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Psicología evolutiva.

Casi siempre la cultura popular muestra cómo los seres humanos se comportan de unas maneras

determinadas y se tiende a creer que las personas adquieren el comportamiento de la cultura. Una

vez, pero por supuesto, puede que suceda al revés, que para que una película o un programa de

televisión sea plausibles tienen que reflejar la forma en que las personas realmente se comportan

y la cultura refleja el comportamiento en lugar de cazarlo. Pero eso no quiere decir que los

pájaros aprendan a volar a través de la televisión y los cerdos, no, la televisión tiene que reflejar

la forma en que funciona el mundo, puesto que los humanos están profundamente influidos por la
cultura. Existe la convicción generalizada de que adquirimos nuestro comportamiento imitando

unas pautas que dicta nuestra cultura.

La cultura es el producto de la mente humana. Las personas tienen que inventar palabras y

construcciones gramaticales para que existan las lenguas. Hay que inventar formas artísticas y

para adquirir la cultura, la gente no es como fotocopiadoras o grabadoras de video. Está claro que

parte de la cultura que afecta a las personas se aprende imitando a otras personas.

A veces se cree que esto demuestra que la naturaleza humana no existe, que todo se obtiene de la

cultura. Para poder imitar hacen falta muchas habilidades cognitivas que permitan leer la mente
de otras personas. Eso de forma que la misma cultura requiere unas habilidades muy complejas

dentro de la mente para crearla y transmitirla. Lo hacemos gracias a la razón, a la cultural.

Muchas personas progresistas rechazan la idea de la naturaleza humana porque temen que si

consideramos que las personas arrastran la carga del pecado y fallos como el egoísmo o la

ambición, o el sexismo o el prejuicio, esto los haría inalterables. De manera que incluso si una

parte de la mente es egoísta y estrecha de miras, hay otras partes de la mente que pueden aprender

lecciones de la historia, que pueden simpatizar con otras personas y darse cuenta de su dolor, y
pueden controlar el comportamiento de tal manera que se maximice el bienestar humano, incluso

a pesar de que podamos tener debilidades que lo hagan difícil. Y la gente a menudo cree que el

ideal de la igualdad política exige que todas las personas sean idénticas, que tengan el mismo

conjunto de capacidades. Y si alguien descubriera que hay personas que son más inteligentes que

otras, son más ambiciosas o más violentas.

Los descubrimientos científicos indican que las personas pueden ser diferentes porque esas

diferencias no influyen sobre la manera en que las tratemos. Podemos seguir haciendo

responsables a las personas, incluso si en cierto sentido el cerebro constituye un sistema físico

sujeto a las leyes de la causa y el efecto.

Conclusión.

En conclusión, los videos nos hacen pensar que nuestros antepasados no eran primitivos si no que

no tenían el mismo conocimiento, que si ellos hubieran tenido los mismos materiales que

tenemos actualmente, estaríamos igual o más avanzados en las teorías que se han formado a lo

largo del tiempo.

Brisa Paola Cabrales Radilla.

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