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Principios para una reflexión sobre los contenidos de la enseñanza

Autor:
Bourdieu, P.

Karla Valeria Tapia Sánchez

UPN 291

LEP

6to semestre.

Los principios para una reflexión sobre los contenidos de la enseñanza establecidos por la
comisión encabezada por Pierre Bourdieu y François Gros en Francia en 1988 son
fundamentales para mejorar la coherencia y la relevancia de lo que se enseña. Estos principios
se basan en la necesidad de revisar periódicamente los programas de estudio para incorporar
los avances científicos y los cambios sociales, así como en la importancia de privilegiar la
enseñanza de modos de pensamiento fundamentales sobre la mera transmisión de
conocimientos.

El primer principio destaca la importancia de revisar regularmente los programas de estudio para
incorporar nuevos conocimientos, manteniendo un equilibrio entre la profundidad y la extensión
de los mismos. Se enfatiza la necesidad de promover métodos activos de aprendizaje y de
evaluación que fomenten la creatividad y el pensamiento crítico.

El segundo principio subraya la importancia de privilegiar la enseñanza de modos de


pensamiento fundamentales, como el pensamiento deductivo, experimental e histórico, y de
garantizar la asimilación reflexiva y crítica de los mismos. Se propone también dar importancia a
la enseñanza de técnicas de trabajo intelectual, como el uso del diccionario, la investigación
documental y el uso de herramientas informáticas.

El tercer principio aboga por la flexibilidad y apertura de los programas de estudio, que deben
ser progresivos y coherentes, y cuya elaboración debe contar con la colaboración de los
profesores. Se destaca la importancia de definir claramente los objetivos y contenidos de cada
nivel de enseñanza y de prever repeticiones necesarias para asegurar la asimilación de
conocimientos fundamentales.

El cuarto principio resalta la necesidad de conciliar la exigibilidad y la transmisibilidad de los


contenidos, evitando la transmisión prematura de conocimientos y asegurando que los cambios
en los programas se realicen después de un trabajo de experimentación y formación de los
profesores.

El quinto principio propone diversificar las formas de enseñanza y adaptar los contenidos a las
necesidades y capacidades de los alumnos, privilegiando la asimilación efectiva de
conocimientos sobre la acumulación teórica. Se sugiere también introducir nuevas formas de
enseñanza, como el trabajo dirigido y la enseñanza colectiva, y aprovechar los recursos
disponibles de manera más flexible e intensiva.
El Sexto Principio enfatiza la importancia de fortalecer la coherencia de la enseñanza mediante
la colaboración entre profesores de diferentes especialidades y la revisión de las divisiones
disciplinarias. Se propone favorecer los contenidos desarrollados en común por profesores de
diversas áreas y repensar las divisiones en disciplinas para promover una integración más fluida
del conocimiento.

Una manera de lograr esto es mediante reuniones de trabajo entre profesores para intercambiar
información sobre contenidos y métodos de enseñanza. Se busca enriquecer, diversificar y
extender la tarea docente más allá de los límites de una especialidad específica, promoviendo
la enseñanza en común. Se sugiere que los profesores puedan dedicar parte de su tiempo a la
coordinación y organización de estas actividades, lo que incluiría la reproducción de
documentos, la transmisión de información, entre otras tareas.

Además, se propone que las sesiones de enseñanza que involucren a profesores de diferentes
especialidades tengan el mismo valor que los cursos regulares. Estas sesiones estarían dirigidas
a alumnos agrupados según sus aptitudes o intereses comunes en temas específicos. Se busca
introducir una diversidad de formas pedagógicas y contenido interdisciplinario, manteniendo la
coherencia y especificidad de cada área de conocimiento.

El Séptimo Principio aboga por la búsqueda de un equilibrio y la integración entre diferentes


especialidades y formas de excelencia. Se destaca la importancia de conciliar el universalismo

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inherente al pensamiento científico con el relativismo presente en las ciencias históricas. Se
busca reducir la oposición entre lo teórico y lo técnico, lo formal y lo concreto, lo puro y lo
aplicado, reintegrando la técnica dentro de las enseñanzas fundamentales.

En resumen, estos principios apuntan a promover una enseñanza más integrada y flexible, que
fomente la colaboración entre profesores de distintas disciplinas y que busque un equilibrio entre
los distintos enfoques de aprendizaje, desde lo conceptual hasta lo práctico, para brindar una
educación más completa y coherente.

Estos principios sugieren que los profesores deberían trabajar juntos más seguido, compartiendo
ideas y métodos de enseñanza. Por ejemplo, un profesor de matemáticas podría colaborar con
un profesor de historia para enseñar cómo se usaron las matemáticas en diferentes momentos
históricos, como en la construcción de pirámides o en la navegación.

También sugieren que los estudiantes podrían aprender de manera más práctica y divertida,
como a través de proyectos que combinen varias materias.
Por ejemplo, en lugar de solo leer sobre el sistema solar en un libro de ciencias, podrían construir
maquetas y escribir cuentos sobre cómo sería vivir en otros planetas.

En resumen, trabajar juntos y mezclar diferentes temas puede hacer que el aprendizaje sea más
interesante y significativo para los estudiantes, y también puede ayudar a los profesores a
encontrar nuevas formas de enseñar y colaborar.

Bibliografía:
Bourdieu, P. (2011). Cap. 9en
Capital cultural, escuela y espacio social. pp.113-126

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