, con un gran nudo en su pecho― Chung Hee y su madre... Contaron todo,
absolutamente todo. El caso de la muerte de Seokjin volvió a abrirse, me interrogaron, y
lo más seguro es que vengan a hacerlo contigo. Aunque no estoy muy seguro. El oficial
Jiyong dijo que... Seguramente tendrían que modificar su certificado de defunción
pronto. ―Taehyung, a ese punto, sonrió sutilmente― Cambiarán la palabra ''Suicidio'' a
''Muerte accidental''.62
El pelinegro, mirando fijo su rostro mientras digería toda la información, exhaló lento.
Tenía que, solamente, hacer un recuento mental antes de que todo se le enredara.
Se había desmayado por fatiga, y lo más probable es que la anestesia lo dejara mareado.
Había dormido por todo un día. Lo que significaba que todo lo sucedido había sido el
día anterior.
Eso sí lo sorprendió.
―Sé que es un poco loco para recién despertarse, ¿verdad?― le dijo, sin dejar de sonreír
con suavidad, abultando sus mejillas en su carita. ―Pero todo salió bien. A excepción de
tu costilla, claro. Estuve realmente... Preocupado.
Fanfic
Bajó la cabeza.
Él estaba bien.
Por fin.13
Su corazón se apretó con tanta fuerza, que se sintió sin aire. Todo estaba bien, todo lo
estaba ahora, ¿por qué se ponía triste?
Porque lo único importante en ese instante era que su pequeño amor no soltara ni una
sola lágrima.47
Así que lo atrajo hacia él de golpe, y dejándolo casi caer sobre él ―su costilla sufrió un
poco gracias a eso― lo abrazó con fuerza y enterró la cara en su pelo.
―Calla.― le pidió, apretándolo contra él, haciendo caso omiso a su dolor. ―Está bien.
Estoy bien.
―P-pero...
Fanfic
Kim Taehyung, con aquellas palabras golpeando su corazón, y la resignación como una
convicción inadecuada en su cabeza, se rindió en sus brazos, y con sus ojos húmedos se
removió hasta que su cara se ocultó en su cuello.
Dios.
Jungkook continuó.
―Porque ahora, en este momento, todo está bien. ―afirmó, levantando su mano para
acariciar su cabello y aspirar profundo su dulce esencia. ―Todo está bien, amor...
Taehyung no pudo resistir el impulso de rodearlo con los brazos, tembloroso, y jadear
sin despegarse.
Se permitió cerrar los ojos, decidiendo escuchar al hombre. A su novio. Al hombre que
tanto había tardado en tener de vuelta.
―¿T-todo está... bien?― musitó, queriendo oírlo hasta el cansancio. Porque decirlo era
como despojarse de millones de cargas.
Fanfic
―Todo está bien. ―le repitió Jungkook, sin dudar. ―Aquí, y en el cielo. ―Taehyung
supo a la perfección a qué se refería― Todo está bien, ahora. Y eso no cambiará.
―Entonces le estaba depositando besos en la cabeza.50
―¿No cambiará...?
El silencio los recorrió como el perpetuo eco de las palabras que se volvían promesa
discreta.
―Lo somos... ―admitió el castaño, sintiendo sus mejillas acalorarse. Agradeció que no
pudiera verlo, para atreverse a confesar las emociones que le revolvían todo dentro―...
Eres mi héroe, Jeon. ―Dios, que alguien le callara esa boca de miel―Gracias.17
La historia de ambos se deslizó entre sus pieles, como aquellos amantes que entre
disgustos se habían salvado al otro, una y otra vez.
El pelinegro sonrió.
El mencionado no mentiría si afirmara saber qué era saber estar en la cima del mundo.
Capítulo 108
Las grandes puertas del auditorio se abrieron, de par en par, descubriendo una algarabía
colorida entre todos las togas oscuras.
Jeon Jungkook se pasó las manos por los ojos, obligando a sus puños a funcionar como
pañuelos para limpiar sus lágrimas, y respiró profundo para normalizar su expresión.43
Bien, bien, estaban saliendo. Tenía que parecer neutro. Tendría que parecer neutro o
sería el hazmerreír del chico el resto de su vida.5
Sostuvo con fuerza su ramo de lavanda con pequeños cogollos rosales y algodones, y se
irguió en su puesto —sintiendo su costilla sufrir un poco por la fuerza que le implicó
hacerlo— buscando aquella melena castaña familiar, que para ese día, debía de estar
bajo un birrete.62
Dios, la ceremonia había sido demasiado. Desde verlo en casa arreglándose hasta traerlo.
Encontrar un buen puesto y ponerse cómodo entre la multitud de distintos familiares y
amigos había dejado de ser un problema cuando el decano de la Universidad de Hongik
había comenzado su discurso.
Todo había comenzado muy formal, pero después de los primeros minutos se había
descubierto a sí mismo como una bolita de lágrimas y sentimientos débiles susceptibles
a la conmoción por sus palabras. Porque lo que había dicho era verdadero: todo esto era
un ciclo cerrándose. El fin de una era. El cerrar una puerta y abrir una más grande. Todos
estos chicos y chicas, hoy graduados, iban a vivir de su sueño ahora, en vez de solo
mirarlo desde lejos.29
Incluso aquellos que en algún punto habían tenido una ala rota.
En cuanto Jeon Jungkook vio la melena castaña de Kim Taehyung rebotar bajo su birrete,
su poco autocontrol atrofiado de euforia y orgullo le hicieron mover las piernas hacia él.
La multitud fue dispersándose como gran favor a su urgencia. Y no esperó a dirigirle
alguna palabra cuando el castaño notó su presencia, sino que se lanzó hacia él y lo
acunó en sus brazos queriendo adorar todas las partes de su persona que ahora habían
dejado atrás las dificultades, y florecía como milagro hermoso en el inicio del verano.33
Taehyung, no pudiendo asimilar del todo la caminata del hombre hacia él y sus brazos
rodeándole, solo rió con nerviosismo sintiendo la calidez recorrerle desde la coronilla
hasta el dedo pequeñito del pie. Alzó los brazos para corresponder, pero el hombre no
le dio tiempo de nada cuando lo alejó de un golpe y lo miró fijo a los ojos.
Entonces el pelinegro acunó su rostro con las manos, y se inclinó para besarle la frente.
Kim Taehyung, aún anonadado, apretó los puñitos en las ropas de Jungkook, sintiendo
sus mejillas acalorarse.10
Así que en el momento que vio al hombre acercarse a sus labios, entre una gran sonrisa
le golpeó el pecho, como si estuviera enojado.
—Y-yah... —se quejó—... ¿Qué crees que haces? Ahora no puedo ser un bebé en tus
cariñitos, Jeon.
—D-detente...
Taehyung lo miró con ojos brillantes, y con sus labios comenzando a abultarse en un
puchero de berrinche. Dios, Jungkook se sentía a punto de morir. Kim Taehyung iba a
acabar con él. ¿Cómo podía ser tan fastidioso y tierno al mismo tiempo?
—N-no lo sé.
—¿Quién está muy orgulloso, Taehyung?— repitió, amándolo ver todo tímido y enojado.
Agh. Quería morderle sus mejillitas. —Respóndeme.1
El chico frunció el ceño y se cruzó de brazos, con la cara ardiendo, y suspiró con fastidio.
Fanfic
—Tú estás muy orgulloso.—él quería sonar serio. Taehyung hubiera querido sonar así.
Pero claro, de su boca solo habían salido tonos mimosos, como de bebé. Era realmente
malo tener a Jungkooka su alrededor. Era realmente malo tener a ese hombre que podía
ablandar su comportamiento frente a lo que fuera.15
Taehyung apretó los dientes y lo miró entrecerrando los ojitos. —Que te den, Jeon.134
El pelinegro soltó una carcajada.—Sí, tú lo harás después. ¿Crees que toda la amabilidad
te saldrá gratis?— preguntó, amando ver al castaño sorprenderse— Ahora termina de
responder. ¿De quién estoy orgulloso, mejillitas?87
Taehyung gruñó bajando la mirada, y con el mismo tono mimoso de antes, musitó: —De
mí.
—¡Eso es! —exclamó, acariciando sus mejillas, y volviendo a dejae besitos en cada una.
—Lo has hecho bien, muy bien.
La tímida sonrisa que se delineó la boquita de Taehyung hizo las entrañas de Jungkook
derretirse de ternura. Gracias a la cercanía acariciaron sus narices, y se acercaron más,
por fin, para cerrar aquel suceso importante de la mejor manera.5
Fue una pena que antes de que juntaran sus labios, alguien tras ellos gritara:
Ambos hombres se sobresaltaron y dejaron de rozar sus bocas para volverse hacia el
dueño de la voz, anonadados, y frustrados de corazón.
Rayos.
Que desentonó por completo con la expresión fastidiada con arrugas en el entrecejo que
para entonces, ya tenía Jungkook enmarcada.
Park Jimin, vestido con una camisa blanca algo holgada, una boina y unos skinny jeans,
caminó de la mano con el pequeño peli-marrón a su lado, que cabizbajo, sonrojado y
vestido todo de negro, tenía una sonrisa en sus labios de corazón con el pulso
agitado.79
Porque quizás aún no se acostumbraba del todo a caminar de la mano con su novio.
Y ver a Jungkook tan meloso con aquel castaño peli-largo hacía unos segundos había
sido algo demasiado sorprendente, y el rubor de sus mejillas había sido inevitable.
¿Jungkook también podía ser así, como Jimin era con él?6
Que bueno que no alzó más la mirada para ver la expresión de molestia que tenía ahora
el pelinegro. Jimin ya estaba enarcando una ceja para cuando los tenían en frente.
—Hola, chicos. —saludó el rubio, aún sin perder su carisma, y sin dejar de mirar a
Jungkook, el berrinchudo.
—Hola, ¡gracias por venir!— respondió Taehyung, amable y mucho más maduro que el
pelinegro, con el lazo felpudo del birrete entre sus ojos. Jungkook lo miró, queriendo
reprimir el creciente puchero que le nacía en la boca, y entonces con el dedo le apartó el
lazo, para que no le molestara la vista.
Taehyung le dio una corta mirada y le sonrió, con brillitos en los ojos, desarmando de
golpe el semblante de Jungkook, y haciéndolo sonreír sutilmente.
Fanfic
Jimin observó todo, y sonrió con picardía. ¿Quién era ese hombre tierno y qué había
hecho con el Jungkook amargado?44
—Gracias a tí también por venir... Hoseok... ¿hyung? —se atrevió a decir Taehyung,
queriendo en verdad que se sintiera cómodo con él. Solo habían hablado pocas veces en
el mes que Jungkook y él llevaban juntos, así que quería trascender.
Lo miró con una agradable armonía en los ojos, y corriendo todos los riesgos, musitó:
—No me lo hubiera perdido. —dijo rápidamente para reír por la locura que hacía, y bajó
la cabeza para terminar—... Dongsaeng.133
Él tampoco se quedaba atrás. Jung Hoseok había estado hablando de a poco. Tanto
Jimin, como Taehyung y Jungkook, sonrieron.
Aunque no duró muchi, con el último mencionado, cuando volvió a cruzar la mirada con
el interrumpe-besos de Park Jimin. El pelinegro fulminó al rubio con recelo, haciendo al
contrario volver a fruncir su ceño y suspirar a sus adentros.1
Pero nada podía arruinar el gran día. Conversaron un poco, y rieron, compartiendo sus
viajes hasta allí y todo lo relacionado con la ceremonia. Jimin admitió a regañadientes
que se había perdido en el campus de camino, por la extensión de territorio de éste, y
Jungkook contó que había explorado un poco antes de la ceremonia, permitiéndose
conocer la Facultad de Artes y buscar los posibles lugares donde Taehyung trotara todas
las mañanas.
Fanfic
Después de decir eso, Jimin y Hoseok habían sonreído. Quizás esta faceta fuera nueva
para ellos, pero era dulce.
Kim Taehyung lo miró con ojos bien abiertos y le dio un codazo en el brazo. —Y-yah,
eso suena muy acosador, ¿lo sabes?
Jungkook se volvió para mirarlo, y encaró una ceja. —¿Qué? ¿No puedo ver donde mi
novio corrió los últimos semestres? Estoy enojado con esos lugares, por cierto. Son los
culpables de que Picky Picky se haya ido.196
—¿Quién es Picky Picky?— no logró evitar preguntar Jimin, desconcertado, pero también
divertido. Taehyung lo miró con la cara acalorada, y Jungkook, como si de hablar del
clima se tratase, respondió.
Jungkook, superándolo en fuerza, le quitó las manos de su boca, y con una expresión
fastidiada lo miró y puso una de sus palmas contra su mano. Ahí, Taehyung, ¿lo ves? Ahí
va tu mano, no en mi boca. Quiso decir.
Entonces apretó y entrelazó sus dedos, notando como la cara del chico se hacía más
roja.
Jimin, solo contemplando a los tórtolos, se sobresaltó de repente. Con aquellas manos a
la vista.
Porque un par de destellos dorados habían relucido en sus dedos. En sus dedos
anulares.288
El corazón de Jimin se desbocó en su cavidad. Sus ojos casi se salieron de sus córneas. Y
para cuando las manos de ambos ya estaban abajo —aún tomadas. Cortesía de
Jungkook— su boca a penas se estaba desenredando.
Fue entonces que se sobresaltaron, y se miraron las manos unidas. El juego de anillos de
oro brillaron bajo sus ojos.
Al menos no aún.
Solo eran un regalo. Taehyung los había comprado sin ninguna sospecha de fondo.
Jungkook lo sabía.84
Fanfic
El padre —y ahora suegro de alguien— de Kim Taehyung los miró con confusión en
medio de su semblante de seriedad, viéndose impecable en su traje alquilado. Ambos
chicos rieron nerviosos, y procediendo a saludarlo, corrigieron el nuevo rumor.1
Kim Chin Mae había llegado minutos antes que Lee Ha Neul, que por supuesto, no se lo
habría perdido por nada del mundo, pero la multitud del auditorio no le había permitido
salir rápido. Conversaron más, tomaron fotografías y colorearon la mañana en la que sol
comenzaba a posarse en el medio, significando así las doce del día.
Como avisándose.
—Lo siento, ahjussi. De verdad tenemos que irnos. —Entonces se volvió hacia Ha Neul—
Disculpa, Neul-ssi.4
Pero Chin Mae había puesto una de sus manos en el hombro de Jungkook.
El apretón que le dio no pareció muy amigable. Hizo al pobre pelinegro mirarlo con su
corazón casi detenido.
Sus ojos se chocaron. Y Jeon Jungkook pudo decir, en su vida, que ya sabía como se
sentía una intimidación.41
No era agradable.
Jungkook, obligando a su rostro aterrado para cooperar en una sonrisa, asintió con la
cabeza con la nuca tensa. —C-claro, señor.2
—Más te vale.
—¡Papá!68
Y después de más despedidas, de abrazar a Jimin y agradecer por los regalos, el castaño
y el pelinegro corrieron de la mano, hasta la salida de la universidad que los dejaba más
cerca de la estación de buses.
Jungkook, dándole vuelta en su cuerpo para comprobar si había, asintió con la cabeza,
también agitado. —Dame eso.
—Sí, en mi bolsillo. —afirmó, pasándole el ramo de flores— Ahora tú toma esto. Las pedí
justo como querías.
Se quedaron juntos hasta que el bus que necesitaba Jungkook se detuvo. Era el que
llevaba hacia la estación de tren.
Jungkook lo miró, entonces, con un atisbo de temor en sus ojos. Taehyung de inmediato
negó con la cabeza.
Jungkook bajó la mirada, y asintió con la cabeza. Taehyung se acercó hacia él, y levantó
su mirada acunando sus mejillas.
—Nos vemos más tarde, en casa. —le musitó. Sonriéndole. Jungkook lo sonrió de vuelta.
—Yo no soy el que va a salir de la ciudad. Estaré bien, Seúl es como la palma de mi
mano. Cuídate tú.
—Te amo, Jungkook. —respondió, con una linda armonía en sus ojos. —Ahora ve, ve.
Que no vayas a perder el tren.
Jungkook rió con sequedad, y se alejó de su novio, para subir al bus. Le dio una última
mirada antes de que las puertas se cerraran. Entonces dentro buscó un asiento hacia la
ventana que le permitiera verlo una vez más.21
Cuando sus ojos chocaron, Taehyung lo despidió con la mano, viéndolo hacer pequeño
cuando el bus comenzó su viaje. Lo vio alejarse, hasta que no hubo más rastro de él, y
con una alegría inexplicable en su estómago, se alejó de la estación de buses.3
Bien. Jungkook ya se había ido. El primer paso estaba resuelto. Ese día era definitivo.
Y muy importante.
Entonces paró un taxi más adelante, y con el corazón algo tenso, indicó su destino.
Gangnam.
Y su cementerio principal.
Fanfic
Capítulo 109
Cuando su pie pisó el pasto al salir de la estación de trenes, sintió que quería vomitar.3
El aire cálido y de olor humedo le recibió, trayendo el aroma de los lagos cercanos y
enredándolo en sus fosas nasales. Los nativos del Norte de Gyeongsang, más por
adaptación que por cualquier cosa, no percibían este aroma. Pero él, que llevaba más de
quince años sin pisar ni un centímetro de aquellas tierras, ahora le resultaba desconocido
y algo fastidioso.
Aspiró profundo decidido a ignorar el aire, y con la hoja de papel de sólo seis palabras
impregnadas en tinta magullada en sus manos —la única motivación tangible que tenía
para estar allí— emprendió su caminata.
Era una suerte que trajera zapatos deportivos en su bolso, o estaría frito. Taehyung le
había convencido de llevarlos, y al parecer, el chico tenía cosas útiles para decir.
Dios, no tienes vergüenza. Dijo su subconsciente. Claro que tiene cosas útiles, ¿se te hizo
un hábito fastidiarlo hasta en el pensamiento?7
Rió con sequedad, sintiendo la suela gruesa de sus zapatos amortiguar los golpes de las
piedras que, desde hace años, habían hecho de carretera. Nada había cambiado, ¿no?
Este era el lugar que el gobierno nunca miraba. Eso lo había aprendido de su padre
Fanfic
alguna vez. Así que lo poco que había, era porque se había construido por el mismo
pueblo. Y no iba a darse al lujo de modificaciones.1
Por lo cual, a comparación con Seúl y sus calles señalizadas y elegantes, ese lugar parecía
haberse detenido en el tiempo.
Y eso no ayudaba mucho al corazón que, despojándose de corazas construidas por los
años, ahora se abrían de golpe.
Levantó la mirada hacia el cielo, sin dejar de caminar y arrugando más la carta dentro de
su puño. Las nubes como algodones tras el cielo turquesa lo saludaron como a un viejo
amigo. Una que tenía forma de tortuga se fundió con otra gran masa amorfa. No parecía
real. El estar allí y estar recorriendo esos viejos caminos a su casa.
¿Su casa?
Con aquel pensamiento, detuvo su caminata y suspiró con pesadez. La tortuga del cielo
era ahora una ballena, y el sol de la tarde comenzaba a enrojecerle el rostro. Miró hacia
la montaña, ubicando más o menos su destino entre el arboreto, y se mordió con más
fuerza.
Fanfic
No. No quería llenarse de recuerdos. Él era malo lidiando con la nostalgia. Todo ese
lugar simbolizaba solo un momento de su vida: no su hogar, o algo definitivo. Así que no
lo iba a asimilar de esa forma.
Volvió entonces la cabeza a la carretera, y la estación de tren que se veía a lo lejos. ¿Era
muy tarde para volver a casa y fingir que nada había pasado?
El viento se hizo fuerte, y le revolcó el cabello. Por culpa del mismo el papel que tenía en
la mano se movió con brusquedad, como queriendo huir de su agarre. Huir de todo.
[♦♦♦]
Fanfic
Jeon Jungkook levantó la mirada y contempló la casa tradicional que tenía en frente. Su
color verde, su techo marrón y sus begonias rodeándola con algo de maleza.
Fingió que no se vio a sí mismo, pequeño y rechonchito, corriendo alrededor del viejo
taller de su padre que yacía ahora sellado junto a la casa.63
Fingió que no importaba el tonto río que se escuchaba desde allí, y que tras la casa,
había sido el eterno entretenimiento de su inspiración adolescente.
El sonido hizo eco dentro suyo. El sudor de su frente se secó gracias a la ventisca. El aire
fresco chilló en sus oídos.
¿Ahora sólo esperaría? ¿Abrirían la puerta? ¿Quizás había tocado muy bajo? ¿Y si no
había nadie? ¿Y si tuviera que esperar? ¿Y si estuviera abandonado? ¿Y si otras personas
vivieran-
El rechino de las bisagras avisó a los atrofiados sentidos del pelinegro que la puerta
estaba abriéndose.
Pero... bueno...
Fanfic
O, sí, pero...
—Ah, señora Choi, espero que esta vez la leche esté fresca...— escuchó, proveniente de
una voz femenina y un poco lastimada. Sus ojos se ampliaron—... Dos de las botellas de
la semana pasada se dañaron, y por poco tiro al traste el resto, anciana loca.
El sonido del vidrio chocando por las botellas de leche vacía que sostenía en las manos
cesó cuando la puerta se abrió por completo.
Dentro del campo visual de una mujer, solo vio un torso. Un torso masculino en un
suéter beige bajo un cardigan negro.
Levantó la vista, y chocó la mirada con unos ojos parecidos a los suyos.
¿Quizás...?
Dejando su camioneta vieja al lado de la carretera, la anciana caminó con tres botellas de
leche fresca hasta la casa de la viuda Jeon. Sa Rang, como prefería que la llamaran.3
Apretó la canasta donde llevaba las botellas, y se irguió. Bueno, fuera lo que fuera,
cualquier hombre caía inconsciente después de un par de golpes con su canasta. Podría
hacerle ganar tiempo a la mujer.60
Se volvió hacia ella, y tomando las botellas vacías de las manos de Sa Rang, se las pasó a
la Señora Choi.
La susodicho recibió las botellas mirando fijo al hombre, que con una expresión similar a
la de Sa Rang —y muchas otras cosas similares—dejó la mano estirada para recibir el
resto.
Lo miró de pies a cabeza, decidiendo entonces corregirse. No. Él no era más el niño
juguetón que había conocido hacía años. Éste ya era todo un adulto, hecho y derecho.
El pelinegro hizo una reverencia, y curvó sus labios en una sonrisa cordial. Una sonrisa
que no pudo ocultar su genuina expresión de nostalgia.
Todo él era...
—Bien, bien, muchacho. ¿Qué hay de tí? ¿Por qué tardaste tanto en volver?1
Entonces decidió que era tiempo de irse. Sacó las botellas de leche de la mujer y se las
entregó a Jungkook.
Bueno, no había sido un secreto para toda Gyeongsang que el joven Jeon se había ido
de casa tras la muerte de su padre. Su madre incluso, llena de rabia, lo había dejado ir
despotricando luego de él a espaldas de todos. Era delicado.
—Está bien, ¡adiós! Fue un gusto verte. —le dijo. Después miró a Sa Rang— ¡Adiós, a tí
también! Guárdame bolsas de semillas de girasol, pasaré después por ellas. ¡Tu hijo está
muy apuesto!84
El silencio de nuevo se clavó entre la madre y el hijo. Una deteriorada por la emoción y
los años, saludable, pero con las arrugas que solo el tiempo otorgaba con sabiduría, y
otro con cuerpo de hombre; pero parte de su corazón, aún siendo un niño.
Jeon Sa Rang, un poco más lúcida que antes por la perplejidad, exhaló por la nariz con
fuerza asumiendo su actitud firme de siempre y se irguió en su puesto.
Entonces se incorporó hasta tomar las botellas de leche de las manos del hombre, y sin
mirarlo, solo dijo:
[♦♦♦]
—Recibí tu carta.
La mano de la Jeon Sa Rang tembló mientras servía las tazas de té. ¿Por qué
hablaba? No hables. Pidió por dentro. Los últimos 10 minutos habían sido más cómodos
en silencio. Había podido darle vistazos discretos analizando su físico, y sus cambios
pronunciados bajo la misma esencia de rostro que había tenido siempre. Había podido
analizar sus ropas, el tono de su piel para saber si se alimentaba bien o no, y el cuidado
que tenía de sí mismo.16
Fanfic
Ella... no quería.
No estaba lista.6
Sonrió con tristeza, buscando solo distraerse de la melancolía que le inundó dentro.
Tomó unos ramos viejos y les cortó, con ayuda de una tijera de jardinería, todas las flores
que ya se habían marchitado.1
—Claro.
—Mhm.
—Mmm.
—Quiero que te sientes de una jodida vez, me mires a los ojos, y me prestes atención,
mamá. —espetó entonces, más fuerte de lo que había pretendido. Pero él no era
estúpido. Estaba hablando solo.105
Entonces eso sí que hizo detener a la pelinegra. Soltó las tijeras de jardinería de un
golpe, y con enfado naciente, se volvió y miró a su hijo.
—No es cierto. Tan sólo estás fingiendo hacerlo. — contraatacó, con altanería. Sus filtros
fueron desapareciendo por la agitación de su pecho —¿Qué crees que es esto, un juego?
¿Piensas que estoy aquí por diversión? ¿Para qué mandaste esa carta, entonces? ¿Por
qué me hiciste volver a este estúpido pueblo?
—¡Vete si quieres!15
Quizás fue por eso que cuando Jungkook se puso de pie y caminó hasta la puerta, se
detuvo antes de abrirla.
Su espalda, rígida y tensa, solo lo dejó volverse de reojo hacia la mujer que le había dado
la vida.
Y aquella imagen solo golpeó con sequedad el pecho de Jungkook, dejándolo sin aire.
Fanfic
Su madre había sido más joven, él sólo había tenido quince años.
¿Iban a repetir lo mismo, en verdad? ¿No habían madurado nada para ese entonces?4
Bien. Quizás había sido idea de su madre que fuera. Quizás ahora ya no quería recibirlo.
Bien. Eso no podía discutirlo.
Podía aprovechar esta oportunidad, viéndola, para decirle todo lo que se había
guardado por años.
Porque si esta era a última vez que iban a verse, tenía que sacarlo todo, y así vivir sin
remordimientos, ni cargos de consciencia.2
Él iba a hacerlo.
—Yo no haré esto de nuevo. —declaró, intentando plasmar en sus ojos la misma
seguridad con la que hablaba. La mujer lo miró fijo, incapaz de apartar la mirada. Quedó
tan estática que las tijeras de jardín que mantenía en las manos se resbalaron y cayeron
al suelo.
Fanfic
Se cruzó de brazos, y aspiró profundo. La vista bonita seguía intacta, era precioso.
Jeon Sa Rang, atenta a sus palabras de una forma casi dolorosa, respiró con dificultad
por la tensión de su cuerpo.
Pero quitar el filtro orgulloso de sus palabras, poniendo el resto de su sentir frágil frente
a este hombre, su único hijo, era difícil. Muy difícil.46
Así que le alegraba que él llegara a ser más maduro que ella.
Que dijera lo que fuera. No importaba qué fuera, ella lidiaría con eso.
Fanfic
Pero que él se deshiciera de las cargas del su pasado, que en el de ella la asfixiaba
todavía, era suficiente.
Ella sólo permanecería así, porque solo así podía ser fuerte.
—Me fui de aquí a los quince años. —comenzó. El corazón de la pelinegra no logró
evitar acelerarse. —Inicialmente, esa no era mi intención. Yo no planeé hacerlo.—
admitió, apretando más los brazos contra él. —No fue como si fuera el resultado de
pensarlo por semanas, y organizar mi vida de forma que supiera qué iba a hacer una vez
estuviera por mi cuenta. ¿Sabes cuál fue el causante de que quisiera irme?
Aquello hizo a Jeon Sa Rang levantar la mirada de golpe, para mirarlo, frunciendo el
ceño. ¿Manejar su vida?
provocado la muerte a mi padre? Por supuesto que no. Alguien como yo, a esa edad,
ajeno a ese mundo, una vez dentro de él hubiera sido comido vivo. Además, ¿cuál era el
problema de que tú te encargaras, y no yo?1
—Tú eras mucho mayor. Sabías más del mundo, más de la gente, más que yo. Era un
crío, mamá. ¿Qué iba a saber yo del mundo, si ni siquiera había salido de este estúpido
pueblo para conocer y ampliar mis horizontes? Tú eras más apta para el trabajo.
—Pero yo no sabía nada sobre los negocios de tu padre.— aseguró, haciendo al hombre
sobresaltarse. ¿Iban a hablar? Bien, que lo harían.
—Eras un chico. A los chicos les va mejor con esas cosas. Pasabas mucho tiempo con tu
padre.96
—Pasaba mucho tiempo con él porque era mi padre, no porque fuera un chico, ni
porque me fuera mejor con esas cosas. Que fuera parecido a él no significa que me
gustaran las mismas cosas. —espetó. —Yo era una marmota con todos los trabajos que
implicaran fuerza, ¿es que lo olvidas? —entonces se volvió a mirarla— Mientras mis
amigos levantaban pesas y hacían el trabajo pesado del pueblo, yo me iba a leer junto al
río. ¿No fueron indicios suficientes? Además, no es cuestión de género, es cuestión de
habilidades. ¿Me habrías privado de todo eso si hubiera nacido niña? Mamá, por favor.
Eso es estúpido.101
Entonces Jeon Sa Rang había quedado muda. Ambos se miraron, y Jungkook, algo
irritado, se pasó las manos por el rostro y suspiró. Recostó su espalda contra el borde de
la ventana.
Fanfic
—¿Alguna vez te preguntaste por lo que quería?— cuestionó, con algo de dolor
emanando de sus ojos. Ante eso, la mujer apartó la mirada. —Nunca he comprendido
porqué consideraste que heredar ese trabajo era el único camino. Tú y yo hubiéramos
podido buscar otra forma. Pero nunca...—su voz se quebró un poco—... Nunca me
preguntaste qué era lo que yo quería.
—¡Eso me habría hecho infeliz, mamá!— gruñó Jungkook, sintiendo un agujero extraño
en su pecho.—¿Eso querías? ¿Querías que tu hijo viviera de algo que no lo hacía feliz? Yo
tenía sueños. Sueños que seguí y que ahora me dejan vivir cómodamente, me dejan ser
independiente, y me dejan ser feliz. Eso tacha todas tus exigencias de la lista. ¿Entonces
por qué insistes? ¿No podías creer en mis sueños y apoyarme para poder desprenderme
y crecer? ¡Ese maldito trabajo no era el único camino!
—¡¡Nunca preguntaste!!
Entonces ambos, agitados y enojados, bajaron la mirada. El silencio los cruzó como único
mediador, como única calma.
Jeon Sa Rang solo se abrazó a sí misma, con sus convicciones temblorosas, y las murallas
intentando rodearla. A ese punto, solo habría una cosa que le trajera paz. Lo sabía.
Dios, ella ya estaba envejeciendo. Todo este tiempo sin Jungkook la había deteriorado.
Ahora que él había vuelto, ¿qué puertas se abrían? ¿Qué puertas se cerraban?
Sus ideas estaban confundidas. Ella nunca lo había visto de la forma que Jungkook se lo
planteaba. Y aunque le jodiera admitirlo, tenia razón. Si Jungkook no había aprendido a
hablar de sí mismo, era su culpa.
Todo eso había provocado que Jungkook se fuera de casa. Se fuera de ella. Bien, sí. Todo
era su culpa. Ahora lo sabía.
Pero es que irse y dejarla por tanto tiempo... ¿no había sido suficiente castigo?
Entendió entonces que pelear no los llevaría a nada. Aunque su orgullo le insistiera en
discutir, Jungkook tenía la razón.
La tenía.
Ya no le quedaba más.
—¿Eres feliz a pesar de todo? —Jungkook la miró fijo— ¿De mis... errores contigo y
todas las dificultades?
Fue inevitable que la vida le cruzara por los ojos. Todos los problemas, el funeral de su
padre, sus dolores acumulados, llegar a Seúl, tener hambre y no tener techo, todos sus
trabajos de medio tiempo, su universidad, su trabajo, su primer departamento, su
trastorno, conocer a Taehyung, amar a Taehyung, amar su trabajo.
Esbozó una pequeña sonrisita. Inevitable. Que marcó una discordancia colorida en al
ambiente lúgubre.
Fanfic
Su voz recorrió la habitación como el viento, llegando hasta todos los rincones.
Descansar, sí.
Y de producto a la corriente cálida de calma que le recorrió el cuerpo gracias a eso, solo
pudo sonreír. Sus ojos se llenaron de lágrimas casi con violencia.
Solo que, claro, tuvo que volverse para que Jungkook no la viera. Todavía tenía
orgullo.14
La mujer tomó una bocanada de aire que entró a sus pulmones de forma entrecortada, y
secándose rápido las lágrimas antes de que se deslizaran por sus mejillas, se cruzó de
brazos e hizo un mohín.
Ese fue el código encriptado para: Sí, ahora que sé que tú eres feliz, yo lo soy.
Sin embargo, su mirada seguía vulnerable gracias a las emociones que no podía
controlar ahora. Y no pudo escaparse cuando Jeon Jungkook le tomó de los hombros y
se le puso en frente.
Fanfic
Y ahora no podría librarse una vez ella hubiera mostrado algo de amor frente al hombre
que, en el fondo de su corazón y con desespero, lo había buscado desde que había
puesto un pie en aquel pueblito.
—S-suéltame.15
—Mamá. —le dijo, con los ojos relucientes de alegría. Hizo ademán de atraer a la mujer
a sus brazos.
La abrazó.
Jungkook en serio, apretó a su madre contra él y se fundió contra ella. A pesar de que
fuera tan bajita, y él tuviera que agacharse solo un poquito.19
Rendirse.
Porque su hijo había ido y vuelto de Seúl, durante más de 15 años, en una sola pieza.
Pero, joder, no pudo detenerse cuando sintió que más lágrimas estaban por salir.
Fanfic
—¿Sabes qué me haría más feliz, mamá?— escuchó, cerrando y apretando los ojos para
llorar más. Dios. ¿Hacía cuánto que nadie la llamaba "mamá"? Jungkook lo había hecho
desde que había llegado, y eso la había roto por dentro de la manera más hermosa. El
pelinegro sintió su suéter mojarse con sus lágrimas. —Que fueras parte de mi vida.
Ahora. —declaró.—Sé que ha sido un desastre, esto. Nosotros. Por años. Pero... ¿es
demasiado tarde... para querer que funcione?37
Pero entre ese debate mental, Jungkook también sintió como la mujer se sobresaltaba,
contra suyo.
Y no evitó sonreír más, también, cuando sintió sus brazos rodearle el torso.
Correspondiendo su abrazo.
Ella lo hacía.
En verdad.
Absolutamente nada.
Fue una lástima que cuando la puerta se abriera de golpe, mostrando a Kwan Dong Yul
con llaves en una mano, y bolsas llenas de víveres en la otra, los dos Jeon restantes se
separaran de golpe.7
Y en aquella tarde que comenzaba a helar, a las afueras del norte de Gyeongsang, y muy
lejos de Seúl, esta nueva y extraña familia se reunió.
Capítulo 110
[Flashback]
—¿Te gustaría tener hijos?— escuchó el pelinegro, haciendo que le recibiera la taza de
chocolate caliente para tomar su manta gris de lana y envolverse a él y a su novio bajo
ella, para que el frío nocturno de fuera no los calara demasiado.75
Kim Taehyung, agradecido porque Seok le pasara la taza caliente y ahora sus manos
dejaran de estar tan frías mientras permanecía de pie con su cuerpo contra el barandal
del balcón de aquel segundo piso, intentó robar del hombre todo el calor corporal que
pudo, y sonrió cuando sintió su mentón descansar en su hombro, y sus brazos rodearle
la cintura. Perfecto.79
—No. —respondió, pero inmediato dudó—... Bueno, aún no. —bebió un poco del
chocolate caliente. —Pero no es una cosa importante. Es una banalidad.10
—Ah, sí, creo que te recuerdo hablando sobre tus sentimientos por mí para luego
caracterizarlos como "banales".
—¡Seokjin!
El pelinegro rió.—No me molestaría tener un bebé. Sería lindo si tuviéramos uno, ¿no?
Un mini tú-y-yo.80
—Quizás no sea tan imposible si rentamos un vientre y cuando tengamos que entregar
el frasquito de esperma mezclemos el mío con el tuy-157
—Oh por dios, ¡basta!— exclamó Taehyung, estallando en risas. Seok correspondió—La
imagen mental es, sinceramente, terrorífica.4
—¿Qué? ¿Por qué?—cuestionó Seok, abultando un poco sus labios— Sería un bebé
apuesto.44
Fanfic
—Sólo si sale a mí.—exclamó Tae, tomando otro sorbo. Para luego soltar un quejido por
el mordizco que recibió su oreja. —¡Yah!7
—Siempre lo eres.
El castaño frunció su nariz, con molestia mimosa. —Pero así me amas. ¿De qué te
quejas?
Seokjin, quejándose por la molestia de golpe, volvió al chico hacia él, dejando ahora su
espalda—protegida por sus brazos para que no fuera a caerse— contra el barandal del
balcón. Con su corazón latiendo cálido y vivo se acercó y le dio un beso corto, en todo
su pucherito. La taza de chocolate humeante quedó entre ellos, aún sostenida por
Taehyung, que se quedó suspendido con los ojos cerrados.
—Vale, ¿te parece entonces si hacemos una tregua?— susurró, dulce, amando ver las
mejillas de Taehyung todas rojas bajo su semblante mimoso. El chico abrió sus ojos
avellana bajo su vista, y torció la boca, como pensándolo.
Entonces lo miró con recelo, y teniendo que empinarse —maldita fuera la genética que
lo había hecho más bajo que el hombre coreano promedio— le devolvió el beso.9
Sus labios se tocaron y encajaron bajo los ojos muy abiertos de Seokjin.
Fanfic
Se alejó de él dejando solo sus narices tocarse. Lo miró a los ojos, para susurrar contra su
boca.—Tregua.
Seok, aún anonadado y provocado con descaro, gruñó y lo abrazó. Dejando como única
distancia la tonta taza entre ellos.
—Quiero que sepas que estoy abrazándote...—dijo—... Para no arrastrarte hasta la cama
y pagar tus provocaciones.
Seokjin rió en su hombro. —No me da miedo. Muerdes como niño. Es sólo que eso del
bebé me dejó inquieto.
Taehyung enarcó un poco su ceja, y rió. —Ignoraré el insulto que debió sonar como
cumplido— dijo, relajándose contra el hombre—¿Por qué te dejó inquieto?
—Porque, bueno... —El aliento de Seokjin se hizo vapor en la noche fría—...Si tuviéramos
un hijo, todo iría bien. Sé que lo haría. No seríamos los peores padres del mundo. — dijo,
haciendo sonreír a Taehyung— Pero, ¿sabes? Me preocupa que se quede solo.2
Aquello hizo a Taehyung fruncir su entrecejo. —¿A qué te refieres? —preguntó, algo
confundido—¿Como si tu y yo muriéramos o algo así?
Fanfic
Seokjin suspiró. —Así es. —admitió, y cerró los ojos por la tenue vergüenza que le
recorrió el pecho. —Crecí con mis dos padres, y durante toda mi vida, en los malos ratos,
me dije a mí mismo que sin ellos, yo... Me hubiera estancado.73
Y aunque no se había estancado —ya que tarde o temprano las heridas sanaban— sí
habían partes suyas que, gracias a su ausencia, se habían quedado disfuncionales.
Pero...
—Entonces me aterra imaginarme que algo así ocurriera y nuestro hijo, o hija... quedara
a su deriva.
Taehyung inhaló profundo, y sólo dejó que su mirada volara. Miró hacia arriba, hacia el
balcón del tercer piso, y las pocas estrellas tras el edificio.
—Lo entiendo. —susurró, y abrió lento sus ojos. Su mirada conectó con el balcón de al
lado, que yacía oscuro por estar inhabitado. Aunque no por mucho tiempo, ya que Seok
le había comentado que hacía poco habían quitado el cartel de "Se vende". —Todos le
tememos a la muerte. Al menos en algún punto de nuestras vidas, ¿no?12
—Pero es natural. —musitó, sin dejar de mirar el balcón, más distraído que cualquier otra
cosa—Es algo que no podemos controlar, así que... ¿para qué pensar en eso? Sólo
fabricaremos miedos tontos que nos impedirán vivir y nos concentrará en algo que no
sabemos cuándo llegará, ni cómo. —dijo— Si tuviéramos un hijo, o una hija, y una
tragedia de esas sucediera... —suspiró—... Sé que tarde o temprano lo entendería.
Entendería la naturaleza de las cosas. Y seguiría adelante. Todos lo hacemos.10
Crueles.
Agotando tiempo.
Agotando momentos.
Fanfic
Agotándolos.
74
[...]10
Su mirada apagada, igual de paralizada que los últimos veinte minutos, y sus manos
palpando el cesped con los dedos, lo dejaron extraviado en recuerdos.
Descubrir su ubicación había sido más fácil una vez la madre del difunto le había
llamado, a disculparse, cuando su familia había sido notificada por la policía por el último
incidente que había revelado las razones reales de su muerte.
Pero eso de "más fácil" se había desvanecido una vez Kim Taehyung había posado un pie
en Gangnam.5
No parecía cierto.
Que todo apuntara a lo que él había previsto, y que después de años sufriendo él tuviera
la razón.1
Y que todo, en conjunto, lo hubiera dejado mudo en frente de aquella elegante lápida de
mármol.
Fanfic
Finalmente.
En definitiva, el camino había llegado a su fin. Su relación con Seokjin, sus dolores, ahora
parecían partir en diferentes caminos lejos de él. Viéndose ajenos, superados, pero
valiosos en recuerdos.
El Taehyung de aquellos años ya era muy distinto al Taehyung que admiraba ahora su
pasado con nostalgia.
Había aceptado.
Había descansado.12
Y lo que antes le había hecho derramar lágrimas sin parar, aquel día, que iniciaba el
verano, le hacía sonreír.
Sonreír, y agradecer.
Entonces decir adiós, dejándose invadir de toda la armonía que ahora le contenía, ya no
parecía ser tan difícil.
Fanfic
Porque ahora...
Y su cuerpo podía relajarse, liviano por las cargas que, por fin, sabía como dejar ir.
Su sonrisa cuadrada iluminó aquella lápida como el mejor de los regalos al cielo para el
hombre que, libre de lazos, se sintió descansar al percibir a su amado con un corazón sin
dolor.69
El amor era la fuerza más imponente del mundo, ¿no era así? Podía hacerlos valorar al
mundo, y aferrarse a él en la urgencia de sentirlo por última vez.1
Su momento.14
Su momento de vivir, sin ataduras y sin dolores. Llenándose del amor que le daba
sentido a todo. Aceptando. Perdonando.
Perdonándose.
El sol de la tarde acarició sus dedos cuando, acomodando finalmente el ramo de flores
que traía junto a la lápida, los llevó hacia su nuca, para quitarse la cadena, y mirarla por
última vez.53
El dije azul de barro reposó en su palma, descansando del dolor que por años había
percibido del castaño, y sus grietas profundas aflojaron un poco, por culpa de la misma
plenitud.
Fanfic
Entonces bajo la mirada amorosa de quién tiene una larga vida que vivir, fue dejado
sobre la lápida. Siendo devuelto.10
Siendo agradecido.
El más hermoso.3
Kim Taehyung, de 24 años, graduado y con su vida un poco más construida, lleno de
lecciones que le dejaban tener un corazón pleno, se puso de pie en medio del
cementerio principal de Gangnam, con una adorable sonrisa cuadrada deslumbrando en
su rostro.2
Él en realidad no sabía mucho sobre cómo funcionaba orar. Ni su padre ni su madre, del
tipo escéptico, lo habían llevado alguna vez a un templo, o una iglesia.
Su cabello brilló dorado bajo el sol, y sus pulmones se llenaron del aire fresco con
residuos del rocío mañanero.
Entonces lo dijo.
Dejándolo listo.
Dejándolo decidido.
Dejándolo libre.
—Gracias...
Fanfic
Sus ojos se abrieron, mirando por inercia al cielo. Su color azul lo embriagó de calma, y
sus traviesas nubes haciendo de una tortuga y una extraña masa amorfa lo hicieron
reír.39
Morir, tampoco.43
Viviría bien.
Y el collar de dije azul de barro, al fin libre de dolores y apegos, no soportó las grietas y
se rompió.100
Volver con su dueño, que lo había puesto en el camino de Taehyung hacía años.
Capítulo 111
Cuando Jungkook sacó de su bolsillo el llavero y contempló la nueva llave que tenía con
él, no pudo evitar sonreír como tonto.
Sus mejillas dolieron. ¿Cómo era que podía dejarse llevar por las sonrisas con tanta
facilidad?
Quizás era porque ese día en particular había sonreído demasiado. Y quizás, por eso
mismo, ahora se encontraba ido y atontado por todas las flores que tenía por emociones
en su corazón, ahora.
Estaba feliz.
Miró la puerta, con el viento usual de la noche un poco menos frío por estar a inicios del
verano, y rió como un loco, completamente solo.
No había tenido que preguntarle porqué. Ni siquiera quería. Se sentía más que lleno del
corazón con eso, y aunque se lo preguntara, ¿a quién quería engañar?
Fanfic
Y esto lo facilitaba.
Sin embargo, no dejaba de ser sorprendente a ese punto. ¿Jeon Jungkook con
acceso quasi ilimitado al lugarcito de su amor? Que alguien lo pellizcara fuertePensó que
era como un sueño. Como el mismo sueño que experimentaba ahora cada mañana,
despertando con Taehyung babeando su pecho y sus piernas enredadas. Como el
mismo sueño que era desayunar juntos, ver películas en el sofá con los gatitos, obligar a
Taehyung a decir cosas lindas mientras su rostro estallaba en carmesí. Como el mismo
sueño, que aún parecía irreal, al partir con besos hacia el trabajo, y volver en la noche a
recibir más. Convivir y aprender de Taehyung, todo de Taehyung, todo era un sueño.94
Porque después de todo eso, siempre terminaban pegados al otro, como imanes, de
alguna forma. Y luego pasaban más tiempo desnudos que hablando.62
Y era algo loco, tan loco. Podía contar con los dedos de una sola mano las veces que
había vuelto a su propia casa, incluso. Para no tardar mucho, y solo, cambiarse de ropa y
llevar con sí su cepillo de dientes. Era increíble.
Lo amaba, totalmente.
Fanfic
Así que contemplar aquella llave, que le abría las puertas a todo eso, era imposible sin
una sonrisa. Dios.
Y que justo en ese momento, acabando de llegar de Gyeongsang, con su corazón lleno y
una nueva familia, pudiera llegar a él. Sólo a él.
Y lo había extrañdo tanto en su viaje, que se cercioraría de compartirle todo, a la vez que
se saciaba su fetiche de Taehyung, en Taehyung.
Tenía que saber cómo le había ido con Seokjin. Ese día no había sido importante solo para
él.
Cuando el pestillo cedió y las bisagras hicieron lo suyo, guardó las llaves y se internó en
el pasillo hacia las escaleras, cerrando tras él.
Esperaba que todo hubiera salido bien. Creía que así había sido, con firmeza. Después de
todo, Taehyung había parecido muy sereno y ameno antes de irse. Confiaba en él.2
Subió las escaleras, y abrió la otra puerta. La que daba sirectamente al apartamento, y
entró.
Dejó su bolso en el sofá, y se dirigió hacia las habitaciones. Las dos puertas le recibieron
la vista en medio de la ausencia de luz, ambas entreabiertas, y Jungkook decidió
entonces, como primera acción; echar un rápido vistazo a los bebés.14
Fanfic
Abrió la puerta de la derecha, con suavidad, y asomó la cabeza para ver a Frida
desparramada en su camita, con sus tres gatitos a su alrededor, imitándola en poses
incluso más extrañas, y sonrió. A esas criaturas no las despertaban ni un portazo fuerte.
Dormían plácidos, desde temprano, haciéndo justicia junto a su madre al apodo
de "bebés".35
Se alejó así dejando la puerta casi cerrada, y se dispuso a arreglarse para dormir. Él no
iba a despertar a Taehyung, al cual vio cortamente acurrucado en el lado izquierdo de la
cama —su lado, desde que dormía con Jungkook— con el cabello en el rostro y una
mantita de patitos encima. Después podrían hablar de todo lo sucedido. Él iría a dormir y
descansar, como se debía.13
Los sucesos del día se repitieron en su cabeza, mientras se daba una corta ducha y salía
para lavarse los dientes. Aún no podía creer ni un poco que todo eso hubiera sucedido.
Porque Jeon Jungkook había ido a Gyeonsang, su pueblo natal, había llegado hasta su
casa, confrontado a su madre, y después no había evitado acercarse y buscar de su
amor. El cual recibió, sorpresivamente. Era realmente aterrador el parecido que había
notado que tenía con su madre, después de ese día. No eran solo los ojos. Ambos eran
dirigidos por sus orgullos, con corazones lastimados y en el fondo ansiosos por
perdonar. Jungkook había comprendido todo tan bien gracias a eso, que el resto había
resultado más sencillo. Se abrió y compartió todo con su madre: sus dificultades, su
trabajo, sus amigos, y Taehyung.1
Bueno, quizás esa parte había sido algo tensa. La pobre mujer no había dado cuenta de
la orientación de su hijo. Pero igualmente, ¿qué voz tenía ella en aquello? Después de
sorprenderse y anonadarse, solo había decidido sonreír, simplemente resignándose al
hecho de que su hijo tenía amor en su vida, y se entusiasmó con la idea de conocerlo
Fanfic
algún día. Jungkook había quedado muy aliviado por su reacción, y solo logró sentirse
más cómodo con ella.4
Incluyendo en aquel discurso a Kwan Dong Yul, que había llegado a reunirse con ellos un
rato después. Jungkook suspiró profundo mirándose al espejo, después de terminar de
lavarse, y solo se miró.
Porque una vez su madre había logrado calmar el ambiente tenso, en el que Kwan Dong
Yul había buscado huir y Jeon Jungkook se había quedado pasmado y estático al saber
que el chico vivía allí, lograron sentarse, y hablar.
Todas por las que alguna vez los pensamientos de Jungkook se lo habían comido vivo.
Kwan Dong Yul había nacido como hijo único, cuando Jungkook tenía diez años, por lo
menos. Había crecido en Seúl, con su madre Kwan Son Mi, y su padre, Jeon Su Yeol.
Su vida había sido, dentro de los estándares, bastante normal. Su madre había sido
amorosa, pero quizás demasiado inocente. Dong Yul lo había identificado desde muy
pequeño. Y después de saberlo las inconsistencias habían sido demasiado evidentes.
Porque en los hogares de sus amigos, los padres, por mucho que trabajaran, vivían con
ellos.
Fanfic
Y el suyo, el cual veía cada tanto al pasar de los meses, —estando casado con su
madre— a duras penas tenía un par de camisas suyas en casa. En su casa. Eso siempre
había sido extraño, lo viera por donde lo viera.
Pero él nunca había dicho nada, y no había sido con mala intención. Su poca
comprensión en ese entonces le había impedido hacer algo al respecto. Sin embargo,
años después cuando su madre enfermó por exceso de trabajo, y su padre en una de sus
escasas visitas se había dormido dejando la cartera en la mesa del comedor, nada le
había impedido a Dong Yul ir en la búsqueda de respuestas.
Él tenía cinco años cuando encontró la foto de otro niño, envuelta en un pañuelo, en la
billetera de su padre.61
Y cumplía a penas seis, cuando el hombre murió dejándolos aún más solos de lo que
siempre habían estado.
Su madre, su dulce madre, al morir, había partido del mundo de dolor y enfermedad
confiando en que su hijo de dieciséis años lo haría bien solo. Aún ajena, lastimosamente,
a la etiqueta de "segunda familia" que le había pesado a Dong Yul toda su adolescencia.
El chico lo había preferido así, para evitarle los malestares con los que él lidiaba desde
que recolectaba información, gracias a la fotografía de un pelinegro; que había dejado
para él como herencia de su padre. Y cuando se había quedado por completo solo, a
penas dándole espacio a sus dolores por las profundas incertidumbres, no vio porqué no
buscarlo.
Porqué no buscarlos, más bien, cuando se enteró que eran dos, contando a la madre del
niño.
Y salir a investigar sobre la vida de la familia real de su padre infiel, que incluía la
existencia de un hermano suyo. Un hermano mayor. Un Hyung.2
Jungkook se pasó las manos por el cabello, se incorporó de apoyar las manos en el
lavabo, y apagó la luz del cuarto de baño para salir.
Escuchar aquella historia había sido tan impactante como para el chico contarla. A
Jungkook se le había hecho difícil de creer que una vez Dong Yul había contactado a su
madre, y después de todas las sorpresas se enterara de la situación que vivía ella, ambos
conformaran un complot para ir en su búsqueda. Era sorprendente que su madre, a
penas enterándose de que su marido había tenido una segunda familia en Seúl, le diera
un hogar a ese "hijo bastardo" y cuidara de él a partir de ahí. Todo era demasiado
increíble.
Incluso que él, después de enterarse, ni siquiera hubiera logrado enfadarse. ¿Eso de qué
le habría servido? Tenía la madurez suficiente para saber que nada de eso era culpa de
Dong Yul. Ambos coincidían en el hecho de que querían una familia. Y bueno, aunque su
padre fuera ahora un infiel no podían negar que, de alguna forma, tenían la misma
sangre. Estaban emparentados.
Sonrió mientras entró al cuarto, y cerró la puerta lento queriendo reír. ¡Que extrañas
vueltas daba la vida! Ahora en su teléfono reposaban dos contactos nuevos, uno de su
madre y otro de su hermano, y era el doble de extraño que eso le alegrara. Ahora tenía
una familia, de nuevo.50
Miró a su novio dormir como el bebé que era antes de recostarse a su lado.
Aunque intentó ser cauteloso, algo debió haber hecho mal. Porque al dejar caer su
cuerpo en el colchón, Taehyung comenzó a moverse y a gruñir como gatito.3
Fanfic
Jungkook entonces se quedó muy quieto, sin saber qué hacer. Solo esperando. Confirmó
que el chico estaba despierto cuando sintió su mano recorrerle el brazo e instalarse en su
abdomen.
—Estás en casa...
Taehyung volvió a gruñir, y se removió en la cama hasta que se acercó más a él. No se
sintió con la fuerza suficiente para montarse en su pecho, así que solo se quedó así.
Jungkook, notando su nueva cercanía, se recostó a su costado para así quedar de frente
hacia el hombre. Tomó de nuevo una de sus manos y la entrelazó con una suya,
alcanzando con la otra el resto de la mantita de patitos para arroparse bien con
Taehyung.
Pensó que ya simplemente dormirían, pero ese no parecía ser el plan de Taehyung.
Jungkook lo miró en la oscuridad, hablando con sus ojitos cerrados, y sintió profunda
calma instalarse en su pecho. ¿Cómo era posible?
—Me fue realmente bien. —respondió, sin cerrar sus ojos. —Al principio todo fue muy
tenso. Mi madre estuvo a punto de echarme. Pero después terminamos abrazándonos.
—Eso suena como una locura. —comentó, tomándose su tiempo para imaginarlo. —
¿Pudieron hablar? ¿Ella quiso arreglar las cosas?
Fanfic
Jungkook, siendo transportado a sus recuerdos, esbozó una sonrisa. —Sí. Pudimos
hablar, cuando logramos estar lo suficientemente cómodos. —Jungkook lo miró fijo un
par de segundos y entrecerró los ojos. —¿Estás seguro que quieres que te cuente ahora?
¿No vas a dormir?
—He estado durmiendo de a diez, quince minutos durante toda la noche. —comentó.
—¿Por qué? —preguntó Jungkook, acariciando la mano contraria con el dedo pulgar.
Taehyng bostezó.
—Mmm... —musitó. —Porque tal parece que incluso mi cabeza cansada espera por tí. —
dijo. Entonces sonrió. —Me da la impresión de que está condenándome a dormir mal si
no estás conmigo.78
El pelinegro rio corto por sus palabras, sintiendo su corazón latir cálido, y se acercó más
a él. Sus manos permanecieron unidas entre ellos.
—No, porque igual dormiré intranquilo sin saber cómo te fue. —respondió Taehyung. —
Hoy fue un día importante, así que necesito que me cuentes.
Taehyung solo suspiró. —No es la gran cosa. Tiene una linda lápida. Recé un poco y
agradecí. Todo salió bien. —había algo en su forma de hablar que le hacía un niño
mimado. —Ahora sí cuéntame.30
Y Taehyung, tan concentrado como quien lee e intenta comprender un libro pesado de
filosofía, fue perdiendo el sueño, y se sumergió más en las palabras de Jungkook. Se
sorprendió cuando supo la historia de Dong Yul, y se emocionó, conmoviéndose, al
saber que todo había terminado bien y que, prácticamente, ahora Jungkook tenía un
hermano.
—Dios. —a penas logró exclamar, cuando Jungkook terminó. —¡Es una completa locura!
¡No puede ser!
—¿Estarán en contacto?
Jungkook entonces lo miró, con vivo cariño. Alegre a la inocencia de su novio. Ajeno a
sus pensamientos.
—¿Crees que podría invitarlos? —preguntó, con un cosquilleo en su estómago por saber
lo que Taehyung aún no sabía. —¿A qué podría invitarlos?6
Taehyung, por su lado, no captando nada extraño, habló, aún enfocado a la situación.33
Fanfic
—¡No tiene que ser una gran cosa! —le dijo. —Puedes, como, invitarlos a un almuerzo, o
a ver una película, ¡o para hacerles un tour por Seúl!
Planteó uno.
—¿Y si los invito a una boda? —preguntó, sereno. Contrastando por completo al
desastre eufórico que se le desató por dentro.392
—¿Quienes van a casarse? ¿Ha llegado una invitación? ¿Quizá son Yoongi y Namjoon?
—el chico soltó un respingo, y comenzó a mover a Jungkook de su hombro— ¿La
tienes? ¿La tienes?68
Y lo sabía. Felizmente.
Fanfic
Taehyung, ahora mucho más que desconcertado, miró fijo a Jungkook y enarcó una ceja.
Todo después de recibir sus besitos, claro.
—¿A qué pretendes jugar, Jeon? —preguntó, casi cruzándose de brazos. —¿No vas a
decirme?
—Jungk-
Y lo besó de nuevo.
El mencionado rio mucho más fuerte, y acarició su nariz contra la ajena. Amando
demasiado su cercanía. Amando jugar con él y verlo tan precioso bajo él.7
—Voy a ser sincero. —musitó entonces, hablándole así, casi pegado a sus labios.
Taehyung sintió gracias a eso como cada poro de su cuerpo se erizaba, pero no dijo
nada, y se limitó a escuchar. —Taehyung, yo...
—Amo despertar contigo todos los días. —comentó Jungkook. Comenzando. —Amo ver
tu cabello desordenado sobre mi pecho. Amo verte corretear en la cocina persiguiendo a
los gatos en tu intento de hacerlos comer. —Taehyung, ahora mucho más rojo que
antes, rio a sus adentros, haciéndose la imagen mental de sus gatitos traviesos y
desobedientes. ¿A qué venía todo esto? —Amo verte moldear cerámica en tu estudio
antes de irme a trabajar. Aunque odio lo sucio que terminas y lo difícil que puede llegar a
ser lavarte cuando dejas que se seque demasiado. —el chico carcajeó. —Pero amo el
arte que eres, y el arte que haces. Amo todo lo que he llegado a conocer de tí. Y sé que
lo haré por el resto de mi vida, estemos o no juntos. —musitó, percibiendo un temblor
naciente en su voz. Mierda. Él iba a hacerlo. Él en verdad iba a hacerlo. —Estuvimos
separados durante dos años, y, aunque sé que es muy pronto, ¿qué tanto tenemos que
esperar? Este camino, que estoy construyendo contigo, solo llegará allí eventualmente.
¿Entonces cuál es la diferencia? Eso no lo hará más o menos importante. Porque mi amor
por tí no cambiará, lo hagamos o no lo hagamos. —entonces se acercó a sus labios.
Taehyung, para ese momento, solo pudo abrir mucho los ojos. Ahora entendiendo.
Entendiendo hacia donde iba, y siendo preso de un nuevo pulso violento en su
pecho. No puede ser. —Pero si existe una forma más, en el mundo, de declararle a todo
mi amor por tí, y mi deseo de vivir por tí, lo tomaré a ciegas.222
Kim Taehyung tembló bajo él, sintiendo sus ojos aguarse. Dios mío. Dios mío. Se le iba a
salir el corazón del pecho. Él jodidamente iba a morirse. No puede ser. No puede ser.
¿Él va a... ?
—Cásate conmigo.501
Pero no había nada de silencioso en la manera en la que los corazones de Kim Taehyung
y Jeon Jungkook latían.1
Fanfic
Aquellos golpeteos llenaron el ambiente, y hablaron por los hombres que quedaron más
que estáticos frente al otro. Uno por la propuesta que acababa de hacer —que aún no
creía del todo que había acabado de hacer— y el otro por la propuesta que recibía y el
caos interno que eso había provocado.
Taehyung logró ser el primero en arreglárselas para hablar. Jungkook, todo perplejo y
pasmado, solo lo miró.
—Oh dios mío. —fue lo que pudo decir, casi sin aliento. —¡Oh dios mío! ¿T-tú...? ¿T-tú...
quieres casarte conmigo?102
Le parecía que había escuchado eso antes, también. Claro que lo había hecho.
Y eso solo le hizo reír con más fuerza. Dios. Taehyung lo volvía un desastre. Siempre lo
había vuelto un desastre.
Pero, bien. Si él había sacado esa carta —aunque no de manera intencional, ya que el
chico estaba tan perplejo como si a él le hubiera salido un cuerno gigante de unicornio o
algo parecido.— y jugaba con ella, él respondería de la misma manera que en ese
entonces.
—¿Qué? ¿Quieres palmaditas en el ego? —preguntó, con arrogancia. Tono que no duró
mas de pocos segundos. —Si lo dije, mejillitas, es porque así es.212
Kim Taehyung sintió que se moría, él en verdad sintió que su corazón iba a detenerse.
—¡Para!
Fanfic
—TaeTae. —rió.
—¡C-cállate!
El pelinegro acarició su nariz contra la del castaño, y le dejó un corto beso en la punta.
Que se encontraba rojita, como todo su rostro hasta el cuero cabelludo.
—Cállame. —respondió. Mucho más que divertido por poder fastidiar tanto a
Taehyung.40
Pero el contrario, realmente vuelto un desastre, solo exhaló entrecortado, con las
lágrimas a punto de salir.
—¡Tú un tonto triple! —exclamó, y lloriqueó. —¡Claro que voy a casarme contigo!305
Le besó el pucherito a Taehyung. Una y otra vez, riendo. Lleno de felicidad. Explotando
en miles de colores. Agradecido con la vida y sus vueltas. Agradecido con sus heridas.
Agradecido con quien era. Y por todo lo que venía.6
Y como un loco, no pudo evitar sacarle la ropa a aquel hombre de cabello largo para
besarlo en todos lados. Para decirle que lo amaba hasta el cansancio.
[FIN]
.
.
.
.
.
Taehyung abrió mucho los ojos, y tartamudeando, solo respondió: —Nada en particular.
Jungkook no podía estar más incrédulo. —No me mientas. Somos tú y yo, ¿verdad?4
Taehyung tenía escrito que "sí" en la frente. Pero conociendo su orgullo, ¿alguna vez lo
diría?
—¡N-no!
—¡No me mientas!
—¡No te miento!
—¡JEON JUNGKOOK!
Fanfic
Epílogo
—¿Por qué mierda hiciste eso?
Cuando Kim Taehyung sintió a su esposo irrumpir así en su estudio dejando caer las
llaves del auto sobre una de las mesas sin una pizca de amabilidad, sólo se incorporó,
con las manos y su delantal lleno de pintura, y se cruzó de brazos mirándolo fijo. Él era el
amor de su vida, sí. Tenía suerte de poder decirlo. Pero a veces era el insoportable amor
de su vida.197
—¡Dejaste que se fuera sola! ¿No te pedí que la acompañaras? —alegó. Y entonces
Taehyung supo por fin a lo que se refería. Respiró profundo. ¿En serio?2
Era que su suegra, Jeon Sa Rang, había venido de visita aquel día a Namsan. Todo había
salido bien. Jungkook se había ido un poco más temprano por una reunión del trabajo,
pero ni siquieea eso les había perturbado. Taehyung se llevaba bien con la mujer.9
Pero tal parecía que, después de eso, no había sido suficiente de parte de Taehyung el
acompañarla a tomar un taxi que la llevara a la estación de trenes para que volviera a
casa. Sabía sólo Dios qué había de malo en eso.
Fanfic
Su ceño, inevitablemente se frunció. ¿Era por eso que Jungkook estaba tan enojado? ¿De
verdad?
—La acompañé. Claro que la acompañé. —exclamó, dejando su expresión seria. —¿A
caso ella se molestó?
—Pensé que estaba bien. Y, bueno, ¡sigo pensándolo! —dijo, en su defensa. —¿Cuál es
el problema con que la haya dejado en el taxi? Pedí uno especialmente para ella. ¿Qué
hay de malo en todo esto?
—¡Que ella no se hace más joven, Kim! —y allí estaba él, llamándolo por su apellido.
¿Tan enojado estaba? Bien. Que se llamaran por sus apellidos entonces. —No podemos
solo dejarla sola cuando viene, ¡mucho menos cuando Dong Yul no está! ¡Tú siempre me
hiciste llevar a tu padre hasta su casa! ¡Pensé que lo entenderías!65
—Pero. —espetó Taehyung, ahora molestándose también. —Mi padre vive a veinte
minutos de aquí, sabes. Tu madre vive a horas, por elección suya, porque no quiso
mudarse a Seúl. ¿Querías que la llevara hasta su casa, también? ¡No puedo dejar la
galería en el día, lo sabes! Además, el auto lo tienes tú. Yo no puedo-
Fanfic
—¿Qué a caso es una niña pequeña que se perderá en la estación? —protestó, alzando
un poco más su voz. —No subestimes a tu madre. ¡Y si no he aprendido a manejar, es
porque no quiero! Es peligroso.43
—¡No es una niña pequeña, y no la subestimo! ¡Ella no conoce Seúl, Taehyung! Puede
perderse sólo saliendo de esta casa.
—¡Cómo! Si ni siquiera los turistas se pierden con tanta facilidad. Hay avisos en todas
partes.
—¿Por qué eres tan cabeza dura, Kim? Realmente, ¿piensas que lo que hiciste está
bien?90
El mencionado cerró sus ojos y respiró profundo, realmente esperando para calmarse y
no alterarse más.
—¿Qué es ese tono que utilizas conmigo? —cuestionó entonces, abriendo los ojos. —¡El
cabeza dura eres tú al pensar que quise ser descuidado! ¡Está bien, que quizás no haya
sido de mis mejores desiciones! ¡Pero yo no sé qué tanta excentricidad te pasa por la
cabeza, Jeon! No pensé que fuera un problema.5
Taehyung frunció su ceño de golpe. El aire que entró a sus pulmones pareció quemarle
por dentro. —Jeon Jungkook, de verdad voy a-
Fanfic
Su voz se vio interrumpida por el tono del móvil del pelinegro. La pareja se sumió en
silencio, dentro de aquel estudio que le era fiel a Taehyung desde que lo había
comprado junto a su apartamento hace ya, ¿seis años, casi? Y era ahora el hogar de
ambos, después de casados.13
El cuadro con la fotografía de ambos, recostados en la playa con sus trajes llenos de
arena después de su boda, lo confirmó mientras reposaba en la pared tras Jungkook.
Taehyung le dio un corto vistazo antes de mirar de nuevo a su esposo, que lo miraba
también con el celular en su mano. Como sopesando si debía contestar o no.12
Taehyung, suspirando otra vez con más fuerza, se abrazó a sí mismo y desvió la mirada
para responderle.
—Claro. Contesta. Eso es más importante. —espetó, claramente irónico y aún enfadado.6
Jungkook, frente a él, cerró sus ojos, como conteniéndose de responder, para ponerle
más atención al teléfono y ver de quién se trataba.
Y entonces contestó.
—¿Sí, diga?
Taehyung torció la boca, y soltando los brazos de golpe, se dispuso a recoger sus
materiales para solo, terminar después. Su plato de cerámica no podría esperarlo para
decorarlo por completo, pero ahora tenía que ocuparse de Jungkook y su lindo y
precioso comportamiento.
Qué linda manera de darse la bievenida a casa después de horas de no verse, ¿eh?
—¿Es en serio?
Fanfic
Oyó sin realmente escuchar la conversación de su esposo, y recogió todo con rapidez.
Cuando dejaba los tarros de pintura en sus cajones correspondientes, fue que puso
atención.
Fue inevitable.
Entonces todas, y cada una de las emociones contenidas en Taehyung le hicieron pegar
un brinco. ¿Cómo? ¿Qué?
Y toda aquella corriente le llevó hacia Jungkook y él, tomando una desición juntos hacía
unos meses. Todo había partido desde allí.
Daba un poco de miedo admirirlo. Pero lo que habían decidido, finalmente, después de
años solos, era la de...
Una de verdad.
Primero habían llenado una solicitud, lleno de datos suyos —algunos un poco salidos de
tono— no especificando si querían algún género en particular. Ellos sólo querían un
bebé. No importaba si era una.
Meses después, personas capacitadas para el bienestar de los infantes habían visitado su
casa con frecuencia. Mirando sin un poco de vergüenza cada rincón del lugar. Para ese
tiempo, Taehyung se había agradecido profundamente que Jungkook prácticamente lo
forzara a mantener el apartamento limpio y ordenado. Sabía que eso daba más puntos a
su favor.
Y después de todo eso, solo se habían quedado esperando. No podían hacer más.
Pero entonces ahora, en aquel presente, con Jungkook tomando aquella llamada, ¿traía
al fin el desenlace de todo aquel martirio?
Kim Taehyung, con su corazón tenso y nervioso, se acercó a su esposo con los ojos muy
abiertos, y escuchó atento lo que podía. Rezando interiormente. Prácticamente rogando.
—Claro, ¡claro que sí, es perfecto! —oyó que Jungkook respondía. —¡Mañana temprano
iremos por ella! —exclamó, con sus ojos, que antes habían estado turbios, ahora llenos
de estrellas. —¡Muchas gracias, Señor Song! ¡Muchas gracias, en verdad!59
Jeon Jungkook alejó el móvil de su oreja con cautela, como su todo fuera mentira, y dejó
que su boca simplemente se abriera.
Taehyung, abriendo más sus ojos y alzando sus cejas, balbuceó un poco antes de lograr
organizar su boca.
Fanfic
—¿Q-qué te han dicho? —preguntó, y se tomó las manos, ahora frías, para frotarlas en
medio de sus nervios. —¿Qué es, qué es? ¿Te han llamado del Centro, verdad? ¿Verdad?
Jungkook, negando con la cabeza, estalló en una carcajada que le iluminó el rostro.
Entonces se dispuso a dar la gran noticia.
El castaño, asimilando lento lo que decía, se sobresaltó fuerte y sonrió a la par de sus
ojos aguándose. Oh dios mío. Que lo pellizcaran. Que jodidamente lo pellizcaran. No le
dio tiempo de cohibirse cuando vio que Jungkook le seguía.
—Tenemos una niña... —repitió, bajito, como necesitando decirlo. —¡TENEMOS UNA
NIÑA! —Y con ese grito eufórico, se lanzó a abrazar a Jungkook. El cual le recibió riendo,
y temblando, tan emocionado que se asustaba.33
Los dos amantes se apretaron contra el otro, riendo como tontos. Deshaciendo la
distancia que hacía un rato, los había envuelto con crueldad.
Taehyung, riendo en su cuello, entonces se alejó para mirarlo, feliz de una manera
completamente inmensa e inexplicable, y le acunó el rostro. Los dos se miraron fijo, con
diminutos brillitos en sus ojos.
—Gracias por estar conmigo. —musitó el castaño, con pequeñas perlas salinas bajando
por sus mejillas. Sintiéndose fuerte, muy fuerte y seguro sólo por sostener a su esposo de
esa manera.10
Fanfic
Jungkook volvió a cerrar y apretar los ojos para no llorar. Y al lograr desviar las lágrimas,
los abrió y, como primer instinto acercó su rostro para juntar sus frentes.
Miró fijo a Taehyung, el amor de su vida, el a veces insoportable amor de su vida, pero
que amaba tanto, y no pudo verse haciendo esto mismo con cualquier otra persona en
el mundo. Él. Sólo podía ser él.11
—Te amo. —respondió entonces, mirando al castaño fijo a sus ojos. Queriendo besarle
toda esa carita hermosa que tenía. Y sólo, treparse por su cuerpo y abrazarlo el resto del
día.
Ambos rieron.
—Te amo, te amo. —repitió Jungkook, acunándole las mejillas que comenzaban a
enrojecerse y adorando sentirlo así, cerquita. Igual que siempre. Igual que el primer
día.28
Y juntaron así sus labios, con la parsimonía que solo un amor bien conservado otorgaba,
y se dejaron llevar por la felicidad que compartían.
Entonces el problema que los había puesto a discutir hacía unos momentos ya no era
importante. Nunca eran importantes, después de todo.
Siempre se daban cuenta tarde de eso. Era algo en lo que necesitaban trabajar, ya que
siempre tetminaban volviendo al otro cuando hasta sus orgullos lloriqueaban por tenerse
lejos.
Todo cambiaría.
Se besaron sin parar, riendo, llorando, y pensando en todas las cosas que querían
comprarle a su nueva bebé, de escasos 9 meses. –según había escuchado Jungkook en el
teléfono.— Parlotearon como niños sobre todos los nuevos detalles, con profundo añoro
en sus corazones.
Aquellos dos que comenzaron odiándose, ahora preparándose para ser padres. Para el
universo era la más tierna broma hecha realidad.5
Taehyung había visto muchos tutoriales sobre cómo hacer la papilla perfecta.71
Lo sabían.
Para su pequeña.
Fanfic
Para su hija.
Y para ellos.68
Siempre.
Fanfic
Capítulo extra
Viajando entre sueños, el joven castaño se sintió flotar en arena, como si esta fuera solo
pompas doradas de algodón. Una tenue melodía conocida se deslizó por su cuerpo,
arropándolo con sensaciones amenas y unas manos cálidas rodeando su cintura. El sol
de atardecer le acarició las pieles, y la brisa marina revolcó su cabello trayendo en sí el
aroma a sal y algo exquisito y desconocido.
Los recuerdos lo llevaron así al día en que más pleno su corazón se había sentido. Todo
ameno. Sin agites, sin presiones, sin preocupaciones. Sólo fluyendo entre aquel hermoso
día, con el cielo coloreado sobre su cabeza en pincelazos naranjas, mientras el sol se
acercaba para besar el mar y darle las buenas noches. El día perfecto.
El día ideal.
Tras ellos dos, que yacían abrazados entrelazados de piernas uno frente al otro, con la
cabeza del pelinegro Jeon Jungkook descansando en su hombro, se escuchó el vals lento
que más allá tocaban en la fiesta. Su fiesta. La fiesta por su boda.1
Fanfic
Pero eso no los distrajo de permanecer así, cerquita contra el otro junto al mar. Ya
habían estado posando para innumerables fotos ese día, los habían saludado a todos y
habían permanecido en la multitud por varias horas. Era tiempo para ellos, finalmente.
Y en definitiva, esta era la mejor forma. Con el mar delante de ellos, la arena
escabulléndose por todos sus rincones y la cálida brisa abrazándolos. Parecía un sueño.
Bueno, en ese momento había parecido un sueño. Ahora, dormido junto al mismo
hombre, nueve años después, sí era un sueño real.152
Fue incapaz de removerse en su cama por algo que lo postraba hacia el colchón. Un
ruido lejano, chillón, que comenzaba a mover un poco el peso que tenía encima
desvaneció la brisa que le hacía cosquillas junto a los repetidos besos que Jungkook
había dejado en su cuello aquella velada, y lo hizo más lúcido.
Entonces arrugó su carita con malestar. No... Él quería pertenecer al mundo de Morfeo
por un instante más. No quería despertarse.
Pero entonces el ruido fue más fuerte, como obligándolo a escucharlo, y comenzó a
despertarlo, junto al contraste de un toque pequeño y frío en su mejilla. Se forzó así a
abrir los ojos con pesadez, sintiendo de forma más intensa el peso que descansaba sobre
él,—los exactamente 61 kilos de peso—los ligeros ronquiditos junto a su oreja, y tardó en
orientarse al presente.
Su mirada se aclaró lento por culpa de la luz del techo, amortiguada por una melena
negra, y larga, que le hacía cosquillas en la nariz. Y entonces pudo enfocarse.
Las pequeñas manitos de su carita se alejaron al ver que estaba consciente, por fin. Y la
dueña de las extremidades torció la boca —justo como él solía hacerlo— con molestia, y
se cruzó de brazos, de pie frente a él. 64
Fanfic
—¿Por qué tardas tanto en despertar? —preguntó la presencia, que tomando orden en
la cabeza de Taehyung se volvió a una pequeña niña de cuatro años de edad, pero con
un alma anciana, realmente anciana, como la de su padre.
—¿Yeri? —musitó entonces Tae, con la voz ronca y somnolienta. La pelinegra frente a él
no deshizo su mohín, y sólo lo reforzó en un puchero. —¿Qué haces despierta tan
temprano? ¿Por qué estás tan fría?46
—¡Me bañé sola! —riñó, en un chillido. —No necesité de la ayuda de nadie. Tete, ¿por
qué duermen tanto?138
Quiso reír, pero se contuvo. El cuerpo de su esposo encima lo dejaría sin aire, y si Yeri lo
oía reírse de ella era hombre muerto.7
Ladeó la cabeza, aún conectado a Yeri a sus pequeños ojitos cafés y se mordió el interior
de la mejilla. A la Yeri que, a sus cuatro años, tenía todos sus dientes de leche en muy
buen, hablaba sin arrastrar las palabras, pronunciaba bien, podía hasta ducharse sola, y
dudó de inmediato.5
Fanfic
Quizás sólo eran unos muy buenos pésimos padres. De alguna manera que eso tuviera
sentido.
Porque Jeon Yeri había heredado, como una de las primeras cosas de sus padres, una
capacidad innata para discutir. Y ellos no habían hecho nada para detenerlo. No sabían
cómo, exactamente.1
Incluso divertido.
Porque ese mismo comportamiento solo los dejaba fascinados con la criatura. Como
Taehyung aquella mañana, que ya acostumbrado a los sábados en los que recibía
aquella mirada molesta al despertar, era incapaz de ser ajeno a la conmoción por el brillo
de sus orbes que, gracias a su ceño fruncido, enmascaraba su tierno y mimoso deseo de
atención.
—Dulzura. —le musitó. La pelinegra lo miró con un brillo más prominente en su mirada
por el mote tierno, pero no deshizo su expresión seria. —¿Puedes esperar por tu
desayuno sentada en el sofá de la sala? Despertaré a Jungkook e iré.
Yeri, permaneciendo de bracitos cruzados, torció la boca —lo cual se vio más como un
puchero— y sin responder nada, se incorporó y caminó hasta salir del cuarto.
Taehyung, suspirando al verla irse, puso sus manos en la espalda del hombre y subió
hasta su cabeza para acunarla, y prepararse para despertarlo.
El pelinegro volvió a removerse, entonces, y murmuró algo inteligible que solo le dejó
saber que parecía un caso perdido.
—Papi... —murmuró, inclinando como pudo la cabeza para que su voz chocara contra su
orejita. Con el tono que con los años se había vuelto natural en él. Mimoso. Tierno. Ya
tenía experiencia.138
—¿Sí, bebé? —recibió en respuesta, con una voz ronca y muy grave.1
O no quería.
Jungkook iba a protestar por el cambio en Taehyung, claro que lo haría. Pero el resto de
sus palabras desviaron su atención.
—¿Yeri? —preguntó, parpadeando con pesadez. —No es raro que esté enojada. Lo está
desde ayer, que tardamos en recogerla en el jardín. ¿Qué hora es?54
Taehyung miró a su esposo a los ojos, y torció la boca. Síp, lo había olvidado. El día
anterior Taehyung había tenido que cruzar la ciudad para revisar la cuarta galería que a
su nombre abría en Seúl, y Jungkook había estado en su oficina hasta tarde.
Inevitablemente, tardaron. Se sentía terrible por eso.38
Entonces se volvió a mirar el pequeño reloj en la mesita de noche junto a la cama, y con
el sol cruzando las cortinas de gatitos —la de ositos era utilizada ahora por Yeri en su
cuarto— dio con la hora.2
—¿Y dice que dormimos mucho? —aquejó Jungkook, en un gruñido. Juntó la frente con
su esposo. —Es sábado.
El castaño rio.
Jungkook miró a Taehyung a los ojos, a sus bellos ojos avellana, y suspiró, acercándose
para rozar y acariciar sus narices.
—Está bien, per-... ngh... —la voz de Taehyung se desvaneció en un gemido bajito
cuando el pelinegro se fue hasta su oreja y lo mordió. —J-jungkook...
El castaño, un poco más sonrojado, jadeó sintiendo su propia erección presionar contra
el abdomen del contrario. Agh, como quería ser el bebito de Jungkook ahora y ser
follado.
—Jungkook, Yeri espera por su desayuno. —musitó, casi en siseos. —Tengo que ir ya, tu
te tardarás demasiado en levantarte.
—Por eso.
—¿"Eso"?
—Ah, ¿esto? —preguntó Jungkook, sonriente como el imbécil que era, y con su erección
palpitante se metió rápido entre las piernas de su esposo y fingió una embestida que le
arrebató un quejido agudo al receptor.92
Fanfic
—¿Ah, sí?
—Jungkook.
El castaño, siendo llamado por su apellido de casado, sonrió con timidez. —Igualmente,
Señor Jeon. —musitó, con una armonía cálida en su pecho. —Ahora déjame salir de la
cama, o Yeri volverá y personalmente nos levantará.3
Jungkook volvió a reír, y más que agusto con la forma que era su vida, sólo se apartó y
vio a su esposo levantarse, con su cabello alborotado, encaminándose hacia fuera y su
hija.
Entonces suspiró.
[♦♦♦]
Cuando Jungkook cruzó por la puerta, junto a su amigo Namjoon —ese día de visita
junto a su esposo Yoongi, desde Daegu— con las manos llenas de bolsas con las
compras para la cena de aquella noche, lo primero que pudo hacer fue abrir mucho sus
ojos, y desconcertarse.86
Fanfic
Porque Min Yoongi estaba mirándolo fijo, con rabia viva en sus ojos desde su sala de
estar.
Namjoon, a su lado, con su cabello oscuro peinado hacia adelante como un chico de
secundaria, solo abrió su boca, cerrando la puerta tras él.
El pelimarrón, enojado hasta el fondo de sus huesos, se cruzó de brazos y suspiró con
pesadez.
Sus mejillas rojas acapararon la vista en el cuarto. A excepción de Yeri, que seguía
coloreando.
—¿Y-yo?
—Yeri.
—Tío. —corrigió, entre dientes. —Soy tu tío. Dile a Jungkook lo que me dijiste.
—Y-Yeri, no.
Jungkook se pasmó.
—¿Qué es lo que tiene de malo? —cuestionó, reanudando su caminata para dejar los
víveres en la cocina. —"Googie" es su padre, ¿no? Es normal.
Yoongi inhaló con fuerza y negó con la cabeza. Entonces de nuevo se dirigió a la
pequeña.
Que lástima.
—Porque Tete llama a Googie así. —comentó la pequeña, aún coloreando, inocente de
todos los males del mundo. Menos del mal que suponía que sus padres llegaran tarde a
recogerla o que no le dieran sus mimos. —Y quiero ser como Tete.273
Fanfic
Ni Taehyung ni Jungkook tuvieron algo que comentar. ¿Qué podían decir que los salvara
ahora?
Pero todo fue amortiguado cuando Kim Namjoon no lo soportó, y estalló en risotadas.10
Él esperó que todo estuviera bien después de eso. Y lo estaría. Siempre lo estaba.
Incluso fetiches, juegos de poder e incesantes discusiones, en esa familia tan particular.
FIN