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Medicamentos utilizados para el TDAH.

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es un trastorno


neurobiológico que afecta a niños, adolescentes y adultos y se caracteriza por la
presencia de síntomas de inatención, hiperactividad e impulsividad. El tratamiento
farmacológico es una de las opciones terapéuticas más utilizadas para el manejo de
los síntomas del TDAH.

Los medicamentos utilizados para el TDAH pertenecen principalmente a dos clases


de fármacos: los estimulantes y los no estimulantes. Los estimulantes son los
medicamentos de primera línea en el tratamiento del TDAH y son los más efectivos
para el control de los síntomas de inatención, hiperactividad e impulsividad. Algunos
ejemplos de estimulantes utilizados en el tratamiento del TDAH incluyen el
metilfenidato (como Ritalin, Concerta, Daytrana) y las anfetaminas (como Adderall,
Vyvanse).

Los no estimulantes son una alternativa para aquellos pacientes que no responden
adecuadamente a los estimulantes o que presentan efectos secundarios adversos.
Algunos ejemplos de no estimulantes utilizados en el tratamiento del TDAH incluyen
atomoxetina (Strattera), guanfacina (Intuniv) y clonidina (Kapvay).

Los medicamentos para el TDAH actúan en el cerebro para aumentar los niveles de
neurotransmisores como la dopamina y la noradrenalina, lo que ayuda a mejorar la
función cognitiva y el control de los impulsos. Sin embargo, es importante tener en
cuenta que los medicamentos para el TDAH no curan el trastorno, sino que ayudan
a controlar los síntomas.

El tratamiento farmacológico del TDAH debe ser individualizado y supervisado por


un profesional de la salud especializado en trastornos del neurodesarrollo. Es
importante seguir las indicaciones del médico en cuanto a la dosificación y la
frecuencia de administración de los medicamentos, así como reportar cualquier
efecto secundario que pueda surgir durante el tratamiento.

Además del tratamiento farmacológico, es importante complementar el manejo del


TDAH con otras estrategias terapéuticas como la terapia cognitivo conductual, la
educación en habilidades sociales y la modificación de hábitos de vida. El
tratamiento integral del TDAH puede ayudar a mejorar la calidad de vida de las
personas afectadas y a minimizar el impacto que el trastorno puede tener en su
funcionamiento diario.

Efectos secundarios de los medicamentos para el TDAH.


Algunos de los efectos secundarios más comunes de los medicamentos para el
TDAH incluyen:

Pérdida de apetito: Los estimulantes pueden suprimir el apetito, lo que puede llevar
a una disminución de peso en algunos niños.

Problemas para dormir: Los medicamentos estimulantes pueden interferir con el


sueño, causando dificultades para conciliar el sueño o mantenerse dormido.

Dolor de cabeza: Algunos niños pueden experimentar dolores de cabeza como


efecto secundario de los medicamentos para el TDAH.

Náuseas o malestar estomacal: Algunos niños pueden experimentar malestar


estomacal o náuseas al tomar medicamentos para el TDAH.

Irritabilidad: Algunos niños pueden experimentar irritabilidad o cambios de humor


como efecto secundario de los medicamentos para el TDAH.

Aumento de la presión arterial o del pulso: Los estimulantes pueden causar un


aumento de la presión arterial o del pulso en algunos niños.

Mareos o vértigo: Algunos niños pueden experimentar mareos o vértigo como efecto
secundario de los medicamentos para el TDAH.

Además de estos efectos secundarios comunes, los medicamentos para el TDAH


también pueden tener efectos secundarios menos frecuentes pero más graves,
como el desarrollo de tics motores, problemas cardíacos, psicosis o
comportamientos suicidas en casos extremadamente raros.

Es importante que los padres y cuidadores estén atentos a cualquier efecto


secundario que experimente el niño mientras toma medicamentos para el TDAH y
comuniquen cualquier preocupación al médico tratante. El médico puede ajustar la
dosis o cambiar el medicamento si es necesario para minimizar los efectos
secundarios.
Consideraciones para el uso de medicamentos en el TDAH.
Algunas consideraciones importantes para el uso de medicamentos en el TDAH
incluyen:

Evaluación adecuada: Antes de comenzar cualquier tratamiento farmacológico, es


fundamental realizar una evaluación exhaustiva del paciente para confirmar el
diagnóstico de TDAH y determinar la gravedad de los síntomas.

Elección del medicamento: Existen diferentes tipos de medicamentos para tratar


el TDAH, incluyendo estimulantes (metilfenidato y anfetaminas) y no estimulantes
(atomoxetina y guanfacina). La elección del medicamento adecuado dependerá de
las necesidades individuales del paciente y de otros factores como posibles efectos
secundarios y comorbilidades.

Dosis adecuada: Es importante iniciar el tratamiento con la dosis más baja posible
y ajustarla de acuerdo a la respuesta del paciente. Es fundamental seguir las
indicaciones del médico y no modificar la dosis por cuenta propia.

Efectos secundarios: Los medicamentos para el TDAH pueden causar efectos


secundarios como pérdida de apetito, insomnio, dolores de cabeza y aumento de la
presión arterial. Es importante informar al médico si se presentan efectos
secundarios para evaluar si es necesario ajustar la dosis o cambiar de
medicamento.

Monitoreo regular: Es fundamental realizar un seguimiento periódico del paciente


para evaluar la eficacia del tratamiento y detectar posibles efectos secundarios. El
médico también debe evaluar regularmente la necesidad de continuar con el
tratamiento farmacológico.

Terapia combinada: En muchos casos, el tratamiento farmacológico se


complementa con terapia conductual para mejorar los síntomas del TDAH y
promover habilidades sociales y de autocontrol.
Bibliografía:
https://www.federaciocatalanatdah.org/wp-content/uploads/2018/12/dsm5-
manualdiagnsticoyestadisticodelostrastornosmentales-161006005112.pdf.

https://childmind.org/es/guia/guia-para-padres-sobre-los-medicamentos-para-el-
tdah/#:~:text=Los%20estimulantes%20son%20el%20mejor,%2C%20Vyvanse%20y
%20otras%.

https://www.understood.org/es-mx/articles/adhd-medication-side-effects.

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