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Epigénesis 
En Biología, epigénesis (del griego epi: sobre; génesis: generación, origen, creación) es una
proposición teórica antigua sobre el método por el cual se desarrolla un individuo: un embrión se
desarrolla a partir de un huevo / cigoto que no se ha diferenciado. Es decir no existen componentes
miniatura de órganos pre-existentes en los gametos (huevo o esperma), esta teoría es opuesta a la
llamada "preformación". La epigénesis predice que los órganos del embrión son formados de la
nada, por medio de inducción por parte del ambiente.  El caso paradigmático es el del crecimiento,
en el que a partir de un cigoto se desarrolla una compleja estructura celular y orgánica.  Por
extensión, en teoría de sistemas se incluyen los mecanismos que permiten a un determinado
individuo modificar ciertos aspectos de su estructura interna o externa como resultado de la
interacción con su entorno inmediato. La epigénesis representa por tanto el proceso de
"sintonización" final mediante el cual cada individuo se adapta de forma eficiente a su entorno a
partir de las capacidades contenidas en su código genético. Los genes son parte de una red
compleja de interacciones que se retroalimenta y, por ende, no actúan como identidades
independientes. Los ejemplos más evidentes de sistemas con capacidad de aprendizaje siguiendo la
teoría epigenética, los constituyen el sistema nervioso central o el sistema inmune. En el caso del
sistema nervioso central, la capacidad de aprendizaje (dada por la gran plasticidad neuronal)
resulta de vital importancia, pues el número estimado de conexiones sinápticas en un cerebro
humano supera con creces el número de nucleótidos contenidos en el genoma humano (en
promedio, una sola neurona del cerebro humano tiene 50,000 sinapsis). 

Existió un debate desde la visión epigenética confrontando a la "preformación", que suponía los
órganos presentes en forma miniatura dentro de alguno o los dos gametos. El preformacionismo se
acabó a mediados 1820 cuando la tecnología pudo documentar el origen epigenético de los
órganos. Este debate fue histórico (se mostrará una breve y concisa historia): Aristóteles, en La
Generación de los Animales (350 a. C.), proponía la epigénesis como método de desarrollo de los
embriones. William Harvey, en 1651, apoyó la visión de la incidencia del medio en el desarrollo del
embrión. En 1672, Marcelo Malpighi dudó de la epigénesis al observar que el huevo del pollo sin
incubación tenía una gran cantidad de estructura. Kaspar Friedrich Wolff, en la segunda mitad del
siglo XVIII, revivió la teoría epigenética al demostrar que estructuras presentes en el pollo adulto
no tenían su contraparte en el embrión. Immanuel Kant y Johann Friedrich Blumenbach hicieron un
intento de reconciliar las dos teorías al postular una fuerza de desarrollo (Bildungstrieb) que se
heredaba a través de las células germinales. Esta visión es similar a la de biólogos modernos,
donde las instrucciones para desarrollar todo el organismo se encuentran presentes en el huevo.
Los más destacados científicos que revolucionaron la biología del desarrollo y dieron fin a la teoría
de la preformación fueron tres amigos: Christian Pander, Karl Ernst von Baer y Heinrich Rathke.
Con ellos, la biología del desarrollo se convirtió en una disciplina científica especializada.
Publicado 17th January por davidovich

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