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351-152477134
El Código de Vélez.- (JUAN MANUEL APARICIO. Contratos Parte general -1 2DA EDICION)
En esta materia, el Código de Vélez, legisló sobre ambas garantías que constituyen efectos naturales
de los contratos a título oneroso Les asignó un ámbito de aplicación diferenciado y requisitos que
les eran propios
No obstante, incurrió en el desacierto metodológico de ubicar esta reglamentación en los Títulos XIII
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y XIV de la Sección 3' del Libro Segundo. En ellos, ambas garantías aparecían entremezcladas entre
la sucesión de títulos dedicados a establecer el régimen de diversas figuras de contratos típicos.
Código Civil y Comercial de la Nación. Fuente.- (JUAN MANUEL APARICIO. Contratos Parte general -1 2DA EDICION)
El Código Civil y Comercial se ha inclinado por mantener el temperamento del Código de Vélez y
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bajo la denominación "obligación de saneamiento" legisla sobre la evicción y los vicios, en el Título
11 de Libro Tercero, consagrado a la parte general del contrato, específicamente en la Sección 4' del
Capítulo 9, dedicado a sus efectos.
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LA GARANTIA CONTRA LA EVICCIÓN
Caracterización de la garantía de evicción (JUAN MANUEL APARICIO. Contratos Parte general -1 2DA EDICION)
LA
El art. 1044 del CCCN.- El art. 1044del CCCN prescribe que la responsabilidad por la evicción
asegura la existencia y legitimidad del derecho transmitido. Como se ha expresado la garantía de
evicción se relaciona con que en toda transmisión de un derecho a título oneroso, el derecho que se
transfiere debe estar libre de vicios que puedan afectar su existencia o extensión. Presupone, que la
existencia o extensión del derecho transmitido, se ve comprometida por reclamos de terceros que se
fundan en un derecho. Es lo que se denomina la turbación del derecho. Si tales reclamaciones
FI
prosperan, se produce la privación total o parcial del derecho adquirido. Vale decir, la garantía de
evicción configura una secuencia: comienza a funcionar cuando acaece la turbación. A partir de ese
momento se generan obligaciones del transmitente. En este período inicial, en que se pone en
movimiento la garantía, que se ha denominado principio de evicción, nace la obligación del
Requisitos de la garantía (JUAN MANUEL APARICIO. Contratos Parte general -1 2DA EDICION)
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á) si las donaciones son mutuas, remuneratorias o con cargo.
Contratos con finalidad declarativa .La transacción.- La garantía por evicción no tiene lugar
respecto de aquellos contratos que tienen una finalidad meramente declarativa, en cuanto se
limitan al reconocimiento de derechos o a aclarar una situación preexistente para darle fijación y
certeza
El inc. b) del art. 1044del CCCN, enuncia otro requisito de la garantía por evicción " ... toda
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turbación de derecho, total o parcial que recae sobre el bien ... ". Se trata de una exigencia
tradicional para que se ponga en funcionamiento la garantía. Ella importa una secuencia, que se
inicia con esta turbación de derecho, entendiendo por tal, con mayor precisión y rigor, toda
reclamación judicial o extrajudicial de un tercero, fundada en un derecho que, de prosperar, es
susceptible de provocar la privación total o parcial del derecho adquirido.
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Turbaciones excluidas.- El inc. b) del art. 1045 del CCCN, excluye de la garantía " ... /as
turbaciones de derecho prevenientes de una disposición legal ... ". Son las restricciones a un
derecho que están establecidas por una disposición legal, como ocurre con las servidumbres
forzosas (art. 2166, CCCN), o las que se derivan de las relaciones de vecindad (art. 1970, CCCN).
Otro requisito de la garantia es que la turbación debe fundarse en una causa anterior o
contemporánea con la adquisición del derecho (art. 1044, inc. a). La razón es elemental: el
transmitente del derecho solo debe responder de las causas de evicción existentes en el momento
de la transferencia, porque respecto de las que pueden haber sobrevenido con posterioridad, es
obvio reputar que no estuvo en condiciones de evitarlas.
su transferencia, pero se consolida con posterioridad por el paso del tiempo. Concretamente se
hace referencia a la prescripción adquisitiva
El inc. c) del art. 1045 del CCCN.- El supuesto en cuestión también ha sido considerado por el inc.
c) del art. 1045. Comienza este artículo disponiendo que por vía de regla " ... la evicción resultante
de un derecho de origen anterior a la transferencia, y consolidado posteriormente ... ", no está
comprendido en la garantía. Empero, establece, como excepción, que, sin embargo, " ... el tribunal
puede apartarse de esta disposición, si hay un desequilibrio económico desproporcionado ...
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Procedencia y caracteres de la citación.- La turbación de derecho que pone en funcionamiento
la garantía, genera la obligación del garante de asistir y defender al transmitente, frente a la
reclamación del tercero. Si ese reclamo se articula judicialmente en una pretensión que puede
provocar la privación total o parcial del derecho, el adquirente tiene el derecho de instar la
citación del garante al juicio, el que debe comparecer en los términos de la ley de procedimientos
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(art. 1046, CCCN)
Si bien se desprende del art. 1046 del CCCN que es una facultad del adquirente la de instar la
citación a juicio del garante, como en el litigio están comprometidos los intereses de quien debe
responder por evicción, también se ha concebido a dicha citación como un deber del garantido. Es
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por ello, que el inc. a) del art. 1048 del CCCN prescribe que cesa la responsabilidad por evicción, si
el adquirente no cita al garante o lo hace después de vencido el plazo que establece la ley procesal.
La defensa del garantido. Exigencias.- Al mismo tiempo, como al margen de lo que ocurra con
respecto a la citación, el adquirente no pierde su condición de parte en el juicio y debe seguir
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interviniendo en él, la ley establece que dicha intervención debe ajustarse a los cánones de la
buena fe. Consecuentemente, el inc. b) del art. 1048 del CCCN establece que cesa la garantía de
evicción cuando el garante no comparece al proceso judicial y el adquirente, actuando de mala fe,
no opone las defensas pertinentes, no las sostiene, no interpone, o no prosigue los recursos
ordinarios de que dispone contra el fallo desfavorable
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Asimismo, en este orden de ideas, también en principio, cesa la responsabilidad por evicción,
cuando el adquirente asume determinaciones que impiden la prosecución normal del litigio,
porque directamente se allana a la demanda, sin conformidad del garante y por esta vía
excepcional se extingue la relación procesal; o bien, sin consentimiento del garante, somete la
cuestión a arbitraje, sustrayéndolas a los jueces naturales y el laudo le es desfavorable.
Subsistencia de la garantía.- Sin embargo, todas estas causales de cesación de la garantía que se
acaban de enunciar operan, como se ha anticipado y cabe reiterarlo, por vía de regla. El
adquirente puede remover estos obstáculos y lograr la subsistencia de la garantía, si prueba que
por no haber existido oposición justa que hacer al derecho del vencedor, la citación oportuna del
garante porevicción o la interposición o sustanciación de los recursos, eran inútiles.
reivindicación, porque, por ser el autor de la transmisión del derecho viciado, no le es dable ser
autor de la turbación.
Se ha indicado que la turbación de derecho por parte de un tercero, es el acto preliminar que
puede originar la privación total o parcial del derecho adquirido, esto es, producir la evicción.
Cuando la reclamación del tercero se deduce judicialmente, dicha privación debe operarse en
virtud de una sentencia que acoja ese reclamo
El Código Civil y Comercial, en el art. 1049, inc. b) también hace referencia a este requisito cuando 4
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prescribe que el acreedor de la responsabilidad por evicción tiene derecho a la resolución del
contrato, si una sentencia o un laudo produce la evicción. Si se relaciona este precepto con el inc.
c) del art. 1048, la equiparación del laudo con la sentencia solo corresponde cuando el
sometimiento de la cuestión al arbitraje ha sido consentida por el garante.
Adquisición del derecho por un título independiente.- El Código de Vélez establecía como
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excepción a esta regla, el supuesto en que el derecho del tercero que puede producir la evicción,
fuese adquirido por el sujeto garantido, en virtud de un titulo independiente de la enajenación
que se le hizo (art. 2092). Un ejemplo: "A" transmite a "B" el dominio de un inmueble cuyo título
es imperfecto. El título perfecto corresponde a "C". "B" hereda a "C". No puede exigírsele al
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adquirente que se turbe a sí mismo. Por ende, es enteramente razonable que "B" pueda hacer
valer directamente la garantía de evicción contra quien le transmitió el derecho con el vicio.
Aunque el Código Civil y Comercial no ha previsto expresamente esta hipótesis, la solución no
puede ser distinta a la que establecía el Código de Vélez.
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La evicción producida. Efectos (JUAN MANUEL APARICIO. Contratos Parte general -1 2DA EDICION)
Cuando el reclamo del tercero tiene éxito, determina la privación total o parcial del derecho
adquirido. Tal privación abre la etapa central y definitiva de la figura, esto es, la evicción producida.
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El efecto, cuando se dan los requisitos expuestos, es lo que tradicionalmente, en nuestro derecho,
recibió la denominación de obligación de saneamiento. El contenido de dicha obligación puede
abarcar la restitución del precio y la indemnización del daño producido
El Código Civil y Comercial de la Nación.- El Código Civil y Comercial, además de las disposiciones
Criterio de la delimitación. La turbación del derecho.- Para delimitar el ámbito en que puede
operar la responsabilidad por incumplimiento y el que es propio de la garantía por evicción, hay que
partir del hecho que esta última solo funciona cuando existe una turbación del derecho adquirido,
esto es, una reclamación de un tercero, fundada en un derecho, susceptible de producir la pérdida
total o parcial del derecho adquirido El vicio radica en el riesgo de estar expuesto a pretensiones de
terceros
Ergo, para acceder al ámbito propio de la garantía por evicción, es menester que exista la turbación
del derecho por obra de un tercero. Dado tal reclamo, la obligación del garante es defender al
adquirente. En este inicio, el adquirente tiene derecho a exigir que el garante le preste tal asistencia
La suerte está echada. Solo cabe oponerse fundadamente a la reclamación del tercero. El desenlace
depende del éxito que tenga dicha reclamación. Si procede, se produce la privación del derecho del
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adquirente que puede ser total o parcial. Cuando la privación del derecho es total, esa pérdida que
representa la evicción producida tiene un protagonismo central, dentro del sistema al que se ha
plegado, en principio, el Código Civil y Comercial, que relega a un segundo plano la resolución del
contrato, como una cuestión que se ha tornado irrelevante
El peligro fundado de la evicción.- Ahora bien, cuando existe un peligro fundado de evicción, esto
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es, cuando el adquirente advierte que el derecho que se le ha transmitido no está libre de
pretensiones de terceros, sino que, por el contrario, está expuesto a sufrir reclamaciones que
comprometen su existencia o extensión, si bien no opera la garantía por evicción, se le ha
reconocido al adquirente otros remedios para prevenir ese riesgo o conjurar definitivamente su
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existencia. Entre los ejemplos más significativos que, como es de rigor, se vinculan con el contrato
de compraventa, En los casos en que hubiese cumplido con su obligación de pagar el precio, el
adquirente el derecho de pedir la nulidad de la venta de cosa ajena
El Código Civil y Comercial ha entremezclado estas diversas situaciones, que deben ser deslindadas
en aras de la coherencia y de elementales requerimientos sistemáticos.
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Producida la evicción, si acarrea la privación total del derecho adquirido, las consecuencias a que
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esta puede dar lugar, consisten en la obligación de restituir el precio y de indemnizar los dañosy
perjuicios que sufra el adquirente. La obligación de reparar el daño presupone que el adquirente
no conoció ni pudo conocer el pe1'1gro de la evicción. Quedan excluidos los supuestos en que las
partes, en ejercicio de su autonomía, hayan estipulado lo contrarío. El Código Civil y Comercial
permite que el enajenante se libere de esta obligación de resarcir el daño, si no conoció ni pudo
conocer el peligro de la evicción (art. 1040, inc. b). El carácter de excepción que tiene este
precepto, demuestra que pesa sobre el enajenante la carga de la prueba a los fines de acreditar la
falta conocimiento y la imposibilidad de conocer el peligro de la evicción, que permiten excusarlo
de la responsabilidad.
Los gastos del juicio. El art. 1047 del CCCN.- Otro rubro que integra, en general, la
indemnización, es el de los gastos del juicio. El Código Civil y Comercial ha innovado al respecto, y
en el art. 1047, sienta la regla que el garante debe pagarle al adquirente los gastos que este ha
debido afrontar para la defensa de sus derechos. En este precepto defectuosamente redactado,
agrega que el adquirente no puede cobrar tales gastos "ni efectuar ningún reclamo", en los dos
supuestos siguientes: a) si no citó al garante al proceso; y b) si citó al garante y se allanó a la
demanda
A más de generar la obligación de reparar los daños causados, cuando se dan los requisitos que
han sido señalados, la privación del derecho también es fuente de la obligación de restituir el
precio
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La privación parcial El inc. a) del art. 1049 del CCCN.- La privación del derecho puede ser total o
parcial. el Código Civil y Comercial en el art. 1049, cuyo texto debe ser relacionado con esta
hipótesis de evicción parcial, para que tenga un sentido coherente con el sistema que el Código
estructura
Según el inc. a) del precepto, el evicto solo podrá optar por la resolución cuando los defectos del
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título afectan el valor del bien a tal extremo que, de haberlos conocido el adquirente no lo habría
adquirido o su contraprestación habría sido significativamente menor. Corresponde entender por
defectos del título, la importancia de la privación parcial que sufre. Asume una gravedad tal, que
de haberla conocido, cabe juzgar que no habría celebrado el contrato. En tal caso, como establecía
DD
el Código de Vélez, puede optar por exigir una indemnización proporcional a la pérdida sufrida o
bien optar por la resolución del contrato
El ínc. b) del art. 1049.- El inc. b) del art. 1049 del CCCN, establece que la previsión referida tiene
lugar si una sentencia o laudo produce la evicción. Se trata de una reminiscencia del art. 2093 del
CC que preceptuaba que la evicción era parcial, cuando el adquirente era privado por una
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sentencia de una parte del derecho adquirido. Pese a esta limitación, no existe impedimento para
que la solución se extienda a los casos en que puede operar la garantía, sin que exista una
sentencia. En particular, mediante el reconocimiento de una reclamación extrajudicial del tercero,
hipótesis a la que se ha hecho referencia.
Pluralidad de bienes.- Se conecta con la evicción parcial el supuesto en que se enajenan varios
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bienes y la evicción priva del derecho al adquirente respecto de alguno de ellos. El art. 1041 del
CCCN prescribe que debe hacerse la siguiente distinción: si todos los bienes fueron enajenados
como conjunto, la evicción es indivisible y alcanza a todo el conjunto. Por otro lado, si fueron
enajenados separadamente la evicción es divisible, aun cuando haya habido una contraprestación
única.
Lo primero que debe señalarse es que el supuesto considerado se relaciona con el tiempo de la
adquisición. Es decir. se trata de varias cosas que fueron adquiridas en un mismo acto,
contemporáneamente. La cuestión que se plantea es la determinación de cuándo cabe considerar
que han sido adquiridas "como un conjunto" o conjuntamente. La respuesta es que revisten tal
carácter cuando lo fueron como un todo, de manera inseparable, no susceptible de división
El inc.b) del art. 1041, admite que los bienes pueden haber sido adquiridos separadamente, aun
cuando haya habido una contraprestación única. Cabe, por ende, inferir que el criterio que cabe
emplear para distinguir la adquisición en un solo acto de una pluralidad de bienes "como
conjunto" o bien separadamente, debe encontrárselo en la intención del evicto. En consecuencia,
se deberá considerar a la enajenación simultánea de varios bienes "como conjunto", cuando quede
en claro que el evicto no habría adquirido los otros bienes sin el que fue objeto de la privación. La
enajenación tendrá el carácter opuesto, esto es, los bienes se considerarán adquiridos
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provocar la evicción por un título independiente de la enajenación que se le hizo, ello no
impide que haga valer la garantía, aunque se trate de una hipótesis especial, en cuanto no
cabe exigir el requisito de la reclamación de un tercero, porque sería un absurdo exigir que el
adquirente se turbe a sí mismo. Esta obvia regla, tiene como excepción la hipótesis en que el
adquirente adquiere el derecho por prescripción adquisitiva. Se trata de la solución
tradicional que proviene del derecho romano. El fundamento puede hacérselo residir en que,
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en estos casos, el garante al entregar la posesión, brinda un aporte positivo para que la
adquisición se produzca. El adquirente tiene el derecho de unir su posesión con la del
enajenante, para lograr la ventaja que significa la adquisición del derecho por la prescripción,
que lo pone a cubierto definitivamente del riesgo de la evicción.
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La subasta.- También el Código Civil y Comercial, en el inc. c) del art. 1040, establece que el
evicto no tiene derecho a exigir la reparación del daño, si la transmisión resultó de una
subasta judicial o administrativa. El Código Civil y Comercial comprende, dentro de la
excepción, tanto las subastas judiciales como las administrativas. Aunque el precepto no lo
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aclara, lo excluido es tan solo la indemnización del daño. Empero, ello no obsta, por las
razones dadas, a que exista la obligación de restituir el precio. Tal obligación pesa sobre
quien tiene el papel de vendedor en tal subasta.
La autonomía de las partes La garantía por evicción, según se ha indicado, es un efecto natural de
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los contratos onerosos. El régimen que la ley establece se aplica de pleno derecho a los contratos
referidos. Empero, al mismo tiempo, las partes, en ejercicio de su autonomía, pueden modificar ese
régimen legal. En este orden de ideas, el art. 1036 del CCCN establece: "Disponibilidad. La
responsabilidad por saneamiento existe aunque no haya sido estipulada por /as partes. Estas
pueden aumentar/a, disminuirla o suprimirla, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo siguiente".
usuales las cláusulas que la disminuyen o suprimen. Prescribe a este respecto el art. 1037 del CCCN
que las cláusulas de supresión y disminución de la responsabilidad, son de interpretación
restrictiva. De este modo, es dable entender que la renuncia o la exclusión en general de la garantia
de evicción, se circunscribe a la obligación de exigir la reparación del daño, pero no obsta a que el
vencido pueda reclamar la repetición del precio pagado.
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también ha sido señalado, la garantía por evicción no existe cuando la transmisión del derecho fue
hecha a título gratuito. Empero, ello queda limitado a las partes de latransmisión y no obsta a que el
adquirente a titulo gratuito pueda ejercer en su provecho la garantía que correspondió a sus
antecesores (art. 1035, CCCN).
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garantía de evicción pueden recaer sobre varios obligados. Prescribe el art. 1042 del CCCN, que
todos estos responsables por el saneamiento en virtud de enajenaciones sucesivas, son obligados
concurrentes
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GARANTÍA POR VICIOS OCULTOS
(JUAN MANUEL APARICIO. Contratos Parte general -1 2DA EDICION)
El Código Civil y Comercial legisla sobre la responsabilidad por vicios, considerándola como uno de
los efectos naturales de los contratos onerosos y manteniendo el criterio del Código de Vélez de
asignarle un alcance general. En el inc. b) del art. 1051, primer precepto del parágrafo consagrado
LA
redhibitorios tiene reminiscencias de la contenida en el art. 2164 del CC, que ha sido transcripta.
Empero, el inc. b) del art. 1051 del CCCN que la incluye, tiene por titulo: "Contenido de la
responsabilidad porvicios ocultos ... " y está precedido por el inc. a) que, con respecto a tal
contenido, expresa que la responsabilidad legislada se extiende a" ... los defectos no comprendidos
en las exclusiones del art. 7053 ... ".En verdad, como se desprende del inc. b) del art. 1051 del CCCN,
más que del contenido de la responsabilidad por vicios, el precepto se encarga de definir los rasgos
propios del supuesto de hecho que la origina. Toda definición se traduce en una proposición que
expone sintéticamente los caracteres genéricos y diferenciales de lo que se quiere definir, para
intentar dar la idea de lo que es. Por lo tanto, resulta difícil de entender el inc. a) del art. 1051 del
CCCN, que en la tarea de caracterización del supuesto, expresa que deben considerarse incluidos en
los vicios ocultos de cuya responsabilidad se trata, " ... los defectos no comprendidos en el art. 1053
... ''.Intentar caracterizar un supuesto de manera negativa, por lo que no es, no deja de ser una
rebuscada sofistiquez.
El art. 1053 del CCCN: el vicio debe ser oculto.- No obstante, sí se lee el mencionado art. 1053 del
CCCN, se advierte que en el inc. a) establece que la responsabilidad por los vicios ocultos no
comprende los defectos que el adquirente conoció o debió haber conocido mediante un examen
adecuado a las circunstancias del caso, en el momento de la adquisición. Tal exclusión, desde un
punto de vista positivo, permite colegir que el vicio debe ser oculto. Se trata de una obviedad,
porque ese carácter está mencionado en la propia denominación de la responsabilidad. Ello no quita
que, al dar la noción de los vicios que configuran el supuesto de hecho de la responsabilidad, tenga
que mencionarse este carácter que sirve para identificarlos.
Debe existir al tiempo de la adquisición.- En el inc. b) del art. 1053 del CCCN, se prescribe que la
responsabilidad por vicios ocultos no comprende los defectos del bien que no existían al tiempo de
la adquisición. Por el mismo elemental procedí miento lógico expuesto, la exclusión permite inferir
otra característica que es propia de los vicios comprendidos: tales defectos, por vía de regla, deben
existir al tiempo de la adquisición.
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Los vicios y la diferencia de calidad.- Los vicios son defectos que afectan a la cosa, ya sea en su
estructura o en su funcionamiento, como expresa el inc. b) del art. 1051. Existe una identidad entre
el bien que debió procurarse por el contrato y el efectivamente entregado. Empero, tales defectos
repercuten en un aminoramiento o supresión del uso normal a que ese bien debe ser destinado,
según su destino o el contrato. En los casos de diferencia de calidad del bien entregado, que, como se
ha señalado, entraña la entrega de un bien por otro, se trata de supuestos que no están incluidos en
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la esfera propia de la responsabilidad por vicios ocultos, sino que corresponde considerarlos
hipótesis de responsabilidad por incumplimiento.
Vicios ocultos Requisitos (JUAN MANUEL APARICIO. Contratos Parte general -1 2DA EDICION)
DD
Carácter oculto de los vicios.- El primer requisito de responsabilidad por vicios redhibitorios,
como se ha adelantado, es que los defectos deben ser ocultos. Como se ha anticipado, el inc. a) del
art. 1053 prescribe que son ocultos cuando el adquirente no los conoció ni debió haberlos conocido
con un examen adecuado a las circunstancias del caso en el momento de la adquisición. Se ha
LA
discutido el criterio de apreciación que debe emplearse para determinar si el adquirente pudo o no
tener conocimiento del vicio. Como bien se ha señalado, cada partícipe del tráfico debe actuar con
diligencia y, por lo tanto, no merece amparo el adquirente negligente o descuidado. Por tanto no
puede considerarse oculto un defecto que el adquirente pudo conocer obrando con diligencia en el
momento de la recepción de un bien. Pero esa diligencia debe ser exigida conforme las
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circunstancias y las aptitudes personales del adquirente. Se trata de una cuestión de hecho que abre
un amplio espacio para la apreciación judicial29. El inc. a) del art. 1053 del CCCN, agrega que
cuando los defectos revisten características especiales de complejidad y la posibilidad de
conocerlos requiere cierta preparación cientifica o técnica, para la determinación de tal posibilidad
deben aplicarse los usos del lugar de entrega. La consideración de los usos, pues, es otro elemento
que puede ser de utilidad para valorar el comportamiento del adquirente. Finalmente, cabe señalar
que la prueba del conocimiento o de la posibilidad de conocer del adquirente incumbe al
enajenante.
índole subjetiva: deben considerarse graves los vidas cuando quepa reputar que de haberlos
conocido el adquirente no los hubiera adquirido o su contraprestación hubiese sido
significativamente menor. En relación con este último, el Código Civil y Comercial ha reforzado la
exigencia primitiva del Código de Vélez. Mientras el art. 2164 de este Código prescribía con
relación a la gravedad del vicio, que esta existía cuando de haberlo conocido el adquirente hubiere
pagado menos por el bien, el Código Civil y Comercial prescribe que tal gravedad existe cuando la
contraprestación del adquirente hubiese sido significativamente menor. La cuestión se vincula con
los remedios a que da lugar la responsabilidad sobre vicios ocultos, tema sobre el que se ha de
volver. Cabe anticipar que el Código Civil y Comercial ha circunscripto la calificación de
redhibitorios para los vicios de una gravedad tal que puede justificar la resolución del contrato,
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esto es, lo que tradicionalmente ha recibido la denominación de acción redhibitoria. Los otros 10
vicios ocultos que no tengan esa gravedad, solo pueden originar reclamos tendientes a su
corrección o a la indemnización del daño que ocasionen. De allí que en la categoría general de
responsabilidad por vicios ocultos, debe diferenciarse los que son redhibitorios de los que no
revisten ese carácter.
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La existencia en el momento de la adquisición.- El tercer requisito de la responsabilidad por los
vicios redhibitorios, es que ellos deben existir en el momento de la adquisición (art. 1053, inc. b,
CCCN). La regla es que la prueba de esta exigencia es a cargo del adquirente. Sin embargo, se
exceptúa en los supuestos en que el transmitente actúa profesionalmente en la actividad a la que
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corresponde la transmisión. En tal caso, la carga de la prueba pesa sobre el transferente.
Vicios ocultos Autonomía de las partes (JUAN MANUEL APARICIO. Contratos Parte general -1 2DA EDICION)
Regla.- Cabe repetir que la garantía o responsabilidad por los vicios ocultos, como ocurre
LA
con la evicción, constituye un efecto natural de los contratos a título oneroso. Las partes, por
lo tanto, en ejercicio de su autonomía, pueden estipular modificaciones al régimen que la ley
establece. Por ende, conforme con lo establecido por el art. 1036del CCCN, las partes pueden
aumentar, disminuir o renunciar a esta responsabilidad.
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buena fe que debe observar en el tráfico. Amén de ello, la ley tiene por no convenidas las
cláusulas de supresión y disminución de la responsabilidad, cuando el enajenante actúa
profesionalmente en la actividad a la que corresponde la enajenación, a menos que el
adquirente también se desempeñe profesionalmente en ella (art. 1038, inc. b, CCCN).
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supuestos de responsabilidad por incumplimiento, no sometida a los plazos de caducidad
yde prescripción que rigen en materia de vicios.
Vicios ocultos Ámbito (JUAN MANUEL APARICIO. Contratos Parte general -1 2DA EDICION)
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responsabilidad por vicios ocultos está establecido en el art. 1033 del CCCN. Comprende los
contratos en que se conviene la transferencia de un bien a título oneroso. Están excluidos,
por consiguiente, los contratos en que dicha transmisión es a título gratuito. Asimismo
abarca la partición, en que se dividen bienes comunes.
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Momento en que opera la garantía. Diferencia con la evicción.- El art. 1033 del CCCN
citado fija este ámbito tanto para la evicción como para la responsabilidad por vicios ocultos.
Sin embargo, la diversidad de estos supuestos determina quesea distinto el momento en que
opera la garantía. Como la garantía por evicción tiende a garantizar al adquirente vicios que
LA
son propios del derecho que se transmite, en cuanto afectan su existencia o extensión,
presupone que se ha producido tal transferencia. La responsabilidad por vicios concierne a
defectos del bien objeto del derecho que se transmite. Por tanto resulta lógico pensar que
dicha garantía opera cuando se hace entrega al destinatario del bien sobre el cual recae la
responsabilidad, aun cuando esté pendiente la obligación de concretar la transferencia del
FI
derecho respectivo. Así, por ejemplo, opera la garantía cuando, en un boleto de compraventa
de un inmueble, se entrega anticipadamente la posesión, aun cuando la transmisión del
dominio se produzca cuando se cumpla con la forma exigida por la ley para el contrato que
sirve de título suficiente para ese traspaso. En un contrato de compraventa de un automóvil,
cuya posesión se entrega antes de la inscripción registra! con la cual se produce la
Vicios ocultos Consecuencias (JUAN MANUEL APARICIO. Contratos Parte general -1 2DA EDICION)
alternativa, como una opción excluyente. Si bien se ha mantenido el criterio del Código de
Vélez de asignarle un tratamiento general a la responsabilidad por vicios ocultos, que está
vinculada con su consideración como régimen autónomo, en su tratamiento se le atribuyen al
supuesto consecuencias que son propias de la mencionada responsabilidad por
incumplimiento, como la posibilidad de corrección del cumplimiento defectuoso que, según
se reitera, es, en el fondo, una hipótesis de ejecución específica. Asimismo, se ha eliminado la
referencia a los remedios tradicionales, como es la acción redhibitoria, en vez de la cual se
habla de resolución y se ha omitido la consideración expresa de la acción quanti minoris.
Diferencia con la evicción.- Cabe agregar que en materia de responsabilidad por vicios no
es dable hacer la distinción que se ha efectuado respecto de la evicción, según que exista o no
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reclamación de un tercero fundada en un derecho que, de prosperar, pueda significar la
privación total o parcial del derecho adquirido, que permitió atribuir a la garantía por
evicción caracteres propios que permitían su diferenciación con la responsabilidad por
incumplimiento.
Subsanación de los vicios.- Frente a la existencia de vicios ocultos se reconoce como primer
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derecho al adquirente, el de reclamar la subsanación de los vicios (art. 1039, ínc. a, CCCN). Sí
se correlaciona este precepto que trata en general la obligación de saneamiento con la norma
especial de la responsabilidad por vicios, el art. 1057 del CCCN, el supuesto entraña que el
defecto es subsanable. En tal caso, el transferente tiene el derecho a subsanar el vicio,
DD
eliminarlo, y corregir el cumplimiento defectuoso, evitando de este modo la posibilidad de
resolución del contrato (art. 1057, CCCN). Tal subsanación no lo exime de la obligación de
reparar el daño.
Reemplazo del bien.- Cuando se trata de bienes fungibles, otra vía que se abre para la
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Limitación.- Sin embargo, cuadra indicar que el responsable puede oponerse a estos modos
FI
de corrección del cumplimiento defectuoso cuando, habida cuenta las circunstancias, exijan
gastos desproporcionados. La figura que veda el ejercicio abusivo de los derechos (art. 1 O,
CCCN), sirve de justificación a estos límites.
La resolución. La noción restringida de vicio redhibitorio.- Otro remedio que la ley concede
La acción «quanti minorisn en el Código de Vélez.- Juntamente con dicha acción, cuando el
contrato era de compraventa, el Código de Vélez, también recogiendo una solución tradicional, le
reconocía al adquirente el derecho de optar por el ejercicio de la acción quanti minoris, esto es.
aquella cuyo objeto es que se baje del precio el menor valor de la cosa en razón del vicio. Esta acción
no persigue dejar sin efecto el contrato, sino restaurar el equilibrio entre las prestaciones. dado que
la cosa que tenía el vicio, por esa causa, vale menos que lo que se había pagado por ella. No obstante,
según una opinión sólidamente fundada, se soste· nía que dicha opción no correspondía cuando el
defecto o vicio de la cosa no la hacía inútil para el destino que se tuvo en mira al adquirirla o no
revestía una gravedad suficiente para justificar la extinción del contrato. En tal caso, el derecho del
comprador quedaba limitado al ejercicio de la acción quanti minoris
OM
13
La omisión del Código Civil y Comercial de la Nación.- Desde este punto de vista, la solución del
Código Civil y Comercial se ajusta a este criterio de autorizar que pueda dejarse sin efecto el
contrato en los supuestos de vicios cuya gravedad justifique la resolución. Empero, ocurre que a
diferencia de lo que es regla en el derecho comparado, cuando se reglamenta la garantía o
responsabilidad por vicios ocultos, el Código Civil y Comercial ha omitido prever expresamente el
.C
derecho a exigir la reducción del precio o de la contraprestación hecha por el adquirente. Solamente
se hace una referencia incidental a ella en el contrato de locación, al tratar el supuesto de pérdida de
luminosidad del inmueble urbano por construcción en las fincas vecinas. Prescribe el art. 1204 a
este respecto, que dicha pérdida no da derecho al vendedor para solicitar la reducción del precio ni
DD
a resolver el contrato excepto que medie dolo del locador.
.
Los vicios ocultos que no dan lugar a la resolución.- Además de esta omisión, el Código Civil y
Comercial no hace referencia expresa al régimen de los vicios ocultos que no dan lugar a la
resolución. No queda otro camino que considerar que tales vicios configuran supuestos de
LA
incumplimiento que dan derecho a exigir su subsanación, siguiendo en parte los lineamientos del
art. 1039, dentro de los limites a que se ha hecho mención. También dan lugar a la indemnización de
los daños, entre los cuales puede configurar como rubro, el menor valor del bien a consecuencia del
vicio.
La ampliación de la garantía.- Aparte de la gravedad del vicio, el inc. b) del art. 1056 establece que
FI
el acreedor adquirente tiene el derecho a declarar la resolución del contrato cuando medió una
ampliación convencional de la garantía. En tales supuestos, si el vicio es subsanable, el garante tiene
el derecho de impedir la resolución si ofrece subsanarlo (art. 1057, CCCN).
inc. b). Debe repararse en que el desconocimiento de la existencia de los vicios es sinónimo de uno
de los requisitos de la responsabilidad por vicios. Estos, como se desprende de la propia
denominación de la responsabilidad, deben ser ocultos. Así lo expresa de manera inequívoca el inc.
a) del art. 1050, en parágrafo específico destinado por el Código Civil y Comercial al tratamiento de
la responsabilidad por vicios ocultos, cuando excluye de dicha responsabilidad los defectos que
resultaron cognoscibles para el adquirente.
El párrafo final del art. 1040 del CCCN.- La aclaración precedente tiende a señalar que el párrafo
final del art. 1040, que establece que la exención de la responsabilidad no puede invocarse por el
enajenante cuando actúa profesionalmente en la actividad a la que corresponde la enajenación,
necesita conciliarse con dicha exigencia propia de los vicios que deben ser ocultos y con la
OM
14
consiguiente exclusión de la garantía cuando no lo son. En esta reglamentación de la
responsabilidad por vicios, efecto natural de los contratos onerosos, tiene un amplio margen de
operatividad la autonomía de la partes y, consecuentemente, desempeña un papel importante la
buena fe con que se comportan. Resulta inadmisible pensar, por lo tanto, que cuando el enajenante
actúa profesionalmente en la actividad a que corresponde la enajenación, deba responder por los
defectos aparentes. Ello ocurre en el ámbito propio del derecho de tutela al consumidor, donde las
.C
normas que consagran la garantía por vicios son imperativas, pero no en este, donde por vía de
regla ocurre lo contrario. Podría argüirse que el art. 1038, inc. b) del CCCN tiene por no convenidas
las cláusulas que estipulen la disminución o reducción de la responsabilidad por saneamiento, si el
enajenante actúa profesionalmente en la actividad a la que corresponde la enajenación, empero el
DD
supuesto en cuestión no concierne a dicha limitación. Por otro lado, entre las excepciones al derecho
del adquirente de reclamar la reparación del daño, además del supuesto en que el adquirente
conoció o pudo conocer la existencia de los vicios, el inc. c) del art. 1040, agrega que la transmisión
haya sido hecha a riesgo del adquirente. Por lo tanto, cuando las partes le han asignado un carácter
aleatorio al contrato oneroso en virtud del cual se realiza la transmisión, el adquirente carece de
LA
derecho para reclamar la reparación del daño, sin que exista una excepción al respecto. Es necesario
conciliar lo dispuesto en el último párrafo del art. 1040 y el inc. a) del art. 1038, que dispone que el
vicio siempre debe ser oculto para cualquier contratante que haya adquirido el bien a título
oneroso, según las circunstancias. Dicha conciliación puede lograrse si se hace la siguiente
distinción: el garante que actúa profesionalmente en la actividad a la que corresponde la
enajenación, no puede pretender que se excluya la responsabilidad por vicios, acreditando que, por
FI
sus particulares aptitudes, el adquirente tenía la posibilidad de conocer el vicio, salvo que dicho
adquirente también se desempeñe profesionalmente en la actividad de que se trata. Empero,
siempre será necesario que el vicio pueda considerarse oculto para cualquier contratante que, con
un conocimiento común u ordinario, hubiere adquirido el bien de que se trate.
La subasta.- El Código Civil y Comercial en el inc. d) del art. 1040establece que el adquirente no
tiene derecho a la reparación de daños si la adquisición resulta de una subasta judicial o
administrativa. Quien adquiere un bien en tales subastas, carga con el riesgo de los vicios ocultos
que pueda tener en el momento de la adquisición.
.
El perecimiento de la cosa.- Puede acaecer que la cosa perezca total o parcialmente a causa de sus
defectos. En tal caso, el art. 1058 del CCCN como también lo prescribía el Código de Vélez en el art.
2178, establece que el garante soporta la pérdida. Cuando el derecho transmitido es el dominio, el
precepto constituye una excepción al principio de que los riesgos de la cosa, su deterioro o pérdida,
son soportados por el propietario.
Vicios ocultos Caducidad. Prescripción (JUAN MANUEL APARICIO. Contratos Parte general -1 2DA EDICION)
Caducidad
Denuncia de los vicios.- Vigente el plazo de garantía, el adquirente tiene la carga de denunciar
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expresamente la existencia de vicios ocultos al garante dentro de sesenta días de haberse
manifestado. Sí se manifiesta gradualmente, el plazo se cuenta desde que el adquirente pudo
advertirlo (art. 1054, CCCN). Se trata de otro plazo de caducidad, pues el incumplimiento de esta
carga determina que se extinga la responsabilidad por defectos ocultos; vale decir, priva al
adquirente del derecho a hacer valer tal responsabilidad, excepto que el enajenante haya
conocido o debido conocer la existencia de los defectos, establece la parte final del art. 1054del
.C
CCCN.
Modificación convencional de los plazos de caducidad.- Establece el art. 1055 del CCCN que
estos plazos pueden ser aumentados convencionalmente. La caducidad es un plazo cuyo
DD
vencimiento ocasiona la extinción del derecho. Según se desprende del art. 2571 del CCCN, las
partes solo pueden renunciar o alterar las dísposícíones legales sobre caducidad, cuando se trata
de derechos disponíbles. Por ser la garantía sobre los vicios ocultos un efecto natural de los
contratos onerosos, se justifica que los contratantes puedan modificar el régimen establecido por
la ley, en cuanto los derechos que se confieren al adquirente, en dicha reglamentación revisten el
LA
carácter de disponibles. Por lo tanto, las partes pueden estipular plazos de caducidad que
aumenten los establecidos, como lo dispone el art. 1055 citado. Sin embargo, cabe pensar que,
pese a lo circunscripto de dicha previsión, que solo se refiere al aumento de los plazos, no existe
obstáculo alguno para que a las partes les sea dable, de común acuerdo, fijar plazos menores. Si es
posible renunciar a la garantía, es razonable considerar que puede ser sometida
FI
Prescripción.
Aparte de estos plazos de caducidad a que está sometido el derecho, también el Código Civil y
Comercial fija un plazo de prescripción para el ejercicio de las acciones del adquirente. Lo anuncia
el párrafo final del art. 1055, al establecer que la prescripción de la acción está sujeta a lo
dispuesto en el Libro Sexto. Concretamente, el inc. a) del art. 2564 del CCCN dispone que
prescribe al año "el reclamo por vicios redhibitorios".
Legitimación
Reiteración de lo expresado con respecto a la evicción.- Tal cual se ha señalado con respecto a la
garantía de evicción, la responsabilidad por vicios ocultos, que integra lo que el Código Civil y
Comercial denomina como obligación de saneamiento, también tiene la singularidad en lo que atañe
a la legitimación activa, de que no solo existe entre las partes que contratan la transferencia de un
derecho sobre un bien a título oneroso, sino que puede ser hecha valer por vía ascendente, contra
todos los antecesores que comprometieron a título oneroso la transferencia de un derecho sobre
dicho bien con el vicio. Así, el adquirente a título gratuito, si bien carece de derecho contra su
OM
16
contraparte, puede ejercer en su provecho la acción de responsabilidad contra dichos antecesor es
que efectuaron la transferencia a título oneroso (art. 1033, incs. a y e, CCCN). También la
responsabilidad comprende la partición de bienes (art. 1033, inc. b). Cabe repetir que, como
corolario de lo expresado, las obligaciones que integran la responsabilidad por vicios pueden recaer
sobre varios obligados. De conformidad con el art. 1042 del CCCN, los responsables por el
saneamiento en virtud de enajenaciones sucesivas, son obligados concurrentes. En tal carácter,
.C
conforme con el art. 850 del CCCN, tales deudores deben el mismo objeto por causas diferentes. Vale
decir que el adquirente puede reclamar el saneamiento contra cualquier transferente en esa cadena
de transmisiones. A su vez, de acuerdo con lo establecido por el art. 851, inc. h), la acción de
contribución del obligado que afronta la deuda, se rige por las relaciones causales que originan la
DD
concurrencia. Por lo tanto, el obligado que efectuó la primera transmisión carece de acción de
contribución. Los restantes pueden ejercerla contra los anteriores que transmitieron el derecho con
el vicio. Finalmente, en los casos en que un bien hubiere sido enajenado simultáneamente por varios
copropietarios, estos solo responderán en proporción a su cuota parte indivisa, excepto que se haya
pactado solidaridad (art. 1042, CCCN).
LA
conservar la cosa en buen estado que pesa sobre el locador, en virtud de la cual responde por los
deterioros que ella pueda experimentar que no sean ocasionados por la acción del locatario o sus
dependientes. La distinción estriba en que los vicios redhibitorios son defectos que desde un punto
de vista técnico, jurídico o económico, cabe reputar que no son susceptibles de reparación.
Asimismo, la diferencia que presentan tales vicios redhibitorios en la locación, con el régimen
ordinario de los vicios ocultos, es que en la locación no solo se responde por los defectos originarios,
esto es, los existentes en el momento de la entrega de la cosa, sino también por los que sobrevienen
en el curso de la locación. Asimismo, no ha consignado ninguna norma específica sobre la obligación
de saneamiento en el contrato de obra, en el que la obligación fundamental del contratista es una
obligación de hacer, lo que plantea algunas particularidades que deberían haber sido tenidas en
consideración.
La invocación del error (JUAN MANUEL APARICIO. Contratos Parte general -1 2DA EDICION)
El art.1043 del CCCN.- El art. 1043 del CCCN establece que el obligado a saneamiento no puede
invocar su ignorancia o error, excepto estipulación en contrario. Cabe reiterar que el error vicia la
voluntad y es causa de nulidad del contrato. Especialmente en materia de responsabilidad por
vicios, como estos deben ser ocultos y el adquirente debe, por lo tanto, ignorarlos al celebrar el
OM
17
El art. 11 de la Ley de Defensa del Consumidor.- Una relación de parentesco con la responsabilidad
por los vicios que ha sido examinada, tiene la garantía legal establecida por el art. 11 de la Ley de
Defensa del Consumidor 24.240, con las modificaciones introducidas por las leyes 24.999 y 26.361.
Dispone el precepto mencionado: Cuando se comercialicen cosas muebles no consumibles conforme
lo establece el art. 2325 , el consumidor y los sucesivos adquirentes gozarán de garantía legal por los
.C
defectos o vicios de cualquier índole, aunque hayan sido ostensibles o manifiestos al tiempo del
contrato, cuando afecten Ja identidad entre lo ofrecido y lo entregado, o su correcto funcionamiento.
La garantía legal tendrá vigencia por tres meses cuando se trate de bienes muebles usados y por seis
DD
meses en Jos demás casos a partir de Ja entrega, pudiendo las partes convenir un plazo mayor. En
caso de que Ja cosa deba trasladarse a fábrica o taller habilitado el transporte será realizado por el
responsable de la garantía, y serán a su cargo los gastos de flete y seguros y cualquier otro que deba
realizarse para la ejecución del mismo".
Contratos comprendidos.- El ámbito de la garantía es el de la comercialización de las cosas muebles
no consumibles. Son cosas no consumibles las que no dejan de existir por el primer uso que de ellas
LA
Objeto de la garantía.- La garantía tiene por objeto los defectos o vicios de cualquier índole que
afecten la identidad entre lo ofrecido o entregado, o su correcto funcionamiento. § 1662.
FI
Diferencia con la responsabilidad por vicios ocultos. (JUAN MANUEL APARICIO. Contratos Parte general -1 2DA EDICION)
Carácter imperativo de las En primer término, las normas que reglamentan esta garantía
normas que integran el legal son imperativas. A diferencia del papel que desempeña la
Los vicios no deben ser graves En segundo lugar, a diferencia del régimen ordinario de la
responsabilidad por vicios, no es necesario que los defectos
sean graves. Cualquier defecto que impida el correcto
funcionamiento de la cosa, determina la operatividad de la
garantia legal.
Los vicios no deben ser En tercer lugar, otro requisito de la responsabilidad por vicios,
ocultos reside en que debe tratarse de defectos ocultos. El adquirente
no debe haberlos conocido ni debido conocer en el momento
de entrega de la cosa. En cambio, con el desiderátum de
brindarle la máxima tutela al consumidor, la garantía legal se
extiende a los vicios y defectos "ostensibles o manifiestos al
tiempo del contrato". Por "tiempo del contrato" se debe
entender el momento de la adquisición del derecho sobre el
bien, que se produce con la entrega de la cosa. Esta solución no
solo se ajusta al sistema establecido por nuestro ordenamiento
jurídico al respecto, sino que, asimismo, la entrega desempeña
OM
18
el papel protagóníco de constituir el momento en que el
adquirente puede examinarla y el que fija el término inicial del
lapso de duración de la garantía.
La prueba de la existencia de En cuarto y último término, otro requisito de la
los vicios.- responsabilidad ordinaria por vicios ocultos consiste en que el
defecto debe existir el tiempo de la adquísícíón del derecho
.C
sobre la cosa, esto es, como se acaba de expresar, al momento
de su entrega. La carga de la prueba de esta exigencia pesa
sobre el adquirente. Existe unanimidad de pareceres, respecto
de que en la garantía legal debe presumirse que todo vicio o
DD
defecto que presente la cosa durante el lapso de la garantía, es
orígínario34. Es a cargo del garante demostrar lo contrarío. La
prueba de descargo solo puede versar en que el defecto se
produjo por culpa del consumidor, a raíz de un mal uso de la
cosa, contrariando las instrucciones que le fueron
LA
Plazo legal La garantía tiene vigencia durante el plazo de tres meses cuando se trate de cosas
muebles usadas o de seis meses, en los demás casos. El término se computa a
partir de la entrega de la cosa (art. 11, párr. 2°, Ley de Defensa del Consumidor).
Se trata de un plazo de caducidad, que concierne a la duración del derecho del
consumidor.
Plazo mayor El art. 11 de la Ley de Defensa del Consumidor, aclara que las partes pueden
convenir un plazo mayor. Como se ha adelantado, tal previsión es el obvio
corolario del carácter imperativo de estas normas que tutelan a la parte débil del
contrato. La protección que establecen no puede ser transgredida por las
estipulaciones de las partes, siendo nulas las que las vulneren.. Toda cláusula que
mejora en beneficio del consumidor el régimen de la garantia legal, constituye lo
que se denomina garantía convencional, que solo puede representar un plus en
favor del consumidor, y se rige, en principio por lo que las partes acuerden.
Existen casos, por ejemplo en la venta de automotores, en que el plazo de la
OM
19
estipulación que conculque el régimen legal como sorpresiva, pues viola la
confianza y las legítimas expectativas del consumidor. Por tanto, tales
estipulaciones quedan impregnadas de la invalidez que tenían ab initio, durante
todo el lapso fijado para la duración de la garantía.
.C
Beneficiarios y responsables (JUAN MANUEL APARICIO. Contratos Parte general -1 2DA EDICION)
Todos ellos, además, responden solidariamente (art. 13, ley 24.240). Pese a que esta
obligación con pluralidad de sujetos no puede decirse que se origina en una causa única, la
ley le asigna el carácter de solidaria, por lo cual debe aplicarse el régimen establecido por el
art. 827 y siguientes del CCCN35. El deudor que efectúe el pago, tiene las acciones de regreso
contra los otros, según el sistema de contribución previsto en el art. 840 del CCCN.
FI
Servicio postventa (JUAN MANUEL APARICIO. Contratos Parte general -1 2DA EDICION)
El servicio y la garantía.- La garantía legal tiene en mira, primordialmente, los bienes que se
producen en serie y están dotados de un funcionamiento ya sea mecánico, eléctrico, electrónico o de
otra índole. La ley persigue facilitar la subsanación de los vicios que puedan manifestarse, por vía de
la reparación. En cumplimiento de este objetivo, exige la prestación de un servicio postventa que
permita el logro de ese desiderátum. En este orden de ideas, el art. 12 de la Ley de Defensa del
Consumidor prescribe que los fabricantes, importadores y vendedores de las cosas mencionadas en
el artículo anterior, deben asegurar un servicio técnico adecuado y el suministro de par· tes y
repuestos. El aseguramiento de tal servicio atañe, ante todo, a la efectividad de la garantía. Torna
posible que durante la vigencia de ella, el consumidor pueda acceder a la reparación y corrección de
los defectos. Esa reparación, por supuesto, debe ser gratuita, y los gastos que exija son a cargo
exclusivo del responsable. Así lo establece expresamente el art. 14, inc. b) del decr.-regl. 1798/94.
Proyección del servicio más allá de la garantía.- Empero, la trascendencia de dicho servicio
postventa se proyecta más allá de la duración de la garantía legal. Vencido el plazo de ella, permite
que el adquirente de la cosa tenga la posibilidad de encontrar personas capacitadas e idóneas para
subsanar los defectos que se generen posteriormente, como, asimismo, adquirir los repuestos
necesarios a tal fin, haciéndose cargo, como es obvio, de los gastos consiguientes. El cumplimiento
de esa obligación, es dable que evite la obsolescencia prematura de ciertas categorías de este tipo de
bienes. El decr.-regl. 1798/94, establece que el servicio técnico adecuado y el suministro de partes y
repuestos debe mantenerse durante el tiempo que indiquen las reglamentaciones que dicte la
Autoridad de Aplicación 36. Agrega que deberá asegurarse el suministro de partes y repuestos
nuevos durante la vigencia de la garantía. La utilización de piezas usadas será permitida so loen
aquellos casos en que no existan en el mercado nacional piezas nuevas o cuando medie autorización
expresa del consumidor.
La reparación y el transporte.- La reparación puede exigir que la cosa deba trasladarse a fábrica o
OM
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a un taller habilitado. En tal caso para consolidar la regla de que la reparación debe ser gratuita para
el consumidor, el responsable de la garantía debe asumir, exclusivamente, los costos que ella exija.
El art.11 de la ley dispone que "el transporte será realizado por el responsable de la garantía, y
serán a su cargo los gastos de flete y seguros y cualquier otro que deba realizarse para la ejecución
del mismo". El decr.-regl. 1798194 establece que cuando la cosa tenga que trasladarse a fábrica o
taller para efectivizar la garantía, el consumidor deberá notificar al responsable para que dentro del
.C
plazo de cuarenta y ocho horas de recibida la comunicación realice el transporte. Si este no se lleva a
cabo dentro de ese lapso, el consumidor podrá disponer el traslado sin comunicación previa al
responsable de la garantía. En tal caso el responsable no quedará obligado sino hasta el importe del
flete y seguro corriente en plaza. El traslado deberá hacerse hasta el centro de reparación más
DD
próximo al lugar donde la cosa se encuentre, si no indicare otro el responsable de la garantía.
Aunque la ley no lo señale expresamente, va de suyo también que el responsable de la garantía debe
hacerse cargo del transporte de la cosa reparada desde la fábrica o taller autorizado, hasta el
domicilio del consumidor. Es otro forzoso corolario del carácter gratuito de la reparación. Se ha
señalado con acierto, que la gratuidad que establece el art. 11 de la Ley de Defensa del Consumidor
LA
respecto del traslado de la cosa, debe ser interpretada conforme con el principio de la buena fe.
Consecuentemente, el consumidor no puede rehusarse a hacerse cargo de dicho traslado al service,
ubicado en su propia ciudad, cuando se trata de cosas de fácil remoción 37.
El certificado de garantía (JUAN MANUEL APARICIO. Contratos Parte general -1 2DA EDICION)
FI
Constancia de Ja reparación. Suspensión del plazo legal (JUAN MANUEL APARICIO. Contratos Parte general -1 2DA EDICION)
La suspensión del plazo legal.- El art. 16 de la Ley de Defensa del Consumidor dispone que
el tiempo durante el cual el consumidor está privado del uso de la cosa en garantía, por causa
relacionada con su reparación, debe compu· tarsecomo prolongación del plazo legal.
OM
21
Configura este supuesto, excepcionalmente, una suspensión del plazo de caducidad que la ley
establece para la duración de la garantía. Se ha criticado con acierto el temperamento legal,
en cuanto la solución aconsejable habría sido dejarsin efecto el plazo primitivo fijado y
reiniciar el cómputo de uno nuevo a partir de la entrega de la cosa reparada. En el art. 16, la
ley tiene en consideración, como el término a-quo del plazo de suspensión, aquel a partir del
cual "el consumidor está privado de la cosa en garantía". Dicho momento es aquel en el que
.C
se produce el desperfecto que priva al consumidor del correcto funcionamiento con que
puede hacer uso de ella, con tal que haya denunciado este hecho al responsable is. En
relación con el transporte de la cosa, recibida la notificación por el responsable, hecha por el
consumidor, según lo previsto por el art. 11 del decr.-regl. 1798194, dicha recepción debe ser
DD
considerada como la fecha inicial del cómputo del plazo de suspensión.
Efectos de Ja garantía (JUAN MANUEL APARICIO. Contratos Parte general -1 2DA EDICION)
persigue como objetivo principal que los vicios que puedan manifestarse durante el lapso de
la garantía sean reparados. En torno de esta subsanación de los vicios, gira el núcleo de los
efectos que la ley asigna a la garantía.
cuando la reparación efectuada no resulta satisfactoria por reunir la cosa reparada las
condiciones óptimas para cumplir con el uso al que está destinada, según expresa el art. 17
de la Ley de Defensa del Consumidor, se le brindan a este las siguientes opciones: a) pedir la
sustitución de la cosa adquirida por otra de idénticas características. En tal caso el plazo de la
garantia legal se computa a partir de la fecha de la entrega de la nueva cosa; b) devolver la
cosa en el estado en que se encuentre a cambio de recibir el importe equivalente a las sumas
pagadas, conforme el precio actual en plaza de la cosa, al momento de abonarse dicha suma o
parte proporcional, si hubiere efectuado pagos parciales; y c) obtener una quita proporcional
del precio. En todos los casos, la opción por parte del consumidor no impide la reclamación
de los eventuales daños y perjuicios que pudieren corresponder.
lado, en los supuestos de falta de conformidad stricto sensu, esto es, cuando se haya
entregado una cosa por otra, el remedio que debe considerarse normalmente procedente es
el del reemplazo de la cosa recibida, por otra de la identidad de la que fue ofrecida y debió
haber sido entregada.
El reemplazo de conjuntos y piezas.- Solo resta mencionar la última parte del art. 17 del
decreto-reglamenta río. Prescribe que, con carácter previo a la sustitución de la cosa, sí esta
estuviera compuesta por conjuntos, o conjuntos y/o diversas piezas, el responsable de la
garantía podrá reemplazar los que fueran defectuosos. La sustitución de partes de la cosa
podrá ser viable siempre que no se alteren las cualidades generales de la misma y esta vuelva
a ser idónea para el uso al cual está destinada. Cabe reflexionar que esta sustitución o
OM
22
reemplazo de partes de la cosa, no deja, en el fondo, de ser una reparación.
La resolución y la quita proporcional del precio.- Las otras dos alternativas que se prevén para la
elección del consumidor, dentro de la triple opción que se abre a su favor cuando la reparación no es
satisfactoria, son un símil de los remedios tradicionales en materia de vicios. Por un lado, #devolver
la cosa ene/ estado en que se encuentre a cambio de recibir e/ importe equivalente a /as sumas
.C
pagadas" (art. 17, inc. b, Ley de Defensa del Consumidor). Se trata de la acción que tiene la fisonomía
propia de lo que tradicionalmente ha sido la acción redhibitoria. En virtud de ella, el comprador deja
sin efecto el contrato, con el efecto de que puede devolver la cosa al comprador y exigir la
restitución del precio pagado. Es una acción de resolución que tiene efectos ex tune. La otra acción
DD
es la quantiminoris, que consiste en "obtener una quita proporcional del precio" (art. 17, inc. c, Ley
de Defensa del Consumidor), o sea, exigir que se baje del precio el menor valor de la cosa por el vicio
que la afecta.
El cálculo del precio que debe restituirse cuando se resuelve.- Prescribe además el inc.b)
LA
del art. 17 de la Ley de Defensa del Consumidor, que el importe equivalente del precio que
tiene derecho a recibir el consumidor a cambio de la devolución del bien, debe calcularse
"conforme con el precio actual en plaza de fa cosa, al momento de abonarse dicha suma o
parte proporcional, si hubiere efectuado pagos parciales". Como el objetivo es establecer un
régimen para los vicios o defectos de las cosas muebles no consumibles que se comercializan
FI
en el mercado, cabe presuponer que esta suerte de actualización del precio que debe tenerse
en cuenta para calcular el monto de la devolución, según la ley, tiende a tutelar al
consumidor. Si cuando opta por la sustitución de una cosa debe recibir una cosa nueva,
cuando elige resolver el contrato, la devolución del precio a que tiene derecho debe ponerlo
en condiciones de adquirir una cosa de idéntica calidad de la que fue objeto del contrato
Quita proporcional del precio.- El criterio que debe utilizarse para determinar la quita del
precio que debe practicarse en el supuesto previsto por el inc. e) del art. 17 de la Ley de
Defensa del Consumidor, consiste en tener en cuenta el valor que tenía la cosa al tiempo de
su adquisición y la proporción que cabe restarle a una cosa que, en dicho momento,
presentare el defecto de que se trate.
La reparación del daño.- De todas maneras, el último párrafo del art. 17 de la Ley de Defensa del
Consumidor, establece que en todos los casos, la opción por parte del consumidor no impide la
reparación de los daños y perjuicios que pudieren corresponder. Cualquiera sea el criterio que se
aplique para el cálculo de la restitución del precio o la quita, por la vía complementaría de la
reclamación de los daños y perjuicios, es dable que, en definitiva, se obtenga un resultado final más
equitativo y favorable para la persona que la ley tutela. Entre los daños susceptibles de reparación,
se cuentan los producidos por la privación del uso, cuando la reparación excede el lapso de duración
razonable42. No debe perderse de vista, además, que para ejercer el derecho a reclamar los daños
que puedan resultar el vicio o riesgo de la cosa, puede confluir la aplicación del art. 40 de la Ley de
Defensa del Consumidor.
OM
23
. Prescripción.- La ley fija el plazo de duración de la garantía. Dentro de ese término, debe
manifestarse el defecto, y el consumidor tiene que formular el correspondiente reclamo al
responsable en ejercicio de su derecho. A partir de ese momento, cuando tal reclamo es desoído o
bien rechazado, comienza a computarse el plazo de prescripción para el ejercicio de la acción
judicial. Habida cuenta la modificación introducida por la ley 26.994 al art. 50 de la Ley de Defensa
del Consumidor, cabe estimar que corresponde entenderque dicho plazo es de un año, conforme con
.C
lo establecido por el inc. a) del art. 2564 del CCCN. No debe perderse de vista que la prescripción se
interrumpe por el inicio de actuaciones administrativas según lo que prescribe el texto vigente del
mencionado art. 50 de la Ley de Defensa del Consumidor.
DD
Los vicios redhibitorios en la ley de Defensa del Consumidor. (JUAN MANUEL APARICIO. Contratos Parte general -1 2DA
EDICION)
El art. 18 de la Ley de Defensa del Consumidor.- El art. 18 de la Ley de Defensa del Consumidor
LA
el ejercicio de ese derecho. En primer lugar, que el vendedor hubiera conocido por razón de su oficio
o arte, los vicios o defectos ocultos de la cosa vendida y no los hubiera manifestado al comprador. En
segundo lugar, requería que el comprador ejerciera la acción de rescisión del contrato, esto es, la
acción redhibitoria, lo cual significaba la exclusión del derecho en la acción quanti minoris.
La aplicación de pleno derecho.- Según el inc. a) del art. 18 de la Ley de Defensa del Consumidor,
dicho art. 2176 debía aplicarse de pleno derecho. Aunque la expresión distaba de ser clara, cabía
entender que su aplicación debía hacerse sin sus condicionamientos. Por lo tanto, cuando el
consumidor hacía uso de la opción, la responsabilidad se convertía en objetiva y la indemnización
de daños también podía proceder cuando se ejercía la acción quanti minoris.
El art. 2170 del ce.- A su vez, el art. 2170 del CC liberaba de la responsabilidad por los vicios
redhibitorios al enajenante, si los hubiera conocido o debiera haberlos conocido por su profesión u
oficio. En consecuencia tal conocimiento del adquirente no era óbice para la procedencia de la
responsabilidad reclamada por el consumidor.
La situación actual.- Llama la atención que la ley 26.994 que derogó el Código Civil de Vélez y
aprobó en su reemplazo el Código Civil y Comercial, con un anexo en que modificó diferentes leyes,
entre ellas, la ley 24.240, haya pasado por alto la necesaria modificación de este artículo, cuyo
contenido se deriva de una remisión a preceptos que deroga. Más allá de las serias dudas sobre la
vigencia del art. 18, cuadra considerar que, habida cuenta a las modificaciones introducidas al
régimen de la responsabilidad por vicios ocultos, el consumidor carece de interés para intentar con
provecho, la canalización de su reclamo por la vía del sistema general de responsabilidad por vicios
ocultos, prescindiendo de la tutela que le brinda la garantía legal.
OM
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inc. by 1117, CCCN). Los arts. 1038, inc. a) y 1040, inc. a), que parecen haber sido redactados
teniendo en cuenta al consumidor. contribuyen a que ese régimen general le brinde a este una
protección con un grado de total similitud, a la que procura la garantía legal en materia de la
comercialización de cosas muebles no consumibles.
.C
DD
BIBLIOGRAFIA UTILIZADA:
Código Civil y Comercial de la Nación. Dir: Graciela Medina, Julio C. Rivera. Cord: Mariano Esper
BIBLIOGRAFIA UTILIZADA:
FI
Código Civil y Comercial de la Nación. Dir: Graciela Medina, Julio C. Rivera. Cord: Mariano Esper