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Espacio y mujer en al Antiguo Egipto

María Eugenia Muñoz Fernández

Universidade de Vigo
Instituto Superior Compostelano de Ciencias Relixiosas (ISCCR)
Instituto Bíblico y Oriental (IBO)

La comunicación que presentamos, “Espacio y mujer en el Antiguo Egipto”, tiene como


finalidad comprobar si realmente existieron auténticos espacios femeninos en la
cultura del Antiguo Egipto y de ser así cuales eran y a que finalidades respondían.
Para lograr nuestro objetivo dividiremos la charla en dos partes diferentes: (2)

Primero, la definición o concepto de mujer


Y segundo, el análisis de los espacios habitacionales en relación a la mujer

1. Concepción que los antiguos egipcios tenían de la mujer (3)

De los muchos términos que se empleaban para referirse a la mujer en el Antiguo


Egipto nos centraremos fundamentalmente en dos: (4)
- El nombre hemet (mujer o esposa)
- Y el genitivo indirecto nebet per (señora de la casa).
Ambos nombres aparecen definiendo a la esposa tanto en la literatura egipcia como en
las estelas funerarias.

(5) El término fundamental del léxico egipcio para referirse a mujer es hemet ( )
que, con los significados de mujer o esposa, alberga en su raíz (√ḤM) la idea de mujer
como útero1 pues la palabra se escribe con el signo jeroglífico Hm 2. Este signo forma
parte del grupo E, partes del cuerpo humano, en los distintos catálogos de signos
jeroglíficos y representaría el triangulo púbico de la mujer3.

Así pues la palabra para mujer o esposa, hemet, parte de una raíz √ḤM, triángulo
púbico, que una vez actualizada con la t del femenino puede significar, bien mujer
4, bien útero 5, radicando la diferencia en el determinativo que completa la

1
En las primeras culturas con escritura, Sumer y Egipto, los órganos reproductivos masculino y femenino
(pene y pubis) se emplearán para escribir los sustantivos de hombre y mujer. Si bien en Sumer el
ideograma (nº 554) evoluciona hasta el signo cuneiforme, en Egipto, los jeroglíficos de pene y pubis
femenino, continuarán empleándose bien como ideograma bien como fonograma (en el caso de mujer).
Para sumerio: LABAT 1959, p. 229, nº 554. Para jeroglífico MEEKS 2004, §146, §147 o §148.
2
MEEKS 2004, §146, §147 o §148; LACAU 1972, p. 180-184, 187-188, 259.
3
« c'est l'organe extérieur de la femme… on se contente de l'aspect extérieur, le pubis. Les formes
anciennes nous manquent, ou du moins je n'en ai pas fait le relevé. On peut les deviner d'après la forme
des signes récents: la silhouette du pubis, triangle arrondi à la base et terminé en haut par l'amorce des
trois lignes de poils situés dans l'axe et le long des deux aines». LACAU 1972, p. 181.
4
W.B 3, 76. 16-77. 19.
5
W.B 3, 76.1-3; W.B 3, 76 1-3.

1
palabra: en el caso de la mujer, el determinativo de mujer ( ) en el de útero, el útero
estilizado de una vaca ( ).

De esta manera la palabra más empleada para referirse a la mujer en el Antiguo Egipto
parece estar estrictamente vinculada a su función como portadora de vida, y digo
portadora que no generadora por que porque según A. M. Roth, en el acto de creación,
la mujer egipcia tendría un papel secundario (portadora y gestante) supeditado al
hombre, auténtico generador de vida.

Me explico, si definimos fertilidad como la capacidad de generar vida podríamos


concluir que en el antiguo Egipto, a diferencia de la mayoría de las culturas, la
capacidad de crear esta nueva vida, al menos en época faraónica, no sería atributiva
de la mujer sino del hombre, ya que introduce en el cuerpo de la mujer la simiente que
crecerá y se desarrollará en el útero materno hasta el momento de ver la luz en el
parto. Esta idea la encontramos sintetizada en el Gran Himno a Atón de Amenofis IV
que en la sección IV dice: (6)

“He aquí que en las mujeres el embrión se forma (sxpr.w)


He aquí que en los hombres es creada (ir.w) la simiente (nw)
Y el niño animado (sanx) en el cuerpo de su madre
(…)”

Esta idea de fertilidad masculina se reflejará claramente en la mitología egipcia:

Por un lado en el panteón religioso, los dioses de la fecundidad son bien dioses
antropomorfos itifálicos ((7) Min u (8,9,10) Osiris) bien seres andróginos como Hapy
(11) (el genio del Nilo) bien genios (12) con una marcada masculinidad como Bes

Por otro lado en la cosmología donde “lo femenino” tiene una función especial que se
ve en mito creacional egipcio
Tanto en su singularidad respecto a otras mitologías (13) (la tierra en Egipto es
un dios de la fertilidad (itifálico y verde) y el cielo una hermosa diosa)

como, en el papel que desempeña cada uno de estos dioses en la procreación


(14)
▪ Pues la tierra (dios/Geb) es seducida por el cielo (diosa/Nwt)
provocando dicha seducción la excitación del dios, necesaria
para que se inicie el proceso vital. Así pues, la función de la diosa
/ mujer en la concepción es estimulara al dios / hombre para
que este (principio de la fertilidad) inicie la vida depositando la
simiente primigenia en el cuerpo de la mujer, autentico
contenedor de vida.

A esta concepción de la hemet, seductora/provocadora y gestante, habría que añadirle


otras funciones ligadas a la maternidad en Egipto: el parto (ms.t) y la crianza (mw.t).

2
Detengámonos un minuto en estos conceptos

(16, 17) La mujer es la encargada de gestar y dar a luz al niñ@ (ms.t) al mismo tiempo
que responsable de su crianza (mw.t) (19, 20)

(21)Dice La enseñanza de Chety en su alabanza de la profesión de escriba: "haré que


ames los escritos más que tu madre". El deber de un buen hijo para su madre era
amarla y respetarla pues la madre es quien parió, alimentó y vistió a los hijos sin una
sola queja:

"Ella hizo mucho, se encargó de ti sin decir: "¡Basta ya!"


Naciste tras los meses de gestación,
y ella continuó atada a ti:
sus senos en tu boca durante tres años, sin debilitarse.
Tus excrementos eran repugnantes, y ella no sintió ninguna repugnancia.
Ella decía ¿qué puedo hacer?

Así pues la madre es quien propició el aprendizaje y es la responsable de guardar y


criar al niño/a: (21)
Ella te llevó la escuela.
Cuando se enseñan las escrituras,
siempre a tu lado,
con la comida y la cerveza en su casa"

La segunda palabra que define a la mujer en Egipto nebet per (22) o Señora de la casa
describiendo a la mujer como gestora del hogar. Si bien la mujer rara vez era la
propietaria de la casa y de sus utensilios, si sería la responsable final de la buena
marcha del hogar. La elaboración de los alimentos, con especial atención al pan y a la
cerveza (básicos en la dieta egipcia), junto con el hilado y la manufactura de los
vestidos, debían de ser las principales ocupaciones de la mujer casada, que
dependiendo de la posición social que ocupara, tendría más o menos trabajo en el
hogar.
La enseñanza de Any enseña a sus discípulos a respetar la autonomía de la mujer en el
hogar siempre y cuando la esposa sea diligente(23):

No controles a tu mujer en casa


cuando conozcas su eficacia.
No le digas ¿"Donde está? Trae!"
ya que ella lo guardó en el lugar adecuado.
Mira, guarda silencio y verás su habilidad.
Qué alentador es tener tu mano en la suya,
y hay muchos que no saben esto
un hombre debe de evitar la perturbación en su hogar,
incluso si no lo encuentra como lo dejó (...)

3
No molestes a una mujer
No seas severo reprendiéndola.

La mujer era una pieza importante en la economía doméstica pues contribuía a esta
con pequeñas aportaciones que ayudaban a mantener el hogar. El excedente, tanto de
productos de la huerta como de la elaboración de textiles, eran llevados al mercado
donde la mujer los intercambiaba por otros necesarios para la vida cotidiana.

2. Análisis de posibles espacios femeninos en la arquitectura egipcia (24)

Una vez clarificada la idea o el ideal que los egipcios tenían de la mujer como madre y
señora de la casa pasaremos a analizar los diferentes espacios habitacionales en
relación con los roles femeninos (maternidad y gestión)

2.1 La casa (25)

El primer espacio a analizar es la casa, el hogar, lo que los egipcios denominaban pr


(dominio), la unidad social básica que se representará gráficamente con la planta de
una vivienda.

La casa egipcia forma parte de estructuras mayores, la ciudad y la aldea, en donde la


organización del urbanismo viene determinada por la disposición de las viviendas,
disposición que no siempre podemos conocer y a la que accedemos mayoritariamente
gracias a los restos de las ciudades “planificadas” (Kahun (26) – Reino Medio- Amarna
(27, 28) y Deir el-Medina en el Reino Nuevo (29)) lo que nos puede dar una falsa idea
de la organización de los núcleos poblacionales del Antiguo Egipto.

(30) En general las casas egipcias respondían a una estructura básica que alternaba
zonas públicas (sala de recepción) con habitaciones privadas (dormitorios, salas de
baño, almacenaje) y estancias de trabajo (cocinas, talleres, almacenaje). Este núcleo
fundamental aumentaba o disminuía (31), tanto en relación a la posición social de la
familia (el cabeza de familia) como a la evolución de la familia (número de miembros,
ascenso social….). La configuración de la casa como una estructura de abobe o ladrillos
a la que se superponen fácilmente nuevos habitáculos favorecería esta concepción
orgánica del per que evolucionaría con la familia.

Para comprender la estructura y funcionamiento de la casa egipcia partiremos


fundamentalmente de los restos arqueológicos (32), estructuras habitacionales, útiles,
pinturas y fragmentos de ostraca decorados (33) que aparecen en las diferentes
intervenciones de dos sitios arqueológicos fundamentales: la aldea de artesanos de
Deir el-Medina y el barrio de obreros de la antigua Akhetatón (Amarna).

(34, (34_b/35) ) En ambos núcleos poblacionales amurallados nos encontramos con


un urbanismo determinado, un grupo de casas que se organizan en torno a las arterias
de comunicación principales: (35) la estrecha calle se comunica con el per a través de
una llamativa puerta de entrada que conduce a una primera estancia rectangular a la

4
que sucede otra habitación cuadrada (núcleo principal de la casa) esta, bien se
subdivide en dos (sala y dormitorio) bien se deja como espacio único al que se adosa
un habitáculo para dormir. Y finalmente la última dependencia de la casa que estaría
destinada a cocina. Las pequeñas casas de Amarna y el-Medina tendría una
configuración similar apreciándose las diferencias no tanto en la distribución como en
el tamaño pues mientras Amarna presenta una sucesión de tres espacios en el-Medina
los trabajadores disponían de cuatro estancias diferentes.

¿Cuál era el uso destinado a cada una de estas dependencias?

El primer espacio que nos encontramos es un área rectangular que bien pudo estar
techada bien abierta y funcionar como un patio (como así lo confirman las últimas
excavaciones de Kenp en el-Amarna). Esta zona parece que estaba destinada a
actividades domesticas: cría de animales, tejido o molienda de granos. (36)
Pero lo que llama la atención de este espacio es una plataforma elevada (80 cm de
altura) (37) de ladrillo encalado o revocado cubierto de pinturas con una decoración
muy concreta pues evocan la feminidad, el concepto de feminidad egipcia con
sensuales escenas de baño(38, 39), lactancia (40) o reproducción (41) . Estas
imágenes se completan con diferentes ostraca que con iconografías similares parecen
ser la base de las escenas que presidían las plataformas (42, 43, 44, 45)

(46) Este espacio rectangular de 1,70cm X 0,80cm X 1,75cm está perfectamente


delimitado y tiene como único acceso un vano al que se llega por tres o cinco
escalones.

Estas plataformas elevadas fueron descubiertas por Bruyère en las excavaciones de la


primera mitad del XX en la aldea de Deir el-Medina. El arqueólogo francés, tanto en
base a la arquitectura (plataformas elevadas) como a la decoración de sus muros las
definió como camas de nacimiento o “lit-clos”.

A finales de los años 70 Kemp, director de las excavaciones de El-Amarna, publica


diferentes hallazgos que podrían estar relacionados con espacios femeninos y culto
domestico: Altares en forma de plataforma en el interior de algunas mansiones y
fragmentos de pinturas murales de Bes y Tueris en la aldea de los obreros que el
arqueólogo británico interpreta como posibles restos de una habitación superior,
decorada con frescos de dioses protectores del parto, que funcionaría como centro de
feminidad domestica.

Si bien las primeras interpretaciones, partiendo de la idea de Bruyère definían estos


espacios como lugares destinados al parto, las últimas teorías parecen decantarse más
por interpretarlos, bien como específicamente femeninos y destinados a celebrar dicha
femineidad (procreación, maternidad e incluso erotismo) bien como simples altares de
cultos familiares.

En mi opinión estas estructuras podrían ser polivalentes y destinarse a varios usos:

5
Uso práctico: espacios ocupados por las madres tras el parto tanto para la purificación
(escenas de lavado) como para proteger al niño en sus primeros días (lactancia y dioses
protectores)
Y un uso religioso: culto domestico que se centraría en el ámbito de las mujeres y
estaría relacionado tanto con el peligro como con el misterio del nacimiento.

Estando todas las funciones vinculadas a la mujer en su rol de hemet: seductora


(sensualidad), alumbradora (diose/as nacimiento) y nodriza (amamantar).

(47) En el centro del hogar se sitúa la habitación central, un espacio cuadrado en


cuyo eje se ubica una columna de madera. Este espacio puede ser, bien una única
habitación para la vida familiar y lugar de recepción (el estrado destinado los
propietarios mostraría esta función) bien un espacio dividido en dos, la sala familiar y
una pequeña estancia reservada a dormitorio y almacenaje.

En las excavaciones de la sala central aparecieron materiales que nos hablan de un


espacio familiar en el que se rendía culto a antepasados (hornacinas y estelas de falsa
puerta), se hablaba, se jugaba e incluso se hilaba, tejía o bordaba (restos de telares).
En las casas más pequeñas, esta estancia era multiusos y al mismo tiempo que por el
día era sala familiar durante la noche se habilitaba como dormitorio común.
En la aldea de el-Media sucedía a la habitación central el dormitorio y sala de
almacenamiento.

(48) Finalmente, los dos prototipos de casa escogidos presentan unas estancias
traseras descubiertas en las que se sitúa la cocina perfectamente equipada (horno de
pan, hogar, artesas, morteros o muelas) y altares a las diosas Meresger y Renenutet.

El análisis de las estructuras habitacionales de los obreros y artesanos de dos de los


núcleos más representativos del Reino Medio nos lleva a concluir varias cosas:

Primero, que si bien las mujeres se llamaban “señoras de la casa” el autentico


propietario de esta era el marido y la función de la mujer era gestionar el hogar.

Segundo, que las casas no presentan zonas diferenciadas para hombres y mujeres, más
bien el espacio estaría ocupado durante el día por la mujer y al llegar la noche
indistintamente: por mujeres y hombres y para funciones polivalentes;

Y tercero, que el único posible espacio “femenino”, las “lit-clos” o plataformas y las
habitaciones superiores de El-Amarna, todavía no está suficientemente clarificado, y
que si bien parecen estar relacionados con las mujeres no podemos olvidar que esta
relación está estrechamente vinculada a la maternidad.
Notas sobre las casas de clase alta egipcia a partir de diapositivas

6
2.2. Los palacios (51)

Los palacios son las casas de los reyes, casas que como su propio nombre indica son
casas grandes pr-aA . El rey egipcio poseía diferentes inmuebles tanto en la misma
capital como en otros lugares de Egipto a los que tenía que trasladarse durante su
reinado. En líneas generales la casa del rey presentaba la misma estructura que el
resto de las casas egipcias (Patio, habitación de recepción, dormitorio, salas de aseo y
cocina) pero, con proporciones descomunales.

Pero lo que nos interesa hoy de la casa del rey es el espacio destinado a las mujeres, es
decir, el harem. (52) La concepción actual de harem como espacio CERRADO en el
que conviven SEPARADOS del mundo las mujeres y niños de la casa, dista de la idea
que los egipcios tenían del ipt o xnrt nsw. Si bien es cierto que el acceso a las mujeres
de la realeza estaba restringido (el gran número de cargos administrativos
relacionados con las puertas dan fe de ello) no obstante el núcleo familiar más
próximo al rey, madre, esposa principal e hijos de esta, formaba parte del círculo más
estrecho del monarca participando con este en audiencias y festivales.

(53) El harem del rey de Egipto es mucho más que el tradicional harem oriental, es
primero un conjunto de personas, segundo una institución y tercero una serie de
espacios físicos cuya finalidades son, tanto asegurar la línea de sucesión como tejer
redes políticas y sociales sin olvidar el abastecimiento de palacio asegurando parte de
las necesidades de este: vestido, alimento…

Me explico, (53)
el harem como un conjunto de personas implica a las mujeres y los niños que
pertenecen a la casa real, pero a su vez este conjunto se subdivide en diferentes
haremnes que se definen por la cercanía o la lejanía con el monarca. Por un lado la
familia más directa del rey, su madre, la gran esposa y los hijos de esta y por el otro las
esposas secundarias, los hijos de estas, los hijos de los potentados del país, las neferwt
o los adornos del rey (música y danza).

El harem es una institución independiente del palacio, con sus propios funcionarios
(hombres) y administración propia puede cobrar impuestos pero no los paga.

Y finalmente el harem como espacio físico se plasma en diferentes concepciones


arquitectónicas: (54)

(55) por un lado los haremnes independientes como el de Kom Medinet Ghurab que
se sitúa en el Fayum, espacio de esparcimiento y descanso para los faraones del Reino
Nuevo. Aquí nos encontramos con un importante complejo que surge en torno a un
harem y que genera en su entorno un autentico urbanismo que tiene su epicentro en
dos espacios paralelos: uno dedicado a residencia (56) y otro a zona de trabajo (57).
En torno al complejo tierras de cultivo destinadas a producción agrícola que se
complementa con los trabajos en telares de las mujeres del Harem. Kom Medinet

7
Ghurab es una autentica célula económica destinada a aprovisionar los palacios del
monarca.

Este tipo de haremnes estaría destinado a las esposas secundarias del rey, hijas de
reyes extranjeros o las neferwt.

Por otro lado nos encontramos con haremnes vinculados al palacio del rey (58), es el
caso del palacio de la reina Tiye en Malkata (59) que con una doble estructura
recuerda a Kom Medinet Ghurab o el Palacio Norte de El-Amarna (Nefertiti) (60).

Y finalmente algunas dependencias que formaban parte de los palacios reales (61)
como las parte de las alas norte y sur del Gran Palacio de Akhenatón en el-Amarna
(62).
La organización espacial de los haremnes, especialmente los que formaban parte del
palacio, resulta de difícil comprensión. Según los últimos trabajos de Spence en el-
Amarna, las zonas destinadas a los haremes del rey serían lugares de difícil acceso
(63) y organización jerarquizada: habitaciones de diferente tamaño que se situarían
en torno a un pasillo o tribuna destinado al rey. (64) Estas estructuras establecerían y
expresarían arquitectónicamente las relaciones de subordinación existentes tanto
entre las diferentes mujeres del harem real como de estas con el rey.

(65) Los Haremnes reales egipcios van más allá de los tradicionales haremnes
orientales, en ellos se cocinan una parte importante de la política del país (no en vano
aquí se planificaron los tres regicidios más importantes de la historia de Egipto):

Concluyendo, Los haremnes son espacios destinados a distintos usos


- a residencia de mujeres y niños del círculo del rey como a la crianza y educación
de estos niños;
- También son lugares de diversión y entretenimiento
- al mismo tiempo que centros de producción de textiles y aprovisionamiento de
los palacios;
En definitiva, aseguraban la línea real de sucesión y ayudaban a mantener la paz
interna y externa mediante la organización de matrimonios políticos y diplomáticos.

2.3. Los templos (66)

Y finalmente los templos. Si bien en Egipto se erigen templos dedicados


indistintamente a dioses y diosas, yo me centraré en los espacios de los templos, que a
priori, parecen dedicar más protagonismo a la mujer, la casa de nacimiento y
purificación.

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Para introducir esta interesante cuestión partiremos de la filología, más exactamente
de los signos utilizados para escribir el nombre de la diosa Hathor (67): Hwt-Hr .
El nombre compuesto de la diosa se traduce por “casa del dios Horus”, casa que es
aceptada como metáfora de “vientre”. El nombre de la diosa como vientre, útero en el
que se gesta Horus se podría completar, según Wegner, con la iconografía de la diosa,
cuya cara reproducida en múltiples capiteles (68) recuerda el útero materno. Así pues
la imagen frontal de la diosa podría funcionar
- Tanto como imagen real de la diosa
- como útero jeroglífico críptico que expresaría el significado fundamental de
Hathor como vientre de Horus y por consiguiente espacio en el que se gesta
uno de los dioses primordiales de la religión egipcia. Esta función del vientre de
la diosa como lugar/espacio de gestación del dios se materializará en los
templos de Época Baja, concretamente en el espacio o templo denominado por
Champollion Mammisi (casa de nacimiento: per meset).

(69) Pero ¿cual es el origen y la función de estos espacios?

La teología real del Reino Nuevo (70) hace del rey el hijo carnal del Dios: escenas de
teogamia (unión de un dios con una mortal) aparecen por primera vez en el templo de
la reina Hatshepsup en Deir el-Bahari (71). La reina necesita reivindicarse como tal y
para ello hace representar en su templo mortuorio la unión carnal de su madre (72),
la reina Ahmes, con el dios Amón: el modelado (73), la anunciación (74), el parto
(75), la lactancia (76) o la presentación del recién nacido a su padre Amón (77) son
las escenas centrales de esta concepción divina. Años después el gran Amenofis III
manda esculpir el mismo tema en la sala de nacimiento de su templo en Luxor.

Ejemplos similares a los de Hatshepsup y su hijastro los encontramos en otros templos


del Reino Nuevo. Primero en el templo de Mut en Karnak(78), más exactamente en
“la casa de nacimiento y purificación” de Khonsou-pa-khered (Khonsu el niño). En este
espacio aparecieron una serie de escena que representaban el nacimiento divino del
joven dios hijo de Mut y Amón: el nacimiento del Dios presidido por cuatro divinidades
(79), la cama de parto (80), la apertura de boca del niño-dios (81) seguidas de la
circuncisión del joven dios (82).

Y segundo, el templo del Millón de años de Ramses II (Rameseum) (83) que, según
Desrochès-Noblecourt, podría haber contado con una casa de nacimiento ubicada en
el pequeño templo (84) que el monarca de la XIX dinastía dedica a su madre la reina
Tuy. Esta identificación no está clara pues las escenas que abogarían a favor de esta
teoría se encuentran lejos del templo de la madre del monarca, más exactamente y
según la investigadora francesa en Medinet Habu (85, 86).

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A inicios de la XXX dinastía Nectabeo I (+/- 80 a. C) manda construir en Dendera lo que
se considera el primer autentico mammisi (87), el espacio reservado al teatro del
nacimiento divino (88). El nacimiento del dios niño formaba parte de los rituales
anuales que permitían asegurar la renovación del ciclo divino y la continuidad del
orden del mundo.

El santuario de Nectabeo celebraría la unión divina de Amón y Hathor (89) que


tendrá como fruto el niño divino Ihi asimilado, en la última escena, al monarca
reinante. Los relieves que narran el “misterio del nacimiento divino” reproducen
escenas que ya habíamos visto en los templos de los monarcas de la XVIII dinastía y
que aquí se actualizaran teniendo como protagonistas a la tríada divina formada por
Horus de Edfú, Hathor y su hijo Ihi: Amón recibe a la Eneada seguida de otros dioses,
Amón y Hathor sobre una cama divina proceden a la concepción del dios niño, Khnum
(90) modela al niño al mismo tiempo que Thot anuncia a la madre el nacimiento del
joven dios. El relato continúa con la escena de parto a la que le sigue el nacimiento del
niño y la alimentación del niño tanto por las nodrizas divinas como por su madre la
diosa Hathor. La escena final es la asimilación del Dios-Niño al monarca reinante (91).

Los diferentes mammisis (91) que se expanden a lo largo y ancho del Nilo
representaran, bien en los muros del recinto de entrada del templo (92) bien en un
pequeño templo anexo (93), el misterio del nacimiento divino con escenas que desde
la unión divina hasta la alimentación pasando por el parto, una vez más redundan en el
rol principal de la mujer egipcia: madre. De tal manera que los espacios femeninos de
los templos egipcios, estarían destinados, más que a un espacio femenino a un lugar
para representar el drama del nacimiento y regeneración del dios y el monarca.

3. Conclusión: Espacio y mujer


Para concluir y tras todo lo visto vuelvo a plantear la pregunta con la que
introducíamos la ponencia ¿realmente existieron espacios propiamente femeninos en
el antiguo Egipto?

La finalidad de esta pequeña investigación era comprobar si realmente habían existido


espacios auténticamente femeninos en la cultura del Antiguo Egipto. La respuesta no
parece sencilla.
Si bien comprobamos que la mayoría de los espacios arquitectónicos del hogar eran
compartidos indistintamente por hombres y mujeres,
también constatamos la existencia de algunos espacios destinados a las mujeres,
- por un lado los harenes reales,
- por otro las plataformas elevadas y los mammisis (ambos reservados a la
celebración del misterio del nacimiento en sus facetas humana y divina
respectivamente); espacios que, y esto es lo importante, si bien parecen estar
destinados a las mujeres fueron creados por los hombres con una función
específica: regenerar y perpetuar la vida.

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