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Los problemas de imagen corporal son una constante en la población general.

En
algunas
personas, la confluencia de factores de riesgo predisponentes y precipitantes
puede llevar a que esa insatisfacción llegue demasiado lejos y termine por
favorecer el desarrollo de un Trastorno de la Conducta Alimentaria

Las personas no percibimos nuestro cuerpo de manera totalmente objetiva. Por el


contrario, la imagen que
formamos de él será diferente dependiendo de nuestro estado emocional. No se
trata de una percepción tal cual de lo que hay, sino que realizamos una evaluación
de la imagen que vemos, que nos hará sentir de una forma u otra.

Los cambios en la adolescencia son considerados como el periodo más crítico de


la insatisfacción corporal debido a que el desarrollo puberal entra en conflicto con
el ideal estético dentro del contexto social en el que conviven (2,8). En el periodo
entre los 13-18 años, la satisfacción corporal disminuye manteniéndose
posteriormente.

Si queremos prevenir la insatisfacción corporal en nuest@s hij@s debemos tener


claro que detrás de tantos prejuicios y tantos complejos hacia nuestros cuerpos, la
educación (y los mensajes) que reciben nuestr@s hij@s desde pequeños tiene un
gran peso. Si desde bien pequeñitos recibimos mensajes acerca de nuestros
cuerpos, es lógico que esas ideas penetren tanto en nuestras cabecitas que se
puedan convertir a la larga en un verdadero problema como lainsatisfacción de la
imagen corporal.

Pero si nos fijamos en los estereotipos de belleza, todas son delgadas, pelo largo,
piernas largas, etc...
En los anuncios que ven nuestros pequeñ@s, más de lo mismo. En un estudio se
vio que el 80% de los cuerpos on blancos y delgados y la felicidad y el éxito se
vinculan a este aspecto físico.

Mejorar los niveles de actividad física y buscar unas medidas corporales


saludables son, por tanto, dos elementos importantes en toda intervención para
prevenir o tratar la insatisfacción corporal o los posibles trastornos de la conducta
alimentaria derivados de la misma. Para ello, es importante iniciar cualquier acción
clínica o educativa en los primeros años de la adolescencia cuando la
insatisfacción corporal es menor. Además, se debe orientar hacia un trabajo
coeducativo, pero teniendo en cuenta a las chicas como el grupo de mayor riesgo.

Evita los juicios y críticas


Bueno, como ya te he adelantado en el apartado de las frases, lo primero que
tenemos que hacer es evitar comentar, juzgar a cualquier persona/cuerpo. No sólo
los comentarios directos a l@s niñ@s, sino también comentarios entre adultos que
puedan escuchar.
Esto es algo que siempre os digo, pero que me parece
fundamental. No podemos centrarnos en la persona que tiene mayor peso
corporal, cuando todos en casa comemos lo mismo y tenemos los mismos hábitos.
No es posible, es injusto e ilógico.
Vamos a analizar que hábitos hay en la familia, y qué es lo que deberíamos de
cambiar tod@s y entre tod@s. Con una educación adecuada es posible. Si
necesitáis ayuda, os podemos ayudar

Cómo dice la palabra, una “imagen” es lo que nuestra mente construye, por lo
tanto ésta no necesariamente tiene relación con la apariencia física real, sino que
una construcción activa y subjetiva. Es importante saber que no se trata de una
imagen estática sino que se va construyendo y cambiando a lo largo de nuestra
historia, interacciones y experiencias de vida

La imagen corporal es entonces construida subjetivamente y cambia a lo largo del


tiempo. Es normal entonces tener días en que nos sentimos más cómodos con
nuestro cuerpo o con una imagen corporal más positiva, y días en los cuales no
nos sentimos tan seguros. Sin embargo, es importante estar atento a algunos
indicadores de riesgo

Se habla de insatisfacción corporal cuando la percepción del propio cuerpo es


principalmente de desagrado o insatisfacción con la forma general, o una parte de
nuestro cuerpo. Esta imagen tiñe de modo importante el estado de ánimo. Cuando
permanece en el tiempo, la persona puede llegar incluso a juzgarse
exclusivamente en términos de figura y peso, volviéndose el tema principal que
ocupa sus pensamientos del día

Los cambios corporales que se producen en la adolescencia pueden no ser bien


recibidos puesto que los jóvenes se encuentran una realidad corporal que no
coincide con un ideal social enfermo. Las mujeres son las más perjudicadas
puesto que en el caso de los hombres el ideal no es tanto la delgadez si no la
musculación. Los refuerzos que se han asociado a la belleza son tales que los
jóvenes acaban creyendo que con un cuerpo determinado serán más felices y
terminan valorándose de una manera global a partir de su imagen corporal

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