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LA

UNIVERSIDAD
REFORMADA
Hacia el centenario de la
Reforma Universitaria de 1918

COLECCIÓN EDUCACIÓN Y SOCIEDAD

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Anónimo d . h · 1 centenario de la reforma universitaria de 1918 ¡
. .d d forma a . acJa e .
~a ~ruversJ a. re or Mario Albornoz; M anuel Crespo.- l a ed .- C m~ad Autónoma
Anorumo; compilado P b . M drid :Organización de E stados Iberoamen cano , 201 7.
de Buenos Aires : Eude a ' a . d)
3 16 _ (Educación y sooeda
352 p. ; 2 x cm.

ISBN 978-950-23-2791-4
., S . Reforma de la Educación. l. Albornoz, Mario, comp. Il. C~spo
1. Educae1on upenor. 2· '
Manuel, comp. III. Título.
CDD 378

Eudeba
Universidad de Buenos Aires

1o edición: septiembre de 2017

© 2017 Editorial Universitaria de Buenos Aires


Sociedad de Economía Mixta
Av. Rivadavia 1571/73 (1033) Ciudad de Buenos Aires
Tel.: 4383-8025 1 Fax: 4383-2202
www.eudeba.com.ar

La edición del presente volumen estuvo a cargo de Manuel Crespo, miembro del Ob-
',1 servatorio Iberoamericano de la Ciencia, la Tecnología y la Sociedad (OCTS-OEI),
1
coordinado por Mario Albornoz. Se trata del primer tomo de un proyecto edit~rial
que la OEI Y Eudeba han desarrollado en conjunto para homenajear y discutir la
Reforma Universitaria de 1918. El segundo volumen será publicado en 2018.

Diseño de tapa: Alessandrini & Salzman


Diagramación general: Eudeba

Impreso en Argentina.
Hecho el depósito que establece la ley 11.723

~A FQOOCOPIA . to en
· 1a reproducción total o parcial de este libro, m· su a1rn acenarmen
MATA41.LIJIRO N o se permtte . dio

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un Slstema tmormatiCo, ni su transmisión en cualquier forma o por cu
.
e ectroruco, mecánico, fotocopia u otros métodos, sin el perm1so prevw
alqUJef me '
.
· del edttof.

1
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índice

PRESENTACIÓN
La Reforma de Córdoba: perspectivas y horizontes ............................... 9
Paulo Speller

INTRODUCCIÓN
Actualidad del proyecto de la Reforma Universitaria de 1918 ............ 19
Hugo]uri

ARTÍCULOS
La Reforma de 1918: el hecho crucial para la configuración
universitaria de la Argentina ................................................................ 25
Adolfo Stubrin

Del tiempo y la ciudad. Córdoba, 1918 y la Reforma Universitaria ..... 71


Ana Clarisa Agüero

Deodoro, el magnífico ............................. .................... ·...... ·········.. ···.105


Horacio Sanguinetti

La Reforma Universitaria: ¿qué hacer con ella? ................................. 111


Rogelío Alaniz

La Reforma Universitaria en debate: perspectivas Ydiscusiones


en vísperas del primer peronismo ...................................................... 139
Pablo Buchbinder

L as. culturas polítKas


,. d 1 · .c10 rrrúsmo en el siglo XX:
e anttrrer • 157
matriz clerical y matriz estatal-verticahsta ........................................ .
Cesar Tcach

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El Caudillo, Marchar y Leña: tres mirada na i nali ta
sobre la universidad ....... ............................. ........................... .... ... .. .. . 177
María Clara Iribarne

Manuel Seoane y Luis Heysen: avatares del e til re~ rmi ta


universitario peruano en la Argentina de la década de 1920 .............. 19
Martín Bergel

El gobierno de la universidad reformista: los debates para


el Estatuto de la Universidad de Buenos Aires (1958) ....... ................ 229
Lucas Luchilo

Políticas públicas de ensino superior em Portugal (1911-2011 ) ........ 259


María de Lurdes Rodrigues

La dimensión internacional en el desarrollo institucional


de las universidades en América Latina .................................... ......... 283
jesús Sebastián

Impacto de la Reforma de Córdoba y transformación inconclusa


de la universidad latinoamericana ...................................................... 313
Francisco López Segrera

,•

•< .

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La Reforma de 1918: el hecho crucial para la
configuración universitaria de la Argentina

Adolfo Stubrin*

El artículo aborda los antecedentes de la Reforma Universitaria argentina


de 1918. Explica la configuración universitaria particular del siglo XJX, a lo
que denomina primera fase. Luego, considera el acontecimiento de Córdoba
.analizando el marco de ideas y la situación del estado en la época. Afirma
que la Reforma completa una segunda fase de la configuración universitaria
en su matriz originaria. Al describir la Reforma y sus significados muestra el
plano ideacional, por una parte, con las ideas de generación, de sensibilidad,
de revolución, de lo americano, de ciencia y de espíritu; y por otra parte, el
programa organizacional y político para el propio gobierno universitario y su
articulación con el Estado. Los estatutos son la clave de los otros rasgos del
programa reformista: la autonomía, el cogobierno con participación estudian-
til, los concursos públicos. La asociación de la Reforma con la democracia
y la arena política, aun con sus falencias, marca la dinámica del movimiento
durante el siglo XX. El accidentado siglo pasado se ve configurado también
por los adversarios ideológicos y políticos de los reformisras, a los que puede
encuadrarse como la tradición tutelar. En 1983, el modelo de la Reforma
vuelve a aflorar para institucionalizar las universidades públicas, con una con-
figuración que se extiende hasta el presente, pero con novedades, alteraciones
y distorsiones varias.

Palabras clave: Reforma Universitaria de 1918, Configuración universi-


taria, Tradición reformista, Tradición antirreformista.

,,
" • Abogado y profesor universitario con larga tray~ctori~ polític~. Fue dip_urado nacional
y secretario de Educación de la Nación durante la presidenCia de Raúl Alfonsrn. Desde 1996
hasta 2010 integró la Comisión Nacional de Evaluación y Ac.:edit~ción U~versitaria \CO-
NEAU). Es secretario académico y de planeamiento de la Uruvers1dad Nacwnal del Litoral
i .
<UNL), Santa Fe. Su especialidad académica es la política y sociología educacional. Correo
electrónico: astubrin@fcjs.unl.edu.ar.

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lns 1 tH.lijl ~ pum <¡lit', t•n 1111 llii CVO ¡•onl · lo i.d t'nln i~_o y pnlt i 11 111 u 11 di al y
na inn nl , uH. Ju c.::x p 1111\Í( 11 de lns clt · 111 ·d1a y lar ' llo va~_ it'm d · 1:." ·,d a ,
lmovimi nto . tud ln ntll, ti· 'IH • ni ya o f' ·n ibl · pod · ·a · ·ic•n a ·~~ '• hi ·i ra
su ucgunda irr V rsihl lli'J'"Il l ·t id 1 ·n l:t vida púhli ·a (J 1alp in Donv;hi,
2002: 1.03).

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NJVERSlTARIA DE óRoo oA

La ralees na ion:1l s de la Reforma de 1918 son, por lo tanto, la de La


r forma univer itaria ge tada por las movilizad nes estudiantile porteña
de de 190 ha ta 1905, sus consecuencias deseadas y no deseadas. Con mayor
amplitud deb señalarse que, pasados los festejos del Centenario de 1910,
el régimen oligárquico se encuentra desafiado por el ímpetu de las fuerzas
sociales, económicas y políticas que exigen su fin. En 1912 se aprueba la Ley
General de Elecciones bajo la presidencia de Roque Sáenz Peña. Se habilitan
comicios limpios y con ellos la llegada al poder del Partido Radical encabezado
por Hipólito Yrigoyen en 1916.
Burton Clark (1991) enumera tres modos de coordinación de los sistemas
de educación superior generados, cada uno de ellos, por el mercado, la profesión
académica y la política. Sobre este último modo señala tres fases: la universidad
alcanza la prioridad pública, crece la participación política y se endurecen las
resistencias internas. El propio autor expone dos casos históricos: uno fue la
Universidad de Bolonia en el siglo XIII, cuando los estudiantes actuaron como
clientes organizados; el otro fue la Reforma de Córdoba. La participación se
vio favorecida, en ambos casos, por la debilidad de las autoridades académicas.
Un tercer antecedente, que proyecta su influencia sobre la Reforma de
Córdoba, fue la Universidad de Salamanca. Las Partidas de Alfonso X el
Sabio la Uamaba "el estudio" y la definía así: "ayuntamiento de maestros y
escolares que es hecho en algún lugar con voluntad y con entendimiento de
aprender los saberes". El rector o mayoral era un estudiante elegido cada año
por los propios estudiantes. Los profesores accedían a sus cátedras periódicas
por medio de oposiciones a todo riesgo. En el siglo XVI los estudiantes se
~ebelaron Yestuvieron a punto de ajusticiar a un juez de Valladolid que quería
tmponerles su jurisdicción.
En efecto, Córdoba fue en 1613 la cuarta universidad española en
América, sólo precedida por Santo Domingo (1532), México (1551) y Lima
(1555). Bajo Carlos III (1759-1788) las universidades fueron sujetu a la
· 'ó hasta la Independencia
corona Yast' prostgut · ' · burocrárico
cuando ese estilo
pero eficaz se acentúa con la influencia france~a. Debe subrayarse que la au-
c~\,;CIIIt:::auu \,;UII vc:llllv\,;CIIIIIt:::l
LA ffO DE 19 : El H l CHO( l,;(I'-L
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u rve idad
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. i . o . e C órdoba la condena. Eso pro oca n incidente J i1
in rnene l unn-ers~dad echa tres profesore quita el sueldo del prelado y
culmin . n el nun °
apo tólico expulsado del país por el presidente Roca
u 1n er 005: 3 -39}.
L ~ ,; c?ndición ultramontana del clero cordobés se proyectaba
re ase ~ommante local. Su tradicionalismo tan basado en los dogmas
roo en los mtereses crematístico estaba defendido por la Curda Frai~J
una secta desembozada de académicos que manipulaba la universidad. Pero
crecimiento del número de estudiantes y su dnersidad social, así como
eJ clima de época, irradiaba un fermento cultural sobre las clases media
obrera emergentes. ~aba el otro extremo de un choque que no tardaría
en manifestarse.
En la Universidad acional de Córdoba seguían vigentes los estatutos
de 1&93 que como ya se dijo, no experimentaron cambio alguno cuando se
aprobaron los de la UBA en 1906. Dos años antes, la C se había com-
prometido a reformarlos ante la Cámara de Diputados. Profesores liberales
presentaron varias veces propuestas de supresión de las academias vitalicias.
La impugnación alcanzaba también a la decadencia en el nivel intelectual?
d autoritarismo el exceso en la orientación profesional. Viene a cuento
consignar que en 1908 se reunió en Montevideo el l o Congreso Americano
de Estudiantes, con delegaciones de ocho países. Se recomendó allí la parti-
cipación estudiantil en los consejos directi os. En Urugua una ley del mismo
año dispuso un delegado estudiantil pleno en los consejos de diez miembros.
En el mismo sentido, la sucesión de pronunciamientos de profesores, gra-
dnados e intelectuales tuvo su más alta expresión con la presentación de un pro-
~o de ley al Congreso por parte de J. R Rodríguez en 1917. El joven diputado
por Santa Fe proponía ampliar la composición de la Asamblea Universitaria,
dando C2bida a los profesores suplentes y a los estudiantes para habilitarlos así
a b elección del rector. Un ddegado estudiantil por cada &cultad representarú
al nuevo claustro. Entre tanto, d mismo proyecto establecía el conrurso de
oposición *oral y escria" parad llemdo de las cátedrAs Miranda, 1993: 182).
En 1918, Uballes, rector de la UBA, propone e inicia en minoría un nue-
vo est2tuto con la autoridad romma depositld2 en una Asambla tripartit2
igualiWia entre profe:sore5 titulares, profesores suplentes· y estudiantes. El

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L1 011 ) tl fJRtN

pro ' lit' td~)r M"tti .0 2 0 hizo un di ·ramen favorable. Pero el presidente Yrigoyen
fu rn s me.) lerudo. /\1 nprobar el estatut? d~ la ~BA ot rgó voto estudiantil
, ol( pnr \ . n~ ·j ·ros el ir tivos. Fue un stg~t~catlvo avance q~e marca la di,
11 nücu d. 1, po a y sobre todo el re onoctmtcnto a los est~dtantes corno un
ll'tor col . ·tivo a topara elegir, aunque aún no para ser elegtdo en el gobierno
1" lns fncu ltnd 'S .

. . ~ STAl.Lil)O ¡:;: ÓRDOBA Y AFIANZAMIENTO DEL MOVIMIENTO


~ST DlANTlL

La hispa qu encendió el fuego de Córdoba fue un conflicto en torno ala


upresi n del internado en el Hospital de Clínicas. Los estudiantes reclamaron
p r m dio de un memorial y ampliaron sus reivindicaciones a una protesta
ontril 1fun ionamiento general de la Facultad de Medicina. Al año siguiente,
1 tr s ·entro de estudiantes (Medicina, Ingeniería y Derecho) constituyen
el omité Pr -Reforma con demandas contra el régimen general de la UNC.
1 1 d marzo, en la asamblea del Teatro Rivera lndarte, los estudiantes
laman la huelga indefinida, porque "desechados todos los petitorios [... ]
u rpo conciliares han permanecido sordos a las incitaciones del progreso
indiferent al movimiento espiritual de la época".
Así las o as, en 1918 el Comité Pro-Reforma se dirige al presidente
Yri oyen licitando la intervención de la universidad. Argumentan que está
n man · de "una viciosa oligarquía educacional, condenada por todo el país,
p r la ineptitud docente y administrativa de sus miembros, por su inferioridad
ci ntlfi a y por la voracidad de sus apetitos". Yrigoyen, una vez que recibió en
audi ncia a los dirigentes estudiantiles, responde diciendo que "la Universidad
debía niv larse e n el estado de conciencia alcanzado por la República" y, en
abril, de .i na como interventor a Matienzo, a la sazón su procurador general
(Luna, 2003: 94-95).
En un de esos a itados días, el11 de abril de 1918, se forma en Buenos
Air s la ederación Universitaria Argentina (FUA), integrada por las federa-
.ones de Buenos Aires, Córdoba, La Plata, Santa Fe yTucumán. Proponen "un
cambio de ideas para que la Reforma no sea tan solo aparente sino real". En~re
tant Yrigoyen y 'U ministro José Salinas elevan un Proyecto de Ley Orgámca
d la Instrucción Pública. Es interesante observar allí algunos puntos: a)_ la
pri. rid~d ~ la alfabetización y la educación escolar; b) los planes de estudtos
un1v "fSttano se re rulan en f¡ rma detallada; e) los consejos de seis miembros
l~dmit n ~~- r. pr~set~ta -·ión . studiantil pero a .cargo de solo un graduado~! d~
l P d r EJ cuttvo ~1sum la p testad d destgnar a los profesores. Es Vt5tbl
4u , n · tu rim ra in ten ión política, Yri :r yen tiende a mostrar una cuota
u ·d nfinnza n las univ rsidadcs.
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1 re ulndo "ubl '' su to e to re · or. Los ·studiant . , no onvnlidar m
· ·
h ·l " 1 ·tron . - ·.s 1 d JUnto
· · · n In tomad ·1 dificio, la d · la-
..\ t n u ..\ a .pu he·a 'J n no . · d.tas d spu s d 1M ·fi
un t xto " O endj · am sto L'unmar, ·
d. 1 s· e tu·d.n nt s. u ' aut r a se atribuye al graduad r Ro · ·1 ami
1
· •"
. E n. juli reún en ór d o b·a 1 n reso NaciOnal . de Estudiantes nj-
versJ'tar
d 1 qdu t 111 de.fi nici n · de avu.nzada. El discurso de O svaldo Loudet
pre 1. nt e .1a F UA ' e r ~er n ·ta il ustratJva . del programa reformista. E n'
sept:Iembr n g y~n envía un nuevo interventor, su ministro Salinas. Aunque
la propu sta es gw arse por los lineamientos del Proyecto de Ley Orgánica
en la pr~ctica Salinas, dados el fracaso de Ma6enzo y la presión opositora:
se ve obligado a adoptar decisiones más afines a las posiciones estudiantiles
Restablecidas las clases, se redacta un nuevo estatuto, esta vez haciéndose ec~
de l~s ~njciativas refor~istas se adopta un modelo republicano de manera "que
partiapen todos sus ciudadanos de la elección de las autoridades'', incluidos
desde luego los esturuantes (Miranda, 1993: 194)
Así surge el Estatuto nuevo, con participación estudiantil en el gobierno,
que genera un sello para las universidades nacionales existentes y a crearse en
los años siguientes. De esa victoria nace el movimiento reformist~ como una
identidad colectiva que otorga un sentido original a la universidad y genera,
de allí para adelante, compromisos, continuidades, articulaciones pero también
luchas, contrarucciones y derrotas.
La Reforma U njversitaria de 1918 es difícil de resumir. En el terreno
uruversitario, es la culminación de una configuración originaria que con ella
se completa y proyecta hada el futuro. Pero, en la dimensión política, es un
eslabón inseparable para expHcar, por adhesión o por contraste, buena parte
de la cultura de los partidos políticos y sus querellas en la inestable argentina
del siglo XX. En ese orden de ideas, los reformistas y sus agrupaciones no
siempre unificadas fueron a veces neutrales a los partidos; con frecuencia sus
filas mezclaron militantes de varios de ellos y en las últimas décadas se produjo
un alineamiento más pleno entre agrupaciones reformistas y partidos políti-
cos. Es indudable que los reformistas fueron vehículo para la politización de
la uruversidad, siempre en línea con corrientes Hberales, social demócratas o
progresistas, incluyendo el ala liberal ~el p~rtido conservador e~ un extremo y
el partido comunista en el otro. El nac10nal1~mo, .el c?nservadunsmo y el ~ato­
licismo no congeniaron con la Ref~rma ~mvers1tar1a, tam~oc? el pop~smo.
Algunos célebres reformistas tdenttficados. con el radtcaltsmo qmsteron
en las primeras décadas llevar agua para su molino, como fueron los casos de

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46 ALDOLFO STUBRIN

. d M Pero . igui endo la opinión de Sanmtin .


.
E nnque B sy G abnc1 e 1 az0 . ' a~ ett¡
arro · . V
E 1927 Ju to . ~ - ~,
1 G '>nzá lcz un o de los m ;íximo ideóloet d '
. t'los e
no lo lograron. n ' 1P r'do N acional Rcformi ta para q ue a tu·lr·
1a Reftorm.a, intent crea r e ar t • 1 . . d
. E l r. .. d . l tcnto se basaba en a stg UJ entc a moni ión· ''S·
•. a en
1a are'n'I. J)Oiítt ~1 Jrtl tra o JI d . 1h b . t
. ·u· . .· , ·. hacéis el gran partí o nacJOna ' a réis hecho
de la Reft rmn mverstt,lrtél • . . . . a
. 'd d 1 matriz de la nueva conctcncta po 1tttca de la nadó ,
la vez d la untverst H a ' ¡· · ~ · n
9 5 ) . és radicaba en proyectar 1a po Itt zac t.ón estudi ant'l1
(Gonzilez, 1 4 . u tnter . PRA
. 1 . ·onal siguiendo e] cammo del A peruano, encabe-
haa. e e enartO nact , . . R
d or V tor Raúl H aya de ]a Torre, gran dtfusor de la e forma en su país.
En uant a 1a relaCJ .ón entre Jos comunistas y la Reforma, el asunto me-
.
re e al ún detnlle. H éctor R. Agosti, uno de sus más destacados intelectuales,
se pronuncia en contra de la Reforma en 1934, basándose ,en el carácter no
rev lucionario de sus postulados. Ese año se celebr~, en M~scu e~ VII Congreso
de 1 Internacional Comurusta que, ante el aluvton nazt-fasctsta, decreta el
fracaso de la estrategia de "clase contra clase" y proclama la política propuesta
por Georgi Dimitrov para constituir frentes populares de amplia composición
y programa unificado. El reflejo no se hace esperar: en 1935 otro intelectual
comunista, Arubal Ponce, muy identificado con la Reforma, se pronuncia a
u f.l\ur. La parábola la cierra el propio Agosti en 1938, con motivo del20o
aDÍ\i"ersario de la Reforma, con un discurso que defiende la vitalidad del mo-
vimiento. Desde entonces, los comunistas se reivindican reformistas, aunque
u actuación se canaliza casi siempre a través de agrupaciones propias que con
frecuencia confrontan con las otras vertientes (Miranda, 1993: 388).
Corresponde ubicar a la Reforma en el meridiano de la política argentina,
porque a pesar de ciertos desencuentros nada banales se trata de afirmar una
correlación profunda y continua con la democracia. Afirma el historiador
Duío Macor (2016: 326):

.El reforrni mo e í una de las caras del proceso de constitución de la democracia


argentina, de la primera república. La asociación de reformismo y democracia es
tan fuen e que una de la. lecturas que pueden hacerse de la tradición reformista
e atendiendo a lo que e tá· pasan do con 1a d emocracm
. en la Argentina en cada
momentD hi tórico . re almente existente" y con el concepto
. · Con "la democracta
.
y eJ valor de la m• ma en el mundo de las •'deas d e cad a época.

3·5· fUNDAMENTOS y CONTENIDOS DE LA REFORMA

Las dos fuentes más confi bl . .


la Reforma de 1918 1 M ~ es para una Interpretación auténnca de
Congre o Nacional deo; tue d' arufiesto ~iminar y la declarcldón dd Primer
. tantcs. El pnmero . d 1 ·nfi n-
eJas y preocupaciones intel tual · permite acce era as 1 ue
ce es·' el segundo, a 1os pnnctpios
· . . y propuestas

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LA REFORMA DE 1918: EL H ECHO CRUCIAL PARA LA CONFIG U RACI Ó N . .. 47
operativ~s para el cambio universitario. Desde luego, con el pasaje a través
de sucestvas co~nn:ras .Y el correr de las décadas, nuevos significados y otras
demandas o retvmdtcacwnes irán sustituyendo o intercalándose con las ori-
ginarias. Esas alteraciones refuerzan y actualizan la identidad secular de la
Reforma, e:itando la, cristalización y facilitando su adaptación a cambiantes
circunstanCias del pats y del mundo.
, ~iberal, románt~co, revolucionario, el Manifiesto incorpora al escenario
políttco un nuevo SUJeto colectivo, la juventud universitaria, en cuyo nombre,
aunq~e usando la tercera persona, toma la palabra. El mensaje contiene una
doctnna renovadora sobre la enseñanza y promueve la ciencia contra el dogma
cleri~al. Es ~r~butario de José Ortega y Gasset, en particular de la prédica en
su pnmer VIaJe a la Argentina en 1916. La presencia impactan te del filósofo
español ayudó a devolver prestigio al pensamiento peninsular, nutrido por las
influencias alemanas krausista y neokantiana. Entre esas ideas, influyen en
especial sobre Deodoro Roca y la Reforma la teoría sobre las generaciones y
la noción de nueva sensibilidad.
Dice el Manifiesto: "La juventud vive siempre en trance de heroísmo.
Es desinteresada, es pura". U na teoría sobre la renovación generacional y el
cambio social subyace a esas ideas, así como también una cualidad específica
autopercibida por los jóvenes de aquel presente. También hace una apuesta
vital a los sentimientos. El levantamiento se justifica en que "las universidades
han sido hasta aquí el lugar en donde todas las formas de tiranizar e insensi-
bilizar hallaron la cátedra que las dictare", en tanto reclama que "las almas de
los jóvenes deben ser movidas por fuerzas espirituales". Pero sin que medie
una aparente contradicción, los reformistas reclaman con parecido énfasis
por la ciencia, escrita con mayúsculas: "Por eso es que la Ciencia, frente a
estas casas mudas y cerradas, pasa indiferente o entra mutilada y grotesca al
servicio burocrático".
Esa ambivalencia del discurso reformista entre la materia y el espíritu
condice con dos hechos: el primero, que desde los últimos tramos del siglo
anterior, la prédica del positivismo ya había cimentado el prestigio de la ciencia;
el segundo, que las corrientes idealistas lo iban desacreditando con el avance
del siglo XX: José Ingenieros, Alejal)dro Korn, Saúl Taborda y otros intelec-
tuales partidarios de la Reforma habían seguido los nuevos vientos y girado
sus posturas, durante los años previos, desde una corriente ideológica a la otra.
También es indudable el atractivo influjo de las revoluciones. La Re-
volución Soviética había precedido en un año a la Reforma y la Revolución
Mexicana estallaría al año siguiente. Decían: "Si ello es así, si en nombre del
orden nos quieren seguir burlando y embruteciendo, procla~amos bien alto
el derecho sagrado a la insurrección". Las banderas eran.~e hbertad fre~te al
dogmatismo clerical y los intereses creados. La correlacwn entre la rectente

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l.A R E FORMA DE 1918: EL JI ECHO RU C IAL PARA LA CONFIGURACIÓN ...
49
el Cons"jo Superior las apruebe y el Poder Ejecutivo haga la designación. Los
nornbrami ·nro. s ·rían por seis a os; para renovarlos se requieren los dos tercio
del on ejo Di re tivo. Cada pr fesor dicta una cátedra, "salvo que se dedique
úni a y x lusivamcnte a la enseñanza", en cuyo caso debe ser evaluado por el
onscjo Dir"ctivo y el Consejo Superior. Es llamativo que los concursos por
. nte edentes y oposición, que más adelante serían consigna invariable de los
reformistas, no estaban en la matriz originaria.
La gran preocupación es dar oportunidades a los profesores libres para
que e incorporen con derechos plenos a la vida de las facultades. Estos eran
m oría, garantizaban el grueso de los cursos y ocupaban posiciones, a veces
on nombramientos como suplentes, precarias o subalternas. El concepto de
profe or interino no se utilizaba todavía. Entre tanto, los profesores titula-
re eran vistos como una casta privilegiada. Dar paso a los profesores libres
equivalía a democratizar y renovar el claustro docente. En efecto, el colegio
electoral del claustro estaba formado solo por los titulares, aunque los libres
elegían electores en un número que emparejara al de aquellos.
Décadas más tarde, cuando la estructura del personal académico se hubiere
hecho más amplia y compleja, la subsistencia en los estatutos de las frases
de aquella época en torno a la docencia libre o la cátedra libre devinieron en
. una consigna vacía, de difícil traducción operativa. En cambio, la libertad de
cátedra, principio asociado a la autonomía intelectual y evocativa del libre
pensamiento, bien que figuraba desde el principio y persiste todavía como
un principio firme en el ideario reformista.
Los estudiantes podrían votar con un año de antigüedad y su asociación
con cuota al día en el centro de estudiantes. Las votaciones estudiantiles se
harían por a.ñ o de estudios (por aula), cada una de las cuales elegiría tres
delegado para un colegio electoral. Se recomienda el centro de estudiantes
único por facultad, pero, como se advierte, la práctica de elecciones por listas
mediante voto directo, ecreto y universal habrá de surgir en un momento pos-
terior. La a i tencia a da no sería obligatoria, una medida que por contraste
re alta 1 jerarquía que reve tían la mesas examinadoras para la evaluación
de lo e tudiante . Pero, por otro lado, Al jandro Korn la interpretaba como
un recur o político a ejer er por lo e tudiante para qu los profesores sin
alumn " e vayan, no ean reelegido y no se cstabili en".
Por u parte, lo diplomados debían in cribirs y pagar cuota para votar
en u clau tro. 1 a función e pecífi a organizar eminarios de investiga-
ción, precur ore del po grado y la forma ión continua, y evacuar consultas
en caso de cambio en 1 plan de e tudio . l~s t:\ e nsenrido que el diploma
universitario trae con igo el d rccho al título profesional, lo que refuerza el
carácter público de las univer idade . N obstant , má adelante, a principios
de los año cuarenta, Julio V. onz lez., uno de los maestros de la juventud

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1 () 110 Tl liiWI

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di· on en minori 1 un nue' o Esrnruto ' PI\ 1111 1 A.~ \lnhl ·n n·ip.trrirn i¡.ttutlitnt·ln
d ~ rof ·s ·s. ·srurlirtntes ' P' )te~ H s :-;uplcnt ·s. J\11 \ti ··~zo di 'fl\lnin 1 tlt n1
. )rig) ·en dictó 1 del: ro que , ·o" ' n ptlr " 1 p"d1do hw lo oto tl In
cstmÚ mte~ n Jo 1 ·d n d ·1 ons j< ·ti '' "H ·ons u ·n ·ia, 1· lús
dcc(ln s.
n s pti mb1 un pro , · t d 1·y pnr s 1 1·' ~~· ·1 tri¡a ti t) ip:uulitari
n 1 . e ns ¡ s dir ti os d · la~ univ ·rsidnd s nrt 'Ion d ·s, ntr" "studian-
t , pro fes ~s y ~ru hwdos tu o di tum n fl tvornbl · d " In
In tru i n P li .\ d la mor' d iput:1dos. Muchos tl s d spu , n
1 47. un dicromcn n minoría d tT'Iisrno ont nido ontra In qu s ·dn tu
le 1 . 1 fu firm td p r el Ma , al ngn , .11 pian , Ravi~nani,
bml. R ~as) Rubino, diputado m i al s d 1'Bloqu d los 44". · ·fun
en s m m nt : ' ):u 20 universi ud n sus stntut s y di z país s ·n u
1 d da merica atina si ·ui ··r n J prin ipio urg ntino d la r pr ·-
ntaci n estudiantil".
1 En cuanto al tY'ej up ri r, volvi nd ul proye t e ht F A, sta-
ría inte rod r 1 s d unos más tres del ud p r oda fa ultud, un por
1 e d 1 estrunento. La Asambl a Univer itaria formaría n la sumad diez
tudiant s di z diplomnd · y di z profl s r s, un total d 30 int rant ·s
que e mponían un gobi rno tripartito i uuHtario'', n i nu on r nancin
ha tal tualidad aun uru1do In condici n d nt d 1 s de ano alter u ba
el quilibrio ntre lo tr clau tro a favor del pr fl-s md . La nb za de la
universidad s llamaría presid nt (al tilo nort americun ), ura.ríu uatro
años, podría re e irse on dos ter 'os n una prim rn porrunidnd y r qu ría
unanimid d la gunda vez ( iria y Sun uin tti, 2006: 61-66).
Esta res na d wnentnl refl Ja J que 1 s studlant sor anizad qu rían
parn la univ rsidad d su po a. m s probnbl que prota onistns de un
hecho tan ~'< pcional no supieran u pr ye cion s e pacial s y temporale .
Bien pudo hab r quedado onfinado • un br ve pi odj hi t ri o. P ro usf
no fue.
Al año i wente, Al jandro Korn expli aba obre los intele tual S d
mayor edad que apoyaron la Reforma:

Hemos nunciado el advenimiento de un intensa uJtur éti a y e t ti , ge-


nu.inamenf\ argentin ennoblecida p r el anhelo deL justici , ocia.! y de tin d

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LAR FORMA DE 191 8: El H EC H O C RU IA L P RA LA ON FIGURA 1

e
a uperar, sin .de, m edro para la ciencia ' la época 'tn t e1 e t ua ü ta y ut1'j'ttan. a. om -
place ver , la JUVe ntud, aunque sea por di r1·nto rumbo , b uscar 1a 1uz d e nuevo
ideales (Ciria y Sanguinetti, 2006: 70).

J.6. LA REFORMA UNIVERSITARIA EN SANTA FE

En 1909, un decreto nacional le dio validez general a los títulos de la


Universidad de Santa Fe. Pero el problema de la inferioridad jurídica de los
diplomas santafesinos subsistió al decreto, sujeto a interpretación por las
otras trece provincias que tendían a no reconocerlos. Aun cuando ese año la
Universidad de Santa Fe procuró adaptarse a la ley 1.597 para así beneficiarse
con el decreto, tal hibridación no pudo concretarse. A pesar de ser tachada de
conservadora, la llamada Universidad de Gálvez presentaba una innovación
social: la extensión universitaria que, nacida en Inglaterra no mucho antes
como university extension, consistía en cursos acumulables "sobre un mismo
asunto" que prometían a los obreros alcanzar con mucho esfuerzo el grado
universitario (Miranda, 1993: 132).
Dice en 1931 Caballero Martín que los estatutos de 1914 establecían en
la USFe el carácter vitalicio de los miembros de los Consejos Académicos y
la participación restrictiva de los profesores, a partir de una rígida interpre-
tación de la Ley Avellaneda y de la adopción de las estructuras de poder de
las universidades tradicionales (Miranda, 1993: 176).
Santa Fe fue entre siglos una ciudad convulsionada por la migración y el
progreso. Muchas instituciones fueron creadas en un par de décadas bajo el
impulso del segmento más lúcido de la vieja clase dirigente criolla, sumado a
la energía de los inmigrantes, las ideas sociales de los nuevos partidos radical,
socialista y demócrata progresista, en parte coordinados desde la masonería
local. El Colegio Nacional, la Escuela Industrial y la Escuela Normal Supe-
rior surgieron en esos años como frutos de esa movilización civil. Lo mismo
ocurrió con diversas bibliotecas =como la Cosmopolita-, gremios obreros y
las sociedades de inmigrantes italianos y españoles, entre los más destacados
(Alaniz, 2016).
El movimiento juvenil es muy impetuoso, se nutre de estudiantes de la
Universidad de Santa Fe y con.B.uye en el requerimiento tal vez más apremian-
te: la urúversidad nacional. El grado de orgarúzación era avanzado, ya que,
en 1916, una vez terminado su mandato como gobernador de la provincia
-iniciado bajo la vigencia de la Ley Sáenz Peña en 1912-,.el médico Manuel
Menchaca convoca en el salón de la Sociedad Cosmopolita a una asamblea
para constituir el Comité Pro Universidad del Litoral (Piassezzi y Baccolla,
2016: 26). Unos cuarenta hombres, algunos notorios políticos y otros bisoños
activistas, la mayor parte abogados pero también comerciantes y gente de otras

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Ato H1

h ra r ov¡¡·,
a , 1'J
' r (. 1 (' q ·urr.: í
í ío · ír nal ' 'i. L vi ja U
n V ta ' , p r) )a r p nCÍa 'n re l
t j •í J o ario la · grímía 1mo argum ·

¡ n =v , _orq'"" . cd .n p ía ~ perpo r
Ra l Rfxingu z, tlvo d1putado yngoyen·
í z o proy o e p cífico. ~b, Y'a
izací' d lo centros y la federación dt e
íe m i tencia a la reuni n e~ prepara . ·
d 1 A, haya id ~n f¡ rmíd~bl.e elemento a fav : dt
e nchaca. Per a AleJandro Grunmg Rosas, oriundo
, 1 cup un papel de tacado en la olución politica encon rada
rear la · níver ídad ací nal d.eJ Litoral. E ta, concebida como eco
imíen cord bé , fue apr bada por la ley 10.861 de 1919, q
p m La iniciativa de R drígue-z y nacionalizó la Universidad de Sa u
e, dan validez retr activa a lo título de u predecesora, transfirie
lecímjento y lo bíene , pero ampliándola notablemente a Rosario
ría e de un mayor número de facultade , entre ellas Cienrus
~_.'-'-, Cienci atemátkas y Ciencias Económicas. Adoptado co o
1 J n mbrc de ]a vasta región a la que pertenecían -el litoral fl ·
virreinato-, l do ciudade coaHgadas adquirieron compromi

1 yr n apoy parlamentario de entrerrianos y correntinos, en CU}


decidió implantar e tablecimientos humanístico y agrope-
ívamente.
r en 1920, la Univer idad acional del Litoral
pr bacíón de primer e tatuto universitario con onte-
111 de abril de 1922, a travé de un decreto del pr ídenrr
·6n territ rial dt facuJtade ería la inno' · ·
m i r t de 1 U L -que cabe en la categoría clarki:UU
multicampur , unq t mbién l ermen de la ten iones q r
h t djvidi rla en dé d iguientes. . .
n rí n t bJ d nta Fe a la Reforma UruversttWl
1 l er1 r d mpe del j ven díri ente e tudiantil Alejandro Grúrün
1971 ),qui n en 1921 fue de ignado por el ministro SaHn .
cr ad hrm{jrtm m dele ad r '3nizador de La flamante Uní rs~~
mt. n, m· i n a tr vé de ]a cuaJ la aga de lo reforJTU ..
por vía del yrí ni m · bernante on la con trtJCCl n
ma uníve r itari na ional.

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l.A R EFORMA D E 1918: EL HECHO CRU C IAL PARA LA CONFIGURACIÓN ...
53

4 . LA VERTIENTE ANTIRREFORMISTA

4 . 1 . PURGAS Y CONTRARREFORMAS

La sola exaltación de la Reforma Universitaria podría conducir a una


interpretación equivocada sobre la sinuosa y hasta convulsiva trayectoria
del sistema universitario argentino a lo largo del siglo XX. Es cierto que los
reformistas fueron y son una presencia invariable, pero las universidades se
construyeron en una dialéctica incesante, estrechamente asociada a la lucha
política. En esa dinámica las corrientes no reformistas fueron también muy
protagónicas.
La inestabilidad política, con sucesivos cambios de régimen, a partir del
golpe de Estado del 6 de septiembre de 1930, comprometió una y otra vez a
las universidades; colocó y descolocó en cada oportunidad a su movimiento
estudiantil, en sí mismo heterogéneo, con respecto a la composición del poder
estatal. La politización universitaria es, por lo tanto, una constante del siglo XX
argentino, en el cambiante sentido en que la arena interna de las instituciones
se constituía como una herramienta, un obstáculo o una amenaza según girara
la rueda de las mutaciones partidarias e institucionales en la esfera nacional del
poder. Por eso las purga~ y las así llamadas contrarreformas son indicadores
significativos de los desajustes políticos entre las universidades y el Estado.
A título de precedente, dice Mignone, haciéndose eco del historiador Gre-
gario Weinberg, que la expulsión de los jesuitas del territorio argentino fue
la primera purga docente en el país y "provocó un notorio desmejoramiento
en la calidad de la educación superior" (Mignone, 1998: 12). Con purgas se
alude a cesantías o renuncias masivas de profesores universitarios, motiva-
das por persecución política real o potencial, aunque también en ocasiones
relacionadas con manifestaciones espontáneas de denuncia asumidas por los
profesores ante intervenciones o violaciones a la autonomía universitaria por
parte del Poder Ejecutivo de turno.
Estas sangrías de personal académico jalonan la historia universitaria y
coinciden con cambios de guardia entre las corrientes reformistas y sus rivales
de diversas orientaciones ideológicas. Cita Mignone cesantías famosas como
la del presidente Roca a Estrada (se puede agregar la del presidente Sáenz
Peña, quien dejó afuera en 1910 a José Ingenieros en un sonado episodio),
pero, refiriéndose al régimen de los años 30, sostiene que los casos aislados
- incluida la célebre expulsión de Alfredo Palacios de la UBA en 193ü- no
pueden considerarse una purga (Mignone, 1998: 25). Pero otras interpreta-
ciones más amplias no minimizan los episodios represivos, sino que sostienen
que durante aquellos años se intervienen universidades, se imponen estatutos
contrarios a la autonomía, se restringe el presupuesto para condicionarlas y se

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54 Ato LFO STUB RIN

impide la participación de profesare y estudiante en el gobicrn insti tu ·it)\Lt\


(Miranda, 1993: 301). . ,. . . .
En cambio, no hay dudas de que el oclo polittco 1mcwdo en 1943 fue
le ivo de la autonomía universitaria. En lo particular, la UNL sufrió ese ~ti'l.o
la intervención de Jordán B. Genta, lo que trajo aparejada una tenaz ) pm -
longada huelga reformista. Tal como lo caracteriza Mignone, el gobierno de
facto, a raíz de la postura neutralista ad~ptada, frente a l.a Segunda Guerra
Mundial, lo que revelaba la inequívoca stmpatla pro nazt que c.ampea~a en
us filas, encontró una cerrada oposición por parte de la comumdad umver-
itaria, identificada por amplia mayoría con los aliados. Bernardo Houssay
fue el más connotado de los numerosos cesanteados en aquel momento por
haber firmado una solicitada pidiendo elecciones y alineamiento ·contra los
regímenes totalitarios de Europa (Mignone, 1998: 25). Fue una nueva pur-
ga, a la que le sucederían después: la de la Revolución Libertadora de 1955,
contra los profesores peronistas; la de la Revolución Argentina en 1966, con
su triste Noche de los Bastones Largos, y la de 1975 a 1979, iniciada antes
del golpe de Estado del24 de marzo de 1976 pero profundizada durante el
autodenominado Proceso de Reorganización Nacional.
Buena parte de las purgas coincidieron con lo que en clave reformista
fueron las "contrarreformas". Término divulgado por Florentino Sanguinetti
en 1957, se refiere a los acontecimientos políticos que menoscabaron la auto-
1 nomía y la participación estudiantil en el gobierno universitario. La primera
fue en 1923, durante el gobierno del presidente Marcelo T. de Alvear, tal vez

1 la más tenue, que cambió por decreto los estatutos reformistas retaceando su
te itura republicana. La segunda, más severa, fue la de 1930, ya analizada. La
tercera, la cuarta y la quinta corresponden a las intervenciones de 1943, la Ley
G uardo 13.031 de 1947 y la segunda ley universitaria del peronismo: 14.297
de 1953 (Ciría y Sanguinetti, 2006: 155).
Pero, vot;iendo al pri~er gobierno de Juan Domingo Perón (1946-1955),
e te e el penodo y el ámbtto en que se acuña la matriz alternativa a la de la
Reforma. La configuración universitaria experimenta un giro significativo
alent.~o por la necesidad p_olítica de controlar un ámbito predispuesto a 1~
op JCJÓn y restarle
· d cualquter atisbo de autonomía. Tal vez, tamb'' ten, para
1
ver o en· térmmo
d e modelos
. . opuestos ' como una forma . de·tnst aurar en e1pats '
u~ rég•~en e tutela ~1m1lar a los vigentes en Europa continental. Mignone
caractenza
· '6 dcomo 1 explicable
· • que la nueva ley tuviera eomo propostto · · al
, · pnnctp
1a UJCCl n e a umvers1dades dado que estas er · t as como un "basnon·,
·¡ . , ' an vts
h t 1 y rctardatano
. frente a los cambios soct'oecon6 nucos
. y e1 amplio sostén
popular del gobterno.
. Amb' lcye
. del peronjsmo
l L fueron detallistas . E n elave d urkheun!alla
. .
M•gnone o ttene que a ey Avellaneda era escueta porque había consen~

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Rn RMA o 191 : 1 H
HO RUC IAL p RA LA CO Fl U

ultural bre lo que la univcr idade d b , h


s e 1an acer Se enta y t· -
después , el peronismo e Vela · 1·mado a estam
· - me · .d ua ro an
toda vez que era "una ideolo ía con . . par su 1 ea en el texto legal,
· "(M' g
1998· 26) S aspiraciOnes de crear una conciencia he-
gem, Ó. mea tgnonc
, . ' · ·
· e crean estnctas prohibiciones a la activid d
pohtKa con drasttcas sanciones. Las auto .d d .d d . .
· . 1 'd . n a es son e1eg1 as e arnba haCJa
abaJO. e preSI ente destgna al rector, ffil·e n tras que eJ C onseJO . U mvers1tan
. . .
carece de representantes
. de los claustros y se compone so1o con 1os d ecanos, a
su vez selecciOnados
, . con base en una terna prese n tad a por e1rector. L as 1ac e u1-
tades estan Integradas por profesores titulares des1·gnad os por e1preSI"dente con
base e? ternas también elevadas por el rector. Un aspecto critico es el deterioro
de la_ltbertad de cá~edra, ya ,~ue los profesores podían ser sancionados si sus
ensenanzas se desvtaban de los fines específicos de la universidad".
La ley 13.031 crea el Consejo Nacional Universitario, en linea con la
o_rie?tación ne?corporativ~, que ~e común ~n dis"tintas esferas del poder,
stgmendo las líneas de la comurudad orgaruzada , consigna central de la
doctrina oficial (Mignone, 1998: 29). También estampa por primera vez el
término "autonomía" para referirse al estatus jurídico público de las universi-
dades, curiosa paradoja con respecto al silencio de la Ley Avellaneda.
En lo relativo a la política educacional, la Constitución Nacional sanciona-
da en 1949 introduce novedades fundamentales. Seis largas cláusulas se refieren
al tema. La cuarta se refiere a las universidades que, dice, se gobernarán con
autonomía en el marco de una ley especial que las reglamente. Las presenta
con una definida jurisdicción territorial y les exige dictar cursos obligatorios
y comunes a todos sus estudiantes sobre formación politica, orientados a que
se conozca "la esencia de lo argentino, la realidad, evolución y misión histórica
de la República".
En el contenido de la Constitución de 1949 se basa un decreto de 1952
que suprime los módicos aranceles que se cobraban en las universidades, ge-
nerando el primer precedente operativo para la gratuidad de los estudios de
grado, y la segunda ley peronista sobre universidades, 14.297. Allí el artículo
7 sí establece la gratuidad de los estudios. Aunque vuel_ve a nombrar la auto-
nomía y le agrega la autarquía, la nueva ley es tan verncal y tutelar c~mo su
predecesora. Los decanos son nombrados por el rector y este por el prestdente.
Los profesores tienen un concurso previo, sin oposició_n, ~ro para form:U
ternas que ponen su designación en manos del Poder Ejecutt:o. El ConseJO
Universitario es formado por las autoridades, sin representaaó~ es~ental
alguna. Los estudiantes tenían un delegado elegido por ~a orgaruzaaon estu-
diantil oficialista y limitado a tratar las cuestiones greiDiales. . . .
·
E se agruparmento es tudiantil
,
la Confederación
,
General
.
Umvemtana
. _
(CGU) , al es tilo d e 1os sm· dicatos obreros, es segun Mignone (1998 . ..>3 34
re1a · , ~--' ·
"una corporación ligada al poder político hegemónico, en una aon c.AuU 1

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LDOL O STUB RI

. articipa ión n lo a
con u intere es concreto y ~~i;nte la federa i r
Entre tanto, los centro .de es . re aba por m l r una in titu 1. n
·d El gobterno e mte , ·J
eran comb atl as. e tada tra . - e un n
L
. fueran contrarr
las fuerzas oposttoras fi .al Otra ez, el rtí ul 21 imp n n t
ción a las pautas culturales _o cdt e;~ cur o d di ad la ultur. fil
los planes de carreras el dicta ~ , olítica r l di
la doctrina nacional y la formaeton P
artículos del presidente Perón. ul . ·taria cr e h u tripli i n
En términos generales, la matríc a ~verst . n orporen ntin nte d
· t lo que penrute que se 1
durante la d écad a peroms a, cli · de plurili m li d
. al tes Pero las con aones •
los sectores soc1 es emerge.n · 1 educa ¡ 0 utilizad·l e m
intelectual sufren un detenoro toda vez ~ue ~ E ¡,
vehículo de propaganda política y adoctnnar~He~(~~~) ~. d::;c nnlt 4a
t
única creación fue la Universidad Obrera Nacton . un . d 195 •
atraviesa unos años de letargo, tiene un incipiente des~o~~a~a:: alifi ar
y es intervenida tras el golpe de Estado de 1955. Su n .
obreros industriales para titularlos como ingenieros ~e fábnca, ?perand n
ocho sedes regionales como sendas instancias supenore del • tema d la
Comisión Nacional de Aprendizaje y Orientación Profesional (CNAOP).

4.2. LAS DOS TRADICIONES ALTERNADAS Y SUPERPUESTAS


1
1
Una nueva purga tendría lugar con la autodenominada Revoluci n
Libertadora de 1955. Ese gobierno militar con apoyo civil derrocó al pr i-
dente Perón y se propuso desmontar sus aparatos de propaganda, con lo cual
separó de sus cátedras a un elevado número de profesores embanderado con
el peronismo. De manera torpe se recurrió a herramientas de proscripción y
censura contra los símbolos e instrumentos doctrinarios del régimen anterior.
Los reformistas se sintieron identificados y apoyaron la nueva politica,
aunque los partidos con que sentían afinidad -radicalismo, socialismo, co-
munismo, democracia progresista- no estaban solos en el apoyo. Corriente
socia!-cristianas, grupos nacionalistas y la llamada derecha católica habí n
roto con el peronismo en el último tramo de su gestión y se habían sumado
a la sublevación. En materia educacional y universitaria, los reformistas y la
corrientes demo-liberales afines tendrían bastante predicamento, pero también
contrastes y derrotas.
S,i .la Reforma se .asocia con bastante naturalidad a los regímene de-
mocratlcos y ~ los. gob.ter~os d.e derecho, esa premisa no puede generaliz
porq~e dos eptsodtos stgnificattvos de la historia política argentina L impid ·n:
el pnmero, ~a expuesto, es que el peronismo como gobierno con titu i n J
fue refractano a la Reforma; el segundo, que la Revolución Libert d r 1

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LA REFORMA D E I 918: El H ECHO CRU C IA L PA RA lA ON F I G URA 1 N ... 57

régimen defacto que lo derribara, impulsó los lineamientos reformi ta. como
politica oficial pa~a,las universidades, tendencia que se extendería desde 1956
hasta 1966 y surttna potentes efectos más adelante.
Como co.nsecuencia de lo anterior, fueron decretos-leyes y no leyes dejure
las qu~ or~antzaron el r~torno de la autonomía y el cogobierno estamental a
las um.verst_da~es_ arg:~ti~as. Por un primer decreto-ley de 1955 se derogó la
ley un~vers.ttarta JUSti~taltsta, se repuso la Ley Avellaneda y se intervinieron
las umverstdades nacionales. Estas eran ahora seis, por la incorporación en
1939 de la Universidad Nacional de Cuyo, con sedes en Mendoza, San Juan
y San Luis. Durante 1956 se crearon dos más: la Universidad Nacional del
Sur, con sede en Bahía Blanca y estructura departamental, y la Universidad
Nacional del Nordeste, con sede en Corrientes y Resistencia.
El decreto-ley más importante fue el6.403, de 1955, confeccionado por el
ministro Arturo Dell'Oro Maini. En una paradoja, la autonomía universitaria
fue concedida por un régimen de facto. La explicación política es que el grueso
de los universitarios presionaba por una reivindicación de la autonomía y esa
solución institucional se impuso por su propio peso. Estatutos, concursos por
oposición y antecedentes y cogobierno entre profesores, estudiantes y gradua-
dos, así como la ratificación de la atribución de emitir títulos fueron los rasgos
salientes del nuevo estatus que se prolongó durante diez años. La autonomía
otorgada era amplia (el término utilizado en las normas era "autarquía"), pero
quedaba ensombrecida por la proscripción del peronismo y la persecución de
profesores que tenían esa militancia. 1
En síntesis, las universidades estuvieron autorizadas a organizarse por sí
mismas, a designar sus profesores sin incidencia alguna del gobierno federal
y a dictar estatutos que tampoco requerían ratificación del poder ejecutivo y
debían dictarse "según las modalidades de su tradición y las conveniencias
de su ámbito local". A los diez días de aprobados, debían publicarse en
el Boletín Oficial y entrarían en vigor con efecto derogatorio sobre la ley
1.597. La condición era, sí, que los docentes fueran mayoría en los cuerpos
colegiados y accedieran a los cargos y a la ciudadanía universitaria mediante
concursos de títulos y antecedentes. La militancia en el peronismo podía
ser causal de exclusión. Por otro lado, el régimen de form ación de las au-
toridades era desde abajo hacia arriba, con una cuot~ im~ortante para l~s
graduados, quienes para participar como tales no podtan eJercer la docencia
(Mignone, 1998: 88-89).

1. L a raz6 n ·anvocada para no u tili'·zar. la pahbra


' • "autonomía" . es de terminología jurídica.
. .Se
sost 1' ene que e¡ t érnuno· es utJ·u zad o en la Constitución para cahficar , . el e tatus
. . de la
. provu\cuts.
.
Por lo t an t o, extend er su uso a 1as um·verst'd•tdes • públicas ' cuyo regtmen mstltuc10nal enCierra
una lógica diferente, podría generar confusión.

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"· lll"•'t' tl1· s ¡ 1 ¡~,· i~t1S ·n In nr~anrzf\ ' 1 >n d ~ las univ rs'td"'
p ':oil~lh' 11 l 1• 1 ·~· t t) l " ' "' " '
.. .¡ t. , l ,•.¡íl ~ 11 tJ)t' u 1 11 R ·volw; t n Ltb ·t·tadom, 1 se tor cat li 0
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\ 1l' ~ 1\ " t)tll Ul. D. ' .


o~c1os mu11S~ro_ Ma~ni,
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blllv••·l"" 1< r m ro, wn lo> hu ·m•s d 1 . ·11 ro una
"'' \ll ·ivindl . tdt n: 11 de pod ·r tnstauntr untv r tditd s ·onfcs nalc , 1
1
Hlll¡l''c ··1 dclo't .10 tu . d 11 l 1 · r ·n d · .qu · ~u · isten ·i:l no comprometía sub-
'.,, ·lnn ·~ t1s · d ·s d ningLifl tipo (1\ll•gnon , 199 : 41 -42).
l ..t~ \11\iv ·r~ld 1d ·~ priv1td \~, rnp ·ro, n podían emitir títulos, sino que
~us ', ' t ·~n ios d ·h nn som t rs · a un ·x:un n d estado administrado por
l 1 fc~m ·~ d, In~ instituclon ·s 1\~1 Ji as. a r stricdón quedó reforzada por
11 1·y t .. -.que rí\tific "l r gi111 n d l artículo 28, al desdoblar el diplo-
ma n"·nd mko - qu · tns univ ·rsi. acles privadas podían otorgar- del título
r f , ion1LI, que r 1 urw atribuci n r servada por el Estado. Esa instancia se
11 un ·xnn'\ n iinfll d"' n n itación pr fesional, reglamentado en 1959 bajo
ri hd de In Insp ·e i n eneral de Ensefianza Universitaria Privada
. n1 sta pru ba fu flexibilizada hasta desaparecer luego del
1 · le • stndo d 1 66.
1 u td u.., rirneras univcr .idades privadas y su año de creación

1 AÑo DE CREACióN

1956
1956
1957
1957
1958
1958
-----~--------------1~960
1960
1960
1960
------------~ 1960
-----------------------~196_
3 ____
S T
--- 1963

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r 1 NI IN ,1 tiN 1 1 NNI Il 1((


1 811 l lí\N 1
1. Jll
f Nli l {11 A 11 ):; !1 1\11 )1\ 1:) 1 N 11 NC ~ I I\!. [ t' l t. h7

E.s 1 ~ li l 1 p " ·1 vi "jo pml l ·m 1 1-· In, univ .,., i I1J · . "1\b " tuvn
, i~n dn por multitudin:lrios rnanif , tn ·ion '!'l ·nll ·j ·m, n la. ~~~ con on-
nron dos ·rti nt ·s d · In vi la cult\lrnl ' poi ti -. t ·n torn ) n 1rt :tntinornia
u· s' con l:t' ·omo "lni ·a o libr ''. El r ·t( t'111isn . univ •t·sit:\rio fHH' ti i¡
d · tTl 1n ·ru ornpn ·ta n torno a In s · .unzn lnica, y su. :1dv ·rs(lrio , lo
pnrtidurios d b por llos lhunada •ns anza libr , s · ur i ulal an n torno
' ht Igl sin nt li a.
Fu ·ron autorizados y r ·udas las prit ms univ ·rsidnd s 1 rivadn , si t ·
d Jlns on[i ·sionul s, y unR d na ·on otros liv ·rs id ·arios. E1 19 9 s
tr ms rm la niversi lad br raNa ionul, on unos 2 00 ·stu Han s, n
b niv r~idud ~ cnol i u Nn ionnl, la nov nn n su tipo, es ·ializadn "n
ing niería y e n nuev fn ~ulta s r .ri nal s =-spar idas "n dis in tos puntos
del país. El r pido r imiento d 1 númer d univ rsidad s nstituyó una
ola p t nte - "1 pasoj n ap ~nas ·in o artos d seis univ rsidad ··s na ion al s
a 25 univ rsidades públi as y privadas, ada vJz m:i het ro n ·as- qu
compli el ontrol d calidad y la propia obernabilidad del sistema uni -
v rsitari na i nal.
El dualismo entr p roni mo y reformismo univer ·itari e ·la traduc ión
políti a de una bifurca ión de tendencias a niv l más pr fund . ~ n fe to, la
ac 'd ntada volu ión de la configura ión univ rsitaria ar ntina durante 1
si lo XX implicó sucesivos re~~juste en 1 s actores 1 tivo decisivos y 1 s
nex qu lo unen:

a) El obierno federal oscilando entre la onfianza y la tutela bre las ins-


tituci n públi as.
b) La profesión a adémi a suj ta a inestabilidad, per tumbi na favoritismos,
imposiciones y censuras.
e) Las conducciones univ rsitarias a.lternando ntr la r pre enta ión esta-
mental y la subordinad n ttl Poder Ej utivo.

La dos vertientes expuestas y los riros que su alternancia imprim n a


la configura ión universitaria son indispensabl·s paru pr ·sentar y ent nd r
el caso argentino. Ambas tienen us ar umentos, su estilos y ·u p rfil para
reproducir e y gravitar sobre los ac nte jmientos. El he h de qu una de
ellas n1arque las reglas del juego no implic<\ que la trn desaparcz a, sino mas
bi n que se adapta y compit · a v es de. de los rd "S, a v es desde adentro
d 1sjstema institu · ional, egún ste sea más o men permeable al pluralismo.

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cl l 1c n ' unn :1 .\ 1'· 1
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\ i.'CJ :; te 1n~m .b ~ n "' :-. · · .
1, Ufll. ' SI. 11•.1 11, :l \ 1ll'· .·
1 ~11\ , 1 11 nttt.)nom \n \' 1 1':-; ú nrtu ,' l)"' :; " ' 1 n:tsten ,,
• ·
•.1·. 1 1·11 .·1 ~ ·1,,. 1 qtl' ' ~, ~ncwtd \ l'n di' rs ~ · n x · \iti, : .
n un.\ 1 'utt.:. ~ • " · . .
· .· . · 1 q•t"' 11 ) e,, ......" d, ,,dh rente~,. sunp.m· mn~::. en d s n
msttmo ) fHt es, p n: . , .. • ...... · .,
mi~tno d . las u ni\'''·rsi . ad ~s.

~ REA 1 N E N \AS l\ RSJDA . S

El · · de
JUI'll .
1 un loe r
tnilitu.r auto n mina R '' lu ··(·n
ntina erro a 1tl presidente \rtm . lllilt. L s uni\ rsi
t rvenida . y todo u ~ist m 1 d bi rn y aut n mía
militari El 28 d juli se patentiza la pers uci n ·u, n b P li 'u reprim
en la Facultad de Ciencia E.xa tns de la UBA a profe res e mditu1t s. na
purga de personal a adémi de grandes proporci nes su - d" a e .e episodi
1 Otro profesores, en repudio al golpe, renuncitm a us át drns.
La ley de facto 17.245 de abril de 1967 vuelve atrl 1 leai · b · n uniYer-

1 sitaria, inscribiéndose en la tradición centralista y tutelar. Era tan preten · ~ l


que fijó en 120 días el plazo para dictar estatutos, e nstituir asamblea y el gir
autoridades definitivas. Nada de eso ocurrió. Cuatro meses despu · - régimen
aprueba la ley defacto 17.401 de repre ión del comuni mo, 1 ual ac'ntú.
el oscurantismo cultural y la censura con la que much_os universitrui. s en1n
perseguidos. También la ley defacto 17.604 sobre universid. des pri' ldls les
dio a estas la equiparación con las públicas para emitir títulos habilitantes.
Durante aquella dktadura se concibe y ejecuta un plan de m derni •-
ción univer itaria que consistió en crear universidades en provincias que n
las tu~era~ y en ciudades intermedias. El plan, que se cono e por el apeUid
de su mspuador, Alberto C. Taquini (h), a la sazón decano de la Faculta de
F~ma~ia ~ Bioquímjca de la UBA, se proponía diversificar la oferm d nrrern:
uruversttanas para evitar la concentración en los títulos tradicionale a ·oci.tr \.l
formación de recursos humanos con los requerimientos del mercad e trJb j
Otro ar~ment~, que tendría cada vez más gravitación, era el demogrtUl"- : ~-­
pr~poma el arraigo de los jóvenes capacitados en las distinta (ueas del Pu~
~nbuyendo a la lógica movilidad universitaria efectos de despobhunieo«,
la vez,
. ilno era un factor menor la 'mtenc·ó d d t'""'"' las tll·\~J.
1 n e es oncen , ..u • •
d
es tu 1ant es para evitar m allllestaetones
·e · y un activismo político que bli'

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l Htl t H 1 \ nl 1 1 : El llr ' H RU 1 L p RAlA ONFIGURACIÓN . .. 61

)l ic1." 11 1 ·J~·t · r una _r prel'i{ n violenta. Ese objetivo fue vano: en 1968
s' 1' ldlqu 1.1 prlln · ,\ v ~.c'ftma c~tudian ti1 n órdoba, el estudiante Santiago
1'uHpillon . lo~ 1' 1.' 0!' m "sc:s otros epis dio en Corrientes encendieron la
1H ~ h.í y l11 · - > d nnlobuzo --1 Rosariazo (1969) fueron dos levantamientos
popul.l1 ·s, ·on pt\)t tgoni ·mo vfctima del estudiantado universitario, que
dt.>i-l ·n · t~kn 1 n 11 ' da de On anía en 1971.
L ~~ 1\UC tS univ ·rsidades fuer n creadas hasta 1975 e hicieron crecer de
1n Ul • ,\' ·rticu el núrncro d" ntidade públi as. Algunas se crearon con base
·u 'tllnpw - pro · ~ tos funda iona.les (Luján, Río Cuarto, La Pampa). Otras
t\1 •t·on dcspr ·ndimicntos - las grandes universidades preexistentes (Rosario,
tlt t,.f uju '• San Ju un, nn Luis). En algunos casos, estuvieron precedidas por
uni "rsid tdcs privadas que les sirvieron de base (Mar del Plata, Patagonia).
t unfonl'lllCÍ n d ' comisiones loc:.Ues de apoyo a la iniciativa dio a estas
creadont.·s l ran ct"r de movimientos localistas bastante extendidos.
-n ·as atípico es d de la nivcrsidad de La Rioja, creada por ley provin-
ci Ll n 1 · 72 y nacionalizada 21 años después) en 1993. La dinámica del plan
s prol n rr aun ·on el obierno constitucional siguiente, de signo peronista,
entre 1 73 y 1976. En 1975 se dictó un decreto de veda a la creación de
nu vus universidades privadas que, en ausencia de un dispositivo confiable de
"vu.lua ,.· n, fue a atado por la dictadura y se prolongó, resistiendo la presión
d num rosos interesados hasta la presidencia de Carlos Saúl Menem, quien
ni bien asumido levantó la restricción, retornando a un sistema relajado de
uutori'l.aci nes.

uadr 3. Universidades públicas de la primera gran ola entre 1968-1975

UNIVERSIDAD NACIONAL ANO DE FUNDACIÓN

1968
R - - - - - - - - - - · - - - ----:-:-:-:------
1971
1971
ZAMORA

C TAMAR

ENTR Rl S -------
JwuY

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Esca-neado con CamScanner


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de V }untad e tata), p r tam Í _.na rafz · 1· a J o lí íca


para legitim ar el poder fi í l.
e umar na í, entre j í d 1Y66 y Ji ·i- br d l'JS , má de 17
año in autonomía y sin og bí ·rno, htrgo p ·ri do q · fi JI n pe r el
paradigma tutelar, e o lo demuc tran la lc~ísl· íón y la pr1 · a p lití a de
la dos di ctaduras, p r el e in er~ en po cr en marcha in tituci n s
representativ y aut n 'micas, tal como rri6 en el ínterregn co i naJ.

5. LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA Y SU OPCIÓ P R LA V ,RTl ,. TE


REFORMISTA

5. l. LA ÚLTIMA TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA

Tras la derrota militar en la guerra por las 1 las Malvinas de 1982 y


la enorme presión popular por una alida democrática, el pa' llegó a las
elecciones generales de 1983 en las que e imp · el candidato radical Raúl
Alfonsín. El desafío político del nuevo gobierno era, por lo tanto, recuperar la
legalidad univer itaria y encaminar su construcción institucional iguiendo lo
carriles de la tradición reformista. El inmediato decreto 154/1983 intervino
todas las universidades nacionales, que ascendían a 25, de ígnando un rector
normalízador en cada una de ellas. En 1984 el Congreso fundó por segunda
vez la Universidad Nacional de Luján,que había ido cerrada por la dictadura.
Pero la originalidad estuvo en el artículo 4, que re tableció la legalidad de lo
e tatutos universitarios aprobados por las Asambleas Univer itarias que se
encontraban vigentes cuando el golpe militar contra lllia las atropelló. E decir
que la base legítima de la autonomía y el cogobierno univer itario realmente
exi tentes hasta 1966 era no solo rescatada co mo referencia imbólica, ino
puesta en vigor como asidero jurídico para reiniciar una normalidad académica
y política. Otras pieza del decreto fueron el reconocimiento hacia lo centro
de estudiante , federacione regionale y la FUA, y la creación de instancias
colegiadas provisorias en torno al rector y lo decano .
En consecuencia, la estrategia era la mi ma ya e nocida y probada entre
1956 y 1966. El nuevo gobierno re olvió volver a ella y recuperar la validez de
lo estatutos que las comunidade univer itaria habían elaborado y pu toen
práctica hasta el golpe de Estado contra lllia. Fue clave para La concepci ' n y el
impulso de la e trategia pro autonomía la figura del mini tr Carl AJe nada
Aramburu, quien había ocupado el mismo cargo durante la P~" idenci de Illi2.
De esa manera, un modelo organízarivo del pa ado, en parte aggif'Jrnado y en
parte idealizado por el devenir de una larga erie de fraca o , pudo er efica-z
porque respondia a una tradición cultural y políti a auténtica. E implicó

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64 ALDOLFO STUBRIN

. ali . to del movimient estudiantil y, en meno m


q ue hubtera un neamten . , . .
lo partidos mas tmp rtant el tst;
de los cuerpos docentes en torno a .
político. Se trató de una innovación co~ re ~e to al P., ad .' rque n e ..
·
antenores 1a polittca
· m · t e rna de la uruverstdad, habta
. temdo, . Eun rrel -1 n
irregular y por lo general baja con la arena polín a del pru. ·, . P b~bl
fuera un efecto del proceso de normalización, pero tambten mfluy 1
litancia en el movimiento estudiantil de las juventude ~e l parti n
mayor representacwn · · e1ectoral que propiciaron el mena nad a pie. L1~
consecuenctas · fiu e ron, por cterto,
· am b"valentes·
1 · articuladoras . p r un lad • pe_
también disfuncionales y conflictivas, por el otro (Stubnn 20~0: 216- 1/ ).
A mediados de 1984, la ley 23.068 ratifica la e trategta del decret
presidencial y otorga un plazo de un año y medio para normalizar l uni-
versidades nacionales. Aunque la magnitud de la tarea lo nt ced nt~
disponibles indicaban que era una meta ambiciosa, lo ciert e que fu
llevada a cabo en el plazo estipulado. Fue complejo en todos 1 a el
llamado y la sustanciación de concursos para regularizar el clau tr d ente
y el restablecimiento de los derechos a cesanteados y per eguidos. T mbién
se consagró la gratuidad de los estudios de grado y el ingreso dire t de 1
graduados secundarios a las aulas universitarias, dejando atrá lo u
aranceles típicos de la dictadura militar.
En los primeros meses de 1986, las 26 universidade na ·onale habían
elegido sus autoridades definitivas cumpliendo al pie de la letra u regl
estatutarias. Los porcentajes de regularización de cátedras emn, in emb
modestos, en torno a la mitad en la mayoría de los casos. Ademá se h biun
generalizado el ingreso directo y la gratuidad del grado uni ersitario· stub
consagrado el concurso público por antecedentes oposición _ mo criteri
de acceso a la profesión académica; el Consejo lnteruniversitari aci nal
estaba conformado por adhesión de todas las universidades públi -· 1 in-
vestigación y la enseñanza se conjugaban junto con la extensión e m 1 s tres
verbos primordiales del lenguaje académi o; el cuart nivel ern un bjeti'
de desarrollo sólido y activo; la libertad y el plurali m e taban . nri d s
para t~das las corri~n.tes intelectuales y politicas; la parti ·p ci n l repre-
sentación y la colegmlidad eran las cifras de 1. rganizaci n autónoma 1 s
universidades públicas.
Con respecto al ingreso, el despertar d mocráti pr dujo un re<:&-
miento explosivo de las solicitudes de ingr 0 ya en 1984 m pronuncittd
hacia 1985. Se pasó del orden de los 600.000 tudiantes ·n 19
de 1.000.000 en 1987. Los cupos de la dictadura hn ian sid
afl~encia de nuevos est~?iantes se nutría de mu ·ho j n .~ u hab .m ~­
penmentado la frustractón. Es gener una crisis obre la e "ci 1
en materia de edificios y plantele do ente ' d las unh rsid d s.

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l...A R EFOR A DE 1918: EL HEC HO CR CIAl PA U\ CO FIG CIÓ ... 6

re rricci~n fi cal afe tó lo sueldos del personal a adémi o, que 1eron


de ala n zado frente a la inflacjón.
El co tado ocial e completó con la gratuidad de lo e rudio de do,
una política para las uni ersidades públicas que no alcanza, en cambio a 1
u~ive.r ~dades priv_a,das. De de su creación el sector privado no re ibe, en
pnnCJpw, subvencwn estatal y debe financiar e con el cobro de matrícula .
En el imaginario de la época el ingreso directo) la grarujdad con tituían pi-
lare de una política de justicia social. La paradoja e que coincidian on una
escasez alarmante de becas. Estas eran resorte de las uruversidade pública
y sus estipendios resultaban muy bajos para las necesidades de lo jóv ne .
La ausencia de un programa nacional impedía complementar la gratuidad y
el ingreso directo con una palanca que permitiera movilizar a los jóvene de
familias con escasos recursos.
La UBA, en 1985, realizó una amplia reforma curricular, creando para
los ingresantes un Ciclo Básico Común de un año de duración para tod
las carreras. Si bien el diseño no fue repetido en las otras uruversidades, í
sirvió de referencia para una estrategia que satisficiera el ingre o directo con
el solo requisito del título secundario, una demanda política y social acucian te
en aquellos años. El dispositivo estaba pensado como el comienzo de una
reforma académica más amplia, cuyos siguientes pasos nunca se concretaron.
No obstante, se logró el objetivo de articular el pasaje entre la secundaria y la
uruversidad sin limitaciones arbitrarias o selecciones exageradas. Sin embargo,
la masividad estudiantil estuvo acompañada de unas tasas de deserción eleva-
das. La efectividad educacional de las uruversidades no mejoró en proporción
a los nuevos desafios. Más bien al contrario: el transcurso de los años vino a
demostrar que, en términos de graduación, los caudales alcanzados eran mo-
destos, más parecidos a los tradicionales, dejando en signos de interrogación
la promesa de apertura y movilidad social de la primavera democrática.
Otra dimensión del cambio producido en el orden académico fue el
retorno de la investigación a la universidad pública. Bajo el régimen militar,
la enseñanza y la investigación habían sido disociadas, incluso en la letra de
la ley defacto. Los institutos de investigación, en su mayoría pertenecientes
al Corucet, atravesaron una etapa de control político, inspirada en la doctrina
de la seguridad nacional, que los separaba de las universidades públicas. La
orientación del gobierno constitucional fue explícita en el sentido inverso y
paso a paso se fue despertando en los investigadores el sentido de pertenencia
a las universidades en que se alojaban los institutos, mientras que estas iban
haciéndose cargo de responsabilidades más directas en su gestión. Más aún, los
docentes que no eran investigadores de carrera fueron convocados por varias
universidades (la UBA y la UNL, entre las primeras) a formular proyectos
y recibieron apoyos módicos pero estimulantes para multiplicar el potencial

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66 ALDOLFO STIJBRI

de esta función entre los planteles de - cul


ocasional y asistemático hasta entonces, ui ser
a través de una resolución ministerial que creó e
Cuarto Nivel (SICUN), con un criterio de coope
red que costó implementar, y a la postre no rospe
La Confederación acional de Docentes nh-e.rsi
organiza en esos primeros años de democracia mo un
específica que nuclea asociaciones docentes propias e
fue un hecho novedoso; nunca antes la agremia -ón h
una forma organizativa atrayente por los profesores uni~
el proceso de afiliación fue trabajoso comprendiend 1
empinados de la pirámide académica y a ciertaS ram di · lin
las humanidades y las ciencias básicas mientras se mantenían i
la mayoría de los docentes de las carreras má tradi ·anales m
contador público, entre quienes era común la ded.i ción simple~
no vivían del sueldo universitario. De todos modo la · · · •n e 1
gremial entre los profesores universitarios lle!!á para qu arse
nueva dimensión para la acción colectiva de ese estamen .
En lo que atañe al ya mencionado fenómeno de lin'rz:atoo
tradujo en que los militantes de partido motorizad
estudiantiles y sus recientes graduados acentuaron 1 m peten
trol de las universidades (en particular la F ranj ! orad rre.hui\
gobernante). En la medida en que se concretó la rota · · n en 1 tirul ·
poder ejecutivo, la composición política de las uni ·d es i
desfasada. La laguna legal, recién suplida on 1 LES en 1
el problema tanto como la e.A'trema dependen · de 1 u._Uli
adicionales. Ese andarivel no académico, por el que circul an
confianzas recíprocas y no pocas querella ejerci ' un influenci
en las políticas que se diseñarían en d e~rundo period nstitu n .
parte de ellas, las nuevas universidade se multipli n.
Más allá de cualquier recreación románti ·pi 1
taria entre 1983 y 1989 fue la reali ci n a tuali d 1 ell
que, en adelante, signaría, no sin ontra tes giro . y d ·
configuración universitaria durante la má, e tres •
extiende el ciclo democrático.

6. A MANERA DE CIERRE

En la celebración de su n nari r el 1lf li


miento que la Reforma Universituri n 1 ' rn

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LA no "o 191 u HrcHo e

re a na
pdde la Re
qu tambitn
una te

denun i
t umple ño
n id , ncierr al
m a obre aldr ' n. ·

que te centenari
pregunta e i el tal n e
en el rincón de lo re uerd
pudiera r ím
generaljzado bre 1 tr end nci d un m vimient
al futuro. Pero qui · no lo e que el frí del b
su fibra, su pulso contestatari .
Por eso, para evitar la quietud del m u 1
vez sus orígenes, entehder u fuen~ , eJ azar d
de su permanencia. Esa neo idad comprende 1 m'n ""· -
a La tentación consagratoria, pero en buen medid ram
El manifiesto decía que la juventud vi~ iempre en oun
pero cien años después cabe la duda. La ju ntud i.........I..I...LLoo<.u.
generacional en que creían sus gestores -no sol 1 much eh
maestros- ya no está presente. La juventud de tod 1
dudas, sus caracteres propios sus código de comuni
para sus predecesores. Pero no hay juventud etema.
El movimiento estudiantil es clavt: para que ha
actor colectivo por excelencia. El relieve la dinámica., la
con la que los dirigentes estudiantiles de cada~ V2..D de·
de su paso por las universidades es el signo indiscutible p
innovadora del movimiento. Los profesores lo directi l
identidad reformista juegan desde luego, un papd im
que no son reformista por el reconocimiento que mue tren. L
que susciten y lo deb2tes a los que estén predispu . Pe
de lo e tudiantes es la materia criti . para la ntinui
de 1 Reforma. L continuidad del mt>vimiento tudi
n u rganización en grup . ion , centro ) ed
U u 1 Federación Universitari Argentin
e per · ten i .

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L S U BR IN

P uede trazarse, en ton ces ' la parábola que une la actualidad del i tern
. · · 1 1
. . . . a1 on la Reforma Untversttana a o argo de un iglo
umversttano nacwn e . . , . ·
.
P nmero 1a com a tva b t' revuelta estudtantU; pronto, su caracter
. naaonal , so-
·a1 d '
c1 y emocra tco, 't' . enseguida , la proyección latinoamencan
. a; más adelante ,
· t de un programa para orgaruzar y asegurar una confluencia
e1 afi anzamten o . 'd d ' bli
sólida entre pueblo, ciencia y libertad en las uruvers1 a es pu . cas; d~spués
los contrastes los retrocesos, las derrotas; Y por fin, hace un terCio de stglo, la
recuperación democrática y la reconstrucción institucional del sistema uni-
versitario hecha en su nombre, que llega incluso a estamparse como cláusula
constitucional para plasmar la contemporánea configuración universitaria
argentina.
En la médula de la configuración están la autonomía, el cogobierno y los
concursos públicos -es decir: un mecanismo efectivo de articulación entre los
grupos académicos-, las conducciones institucionales y los elencos guberna-
mentales, canalizados a través de la participación política interna de docentes
y estudiantes. La confianza del gobierno federal en esas micro repúblicas de
ciudadanos universitarios a quienes delega importantes potestades públicas
es el cemento básico. También contribuye mucho la relación entre todas ellas
para complementarse, cubrir el territorio, desplegar las clásicas funciones
de enseñanza, investigación y extensión, y sumarles las nuevas: posgrados,
vinculación tecnológica, evaluación y acreditación, educación a distancia,
internacionalización, planeamiento para el desarrollo.
Pero la dimensión de esos logros no disminuye el deber de definir para
cada época los problemas que subsisten, los atrasos que deben reconocerse,
las falencias que entran y paralizan, las amenazas que se ciernen desde afuera
y desde adentro. Esos diagnósticos pueden formar la agenda de la política
pública que se ejecute a la par en el ámbito estatal y en el universitario. El
consenso sobre las grandes tareas nacionales podría marcar la convergencia
entre las variadas corrientes político-culturales de la Argentina. No obstante,
la vertie~t~ re~ormista tiene sobre sus espaldas, por su específica tradición y
por la ong1nahdad de su larga trayectoria, los deberes adicionales de cultivar
valores y sen~idos que desde 1918 los comprometen, y de cumplirlos con al
menos una p1zca del coraje, la originalidad y el ingenio de los precursores.

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La Reforma de 1918: el hecho crucial para la
configuración universitaria de la Argentina
Adolfo Stubrin *

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