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Instituto Superior del Profesorado

Joaquín V. González

Profesorado Superior en Historia

Primer parcial

Historia Contemporánea

Tadic, Natalia

Alicia Gartner

24 de Julio de 2019
1. Hobsbawm sostiene que los movimientos revolucionarios de 1830 y 1848 presentaron
rasgos en común: fueron impulsados por organizaciones conspiradoras pertenecientes a
clase media e intelectuales, conservaban un patrón común de conducta política, ideas
estratégicas y tácticas derivado de la experiencia heredada de la revolución de 1789 y un
fuerte sentido de unidad internacional1. No obstante, cada una presenta sus particularidades
que deben ser analizadas.
Hasta 1830 todos los gabinetes europeos se había esforzado en mantener el ​status
quo de 1815 en cuestiones política interior y exterior. La vuelta a las monarquía absolutistas
había puesto fin a una serie de derechos obtenidos desde la revolución francesa en
adelante. Tras la muerte de Luis XVII (quien pertenece a la casa de los Borbones y marcaba
una vuelta al absolutismo) asume Carlos X, de carácter más conservador. La tensión
aumentó cuando el monarca publicó las ordenanzas de julio en las cuales disolvía las
cámaras, suspendía la constitución, producía un cambio en la ley electoral y aplicaba aún
más la censura; todas estas medidas marcan la profundización del absolutismo.
La revolución estalló en Francia y se propagó rápidamente por Bélgica, Alemania,
Polonia, Italia y Suiza, se buscó realizar constituciones nacionales-revolucionarias. Este
proceso, para el resto de los países europeos a excepción de Francia, se vió atravesados
por la formación del Estado nacional. Hobsbawm afirma que Europa quedó dividida en dos
grandes regiones: al oeste del Rin, donde triunfó el liberalismo en Francia, Inglaterra y
Bélgica y, al este del Rin, donde la situación siguió siendo similar previo a 1830 y el
problema central era el nacional. Si bien los ardores revolucionario eran diferentes, en todos
se llevó adelante el aumento de tensión entre moderados y radicales.2
Dichas revoluciones cambiaron la situación ampliamente: la política y la revolución
de masas se volvieron a hacer posibles, el “pueblo” y el “trabajador pobre” se identificaron
más con el nuevo proletariado industrial como la “clase trabajadora” y, en consecuencia, un
movimiento revolucionario proletario-socialista comenzó a surgir. Asimismo, introdujo dos
modificaciones ulteriores en el ala izquierda política: separaron a los moderados de los
radicales y crearon una nueva situación internacional; esto ayudó a disgregar el movimiento
entre segmentos tanto sociales como nacionales3.
Tanto el pueblo como la burguesía (esta última había sido relegada en 1814/1815)
triunfan al derrotar al ejército real, posibilitando el ascenso de Luis Felipe I. ​La principal
consecuencia que dejó esta revolución fue la derrota definitiva del poder aristocrático
burgués en la Europa occidental. Además, se conformó una Constitución que reconocía la

1
​Hobsbawm, E.; L​a era de las revoluciones,​ pág. 133
2
​Hobsbawm, E.; ​La era de las revoluciones, ​págs. 124-125.
3
​Hobsbawm, E; ​La era de las revoluciones,​ pág. 123

1
soberanía nacional, es decir, el rey ya no era designado por derecho divino sino por la
voluntad del pueblo.4 Asimismo, la revolución dejó marcado una fuerte tradición del
internacionalismo, a partir de entonces, la causa de todas las naciones era la misma. Esto
dió lugar a los movimientos social-revolucionarios (unidos en gran parte por el exilio) que
serán el germen de la futura Internacional. Bergeron sostiene que la revolución de julio fue
política y determinó cambios en las capas sociales dirigentes pero la organización
constitucional y la estructura social permanecieron relativamente intactas5
No obstante, luego de 1830 el movimiento general en favor de la revolución se
escindió debido al surgimiento de los primeros movimientos nacionalistas. La desintegración
del movimiento revolucionario europeo en segmentos nacionales ponía de manifiesto dos
cuestiones, en primer lugar,refleja las fuerzas, en sentido político, que emergen en las
décadas del ´30-´40 y, en segundo lugar, cada una de estas regiones irá reclamando más
poder para sí misma en contraposición al poder central.
Por su parte, la revolución de 1848 se enmarca dentro de la crisis de las patatas, lo
que generaba, a su vez, crisis comerciales e industriales. Su epicentro fue Francia pero las
repercusiones se dieron en Italia, los estados alemanes, parte de los Imperios de
Habsburgo, Suiza y, en menor medida, en España, Dinamarca, Rumania, Irlanda, Grecia e
Inglaterra6. Un factor importante que hizo que la revolución estallada fue la publicación del
Manifiesto comunista, con él comenzó la insurrección que derrocó a la monarquía francesa
y proclamará la república. Los principales actores de este hecho fueron la burguesía, el
movimiento obrero y el grueso de la población.
Hobsbawm nombra los rasgos en común que presentaron estas revoluciones:
sucedieron casi simultáneamente, presentaban rasgos románticos-utópicos y una retórica
similar7. Asimismos, prosperaron y se debilitaron rápidamente sin presentar muchas
resistencia. Los actores principales fueron los trabajadores pobres. Según el autor fracaso
porque resultó que la confrontación fue, en realidad, entre el “orden” y la “revolución social”.
A excepción de Francia, todos los antiguos gobiernos recuperaron su poder y los
revolucionarios debieron exiliarse. La revolución de febrero, llevada adelante por el
“proletariado”, fue concebida como social y política, su objetivo era lograr la “república
democrática y social”. Asimismo, introdujo en Francia elementos institucionales basados en
la práctica del sindicato y la acción cooperativa,

4
Hobsbawm, E;​ La era de las revoluciones​, pág. 118
5
​Bergeron, L.; ​La época de las revoluciones europeas,​ 1780-1848, pág. 260.
6
​Hobsbawm, E; ​La era de las revoluciones,​ pág. 119.
7
​El autor denominó a este periodo la “primavera de los pueblos”. Hobsbawm, E;. ​La era del capital​, pág. 25.

2
La revolución del ‘48 marcó el cierre del ciclo de revoluciones burguesas; el final de
la política tradicional, de la creencia en los patriarcales derechos y deberes de los
poderosos social y económicamente8. La mayor innovación fue que los defensores del
orden social tuvieron que aprender la política del pueblo.

2. El proceso de unificación de Alemania se desarrolló en la segunda mitad del siglo XIX y


concluyó en 1871. Previo a la formación de un Estado Nacional, el territorio contaba con 39
estados entre los cuales destacaban el Imperio austríaco y el Reino de Prusia. Asimismo, se
presentaban diferencias en sus estructuras sociales que complejizan el desarrollo del
proceso.
Bismarck, estadista y político alemán, tuvo un rol central dentro del proceso de
unificación, bajo su figura se comenzaron a unir los Estados del Sur y se mantuvieron las
diferentes alianzas internacionales que garantizaban la seguridad del Imperio alemán, el
sistema de alianzas fue conocido como bismarckiano9. Un primer paso para lograr la
unificación fue la formación de un mercado único en la región, esta iniciativa estuvo
apoyada tanto por lo Junkers (esta era la aristocracia prusiana y según Palmade la única
con verdadero peso en la región) como por la burguesía industrial.10
Inmersos en esta coyuntura se encontraban los campesinos, Palmade afirma que
dentro del campesinado alemán coexisten dos áreas: una próxima a las sociedades rurales
de Europa occidental y otra a las sociedades de Europa central y oriental. En esta última se
pueden vislumbrar diferentes etapas, entre 1816-1821 se aplica una emancipación de la
cual surgen tres categorías de campesinos: los pequeños propietarios, los colonos
instalados en los latifundios de los Junker y los obreros agrícolas. En cambio, en el oeste
del Elba, se aprecia una etapa de transición en la cual los Junker coexisten con un
campesinado independiente acomodado. En otras partes desaparece el sistema feudal y
surge un campesinado pequeño y mediano libre. En síntesis, en Alemania coexisten y se
yuxtaponen dos tipos de evolución, uno de pequeña explotación reorganizada de clase y
otro de latifundio que emplea mano de obra estacional y móvil.11
No obstante, había grandes diferencias entre Austria y Prusia que hicieron que el
proceso de unificación política demorara. A esto debe agregarse la intensa la actividad de
grupos nacionalistas que alentaban la formación de un único Estado para todos los
alemanes ante la debilidad de los pequeños Estados germanos que coexisten. En

8
​Hobsbawm, E.; ​La era del capital​, pág. 36.
9
Para más información consultar Palmade, G.;​ La época de la burguesía.​ págs. 272-273
10
​Palmade, G.; ​La época de la burguesía​. pág. 157.
11
​Mommsen, W.; ​La época del Imperialismo. Europa 1885-1918​. pág. 160

3
consecuencia, dentro de su territorio habitaron diferentes pueblos con distintas costumbres,
lenguas, etc. Asimismo, Austria no contaba con una burguesía que pudiera lograr un
desarrollo industrial propio a diferencia de Prusia que experimentó un desarrollo económico
muy intenso en su parte occidental convirtiéndola en el referente del crecimiento industrial
de los territorios alemanes. La cuenca hullera de Silesa, Berlín, Sarre y Sajonia eran
grandes centros industriales que le daban a Prusia una superioridad económica.12
Palmade afirma que la burguesía alemana es extremadamente pequeña en sus
comienzos. Había varias burguesías, una liberal (heredera de la vieja sociedad urbana), una
capitalista (que será el motor de la revolución económica) compuesta por comerciantes,
propietarios de pequeñas empresas y aquellos que posean profesiones liberales13. A su vez,
se diferencias entre la gran, mediana y pequeña burguesía: la primera se disocia de la
mediana y penetra en los círculos aristocráticos mientras que las otras dos están bastante
alejadas de las esferas del poder y no desempeñan un motor económico.
Con la consolidación de una burguesía industrial y el tardío pero acelerado
crecimiento de industrialización en Alemania surgió la clase obrera. Esta presentaba una
mentalidad artesanal hacia 1850, una jerarquía escalonada de salarios y diversidad de
condiciones. Asimismo, las condiciones de vida de estos trabajadores eran precarias,
jornada laboral de 16 horas, el trabajo infantil y los salarios aún menores a las mujeres,
además del despojo de tierras a los campesinos.
Las condiciones cambian en 1860, cuando la condición proletaria se generaliza a
gran escala. La jornada laboral se reduce a 12-13 horas en 1870 y a 10 horas en 1880, se
otorgan seguros contra la enfermedad, los accidentes, la invalidez y la vejez. Además,
mejoran las viviendas y los salarios debido al aumento de productividad de la industria y el
crecimiento de la renta nacional14.
Palmade afirma que el Imperio alemán nació desde la guerra y fue impuesto desde
arriba como resultado de las negociaciones entre príncipes. Esto conlleva a rasgos militares
en la sociedad alemana y a la aceptación tanto de la fuerza como de la violencia como
medio político por la burguesía liberal que se tradujo en el nacionalismo.15Asimismo, la
unidad política surgida es la realización definitiva de la unidad económica que da paso al
desarrollo total de capitalismo.

12
​Palmade, G.; ​La época de la burguesía​. pág. 274.
13
​Palmade, G.; ​La época de la burguesía​. pág. 151.
14
Palmade, G.; ​La época de la burguesía.​ págs.145-146.
15
​Palmade, G.; ​La época de la burguesía​. págs.271.

4
3. La etapa entre 1875-1914 fue denominada era del imperio por dos motivos, en primer
lugar muchos gobernantes se autotitulaban emperadores y, en segundo lugar, se desarrolló
un nuevo tipo de imperialismo, el colonial.16 Durante este periodo tanto África como el
Pacífico fueron divididas por un número reducido de estados (europeos) que aspiraban a
convertirse en potencias ultramarinas.
A partir de este momento el globo se separará entre los “fuertes” y los “débiles”
dando lugar a la nueva gran empresa nacional que consistió en la penetración política y
económica de los territorios por desarrollar. Se buscaba abandonar el propio “status” de
gran potencia europea y convertirse en gran potencia mundial, es decir, mostrar el dominio
no hacia adentro, sino hacia afuera. Esto se realiza aprovechando las posibilidades
económicas, las ventajas estratégicas y el “material humano” de las colonias para fortalecer
la posición del dominio nacional.
El nuevo colonialismo fue una consecuencia de una rivalidad económico-política,
intensificada por el proteccionismo, entre economías nacionales competidoras. En la fuente
se desarrolla las diferentes políticas tomadas a cabo por EEUU y Alemania, afirma que es
necesario que el proteccionismo esté asegurada por un sistema imperial sensato y serio ya
que sino el capital invertido en industria dejará de dar ganancias y conlleva a un retroceso
en los salarios 17.
Mommsen sostiene que las causas fundamentales del imperialismo se encuentran
en el nacionalismo de aquellas capas sociales que pasaron a un primer plano con el
18
desarrollo de la sociedad industrial . Esto guarda relación con lo enunciado en el
documento ​“el imperialismo es hijo de la industrialización”.19
El imperialismo, desarrollado en pleno positivismo y con base ideológica en la
doctrina pseudo-humanitaria, expresaba el “deber”de las naciones blancas de transmitir a
los pueblos subdesarrollados las conquista de la civilización europea. Esto unido a la idea
de que las razas blancas estaban llamadas a dominar a los pueblos de color gracias a su
mayor vitalidad y cultura. Asimismo, el darwinismo social fue un factor de importancia en la
época, en el documento se plasma de la siguiente manera: ​“el imperialismo es una
manifestación internacional de las eternas leyes de competencia”​. También, como la
conciencia de una misión religiosa por cumplir.20
Los observadores del panorama mundial a finales del 1890 interpretaron que era
una nueva fase en el modelo general del desarrollo nacional e internacional, dominada por

16
​Hobsbawm, E.; ​La era del imperio,​ pág. 65.
17
Ferry, J.; ​La necesidad del imperialismo, pág. 168.
18
​Mommsen, W.; ​La época del Imperialismo​, pág 13.
19
​Ferry, J.; ​La necesidad del imperialismo,​ pág. 167.
20
Mommsen, W.;​ La época del Imperialismo,​ pág. 11.

5
el libre cambio y la libre competencia, con la particularidad de crear imperios coloniales era
uno de sus aspectos​.21 ​Es decir, ​era el aspecto más aparente de un cambio generalizado en
la situación del mundo. La fuente Ferry escrita en 1890, punto culmine del imperialismo,
describe la serie de pasos previos llevados a cabo por las potencias en el proceso
imperialista. El objetivo es legitimar el accionar del momento y advertir que Francia seguirá
con esos mismos pasos. En ella, plasma las concepciones de la época a la perfección: “
(…) ​vasto continente negro, plagado de feroces misterios y vagas esperanzas...sobre el
cual la diplomacia contemporánea tiende sus líneas con una fervorosa que la jerga moderna
se define como “delimitación de las respectivas esferas de influencia” 22.
A su vez, el imperialismo desató infinidad de debates, como el de Lenin y
Fieldhouse. El primero postula que el imperialismo consistió desarrollo y continuación
directa de las propiedades fundamentales del capitalismo. No obstante, plantea que el
capitalismo de librecambio llegó a su máximo, en oposición, surgen los monopolios quienes
acaparan los centros de producción. Estos últimos son el tránsito del capitalismo a un
régimen superior23.
Dentro de su trabajo24 afirma que el imperialismo es la fase monopolista del
capitalismo, en la cual el capital financiero (capital bancario de los grandes bancos
monopolistas) se funde con el capital de los grupos monopolistas industriales; y donde el
reparto de mundo es el tránsito de la política colonia. Además, menciona los cinco rasgos
fundamentales presentes en el imperialismo.25
Fieldhouse, quien escribe sesenta años después, entiende que el imperialismo ​era el
fin de una vieja historia, no el comienzo de una nueva26. En su trabajo desarrolla las
diferentes teorías explicativas que divide en dos categorías: la eurocéntrica (la cual se
subdividen en diferentes teorías) y la periférica.
Le otorga un lugar preponderante al planteamiento “periférico” ya que considera que
el imperialismo era una respuesta a los problemas creado al aumentar el el contacto de la
civilización europea con otros contientenes.27 Sostiene que para 1880 los problemas de la
periferia, procedentes de condiciones locales y diferentes, exigían o invitaban a la acción de
las potencias europeas concedidas. Además, afirma que el imperialismo ​no fue una

21
​Hobsbawm,E.; ​ La era del Imperio,​ pág. 68
22
​Ferry, J.; ​La necesidad del imperialismo,​ pág. 166
23
Lenin, V.; ​El Imperialismo, etapa superior de capitalismo,​ pág. 112.
24
El texto responde a las discusiones de la época en torno a la cuestión del imperialismo. En particular es una
discusión sostenida con Kautsky, teórico marxista de la Segunda Internacional, quien postula que el
imperialismo no es una “fase” de la economía sino la política preferida del capital financiero.
25
​Para ver más detalladamente estos puntos consultar: Lenin, V.​ El Imperialismo, etapa superior del
capitalismos​, págs. 112-113
26
​Fieldhouse, D.; ​Economía e Imperio,​ pág. 522.
27
​Fieldhouse, D.; ​Economía e Imperio,​ pág. 13.

6
elección sino un último recurso28 y que Europa se vio arrastrada hacia el imperialismo por la
fuerza magnética de la periferia29. Los gobiernos europeos estaban dispuestos a usar
métodos políticos para resolver los problemas relacionados con la empresa económica
europea en la periferia sólo cuando esta se enfrentaba con algún obstáculo no económico
de otro modo insuperable haciendo coincidente e indirecto el lazo entre economía e imperio.
Una crítica que puede realizarse al autor es que, si bien toma la categoría política, lo
hace de forma engañosa y no menciona que esta implicó una dominación violenta y
perjudicial hacia las colonias.
Dentro de las consecuencias del impacto del imperialismo se encuentra una
profunda asimetría entre las metrópolis y sus colonias. Además, existió un proceso de
“occidentalización” dentro de las elites potenciales del mundo dependiente (Gandhi, por
ejemplo). El legado cultural fue una educación de tipo occidental para las minorías distintas.
En cuanto a la conciencia política europea, se produjo un cambio relevante en el
liberalismo. Su pensamiento clásico rechazaba la intervención del estado y fomentaba el
librecambio, pero el espíritu de la época terminó inclinandolos hacia el lado imperialista30.
Asimismo, la era del imperio estimuló en parte a las masas, y en especial a los
elementos potencialmente descontentos, a identificarse con el Estado y la nación imperial,
dando una justificación y legitimidad al sistema social y político. Por otro lado, también
generó una serie de condiciones que determinaron la aparición de líderes antiimperialistas.
No obstante, el triunfo imperial planteó un problema central que fue creciendo: la
contradicción entre la forma en que las clases dirigente de la metrópoli gobernaban sus
imperios y la manera en que lo hacían con sus pueblos. Además, el imperialismo guarda
una estrecha relación y ayuda a comprender parte de los motivos de la Primera Guerra
mundial que está próxima.

4. Siguiendo lo postulado por Mommsen, el crecimiento de la clase obrera, a costa de la


clase media, alcanzó su clímax a finales del siglo XIX y comienzos del XX. No obstante, la
situación de esta clase hacia fines del siglo XIX era negativa por varios motivos: en primer
lugar, el crecimiento de proletarios en las economías de proceso de industrialización
condujo a un retroceso de los trabajadores que fabricaban los bienes de consumo familiar
de forma artesanal. En segundo lugar, sus condiciones laborales eran más que precarias, la
jornada laboral promedio era entre 10 a 12 horas diarias; el trabajo femenino e infantil, si
bien estaba más limitado, no presentaba condiciones mejores. A esta situación se le debe

28
​Fieldhouse, D.; ​Economía e Imperio,​ pág 524.
29
​Fieldhouse, D.; ​Economía e Imperio,​ pág. 525.
30
​Mommsen, W.; ​La época del Imperialismo,​ pág. 16.

7
agregar las catastróficas condiciones de vida en los barrios obreros de las nuevas
sociedades industriales.
En cuanto a los salarios, Mommsen sostiene que se presentan varios altibajos, el
nivel de vida en los grandes países industriales, luego del bajón de 1873 a 1879, subió
lentamente pero constante incluso durante la gran depresión. Según el autor se debe más a
la deflación de precios hasta 1896 que a una subida real de los salarios. En los años
siguientes, de 1900 a 1914, se aprecia un estancamientos y retroceso en los salarios y los
obreros mejoraran sólo relativamente en su situación social31. La necesidad de salarios más
altos condujo a numerosas huelgas, que si bien muchas veces fueron ineficaces, fueron
conformando una mayor organización de los trabajadores.
Desde finales de los 80 hay una evolución de la representación sindical obrera,
Reino Unido presentaba tanto un sentimiento como una organización de esta clase. Debido
a su desarrollo industrial temprano se originó un sindicalismo primitivo que presentaba un
carácter descentralizado y se organizaba por oficio. Entre 1867 y 1875 los sindicatos
consiguieron un estatus legal y unos privilegios importantes que no fueron posible reducirlos
hasta 1980. Su gran crecimiento se debe, en parte, a la aceptación de obreros no
cualificados. No obstante, Hobsbawn complejiza este proceso y distingue la heterogeneidad
del proletariado la cual puede dividirse tanto horizontal como verticalmente.32
La contraofensiva contra la oleada de sindicalización británica se vislumbra en
1889-1890. Los empresarios, ante la organización de los trabajadores, se agruparon y
formaron en 1893 una Asociación Nacional del Trabajo Libre para evitar la influencia de los
sindicatos sobre los trabajadores. El objetivo por parte de este sector era claro: impedir el
acceso de los sindicatos al poder, anular su influencia sobre los obreros y enfrentarse
colectivamente a las acciones reivindicativas de los sindicatos.33
Se desplegó en 1907 una oleada de huelgas en el país (aparejadas con la ola de
huelgas en Europa en 1905) pero fueron controladas, en 1911 y 1912 hubo algunas de gran
envergadura unidas a numerosos actos de violencia y choques sangrientos con los
huelguistas, la policía y el ejército. El éxito o fracaso de las huelgas dependía de la actitud
de los diversos órganos gubernamentales y de la opinión pública. Con el correr de los
acontecimientos, los gobiernos se perfilaron a resolver con reformas político-sociales las
tensiones sociales.

31
​Mommsen, W.; ​La época del Imperialismo. Europa 1885-1918.​ pág. 73
32
Hobsbawm, E.; ​La Era del Imperio,​ 1875-1914. pág. 129
33
​Mommsen, W.; ​La época del Imperialismo. Europa 1885-1918.​ pág. 82

8
El principal método de unificación fue a través de la ideología transmitida por la
organización, en las que resalta el rol de los socialistas y los anarquistas. Esta nueva
realidad social fue solicitada por los principales agentes de estas organizaciones quienes
buscaban representar a las mujeres y los hombres que estaban subsumidos bajo esta
realidad. Una característica que resalta en los sindicatos, sobre todo los socialistas, es la
articulación de los trabajadores en organizaciones globales.
La formación de una conciencia de clase estuvo dada, según Hobsbawm por: la
evolución económica y social la economía nacional y el estado-nación. Este último jugó un
rol importante ya que establece los parámetros, determinaba las condiciones concretas y los
límites geográficos de las luchas de los trabajadores, además de realizar las iniciativas
políticas, legales y administrativa de la clase obrera.34
No obstante, el progreso de la organización de la clase se fue gestando en
diferentes tiempos, acelerándose rápidamente en dos periodos: en los últimos años de 1880
principios de 1890 (debido a la reaparición de la internacional obrera y el restablecimiento
del 1° de Mayo) y; entre los años transcurridos entre la Revolución rusa de 1905 y 1914. El
avance se completó con la ampliación del derecho al voto y el sindicalismos organizado.35
Este proceso histórico también se vio atravesado por los diferentes partidos políticos
de la época. Mommsen sostiene que las Gran Bretaña era dominada por los dirigentes de
los dos grandes partidos del tipo “landed gentleman” para el que la política no era tanto una
profesión como un deber resultante de su posición social. Esta posición es encarnada,
entonces, por el Partido conservador.
El Partido liberal era el segundo con más peso en el país, surgió en ´60 del siglo XIX
y buscaba políticas económicas más cercanas al laissez-faire, el libre cambio y una mínima
intervención gubernamental en la economía. Además, favorecía las reformas sociales, las
libertades personales, la reducción de los poderes de la Corona y de la Iglesia.
Hobsbawm nos advierte que al permitirse una política más democrática y electoral
se fueron conformando y creciendo los partidos de masas basados en la clase trabajadora,
inspirados en el socialismo revolucionario. Es aquí donde se inserta la creación del Partido
Laborista, este pertenecía a una ideología de izquierda y su objetivo era representar los
intereses y necesidades de la clase trabajadora urbana. Tanto el desarrollo como el poder
de los partidos obreros radica en la sencillez de sus planteamientos políticos; sin embargo,
el anarquismo no llegó a ser en ninguna parte de Europa la ideología predominante ni
siquiera de movimientos obreros débiles.

34
​Hobsbawm, E.; La Era del Imperio, 1875-1914. pág. 138.
35
​Cabe aclarar que la formación de una conciencia obrera no puede identificarse sólo con el desarrollo del
movimiento obrero organizado.

9
El Partido Laborista adquirió en 1906, tras una serie de luchas, una importante
representación en el parlamento y se convirtió en el principal opositor del partido
conservador​.

Bibliografía:
● Bergeron, L; Furet, F. y Kosellek, R.; (1979) La época de las Revoluciones europeas
1780-1848.Madrid, Siglo XXI. Cap. 9 “La Revolución de Julio y sus consecuencias
hasta 1848” pp. 251-282.
● Fielhouse, David; Economía e Imperio. Cap 1 pp. 7-14, y 13, pp. 521-540.
● Fuentes, J. F. y La Parra López, E.; Historia Universal del Siglo xx: de la primera
guerra mundial al ataque a las torres gemelas, Madrid, Ed. Síntesis, 2014. Cap. 2
“Tiempo de conflicto. Guerra y Revolución (1914-1918) Puntos 2.1, pp. 63-69.
● Hobsbawm, E.; La Era del Capital, 1848-1875. Bs. As. Crítica, 1998. Cap. 1 “La
primavera de los pueblos” pp.21 a 38.
● Hobsbawm, E.; La Era del Imperio, 1875-1914. Buenos Aires, Crítica, 1998. Cap. 3
“La Era del Imperio” pp. 65 a 93. Cap. 5 “Trabajadores del mundo” pp. 122 a 151.
● Hobsbawm, E.;La Era de las Revoluciones 1789-1848. Bs. As., Crítica, 1997. Cap. 6
a 13, pp. 116- 280.
● Lenin, V.; El Imperialismo, etapa superior del capitalismo. Buenos Aires, Anteo,
1978. VII “El Imperialismo como etapa particular del capitalismo” pp. 108 a 122.
● Mommsen, Wolfang; La época del Imperialismo. Europa 1885-1918. Madrid, Siglo
XXI, 1995. Parte A, Parte A, Cap. 1 “Las ideologías políticas”. Cap. 3 “Las
estructuras de la sociedad y los problemas sociales” pp. 58-89.
● Palmade, G.; La época de la burguesía. Madrid, Siglo XXI, 1988. Cap. 1 “Las
Revoluciones de 1848”, pp. 1- 53. Cap. 3 “La sociedad y los grupos sociales” pp.
133-212. Cap. 4, punto IV, e; y punto V pp. 265-277.

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