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El amor desde la perspectiva de Oscar Wilde en

“El Fantasma de Canterville”


Por: Flavia Riboty Clausi
Oscar Wilde, aclamado poeta y escritor irlandés destacaba por su humor, creatividad y elegancia
al relatar historias. Además, sus descripciones detallas, las cuales enfatizan siempre en el “yo” o
en el ser humano en sí, lo llevan a ser uno de los mayores representantes del Romanticismo. Las
varias experiencias de vida de Wilde, dan fruto a una de sus obras mas conocidas: “El fantasma
de Canterville”. En este cuento se relata acerca de un ente que atormenta la vida de los
residentes de la mansión Canterville. Se abordan temas como la empatía, el materialismo, la
espiritualidad e incluso el amor. Wilde propone en este libro las varias representaciones del
amor y las presenta tanto de manera explicita como sutil.
La primera manera en la que plantea este sentimiento es con el amor patriótico. Desde los
primeros capítulos Oscar muestra al fantasma como un ser orgulloso de su país y nacionalidad.
Además, en varias ocasiones, debido a sus experiencias desagradables con la familia del señor
Hiram B. Otis, este generaliza a los norteamericanos como gente incivilizada. Esto se puede
notar en el capitulo V, cuando durante su conversación con Virginia, el sir Simon habla con ella
sobre los pocos modales de los norteamericanos y como no disfrutaría en absoluto visitarlos. El
amor a su país por parte del ente fantasmal se ve presente a lo largo del relato y es tan solo una
de las formas en las que Wilde introduce al amor.
Abarcando aun mas tópicos relacionados al sentimiento en cuestión, también podemos
encontrar al amor puro, como el que el duque de Cheshire siente por la dulce Virginia. Este se
manifiesta cuando el joven va a buscarla el día que ella desaparece a pesar de las ordenes
contrarias que le habían dado los adultos por su seguridad. Cuando el chico la encuentra este
ella de emoción y, debido al noble acto de salvar al fantasma por parte de la adolescente, él la
llama un “ángel”. Finalmente, la pureza del cariño del duque se puede evidenciar cuando este le
dice: “Puedes conservar tu secreto tanto tiempo como yo posea tu corazón”. Arias, M. (Ed.).
(2001). El fantasma de Canterville. Santillana.
Las últimas representaciones del amor que se pueden identificar son, en este caso, el amor a lo
material y a lo espiritual, creando una perspectiva única para los personajes del cuento de lo que
les rodea en su entorno. Para los amantes de lo material, en este caso gran parte de la familia
Otis, su fascinación por los bienes sale a la luz en ciertas ocasiones, siendo estas las siguientes:
Cuando compran la mansión sin tener alguna preocupación por el fantasma, restándole
importancia al espíritu que llevaba atormentando varias generaciones por el simple hecho de
querer poseer una propiedad; cuando ignoran la preocupación de la criada, la señora Umney,
respecto a la mancha de sangre que había sido borrada y las consecuencia que esa acción les
traería a los habitantes de la casa y por último, cuando al discutir sobre que harían respecto al
desmayo de la criada, su primera alternativa fue el reducir el salario de la misma. En cuanto a lo
espiritual, podemos ver este tipo de amor por parte de Virginia, quien al enterarse del martirio
del fantasma no pudo sentir nada más que pena y empatía, y aquellos mismos sentimientos la
guiaron a que ayudara al Sir. Louis a alcanzar la paz eterna. En adición, cabe resaltar que
Virginia siempre se muestra respetuosa a los eventos paranormales que ocurren, por ejemplo,
cuando se encuentra con el fantasma de Canterville y tienen una conversación, ella menciona
que sabía que se había llevado sus oleos, demostrando de una forma mas sutil que ella nunca
llego a negar su existencia como los otros miembros de la familia. El respeto de Virginia a lo
sobrenatural y su fe en lo espiritual son muestras de como el autor representa el amor más allá
de lo material en el relato.
Tomando en cuenta todo lo previamente mencionado, no cabe duda que Oscar Wilde era un
verdadero romántico. Sus diferentes y sutiles representaciones del amor tales como el
patriotismo de los personajes, la inquebrantable relación de Cecil y Virginia, la fe, la buena
voluntad, y el contraste del amor a lo material y a lo trascendental; nos demuestran la
importancia que Wilde le da al principio del Romanticismo, el cual prioriza al sujeto antes que
al objeto. Sin embargo, esto mismo nos lleva a plantearnos las siguientes preguntas ¿Qué habría
pasado con el fantasma de Canterville si el amor no hubiera estado presente tan explícitamente
como lo está de por sí en el libro? ¿Llegaría a conocer a Virginia y finalmente liberar su alma, o
se quedaría encerrado en Canterville por otros 300 años?

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