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1820 Y 1830
1.- Los movimientos revolucionarios de 1820:
A pesar de las precauciones ideológicas y de la represión de las ideas liberales por los
gobiernos legitimistas instalados en Europa a partir de 1815, los principios del
liberalismo se fueron abriendo camino a través de dos movimientos sociales y políticos
contra los regímenes absolutistas.
Por su parte, en Rusia, tras la muerte de Alejandro I una insurrección pretendió cambiar
el régimen zarista por una monarquía constitucional protagonizada por Constantino.
Finalmente, fracasada la insurrección “decembrista”, continuó la monarquía absolutista
con el nuevo zar Nicolás I.
2.1.- El Nacionalismo:
Los nacionalistas de mediados del siglo XIX podían rastrear sus creencias hasta Herder,
Rousseau o Fichte, todos desaparecidos en 1830, y más a Hegel, quien murió en 1831
víctima de la epidemia de cólera o a Mazzini, que era aún joven.
Francia desde 1815 vivía bajo la monarquía absolutista (Luis XVIII (1814-1824) y
Carlos X (1824-1830) que viraba de una primera fase más moderada a posturas más
autoritarias.
En 1830, Carlos X el último de los borbones fue desalojado con facilidad. Nombrado
Jules de Polignac primer ministro, la asamblea (elegida mediante sufragio censitario)
reunida en 1830 hizo saber al Rey que no tenía su confianza. La reacción real fue
disolver la asamblea. Promulgó las ordenanzas que amordazaban a la prensa, disolvía la
asamblea, reducía el electorado a una cuarta parte y anunciaba elecciones.
En buena medida la prensa encabezó la resistencia. Los disturbios, sobre todo en París
duraron tres días en que predominaron las barricadas y el Rey Carlos X huyó a
Inglaterra. En París los hombres que preconizaban la política más constructiva eran
Thiers, periodista e historiador y Jacques Lafitte uno de los banqueros más importantes
de Europa. Ambos, con los sectores moderados pretendían sustituir a los borbones por
una rama de los Orleáns. Luís Felipe, que se hacía llamar Luís Igualdad aceptaba la
bandera tricolor y el liberalismo. El 9 de agosto la Asamblea le nombró “Rey de los
franceses por la gracia de Dios y la voluntad de la nación”. Para los republicanos, ellos
hicieron una revolución cuyos frutos fueron utilizados por la alta burguesía en su contra.
El reinado de Luis Felipe es llamado por el mes en que se inició “la monarquía de
Julio”. Algunos gestos sorprenden: envió a sus hijos a las escuelas estatales, paseaba por
París sin séquito y vestido como cualquier ciudadano y se hizo asequible en el Palais
Royal. A la derecha y a la izquierda tenía enconados enemigos y en nueve años tuvo
seis atentados. La mayoría de los franceses estaban privados del voto (el cuerpo
electoral eran unos 200.000) de una población de 35 millones en 1848.
Bélgica estaba unida a Holanda formando el Reino de los Países Bajos desde 1815 y
bajo la dinastía Orange-Nassau. La revolución tuvo lugar en Bruselas en agosto de 1830
formando un gobierno provisional y una asamblea constituyente que proclama la
independencia como monarquía constitucional. Francia y Gran Bretaña reconocen el
nuevo Estado. El rey elegido es Leopoldo I de Sajonia-Coburgo (sugerido por Gran
Bretaña), de carácter liberal y con un sistema parlamentario.
Mazini en 1830 impulsa una asociación llamada la Joven Italia mientras estaba preso
por participar en la revuelta de los carbonarios. Esta asociación fue analizada en la
cárcel y escribió un programa político que serán los estatutos de la Joven Italia donde se
hablaba de Italia como papel dirigente de la humanidad, instaurándose en todos los
países repúblicas donde Italia estaría encargada de extender la joven Europa.
En España y Portugal se abren paso las tendencias liberales sobre las absolutistas (en
1831 fue fusilado Torrijos).
En Gran Bretaña continúa el desarrollo económico que la mantiene como “el taller del
mundo”. En la Cámara de los Comunes están representados los partidos según las
elecciones. El que tiene mayoría forma el poder ejecutivo, siendo el jefe del partido es
el primer ministro. Se suceden conservadores (Peel, Disraeli) y liberales (J. Russell,
Palmerston y Gladstone). Desde 1825 hay libertad sindical y la principal organización
fueron las “Trade Unions”, con un gran impulso paralelo y relacionado con el cartismo.
En las décadas centrales del siglo se estableció un liberalismo democrático
caracterizado por una ley electoral (1832) que redistribuye los escaños, modificada por
Disraeli y ampliado el censo en 1884 con Gladstone. Desde 1825 había derecho de
reunión a la abolición de la esclavitud en 1833. Las leyes sociales de los años 40
protegieron el trabajo de mujeres y niños, mejorando poco a poco las condiciones de la
clase obrera (en 1850 se reconoce jornada de 10 horas) aunque hasta 1871 no hay
derecho a la huelga.
Las revoluciones del 48 tuvieron una influencia mayor en Europa que las anteriores. J.
Droz ha destacado la conjunción de la crisis económica y el conflicto político. En
general, puede decirse que acabaron con el sistema diseñado en Viena en 1815.
Adquirió en Francia un carácter republicano y socialista y se extendió por Austria, Italia
y Alemania, sobre todo.
La entronización de Luís Felipe de Orleáns había sido un éxito de la gran burguesía, que
había experimentado el crecimiento de la renta nacional y el desarrollo de las formas
industriales y la concentración de la riqueza en el sector de la alta burguesía que
pretendía mantener al margen a los demás grupos sociales.
En los primeros meses el gobierno estaba formado por republicanos moderados entre
los que sobresalía Lamartine y hasta socialistas como Luis Blanc. En el levantamiento
había destacado Augusto Blanqui, quien determinó que el primer partido socialista
revolucionario que surgió en 1839, la Societé des Saisons, se compusiera de
trabajadores. Blanqui había pasado antes 8 años detenido. Las medidas democráticas
como el sufragio universal, libertad de prensa y reunión y garantía de trabajo con el
establecimiento de talleres nacionales (L. Blanc). Desde mayo de 1848 a mayo de 1849
la burguesía moderada se impone sobre la fortaleza obrera. La supresión de los talleres
nacionales había llevado a la rebelión de los obreros en julio de 1848, duramente
reprimidos por el General Cavaignac, que provocó miles de muertos y deportados. En
diciembre de 1848 fue elegido presidente Luís Napoleón Bonaparte, candidato del
conservadurismo, cuya gestión vino a constituir el fracaso de la de la República
moderada. La Asamblea Nacional Legislativa estaba dominada por “el partido del
orden” integrado por conservadores, bonapartistas y monárquicos. El 2 de diciembre de
1851 Luís Napoleón dio el golpe de Estado que ponía fin a la II República, abriendo el
período del Segundo Imperio, estableciendo la dictadura bonapartista.