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¿De qué están hechos los termómetros?

Los termómetros son instrumentos que se utilizan para medir la temperatura, los hay de mercurio, alcohol u otras
sustancias líquidas. También hay termómetros metálicos, de gas, de resistencia eléctrica y pirómetros. En cada
caso se aprovecha el hecho de que los materiales presentan diversos cambios en sus propiedades cuando se
modifica su temperatura. Por ejemplo: algunos líquidos cambian apreciablemente su volumen con la variación de la
temperatura, se dilatan cuando aumenta y se contraen cuando disminuye. Esta variación se utiliza para la
construcción de termómetros de mercurio o alcohol. Los gases cambian su presión con la variación de la
temperatura. Algunos materiales cambian el color; por ejemplo, los utilizados en la construcción de termómetros que
se colocan en la frente para “tomar la fiebre” y otros modifican su conductividad eléctrica.
¿Por qué se elige el mercurio? Este metal es líquido entre los -39°C y los 360°C, es muy visible aun dentro de
capilares muy finos, no se adhiere al vidrio y por lo tanto no deja residuos al descender por el capilar. El mercurio se
dilata cuando sube la temperatura, por lo tanto, el volumen del mercurio aumenta con el aumento de la temperatura.
El mercurio se utiliza tanto para los termómetros de laboratorio como para los clínicos. La escala de los termómetros
clínicos está comprendida entre los 35°C y 42°C.
Los termómetros de laboratorio también pueden ser de alcohol. El alcohol se convierte en sólido a- 117°C a su vez
hierve a 78°C. Así es posible construir termómetros de alcohol con diferentes rangos comprendidos entre esas
temperaturas.

¿Cómo se construyen estos termómetros? Se marca sobre el capilar de vidrio “0°C” a la altura que alcanza el
mercurio cuando el termómetro se sumerge en hielo fundiéndose y “100°C” a la altura alcanzada por el mercurio
cuando se lo sumerge en agua hirviendo. La distancia entre estas dos marcas se divide en cien unidades, con lo
cual queda armada la escala.
¿Cómo es qué no varía lo que marca el termómetro clínico cuando se lo saca para leerlo?
El capilar del termómetro posee un estrangulamiento cerca del bulbo que impide que el mercurio retroceda al
sacarlo una vez que se ha dilatado y alcanzado la marca que corresponde a la temperatura del lugar en que estaba
colocado. El mercurio no puede bajar por el capilar y esto permite leer la temperatura; por ejemplo, aun sacando el
termómetro de la axila. Por esto hay que sacudir el termómetro clínico antes de usarlo. En cambio, no es necesario
sacudir el termómetro de laboratorio debido a que no tiene tal estrangulamiento, el líquido contenido en el capilar se
desliza fácilmente por él adecuándose a los cambios de temperatura según los lugares donde se coloque.

¿De qué están hechos los termómetros?


Los termómetros son instrumentos que se utilizan para medir la temperatura, los hay de mercurio, alcohol u otras
sustancias líquidas. También hay termómetros metálicos, de gas, de resistencia eléctrica y pirómetros. En cada
caso se aprovecha el hecho de que los materiales presentan diversos cambios en sus propiedades cuando se
modifica su temperatura. Por ejemplo: algunos líquidos cambian apreciablemente su volumen con la variación de la
temperatura, se dilatan cuando aumenta y se contraen cuando disminuye. Esta variación se utiliza para la
construcción de termómetros de mercurio o alcohol. Los gases cambian su presión con la variación de la
temperatura. Algunos materiales cambian el color; por ejemplo, los utilizados en la construcción de termómetros que
se colocan en la frente para “tomar la fiebre” y otros modifican su conductividad eléctrica.
¿Por qué se elige el mercurio? Este metal es líquido entre los -39°C y los 360°C, es muy visible aun dentro de
capilares muy finos, no se adhiere al vidrio y por lo tanto no deja residuos al descender por el capilar. El mercurio se
dilata cuando sube la temperatura, por lo tanto, el volumen del mercurio aumenta con el aumento de la temperatura.
El mercurio se utiliza tanto para los termómetros de laboratorio como para los clínicos. La escala de los termómetros
clínicos está comprendida entre los 35°C y 42°C.
Los termómetros de laboratorio también pueden ser de alcohol. El alcohol se convierte en sólido a- 117°C a su vez
hierve a 78°C. Así es posible construir termómetros de alcohol con diferentes rangos comprendidos entre esas
temperaturas.

¿Cómo se construyen estos termómetros? Se marca sobre el capilar de vidrio “0°C” a la altura que alcanza el
mercurio cuando el termómetro se sumerge en hielo fundiéndose y “100°C” a la altura alcanzada por el mercurio
cuando se lo sumerge en agua hirviendo. La distancia entre estas dos marcas se divide en cien unidades, con lo
cual queda armada la escala.
¿Cómo es qué no varía lo que marca el termómetro clínico cuando se lo saca para leerlo?
El capilar del termómetro posee un estrangulamiento cerca del bulbo que impide que el mercurio retroceda al
sacarlo una vez que se ha dilatado y alcanzado la marca que corresponde a la temperatura del lugar en que estaba
colocado. El mercurio no puede bajar por el capilar y esto permite leer la temperatura; por ejemplo, aun sacando el
termómetro de la axila. Por esto hay que sacudir el termómetro clínico antes de usarlo. En cambio, no es necesario
sacudir el termómetro de laboratorio debido a que no tiene tal estrangulamiento, el líquido contenido en el capilar se
desliza fácilmente por él adecuándose a los cambios de temperatura según los lugares donde se coloque.

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