PEQUEÑAS PERLAS DE LITERATURA CASTELLANA

FEDERICO GARCÍA LORCA. GENERACIÓN DEL 27. TRAYECTORIA

POÉTICA.

Poeta y dramaturgo, Federico García Lorca es uno de nuestros escritores más

universales. En su obra son recurrentes temas como el amor, la muerte o la
libertad frente a la represión. Todos ellos son expresados siempre mediante un
lenguaje altamente poético y lleno de símbolos.

La poesía de Lorca se caracteriza por los siguientes rasgos:

Fusión de tradición y modernidad. Su vasto conocimiento de la poesía

española y de las nuevas tendencias europeas le permitió combinar
ambas fuentes. Destaca su interés por la poesía popular, la poesía
española del Siglo de Oro o la lírica simbolista y modernista.
Empleo de numerosos símbolos. Su poesía está llena de imágenes
recurrentes de procedencia surrealista y de significado polisémico: la luna
asociada a la muerte y el amor; los colores verde y negro, que evocan el
peligro y la fatalidad; el caballo , que alude a la fuerza y a la sexualidad,
etc.
Exaltación del amor y la libertad. En sus poemarios se aborda a
menudo la lucha entre el deseo y la represión que acaba frustrando al
individuo. Este tema guarda relación con la identidad del poeta, quien,
como homosexual, conoció los prejuicios propios de una sociedad aún
intolerante y represora con su realidad.
En cuanto a su producción, tras una etapa de poesía juvenil (1917-1921) con
influencia del posromanticismo becqueriano y la poesía modernista que
podemos apreciar en obras como Libro de poemas (1921), llega a la etapa de
poesía tradicional (1921-1929) donde reelabora formas tradicionales como la
canción y el romance.

La obra cumbre de esta etapa es Romancero gitano (1928). En esta obra el

autor recrea el mundo andaluz desde una óptica mítica en la que los gitanos
encarnan los rasgos heroicos (la belleza, la valentía, el destino trágico…) y la
Guardia Civil se convierte en símbolo de la represión y el poder. Los grandes
temas del poemario son la libertad, la muerte, la violencia y el amor.

En su etapa de poesía de vanguardia (1929-1936) la influencia surrealista

marca un predominio de la metáfora irracional y el estilo hermético. Poeta en
Nueva York (1940) es una obra llena de crítica social en la que, a través del
lenguaje de la vanguardia, expresa su visión del mundo urbano moderno. La
ciudad, que conoce bien tras su viaje a EEUU., es la gran protagonista de un
poemario en el que se denuncia la pobreza y se defiende la solidaridad.

Otras obras destacadas de esta etapa: Llanto por Ignacio Sánchez Mejías
(1935) y Diván del Tamarit (1940).