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Desarrollo:
Es preciso indicar que, con la puesta en vigencia del Código Procesal Penal, Decreto
Legislativo N°957, se introduce la figura jurídica procesal de la condena del
absuelto, decimos se introduce porque la norma procesal anterior, como fue la Ley
N°9024 conocida como el Código de Procedimientos Penales de 1940, no la
contemplaba. Esto se aplicaba, hasta antes de la reforma, en aquellos procesos
donde una persona en primera instancia fue absuelta, en segunda instancia fue
condenada y solo ahí podía recurrir a dicha sentencia mediante el recurso de
casación. Aunado a ello el Tribunal Constitucional, también se habría pronunciado
señalando que ello lesiona el derecho a la pluralidad de instancia; no obstante, no
había una modificatoria por parte del legislador.
Debido a que, al ser el recurso de casación de naturaleza extraordinaria, recortaba
que todo justiciable tenga derecho a la pluralidad de instancias, a la revisión de
forma integral. Ha generado que la Corte Suprema se pronuncie en diferentes
casaciones con respecto a su aplicación, pues se vulnera el derecho de pluralidad
de instancia del imputado. Es pertinente precisar que nuestro sistema procesal no
contemple el derecho de recurrir la condena del absuelto ante un órgano
jurisdiccional que este facultado a revisar de manera integral la sentencia
condenatoria, si debe ser anulada o no, y corresponderá reponer el proceso al
estado en que emita un nuevo pronunciamiento y, de ser el caso, el órgano judicial
correspondiente sea el que determine realizar un nuevo juicio en el que se debata
nuevamente la responsabilidad del imputado.
Después de la reforma con la Ley N°31592 (octubre 2022) que modificaba los
artículos 419, 423 y 425, ello cambio pues ahora le permitiría a toda persona
condenada en segunda instancia pueda interponer su recurso de apelación (recurso
ordinario) para que el órgano superior jerárquico (corte Suprema) pueda revisar de
manera integral y amplia lo solicitado. Debemos puntualizar que solo se puede
aplicar al proceso penal común, ya que aún no había un modificatorias por los
procesos especiales.
En ese orden de ideas, en nuestro ordenamiento existe el proceso penal común,
donde el imputado puede ser cualquier persona; sin embargo, también existen
Procesos Penales Especiales como el Proceso por razón de la Función Pública,
donde el imputado no es cualquier persona, nisiquiera cualquier funcionario o
servidor público, el imputado es un “aforado”, conforme a la Constitución Política del
Perú en su articulo 99° nos indica que:
“Corresponde a la Comisión Permanente acusar ante el Congreso: al
Presidente de la República; a los representantes a Congreso; a los
Ministros de Estado; a los miembros del Tribunal Constitucional;
a los miembros del Consejo Nacional de la Magistratura; a los
Vocales de la Corte Suprema; a los Fiscales Supremos; al
Defensor del Pueblo y al Contralor General por infracción a la
Constitución y por todo delito que cometan en el ejercicio de sus
funciones y hasta cinco años después de que hayan cesado en éstas”.