Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Te tengo todo marcado como un yacimiento arqueológico. No es extraer los restos de ti lo que
persigo –ruinas de una ciudad tallada en la arenisca– lo que quiero es penetrarte taladrar la piedra
de tu cuerpo y este sexo cóncavo de mujer se vuelve inútil para mi deseo.
Cavo en tu ombligo
y te observo respirarme.
no es eso
Detesto las imprecisiones cuando dices todo el tiempo en realidad deberías decir en
ocasiones. Detesto aún más la ligereza con la que usas ciertas palabras cómo construyes frases
enteras sin cimientos. Cuando dices todo tiene más sentido a tu lado siento ganas de hacerte
daño físicamente.
Una X o una Y. El rostro es la máquina terrorífica que propaga las ondas de lo Mismo hasta la
extinción de lo que no se deja identificar. 0 y 1. Rostro despótico, su extrema crueldad solo es
comparable a su extrema estupidez. Quiero partir, huir del eco de esa absurda liturgia, atravesar el
horizonte en un barco de vela. Fluidos potenciales que se liberan y oscilan en alta mar.
Nosotras tenemos una piedra azul, otra verde / y por extraño que parezca / aunque los huesos y la
carne de nuestros cuerpos / llenen el espacio de textualidades, por extraño que
parezca / existimos donde no pueden vernos ni tocarnos /
Idea Vilariño
Yo quisiera llorando
Decírtelo
Mostrarte
Decirte destrucción
Y que tú me entendieras
O decirte se fue
El verano se fe
O decirte
No te amo
Y que tú me entendieras
I.M.
ya no sé qué es mi corazón
no sé si ha sido domesticado
o nunca fue silvestre
Estoy cansada, la utopía y la norma me marean entre ellas. Yo quería dinamitar todas las reglas de
la piel y del contacto, que quedaran suspendidas y sirvieran solo para mirarlas como estrellas: bien
muertas y distantes. Pero aquí, recostada, las rearmo en constelaciones y no puedo escaparme del
lenguaje que conozco.
El amor es un cadáver putrefacto: una aproximación muy lejana al amor Nydia Pando
Entonces la revolución soy yo con un fusil en la cabeza mirándome al espejo y balbuceando para
sentir que alguien me escucha pero también que alguien me domina y me corta la voz; que me
introduce a la fuerza la cuchara llena y soy yo con un fusil en la cabeza queriendo cazar mi propio
alimento, mirándome al espejo porque este mundo me ha dejado huérfana y «yo también estoy
muy mal [...], o peor. O sea
ue dispárame un tiro entre los ojos... o sálvame», decía Frank Yerby en Mayo fue el fin del mundo.
No hay salvación y nadie se atreverá a darme ese tiro. Mucho menos yo misma.
Somos el espectáculo, glotones que tragaron lo que nos daban imaginando que eso era el amor,
pero nos han engañado y la digestión nos está haciendo trizas; pero hay que aguantar porque,
como dice el dicho: de tripas, corazón. Me digo, mirando
el filme, «no obedezcas para seguir afuera»,
Rex
uno en la playa
solo eso
un churrito
pero ni tanto
esta demise(x)ualidad sino puede ser hostil
ese tatuaje
ese rayo
esa tormenta