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¿Qué es la literatura medieval?

La literatura medieval agrupa el conjunto de las producciones artísticas escritas de Europa


que datan de los mil años que duró el Medioevo, el período histórico comprendido entre la c
aída del Imperio Romano en el siglo V y el descubrimiento de América en el siglo XV, y caracte
rizado por el surgimiento de una sociedad feudal agraria.

El Medioevo fue un período largo y complejo, tradicionalmente llamado oscurantismo, dado que
los márgenes de alfabetización y de distribución de la cultura letrada en Europa decayeron muc
hísimo en comparación con la Antigüedad y sobre todo con el posterior Renacimiento. El espírit
u de la época fue el religioso, y el cristianismo imperó en la cultura europea, imponiendo la fe y
los valores dogmáticos por encima de cualquier otro punto de vista.

En consecuencia, la literatura medieval presenta un marcado predominio de la religiosidad


y la literatura mística, así como la exploración de relatos y mitologías locales en clave cristian
a. Los bestiarios, las hagiografías, la poesía mística, los himnos y las liturgias fueron los género
s predominantes, si bien hacia el final del período surgió la novela, adelantándose a los cambio
s culturales inmensos que llegaron con el Renacimiento en el siglo XV.

No obstante, es complicado hablar de la literatura generada en todo un continente a lo largo de


diez siglos de historia como si fuera una sola cosa, y por eso “literatura medieval” es un título g
enérico y panorámico que posee una utilidad limitada. A menudo las obras literarias medievales
responden más a su contexto geográfico, político y cultural de aparición, que al total de la
época

Características de la literatura medieval


Desde una perspectiva muy amplia, la literatura medieval se caracteriza por lo siguient

 Se puede clasificar en dos partes: la literatura religiosa, emanada de la Iglesia y del mund
o de la cultura cristiana, y la literatura profana, menos abundante, emanada del pueblo.
 Presenta un predominio absoluto de los valores cristianos en sus distintas formas de lit
eratura, desde la lírica hasta la narrativa. Esto implica en algunas ocasiones una referencia
directa a Cristo o al Evangelio, o a veces una simbología más o menos encubierta, en la cu
al muchas veces se “cristianizó” el imaginario tradicional de los pueblos celtas, germánicos
y anglosajones, por ejemplo.
 Abundan los textos anónimos, especialmente en la literatura profana, con diversas versi
ones provenientes de la tradición oral popular. A menudo esto se debe a las dinámicas de
censura eclesiástica o fiscalización que había sobre los textos, dado que las masas popular
es eran iletradas y la circulación de la palabra escrita estaba muy restringida.
 En contraste, muchos de sus autores conocidos fueron padres eclesiásticos, monjas o
sacerdotes, en cuyas obras se indagaban conceptos de teología, filosofía, liturgia o se hac
ían críticas veladas a la propia Iglesia.
 Sus obras presentan una importante marca de oralidad, dado que a menudo eran leídas
a su audiencia, más que leídas en silencio, y ello se traduce en un predominio importante d
el verso, ya que facilita la memorización de las líneas.
 Por otro lado, el didactismo fue un rasgo importante en esta literatura, de modo que la a
compañaba un espíritu moralizante, educativo.
 Inicialmente fue compuesta toda en latín, pero a medida que avanzaban los siglos come
nzó a escribirse en lenguas vernáculas. Tanto el inglés como el francés

medievales tuvieron su momento de gloria como lengua de las letras medievales, mientras
que el español tuvo su auge hacia finales del período, durante el barroco
Los géneros más cultivados fueron el drama (las sagas), la fábula, la lírica y, hacia el
final del Medioevo, la novela.
Temas de la literatura medieval

 Los libros de caballería. La lucha de las fuerzas cristianas contra el islam o contr
a los restos heréticos de religiones europeas antiguas tuvieron su representación e
n las gestas de caballería, en las que el arquetipo del héroe repetía más o menos u
na serie de hitos iniciáticos en un viaje plagado de símbolos.
 El amor cortés. El romance entre ciudadanos del vulgo, especialmente entre past
orcillos enamorados, abundó en el medioevo, sobre todo en la literatura profana. E
ste tipo de amoríos solían ser intensos, poéticos y platónicos, y eran relatados en v
ersos y canciones.
 La poesía mística. Versos sobre la experiencia religiosa o el amor al Señor, bajo l
os cuales a menudo se disfrazaban declaraciones de amor a terceros, especialme
nte en el caso de los sacerdotes, monjas o los amores imposibles.
 La hagiografía. Las vidas de los santos, relatadas desde un punto de vista pedagó
gico, como ejemplo a seguir.
 Los bestiarios. Se trataba de libros cercanos al atlas zoológico, en los que la ficci
ón tenía un lugar importante, ya que los animales eran explicados moralmente en l
ugar de científicamente. Así, muchos eran emblema de ciertos pecados, mientras
que otros aparecían como emisarios de Dios, tomados de distintas gestas de cabal
lería o del propio Evangelio cristiano.

Obras y autores de la literatura medieval


El Amadís de Gaula. De autor anónimo, es la obra maestra de la tradición medieval española
, y uno de los libros de caballerías más famosos, de los que se burlará después El Quijote. Data
del siglo XIII o XIV y narra las aventuras de Amadís, hijo del rey Perión, un caballero andante.
Beowulf o Beovulfo. Es un largo poema épico de origen anglosajón y autor desconocido, cuy
a fecha de composición es desconocida (pero se estima entre los siglos VIII y XII). En ella se na
rra la vida y coronación del rey de los gautas, y su lucha contra terribles fieras mitológicas.
El Cantar de Roldán. Titulado La Chanson de Roland en su francés original, es un poema é
pico de miles de versos de largo, compuesto a finales del siglo XI y atribuido a Turoldo, un mon
je normando. Se supone que es el cantar de gesta más antiguo de Europa, y narra los hechos de l
a batalla de Roncesvalles, bajo el mando del Conde Roldán de la Comarca de Bretaña.
El Cantar de Mío Cid. Otro cantar de gesta anónimo, inspirado en los últimos días del Cid C
ampeador, el caballero castellano Rodrigo Díaz de Vivar. Se conserva una versión de alrededor
del año 1200, y es la primera obra poética de la literatura española.
El Cantar de los nibelungos. Cantar de gesta escrito alrededor del siglo XIII por un autor ger
mánico desconocido. En ella se reúnen distintas leyendas tradicionales germánicas, mezcladas c
on conceptos mitológicos y con hechos históricos.
Los cuentos de Canterbury. Se trata de una colección de 24 relatos escritos por el escritor y
diplomático inglés Geoffrey Chaucer (1343-1400), en algún momento entre 1387 y su muerte. C
ompuestos en verso en su mayoría, estos cuentos constituyen la obra medieval más importante d
e la lengua inglesa.
El Decamerón. Un compendio de cuentos y novelas cortas escritos por el humanista itali
ano Giovanni Boccaccio (1313-1375), cuyos contenidos van desde lo erótico a lo trágico, pa
sando por el humor. Escrito en dialecto vernáculo florentino, es una de las grandes obras d
e la literatura italiana de todos los tiempos, no sólo medieval.

¿Qué es la literatura renacentista?


La literatura renacentista o literatura del Renacimiento es el conjunto de la vasta y
variada producción literaria que se inserta en el período de la cultura occidental
conocido como el Renacimiento, que tuvo lugar entre los siglos XV y XVI.
Dicho período fue vivido como una época de esplendor, en contraste con el
oscurantismo medieval de los siglos pasados. En él se recuperaron muchos de
los valores tradicionales de la antigüedad grecolatina (y de su rica tradición literaria), a
medida que la razón humana desplazaba a la fe como el valor supremo de
la humanidad.

La literatura renacentista figura entre las más importantes, centrales y trascendentes


de la historia de Occidente, y muchos de sus autores son hoy en día clásicos. Su
difusión fue posible gracias a la invención de la imprenta hacia 1450, la aparición
de las lenguas vernáculas, y el debilitamiento de la Iglesia Católica, fruto del
advenimiento de la burguesía.

Por otro lado, la literatura renacentista presenció el nacimiento de nuevos géneros


literarios, como el ensayo y la novela. Además, surgieron nuevos modelos de métrica
poética (como el soneto, con predominancia del endecasílabo).

En estas renovaciones jugó un papel fundamental el dolce stil novo de Dante, y


también la obra del erudito y humanista italiano Pietro Bembo (1470-1547), no
sólo imitando a los grandes autores prerrenacentistas, sino también como
crítico de la literatura italiana de su tiempo.
Características de la literatura renacentista

 Surgió en los siglos XV y XVI, pero tuvo sus primeras manifestaciones en la Italia
del siglo XIII y XIV, con las figuras de Dante Alighieri (1265-1321), Francesco
Petrarca (1304-1374) y Giovanni Bocaccio (1313-1375).
 Presenció la reaparición de los motivos clásicos grecorromanos, así como de
la concepción del arte imitativo que Aristóteles desarrolla en su Poética. El
predominio de la religión como tema cede terreno de manera significativa.
 Surgieron nuevos géneros, nuevas formas de la métrica y nuevos temas,
influenciados por la filosofía del humanismo.
 Aparecieron grandes autores que serán universalmente aclamados y que hoy en
día son clásicos de la literatura.
 Los principales países en que se desarrolló una obra literaria renacentista
fueron Italia, Alemania, Holanda, España, Portugal, Francia e Inglaterra.

Temas de la literatura renacentista


El Renacimiento trajo consigo la revalorización de la antigüedad grecolatina y de
su vasta mitología, de modo que muchos de sus motivos narrativos y poéticos
comenzaron a reaparecer en la literatura occidental, luego de haber sido ignorados
durante el Medioevo.

El individualismo y la fe en la razón eran las ideas filosóficas detrás de


muchos textos de la época, lo cual en parte se debía a que muchos de los nuevos
autores habían podido tener una educación clásica, en lugar de una estrictamente
religiosa.

Estos cambios se vieron reflejados en la frecuente interrogación existencial de


los personajes literarios, como es el caso de Don Quijote, o bien en la ironía y la sátira
tan frecuentes en el teatro de Shakespeare, o incluso en la imaginación
de sociedades distintas a la real.
El debilitamiento de la Iglesia Católica permitió, por último, que muchos autores
escribieran críticas y sátiras anticlericales, lo cual tuvo una influencia determinante
(aunque en algunos casos involuntaria) en el surgimiento de la Reforma
Protestante de Lutero.

Géneros de la literatura renacentista


“El Quijote” fue la primera novela moderna.

 La lírica. El género más cultivado durante el Renacimiento fue la poesía, que vivió
una renovación de formas importante, a partir de la influencia de los autores
italianos. En este género, además, apareció una ramificación de índole religiosa,
conocida como poesía mística o poesía ascética, las cuales eran dos corrientes de
un mismo deseo de aproximarse poéticamente a la experiencia de lo sagrado.
 La novela moderna. El gran género nacido en el seno del Renacimiento fue la
novela moderna, cuyo primer texto fue El Quijote de Cervantes. Este género cobró
popularidad en los siglos posteriores y se instaló, de manera paulatina, como el
gran género moderno que Europa perfeccionó y exportó a todas las latitudes.
 La dramaturgia. Muchas de las grandes obras renacentistas están escritas para
ser representadas en un teatro. Esto se debió a que el teatro era la gran forma
de comunicación masiva heredada de tiempos anteriores, y una que no exigía del
público mayormente analfabeto la capacidad de leer. Por eso las grandes obras de
Shakespeare o del Siglo de oro español, eran piezas teatrales.
 Ensayo. Comprendido como una disertación en prosa sobre un tema específico, el
ensayo hizo su aparición en el Renacimiento. Diversos filósofos y pensadores lo
cultivaron con entusiasmo, ya que les permitía reflexionar sobre los temas
centrales y las inquietudes del momento. Este género, más que ningún otro,
reflejaba la vocación de la razón humana por dar cuenta del universo alrededor,
cosa sólo posible gracias al humanismo y al racionalismo de la época.

Autores y representantes de la literatura renacentista

 Miguel de Cervantes (1547-1616). Novelista, poeta, soldado y dramaturgo, es el


célebre autor de El Quijote y las Novelas ejemplares, y la máxima figura de las
letras hispánicas. Se le conocía popularmente como el Manco de Lepanto, por
haber perdido el uso de una mano durante dicha batalla.
 William Shakespeare (1564-1616). El máximo autor de las letras anglosajonas,
fue un dramaturgo, poeta y actor inglés, conocido como el Bardo de Avon. Es
quizá uno de los autores más célebres y apreciados del mundo entero, cuyas
obras ocupan un lugar central en la cultura occidental contemporánea.
 Nicolás Maquiavelo (1469-1527). Diplomático, filósofo y escritor italiano, fue una
figura intelectual relevante en el Renacimiento y se le considera el padre de
la ciencia política, por su libro de reflexiones en torno al poder El príncipe.
 Erasmo de Róterdam (1466-1536). Un gran humanista y filólogo neerlandés,
cultivó una extensa obra ensayística, de cartas y tratados, que tuvo una influencia
verdaderamente revolucionaria en toda Europa. Gracias a él, de hecho, se traduce
por primera vez el Nuevo Testamento al inglés y al alemán.
 Garcilaso de la Vega (c. 1498-1536). Poeta y militar español, cuya obra se
inscribe en el Siglo de oro, adquirió un estilo petrarquista en su obra luego de
visitar Nápoles en un par de ocasiones. Escribió cuarenta sonetos, cinco canciones
y otro conjunto de textos poéticos que se consideran la máxima expresión del
Renacimiento castellano.
 François Rebelais (c. 1494-1553). Escritor, humanista y médico de nacionalidad
francesa, escribió parte de su obra empleando seudónimos, e inspirándose en
diversas tradiciones locales y populares. De ella se conoce especialmente su serie
denominada Gargantúa y Pantagruel sobre dos gigantes glotones y bondadosos.
 Michel de Montaigne (1533-1592). Filósofo, escritor, humanista y padre del
ensayo como género literario, este francés escribió toda su obra en la torre de su
castillo entre 1572 y 1592, haciéndose una única pregunta: “¿Qué sé yo?”. Se le
considera una de las mentes más prodigiosas de su época.

Obras de la literatura renacentista


Asimismo, algunas de las obras más populares del Renacimiento fueron:

 Elogio de la locura (1511) de Erasmo de Róterdam.


 La celestina (1514) de Fernando de Rojas (originalmente publicada bajo el nombre
de Tragicomedia de Calisto y Melibea).
 El príncipe (1532) de Nicolás Maquiavelo.
 Gargantúa y Pantagruel (1534) de François Rebelais.
 El lazarillo de Tormes (1554) de autor anónimo.
 Los lusiadas (1572) de Luís de Camões.
 Ensayos (1580) de Michel de Montaigne.
 Romeo y Julieta (1595) de William Shakespeare.
 El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha (1605) de Miguel de Cervantes.

El movimiento literario barroco o literatura barroca es la corriente


surgida durante el siglo XVII en algunos países europeos y
desarrollada, especialmente, en España en lo que se conoce como
Siglo de Oro.

El barroco se entiende como un período histórico y cultural sucedido


después del Renacimiento, que supuso una renovación y un
movimiento social marcado por crisis económica, la ruptura de
ideales y el asentamiento del malestar general.

Esto quedó reflejado en la literatura de la época caracterizada por


una elevada ornamentación, abundancia de detalles, exacerbación de
recursos literarios como la metáfora o el hipérbaton, que dieron como
resultado textos complejos en contenido y forma.

Veamos, a continuación, las particularidades de este movimiento en


literatura y sus autores.

Características del barroco literario

Exuberancia y exacerbación de figuras retóricas

Uno de los aspectos más singulares de la literatura barroca fueron las


formas. Los escritores del movimiento barroco trataron de alcanzar la
originalidad mediante la exacerbación de figuras retóricas, lo cual dio
como resultado textos de gran complejidad lectora que pueden
suponer un desafío para el lector.

Se buscó salir de la “vulgaridad” a través de la artificiosidad y la


dificultad, tras las cuales, en realidad, se tapaban ideas pesimistas
sobre distintos asuntos.

Así, la literatura barroca se caracterizó por una gran riqueza verbal y


la abundancia de figuras literarias como: el hipérbaton, la elipsis, la
adjetivación, la metáfora, la antítesis y la perífrasis. Toda esa
“ornamentación” servía para “ocultar” las verdaderas emociones y,
con ella, se alcanza la artificiosidad.

Temas: evolución de asuntos renacentistas y la decadencia barroca

A nivel social el barroco sucede en un momento de gran descontento,


a diferencia de la época renacentista, caracterizada por un optimismo
vital. Esto da como resultado una ruptura de ideales y el
asentamiento de la angustia y el pesimismo en la sociedad.

Todo ello se refleja no solo en el arte, sino también en la literatura


Barroca. Así, si bien la literatura barroca adoptó temas de la etapa
anterior, estos fueron “evolucionados” y presentados no como
exaltación del mundo y del hombre, sino como desvalorización de la
vida y de la naturaleza humana.

En la literatura Barroca se ven reflejados la angustia y el pesimismo;


la fugacidad y decadencia.

Algunos de los temas más recurrentes de la literatura barroca fueron


recibidos del Renacimiento, estos fueron: amorosos, épicos o
mitológicos. Otros surgen producto del descontento y con fines de
denuncia social como los morales, religiosos, políticos, picarescos y
satíricos.

Representantes y obras del barroco literario

Luis de Góngora (1561-1627)

Este poeta cordobés fue el creador y mayor representante de la


poesía culterana o gongorina. Su obra destaca por la dificultad
conceptista y la ornamentación, a través de la cual exalta una
realidad embellecida. El empleo de cultismos, el magistral
tratamiento de metáforas e hipérboles conforma su estilo
deliberadamente enrevesado.

En su poesía predominan dos estilos, el popular de metros cortos y la


poesía culterana en la que destacan obras como:

 Sonetos (1582-1624)
 La Fábula de Polifemo y Galatea (1621)
 Soledades (1613)

Francisco de Quevedo (1580-1645)

Francisco de Quevedo, autor madrileño, fue la figura más


representativa de la poesía conceptista, asimismo destacó por ser
autor de ensayo y novela. Dedicó su vida a la literatura y a la política,
que le llevó incluso a estar involucrado en distintos pleitos que lo
llevaron a prisión.

De su creación poética destaca la de temática moral, en la que


reflexiona sobre la razón y el sentido de la vida. En segundo lugar, la
poesía amorosa, donde el amor es una algo inalcanzable, una disputa
donde no hay cabida para la dicha.
Por otro lado, en la de temática satírica y burlesca en la que destaca
por la caricatura y deformar el mundo. Finalmente, en
la poesía política reflexiona sobre España y querella la corrupción.

Entre sus obras más destacadas encontramos:

 Historia de la vida del Buscón (1603)


 Sueños y discursos (1606-1623)
 Política de Dios, gobierno de Cristo, tiranía de Satanás (1626)

Lope de Vega (1562-1635)

Uno de los autores más significativos de la literatura española cultivó


casi todos los géneros. Con una gran formación en humanidades,
produjo una cuantiosa creación muy variada de la que se conservan
500 obras. Desarrolló la poesía lírica, la poesía épica, la poesía
satírica y burlesca y la de tipo popular.

En su producción teatral, Lope de Vega rompe con la fórmula teatral


clásica. Algunas de las renovaciones técnicas fueron: la reducción a
tres actos; transgresión de la regla de las tres unidades, la cual
forzaba a atender a un solo lugar, tiempo y espacio. Entre
sus obras más destacadas encontramos:

 La hermosa Esther (1610)


 La dama Boba (1613)
 El perro del hortelano (1618)
 Fuente Ovejuna (1619)

Tirso de Molina (1579-1648)

Fue una de las grandes figuras del teatro barroco español. Gran parte
de su producción se perdió, en la que cultivó una gran variedad
temática y con la que hizo grandes aportes tales como el mito del don
Juan. Entre sus obras destacan:

 El burlador de Sevilla (1630)


 El condenado por desconfiado (1635)
 Don Gil de las calzas verdes (1635)

Pedro Calderón de la Barca (1600-1681)

Autor madrileño y culmen del teatro barroco. Fue discípulo de Lope de


Vega, y cultivó una obra de gran variedad temática: religiosas,
históricas, filosóficas, legendarias, de honor, de enredo y de capa y
espada. Entre sus obras más representativas encontramos:

 La vida es sueño (1635)


 El alcalde de Zalamea (1651)
 El gran teatro del mundo (1655)

La literatura neoclásica fue la corriente literaria en la que los autores intentaron


traer la Antigüedad al presente. Su ideal de perfección y sus normativas dieron lugar
a varios estilos que, aunque serían rechazados durante la etapa siguiente, permitieron
la creación de obras armoniosas y clásicas.

¿Qué es la literatura neoclásica?

La literatura neoclásica o Neoclasicismo fue una corriente literaria del siglo XVIII
que tomó los modelos literarios grecolatinos como ejemplo a seguir.
Eso nos hace pensar en el Renacimiento, etapa en la que la cultura grecorromana
también cobró protagonismo. Ciertamente, hay una similitud entre ambas corrientes.
No obstante, existe una diferencia sencilla pero importante:
 Para los renacentistas, la literatura antigua y sus elementos eran un mundo
llamativo del que podían tomar inspiración en mayor o menor medida, sin
perder su estilo personal.
 Para los neoclásicos, la literatura grecolatina era el punto de partida obligatorio.
Debían seguir las reglas de composición de los griegos y los romanos, o, de lo
contrario, no estaban haciendo arte realmente.
Podemos notar que en el primer caso la influencia era casi opcional, mientras
que en el segundo era una imposición absoluta. Por esa razón, algunos expertos
dicen que el Neoclasicismo es la evolución máxima del Renacimiento.

¿Por qué se llama Neoclasicismo?

Se llama “Neoclasicismo” porque es el nuevo estilo clásico.


Para entenderlo mejor debemos dividir el término “Neoclasicismo”. El prefijo “neo”
significa ‘nuevo’. Por su parte, la palabra “clasicismo” se refiere a la corriente artística
clásica, es decir, la grecorromana.

Considerando el sentido de las dos partes por separado, el resultado sería ‘nuevo
clasicismo’. Este significado es perfecto, porque la literatura neoclásica es
precisamente la restauración de la literatura de la Antigüedad.

Definición, características y ejemplos de literatura antigua

Historia de la literatura neoclásica

Como ya señalamos en la definición, la literatura neoclásica se desarrolló a lo largo del


siglo XVIII. A este se le suele llamar “Siglo de las Luces” o “Ilustración”, debido a la
corriente de pensamiento de ese entonces, que resaltaba la razón y rechazaba la
mentalidad religiosa.

Ya para entonces el Renacimiento llevaba tiempo establecido como el


movimiento artístico predominante en toda Europa. Por lo tanto, el uso de
elementos de las culturas griega y romana en el arte era ya algo común.

Ese gusto se vio reforzado por dos hechos, ambos relacionados con los
descubrimientos de unas ruinas. El primero ocurrió en Herculano, en 1738; el otro, en
Pompeya y en el año 1748.

Ambas ciudades se vieron sepultadas a causa de la erupción del Vesubio en


el 79 d. C. Por suerte, el descubrimiento de las dos permitió rescatar poco a
poco una serie de manifestaciones artísticas que se conservaron en buen
estado durante todo ese tiempo.
El hallazgo impulsó aún más el interés de los artistas por reconstruir el mundo
grecorromano en su propia época. A esto se le sumó la ideología ilustrada de la
época, la cual consideraba que la cultura clásica era fina y elegante.

Todo eso fue llevando la imitación de lo grecolatino hasta el extremo, con lo cual
se convirtió en la fuente de la que todos los escritores y artistas partían para elaborar
sus obras.
Características del Neoclasicismo

La literatura neoclásica presenta una serie de características que se desprenden de


los textos grecolatinos, por un lado, y del pensamiento filosófico que estaba en auge
dentro de Europa, por el otro.

Predominio de la razón

La razón tuvo un papel predominante en la literatura neoclásica. Esto se desprende


directamente de la Ilustración, que intentaba darle el rol que se merecía tras muchos
siglos de creencias y supersticiones.

En consecuencia, la creatividad de los artistas debía verse sujeta a lo que su


razón le indicara.

A la vez, era necesario que desecharan cualquier idea asociada a la divinidad y a la


religión, puesto que ambas eran un obstáculo para el desarrollo del intelecto
humano y, por extensión, de las capacidades artísticas de una persona.

Curiosamente, la defensa de la razón acabó convirtiéndose casi en una especie de


culto para los autores. No es para menos, ya que los ilustrados (los exponentes de la
Ilustración) la consideraban una diosa —más de forma metafórica que literal—.

El arte con fines didácticos

La literatura neoclásica, tal como la clásica, tenía un propósito didáctico. Recordemos


que en la Antigüedad los autores buscaban realzar los valores de su sociedad y fijar la
cultura en los lectores o espectadores.

Esa finalidad no llegaba al límite de ser un adoctrinamiento en ningún punto. Era tan
solo un medio que tenían los escritores para mantener lo más culta posible a la
población.

Los neoclásicos retomaron también ese concepto. Por consiguiente, sus textos
dejaban de lado la simple idea de entretener, para intentar transmitir una enseñanza a
quien los leyera. De este factor dependería el valor de la obra en sí misma.

La enseñanza en cuestión podía ser de tipo moral, histórico, etc. Muchas veces
se relacionaba con la ética correcta que debía tener todo buen ciudadano.

Exigencia de disciplina

Este rasgo va unido al predominio de la razón. A través de esta, los autores debían ser
capaces de tener una disciplina intachable al momento de escribir.

No estamos hablando de horarios ni de nada parecido. Más bien, se trataba de que


cada escritor controlara su imaginación y sus sentimientos, a fin de que ninguno
de los dos le impidiese componer una obra clara, serena y racional.
En ese sentido, la inspiración no era tan libre como en otras corrientes literarias.
Cualquier idea fugaz que se le ocurriera al autor tenía que ser procesada por los
lineamientos de la razón, para saber si era digna de ser llevada al papel.

Separación de los géneros literarios

Los géneros literarios en la literatura neoclásica estaban plenamente divididos. Es


decir, cada uno tenía sus reglas y estilo propios y no debía cruzarse con ninguno
de los otros.
Ese lineamiento garantizaba la pureza de los géneros, la misma que había tenido
durante la Antigüedad. El teatro estaba destinado a la escenificación; la narrativa, a
contar historias y tramas; y la poesía, a exaltar los sentimientos del autor.

Cualquier intento de ir en contra de esa normativa era rechazado. No se permitían


las experimentaciones de ninguna clase, ya que atentaban contra el gusto fino y
clásico.

Lenguaje culto y cuidado

Para los neoclásicos, el lenguaje debía reflejar la máxima plenitud de sus capacidades
expresivas. Eso implicaba respetar tanto las normas que reglamentaban su
construcción como el léxico formal.

Con lo de “léxico formal” nos referimos a las expresiones y palabras que no


pertenecían al dialecto popular. Un término vulgar o una expresión de ese tipo no
podía tener lugar dentro de la literatura, dado que afectaba la belleza y el
esplendor de la obra artística.

Como consecuencia de eso, los personajes en los textos neoclásicos nunca se


expresan de manera coloquial. Incluso si pertenecían a la clase baja, el escritor
tenía que añadirle un vocabulario apto.

Regulación académica

Durante esta etapa ocurrió igualmente que se desarrolló una regulación académica
sobre la producción literaria. En resumidas cuentas, fueron apareciendo escuelas que
dictaban dos cosas:

 La construcción correcta de cada género, desde la estructura que debía


seguir hasta los elementos que tenían que aparecer para considerarse como
tal. Lógicamente, para esto se basaban en los modelos grecolatinos.
 Lo que era correcto y lo que no. O sea, emitían juicios acerca de qué textos
podían ser considerados de buen gusto y adecuados para la lectura. (Esto es
un antecesor directo de lo que ahora llamamos “reseña literaria”).
Todos los autores procuraban apegarse a lo que establecieron esas academias,
porque, si no lo hacían, se arriesgaban a ser desaprobados, lo cual dificultaba su
posibilidad de triunfar en la literatura.
Temas de la literatura neoclásica

La literatura neoclásica no tuvo tanta variedad de temas como algunas corrientes


anteriores. En líneas generales, hubo solamente tres:

Historia y mitología clásicas

Considerando que la literatura neoclásica está unida al mundo grecorromano, es


evidente que tanto su historia como su mitología son una de las temáticas más
recurrentes entre los autores.

La novedad aquí radica en que se tomó en cuenta la historia.

La mitología ya había sido retomada por los renacentistas, pero los eventos históricos
de Roma y la Antigua Grecia no habían recibido tanta atención como para ser el centro
de una obra. Por el contrario, preferían retratar la historia contemporánea de su país o
de Europa.

Ahora bien, la fidelidad histórica podía no ser absoluta. Después de todo, lo


importante era que el escritor respetase la formalidad exigida por la corriente.

El conocimiento racional

El conocimiento racional es aquel que se adquiere mediante la razón y la investigación


y no mediante doctrinas religiosas. Como cabe esperar, se fue volviendo un tema para
los neoclásicos debido a la influencia de la Ilustración.

El enfoque podía variar según el autor, aunque lo más común era hacer una crítica
de las ideas asumidas por la tradición cristiana. Para ello se dejaba en claro, casi
siempre de un modo ridículo, que no eran válidas; posteriormente eran contrastadas
con principios científicos y racionales.

Así, la idea quedaba opacada frente a lo que indicaba la razón.

Desde luego, una temática tan atrevida generó un rechazo por parte de la Iglesia. Sin
embargo, había libertad suficiente como para que los autores pudiesen desarrollarla
sin temor a ser encarcelados o censurados.

El republicanismo

Aunque fue un tema menor, el republicanismo (lo referente a las repúblicas) está
presente en algunas obras de esta corriente como asunto central o como una idea que
el autor busca explorar. La incorporación de esta temática se debe, por supuesto, al
contexto de la época.

Durante las últimas décadas del siglo XVIII, empezó una búsqueda de cambio del
poder en la sociedad. Hasta entonces el control había estado en manos de la
monarquía, pero una serie de eventos fueron restándole prestigio y validez.
En consecuencia, se desarrollaron varias manifestaciones y levantamientos en contra
de los reyes que fueron dando paso a la creación de países republicanos. El ejemplo
más famoso y representativo de esto es la Revolución francesa.

Toda esa agitación era para algunos autores un material de composición perfecto. En
cuanto al enfoque, este era negativo o positivo de acuerdo con la postura del escritor
respecto a las Revoluciones.

Autores y obras del Neoclasicismo

En este punto queremos centrarnos en los autores y en sus obras más


representativas. Es necesario señalar que el listado es bastante amplio, aunque
hemos seleccionado a los que tuvieron mayor éxito.

Asimismo, hemos incluido algunos que no vivieron en el siglo XVIII, sino


en el 17. Pero, dado que cumplieron con todos los lineamientos del
Neoclasicismo, podemos considerarlos como precursores de la corriente y
autores neoclásicos en toda regla.

Jean Racine

Fue uno de los dramaturgos más importantes de Francia, y ya lo era en su tiempo.


Vivió entre 1639 y 1699, así que no llegó a ver la Ilustración. Aun así, cumple todos los
estándares del Neoclasicismo.

A pesar de que quedó huérfano a temprana edad, Racine fue acogido por sus abuelos,
quienes le garantizaron una buena educación. En un principio esperaban que se
dedicara al mundo eclesiástico. Lo hizo, aunque solo por un tiempo, pues su
vocación literaria lo impulsó a dedicarse a la escritura.

La manera de crear obras que tenía este escritor es muy curiosa. Primero escribía el
texto en prosa; luego se dedicaba a armarlo en versos con una rima y una musicalidad
perfectas. El resultado final reflejaba siempre un lenguaje claro y sin adornos
innecesarios, pero muy sugerente.

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