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Antiepilépticos

Trileptal Oral, un antiepiléptico.

El antiepiléptico (también llamado anticonvulsivo o F.A.E., acrónimo de


"fármaco anti-epiléptico") es un término que se refiere a un fármaco, u otra
substancia destinada a combatir, prevenir o interrumpir las convulsiones o los
ataques epilépticos. Suele llamársele antiepiléptico aunque existen otros tipos
de convulsiones no asociadas a la epilepsia como: el síndrome convulsivo
febril del niño y las convulsiones producidas por la retirada brusca de tóxicos y
fármacos depresores del sistema nervioso central; sin embargo, estos eventos
no requieren de un uso regular de un fármaco.
Los antiepilépticos se han estado usando en el tratamiento del trastorno
bipolar, debido a que actúan como estabilizantes del humor (psicotrópicos). A
pesar de que al controlar las convulsiones se previene la posible ocurrencia de
un daño cerebral considerable, también se han asociado los antiepilépticos con
una disminución del coeficiente intelectual. Cabe mencionar que pueden
ocasionar diarrea.1

farmacología
Por lo general, los anticonvulsivos son medicamentos que se absorben bien por vía oral,
cerca del 80-100 % de la droga llega al torrente sanguíneo, donde tienden a no
permanecer unidos a proteínas. Casi todos son eliminados por algún mecanismo hepático,
exhibiendo una vida media relativamente larga de 12 horas o más.
usos
Aproximadamente 1 % de la población mundial tiene epilepsias, el segundo trastorno
neurológico después del derrame cerebral. Los anticonvulsivos existentes producen control
epiléptico adecuado en aproximadamente 50 a 80 % de los pacientes, no obstante, los
efectos secundarios son frecuentes.

Tipos de antiepilépticos[editar]
La mayoría de los antiepilépticos usados para convulsiones tónico-clónicas generalizadas
o parciales son los barbitúricos, benzodiazepinas, bromuros, carbamatos e hidantoinatos.
En algunos países están disponibles fármacos nuevos como la lamotrigina, gabapentina y
otros.
Los anticonvulsivantes pueden ser divididos en 8 grupos principales: 4

 Bloqueadores de los canales de sodio de activación


repetitiva: Fenitoína, carbamazepina, oxcarbazepina
 Fármacos que potencian las acciones del neurotransmisor
GABA: Fenobarbital, benzodiazepinas
 Moduladores del glutamato, otro
neurotransmisor: Topiramato, lamotrigina, felbamato
 Bloqueadores de los canales de calcio T: Etosuximida y ácido valproico
 Bloqueadores de los canales de calcio N y L: Lamotrigina,
topiramato, zonisamida y ácido valproico
 Moduladores de la corriente h: Gabapentina y lamotrigina
 Bloqueadores de sitios de unión específicos: Gabapentina y levetiracetam
 Inhibidores de la anhidrasa carbónica: Topiramato y zonisamida

Fármacos Antiepilépticos

¿Qué son y para qué sirven?

Los fármacos antiepilépticos son un grupo de medicamentos que se usan para tratar la epilepsia.
Una crisis epiléptica es un episodio de actividad cerebral anómala que se puede manifestar como
alteración del estado de conciencia, trastornos de la vista o el oído, sensaciones extrañas,
movimientos anormales o convulsiones.

El mecanismo de acción es propio de cada antiepiléptico. Suelen actuar reduciendo la actividad


eléctrica anormal del cerebro y aumentando la cantidad de unas sustancias químicas naturales, que se
llaman neurotransmisores.

Cada tipo de crisis epiléptica se trata con un medicamento diferente. A veces hace falta asociar más
de uno para que cedan las crisis. Los que más se usan son:

 Ácido valproico
 Carbamacepina
 Oxcarbamacepina
 Topiramato
 Lamotrigina
 Vigabatrina
 Levetiracetam...

También hay que nombrar el Diacepam, que se usa por vía rectal y el Midazolam, que se usa por vía
bucal, para tratar las crisis convulsivas febriles.

¿Cómo se usan?

Los antiepilépticos se toman por vía oral, dos o tres veces al día, mejor siempre a la misma hora. Se
presentan como jarabe, sobres, comprimidos y cápsulas. Es mejor hacerlo con las comidas para
disminuir las molestias de estómago.
Si se olvida una dosis, hay que tomarla tan pronto como se recuerde. Pero si es casi la hora de la
dosis siguiente, se deja pasar la dosis olvidada y se continúa con el horario normal. No hay que
tomar dosis doble para compensar.

Al empezar el tratamiento, se inicia con dosis bajas, que se van aumentando de forma gradual.

El tratamiento con antiepilépticos se mantiene durante años. En algunos niños puede suspenderse
cuando desaparecen las crisis, solo si su médico lo cree conveniente. Cuando se retira el
medicamento, también se hace poco a poco.

¿Qué problemas pueden producir?

Los efectos secundarios más habituales de los antiepilépticos son:

 somnolencia
 mareo e inestabilidad
 dolor de cabeza
 náuseas y vómitos
 diarrea o estreñimiento
 cambios en el apetito
 dolor de espalda
 agitación
 cambios en el estado de ánimo
 pensamientos anormales
 temblor incontrolable
 pérdida de la coordinación
 visión borrosa o doble
 problemas de memoria
 dificultad para concentrarse

Por su gravedad, hay que estar atentos a la aparición de los siguientes síntomas y consultar con
urgencia:

 sangrado o moratones inexplicables


 dificultad para respirar o tragar
 disminución de la temperatura corporal
 confusión
 urticaria
 dolor en el pecho
 cansancio excesivo
 ideas suicidas

¿Qué precauciones debo tener?

Antes de empezar con el tratamiento, es muy importante informar al médico de las enfermedades
previas del niño. Algunas de ellas obligan a tomar especiales precauciones con las dosis de los
antiepilépticos o pueden desaconsejar la toma de alguno de ellos:
 alergias a medicamentos
 enfermedades cardiacas
 glaucoma
 problemas psiquiátricos
 enfermedades renales
 enfermedades hepáticas
 alteraciones del tiroides…

El médico también ha de saber todo lo que el niño está tomando: medicamentos con y  sin receta
médica, vitaminas, suplementos nutricionales... Las interacciones entre los antiepilépticos y otras
sustancias son frecuentes y pueden modificar el efecto terapéutico y las reacciones adversas.

Durante el tratamiento, las consultas de seguimiento permiten comprobar los efectos beneficiosos
del fármaco así como detectar los no deseados. Sobre todo al inicio del mismo, se vigilará la cifra de
células de la sangre, el funcionamiento del hígado y el riñón, así como el nivel del medicamento en
la sangre.

Se debe tomar el fármaco siempre a la misma hora y no interrumpir de forma brusca su


administración, porque puede aumentar la frecuencia de las crisis epilépticas.

Los antiepilépticos pueden dar somnolencia. Esto se debe tener en cuenta en actividades que
supongan riesgo (natación, conducción de vehículos, manejo de máquinas…). El consumo de
alcohol aumenta la somnolencia, por lo que se debe evitar.
MECANISMO DE ACCION
Tiene múltiples mecanismos de acción: bloquea canales de sodio y calcio
dependientes de voltaje, refuer- za la actividad del GABA y es un antagonista glutami-
nérgico. Es, además, inhibidor de la anhidrasa carbónica. Farmacocinética. - La
absorción oral es rápida y la unión a proteínas muy baja (menor del 15%).

ANTIEPILÉPTICOS. MECANISMOS DE ACCIÓN

La mayor parte de los medicamentos anticonvulsivos tienen poco efecto sobre el foco
epiléptico. Su efecto consiste en evitar la propagación de la descarga a estructuras vecinas
normales. Los efectos antiepilépticos más importantes sobre la causa y la propagación de las
crisis son:

1. la inhibición de los canales de sodio,

2. la inhibición de los canales de calcio,

3. promover la inhibición GABAérgica,

4. inhibir la excitación glutamatérgica

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