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Contrato de Trabajo de Temporada

En la ciudad de San Miguel de Tucumán, a los 15 días del mes de marzo de 2007, reunidos los señores vocales de la
Excma. Corte Suprema de Justicia, de la Sala en lo Laboral y Contencioso Administrativo, integrada por los señores
vocales, Dres. Alfredo Carlos Dato, René Mario Goane y Antonio Gandur, bajo la presidencia de su titular, Dr.
Alfredo Carlos Dato, para considerar y decidir sobre el recurso de casación interpuesto por la parte actora en autos:
“Andrada Juan José y Otros vs. Méndez Francisco Alberto s/cobro de pesos”.

Establecido el orden de votación de la siguiente manera: Dres. Antonio Gandur, René Mario Goane y Alfredo Carlos
Dato, se procedió a la misma con el siguiente resultado:

El señor vocal, Dr. Antonio Gandur, dijo:

Viene a conocimiento y decisión del Tribunal el recurso de casación deducido por la representación letrada de los
actores contra la decisión de la Cámara del Trabajo, Sala III, de fecha 22 de diciembre de 2005, que decide admitir
parcialmente la demanda promovida por Juan José Andrada, Rafael Eduardo Andrada, Cirilo de Jesús Ledesma,
Jorge Antonio Lima, Julio César Lima y Ramón Antonio Pavón en contra de Francisco Alberto Méndez, condenándolo
a pagar la suma de pesos mil ciento veintinueve con noventa y cuatro centavos ($ 1.129,94), por los conceptos de
indemnización, art. 80, L.C.T., absolviendo a la demandada de la suma reclamada por los conceptos de
indemnización por antigüedad y SAC sobre preaviso, arts. 8 y 11 de la Ley 24.013, indemnización, art. 16, Ley 25.561
y Dto. 264/02 e indemnización por daños y perjuicios y daño moral, arts. 95 y 97 de la L.C.T., imponiendo las costas
a la vencida, las propias y el veinte por ciento (20%) de las devengadas por el actor, debiendo éste soportar el
ochenta por ciento (80%) de las propias. El recurso se concede por decisión de la misma Sala de fecha 4 de
septiembre de 2006.

I. El recurrente se agravia por cuanto la sentencia concluye que los contratos de trabajo se encontraban ya
extinguidos por el comportamiento concluyente y recíproco de las partes al momento que los trabajadores
intimaron su reintegro en el mes de junio de 2003, entendiendo de aplicación el art. 241, última parte, L.C.T., no
generando obligaciones indemnizatorias e imponiendo a la actores el ochenta por ciento (80%) de sus propias
costas.

A continuación el recurrente narra los antecedentes diciendo que sus mandantes ingresaron a trabajar en distintas
fechas, habiendo egresado Juan José Andrada el día 16 de junio de 2003; en la misma fecha los actores Rafael
Eduardo Andrada, Jorge Antonio Lima, Julio César Lima y Ramón Antonio Pavón, en tanto el actor Cirilo de Jesús
Ledesma egresa el día 30 de junio de 2003.

Expresa que los actores se desempeñaron como trabajadores rurales y sus tareas comprendidas en la Ley de
Contrato de Trabajo conforme lo señalado por inc. f) del art. 6 de la Ley 22.248, atendiendo que su principal tarea
fue la recolección de limones en un inmueble de propiedad del demandado llamado La Corzuela en el
Departamento de Burruyacú. Que las necesidades de mano de obra hace que la misma se incremente a partir del
mes de julio, concediendo trabajo a los actores en ese momento, quienes por su voluntad de trabajar antes del mes
de junio se apersonaban solicitando trabajo. Que en el 2003 no se les permitió trabajar haciendo valer diferentes
excusas.

Luego el recurrente se refiere a las modalidades de pago y que ante la negativa de proporcionar trabajo, el 4 de
junio de 2003 remiten telegrama, Ley 23.789, por la que requieren en su carácter de trabajadores de temporada el
reintegro a tareas habituales, que se regularice su situación laboral con fecha de ingreso en el año 1999 con la
categoría de peón cosechero y remuneración que fija el Conv. Colect. de Trab. 271/96, atento acta practicada por
OSPRERA de fecha 6 de agosto de 2002.

Sigue, que la demandada rechazó las intimaciones bajo la pretensión de que los actores no habían respondido en
tiempo y forma a la convocatoria publicada en el diario La Gaceta el 18 de marzo de 2003, se reconoce la
autenticidad del acta de OSPRERA y que al momento de recibir la notificación del 16 de junio de 2003 se produce la
ruptura del contrato de trabajo por despido directo. Que el núcleo de la defensa se asienta en que la vinculación
laboral con los actores quedaron disueltas a partir del desinterés demostrado por los actores al no presentarse en
tiempo y forma a la convocatoria efectuada por el diario La Gaceta de fecha 18 de marzo de 2003.
A continuación el recurrente transcribe un párrafo de la sentencia referido a que la norma –art. 98, L.C.T.– no prevé
sanción en el caso que el trabajador no conteste el requerimiento del empleador y que la doctrina ha interpretado
en forma unánime que en el supuesto de silencio del trabajador y falta de medidas por parte del empleador para
que se reinicie la temporada, podría encuadrarse en el supuesto de abandono de la relación laboral (art. 241, L.C.T.)
o bien abandono de servicios (art. 244, L.C.T.) de mediar intimación fehaciente de reintegro por el empleador
incumplida por el dependiente.

Entiende que la opinión del Dr. Vázquez Vialard es contraria a la conclusión de la sentencia y que una interpretación
correcta no permite afirmar que los contratos de trabajo concluyeron por abandono laboral de ambas partes.

Sostiene que a pesar que el autor citado comenta un artículo distinto del art. 98 de la L.C.T., afirma que ante la no
concurrencia del trabajador, el empleador debe intimarlo a reiniciar su tarea bajo apercibimiento de considerar que
se ha producido abandono de trabajo (art. 244), pero que resulta arbitraria la excepción del art. 241, tercer párrafo,
que la sentencia entiende de aplicación por cuanto nada existe que permita afirmar que existe un comportamiento
concluyente e inequívoco que permita apartarse del principio de la continuidad del contrato que expresa el art. 10,
L.C.T.

A continuación el recurrente cita opinión de autores en el sentido que consideran conveniente a los fines
probatorios que la notificación sea cursada por escrito con constancia de recepción de parte del trabajador. Que la
forma de notificar por medios de comunicación, diarios, o radios de la zona, en la práctica ofrece dificultades por
cuanto el trabajador no sabe cuando y porque medio se hará efectiva la notificación y que el empleador debe obrar
con buena fe, cita arts. 1198, Código Civil, y 62 y 63, L.C.T., de manera que posibilite al trabajador enterarse del
aviso.

Sigue, que la notificación por medio de la publicación en el diario La Gaceta es ficticia y que la sentencia carece de
fundamento legal por cuanto no existe norma jurídica que disponga que efectuada la notificación ficta, sin importar
si llegó o no a destino, se configure el abandono de la relación (cuestión ésta no expresada en el escrito de
demanda).

Agrega, opinando en contra de la sentencia, que considera suficiente la publicación en el diario La Gaceta, que la
misma no lo es si los actores no leen el diario por lo que no se enteran (tema no expresado en el escrito de
demanda).

Continúa el recurso, que la sentencia al afirmar que no existen pruebas de que los trabajadores hayan manifestado
dentro del plazo de cinco días su decisión de reiterar la relación contractual de trabajo en el ciclo 2003, resulta
incomprensible por cuanto falta un recaudo, de la intimación fehaciente.

Y con respecto al comportamiento excluyente y recíproco del último párrafo del art. 241 de la L.C.T. que signifique
el abandono del trabajo–lo afirma el recurrente–, es imposible evidenciar este comportamiento, previo al inicio de
la temporada.

Luego sostiene que la sentencia vulnera el art. 14 bis de la C.N. por resultar contraria a la protección del despido
arbitrario.

Finalmente afirma que se premia la mala fe por cuanto no se ha valorado debidamente las pruebas de las que se
desprende que la demandada no registró debidamente a sus trabajadores.

Propone doctrina legal, se remite a los requisitos de admisibilidad del recurso, pidiendo se case la sentencia.

II. La sentencia luego de expresar los antecedentes del juicio o sea una reseña de la demanda y contestación como
primera cuestión trata la fecha y causal de la extinción de la relación laboral.

Señala que el tema se enmarca dentro de lo preceptuado por el art. 98 de la L.C.T. que rige el comportamiento de
las partes a la época del reinicio del contrato de trabajo temporada.

Refiriéndose al texto legal expresa que se encuentra a cargo del empleador la notificación personal o por medio
idóneo, menciona prensa, televisión, radio, etc., del inicio de la nueva temporada; que la omisión de efectuarlo en
el plazo fijado no menor de treinta días antes de la reanudación del ciclo, significa la resolución tácita y unilateral
del contrato por lo que genera la responsabilidad de indemnizar al empleador. Que a su turno el trabajador debe
contestar dentro del plazo de cinco días por escrito o presentándose en el lugar de trabajo.
Agrega la sentencia que el precepto no prevé sanción en el supuesto que el trabajador no conteste el requerimiento
del principal, pero que la doctrina de los autores ha interpretado en forma unánime, ante el silencio del trabajador y
la falta de medidas por parte del empleador para que reinicie la temporada, que podría llegar a encuadrarse el caso
de abandono de la relación laboral (art. 241 de la L.C.T.) o bien de abandono de servicios (art. 244 de la L.C.T.) de
mediar intimación fehaciente de reintegro por el empleador incumplida por el dependiente.

Se refiere la sentencia al aviso publicado por la parte demandada en el diario La Gaceta, diciendo que el mismo lo
ha sido en la sección 2, pág. 6, convocando al personal de temporada para que se presente los días 21 al 23 de
marzo de 10.00 a 17.00 horas en la finca ubicada en ruta 321 Km 7 y 1/2 a manifestar su disposición a trabajar en la
cosecha 2003 con fotocopia del D.N.I. e inscripción en el RENATRE, conforme art. 67 de la Ley 25.013, que se
desprende de la fotocopia autenticada del diario no impugnada ni enervada por ninguna prueba.

Luego del análisis de las pruebas documental, testimonial, pericial, la sentencia expresa que la plataforma fáctica
permite concluir que el accionado ha adecuado su conducta a lo establecido por el art. 98 de la L.C.T. al publicar en
un medio de amplia difusión –La Gaceta– la convocatoria a sus dependientes para que expresen su voluntad de
trabajar en la temporada del 2003, indicando lugar, día y hora para efectuarlo.

Agrega que no invalida la convocatoria el extremo que la misma se realice dos meses y medio antes de la iniciación
usual de la temporada, o sea, un mes y medio antes del plazo mínimo de treinta días que dice la norma, y que ello
es así por cuanto el precepto establece un plazo mínimo y no un máximo, no resultado irrazonable convocar con
una anticipación de dos meses y medio.

Dice además la sentencia, que la suposición de que los trabajadores no leen el diario, tampoco invalida la citación
porque, no sólo se trata de un medio de mayor difusión en la provincia, sino que es usual que la convocatoria se
realice por tal medio.

Finalmente la sentencia expresa que no existen pruebas en el juicio que demuestre que los trabajadores actores
manifestaran dentro del plazo de cinco días su voluntad de reproducir la relación laboral y que como consecuencia
al momento que los actores intiman el reintegro al servicio –mes de junio de 2003– los contratos de trabajo se
encontraban ya extinguidos por el comportamiento concluyente y recíproco de las partes que se traduce en forma
inequívoca el abandono de la relación laboral de ambas partes, art. 241, último párrafo, y que esta forma de
extinción no genera derechos indemnizatorios.

III. El recurso ha sido interpuesto en término y el mismo versa sobre la interpretación dada al art. 98 de la Ley de
Contrato de Trabajo, por lo que corresponde su tratamiento.

IV. La sentencia sostiene que el empleador ha dado cumplimiento a lo dispuesto por el art. 98 de la L.C.T. y que no
existen pruebas en el juicio que acrediten que los actores expresaron su voluntad de reiterar la relación de trabajo
de temporada, en el plazo de cinco días que fija el precepto.

Debemos agregar que el texto legal evidencia una realidad social, cual es la de fichar (tarjeta de cartón o papel que
se anotan datos con el propósito de clasificarlos o archivarlos) al personal que se va a desempeñar en el
establecimiento agrícola en la temporada. Y esta tarea requiere el tiempo necesario para que al inicio de la
temporada el personal se encuentre con toda la documentación y las inscripciones exigidas por la legislación
vigente. De ahí el pedido en la publicación de que se presenten con el Documento Nacional de Identidad y con la
inscripción en RENATRE (Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores).

Estas cuestiones si bien reconocidas por los actores, niegan el alcance que sostiene la sentencia expresando un
exceso en la anticipación del aviso por el diario de mayor difusión de la provincia, por una parte, por la otra,
adjudicándole un carácter ficto a la notificación practicada por el diario La Gaceta, entendiendo que los actores no
leen los diarios y que se debe exigir una notificación por escrito con constancia de recepción por parte del
trabajador.

La interpretación que acuerda la sentencia al art. 98 de la Ley de Contrato de Trabajo responde a la doctrina y a la
jurisprudencia del país, que ha acordado al silencio del trabajador ante la convocatoria hábil del empleador el
alcance de abandono de la relación de trabajo por entender que la hipótesis se asemeja al art. 244, sin que sea
necesaria una comunicación posterior de despido “y configura excepción a las reglas de los arts. 10, 58 y 240 de la
L.C.T.”, Vázquez Vialard-Ojeda, Ley de Contrato de Trabajo, comentada y concordada, T. II, pág. 41, Ed. Rubinzal-
Culzoni.
En este sentido adquiere relevancia lo expresado por el autor Mario E. Ackerman en su obra “Tratado del derecho
de trabajo” –Rubinzal-Culzoni Editores–, Ed. 2005, T. II, pág. 507. Señala que el texto no menciona consecuencia
alguna ante el silencio del trabajador en el término de los cinco días fijados, por cuanto no se configura los
presupuestos de la renuncia (art. 240, L.C.T.) ni del abandono (art. 244, L.C.T.). Enseña la interpretación de Etala en
el sentido que la actitud del trabajador de no presentarse a retomar sus tareas “como un comportamiento
inequívoco en el sentido de la última parte del art. 58 de la L.C.T., asimilable a una renuncia tácita del empleo”.

Sigue el autor citado que la renuncia no se presume y que: “si la omisión de respuesta del trabajador es seguida por
una conducta del empleador que hasta el comienzo del ciclo no lo intima a presentarse, será de aplicación el art.
241, tercer párrafo, del mutuo acuerdo tácito, en tanto ello importe un comportamiento concluyente y recíproco de
ambos, que traduzca inequívocamente el abandono de la relación”.

De lo que se concluye que el argumento de la sentencia lejos de caer en la arbitrariedad se compadece con la
doctrina de distintos autores.

Con respecto a la anticipación del aviso publicando la convocatoria por el empleador, la doctrina y la jurisprudencia
es conteste que tratándose de una comunicación que debe efectuarse con una anticipación no menor de treinta
días al comienzo de la temporada o sea que no se ha fijado un plazo máximo, en la práctica se acuerda al empleador
una lapso sumamente prolongado durante el cual tal comunicación podría ser válidamente cumplida, DT 1998 –A–
557. Por lo que el agravio con respecto a este punto debe ser rechazado.

Y remitiéndonos a la expresión que se encuentra en presencia de una comunicación ficta, se debe señalar que el
propio ordenamiento legal autoriza la comunicación “por medios públicos idóneos” y la doctrina y la jurisprudencia
entienden que el artículo obviamente se refiere a los medios periodísticos de mayor circulación. Cámara Nacional
de Apelaciones del Trabajo, Sala VIII, “Gómez Juan F. vs. Sáenz Briones y Cía. S.A.”, de fecha 7 de julio de 2000,
publicado DT 2000 –B–, pág. 1.994.

Esta exigencia en el caso de autos se encuentra cumplida, por lo que el agravio debe ser desestimado.

Finalmente, referido al agravio sobre la valoración de las pruebas, excede el motivo del recurso de casación que
radica en la corrección jurídica de la sentencia.

Atento a lo precedentemente expuesto, se imponen las costas al recurrente vencido, art. 106 del C.P.C.yC. de
aplicación supletoria en el fuero del trabajo.

Los señores vocales, Dres. René Mario Goane y Alfredo Carlos Dato, dijeron:

Estando conformes con los fundamentos dados por el señor vocal preopinante, Dr. Antonio Gandur, votan en igual
sentido.

VISTO: el resultado del precedente acuerdo, la Excma. Corte Suprema de Justicia, por intermedio de su Sala en lo
Laboral y Contencioso Administrativo,

RESUELVE:

I. Rechazar el recurso de casación deducido por la representación letrada de la parte actora contra la sentencia
dictada por la Cámara del Trabajo, Sala III, de fecha 22 de diciembre de 2005.

II. Costas como se expresan.

III. Reservar pronunciamiento sobre regulación de honorarios para su oportunidad.

Hágase saber.

Dres. Alfredo Carlos Dato y René Mario Goane Antonio Gandul.

Ante mí: María C. Racedo Aragón de Luna.

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