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La indemnización por error judicial y las medidas cautelares

personales: la consolidación de una nueva doctrina de parte


de la Corte Suprema
"... La Corte Suprema tuvo un cambio radical doctrina jurisprudencial en este tema
el año 2014, al aceptar que la expresión 'sometido a proceso' no podía restringirse sólo
a una institución específica del sistema inquisitivo antiguo y cubría a imputados en el
nuevo sistema que eran objeto de medidas cautelares personales..."
Viernes, 04 de diciembre de 2015 a las 11:02

Mauricio Duce

Revisando las decisiones de nuestra Corte Suprema del año 2015, me parece que uno de los
aspectos más relevantes a destacar en el área procesal penal producidos en este período ha
sido el asentamiento de una nueva doctrina jurisprudencial respecto a los alcances del
artículo 19 n° 7 letra i) de la Constitución. En esta columna me propongo revisar
brevemente la materia.

Desde la entrada en vigencia del Código Procesal Penal (en adelante el CPP) se generó un
debate intenso en la doctrina y jurisprudencia respecto a los alcances de la cláusula que
regula la denominada “indemnización por error judicial” contemplada en el artículo 19 n° 7
letra i) de la Constitución. Como es conocido por todos, esta norma contempla dos
hipótesis en que dicha regla establece que se hace procedente tal acción. Estas son cuando
la persona hubiera sido (1) “sometida a proceso” o (2) “condenada”. En ambos casos la
regla establece que dicha persona tiene luego haber sido absuelta o sobreseída
definitivamente en cualquier instancia.

El debate se generó a partir de los cambios en el modelo procesal impuestos en el CPP y si


ellos alteraban los alcances de la regla referida a una de las hipótesis, el haber sido
“sometido a proceso”. Por una parte, algunos sostenían que la expresión “sometido a
proceso” debía ser comprendida en un sentido restringido, es decir, como haber sido objeto
de un “auto de procesamiento”, resolución propia del sistema procesal inquisitivo vigente
en nuestro país al momento en que se dictó la Constitución. La consecuencia natural de esta
interpretación era que la hipótesis constitucional desaparecía al no existir en el nuevo
sistema una institución como el auto de procesamiento. Por lo mismo, sólo podrían optar a


 
la declaración establecida en el art. 19 n°7 letra i) las personas condenadas en alguna
instancia y luego absueltas o sobreseídas. Otros, en cambio, sosteníamos que dicha
expresión debía entenderse de una forma más amplia e incluir a toda persona que hubiera
sido objeto de un proceso penal en su contra y en el cual los jueces hubieren adoptado
decisiones injustificadamente erróneas o arbitrarias que le causaren perjuicio, sin necesidad
que existiera una condena. De esta forma, por ejemplo, una persona sometida a una larga
prisión preventiva por decisiones judiciales erradas podía aspirar a una indemnización aún
sin haber sido condenada.

Desde el inicio de puesta en marcha del nuevo sistema procesal penal en el año 2.000 hasta
mediados del año 2014 la Corte Suprema sostuvo como regla que la cláusula “sometido a
proceso” no era aplicable al funcionamiento del nuevo sistema acusatorio ya que éste no
contemplaba una institución equivalente al auto de procesamiento del sistema inquisitivo
antiguo. De esta forma se rechazaron múltiples solicitudes de declaración previa de
indemnización por error judicial de personas que estuvieron privadas de libertad por
decisiones muy discutibles de diversos jueces y que, finalmente, fueron absueltas o
sobreseídas (por ejemplo causa rol nº 5270-2008 de 21 de enero de 2009).

La Corte Suprema tuvo un cambio radical doctrina jurisprudencial en este tema el año 2014
(rol 4921-2014 de 9 de junio de 2014) al aceptar que la expresión “sometido a proceso” no
podía restringirse sólo a una institución específica del sistema inquisitivo antiguo y cubría a
imputados en el nuevo sistema que eran objeto de medidas cautelares personales. La parte
nuclear de su argumento se contuvo en el considerando quinto de la sentencia en donde la
Corte señaló:

“….cabe recordar que el fundamento o ratio legis del derecho a ser indemnizado que
consagra el artículo 19 N° 7 letra i) de la Constitución, es la afectación de la libertad
personal del justiciable, pues el aludido derecho a indemnización forma parte del listado
de “consecuencias” que el citado precepto constitucional deriva del “derecho a la libertad
personal y a la seguridad individual” que asegura “a toda persona”. Consecuencialmente,
la alusión que el artículo 19 N° 7 letra i) de la Constitución efectúa al sometimiento a
proceso obedece precisamente a las generalmente gravosas consecuencias que para la
libertad personal del procesado implica su dictación, ya que salvo los casos de excepción
en que el juez, por mandato o facultad legal, decrete su libertad provisional, el procesado
quedará sujeto a prisión preventiva.

Por tanto, si bien no es discutido que el actual procedimiento penal no contempla una
resolución jurisdiccional que cumpla la función y conlleve los mismos efectos y cargas
procesales para el imputado, que el procesamiento tratado en el artículo 274 del Código
de Procedimiento Penal, no puede preterirse que la medida cautelar de prisión preventiva -
así como las del artículo 155- en el procedimiento regido por el Código Procesal Penal
exige, mutatis mutandi, los mismos extremos materiales del antiguo procesamiento, y
afecta de la misma manera el derecho a la libertad personal del imputado, con lo cual, una
interpretación axiológica, garantista y sistemática debe llevar a concluir que dentro de la
expresión “someter a proceso” utilizada por el artículo 19 N° 7 letra i) de la Constitución
Política de la República, se comprende hoy también, a aquellas resoluciones de los
artículos 140 y 155 del Código Procesal Penal”

 
La Corte complementa estos argumentos en sus considerandos sexto y séptimo señalando:

“SEXTO: Que, por otra parte, el principio de supremacía constitucional, consagrado en el


artículo 6, inciso 1°, de la Constitución impide justificar un debilitamiento del derecho de
jerarquía constitucional a ser indemnizado del citado artículo 19 N° 7 letra i), por el
expediente de un cambio a nivel meramente legal, menos aún si, como arriba se explicó,
éste implica sólo sustituir el contexto e iter procesal en que se dicta la resolución que
afecta el derecho a libertad personal del sujeto de la persecución estatal, con el objeto de
adecuarla a la nueva estructura acusatoria de enjuiciamiento criminal, pero conserva en
idénticos términos los extremos materiales esenciales que hacen procedente su
pronunciamiento, así como la consecuencia más gravosa que le da identidad y relevancia
dentro del proceso, esto es, la privación o restricción de la libertad personal de aquél
contra quien recae.

SÉPTIMO: Que lo que se viene reflexionando está en consonancia con uno de los
principios fundantes del Estado de Derecho, como el responsabilidad estatal, enunciado en
los artículos 6, 7 y 38, inciso 2°, de la Constitución, y en armonía con el derecho
convencional de los tratados internacionales de derechos humanos ratificados por Chile y
vigentes, de obligatoria consideración para el intérprete iusfundamental, por la remisión
que formula el inciso 2º del artículo 5º de nuestra Constitución. Al respecto, el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos dispone, en su artículo 9.5 que toda persona
que haya sido ilegalmente detenida o presa, tendrá el derecho efectivo a obtener
reparación, disposición que importa no sólo un compromiso de los Estados Partes de
respetar y garantizar tal derecho, sino conforme al citado artículo 5, inciso 2°, un deber de
promoción, que se traduce en el deber de optar por aquella interpretación del artículo 19
N° 7 letra i), que mayor y más completa protección brinde al derecho tutelado.”

No obstante este enorme cambio de doctrina, en el caso respectivo rechazó la solicitud al


considerar no se cumplían otros supuestos exigidos por la regla constitucional (básicamente
que la decisión del juez no era injustificadamente errónea o arbitraria).

El año 2015 ha sido la oportunidad en la que la Corte ha tenido oportunidad de asentar esta
nueva doctrina. En el caso rol n° 22.356-2014 de 20 de abril de 2015, la Corte reitera los
mismos argumentos expuestos anteriormente y sostiene la aplicación de la regla
constitucional a los casos en donde ha existido uso de prisión preventiva y medidas
cautelares personales en contra de imputados no condenados, dando una consolidación muy
importante al criterio. Con todo, vuelve a rechazar la solicitud por no cumplimiento de las
otras exigencias de la regla constitucional.

Lo que estaba pendiente entonces era un caso en donde junto con reconocerse el nuevo
criterio asentado en dos fallos se diera lugar a la declaración previa de indemnización por
error judicial. Esto llegó en la causa rol n° 1579-15 de 8 de julio de 2015. Se trata del caso
de don Leonardo General Chavarría quien estuvo en prisión preventiva durante más de tres
meses y a continuación en arresto domiciliario nocturno durante más de nueve meses, luego
de haber sido formalizado por el delito de violación con fuerza o intimidación del artículo
361 N° 1 del Código Penal el día 13 de julio de 2013 ante el Juzgado de Garantía de Los

 
Andes, habiendo sido absuelto con posterioridad ante el Tribunal Oral en lo Penal
respectivo al haberse acreditado que la acusación había sido un montaje de la víctima y su
pareja.

La Corte vuelve a repetir la nueva doctrina dando cuenta que se trata de una línea
jurisprudencial completamente consolidada y, por primera vez, acoge la solicitud
declaración previa de error judicial que habilita al recurrente a demandar la indemnización
de perjuicios por haber estado en prisión preventiva y luego en arresto nocturno
domiciliario en el desarrollo del proceso. La Corte considera que las resoluciones judiciales
respectivas cumplieron el estándar exigido por la regla constitucional ya que estuvieron
desprovistas de elementos de convicción que habilitaron su sustento racional. En efecto, la
Corte considera que los antecedentes invocados por el Ministerio Público no daban cuenta
racionalmente de las conductas imputadas y que frente a ellos la jueza de garantías
“…simplemente expresa de manera vaga y genérica que se halla suficientemente
acreditado el delito, silencio que precisamente se explica por la imposibilidad de construir
tal determinación con los antecedentes que le fueron proporcionados…”, todo esto le
permitió considerar se trata de resoluciones injustificadamente erróneas.

Como se puede apreciar, parece no discutible que en la actualidad personas que han sufrido
privaciones de libertad a título de prisión preventiva o restricciones como consecuencia del
uso de medidas cautelares personales del artículo 155 del CPP tienen derecho a obtener la
declaración previa de la Corte Suprema aún cuando no hayan sido condenados en los casos
respectivos. Esto parece un gran avance en la protección de personas perjudicadas
injustamente en un proceso penal y corrige una jurisprudencia bastante formalista que
imperó durante muchos años.


 

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