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Anáfora Catáfora y Elipsis
Anáfora Catáfora y Elipsis
ENDOFÓRICA:
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Hay dos tipos generales
de mecanismos de referencia:
Mecanismos léxicos:
o Son los que el sustituto es una palabra de significado
plenamente léxico (sustantivos, adjetivos…).
Mecanismos GRAMATICALES:
o La palabra utilizada como sustituto es una palabra de
significado gramatical (pronombres, morfemas verbales…).
o Se trata de proformas: formas en lugar de otras o
morfemas especializados en la función de sustitutos
(pronombres: este, su, que, etc.; proverbos del tipo hacer;
proadverbios: allí, entonces, o proformas léxicas: cosa,
persona).
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Pueden aludir a
elementos del enunciado (intratextuales)
o a elementos del acto de la enunciación (extratextuales)
La referencia exofórica remite a la relación de un elemento
del texto con entidades de su entorno inmediato (tiempo,
lugar, participantes) o compartido por los interlocutores, esto
es, el contexto discursivo. Algunos autores, como É.
Benveniste, denominan a este tipo referencia deíctica o deixis.
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Dentro de la
REFERENCIA GRAMATICAL ENDOFÓRICA
se distingue entre:
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ANÁFORA o referencia anafórica:
la remisión a elementos anteriores en el texto
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CATÁFORA o referencia catafórica:
la referencia a elementos posteriores
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ELIPSIS
un elemento presente y un elemento ausente en el
discurso establecen una relación a causa de una
identidad de referencia o de sentido
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«los signos de puntuación no son únicamente meras marcas
ortográficas para delimitar oraciones o para señalar las
pausas del discurso, sino que son elementos que contribuyen
a dotar de cohesión al texto, bien haciendo referencia a
elementos aparecidos anteriormente, bien estableciendo
relaciones lógicas entre las diversas cláusulas y oraciones que
componen el discurso escrito. Los signos de puntuación son
fundamentales para jerarquizar y organizar la información
que se nos proporciona y constituyen un eficaz sistema para
guiar al lector en el proceso de comprensión del texto
escrito.»
J.Roselló
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(1) El niño perdió el juguete; su padre, el dinero.
Sabemos que, desde el punto de vista normativo, se ha de utilizar la coma en los casos
en que se omite un verbo, porque ha sido anteriormente mencionado o porque se
sobrentiende. Pero es que, además, en (1) la coma actuaría también como un
elemento anafórico, al remitir directamente al verbo citado con anterioridad, de la
misma manera que cualquier proforma recupera una información ya mencionada.