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ADN: Estructura, duplicación y transcripción.

ADN (Fabian)

El ADN, o ácido desoxirribonucleico, es un ácido nucleico que está


formado por una serie de moléculas llamadas nucleótidos, que se
encuentran en el interior de las células que contiene la información
genética responsable del desarrollo y el funcionamiento de un
organismo (también el ADN se encuentra en el interior de la mayoría
de los virus). Estas moléculas son el medio de transmisión de la
información genética de una generación a la siguiente (dicha
información servirá para producir las proteínas, encargadas de crear
otras estructuras en la célula, de facilitar reacciones químicas, regular
procesos como la división de las células, entre otras funciones).

Las unidades mínimas de dicha información genética se llaman genes


y consisten en una secuencia específica de los nucleótidos que
componen el ADN, los responsables de permitir la transmisión
hereditaria, algo vital para la evolución de la vida.

La información en el ADN se almacena como un código compuesto


por cuatro bases químicas, adenina (A), guanina (G), citosina (C) y
timina (T). El orden o secuencia de estas bases determina la
información disponible para construir y mantener un organismo, similar
a la forma en que las letras del alfabeto aparecen en un cierto orden
para formar palabras y oraciones.

Origen (Noe)

Este descubrimiento es uno de los logros más importantes de la


ciencia en la historia de la humanidad. El ADN fue descubierto por
primera vez en 1869 por el biólogo suizo Johan Friedrich Miescher.
Mientras estudiaba la composición química de los glóbulos blancos,
observó que dentro de las células había una sustancia aislada rica en
fosfatos, sin azufre y resistente a las proteasas, algo que no se
correspondía a la estructura típica de los lípidos o proteínas.
Miescher bautizó esa nueva molécula como nucleína, ya que se
encontraba en el núcleo de todas las células estudiadas.

Entre 1885 y 1901, la composición química del ADN empezó a


definirse. En 1889 Richard Altmann, patólogo alemán que había sido
discípulo de Miescher, redefinió esta sustancia con el término “ácido
nucleico”.

Por su parte, Albert Kossel descubrió la existencia de hidratos de


carbono y de unos compuestos o bases nitrogenadas a las que llamó
“adenina”, “guanina”, “citosina” y “timina” dentro de la molécula de
ADN. Este descubrimiento le valió el Premio Nobel de Medicina en
1910.

El siglo XX empezó con grandes avances en la investigación del ADN.


Durante la década de 1920, el bioquímico ruso-estadounidense
Levene determinó la existencia del ARN, otro ácido nucleico necesario
para la transmisión de información genética.

Levene también detectó la presencia de un grupo fosfato y de un tipo


de azúcar llamado ribosa, dos componentes imprescindibles en la
formación del ADN. Más tarde, el bioquímico descubrió que el grupo
fosfato, el azúcar y las bases nitrogenadas se unían para formar
nucleótidos.

Durante los años siguientes se llevaron a cabo varios experimentos


que concluyeron que el ADN era la molécula responsable de la
herencia. El avance más importante en este campo se produjo en
1953, cuando el físico Francis Crick y el biólogo James Watson
demostraron la estructura de doble hélice del ADN. Los cuales
recibieron el Premio Nobel de Medicina en 1962.
Estructura (Ronny)

Se describe al ADN como un polímero de nucleótidos (son moléculas


muy grandes (biomoléculas) que están formadas por unidades
repetitivas simples (monómeros). Hay tres tipos de monómeros:
monosacáridos, aminoácidos y nucleótidos), es decir, una larga
cadena formada de pequeñas moléculas.

Los nucleótidos son moléculas pequeñas sintetizadas por todos los


organismos vivos, son las unidades fundamentales del ácido
desoxirribonucleico (ADN). Cada nucleótido puede dividirse en tres
partes: un glúcido (la 2-desoxirribosa), una base nitrogenada y un
grupo fosfato (derivado del ácido fosfórico).

Los nucleótidos se distinguen por su base nitrogenada, y es el nombre


de la base el que se especifica a la hora de presentar la secuencia de
ADN, ya que los dos otros componentes son siempre los mismos.
Biológicamente existen seis bases nitrogenadas relevantes (en
realidad hay muchas más), pero las que nos compete son, bases
púricas o purinas (derivadas de la estructura de la purina) y bases
pirimidínicas, también llamadas bases pirimídicas o pirimidinas
(derivadas de la estructura de la pirimidina).

Existen cuatro bases distintas:

+ Adenina (A)/Purícas

+ Citosina (C)/Pirimidínicas

+ Guanina (G)/Purícas

+ Timina (T)/Pirimidínicas

El ADN toma la forma de una doble hélice, cuando se ve en un nivel


tridimensional; está formado por dos cadenas que se mantienen
unidas por enlaces de hidrógeno, estos enlaces de hidrogeno se da
gracias a la unión de las 4 bases mencionada, y lo hacen a través de
puentes de hidrógeno (Así, la A y la T, tienen 2 puentes de hidrógeno,
mientras que la G y la C, tienen 3 puentes de hidrógeno), formando
una molécula de doble hebra (Molécula orgánica, generalmente de
gran longitud, formada por una secuencia lineal de unidades). Los
pares de bases estructuran el aspecto espiral en forma de escalera,
Los azúcares y los fosfatos se encuentran en el exterior de la hélice y
constituyen el esqueleto del ADN formando los lados de soporte de la
hélice de ADN.

Las bases se alinean en orden secuencial a lo largo de la cadena,


codificando la información genética según el criterio de
complementariedad: A-T y G-C. Cuando hablamos de este criterio de
complementariedad nos referimos a la forma en que se enlazan las
bases, las purinas (compuesto orgánico) y pirimidinas (compuesto
químico) complementarias entre sí, es decir, forman parejas de igual
manera que lo harían una llave y su cerradura. El tamaño de la
adenina y la guanina es mayor que el de la timina y la citosina, lo que
hace que este criterio de complementariedad sea necesario para que
el ADN se mantenga uniforme. La unión entre los pares de bases
corresponde al peldaño de la escalera. Cada hebra está formada por
la alternancia de un azúcar (desoxirribosa) y un grupo fosfato. En cada
azúcar, hay anclada una de las cuatro bases nitrogenadas: adenina
(A), citosina (C), guanina (G) o timina (T).

Por otro lado, El ADN lo encontraremos en dos lugares dentro de cada


célula: en mayor medida, en el núcleo de la célula (concretamente, en
los cromosomas) y en una menor medida, en las mitocondrias.De ahí
los términos ADN nuclear (es el ADN contenido dentro de cada núcleo
celular de un organismo eucariota. Codifica la mayor parte del genoma
en eucariotas, y el ADN mitocondrial y el ADN plastídico codifican el
resto) y ADN mitocondrial, respectivamente. Por último, hay que añadir
que la estructura del ADN difiere entre células procariotas y
eucariotas. En las células eucariotas presenta una estructura lineal, y
los extremos de cada cadena están libres; sin embargo, en las células
procariotas el ADN está contenido en un doble hilo largo y circular.

(El ADN está organizado en cromosomas. Entonces, esto se debe


a que en las células eucariotas los cromosomas son lineales,
mientras que los organismos procariotas, como las bacterias,
presentan cromosomas circulares)

La resolución de la estructura de ADN fue uno de los grandes logros


científicos del siglo.

El conocer la estructura del ADN abrió la puerta para entender muchos


aspectos de la función del ADN, como la forma en que se copia y la
forma como la información que contiene se puede usar para hacer
proteínas.

Características (Ronny)

- Gracias al proyecto genoma humano, impulsado en el año 1990, que


se puso el objetivo, global cartografiar las bases químicas que
producen nuestro ADN e identificar todos los genes presentes en el
genoma de la especie humana, podemos determinar que el genoma
humano contiene aproximadamente unos 3.000 millones de pares de
bases y unos 20.000-25.000 genes.

- El ADN, al contener las instrucciones de funcionamiento para las


células del organismo, determina aspectos como el tipo de
enfermedades hereditarias que podemos sufrir, de qué color son
nuestros ojos, cómo nos crece el pelo, etc. Por ello, cada organismo
vivo tiene un ADN único que lo diferencia del resto de organismos de
su especie. Excepto en el caso de los gemelos univitelinos que, al
surgir de un mismo óvulo y espermatozoide, tienen exactamente el
mismo ADN.

- Las dos cadenas de la hélice corren en direcciones opuestas, lo que


significa que el extremo 5′ de una cadena se une al extremo 3′ de su
cadena correspondiente. Esto se conoce como orientación antiparalela
y es importante al copiar ADN.

Duplicación (Ángel)

La duplicación o replicación del ADN es el proceso mediante el cual se


duplica una molécula de ADN. Cuando una célula se divide, en primer
lugar, debe duplicar su genoma para que cada célula hija contenga un
juego completo de cromosomas.

La replicación del ADN es probablemente uno de los trucos más


impresionantes que hace el ADN. Cada célula contiene todo el ADN
que necesita para fabricar las demás células. De hecho empezamos
siendo una sola célula y terminamos con billones de células. Esta
duplicación del material genético se produce de acuerdo con un
mecanismo semiconservador (Esto significa que cada una de las dos
cadenas en el ADN bicatenario funciona como molde para producir
dos cadenas nuevas), lo que indica que los dos polímeros
complementarios del ADN original, al separarse, sirven de molde cada
una para la síntesis de una nueva cadena complementaria de la
cadena molde, de forma que cada nueva doble hélice contiene una de
las cadenas del ADN original. Gracias a la complementación entre las
bases que forman la secuencia de cada una de las cadenas, el ADN
tiene la importante propiedad de reproducirse idénticamente, lo que
permite que la información genética se transmita de una célula madre
a las células hijas y es la base de la herencia del material genético.

La molécula de ADN se abre como una cremallera con ayuda de


varias enzimas, lo que ocasiona una ruptura de los puentes de
hidrógeno entre las bases complementarias en puntos determinados:
los orígenes de replicación. Las proteínas iniciadoras reconocen
secuencias de nucleótidos específicas en esos puntos y facilitan la
fijación de otras proteínas que permitirán la separación de las dos
hebras de ADN formándose una horquilla de replicación. Un gran
número de enzimas y proteínas intervienen en el mecanismo
molecular de la replicación, formando el llamado complejo de
replicación o replisoma.

Transcripción (Abraham).

La transcripción del ADN es el primer proceso de la expresión


genética, mediante el cual se transfiere la información contenida en la
secuencia del ADN hacia la secuencia de proteína utilizando diversos
ARN como intermediarios. El proceso comienza con el ensamblaje de
proteínas llamadas factores de transcripción en una región de ADN
cercana a un gen, llamada promotor, que se encuentra al inicio de un
gen. Cada gen (o grupo de genes co-transcritos en bacterias) tiene su
propio promotor. Una enzima llamada ARN polimerasa interactúa con
el ADN para separar la doble hélice en sus dos cadenas y utiliza una
de estas cadenas como guía para unir nucleótidos de ARN en el orden
adecuado y así generar una copia de la secuencia de ADN. En los
seres humanos y otros organismos complejos, el ARN se desplaza
desde el núcleo de la célula al citoplasma de la célula (compartimento
acuoso), donde se usa para sintetizar la proteína codificada.

Información extra:

(ARN)

El ARN (Ácido Ribonucleico) es uno de los ácidos nucleicos


elementales para la vida, encargado junto al ADN (ácido
desoxirribonucleico) de las labores de síntesis de proteínas y herencia
genética.
La diferencia entre ARN y ADN se basa, en primer lugar, en su
constitución: el ARN posee una base nitrogenada (uracilo) distinta a la
timina y se compone de un azúcar diferente a la desoxirribosa (ribosa).

Además, el ADN posee una doble hélice en su estructura, es decir, es


una molécula más compleja y estable. El ARN es una molécula más
simple y pequeña que tiene mucho menos tiempo de vida en nuestras
células.

El ADN sirve como banco de información: es un patrón ordenado de la


secuencia elemental que permite construir las proteínas de nuestro
cuerpo. El ARN es su lector, transcriptor y ejecutor: el encargado de
leer el código, interpretarlo y materializarlo.

Este ácido está presente en el interior de las células tanto procariotas


como eucariotas, e incluso como único material genético de ciertos
tipos de virus (Virus ARN). Consiste en una molécula en forma de
cadena simple de nucleótidos (ribonucleótidos) formados, a su vez,
por un azúcar (ribosa), un fosfato y una de las cuatro bases
nitrogenadas que componen el código genético: adenina, guanina,
citosina o uracilo. ARN se diferencia del ADN en que es de cadena
simple, en lugar del azúcar desoxirribosa tiene ribosa, y en lugar de la
base nitrogenada timina, (T), tiene uracilo (U).

Las principales sustancias que conforman las células de los seres


vivos se conocen como biomoléculas.

(Estructura)

Estas 4 bases tienen distintas posibilidades de unión entre ellas a


través de puentes de hidrógeno. Así, la A y la T, tienen 2 puentes de
hidrógeno, mientras que la G y la C, tienen 3 puentes de hidrógeno. El
número de puentes de hidrógeno establece una complementariedad
específica entre las bases que determina sus uniones. Sin embargo,
en la molécula del ácido ribonucléico (ARN), la T es substituida por el
uracilo (U).

Existe una secuencia llamada “de referencia” generada por el Proyecto


Genoma Humano. Pero cada individuo posee una secuencia única,
presente en todas las células del cuerpo, fruto de pequeñas
variaciones en la combinación de estas 4 letras, que se han producido
y transmitido al largo de las generaciones. Estas pequeñas variaciones
en la secuencia son, en parte, las responsables de que nuestros
atributos físicos sean ligeramente o muy distintos entre individuos, y
de que no existan dos

(Replicación)

La replicación del ADN se produce durante la fase S del ciclo celular,


ilustrada a continuación. Esto ocurre dentro del núcleo en las células
eucariotas o en el citoplasma de las células procariotas.

Los orígenes de replicación son unas secuencias concretas del ADN


en las que se puede comenzar la replicación. La composición de estas
secuencias de nucleótidos y la activación de la replicación son
diferentes para bacterias, arqueas y eucariotas. Por ejemplo, en el
caso de las bacterias, únicamente encontraremos un origen de
replicación, mientras que en arqueas suelen haber diferentes lugares
de replicación. En eucariotas, como es el caso de los humanos,
encontraremos más de un origen de replicación.

En algunas ocasiones la replicación del ADN se produce en una sola


dirección. Estos casos tan particulares ocurren en el ADN mitocondrial,
algunos plásmidos de bacterias u en algunos fagos monocatenarios.

La horquilla de replicación es el punto en el que ocurre la replicación


del ADN, también recibe el nombre de punto de crecimiento. Tiene
forma de Y, y a medida que transcurre la replicación, la horquilla se va
desplazando por la molécula de ADN.
¿Cómo es posible que se conozcan más de 100.000 proteínas
distintas en los seres humanos cuando solo tienen alrededor de
25.000 genes?

Hasta finales del siglo pasado se consideraba que un gen codificaba


una proteína y, como el número de proteínas conocido era de unas
100.000, se pensaba que ese era el número de genes de los seres
humanos. Sin embargo, los avances que se produjeron en esos
últimos años del siglo XX en la tecnología molecular, que llevarían al
desciframiento del genoma humano, el número de genes se estableció
en unos 25.000.

Uno de los procesos conocidos que explican esa divergencia, es un


mecanismo que se denomina transcripción alternativa o unión
alternativa (alternative splicing). Este tipo de transcripción permite que
un mismo gen pueda dar lugar a diferentes proteínas mediante la
formación de distintos ARNm, a través de distintas combinaciones de
los exones en la transcripción.

Los enlaces de hidrógeno son esenciales para la vida. Son, por


ejemplo, los principales responsables de la unión entre moléculas de
agua, confiriéndole sus conocidas propiedades macroscópicas.
También son los responsables de la estabilidad en la unión de las dos
hélices de la estructura del ADN.

El puente de hidrógeno puede vincular distintas moléculas e incluso


sectores diferentes de una misma molécula.
La molécula de ADN consiste en dos cadenas que se enrollan entre
ellas para formar una estructura de doble hélice. Cada cadena tiene
una parte central formada por azúcares (desoxirribosa) y grupos
fosfato. Enganchado a cada azúcar hay una de de las siguientes 4
bases: adenina (A), citosina (C), guanina (G), y timina (T). Las dos
cadenas se mantienen unidas por enlaces entre las bases; la adenina
se enlaza con la timina, y la citosina con la guanina. La secuencia de
estas bases a lo largo de la cadena es lo que codifica las instrucciones
para formar proteínas y moléculas de ARN.

Y durante ese proceso de división celular, toda la información de una


célula tiene que ser copiada; y tiene que ser copiado a la perfección.
Por tanto, el ADN es una molécula que puede ser replicada para hacer
copias casi perfectas de sí misma. Y eso es sorprendente teniendo en
cuenta que hay casi tres mil millones de pares de bases de ADN para
ser copiadas. La replicación del ADN utiliza polimerasas, que son
moléculas dedicadas específicamente sólo a copiar ADN. Replicar
todo el ADN de una sola célula humana lleva varias horas, y al final de
este proceso, una vez que el ADN se ha replicado, en realidad la
célula tiene el doble de la cantidad de ADN que necesita. Entonces la
célula se puede dividir y depositar la mitad de este ADN en la célula
hija, de manera que la célula hija y la original sean en muchos casos
absolutamente idénticas genéticamente.

Una macromolécula es una molécula de tamaño grande (masa


molecular elevada) compuesta por varias subunidades pequeñas
(átomos) denominadas monómeros. Una macromolécula forma parte
de la célula de los seres vivos.

Las células representan el componente básico del cuerpo. Hay


muchos tipos distintos de células con diferentes funciones. Estas
células forman todos los órganos y tejidos del cuerpo. Prácticamente
todas las células del organismo de una persona tienen el mismo ácido
desoxirribonucleico (ADN).

El ADN humano consta de unos 3 mil millones de bases, y más del


99% de esas bases son iguales en todas las personas.

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