A lo largo de la historia de la embriología se han manifestado las
teorías del preformismo y la epigénesis. Ambas concepciones son cardinalmente opuestas para explicar el desarrollo embrionario, lo cual fue, durante siglos, objeto de interminables debates filosóficos. Aristóteles de Estagira (84-322 a.n.e) escribió el primer tratado conocido en la historia de esta ciencia, donde realizó exactas descripciones sobre el desarrollo de embriones de pollo, a la vez que planteó las primeras ideas de clasificación taxonómica en biología.
De esta manera aportó el razonamiento lógico necesario para el
establecimiento de un pensamiento crítico, basado en la observación como método científico de cognición, con la aplicación de su concepción materialista de la naturaleza. Superó así la interpretación místico-religiosa del desarrollo embriológico para enfrentar la naturaleza por medio de la experiencia y rompió con la concepción idealista de su maestro Platón, aunque como reflejo de su dualismo filosófico, propuso 2 posibles ideas para explicar el desarrollo embrionario: inicialmente pensó que los embriones estaban preformados dentro del huevo y solo necesitaban crecer durante su desarrollo (núcleo esencial del preformismo); luego consideró que los embriones y sus nuevas estructuras iban surgiendo poco a poco como consecuencia de los cambios que se producían a partir del desarrollo de un principio amorfo, lo que constituyó el núcleo esencial de la teoría epigenetista del desarrollo. El preformismo es la Teoría embriológica que sostenía que los órganos de todo organismo ya están preformados en el óvulo o en el espermatozoide. La primera formulación de esta concepción se debe a Malpighi, que afirmaba que el desarrollo del organismo no era más que su auto-despliegue a partir del germen dónde estaba ya preformado. El origen de esta concepción se halla en los primeros descubrimientos de Leeuwenhoeck y otros microscopistas que a finales del siglo XVII descubrieron espermatozoos en el líquido seminal. Algunos, incluso, creyeron ver homúnculos, es decir, seres humanos en miniatura, en los espermatozoides del semen humano. Según esto, todos los rasgos físicos y espirituales de los futuros humanos estarían ya contenidos en las células sexuales, y la herencia biológica equivaldría al desarrollo de los homúnculos. De hecho, se pensaba que, a su vez, dentro de estos diminutos homúnculos habría otros homúnculos todavía más pequeños y así, sucesivamente.
“Las almas que algún día serán almas humanas estaban ya presentes en el semen de sus antepasados, hasta Adán” Leibniz -(1680)
Esta tesis supondría que la materia es infinitamente divisible ya que, al
cabo de unas pocas generaciones, los homúnculos contenidos dentro de otros homúnculos deberían ser inferiores a los átomos. El preformismo se dividió en dos corrientes: la de los homunculista o animalistas y las de los ovistas (el futuro ser estaría preformado en los óvulos). En el caso de los ovistas, la generación entera de la humanidad estaría contenida en los óvulos de Eva.
De hecho, la concepción preformista es una consecuencia de la
creencia según la cual el presente contiene el germen del futuro, como el pasado contiene la semilla del presente. En la historia de la ciencia, el preformismo cayó cuando los embriólogos, desde Wolff en 1759 hasta von Baer en 1827, mostraron que ni las células sexuales ni los embriones en sus primeras fases se parecen a adultos en miniatura. Por ello, más que el preformismo, la teoría triunfante fue la epigénesis. Que esta última decía que es el proceso de desarrollo de un individuo, a través del cual su estructura se diferencia y hace más compleja; el caso paradigmático es el del crecimiento, en el que a partir de un cigoto se desarrolla una compleja estructura celular y orgánica. Por extensión, en teoría de sistemas se incluyen los mecanismos que permiten a un determinado individuo modificar ciertos aspectos de su estructura interna o externa como resultado de la interacción con su entorno inmediato. Donde representa por tanto el proceso de "sintonización" final mediante el cual cada individuo se adapta de forma eficiente a su entorno a partir de las capacidades contenidas en su código genético
El término de epigenética fue acuñado por Waddingtonen 19391,
quien la definió como "el estudio de todos los eventos que llevan al desenvolvimiento del programa genético del desarrollo" o el complejo "proceso de desarrollo que media entre genotipo y fenotipo"
La epigenética es el estudio de los cambios en la función de los genes
que son hereditarias y que no se pueden atribuir a alteraciones de la secuencia de ADN. El término “epi” significa por encima (es un prefijo griego). También se define como por encima de la secuencia base de ADN. En términos generales se puede comparar con los acentos de las palabras, donde el ADN es el lenguaje, y las modificaciones son los acentos. Las marcas epigenéticas, cambian la forma como se expresan los genes. La promesa de la epigenética es que nos cuenta acerca de la célula, es una manera de definir la célula que es diferente que si simplemente miramos los niveles de expresión génica
Esta teoría contradice a la teoría de la preformación, la cual enuncia
que la evolución de un embrión, representa el crecimiento de un organismo que ya se encontraba preformado. Sin embargo según la epigénesis, existen modificaciones que permanecen a medida que las células se dividen y, en algunos casos, pueden heredarse de generación en generación. Las influencias del ambiente, como la dieta de una persona y su exposición a contaminantes, también pueden afectar el epigenoma.
Los cambios epigenéticos pueden ayudar a determinar si los genes
están activados o desactivados y pueden influir en la producción de proteínas de ciertas células, asegurando que solo se produzcan las proteínas necesarias. Por ejemplo, las proteínas que promueven el crecimiento de los huesos no se producen en las células musculares. Los patrones de modificación epigenética varían entre individuos, diferentes tejidos en un individuo e incluso diferentes células. Un tipo común de modificación epigenética se conoce como metilación del ADN. Esta implica unir a segmentos de ADN moléculas pequeñas llamadas grupos metilo, cada una de las cuales consta de un átomo de carbono y tres átomos de hidrógeno. Cuando se agregan grupos metilos a un gen en particular, ese gen se desactiva o apaga, y no se produce ninguna proteína a partir de él.
Los científicos continúan explorando la relación entre el genoma y los
compuestos químicos que lo modifican. En particular, están estudiando el efecto que tienen las modificaciones en la función genética, la producción de proteínas y la salud humana. CONCLUSIÓN
La historia del preformismo y la epigénesis está íntimamente
relacionada con la influencia de la filosofía a las ciencias naturales, a la medicina, la anatomía, la fisiología, la histología, la obstetricia, la biomedicina y la ingeniera tisular, que a través de relaciones de contrarios dialécticos han dado el impulso científico-metodológico necesario que ha permitido argumentar en forma convincente el valor teórico de las descripciones, leyes y teorías que rigen el desarrollo epigenetista de la embriología, lo cual ha facilitado su aplicación clinicoterapéutica para la solución de múltiples problemas, tales como: la diabetes mellitus, el control de la neurogénesis en la enfermedades de Alzheimer, demencia senil, Parkinson, la regeneración de los cardiomiocitos en el infarto del miocardio y los trasplantes de médula ósea en graves afecciones hematológicas benignas o malignas, por lo que el preformismo ha sido superado por la epigénesis en la embriología contemporánea.